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TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 16 DICIEMBRE DE 2012.

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 16 DICIEMBRE DE 2012.

Invocación del Espíritu Santo por medio de un canto, una oración que ayuden a entrar en un ambiente de recogimiento y reflexión. La presencia del Espíritu Santo es la que nos pone en tónica de diálogo con Dios y podamos encontrar los caminos para que la fe crezca y se fortalezca.

Oh! Espíritu Santo manda tu luz desde el cielo e ilumina mi corazón para que tu Palabra sea acogida con inteligencia, memoria, facilidad y abundancia de palabras para expresarme bien, se haga vida en mí, con frutos de amor y perseverancia.

Oh! Espíritu Santo fortalece mi fe con tu sabiduría; permíteme entrar a la ciencia divina de Jesucristo; dirige mis proyectos durante este Adviento y las esperanzas de las promesas cumplidas se hagan vida en mí. Te lo pido por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Tengamos presente que para hacer la Lectura Orante de la Palabra de Dios o sea la Lectio Divina, consta de cuatro peldaños que nos ascienden en el diálogo con Dios, el Señor de la Palabra, estos son:

I. Lectio. Leemos la Palabra de Dios (Sagrada Escritura):

1. Proclamamos la Palabra: Dios como Padre nos habla. Nosotros la familia de Dios, acogemos de corazón lo que nos quiere decir.

2. Compartamos la vida: Dios habla por la vida. Nos fijamos en los aspectos de nuestra vida que nos ayudan a entender el mensaje de Dios, y que a la vez necesitan ser iluminados por su Palabra.

3. Escuchamos a Dios: Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico contiene. Teniendo presente que este mensaje es palabra “viva y eficaz, más cortante que una espada de dos filos” que discierne “los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4,12)

II. Meditatio. Meditemos el mensaje y la vida

Dios habla para la vida: su mensaje nos interpela, nos ilumina nuestra vida y nos muestra el camino a seguir. La Palabra que encuentra en el texto bíblico penetra en el corazón.

III. Oratio. Oremos el mensaje y la vida

La vida se ofrece a Dios: desde la vida iluminada por la Palabra, dialogamos con Dios y como persona o comunidad orante, celebramos nuestra fe, alabando, bendiciendo, glorificando, dando gracias, pidiendo… ¿Cómo responde mi corazón al Señor?

IV. Contemplatio. Contemplemos la Palabra

La Palabra se contempla para vivirla: la contemplación de la Palabra (=el Señor Jesús), da sentido nuevo a la vida, descubriendo los desafíos que nos ayuden a imitar mejor a Jesús en su Iglesia. Momento del enamoramiento de la Palabra.

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero

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Lectio: Lectura, ¿Qué dice la Palabra de Dios?

 En la medida que se leen todos los textos de las lecturas, es necesario ir descubriendo el

mensaje central; y con oído y corazón dispuesto, trataremos de hacer la Lectio Divina empezando por el Evangelio. No es el único, pero orienta hacer la lectura orante de la palabra desde el mismo Jesucristo, Verbo Divino, Palabra del Padre. (Cfr. Preludio Evangelio de San Juan). Ir al Antiguo Testamento desde el Nuevo Testamento.

Primera lectura: Del libro de Sofonías 3,14-18a

Salmo Isaías 12,2-6

Segunda lectura: Carta de San Pablo a los Filipenses 4,4-7

Evangelio: San Lucas 3,10-18

Contexto bíblico

El evangelista, San Lucas en el capítulo 3, 1-20, hace la descripción del ministerio del precursor del Señor; agrupó en cinco pequeñas unidades el ciclo completo de dicho ministerio. Así el pasaje del evangelio que leemos hoy, hace parte de este conjunto. Las cinco pequeñas unidades o pasajes son:

1) la entrada en escena de Juan Bautista (3,1-6); 2) la predicación de la conversión (3,7-9);

3) la dinámica de la conversión (3,10-14); 4) el anuncio de la venida de Jesús (3,15-18); y

5) la salida de Juan Bautista del escenario porque es encerrado en una cárcel (3,19-20). El domingo pasado leímos la primera parte, hoy nos vamos a detener en la tercera y la cuarta, después de hacer alguna referencia a la segunda.

