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Sentimiento y reflexión en la filosofía de Kant Estudio histórico sobre el problema estético. Manuel Sánchez Rodríguez

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Sentimiento y reflexión en la filosofía de Kant

Estudio histórico sobre el problema estético

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Prólogo XI

Introducción XV

I La crítica del gusto en torno a la Dissertatio de 1770 1

1. Logica naturalis et logica artificialis 3

1.1. Introducción . . . 3

1.2. Historia del problema . . . 7

1.3. Sano entendimiento, o la capacidad de enjuiciar in concreto . . . 11

1.4. La génesis de la problemática del enjuiciamiento . . . 14

1.5. Enjuiciamiento y gusto . . . 17

2. Leyes de la sensibilidad y formación del conocimiento sensible 23 2.1. Introducción . . . 23

2.2. La fundamentación del conocimiento sensible en la Dissertatio . . . . 24

2.3. La objetividad sensible de la belleza . . . 29

2.4. La actividad coordinante de la sensibilidad . . . 32

2.5. «Conceptualidad sensible» y gusto . . . 38

2.6. La crítica de Kant a Baumgarten . . . 46

3. El significado analógico de lo bello 55 3.1. Introducción . . . 55

3.2. Die Grenzen der Sinnlichkeit und der Vernunft . . . 56

3.3. Lo bello como análogo de la perfección moral . . . 61

3.4. Belleza y finalidad . . . 69

II La crítica de los ámbitos objetivos de la razón y el desarrollo del proyecto estético 77 4. La fundamentación crítica de los ámbitos objetivos de la razón 79 4.1. Introducción . . . 79

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VIII Índice general

4.2. La pérdida de un fundamento para el proyecto estético . . . 81

4.2.1. La demarcación de la Lógica Trascendental . . . 82

4.2.2. Estética Trascendental y crítica del gusto . . . 86

4.3. La autonomía de la imaginación en la segunda edición de la Crítica . 89 4.3.1. La edición de 1781 . . . 92

4.3.2. La edición de 1787 . . . 98

4.4. Juicio trascendental e indeterminación del singular sensible . . . 110

4.5. El uso hipotético de la razón . . . 116

4.5.1. La razón como una fuerza básica . . . 116

4.5.2. El uso hipotético de la razón . . . 122

4.6. La no contradicción de la razón consigo misma . . . 127

4.6.1. El problema de la posibilidad de la libertad . . . 128

4.6.2. El primado de lo práctico en el sistema de la razón . . . 130

4.7. La determinación del ámbito de la libertad . . . 132

4.7.1. El reconocimiento de la finitud en la moral del deber . . . 133

4.7.2. El sentimiento moral . . . 139

5. El proyecto estético en el periodo cercano a la primera Crítica 145 5.1. Introducción . . . 145

5.2. El juego de las facultades: perfección estética y gusto . . . 146

5.3. Validez intersubjetiva y sensus communis . . . 152

5.4. El gusto y las condiciones subjetivas del Juicio sensible . . . 157

5.5. Geist e imaginación productiva . . . 163

5.5.1. La crítica kantiana al concepto de genio de Gerard . . . 165

5.5.2. Geist como raíz común pero desconocida de las facultades de conocer . . . 171

5.5.3. La elaboración estética de la teoría del uso hipotético de la razón . . . 176

5.6. Gusto y moral: la heteronomía de lo estético . . . 180

III El significado sistemático de la crítica del gusto 189 6. La crítica del Juicio reflexionante en el sistema de la razón 191 6.1. Introducción . . . 191

6.2. La incorporación del proyecto estético al sistema crítico . . . 192

6.2.1. El descubrimiento de la aprioridad del gusto . . . 196

6.2.2. De una crítica del gusto a una crítica trascendental del Juicio 202 6.3. El problema de la sistemática de la razón . . . 209

6.4. La crítica del Juicio como fundamentación última de la razón . . . 218

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7. La crítica del gusto como fundamentación última del sistema crítico 243

7.1. Introducción . . . 243

7.2. La Analítica de lo bello . . . 244

7.2.1. Autonomía y subjetividad de lo bello . . . 245

7.2.2. La universalidad y necesidad del juicio de gusto . . . 247

7.2.3. Finalidad sin fin y contingencia . . . 253

7.3. La deducción del juicio de gusto . . . 260

7.3.1. El argumento de la deducción . . . 261

7.3.2. La pretensión de validez intersubjetiva del Juicio reflexionante 266 7.4. El Juicio estético-reflexionante en el sistema de la razón . . . 273

7.4.1. Ideas estéticas y conocimiento . . . 274

7.4.2. El concepto de lo suprasensible como principio del Juicio reflexionante . . . 277

7.4.3. La función sistemática del Juicio reflexionante como media-ción entre el uso teórico y el uso práctico de la razón . . . 287

Bibliografía 297

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Este libro presenta la tesis doctoral que defendí a finales de 2007 en la Uni-versidad de Granada (España). Aunque se siguen sosteniendo aquí las mismas ideas que en aquel primer trabajo, se trata de una versión más reducida, cuyos aspectos formales han sido revisados. En la presente publicación tampoco se ha incluido el epílogo de este trabajo de doctorado, en el que se seleccionaron y tradujeron los textos más importantes sobre estética de los Apuntes de Lec-ciones sobre Antropología. Una edición crítica de estos materiales se publicará próximamente en la serie Claves de la Editorial Comares.1

El trabajo que ha conducido a este libro no hubiera sido posible sin el apoyo y la colaboración de personas que han permitido día a día, de las más diferentes formas, mi dedicación a esta investigación. Éste es un proyecto que he compartido con mis dos directores de tesis, el Prof. Juan Antonio Nicolás y la Prfa. María Jesús Vázquez, quienes no sólo me animaron a emprender una investigación histórica sobre la Crítica del Juicio, sino que han participa-do de forma activa en la definición, orientación y revisión de este trabajo. La suya ha sido una ayuda esencial ante la que deseo mostrar mi agradecimiento, no sólo por su activo compromiso profesional, sino también por la atención personal hacia mi trabajo y su desarrollo. Quisiera también expresar mi agra-decimiento a los miembros del Departamento de Filosofía I y Filosofía II de la Universidad de Granada, donde he tenido la suerte de conocer a perso-nas de la mayor valía personal y profesional, como el Prof. Juan José Acero y la Prfa. María José Frapolli, así como los compañeros y amigos Antonio Gaitán, Antonio Garzón, José Manuel Romero, Pepe Salvatierra y Neftalí Villanueva.

1Desde 2003 a 2009 he contado con el patrocinio de diversas instituticiones y proyectos: Programa

de Formación del Profesorado Universitario (Ministerio de Educación y Ciencia), Programa Nacional de Recursos Humanos de Investigación Científica (Ministerio de Ciencia e Innovación), Plan Propio de la Universidad de Granada y Deutscher Akademischer Austauschdienst; así como los proyectos de investi-gación «Obras de Leibniz: Análisis crítico, selección y edición en castellano» (HUM2004 – 00767/FISO), «Leibniz en español» (HUM2007 – 60118/FISO) y «Crítica de la sensibilidad y cultura europea. Hacia una historia civil de los conceptos estético-literarios en el sigloXVIII» (SA057A06).

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XII Prólogo

También he tenido la gran oportunidad de desarrollar mi trabajo en cen-tros de investigación en Alemania. Agradezco al Prof. Reinhard Brandt su in-vitación al Institut für Philosophie de la Philipps-Universität Marburg, don-de permanecí el último trimestre don-de 2004. Desdon-de agosto don-de 2005 a junio don-de 2007 disfruté de una estancia de investigación en la Kant-Forschungsstelle de la Universität Trier, gracias a la invitación del Prof. Bernd Dörflinger, quien atendió en todo momento mis necesidades durante este periodo. Gracias a su seminario sobre las dos introducciones a la Crítica del Juicio, pude bene-ficiarme de un acceso analítico y minucioso a dos textos tan complejos de la obra de Kant. Mención especial merece en este lugar el Prof. Norbert Hins-ke, quien con su gran experiencia y vivo conocimiento me ha ofrecido desde el principio su ayuda a través de sus consejos e indicaciones, poniendo a mi disposición no sólo su valiosa biblioteca personal, sino también su tiempo y su hospitalidad. La preparación final de esta publicación la he realizado en la Leibniz-Edition de Potsdam, de la Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, donde he recibido los atentos consejos del Prof. Wenchao Li y el Prof. Stephan Waldhoff. Quisiera también agradecer aquí la colabora-ción y disponibilidad mostrada por el Prof. Juan Arana, el Prof. Jesús Conill, el Prof. Maximiliano Hernández, el Prof. Riccardo Pozzo y el Prof. Felipe Martínez Marzoa.

Durante este tiempo también he recibido el apoyo y el cariño de personas que, desde fuera del ámbito académico, han estado presentes igualmente en este trabajo. Cabe mencionar aquí especialmente a Náyade Bermúdez, Ara-celi Gloria, Martin Leibrock, Patricia Pérez, Dimiter Dinev, Todor Dinev y Camila Valdés.

