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4. AUTOCUIDADOS Y SALUD EN EL PROCESO DEL CANCER DE MAMA 4.1 SALUD Y CÁNCER DE MAMA

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UNIVERSIDAD DE ALICANTE

DEPARTAMENTO DE ENFERMERÍA COMUNITARIA, MEDICINA PREVENTIVA Y SALUD PÚBLICA E HISTORIA DE LA CIENCIA

J I

AUTOCUIDADOS Y SALUD EN MUJERES AFECTADAS DE CANCER DE MAMA

" " " tesis doctoral 2006

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MARÍA ISABEL MARISCAL CRESPO

DIRECTORES:

Dr. JOAQUÍN MONCHO VASALLO (UNIVERSIDAD DE ALICANTE) Dr. JOSÉ CARLOS LEÓN JARIEGO (UNIVERSIDAD DE HUELVA)

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A mi padre

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ÍNDICE

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ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN 1 PARTE I: MARCO TEÓRICO 7

1. SALUD, BIENESTAR Y CALIDAD DE VIDA 7 1.1. La salud en el siglo XXI. Una perspectiva enfermera en el contexto sanitario actual 7

1.2. Bienestar y salud como referente de los cuidados 10 1.3. La calidad de vida relacionada con la salud. Aproximación al concepto "bienestar, salud y vida" 19

1.3.1. Evaluación de la calidad de vida 22

2: EL AUTOCUIDADO COMO CONSTRUCTO TEÓRICO 26 2.1. El autocuidado desde la orientación enfermera. 30

2.1.1. Necesidades de autocuidado 33 2.1.2. Capacidades de autocuidado 36 2.1.3. Demanda de autocuidado 38 2.1.4. Factores condicionantes de los autocuidados 39

2.1.5. Limitaciones para el autocuidado 40 2.1.6. Déficits de autocuidado 41 2.2. El autocuidado como proceso y como resultado 47

2.3. La medida del autocuidado 48

3. EL CÁNCER DE MAMA COMO PROBLEMA DE ALTA REPERCUSIÓN SOCIAL 53

3.1. El cáncer y su impacto social 53 3.2. El cáncer de mama y su repercusión en la salud de la mujer 56

3.2.1. Factores de riesgo 57 3.2.2. Síntomas y signos de alerta 59 3.2.3. Diagnóstico y prevención del cáncer de mama 60

3.2.4. Tratamiento del cáncer de mama 61 3.2.5. Aspectos psicosociales del cáncer de mama 67

4. AUTOCUIDADOS Y SALUD EN EL PROCESO DEL CÁNCER DE MAMA 81

4.1 Salud y cáncer de mama 81 4.2. El proceso asistencial del cáncer de mama 84

4.2.1. Procesos asistenciales 84 4.2.2. El proceso del cáncer de mama 86 4.3. Autocuidados y salud en mujeres afectadas de cáncer de mama 89

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PARTE II: EL PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN: OBJETIVOS, HIPÓTESIS Y METODOLOGÍA 94

1. OBJETIVÓSE HIPÓTESIS DE TRABAJO 94 1.1. Objetivos de la investigación 94

1.2. Hipótesis 95

2. METODOLOGÍA 96 2.1. Participantes 98

2.1.1. Población y ámbito de estudio 98 2.1.2. Elección de la muestra. 98 2.1.3. Acceso a la población de estudio 100

2.1.3.1. Criterios éticos. 101 2.2. Variables e instrumentos 101

2.2.1. Variables sociodemográficas y clínicas 101 2.2.1.1. Variables sociodemográficas 101 2.2.1.2. Variables clínicas 102 2.2.2. Variable autoculdados específicos en el proceso del cáncer de mama. 102

2.2.2.1. Definición operativa de la estructura teórica del concepto 103

2.2.2.2. Construcción del instrumento de medida 110

2.2.2.3. Validación del cuestionario. 116 2.2.3. Variable bienestar y salud 119

2.2.3.1. Selección del instmmento de medida 119

2.3. Aplicación de los cuestionarios. 121 2.4. Proceso de análisis de datos 121

PARTE III: INFORME DE RESULTADOS 124

1. ELABORACIÓN Y VALIDADCIÓN DEL CUESTIONARIO DE AUTOCUIDADOS ESPECÍFICOS

EN EL CÁNCER DE MAMA 124 1.1. Elaboración del instrumento 124

1.1.1. Identificación de las necesidades y problemas de las mujeres afectadas 124

1.1.1.1. En los documentos Informativos 124 1.1.1.2. Desde la relidad observada 125 1.1.1.3. La perspectiva de las personas Informantes 127

1.1.1.4. Síntesis global de las necesidades y problemas detectados 135 1.1.2. Estructura operativa de la variable autocuidado específico en el proceso del cáncer de mama 140

1.1.3. Cuestionario de autoculdados específicos en el cáncer de mama (CAESCAIVl) 141

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1.2. Validación del cuestionario 145 1.2.1. Análisis factorial exploratorio 145 1.2.2. Consistencia interna y unidimensionalidad de las escalas de autocuidados 149

1.2.3. Análisis factorial confirmatorio 155 1.2.3.1. Conocimientos para los autocuidados 157

1.2.3.2. Autocuidados generales 161 1.2.3.4. Autocuidados de desarrollo personal e interacción 164

1.2.3.5. Autocuidados específicos para el problema de salud 166

1.2.4. Estabilidad temporal 171

2. CARACTERÍSTICAS SOCIOSANITARIAS DE LA MUESTRA 172

3. AUTOCUIDADOS 176 3.1. Descripción de las sumas de escalas 176

3.2. Análisis de segmentación 178 3.2.1. Asociación de ias clases con los factores de autocuidados 181

3.2.2. Asociación de las ciases con ias variables sociodemográficas 183 3.2.3. Asociación de las clases con las variables clínicas 185

3.3. Puntos de corte 187 3.3.1. Determinación de los puntos de corte. 187

3.3.2. Relación de los grupo de riesgo en las distintas escalas del autocuidado con las variables sociosanitarias. 191

3.3.2.1.Conocimientos para ei autocuidado. 191 3.3.2.2. Autocuidados generales. 192 3.3.2.3. Desarrollo personal e interacción. 192 3.3.2.4. Autocuidados específicos. 192

4. CALIDAD DE VIDA 193 4.1. Descripción y consistencia interna. 193

4.2. Relaciones calidad de vida y variables sociodemográficas 197 4.3. Relaciones calidad de vida y variables clínicas. 198 4.4. Relación autocuidados y calidad de vida. 199

5. AUTOCUIDADOS Y SALUD 204 5.1. IVIodelo estructural de covarianza 205

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PARTE IV: DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 210

1. DISCUSIÓN SOBRE EL PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN 210

2. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO 215

2.1. Validación del cuestionario 215 2.1.1. Análisis factorial exploratorio 215

2.1.2. Fiabilidad 216 2.1.3. Confirmación de factores propuestos 217

2.2. Características sociosanitarias de ia muestra 219

2.3. Autocuidados 219 2.3. Bienestar y salud. Calidad de vida 223

2.4. Relación autocuidados y saiud 226

3. LIMITACIONES DE LA INVESTIGACIÓN 227

4. CONCLUSIONES 229

5. LINEAS FUTURAS DE TRABAJO 233

BIBLIOGRAFÍA 236 ACRÓNIMOS 268 ANEXOS 270

ANEXO 1. Procedimiento de autoexploración mamaria 270

ANEXO 2. Cuidados recomendados para la prevención del linfedema 271

ANEXO 3. Materiales para el autocuidado 273

ANEXO 4. Carta consentimiento Informado para participar en el estudio 276

ANEXO 5. Permisos de investigación 277 ANEXO 5.1. Comité ético de investigación de Huelva 277

