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Oscuridad en luz alta

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Cali, Colombia. 1994. Estudiante de Licenciatura en Literatura en la Universidad

del V alle. Co-fundadora del grupo Poiésis

Univalle. Ganadora del segundo pue sto en el

X Concurso de P oe sía Inédita de Cali (2015).

Mención de Honor en el I Concurso de P oe sía

El Palabreo (2015). Su obra ha sido publicada

en las antologías poéticas 90 revoluciones, de la editorial Mecánica Giratoria (Ecuador, 2015),

Licorería Babel L TDA., de Editore

s El Silencio

(Bogotá, 2015) y Hot Babes, de la editorial Ojo

de Pez (México, 2015). Publicó de forma autogestiva la plaquette Big Bang (2015) y el

fanzine Aullido de papel (2014). Escribe en el blog Sublingual . Daniela Prado Big Bang

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o

Alejandra Lerma Oscuridad en Luz Al ta

Cali, Colombia, 1991. Comunicadora social y periodista de la Universidad del Valle. Ha participado en diferentes espacios de lectura y encuentros de poesía en Colombia. A nivel internacional, fue invitada en 2013 al

Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, en Oaxaca, México, y en 2014, a Lecturas de Poesía en Tulcán, Ecuador, y al encuentro La poesía se eleva en Tacabamba, Perú. Sus poemas han sido publicados en la antología individual El lenguaje de mi alma (2008) y en obras colectivas como la revista de la Fundación Plenilunio, la revista Clave, la antología poética Amores Urbanos (2011) y la antología Trébol de cuatro hojas (2014). Obtuvo el primer puesto en el II Concurso de Poesía Ciudad de Palmira (2014). Por su parte, en el II Concurso Municipal de Poesía Luis Alfonso Castrillón, en Restrepo, Valle (2005) ocupó el segundo puesto, al igual que en el III

Concurso Departamental de Poesía Casa de La Cultura, en Jamundí (2008), el XVIII Concurso de Poesía Ediciones Embalaje, del Museo Rayo, en Roldanillo (2008) y el Concurso de Poesía Red de Bibliotecas Comunitarias de Cali (2009). ALEJANDRA LERMA Alejandra Lerma Oscuridad en Luz Al ta

A l e j a n d r a L e r m a

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Cali, Colombia. 1994. Estudiante de Licenciatura en Literatura en la Universidad

del V alle. Co-fundadora del grupo Poiésis

Univalle. Ganadora del segundo pue sto en el

X Concurso de P oe sía Inédita de Cali (2015).

Mención de Honor en el I Concurso de P oe sía

El Palabreo (2015). Su obra ha sido publicada

en las antologías poéticas 90 revoluciones, de la editorial Mecánica Giratoria (Ecuador, 2015),

Licorería Babel L TDA., de Editore

s El Silencio

(Bogotá, 2015) y Hot Babes, de la editorial Ojo

de Pez (México, 2015). Publicó de forma autogestiva la plaquette Big Bang (2015) y el

fanzine Aullido de papel (2014). Escribe en el blog Sublingual . Daniela Prado Big Bang

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Alejandra Lerma Oscuridad en Luz Al ta

Cali, Colombia, 1991. Comunicadora social y periodista de la Universidad del Valle. Ha participado en diferentes espacios de lectura y encuentros de poesía en Colombia. A nivel internacional, fue invitada en 2013 al

Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, en Oaxaca, México, y en 2014, a Lecturas de Poesía en Tulcán, Ecuador, y al encuentro La poesía se eleva en Tacabamba, Perú. Sus poemas han sido publicados en la antología individual El lenguaje de mi alma (2008) y en obras colectivas como la revista de la Fundación Plenilunio, la revista Clave, la antología poética Amores Urbanos (2011) y la antología Trébol de cuatro hojas (2014). Obtuvo el primer puesto en el II Concurso de Poesía Ciudad de Palmira (2014). Por su parte, en el II Concurso Municipal de Poesía Luis Alfonso Castrillón, en Restrepo, Valle (2005) ocupó el segundo puesto, al igual que en el III

Concurso Departamental de Poesía Casa de La Cultura, en Jamundí (2008), el XVIII Concurso de Poesía Ediciones Embalaje, del Museo Rayo, en Roldanillo (2008) y el Concurso de Poesía Red de Bibliotecas Comunitarias de Cali (2009). ALEJANDRA LERMA Alejandra Lerma Oscuridad en Luz Al ta

