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Bibliotecas Populares centenarias en la Provincia de Jujuy

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Bibliotecas Populares centenarias en la Provincia de Jujuy

Presentación de la Federación de Bibliotecas Populares y Públicas de Jujuy - textos e imágenes de Alicia A. Fernández Distel.

Fachada de la Biblioteca Popular de Yavi, funciona en una de las habitaciones de la Casa del Marqués Campero o Marqués de Yavi (siglo XVIII). La presidenta de la Federación de Bibliotecas Populares y

Públicas de Jujuy, Prof. Raquel Gurrieri y la tesorera de la misma Dra. Alicia Ana Fernández Distel.

A nuestra Federación se han acercado más de 60 bibliotecas oficializadas o en trámite de regularización. Es un número alto si se tiene en cuenta que la provincia es pequeña y que cuenta con lugares inhóspitos y de difícil acceso.

Un grupo de ellas, son las BIBLIOTECAS EMBLEMATICAS y más tradicionales por zona. A ellas se refiere esta presentación: las bibliotecas centenarias y su circunstancia.

El orden en que fueron surgiendo responde a los avatares de la economía provincial a la que siempre se ligó el crecimiento de pueblos y su transformación en ciudades. Aunque los imperativos políticos emanados desde el poder central de Buenos Aires tuvieron gran injerencia. La economía más antigua de Jujuy está relacionada a la minería y con ella crecieron ciertos pueblos: Cochinoca, Rinconada, Santa Catalina. En Santa Catalina surgió la primera Biblioteca Popular en 1890. Su nombre: B. Popular Senador Pérez. Se refiere a Domingo T. Pérez quien fue Senador Nacional por Jujuy a partir de 1886. Su accionar en pro del progreso de la

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que el ferrocarril llegase a La Quiaca para viabilizar su producción.

La segunda Biblioteca Popular en aparecer fue la Popular Mariano Moreno ya en la ciudad capital (1894). Relacionada con el mutualismo y los comienzos de la organización de la sociedad civil ciudadana, hasta hoy perdura con el perfil de dadora de servicios elementales al obrero, al hijo de empleados, al escolar común.

Paralelamente se erige a escasas 3 cuadras, en la misma capital provincial, la fortísima institución cuyo nombre es Biblioteca Popular de Jujuy (1899). A las puertas del cambio de siglo en plena Belle Epoque, se instala primero en un lugar pequeño y alquilado, hasta tanto lograr terreno y edificación propia (donde hoy está).

Pasaron tantos años, su diseño ha sido tan clásico y futurista, la calidad de su construcción tan buena que para el año 1992 se declara el edificio como de Interés Municipal y en 2003, el salón de lectura principal con sus europeizantes molduras como de Interés Patrimonial de Jujuy. Hoy se cuida con igual esmero del edificio como de sus viejísimos libros y ejemplares de hemeroteca. En el rubro “Temas regionales y jujeños” es la Institución mejor munida.

En 1905 se construye en la Ciudad de El Carmen, en la región productiva agrícola de Jujuy, la

Biblioteca Popular Domingo Teófilo Pérez; para ella se concibe una edificación señorial con

jardines y en concordancia con las demás edificaciones de la plaza central donde está ubicada. Fue un momento especial, ya que el vetusto pueblito comenzaba a reemplazar su economía ganadera gauchesca por una explotación agrícola diversificada, con el aporte de cantidad de inmigrantes europeos. Para 1907 ya se planeaba mejorar lo atinente a la irrigación y la construcción de un dique cercano que signaría las características de El Carmen hasta ahora. El gran espaldarazo a la Institución bibliotecológica de Jujuy, lo da el tren y el reordenamiento urbano que le es consecuente: en 1899 había llegado a su capital; los planes para derivarlo hasta Bolivia eran fogoneados por políticos de la talla de Domingo T. Pérez, el Senador. En este marco de necesidad y entusiasmo por el tren, las formaciones llegan en 1903 a Ledesma (zona azucarera de la Provincia) y en 1907 a La Quiaca. En este marco, se entiende la creación de las siguientes bibliotecas: Estación de Abra Pampa con la Biblioteca Mariano Valle(1915),Tilcara con la Biblioteca Bartolomé Mitre (1911),

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Humahuaca con la

Biblioteca Bartolomé Mitre (1906),

La Quiaca con la Biblioteca D.F. Sarmiento (1915), Yavi con la Biblioteca Bernardino

Rivadavia (1911), el Ingenio Azucarero Ledesma con la Biblioteca D.F. Sarmiento (1911), la

ciudad de San Pedro con la Biblioteca Domingo F. Sarmiento (1911).