ANEXO 5.2. Compromiso de utilización del cuestionario WOQOI-Bref 278

ANEXO 6. Sísntesis de la Información obtenida en el análisis de artefactos etnográficos 279

ANEXO 7. Iconografía de documentos divulgativos 281

ANEXO 8. Parrilla de volcado de datos de la observación participante 281

ANEXO 9. Guión entrevistas enfermeras 285

ANEXO 10. Guión entrevista responsable voluntariado 285

ANEXO 11. Guión entrevistas mujeres afectadas 286

ANEXO 12. Guión entrevista trabajadoras sociales 286

ANEXO 13. Guión entrevistas técnicos protésico y comercial 287

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ANEXO 14. Transcripción y síntesis entrevista asistentes sociales 288

ANEXO 15. Transcripción entrevistas mujeres afectadas 290

ANEX016. Prescripción de ia demanda de autoculdado terapéutico 290

ANEXO 17. Tabla de resultados e indicadores NOC 293

ANEXO 18. Tabla de doble entrada, dominios y dimensiones del autoculdado 304

ANEXO 19. Cuestionario WOQOI-Bref 308

ANEXO 20. Carta de petición de colaboración a expertas para la determinación de los puntos de corte 310

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ÍNDICE DE TABLAS, GRÁFICOS Y FIGURAS

TABLAS

Tabla 1. Instrumentos de medida de autocuidados 112 Tabla 2. Necesidades y problemas identificados en las entrevistas con registro directo 128

Tabla 3. Síntesis de necesidades y problemas identificados y resultados sugeridos 136

Tabla 4. Versión depurada del cuestionario 141 Tabla 5. Autovalores de la matriz de dalos observados y autovalores de la matriz de datos paralelos 145

Tabla 6. Matriz de saturaciones de los componentes rotados 147 Tabla 7. Autovalores encontrados en el análisis de componentes principales de la matriz de datos

observados y la matriz de datos paralelos de la escala de conocimiento 150 Tabla 8. Contraste del aumento del valor del Alpha de Crombach en la escala de autocuidados

generales 150 Tabla 9. Autovalores encontrados en el análisis de componentes principales de la matriz de datos

observados y la matriz de datos paralelos de la escala de autocuidados generales 151 Tabla 10. Autovalores encontrados en el análisis de componentes principales de la matriz de datos

observados y la matriz de datos paralelos de la escala de autocuidados de desarrollo

personal e interacción 152 Tabla 11. Autovalores encontrados en el análisis de componentes principales de la matriz de datos

observados y la matriz de datos paralelos de la escala de autocuidados específicos 152 Tabla 12. Matriz de correlaciones entre los ítems de autocuidados específicos y el factor único 154 Tabla 13. Autovalores encontrados en el análisis de componentes principales de la matriz de datos

observados y la matriz de datos paralelos de la escala de autocuidados de relaciones de pareja 154 Tabla 14, Resumen del análisis de consistencia interna y dimensionalidad de las escalas 155

Tabla 15. Ajuste inicial del modelo de conocimientos 157 Tabla 16. Ajuste final del modelo de conocimientos 159 Tabla 17 Coeficientes de regresión estandarizados de la subescala de conocimientos 160

Tabla 18. Ajuste inicial del modelo de autocuidados generales 161 Tabla 19. Ajuste final del modelo de autocuidados generales 163 Tabla 20. Coeficientes de regresión estadarizados de la subescala de autocuidados generales 163

Tabla 21. Ajuste inicial del modelo de desarrollo personal e interacción 164 Tabla 22. Ajuste final del modelo de desarrollo personal e interacción 165 Tabla 23. Coeficientes de regresión estandarizados del modelo de desarrollo personal e interacción 166

Tabla 24. Ajuste inicial del modelo de autocuidados específicos 167

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Tabla 25. Ajuste final del modelo de autocuidados específicos 168

Tabla 26. Coeficientes de regresión estandarizados del modelo de autocuidados específicos 168

Tabla 27. Ajuste inicial del modelo de autocuidados de relación de pareja 169

Tabla 28. Ajuste final del modelo de autocuidados de relación de pareja 169 Tabla 29. Coeficientes de regresión estandarizados del modelo de autocuidados de relación de pareja 170

Tabla 30. Correlaciones del factor autocuidados de relaciones de pareja con otros factores 170

Tabla 31. Correlaciones entre factores 171

Tabla 32. Correlaciones entre valoraciones 171 Tabla 33. Características de la muestra 175

Tabla 34. Suma de puntos; conocimientos 176

Tabla 35. Suma de puntos; autocuidados generales 176

Tabla 36. Suma de puntos: desarrollo personal e interacción 177 Tabla 37. Suma de puntos; autocuidados específicos 177

Tabla 38. Historial de conglomeración 180

Tabla 39. Clases retenidas en el análisis de fragmentación de la muestra 180

Tabla 40. Descripción de las cuatro clases de participantes en sus puntuaciones factoriales

de autocuidados 181

Tabla 41. Descripción de la edad de las cuatro clases de participantes 183

Tabla 42. Perfil de las clases 186 Tabla 43. Estadísticos descriptivos de autocuidados 187

Tabla 44. Clasificación de ítems en la escala de conocimientos sobre los autocuidados 189

Tabla 45. Clasificación de ítems en la escala de autocuidados genrales 189

Tabla 46. Calsificación de ítems en la escala de desarrollo personal e Interacción 189 Tabla 47. Clasificación de ítems en la escala de autocuidados específicos 189

Tabla 48. Clasificación de ítems en la escala de relación de pareja 190

Tabla 49. Puntuaciones que delimitan al gaipo de riesgo y grupo de bajo riesgo en

autocuidados en las cuatro escalas más la subescala de relación de pareja 190

Tabla 50. Relación de frecuencias y porcentajes de mujeres en cada grupo por escala y subescala 190

Tabla 51. Frecuencia y porcentaje de respuesta a la pregunta "¿Cómo puntuaría su calidad de vida?" 193

Tabla 52. Frecuencias y porcentajes de la respuesta a la pregunta "¿Cuan satisfecha está con su salud?" 193

Tabla 53. Relación de la satisfacción con la calidad de vida y la satisfacción con la salud 194

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Tabla 54. Frecuencias y porcentajes de respuesta a la pregunta "¿Con qué frecuencia tiene

sentimientos negativos como tristeza, desesperanza, ansiedad o depresión?" 195

Tabla 55. Tabla de contingencia entre "¿Cómo puntuarla su calidad de vida?" y "¿Con qué frecuencia tiene sentimientos negativos tales como tristeza, desesperanza, ansiedad o

depresión?" 196

Tabla 56. Estadíticos descriptivos de las escalas del instrumento de calidad de vida 196 Tabla 57. Descripción de la calidad de vida del grupo de riesgo y del grupo de bajo riesgo

en cuanto a conocimientos 199

Tabla 58. Descripción de la calidad de vida del grupo de riesgo y del grupo de bajo riesgo

en cuanto a autocuidados generales 200

Tabla 59. Descripción de la calidad de vida del grupo de riesgo y grupo de bajo riesgo en cuanto

al desarrollo personal e interacción 201

Tabla 60. Análisis de las diferencias en calidad de vida entre los grupos de riesgo en la

escala de desarrollo personal e interacción 201

Tabla 61. Descripción de la calidad de vida del grupo de riesgo y grupo de bajo riesgo en cuanto

a autocuidados específicos 202

Tabla 62. Análisis de las diferencias en calidad de vida entre los grupos de riesgo y grupo de

bajo riesgo en la escala de autocuidados específicos 202 Tabla 63. Descripción de la calidad de vida del grupo de riesgo y del grupo de bajo riesgo en

cuanto a la relación de pareja 203

Tabla 64. Análisis de las diferencias en calidad de vida entre los grupos de riesgo y de bajo

