NBA
Los Spurs
alcanzaron la
perfección en
los últimos
playoffs y
arrancan,
en otro
capítulo de su
eterna lucha
contra el
tiempo, como
campeón y
rival a batir
en una NBA
transformada
por el regreso
a Cleveland
Cavaliers de
LeBron.
¿ES QUE NADIE VA A SER CAPAZ DE JUBILAR A ESTOS TIPOS?
2014
2015
JUANMA RUBIO /
T
odo cambia en la NBA. Todo menos San Antonio Spurs. Asumimos que algún día veremos unos playoffs de la Con-ferencia Oeste sin las espuelas plateadas de Texas. Algún día. Y que en algún momento no muy le-jano echarán pie a tierra Tim Dun-can, el mejor ala-pívot de la histo-ria (acabará esta temporada con 39 años), y Gregg Popovich, sin duda el mejor entrenador en acti-vo y sin más comparación ya en la historia que la que le pone frente al espejo de Red Auerbach, Pat Ri-ley y Phil Jackson. Al menos esta vez nadie pronostica, como había-mos hecho casi todos en los últi-mos tres o cuatro años, la caída del imperio milagroso de San An-tonio. Porque es difícil no haber escarmentado ya a estas alturas y porque está fresco en la retina el despliegue sublime de los últimos playoffs y esas dos rondas finales en las que aplanaron a los equi-pos de Kevin Durant y LeBron Ja-mes, el ying y el yang de la actual NBA, con un balance total de 8-3y seguramente el mejor juego po-sicional en cinco contra cinco de toda la historia del baloncesto.
Popovich tiene 65 años. En-tre Duncan, Ginóbili y Parker su-man 112. Ninguno ha defendido otros colores distintos al negro y plateado de los Spurs en un peri-plo que comenzó en 1996, cuan-do el muncuan-do era tan distinto que Google no había pasado todavía de proyecto universitario. A par-tir del eje Popovich-Duncan, quizá la unión de entrenador y jugador más sostenible y exitosa de la his-toria junto a —otra vez los mitos referenciales— las que formaron Auberbach y Bill Russell o Riley y Magic Johnson. Los Spurs no se pierden los playoffs desde 1997 y llevan quince años ganando 50 o más partidos y superando el 60% de victorias en Regular Season y en ese siempre salvaje Oeste. En los últimos playoffs, y en la quin-taesencia de su juego de pases extras y coreografías asombro-sas, los tejanos ganaron 16 parti-dos con unas medias de casi 109 puntos anotados y 17 de diferen-cia sobre unos rivales ateridos, en un estado que definió como nadie Dion Waiters, el escolta de los Ca-valiers: “A veces estás en pista y
ni sabes cómo hacen lo que están haciendo”.
Los Spurs compiten por en-cima de todo contra sí mismos después de un verano feliz en el que se han dedicado a, como siempre, dar pasos discretos en la dirección correcta y lejos de los grandes titulares y los culebrones mediáticos. Aseguraron por la vía rápida la continuidad de piezas instrumentales (Diaw, Mills) en su última y casi inefable versión. Son vigentes campeones y posee-dores de los premios al Ejecutivo del Año (R.C. Buford), Entrenador del Año (Popovich) y al MVP de las finales (Kawhi Leonard, el delfín de Popovich y Duncan). Entre Re-gular Season y playoffs, los Spurs ganaron 78 partidos y perdieron sólo 27, en ruta hacia una final en la que asombraron al mundo y de-molieron a LeBron y su big three: mayor diferencia media de la his-toria de las finales (+14), mayor
“Estás en pista jugando contra
ellos y ni sabes cómo hacen lo
que están haciendo”, dice de
los Spurs Waiters, de los Cavs
LOS PADRES DEL INVENTO. R.C. Buford, en los despachos, y Gregg Popovich, en el banquillo, son los gestores de estos Spurs que han encontrado el elixir de la eterna juventud. UNA PAREJA ETERNA. Llevan juntos desde 1997 y han cambiado la historia de la NBA: Duncan y Popovich buscan el más difícil todavía: un sexto anillo en los Spurs.
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diferencia total (528-458, +70 en cinco partidos), el mejor porcen-taje de lanzamientos desde que existe el reloj de tiro (1954/55: 52,8%)… Y todo con un ecosiste-ma perfecto en el que convivían nueve jugadores nacidos fuera de Estados Unidos en el gobier-no blando pero incesante de Tim Duncan, segundo jugador en la historia que gana tres anillos en tres décadas distintas, de 1999 a 2014, algo que sólo había conse-guido hasta el pasado junio John Salley (1989-2000). La penúltima cabalgada del mayor de todos los big three, un Duncan-Ginóbili-Par-ker que es ya el trío de jugadores que ha sumado más victorias en playoffs: 117, recién superadas las que lograron juntos para los Lakers Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y Michael Cooper.
La última final, llena de datos para el recuerdo, dejó dos que explican la hoja de ruta que si-guió después un verano de movi-mientos sísmicos: Michael Jordan sólo concedió una derrota por 15 o más puntos en las seis finales que disputó mientras que LeBron perdió de esa forma los cuatro partidos de la última lucha por el título. El salario de su mano dere-cha, Dwyane Wade (18,5 millones de dólares), era mayor que el que
sumaban entre once jugadores de San Antonio Spurs. La perfección alcanzada por el perpetuo mila-gro en movimiento de los Spurs no sólo evitó que hayan surgido los habituales profetas del fin de su era sino que ha transformado literalmente el mapa de una NBA que ha visto como cambiaban drásticamente los centros de po-der de la Conferencia Este. No la estructura: sigue apuntando duo-polio en el que, a priori, Cleveland Cavaliers y Chicago Bulls serán los Miami Heat e Indiana Pacers de las dos últimas temporadas.
