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Maquiavelo y El Príncipe. Reflexiones sobre la monarquía y la educación del príncipe

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Maquiavelo y El Príncipe. Reflexiones sobre la monarquía y la educación del príncipe

Nicolás Maquiavelo es una de las personalidades más importantes del siglo

XVI1 y su obra es considerada el fundamento de la política moderna2. Sin

embargo, no existe crítico alguno de Maquiavelo que no admita que fue pensador consciente y comprometido con las circunstancias políticas y sociales de la Italia de su tiempo. Con la llegada del siglo XVI comienza en Europa el pleno Renacimiento, aunque su origen puede rastrearse en Italia a partir de la segunda mitad del siglo XV e incluso en época anteriores, no es sino a partir del año 1500 cuando el espíritu del humanismo se deja sentir al unísono en los territorios europeos. Italia será cuna y epicentro del nuevo movimiento cultural que en el plano intelectual servirá para unificar los distintos territorios italianos, no obstante, en lo político y social el Renacimiento significó el desarrollo de múltiples luchas intestinas entre los distintos estados itálicos. El auge del comercio, el desarrollo de una economía mercantil y el crecimiento de los centros urbanos debilitaron al sistema feudal y permitieron la unificación de los territorios gracias al recién recuperado poderío de los reyes. Así, aparecen las grandes monarquías de España, Francia e Inglaterra, las cuales intentaron hacerse de la hegemonía europea entablando guerras en diversas ocasiones (Spielvogel 421-425).

1 Nicolás Maquiavelo nace en el siglo XV, pero sus dos obras más importantes y que le valen su fama fueron

escritas en el siglo XVI, posterior al año 1512. El Príncipe y Discursos sobre la primera década de Tito Livio. Otras obras importantes como El arte de la guerra y La Mandrágora fueron escritas en 1521 y 1522, respectivamente.

2 Sobre las teorías del pensamiento político moderno en Maquiavelo véase: Althusser, Louis. Maquiavelo y

nosotros. Madrid: Akal, 2004; Berns, Thomas. “De la exposición del mal en Maquiavelo a la absorción del

mal por lo político moderno”. Daimon. Revista de filosofía 37 (2006) 49-58.

“El Príncipe, ese opúsculo brillante y afilado como una cuchilla; pero es el pensamiento lo que corta, desconcierta y asombra”

Louis Althusser. Maquiavelo y

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Burckhardt nos relata el siglo XV y XVI en Italia como una época donde las peleas entre distintos “déspotas” por el control de las grandes ciudades (Milán, Florencia, Venecia, los Estados Pontificios y el Reino de Nápoles controlado por España) y las intervenciones del papado evitaron la unidad nacional. Además, las guerras entre Francia y España se realizaron, para comodidad de los contendientes, en territorio italiano (1-5). Esta era la realidad política y social de la patria de Maquiavelo en el momento de su nacimiento el 3 de mayo de 1469 y, a

su pesar,3 al momento de su muerte el 21 de junio de 1527. Maquiavelo

desempeño diversos cargos públicos en Florencia, su ciudad natal, en tiempos de la República y, posteriormente, cuando los Médicis instauraron un gobierno centralizado en la ciudad (Maquiavelo, Estudio introductorio XII-LXI). El oficio de la política y las misiones diplomáticas le dieron a Maquiavelo la experiencia que se traduciría en pensamiento político, experiencia que enorgullece al escritor y es el punto de partida de su obra más importante, El Príncipe:

El Príncipe. Circunstancias de su composición

La obra cumbre de Maquiavelo se redactó durante un forzado retiro de la vida política, ocasionado por la caída de la República florentina con el regreso de los Médicis al poder en el año 1512. Maquiavelo fue expulsado de la vida política cuando Lorenzo de Médici instauró un gobierno centralizado, en ese retiro por varios años escribió El Príncipe. No se sabe con exactitud la fecha de culminación

3 El pensamiento político de Maquiavelo tenía por finalidad la unidad nacional italiana, en un estado

centralizado, fuerte y soberano. Al momento de su muerte Italia continua dividida, saqueada e invadida por extranjeros.

No he encontrado, entre mis enseres, cosa a la cual yo tenga por más querida o que tanto estime como la cognición de las acciones de los grandes hombres, aprendida por mi por una larga experiencia de las cosas modernas y una continua lección de las antiguas: las cuales, habiendo yo con gran diligencia cogitado largamente y examinado –y ahora en un pequeño volumen reducidas–, envío a Vuestra Magnificencia (Maquiavelo 17)

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de la obra, sin embargo, se cree que la obra pudo ser compuesta entre 1513 y 1518 (Maquiavelo, Estudio introductorio XLIII).

Son varias las circunstancias que podrían haber inspirado la redacción de

El Príncipe, pero la más importante –o por lo menos la que más salta a la vista–,

es la intención de crear un tratado sobre los distintos tipos de principados, su naturaleza y las acciones que deben llevar a cabo los príncipes para asegurar la estabilidad, tranquilidad e independencia del Estado. Sin duda El Príncipe es una exhortación a la unidad nacional y a la soberanía de Italia, una exposición larga y detallada sobre las conductas y acciones que un gobernante que deba y desee asegurar el poder, que por otro lado, le valieron a Maquiavelo la fama de malvado y el adjetivo maquiavélico ha pasado a la historia como sinónimo de pérfido y

doble cara4.

