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Diccionario de Psicologa (2a. Ed.)

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Academic year: 2021

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ISSN-

0034-7639

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© Ezequiel Ander Egg © Editorial Brujas ª

Impreso en Argentina

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser reprodu-cida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o por fotocopia sin autorización previa.

www.editorialbrujas.com.ar publicaciones@editorialbrujas.com.ar

Tel/fax: (0351) 4606044 / 4691616- Pasaje España 1485 Córdoba–Argentina.

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Cuidado de la edición a cargo de Romina Valenzuela Domedel Revisión y asesoría general: Soraya Espinoza Moraga

Procesamiento de texto: Ilen Mendoza --- Nicolás Korzan

%ZEQUIEL  $ICIONARIO

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Ser invitado a prologar un libro es una responsabilidad, ya que

todo libro es, en buena medida, algo inédito, una creación

origi-nal. Entonces, presentar una obra, requiere precisión y reconocer

las perspectivas de su gestor. Más aún en un caso como este,

cuando el autor del texto que se prologa es un investigador

con-sumado y referente de diversas disciplinas.

Antes de referirnos a la obra que nos atañe, el Diccionario de

Psicología, vamos a detenernos en la trayectoria del profesional

que le dio origen. Ezequiel Ander Egg es pedagogo, sociólogo,

ecologista, animador socio-cultural y ensayista argentino con

re-nombre internacional. Ha realizado, además, valiosos aportes en

el campo del trabajo social. No es habitual encontrar demasiados

autores que en su haber cuenten con la escritura de ciento setenta

libros, como es el caso de Ander Egg.

Con estas obras ha vendido el número nada modesto de cuatro

millones de ejemplares y ha logrado que la fecundidad de sus

co-nocimientos llegara a múltiples ámbitos académicos de las más

prestigiosas Universidades y organizaciones internacionales. El

autor ha realizado su labor docente como visitante de ciento

ochenta y cinco universidades de América Latina y Europa. La

prolífica carrera de Ander Egg incluye su desempeño como

Con-sultor de las Naciones Unidas, UNESCO y UNICEF.

La figura que se delinea en sus antecedentes y sus obras es la de

un humanista, que confía en el mejoramiento del ser humano.

Nos encontramos ante un pacifista en sus convicciones más

pro-fundas y un vitalista, por cuanto cree visceralmente en el valor de

la vida, en especial de la vida humana.

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Pese a que se trata de un estudioso de ley, metódico y curioso

in-saciable, quien descuella en ámbitos académicos, Ander-Egg no

se encierra en una teoría particular, sino que se lanza

pertinaz-mente sobre los distintos conocimientos, formándose y

asimilan-do los que se conjugan y son dignos de incorporarse a su

pensa-mientos, a partir de los cuales ha realizado aportes a los campos

del trabajo social, la educación y la animación sociocultural.

Con un espíritu de “pensamiento y acción”, el autor no pierde

pi-sada a los hechos de la realidad, tal que, uno de sus intereses

principales es que las teorías sirvan para enfrentarse

práctica-mente con la realidad social. Intuyo que el autor disolvería al

instante una teoría o un concepto que no se ajuste a los hechos,

por la soberana importancia que le reconoce a las teorías y a los

conceptos que describen y se aplican en la realidad.

Que el autor sea antidogmático y su orientación marche en el

sentido del diálogo, no significa que descuide el rigor conceptual

y la importancia de los conceptos. Claro está, toda ciencia

requie-re de conceptos prequie-recisos, toda disciplina prequie-recisa de ese terrequie-reno de

lo común, donde las palabras refieren para muchos las mismas

cosas, donde las palabras representan una porción de lo real.

En-tonces, un diccionario, sin la pretensión de encerrar “la realidad

toda” en la sucesión de ciertas palabras, es un terreno necesario,

donde las palabras son nuestros conceptos y constituyen nuestra

moneda de inter-cambio para comunicarnos y saber.

Hay en esta obra una selección oportuna de definiciones clave

pa-ra conceptualizar los hechos y referirnos a la realidad; y las

defi-niciones sobre las palabras con valor psicológico tienen un valor

fundamental.

Si las definiciones dicen acerca de términos psicológicos,

servi-rán para comprender la realidad psicológica. Sabiendo que una

principalísima intención de Ander-Egg es que las ciencias

socia-les tengan aplicación práctica, entiendo que el Diccionario de

Psicología, no da puntada sin hilo, ni pierde pisada a la realidad

psicológica, en el sentido de que cada definición ha sido

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contras-tada con la realidad, reflexionada, mirada en sus antecedentes

teóricos y considerada por su utilidad, para que sirva al mayor

número de personas posibles, entre quienes trabajen en campos

afines a las ciencias sociales y humanas.

Quien desee tener conocimientos de psicología, acá tiene un

Dic-cionario como el que nuestra disciplina merece. Palabras que han

sido definidas con sentido práctico y claridad conceptual.

En la educación, el trabajo social y la animación cultural como

campos de aplicación de las ciencias, el Diccionario de Psicología

será un ordenador indispensable, una brújula que señalará y

per-mitirá entender los hechos.

Creo que cada vez que los estudiantes y los profesionales deseen

precisar o esclarecer términos psicológicos, podrán acudir a las

páginas del Diccionario que acá presento, para encontrarse con

definiciones profundas y expresadas en un lenguaje solvente, y no

por ello menos claro y acertado.

Reconociendo que la Psicología permite entender las formas de

acción humana y social, así como las relaciones humanas y las

conductas, pensamientos y emociones, ya no se hacen esperar

estas páginas que nos regalan el conocimiento de la investigación

y de una sabiduría bien ganada a través de la experiencia, que ya

es compartida con maestría.

Ahora sí, queridos lectores, les dejo disfrutar del Diccionario de

Psicología y con el, la profundidad y claridad de una disciplina a

través de una mirada interdisciplinar.

Martin Berasain

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Las circunstancias que me llevaron a elaborar este Diccionario.

Hace más de medio siglo —a comienzos de la década de los sesenta—,

una parte de mis actividades las desarrollaba en tres ámbitos

profesio-nales que exigían un trabajo que se suele denominar “estar en la línea

de fuego”. Quienes pusieron en circulación esta expresión, querían

se-ñalar que se trata de una labor, un trabajo que se realiza en trato directo

con los destinatarios, como es el caso de la educación, el trabajo social

y la animación sociocultural.

En todos estos campos profesionales, es fundamental la práctica

profe-sional. Pero no sólo se aprende a través de la acción. Las acciones

prácticas siempre surgen de las concepciones, valoraciones o creencias

conscientes o no que cada sujeto posea y aunque en muchas ocasiones

aparezcan como procedentes del “sentido común” la antropología, la

filosofía o las neurociencias nos han demostrado que esas valoraciones

o creencias actúan como un referente teórico no explicitado.

La teoría no solo nos posibilita formular conceptos, sino que ilumina la

realidad en la que vamos a actuar. Todo encuadre teórico, como nos

en-seña Bunge, sirve para “ordenar la lectura de la masa de los hechos”,

pero no nos dice qué hacer y cómo hacer —ello corresponde a los

mé-todos de intervención social—. Una formación teórica no es una

forma-ción libresca: es una estructura lumínica o iluminante que nos posibilita

comprender y organizar toda referencia empírica.

¿Cuáles son las disciplinas que pueden iluminar esos tres ámbitos de

acción profesional? En un primer momento, cuando comenzaba a tener

experiencias de trabajo de campo, pensé que esa apoyatura técnica

po-dría encontrarla en la psicología, la sociología y la antropología.

Estaba en esa búsqueda y en los tanteos iniciales, cuando un marginado

de la sociología académica de Estados Unidos, poco antes de su muerte

en 1962, Charles Wright Mills, a través de su formulación sobre la

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Imaginación sociológica

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, central en su pensamiento, también orientó

el mío ya que además de posibilitar una comprensión más profunda

acerca de lo que está ocurriendo en el mundo y en uno mismo otorga un

mayor nivel de relevancia en el análisis de los asuntos humanos —

cuestión que está presente en todo trabajo que realizamos con la

gente—; la imaginación sociológica facilita que uno se conozca a sí

mismo en un escenario histórico más amplio y ayuda a explicar y

describir la forma de ser en el mundo.

