• No se han encontrado resultados

CON DIOS, TODO; SIN DIOS, NADA

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "CON DIOS, TODO; SIN DIOS, NADA"

Copied!
5
0
0

Texto completo

(1)

Bahía Blanca, 06 de agosto de 2017

CON DIOS, TODO; SIN DIOS, NADA

Por Pr. Pablo Acha Baima

B A S E B Í B L I C A

Juan 15:4-5 (RVR60)

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. (5) Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.”

I N T R O D U C C I Ó N

En el relato del libro de Juan encontramos a Jesús haciendo una alegoría de la relación del Padre, de Él y del hombre con una vid.

 Jesús es «la vid verdadera» (Juan 15:1), es decir, como indica el original literalmente «la vid, la genuina»: la que da fruto conveniente según su especie.

Isaías 5:1 (RVR60) – “(1) Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. (2) La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres” (uvas amargas).

 Los creyentes somos como «pámpanos» de esta vid (Juan 15:2).

El “pámpano” es un brote verde y blando que tiene la vid cuando las hojas todavía no se han abierto. Jesús es la “cepa” y “raíz” de la planta. La cepa o raíz es la que sustenta a las ramas del arbusto o del árbol (Romanos 11:18), le comunica la savia y le provee de todo en todo, tanto en cuanto al echar flores como en el dar fruto.

Romanos 11:18 (NVI) – “no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.”

 El Padre es “el labrador”. Es el dueño y propietario; la vid no es producto espontáneo de nuestra tierra, sino que ha sido plantada en la viña por el agricultor, que es el Padre.

1 Corintios 3:6-9 – “(6) Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. (7) Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. (8) Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. (9) Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.”

Veamos algunas cosas que se desprenden de esta alegoría: (1) ¿Qué se espera de nosotros?; y (2) ¿Cómo podemos lograrlo?

(2)

D E S A R R O L L O

1.

¿QUÉ SE ESPERA DE NOSOSTROS? DAR FRUTO

Así como de una vid esperamos uvas, de un creyente debemos esperar fruto espiritual. Esto es, carácter, vida y testimonio cristianos. De este modo, damos honor al labrador de la viña.

Filipenses 1:10-11 – “(10) para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, (11) llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.”

2 Corintios 2:14 – “Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento.”

Algunas preguntas para pensar:

 ¿Qué pasa si no hay fruto? “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quita” (Juan 15:2).

 ¿Qué pasa si hay fruto? “Y todo aquel que lleva fruto, lo limpia, para que lleve más fruto” (Juan 15:2b). Aun así Dios (el labrador) trabaja en nosotros para llevar más y más fruto, moldear más y más nuestra vida. Así sean frutos buenos o frutos amargos. Santiago 3:2 (RVR60) – “Porque todos ofendemos muchas veces.”

Dios ya está trabajando limpiando nuestras vidas

Juan 15:3 (RVR60) – “Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he hablado”

¿Quiere decir esto que estamos completos? No, se refiere a que estamos en un proceso de transformación hacia un buen resultado final.

Pero miremos un detalle:

Juan 13:10-11 (RVR60) – “(10) Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos. (11) Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.”

La Palabra es la que limpia nuestras vidas al vivirla, y para vivirla hay no basta sólo con estar cerca de Dios. Salmos 119:9 (RVR60) – “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.”

El labrador viene a buscar fruto.

Las ramas que dan fruto deben ser podadas.

(3)

2.

¿CÓMO LOGRARLO? ¿CÓMO DAR ESE FRUTO?

Una obligación que se nos impone: permanecer

Para que podamos dar fruto, es necesario permanecer en Cristo; es decir, que mantengamos íntima comunión con Él. “Permaneced en mí, y yo en vosotros” (Juan 15:4).

El brote del pámpano está en la cepa, y la savia de la cepa permanece en el pámpano y, de este modo, siempre hay una constante comunicación entre ambos.

Cuando habla de permanecer en el original no es solo unión sino también comunión. Sin permanencia (comunión) no hay fruto, no hay resultado: “Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí” (Juan 15:4b).

Juan 15:5 (RVR60) - Un resultado posible y esperado

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto”

Reconocer que “sin Dios, nada”

Juan 15:5c (RVR60) – “…porque separados de mí nada podéis hacer.”

