• No se han encontrado resultados

Implantación del liberalismo: reinado de Isabel II

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2021

Share "Implantación del liberalismo: reinado de Isabel II"

Copied!
12
0
0

Texto completo

(1)

Implantación del liberalismo:

reinado de Isabel II

Problema del carlismo: tradición y cuestión foral

Ideario, apoyos sociales y ámbito geográfico del carlismo

Como opción dinástica, el movimiento carlista apoyaba las pretensiones al trono del hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, y de sus descendientes, en contra de la línea sucesoria femenina de Isabel II. Además, defendían el mantenimiento de las tradiciones del Antiguo Régimen.

Su ideología puede resumirse en:

Tradición política del absolutismo monárquico

Catolicismo excluyente, y restauración del poder de la Iglesia

Idealización del medio rural y rechazo de la sociedad urbana e industrial Defensa de los fueros tradicionales

Contaban con el apoyo de un sector del clero, que percibía el liberalismo como el gran enemigo de la Iglesia y la religión, y de una parte del pequeño campesinado, que veía amenazadas sus tradiciones y su situación económica por las reformas liberales.

Primera guerra carlista

Entre 1833 y 1840. Fue la más sangrienta, con casi 200.000 muertos. Los primeros levantamientos carlistas, que nombraban rey a Carlos María de Isidro, ocurrieron poco después de la muerte de Fernando VII y fueron sofocados con facilidad, excepto al norte, donde se localizaba el frente principal.

Francia, Inglaterra y Portugal apoyaron a los liberales isabelinos (Tratado de la Cuádruple Alianza de 1834), mientras que Rusia, Austria, Prusia y el Papado apoyaron a los carlistas.

Ambos bandos contaban en sus filas generales de gran talla: Espartero por parte de los isabelinos, y Zumalacárregui por parte de los carlistas, cuya muerte en el sitio a Bilbao acentuó las derrotas de su bando. El agotamiento carlista provocó la división interna del movimiento entre dos grupos: los intransigentes partidarios de continuar la guerra, y los moderados (encabezados por Maroto) partidarios de llegar a un acuerdo honroso con el enemigo.

La guerra fue tan cruenta que en 1835 se firmó el Convenio de Elliot gracias a la intervención de Lord Elliot, enviado británico, para dar fin a los fusilamientos de prisioneros y promover el canje de los mismos.

Las negociaciones entre Maroto y Espartero culminaron en el Convenio de Vergara de 1839, que establecía la rendición de las tropas carlistas y que Espartero respetara los fueros tradicionales.

Segunda guerra carlista

Entre 1846 y 1849. No tuvo ni el impacto ni la violencia de la primera, pero se prolongó intermitente hasta el año 1860. El principal escenario de este enfrentamiento estuvo localizado en el campo catalán, aunque hubo algunos episodios aislados en otras zonas. En esta ocasión, el pretendiente era Carlos VI, hijo de Carlos María Isidro. En este caso, el detonante fue la elección de marido de Isabel II. Los principales pretendientes eran Carlos VI, el duque de Montpensier (francés, de tendencia absolutista), y Francisco de Asís (primo de Isabel), quien fue elegido. Carlos VI no aceptó el rechazo.

(2)

Consecuencias de las guerras carlistas

Inclinación de la monarquía hacia el liberalismo. El agrupamiento de los absolutistas en torno a Carlos V convirtió a los liberales en el más seguro apoyo a Isabel II.

Protagonismo político de los militares. Se convirtieron en una pieza clave para la defensa del régimen liberal, y los generales se acomodaron al frente de los partidos. El recurso a la práctica del pronunciamiento se convirtió en la fórmula habitual de instaurar cambios de gobierno o de reorientar la política durante todo el reinado.

Enormes gastos de guerra. La monarquía se encontró en serios apuros fiscales que condicionaron la orientación dada a ciertas reformas.

Aparición de los primeros partidos políticos

Moderado Progresista

General Narváez

Apoyado por grandes terratenientes, alta burguesía y clase media alta

Defiende liberalismo doctrinario francés Sufragio censitario muy restringido Soberanía compartida

Doceañistas

General Espartero

Apoyado por pequeña y mediana burguesía, clases medias y reformistas en general

Tradición de los exaltados del Trienio Liberal Sufragio censitario

Soberanía nacional Veinteañistas escisión

Unión Liberal Demócrata

General O’Donnell

Ala derecha del Partido Progresista y ala izquierda del Partido Moderado

Vocación centrista

Progresistas radicales, republicanos Base social en las clases populares Soberanía popular

Sufragio universal

La evolución política del reinado

La primera década del reinado de Isabel II coincide con su minoría de edad, por lo que actuaron como regentes su madre, María Cristina, y el general Espartero. Durante este periodo, se alternaron en el Gobierno moderados y progresistas.

