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El Milagro Del Magnesio

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Academic year: 2021

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EL MILAGRO DEL MAGNESIO

Las almendras ¿Sabías que el magnesio...?

El magnesio es un tranquilizante natural que mantiene el equilibrio energético en las neuronas y actúa sobre la transmisión nerviosa, manteniendo al sistema nervioso en perfecta salud. Ampliamente recomendado para los tratamientos antiestrés y antidepresión.

El magnesio (mg.) ayuda a fijar el calcio y el fósforo en los huesos y dientes. Previene los cálculos renales ya que moviliza al calcio.

El magnesio actúa como un laxante suave y antiácido.

Es también efectivo en las convulsiones del embarazo: previene los partos prematuros manteniendo al útero relajado.

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Interviene en el equilibrio hormonal, disminuyendo los dolores premenstruales. El magnesio actúa sobre el sistema neurológico favoreciendo el sueño y la relajación.

Autorregula la composición y propiedades internas (homeostasis)

Actúa controlando la flora intestinal y nos protege de las enfermedades cardiovasculares. Favorable para quien padezca de hipertensión.

La refinación de alimentos produce una perdida entre el 85 - 99 % de magnesio y la cocción produce un 50 % de pérdida.

Antes los alimentos eran más ricos en Magnesio ya que los agricultores utilizaban estiércol animal. Ahora con los abonos químicos los alimentos lo contienen en menor cantidad.

Los minerales son componentes inorgánicos, es decir, aquellos que se encuentran en la naturaleza sin formar parte de los seres vivos.

Juegan un papel importante en la formación de tejidos, síntesis de hormonas y en la mayoría de las reacciones químicas.

El magnesio es esencial para la asimilación del calcio y de la vitamina C. Es importante para la transmisión de los impulsos nerviosos, equilibra el sistema nervioso central y aumenta la secreción de bilis.

Aquí le presentamos una tabla con alimentos ricos en Magnesio, el contenido se expresa en miligramos por cada 100 gr. de porción comestible del producto.

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El magnesio es un mineral muy beneficioso para los deportistas, que podemos encontrar en una gran variedad de alimentos. Lo ubicamos en la clorofila, el pigmento vegetal que proporciona el color verde a ciertas verduras, como la espinaca, la acelga, la achicoria, la lechuga, entre otras.

ALIMENTOS CONTENIDO EN MAGNESIO Almendras, cacahuetes... 250

Caracoles 250

Garbanzos, judías blancas, guisantes... 150 Avellanas, pistachos, nueces... 150

Maíz 120

Chocolate 100 Pan integral 91 Lentejas 78

Cigalas, langostinos, gambas... 76 Acelgas 76

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Dátiles 59 Pasta 57

Chocolate con leche 50 Espinacas 50

Sardinas en conserva 50 Almejas, berberechos... 50 Gruyere, Emmental 50

Pasas, ciruelas secas... 40

Queso manchego semicurado 39 Castañas 36

Plátano 36

Langosta y bogavante 34 Galletas 32

Queso de bola, manchego fresco... 28 Judías verdes, habas... 28

Sardinas en conserva 26 Patatas 25

Conejo 25

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Denominado por muchos expertos el mineral antiestrés, ya que ha demostrado ser un tranquilizante natural que relaja los músculos esqueléticos y actúa positivamente sobre la transmisión nerviosa. Se asegura que previene la ansiedad, las fobias, los tics y el insomnio por lo que está recomendado en tratamientos contra la depresión y el estrés.

Es tal su importancia que se le considera absolutamente imprescindible para un correcto funcionamiento del organismo y, de forma muy especial, del corazón, las arterias, el aparato músculo esquelético y los sistemas nervioso, endocrino y digestivo. Se ha descubierto que su ingesta previene el ACV. La sangre contiene más calcio que magnesio, pero los músculos tienen más magnesio que calcio.

El magnesio queda absorbido por nuestro organismo y después se libera gracias a la función renal y a las heces. Un 45% del magnesio ingerido en las comidas es aprovechado mientras que un 55% se deshecha. El intestino delgado y el estómago, el segundo en menor medida, son los encargados de la absorción.

Las tareas del magnesio dentro del cuerpo humano aluden al ATP que, al usar la glucosa por fosforilación anaeróbica o por la decarboxilación oxidativa para la producción de energía desde las células. También nos servimos de este mineral en la contracción y relajación muscular.

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Otra función del magnesio es la disminución de la excitabilidad del sistema nervioso central. Específicamente, el magnesio inhibe la liberación de acetilcolina. En cuanto al medio intracelular, el magnesio equilibra el ácido-base, participa de la actividad electrolítica celular, la respiración y los intercambios entre las mismas.

El magnesio es el octavo elemento más abundante en la Tierra, el segundo -tras el sodio- en el mar y el quinto más abundante del organismo humano. El magnesio capta la energía solar y la potencia, formando compuestos químicos que los organismos son después capaces de sintetizar. Al mismo tiempo, permite liberar el oxígeno necesario para las funciones respiratorias.

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El 60% de las necesidades diarias se depositan en los huesos, el 28% en los músculos y el resto en los tejidos blandos -principalmente, corazón, cerebro, hígado y riñones-, y el 2% restante en los líquidos corporales.

Toma parte en el mantenimiento de la glucosa y otras partículas nutrientes, para que posteriormente se pueda aprovechar la energía de éstas.

La ingesta diaria de magnesio debe estar entre los 300 y 350 mg./día para los hombres, 280 mg/día para las mujeres y entre 320 a 350 mg/día para las embarazadas.

Las necesidades medias diarias de magnesio son de aproximadamente 0’0067 gramos por kilogramo de peso corporal. Esta cantidad debe ser el aporte mínimo, y a condición de estar en consonancia con los otros elementos de la llamada tétrada catiónica (potasio, sodio y calcio). Además, debe administrarse en la alimentación; de otro modo no surtiría ningún beneficio ya que no sería absorbido y se arrastraría junto con las heces.

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¿Qué sucede con su carencia?

Este mineral es esencial para el buen rendimiento de los niños en la escuela, de los estudiantes en general y de las demás personas en el ámbito laboral y cotidiano.

Al parecer la carencia de magnesio afecta principalmente a las personas que sólo consumen alimentos procesados, es decir, a quienes no ingieren habitualmente frutas, hortalizas u otros alimentos crudos o que, en general, mantienen una alimentación pobre. También es frecuente en alcohólicos y en personas con cirrosis hepática, diarreas prolongadas, mala absorción intestinal y enfermedades renales o bien están a tratamiento diurético o han sufrido una intervención quirúrgica.

Asimismo, las embarazadas y las personas que realizan grandes esfuerzos físicos, ya sea por razones deportivas o laborales, también se encuentran expuestas a sufrir carencias de este mineral.

El Magnesio en los alimentos

Hay alimentos que, de por sí, son muy ricos en magnesio. Las fuentes más conocidas de magnesio son el cacao, las semillas y frutas secas, el germen de trigo, la levadura de cerveza, los cereales integrales, las legumbres, las verduras de hoja y el pescado. También se encuentra, pero en menor cantidad, en carnes, lácteos y frutas. Así, una lista no exhaustiva contendría comidas como la remolacha, las espinacas, el trigo, la avena, la patata, la zanahoria, las almendras, las nueces, las avellanas, las castañas, el arroz, las cerezas y los plátanos, entre otros.

La sal marina sin refinar también aporta una importante cantidad de este elemento.

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La refinación de alimentos produce una perdida entre el 85 - 99 % de magnesio y la cocción produce un 50 % de pérdida.

La aplicación de calor a las comidas elimina una cantidad considerable de cloruro de magnesio. Es preferible, por tanto, comer los alimentos crudos (donde abunda es en los vegetales, frutas y verduras). Todos los procesos tampoco destruyen igualmente las reservas del mineral; el tostado no es tan perjudicial como la ebullición.

Antes los alimentos eran más ricos en Magnesio ya que los agricultores utilizaban estiércol animal. Ahora con los abonos químicos los alimentos lo contienen en menor cantidad.

La necesidad diaria de este mineral, se cubre consumiendo alguna de las siguientes comidas:

Una taza de chocolate con leche, y tres rebanadas de pan integral. Una porción de carne acompañada de ensalada verde*

Una taza de legumbres cocidas Una banana de tamaño grande.