riesgo en la escala de relación de pareja 203

Tabla 65. Correlaciones de las puntuaciones factoriales de autocuidados con las puntuaciones

de las escalas de calidad de vida 204

Tabla 66. Bondad de ajuste general del modelo 206

Tabla 67. Coeficientes de regresión 207

Tabla 68. Efectos directos e indirectos en el modelo 207

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GRAFiCOS

Gráfico 1. Saturaciones del análisis de los autovalores de componentes principales 146 Gráfico 2. Estaictura propuesta en el análisis factorial confirmatorio de los ítems de la subescala

de conocimiento 157 Gráfico 3. Estmctura final en el análisis factorial confirmatorio de los ítems de la subescala de

conocimiento 159

Gráfico 4. Estructura propuesta en el análsis factorial confirmatorio de los ítems de la subescala

de autocuidados generales 161

Gráfico 5. Estructura final en el análisis factorial confirmatorio de los ítems de la escala de

autocuidados generales 162 Gáfico 6. Estructura propuesta en el análisis factorial confirmatorio de los ítems de la escala de

desarrollo personal e interrelación 164 Gráfico 7. Estructura final en el análisis factorial confirmatorio de los ítems de la subescala de

desarrollo personal e interacción 165

Gráfico 8. Estructura propuesta en el análisis factorial confirmatorio de los ítems de la subescala 166 de autocuidados específicos

Gráfico 9. Estructura final en el análsis factorial confirmatorio de los ítems de ia subescala

de autocuidados específicos 167 Gráfico 10. Estructura final en el análsis factorial confirmatorio de los ítems de la subescala

de autocuidados de relaciones de pareja 169

Gráfico 11. Estado civil 172

Gráfico 12. Estudios 173

Gráfico 13. Ingresos económicos 173

Gráfico 14. Dendograma de clasificación jerárquica 179 Gráfico 15. Perfiles de las cuatro clases de participantes en las puntuaciones factoriales de

Autocuidados 182

Gráfico 16. Porcentaje de presencia y ausencia de linfedema de cada clase 186 Gráfico 17. Promedio de la calidad de vida en función del nivel de estudios 198

Gráfico 18. Modelo estructural de covarianza entre autocuidados y calidad de vida 205

Gráfico 19. Parámetros estimados en el modelo estructural de covarianza entre autocuidados

y calidad de vida 206

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FIGURAS

Figura 1. Relación entre demanda y capacidad de autocuidado 36

Figura 2. Déficits de autocuidado y Sistema de Enfermería 42 Figura 3. Elementos de la Teoría del Autocuidado. (Modificación del esquema de Jonson 2000) 47

Figura 4. Autocuidados específicos transversales en el proceso del cáncer de mama. 88

Figura 5. Estructura del concepto autocuidado específico 140

Figura 6. Relación de los déficits de autocuidados y el bienestar y salud 231

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AGRADECIMIENTOS

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AGRADECIMIENTOS

En primer lugar quiero mostrar mi agradecimiento a todas las mujeres que han participado en el estudio, por su generosidad y disponibilidad a pesar de estar pasando momentos difíciles y para quienes espero que este trabajo contribuya a mejorar sus autocuidados y salud en el futuro.

Y también a todas las personas que han estimulado y marcado de una u otra forma mi interés por el estudio y la curiosidad científica y de forma muy especial a mi maestra Josefina Narros e Isabel Escalona mi profesora de Física y Química.

Son muchos los amigos, amigas, compañeras y compañeros que han colaborado en distintas etapas de este trabajo, a todos ellos mi más profundo agradecimiento.

A mis Directores de Tesis, Joaquín Moncho de la Universidad de Alicante, que también fue mi Tutor en el trabajo realizado para la obtención del Bachelor of Nursing, en los Cursos de Doctorado y en el trabajo para la obtención del DEA y José Carlos León de la Universidad de Huelva, que han significado un apoyo especial en el desarrollo de esta Tesis, su sensibilidad y respeto hacia una disciplina distinta a las suyas, sus valiosas aportaciones y su estímulo, sin duda han contribuido a la culminación de este trabajo.

A todos los expertos que han participado en distintos momentos del estudio especialmente a José Carlos Villadóniga, Lourdes Moyar de la Biblioteca de la Universidad de Huelva y Verónica Juan de la Universidad de Alicante por su ayuda en la difícil investigación documental, sin su colaboración no habría sido posible la locaiización de documentos de difícil acceso.

A Ramona Lucas por facilitarme la información y el permiso para la utilización del cuestionario de calidad de vida.

A Fernando Díaz, Francisco Mena y Dolores Merino por su apoyo informático.

A Dolores González por su colaboración en la etapa de elaboración del cuestionario y Francisca García por la revisión del documento final.

A Cinta Palomar y Carolina Palomar, por su participación en la realización de las entrevistas a las mujeres afectadas.

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A mis compañeras enfermeras del ámbito asistencial, Remedios González, Antonia Gómez, Dolores Bermejo, Francisca Feries, Francisca López y María de la Cabeza Sánchez, que tanto han facilitado mi labor en el trabajo de campo.

A mis colegas de la Escuela de Enfermería, con quienes he compartido durante años trabajo e inquietudes.

Un agradecimiento muy especial a Amanda Martín no sólo por la interpretación del concepto en el diseño de la portada, enmaquetación de la Tesis y su ayuda a lo largo de estos años, sino por la satisfacción personal que esto significa para mí.

Quisiera también reconocer la labor de la profesora Loreto Macla para que hoy en España, la Enfermería pueda desarrollarse académicamente en todos sus niveles sin límites ni condicionamientos y a las profesoras Adela Zabalegui, Roser Ricomá, Carmen Nuín, Josefa Márquez, Azucena Pedraz y Concepción Germán por su contribución a la consecución de este objetivo.

A José Manuel y a mis hijos Victor y Amanda, con su amor, comprensión y estímulo constante hacen que todo lo demás tenga sentido

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INTRODUCCIÓN

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INTRODUCCIÓN

El cuidado de la salud, de forma autónoma e independiente, ha sido una preocupación permanente a lo largo de la historia. Los estilos de vida, entendidos como el conjunto de comportamientos que caracterizan la forma de vivir de las personas, de los que los autocuidados forman parte, juegan un papel fundamental en el proceso salud-enfermedad y en la calidad de vida.

Estos Autocuidados, considerados como acciones intencionadas para el mantenimiento y promoción del bienestar y la salud, se desarrollan de forma interactiva y progresiva desde las primeras etapas de la existencia. La aparición de un problema de salud, especialmente los de larga duración o crónicos, significa para la persona afectada y su familia un cambio sustancial en sus vidas, ya que deben incorporar un nuevo repertorio de acciones específicas para la recuperación de su autonomía e independencia.

Para ello deberán contar lo antes posible con conocimientos, actitudes y habilidades que los capaciten para estas nuevas necesidades que han de mantener por un largo período de tiempo y a veces durante toda la vida. Esta tarea es difícil y con frecuencia las personas no son capaces por sí mismas de realizarla, surgiendo en el proceso dificultades y problemas diversos, necesitando que se desarrollen desde el ámbito sociosanitario las adecuadas intervenciones.

El cáncer de mama constituye un problema de salud de gran repercusión en la población femenina por su alta incidencia y elevada mortalidad; aunque su pronóstico ha mejorado en los últimos años y la supervivencia sea elevada, el propio proceso y los tratamientos que se aplican tienen importantes repercusiones personales y familiares. El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad produce una gran incertidumbre y falta de control en la vida de las mujeres afectadas, muchas se sienten solas, asustadas y sin recursos frente a una situación nueva y traumática.