A l e j a n d r a L e r m a

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Oscuridad

en luz alta

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Oscuridad

en luz alta

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Oscuridad en luz alta © Alejandra Lerma ISBN: 978-958-46-7324-4

IlustracIones:

Lina María Herrera

DIseño:

El Bando Creativo

Primera edición, septiembre 2015 Impreso en Cali, Valle del Cauca Colombia

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La publicación que tiene en sus manos es una de las obras seleccionadas por la convocatoria “Estímulos 2015”, que busca fomentar la producción artística y los procesos culturales de Santiago de Cali. Este li-bro hace parte de una colección de ocho títulos que ofrecen al lector diversos géneros y temáticas. Su publicación ha sido posible gracias a la asignación de becas para autores residentes en la ciudad.

Estas son obras que recogen el sentir de una ciudad-región, que plantean diversidad de abordajes sobre las dinámicas sociales, culturales, afectivas y existenciales, y que recorren con sus letras la poesía, el cuento y la investigación, destacando las posibili-dades narrativas y el potencial creativo de los escri-tores de la región.

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Índice

Prólogo

La muerte es más que sombra

Después. . . .18

A los muertos no les pesa su ausencia. . . .19

Futuro imperfecto . . . .22

Poema a mi hermano muerto. . . .24

A la anciana que seré . . . 26

Retrato sin sonido . . . 28

Crucifixión . . . 30

La luz sobre las cosas Noticias de última hora. . . .33

Banquete. . . .35

Poema para un amigo carnívoro . . . .37

A veces amanezco. . . 39

En el bosque soy el bosque. . . 41

(10)

A contraluz Necesito el silencio . . . .47 Ansiolítico. . . 48 Lluvia ácida. . . 49 A mi oscura. . . 50 Ocultas . . . 51

Oscuridad en luz alta . . . .53

A contraluz . . . .55

Poemas de Sol muerto Sol que vuelve . . . 58

Sol en despedida . . . 60

Sol que cae. . . 62

Sol de las 3 y 50. . . 63

Preguntas al Sol . . . 65

Julieta es el Sol. . . 66

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Prólogo

Alejandra y Daniela, poetas asultanadas

A esta edad, ya debería volverme serio, como en gran parte me estoy volviendo, pero me sigue siendo mal visto eso de andar descubriendo niñas poetas y poniéndolas en aprietos en el mercado libre de la poesía, que es de los peores mercados, por más estupefaciente que resulte ese artificial paraíso que es el poema.

El producto difícilmente se vende, si se vende no se lee y si se lee no se entiende, el que lo entien-de lo entienentien-de mal y el que lo entienentien-de bien, por lo general, se siente ofendido.

Pero entre aquellos que lo compraron, lo leyeron y lo entendieron como era, se crea una cofradía casi idólatra que justifica el empecinamiento y el sacrificio.

Pues no todas las coronas son necesariamente de espinas. Por lo menos en el amor, los poetas con-tinúan haciendo barridas.

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Hace ya 45 años me encontré con una niña de tres que tenía vocación de poeta.

Desde el primer momento, luego de leerle a Kafka y Rimbaud, me comenzó a dictar poemas –era en la época del hippismo–, que yo le conseguía pu-blicar en el suplemento de El Tiempo, en El País y en algunas revistas. “Yo escribo como si estuviera hablando dormida”, explicaba.

A los siete años, una universidad de Bogotá le pu-blicó la compilación de sus cuatro años de traba-jo, con el título de El mago en la mesa. La bauticé María de las Estrellas.

Se estropeó en un accidente de tránsito antes de cumplir los catorce, mientras adelantaba Filoso-fía y Letras en Los Andes, con el patronazgo de Germán Arciniegas, y cursaba el bachillerato por radio. Me dejó grogui.

Me salto otras poetas infantiles para no fatigar el recuerdo.

Hace diez años, en el Museo Nacional, tropecé con una niña poeta de catorce que me impactó, tanto por la belleza de su sonrisa dispersa por todo el cuerpo en maduración como por la dulzu-ra mordaz de los textos que acababa de leer. Había nacido en Restrepo, Valle, y se disponía a se-guir estudiando en Cali. Su nombre era Alejandra Lerma. La anoté en mi libretita para seguirle la pista.

