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TIBURONES Y RAYAS EN LA MIRA: LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE REPRODUCCIÓN

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TIBURONES Y RAYAS EN LA MIRA: LA IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE REPRODUCCIÓN

Maribel Carrera Fernández

Departamento Central de Investigación, Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabí, Casilla Postal 2732, Manta 130802, Manabí, Ecuador. *Correo electrónico:

carreraf.maribel@gmail.com

INTRODUCCIÓN

Los tiburones y rayas son miembros de un grupo de criaturas marinas conocidos como elasmobranquios, de éstos, los tiburones son los que más han interesado al hombre, por lo que no es de sorprender que desde tiempos inmemorables se tenga conocimiento de ellos, al encontrarse referencias de monstruos marinos o majestuosas criaturas de la antigüedad. En siglos pasados y hasta la fecha se les retratan como peligrosos animales que atacan a los seres humanos, pero algunas culturas del Pacífico los veneran como seres místicos y poderosos, han recibido diferentes nombres entre los que podemos citar Kamolhoali para los nativos de Hawaii y Acipactli o hkan xoc en México; lo que sí es cierto es que son criaturas antiguas, complejas y diversas.

Actualmente sabemos que son especies importantes en el medio marino, aunque existen aquellas que son netamente depredadoras, la mayoría no son más ofensivas que la mayor parte de los peces, que se alimentan de pequeños peces, calamares e invertebrados. El tiburón tigre, el tiburón toro o el gran tiburón blanco, son los más conocidos por sus ataques fatales al hombre, pero su fama es exagerada y la incidencia de estos ataques es pequeña, en comparación con eventos más peligrosos como los rayos, las picaduras de abejas o los sismos.

Los tiburones exhiben gran diversidad de formas, los hay con cuerpos aplanados, esbeltos, que miden apenas unos centímetros o llegan a los 15 m, presentan diferentes hábitos y viven en variados ambientes, pero lo que tienen en común entre ellos y sus parientes las rayas, es que poseen un esqueleto cartilaginoso, de 5 a 7 pares de aberturas branquiales, hileras de dientes afilados que una vez que se han desgastado, son sustituidos por unos nuevos en una cuenta interminable (Figura 1).

Aunque están emparentadas con los tiburones, las rayas no gozan de la misma fama de sus notorios primos. Este grupo está constituido de más de 500 especies y es más diverso que los

mismos tiburones. Se distinguen por presentar un cuerpo aplanado, las hendiduras branquiales están posición ventral, con las aletas pectorales modificadas ya que se han fusionado a los lados de la cabeza, formando un disco (Figura 2).

De acuerdo al ambiente en el que se encuentran,

las rayas pueden dividirse en dos grupos principales; las especies que se encuentra en el fondo marino, denominadas rayas bentónicas, que incluyen a las rayas, guitarras, torpedos y rayas con aguijón, las cuales presentan unos orificios llamados espiráculos que se encuentran ubicados Figura 2. Raya redonda Urolophus halleri in situ, localidad los ahorcados, Ayampe, Ecuador.

Figura 1. Forma típica de un tiburón, Tiburón

tigre arenero Carcharhias taurus.

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en la parte dorsal justo detrás de los ojos, que les ayudan a succionar agua que es transportada a las hendiduras branquiales para llevar a cabo el proceso de respiración. El segundo grupo está constituido por las rayas de nado libre, que incluyen a la manta gigante, manta diablo, águilas y chuchos. En estas especies la cabeza se diferencia del resto del cuerpo y las aletas pectorales están muy desarrolladas ya que son la principal estructura para el nado. Al igual que los tiburones, estas especies exhiben formas, hábitats y comportamientos tan variados que sería difícil enumerarlos a todos.

En el mundo existen alrededor de 1100 especies de elasmobranquios, de los cuales aproximadamente 478 son tiburones y 600 son rayas. De acuerdo con la Organización de la Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), para el área continental e insular de Galápagos, se han reportado 23 familias de elasmobranquios, agrupados en 46 especies de tiburones y 22 de rayas, guitarras y torpedos.