Regencia de María Cristina

Entre 1833 y 1840.

Absolutismo moderado de Cea Bermúdez (1833)

Liberalismo moderado de Martínez de la Rosa (1834-1835)

o Texto constitucional aprobado por la regenta (Estatuto real) y no por referéndum. No reconoce soberanía nacional ni derechos políticos. Establece sistema bicameral.

Liberalismo progresista de Mendizábal (1836) Liberalismo moderado de Istúriz (1836)

o Pronunciamiento de los Sargentos de la Guardia Real en La Granja  Liberalismo progresista de Calatrava (1836-1837)

o Nueva Constitución que recoge catálogo de derechos y división de poderes.  Liberalismo moderado (1838-1840)

El ministro Pérez de Castro instauró una ley de ayuntamientos que impide que los ciudadanos elijan a su alcalde, provocando así un motín que obligó a Mª Cristina a dejar la regencia.

(3)

Regencia de Espartero

Entre 1841 y 1843. La condición de militar del general Baldomero Espartero lo llevó a gobernar con mano dura, siendo acusado hasta de dictador, lo que provoca la oposición incluso dentro de los liberales.

Su objetivo es instaurar el liberalismo que aprendió durante su exilio en el Reino Unido, provocando la oposición de la industria catalana ante el librecambismo. Espartero respondió bombardeando la ciudad. En 1841 aprobó la ley paccionada que reorganiza los fueros vascos, rompiendo el acuerdo de Vergara.

Un pronunciamiento dirigido por el moderado Narváez obliga a Espartero a exiliarse de nuevo. Así, se adelantó la mayoría de edad de la princesa Isabel a los 13 años, que juró su cargo como Isabel II el 8 de noviembre de 1843.

El reinado personal de Isabel II

La mayoría de edad de Isabel abrió una nueva etapa de gobierno caracterizada por el predominio casi absoluto de los moderados. Pero la monarquía isabelina fue adquiriendo un carácter cada vez más reaccionario bajo el gobierno de los moderados que los acabaría expulsando del poder.

Década moderada

Entre 1844 y 1854. Isabel II nombró Jefe de Gobierno a Narváez “El espadón de Loja”. En esta época proliferó la corrupción del gobierno, que dio un giro a posiciones conservadoras, como refleja la Constitución de 1845. De carácter moderado, anuló los aspectos progresistas de la Constitución de 1837. Se pasó a una soberanía compartida por el rey y las Cortes, aumentaron los poderes del rey y se instaura un fuerte sufragio censitario. La religión católica es la religión oficial y la única permitida.

La Ley Pidal (1845) crea los institutos de segunda enseñanza, (posteriormente la primera ley de enseñanza moderna, Ley de Moyano de 1857). Se restablecen las relaciones con la Santa sede y se firma el Concordato de 1851 que otorga a la Iglesia el monopolio de la educación y se asigna un sueldo a sus miembros. Se da uniformidad jurídica a España con la creación de la Guardia Civil, la Ley Civil…

Bienio progresista

Entre 1854 y 1856. En 1854 los progresistas volvieron a pronunciarse en Vicálvaro (la Vicalvarada) y el general O’Donnell ascendió al poder. La declaración de intenciones del levantamiento se logró a través del Manifiesto de Manzanares, redactado por el joven Antonio Cánovas del Castillo, futuro artífice de la restauración borbónica. En dicho manifiesto se reclamaban una serie de reformas que les permitieron conseguir el apoyo de los progresistas, a los que se sumaron el partido Demócrata y los Republicanos. En esta época se llevaron a cabo un gran número de reformas, de las cuales muchas no llegaron a ponerse en práctica por la brevedad de este periodo. Un ejemplo de ello es la Constitución non nata de 1856, mucho más progresista que la de 1845. Destacan reformas como la Desamortización Civil de Madoz (1855); la Ley General de Ferrocarriles (1855) y la ley bancaria (1856)

Se produjeron levantamientos en Barcelona, San Sebastian, Valencia y Valladolid. Ante esta situación la reina volvió a poner a Espartero al frente del gobierno y se restableció la Constitución de 1837. El Bienio acabó con un pronunciamiento, mediante el cual O’Donnell y Narváez desplazaron del poder a Espartero.