Que una mujer afectada de cáncer de mama, adquiera los conocimientos y habilidades que la capaciten para enfrentarse y adaptarse al problema, retomando el control y el manejo efectivo de sus autocuidados de forma precoz para promover su bienestar y salud, es fundamental.

AUTOCUIDADOS Y SALUD EN MUJERES AFECTADAS DE CANCER DE MAMA INTRODUCCIÓN

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En consecuencia los profesionales del cuidado nos enfrentamos al desafío de adecuar nuestras actuaciones, de manera que por medio de los oportunos sistemas de intervención, contribuyamos a estos objetivos. Por tanto.conocer, los autocuidados que desarrollan las personas con problemas de larga duración como el cáncer de mama y su repercusión en la salud, es un paso imprescindible para que las interveciones que se realicen resulten eficaces y rentables.

Con este objetivo ha sido diseñada la investigación que presentamos, obtener información que permita el desarrollo de un modelo enfermero de autocuidados específicos, que ayude a las mujeres afectadas de cáncer de mama a gestionar su propio sistema de autocuidados de forma sostenida.

Pretendemos que este modelo sea suficientemente flexible y adaptable para poder ser aplicado en otros problemas de salud crónicos o de larga duración.

En este trabajo defenderemos la tesis de que esta contribución de las enfermeras a la salud pública para dar respuesta a las distintas situaciones de cuidados, es posible desde una perspectiva teórica que integre de forma complementaria y sincrónica las corrientes teoréticas y empírica del pensamiento enfermero actual, de manera que se pueda responder científicamente a las distintas situaciones de cuidados en todos los aspectos de fomia integral. Identificando grupos de individuos con necesidades específicas, determinando las intervenciones oportunas así como las medidas de resultados apropiadas.

Es posible que nos encontremos en mejores condiciones que en cualquier época anterior para realizar esta tarea con la necesaria flexibilidad intelectual e imaginativa, en un permanente desafío para mantenernos fieles a la historia y permitir que nuestra perspectiva actual enriquezca las diversas ideas y visiones del mundo que examinamos sin distorsionarla, tratando de ver que estamos, tal vez, al final de un cierto tiempo y, esperémoslo, al comienzo de tiempos nuevos. (IVIorín 2003)

Esta contribución especial de las enfermeras a los cuidados de la salud, la práctica, la investigación y la docencia ha ido evolucionando en estrecha relación con su desarrollo disciplinar, acorde con las distintas corrientes del pensamiento o maneras de ver o comprender el mundo, es decir los distintos paradigmas que a lo largo del tiempo han ido dominando el espacio científico, como señalaron Kuhn (1970)yCapra(1982).

AUTOCUIDADOS Y SALUD EN MUJERES AFECTADAS DE CANCER DE MAMA INTRODUCCIÓN

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Cada paradigma tiende a crear sus propios datos y la interpretación de los mismos de forma que los científicos que operan en paradigmas diferentes parece que trabajen en mundos diferentes, incluso pueden llegar a considerar, aunque no sea justificable, que un paradigma sea superior a otro.

En estos momentos puede decirse que nos encontramos en un proceso de crisis, de cambio de paradigma que sin duda nos encamina hacia la madurez científica. Según Kuhn, el progreso de la ciencia se produce a través de una serie de revoluciones donde la antigua forma de pensar es reemplazada por nuevas perspectivas que se continúa con un período de relativa armonía. Durante este período un paradigma o matriz disciplinar (Kuhn, 1970,1977) es dominante y enfermeras, investigadores, educadores y líderes trabajan dentro de este paradigma, adaptando su vocabulario y confiando en su capacidad para explicar fenómenos relacionados con la disciplina.

En un momento determinado aparece una crisis cuando es obvio que el paradigma utilizado es incapaz de ocuparse adecuadamente de cuestiones importantes. Como resultado se convierte en objeto de crítica y su estatus dominante es cuestionado frente a otros paradigmas que compiten. Kuhn (1970) afirma que el nuevo paradigma no se construye sobre el antiguo ya que la ciencia no es acumulativa y cree que no existen normas para la elección y que estos criterios son siempre imprecisos.

Esta imprecisión también puede aplicarse a la forma en que las enfermeras seleccionan teorías para guiar su práctica. Puede ser que esta elección esté basada en la propia práctica más que en la exploración teórica y estas cuestiones pueden ser tan diversas que hacen imposible la identificación de criterios explícitos.

Las explicaciones que nos proporcionan los actuales sistemas conceptuales se hacen insuficientes para dar respuesta a la complejidad de los cuidados de salud desde el área de responsabilidad específica de las enfermeras, ya que el cuidado de la salud esta cambiando con gran rapidez y existe mucha incertidumbre en relación a como han de organizarse los sistemas de atención enfatizando acciones integradas asequibles y económicas, multidisciplinares y basadas en la comunidad. Se hace necesario por tanto liderar el intercambio de las bases científicas profesionales, los conocimientos y las tecnologías con el fin de mejorar la salud de las personas.

La atención a la salud en el futuro se centrará en los procesos de promoción y prevención y tiene como principal meta asistir a los ciudadanos a identificar sus problemas de salud y utilizar la fortaleza de sus comunidades, así como sus capacidades para mejorarias.

AUTOCUIDADOS Y SALUD EN MUJERES AFECTADAS DE CANCER DE MAMA INTRODUCCIÓN

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Las coordenadas del pensamiento científico enfermero nos sitúan por una parte, en el inicio de un nuevo milenio frente a un nuevo paradigma de apertura hacia el mundo, en el que la incorporación de aspectos como la interculturalidad, la utilización de las nuevas tecnologías o las terapias complementarias y alternativas son ejemplos de los cambios que se deben incorporar (Kerouac et al, 1996) y por otro la existencia de dos corrientes diacrónicas de pensamiento enfermero, la de los modelos teóricos y la de los modelos empíricos (Hernandez, Moral de Calatrava y Albert, 2002)

De esta situación se derivan múltiples interrogantes. La presente investigación intenta dar respuesta a algunos de ellos mediante un modelo integrado de autocuidados específicos, aplicado en el cáncer de mama.

Nuestro trabajo se estructura en cuatro partes:

En la primera parte, se desarrolla el Marco Teórico de referencia. En él se abordan tres aspectos del problema de estudio. En primer lugar se trata el concepto de salud, bienestar y calidad de vida, su análisis multivariante y medición.

En segundo lugar analizamos el constructo teórico "Autocuidado" y los elementos conceptuales que lo integran; necesidades , capacidades, limitaciones, déficits de autocuidados, sistemas de enfermería y factores que pueden condicionarlos, así como su repercusión en el bienestar y la salud y su dimensionalidad.

En tercer lugar nos centramos en el problema cáncer de mama, desde una perspectiva integral.

Aspectos epidemiológicos y clínicos, su prevención, diagnóstico, tratamiento y problemas derivados así como las implicaciones psicosociales de esta patología.

Por último se trata de forma interrelacionada, los autocuidados y la salud en el proceso del cáncer de mama.

En la Segunda parte, se presenta la metodología seguida en el proceso. Se plantean los objetivos e hipótesis de trabajo, las variables del estudio y sus instrumentos de medida. En esta parte se presta una especial atención al proceso de operativización y medida de la variable autocuidado específico en el cáncer de mama, así como la selección del instrumento WHOQOL-BREF versión española de la WHOQOL para la medida de la salud y bienestar percibidos.

AUTOCUIDADOS Y SALUD EN MUJERES AFECTADAS DE CANCER DE MAMA INTRODUCCIÓN

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En la tercera parte, tras el análisis de los datos, se realiza el informe de los resultados obtenidos en la investigación, en primer lugar los relacionados con la construcción y validación del instrumento de medida para la evaluación de los autocuidados específicos en el cáncer de mama. En segundo lugar sobre la descripción de los autocuidados en sus distintas facetas, los déficits de autocuidados más significativos, su distribución en la población estudiada en función de los distintos grupos y la calidad de vida. Por último se exponen las relaciones entre autocuidados y salud.