Wright Mills me hizo pensar que todo esfuerzo por conocer la realidad

en la que uno va a actuar, al integrar la biografía personal y la historia,

desarrolla nuestra agudeza y nuestra perspicacia para asombrarnos, y el

asombrarnos nos lleva a la curiosidad y a preguntarnos. Espolea la

ima-ginación.

La comprensión se completó con las ideas y reflexiones que, a

media-dos de los años treinta, en su libro Historia como sistema, Ortega y

Gasset planteó acerca de que

“la vida humana es la realidad radical, en el sentido de que a ella

debemos referir todo lo demás, ya que las demás realidades,

efectivas o presuntas, tienen de uno u otro modo que aparecer en

ella. (…) La vida nos es dada… No nos es dada hecha, sino que

tenemos que hacérnosla nosotros, cada cual la suya. La vida es

quehacer.”

Y, muchas veces, me interrogué acerca de cuál es la ciencia que estudia

de manera especial “lo humano” y a qué ciencia debemos recurrir

quie-nes realizamos un trabajo directo con la gente. Llegué a la conclusión

de que era la psicología, sin excluir las otras ciencias sociales, ni la

filo-sofía, ni la ética. Convencido de la importancia y, sabiendo que existen

diferentes perspectivas teóricas, durante dos años dediqué parte de mi

tiempo a conocer esta ciencia y cuáles eran los términos

fundamental-mente psicológicos utilizados en las tres metodologías de intervención

como son la educación, el trabajo social y la animación sociocultural.

De lo expuesto, el lector podrá inferir la importancia que le doy a la

psicología en general y a la psicología social en particular, importancia

1.

La imaginación sociológica es una cualidad mental que permite una com-prensión más profunda acerca de lo que está ocurriendo en el mundo y en uno mismo, como punto de las intersecciones de la biografía personal y de la historia.

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no excluyente de otras ciencias. Sin embargo, desde hace más de dos

años —y de manera creciente— me he ido convenciendo de que,

mien-tras no conozcamos el funcionamiento del cerebro, gracias a los aportes

que nos proporciona la neurociencia y la nanotecnología, limitamos a la

psicología. Las ideas que el neurocientífico Antonio Damasco explicitó

sobre la base cerebral de las emociones, posibilitaron encontrar razones

más profundas y un fundamento científico más contundente para

afir-mar que un mayor conocimiento del cerebro enriquecerá a la psicología

y permitirá una mayor comprensión de los seres humanos.

Dos advertencias que me parecen pertinentes: No soy psicólogo. El

he-cho de que tenga dos hijos y una nuera que lo son, está muy lejos de

ga-rantizar que haya adquirido suficientes conocimientos sobre esta

cien-cia, aunque haya aprendido de los tres: Javier, Guillermo y Miriam.

Tampoco respalda por sí misma la lectura que, desde hace años, he

rea-lizado de Erich Fromm, Viktor Frankl, Abraham Maslow, Carl Rogers

y de manera parcial Sigmund Freud y Carl Jung. La revista del Colegio

de Psicólogos de España me ha permitido conocer algunos temas que

preocupaban a la profesión. Al terminar la redacción de este trabajo,

cotejé mis definiciones con las de otros seis Diccionarios de Piscología

y el Diccionario de Medicina, publicado por la Universidad de Navarra.

Casi todos los términos que contiene este Diccionario, ya habían sido

definidos en los otros tres Diccionarios que ya había publicado: de

Tra-bajo Social, de Educación y, en menor medida, en el Diccionario de

Política. Ahora he mejorado todos estos términos, al profundizar mis

conocimientos de Psicología.

Hago estas consideraciones, por una elemental

honestidad intelectual, poniendo de manifiesto

mis limitaciones.

Por otro lado, como en la redacción de los otros Diccionarios, en este

también soy consciente que, conforme cambian los tiempos, las

cien-cias, la realidad, los problemas que se tratan en ellos, y los métodos,

técnicas y procedimientos de actuación o de tratamiento de los

proble-mas, los Diccionarios envejecen y corren el riesgo de “sufrir una

obso-lescencia” que los hace poco útiles. Esto hace que cada uno de nosotros

esté situado en una dinámica de la provisoriedad y nada cuanto

escri-bimos garantiza tener un valor permanente, pero que puede ser

refe-rente de lo que se pensaba en un momento determinado. Lo que

contie-ne este trabajo responde a una determinada etapa histórica, por lo que

discurre la vida y la evolución de las ciencias y de los problemas y de lo

que en diferentes momentos podrían ser los términos más significativos

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para la educación, el trabajo social y todo aquello que concierne a la

animación sociocultural.

En esta versión del Diccionario, recibí la

valio-sa colaboración de la Prof. Marilí Cedrato. No

solo revisó la totalidad del texto, sino que me

hi-zo muchas y valiosas sugerencias para una

re-dacción con una mayor precisión desde el punto

de vista del significado y alcance científico de

algunos de los términos.

Ezequiel Ander-Egg

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Prólogo... 3

A Modo De Prólogo... 7

A... 13

B... 27

C... 29

D... 40

E ... 46

F ... 57

G... 60

H... 63

I ... 71

J ... 79

L ... 81

M ... 83

N... 89

O... 94

P ... 97

R... 118

S ... 122

T ... 129

U... 138

V... 139

X... 141

Y... 142

Z ... 143

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ABATIMIENTO. Estado de ánimo acompañado de desaliento y desen-canto, caracterizado por la melanco-lía y una cierta inhibición psicomo-triz; cuando el abatimiento es perma-nente, constituye uno de los rasgos de la depresión.

ABULIA. Carencia o disminución de la voluntad, incapacidad, para tomar decisiones y para ejecutar un acto voluntario. El abúlico da la sensación de estar siempre cansado o fatigado. No es una perturbación motora, sino una alteración patológica de la vo-luntad que lo incapacita para tomar decisiones propias. En algunos casos, puede ser síntoma de la depresión; en otros, uno de los síntomas de la es-quizofrenia, de la histeria o de la psi-castenia. También aparece en proce-sos orgánicos cerebrales, que suelen estar localizados en el lóbulo frontal. ACATISIA. Incapacidad de estar sen-tado o de pie sin moverse. Se caracte-riza por el hecho de que la persona se mueve constantemente de un lado a otro. Necesidad imperiosa de mover las manos o los pies, cuando está sentado.

ACOMODACIÓN. Concepto introduci-do por Jean Piaget en el ámbito de la psicología. En la perspectiva piage-tiana, se refiere al proceso mediante

el cual el sujeto modifica sus esque-mas o estructuras cognitivas con el propósito de poder incorporar nueva información. Este proceso puede lo-grarse a partir de la creación de un nuevo esquema o modificar el es-quema ya existente para que el nuevo estímulo pueda integrarse en él. Por ello se considera este mecanismo re-sulta básico para explicar el desarro-llo intelectual. A partir de estos pro-cedimientos denominados funciones cognitivas se establece el proceso de adaptación y equilibrio cognitivo en-tre esquema mental y medio en el que sujeto se desenvuelve.

Desde el punto de vista sociológico y antropológico, puede ser tanto un es-tado como un proceso. Como eses-tado, hace referencia a un “modus vivendi” de individuos y grupos, que recono-cen y aceptan una posición relativa existente dentro de las condiciones sociales generales o dentro de los re-querimientos específicos de un am-biente particular. Como proceso, ex-presa la forma en virtud de la cual individuos y grupos van adquiriendo un modo de reducir, impedir y elimi-nar conflictos, mediante el ajuste y adaptación de unos a otros; en algu-nos casos, es una manera consciente y deliberada de encontrar soluciones satisfactorias entre las partes en con-flicto o con intereses contrapuestos.