Quisiera mostrar además mi admiración por personas que han demostra-do con su quehacer diario que la sabiduría se hace de honestidad y sentidemostra-do común, como mi abuela María Rocha y mi abuelo Miguel Sánchez. También he tenido la suerte de tener unos padres que durante su vida han dedicado a su familia todos sus esfuezos. Aunque mi padre, José, nos dejó hace unos años, él nos sigue de cerca, de la mano de mi madre, Lina, a quien le deseo de corazón tanta ilusión y energía para sí como la que ella ha empeñado en nosotros. También a mis hermanos, María Ángeles y José Mari, quisiera mos-trarles aquí mi agradecimiento y admiración, por haber estado siempre a la cabeza en momentos fáciles y difíciles. La redacción de este trabajo ha sido una aventura que no emprendí en solitario, pues desde el principio tuve jun-to a mí a una compañera de camino, Katrin Bauer, a quien es verdad que le apasionan más las montañas de piedra que las de conceptos, pero que no por ello renunció en ningún momento a guiarme y a alentarme, mostrando

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to-dos los días con su vida y su cariño en qué consiste ese difícil arte de ascender montañas con la fuerza de la alegría.

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El lector que se adentre por primera vez en la Crítica del Juicio,2publicada

por Immanuel Kant en 1790, se encontrará con una obra que puede provocar diferentes impresiones, en ocasiones opuestas entre sí. Por un lado, en ella parece mostrarse un Kant diferente al de la primera y la segunda Crítica, no sólo por ocuparse de temas ajenos a los que suelen proponerse en la mayo-ría de los manuales para una caracterización de este filósofo, sino también porque la tercera de las Críticas parte del reconocimiento de que aún queda por resolver lo que las dos primeras parecían dar por resuelto. Desde luego, a partir de esta constatación el lector puede optar por no hacer aún más difícil su comprensión de la filosofía de Kant, relativizando la importancia de tal obra en el panorama general de los escritos de este pensador. Al fin y al cabo, así cabría pensar, la Crítica de la razón pura3y la Crítica de la razón práctica4

debían de poder ofrecer el punto de partida definitivo que sirviese de base para tal comprensión, pues aquí Kant insiste en haber satisfecho plenamente una fundamentación de la validez de la razón en sus dos únicos ámbitos de objetividad y aplicación, a saber, el conocimiento de la naturaleza y la deter-minación moral de la acción. De hecho, la Kritik der Urteilskraft no alcanza a fundar un tercer ámbito de la razón, de modo que ni siquiera ocupa un lu-gar en el sistema doctrinal de la filosofía trascendental. No sería descabellado pensar que Kant, filósofo netamente racionalista e intelectualista, sólo pudie-ra ocuparse con el problema de lo bello de forma marginal en lo que respecta al verdadero núcleo de su sistema filosófico.

Sin embargo, la perplejidad provocada por esta obra también puede indi-carnos que habíamos partido de un punto de vista erróneo en nuestra valora-ción y comprensión del planteamiento filosófico del criticismo. En particu-lar, cuando Kant alude en la Kritik der Urteilskraft a la cuestión del sistema

2En adelante, “Kritik der Urteilskraft”. En este trabajo se traducirá “Urteilskraft” como “Juicio”, y

“Urteil” como “juicio”, siguiendo la propuesta de Manuel García Morente en su edición al castellano de esta obra.

3En adelante, “Kritik der reinen Vernunft”. 4En adelante, “Kritik der praktischen Vernunft”.

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XVI Introducción

de la razón, lo hace apuntando a aquellos puntos clave de la teoría criticista de la racionalidad que podían aparecer ya en las dos primeras Críticas como problemáticos. Es más, estos aspectos conforman el blanco de buena parte de las objeciones que se aducen contra el criticismo desde los debates contem-poráneos: el dualismo de la objetividad, la fundamentación del conocimiento teórico con abstracción de la génesis empírica de las leyes particulares de la ciencia, la definición cientificista de la objetividad fáctica en la que debe ac-tuar el agente moral, o la fundamentación de la razón práctica meramente en relación con un sujeto ideal, diferente al que debe actuar de forma efecti-va. Sin embargo, debe reconocerse que estos resultados no se corresponden con el programa inicial de una fundamentación crítica de la racionalidad hu-mana, planteada por Kant desde 1781. En particular, el criticismo pretende desde el principio una comprensión sistemática y unificada de la razón huma-na, la cual permita dar cuenta de sus diferentes intereses y dimensiones desde el reconocimiento de la finitud del individuo.

A mi juicio, una profundización en esta segunda visión de la Kritik der Urteilskraft no conlleva, ni una revisión de los fundamentos establecidos en las dos primeras Críticas, ni una constatación de la desvinculación de esta obra con respecto a tales resultados iniciales. Más bien, la cuestión general planteada por Kant en la tercera Crítica tiene que ver con esta concepción sistemática de la razón que es presupuesta, pero no fundada, en los desarro-llos particulares de la Kritik der reinen Vernunft y la Kritik der praktischen Vernunft. Ello no significa que el desarrollo interno de estas obras pueda o deba ser leído desde la perspectiva de la última, sino que la línea argumental por la que presumiblemente el criticismo aporta una fundamentación de la razón sólo concluye en sentido estricto en 1790. De este modo, desde la pers-pectiva de la Kritik der Urteilskraft, los resultados de las dos primeras Críticas constituyen diferentes momentos dentro de esta línea argumental y sólo ad-quieren sentido, en última instancia, en la medida en que este argumento llega a su conclusión. Según Kant, la conclusión del estadio crítico de la filosofía se produce justamente a través de una crítica del Juicio estético. Los debates de la filosofía contemporánea en torno a la teoría criticista de la racionalidad suelen plantear sin más sus valoraciones u objeciones a partir de una lectura de alguno de estos momentos por separado, desvinculándolos de la articula-ción sistemática que era exigida por Kant como condiarticula-ción de posibilidad de una comprensión última de la razón en cualquiera de sus dimensiones. La investigación planteada en este trabajo no tiene por objeto una revisión de tales debates; sino, más bien, la elucidación de esta función de la crítica de

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los juicios de gusto5 en dicha conclusión del sistema crítico, a partir de un

estudio histórico-evolutivo sobre la génesis y el desarrollo de esta cuestión en la filosofía de Kant.6

Este enfoque sobre la Kritik der Urteilskraft supone un alejamiento con respecto a las lecturas según las cuales en esta obra se ofrecería únicamente una fundamentación de los juicios estéticos en tanto que un tercer tipo de juicios sintéticos a priori. Según este último punto de vista, el resultado prin-cipal de la obra sería la constatación de que tales juicios sólo presentan validez subjetiva, de tal modo que su fundamentación no puede dar lugar a un ter-cer ámbito de la racionalidad. Ésta es a grandes rasgos la lectura defendida por la escuela neokantiana desde Hermann Cohen7. En este caso, la tercera

Crítica es presentada como una obra ajena al sistema de la filosofía trascen-dental. Con ello, se pasa por alto que en el Prólogo mismo de la Kritik der Urteilskraft la sistematización de la metafísica de las costumbres y de la me-tafísica de la naturaleza se ve condicionada por la necesidad de ofrecer una crítica del Juicio. Si bien los principios subjetivos de esta facultad no forman parte del sistema de la metafísica, sí pertenecen de forma esencial al sistema crítico, en tanto que encaminado a una fundamentación de la doctrina de la razón en cualquiera de sus ámbitos. Por tal motivo, la propia explicación de Kant sobre el sentido de la obra debe llevarnos a tenerla en cuenta para una comprensión sistemática de la fundamentación de la razón emprendida por éste desde 1781.

Los presupuestos fundamentales de la interpretación neokantiana serán compartidos mucho más tarde por uno de los filósofos cuya obra más ha influido en la recepción de la Kritik der Urteilskraft. En la polémica contra el idealismo trascendental planteada por Hans-Georg Gadamer en Wahrheit und Methode8, éste presupone que la actividad reflexionante del Juicio, que es

fundada desde la crítica del gusto, no juega ningún papel en el conocimiento o la moral. De este modo, el análisis filosófico de los juicios estéticos de

gus-5No se atenderá aquí a la función sistemática de la crítica de los juicios estéticos sobre lo sublime,

si bien se reconoce desde el principio que esta sección de la Kritik der Urteilskraft se integra dentro de la función sistemática que Kant le adscribe a los juicios estéticos en general. De cualquier modo, lo cierto es que, en su desarrollo intelectual, Kant se centra en el problema estético desde sus reflexiones en torno al gusto y al sentimiento de lo bello.