En la cuarta parte, se plantea la discusión tanto del proceso de la investigación como de los resultados obtenidos, así mismo se aportan las evidencias y conclusiones del estudio, se sugieren líneas futuras de investigación, así como algunas aportaciones dirigidas a las posibles intervenciones en el campo de los autocuidados en el proceso del cáncer de mama.

AUTOCUIDADOS Y SALUD EN MUJERES AFECTADAS DE CANCER DE MAMA INTRODUCCIÓN

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PARTE I:

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1. SALUD, BIENESTAR Y CALIDAD DE VIDA

1.1. LA SALUD EN EL SIGLO XXI. UNA PERSPECTIVA ENFERMERA EN EL CONTEXTO SANITARIO ACTUAL.

La salud ha sido para los seres humanos una preocupación constante a lo largo de la historia y ha constituido una de las metas más importantes de la humanidad. La concepción de la salud ha evolucionado de acuerdo con los cambios de la organización económica y política, de la estructura social y la cultura, de los avances científicos relacionados con el proceso salud-enfermedad y de los cambios en los procesos demográficos y ecológicos que se han ido produciendo a lo largo del tiempo.

En definitiva, el concepto de salud está sujeto tanto a la evolución del pensamiento social, como a los avances científicos, y constituyen, por tanto, uno de los sustratos básicos del sistema de valores que sostiene el desarrollo de una vida plenamente humana y universal (González de Haro, 2004)

En el siglo XX los cambios sociales y los avances científicos en el campo de la salud, el cambio en el patrón de morbi-mortalidad, la revolución de los medios de información y el fenómeno de la internacionalización han provocado que el concepto de salud evolucione hacia un enfoque positivo, dinámico, multicausal y social, lo que ha constituido la base para concebir la salud desde un nuevo paradigma emergente que ha conducido a una nueva cultura de salud.

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), en su Carta Constitucional (1948), propuso una definición amplia de salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no simplemente la ausencia de enfermedad". Esta definición ha sido cuestionada desde distintos ámbitos, unos consideran que no es práctica, otros la ven como una meta y otros consideran que no es alcanzable, sin embargo; incluye tres características que podemos considerar innovadoras: refleja un concepto del individuo como persona con un enfoque global, incluyendo la dimensión mental, social y ambiental, y asocia la salud con el ser productivo y creativo. El debate conceptual a que dio lugar esta definición ha tenido como crítica fundamental su carácter utópico, puesto que se trata más de un deseo que de una realidad alcanzable. Aún así se considera insuficiente ya que cada persona tiene sus normas para evaluar su propio estado de salud, es decir la apreciación de cada persona respecto a como se siente y su capacidad para realizar las actividades de la vida cotidiana.

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Posteriormente se han efectuado numerosas descripciones del concepto. Así, Dubos (1975) la definió como el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en este medio. Ivan lllich (1976) la define como la capacidad de sentirse vivo en el gozo y en el dolor y de amar la sobrevivencia, pero también de arriesgarla. Milton Terris (1987) la expresa como el producto positivo de la interacción continua del hombre con su medio. FIyn, (1980) Dana y Hoffman, (1987) ia consideran como un fenómeno holistico caracterizado por el máximo grado de bienestar físico, psicológico y social.

Estas definiciones, al igual que la de la OIVIS, han sufrido múltiples críticas tanto desde el ámbito de la sociología, achacándoles excesiva preponderancia de las profesiones sanitarias especialmente de la médica, como desde los propios profesionales de la salud donde se enfrentan enfoques biomédicos y salubristas frente a otros con una concepción más socializada y holística.

Este carácter utópico, de la definición de la OIVIS sobre la salud, ha sido abandonado progresivamente y se ha ido vinculando a través de sucesivas recomendaciones a una concepción de la salud dinámica e interdependiente, desde la que es posible alcanzar un nivel de salud que permita hacer frente a los condicionantes medioambientales. Para ello insta a los gobiernos a trabajar a favor de la salud y a la responsabilidad social en la consecución de metas saludables.

En 1977, la Asamblea Mundial de la Salud estableció una meta en la que se encuentran implicados todos los países miembros de la OMS, y que está relacionada con la consecución progresiva de un nivel de salud para todos los ciudadanos del mundo, que les permita desarrollar una vida social y económicamente satisfactoria. Esta estrategia fue definida en Alma-Ata en 1978 y confirmada en ia Asamblea Mundial de 1979 por todos los estados miembros.

En 1984 los Estados Miembros de la Región Europea adoptaron 38 objetivos como medio para alcanzar la salud para todos sus ciudadanos. Estos objetivos proponían emprender acciones en cuatro áreas: estilos de vida y salud, factores de riesgo que afectan a la salud y su entorno, cambio en la naturaleza y dirección de los sistemas de cuidados de salud, los tipos de apoyo político, directivo, tecnológico, mano de obra, investigación, y otros precisos para realizar las acciones necesarias en las tres áreas anteriores.

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Más tarde la Organización Mundial de la Salud, en su Asamblea Mundial celebrada en 1998, se reafirmó en el principio enunciado en su constitución "la posesión del mejor estado de salud que se puede alcanzar, constituye uno de los derechos fundamentales de todo ser humano", reconociendo así que la mejora de la salud y el bienestar de las personas es un objetivo fundamental del desarrollo social y económico. Propone las denominadas "Políticas de Salud Para todos para el siglo XXI" como medio para conseguir que todas las personas alcancen plenamente su potencial de salud. Entre sus objetivos fundamentales se encuentran el de proteger la salud de las personas a lo largo de la vida y reducir la incidencia de las principales enfermedades y lesiones, así como el sufrimiento que éstas originan.

También se impulsará el desarrollo de estrategias que contemplen las perspectivas culturales, sociales, económicas y de género, garantizando la continuidad de la atención sanitaria y la participación de los ciudadanos tanto en la toma de decisiones como en su aplicación.

Ya en el siglo XXI, después de 25 años de la declaración de Alma-Ata, la OMS se impone reflexionar sobre el sentido original de ese objetivo porque en reiteradas ocasiones ha sido mal interpretado y distorsionado. El lema "Salud para todos" ha sido víctima de simplificaciones conceptuales y facilismos coyunturales condicionados por un modelo hegemónico, que confunde la salud y su cuidado integral con una atención médica reparativa y centrada casi de forma exclusiva en la enfermedad. (Tejada, 2003)

Las intervenciones biomédicas si bien pueden resultar muy útiles en casos individuales de emergencia, influyen muy poco en la salud del conjunto de la población. El factor principal que determina la salud de los seres humanos no es este tipo de intervención, sino su comportamiento, su alimentación y la naturaleza de su entorno (Capra, 1985). Puesto que estos factores varían de una cultura a otra, cada civilización tiene sus enfermedades características, y como la alimentación, el comportamiento y las situaciones ambientales van cambiando gradualmente también varían los modelos patológicos. Por esta razón las infecciones agudas que en el siglo XIX eran las principales enfermedades de Europa y Norteamérica, y hoy siguen siendo las mayores causas de mortalidad del tercer mundo, han sido reemplazadas en los países desarrollados por enfermedades que ya no están vinculadas a la pobreza y a las condiciones de vida deficientes, sino que están ligadas al bienestar material y a la complejidad tecnológica. Estas enfermedades son crónicas y degenerativas (enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes...) vinculadas íntimamente al estrés, la alimentación rica en grasas y proteínas, la vida sedentaria y la contaminación ambiental que caracteriza a la vida moderna (Capra, 1985:153)

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Estos factores implican la necesidad de reforzar el enfoque interdisciplinar de los cuidados de salud, rentabilizando las acciones de todos los profesionales para responder a las nuevas demandas de cuidados, especialmente los relacionados con problemas de alta repercusión social como el cáncer, y la promoción de los autocuidados que capacite a las personas para participar activamente en la recuperación de su salud.