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ACONTECIMIENTO VITAL. Sucesos o hechos importantes que le sucede a un individuo, alterando su vida con alcances diversos y que requieren un esfuerzo de adaptación. Puede tener

efecto transitorio (ruptura de una

re-lación sentimental, comienzo de una nueva actividad), de efecto mediano (pérdida de empleo, jubilación), de

efecto severo (nacimiento de un hijo)

y de efecto extremo (muerte de un familiar cercano, enfermedad física o psicológica de cierta gravedad). Los acontecimientos vitales no pro-ducen una enfermedad psíquica, sal-vo que sean situaciones muy trauma-tizantes, como es haber participado en combates muy duros y prolonga-dos en una guerra.

ACTITUD. Se define normalmente en-tre los psicólogos como una tenden-cia o predisposición a responder de manera relativamente estable frente a ciertas situaciones (acontecimientos, personas, grupos, etnias, razas, par-tes, instituciones y objetos)

Se trata de un estado o disposición psicológica adquirida y organizada a través de la propia experiencia indi-vidual y de la internalización de mo-delos sociales, culturales y morales de la sociedad en la que vive. La ac-titud no es la respuesta a un estímulo, sino la predisposición afectiva relati-vamente estable de responder o reac-cionar frente a situaciones que acti-van esa predisposición.

Cabe señalar, además, que las actitu-des, en cuanto formas de organiza-ción de los procesos motivacionales, perceptivos, cognoscitivos y afecti-vos, no pueden observarse directa-mente, sino que tienen que inferirse del comportamiento observable, bajo

la forma de conductas y comporta-mientos manifiestos, o bien de un modo verbal, bajo la forma de opi-niones específicas. Para la psicología social, las actitudes son un concepto básico en la explicación del compor-tamiento de los seres humanos en so-ciedad, como facilitadores de con-ductas y en las motivaciones que subyacen en diferentes modos de ac-tuar.

ACTITUD COLECTIVA. Expresión uti-lizada por el psicólogo Carl Jung para referirse a un funcionamiento de mu-chos individuos al mismo tiempo, ya se trate de una sociedad, de un pueblo o de la humanidad en general. Para el sociólogo Georges Gurtvich, la acti-tud colectiva es una configuración social que justifica los actos de prefe-rencia o de aversión, las tendencias y elecciones de comportamiento pro-pias de un determinado grupo. ACTO FALLIDO. Acto aparentemente erróneo, equivocación, olvido momentáneo o de pérdida de objetos. Hecho juzgado por la consciencia como fuera de sus intenciones. Puede evidenciarse en la acción, en el discurso verbal, o en un gesto. El término “acto fallido” fue introducido por Sigmund Freud en los inicios de sus conceptualizaciones teóricas en lo que él llamó psicopatología de la

vida cotidiana, el mismo se produce

con frecuencia en la vida corriente de todas las personas, incluyendo las que tienen salud psíquica. El acto fallido es una especie de traición del inconsciente, al explicitar lo que de manera consciente no se expresa y que revela un deseo o intención inconsciente. El yo siempre puede disculparse tras un acto fallido, al explicar que no era eso lo que quería

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afirmar, sin embargo existen múltiples investigaciones sobre la verdad incluida en los actos fallidos. ADAPTACIÓN. Concepto similar a los de acomodación y ajuste. En general, el término designa la capacidad de la persona para adecuar su conducta a las características del medio en el que vive. En principio fue utilizado por la biología para designar el proceso por el que un organismo transforma su estructura como consecuencia de las variaciones del entorno o ambiente. En sociología y antropología, el tér-mino se usa para referirse al modo por el cual en un individuo, grupo o comunidad se producen modificacio-nes para adecuarse al medio en que vive. Esta adaptación puede tratarse del ambiente físico o del ambiente sociocultural. En este último caso, consiste en la aceptación de las nor-mas, valores, ideas, instituciones y estructuras de una determinada reali-dad social. El término también se usa para designar el intercambio armóni-co y duradero entre el sujeto y el me-dio; con este alcance tiene un signifi-cado cercano al de integración. Al igual que el concepto de acomoda-ción, y todos aquellos con los que existe una cierta sinonimia, la adap-tación puede ser tanto un estado co-mo un proceso.

Para algunos, la adaptación adquiere diferentes modalidades: acomoda-ción, ajuste, asimilación e integra-ción. Para otros, existen dos modali-dades principales de la adaptación: la acomodación y el ajuste; de ahí que sea frecuente utilizar estas tres pala-bras con significados y alcances se-mejantes, en sociología, antropología y trabajo social.

ADICCIÓN. Tendencia compulsiva hacia algo con la cual el individuo pierde su capacidad de dominio, ya se trate del alcohol, del tabaco, o de ciertas drogas o productos farmaco-lógicos. En la actualidad, el término también se utiliza para hacer referen-cia a la dependenreferen-cia del uso de obje-tos como la televisión, los videojue-gos, la Internet, los teléfonos móvi-les, y otras que han invadido la vida cotidiana de millones de personas. Se trata de un nuevo tipo de adicciones que algunos denominan “ciberadic-ciones” y otros adicciones “virtuales” o “cibernéticas”. Éstas se producen cuando la persona dedica más de tres horas diarias para utilizarlas, pierde horas de sueño y deteriora la capaci-dad de comunicación interpersonal y la convivencia familiar.

ADOLESCENCIA. Período de la vida que se desarrolla entre la infancia y la edad adulta. Es una fase de creci-miento que, la misma etimología de la palabra lo indica: adolescere

sig-nifica “crecer”. Se inicia con la

pubertad (diez a doce años) y

termina en torno a los diecinueve

años, aunque varía en cada

indi-viduo.

Es una fase de transición en la que el sujeto ya no es niño (ha dejado de serlo), ni es todavía adulto. Esta circunstancia (pérdida de la infancia y búsqueda de un estado adulto) es lo que caracteriza, en lo más profundo, el proceso psíquico que atravie-sa todo adolescente. Durante esta fase de crecimiento y transición, se producen cambios fisiológicos y psicoafectivos, apa-recen el pensamiento abstracto y el razo-namiento experimental. Y la pulsión se-xual se hace cada vez más evidente con

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sus aspectos psicofisiológicos y psicoafec-tivos.

En el plano afectivo, es un tránsito de la dependencia a la autonomía. El adolescente afirma su propia perso-nalidad, y comienza a descubrir su propia identidad y el deseo de singu-larizarse asumiendo un comporta-miento social independiente, en su modo de vestir, de divertirse, de pei-narse y en el modo de adorpei-narse. Al-gunos psicólogos la han denominado como una “crisis de originalidad ju-venil”.

AFASIA. Defecto, trastorno o pérdida de capacidad de la expresión hablada, escrita o mímica, y de entender o usar las palabras, como consecuencia de lesiones en áreas cerebrales llamadas áreas del lenguaje; como el área de Broca que afecta la expresión, o el área de Wernicke que es la que afecta lo receptivo o sensorial.

AFECTIVIDAD. Conjunto de emocio-nes y sentimientos que da tonalidad a las relaciones interpersonales que tie-ne una persona ante experiencias vi-venciales agradables, de amor. As-pecto energético del comportamiento humano que se expresa a través de sentimientos, pasiones y emociones, como un modo de manifestar el cari-ño y el amor.

AFECTO. Estado emocional de parti-cular intensidad por el que se expresa amor, interés, cariño y amistad hacia una persona.

AFIRMACIÓN DEL YO. Proceso por el cual un sujeto se presenta como per-sonalidad independiente. Es una ma-nifestación que suele darse en la adolescencia, expresada por medio de conductas de oposición.

Este fenómeno debe ser tomado por los educadores como algo normal dentro del proceso evolutivo de la persona.

AGRESIVIDAD. Tendencia a atacar la integridad física o psicológica de un ser vivo, evidenciada en un compor-tamiento hostil, destructivo y ofensi-vo. Este acometimiento contra otro u otros puede adoptar diferentes for-mas, desde la acción violenta a la ironía, puede ser verbal o gestual, ac-tiva o pasiva, manifiesta o disfrazada. En cuanto al origen de la agresividad, existen en psicología diferentes ex-plicaciones:

 La de Donald y Müller, conocida como la hipótesis frustracional-agresiva: a mayor frustración, ma-yor agresividad.