6Sobre el debate contemporáneo en torno a una valoración de la modernidad en general y del

cri-ticismo en particular, véase NICOLÁSMARÍN, Juan Antonio (2001): «Alternativas actuales a la crisis

de la metafísica moderna», en J. A. Nicolás y Mª. J. Frapolli (ed.) (2001): Evaluando la modernidad. El legado cartesiano en el pensamiento actual, Granada, 79–105; NICOLÁS, Juan Antonio y SÁNCHEZRO

-DRÍGUEZ, Manuel (2005): «Criticismo y Trascendentalismo. Huellas Kantianas en la Filosofía Actual», en Revista Portuguesa de Filosofía 61, 2005, 901–28.

7COHEN, Herrmann (1889): Kants Begründung der Ästhetik, Berlin.

8GADAMER, Hans-Georg (1960): Wahrheit und Methode, Grundzüge einer philosophischen

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XVIII Introducción

to no desempeñaría ningún papel sistemático en el marco más amplio de la teoría criticista de la racionalidad.

Resulta notable que Gadamer expuso su lectura justamente en explícita oposición frente al primer estudio que a principios del sigloXXhabía

plan-teado la necesidad de una revisión general del neokantismo a partir de una investigación histórica sobre la estética kantiana, a saber, Kants Kritik der Urteilskraft, de Alfred Baeumler9. Éste reclamó enérgicamente la necesidad

de considerar la filosofía de Kant más allá de su caracterización como una teoría del conocimiento. Según su interpretación, el significado esencial del concepto de crítica es fundado plenamente en la Kritik der Urteilskraft, obra desde la cual debe plantearse además la comprensión histórica de la filosofía de Kant. Baeumler juzgaba la tercera Crítica como la culminación filosófica y sistemática de la Ilustración estética, que se había desarrollado en Alemania durante el siglo XVIIIcomo respuesta epocal a una problemática

fundamen-tal, a saber: el riesgo del irracionalismo, como posible consecuencia histórica del reconocimiento de la categoría de individuo. En el primer volumen de la obra lleva a cabo una profunda y detallada exposición de esta tradición y de sus conceptos clave, así como un estudio introductorio sobre la génesis de la estética precrítica a la luz de dicho contexto histórico. Lamentablemente, el segundo volumen de esta importante contribución a la investigación sobre Kant no llegó a ser emprendido por el autor. Con todo, esta obra no sólo plantea la íntima relación de la Kritik der Urteilskraft con la Ilustración esté-tica alemana, sino que demuestra la utilidad de un estudio histórico para una comprensión del significado sistemático de la crítica trascendental del gusto.

Ha sido principalmente en las últimas décadas cuando se ha defendido la importancia de la Kritik der Urteilskraft para una comprensión del sistema de la filosofía trascendental y se ha intentado encontrar en este escrito un punto de partida para desentrañar el significado último de la teoría de la racionalidad que se desprende de este planteamiento filosófico.10Sin embargo, opino que

9BAEUMLER, Alfred (1923): Das Irrationalitätsproblem in der Ästhetik und Logik des 18. Jahrhunderts

bis zur Kritik der Urteilskraft, vol.I: Kants Kritik der Urteilskraft. Ihre Geschichte und Systematik, Tübin-gen 1967. GADAMERexpresa su rechazo a este estudio en 1960: 47 n. 74.

10En 1972, BARTUSCHAT, Wolfgang (1972): Zum systematischen Ort von Kants Kritik der

Urteils-kraft, Frankfurt am Main, se centra en el problema del emplazamiento sistemático de esta obra en rela-ción con el marco teórico que se desprende de la Kritik der reinen Vernunft y la Kritik der praktischen Vernunft. Su estudio no tiene tanto por objeto una comprensión histórica de este significado sistemático en el marco del desarrollo intelectual de Kant; sino, más bien, una explicación de la tercera Crítica como un intento de resolución de las aporías y los problemas que se desprenden de los dos primeros momentos de la obra crítica. Siguiendo la línea de este último, PETER, Joachim (1992): Das transzendentale Prinzip der Urteilskraft. Eine Untersuchung zur Funktion und Struktur der reflektierenden Urteilskraft bei Kant, Berlin y New York, se centra más tarde en una interpretación de la tercera Crítica desde un análisis de la fundamentación crítica del Juicio reflexionante. Según éste, tal fundamentación es desarrollada por Kant con ocasión de su crítica de los juicios estéticos y de los juicios teleológicos. Por otro lado, también se ha

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una investigación sobre el significado sistemático de la crítica de los juicios estéticos de gusto que parta exclusivamente de una lectura del texto de la ter-cera Crítica se topará inmediatamente con una dificultad fundamental. Pues en las dos introducciones redactadas por Kant se anuncia el emplazamiento de una crítica del gusto en el sistema trascendental de la razón; sin embargo, en el mismo cuerpo de la obra no se explicita en absoluto de forma nítida o coherente en qué sentido su línea argumental en la fundamentación de lo bello cumple la función sistemática que las introducciones le atribuían. Es el intérprete entonces el que tiene que decidir dónde se encuentran las claves que permiten una reconstrucción de su propia interpretación de la filosofía de Kant. Es más, aunque esta línea argumental se desarrolla en las diferentes secciones de la primera parte de la obra, cada una de ellas presenta tal diver-gencia y desvinculación a nivel terminológico y sistemático que difícilmente puede entenderse en qué sentido conforman una obra unitaria. Con ello, no me refiero sólo a la división de la Kritik der Urteilskraft en una crítica del Juicio estético y una crítica del Juicio teleológico, sino principalmente a la unidad interna de la parte dedicada a la crítica trascendental del gusto, en la que, según Kant, se desarrolla una fundamentación del Juicio reflexionante en general.

Esta problemática relativa a la unidad del texto de la Kritik der Urteilskraft fue puesta de manifiesto a partir del estudio histórico-evolutivo de Giorgio Tonelli11. Su trabajo demuestra que la tercera Crítica fue redactada por Kant

en diferentes etapas y que la posición del filósofo alemán sobre el significa-do sistemático de su obra se desarrolló y concretó paulatinamente durante el proceso de redacción. Ello explica que sus aclaraciones sobre el significado sistemático de la crítica del gusto se encuentren principalmente en los textos más tardíos de tal proceso de redacción, como la Dialéctica y las

introduc-insistido en una defensa del interés esencial de la crítica del juicio estético para una comprensión correcta de la concepción del conocimiento teórico en la filosofía kantiana. En este sentido, GUYER, Paul (1979):

Kant and the Claims of Taste, Cambridge 1997, así como GUYER, Paul (1993): Kant and the Experience of Freedom. Essays on Aesthetics and Morality, Cambridge 1996, suponen un punto de partida para una com-prensión de la Kritik der Urteilskraft en el marco general del criticismo. También GINSBORG, Hannah (1990a): The Role of Taste in Kant’s Theory of Cognition, New York y London, ha insistido en la necesidad de atender a la teoría de la validez intersubjetiva que se desprende de esta obra para una correcta compren-sión de la concepción de la objetividad en la filosofía trascendental. WIELAND, Wolfgang (2001): Urteil und Gefühl. Kants Theorie der Urteilskraft, Göttingen, ha emprendido también un detallado y pormeno-rizado análisis de la fundamentación del gusto en tanto que fundamentación crítica de la génesis subjetiva de los juicios de conocimiento, a partir de una lectura de las secciones dedicadas en esta obra a la Analítica y la Deducción de los juicios de gusto. En lo que respecta a la literatura en castellano, encontramos en LÓPEZMOLINA, Antonio Miguel (1984): Razón pura y Juicio reflexionante en Kant, Madrid, el primer

trabajo que plantea de forma específica la vinculación de la teoría del Juicio reflexionante con el marco general de la teoría kantiana de la racionalidad.

11TONELLI, Giorgio (1954): «La formazione del testo della “Kritik der Urteilskraft”, en Revue

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XX Introducción

ciones. La constatación de Tonelli ofrece la razón principal por la que una lectura que parta meramente de un análisis interno del texto de la Kritik der Urteilskraft difícilmente podrá presentar el significado filosófico del proyec-to estético como algo que surge de la propia intención del filósofo de Kö-nigsberg y de las pretensiones sistemáticas que tiene a su base el criticismo. Dada la escasa claridad con la que las declaraciones del propio Kant corro-boran la reconstrucción sistemática del intérprete, su lectura de la obra no elude el riesgo de encontrarse con la objeción de que, con independencia de la reconstrucción que puedan soportar los textos, Kant no apreciaba aún el significado sistemático de su tarea al ocuparse con la redacción de las seccio-nes más tempranas, como la Analítica y la Deducción de los juicios de gusto. En principio, nada debería autorizarnos a leer tales secciones como una res-puesta al problema más amplio de la sistematización entre la razón teórica y la razón práctica, de ser cierto que en el momento de su redacción Kant no había apreciado aún el significado sistemático de la crítica del gusto. La apre-ciación de esta nueva dimensión de su proyecto estético aparece con claridad en la Dialéctica y en las introducciones a la obra; pero esto no debería auto-rizarnos a leer las secciones más tempranas desde su posición más madura, es decir, desde una perspectiva que no se encuentra aún desarrollada en las mismas. Es más, si el descubrimiento de esta vinculación sistemática con res-pecto al problema más amplio de una conclusión del sistema crítico fuera un descubrimiento tardío en el desarrollo intelectual de Kant, nuestra recons-trucción de esta obra desde un punto de vista sistemático no tiene por qué llevarnos a considerar las dos primeras Críticas desde esta noción tardía de sistema, pues éstas presentarían una concepción diferente de la problemática de la fundamentación de la razón, que, en cualquier caso, habría sido revisada o reformulada por Kant desde la posición alcanzada en 1790.