La era del ‘big three’ de Miami (el experimento LeBron James-Dw-yane Wade-Chris Bosh) duró cua-tro años y tres días. El 8 de julio de 2010, LeBron anunció en un especial televisivo en el que pul-verizó su imagen pública (el infa-me ‘The Decision’) que se llevaba
“sus talentos al Sur de Florida”. El
pasado 11 de julio, y a través de una celebrada carta editada y pu-blicada en Sports Illustrated por el periodista Lee Jenkins, LeBron anunció que hacía el petate y re-corría el camino de vuelta: “Esto
va más allá del baloncesto, sé que puedo significar aquí más de lo que significaba en Miami. Quie-ro que los chicos del noQuie-roeste de Ohio piensen que este es el me-jor sitio en el que pueden estar. Quizá así decidan quedarse aquí, crear una familia o poner en mar-cha un negocio. Nuestra comuni-dad ha tenido que luchar mucho. En el noroeste de Ohio nada te lle-ga relle-galado. Todo te lo tienes que ganar. Trabajas para lograr las co-sas que te propones. Estoy prepa-rado para aceptar el reto. Vuelvo a casa”.
En un vieja de ida y vuelta al infierno, LeBron destruyó y rehizo de forma asombrosa su imagen pública mientras mutaba de héroe a enemigo público número uno y otra vez a mesías de su Ohio na-tal. En Miami deja uno de los equi-pos más escrutados y analizados de la historia y cuatro finales dis-putadas en cuatro temporadas: dos ganadas y dos perdidas. Y dos anillos, dos de sus cuatro MVP de Regular Season y sus
Nadie había ganado una final
por tanta diferencia media
como los Spurs (+14) ante los
Heat de un LeBron superado
LÍDER. Tony Parker, el más joven (32 años) del eterno ‘big-three’ que forma junto a Duncan y Ginóbili, debe liderar a los Spurs junto al emergente alero Kawhi Leonard (23). PARA EL RECUERDO. El nivel alcanzado por los Spurs en la última final ante Miami Heat quedará para el recuerdo como una de las mayores exhibiciones de siempre.
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dos MVP de finales. Y un balan-ce de 224-88 en Regular Season, un 71% de victorias, y de 59-28 en playoffs. En su decisión de no seguir en Miami influyó lo emocio-nal, una suerte de eco migratorio atávico con moraleja de hijo pró-digo, pero también influyó la ma-nera en la que San Antonio Spurs les rastrilló por la pista durante la final de 2014. El propio LeBron lo reconoció haciendo obvio el efec-to transformador que los Spurs tienen sobre una NBA en la que, para todos los que no tengan en plantilla a LeBron o Durant, ape-nas se reconocen como culturas ganadoras estructurales las que representan, mundos opuestos, Gregg Popovich y Phil Jackson. Ex ayudantes del primero entrenan
en Atlanta (Mike Budenholzer) y Philadelphia (Brett Brown) mien-tras que los hijos deportivos del Maestro Zen Jackson lideran la nueva generación de entrenado-res, de Brian Shaw (Denver Nug-gets) a los debutantes, rutilantes y millonarios Derek Fisher (New York Knicks) y Steve Kerr (Golden State Warriors).
En Cleveland, en su día la ciu-dad agraviada por la que lloraba América, se frotan los ojos. Los cuatro años sin LeBron, 97 victo-rias por 215 derrotas, le valieron tres números uno de draft en un sostenido golpe de fortuna en el que algunos vieron una cuestión de justicia cósmica pero que fi-nalmente ha facilitado el gran traspaso del verano: Kevin Love. El ala-pívot, con sus más de 26 puntos y 12 rebotes por partido de la pasada temporada, parecía destinado a acabar en los Lakers por ser californiano y sobrino de uno de los Beach Boys. Pero se marchó a Cleveland para jugar con LeBron y porque los Cavs te-nían dos números 1 de draft que enviar a Minnesota Timberwolves a cambio: Anthony Bennett y An-drew Wiggins. El otro, Kyrie Irving, se queda y ensambla con LeBron y Love un nuevo ‘big three’ que dirigirá David Blatt, uno de los grandes estrategas del entorno FIBA que se estrena en la NBA, y al que rodearán Waiters, Vare-jao, Tristan Thompson o Mike Mi-ller, hombre de absoluta confianza de un LeBron que ejerce de cen-tro gravitacional de un poder que siempre gira en torno a él. Ahora, en su primera/octava temporada en Cleveland, su gran rival volve-rá a ser el de su primera tempora-da en Miami: Chicago Bulls. Por-que mientras Por-que Indiana Pacers tiene que lidiar con la marcha de Lance Stephenson, la grave lesión de Paul George y la crisis de iden-tidad de Roy Hibbert, el gigante triste, en Chicago recuperan a De-rrick Rose, cambian a Carlos Boo-zer por Pau Gasol y abren la puer-ta a dos rookies a los que se les caen los puntos de los bolsillos: Doug McDermott y Nikola Mirotic. Entre los tres nuevos (Gasol,
Miro-El propio LeBron no tuvo
problemas en reconocer que
la paliza ante los Spurs influyó
en su decisión de dejar Miami
HIJO PRÓDIGO. Cleveland y Ohio, cuatro años después de darle la espalda, celebraron con euforia la decisión de LeBron de volver a casa para jugar en los Cavaliers. AMOR Y ODIO. LeBron James anunció que volvía a Cleveland Cavaliers con una ya histórica carta abierta en Sports Illustrated. No todos se lo tomaron bien en Miami.
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tic, McDermott) no llegan (14,7) a los 15,3 millones de dólares que cobró la temporada pasada un Carlos Boozer en evidente cues-ta abajo. Escues-ta efectiva operación de maquillaje añade pegada y va-riantes ofensivas a un equipo que la temporada pasada juntó la se-gunda mejor defensa (por detrás de la de los Pacers y primera en bruto: sólo 90,2 puntos enca-jados de media) con un ataque en el que nadie anotaba menos (93,7) y sólo Philadelphia y Orlan-do anotaban peor. Dos equipos que ganaron 42 partidos… entre los dos.