 El psicoanálisis relaciona la agre-sividad con las pulsiones destructi-vas del impulso de muerte.

 Lorenz y otros etólogos la atribu-yen al desfaseentre la evolución de la inteligencia humana y el relativo atavismo de los instintos, de modo similar a la explicación psicoanalí-tica.

 La teoría de Bandura y Walter en-tiende que la mayoría de las con-ductas agresivas suelen ser objeto de aprendizaje y condicionamiento. AISLAMIENTO. Alteración de la conducta de un individuo que deja de relacionarse con el entorno en el cual desarrollaba su vida cotidiana. Se considera también un mecanismo de defensa que tiene el indi-viduo cuando enfrenta conflictos emo-cionales, separando las ideas de los sen-timientos originales asociados a ellas. El

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aislamiento es un mecanismo de defensa típico de la neurosis obsesiva.

AISLAMIENTO TERAPÉUTICO. Se produce por indicación de un médico o psicólogo especializado en el cam-po de la salud psíquica y consiste en el apartamiento del sujeto de su con-texto habitual con la finalidad de lo-grar la recuperación de su salud. Se utiliza en situaciones de desequilibrio psíquico complejo y por lo general cuando el medio habitual en el que dicho individuo vive no brinda las condiciones necesarias para la recu-peración.

AJUSTE. Concepto similar a “acomo-dación” y “adaptación”, pero con un carácter más psicológico que socio-lógico. Acción y efecto de ajustar (modificar, amoldar, adaptar) la con-ducta personal, de manera que se consiga una relación sana y armónica con su entorno.

AJUSTE EMOCIONAL. Condición o proceso que expresa una correcta adaptación personal al medio, para lo cual modifica ciertas actitudes y ex-presiones emocionales que le permi-ten una relación armoniosa.

ALEXITIMIA. Término acuñado por Peter Sifneos en 1972 para designar un trastorno afectivo, cognitivo y de comunicación. Se manifiesta en per-sonas que muestran incapacidad para identificar en sí mismas el compo-nente afectivo de las emociones, y por tanto su incapacidad para expre-sarlas de manera verbal. En un prin-cipio, las personas a quienes se iden-tificó como alexitímicas fueron pa-cientes que sufrían trastornos psico-somáticos; en el trascurso de los años, se le ha relacionado con

depen-dencia a sustancias, con trastornos de la conducta alimentaria, personalidad antisocial y trastorno por estrés pos-traumático. Debe subrayarse que la alexitimia no aparece en las clasifica-ciones psiquiátricas, y no es un con-cepto generalmente aceptado, pero ha demostrado tener valor heurístico, puesto que ha dado lugar a numero-sas investigaciones.

Las personas con alexitimia se ca-racterizan por:

 Dificultad para identificar y comu-nicar sentimientos.

 Dificultad para distinguir afectos de sensaciones corporales.

 Escasa capacidad de simboliza-ción: poca o nula fantasía y activi-dad imaginativa.

 Ser calladas, introvertidas y tien-den al aislamiento.

Existen dos tipos de alexitimia: pri-maria y secundaria. La alexitimia primaria, de origen predominante-mente biológico, es un defecto es-tructural neuroanatómico o una defi-ciencia neurobiológica en la forma de anormalidades, debidas a factores he-reditarios, que interrumpen la comu-nicación entre el sistema límbico y el neocórtex. La especialización de los hemisferios cerebrales también juega un papel importante en la alexitimia primaria, cuando hay una inadecuada comunicación entre el hemisferio iz-quierdo, que se encarga de la elabo-ración y expresión del lenguaje arti-culado, y el hemisferio derecho, que modula las emociones y le propor-ciona al lenguaje los aspectos prosó-dicos de entonación, coloratura, ca-dencia y melodía. La alexitimia

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cundaria se origina por situaciones traumáticas en períodos críticos del desarrollo de la infancia, por traumas masivos en la edad adulta.

ALIENACIÓN. Proviene del latín alienus, que significa “lo ajeno”, “lo extraño a uno”, “lo otro”, “lo que no es uno”. Pro-ceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. En me-dicina y psicología, se refiere a un tras-torno intelectual, tanto temporal o acci-dental como permanente, o bien a un es-tado mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad. Cabe advertir que el empleo del tér-mino “alienación” se suele relacionar con otros problemas sociológicos, psicológicos y psiquiátricos; con el problema de la identidad, la inauten-ticidad, la anomia, la explotación, la mutilación, lo esquizoide, el extra-ñamiento, la reificación, la privación, la contradicción, la marginación, la falta de conciencia de clase y la falsa conciencia. Esta pluralidad de senti-dos que se da al término sirve para designar una pluralidad de situacio-nes que expresan realidades más pro-fundas de patología social e indivi-dual.

La alienación, entonces, es lo que ha-ce que el hombre no pueda ser en verdad él mismo, que no sea lo que es, porque no hace lo que le es propio o no hace por sí mismo, pues su ha-cer es forzoso e impuesto desde fuera de sí mismo. Lo que caracteriza a la alienación es un doble hecho:

a) por una parte, es un no realizarse en la esencia humana, es un hacer del hombre que lo convierte en ex-tranjero de sí mismo, al no

experi-mentarse a sí mismo como factor activo de la captación del mundo; b)por otro lado, es no pertenecerse a

sí mismo, sino a otros, por un hacer forzoso que le viene impuesto des-de fuera y que le impides-de realizar sus posibilidades humanas.

La alienación es, pues, antítesis de realización humana —en cuanto es renuncia al proyecto humano—, y antítesis de libertad —constreñi-miento exterior que impide el propio hacer—. En uno y otro caso, es una abdicación a ser persona, en cuanto subjetiva y objetivamente no se hace ningún esfuerzo para salir de esa si-tuación, ya que, como dice Fromm, el hombre “no es lo que debiera ser y debe ser lo que podría ser”.

ALTRUISMO. Con este término se alude a las actitudes y las formas de comportamiento caracterizadas por el sentimiento o tendencia a ayudar a otras personas, buscando el beneficio de los demás. Estado de disposición o solicitud afectiva hacia los otros; cui-dado desinteresado del bien ajeno, sin esperar nada a cambio. Se diferencia de la caridad cristiana en que ésta se basa en motivos sobrenaturales, mientras el altruismo se fundamenta en una moral natural o como una forma de virtud social.

ALZHEIMER. Se trata de una enfer-medad neurodegenerativa de carácter progresivo e irreversible, que aparece a partir de los 55 años, aunque es más frecuente a edades avanzadas. Al ha-berse producido un aumento de la vida media desde hace alrededor de medio siglo, esta enfermedad se ha hecho más evidente. Puede afirmarse que aproximadamente un 10% de las personas de 70 años padecen esta

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en-fermedad, mientras que el porcentaje asciende al 28% en la población de 75 años y a un 40% a partir de los 80 años.

En noviembre de 1906, Alois Al-zheimer dio una conferencia caracte-rizando una forma de demencia senil. Su nombre se transformó en el epó-nimo (persona que da el nombre a algo) para hacer alusivo a esta enfer-medad.

Este mal suele comenzar a manifes-tarse en forma de un deterioro inte-lectual progresivo y global. Es una atrofia cerebral difusa, una enferme-dad neurodegenerativa. En lo clínico, su comienzo es lento, insidioso, pro-gresivo. La enfermedad tiene una cierta evolución típica; los especia-listas la han dividido en fases y esta-dos, pero advirtiendo que evoluciona de manera diferente en cada enfermo, y que esta evolución puede ser de tres a veinte años, aunque la esperanza de vida suele ser de siete a diez años, después de que este mal fue diagnos-ticado.