LA REPRODUCCIÓN EN TIBURONES Y RAYAS Un aspecto muy interesante en la vida de los tiburones y las rayas es su reproducción, desde el punto de vista ecológico, morfológico y de comportamiento. En primer lugar es importante resaltar que a diferencia de la mayoría de los peces que ponen millones de huevos en el mar donde se lleva a cabo la fertilización (fertilización externa), en éstos, los machos presentan sus aletas pélvicas modificadas con un par de órganos copuladores llamados gonopterigios, y que les sirven para aparearse con las hembras (fertilización interna).

De manera interna, presentan adaptaciones en su sistema reproductor, el cual le permite a las hembras, desde almacenar el esperma de los machos en unas estructuras conocidas como glándulas oviducales, hasta albergar a sus crías en los úteros durante todo el desarrollo embrionario (Pratt 1993, Carrera-Fernández 2004).

Los tiburones y rayas seleccionan lugares apropiados para llevar a cabo el apareamiento. De los pocos ejemplos que han sido observados en vida libre hay una tendencia de los tiburones de copular a bajas profundidades, el tiburón bambú Hemiscyllium freycineti se aparea en aguas de alrededor de un metro de profundidad (Cornish 2005), el tiburón gata G. cirratum a menos de 2 metros en un sitio tradicional en las costas de florida (Pratt y Carrier 2001), Mientras que

Triaenodon obesus se presenta en este evento a los 7 metros (Tricas y Lefeuvre, 1985). Esta conducta puede ser un intento para evitar depredadores, minimizar la interrupción por parte de otros machos y principalmente permite a los machos tener un mayor control sobre las hembras al momento de la cópula. El tiburón tigre arenero (Carcharhias taurus), tiene un área específica en la costa Este, desde Carolina del Norte hasta Florida, EE.UU. (Gilmore 1991). En el caso de Ecuador, no se tiene conocimiento de algún sitio específico que sea considerado como área de apareamiento, sin embargo, es muy probable que existan, sólo que aún no se han realizado los estudios pertinentes.

Pero, ¿qué es lo que sucede durante el apareamiento? En la primera fase conocida como cortejo, existe un comportamiento generalizado de persecución de la hembra por uno o más machos. Esta actividad podría ser usada por las hembras como un indicador de la condición física de los machos, ya que estas persecuciones usualmente son prolongadas y requieren un esfuerzo físico importante (Figura 3). Así, solo los machos más resistentes serían los que lograrán copular con la hembra cortejada.

Durante la cópula los machos deben sujetar a la hembra firmemente, por lo que existen estructuras

especializadas que son empleadas para esta

acción, por ejemplo, las espinas alares de las rayas

y los dientes en los tiburones y algunas especies de

rayas. Durante la época reproductiva, pueden ser

observadas hembras con marcas infringidas por los

dientes de los machos; las hembras de tiburón

azul, además de presentar estas marcas, presentan

Figura 3. Los tiburones exhiben un

comportamiento complejo de apareamiento y

reproducción.

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la piel más gruesa (hasta 3 veces) que los machos para evitar que las heridas sean de gravedad, además de que estas mismas mordidas las hacen más receptivas (Pratt, 1979). Una vez que el macho tiene sujeta a la hembra mordiendo una de sus aletas pectorales, introduce uno de sus gonopterigios en la cloaca de la hembra, de esta manera se lleva a cabo el apareamiento y la fertilización de manera interna.

Después de la fertilización, el proceso de gestación seguirá caminos diferentes, dependiendo de las especies. Esta etapa del desarrollo es de las más fascinantes en el ciclo de vida de estos animales.

Existen tiburones y rayas que se consideran ovíparos, en los cuales la hembra deposita en el fondo marino una especie de huevo de consistencia dura y de color café oscuro, el cual contiene el huevo fertilizado que dará origen a una cría después de semanas o meses de desarrollo (Wourms y Demsky 1993). El huevo, dependiendo de la especie, presenta diferentes formas (Figura 4), los hay de tornillo, como en el caso del tiburón gato (Heterodontus francisi); en las rayas, por ejemplo la raya ecuatorial (Raja equatorialis) el huevo se asemeja a una bolsa (Com. Pers). Desde tiempos remotos se creía que estas cápsulas o huevos eran los bolsos que perdían las sirenas, debido a esto, se les ha conocido como bolsas de sirena.