Gobierno de la Unión Liberal

Entre 1858 y 1863. Este periodo se caracterizó por la alternancia en el poder del partido moderado de Narváez y la Unión Liberal de O’Donnell, que gobiernan con la restaurada constitución de 1845. O’Donnell crea la Unión Liberal, una alternativa de centro que agrupaba a los más moderados de izquierdas y derechas excluyendo del gobierno a progresistas y demócratas que se niegan a participar en el sistema (retraimiento).

(4)

En este periodo se produce el llamado Gobierno Largo de O’Donnell, el gobierno más estable, que destaca por la puesta en marcha de una política exterior muy ambiciosa: una campaña de prestigio que aportó escasos resultados al país. Se realizó una expedición junto a Francia a la Conchinchina, el general Prim lideró otra en el norte de África para tratar de conquistar Marruecos, y también transcurrió la guerra del Pacífico, cuyo objetivo era recuperar la influencia en Méjico y la dominación de Santo Domingo, resultando todas ellas un desastre.

En 1863, subió al poder Narváez. Tuvo dificultades para gobernar debido a la oposición estudiantil. Se produce el primer pronunciamiento universitario de España, el levantamiento de la noche de san Daniel, por la expulsión de Castelar de su cátedra de la Universidad, uniéndose estos para cantar frente a la casa del nuevo rector. La posterior represión y el apoyo civil a los estudiantes le convirtieron en un gobernante represor y sanguinario para el progresismo. En 1865 la reina llama otra vez a gobernar a O´Donnell.

Prim, el conspirador por excelencia, se puso en contacto con los altos mandos del Cuartel de artillería de San Gil para llevar a cabo un levantamiento que dependía del apoyo del cuartel de la montaña. Finalmente se levantaron solo los sargentos y el golpe fracasó. Serrano llevó a cabo una dura represión, recibiendo por ello el Toisón de Oro de la reina.

En Bélgica, en el Pacto de Ostende de 1866, representantes progresistas y demócratas acordaron unirse para acabar con el gobierno de Isabel II y convocar Cortes Constituyentes. Al año siguiente, el general O’Donnell murió y es sustituido por Serrano. Sospechoso de conspirar contra el gobierno, fue expulsado por lo que la Unión Liberal se une al Pacto de Ostende.

A la crisis política se sumó la mala situación económica y el descontento social. Las muertes de Narváez y de O´Donnell dejaron a la reina y al Partido Moderado políticamente aislados. La oposición, junto con las críticas del pueblo frente a sus escándalos, precipitó la caída de la reina.

Proceso constitucional

Estatuto Real de 1834

Promulgado en los comienzos del reinado, representaba una solución de compromiso entre el absolutismo y el liberalismo. Tenía carácter de carta otorgada ya que se trataba de una concesión de la reina en un acto de soberana voluntad.

Se centraba en la reforma de las Cortes del Antiguo Régimen:  Cortes bicamerales

o Estamento de Próceres, designados por el monarca

o Estamento de Procuradores, candidatos elegibles, aunque con cierto nivel de patrimonio Función consultiva de las cámaras

o Convocadas, suspendidas y disueltas por el monarca, quien planteaba los asuntos a deliberar  Sufragio censitario restrictivo, solo el 0,15% de la población tenía derecho a voto.

Constitución de 1837

El pronunciamiento progresista de los sargentos de la Guardia Real en La Granja de 1836 obligó a la regenta a proclamar la Constitución de Cádiz y a nombrar un nuevo Gobierno que convocó elecciones a Cortes Constituyentes para reformar el texto de 1812.

El predominio de los progresistas en las nuevas Cortes les brindaba la oportunidad de imponer su ideología en la nueva Constitución. Sin embargo, el resultado fue un texto distante de los dos anteriores, aceptado por progresistas y moderados por igual.

(5)

Implantó definitivamente el régimen constitucional en España, estableciendo un sistema parlamentario. Coincidía con la Constitución de Cádiz en el principio de soberanía nacional, el reconocimiento de un amplio repertorio de derechos ciudadanos, la división de poderes, el importante papel de las Cortes y la limitación del poder de la monarquía.

Recogía también aspectos defendidos por los moderados como las Cortes bicamerales, con un Senado integrado por miembros de designación real, y un Congreso de Diputados elegidos por sufragio directo; concesión de poderes al rey como la convocatoria y disolución de las Cortes así como la capacidad de veto definitivo, etc.