El magnesio ejerce una acción antiinflamatoria, protege contra infecciones, mejora la resistencia ante el estrés, el frío y la fatiga. La ansiedad, el insomnio, el exceso de emotividad hacen que se descarguen cantidades de magnesio intracelular.

Una dieta pobre en magnesio puede producir, espasmofilia, temblores, depresión, vértigos, confusión, arritmia, alopecia, artritis… los casos de déficit de este mineral se observan en pacientes dependientes del alcohol, que han

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sufrido quemaduras, diarreas, vómitos excesivos, cirrosis o cáncer. La falta de magnesio está unida a las carencias de potasio y calcio.

Por ello te recomiendo que controles bien tu dieta, al practicar Yoga, y la complementes con este mineral imprescindible: EL MAGNESIO.

Síntomas déficit de magnesio

El magnesio es un importante mineral que participa en procesos enzimáticos y metabólicos necesarios para el organismo.

Un déficit o bajo nivel de magnesio en el consumo diario puede generar en enfermedades crónicas y comprometer seriamente su salud.

Si usted se siente cansado y estresado es posible que usted tenga un déficit de magnesio en su dieta.

Debido a que el magnesio se degrada fácilmente con la cocción, la mayoría de las personas presentan deficiencia de este mineral esencial

Cómo Saber si usted Tiene un Déficit de Magnesio

El siguiente test indica si usted tiene déficit o nivel bajo de magnesio. Sume el valor de cada síntoma que presente.

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Por encima de 50 puntos con seguridad usted tiene el magnesio en un nivel bajo.

• Permanece bajo excesiva tensión emocional. 2 • Es irritable, o se encoleriza fácilmente. 3

• Es inquieto, o hiperactivo 2

• Se sobresalta fácilmente por ruidos o luces. 4 • Tiene dificultad para dormir. 2

• Presenta dolores de cabeza crónicos o migrañas. 3 • Presenta convulsiones. 3

• Tiene temblor o inestabilidad en sus manos. 3

• Espasmos musculares alrededor de sus ojos, cara, u otras zonas del cuerpo.3

• Calambres musculares. 3

• Espasmos musculares en manos o pies. 3 • Espasmos del esófago. 4

• Asma o dificultad para respirar. 3

• Enfisema, bronquitis crónica, o respiración difícil. 2 • Osteoporosis. 5

• Ha tenido cálculos renales. 3

• Sufre de una enfermedad renal crónica. 2 • Padece de diabetes. 4

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• Padece de hipertensión.3

• Presenta prolapso de la válvula mitral.4

• Presenta latidos del corazón muy rápidos, irregulares o arritmias.3 • Toma Digital (Lanitop). 3

• Toma algún diurético.5

• Ha tenido terapia con radiación o exposición a ella. 5 • Bebe más de 7 copas semanalmente.4

• Ha tenido problemas por el alcohol en su vida? 3 • Toma diariamente más de 3 tazas de café.2 • Toma alimentos con azúcar diariamente.2

• Desea comer carbohidratos (harinas) o chocolates.2 • Tiene deseo anormal por la sal.2

• Su comida es altamente procesada / (comidas rápidas).2 • Su dieta es pobre en verduras, semillas y / o frutas. 2 • Su dieta es pobre en proteínas.2

• Presenta comida no digerida o grasa en las deposiciones.2 • Padece colitis ulcerativa o de intestino irritable. 3

• Presenta diarrea frecuente o estreñimiento. 3

• Padece de síndrome premenstrual o de calambres menstruales.3 • Está embarazada o lo ha estado recientemente. 2

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• Padece de fatiga crónica. 2 • Tiene debilidad muscular.2 • Presenta manos o pies fríos. 2 • Ansiedad.3

• Depresión crónica sin razón clara.2

• Presenta desorientación de tiempo o lugar.2 • Nota que su personalidad es fija o mecánica.2 • Alucinaciones.2

• Tiene ideas persecutorias. 2

• Presenta la cara pálida o abotagada. 2

• Tiene pérdida considerable de su energía sexual. 2

• Su médico le ha dicho que su nivel de calcio en sangre es bajo. 2 • Su médico le ha dicho que su nivel de potasio en sangre es bajo.3 • Toma suplementos regulares de calcio sin magnesio.2

• Toma suplementos regulares de hierro o zinc sin magnesio.2 • Ha tenido exposición crónica a fluoruros.2

• Usa con frecuencia antibióticos, esteroides, anticonceptivos, antiinflamatorios o estrógenos sintéticos. 3

Si usted toma un suplemento diario de por lo menos 600 magnesio de magnesio reste 15 del total de su cuenta.

Características importantes sobre el consumo de magnesio

El magnesio se absorbe en presencia de la piridoxina (Vitamina B6), la que actúa como enzima. En ausencia de un nivel razonable de ésta, el ion

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Magnesio no es absorbido. Por esta razón siempre debe administrarse en forma conjunta, con esta Vitamina del Complejo B para que sea asimilado por vía hepática.

Una norma práctica para administrar magnesio es administrarlo en conjunto con el ion de calcio para mantener el equilibrio. Y siempre alejado de las comidas grasas para asegurar su absorción.

La principal causa de pérdida de magnesio por vía renal es el uso de diuréticos sin control.

El magnesio tampoco se adhiere a las proteínas en medio ácidos o acidosis. Ejemplo:

las hipomagnesemias derivadas de procesos inflamatorios crónicos, como el caso de la disfunción de la articulación témporomandibular (ATM) o bruxismo que genera acidosis 1200-1500 veces al día.

Cuando existe acidosis en los tejidos, se produce un excesivo consumo del magnesio y por ello se altera el sistema hormonal femenino.

Esta situación de consumo excesivo de magnesio es válida también para otras formas de cuadros inflamatorios crónicos, de alta frecuencia de aparición (artritis, reumatismos, inflamaciones pelvianas, etc.).

Debe señalarse que son las mujeres las que esencialmente experimentan este tipo de problemas en relación 3-1 con respecto a los varones.

La pérdida del ion magnesio se traduce en una disminución de la función reguladora del eje hipotálamo-hipófisis y de la glándula tiroides.

La resistencia eléctrica del magnesio es de 4.46 microhms/cm. y sus efectos orgánicos se pierden a temperaturas sobre los 60 grados Cº. Por eso se pierde el magnesio al cocinar los alimentos.

Una de las causas de hipomagnesemia o tener niveles bajos de magnesio es porque el cuerpo tiene mayor requerimiento de magnesio para defender al organismo de los contaminantes ambientales.

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El magnesio reduce el monóxido de carbono, el dióxido de carbono, el dióxido sulfuroso y el óxido nítrico. Se combina, además, directamente con el nitrógeno, arsénico, azufre, halógenos y el fósforo. De aquí, su importancia, como defensa biológica natural contra la contaminación ambiental.

En el alcohólico y en el adicto al tabaco presentan serias carencias de magnesio, reducen su dependencia de estos tóxicos al administrárseles en forma de sales de sulfato de magnesio.

En pocas palabras, el fosfato de calcio que forma parte del sarro o tártaro dentario, es una manifestación de una pérdida de calcio, en forma anormal y a su vez de bajo niveles de magnesio.

Se aprecia que en las dietas ricas en fitatos tales como los alimentos de tipo integral o con germen de trigo, el magnesio es poco absorbido, generando hipomagmesemia.

Alimentos que contienen Magnesio

En orden de prioridad los siguientes alimentos y vegetales contienen magnesio: algas marinas, salvado del trigo, germen del trigo, almendras, anacardos, melaza, levadura de cerveza, nueces del Brasil, avellanas, maní, millo, trigo entero, nueces de nogal, centeno, tofu, coco seco, soya cocida, espinaca, arroz integral, higos secos, albaricoques secos, dátiles, palta o aguacate, queso Cheddar, perejil, ciruelas, semillas de girasol, frijoles o porotos, cebada, diente de león, ajo, pasas de uvas, guisantes verdes frescos, papa con cáscara, plátano, coliflor, zanahorias, apio, espárragos.

Es el responsable de la energía del cuerpo, ayuda a prevenir enfermedades serias tales como la depresión y la enfermedad al corazón.