1,2. BIENESTAR Y S A L U D COMO REFERENTE DE LOS CUIDADOS

La relación entre la enfermería y la salud es evidente. La enfermería ha sido reconocida históricamente como un servicio de salud, ya que ésta ha sido una meta de los cuidados enfermeros se haya explicitado o no. Esta importancia deriva fundamentalmente de su papel en la promoción mantenimiento y recuperación de la salud desde una visión integral e integradora, y también de su posición privilegiada para ayudar a las personas a conseguir y mantener estados de salud óptimos.

Pero, como en otras disciplinas, no existe consenso sobre una definición de salud en el ámbito de la enfermería; es un constructo tan complejo que probablemente no pueda asignársele una etiqueta, un significado específico de forma breve, concisa y contundente. Por otra parte, al no existir una definición consensuada tampoco se puede actualmente traducir a las definiciones operativas pertinentes, no obstante muchas enfermeras teóricas lo han intentado. El desafío de estudiar y medir la salud no es, por tanto, un hecho fácil, existen al respecto grandes interrogantes tanto sobre el desarrollo del concepto como en su operativización y medida.

A continuación se expone la evolución que ha sufrido el concepto de salud desde la perspectiva enfermera. La mayoría de estas conceptualizaciones sobre guardan estrecha relación con las realizadas por otros autores y los paradigmas imperantes en el momento en que se formularon. Casi todas ellas han sido extraídas de los modelos desarrollados por las autoras, en los que este concepto es considerado como uno de los elementos que configuran el "metaparadigma enfermero".

La primera enfermera que definió la salud en el campo de la enfermería fue Nightingale (1859). Esta autora define la salud como un estado de bienestar en el que se aprovechan al máximo las energías de la persona, y contempla la enfermedad como un proceso reparador instituido por la naturaleza cuando se producen situaciones de falta de cuidado.

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Imaginaba la salud como un estado que podía mantenerse mediante la prevención de la enfermedad a través del control del entorno; llamó a esta idea "enfermería de la salud" para distinguirla de la atención de pacientes enfermos en pos de su recuperación o, al menos, de la mejora de sus condiciones de vida hasta su muerte; la salud y la enfermedad son para ella, el centro de atención de la enfermera, que ayuda a una persona durante el proceso de curación (Marriner 1999; Wesley 1997). Esta conceptualización estuvo fuertemente influenciada por el "Paradigma de la categorizadón" imperante en el ámbito científico entre los años 1850 a 1950, en el que los fenómenos se dividen en categorías, clases o grupos definidos, considerados como elementos aislables o manifestaciones simplificables.

En el campo de la salud este paradigma orienta el pensamiento hacia la búsqueda de un factor causal responsable de la enfermedad. Esta forma de pensar inspiró dos orientaciones en la profesión enfermera, una centrada en la salud pública que se interesaba tanto en la persona como en la enfermedad, representada por Nightingale, y más tarde, una orientación centrada en la enfermedad y estrechamente unida a la práctica médica (Kérouak y cois., 2005).

Un siglo más tarde Peplau (1952), define la salud como un término simbólico que implica un avance de la personalidad y otros procesos humanos a favor de una vida personal y social, creativa constructiva y productiva. La describe como un concepto que implica un movimiento dirigido de la personalidad y otros procesos propios del hombre, añadiendo que consta de condiciones interpersonales y psicológicas que interactúan y es promovida a través del proceso interpersonal.

Henderson (1966) no dio una definición propia de salud, pero en sus escritos comparó la salud con la independencia. Interpretó la salud como la capacidad del paciente para realizar sin ayuda los catorce componentes del cuidado de enfermería. Identifica la salud con calidad de vida, se trata más de la calidad de la salud que de la propia vida, opinaba que ese margen de vigor mental-físico es, lo que permite a una persona trabajar con la mayor eficacia y alcanzar el nivel de satisfacción vital en sus más altas cotas, para lo que se requiere fuerza, voluntad y conocimiento.

Para Levine (1969) la salud se determina socialmente por la capacidad de actuar de un modo razonablemente normal, por tanto es un concepto determinado por los grupos sociales y no simplemente una ausencia de estados patológicos.

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Podría considerarse como la recuperación del ser cuando el Individuo se siente libre o capaz de perseguir sus intereses dentro del contexto de los recursos de que dispone y subraya la conveniencia de no perder de vista que la salud está determinada también culturalmente, añadiendo que Incluso para un mismo individuo, la definición de salud cambia con el tiempo.

En la década de los 70 se abre un marcado interés en la definición de salud en el ámbito enfermero, probablemente relacionado con la intensa actividad teórica desarrollada en estos años en el entorno anglosajón. Destacan las aportaciones de distintas autoras que se han ido modificando en el tiempo.

Así, Rogers (1970) indica que el concepto de salud, es un término opinable, definido por la cultura o la persona. La salud y el malestar son manifestaciones del modelo organizativo que representan comportamientos de alto o bajo valor. Los hechos que surgen durante el proceso de la vida reflejan hasta que punto el hombre logra su mayor estado de salud conforme a ciertos sistemas de valores. El fenómeno central de interés es el proceso vital humano. Este proceso se distingue por su unidad creativa y dinámica, inseparable del entorno y se manifiesta como un conjunto único y global. Rogers considera que "una nueva visión del mundo compatible con ios conocimientos más avanzados es un preámbulo necesario para estudiar la salud tiumana y determinar las formas de promoverla tanto en este planeta como en el espacio exterior" (Marriner, 1999:210), lo que aporta un concepto Innovador y prospectivo de la salud. Rogers utiliza el término salud y enfermedad para identificar patrones sujetos al cambio en razón a la conducta del individuo.

Las aportaciones de IVIarta Rogers y sus alumnos de la Universidad de Nueva York sobre la contribución enfermera a los cuidados de salud influyeron en los planteamientos de Eritjof Capra sobre este tema en su libro "El punto crucial", en el que el autor, aborda la dinámica de los principales problemas de nuestro tiempo (cáncer, crimen, contaminación, energía nuclear, inflación, agotamiento de recursos) y la necesidad de una nueva visión de la realidad que permita a las fuerzas transformadoras de nuestro mundo fluir unidas, como un movimiento positivo hacia el cambio social (Capra 1985)

Por otro lado, King (1971) considera la salud como un estado dinámico en el ciclo de la vida; la enfermedad por el contrario, es una interferencia en dicho ciclo vital. La salud obliga a realizar ajustes continuos ante la tensión derivada del entorno interno y externo, aplicando los recursos Individuales para lograr su potencial máximo en la vida diaria.

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Travelbee (1971) define la salud según criterios objetivos y subjetivos. El estado de salud subjetivo de una persona se expresa como su sensación de bienestar de acuerdo con la apreciación propia de su estado físico-emocional-espiritual. La salud objetiva es la ausencia de una enfermedad, incapacidad o defecto discernible, según las medidas obtenidas por exámenes físicos, pruebas de laboratorio, evaluación por un director espiritual u opinión de un consejero psicológico.

Watson (1979) se aproxima a la definición de salud de la OMS y la describe abarcando un nivel elevado de funcionamiento físico, psíquico y social; un nivel de adaptación general del funcionamiento cotidiano, y la ausencia de enfermedad. La considera como un estado subjetivo dentro de la mente de una persona; cada persona debe definir un estado de salud personal. Cree que la enfermería está interesada en comprender la salud, la enfermedad y la experiencia humana y es una disciplina interrelacionada con la calidad de vida, incluida la muerte, y con la prolongación de la existencia.