Se amplió el censo electoral, aunque en este caso solo incluía a un 5% de la población.

Constitución moderada de 1845

Se presentó como reforma de la Constitución de 1837, aunque su verdadero objetivo era ajustar el sistema político a las pretensiones del Partido Moderado. Anuló los aspectos progresistas de la misma: sustituyó soberanía nacional por soberanía conjunta del rey y las Cortes, se aumentaron los poderes del rey, etc. Se volvió a restringir el censo electoral, que no llegaba al 1% de la población total.

(6)

Grandes reformas económicas liberales

Liberalización del mercado de la tierra

A principios del siglo XIX la economía del país era principalmente de base agraria. El principal problema que adolecía la agricultura era la estructura de la propiedad del Antiguo Régimen que, debido al sistema de repoblación medieval, se dividía entre grandes terratenientes, clero y municipios (en la Edad Media, tras la creación de un concejo, la repoblación era dotada de tierras para cada vecino y tierras comunales).

Las leyes de Toro de los Reyes Católicos permitían la creación de mayorazgos para mantener el poder económico nobiliario: eran propiedades inalienables e indivisibles, heredadas por el primogénito de la familia. Todas estas tierras eran de carácter inalienable (fuera del comercio, no se pueden vender, dividir ni regalar) Estas tierras, denominadas amortizadas o en manos muertas eran desaprovechadas al no ser cultivadas, sobre todo las de los municipios y el clero.

Los progresistas, durante la regencia de Maria Cristina, intentaron acabar con esta situación mediante diferentes reformas para liberalizar el comercio:

Supresión de los mayorazgos (1836): estos bienes, inalienables hasta entonces, se convirtieron en tierras plenas y libres en poder del titular de la familia. Desaparecía así la protección de los patrimonios nobiliarios.

Abolición del régimen señorial (1837): tanto de los derechos jurisdiccionales como de dominio (régimen de colonato en sistema de muda propiedad). Las tierras serían devueltas a su legítimo dueño, pero las leyes eran confusas frente al derecho del dominio útil (trabajadores) y el dominio eminente (del señor). Finalmente se dejó la resolución de cada caso particular en manos de tribunales que, por lo general, otorgaron la propiedad a los antiguos señores, quienes incluso se apropiaron de tierras a las que no tenían derecho.

Desamortización

El objetivo del proceso desamortizador era acabar con las propiedades en manos muertas de la Iglesia (a la que se compensó haciéndose cargo el Estado de los gastos del culto y del clero) y los municipios mediante la expropiación estatal para su posterior venta a particulares en subasta pública, creando así una serie de nuevos propietarios, haciendo llegar a los campesinos la propiedad. Ya se producían desde el siglo XVIII con Carlos II y Godoy, sin embargo, las desamortizaciones más importantes se produjeron en dos fases durante el reinado de Isabel II conocidas por el nombre del ministro que las puso en marcha.

Desamortización eclesiástica de Mendizábal

Entre 1837 y 1849. Supuso la expropiación de tierras tanto del clero regular (en 1835, con la disolución de órdenes religiosas y la expropiación estatal de sus bienes) como del clero secular. En contrapartida, el Estado se comprometió a financiar el culto y las necesidades del clero (firma del Concordato en 1851). Sus objetivos fueron sanear la Hacienda, financiar la guerra civil contra los carlistas y convertir a los nuevos propietarios en adeptos al régimen liberal.

Los campesinos no podían pagar los altos precios de subasta por lo que los grandes terratenientes serán quienes adquieran la tierra, ahondando aún más en el sistema latifundista

(7)

Desamortización general de Madoz

Entre 1855 y 1867. Afectaba principalmente a las tierras municipales y a aquellas aún no vendidas de la Iglesia. El objetivo era sacar dinero para el Plan de Ferrocarriles y aminorar la deuda pública. Los campesinos tampoco consiguen convertirse en pequeños propietarios al ser adquiridas por terratenientes, y además perdieron todas sus tierras comunales.

Reforma de Mon-Santillán de la Hacienda

En 1845. La reforma del ministro de Hacienda, Mon, y el autor de la misma, Santillán, culminó los intentos de las Cortes de Cádiz y del trienio constitucional de llevar a cabo una profunda reforma de la Hacienda, basada en nuevas ideas liberales.

Este programa de cambios representó la superación definitiva de la caótica situación característica del Antiguo Régimen, así como el comienzo de un sistema fiscal moderno, simplificado y racional, con una clara división entre los diferentes tipos de impuestos. Sin embargo, no fue capaz de acabar con la crónica insuficiencia de ingresos fiscales, a pesar de que todos los ciudadanos estaban obligados a contribuir.