Con Derrick Rose como alfa y omega, los Bulls serán un aspi-rante de consenso al anillo si el base recupera una versión senci-llamente saludable, no digamos una parecida a la de su tempo-rada 2010-11, cuando fue MVP con 25 puntos y casi 8
asisten-cias por partido. Desde entonces, masacrado por unas lesiones de rodilla que parecen por fin atrás, sólo ha jugado 10 de los 181 par-tidos oficiales que han disputado los Bulls en las dos últimas tem-poradas. La otra wild card en la Ciudad del Viento -además del im-pulso del nuevo escuadrón joven que forman McDermott, Mirotic y Snell- es Pau Gasol. El español deja atrás trece temporadas en el Oeste, cinco y media de ellas en esos Lakers que quedan a la de-riva con el último asalto de Kobe Bryant fiado a un grupo repleto de outsiders y jugadores de segunda fila, los mejores o muy veteranos (Nash, Boozer) o demasiado jóve-nes (los rookies Randle y Clark-son). Por primera vez en el mer-cado y con liber tad para elegir destino, Gasol buscó la ecuación que le permitiera luchar por un ter-cer anillo y dar un último y buen empujón a una cuenta que está ahora en 156,5 millones de dóla-res ganados: de los 2,9 que cobró como novato a los 19,2 de la tem-porada pasada. En Chicago com-petirá a un nivel que no le ofrecían las ofertas superiores de Atlanta Hawks, el equipo que le drafteó y le envió a Memphis, o Lakers pero por más dinero (unos 22,2 millo-nes por tres temporadas) del que llegaban a ofrecerle para luchar por el título Spurs y Thunder, los gigantes del Oeste.
Para Gasol el reto es mayúscu-lo, la última gran motivación que buscaba para seguir en marcha a sus 34 años. Irrumpe en un juego interior en el que sus dos princi-pales compañeros (Joakim Noah y Taj Gibson) carecen de su extraor-dinario instinto ofensivo pero le sacan un par de cuerpos en ener-gía física y despliegue defensivo. Con ellos tres, y los relevos que pueda ganarse Mirotic, Thibodeau dispone de uno de los juegos inte-riores más completos y profundos de toda la NBA, un arma de des-trucción masiva en manos de uno de los grandes estrategas de la liga: si acompañan las rodillas de Rose, claro. Esa guerra por tierra, mar y aire (Thibodeau contra Blatt, Love contra Gasol, Varejao contra
Golpe maestro en Chicago:
por menos de lo que ganaba
Boozer se hace con Gasol y los
rookies Mirotic y McDermott
NUEVOS VIEJOS TIEMPOS. Los Bulls se rearman para volver a luchar por el anillo a partir de la recuperación total de Derrick Rose, su líder y el MVP de 2011. OTRA AVENTURA. Después de Memphis y Los Ángeles, Pau Gasol inicia en Chicago su tercera etapa tras trece años en la NBA. Será la primera en el Este.
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Noah, Irving contra Rose y LeBron contra todo lo que se le ponga por delante) debería ser el eje narra-tivo de un Este animado por el ascenso de los Wizards, los Rap-tors y los Hornets, que vuelven a Charlotte, y con experimentos ve-remos hasta qué punto sosteni-bles como los otra vez multimillo-narios Nets o unos Heat que han evitado el ataque de pánico tras la fuga de LeBron y seguirán sien-do competitivos, ya que no desde luego aspirantes.
El Oeste, mientras, volverá a ser una entidad de competitivi-dad infernal después de una tem-porada pasada en la que el nove-no, Phoenix Suns, se quedó fuera de playoffs con 48 victorias: las mismas que sumaron los Raptors para ser… terceros del Este. Una trituradora híper igualada en la que no tienen puesto asegurado en las eliminatorias equipos que sembrarían el terror al otro lado del país como Grizzlies, Blazers, Mavericks o incluso Pelicans y los propios Suns. Al acecho del trono de los Spurs se agrupa una des-quiciada cadena alimenticia en el que el pez muy grande se come al grande pero es comido por el mucho más grande: Mavericks, Grizzlies y Blazers persiguen a Rockets y Warriors que a su vez persiguen a Clippers y Thunder. Y todos persiguen a los Spurs. Los
próximos meses serán cruciales en la eclosión o colapso de los as-pirantes Clippers y los asas-pirantes a aspirantes Warriors, los prime-ros apremiados por la necesidad de aprovechar su venta récord por 2.000 millones de dólares al pe-culiar multimillonario Steve Ball-mer, ex jefazo de Microsoft, y el sueño narcótico en el que viven sus vecinos Lakers, que le ofre-cen otra vez en bandeja de plata su cabeza en otro año en el que no recuperarán su hegemonía histórica en el baloncesto cali-forniano.
Pero quizá no haya franquicia que comience curso con más pre-sión que Oklahoma City Thunder, un equipo que cumple un lustro en una lucha por el anillo que ya parece perenne en torno a un eje Durant-Westbrook-Ibaka que necesita un nuevo impulso para no comenzar a resultar inestable. Durant arranca, tras borrarse del Mundial de España, como vigente MVP después de una temporada extraterrestre de 32 puntos por partido con un 50% en tiros de campo. Y 7,4 rebotes, y 5,5 asis-tencias y 47 partidos superando los 30 puntos… pero en la que se quedó otra vez fuera de la final. Y arranca lesionado y rodeado de voces que se preguntan si imitará a LeBron y emprenderá el camino a casa para jugar en su Washing-ton natal cuando acabe contrato en el verano de 2016. Sea cual sea el problema, egos o frustra-ciones, no hay medicina más efi-caz que un anillo ni espejo más saludable que San Antonio Spurs. Fin del camino en los debates in-ternos de los Thunder o la nueva revolución de LeBron, finalmente los Spurs esperan a la vuelta de cada esquina y en cualquier análi-sis que se haga de la nueva tem-porada. Campeón, modelo y rival a imitar y batir. Otra vez y diecisie-te años después de que Tim Dun-can se fuera a San Antonio con el número 1 del draft. Un milagro en permanente proceso que alimen-ta la leyenda de la NBA, que abre un nuevo curso que promete ser especialmente apasionante. Que nadie falte a clase.
El Oeste, otra vez salvaje:
Thunder, Clippers, Warriors o
Rockets, grandes apirantes al
trono de San Antonio Spurs
SÓLO FALTA GANAR. Los Clippers tienen una de las mejores plantillas de la NBA en manos de Doc Rivers. El reto es cambiar la leyenda maldita de la franquicia. UN ALTO EN EL CAMINO. Nadie ha jugado más que el MVP Durant desde que llegó a la NBA. Ahora, una lesión le obliga a poner pie a tierra en el arranque de temporada.