La primera versión de este libro, en el 2003. en ella atribuyen propiedades casi milagrosas al mineral magnesio. Se señalan entre otras la relación entre la deficiencia de magnesio con la diabetes, el síndrome pre menstrual, la osteoporosis y los cálculos renales. En este libro se descubre las muchas necesidades de este mineral para una dieta saludable. Debemos cuidar que la cantidad adecuada de magnesio llegue a nosotros diariamente, recordando

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siempre que es preferible prevenir, es necesario puntualizar que actualmente nuestra alimentación adolece de muchos minerales importantísimos debido a que la tierra donde se siembra los productos que consumimos en nuestra alimentación esta exhausta.

El magnesio alivia los síntomas de las siguientes enfermedades: ansiedad y ataques de pánico, asma, coágulos sanguíneos, enferma intestinal, cistitis, depresión, desintoxicación, diabetes, fatiga, enfermedad del corazón, hipertensión, hipoglucemia, insomnio, enfermedad al riñón, migraña, condiciones músculo -esqueléticas. Problemas nerviosos, problemas obstétricos, osteoporosis, síndrome de Raynaud y caries dentales.

Quien escribe tenía diarias palpitaciones al corazón, calambres a las pantorrillas, tensión al cuello y al hombro que desaparecieron al consumir 500 mg. de óxido de magnesio dos veces al día.

El magnesio es cofactor en reacciones químicas, produce y transporta energías, sintetiza proteínas, transmite señales nerviosas y relaje los músculos el calcio y el magnesio comparten igual importancia en nuestro cuerpo y deben coexistir en un adecuado equilibrio para que nuestro cuerpo funcione con corrección…el exceso de calcio sin magnesio puede ser perjudicial el calcio sin magnesio se pierde…los alimentos procesados carecen de magnesio la acidez estomacal es esencial para la absorción del magnesio…o sea que el ácido clorhídrico produce un cambio químico en los minerales y los hace absorbibles…consumir moderadamente los antiácidos de carbonato de calcio porque originan que mayor cantidad de magnesio sea expulsado al magnesio lo obstruyen ciertos alimentos entre los que mencionaremos a la soya y el Tolú la comida chatarra no es una dieta con magnesio y abunda en aceites trans, también podemos decir que la tierra pobre y cansada de producir nos brinda alimentos deficitarios en magnesio.

Algunos fármacos producen deficiencia de magnesio como diuréticos, insulina, otros, por el contrario, interactúan con él como los relajantes musculares, los barbitúricos, los hipnóticos y los narcóticos…antes no se hablaba del magnesio

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porque los laboratorios hacen sus investigaciones sobre fármacos no sobre minerales.

Cada año muchas personas entran a tratamiento psiquiátrico por causas que pueden deberse a deficiencia de magnesio aparte de ansiedad puede causar ataques de PANICO…aparte puede aliarse con la glucosa y producir hipoglucemia con todos sus molestos síntomas…en los niños se asocia la deficiencia de magnesio con desórdenes como déficit de atención e hiperactividad, DDAH, delincuencia juvenil y depresión la serototina, químico cerebral natural llamado” me siento bien” precisa del magnesio para

Se puede usar el magnesio como protocolo oral de la QUELACION CON EDTA.

Los diabéticos necesitan más magnesio y pierden más magnesio…el magnesio es necesario para la producción y transporte de la insulina….

Evita las piedras en los riñones porque mantiene el calcio disuelto en la sangre…para tratar la osteoporosis se debe unir el calcio al magnesio…. Para evitar la osteoporosis comer frutas y verduras y calcio, potasio… Sobre el magnesio las investigaciones y pruebas continúan, es importante saber que la deficiencia de magnesio origina el síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia y que por lo tanto es parte muy importante en su tratamiento porque disminuye la fatiga, el dolor muscular y la sensibilidad química, la ausencia o déficit de magnesio origina también enfermedad ambiental y asma, el magnesio ayuda a eliminar químicos y metales pesados del cuerpo el magnesio mejora ostensiblemente a los personas atacadas por el asma.

SALUD Y LONGEVIDAD…CUANTO MAS AVANZAMOS EN EDAD REQUERIMOS UNA DOSIS MAYOR DE MAGNESIO EN FORMA DE SUPLEMENTO…unido a otros alimentos elimina químicos tóxicos y metales que nos envejecen…el magnesio cumple todos los criterios de las drogas para la inteligencia con menos costo y sin efectos colaterales…los radicales libres hacen mucho más daño a un organismo que adolece de magnesio…es necesario confiar en los antioxidantes en esta lucha contra los radicales libres…se ha identificado a los pesticidas como la causa de la enfermedad de

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Parkinson… la enfermedad de Alzheimer está unida a los metales tóxicos especialmente el ALUMINIO, ollas, latas cubiertos pueden envenenarnos…el Parkinson se rumora que es causado también por pesticidas calcio y aluminio…

CONCLUSION: Para protegernos del Parkinson y del Alzheimer recurramos al magnesio acompañado de una alimentación sana de frutas y verduras…el Alzheimer es tipificado como una gran concentración de aluminio en el cerebro…cuando en una persona de la tercera edad se presentan desbalances críticos de niveles de magnesio se debe recurrir a la administración de magnesio por via intravenosa…un gran especialista francés concluye sus investigaciones con las siguientes aseveraciones:

La deficiencia de magnesio acelera el envejecimiento porque tiene malos efectos en el aparato neuromuscular, cardiovascular y endocrino, también en los riñones y huesos y en los sistemas inmunológico, antiestrés y antioxidante…

Las personas estamos consumiendo 4 mg/kg/al día cuando óptimo es 6 mg/kg/al día.

ALIMENTOS RICOS EN MAGNESIO: algas marinas, salvado de trigo, germen de trigo, almendras anacardos, melaza, levadura de cerveza, trigo sarraceno, castañas, avellanas, maní, pecanas, nueces, tofu, centeno, …hierbas como el culantro, diente de león, verdolaga, algas, hortiga…es muy rica el agua mineral con magnesio…y si tiene calcio que no sea más del doble del magnesio

OPTIMO 6 8 mg/día/kilo de peso…

Compilación de Estudios de eminencias médicas, zootécnicas y agronómicas sobre los beneficiosos efectos del magnesio en el hombre, en los animales y en las plantas

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Índice

• Prologo

I. Capítulo - ¿Posee El Magnesio Virtudes Curativas? II. Capítulo - El Magnesio En El Organismo Humano III. Capítulo - El Magnesio En Zootecnia

IV. Capítulo - El Magnesio En Agricultura • Epilogo

I. Apéndice - ¿Cómo Debe Tomarse El Magnesio?

II. Apéndice - Contenido De Magnesio y De Calcio En Los Principales Elementos

III. Apéndice - Principales Dolencias Para Las Que Se Recomienda El Empleo De Las Sales De Magnesio

IV. Apéndice - Bibliografía PRÓLOGO

La presente obra recoge varios artículos de diferentes autores, consagrados a divulgar el importante papel que desempeña el magnesio en los organismos vivientes, como sus efectos curativos en el hombre y en los animales, los prodigiosos resultados del mismo aplicado a las plantas y, en general, su poderosa intervención en el metabolismo vital.

Sobre todo, los diez artículos de Francisco Manzanal, S. I., han tenido la virtud de interesar a gran número de personas que han practicado, con excelente

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resultado, la cura del magnesio en ellos recomendada y que luego, espontáneamente, se han constituido en los grandes propagadores de las virtudes curativas del magnesio.

No se crea, sin embargo, que con estos artículos se descubre algo totalmente nuevo o ignorado respecto al magnesio.

Desde hace años se conocía su intervención en el metabolismo orgánico y no pocas de sus virtudes curativas, según lo dan a entender los excelentes preparados hechos a base de sales de magnesio, tales como,

• DELBIASE (en forma de comprimidos y de crema) • LIDACRÓN (en forma sólida)

• LIDATINE (en forma líquida) • MAGNOGENE (en grajeas) • HALMAGNOL (en ampollas)

• más recientemente HALÓGENOS JULIÁ-4 (en forma líquida), etc.

Sin embargo, hablando en general, se había prestado escasa atención a la importancia que el elemento tiene en el mundo orgánico, hasta que recientes experiencias, llevadas a cabo principalmente en Francia y en los Estados Unidos y recopiladas con gran maestría por el Padre Manzanal, han tenido la virtud de llamar la atención del público sobre lo mucho que puede esperarse del elemento magnesio, ingerido, no en forma metálica naturalmente, sino en sales, particularmente de cloruro y carbonato.