En un comienzo, lo más frecuente en un enfermo de Alzheimer es quejarse por su pérdida de memoria, olvidar donde deja las cosas y no recordar nombres de personas conocidas. El problema se agudiza, según los espe-cialistas, cuando se detectan ciertos problemas que se pueden constatar de manera objetiva:

 perderse o desorientarse cuando desconoce lugares no habituales;  disminución del rendimiento

labo-ral de manera ostensible;

 dificultades para dar con nombres y palabras apropiadas;

 no recuerda lo que ha leído re-cientemente, ni los nombres de personas que ha conocido en los últimos meses;

 olvida donde ha dejado algún ob-jeto que necesita;

 tiene “lagunas” acerca de aconte-cimientos de su vida;

 disminuye la capacidad de despla-zarse de manera autónoma y ma-nejar su economía personal. Cuando la enfermedad se agudiza, las manifestaciones de su deterioro son más ostensibles:

 olvidar el nombre de su pareja y de las personas cercanas;

 no recordar acontecimientos re-cientes en su vida;

 solo puede referirse a su pasado de manera fragmentada e incoherente;  se siente extraño en el lugar donde

vive;

 comportamiento delirante, sínto-mas delirantes, conducta agresiva. Y, en los síntomas propios de un en-fermo terminal, incluye:

 incapacidad de vestirse, ayuda para alimentarse y actos de higiene;  perdida de las habilidades

psico-motrices;

 mutismo generalizado, cuando ha-bla dice cosas incomprensibles;  abulia generalizada.

A pesar de los esfuerzos para encon-trar formas de prevención y de trata-miento, se sabe que los signos y sín-tomas neurológicos corticales son

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generalizados, su impresión es que el cerebro está desconectado del cuerpo. ALUCINACIÓN. Es una representación mental que comparte características de la percepción, que se expresa en un trastor-no sensoperceptivo acompañado por la creencia de la existencia real de un objeto que es falsamente percibido. Se trata de una percepción que se produce sin un objeto o estímulo apropiado, puesto que el sujeto no recibe ninguna estimulación externa que corresponda a su percepción, a la que considera creencia real.

Hay alucinaciones cuando el yo se altera momentáneamente como en los sueños: son las alucinaciones oníri-cas, cuando se concilia el sueño (hip-nagógicas), o cuando se produce el despertar (hipnopómpicas); no tienen ninguna significación patológica. El yo alterado también puede presentar alucinaciones cuando pasa por un estado de privación por causas exter-nas. Otras veces la causa es tóxica (drogas alucinógenas). Puede deberse a una alteración del yo más o menos profunda, como en los casos de las alucinaciones de las psicosis.

Las alucinaciones más frecuentes son:

 Auditiva: Percepción de sonidos o voces de personas que hablan o le hablan al que alucina. Son alucina-ciones características de la esqui-zofrenia.

 Visual: Percepción de imágenes estructuradas sin el objeto que las provoca, producidas por intoxica-ciones (alcoholismo, drogas). Se distingue de las ilusiones que son percepciones erróneas de estímulos reales externos.

 Somática: Percepción de experien-cias físicas localizadas en el cuerpo (tal como la sensación de electrici-dad).

 Olfativa: Alucinación que implica la percepción de olores (tal como pescado podrido).

 Táctiles: Percepción de ser tocado o de tener algo bajo la piel (algo se mueve o repta bajo la piel).  Gustativa. Percepción de sabores,

por lo general desagradables. Las alucinaciones son de dos tipos:  Alucinaciones psicogénicas, que

integradas en un delirio son objeto de tratamiento psiquiátrico.  Alucinaciones no directamente

psi-cogénicas, son orgánicas debidas a tumores cerebrales, bio-orgánicas en determinados trastornos meta-bólicos como toxicomanías y deli-rios agudos. Las alucinaciones místicas se consideran no clasifi-cables.

AMBIVALENCIA. Condición de lo que se presta a la existencia simultánea de actitudes y sentimientos contradicto-rios. Se trata de un conflicto motiva-cional que se produce en un indivi-duo que experimenta de manera si-multánea o rápidamente sucesiva sentimientos, afectos, ideas y deseos contradictorias respecto de una per-sona, objeto o situación. Si bien es normal durante la infancia y adoles-cencia, en los adultos es una mani-festación del síndrome disociativo (esquizofrenia). La ambivalencia puede ser: afectiva, cognitiva y voli-tiva.

El sujeto puede sentir amor y odio a una misma persona, de abrazarlo y de

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golpearlo. Es un síntoma que suele presentarse en la esquizofrenia, en el trastorno obsesivo-compulsivo y oca-sionalmente en la fase agresiva del trastorno bipolar.

AMNESIA. Pérdida parcial o total, temporaria o definitiva de la memoria, caracterizada por no recordar expe-riencias pasadas. Las causas de esta patología son orgánicas o funcionales. Las orgánicas incluyen daño en el ce-rebro, causado por enfermedades, traumas, o por uso de ciertas drogas (generalmente sedantes). Las funcio-nales están asociadas a factores psi-cológicos, como mecanismos de de-fensa.

Hay dos tipos básicos de amnesia, según su cronología:

 Anterógrada: Pérdida de memoria relativa a hechos que ocurrieron después de los hechos o sucesos traumáticos que la producen.  Retrógrada: Pérdida de memoria

acerca de hechos que ocurrieron en el pasado.

También existen amnesias autohip-nóticas, que producen un olvido por represión. Amnesias dinámicas que producen “lagunas” de memoria; la recuperación suele hacerse mediante hipnosis. La amnesia disociativa o amnesia funcional tiene un carácter selectivo o parcial; se produce la pér-dida de memoria de hechos traumáti-cos: accidentes, problemas insoporta-bles, duelos. Existe también la amne-sia transitoria (llamada blackout), que es el olvido total o parcial de lo ocu-rrido cuando el individuo está ebrio. AMORAL. Dícese de las personas desprovistas de sentido moral, cuyas conductas y juicios son indiferentes a

los principios morales. También se utiliza este término para aludir a ac-ciones, proyectos u obras en las que se prescinde de todo propósito o sen-tido moral.

ANALFABETO EMOCIONAL. Indivi-duo que, sin ser alexitímico, no sabe expresar sus afectos y emociones, ni reconocer los de los demás. Son poco conversadores y aburridos en la vida de convivencia.

Este déficit o limitación psicológica, incapacita a los profesionales que trabajan de manera directa con la gente a establecer relaciones interper-sonales, la convivencia en su trabajo de manera directa con la gente, ya sea en el trabajo social, la animación cultural o en la docencia. Cuando la emocionalidad no alimenta nuestro psiquismo, estamos empobrecidos como seres humanos que, por natu-raleza, solo podemos realizarnos con los otros. “Yo tengo la necesidad de los demás, para ser yo mismo”, como decía Evely.

ANGUSTIA. Malestar, afección, temor y alteración emocional producidas por una sensación interna de temor ante la perspectiva de un peligro, real o imaginario. Se interpreta como una reacción de alarma ante vivencias de riesgo o amenaza, y se la considera patológica cuando es desproporcio-nada respecto de la gravedad del es-tímulo que la desencadena. La an-gustia está acompañada de fenóme-nos fisiológicos, como la alteración del pulso, opresión o malestar toráci-co, palpitaciones, sensación de ahogo o falta de aliento, temblores, sudora-ción, entre otras manifestaciones. Se diferencia de la ansiedad por su ma-yor intensidad.

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ANIMACIÓN. Acción de estímulo y movilización de individuos, grupos y colectividades. Forma de infundir ánimo e insuflar dinamismo y entu-siasmo. Dar vida y movimiento a un conjunto de personas. Incitar a la ac-ción.

ANOMIA. De manera literal, anomia significa carencia de normas. Desde el punto de vista sociológico del tér-mino, designa el estado de situación social que atraviesa un grupo o una sociedad, como consecuencia de que sus miembros no pueden orientar sus conductas por carecer de normas a seguir o porque existe un conflicto entre ellas.