No dijo Jesús “porque sin mí podéis hacer poco”, sino “nada podéis hacer”. Por tanto, ya sea poco, ya sea mucho, no puede hacerse sin Aquél, sin el que nada puede hacerse. Y añade: “El que piensa que produce fruto por sí mismo, no está en la vid; el que no está en la vid, no está en Cristo; y el que no está en Cristo, no es cristiano” (Juan 15

1 Corintios 15:10 (RVR60) – “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.” La preposición que aparece al final de este versículo: “sino la gracia de Dios conmigo” es precisamente la opuesta a la que en Juan 15:5b se traduce por “separados de”, “aparte de”, con lo que ambos pasajes se iluminan mutuamente.

Dependemos de Cristo, no sólo para sustentación, como la parra en la pared o en el emparrado, sino para tener vida y fuerza, como la rama de la raíz.

Sin Dios, nada; con Dios, todo.

La comunión de Cristo con los suyos nunca se rompe por el lado de Él.

(4)

Una observación final

“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será hecho” (Juan 15:7).

Cuando mantenemos comunión íntima con Cristo, y sus palabras controlan nuestra conducta, “todo lo que pidamos será hecho según queramos”, porque siempre lo querremos de acuerdo con su voluntad al ser ella la norma de nuestra voluntad.

C O N C L U S I Ó N

Este “concepto” retumba muy fuerte: Sin mi nada podes hacer. En tiempos de independencia, de hacer lo que deseo, cuando deseo, sino edifico en Dios es en vano porque lo que edificare se desmoronará. Si bien podemos estar unidos para sostenernos, al mismo tiempo podemos carecer de comunión con el Padre, lo cual nos vivifica espiritualmente y propendemos a dar fruto espiritual.

La comunión permanente con Dios depende de nosotros, de desear estar con Él cada día, aún así eso implique un esfuerzo de nuestra parte. En el capítulo 16 del libro de Éxodo encontramos una ilustración acerca de este esfuerzo.

Éxodo 16:4-5 (RVR60) – Dios da el maná

“(4) y Jehová dijo a Moisés: he aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no. (5) Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.”

El pueblo tenía que salir a recoger su comida “todos los días”. Ellos mismos tenían que levantarse, salir de su carpa y recoger el sustento diario. ¡Era comida para cada día! no para la semana, tampoco para dos o tres días. Es más, Dios les advirtió que no guardaran para el siguiente día. ¡Dios tenía comida fresca para ellos cada día! Dios no dijo vayan los sábados o los domingos solamente a recoger su comida. Dios dijo “todos los días”.

La independencia de Dios nos pone límites, no hay mucho fruto sin intimidad, sin rendición, sin dependencia.

Recordaba en estos días una canción del año 1997 del grupo musical Puerto seguro, que el coro decía:

“No, no puedo vivir sin ti, en esta vida, No; no puedo vivir sin ti, en este mar

Siento que mi barca se hunde si no estás al lado mío. No, no puedo vivir sin ti”.

Sin ti no soy feliz; sin ti no sé vivir. Necesito estar al lado tuyo. Sé que en éste mar, tú me guiarás. Me guiarás al lugar que he deseado.

(5)

que tengo y puedo decirle es que no basta con estar cerca, unido por sostenimiento sino que hay vida para aquel que tenga comunión, relación, cercanía con aquel que le ama mucho: Nuestro Dios.

Salmo 22:11 (RVR60) Versión RVR1960

“no te alejes de mí, porque la angustia está cerca.”

Versión BLP

“no te separes de mí, que la angustia está cerca y no hay quien me ayude.”

Referencias

Documento similar

Así como tu caminas con Dios, el Señor se revela a sí mismo – su corazón y su voluntad para tu

„ Dios ha hecho todo lo posible para que. produzcamos fruto en

habilidades de Dios son mucho más grandes que los nuestros y que podemos confiar completamente en él para que guíe nuestra vida, aun cuando no comprendamos lo que está

—obispo y sacerdotes— para poder llevar la vida de Dios al pue- blo, el perdón de Dios al pueblo que peca; el alimento de Dios en la hostia consagrada al pueblo que

Sin cristo nadie puede vivir una vida agradable a Dios, Romanos 8:7-8 Pero la biblia lleva esto más lejos y nos dice que aun cuando en la gracia común de Dios el no creyente hace

 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar

Valiquette; aun así, representarían una innecesaria —y quizá engorrosa— distracción para el lector, más que una ayuda; el Dios de Tomás Segovia es y no es el Dieu de Victor

Los niños aprenderán que debemos obedecer a Dios con confianza completa porque Dios es como un pastor bueno que lleva sus ovejas a buenos pastos y por caminos sin peligro.. Dios