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La he seguido. No ha bajado la guardia con sus poemas, ha hecho sucesivas lecturas, ha ganado concursos, se firma Alejandra de las Estrellas, y ahora me alarga un libro con su última produc-ción, Oscuridad en luz alta, que me deslumbra. No sé quién se le habrá muerto después de su hermano, o se le esté por morir, pero la Muerte está tan de lleno entre sus asuntos que luego de leerla queda uno viendo las estrellas del más allá. Y ella la trata sin ningún trascendentalismo, en la forma corriente que tiene la poesía urbana y coloquial de enfrentarse a las contingencias de la desgracia.

La sombra de la Szymborska se cierne majestuo-sa sobre Alejandra, aportándole su humor crítico y cítrico, como también se sienten correr en sus líneas melodías pop.

Siento que Alejandra ha encontrado un lenguaje y hace uso de él para romper conciencias y mu-ros. “Arderás, mi pequeña demonia / en tu infierno preciso”, se autocondena. De ser así, me ofrecería a compartir la paila. Es una broma. Yo ya ni ardo. Daniela Prado es demonio de otro costal. Ironista como ella sola, tiene el don de la picardía que hace de cada expresión un choque de trenes con mariposas.

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Es una poeta filósofa, desacralizadora y descreída de todo.

Yo diría que es la última nadaísta, la que tira la mano y esconde la piedra, porque es pacífica. Y porque para eso tiene tantas manos como el ciempiés.

Ella misma lo dice: “Soy un derrumbe con dos pies izquierdos”.

Si se sonríe es para burlarse de todo, incluso de sí misma, cual es la filosofía de los grandes hu-moristas.

La he visto manejar la noche como un Mercedes; todos los jóvenes la acatan, y estoy hablando de los duros.

Tiene pasta de líder que no es Pepsodent. Y una sonrisa que cae de perlas. Lo que se propone, lo logra diciendo no. No se deja manosear ni del hombre del brazo de oro.

Se la ve como descendiente de los teatreros del absurdo, con un aire de monja Zen, se supone que muerde duro.

Me he enfrascado en su libro Big bang y he brin-cado de júbilo al sentir que una sardina caleña se exprese poéticamente con tanta vehemencia jubilosa, con tanta pirueta desenfadada y humor tan loco.

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Le expuse los vericuetos que conocía del amor, como hizo Adán con Lilith y ella se dignó clavar-me sus grandes ojos como si fuera un batracio. Le conté que cuando, una vez en Cali, a las tres de la mañana, una burguesa le preguntó al profe-ta del nadaísmo: “Gonzalo, ¿por qué nos tenemos qué morir?”, él le respondió: “Porque sí, ranita, por-que yo no hice el mundo”. Croamos juntos. No creo que Daniela crea en banderas, pero ha de portar, al menos, el palo del nuevo emblema poético juvenil a partir del valle del amor que no dé más lágrimas.

Y de la Sultana que las cobija a ambas con su tí-tulo nobiliario.

Aunque mi vida no la llevo perdida de ninguna forma y no tengo por qué cambiarla, me la juego por este par de poetas asultanadas que con su libro doble, Big bang y Oscuridad en luz alta, van a azotar las calles de Cali, de Colombia y del ex-terior a través del papel del libro y el de las redes redentoras de los poetas.

Reciban, Alejandra Lerma y Daniela Prado, un beso en cada uno de sus poemas.

Jotamario arbeláez

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(17)

A Esneda García, Fernando Lerma y Guiovanna Lerma, mi familia, que es mi luz

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La muerte es más

que sombra

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18

Oscuridad en luz alta

Después

Después de llorarlo todo de la tierra en el rostro

de abandonar el café y el insomnio de olvidar los epitafios

los subterfugios en cápsulas Después de nombrarte sin rabia ni anhelo, ni maravilla

de nombrarte con nada

con las letras huecas de tu nombre Después del tacto sin reptiles del abandono en mis brazos de la mudez blanca de tus manos después de renunciar a tu cuerpo y claro, al mío