El concepto es de gran importancia para analizar los problemas derivados de los rápidos cambios sociales, puesto que la anomia es un conflicto de normas que dificulta orientar la conducta, porque, en el fondo, es consecuencia de la discrepancia existente entre las necesidades del hombre y los medios que ofrece su sociedad para satisfacerlas. Las neu-rosis y psicosis individuales, los sui-cidios, los homisui-cidios, la delincuen-cia juvenil y trastornos mentales en general pueden estar condicionados por estados anómicos. En psicología, el término se utiliza para hacer refe-rencia a la apatía y malestar personal, como resultado de la pérdida de valo-res que sirven para orientar la con-ducta personal y dar sentido a la existencia.

Las neurosis y psicosis individuales, los suicidios, los homicidios, la de-lincuencia, la inseguridad ciudadana, suelen ser resultado de estados anó-micos.

ANÓMICO. Sin normas. Situación de anomia, caracterizada por el descon-cierto que sufre el individuo cuando se encuentra ante una multiplicidad de normas opuestas o contradictorias. También se dice que un individuo sufre una situación anómica, cuando entra en conflicto por las diferencias existentes entre los fines propuestos por la sociedad y los medios legíti-mos para acceder a ellos, habida cuenta de los condicionamientos que se padecen, según el lugar que se ocupa dentro de la estratificación so-cial.

ANOREXIA. Trastorno de la conducta alimentaria, generalmente observado en chicas adolescentes, caracterizado por el persistente rechazo a ingerir alimentos por un fuerte deseo de pe-sar cada vez menos y la preocupación por la apariencia personal. Las causas son muy variadas; en lo más profun-do, son conflictos psíquicos típicos de la pubertad. La anorexia se ve acompañada con la pérdida progresi-va y grave de la masa corporal, debi-lidad y graves alteraciones en el me-tabolismo, hipertensión, suspensión del ciclo menstrual, insuficiencia re-nal, etc.

Las personas anoréxicas preocupadas por su figura personal tienen un te-mor enfermizo a la obesidad. En ge-neral, la anorexia produce una reper-cusión somática: los trastornos hidro-electrolíticos y gástricos y daños en la dentadura. A los trastornos somáti-cos se agregan los trastornos psi-quiátricos: despersonalización y esta-dos depresivos. Los expertos consi-deran que la etiología de este trastor-no trastor-no se cotrastor-noce lo suficiente. La Or-ganización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado a la anorexia y

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a la bulimia como trastornos menta-les y del comportamiento que acaban en procesos depresivos.

ANSIEDAD. Estado de alerta exagera-do por una exageración de peligro no reconocido que produce una elevada alteración del sistema nervioso, acompañado de sentimientos de an-gustia, miedo y aprensión de peligros o amenazas inespecíficas. Se suele distinguir entre el “estado de ansie-dad” que es pasajero y que puede vi-vir cualquier sujeto, y la “ansiedad riesgo”, por la cual el individuo vive una tensión entre el “ahora” y lo que “puede pasar”; esta última suele sur-gir de la incapacidad de vivir con atención el presente, la “ansiedad aguda” es una forma patológica que se suele expresar en una falta de so-siego que produce un aumento de la tensión muscular (rigidez, sentirse agobiado) y otras manifestaciones neurovegetativas (sudor, boca seca, sensación subjetiva de peligro, ner-viosismo) y en algunas ocasiones, dificultades de concentrarse.

Otra forma de ansiedad está vincula-da a conductas adictivas, en especial el tabaco que conducen al sobrepeso y a la obesidad. Las consecuencias son más graves en los drogadictos cuando sufren el síntoma de absti-nencia.

También hay formas de ansiedad producidas por factores circunstan-ciales, por ejemplo, antes de un exa-men, la enfermedad de un ser queri-do, que suelen desaparecer cuando ya no existe el factor que lo provocó. Es importante diferenciar la ansiedad del temor: en el primer caso, no se discierne la fuente; en el segundo, el peligro y la fuente son reconocibles.

APATÍA. Carencia de sensibilidad afectiva y emocional: de intereses y preocupaciones. Estado en el que la persona permanece indiferente y es incapaz de reacción. Con frecuencia, está ligado a disfunciones endocrinas o trastornos psíquicos. Se manifiesta en ciertos cuadros psicopatológicos como la depresión y la esquizofrenia. También hay formas de ansiedad producidas por factores circunstan-ciales, por ejemplo, antes de un exa-men, la enfermedad de una persona con la que se tiene una relación de afecto y cercanía, que suelen desapa-recer cuando ya no existe el factor que la provocó.

APRENDIZAJE. Proceso mediante el cual se asimilan conocimientos, nor-mas de comportamiento y valores socialmente aceptados en la cultura en la que se hace y vive. Se adquie-ren, además, habilidades prácticas, estrategias y formas de conocer que ocurren como resultado del proceso de enseñanza/aprendizaje recibidos principalmente en las instituciones. En psicología, el aprendizaje tiene un sentido más amplio que el que se uti-liza en pedagogía y se expresa con matices diferentes según las tenden-cias o escuelas psicológicas, en gene-ral.

El termino hace referencia a todo cambio que se produce por la expe-riencia resultante de la práctica que permite adquirir y asimilar, de mane-ra dumane-rademane-ra, determinados conoci-mientos, habilidades, competencias, normas de comportamiento, pautas y valores sociales.

APRENDIZAJE SOCIAL. Aprendizaje que se logra en la vida social, en la

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interacción con otros individuos. Proceso por el cual los individuos adquieren las normas, pautas, valores y comportamientos sociales, para funcionar satisfactoriamente en una sociedad o en un grupo. En este caso, el término se utiliza como equiva-lente a “socialización”.

APTITUD. Conjunto de condiciones, cualidades o capacidades naturales o adquiridas que hacen que un indivi-duo sea competente para efectuar bien ciertas tareas o el ejercicio de un arte o deporte. La adquisición de es-tas cualidades depende de factores innatos y adquiridos.

El término se utiliza con otros alcan-ces: para indicar la suficiencia o ido-neidad para ejercer un empleo o car-go. Y también para hacer referencia a la disposición o competencia que tie-ne un individuo para ser eficiente y eficaz para la realización de una serie de actividades.

ARMONÍA PSICOFÍSICA. Los seres humanos somos una totalidad indi-soluble e inescindible entre cuerpo y psiquismo, entre soma y psique. Para una vida más plena, conviene ser consciente y actuar en consecuencia, con el fin de armonizar estas dos partes que constituyen nuestra identi-dad como humanos. Nuestra corpo-ralidad está influenciada por lo psí-quico/mental, al mismo tiempo, nuestra corporalidad condiciona el modo en que se expresa lo psíqui-co/mental.

La idea de la armonización psicofísi-ca es una superadora del dualismo cuerpo-mente que tuvo vigencia en el mundo occidental durante siglos y que actualmente es científicamente insostenible. Es poner en armonía dos

partes distintas e inseparables, pero que retroalimentan una de la otra; su-pone un control y dominio de uno mismo:

 Cuidando el cuerpo y la salud físi-ca, en tanto somos un cuerpo (y al-go más), todo nuestro ser y hacer, se expresa desde él. No se trata tan sólo de ser conscientes de nuestra corporalidad: necesitamos cultivar el cuerpo como un quehacer in-soslayable para que la fuerza vital que existe en cada uno de nosotros pueda expresarse en sus posibili-dades y potencialiposibili-dades.

 Todo lo anterior se ha de comple-mentar con lo psicológico. Para ello, expresar las emociones y sen-timientos, pensar positivamente (que nos ayuda a ser personas op-timistas) y desechar los pensa-mientos negativos. Lo más impor-tante es la alegría de vivir, la son-risa y el sentido del humor.

Sin embargo, la existencia humana, en el fluir del vivir, está modulada por otra dimensión que da direccio-nalidad a la vida; la espiritual, que alude principalmente a la respuesta que damos (o nos damos) al sentido de la vida, al proyecto de vida que tenemos (o no tenemos). Para decirlo en breve: es la respuesta que damos al para qué vivir.