Ley General de Ferrocarriles

En 1855. En España, durante el siglo XIX, como en el resto de países de Europa, se pretendió llevar a cabo un proceso de revolución industrial. Para ello, se siguió el ejemplo de países como Gran Bretaña, Bélgica, Francia o Alemania, cuya red ferroviaria estaba revolucionando el transporte y la economía en su conjunto. Además de ser un estímulo económico, el ferrocarril cohesionó todos los mercados, comunicando todos los núcleos comerciales y potenció la industria siderometalúrgica.

El primer tramo de ferrocarril en suelo español fue el que une La Habana y Güines, en Cuba, inaugurado en 1837. En 1848 se inauguró la línea Barcelona–Mataró, y la línea Madrid–Aranjuez fue construida en 1851. La orografía española, por la dureza de sus materiales y la disposición periférica del relieve montañoso, dificultaba grandemente las obras. Para impulsar la construcción del ferrocarril, el gobierno progresista creó la Ley General de Ferrocarriles.

El objetivo era ofrecer un medio barato de transporte que estimulase la creación de industrias. La ley dejó la iniciativa en manos de inversores privados fomentando la construcción con subvenciones y levantado aranceles para poder adquirir materiales en el extranjero, lo que no favoreció mucho la industria española.

Cambios en la estructura social

La revolución liberal burguesa supuso una transformación de la sociedad estamental en la sociedad de clases capitalista.

La sociedad ya no se dividía en estamentos según los privilegios, sino que, teóricamente, todos los ciudadanos son iguales ante la ley. El criterio de división social es el económico, que clasifica a la población según su nivel de renta en clase alta (alta burguesía y alta nobleza terrateniente), media (baja nobleza y pequeña burguesía) y baja (jornaleros o aparceros). Por su papel en el nivel de producción, también se dividieron en burguesía industrial y clase obrera. La nueva clase dominante estaba formada por una oligarquía terrateniente, industrial y financiera, fruto de la alianza entre la vieja nobleza y la nueva burguesía propietaria.

Las clases sociales pasan a ser abiertas. La movilidad vertical depende de la economía del individuo, no de causas externas como el nacimiento o la concesión de un título nobiliario por el rey.

(8)

Sexenio democrático

Revolución de 1868

Antecedentes

El descrédito del régimen de Isabel II alcanzó su clímax en 1866 con una aguda crisis política y económica que acentuó el descontento social.

La crisis económica fue de gran intensidad. Tuvo tres manifestaciones:

Crisis financiera: gran parte de las compañías ferroviarias quebraron por la falta de rentabilidad. Crisis agraria: repercutió en una considerable subida del precio del trigo.

Aumento alarmante del paro

El régimen isabelino se había vuelta más reaccionario en manos de una camarilla de moderados, hacia los cuales la reina no ocultaba su favoritismo.

En agosto de 1866, en Bélgica, representantes progresistas y demócratas acordaron unirse para derrocar a Isabel II y establecer un nuevo sistema político en el Pacto de Ostende de 1866. Al año siguiente, el general O’Donnell –quien no había querido participar en el pacto– murió, siendo sustituido por Serrano. Sospechoso de conspirar contra el gobierno, fue desterrado, uniéndose así finalmente la Unión Liberal al pacto.

Las muertes de Narváez y de O´Donnell dejaron a la reina y al Partido Moderado políticamente aislados. La oposición, junto con las críticas del pueblo frente a sus escándalos, precipitó la caída de la reina.

Desarrollo de la revolución “La Gloriosa”

El levantamiento definitivo se produce en la bahía de Cádiz el 17 de Septiembre de 1868 por parte de la Marina y del general unionista Topete. A él se unen Prim (progresista, regresa disfrazado de Inglaterra) y Serrano (unionista, regresa de Canarias). Bajo el lema del manifiesto “España con Honra” promovieron levantamientos en contra de la reina por toda la Península y la creación de Juntas locales. Topete y Prim recorrieron la costa, y Serrano se encargó del interior de la península, encontrándose y venciendo al ejército isabelino en Alcolea.

Isabel II, que se encontraba de vacaciones en Guipúzcoa, es destronada y marcha al exilio a Francia, iniciándose en España el Sexenio Democrático.