Que, por lo menos en Barcelona, son muchas las personas que, se sirven de las sales de magnesio para alivio de sus males y aun como alimento (pues autoridades médicas aseguran que el magnesio debería figurar en la dieta ordinaria), lo demuestra la admiración de algunas droguerías de dicha ciudad que en un mes venden más sales de magnesio que antes vendían en diez años.

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No vamos a extendernos, en este prólogo, haciendo la apología del magnesio, puesto que ésta ya se hace - y por cierto bien cumplida, según creemos - en el decurso del presente libro.

Solamente queremos precisar, antes de terminar, el carácter del mismo, que es más bien una complicación o refundición de lo que especialistas en las respectivas materias (médicos, ganaderos y agricultores) han observado y experimentado con respecto al papel biológico del magnesio.

Aunque el fondo básico de este libro, sobre todo en lo que respecta al hombre, son los aludidos artículos del Padre Manzanal, quien a su vez se ha servido principalmente de la obra del doctor Delbet, hemos de hacer constar, que en él figuran extractos de otros varios autores.

Asimismo, hemos utilizado los informes que nos han proporcionado cuantos se han servido darnos a conocer los efectos beneficiosos del magnesio que en sí han experimentado.

En esta complicación de datos o, si se quiere, refundición de trabajos de otros autores, hemos procurado la mayor unidad y orden, reuniendo en capítulos separados lo referente al hombre, a los animales y a las plantas, lo que no siempre se encuentra bien delimitado en otros autores.

Esperamos que la presente obra servirá para ampliar el campo de acción del magnesio.

CAPÍTULO PRIMERO

¿POSEE EL MAGNESIO VIRTUDES CURATIVAS?

Entendemos que, en todo libro, revista y, en general, en cualquier escrito, lo primero que debería hacerse - y no siempre se hace - es justificar el título que se le ha puesto, a no ser que él mismo se caiga por su peso o que, en el decurso de la exposición, aparezca claramente justificado.

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Al encabezar esta compilación de escritos sobre el magnesio le hemos puesto por título «Virtudes Curativas del Magnesio», con lo cual parece queremos dar a entender que el magnesio posee virtudes curativas, como así es en efecto. A) MARAVILLOSOS EFECTOS DEL MAGNESIO

A no pocas personas que tan sólo habrán oído hablar del magnesio al designar los polvos de que se sirven los fotógrafos para producir chispazos de luz blanca deslumbradora, o al tratar del purgante denominado magnesia, les ha de parecer raro que se pueda escribir un libro que trate exclusivamente de las virtudes curativas del magnesio.

Por esto hemos creído del caso comenzar esta compilación justificando el título que le hemos puesto, a fin de que nadie nos pueda tildar de que no ponemos en práctica lo que creemos debe hacerse en todo libro y de que en él caemos en el mismo defecto que reprochamos en otros.

Dice el refrán que la mejor manera de demostrar el movimiento es andando; pues esto es lo que ahora vamos a hacer en este capítulo introducción:

describiremos una serie de maravillosos efectos curativos, obrados con el magnesio, no precisamente bajo la forma metálica, sino de sales, como el cloruro, sulfato o carbonato en lectores de esta obra, los cuales además de experimentar en sí sus saludables efectos, nos lo han escrito o comunicado de palabra.

En la imposibilidad de aducirlos todos, nos limitaremos a dar a conocer en este lugar algunos pocos.

1. Cura la artrosis debida al ácido úrico

(De una carta fechada el 28 de octubre de 1956):

Un amigo mío me recomendó el libro las «Virtudes Curativas del Magnesio», el que, una vez leído, me decidió a poner en práctica el tratamiento a base de cloruro de magnesio.

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» Los resultados no han podido ser más sorprendentes ni más halagüeños, ya que, al poco más de un mes de tomarlo todas las mañanas en ayunas, me vi casi totalmente restablecido (hoy completamente) de las dolencias que me aquejaban. Me encontraba excesivamente sobrecargado de ácido úrico y, como consecuencia de ello, sufría una grave artrosis en ambas rodillas, particularmente en la izquierda, y estaba decidido a dejarme operar, sabiendo que me tenía que quedar la articulación rígida, o sea, cojo para toda la vida; pero es que hacía cerca de cinco meses que me tenía imposibilitado y con unos dolores terribles. Afortunadamente este peligro desapareció tomando el cloruro de magnesio y hoy me encuentro mucho mejor que diez años antes. » También sufría de dilatación de la aorta (tengo cincuenta y dos años) y hoy puedo decir que ya no me inspira ninguna preocupación; pues, en opinión del doctor que me ha mirado últimamente en la pantalla, me encuentro perfectamente.

«Aparte de lo que antecede, se siente uno a los pocos días de tomar el cloruro, con una gran energía y vitalidad, que hace que hasta el carácter se transforme, ya que le proporciona una euforia y optimismo sin igual.

» Me complazco en proporcionarle los detalles de este mi caso, para que sirva de estímulo y de ejemplo a aquellos que sufren, no solamente de las dolencias reseñadas, sino de todas aquellas que son propias de las personas de edad.» 2. Hace desaparecer el temblor senil

(De una carta fechada el 2 de marzo de 1956):

«Desde que terminaron de publicarse los artículos del P. Francisco Manzanal sobre «Virtudes Curativas del Magnesio», he sido un propagandista del cloruro de magnesio.

» Yo lo tomo desde entonces y sus efectos han sido más y mejores de lo que yo esperaba. Empecé por tomarlo para aliviarme del temblor senil que me impedía escribir y hasta poner mi firma, si no era sujetándome la mano derecha con la izquierda, y me temblaba la mano al beber, y demás usos. A los cuatro días de tomar una dosis bastante floja, ya noté sus efectos, pero no quise dar

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crédito, hasta a los trece días en que, sin querer, di un grito de entusiasmo al ver la facilidad y constancia en poder manejar la pluma y demás enseres.

«Padecía desde muchos años hemorroides constantes y se me han curado totalmente, y esto que ya trataban de operarme. Ahora, a pesar de los tiempos reinantes, esto era en febrero de 1956, sin usar bufanda y saliendo de casa varias veces al día, no he cogido ningún resfriado. Otra ventaja he observado en mí ya achacoso cuerpo; optimismo, alegría de vivir, agilidad de mis piernas y rodillas a mis 62 años.

» Son muchas las personas que me agradecen les haya aconsejado el cloruro de magnesio. Es un laxante eficaz y el más económico.»

3. Desvanece el agotamiento intelectual (De una carta fechada el 17 de junio de 1957):

«Me dirijo a usted para solicitarle el libro «Virtudes Curativas del Magnesio». Tengo interés en tenerlo; pues conozco el resultado satisfactorio que ha obtenido con el tratamiento del magnesio un señor que sufría desgaste y agotamiento intelectual y ahora sigue trabajando incansable. Como soy enfermera y también otros me han hablado de los efectos del magnesio, es por eso que deseo tener este libro.»

4. Otros notables efectos beneficiosos del magnesio

A. Un hombre de carrera, de unos 60 años de edad, padecía de cierta infección intestinal crónica. Un amigo le proporcionó «Virtudes curativas del magnesio». Después de dos meses, escribió estas textuales palabras:

«Hace un mes que tomo magnesio y me he librado de un achaque que hacía 35 años lo llevaba conmigo».

B. Hace algún tiempo se presentó un individuo diciendo que, poco antes, apenas podía valerse por el reuma; incluso le habían de vestir. A los pocos días de tomar magnesio, le desapareció el mal y «ahora - dijo - me siento como un atleta», y comenzó a gesticular como tal. Todavía dijo más:

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«Mi madre - añadió - que ya pasa de los 80 años, desde que toma magnesio se encuentra como una joven».

C. Un lector que toma magnesio y que está entusiasmado con él por los buenos efectos que le ha producido, fue a visitar a un amigo suyo que sabía estaba enfermo. Se lo encontró en cama aquejado de fuertes dolores, pues padecía de la próstata y le habían de operar. Le recomendó tomara magnesio, como efectivamente lo hizo. A los pocos días, se lo encontró en la calle, tranquilo, sin haber sido operado y como si nada hubiese tenido.