Después

queda esta calma gris

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19

Alejandra Lerma

A los muertos

no les pesa su ausencia

Es un asunto de vivos despedir un cuerpo en la sala se discute

mientras se sirve café a dónde van a llevarlo Alguien levanta un teléfono alguien cierra una puerta

alguien plancha la camisa más apropiada Se repasa con detalle lo último que dijo el menú del almuerzo final

la manera en que movía las manos Lo más ínfimo se torna decisivo:

qué vecina lo vio tomando el sol en el jardín a cuál de los vigilantes le pidió cigarrillos

cuál de sus nietos lo llamó a saludar en la mañana El sonido del llanto va creciendo

se traslada de una garganta a la otra cada quien recuerda

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20

Oscuridad en luz alta

Hay que escoger la tipografía de la lápida y mucho más urgente, el epitafio

tendrán que decidir si entregarlo a la tierra o al fuego

Siempre habrá quien opine lo contrario y se sienta más digno de elegir

Las disputas no esperarán su turno entre las oraciones

alguien dirá que no fue bueno alguien hablará de perdón de redención

Siempre se invocará al santo pasado el muerto no podrá defenderse a lo sumo un murmullo de aire dicen los paramédicos

–es el resto de oxigeno que habita en los pulmones– resoplidos corrientes

que nadie piense en Lázaro Alguien escribirá un poema con la voz quebrada olvidará leerlo No faltarán preguntas

miradas ajenas

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21

Alejandra Lerma

Nadie se lo esperaba pero está descansando

que el Todopoderoso lo siente a su derecha mi más sentido pésame…

Luego volveremos al mundo aquí no pasa nada

cierren el ataúd regresen a casa

es solo la amiga Muerte mirando desde lejos

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22

Oscuridad en luz alta

¿Cómo será el rostro de mi padre cuando muera? ¿Compraré azucenas o me quedaré inmóvil mirando los floreros vacíos?

¿Qué tamaño tomará mi corazón al darse cuenta? ¿Llevaré zapatos altos al entierro?

¿En el hombro de quién recostaré mi cabeza? ¿Discutiré con mamá la frase del obituario? ¿Mamá estará todavía?

¿Mi hermana llorará junto a mí o se encerrará en su rostro?

¿Cuál frase guardará mi memoria, olvidaré su malgenio, pondré en un pedestal sus cinco virtudes?

¿Podrá recordarme él a donde vaya, me llevará en su angustia o en su sueño?

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23

Alejandra Lerma

¿Cuantos días me vestiré de negro?

¿Aullaré de remordimiento por lo que callé o por todo lo que le dije?

¿Será el silencio de la tierra o el crepitar del fuego lo último que escuche?

¿Guardaré la sortija de su dedo anular o evitaré sus cosas, como si fueran tristes?

¿Descubriré una noche que lo estoy olvidando? ¿Abriré mis heridas, me obligaré a gritar, dudaré de mi amor?

La incerteza es lo cierto

Me hago estas preguntas en una mañana cualquiera mientras papá sirve un tazón

de aguapanela humeante y me mira escribir

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24

Oscuridad en luz alta

Los muertos no crecen son memoria detenida Tendría 16 años

si contara con relojes esta ausencia pero aún tiene 2

sigue con las manos sucias No recuerdo las palabras

inventadas por su lengua pequeña Ni el olor exacto de su pelo dormido no recuerdo

porque la infancia es neblina

Pero tengo una idea muy pulida de él ajustada a mis propios amores y abismos

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25

Alejandra Lerma

Llevo una tumba conmigo

un ataúd diminuto atado al pecho Agradezco su muerte

me arrojó ante la vida

me mostró el otro lado del jardín y de la risa

Me enseñó que algo arde que algo sangra

que algo jamás va a curarse Aprendí que el dolor

no solo está en las rodillas raspadas y en los globos

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26

Oscuridad en luz alta

Aún no nos conocemos pero estoy muriéndome de a poco

para que existas

Voy a dejarte un cuerpo que ostentarás gloriosa de haber sido la que fuiste la que no vendrá nunca más a contemplarte ante el espejo

Recordarás la firmeza de estos pechos la angustia de tu cabello herido por el verano seco

La valentía alegre

de sonreír con los dientes intactos el desparpajo de entregar tu cuerpo a otro cuerpo

en plena luz

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27

Alejandra Lerma

Lo fácil lo fugaz que era el amor

En cada lunar hallarás una arruga como un cráter del tiempo

Te dolerán los huesos no podrás saltar más para alcanzar estrellas –espero que a esa altura tengas constelaciones propias– Se te va a caer todo

y en ese abismo virtuoso te encontrarás a ti

libre de mascaras libre de esta fútil belleza que te pesa en los hombros y en las caderas anchas Vas a ser tan tú, tan yo es decir, tan nosotras