Desde la consideración de esta problemática, el presente trabajo defiende la idea de que un estudio histórico-evolutivo sobre el desarrollo de la estética en el pensamiento de Kant debe poder ofrecer una base para interpretar la primera parte de la Kritik der Urteilskraft como un proyecto unitario enmar-cado en los intereses sistemáticos de este pensador. El estudio se centra en dos tareas fundamentales. En primer lugar, su objetivo es rastrear en el desarrollo intelectual de Kant la evolución de la vinculación entre su proyecto estético y las cuestiones que conformarán en la tercera Crítica la problemática general de la fundamentación última de la razón. En segundo lugar, atiende especial-mente al significado filosófico de lo estético en relación con tales cuestiones, con el objeto de aclarar por qué Kant considerará en la Kritik der Urteilskraft que la crítica trascendental del gusto ofrece la conclusión del sistema

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críti-co y, críti-con ello, aporta una solución en relación críti-con la problemática señalada. Se parte así del reconocimiento de que sólo la tercera Crítica alcanza la ar-ticulación sistemática del proyecto estético en el contexto más amplio de la fundamentación crítica de la razón. Pero ello no significa que la vinculación de la crítica del gusto con dicha problemática general sea un resultado tardío en el desarrollo intelectual de Kant. A este respecto, un estudio histórico so-bre el desarrollo del proyecto estético debe ofrecer una base para una lectura unitaria de la crítica trascendental del gusto, si demuestra que el desarrollo del proyecto estético se ve motivado principalmente por las reflexiones de Kant en torno a una serie de cuestiones que finalmente serán afrontadas en un sen-tido sistemático en esta obra. Si ya desde 1770 Kant se ha servido de modo tentativo de su proyecto estético para reflexionar sobre dichas cuestiones, en-tonces podemos interpretar las diferentes secciones de la tercera Crítica como un proyecto unitario, en tanto que conformarían diferentes momentos de su desarrollo intelectual que, a pesar de su divergencia en relación con el nivel de madurez de las soluciones alcanzadas, constituirían un proyecto intelec-tual destinado a afrontar una misma problemática filosófica.

Metodología. En particular, el presente estudio lleva a cabo un seguimiento de estas cuestiones desde 1770 a 1790 en los materiales del Legado póstumo12

y de los Apuntes de Lecciones13, desde una historia evolutiva de la estética

de Kant en el marco de una historia de los problemas afrontados en la Kri-tik der Urteilskraft. A este respecto, la relativamente reciente publicación de las Lecciones de Antropología14en la edición de la Akademie-Ausgabe abre la

posibilidad de recurrir a textos decisivos para la comprensión del desarrollo intelectual de Kant cuyo acceso seguro a los mismos no era posible hasta hace poco.15

12En adelante, “Nachlass”.

13En adelante, “Vorlesungsnachschriften”.

14Vorlesungen über Anthropologie, ed. de R. Brandt y W. Stark (Berlin 1997), en AAXXV. 1 yXXV. 2.

Una compilación de algunos de los textos de estos apuntes de lecciones ha sido publicada en italiano en VERRI, Pietro y KANT, Immanuel: Sul piacere e sul dolore. Immanuel Kant discute Pietro Verri, ed. de P. Giordanetti, Milano 1998. En castellano, una sección de la Anthropologie-Mongrovius ha sido traducida al castellano en KANT, Immanuel: Antropología práctica. (Según el manuscrito inédito de C. C. Mongrovius, fe-chado en 1785), ed. de R. Rodríguez Aramayo, Madrid 1990. Como resultado de la presente investigación, próximamente publicaré en la editorial Comares (Granada) KANT, Immanuel: Fragmentos sobre estética. Una selección crítica a partir de los Apuntes de Lecciones sobre Antropología.

15Una primera selección de textos procedentes de estas lecciones la encontramos en el trabajo clásico

de SCHLAPP, Otto (1901): Kants Lehre vom Genie und die Entstehung der Kritik der Urteilskraft, Göttin-gen. Si bien TONELLI, Giorgio (1955): Kant, dall’estetica metafisica all’estetica psico-empirica. Studi sulla

genesi del criticismo (1754–1771) e sulle sue fonti, Torino, llevó a cabo un análisis profundo y pormenoriza-do del problema crítico en relación con la estética, atendienpormenoriza-do especialmente al Nachlass desde un cuidapormenoriza-do estudio historiográfico de las Reflexiones [en adelante, Reflexionen], su obra se limitó al estudio del

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desa-XXII Introducción

El recurso a este tipo de materiales para una investigación histórica es de gran utilidad. El Nachlass constituye, en su amplitud y complejidad, un verdadero “taller de trabajo” de Kant, cuyo desciframiento nos acerca a los intereses y las preocupaciones que mueven el desarrollo intelectual de este pensador y explican la gestación de sus planteamientos filosóficos. Por otro lado, los textos de las Vorlesungsnachschriften ponen también de manifiesto la evolución del significado que adquieren los conceptos de estética, en íntima relación con la exposición de las tesis de otros pensadores y su revisión por parte de Kant.

Sin embargo, esta utilidad corre el peligro de volverse contra el propio intérprete si no se parte de determinados criterios metodológicos que orien-ten el análisis de estos materiales y limiorien-ten el alcance que podamos atribuirles desde nuestra intepretación.16

rrollo intelectual de Kant hasta 1771. Un estudio del corpus de lógica y de antropología de este periodo no se encuentra aún en su investigación. BAEUMLER, por otro lado, prescindió intencionadamente de una

exposición histórico-evolutiva con respecto a esta problemática que atendiese a la diferente procedencia cronológica de los materiales utilizados [1923: 265 n. 1]. En relación con los Vorlesungsnachschriften, sólo recurre ocasionalmente a aquellos que habían sido supervisados por Kant para su publicación [1923: 264 n. 1]: Logik-Jäsche (1800) y Anthropologie in pragmatischer Hinsicht (1798). El recurso a las Vorlesungen über Anthropologie será aquí de especial relevancia para aclarar el significado histórico de la estética en el desarrollo del criticismo. La ordenación cronológica de las mismas para su edición en la SecciónIV

de la Akademie-Ausgabe ofrece a este trabajo una base más fiable que aquella de la que pudieron servir-se SCHLAPP1901 y MENZER, Paul (1952): Kants Ästhetik in ihrer Entwicklung, Berlin. La revisión de la datación de estos textos realizada por BRANDT, Reinhard y STARK, Werner (1997): «Einleitung», a Vorlesungen über Anthropologie, en AAXXV. 1VII–CLI, así como BRANDT, Reinhard y STARK, Werner

(1991): «Notiz zur Akademie-Ausgabe», en Kant-Studien 82, 1991, 514–15, permite situar a principios de la década de 1770 y, por lo tanto, bajo la influencia de la Dissertatio [De mundi sensibilis atque intelli-gibilis forma et principiis], una concepción de Kant sobre la estética que era considerada erróneamente como posterior a 1775; véase al respecto GIORDANETTI, Piero (1995a): «Nuovi documenti sulla gene-si dell’estetica kantiana. IlXXVvolume della Akademie-Ausgabe», en Rivista di storia della filosofia 50,

1995, 341–53. Estudios relativamente recientes sobre la génesis de la estética de Kant como el de ZAM

-MITO, John H. (1992): The Genesis of Kant’s Critique of Judgment, Chicago y London; DUMOUCHEL, Daniel (1999): Kant et la genèse de la subjectivité esthétique. Esthétique et philosophie avant la critique de la faculté de juger, Paris, así como PANKNIN-SCHAPPERT, Helke (2008): «Die Bedeutung des ästhetischen Urteils in den vorkritischen und kritischen Schriften Immanuel Kants», en KANT-GESELLSCHAFT(ed.)

(2008): Recht und Frieden in der Philosophie Kants. Akten des X. Internationalen Kant-Kongresses, Berlin y New York, 27–38, no se sirven aún de la edición crítica de las Vorlesungen über Anthropologie. Sí ha aten-dido a estos textos GUYER, Paul (2003): «Beauty, Freedom and Morality. Kant’s Lectures on Anthropologie and the Development of his Aesthetic Theory», en B. Jacobs y P. Kain (ed.) (2003): Essays in Kant’s An-thropology, Cambridge, 135–163, quien se centra en la evolución del concepto de juego de las facultades desde 1772–1773 hasta el surgimiento de la Kritik der Urteilskraft. También GIORDANETTIdestaca en su investigación la importancia de tales materiales para la comprensión de diversos aspectos de la estéti-ca kantiana, véase por ejemplo GIORDANETTI, Piero (1995b): «Das Verhältnis von Genie, Künstler und Wissenschaftler in der Kantischen Philosophie», en Kant-Studien 86, 1995, 406–30; GIORDANETTI, Piero (2001a): Kant e la musica, Milano; GIORDANETTI, Piero (2001b): L’estetica fisiologica di Kant, Milano.

