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La fecundidad en estudiantes universitarios de Puebla: Representaciones sociales de los métodos anticonceptivos y los roles de género

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(1)

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Maestría en Psicología Social

Tesis de Maestría

Título:

La Fecundidad en Estudiantes Universitarios de

Puebla: Representaciones Sociales de los Métodos

Anticonceptivos y los Roles de Género

Responsable: Nikolai Stepanov

Miembros del Comité Tutorial:

Director: Dr. Eulogio Romero Rodríguez

Tutores:

Mtro. Nicolás Martínez Villaseñor

Mtro. Eduardo Rodríguez Villegas

(2)

1

ÍNDICE

1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ... 5

1.1 Objetivos de la investigación ... 7

1.2 Justificación de la investigación ... 7

2. ANTECEDENTES RELEVANTES AL TEMA ... 8

2.1 Transición demográfica ... 8

2.1.1 Transición demográfica en países denominados como “en desarrollo” ... 10

2.1.2 Transición demográfica en México ... 10

2.1.3 Transición demográfica en el Estado de Puebla ... 13

2.2 Métodos anticonceptivos ... 15

2.2.1 Anticonceptivos en México ... 15

2.2.2 Anticonceptivos en Puebla ... 16

2.2.3 Anticonceptivos y fecundidad ... 17

2.3 Roles de género ... 17

2.3.1 Roles de género en México ... 18

2.3.1 Roles de género y la fecundidad ... 19

3. MARCO TEÓRICO ... 20

3.1 Representaciones sociales ... 20

4. METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN ... 25

4.1 El método de investigación cualitativo ... 26

4.2 Método de recolección cualitativo: la entrevista ... 28

4.2.1 Definición y usos ... 28

4.2.2 Características de la entrevista ... 29

4.2.3 Tipos de entrevista ... 30

4.2.4 Etapas de elaboración de la entrevista ... 31

4.2.5 Conducción de la entrevista ... 33

4.2.6 Análisis del material de la entrevista ... 34

4.3 Investigación de representaciones sociales ... 35

4.4 Características de la investigación ... 39

4.4.1 Muestra de la investigación ... 39

4.4.2 Instrumentos de recolección de información ... 40

(3)

2

4.5 Análisis de la investigación ... 41

4.5.1 Análisis de contenido ... 41

4.6 Supuestos de investigación ... 45

5. RESULTADOS ... 45

5.1 Métodos anticonceptivos ... 45

5.1.1 Dimensión de información ... 45

5.1.1.1 Definición de métodos anticonceptivos ... 45

5.1.1.2 Tipos de métodos anticonceptivos ... 47

5.1.1.3 Formas de uso de métodos anticonceptivos... 47

5.1.2 Dimensión de actitud ... 51

5.1.2.1 Razones generales de uso ... 51

5.1.2.2 Opinión personal acerca de métodos anticonceptivos ... 52

5.1.2.3 Tipo de personas que utilizan métodos anticonceptivos ... 53

5.1.2.4 Tipo de personas que no utilizan métodos anticonceptivos... 53

5.1.2.5 Uso personal de personal métodos anticonceptivos ... 54

5.1.2.6 Razones personales de uso de métodos anticonceptivos ... 54

5.1.2.7 Tipos de métodos anticonceptivos utilizados ... 55

5.1.2.8 Opinión acerca de anticonceptivos con las personas con las que se

interactúa ... 55

5.1.3 Dimensión de campo representacional ... 56

5.1.3.1 Definición de métodos anticonceptivos ... 56

5.1.3.2 Tipo de personas que utilizan los métodos anticonceptivos ... 57

5.1.3.3 Tipo de personas que no utilizan métodos anticonceptivos... 59

5.1.3.4 Responsabilidad en pareja de uso de métodos anticonceptivos ... 61

5.1.3.5 Razones personales de uso de métodos anticonceptivos ... 63

5.1.3.6 Métodos anticonceptivos empleados ... 64

5.1.3.7 Opinión respecto a los métodos anticonceptivos de las personas con las

que se interactúa ... 64

5.1.4 Anclaje:Themata comunes ... 66

5.1.5 Objetivación ... 71

5.2 Roles de género ... 73

(4)