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EL PASO
DEL
TIEMPO,
SU GRAN
ENEMIGO
El ‘big three’ de los Spurs suma 107 años y Popovich tendrá que hilar muy fino para que sus estrellas lle-guen a los playoffs con gasolina. Lo bueno: sabe hacerlo. L O P E O R JUANMA RUBIO /D
e repente, los Spurs ya no luchan contra la edad sino contra el síndrome de Sten-dhal. Por primera vez en los últi-mos veranos, nadie habla de si se le habrá acabado ya las fuer-zas al núcleo Gregg Popovich (65 años)-Tim Duncan (38)-Manu Ginó-bili (37)-Tony Parker (32). Esta vez la cuestión es si el equipo texano superará el vértigo de su propia perfección: la confusión, el tem-blor, las palpitaciones e incluso las depresiones que se producen ante la exposición a obras de arte especialmente bellas. El síndrome de Stendhal...Porque pareció durante la úl-tima final ante Miami Heat que no se puede jugar mejor al ba-loncesto que estos Spurs, la
ver-lograrlo, eso y tantas otras cosas, es Gregg Popovich.
Esta vez, además, los Spurs no han tenido que tocar nada. Su ve-rano, mientras otros acaparaban titulares, ha sido un inteligente ejercicio de continuidad construc-tiva en el que renovaron por la vía rápida a dos de los suplentes que fueron fundamentales en el pasa-do título: Mills y sobre topasa-do Diaw, un jugador cuya materia gris ba-loncestística es oro puro en ma-nos de uno de los mejores entre-nadores de la historia.
Así que de los Spurs podemos esperar más de lo mismo, y eso son excelentes noticias: una Re-gular Season en la que conser-varán frescas las piernas de Par-ker, Ginóbili y Duncan sin perder ni un ápice de competitividad y unos playoffs en los que partirán como rival a batir en un Oeste en el que les persigue la madre de to-dos los ejércitos: Clippers, Thun-der, Warriors, Rockets, Grizzlies, Blazers, Mavericks… Pero en la parrilla de salida, sólo un equipo comienza como vigente campeón: San Antonio Spurs, la historia ma-ravillosa de un milagro perpétuo.
UNA
FÓRMULA
PULIDA
HASTA LO
PERFECTO
Los Spurs tienen una defensa inteligente, un ataque imparable y a los vigen-tes Mejor Entrenador y Mejor Ejecutivo de la NBA. Su fórmula es un milagro constante y sostenible. HISTÓRICO. Tim Duncan es el mejor ala-pívot de la historia y busca ahora un sexto anillo que agrande aún más su leyenda y la del equipo de su vida.CONTRA EL SÍNDROME DE STENDHAL
SAN ANTONIO SPURS
sión más refinada de un equipo que hace quince años ganaba, ya a lomos de Popovich y Dun-can, anillos a base de defender y de cargar el juego en las zonas. De ahí fue mutando en un proce-so de lustros hasta esta última versión de ataques deliciosos de movimientos coreografiados y de-fensas inteligentes y mancomuna-das. El secreto es sacar lo mejor de cada jugador y el maestro en
TÉCNICO
QUINTETO INICIAL
L O M E J O R
¿Cómo mejorar lo que ya parece
perfecto? La progresión de
Kawhi Leonard (23 años) es la
gran llave de los ‘nuevos’ Spurs
Los Spurs ya no
luchan contra el
padre tiempo: esta
vez lo hacen contra
la perfección que
alcanzaron la
pasada temporada,
en la que jugaron
unos playoffs
insuperables.
GREGG POPOVICH. El mejor entrenador en activo y uno de los mejores de la historia de la NBA. TONY PARKER.Puede que no sea el mejor base, pero es el base ideal para el actual campeón.
DANNY GREEN.
Defiende, juega siempre al servicio del colectivo y es un tirador de tres letal.
KAWHI LEONARD.
El MVP de la última final es la llave del relevo generacional en la franquicia.
TIM DUNCAN. El
mejor ala-pívot de la historia sale aún a doble-doble por partido. Un genio.
TIAGO SPLITTER.
Aporta trabajo sucio, pegamento en las zonas y cada vez más números.
ES UN
EQUIPO
REPLETO
DE EGOS
David Blatt debe inten-tar que no haya conflic-tos en una plantilla de estrellas, repleta de egos que tendrán que sublimar sus instin-tos en be-neficio del conjunto. Cuidado con Waiters. L O P E O R NACHO ALBARRÁN /L
a historia de los Cleveland Cavaliers puede entrar esta temporada en su etapa más glorio-sa. La franquicia, que ha pasado por la Liga con más pena que glo-ria desde su aparición en 1970, va a recuperar y a aumentar, si nada se tuerce, los destellos de es-plendor que le dio la irrupción de LeBron James en el equipo. Y lo hará porque, tras desterrarse cua-tro años en Miami para ganar dos campeonatos, el hijo pródigo de Akron (Ohio) ha vuelto a casa dis-puesto a hacer por fin de los Cavs un equipo campeón.Lejos queda ahora el revuelo que se armó por su marcha en Cleveland, la quema de camise-tas con su nombre, los insultos, los silbidos y desprecios. Todo
ol-baloncesto. No me di cuanta hace cuatro años. Ahora sí”, palabra de
‘King James’.
Al contrario que en su primera etapa en los Cavs, el jugador más completo de la NBA ahora no está sólo. Forma un nuevo ‘big three’ con uno de los mejores bases de la Liga, Kyrie Irving, y un todoterre-no extraordinario como Kevin Love, aunque el propio LeBron habla de un “big 15” para no favorecer la idea de que los egos pueden estar por encima del concepto de equi-po. Se reencuentra con Varejao, se ha traído a sus amigos Mike Miller y James Jones, y coincide por pri-mera vez con Shawn Marion y Dion Waiters. Tiene equipo y un gran en-trenador, David Blatt, rookie en la NBA pero con mucha experiencia y currículum ganador en Europa.
Opciones.