16Para una exposición detallada sobre los principales factores a tener en cuenta en el estudio de

es-tos materiales y los principales criterios metodológicos de la historia evolutiva [Entwicklungsgeschichte], véase la exposición de VÁZQUEZLOBEIRAS, María Jesús (1998): Die Logik und ihr Spiegelbild. Das

Ver-hältnis von formaler und transzendentaler Logik in Kants philosophischer Entwicklung, Frankfurt am Main, etc.: 63–79. Los principales fundamentos metodológicos para una historia evolutiva han sido

(20)

estableci-En primer lugar, el Nachlass está compuesto por reflexiones o anotacio-nes de diferente índole y valor, así como por la correspondencia. Muchas de las Reflexionen [Reflexiones] no son más que anotaciones de las que Kant se servía como ayuda para sus clases. Otras constituyen bosquejos o esquemas que abren vías de pensamiento meramente tentativas o incluso fallidas. Por otro lado, las Vorlesungsnachschriften presentan adicionalmente otro tipo de dificultades. No se trata de textos manuscritos de Kant, sino de los apuntes que los jóvenes estudiantes que asistían a sus clases tomaban y reelaboraban, o corregían según apuntes de otros semestres. Por lo demás, el estudiante po-día no seguir correctamente el hilo de la exposición del profesor, de forma que en ocasiones estas transcripciones pueden no corresponderse de forma fidedigna con las ideas expuestas efectivamente. Este último problema se ve agravado por la objeción —la tesis de la doble vida— según la cual estos mate-riales no pueden ser usados para una interpretación del pensamiento de Kant en la medida en que en sus clases no exponía sus propias ideas, sino las tesis contenidas en el manual del que se servía como guía docente. Ambos tipos de textos presentan además el problema de su datación, lo cual no permite relacionarlos sin más con las tesis expuestas al nivel de la obra.

Frente a esto, en primer lugar es preciso tener en cuenta que la recons-trucción histórico-evolutiva planteada en esta investigación no debe partir del presupuesto de que las ideas de Kant se desarrollan de forma lineal y progresi-va en dirección a una conclusión unitaria, que sería representada por la obra en cuestión. Aunque Kant puede relacionar de forma general sus Reflexionen con una problemática particular que mueve sus indagaciones, no debe descar-tarse la posibilidad de variaciones, retrocesos y correcciones. Sin embargo, esta circunstancia tiene también su interés positivo para la investigación plan-teada aquí. Pues en el desarrollo intelectual de Kant no sólo constataremos el abandono de líneas de pensamiento fallidas, sino también la recuperación de

dos y defendidos durante décadas por Norbert HINSKE; véase principalmente HINSKE, Norbert (1970): Kants Weg zur Transzendentalphilosophie. Der dreißigjährige Kant, Stuttgart; HINSKE, Norbert (1992): «Zwischen Aufklärung und Vernunftkritik. Die Philosophische Bedeutung des Kantschen Logikcorpus», en N. Hinske (ed.) (1992): Kant und die Aufklärung, Hamburg 1992, 57–71; HINSKE, Norbert (1995):

«Prolegomena zu einer Entwicklungsgeschichte des Kantschen Denkens. Erwiederung auf Lothar Krei-mendahl», en R. Theis y C. Weber (ed.) (1995): De Christian Wolff à Louis Lavelle. Métaphysique et historie de la philosophie: Recueil en hommage à Jean Ecole à l’occasion de son 75eanniversaire — Von Christian Wolff

bis Louis Lavelle. Geschichte der Philosophie und Metaphysik: Festschrift für Jean École zum 75. Geburtstag, Hildesheim, etc., 102–21; HINSKE, Norbert (2004): «¿Qué es lo que significa la historia de las fuentes y con qué fin se practica? Algunas observaciones de historia de las fuentes acerca de la antinomia kantiana de la libertad», en Ágora 23, 2004, 15–27. Un estudio preliminar sobre la edición de las Vorlesungen über Anthropologie, en relación con su autenticidad, posible datación y utilidad para una interpretación de la estética de Kant, lo encontramos en MANGANARO, Paolo (1974–1975): «Estetica e antropologia nelle lezioni kantiane. I Preliminari», en Studi di estetica 2, 1974–1975, 148–94.

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XXIV Introducción

posiciones inicialmente abandonadas, con el objeto de servirse de las mismas en un momento posterior y desde un marco diferente.17

En lo que respecta a las Reflexionen, no podemos partir de ningún otro criterio general para su datación que el que ofrece el ingente trabajo desarro-llado por Erich Adickes.18No obstante, el hecho de que en la mayoría de los

casos no sea posible despejar completamente las dudas sobre la datación debe llevarnos a tener en cuenta algunos criterios. En primer lugar, debe evitar-se dar por válida una idea contenida en una Reflexion aislada. El desarrollo fructífero de un pensamiento por parte de Kant debe dar lugar a un grupo de Reflexionen relacionadas entre sí y pertenecientes a un mismo periodo, o este pensamiento debe inscribirse en una línea de Reflexionen vinculadas a nivel estructural y de contenido que se desarrollan diacrónicamente pro-fundizando en un aspecto relacionado con la obra. Pues las tesis halladas en las Reflexionen sólo deben ser incorporadas a un estudio histórico-evolutivo en la medida en que muestran una vinculación con la obra del periodo en cuestión. Ante esta exigencia, la presente investigación se encuentra con el problema de que Kant no planteará una estética crítica hasta la Kritik der Urteilskraft. Hasta 1790, al nivel de la obra sólo pueden detectarse contadas indicaciones al respecto, las cuales expresan en su mayoría el rechazo del cri-ticismo respecto a la posibilidad de una crítica del gusto con valor crítico y sistemático. Sin embargo, sí es posible poner de manifiesto que, a pesar de este silencio de Kant, sus indagaciones sobre los conceptos de estética presen-tes en los materiales indicados adquieren sentido en relación con problemas y cuestiones que se derivan de la obra crítica, los cuales serán recogidos y re-planteados en un sentido sistemático en la Kritik der Urteilskraft. La presente investigación tiene por objeto rastrear esta vinculación entre las indagaciones

17Sobre el interés histórico de estos retrocesos, véase HINSKE1970: 12; VÁZQUEZLOBEIRAS1998:

65s.; MANGANARO1974–1975: 170.

18Véase al respecto ADICKES, Erich (1911): Einleitung in die Abtheilung des handschriftlichen

Nach-lasses, AAXIV XV–LIV, especialmenteXXV–XLV. En la citación de las Reflexionen, designaremos el pe-riodo al que éstas corresponden según el sistema y la simbología propuestos por éste, con la siguiente excepción: las anotaciones tachadas por Kant serán recogidas entre llaves. Salvo en el caso de la Disserta-tio, todos los textos citados han sido traducidos del original; a este respecto, las adiciones incorporadas a la traducción para facilitar la comprensión de los textos han sido introducidas entre corchetes. Por lo demás, en lo que respecta a la citación de los textos de Kant, la norma a seguir será la siguiente. Se empleará tanto la edición de la Akademie-Ausgabe [KANT, Immanuel: Kant’s gesammelte Schriften, ed. de la Königlich

Preußischen Akademie der Wissenschaften und ihren Nachfolgern, Berlin y Leipzig, 1900ss.] como la edición de Weischedel [KANT, Immanuel: Werke in sechs Bänden, editado por W. Weischedel, edición revisada por N. Hinske, Darmstadt11960,51983]. De indicarse las siglas “AA”, se estará refiriendo a la

edición de la Akademie-Ausgabe. En ambos casos, se citará la abreviatura de la obra o del texto en cuestión, seguido en su caso de la datación, volumen, subvolumen, página y, ocasionalmente, número de línea. En el caso de la Kritik der reinen Vernunft, se indicará además el número de página de la primera y de la se-gunda edición. El formato de citación es así el siguiente: “Dissertatio, AAII398”; “Anthropologie-Collins, AAXXV. 1 187”; “R 1913, ψ? (υ-χ ?), AAXVI15623–30”; “KrV,A348/B406,II345”; “KU,V191”.

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de Kant sobre estética y los problemas que se derivan de la obra desde 1770 a 1790.