Constitución de 1869 y regencia de Serrano

Expulsados los moderados del Gobierno, se convocaron Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino directo y se creó un Gobierno provisional en el que Serrano es regente, Prim es presidente del Consejo de ministros y Topete es ministro de la Marina. Bajo la aparente unidad de sus protagonistas, se distinguen dos grandes bloques sociopolíticos:

Progresistas, unionistas y el sector más moderado de los demócratas: con base en las clases medias. Se identificaban con los planteamientos del Gobierno provisional y aspiraban a un cambio político que estableciera un nuevo régimen más abierto y representativo.

Republicanos (escindidos del Partido Demócrata cuando sus miembros se declararon monárquicos): con apoyo de las clases populares. Aspiraban no solo a cambios políticos más radicales (República

(9)

federal) sino también orientar la revolución hacia la justicia social y económica. Sus propuestas coincidían con las de las juntas revolucionarias, disueltas por el Gobierno provisional.

Los votantes otorgaron una amplia mayoría absoluta al grupo gubernamental (demócratas monárquicos, progresistas y unionistas) (236 escaños), seguidos muy de lejos por republicanos (85) y carlistas (20).

Tras la convocatoria a Cortes Constituyentes, nació la Constitución de 1869, considerada la primera Constitución democrática española, que se anticipó en varias décadas a otros países europeos en cuanto a conquistas políticas y sociales. Se caracteriza por:

Monarquía constitucional. La nueva dinastía sería elegida por las Cortes (esto hará que los republicanos se separen de la coalición revolucionaria).

Soberanía nacional, que se traduce en el sufragio universal directo para los varones mayores de 25 años.

Cortes bicamerales, pero el senado era elegido popularmente. Refuerzo del poder judicial e introducción del jurado popular.

Declaración de derechos de los ciudadanos: libertad de reunión y asociación, inviolabilidad de la correspondencia, libertad de trabajo para extranjeros etc... Esta declaración ocupa un tercio del texto legal y es fruto de la presencia en el Gobierno provisional y en las Cortes de un gran número de demócratas.

Libertad de cultos religiosos y de enseñanza, aunque el Estado sigue siendo confesional (se compromete a apoyar y financiar a la Iglesia católica)

La búsqueda del rey

Se propusieron distintos candidatos al trono desde los distintos grupos políticos.

Propuesto por Candidato Origen Rechazado por

Partido progresista

(Prim)

Fernando de Sajonia-Coburgo

Portugal Presión de Francia, que quiere evitar una unión ibérica

Leopoldo de Hohenzoller

Alemania Francia quiere evitar un nuevo imperio como el de Carlos I. Episodio del telegrama de Ems y guerra franco-prusiana

Espartero España Prim no lo acepta, y él lo rechaza, retirado. Amadeo de Saboya Piamonte Él rechaza la corona

Unión liberal

(Serrano y Topete)

Duque de Montpensier Francia Dinastía Orleans, primo de Isabel II. Mata a un familiar en un duelo y debe huir

Serrano España Autopropuesta

Moderados

(Cánovas del Castillo)

Alfonso XII España

(en Inglaterra)

Hijo de Isabel II

Prim logró una mayoría absoluta para que se le ofreciera la corona a Amadeo de Saboya. La primera vez que se le ofrece, este la rechaza, pero finalmente es convencido por su padre, Víctor Manuel, llegando a España a finales de 1870.

Monarquía de Amadeo I

Amadeo I reinó como un verdadero monarca constitucional, ocupando un lugar secundario frente a las Cortes, auténtica depositaria de la soberanía. El rasgo característico de su breve reinado fue la permanente inestabilidad social y política (3 elecciones generales y 6 gobiernos en sólo 2 años) debido a los graves problemas que surgieron en su reinado:

(10)

Asesinato del general Prim, víctima de un atentado poco antes de que Amadeo llegara a España, quien daba cohesión a la coalición monárquico-demócrata.

Falta de apoyos políticos y sociales. El rey no fue bien acogido por el pueblo, que le consideraba un intruso, por la aristocracia, ni por la Iglesia, que apoyaba a los alfonsinos. Además apareció una división interna de la coalición monárquico-demócrata en 2 nuevos partidos principales : el Partido Constitucionalista (Sagasta) y el Partido Radical (Zorrilla)

Agitación social debido al desarrollo del movimiento obrero gracias a la libertad de asociación. Inicio 3ªGuerra Carlista (mayo 1872)

Guerra de los Diez años (68-78) en Cuba.