Para Parse (1981) la salud es una experiencia vivida, no la ausencia de enfermedad o de un estado de bienestar. Por tanto, no puede medirse en una línea continua de gradaciones. La salud (del ser humano) no es, por consiguiente, una entidad lineal que pueda interrumpirse o valorarse en términos de buena o mala, mejor o peor. No es la adaptación del hombre al entorno ni su afrontamiento. Una descripción semejante de salud dicotomiza al hombre y niega su naturaleza unitaria. La salud unitaria del ser humano es una síntesis de valores, un modo de vivir. Existe salud cuando el ser humano estructura el significado de las situaciones. En suma, para esta autora la salud es un proceso de lo que se es y lo que se llegará a ser.

Ericsson, Tomlin y Swain (1983), también en línea con la OMS, definen la salud como un estado de bienestar físico, mental y social, no sólo la ausencia de enfermedad o padecimiento. Implicando un estado de equilibrio dinámico entre los diversos subsistemas de la persona.

Johnson (en Loveland-Cherry & Wiikerson, 1983), considera la salud como un estado dinámico y fugaz, influido por factores biológicos, fisiológicos y sociológicos. La salud es un bien preciado para los profesionales sanitarios y debe analizarse en la persona más que en la enfermedad. La salud se refleja en la organización, interacción, interdependencia e integración de los subsistemas que integran el sistema conductual. Cada individuo trata de conseguir un equilibrio en este sistema, para llegar a una conducta funcional. La falta de equilibrio en las necesidades estructurales o funcionales de los subsistemas se manifiesta en una salud deficiente.

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Cuando al sistema le basta con una cantidad mínima para mantenerse, se reserva mayor aporte energético para influir sobre los procesos biológicos y recuperarse, la define como el equilibrio y la estabilidad del sistema conductual de la persona; la inestabilidad o la enfermedad no son tratadas directamente, pero pueden inferirse como un mal funcionamiento del sistema conductual. La salud se muestra a través de un comportamiento ordenado, intencionado y predecible, que dirige la relación de la persona con su entorno de manera eficaz y eficiente.

Leninger (1984) considera la salud como un estado de bienestar y considera que es culturalmente definida, valorada y practicada, refleja la capacidad de los individuos para llevar a cabo sus roles cotidianos, incluye sistemas de salud, prácticas de cuidados de salud, patrones de salud y promoción y mantenimiento de la salud, es universal a través de todas las culturas aunque es definida de forma distinta en cada una para reflejar sus valores y creencias específicas.

Roy (1984) conceptualiza la salud como el estado y el proceso de ser o de convertirse en una persona completa e integrada. Como tal es un reflejo de la adaptación, es decir de la interacción entre el sujeto y el entorno. Roy llega a esta definición a partir de la idea de que la adaptación es un proceso que favorece la integración fisiológica, psicológica y social, y de que tal integridad se entiende como una situación que conduce a la totalidad y la unidad.

En sus primeros trabajos, concebía la salud como un flujo continuo que va desde la muerte y situación de extrema gravedad hasta el estado de máximo bienestar; la salud y la enfermedad fueron consideradas por esta autora, como una dimensión inevitable de la vida de una persona. Conforme avanza en esta línea continua, cada persona va enfrentándose a problemas a los que debe adaptarse.

Sin embargo en sus últimos escritos se centra más en la salud como un proceso.

Considera que la salud y la enfermedad conforman una dimensión inevitable de la experiencia vital global de cada persona y la enfermería se relaciona con esta dimensión. Cuando los mecanismos de afrontamiento no son eficaces se produce la enfermedad, en cambio considera que si la persona mantiene un buen mecanismo de adaptación, se encontrará sana.

Actualmente Roy define la salud como un proceso de ser y llegar a ser una persona integrada y total; la salud se considera como la meta de la conducta de la persona para ser un organismo adaptativo.

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Newman (1990) plantea que la fusión de la enfermedad y no enfermedad crea una síntesis que puede entenderse como salud. Como la enfermedad y no enfermedad son reflejo de un conjunto mayor, se deduce un nuevo concepto: el patrón del todo. Newman sostiene que "la esencia del paradigma emergente de salud es el reconocimiento de patrones" (Marriner, 1999: 498). Desde esta perspectiva la enfermedad es una manifestación de salud, lo que la diferencia de otras conceptualizaciones y plantea la disonancia más acentuada dentro de la conceptualización enfermera de la salud.

Por su parte, Neuman (1995) considera la salud como un modelo del bienestar. En este sentido, concibe la salud como un continuo que va del bienestar a la enfermedad, cuya naturaleza es dinámica y sujeta a un proceso de cambio permanente. El bienestar óptimo o la estabilidad es un indicio de que se han satisfecho las necesidades de todo el sistema. Un estado de bienestar menor es consecuencia de la no satisfacción de las necesidades del sistema. En todo momento, el paciente se encuentra en un estado dinámico y gradual de bienestar o enfermedad, Neuman define la salud como un estado de bienestar o estabilidad del sistema que se constata por la armonía o equilibrio de todas las partes y subpartes del sistema del cliente que se ve reflejada por el nivel de bienestar.

Roper, Logan y Tierney (1996) parten del concepto de salud de la OMS, concepto de línea continua de salud-enfermedad, percepciones, afrontamiento y responsabilidad personal con respecto a la salud y objetivos sanitarios actuales. También hablan de independencia asistida; así, una persona puede sentirse sana aún cuando tenga una enfermedad física o mental manifiesta. Obviamente, el resultado que se espera cuando se previenen problemas potenciales susceptibles de hacerse reales es la adquisición y el mantenimiento de un estado de salud positivo.

Benner (1989) analizó la experiencia vivida de "estar sano y estar enfermo", así define la salud como algo que puede evaluarse, mientras que considera bienestar la experiencia humana de la salud o integridad, para ella el bienestar y el malestar se entienden como formas distintas de estar en el mundo. Así la salud no solo se describe como la ausencia de malestar o bienestar. Una persona podría estar enferma sin tener esa sensación, en lo relativo a la experiencia humana de pérdida o disfunción, mientras que la enfermedad es un concepto que se valora en un nivel físico.

Orem (1971, 1995) describe la salud como un estado caracterizado por la firmeza o totalidad de la estructura y el funcionamiento corporal, la enfermedad, es para esta autora, lo contrario. La salud consta de aspectos físicos, psicológicos, interpersonales y sociales inseparables.

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Incluye en esta conceptuaiización la promoción, el mantenimiento de la salud, el tratamiento de la enfermedad y la prevención de complicaciones. Para Orem el término salud ayuda a describir el estado de globalidad e integridad de los seres humanos. Afirma que éstos tienen capacidad para:

a) Reflexionar sobre sí mismos y su entorno b) Simbolizar lo que experimentan

c) Usar creaciones simbólicas (ideas, palabras) para pensar, comunicarse y guiar los esfuerzos para sí mismos y para otros

Por tanto, la salud, desde su visión, debe incluir todo lo que se refiere a la persona como ser humano, (forma de vida mental) operando en conjunción con los mecanismos psicológicos, psicofisiológicos y una estructura material (vida biológica) y en relación con la coexistencia con otros seres humanos (vida interpersonal y social). Además cree que el significado del término salud cambia a medida que cambian las características humanas y biológicas de las personas.

Con la extensión del término salud para incluir aspectos psicológicos, interpersonales y sociales de la vida, así como el aspecto físico habitualmente destacado, cree que las profesiones de la salud están comenzando a conocer que la salud es responsabilidad de la sociedad y de cada individuo, y no de un único segmento de esta sociedad. Utiliza los términos salud y bienestar para referirse a dos estados humanos diferentes, ya que las personas pueden experimentar bienestar incluso en condiciones adversas, pero a la vez estrechamente relacionados.