Si ‘El Elegido’ fue capaz de llevar a Cleveland a las Finales de 2007 (derrota por 4-0 ante los Spurs) con Hughes, Snow, Ilgauskas, Gooden y Varejao, aho-ra los Cavs pueden y deben pasar de ser décimos en la Conferencia Este a liderarla y pelar por el anillo a las primeras de cambio.IRVING,
JAMES Y
LOVE: ‘BIG
THREE’
‘King James’ no está solo en este ambicioso proyecto de los Cavs. Junto a Kyrie Irving y Kevin Love forma un ‘big three’ que puede dar muchas alegrías en el estado de Ohio. REGRESO DESEADO. LeBron James, natural de Akron (Ohio), vuelve a su estado y a su primer equipo en la NBA, con la intención de hacerle campeón.CON LEBRON, LOS NUEVOS JEFES DEL ESTE
CLEVELAND CAVALIERS
vidado y perdonado. Esas bajas pasiones se viven ahora en Flori-da. LeBron explicó que no se iba por desavenencias con Erik Spo-elstra o con Pat Riley, ni porque los Heat no tuvieran potencial... Quién sabe. Sólo dijo que estaba
“yendo a casa”. “Siempre pensé que iba a regresar a Cleveland y terminar mi carrera aquí, aunque no sabía cuando. Mi relación con el noroeste de Ohio va más allá del
TÉCNICO
QUINTETO INICIAL
L O M E J O R
Los Cavs pueden y deben pasar
de ser décimos en la Conferencia
Este a liderarla y pelear por el
anillo a las primeras de cambio
La vuelta a casa
de LeBron James
ha cambiado el
panorama de
una franquicia
que penaba en la
Conferencia Este
desde su marcha.
El hijo pródigo llega
con Kevin Love.
DAVID BLATT.
Triunfó en Europa con CSKA y Maccabi y si maneja el grupo, lo hará en la NBA.
KYRIE IRVING.
Peleará por ser el mejor base de la Liga si fortalece un poco su carácter. DION WAITERS. Buen anotador, es un peligro en el vestuario por su egocentrismo. LEBRON JAMES. El número 1 de la NBA en ausencia de Kevin Durant, es la estrella del equipo.
KEVIN LOVE.
Se mueve bien en la zona, es un gran tirador, rebotea que da gusto. Casi nada.
VAREJAO. Un currante de las canchas. Magnífico jugador de equipo y notable reboteador.
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BAJA
ROTACIÓN
EN LOS
PARTIDOS
La confianza de Thibo-deau por sus cinco jugadores de inicio, le hace apos-tar poco por su segunda unidad. De esta forma, jugadores como Butler pueden lle-gar a dispu-tar todo el encuentro. L O P E O R J. I. PINILLA /A
l afamado detective creado por Conan Doyle, Sherlock Holmes, su hermano le narraba la historia de un viento que lo arra-saba todo. Era el viento del Este. Y ahora, en Chicago, la Ciudad del Viento, situada en la Costa Este, toma forma ese cuento. Los Bulls vuelven a soñar al ver con esperan-zas de la vuelta de Derrick Rose, el alfa y omega de ese viento colo-sal. Tras mucho sufrimiento, el ‘1’ retorna para comandar una nave forjada por su entrenador, Thibo-deau, en la disciplina, la unión y la colectividad. Ese el carácter de un técnico que creó su reputación a la sombra de Doc Rivers en Boston, cuando los Celtics ganaron un ani-llo (2008) y perdieron otro (2010) ante los Lakers.temporada 2010-11, el equipo siempre ha estado en las ronda finales de la NBA.
La llegada de Pau Gasol desde Los Ángeles es lo más relevante para un equipo que desea ganar el campeonato. El español trae consigo la experiencia de luchar y lucir dos anillos, y la calidad de un jugador de 2,13 que dará, jun-to al mejor defensor del año pa-sado, Noah, un plus de inteligen-cia al ataque. El español formará parte del núcleo duro de un equi-po de supervivientes, que han es-crito líneas asombrosas gracias a los jugadores como Hinrich, Butler y Gibson.
Al margen del Gasol, cabe des-tacar la llegada del rookie McDer-mott, el mejor especialista en tri-ples desde Korver. El alero cuenta con toda la confianza de Thibo-deau y amenaza el puesto en el cinco inicial de Dunleavy. El rookie formó parte del Quinteto Ideal de la Summer League de Las Vegas junto a su compañero Snell. Tam-bién han llegado jugadores como Brooks, Moore y un Mirotic, cante-rano del Real Madrid, que debuta en la NBA.
LA VUELTA
DE ROSE
A LAS
CANCHAS
Rose ha sufrido dos graves lesiones que le han tenido para-do durante casi dos temporadas completas. Su retorno es el punto de inicio para que los Bulls luchen por el anillo. HA VUELTO. Derrick Rose se ha recuperado totalmente de sus problemas de rodilla y está listo para comandar a los Bulls hacia el olimpo donde les dejó Jordan.LLEGA EL VIENTO DEL ESTE
CHICAGO BULLS
Thibs llegó para recuperar el rumbo de un equipo a la deriva. Con él a los mandos y Rose como guía, los Bulls volvieron a superar las 41 victorias en una tempora-das después de 12 sin superar el 50% de triunfos, salvo dos cam-pañas con Skiles a los mandos. El entrenador partió de lo que mejor sabía hacer, la defensa. Y desde ese punto, los Bulls han ido cre-ciendo. Desde su llegada en la
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La llegada de Pau Gasol ofrece
a los Bulls, no sólo calidad y
anotación, sino la experiencia de
haber jugado Finales de la NBA
La franquicia de
Illinois ve con
esperanza la nueva
temporada gracias
al regreso de
Rose, el fichaje de
Gasol y la llegada
de los novatos
McDermott y
Nikola Mirotic
TOM THIBODEAU.Entre los cinco mejores técnicos de la NBA. Especialista defensivo.
DERRICK ROSE.
Segundo retorno tras superar dos graves lesiones. La estrella del equipo.
JIMMY BUTLER.
Insaciable. Puede llegar a jugar los 48 minutos sin bajar el ritmo en el partido. MIKE DUNLEAVY. Especialista más alla de la línea de tres puntos. Su veteranía es un plus. PAU GASOL. Es uno de los mejores ‘cuatros’ del mundo. Gran visión de juego. JOAKIM NOAH. Garra. Fue nombrado Mejor Defensor de la temporada pasada.