B) ¿EN LOS CASOS REFERIDOS NO SE TRATARÁ DE SUGESTIÓN?

Antes de contestar directamente a esta pregunta, hay que saber qué es sugestión, lo cual vamos a hacer aduciendo dos casos: uno provocado por el profesor Slosson y el otro referido por el psicólogo Gillet.

Primer caso: Un día el profesor Slosson llega a clase con un frasco de un líquido transparente. Sus alumnos, al entrar, concentran sus miradas intrigantes en el frasco. El profesor, a su vez, fija sus ojos centelleantes en los discípulos y les dirige unas breves palabras de aclaración para justificar su modo de proceder. Se trata de un experimento sumamente delicado para el que reclama la cooperación de los jóvenes del aula.

El doctor Slosson infunde a sus alumnos el convencimiento de que jamás han percibido un olor tan fuerte como el del líquido que conserva en el frasco; con todo, les advierte que, durante la experiencia que piensa realizar, no se sentirán excesivamente molestados por el olor del líquido.

Les ruega encarecidamente que, una vez haya destapado el frasco, le vayan indicando cuándo empiezan a percibir la acción odorífica del líquido, para que él pueda precisar la velocidad de propagación de las partículas existentes. El profesor quita cuidadosamente el tapón del pequeño frasco, echa unas gotas del líquido sobre un pedazo de algodón y se retira convenientemente para no dejarse inficionar tan de cerca por el influjo del líquido. ¿Qué sucede?

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A los quince minutos, los alumnos de la primera hilera de los bancos levantan la mano: han notado ya el escozor del líquido. Unos intervalos más, los de la segunda serie dan también señales de haber respirado el aire contaminado por las partículas del líquido. Apenas ha transcurrido un minuto, las tres cuartas partes de la clase se sienten impresionados por el olor, hasta el punto de que muchos pretenden abandonar el aula.

La voz del profesor resuena de nuevo, entremezclada con una sonrisa.

«No han de temer los jóvenes universitarios: el líquido del frasco que ha producido efectos tan alarmantes, no es sino agua pura, de clara transparencia, cuyas moléculas gozan íntegramente de las propiedades esenciales del agua.» Los alumnos de aquella clase han sido víctimas, no de la peligrosa contaminación de un líquido mefítico, sino de un fenómeno psicológico, conocido vulgar y científicamente con el nombre de sugestión.

«Este hecho - anota José O. Martínez, S.L., al reproducirlo en su libro ¿Cómo curar la neurastenia? - que, tal como acaba de ser escrito, parece extraordinario e increíble, en sus caracteres generales es muy frecuente.» Este primer caso es un ejemplo palpable de heterosugestión, es decir, de sugestión provocada por otro.

El que a continuación ofrecemos, presentado por Gillet, es de autosugestión, de sugestión provocada por uno mismo.

A un hotel de ínfima calidad llega un hombre de mediana edad. Las tinieblas densísimas de la noche se avecinan. El forastero, después de haber cenado se retira al aposento.

A altas horas de la noche, el huésped se despierta por el acceso de tos. Es asmático y el ahogo le oprime. Anda a tientas por la habitación, hasta que al fin llega a los cristales. La asfixia aumenta. No puede hallar la falleba de la ventana.

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¡Ah! ¡Qué diferencia! ¡Qué mejoría! - exclama.

Devora el aire puro de la noche... La tos va desapareciendo. El forastero se calma. Se acuesta de nuevo.

Pasa lo restante de la noche con normalidad absoluta.

Al día siguiente, al despertarse, advierte con horror que ha aporreado el cristal del reloj de pared..., ¡cuyo aire apolillado había estado respirando la noche anterior, y en el que había encontrado el remedio para el asma que le asfixiaba! «Ejemplo notable de autosugestión» - exclama José O. Martínez, S. I. al reproducirlo en el libro antes citado.

«Si bien es verdad - añade - que la sugestión es muy frecuente en todos los órdenes de la vida, hay que tener, con todo, presente la posición de los que, imbuidos en ideas psicológicas nada científicas y a las veces supersticiosas, ensanchan desmesuradamente el campo de este hecho y atribuyen a sugestión lo que, en realidad, no lo es. Ya que hablamos de sugestión y tenemos ante la vista ese número de falsos psicólogos... Se trata de los milagros de Lourdes.»

Al llegar a sus oídos las relaciones de esas curaciones, los influidos de doctrinas perniciosas, sin detenerse a examinar, sólo tienen unas palabras. «¿Todo eso...? ¡Superchería...!, ¡no es sino sugestión!»

Lean los tales, lo que escribe el doctor Boinerie acerca de este particular: «En Lourdes no hay sugestión, pues las curaciones que allí suceden no corresponden a ningún tipo de sugestión, pues las curaciones son súbitas, como las curaciones funcionales, pero estables como las curaciones orgánicas.»

Y a todo esto se dirá: ¿qué es sugestión?

Se han dado muchos definiciones de sugestión, las más de las veces incompletas o inexactas.

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Una de las que más satisface es sin duda la que propone el psicólogo Fernando María Palmes, S.I., en un artículo aparecido en la revista madrileña «Razón y Fe»:

«Sugestión - dice - es un proceso psíquico que se verifica con cierto grado de automatismo por parte de las actividades inferiores, es a saber: de la razón y del libre albedrío.»

He aquí delineados, según esta definición, los dos elementos esenciales a toda sugestión.

En primer lugar se requiere:

a. un proceso psíquico inferior, que se reduce a un fenómeno más o menos complicado de asociación, por el cual un fenómeno suscita a otro, hasta llegar a un movimiento corporal interior o exterior, o a una tendencia, a un sentimiento, a un conocimiento o a cualquier otro fenómeno mental, sin exceptuar actividad mental alguna; y, además

b. un grado más o menos pronunciado en el psiquismo superior, respecto de dicho proceso. Ni el primer elemento separado del segundo, ni éste separado del primero son sugestión. Esta se halla constituida esencialmente del complejo o junta de los dos.

A la vista de esta definición de sugestión y de los casos particulares antes referidos, vean nuestros lectores, si las curaciones anteriormente expuestas, obtenidas con el tratamiento de sales de magnesio, pueden explicarse puramente por sugestión.

C) SE DESCARTA QUE EL MAGNESIO OBRE SOLO POR SUGESTIÓN Por si alguno de nuestros lectores no queda, con lo hasta aquí expuesto, enteramente convencido de que el magnesio obra física y químicamente en el organismo humano y no puramente por sugestión, le ofrecemos a continuación un caso notable, referido verbalmente por el mismo interesado.

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El aludido relator enfermó de tifus cuando tenía unos 33 años de edad. Salió bien de la enfermedad; pero el médico le advirtió que, después de algún tiempo, experimentaría a media tarde fuertes dolores intestinales debidos a fermentaciones provocadas por algún alimento, que él entonces no podría prever cuál sería.

Y así fue en efecto: Algún tiempo después, le vinieron dichos dolores.

Acudió a otro médico, pues entonces residía en otra población, y éste le dijo que debía averiguarse el alimento que se los ocasionaba; cosa no siempre fácil, añadió. Le preguntó si solía tomar leche, y, al responderle afirmativamente, le sugirió que pasase tres días sin tomar otro alimento más que leche. Como no se le reprodujeron los dolores, la conclusión fue que el responsable del mal no era la leche.

Entonces el médico le dijo que añadiese pan a la leche, y al primer día de hacer esto, le repitieron los dolores. El médico ya no dudó de que el causante del mal era el pan y, en consecuencia, que debía abstenerse de tomarlo.

Con esta abstención fueron pasando los meses y aun los años, sin que nuestro informante fuera molestado de los dolores; con la particularidad de que podía comer macarrones, fideos y sémola, sin que le sobrevinieran los dolores intestinales, a pesar de estar hechos de harina dichos alimentos: es que esta harina no ha sufrido fermentación previamente como la del pan.

Después de transcurrido mucho tiempo, un buen día le repiten los dolores, no obstante estar persuadido de que no había comido pan. Acudió de nuevo al médico.

Éste le sugirió le fuese nombrando los manjares que había comido y, al saber que uno de ellos eran albóndigas, exclamó el médico:

«No diga más; es que una buena parte de albóndigas están hechas de pan.» Años más tarde, un cocinero, que sabía que nuestro individuo no podía comer pan, quiso probar si esto era pura aprensión, dándole a comer pan sin que el interesado se diese cuenta.