Esta situación aceleró la renuncia del monarca al trono. Amadeo I, cansado de la situación, firmó el acta de abdicación en febrero de 1873 y las Cortes, reunidas con carácter de urgencia proclamaron la Primera República española.

Primera República

Entre febrero 1873 y enero 1874. La Primera República española duró sólo once meses durante los que se sucedieron cuatro presidentes. Estuvo marcada por la inestabilidad política de tres guerras civiles simultáneas: la tercera guerra carlista, la sublevación cantonal en la península Ibérica y la Guerra de los Diez Años en Cuba. Los problemas más graves para la consolidación del régimen fueron la minoría republicana y la división de éstos entre federalistas y unitarios además de la falta de apoyo popular.

Estanislao Figueras

Cuando se proclamó la República, la Asamblea designó como presidente a Figueras, pero inmediatamente chocó con los republicanos federales de Pi Margall. En mayo se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, pero la Constitución no se llegó a promulgar. En las elecciones a Cortes triunfaron los republicanos federales, Figueras devolvió el poder a las nuevas Cortes y estas proclamaron la República democrática federal y proponen como presidente del Gobierno al catalán Pi Margall.

Pi Margall

Asumió la presidencia de la República democrática Federal en junio. El proyecto de una nueva Constitución enfrentó a los republicanos. Este fue el punto de partida para una revolución cantonal, que tuvo su origen en Cartagena y luego se extendió por las ciudades del sur y el levante peninsular. Al no poder alcanzar la aprobación de su proyecto de Constitución y viéndose desbordado por la situación de los cantones, dimitió.

Nicolás Salmerón

Llegó al poder en julio. Republicano unitario, contó en su gobierno con el apoyo de los generales más prestigiosos para acabar con el movimiento cantonalista y restablecer el orden social. Para ello, la República se desplazó a posiciones más conservadoras. Salmerón dimitió por problemas de conciencia al negarse a firmar dos penas de muerte contra los revolucionarios acusados de colaboración cantonalista.

Emilio Castelar

Alcanzó la presidencia en septiembre. Representaba el triunfo de la República conservadora. Para restablecer el orden solicitó a las Cortes poderes especiales durante 3 meses, declaró el federalismo fuera de la ley, suspendió las Cortes y reforzó el poder militar. Las Cortes se reabrieron a principios de 1874 y el gobierno fue derrotado en la moción de confianza. Todo hacía prever que el gobierno volvería a manos federalistas por lo que el capitán general de Madrid Manuel Pavía protagonizó el 3 de Enero un golpe de Estado. Invadió el hemiciclo del Congreso y disolvió la Asamblea. Puso fin a la Primera República, aunque oficialmente España siguió siendo una república hasta final de año.

(11)

Dictadura del General Serrano

Tras el golpe de Estado, Pavía convocó a todos los partidos políticos (excepto cantonalistas, federalistas y carlistas) para formar un gobierno de concentración nacional. El general Serrano se autoproclamó presidente vitalicio de la República y gobernó dictatorialmente durante un año, sin ser capaz de normalizar la vida política del país. Su objetivo inmediato era restablecer el orden público. Su presidencia sirvió de transición a la restauración borbónica en la figura de Alfonso XII, apoyada por la burguesía conservadora y el Partido Alfonsino dirigido por Cánovas del Castillo, tras otro pronunciamiento, en esta ocasión dado en Sagunto por el General Martínez Campos.

Grandes conflictos del Sexenio

Guerra de los Diez Años en Cuba

Entre 1868 y 1878. La Guerra de Cuba, fue un proceso complejo en el que se entremezclaron diferentes grupos sociales con distintos intereses. Esta guerra tuvo un carácter antiesclavista,anticolonialista y de liberación nacional.

En Cuba existía un movimiento liberal de cierta importancia, compuesto por pequeños y medianos propietarios y la clase media en general. En un principio, sólo aspiraban a una mayor autonomía de la isla que les permitirá adoptar decisiones conforme a sus intereses pero la insensibilidad española ante sus peticiones les empujó a la revolución independentista. Las causas fueron:

Monopolio del mercado colonial de España en contra de los intereses isleños, además de los altos impuestos. Esta situación favoreció el nacimiento de un sentimiento independentista cubano, puesto que vieron en la independencia política la única vía para la independencia económica.

Restricciones políticas. No se permitía a los cubanos ocupar cargos públicos, los partidos políticos eran ilegales y no existía la libertad de prensa.

Lucha por la abolición de la esclavitud.