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NO HAY
AYUDAS
Westbrook y Durant pue-den ganar muchos par-tidos, pero no pueden ganar el título. Nece-sitan mayor ayuda de sus compa-ñeros. Más de Jeremy Lamb, de Reggie Jack-son y hasta de Serge Ibaka en ataque. L O P E O R ABRAHAM ROMERO /C
uando LeBron alzó el títu-lo de 2012 con títu-los Heat en la final ante los Thunder pen-sábamos que sería la primera de muchas batallas entre Miami y Oklahoma City, pero la realidad es que esa lucha sólo la hemos visto en la carrera por el MVP y en algunos chispazos de la Liga Re-gular. Las lesiones, el poco poder de reacción de Scott Brooks en algunos partidos y la ‘soledad’ de Durant y Westbrook en muchos momentos de los Playoffs han cimentado dos fracasos de los Thunder en las últimas dos tem-poradas. Y entendamos lo de ‘fra-caso’. El año pasado el físico de Ibaka dijo ‘basta’ y, aunque volvió para ayudar, su equipo claudicó ante el mejor baloncesto que seposterior adaptación al ritmo de juego influirán en la posición de los Thunder de cara a los Playoffs a pesar de que abril se vea toda-vía muy lejano. De cómo salgan sus compañeros de este proble-ma dependerán sus opciones en abril. Y es que más allá de victo-rias o derrotas, lo que se medirá es la capacidad de producción de la ‘segunda unidad’. Los Reggie Jackson, Jeremy Lamb o Steven Adams deben dar un paso adelan-te y demostrar que Westbrook y Durant tendrán ayuda en Playoffs. Ahí radica el peso de la ausencia, ahora, del MVP. Incluso Ibaka de-berá aportar más en ataque.
En cuanto a Westbrook, fue el mejor de su equipo en la pasada postemporada. Mejor incluso que Durant. No en vano venció prácti-camente él sólo a los Clippers en semifinales. Ahora se enfrenta al reto de liderar a los Thunder como ‘primera espada’, algo que siem-pre se le ha autoimpuesto desde fuera como una querencia perso-nal, pero que en los últimos me-ses ha sido poco demostrable: Russell asiste, lidera y supo dejar sitio Durant.
UN SÚPER
‘BIG 2’
Tener a Durant y a Westbrook asegura, mínimo, una final de Confe-rencia. Son dos de los cinco mejo-res jugado-res de la liga y juntos forman la mejor pareja de la com-petición. Un tremendo ‘Big two’. SIN EL MVP. Los Thunder iniciarán la temporada sin Kevin Durant, su gran estrella, por una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho.ASALTO AL ANILLO, VOLUMEN 4
OKLAHOMA CITY THUNDER
ha visto en el Siglo XXI: San Anto-nio Spurs. En 2013, sin Westbro-ok, Oklahoma City y Kevin Durant sí que fracasaron, con mayúscu-las, ante Memphis Grizzlies.
El inicio de curso está marca-do por la ausencia por lesión de Durant, que se perderá los dos primeros meses de competición (algo más de 20 par tidos) por una fractura en el quinto metatar-siano del pie derecho. Su baja y
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QUINTETO INICIAL
L O M E J O R
En 2010 estábamos ante el
mayor ‘proyecto’ de la NBA. Casi
en 2015, sólo les hemos visto
una vez en las Finales
Después de perder
las Finales de 2012
ante LeBron y sus
Heat, los Thunder
siempre han sido
favoritos pero
no han vuelto a
luchar por el anillo.
Deben hacerlo para
mantener a Durant.
SCOTT BROOKS. Buen desarrollador de talentos y dudosa capacidad para resolver partidos. WESTBROOK. Ha aprendido a ser sargento antes que teniente y el equipo lo agradece.JEREMY LAMB. El
equipo necesita de una regularidad anotadora que aún no ha tenido.
KEVIN DURANT. El
mejor de 2014 se pierde el inicio de año y casi la carrera por el MVP de 2015.
SERGE IBAKA.
Consolidado como uno de los grandes defensores, ahora le toca atacar el aro.
K. PERKINS. Pocas
alegrías mayores para OKC que el fin de su contrato. Pasa desapercibido.
MUCHA
PRESIÓN
Con los San Antonio Spurs rotando y los Thunder iniciando el curso sin Kevin Durant, los Clippers tienen la obligación de liderar el Oeste desde el principio. Es su hora, y tienen plantilla. L O P E O R ABRAHAM ROMERO /P
ocos finales de año tan traumáticos como el que vivió la plantilla de Los Angeles Clippers la pasada temporada. En medio de la polémica por los comentarios racistas de Donald Sterling, el equipo consiguió ven-cer a los Warriors en la primera ronda de playoffs (4-3) y compitió contra los Thunder hasta el últi-mo minuto del quinto partido. Ahí, cuando los Clippers vencían por seis puntos a falta de 50 segun-dos y ya acariciaban la final del Oeste (se hubieran puesto 3-2 con el siguiente partido en casa), su universo implosionó. Chris Paul, el mejor base de la liga, perdió dos balones y los Thunder escribieron una de las páginas doradas de los playoffs del Siglo XXI.uno de los grandes aspirantes a llevarse el trofeo. La pasada cam-paña logró su máxima anotación por par tido (24,1) y el número máximo de asistencias por en-cuentro (3,9).
Si ‘debe ser’ el año de Paul y Griffin, inevitablemente debe ser el año de los Clippers. Desde la llegada del base suman dos de-rrotas en semifinales y una en pri-mera ronda, con lo que llegar a la final de Conferencia suena, como mínimo, a obligación. Es, sino la que más, una de las plantillas con más profundidad de la liga. A un quinteto formado por Paul, Redick, Griffin o DeAndre Jordan se unen suplentes de la talla de Jamal Crawford, Farmar o Spencer Hawes, jugadores que serían titu-lares en muchas franquicias de la liga. A priori, pocos puntos débi-les: fuerza, defensa y puntos en la zona, un interior capaz de ‘abrir-se’ como Hawes, un alero defen-sor como Barnes, un director de juego como Paul, y dos anotado-res exterioanotado-res ‘compulsivos’ como JJ Redick y Jamal Crawford. Com-plicado encontrar 10 jugadores mejores en la competición.