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A este fin calentó en el horno miga de pan sin que llegara a tomar el color tostado, y la trituró de manera que pareciese sémola. Naturalmente, el individuo en cuestión, ignorante de la treta, comió de aquella sémola como lo venía haciendo con la sémola legítima, y esta vez le volvieron los dolores. El cocinero, pues, pudo convencerse de que los malos efectos del pan eran realmente debidos al pan y no fruto de la imaginación.

En tiempo rojo y durante los primeros años de la posguerra, nuestro comunicante podía comer pan sin dolor alguno: es que aquel pan negruzco todo lo era menos pan legítimo. Volvió el tiempo del pan blanco y ya no podía comer de él.

En 1954, al enterarse de las maravillas que obraba el magnesio, comenzó a tomar cada día alguna de sus sales, y desde entonces puede comer todo el pan que quiera y sin que se le reproduzca la pasada dolencia, después de más de 40 años que debía abstenerse de él: ahora tiene ya 77 años.

Que el magnesio tiene virtud intrínseca para actuar favorablemente en el organismo humano y que no obra por pura sugestión, se deduce también por los testimonios médicos de gran competencia que lo aseguran y por los muchos casos que se refieren en el segundo capítulo de este libro, como también científicamente estudiando las propiedades inherentes a este elemento introducido en el organismo bajo la forma de alguna de sus sales, es decir, no bajo la forma metálica, sino iónica.

Y todavía queda descartado cualquier resquicio de sugestión sabiendo que las sales de magnesio no sólo previenen y curan muchas enfermedades en los animales como largamente se explica en el capítulo 3.° de este libro, sino también en los vegetales, en los que por testimonio de agricultores han obrado verdaderas maravillas.

¿Va a hacer sugestión en los animales que ingieren sin saberlo, o en las plantas que carecen de todo conocimiento?

CAPITULO II

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Las carencias y desequilibrios en la parte orgánica de los alimentos del hombre causan terribles estragos.

Conocidas de todos son las carencias de vitaminas, las cuales han atraído de tal manera la atención de los sabios, que han emprendido contra esas carencias una lucha seguida de victorias. No así con respecto al desequilibrio mineral del hombre que continúa haciendo estragos, sin encontrar oposición. Pues, por una parte, este desequilibrio ha sido menos estudiado por los sabios, y por otra, sucede que los poderes públicos lo fomentan inconscientemente y la opinión pública continúa ignorándolo.

A) LA SALUD Y EL EQUILIBRIO MINERAL EN EL HOMBRE

Como hace notar Francisco Manzanal, S. I., la atención de todo el mundo se dirige a conseguir el don natural que juzga más precioso: su salud.

Es que la conservación de la salud, la preservación y cura de las enfermedades infecciosas, admite una solución diversa y más eficaz que la que se sigue ordinariamente, es decir, la de la lucha contra los microbios por medio de antisépticos, vacunas y sueros. Éstos van creciendo continuamente y no pocas veces dan lugar a efectos perniciosos y aun contraproducentes, que ya no tratan de ocultar los galenos que quieren ser sinceros.

Hoy día, desde hace algún tiempo, empieza a dirigirse más la atención sobre el terreno donde se desarrolla el microbio, que sobre el microbio mismo; en una palabra: atiende más a la disposición del organismo que al microbio que lo invade continuamente. Y con razón. Es que la fuerza del microbio, según se ha comprobado, radica en la pobreza del terreno, cuya resistencia natural queda frecuentemente paralizada por causas diversas.

Por esto, Pasteur pudo decir a este respecto: «El microbio no es nada, el terreno es todo.»

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Pues bien, una de las causas más importantes de la mala disposición del terreno del organismo humano en su lucha contra los microbios es el desequilibrio mineral.

He aquí un pasaje del doctor Alexis Carrel, que da luz sobre el particular: «Los microbios y los virus se encuentran por doquier: en el aire, en el agua, en nuestro alimento.

Se hallan siempre presentes en la superficie de la piel y en las mucosas digestivas y respiratorias. Sin embargo, en mucha gente permanecen inofensivos. Entre los seres humanos, unos están sujetos a ciertas enfermedades y otros son inmunes a las mismas. Este estado de resistencia proviene de una constitución especial de los tejidos y de los humores, que impide la penetración de los agentes patógenos o los destruye cuando han penetrado.

Esta es la «inmunidad natural».

Ella preserva a ciertos individuos de casi todas las enfermedades - prosigue diciendo el doctor Carrel.

Es una de las cualidades más preciosas que el hombre puede desear. Ignoramos su naturaleza. Parece depender, a la vez, de cualidades provenientes de los progenitores y de otras adquiridas en el curso del desarrollo.

Hay razas sensibles o resistentes a ciertas enfermedades. Se observan familias predispuestas a la tuberculosis, apendicitis, cáncer, enfermedades mentales. Otras, en cambio, resisten a todas las enfermedades excepto a las degenerativas que sobrevienen a la vejez. Pero la inmunidad natural no se debe solamente a la constitución hereditaria; proviene también del género de vida y de la alimentación, como lo ha demostrado Reid Hundt hace tiempo. «Nosotros no sabemos todavía qué modo de vida podrá producir en el hombre la resistencia natural a las infecciones. La prevención de cada enfermedad por inyección de vacunas o sueros específicos, los exámenes médicos repetidos

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en la población, la construcción de gigantescos hospitales y sanatorios son medios costosos y poco eficaces para desarrollar la salud de una nación. La salud debe ser una cosa natural de la que no hay que preocuparse. Además, la resistencia innata a los individuos un vigor y una intrepidez de la que carecen los que deben su vida a la medicina y a la higiene.

Las ciencias médicas, en adelante, deberían orientarse a la búsqueda de esos factores de la inmunidad natural.»

Tales son los nuevos puntos de vista del doctor Carrel, respecto de la salud y la manera de conservarla o de recuperarla cuando se ha perdido, que a más de uno podrán parecer revolucionarios.

De dos fuentes principales hace provenir el citado médico la inmunidad natural espontánea: de las propiedades hereditarias del organismo y de las conseguidas en el curso de su desarrollo continuo por el régimen de vida y de la alimentación. El terreno de nuestro organismo, cualquiera que éste sea, se puede disponer mejor o peor contra los agentes que le van a atacar por medio de las segundas propiedades.

Respecto de las primeras propiedades, las ciencias no pueden nada: cada uno deberá contentarse con las que le han caído en gracia. Las otras, sin embargo, son susceptibles de perfección y mejoramiento, y los hombres de ciencia han dado pasos, con sus estudios y experiencias, para encontrar esos factores de la inmunidad natural.

Múltiples estudios y experiencias han llevado a la conclusión de que, en la inmunidad natural, tiene una parte principalísima lo que muy ajustadamente se ha dado en llamar equilibrio mineral. En este capítulo nos esforzamos en divulgar, según lo hace el P. Manzanal, los modos concretos de conseguirlo y fomentarlo.

En el organismo humano hay dos clases de elementos químicos, llamados respectivamente orgánicos y minerales.

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Los elementos orgánicos son el carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, por ser los que principalmente constituyen los compuestos orgánicos. Los elementos minerales, que en conjunto forman del 4.3 y 4.4 por 100 del peso del cuerpo humano adulto, son, por orden decreciente en cantidad, el calcio, fósforo, potasio, azufre, cloro, sodio y magnesio.

Todavía deben señalarse los llamados oligoelementos, por hallarse en cantidades insignificantes, los cuales, por orden decreciente en cantidad son: el yodo, flúor, hierro, bromo, aluminio, cobre, manganeso, cinc, arsénico, silicio y boro.

Los elementos minerales, considerados en conjunto, desempeñan un triple papel: unos sirven a la formación del esqueleto y tejido; otros intervienen en la formación de fermentos y diversos catalizadores bioquímicos; otros forman disoluciones iónicas e intervienen en sus condiciones de equilibrio, tan importantes en los fenómenos vitales.

Frecuentemente, cuando la proporción de los elementos minerales no tienen el valor deseado en el cuerpo humano, las perturbaciones que de ello se siguen puédanse atribuir indiferentemente, ya al exceso de uno de los elementos, ya a la carencia del antagónico, que no está en cantidad suficiente para equilibrar al otro que es, relativamente, demasiado abundante.