Otro tipo de gestación que se conoce es la viviparidad aplacentaria, en la cual los embriones son retenidos dentro de la madre durante su desarrollo, sin existir conexión placentaria entre la madre y el embrión; estas especies son comúnmente denominadas ovovivíparas. Por ejemplo, el angelote (Squatina californica), se desarrolla dentro de los úteros de la madre, sin embargo, ésta no le aporta ningún nutriente,

excepto el que tiene de reserva el propio embrión a manera de vitelo. (Romero-Caicedo, 2013). Existe un tipo de desarrollo exclusivo de las rayas conocido como trofonemata, en el que el útero de la hembra, en este caso una raya diamante (Dasyatis longa), está modificado con vellosidades, las cuales secretan una sustancia blanquecina y viscosa conocida como “leche uterina”, que le aporta los nutrientes necesarios a la cría para completar su desarrollo y ser una réplica exacta de un adulto (Wourms 1981).

Los tiburones rabón (Alopias pelagicus) y tinto (Isurus oxyrinchus), se caracterizan porque la hembra provee a sus crías de alimento a través de huevos no fecundados, los cuales contienen suficientes nutrientes para lograr que las crías alcancen tamaños extraordinarios (un tiburón rabón mide al nacer aproximadamente 1,5 m de largo) (Moreno y Morón 1992, Mollet et al. 2000).

La variación más asombrosa de este tipo de gestación es la que se denomina “canibalismo intrauterino”, comprobada hasta la fecha sólo para una especie, el tiburón tigre arenero (Carcharias taurus), en este caso, el primer embrión de cada útero que es el más desarrollado, se alimentará de sus hermanos más pequeños y de huevos no fecundados que le ayudarán a alcanzar aproximadamente un metro de largo al nacer (Gilmore 1993).

Por último, tenemos a los tiburones estrictamente vivíparos, que al igual que los casos anteriores, se desarrollan dentro de la madre, pero se diferencian debido a que presentan una especie de cordón umbilical a través del cual la madre le transfiere nutrientes, podríamos decir que de una manera muy parecida al desarrollo de los mamíferos, un ejemplo de este modo reproductivo es el tiburón azul (Carrera-Fernández, 2004). El resultado de esta variedad de formas de gestación, es el número variable de las crías producidas por cada especie, que van desde una en el caso de las mantarrayas, hasta 300 en el caso extremo del tiburón ballena, además de los diferentes tamaños que presentan al nacer.

Una vez que el desarrollo de las crías se ha completado, se produce el nacimiento, así como vimos en un principio que existen lugares específicos para el apareamiento, también los hay para el nacimiento, denominándose a estas zonas como áreas de crianza. Las áreas de crianza se determinan de manera tradicional mediante la presencia de hembras grávidas a término, recién Figura 4. Huevos fertilizados de tiburones,

presentando formas variadas.

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nacidos (neonatos) o tiburones juveniles (menores o hasta de un año) (Carrera-Fernández 2011). Este tipo de estudios es posible realizarlo en las costas de Ecuador, sin embargo, delimitar dichas áreas es un trabajo más complejo, ya que se necesitan técnicas más especializadas. En el caso de Estados Unidos o países como Brasil, utilizan la técnica de marcaje para monitorear a los recién nacidos, conocer sus movimientos y de esta manera poder determinar el área de crianza. Confiamos que en un futuro se pueda realizar este tipo de pruebas en aguas ecuatorianas.

¿PARA QUÉ ESTUDIARLOS?: IMPORTANCIA DE LOS ESTUDIOS DE REPRODUCCIÓN

Los tiburones y rayas juegan un papel importante en el ambiente marino, al actuar como reguladores de otras poblaciones de animales, por contribuir al equilibrio y por ende a la salud del ecosistema marino. Se sabe que la pérdida de estos animales creará un efecto dominó en la cadena trófica oceánica, que conllevará a consecuencias negativas, como la desaparición de otras especies y la alteración de ecosistemas enteros.