ADIÓS A
DONALD
STERLING
Los playo-ffs de los Clippers estuvieron marcados por los comentarios racistas de Donald Sterling, su propietario. Ahora está Steve Ball-mer, ex de Microsoft, y nada debe enturbiar su temporada. EL DÚO DINÁMICO. El crecimiento de Griffin durante el último año y medio hace que la pareja que forma con Paul sea una de las tres mejores de la NBA.HOLLYWOOD YA NO ES DE PÚRPURA Y ORO
LOS ANGELES CLIPPERS
Este año su timón lo sigue ma-nejando Doc Rivers, un magnate de los banquillos. Y en la pista, a pesar de su error ante OKC, está Chris Paul. Además, Blake Griffin se enfrenta a la que posiblemen-te sea su posiblemen-temporada más impor-tante hasta ahora. Con la vuelta y teórica adaptación de LeBron James a Cleveland y las lesiones de Kevin Durant y Paul George, el ala-pívot nacido en Oklahoma es
TÉCNICO
QUINTETO INICIAL
L O M E J O R
Con los Lakers en ‘barbecho’,
esta temporada sus vecinos,
los Clippers, son la gran
esperanza de Los Angeles
La franquicia ‘mala’
de L. A. tiene una
de las mejores
plantillas de la
NBA. Blake Griffin
llega en su mejor
momento y Chris
Paul quiere pisar
unas Finales que se
le resisten.
DOC RIVERS. Uno de
los mejores técnicos de la NBA. Visión táctica y mano izquierda.
CHRIS PAUL. Falló
en los playoffs del año pasado y se quiere vengar. Talento y liderazgo.
JJ REDICK. Un gran
anotador lastrado por su físico hasta que lo ha trabajado. Buena mano.
MATT BARNES.
Defensa, carácter y algo de ‘juego sucio’ de vez en cuando. Necesario.
BLAKE GRIFFIN.
Tercero en el MVP del año pasado, aspira a luchar con LeBron por él.
DEANDRE JORDAN.
Tiene un ‘don’ para el rebote que ha acompañado con una gran defensa.
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NACHO ALBARRÁN /
Mark Cuban, genio y figura hasta la sepultura, no se da por ven-cido y ha reunido de nuevo una buena plantilla para que Dallas pueda pelear al menos en la dura Conferencia Oeste. El pro-pietario de los Mavericks, famo-so por sus excentricidades y sus declaraciones subidas de tono, pero también por su absoluta implicación en el equipo, quiere darle otra oportunidad de éxito a Nowitzki, su gran estrella. Nelson, Felton, Parsons, Jeffer-son, Chandler, Lewis, Al-Farouq
LOS OUTSIDERS
Aminu, Johnson, Lamb, Smith, Villanueva y Haywood son los fichajes de los texanos, casi todo el equipo, aunque todos no cabrán el roster final. Se fueron Calderón, Marion, Carter, Blair, Dalembert, Ellington… Siguen Ellis, Wright, Harris... Muchos cambios que suponen una incógnita, pero parece que hay calidad para estar entre los ocho mejores. Que la cosa funcione dependerá en gran medida de que el entrenador, Rick Carlisle, experto en sacar el máximo a sus jugadores, consiga hacer funcionar a una plantilla muy versátil.
Muchas de las opciones de éxito de los Mavs pasaran por el comportamiento de los nuevos bases, Nelson y Felton, y por el momento de forma que muestre Nowitzki. Hay mucho talento
junto, quizá la acumulación más acertada en el trabajo de despachos de la postemporada sólo por detrás de Cleveland. Presumen de big four (Nowitzki, Ellis, Parsons y Chandler), pero
el Oeste es una selva en la que buenos equipos no han sobrevi-vido antes. Eso sí, estos Mavs tienen pinta de ser divertidos y darán guerra si nada se tuerce y alcanza los playoffs.
DALLAS MAVERICKS
Mucho talento alrededor de Nowitzki
Los Mavs han acumulado
mucho talento para
esta campaña: Parsons,
Nowitzkis, Chandler, Ellis...
IGNACIO ALBARRÁN / Los Grizzlies han hecho una clara apuesta por la continuidad de un proyecto que lleva varios años funcionando, primero con Lionel Hollins y desde la pasada campaña con David Joerger al frente del banquillo. Si algo va bien, para qué cambiarlo. A la base del equipo, formada por Marc Gasol, Randolph, Conley Lee, Prince y Allen, se ha unido un sexto hombre legendario y de calidad, Vince Carter, cuyo ren-dimiento con los Mavs el curso anterior fue notable.
La mayor virtud de Memphis seguirá siendo su extraordinaria defensa, en ese aspecto fue el tercer mejor conjuntos de la última Liga (94,6 puntos en contra de media en la 2013-14) y su mayor problema también: le cuesta generar puntos (27ª con 96,1 por partido). Ese será el punto donde más incidencia ten-drá que hacer Joerger, buscando soluciones para mejorar el tiro exterior, pasando por la mejora de fiabilidad de Conley y la ayu-da de Carter desde el banquillo. Ahí estuvo uno de los principales fallos del equipo, los suplentes apenas producían en ataque. Por encima de ajustes y de rendimientos individuales, Memphis necesita tener una temporada tranquila en cuanto al estado físico de los jugado-res. La campaña pasada Marc
Gasol, Lee y Allen se perdieron bastantes partidos por lesión. La anterior fue Randolph el que estuvo ausente. Así la franquicia de Tennessee podría aspirar a completar un balance que le
per-mitiera evitar a los huesos del Oeste en primera ronda de los playoffs. Aunque en una división tan brutal como la Suroeste, con Spurs, Mavs, Rockets y Pelicans, no será nada fácil.
MEMPHIS GRIZZLIES
Continuidad en busca de más puntos
Vince Carter ha
aterrizado en Memphis
después de una notable
campaña en los Mavs
MANUEL DE LA TORRE / Por detrás de Cleveland y Chicago, los Wizards asoman como candidatos a hacerse con la última posición del podio de la Conferencia Este. A la buena imagen y positivas expectati-vas ofrecidas tras la campaña anterior hay que sumar (pese a la marcha de Trevor Ariza) la buena labor realizada por parte
de Ernie Grunfeld desde la direc-ción deportiva.