Profundicemos en el pasaje Partiendo del mismo texto, dejémonos guiar por las dos preguntas que dinamizan el relato:

1) ¿Qué debemos hacer?, es decir, la dinámica de la conversión, y

2) ¿Quién eres tú?, o sea, el anuncio que Juan hace de Jesús, el Mesías, mostrando su propia identidad y la identidad de Jesús.

El texto: Evangelio: San Lucas 3,10-18

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero

 ¿Quiénes son los personajes? ¿Qué hace reaccionar a la gente? (Cfr. Lc. 3,7-9)1 ¿Que pregunta surge? ¿Cuántas veces está en el texto esta pregunta? (Cfr. Lc 3,10.12.14). ¿Según la pregunta que desea la gente?2 ¿Cuáles son los verbos de la primera respuesta? ¿Qué personas con oficios característicos hay entre el público que escucha a Juan? ¿Qué sabemos de ellos?3 ¿Qué quieren saber? ¿Cuáles son los verbos de las respuestas de Juan? ¿Cuáles son las actitudes propias del convertido, según Juan?4 (Cfr. Isaías 58,7; Lucas 16,19-31)

Juan Bautista cambia su estilo de predicación a la que adoptó inicialmente, ahora es distinto, pues en los tres casos, es más indicativo que impositivo; ofrece a la gente caminos concretos de superación.Juan Bautista levanta el ánimo y la esperanza de la gente. De ahí la pregunta que distintos sectores del público (la gente en general, publicanos, militares) hacen a Juan: ¿Qué tenemos que hacer?

1 Después que Juan termina su predicación llamando a la conversión (3,7-9), la gente reacciona

positivamente pidiendo pistas concretas para hacer el camino de conversión significado en el bautismo. Juan está haciendo una predicación en serio que exige respuestas, pues ellos por ser israelitas consideraban segura su salvación, “hijos de Abraham” y peor aún, apoyarse en la infinita misericordia de Dios para excusarse de la conversión (como quien dice: “para qué, si al fin y al cabo Dios misericordioso me entiende y me perdona”) es un tremendo abuso y una confianza malentendida. No hay que dejar para mañana la conversión. La decisión tiene que ser a fondo e inmediata porque la “ira es inminente” (Cfr Lc 3,7-9).

2 La gente quiere darle cuerpo a la conversión y a la vida nueva en acciones concretas.

3 Publicanos, son los cobradores de impuestos para Roma y los soldados israelitas que vigilaban los

cobradores de impuestos para el imperio romano.

4Notemos que cinco veces se repite el verbo “hacer” (Cfr. Lc 3,8.10.11.12.14). Para cada categoría de

personas que dialogan con Juan Bautista se propone un “hacer” específico. La conversión se reconoce en la “praxis”, sobre todo la de la caridad (compartir) y la justicia (la no violencia). Vestido y alimento necesidades básicas y la justicia social pone orden en el pueblo. A las multitudes anónimas, el Bautista los invita a despojarse para compartir con los más pobres. A los cobradores de impuestos, tentados de enriquecerse exigiéndole a los contribuyentes sumas superiores a las establecidas oficialmente, les pide que no caigan en la corrupción, que sean honestos. A los soldados, que eran judíos enrolados en el ejército romano para ponerle mano dura a los cobradores de impuestos, les exige que no abusen del poder: “No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra paga”. En otras palabras, se les pide que no usen la fuerza ―tortura o extorsión― para obtener información sobre la gente sospechosa, y también a ellos se les pide que no busquen ganancias extras haciendo mal uso de la autoridad que se les dio.