Es importante mencionar que estos animales presentan características biológicas muy particulares y diferentes a la mayoría de los peces con los cuales están relacionados. Los tiburones crecen de manera lenta y tienen que pasar muchos años para alcanzar el tamaño de un tiburón típico, es decir, aquel me mida varios metros. Para que estos individuos puedan reproducirse por primera vez en su vida, ya tiene que haber pasado varios años, Así tenemos que en el tiburón Carcharhinus longimanus los machos maduran entre los 4 y 5 años mientras que las hembras maduran entre los 6 y 7 años de edad (Lessa et al. 1999). La talla de madurez en los machos de Alopias superciliosus es de 270 – 288 cm LT que corresponden a 9-10 años y las hembras maduran entre los 332 a 341 cm de longitud total que equivale a 12-13 años de edad (Moreno y Morón 1992, Chen et al. 1997, Liu et al.

1998).

Una vez que se reproducen, el proceso de gestación también lleva su tiempo, que va de 3 a 6 meses en los más cortos, hasta 22 meses que es la gestación más larga reportada que presenta el tiburón mielga Squalus acanthias (Carrier et al.

2004), teniendo como resultado en el mejor de los casos unas cuantas decenas de crías. Estas características en su conjunto, hacen de los tiburones y las rayas especies susceptibles a la

explotación pesquera. Considerando que de las especies de elasmobranquios presentes en aguas del Ecuador, muchas son de importancia comercial, constituyen un recurso pesquero importante que genera empleos y beneficios económicos a los ecuatorianos, principalmente a los que viven en la costa, siendo imprescindible el conocimiento de su biología básica y de manera especial de los aspectos reproductivos, ya que entender los procesos y sistemas reproductivos es de vital importancia en la dinámica de poblaciones y por consiguiente es un factor muy importante en las iniciativas de manejo y conservación.

Es aquí donde la Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabí mediante su Departamento Central de Investigación, ha tomado cartas en el asunto, conformando un grupo de investigación el cual se ha planteado el objetivo de estudiar las principales especies de tiburones y rayas de importancia comercial en el Ecuador (Figura 5) y contribuir con información de la biología, en particular de la reproducción de estas especies, en la región de Manabí y Santa Rosa, esta investigación aportará elementos necesarios para la evaluación de las poblaciones, que a su vez servirán para toma de decisiones sobre este recurso.

Estos estudios son algo complejos, debido a que la mayoría presenta comportamiento migratorio y sólo los tenemos a disposición una parte del año.

Por lo tanto, tener la información básica sobre su ciclo de vida, se vuelve todo un reto. Muchas de estas especies se acercan a la costa en el periodo de apareamiento o cuando las hembras van a expulsar sus crías, debido a que esta área les proporciona refugio contra sus depredadores o mayor cantidad de alimento y es cuando son más

Figura 5. Raya pinta, Aetobatus narinari, una

de las especies que se capturan de manera

ocasional.

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vulnerables a la pesca comercial. Sin embargo, es también esta dinámica la que nos permite estudiarlos, al analizar los ejemplares capturados y registrar datos en campo, la ayuda de los pescadores que realizan sus actividades en aguas ecuatorianas es invaluable para el desarrollo de estas investigaciones.

Concluyendo, estos depredadores han estado en el planeta por millones de años, tiempo en el cual han sufrido cambios para poder permanecer perfectamente adaptados a su medio. No obstante, actualmente se enfrentan al mayor depredador: NOSOTROS, ya que estamos

causando efectos potencialmente irreversibles a un grupo que ha permanecido inalterado durante milenios. Por lo tanto, es importante modificar el papel que jugamos como sociedad en beneficio de las especies y en consecuencia de nosotros mismos. La implementación de medidas regulatorias para garantizar una pesca responsable que perduren en el tiempo y garanticen la protección de estos animales, es responsabilidad de científicos, pescadores y gobiernos, pero una concientización mayor y la comprensión de la sociedad son igualmente importantes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Foto: Jorge Figueroa.

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