La conceptuaiización de salud-bienestar de Orem está relacionada con los puntos de vista de las personas que deben explicarse con el fin de comprender la salud y el bienestar humano.

Por otra parte, también diferenció la salud de la enfermedad, definiéndola como un proceso biológico anormal manifestado por sus síntomas característicos y propone tres categorías:

• Presencia o ausencia de enfermedad, lesión o invalidez.

• La calidad del estado de salud (excelente, bueno, aceptable o deficiente).

• Los eventos o circunstancias del ciclo vital que indican cambios y sus necesidades específicas.

Orem, distingue además entre enfermedad aguda, crónica, incapacidad e invalidez. Estos planteamientos sugieren que su visión de la salud es entendida como un continuo y también como una dicotomía, expresada en la presencia o ausencia de enfermedad.

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Si revisamos las conceptualizaciones realizadas sobre la salud anteriormente expuestas, podemos identificar como entre las realizadas desde 1950 a 1975 (Paradigma de ia Integración) puede observarse ia influencia de teorías como la de ias necesidades humanas de Maslow (1954), del desarrollo psicológico de Eriksson (1963), o la de los sistemas de Bertalanffy (1968) que inspiraron ias aportaciones teóricas de estas autoras. En consecuencia, se identifica en ellas una marcada orientación hacia la persona en desarrollo y sus necesidades como un sistema operativo global e interactivo, así como la repercusión de ias realidades de un momento marcado por la crisis económica y ia segunda guerra mundial (Meléis, 1991).

Por su parte, las definiciones desarrolladas a partir de 1975 están influidas por un cambio de mentalidad en una etapa, en que la desaparición de fronteras, ia permeabilidad entre las culturas oriental y occidental, el mestizaje étnico y ia intensificación de ias comunicaciones, establece ias coordenadas para ei desarrollo de nuevos planteamientos científicos, aunque de forma solapada con los planteamientos anteriores, que son coincidentes en el tiempo con ei denominado paradigma de ia Transformación (Keroual<, 2002).

iVIediante el análisis diacrónico de ias conceptualizaciones de la salud en el ámbito de la enfermería podemos observar que todas estas definiciones, lejos de ser antagonistas, pueden entenderse como compiementarias!,.Interpretándose un planteamiento integrador en el que el proceso de salud incluye las variaciones que pueden producirse en el mismo y apuntan a una perspectiva conceptual amplia, centrada en la persona y sus comportamientos y en como ésta vive sus experiencias de salud- enfermedad, en constante interacción con un medio (interno y externo) polivalente y siempre cambiante, y por tanto, con un enfoque dinámico e interactivo. En definitiva, una concepción de la salud integral u holística que iría incluso más allá del holismo, podríamos decir que lo transciende acercándose a la conceptualización que sobre pandimensionalidad ^ reaWza Rogers.

Esta mirada integral e integradora hacia el fenómeno de la salud hace referencia a los estados objetivos y subjetivos de bienestar en coherencia con sus posibilidades, objetivos y condiciones de vida.

' Una excepción, la constituiría la definición de Newman que puede interpretarse como una contradicción pero que ia entendemos como una contribución distinta que enriquece este concepto tan complejo y polivalente.

^ Rogers define pandimensionalidad como un dominio no lineal que carece de atributos espaciales o temporales. El propio término, hace referencia a la infinitud de un dominio sin límites, como la mejor forma de expresar un todo unitario.

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La salud se vería perjudicada cuando las exigencias que se presentan en una o varias de sus áreas, no pueden ser afrontadas desde su particular etapa evolutiva y su deterioro se manifestaría en síntomas de desviación social, trastornos psicológicos y/o enfermedades físicas. Estas manifestaciones ocurren tanto en el plano individual como colectivo y se encuentran fuertemente conectadas con los valores personales y sociales, expresadas en patrones de comportamiento que incluyen las actividades que las personas realizan para promover, mantener o recuperar su bienestar y salud, y que se manifiestan en los estilos de vida.

Este estado de equilibrio inestable que debemos mantener a lo largo de toda la vida mediante un proceso interactivo de adaptación constante, se ve condicionado por factores sociales, económicos, ecológicos y culturales que marcan el proceso salud-enfermedad. Esta perspectiva de la salud es la expresión de cómo los procesos subjetivos de las personas afrontan las condiciones objetivas en las que se desenvuelve sus vidas.

La percepción de salud existe cuando una persona es capaz de integrarse socialmente, posee recursos para adaptar su estilo de vida a los cambios que se produzcan consiguiendo un grado de autorregulación personal que le posibiliten actuar en coherencia a sus capacidades (León, 1999).

La consideraremos por tanto como parte del desarrollo personal, un proceso que tendrá más éxito en la medida en que el individuo es capaz de afrontar flexible y eficazmente las demandas internas y externas de autocuidados necesarios para la promoción, mantenimiento y recuperación de su bienestar y salud.

La conceptulización enfermera de la salud, tiende más a relacionarla con el bienestar percibido por los individuos, más allá de las valoraciones que los agentes de salud puedan realizar sobre ella haciendo recaer el protagonismo en la persona a nivel individual o colectivo, añadiríamos en palabras de Colliere (1993) que el concepto de salud que tiende a permitir que las personas administren el patrimonio de su salud es apreciado tanto por los cuidadores como por los cuidados. Esta perspectiva del concepto salud-bienestar percibido es por una parte coherente con el planteamiento de nuestro trabajo y por otra susceptible de ser medida.

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1.3. LA CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD. APROXIMACIÓN OPERATIVA AL CONCEPTO "BIENESTAR, SALUD Y VIDA"

El concepto de calidad de vida es más amplio que el de salud personal, ya que entran en consideración además el bienestar social y otros componentes, y tiene un interés especial para nuestro estudio ya que su conceptualización se relaciona directamente con las matizaciones aportadas desde la perspectiva enfermera de la salud.

En pleno siglo XXI y en relación a la atención de salud, el excesivo énfasis en los aspectos tecnológicos y el deterioro de la comunicación equipo de salud-paciente ha ido substrayendo la relación de ayuda profesional y la calidad relacional que en otro momento constituyó parte importante del soporte social para el paciente, y fuente de gratificación y reconocimiento para el profesional de la salud. El diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, a nivel biomédico exclusivamente, el uso de complicados procedimientos tecnológicos, que sin duda han representado un salto cualitativo a nivel de supervivencia en enfermedades antes rápidamente mortales, han dejado de lado, en muchas ocasiones, la aproximación más holística del cuidado de la salud, donde no sólo se busque combatirla enfermedad sino promover el bienestar (Schw/artzmann, 2003)

En el medio sanitario el concepto de calidad de vida relacionada con la salud, surge de la definición multidimensional de salud propuesta por la OMS. Aparece en las sociedades desarrolladas en un momento en el que predomina la convicción de que no es tan importante vivir muchos años, como vivirlos con una mejor calidad. Es a partir de esta conceptualización cuando adquiere mayor relevancia cómo se siente el paciente y no tanto cómo se cree desde el punto de vista de los agentes sanitarios que debe sentirse. La Calidad de Vida (G.V.) y su evaluación sistemática se popularizó en la década de los 60, hasta convertirse en un concepto utilizado en diferentes ámbitos: salud, educación, economía, política y de los servicios en general.

Numerosos trabajos de investigación, en el ámbito de la salud, emplean hoy el concepto como una forma de referirse a la percepción que tiene el paciente de los efectos de una enfermedad determinada o de la aplicación de tratamientos, especialmente sobre las consecuencias que provoca sobre su bienestar físico, emocional y social. Las tradicionales medidas de mortalidad-morbilidad y expectativas de vida son hoy día insuficientes para la evaluación de los resultados en salud y están dando paso a esta nueva manera de valorar los resultados de las intervenciones.

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