ASOCIAL. Dícese del individuo que, por una deficiencia psíquica o bioló-gica, carece del sentido y por ello tie-ne dificultades para integrarse a la vida social. Hay que diferenciarlo del

anti-social (criminal o ladrón) y del pseudo-social (parásito o vago),

puesto que es una persona que no perturba la vida de los otros, pero no

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tiene interacción deliberada con su grupo.

ATENCIÓN. Capacidad de concentración de la mente en algo, mediante un proceso psi-cofisiológico de focalización perceptiva, por medio del cual un individuo concentra su psiquismo de manera persistente en un he-cho o sobre un determinado objeto. La atención implica selectividad y focalización sensitiva y mental de un individuo en aque-llo que le interesa. La distracción es lo opuesto a la atención.

AUTISMO. El término fue introducido por Bleuler en 1911 para designar la forma extrema de la esquizofrenia de los adultos. Pero en 1943 L. Kanner propuso el término “autismo infantil precoz”, diferenciado de lo que hasta entonces se denominaba como esqui-zofrenia infantil.

Describió cinco características de la psicosis autística:

 comienzo precoz de los trastornos generalmente en los dos primeros años de vida;

 aislamiento extremo; el niño está completamente desinteresado de las personas y de los objetos que lo rodean;

 el niño necesita mantener inmuta-ble el ambiente en donde desarrolla su vida;

 su gesticulación es estereotipada; sus gestos son repetidos incansa-blemente de manera mecánica;  no existe en el niño ningún

desa-rrollo del lenguaje, usa de manera deformada las palabras que intenta pronunciar.

En 1957 se amplía la descripción de este trastorno infantil en las investi-gaciones de M. Mahler que describió

el autismo como una “psicosis sim-biótica”, que según él, tenía dos par-ticularidades:

 la de manifestarse en el segundo año de vida, con una fase de desa-rrollo normal, aunque con trastor-nos del sueño;

 pero la alteración psico-conductual implica una ruptura con la relación simbiótica con la madre.

En 1977 un psicoanalista inglés, F. Tustian, clasifica el autismo en tres grupos:

 autismo primario anormal: el bebe no diferencia su cuerpo con el de su madre

 autismo secundario con caparazón: el niño se diferencia de su madre y se encierra en un caparazón; huye de todo contacto físico, se vuelve insensible;

 autismo secundario regresivo: ca-racterizado por las dificultades pa-ra establecer relaciones en la co-municación verbal y no verbal. Como consecuencia de su desapego de la realidad, el autista se repliega en su mundo interior, apático, indife-rente a los demás y a todo lo que ocu-rre a su alrededor, y con fuerte ten-dencia al aislamiento. Sufre por ello ansiedad, comportamientos obsesivos y, en algunos casos, puede llegar a autolesionarse. El autista es un indi-viduo que vive en una cárcel de sole-dad por su incapacisole-dad de comuni-carse y le falta la reciprocidad emo-cional.

Lo que se conoce con certeza es que este trastorno se produce principal-mente entre los varones en una rela-ción de cuatro a uno respecto de las

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mujeres y que se manifiesta antes de los dos años y medio de vida.

¿Cuál es la génesis del autismo? No se conoce con seguridad cual es el origen del autismo y en qué medida influyen los factores genéticos, el ambiente o alguna forma de altera-ción cerebral. Sin embargo, la mayo-ría de los investigadores sobre las causas del autismo se inclinan a afir-mar que se trata de una lesión bilate-ral en el hipocampo.

Algunos hechos, en alguna medida, confirman esta hipótesis: la frecuen-cia de epilepsia entre los autistas y las alteraciones en el electroencefalo-grama y en los potenciales evocados. Todo ello refuerza la interpretación de un origen orgánico cerebral con-sistente en un estado de extrema in-troversión que imposibilita contactos normales con el mundo exterior. Las terapias y tratamientos desarro-llados, especialmente a partir de los años noventa, se basan en sistemas alternativos de comunicación, mucho más simples y concretos que el len-guaje oral. Se utilizan fotografías, dibujos, gestos, ordenadores, etc., apoyados en técnicas educativas es-peciales. Los tratamientos deben te-ner en cuenta la gravedad del sín-drome (el espectro autista va de ocho a noventa y seis grados), sus capaci-dades, el desarrollo cognitivo (el 80% tiene algún tipo de retraso mental). AUTOCONCIENCIA. El hecho de per-cibirse uno mismo como sujeto (lo que se entiende por subjetividad) en tanto que es persona distinta de los demás. Representación del yo como objeto conocido por la conciencia. AUTOCONTROL. Capacidad de la per-sona de someter las propias acciones,

deseos, pulsiones y actitudes a nor-mas trazadas por uno mismo. Implica un elevado grado de equilibrio emo-cional.

AUTOESTIMA. Concepto, idea y valo-ración que una persona tiene de sí misma. La autoestima se constituye a partir de los pensamientos, senti-mientos e imágenes que cada persona internaliza sobre sí misma e interac-cione con otros sujetos y su contexto. Tanto en el campo de la psicología como de la psicopedagogía, se consi-dera de fundamental importancia de-sarrollar la autoestima de los niños/as y adolescentes, para asegurar su pro-pia madurez psicológica. Los educa-dores juegan un papel importante en la construcción de la autoestima de sus alumnos/as, que, por otra parte, es un aspecto sustancial para el desa-rrollo de su personalidad.

La consideración de los demás, espe-cialmente de las personas que son relevantes e importantes en la vida del niño o del adolescente (padres, familiares, maestros, amigos) influye a elevar la autoestima. Esto condicio-na la forma en que el individuo se valora, se siente, piensa, se comporta y se relaciona con los demás. Y, co-mo consecuencia de todo ello, tiene una incidencia decisiva en la forma como cada sujeto aprende y despliega sus potencialidades.

AUTOMATISMO PSÍQUICO. Respuesta instintiva a un estímulo externo, que escapa al control de la voluntad del sujeto, en cuanto no es un acto ple-namente voluntario.

AUTODETERMINACIÓN. Capacidad de decidir y realizar el propio destino personal, como pueblo o como país.

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BEHAVIORISMO (CONDUCTISMO). Del inglés behavior (comportamien-to). Escuela psicológica, fundada por John Watson y otros fisio-psicólogos norteamericanos. Según esta escuela, el objeto de la psicología, es el estu-dio objetivo y experimental de la conducta. De ahí que a esta escuela también se la conoce con el nombre de conductismo. Esta denominación se relaciona con la tesis central de esta corriente psicológica, que des-carta todo método introspectivo, al que considera fútil e ilusorio, y se ciñe a los procedimientos estricta-mente experimentales para estudiar los comportamientos observables, que se expresan en la conducta. Todo hecho psicológico se reduce a la pareja estímulo-respuesta y en él no cuenta para nada la conciencia. El fin del behaviorismo es encontrar las leyes a las cuales obedecen las reac-ciones psicofisiológicas de manera que, dado un excitante, el psicólogo pueda predecir la reacción orgánica que se producirá y, dada una reacción determinada, saber por qué clase de estímulos o excitante ha sido produ-cida.

La psicología behaviorista ha sido definida por el mismo Watson como “la ciencia de las acciones recíprocas que se ejercen por estimulación,

ajuste y respuesta entre un organismo y su medio”.

Los métodos de intervención están basados fundamentalmente en la re-lación estímulo-respuesta, teniendo particularmente en cuenta los condi-cionamientos operantes. La tarea de la psicología consiste en describir lo que se ve y buscar las relaciones fun-cionales entre un comportamiento observado y lo que ocurre inmedia-tamente antes o después del mismo. BIENESTAR. Desde el punto de vista psicológico, bienestar significa el estado que dé satisfacción y felicidad. Supone salud, pero no es equivalente a ella; se puede estar sano y no ser feliz. Algunos lo hacen equivalente también a la calidad de vida, pero tampoco lo es, ya que no incluye la dimensión subjetiva que hace sentirse feliz.