Reirás de pronto al leer un poema de una niña extraviada

que cumple 23 y revienta de llanto

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28

Oscuridad en luz alta

Entre mi silencio y yo hay otra

Una figura de luz una figura de sombra Me responde su mudez su tiniebla

la campanilla roja de su llanto Su cuerpo se deshace

entre mis manos rotas

No hay forma de ensamblar tanta tristeza Todo lo que leí fue una mentira

todo lo que escribí fue una mentira La verdad tiene otro nombre la verdad puede ser ella que me mira sin llover sin sacudir los ojos

Retrato sin sonido

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29

Alejandra Lerma

Ella que se parece más a mí que lo que soy

No podrá nadie tocarla nadie podrá herirla Está sobre el infierno es decir

bajo el infierno

No hay fuego que la alcance arde sola

y resucita sin cantos ni oraciones

Viene del agua oscura donde duerme el insomnio

viene con sus pies raídos de noche con su aliento de musgo

y sangre Me sonríe

sin mover la boca

sin mover el aire que la incendia No puedo regresarle el gesto soy de piedra.

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30

Oscuridad en luz alta

Lo he perdido todo me he perdido a mí

Entré en mi casa y cerré cada ventana ya nada me sienta bien

ni esta silla en la que escribo ni el vestido de mis veinte Estoy sola

mucho más que sola conmigo

con mi ego que me devora me asfixia

Nadie podría entender esta desgracia no quiero que la entiendan

Necesito que el mundo se apague que me olvide

Igual que tú, morí en un Viernes Santo, con la certeza y el dolor de una muerte inútil Carmen amato

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31

Alejandra Lerma

Voy a hundir mis manos en mi propio desastre sacaré a pedazos

los restos que me quedan

Como una niña díscola y borracha uniré las piezas

será un rompecabezas de sangre y poesía

Prometo que me moriré tres veces en mi nombre

Al final de la noche resucitaré nadie será testigo del milagro caminaré entre los vivos

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33

Alejandra Lerma

Esta mañana, alguien abrió la ventana y estiró su mano para llenar de arroz el aire; 17 torcazas comieron.

A las 9 y 30 bajo la lluvia, un señor invitó a un total desconocido a compartir su sombrilla; los dos se rieron del mal tiempo.

La chica del restaurante le sirvió doble porción de pastel a la niña que escuchaba la pelea de sus padres.

Un taxista le regresó la billetera a una anciana olvidadiza.

En el jardín infantil, Diana le regaló el color violeta a Manuela para que terminara el arcoíris.

Desde una fila del bus, una mujer le sonrió a otra mujer que lloraba.

Un vecino le dio de comer a un gato callejero.

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34

Oscuridad en luz alta

Juan escuchó una canción y cantó en voz alta; en el fondo del salón rieron 6 personas. Un perro espantó a una bandada de pájaros que cruzaron el cielo amarillo.

Entre las grietas del pavimento creció una brizna de pasto. Desde el edificio más bajo

se pudo ver un puñado de estrellas. Nada de esto dijeron las noticias.

La tierra siguió girando en torno al sol y millones de latidos palpitaron en los cuerpos.

Una corriente silenciosa de milagros atraviesa las horas cada día.

Parece que nadie se entera

seguimos en un mundo terrible y abismal nos dicen en la televisión

dos personas que después del trabajo salen a comer juntas

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35

Alejandra Lerma

Se trata de una oleada de deseo de ansiedad ante tu tacto del antojo de tu aire entremezclado con el mío

Te imagino dentro, sin salida, ni calma me inclino ante tu abismo

Necesito que me empujes

que entrelaces tus ramas ante mí y me recibas como el agua a una piedra que se hunde Incendiemos el cielo creemos un paréntesis entremos juntos sin nombre sin presente

sin miedo ante la ausencia

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Oscuridad en luz alta

Vamos a prometernos nada a volvernos los cuerpos alas Bebámonos

hasta quedar inconscientes de este ardor Entibiemos la noche

olvidemos que esperan por nosotros que llaman desde lejos

aquí no cabe nadie

No se trata de amor, este amor es ante todo vértigo y misterio Pedirle a la oscuridad su rostro reírnos desnudos en la noche apoyar nuestros dedos en los rincones rojos

Paladear el sudor que nos recubre descender sin piedad, sin fantasía hacer todo total

Entregarnos el mundo en un momento quedar tan satisfechos del banquete que podamos huir sin despedidas.