La guerra se inició el 10 de Octubre del 68 con el Grito de Yara iniciado por Carlos Manuel Céspedes en el ingenio de La Demajagua. La guerra comienza cuando Céspedes da la libertad a sus esclavos y lee la Declaración de Independencia. La gran torpeza política española con respecto a Cuba se reflejó en la insuficiencia de recursos militares procedentes de España y el apoyo encubierto de Estados Unidos.

La guerra termina 10 años después con la capitulación de Cuba en la Paz de El Zanjón sin lograr ninguno de los objetivos principales debido principalmente al escaso apoyo de los emigrados. Sí que se consiguió la mejora de las condiciones políticas y administrativas de la isla, así como una amplia amnistía que incluía un indulto a los insurrectos y a los desertores españoles, libertad para los esclavos de las filas rebeldes y facilidades para que abandonara la isla quien lo deseara.

Tercera guerra carlista

Entre 1872 y 1876. Se inició con el levantamiento en armas de los partidarios de Carlos, pretendiente carlista al trono con el nombre de Carlos VII, contra la monarquía constitucional de Amadeo I, la República y Alfonso XII. El escenario principal de la guerra siguió siendo el medio rural de las Vascongadas, Navarra y Cataluña (donde el pretendiente carlista restauró los Fueros, anulados por Felipe V en los decretos de Nueva Planta) con menor incidencia en Aragón, Valencia y Castilla.

El desgaste militar de las tropas carlistas, la instauración de un sistema político contrario al del Sexenio y el desarrollo de una mayor capacidad militar y ofensiva por parte del nuevo régimen provocó el desenlace de esta guerra y la huida de Carlos VII a Francia.

(12)

Insurrección cantonalista

En 1873. El cantonalismo es un movimiento insurreccional, político y social, que aspira a dividir el Estado en cantones casi independientes. Partidario de un federalismo de carácter radical (reparto de la riqueza, mejoras proletarias...), su objetivo es establecer una serie de ciudades o confederaciones de ciudades (cantones) independientes que se federarían libremente. El cantonalismo fue eminentemente un fenómeno de la pequeña burguesía, que además tuvo una gran influencia sobre el naciente movimiento obrero, y constituyó un precedente para el anarquismo en España.

Su duración fue escasa, apenas un mes, salvo en el cantón de Cartagena, pero tuvo tal intensidad que constituyó uno de los principales factores del fracaso de la Primera República.

Aunque hubo algunos precedentes desde los inicios del Sexenio, la rebelión comenzó en julio de 1873 con la proclamación del cantón de Cartagena durante la presidencia de Pi Margall. En los días siguientes, el movimiento se extendió por toda la Península, especialmente por el Sur y Levante.

Con el giro conservador de la República bajo la presidencia de Salmerón, los cantonalistas proclamaron en Cartagena un Gobierno provisional de la Federación Española y declararon la guerra a Madrid. Pero la estrategia de Salmerón de emplear a fondo la fuera militar hizo que cayeran los principales focos. Solo el cantón de Cartagena consiguió resistir hasta enero de 1874.

Resulta difícil establecer un ideario común con ideas ligadas al republicanismo federalista, el socialismo utópico y el anarquismo radical.

Referencias

Documento similar

(29) Cfr. MUÑOZ MACHADO: Derecho público de las Comunidades Autóno- mas, cit., vol. Es necesario advertir que en la doctrina clásica este tipo de competencias suele reconducirse

i) no hay una historia de los órganos constitucionales republicanos (Presiden- cia de la República, Gobierno, Presidente del Consejo de Ministros, Cortes, Poder Judicial, Tribunal

Tras establecer un programa de trabajo (en el que se fijaban pre- visiones para las reuniones que se pretendían celebrar los posteriores 10 de julio —actual papel de los

El presente acuerdo quedará abierto a la firma de los Estados y de las Comunidades Europeas que hayan participado en la Conferencia Ministerial celebrada en

probará si se cumple la condición requerida para la apli- cación del segundo guión del apartado 2. La aproxima- ción del precio se efectuará de conformidad con esta últi-

por ((las cantidades correspondien- tes fijadas)). Ultima línea de la página: sustituir «de fábrica. por «en cuestión dc origen no comunitario». Anexo B, apartado 8,

La soberanía es compartida por el Rey y las Cortes, como un hecho históricamente constatado, o como un hecho dimanante del propio texto constitucional, que constituye un poder

De esta manera cobra sentido que se reivindique la lucha contra las inmunidades del poder, como hizo García de Enterría, allí donde el poder no está sometido al derecho y, al