No sólo consiguió renovar al téc-nico Randy Wittman y a Marcin Gortat, sino que ha incorpora-do para la rotación a un buen interior como es DeJuan Blair y ha reunido junto a la dupla Wall-Beal a Paul Pierce, un supercla-se cuya veteranía y experiencia puede resultar fundamental en los momentos decisivos. No obstante, ‘The Truth’ no será la primera opción en ataque de los ‘magos’, esa responsabili-dad recaerá en John Wall, todo un all star llamado a marcar una época. Bradley Beal, una máqui-na de anotar de sólo 21 años,
WASHINGTON WIZARDS
Algo se mueve en la capital federal
Pierce llega a los Wizards
para unirse con Wall y
Beal: una línea exterior
que invita a soñar
JUANMA RUBIO /
La pasada fue en conjunto una buena temporada para los Roc-kets. Jugaron bien, en algunos tramos escandalosamente bien, y ganaron 54 partidos, nueve más que en la campaña ante-rior. Eso les sirvió para pasar del octavo al cuarto puesto del Oeste, casi hasta la línea de meta persiguiendo a los Clippers en busca de la tercera posición y un lugar en el podio del ‘Wild West’. 54 victorias: el mismo balance que los Heat y sólo peor en toda la Liga que los
de Spurs, Thunder, Clippers y Pacers. Pero en los playoffs se metieron de lleno en la trampa que les tendieron los Blazers y cayeron demasiado pronto, en una eliminatoria antológica de primera ronda cuyo marcador total tras seis partidos fue de 672-670 para los de Oregón. Ese final de curso dejó un sabor amargo para un equipo que comenzó la temporada con aspiraciones muy altas gracias a la revolución del general manager Daryl Morey, que en dos años cambió radicalmente el roster de la franquicia y puso su futuro en manos de la pareja James Harden-Dwight Howard. El objetivo era añadir este verano una tercera estrella, y a punto estuvo de llegar Chris Bosh. Pero no llegó. Ni (claro) LeBron o Carmelo. Así, sin esa tercera
estrella que acompañe a Harden y Howard, los Rockets tendrán difícil dar ese paso adelante de-finitivo en el Oeste. Para hacerlo tendrán que hacer de la nece-sidad virtud, reforzarse como
bloque y sobre todo ajustar una defensa en la que Ariza mejora-rá a Parsons, baja importante en ataque, y en la que Harden promete más esfuerzo. Si lo logran, tendrán mucho ganado.
HOUSTON ROCKETS
Dar un paso adelante para no retroceder
Este verano ha fallado el
plan maestro: el ‘no’ de
Bosh dejó al equipo sin
una tercera estrella
completa la línea exterior. Por dentro cuentan con el brasileño Nene y el ‘Martillo Polaco’ Marcin Gortat. Un quinteto de vértigo. En definitiva, un año para soñar y seguir creciendo hasta el verano
de 2016, momento en el que contarán con margen salarial para lograr la guinda del pastel: con-vencer a Kevin Durant para que firme por el equipo de su casa, por el equipo de la capital.
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JUANMA RUBIO /
Una pretemporada impecable ha cimentado la sensación de que los Warriors son uno de los grandes peligros, quizá el mayor, para el trío Spurs-Thunder-Clip-pers que parte en primera línea de la parrilla de salida en el Oeste. Mark Jackson convirtió a los de Oakland en un buen equi-po defensivo pero no desarrolló un ataque al nivel de un bloque que incluía a David Lee en la zona y a los ‘splash brothers’ en el perímetro: Stephen Curry y Klay Thompson.
La tumultuosa salida de Jack-son, que tenía al vestuario en el bolsillo, puede haber acabado siendo una excelente noticia porque su puesto lo ha ocupado un Steve Kerr que se estrena como ‘head coach’ pero que era, pese a su inexperiencia, una de las piezas más codicia-das del mercado veraniego. No en vano, Phil Jackson le tuvo ‘casi’, ‘casi’ fichado para sus Knicks. Su objetivo es mantener la actitud defensiva y aplicar un sistema de ataque más refina-do. El resto lo pondrá la excelen-te maexcelen-teria primera que maneja: Stephen Curry ha alcanzado un nivel que le haría estar entre los grandes favoritos al MVP si no existieran Kevin Durant y LeBron James. La pareja que forma con Klay Thompson es uno de los mejores ‘backcourts’ de la
NBA. Y si a Bogut le respetan las lesiones, también forma una pareja interior de primer nivel, y muy complementaria, con David Lee. Además, los Warriors tienen profundidad con Andre
Iguodala, Harrison Barnes, Dra-ymond Green, Shaun Livingston, Leandrinho Barbosa… Ha llega-do la hora de soñar en Oakland, ha llegado la hora definitiva de Stephen Curry en la NBA.
GOLDEN STATE WARRIORS
La hora de los ‘Splash Brothers’
Curry sería uno de los
principales aspirantes
al MVP... si no existieran
LeBron y Kevin Durant
J.I. PINILLA /
La felicidad ha vuelto a Canadá. Después de cinco temporadas, los Raptors volvieron a disputar las rondas finales de la NBA y aunque un tapón de Paul Pierce en el séptimo encuentro ante los Brooklyn Nets acabó con el sue-ño de los de Toronto, la magia ya había retornado a un Air Canada Center. El pabellón estuvo a re-ventar durante los cuatro encuen-tros de la eliminatoria, a los que se sumaron los 20.000 aficiona-dos que apoyaron a los suyos en los aledaños del campo.
Los cinco iniciales de Casey, los mismos de esta campaña (Lowry, Lowry, Ross, DeRozan, Amir Johnson y Valanciunas) anotaron el 69% de los puntos del equipo (73,2 de 105,8 por cada 100 posesiones, el noveno mejor de la NBA) y con buenas decisiones desde la línea de tres puntos (37,2%, séptimos) y en el porcentaje total de tiros de campo (44,5%, novenos).
Estos son los datos de un equipo cuyo refuerzo más sonado para esta campaña es un anotador de la vieja escuela, Lou Williams. Es un jugador de experiencia constatada para un equipo donde el general seguirá siendo Lowry, uno de los bases más deseados de la NBA por su increíble año, no son lo estadís-tico, sino en su forma de asumir los galones dejados por Gay.
La función del base, otra vez, será complementarse con el multifacético DeRozan y el to-doterreno Ross. Los tres son la escolta de una de las mejores parejas interiores de la NBA:
Johnson (aguerrido y brutal ante el aro) y Valanciunas. La perla lituana es uno de los mejores centers de la Liga y por encima de él en el Este sólo está Roy Hibbert.