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero La predicación de Juan está en sintonía con la de los profetas que tenían claro que las devociones religiosas debían cederle espacio a toda forma de justicia social (Cfr. Isaías 1,10-20; Amós 5,21-27). Igualmente está en sintonía con el espíritu de la Iglesia en Pentecostés (Cfr. Hechos 2,44; 4,32-35). La preocupación de fondo es la de la justicia social.

2.

El desvelamiento ―por contraste― de la originalidad del Mesías: ¿Quién

eres tú? (Cfr.3,15-18)

 ¿Cuáles son los verbos del versículo 15? ¿Cuál es el sujeto de estas acciones? ¿Qué piensa el pueblo en sus corazones? Cuáles son las semejanzas y diferencias entre el bautismo de Juan B. y el de Jesús? ¿Cómo describe Juan al Mesías? ¿Por qué es más fuerte que él? ¿Cuáles son las dos características del Mesías?¿Qué beneficios trae el bautismo de Jesús?

“Andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo” (Cfr. V 3,15). La novedad en el evangelio de Lucas es que la pregunta parte no de las autoridades judías que investigan al peligroso profeta (Cfr. Juan 1,25), sino del mismo pueblo sediento de la venida del Mesías: “como el pueblo estaba a la espera...”. La respuesta de Juan tiene dos partes, centradas en los dos bautismos y en las características del Mesías. En la primera habla de su bautismo (con agua) y del bautismo que trae Jesús, que también es doble (con Espíritu Santo y fuego; Cfr Lc 3,16) y es “más fuerte” que Juan porque lleva a cabo lo que el bautista proclama: “el perdón de los pecados” (Cfr. Lc 3,3). Juan prepara el camino pero es Jesús quien lo realiza. Y en la segunda parte de la respuesta, el Mesías además, va ejercer el juicio de Dios (Cfr Lc v 17). Todo el énfasis del texto recae en lo positivo: se espera la apertura a Jesús, El Mesías y a la obra de su evangelio, con un deseo sincero de conversión (Cfr. el excelente ejemplo de Hechos 2,37-38). Entonces seremos testigos de la maravillosa experiencia del poder vivificador del Dios creador en nuestras vidas que nos integra al nuevo pueblo de Dios.

San Lucas

3,10-18 Sobre

Juan el Bautista. El evangelio de hoy con este resumen: “Con muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva” (Cfr. Lc 3,18). El evangelista caracteriza al auditorio de Juan como “el pueblo (que) estaba a la espera” (Cfr. Lc 3,15). La Buena Nueva para este pueblo era la venida del Señor, venida para la cual era preciso prepararse mediante la conversión, es decir, pasando del camino de pecado al camino del Señor.

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero El tercer domingo de Adviento marca un avance en la preparación espiritual: es la alegría. Porque el Señor está cerca. Hoy es un domingo para el gozo con el Señor. Pablo, en la carta a los Filipenses (segunda lectura de hoy Filipenses 4,4-7), nos anima: “Alégrense siempre en el Señor”. Se lo repito: ¡Alégrense! La conversión es una buena, muy buena noticia. Hoy, en este Adviento estamos invitados a la conversión total, continua y cotidiana, llena el corazón de luz, de justicia, de amor y de alegría; así como lo va ir mostrando poco a poco el evangelio de San Lucas durante este nuevo año litúrgico. Jesús hablará con frecuencia de la alegría que se siente cuando se recibe el perdón y, paradójicamente dirá que es aún mayor la alegría del Padre de los Cielos: “convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo esta muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado” (Cfr. Lc 15,32; Cfr. también 14,7. 10). Con razón la predicación de Juan es una “Buena Noticia” que trae alegría. En fin… no nos perdamos la fiesta, los gritos de júbilo, de gozo porque el Señor hará sentirte como te ama (Cfr. primera lectura

Sofonías 3,14-18a) ¿Se cumple también hoy en ti, en mi?

2

¿Qué me dice esta Palabra? Meditación

.

2. Meditatio:

Meditación. ¿Qué me dice esta Palabra?