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37

Alejandra Lerma

Poema para un amigo

carnívoro

A Willi, por sus hermosas contradicciones

Escribir poesía se parece a hacer chorizos Uno junta las manos

y va llenando el vacío de sustancia Muele la carne, es decir las palabras

y cuando siente que la masa está en su punto aprieta fuerte para unir las partes

-que no se noten las distancias-

Se parece tanto escribir versos a cocinar que para ambas acciones necesitamos de una buena mesa y de una buena mano A veces son necesarios

un par de golpes unas cuantas cortadas y un desorden monstruoso

También hay que saber medir los polvos inciden de forma furiosa en el resultado una pizca de eneldo

una raya de sal

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38

Oscuridad en luz alta

Y claro, se necesita sangre, caliente y en abundancia para que todo empate

Pimentón y sarcasmo durante la cocción las brasas ardiendo como joyas de fuego Al final un plato blanco

en buena compañía

de una arepa o una copa de vino Podremos confirmar la maravilla o el desastre

cuando sintamos en la lengua cómo nos cruje la piel

y se nos llena el olfato

de una profundidad empalagosa cuando sonriamos de plenitud en el vientre

y no queramos más que hacer silencio para extender el sabor de lo probado.

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39

Alejandra Lerma

A veces amanezco

A veces amanezco de repente un sueño me jala de la cama

me precipita sobre el cielo estallado La ventana está abierta

es la boca de un niño que bosteza al infinito

toda la claridad del mundo la atraviesa En mis párpados sellados

se ha quedado la noche intento, inútilmente, regresar a lo oscuro

a la caverna onírica que abriga

Deseo el retorno a la calma de la cama la cobija caliente

la almohada humedecida Nada me espera

las pesadillas se han ido Parece que no sueño es cuestión de memoria no querer recordar

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40

Oscuridad en luz alta

Tengo la piel pesada cargada del plomo que cae de las estrellas

Despierto sin ganas de esta claridad obligada exigida

detesto las nubes

las caras definidas y expuestas Necesito mi sombra

mi escafandra nocturna La quietud del aire cuando nadie respira lo sereno de mi cuerpo cuando nada lo toca ni siquiera la luz.

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41

Alejandra Lerma

En el bosque

todos los árboles se repiten y cada árbol es diferente absoluto

Dentro de la corteza palpitan las hormigas la savia

como un corazón frondoso Son infinitas las hojas que caen crecen desde la sombra

se disuelven en el viento Los frutos que se pudren son arrullo para los gusanos En el bosque yo soy el bosque estoy dentro del musgo

crezco como un hongo

que guarda esporas venenosas Me camuflo en las ramas me inclino ante el aire

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42

Oscuridad en luz alta

Es de raíces mi cabello

mi garganta trina como el azulejo Toda mi piel es tierra

piedra pasto

que envejece ante la luz No camino

yo vuelo caigo ruedo

Mis manos son escarabajos alas

nueces roídas flores verdes animales pequeños

En el bosque yo soy el bosque pierdo mis sentidos

los trueco

Tengo agua en los oídos

en azahar se convierte mi olfato en la boca me nacen grosellas

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43

Alejandra Lerma

Escucho pisadas

aleteos de seres que huyen Me refugio en las cuevas me alimento de insectos rojos Soy una salvaje

una sin nombre una presa

Alzo la vista entre el follaje intuyo las estrellas

veo lo mismo que vio

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44

Oscuridad en luz alta

Cuando yo despierto

estás en el penúltimo bocado de tu tortilla de Sacromonte

Mientras el agua que baja de mi bosque me va lavando el pelo

pedaleas en frente de la Alhambra y no entras

porque es un paisaje recurrente a tus pupilas y tus pasos

Yo dejo ir de largo las frutas que no has probado

los sabores que no crecen en tu estación

y nunca tomo el café

con el que sueña tu insomnio Cuando salgo a la calle las nubes me miran y es de día la noche va pintando Granada