En lo que respecta a las Vorlesungsnachschriften, al problema de la data-ción se le une el de la autoría de tales textos. Como se ha indicado, son el resultado de los apuntes de los estudiantes que asistían a las clases de Kant. Ello obliga a problematizar estos materiales, tanto en lo que respecta a su co-rrecta recepción por parte de quienes los tomaron en primer lugar, como a su transmisión ulterior, pues los apuntes experimentaban sucesivas reelabo-raciones en momentos posteriores a aquel en el que Kant había impartido la lección. Por otro lado, no son pocos los intérpretes que rechazan un empleo de tales textos a partir de la tesis de que su misma naturaleza, en tanto que ex-posiciones magistrales de Kant sobre la base de un manual de otro pensador, nos obliga a concluir que las ideas expuestas en ellos no pueden ser consi-deradas en un sentido estricto como propias de Kant.19Según esta posición,

este pensador habría desarrollado dos discursos separados, a saber: el primero y propiamente crítico, correspondiente a la obra, y el segundo, de tipo emi-nentemente académico, en el que se habría ajustado a las exigencias de una exposición ceñida a un manual determinado.

Es innegable que en sus clases Kant exponía contenidos y planteamien-tos procedentes del manual docente. Sin embargo, ello no significa que no empleara sus lecciones como una ocasión para pensar y elaborar sus propios planteamientos e ideas, tal como él mismo reconoce con claridad en las An-merkungen zu der Erklärung wegen der Hippelschen Autorschaft20. Esto explica

que en las Vorlesungsnachschriften no sólo encontremos la exposición de las ideas contenidas en la Metaphysica de Baumgarten y en el Auszug de Meier — que eran los manuales usados por Kant para sus lecciones de antropología y de lógica respectivamente—, sino igualmente una toma de posición explícita del

19En relación con la evolución de la estética, JUCHEM, Hans-Georg (1970): Die Entwicklung des

Begriffs des Schönen bei Kant, unter besonderer Berücksichtigung des Begriffs der verworrenen Erkenntnis, Bonn: 90, rechaza el empleo de las lecciones desde la idea de que en tales escritos Kant no sostenía su propia filosofía.

20El propio Kant explica del siguiente modo el sentido último dado a tales lecciones: «Mucho antes

[. . . ], en mis lecciones sobre Lógica, Metafísica, Moral y Antropología, Física y Derecho, no sólo comen-taba al autor que escogía como guía, sino que lo sopesaba con criterio, intencomen-taba ampliarlo y conducirlo a principios que a mí me resultaban mejores [. . . ]; de esta forma, mis lecciones crecieron en parte de forma fragmentaria, en parte fueron mejorando; pero siempre con la vista puesta en un sistema que algún día sería posible como un todo existente por sí mismo [. . . ], de modo que los escritos que han aparecido más tarde (principalmente tras 1781) pueden parecer que le han dado a aquellas lecciones sólo su forma siste-mática y su completud» [AAXIII538s.]. Frente a la tesis de la doble vida, encontramos una defensa de la pertinencia de los materiales de las Vorlesungsnachschriften para una comprensión unitaria de la filosofía de Kant en HINSKE1992; así como STARK, Werner (1992): «Die Formen von Kants akademischer

Leh-re», en Deutsche Zeitschrift für Philosophie 40, 1992, 543–62, y VÁZQUEZLOBEIRAS, María Jesús (2000):

«Estudio premilinar», a KANT, Immanuel: Lógica. Acompañada de una selección de Reflexiones del legado de Kant, ed. de Mª. J. Vázquez Lobeiras, Madrid 2000, 13–76: 25.

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XXVI Introducción

profesor con respecto a las tesis de éstos, la incorporación de correcciones, así como el recurso continuo a soluciones extraídas de la obra crítica. Ade-más, si en sus lecciones Kant se hubiera limitado a exponer un planteamiento ajeno a su filosofía, no puede entenderse por qué a la evolución intelectual al nivel de la obra le acompaña en todo momento el desarrollo, la reelaboración o la corrección al nivel de sus lecciones. Ciertamente, podremos comprobar que este pensador emplea en dichos textos un cuerpo conceptual no siempre compatible con los resultados alcanzados en su propia filosofía; sin embargo, un estudio atento del empleo de estos conceptos pondrá de manifiesto que su significado es definido y corregido desde las soluciones críticas planteadas en la obra. Es más, Kant se sirve del aparato conceptual y de los problemas heredados de la filosofía escolar para pensar soluciones propias y originales. Debido a esta circunstancia, las Vorlesungsnachschriften presenten además un gran interés para una comprensión de la relación de la filosofía trascendental con esta tradición intelectual.21

Sin embargo, ello no quiere decir que debamos abandonar toda precau-ción en el empleo de estos textos. Principalmente, es necesario partir de una historia de las fuentes desde la cual contrastar las tesis expuestas en las Vor-lesungsnachschriften con los planteamientos defendidos en los manuales de Baumgarten y de Meier. Igualmente, su análisis comparativo con respecto a las Nachlassreflexionen ofrece un criterio fundamental para asegurar que las declaraciones que encontremos en las lecciones pertenecen a Kant, pues, co-mo ya se ha indicado, éste se servía en todo co-momento de anotaciones y es-quemas para guiar su exposición docente, las cuales se encuentran recogidas entre las Nachlassreflexionen.

A partir de esta breve aclaración metodológica, podemos concluir que el aprovechamiento fiable de tales materiales debe basarse siempre en una lectura comparada entre los diferentes tipos de fuentes, de tal modo que la referencia a la obra sirve para determinar el criterio último y decisivo para una reconstrucción histórico-evolutiva del pensamiento de Kant.22

Objetivos. Este estudio se construye sobre la idea de que la primera par-te de la Kritik der Urpar-teilskraft no sólo lleva a cabo una fundamentación de los juicios estéticos, pues a través de esta misma fundamentación Kant ofrece una respuesta en relación con la problemática de la sistematización última de la razón. Por ello, un primer objetivo de este trabajo consiste en el estudio histórico-evolutivo de las cuestiones que conformarán progresivamente el

nú-21Cf. MANGANARO1974–1975: 160s. 22Cf. VÁZQUEZLOBEIRAS1998: 75–79.

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cleo de esta problemática. Ciertamente, una formulación unitaria y sistemá-tica a este respecto tendrá lugar por primera vez en la Kritik der Urteilskraft. Hasta este momento, Kant no proporciona una fundamentación crítica de tales cuestiones y al nivel de la obra no se encuentra una posición definitiva al respecto. En particular, nos centraremos en tres problemas fundamentales, estrechamente ligados entre sí tanto en el desarrollo del criticismo como en la Kritik der Urteilskraft: (i) la indeterminación del singular sensible en relación con la posibilidad de un sistema del conocimiento empírico; (ii) la imposibi-lidad de una fundamentación del Juicio en su especificidad desde principios o reglas de índole discursiva; (iii) la desvinculación entre sensibilidad y razón, tanto en el ámbito teórico como en el ámbito práctico.

Que tales cuestiones no sean planteadas en su relación sistemática hasta la tercera Crítica no significa que no sea posible hallar las implicaciones mutuas entre las mismas en un periodo más temprano. Aunque estas cuestiones no serán afrontadas desde un punto de vista crítico hasta 1790, hemos de poder detectarlas en el marco de la obra desde la Dissertatio a la Kritik der praktis-chen Vernunft, como problemas presupuestos en tales escritos, aun cuando no reciban una solución especifica por parte de Kant. Se demostrará que ta-les problemas acompañan al desarrollo de una fundamentación crítica de la razón desde 1770, la cual se construye principalmente desde la estricta demar-cación entre lo sensible y lo intelectual que es esencial a la filosofía kantiana. En segundo lugar, se quiere mostrar la relación del proyecto estético que Kant desarrollará al nivel del Nachlass y de las Vorlesungsnachschriften con ta-les problemas. Esta relación no debe ser planteada en un sentido sistemático, lo cual sólo es posible una vez que Kant haya encontrado una solución que le permita incorporar este proyecto al sistema crítico. Por un lado, es preciso detectar los conceptos que juegan un papel clave en este desarrollo. Por otro lado, las indagaciones de Kant sobre estética deben ser entendidas en relación con el marco filosófico defendido al nivel de la obra. A este respecto, es de especial interés comprender las razones por las cuales éste detecta en un su proyecto estético un interés filosófico en relación con los problemas señala-dos, por lo cual se sirve de sus reflexiones sobre el sentimiento de lo bello, la capacidad del gusto y la categoría del genio para desarrollar soluciones tenta-tivas al respecto, que no siempre serán compatibles con los límites estableci-dos por el criticismo. Por tal motivo, será pertinente atender a la variaciones que experimentan tales reflexiones en dos momentos fundamentales de su desarrollo intelectual: la Dissertatio y la Kritik der reinen Vernunft. Sobre la base de este estudio histórico-evolutivo, el presente trabajo ilustra por qué Kant llega a considerar en la Kritik der Urteilskraft que la crítica de los

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jui-XXVIII Introducción

cios estéticos de gusto ofrece la ratio cognoscendi de los principios del Juicio reflexionante en general y, de este modo, ofrece una respuesta con respecto al problema general de la sistemática de la razón.