Pongamos por ejemplo la proporción que hay en un terreno entre el potasio y el magnesio (K/Mg), que es de especial importancia para los vegetales. Si abunda mucho el potasio con relación al magnesio, podemos decir que las plantas son envenenadas por un exceso de potasio, o también que son envenenadas a causa de la carencia de magnesio, que no contrarresta en las plantas la absorción de potasio o sus efectos.

Es una ley universal la necesidad de un equilibrio mineral determinado para asegurar el desarrollo y funcionamiento armónicos, tanto del hombre, como de los animales acuáticos y terrestres y de las plantas. Si éste falta, vendrán trastornos del organismo. Un desequilibrio pronunciado hace sentir prontamente sus efectos, pero también un desequilibrio pequeño puede causar trastornos considerables, si continúa durante mucho tiempo.

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Puede servir de ejemplo el caso de aquellas regiones pobres en yodo; algunos de sus habitantes, al faltarles este alimento insignificante, sufrirán trastornos de la glándula tiroidea y tendrán el llamado vulgarmente mal de «paperas» o bocio.

B) DESEQUILIBRIO MINERAL EN EL HOMBRE POR FALTA DE MAGNESIO Entre los elementos minerales del organismo humano hay tres que constituyen un interesante trío de mutua dependencia, a saber:

• magnesio • calcio • sodio

Estos tres elementos para formar equilibrio deben encontrarse en el hombre, según se cree, tal como se encuentran en la naturaleza, por ejemplo, en las cáscaras de los huevos de pájaros salvajes.

Repetidas experiencias, de las que más adelante se hablará, han llevado a la afirmación de que el magnesio juega un papel importante en la vida de las plantas, de los animales y, por extensión, del hombre, con el mismo derecho que otros tres elementos más conocidos: el nitrógeno, el fósforo y el potasio. En el hombre los huesos son el principal depósito de magnesio, aunque contienen ocho veces más calcio que magnesio; también existe en los tejidos muscular y nervioso y en la sangre.

Copisarov señala en el hombre la siguiente proporción de magnesio: huesos, 31.7 a 46.6 por 1000; hígado, 22.5 por 1000; bazo, 6.2 a 7.5 por 1000; pelo, de 9.2 a 127 por 100. El plasma del hombre adulto contiene de 2.4 a 3 miligramos de magnesio por 100 centímetros cúbicos; los glóbulos rojos, de 61 a 7.1 miligramos por 100 y la sangre completa, 4.5 miligramos por 100 centímetros cúbicos.

Es un hecho innegable que una gran parte de las personas se hallan bajo los efectos del desequilibrio mineral, particularmente por falta de magnesio en su

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organismo. Naturalmente que esta escasez proviene de una alimentación deficiente en este elemento mineral.

El agricultor francés H. Vilain señala tres causas principales del desequilibrio mineral en el organismo humano, en una conferencia pronunciada en Lachapelle (Francia), donde posee y cultiva una gran finca.

1. Una ley mal hecha, que no conoce como abonos más que tres elementos: nitrógeno, potasio y fósforo. Un abono que los contenga es legalmente completo, de suerte que el cultivador es impulsado a creer que a las plantas no les faltará sustancia útil, si han recibido estos tres elementos. Somos un rebaño - dice - dirigido por un pastor, bueno o malo, a quien seguimos con sus consecuencias.

La ley sobre los abonos - continúa el mismo autor refiriéndose a la ley francesa - nos obliga a contentarnos con tres elementos, siempre los mismos, para todos los terrenos, para todas las especies y variedades de plantas. Esto es sencillamente absurdo.

Vosotros - dirigiéndose a sus conciudadanos - habéis contactado conmigo este error y yo soy feliz al mostraros que la aldea de Lachapelle revive, aunque sea fuera de la ley.

2. El abono de la potasa y el empleo de sales de potasio puras: Por todas partes se repite: «Cuanta más potasa empleéis, tanto más abundantes serán vuestras cosechas». Y el resultado es que el exceso de potasa ha creado un envenenamiento potásico crónico, sobre todo allí donde, en lugar de silvinita, que aporta con la potasa otros muchos elementos útiles, se han empleado sales puras: cloruro, sulfato, nitrato.

El análisis ha revelado que los abonos ordinarios, con mucha potasa o poco o nada de magnesio y de sodio, acarrean modificaciones importantes en el equilibrio mineral de los vegetales, aumentando el porcentaje del potasio con relación al del magnesio. Se han obtenido, sin abonos, remolachas que contienen cinco veces más potasa que magnesia. Con la aplicación de distintos

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abonos, las remolachas de la misma variedad contenían 150 veces más de potasa que de magnesia.

3. El abuso del superfosfato como fuente de ácido fosfórico: El superfosfato contiene un 50 por 100 de yeso. Donde el superfosfato es empleado con exceso, las plantas absorben demasiada potasa del suelo; de ahí la perturbación del equilibrio mineral y el riesgo de intoxicación del ganado.

El «kuhima-phos» o «escorias Thomas», que es superfosfato sin yeso, no tiene estos peligros últimos.

Descubierta la raíz de los males, ya se ve dónde debe aplicarse la segur: evitar el exceso de potasa, yeso y amoníaco en los terrenos, y suministrarles magnesio en forma de fosfato, nitrato, carbono y sal marina no purificada. De este modo se asegura el equilibrio mineral en los vegetales y animales y, consecuentemente, en el hombre que se alimenta de ellos.

La prodigiosa influencia que se atribuye al cambio de aires para la salud, no puede explicarse por un mero cambio de éstos.

Pero, teniendo en cuenta que cambiar de aires es cambiar también de agua, suelo y de alimentos de composición mineral distintas, entonces se explica fácilmente este influjo tan extraordinario sobre la salud. La eficacia indiscutida de las estaciones termales es debida primeramente a la mineralización característica de las aguas, y también a los alimentos producidos sobre el suelo, que lleva consigo algunos de los elementos tan raros que escapan a veces al análisis corriente.

Por su parte el médico francés Pedro Delbet aduce las siguientes razones para demostrar que la alimentación de los pueblos civilizados es actualmente menos rica en magnesio que en otros tiempos.

La primera es el refinamiento de la sal. Antes se usaba en la mesa y en la cocina la sal gruesa y gris, es decir, la sal sin especial refinamiento. En tiempo húmedo se licuaba, en tiempo seco y caluroso se convertía en masa un poco dura. Esta delicuescencia de la sal se debía a la presencia del cloruro magnésico.

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El análisis de dicha sal gruesa y gris mostró que contenía por kilogramo 1.7 gramos de magnesio. Para evitar la incomodidad que representa el humedecimiento de la sal, se comenzó a eliminar una gran parte del cloruro magnésico, de suerte que ahora la sal refinada sólo contiene de 0.35 a 0.45 gramos de magnesio, en vez de 17 que tenía antes, o sea una cuarta parte. De sólo este hecho resulta que la ración magnesiana ha disminuido unos 50 gramos cada año por persona.

La segunda causa de la disminución del magnesio es el cernido de las harinas, siguiéndose de ello un pan desmineralizado.

Sobre este punto leamos, en primer lugar, estas líneas de Alexis Carrel:

«Nuestra vida está influenciada en muy grande escala, por los diarios. La publicidad está hecha únicamente en interés de los productores y nunca de los consumidores. Por ejemplo, se ha hecho creer al público que el pan blanco es superior al moreno. La harina ha sido cernida de un modo cada vez más completo, y así ha sido privada de los principios más útiles.

Se conserva mejor y el pan se hace más fácilmente. Los molineros y panaderos ganan más dinero. Los consumidores comen sin duda un producto inferior. Y en todos los países donde el pan es la parte principal de la alimentación, las poblaciones degeneran. Sumas enormes se invierten en la publicidad comercial.

Gran cantidad de productos alimenticios y farmacéuticos, inútiles y frecuentemente nocivos, han venido a ser una necesidad del hombre civilizado.»

Alexis Carrel está perfectamente de acuerdo con Pedro Delbot, quien nos dice: «El pan era antiguamente el alimento más rico en magnesio. Era la principal fuente de él para la humanidad occidental que se alimentaba de pan. El pan y la sal solamente eran el símbolo de la hospitalidad, eran los elementos fundamentales de ella. Ahora bien, se ha llegado a eliminar del pan la mayor parte del magnesio contenido en el trigo.