Me llegan tus mensajes tarde o temprano nuestros soles jamás se encuentran

Anacrónicos

A Baldo, un amigo en este mundo virtual

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45

Alejandra Lerma

Nos comunicamos a través de pantallitas que titilan a deshoras

Hablamos español

con un acento tan distinto y unas palabras tan torcidas que parecemos de otro mundo No sabemos nada del otro

nos contamos sucesos sin importancia como el nombre de un perro

que ya ha muerto al que amamos o las canciones

que tejieron nuestra infancia cosas sueltas

y pequeñas

que se mueven en el fondo de nosotros La distancia que nos une está en la luz en el cielo que miramos

en el tiempo que gira

como un trompo ebrio de risa en los ojos

que se buscan a través del agua En lo extraño de una despedida que nunca ha conocido

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47

Alejandra Lerma

Mi boca no es discreta tengo muy sucias las palabras Aprendí a gritar en las tormentas para no refugiarme

invoqué los truenos Estoy hecha de furia El silencio me visita me sepulta

mira tras el cristal del miedo me cuenta

que la muerte no tiene hambre de mi ruido.

(50)

48

Oscuridad en luz alta

Esta diminuta cosa blanca e insignificante

que pongo debajo de mi lengua me llega al corazón

Me deja un rastro artificial

bello

como las luces de una fiesta viaja entre mis venas es un intruso dulce amargo

Tiene horarios más puntuales que mi vida después del último sol

antes de la primera estrella Ayuda a que mi sonrisa aparezca transforma lo muerto en calma Me retorna al espejo

siendo siempre la misma y siendo otra.

(51)

49

Alejandra Lerma

Llueve

lluvia ácida de ciudad gastada con tacones afilados

y cigarrillos como salvavidas Llueve en el mar de sombrillas danzan las pesadillas de la loca urbe los azules se desorbitan como gusanos abren la boca a la tormenta

Se han despertado con sed con intenciones

de aburrirse las horas entre bostezos y tráfico Las esquinas parecen abismos son semáforos fantasmas

donde ya no se detienen los muertos Puede navegarse entre los rostros con la seguridad del naufragio y despertar bajo un oscuro sol que no se oculta.

(52)

50

Oscuridad en luz alta

Estás hecha de sangre de dolores

este mundo te espera como un cuchillo no acaba nunca de cortarte

Ningún hombre ningún dios ninguna promesa va a redimirte Vas a saber

que no existe guerra desamor, herida, muerte que extinga tu llama

Arderás, mi pequeña demonia, en tu infierno preciso

No necesitarás consuelo después de cada incendio la luz te llenará por dentro.

(53)

51

Alejandra Lerma

Abre los ojos para dentro cierra todas las cortinas siéntate como todas las tardes esperanza lanzada hacia el vacío da vueltas con la cucharita del café mientras rememoras ausencias cuentas piedras

y muertos

como canciones de cuna Parpadeos a contraluz giras

buscas ser otra que ya no serás Aroma de raíces huerto nevado útero de piedra

en el que ya no flota luz mujer sonriente

se te cae la catástrofe de las manos

Ocultas

A Claudia Mancebo, que ha vuelto de la muerte y me comparte su vida

(54)

52

Oscuridad en luz alta

Enhebras las miradas de todos los que viven afuera de tus ojos

Todo transcurre como si nada pasara como si no murieras

como si no muriéramos

como si no dejáramos cadáveres en todos los segundos

como si fuéramos más que dos niñas frágiles temblando ante el destino

dejándonos caer

sin ningún atisbo de lucidez Oscuras, brillantes derramándonos en la otra bebiéndonos ebrias locas a la sombra de todos iluminándonos.

(55)

53

Alejandra Lerma

La vida es un pasillo oscuro

en el que nuestra sombra enciende velas Sonreímos

en el fondo hay violencia somos un dolor intermitente Para poder vivir

hay muerte en abundancia

dejamos nuestro rastro de caníbales perseguimos el oro y el fracaso Estamos ciegos

iluminados de angustia cansados de querernos

Todo es un hermoso río marchito que resuena en la mente

(56)

54

Oscuridad en luz alta

Jamás comprenderemos la eternidad es silenciosa Intentamos amar a los otros descubrir en la deformidad la belleza de Dios

La oscuridad es un pacto de la luz para podernos ver.