En tercer lugar, la presente investigación atiende también al origen his-tórico de este proyecto estético y a la influencia de otros planteamientos tra-dicionales de estética. Debe alcanzarse una comprensión de las reflexiones de Kant en el marco del surgimiento de la estética en la Ilustración alemana y an-glosajona. Pero ello exige también hacer balance sobre el peso de cada una de estas tradiciones en la formación de este aspecto de la filosofía trascendental.

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Capítulo 2

Leyes de la sensibilidad y formación del conocimiento

sensible

2.1 Introducción

Tras comprobar la atención que Kant presta a los conceptos y cuestio-nes de la tradición estética para reflexionar sobre el problema de la gécuestio-nesis del conocimiento, cabe preguntarse en este momento si este interés adquiere importancia también en el contexto del propio proyecto filosófico del criti-cismo. Como es sabido, la Dissertatio no contiene una teoría estética. Pero también se ha constatado que la génesis de esta obra, especialmente en lo que respecta a la formación de su nueva teoría del conocimiento sensible, no pue-de ser entendida si no se atienpue-de a la fuerte influencia ejercida por la estética de Baumgarten.1

En este capítulo podremos comprobar que las digresiones en torno al concepto de sano entendimiento no suponen una discusión con la tradición ajena al propio proyecto filosófico del criticismo. Como se señaló al final del capítulo anterior, la actividad por la que el entendimiento progresa hacia con-ceptos más generales a partir del caso in concreto presupone un nuevo concepto de distinción específicamente sensible. La defensa de una distinción de la sen-sibilidad diferente de la distinción intelectual marcará una base fundamental para la demarcación entre sensibilidad y entendimiento. Este concepto y la comprensión del conocimiento que lo sustenta sí encuentran su marco teóri-co en la Dissertatio. Podremos teóri-comprobar que, teóri-con posterioridad a esta obra, Kant seguirá profundizando en el significado de su nueva teoría del cono-cimiento sensible con ocasión de sus reflexiones sobre el sentimiento de lo bello y el enjuiciamiento crítico según el gusto. La estrecha relación entre los dos ámbitos, así como la constatación de que Kant recurrirá a su proyecto

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estético para profundizar en cuestiones centrales planteadas en la Dissertatio, deben permitirnos reconocer el interés filosófico depositado por éste en sus indagaciones sobre estética.

En el primer parágrafo [§ 2.2] de este capítulo se atenderá brevemente a la teoría del conocimiento sensible defendida en la Dissertatio. En particular, nos centraremos en una cuestión que permanece aún abierta en esta obra, a saber, cómo se relaciona el uso lógico del entendimiento con un conocimien-to sensible que, por definición, no es aún un conocimienconocimien-to discursivo. Se trata de nuevo, como habíamos comprobado en relación con el concepto de sano entendimiento, de una indeterminación de la lógica en lo que respecta a la génesis del conocimiento y la posibilidad de su desarrollo progresivo en un cuerpo de juicios cada vez más generales. En segundo lugar [§ 2.3], se de-fenderá que la nueva concepción de lo bello de Kant, expuesta en el Nachlass y las Vorlesungsnachschriften, se apoya de forma fundamental en los mismos principios que son presupuestos en general por el conocimiento sensible. En tercer lugar [§ 2.4], comprobaremos que estos materiales profundizan en el problema de la Dissertatio que ha sido señalado recurriendo a conceptos cuyo origen radica en la tradición estética. De hecho, en cuarto lugar, el § 2.5 mues-tra que Kant defiende en este periodo que el enjuiciamiento crítico según el gusto sirve de base para el análisis de aquellas condiciones que hacen posible una conceptualidad sensible, que debe ser presupuesta en general por la ac-tividad lógica del entendimiento. Finalmente, en el § 2.6 se sostendrá que, a pesar de la estrecha vinculación de esta concepción con Baumgarten y Meier, Kant tomará distancia explícitamente con respecto al estatuto epistemológi-co que tales autores atribuían a su proyecto estétiepistemológi-co, al defender que no es posible una teoría del gusto en tanto que cognitio sensitiva.

2.2 La fundamentación del conocimiento sensible en la Disserta-tio

En la disertación inaugural de 1770 la sensibilidad es situada por prime-ra vez en un ámbito autónomo y específicamente diferente frente al cono-cimiento intelectual, lo cual permite fundar el conocono-cimiento sensible y evi-tar las contradicciones en la fundamentación de la metafísica. Según Kant, la fundamentación de la objetividad sólo es posible si se atiende a la doble gé-nesis subjetiva de nuestro conocimiento posible de la misma [Dissertatio, AA

II387]. De este modo, dado que entendimiento y sensibilidad son facultades

de conocer específicamente diferentes, la fundamentación del conocimiento exige también atender a principios diferentes. Pues un tratamiento del

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cono-2.2. La fundamentación del conocimiento sensible en la Dissertatio 25

cimiento sensible no debe centrarse en la sensibilidad por su relación gradual con respecto a la distinción derivada de los principios intelectuales, lo cual conducía en la tradición a considerar este conocimiento como confuso y de un grado inferior:

Por lo dicho se ve que se declara mal lo sensible [diciendo que es] lo conocido confusamente, y lo intelectual [diciendo] que es aquello cuyo conocimiento es distinto. Porque éstas son diferencias puramente lógicas y que no afectan a lo dado, sujeto de toda comparación lógica. Puede por su parte ser lo sensible en sumo grado distinto, y lo intelectual en sumo grado confuso [AAII394]2.

Así, si el método de la filosofía centra su atención en cómo se da el objeto a las facultades y en la suficiencia o insuficiencia de las mismas para conocerlo, se ha de diferenciar en sentido estricto entre sensibilidad y entendimiento, en tanto que la primera se caracteriza por la receptividad y el segundo por el pensamiento o la intelección [intelligentia] [AA II392]. Por lo tanto, los

objetos no se dan a la sensibilidad humana tal como son en sí o, dicho de otra forma, tal como el entendimiento los piensa en abstracto; los objetos sólo pueden ser conocidos en la sensibilidad tal como nos aparecen según «la naturaleza particular del sujeto» [AA II392]. De ahí que Kant se refiera al

objeto sensible como fenómeno, mientras que denomina noúmeno al objeto tal como es pensado en sí por el entendimiento.

Pero si la receptividad de la sensibilidad tiene un origen subjetivo, no por ello se basa el conocimiento sensible en la particularidad privada de cada individuo. Y es que los principios del conocimiento sensible hacen posible diferenciar entre la materia y la forma de la intuición:

En la representación de los sentidos se da en primer lugar algo, que se puede llamar materia, esto es la sensación, y además algo que puede llamarse la forma de lo sensible, que surge al coordinarse, según una cierta ley natural del alma, la variedad de datos que afectan al sentido [AAII392].

Estos principios son las formas subjetivas de espacio y tiempo. Así, la sen-sibilidad no sólo dispone de un contenido material y por lo tanto privado, debido a la impresión del objeto que afecta a nuestros sentidos, sino también la capacidad de ordenar y coordinar este material según leyes formales basadas en el espacio y en el tiempo. Según Kant, es esta forma subjetiva presupuesta en la sensibilidad la que ofrece un fundamento para la posibilidad de un cono-cimiento específicamente sensible [sensitivae] [AAII393]: «El conocimiento,

en cuanto sometido a las leyes de la sensibilidad es lo sensible» [AAII392].3 2Los textos de la Dissertatio serán citados según la traducción de Ceñal Lorente en KANT, Immanuel

(1770): Principios formales del mundo sensible y del inteligible, estudio preliminar y complementos de J. Gómez Caffarena, traducción de R. Ceñal Lorente, Madrid 1996.

3Si bien en Baumgarten no se encuentra aún esta fundamentación de las facultades inferiores desde

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Es preciso tener en cuenta que este conocimiento sensible no supone aún un conocimiento discursivo sobre los objetos de la experiencia. Con esta de-finición Kant alude más bien a la constitución misma de los objetos sensibles o de los fenómenos en la sensibilidad a partir de leyes formales y subjetivas. Por tanto, los principios de espacio y tiempo proporcionan la condición subjetiva «para que algo pueda ser objeto de nuestros sentidos» [AA II396], de modo

que, posteriormente, pueda ser conocido como un objeto de la experiencia sensible.

En efecto, los objetos no hieren los sentidos por su forma o especie; y por lo mismo, para que lo diverso del objeto, que afecta al sentido, se reúna y consti-tuya un todo de representación, es necesario un principio interno del espíritu, por virtud del cual aquella variedad de datos reciba una cierta forma o especie, según leyes estables e innatas [AAII393, cursiva del autor].