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Esta falta grave contra la higiene alimenticia no tiene otra explicación que la satisfacción de la vista. La única razón de preferir el pan blanco es el agrado que su blancura produce a la vista. Se paga esta elegancia con una disminución de la energía y de la salud. El magnesio se acumula en las envolturas del grano, envolturas a las que se aplica la molinería perfeccionada, y las logra descartar.»

Se han analizado las distintas harinas y salvados.

Los resultados, por cada 100 gramos, en miligramos de magnesio, son:

La aberración sobre esta cuestión es tal, que la harina que contiene una notable cantidad de magnesio (62 miligramos por 100 gramos) recibe el calificativo de baja.

Y por este error insospechado, la mayor parte del magnesio está destinado a los animales en la harina de baja calidad y en el salvado.

Por consiguiente, con razón se puede decir que los perfeccionamientos de la molinería son una causa importante de la degeneración, que es causada por la mala mineralización de los alimentos.

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«En este asunto la molinería tiene la primacía, pues en nuestro país el pan es el alimento principal. Por un error inimaginable, el cernido de las harinas ha sido apurado tanto, que el precioso magnesio del trigo ha sido eliminado del pan blanco. Yo he demostrado que el pan blanco es cancerígeno.»

Por su parte, Schrumpf-Pierron nos notifica que, en el país donde se come mucho pan, éste, si es bueno, suministra la mayor parte del magnesio alimenticio.

Pero, he aquí que nuestro pan contiene siete veces y media menos de magnesio (MgO) que el que toman los campesinos de Egipto. Si nuestro pan europeo tuviese la conveniente mineralización magnesiana, un individuo que consumiese 500 gramos de pan ingeriría 830 miligramos de magnesio, mientras que ahora sólo ingiere 320 miligramos.

La tercera causa de la pobreza del magnesio en la vida moderna proviene de la agricultura. P. Delbet experimentaba que las patatas degeneraban en cierta región al cabo de tres años que se habían plantado en ella.

Era preciso importarlas de los Países Bajos, Flandes y Monte San Miguel, es decir, de terrenos particularmente ricos en magnesio.

Es cosa enteramente averiguada que las plantas fijan el magnesio en tiempo de su maduración; que unas especies lo fijarán más que otras, supuesta siempre una relación proporcional entre el contenido de la planta en magnesio y el del suelo.

C) MANERA DE OBTENER EL EQUILIBRIO MINERAL EN EL HOMBRE

Acabamos de ver que el organismo humano se halla en desequilibrio mineral particularmente por la falta de magnesio.

Ahora bien, este desequilibrio mineral produce estragos sin cuento en los seres humanos, por no encontrar apenas oposición, es decir, reacción para alcanzar el debido equilibrio.

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Hombres de ciencia que se han preocupado de este grave problema y lo han estudiado a fondo han estampado frases como éstas:

«Los microbios patógenos son muy temibles en los organismos desequilibrados; pero en el mundo equilibrado, no serían quizá más que una curiosidad de laboratorio.»

Pero es el caso que estos microbios llevan tras sí la mayor atención de los médicos e impiden así - y por eso sobre todo son temibles - descubrir la verdadera causa de las enfermedades que aquejan al género humano: el desequilibrio mineral, y de poner ahí el remedio.

Mientras que la lucha contra los microbios acapara una mayor actividad de los sabios y la diligencia de los servicios sanitarios, se asegura la multiplicación de estos mismos microbios a quienes se pretende combatir, se aumenta su virulencia, ofreciendo por todas partes una excelente disposición para su desarrollo: los organismos desequilibrados del hombre, animales y plantas. Y los abonos minerales que pueden restablecer, al menos en parte, un equilibrio mineral más perfecto, se emplean frecuentemente de tal manera que son responsables de un desequilibrio mineral que no cesa de aumentar.

Y bajemos a casos concretos. El doctor Hurfez-Sacleux ha constatado cada año casos de enteritis graves en los niños, y ha establecido una relación proporcional entre los casos de esta enfermedad y la cantidad de leche de vaca que toman los niños.

H. Vilain hace notar que precisamente se dan estas enfermedades cuando el alimento de las vacas es a base de remolachas, cuya composición mineral es muy poco variada, sobre todo si en los abonos predominan las sales de potasio, como se aconseja desatinadamente a los cultivadores. En consecuencia, que el desequilibrio mineral de la leche de dichas vacas es la causa de las enfermedades graves de estos niños que se alimentan de ella. Una buena y equilibrada alimentación mineral será la base de nuestra salud y de la recuperación de excelentes cualidades en la sociedad.

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Para evitar la deficiencia alimenticia de magnesio, es preciso intensificar el cultivo de las especies y variedades más aptas para fijarlo, y poner a disposición de la planta todo el magnesio que ella pueda fijar útilmente. Éste es el camino que se debiera seguir. Pero se ha elegido otro camino, con la subsiguiente perturbación del equilibrio mineral.

Se siembran trigos híbridos que se desenvuelven en terrenos pobres en magnesio, en vez de enriquecer los terrenos con abonos de magnesio. Se siembran variedades incapaces de fijar el magnesio del suelo en proporciones convenientes.

Los ingenieros agrónomos han de determinar qué variedades son las de mejor constitución para la salud. Cuando éstas estén bien determinadas, quedará el trabajo de hacerlas adoptar. Las variedades, incapaces de fijar el magnesio en las proporciones debidas, deberían ser proscritas.

Un punto muy importante para llegar a la obtención del equilibrio mineral estriba en el conocimiento de su relación con las glándulas endocrinas.

Sabido es que estas glándulas rigen, en su mayor parte, la salud y el desarrollo vital del organismo. En este punto podemos asentar como cierto este principio: a todo desequilibrio mineral prolongado corresponde un desequilibrio endocrino, que repercutirá notablemente en los individuos sometidos a él. De ahí no nos extrañará que los individuos de una región presenten especiales características respecto de los de otras regiones, que tienen un influjo mineral distinto en las glándulas endocrinas, rectoras de la vida y del desenvolvimiento del organismo.

Los nuevos planes a realizar son numerosos:

• determinar cuál es la mineralización ideal, característica del alimento perfectamente sano

• determinar cuáles son las plantas que pueden adquirir una mineralización mejor

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• precisar el modo de cultivo de las distintas plantas y las fórmulas de abonos más aptas

La producción de tales alimentos se generalizaría, haciendo ver a los cultivadores que ellos pueden producir tales alimentos, que ellos deben producirlos y que esto es en su provecho propio, consiguiendo frutos no sólo de excelente calidad, sino también en mayor cantidad.

El pan, por ser primero de los alimentos, ha ocupado la atención de H. Vilain. Insiste en que se siembren las mejores variedades de trigo para la salud del consumidor.

A estos trigos se les debe dar un cultivo que mejore todavía las cualidades de su excelente composición mineral, pues ésta puede variar entre límites no pequeños. Y, por fin, hay que utilizar debidamente estos trigos. Elimínese el salvado, que no es digerible; pero, sobre todo, de ningún modo se quiten el germen y las envolturas internas, tan ricas en vitaminas y minerales útiles, a fin de obtener un pan más blanco.

La panificación directa es un excelente medio y muy poco conocido por aprovechar perfectamente el trigo de buena calidad. El trigo no se muele, sino que se pone en agua a temperatura conveniente durante cierto tiempo.

Los granos de trigo absorben agua, se hinchan, se reblandecen, el germen pasa de la vida de letargo a la vida activa, se enriquece en vitamina, segrega diastasas, que le permiten digerir las reservas nutritivas del albumen. Entonces se machaca y se transforma directamente en pasta de pan.

Se elimina el salvado, pero las sales solubles del salvado quedan en la pasta. No queda más que echarle sal, hacerlo fermentar y cocerlo. Este pan es muy fácil de digerir, por contener las diastasas del germen y las solubles del salvado. Este pan es, además, más económico.

De todo lo dicho hasta aquí ya no puede dudarse de que nuestra salud exige una alimentación más abundante en magnesio, sobre todo si se tiene en cuenta los efectos saludables y el gran número de enfermedades que previene

Referencias

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