BIOENERGÉTICA. Corriente psicoló-gica, inspirada en Wilhelm Reich y su tratamiento terapéutico para libe-rar las fuerzas que inhiben la autoex-presión, habida cuenta que uno de sus fundamentos se expresa en la idea de que el individuo es su cuerpo, redu-ciendo las emociones a hechos corpo-rales. Estudia la personalidad humana en función de procesos energéticos del cuerpo, y a partir de la idea de que cada individuo es un sistema

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energético. El tratamiento bioenergé-tico está basado en la estrecha rela-ción entre el cuerpo y la mente, lo que procura el equilibrio psicológico y corporal. Consiste en una serie de ejercicios que tratan de liberar la energía contenida en la musculatura para que el sujeto pueda tomar con-ciencia de sus conflictos. La lectura que realiza el especialista sobre el cuerpo del paciente le proporciona un diagnóstico de su personalidad. La bioenergética utiliza el lenguaje del cuerpo para curar los problemas de la mente.

BLOQUEO EMOCIONAL. Comporta-miento caracterizado por una inte-rrupción o impedimento de una fun-ción, pensamiento, acfun-ción, emoción o respuesta, sin que lo justifique un es-tímulo externo o una emoción reco-nocible. El bloqueo puede ser inte-lectual o emocional. Para el psicoa-nálisis, es una represión neurótica de los afectos que impide su manifesta-ción normal.

BULIMIA. Trastorno de la conducta alimentaria que se manifiesta en epi-sodios recurrentes: apetito insaciable y comer en exceso, seguido de con-ductas compensatorias, como provo-car vómitos o utilizar una exagerada cantidad de laxantes.

La mayor parte de quienes tienen una conducta bulímica son mujeres jóve-nes, estudiantes o profesionales para quienes la imagen corporal es central en sus vidas.

El tratamiento de este trastorno es complejo y necesita de un equipo

in-terdisciplinario que aborde lo nutri-cional, acompañado con terapias que ayuden a la modificación de las con-ductas.

BURN OUT (SÍNDROME DEL QUEMADO). Término que tiene su origen en la in-dustria aeroespacial para designar el agotamiento del carburante en los cohetes. Se ha incorporado al len-guaje de la psicología para hacer re-ferencia a un tipo de estrés laboral que sufren los profesionales que tie-nen una relación directa y constante con la gente, prestando algún tipo de servicio o de ayuda, como son los maestros, profesores, trabajadores sociales, enfermeras y aun los mis-mos psicólogos. De ahí que algunos psicólogos dicen que es “el precio de ayudar a los demás”, puesto que afecta al hipotálamo que tiene un pa-pel muy importante para regular las funciones claves para nuestro bie-nestar.

Se trata de una reacción a una situa-ción de tensión emocional perma-nente en el trato directo con otras personas. Se expresa en una sensa-ción de fatiga, tanto física como psi-cológica y que afecta el estado de ánimo y la capacidad de trabajo. Di-ficulta la concentración, produce pér-dida de memoria, lentitud mental. En general, produce disminución de vi-talidad y la pérdida de iniciativa. Esta disminución de la energía repercute en la vida cotidiana, a nivel físico, intelectual, laboral, sexual y en las relaciones interpersonales.

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CALIDAD DE VIDA. El término calidad de vida empieza a utilizarse de una manera más generalizada desde fines de lo años sesenta, a partir de las propuestas que hacen fundamental-mente los ecologistas y otros grupos alternativistas, como reacción a crite-rios economicistas, productivistas y fundados en valores que regían la teoría y la práctica del desarrollo. De algún modo, el concepto de cali-dad de vida aparece como reempla-zando el de bienestar social. No se trata sólo de “tener cosas”, sino de “ser” persona, de sentirse bien en cuanto a la propia realización perso-nal. Esto implica no sólo retomar la perspectiva del sujeto, sino incorpo-rar como cuestión central la “felici-dad”. Desde esa óptica, no es un Es-tado de Bienestar lo que necesitamos alcanzar como objetivo de la política social sino asumir un nuevo estilo de vida con el propósito de mejorar la calidad de vida, mediante el desarro-llo pleno (lo más pleno posible) del ser humano. La productividad y el consumismo se conjugan con el ver-bo tener. La calidad de vida, con el verbo ser. Esto significa que el bare-mo o referente de la riqueza no es el dinero, sino la vida.

En cuanto a los aspectos concretos que hay que atender, supone:

 la protección de la naturaleza (pai-saje, flora, fauna, etc.), evitando re-basar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan;  la humanización de la vida urbana,

excluyendo todo uso egoísta e irra-cional del espacio;

 la mejora de las condiciones de tra-bajo;

 el aprovechamiento creativo del tiempo libre, las vacaciones y la re-creación;

 el aligeramiento del formulismo bu-rocrático;

 el acrecentamiento de las relaciones interpersonales no mediatizadas y todo lo que lleva a la realización personal, en un contexto de solida-ridad planetaria e intergeneracional;  pensar globalmente: no tenemos

más que una Tierra y somos parte de ella; y en cuanto somos compa-ñeros de una nave espacial, necesi-tamos tener una conciencia planeta-ria;

 actuar localmente; que es la escala humana en la que es posible inter-venir protagónicamente en institu-ciones que no se basan en el poder sino en la función.

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La problemática de la calidad de vida es una primera aproximación a un modelo alternativo de sociedad en el que se da prioridad a la satisfacción de las auténticas necesidades humanas antes que a las exigencias de una eco-nomía floreciente, y que configura un tipo de ciudadano capaz de pensar globalmente y actuar localmente. CAMPO PSICOLÓGICO. Expresión creada por Kurt Lewin —dentro de su teoría del campo— para designar la “totalidad dinámica” de los hechos físicos, biológicos, sociales y psico-lógicos (conscientes e inconscientes) que expresan el estado de relaciones de un individuo o de un grupo en un momento dado. Se trata del “espacio vital” de las personas sujetas a inte-racciones recíprocas.

Este campo comprende a la persona misma (con sus necesidades, motiva-ciones, percepciones, objetivos, ideales, preocupaciones, etc.) y su ambiente psicológico, es decir, todos los objetos y todas las situaciones percibidas como reales y eventuales, consideradas en un cierto espacio de tiempo.

La conducta o comportamiento, se-gún esta concepción lewiniana, es una función del espacio vital o una función de la relación entre la perso-nalidad y su ambiente psicológico. Se expresa en la fórmula B = F (LS) (B = behavior; F = function; L = life; S = space).

CAPITAL SOCIAL. Concepto acuñado en las últimas décadas del siglo XX para hacer referencia al sentimiento de pertenencia y de satisfacción en relación al lugar. Se trata de un enca-denamiento de vínculos no escritos que produce efectos prácticos sobre

la vida social, desde la predisposición generalizada de la gente para asumir la responsabilidad de resolver por sí misma ciertos problemas de la vida comunitaria hasta la honestidad de los comerciantes en cuanto a la cali-dad, precio y peso real de los pro-ductos que venden, influyendo en el funcionamiento de las instituciones públicas, especialmente las de nivel local.

El capital social se constituye por un conjunto de redes existentes dentro de un colectivo o comunidad y por los lazos de reciprocidad, cohesión social y confianza que engendran. Éstas redes y lazos sociales se confi-guran a través de relaciones indivi-duales, organizaciones sociales o comunitarias que van de la mano de la convivencialidad ciudadana, la to-lerancia y la solidaridad.

CARÁCTER. Conjunto de característi-cas básicaracterísti-cas de un individuo, com-puesta por las actitudes habituales de una persona, que configuran la totali-dad organizada e integradora de sus características psicológicas y el con-junto de disposiciones que dan como resultado una determinada manera de ser, de sentir y de reaccionar.

Incluye: su base psicosomática y biológica heredada, lo que ha ido ad-quiriendo fruto de sus experiencias y aprendizajes, y el estilo de vida que desarrolla por el hecho de vivir en una determinada sociedad y cultura en cuanto modo de ser, de pensar y de actuar.

Algunos psicólogos consideran que dentro de su disciplina no se ha pre-cisado lo suficiente cuál es la natura-leza del carácter. Es casi unánime-mente admitida su diferenciación del

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