(57)

55

Alejandra Lerma

Esta historia pequeña es infinita

llevamos siglos debajo de los ojos Ahora entrelazamos nuestros dedos es el universo entero el que se toca Podemos cambiar mucho

a veces soy tu madre que te arropa el llanto y vos como un hermano me empujas en el columpio Somos jueces y oasis

nos conocemos casi todos los demonios hacemos fiestas de alas

Escribimos finales odiamos las distancias miramos fijo al sol

Sabemos que no es necesario estar juntos pero elegimos quedarnos

A contraluz

A Diego Rizo, mi amor a contraluz

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Oscuridad en luz alta

Esta humanidad nos hunde nos condena a la carne al pensamiento que es torpe Viajamos por la piel

como una lluvia de fuego nos apagamos de furia dejamos de existir somos abismo

Todas nuestras promesas las desintegra el aire

Siempre no es una palabra, es una soga por eso no juramos

este amor es presencia No hay más esperanza que este río que fluye en el que no hay naufragio sino descubrimiento Ya hemos comprendido que aunque venga la noche la claridad que somos enlazará las sombras.

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58

Oscuridad en luz alta

Ha regresado mi cuerpo cualquiera puede verme Mi existencia es verificable al tacto y a la luz Estoy completa de pie Hablo contesto

con regularidad y aplomo las preguntas que me lanzan las sombras

las personas

Pero no puedo ser yo no puedo estar

no hay forma del retorno

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Alejandra Lerma

Esto que ven no es más que carne

amontonada por la ausencia No volveré

me quedaré escuchando el viento y el camino.

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Oscuridad en luz alta

Alguien parte en medio del verano en esta esquina del sol

su cuerpo cae

como un fruto que cede ante la tierra Es tan nítido el cielo

todos los remolinos aparecen adentro la más pequeña gota tiende a evaporarse no hay forma de llover

ni de estar triste La luz quema la nuca

y la palabra nunca toma forma de rayo incandescente

El viento se ha quedado quieto entre las ramas secas

como la garganta donde no crece el adiós ni el hasta luego

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Alejandra Lerma

Alguien parte en medio del verano se lleva en los bolsillos

el polvo de estas calles Y en el reverso de su boca la aridez del tiempo.

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Oscuridad en luz alta

¿Quién va a creer que es mentira este castillo de aire en que flotamos? ¿Quién se atreverá a decirnos que la palabra amor

puede ser la palabra pájaro para volar más alto

y ser más cierta

que su maltrecha antecesora? ¿Quién agitará el fondo del lago cubrirá nuestros cuerpos

sedientos de sangre?

¿Quién va a guardarnos las palabras taparnos la boca hasta la asfixia? ¿Quién superpondrá su cuerpo sobre el nuestro

cubriendo con su sombra este sol que nos acerca?

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63

Alejandra Lerma

Son las 3 y 50 y estás conmigo Te espero en el jardín con la bicicleta embarrada el cabello suelto

húmedo caliente por el sol Son las 3 y 50

la mandarina aún no cae del árbol Las 3 y 50

el patio está pintando de amarillo Las 3 y 50

y es de noche

cuando el halcón cruza el aire arriba nuestro

Los cañales se abren

para dejar que pase nuestra infancia

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64

Oscuridad en luz alta

Las 3 y 50 en el reloj de péndulo al lado de la foto en que morimos con las sombras que lamen las paredes y los pies cansados de crecer

Las 3 y 50

el segundero avanza como avanza la memoria el olvido

de esta tarde sin retorno en la que no existimos.

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65

Alejandra Lerma

Ya sabíamos todo de la luz su insistencia en el día su callado declive la manía de sus formas su atardecer sinuoso la bruma de la llama el fuego creador

¿Qué más podríamos pensar? Estiramos los dedos

apagamos la vida

Es esta oscuridad la que nos nombra Resplandece la noche

la tiniebla es nuestro último faro.

Preguntas al Sol

A Carmen Amato y su palabra luminosa

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Oscuridad en luz alta

En este mundo tuyo no cabe nadie el aire es el aire porque tú respiras el agua nace de tu clara humedad la tierra es la extensión de tu cuerpo y el sol, eres tú, Julieta.

Julieta es el Sol

Julieta es el sol ShakeSpeare

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Alejandra Lerma

Regreso a mí

como a una extraña lo desconozco todo Sigue siendo mi casa en ruinas

el mismo cielo de cemento enmohecido y las mismas sentencias

Me veo como a un cadáver que se viste

Me acuno entre mis huesos

a contemplar lo blanco del silencio Siento la compañía de las hojas de los pájaros perdidos en mi aire Entre los escombros

se levanta mi sombra.

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