La forma del objeto tiene su origen en la actividad subjetiva de la sensi-bilidad humana y es el resultado de una ley natural del alma por la cual la multiplicidad de las sensaciones puede ser reunida y coordinada en un todo de representación, es decir, en un fenómeno posible.4

El conocimiento sensible sólo puede convertirse en discursivo por medio de la intervención del uso lógico del entendimiento [usus logicus]. Kant diferen-cia entre un uso real del entendimiento y un uso lógico. Mediante el primero, se dan a priori los conceptos puros e intelectuales sobre las cosas y sus rela-ciones. Mediante el segundo, el entendimiento subordina los conceptos entre sí según sus relaciones lógicas, bajo el presupuesto del principio de contradic-ción. Debido a esto, el uso lógico del entendimiento es presupuesto en todos

dentro de la escuela wolffiana, así como su demarcación con respecto a lo meramente “sensual”. Lo sensi-ble sería la marca característica de las facultades inferiores frente a las facultades superiores. Con ello, se da un primer abandono de la definición de la sensibilidad, en tanto que conocimiento clarus et confusus, por su relación negativa con el entendimiento: «Repraesentationes per partem facultatis cognoscitivae inferiorem comparatae sunt sensitivae» [BAUMGARTEN, Alexander Gottlieb (1735): Meditationes philo-sophicae de nonnullis ad poema pertinentibus di A. G. Baumgarten. Testo, indici, concordanze, ed. de A. Lamarra y P. Pimpinella, Roma 1993: § 3, 6]; así como: «Repraesentatio non distincta sensitiva vocatur» [BAUMGARTEN1739: AAXV. 1 § 521, 9]. Sobre el origen y significado del concepto “sensitiv” en Baum-garten, véase BAEUMLER1923: 196, 214s.; FRANKE, Ursula (1972): Kunst als Erkenntnis. Die Rolle der Sinnlichkeit in der Ästhetik des Alexander Gottlieb Baumgarten, Wiesbaden: 39ss.; así como PIMPINELLA, Pietro (1996): «Sensus e sensatio in Wolff e Baumgarten», en BIANCHI, Massimo Luigi (ed.) (1996): Sensus – Sensatio. VIII Colloquio Internazionale del Lessico Intellettuale Europeo. Roma, 6–8 gennaio 1995, Roma, 471–97. A este respecto, tanto Franke como Pimpinella insisten en la fuerte influencia en Baumgarten del pensamiento y el lenguaje de Leibniz o de los aspectos específicamente leibnicianos presentes en la filo-sofía de Wolff. Una explicación de Leibniz sobre el conocimiento claro y confuso podemos encontrarla en LEIBNIZ, Gottfried Wilhelm (1684): Meditationes de cognitione, veritate et ideis, en Die Philosophische Schriften von Gottfried Wilhelm Leibniz, ed. de C. I. Gerhardt, Hildesheim y New York11875-1890,

1960-1961,IV422–26. En lo que respecta a la influencia de la cognitio sensitiva de Baumgarten en el desarrollo

de la nueva teoría de la sensibilidad de Kant, véase BAEUMLER1923: 121s., 263ss., así como HINSKE, Norbert (1996): «Kants Neue Theorie der Sinnlichkeit und ihre Sprachregelungen», en BIANCHI1996, 527–40: 538–40; y DUMOUCHEL1999: 136.

(31)

2.2. La fundamentación del conocimiento sensible en la Dissertatio 27

los juicios y raciocinios de la ciencia. En tanto que se centra en la relación entre los conceptos «sea cual fuere su origen» [AA II393], su actividad de

subordinación adquiere sentido tanto en relación con los conceptos sensibles como con los conceptos puros de la metafísica.

Pero esta indiferencia del uso lógico del entendimiento en lo que respecta al origen de los conceptos también supone una indeterminación con respecto al problema de cómo surgen los conocimientos sensibles. Es decir, en relación con el conocimiento empírico según el uso lógico del entendimiento, la ló-gica parte de la condición de que le sean dados conocimientos por parte de la sensibilidad: «Dados, por consiguiente, los conocimientos sensibles, por el uso lógico del intelecto unos conocimientos sensibles son subordinados a otros conocimientos sensibles como conceptos comunes, y los fenómenos son subordinados a las leyes más generales de los fenómenos» [AA II393].

Sin embargo, como se ha señalado, la actividad coordinante de la sensibili-dad no produce juicios ni conceptos generales, sino más bien el fenómeno mismo que es conocido —intuido— como un objeto de la sensibilidad. Pero, si tales fenómenos han de ser pensados o determinados en un juicio empíri-co según el uso lógiempíri-co del entendimiento, entonces éstos deben ser pensados según conceptos, de manera que puedan formar parte de un juicio.

Según Kant, «lo que antecede al uso lógico, se llama apariencia [apparen-tia]» [AAII394], mientras que la experiencia es el conocimiento que resulta

de la comparación y reflexión de muchas apariencias por parte del entendi-miento. Por lo tanto, el paso del conocimiento sensible al conocimiento em-pírico es el resultado de la actividad lógica que el entendimiento ejerce sobre el conocimiento meramente sensible, es decir, sobre los fenómenos mismos que forma la sensibilidad.5Aunque en la definición del uso lógico del

enten-dimiento Kant afirma que éste tiene la función de subordinar los conceptos entre sí a partir de notas comunes y según el principio de contradicción [AA

II393], su exposición indica también que el entendimiento desarrolla las

rela-ciones de subordinación y de comparación entre los conocimientos sensibles, sin que se explicite, no obstante, cómo pueden conformarse conceptos a partir de los meros fenómenos singulares.

Ahora bien, es difícil entender en qué sentido unos conocimientos sen-sibles pueden ser subordinados a otros conocimientos sensen-sibles, o cómo un juicio puede establecer relaciones entre fenómenos si no es por medio de la relación entre sus conceptos correspondientes. En tanto que el

entendimien-5Cf. DUMOUCHEL1999: 138ss. De ahí que el desarrollo lógico del conocimiento sensible no

supon-ga que este conocimiento deje de ser sensible para convertirse en intelectual, pues la marca del conoci-miento sensible viene dada por su origen en la receptividad y no por el grado de su desarrollo [Dissertatio, AAII393].

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to se basa en las relaciones lógicas entre los conocimientos sensibles, éste debe poder referirse a los fenómenos por medio de conceptos. Y es en este pun-to donde aparece el problema de la relación entre el conocimienpun-to sensible y el uso lógico del entendimiento. Pues, en principio, la sensibilidad no for-ma conceptos, sino meramente los fenómenos mismos en su singularidad.6

Aunque el uso lógico del entendimiento puede producir conceptos generales a partir de conceptos particulares mediante la comparación o subordinación de notas comunes, ya sea en sentido inmediato —juicios— o mediato —ra-ciocinios—, es difícil entender en qué sentido puede formar un primer con-cepto a partir de algo que aún no es un concon-cepto, sino un fenómeno que es conocido en un sentido no discursivo por nuestra sensibilidad. Comproba-mos así que la indiferencia del entendimiento en su uso lógico con respecto al origen de los conceptos que relaciona no sólo expresa que éstos pueden ser tanto empíricos como puros, sino el hecho de que la lógica no problematiza en absoluto cómo se forman los conceptos particulares a partir de los fenó-menos. Por otro lado, la exposición que encontramos en la Dissertatio sobre la actividad coordinante de la sensibilidad según las leyes de espacio y tiempo tampoco explica cómo es posible la formación de los conceptos particulares desde la mera sensibilidad. Por lo tanto, el problema de la formación de los conceptos alude a una indeterminación por parte de la filosofía en lo que respec-ta al proceso cognoscitivo que proporciona la transición desde el conocimiento meramente sensible al conocimiento empírico y discursivo.

En los siguientes parágrafos de este capítulo se defenderá que la concep-ción del gusto que Kant expone en este periodo en las Nachlassreflexionen y en las Vorlesungsnachschriften presenta una estrecha relación con la teoría del conocimiento sensible fundada en la Dissertatio. Es en el marco de esta teoría donde éste encuentra una base para la fundamentación de la validez del gus-to. A su vez, Kant se servirá de esta indagación de las condiciones formales de la belleza para profundizar en el problema señalado de la formación del conocimiento sensible, en la medida en que tales condiciones formales son las mismas que posibilitan el conocimiento sensible en general.

6El problema de la constitución de la objetividad en general de los fenómenos a partir de la relación

entre la forma de la sensibilidad y los conceptos puros del entendimiento no es problematizada aún por Kant. La actividad coordinante de la sensibilidad posibilita la constitución de los objetos sensibles en tanto que fenómenos singulares, pero no es planteada por Kant en relación con la constitución de la objetividad de los fenómenos. A pesar de que éste admite que el fenómeno significa el objeto tal como nos aparece, la Dissertatio no problematiza aún en qué sentido podemos considerar en general tales fenómenos como objetos de la experiencia y no como meras representaciones subjetivas de nuestro sentido interno. Así, la reflexión de Kant deberá centrarse también en la relación entre el uso lógico y el uso real del entendi-miento, en tanto que sólo el último puede aportar un fundamento de objetividad, cf. SALA, Giovanni B.

(1978): «Der “reale Verstandesgebrauch” in der Inauguraldissertation Kants von 1770», en Kant-Studien 69, 1978, 1–16: 12.

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