Dedicado a Lorenzo El Magnífico de Médici, El Príncipe es un tratado político a modo de epístola que pertenece al tópico conocido como “espejo de príncipes”, característico de la filosofía política. Los “espejos de príncipes” eran escritos que describían la monarquía y el ideal del buen gobernante, quien reunía

las características propias de la nobleza5 y algunas otras heredadas del ideal

caballeresco como la audacia y la valentía (Bermudo 238). Maquiavelo asegura que su obra es un “testimonio de servidumbre” hacia su destinatario, salvando las diferencias, esta muestra de vasallaje a modo de exordio intenta limar las asperezas entre el autor y Lorenzo, recuérdese que Maquiavelo fue removido de sus cargos públicos por los Médicis. Sin embargo, es imposible asegurar que

4 Aunque la obra de Maquiavelo todavía genera opiniones negativas, la crítica más reciente reivindica la obra

del florentino al considerarla testimonio valioso de lo humano y una importante reflexión sobre la influencia de la política en el funcionamiento de las sociedades. Sin embargo, no dejan de causar controversias los planteamientos que hace Maquiavelo sobre la legitimidad de la venganza del príncipe, la cual incluye el asesinato, la confiscación de bienes y la destrucción de ciudades.

5 Según J. Huizinga en su obra Otoño de la Edad Media son características propias de la nobleza las buenas

costumbres y las maneras distinguidas, además la práctica de la justicia y la defensa de los territorios para la protección del pueblo.

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Lorenzo hiciera algún uso de la obra, pues como afirma Juan Manuel Forte en su Estudio introductorio, Maquiavelo no recibió ninguna noticia del gobernante y, además, El Príncipe fue publicado como obra póstuma en 1532, catorce años después de la muerte de Lorenzo y cinco años después de la muerte de su autor. Algunas copias manuscritas de El Príncipe circularon por Florencia, pero al parecer solo le sirvieron para ganar enemistades entre los partidarios de la República (XII-LXI).

De los tipos de principados

La primera parte6 de El Príncipe corresponde a las descripciones sobre los

diferentes tipos de principados, su naturaleza, la manera como se conforman y la importancia de las armas para la estabilidad del Estado. Maquiavelo, que trabajó largo tiempo como funcionario de la República Florentina y fue condenado por los Médicis, dedica la primera parte de su obra a exponer las razones de la pertinencia de la instauración de un principado que unifique todos los territorios de Italia. Las luchas internas de la nación y la invasión extranjera ameritaban, según Maquiavelo, la institución de un gobierno único, nacional e independiente, de ahí que el autor se consagre no solo a defender el principado, sino a detallar sus diversos tipos y las posibles causas por las cuales se conservan o arruinan. Llegando a opiniones tan controvertidas como las expuestas en el apartado III De los principados mixtos, donde expresa la necesidad de eliminar al príncipe depuesto y a toda su familia con la finalidad de evitar represalias y conservar para el nuevo príncipe el territorio conquistado:

6 La división de El Príncipe en primera y segunda parte es una división de la crítica, que responde al

planteamiento temático de la obra. Así la primera parte sobre los principados va desde el apartado I al XIV. La segunda parte del apartado XV al XXVI.

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Para Maquiavelo la idea del principado no sólo se origina de la atribulada realidad italiana, también debido al comportamiento de los hombres en sociedad. Por dichos motivos, el autor no solo afirma que los principados mixtos (que se forman por la unión de dos territorios) se mantienen con facilidad cuando las personas que lo integran conservan en gran manera sus usanzas, sino que aquellos territorios que “conquistados vivían bajo sus propias leyes” no les queda otro destino que ser destruidos hasta los cimientos, “porque de verdad no existe modo alguno de poseerlos más que la ruina” (Maquiavelo, El Príncipe 33). La legitimidad del asesinato para Maquiavelo queda plenamente establecida en la necesidad de mantener el Estado, las acciones que comúnmente se consideran viles y despiadadas, para nuestro autor son en gran medida la manifestación de una necesidad mayor, de ahí que se considere a Maquiavelo el fundador de la política moderna, es decir, la política separada de cualquier precepto moral o la política de la doble moral, la de la excepciones.

La urgencia de un principado proviene de la necesidad de los pueblos de ser gobernados y protegidos. El príncipe debe gobernar para la aristocracia, pero sobre todo para el pueblo llano que sufre la opresión de la nobleza. Según Maquiavelo es imposible satisfacer ambas partes de la sociedad, por lo tanto, el

príncipe no debe dudar en elegir a la parte más débil7 “porque el del pueblo es un

7

El principado propuesto por Maquiavelo debe definirse en la oposición entre el pueblo y la aristocracia. La idea de una clase oprimida, permitió afirmar a Althusser, en Maquiavelo y nosotros, que el destinatario de El

Príncipe era el pueblo llano y la imagen del principado una “mera abstracción doctrinaria, el símbolo del

jefe”. El Príncipe es una especie de manifiesto encubierto que solapadamente busca despertar a los oprimidos, hacerlos conscientes de la realidad y al mismo tiempo brindarles las formas para desenmascarar a los gobernantes.

Cuando lo son es muy fácil tenerlos, máxime cuando no forma parte de sus usos vivir libres; y para poseerlos seguramente basta con extinguir la línea del príncipe que los dominaba, porque entre otras cosas, no manteniéndose ellos en las antiguas condiciones y no habiendo diversidad en sus costumbres, los hombres viven tranquilamente (Maquiavelo, El Príncipe 23)

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