Debe aclararse que en cuanto a antigüedad absoluta, contando sucesivos altibajos hasta alcanzar la fundación definitiva, cuentan tres de las antes nombradas: Santa Catalina que era el emprendimiento de un patriarca lugareño de nombre Laureano Saravia (iniciada en 1872),

Yavi con la biblioteca privada de los Marqueses de Tojo (siglos XVIII-XIX), Popular de Jujuy

con sus raíces en 1872 en base a la ley sarmientina de 1870 de crear bibliotecas en el país. Aun cuenta como muy antigua la Biblioteca Franciscana que servía al Convento de la misma orden (siglos XVII-XIX).

Resumiendo se observa: un importante ímpetu bibliotecológico en el centro administrativo de la Provincia en su ciudad capital y bibliotecas populares repartidas en la línea Norte a La Quiaca distribuidas en los polos más desarrollados de la Quebrada de Humahuaca (Humahuaca y Tilcara) y en la línea hacia el Este, las pampas azucareras. El valle de El Carmen-Perico-San

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concentradora de saber, la mencionada Domingo T. Pérez con su primer director Alberto Zabala.

Los nombres de las bibliotecas populares del 1900 son de figuras nacionales y se repiten. Sobresalen por ser ciudadanos jujeños el Senador Pérez y Mariano Valle (Gobernador de la Provincia entre 1901 y 1904 periodo en el que se sancionó la Ley que ordenaba la continuación del Ferrocarril Central Norte hasta La Quiaca quedando determinada la Estación de Abra Pampa). Esta parada del ferrocarril coadyuvaba a que la minería jujeña tuviera salida por este pueblo, hoy una ciudad.

Aun cuenta el detalle de la determinación definitiva de la línea fronteriza internacional con Bolivia. En 1893 se firma un importante Tratado, dejando a Santa Catalina en la Puna de Jujuy. Como se vio, aquí la biblioteca se inició antes, cuando aun se estaba en territorio boliviano. El paso a jurisdicción argentina debió ser fundamental a esa institución del saber. Toda una línea de bibliotecas: Santa Catalina, Yavi y La Quiaca debieron sentirse fortalecidas por tal demarcación, que con altibajos toma forma definitiva y contundente en 1925.

De modo que bibliotecas- economía- vías de comunicación- administración provincial, desde hace más de un siglo vinieron aparejadas. Si a ello se suma la política y los límites (geopolítica en suma) notaremos que la construcción de pasos y caminos y buenas relaciones internacionales también rindieron sus frutos. Es el caso de la Biblioteca de Susques creada en la postrimerías del siglo XX, asociada al tan importante Paso de Jama a Chile.

Un recibo de 1945,B.Pop. de Jujuy

Fuentes bibliográficas

- Conabip (2006) Bibliotecas Populares Argentinas, guía 2006. Buenos Aires.

- Jujuy Diccionario General (1992). Gobierno de la Prov. de Jujuy, Impresora del Plata, Buenos Aires. 12 tomos

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Federación de Bibliotecas populares y Públicas de Jujuy - bibliotecaepam3@yahoo.com.ar Alicia A. Fernández Distel – aliciana04@hotmail.com

Licenciada en Ciencias Antropológicas egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 1972 Doctora en Filosofía y Letras en la misma Universidad (1981) con la Tesis: “Arqueología del curso superior de la Quebrada de Purmamarca, Jujuy, y el momento de agricultura incipiente en el NO argentino y en Sudamérica en general”. Participó de diversos congresos en la especialidad Arqueología y Prehistoria, Etnología, Etnobotánica y Folklore, en la República Argentina, en América y en Europa, principalmente de los periódicos Congresos Internacionales de Americanistas, Congresos Internacionales de Arte Rupestre y Congresos Nacionales de Arqueología Argentina. Además de participar en Jornadas, Talleres y Mesas de Reflexión. Ha sido investigadora del CONICET. Trabaja en Espacio Fernández Mar (Tilcara, Jujuy).

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