Escoge las preguntas que más te interpelen en el proceso de fe, lo importante es lo

que te ayude a afirmarte con actitud de renovación. Dios solo quiere darte vida así

lo expresa en la alegoría de la Vid (Cfr, Juan 15,2)

 ¿Me encuentro entre las gentes que desean la conversión? (Cfr Lc 3,10?

 ¿Qué pistas o sugerencias encuentro en la Palabra de hoy para mi camino de conversión en este Adviento? ¿Según el texto del evangelio, cómo es necesario hacer visible la conversión hoy?

 ¿Vivo alegre y gozoso por este encuentro para mi vida de fe? ¿Me siento, aunque con dificultades, henchido del Amor, que me satisface y me hace mirar de otro modo las asperezas de la vida? ¿Cómo lo sé?

 ¿Qué novedad trae para mi vida el texto de cada una de las lecturas de hoy?  ¿Cómo puedo contagiar la alegría que me da el Señor con esta Palabra?  ¿Qué actualidad para los cristianos de hoy?

 ¿Me he encontrado con Jesucristo hoy? ¿Cómo me ha ayudado esta Palabra a este encuentro?

3.

Oratio: Oración. ¿Qué me hace decir esta Palabra?

Señor Jesús, Tú eres el más fuerte con el bautismo de Espíritu Santo y fuego.

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Coordina Gilma Inés Jaramillo de Escudero ¡Señor cuán grande es la acción que realizas en mí con tu Palabra!

Señor contigo puedo vencer las dificultades que me salen al camino. Dispón de mi corazón para que pueda seguirte con mayor fidelidad cada día.

Actúa Señor Jesús en mí con el fuego de tu Espíritu: Y pueda entrar en el oleaje de tu Amor.

Señor que tu fuego ardiente de tu amor me lleve a compartir con los necesitados todo lo que me has dado como el alimento, vivienda, vestido, tu palabra…

y sobre todo, el poder amar a los demás que sufren.

Gracias por el bautismo dinámico bautismo de fuego, en tu Espíritu, que es Amor.

¡Ven Señor Jesús a mi corazón! ¡Ven Señor Jesús a mi hogar! ¡Ven Señor Jesús impúlsame hacer el bien! ¡Ven Señor Jesús y enséñame amar! Bendito y alabado sea

Señor! Glorificado seas por siempre! (Dilo muchas veces) Padrenuestro.

4. Contemplatio: Contemplación: ¿Cómo me ayuda esta Palabra a

enamorarme de Jesús?

¿Qué actitudes y vivencias cristianas?

De verdad que impacta y causa una profunda admiración:

La conversión a la que me invita la Palabra de Dios en este tercer domingo de Adviento conducen a confiar en que hoy se cumple la profecía de Sofonías, la alabanza del Salmo, la necesidad de dejar ver la paz que da Dios, como lo plantea Filipenses en la segunda lectura y el llamado que hace Juan Bautista, invita a vivir un éxodo, a emprender el camino de la conversión con las actitudes de caridad, de justicia y la no violencia tan necesarios hoy. La Palabra es liberadora, exigente y se dirige a la conversión, a dar frutos. El oyente de la Palabra siente que es necesario dirigir su actitud interior hacia las obras, la conversión en este caso. ¿Cómo vivo la alegría de esta conversión hoy?

Tendré presente: La conversión lleva a enamorarse de Dios, a quedar fascinados por su compasión y por su bondad. El fuego del Espíritu, recibido en el Bautismo, va calcinando nuestros vicios y nos va animando en este enamoramiento de nuestro Dios. Es un fuego. No destrucción, sino de purificación

Repetiré:El Señor Jesús, envuélveme en el manto de su Amor y mi conversión sea visible.

A mi misma(o): Que la alegría de estar con el Señor transforme mi vida en gozo y paz conmigo y con mis hermanos.

L

a lectura orante de la Sagrada Escritura es mi apoyo

¿Y tú?

5. Escríbelo te ayuda bastante

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