3

5.2.1.1 Diferencias entre hombres y mujeres ... 73

5.2.1.2 Causas de las diferencias entre hombres y mujeres ... 77

5.2.1.3 Roles de género masculinos (tradicionales) ... 77

5.2.1.4 Roles de género femeninos (tradicionales) ... 79

5.2.1.5 Origen de los roles de género ... 80

5.2.2 Dimensión de actitud ... 81

5.2.2.1 Roles de género ... 81

5.2.2.2 Tipos de personas que creen en diferencias entre hombres y mujeres .. 82

5.2.2.3 Personas que no creen en diferencias entre hombres y mujeres ... 84

5.2.2.4 Relación entre roles de género y nacimiento de hijos ... 85

5.2.2.5 Opinión respecto a roles de género de personas con las que se

interactúa ... 85

5.2.3 Dimensión de campo representacional ... 87

5.2.3.1 Cambios en los roles de género con el paso del tiempo ... 87

5.2.3.2 Tipos de personas que creen en diferencias entre hombres y mujeres .. 87

5.2.3.3 Personas que no creen en diferencias entre hombres y mujeres ... 91

5.2.3.4 Diferencias entre hombres y mujeres respecto a temática de los hijos .. 93

5.2.3.5 Relación entre roles de género y nacimiento hijos ... 94

5.2.3.6 Opinión respecto a roles de género/diferencia hombres-mujeres de

personas con las que se interactúa ... 96

5.2.4 Anclaje: Themata comunes ... 97

5.2.5 Objetivación ... 102

5.3 Fecundidad ... 104

5.3.1 Dimensión de información ... 104

5.3.1.1 Número de hijos que se desea tener ... 104

5.3.1.2 Razones generales para concebir hijos ... 104

5.3.1.3 Razones personales para concebir hijos ... 107

5.3.1.4 Razones personales para no concebir hijos... 109

5.3.1.5 Cambios en número de hijos en las familias de México ... 111

5.3.2 Dimensión de actitud ... 111

(5)

4

5.3.2.2 Número de hijos que se desea tener ... 113

5.3.2.3 Razones generales para concebir hijos ... 113

5.3.2.4 Razones personales para concebir hijos ... 114

5.3.2.5 Razones personales para no concebir hijos... 115

5.3.2.6 Tipo de personas que deciden tener hijos ... 116

5.3.2.7 Tipo de personas que deciden no tener hijos ... 117

5.3.2.8 Cambios en número de hijos por familia en México ... 118

5.3.2.9 Opinión respecto al tema de personas con las que se interactúa ... 119

5.3.3 Dimensión de campo representacional ... 120

5.3.3.1 Razones para número recomendable de hijos por familia ... 120

5.3.3.2 Tipo de personas que deciden tener hijos ... 121

5.3.3.3 Tipo de personas que deciden no tener hijos ... 123

5.3.3.4 Opinión respecto al tema de personas con las que se interactúa ... 125

5.3.4 Anclaje: Themata comunes ... 126

5.3.5 Objetivación ... 130

6. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN ... 131

6.1 Métodos anticonceptivos ... 131

6.2 Roles de género ... 132

6.3 Fecundidad ... 133

6.4 Fecundidad, métodos anticonceptivos y roles de género: posibles relaciones.. 134

6.4 Comentarios finales ... 136

7. BIBLIOGRAFÍA ... 138

8. APÉNDICES ... 147

APÉNDICE A: Guía de entrevista semiestructurada ... 147

APÉNDICE B: Preguntas de entrevista organizadas por dimensión de representación

social ... 152

(6)

5

El trabajo que se presenta a continuación es el proyecto de investigación que se desarrolló

en la Maestría de Psicología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La

meta de dicho proyecto fue el estudio de las representaciones sociales asociadas a la

fecundidad

1

en los estudiantes de licenciatura de la Benemérita Universidad Autónoma de

Puebla y la Universidad de las Américas Puebla, con un enfoque primordial en los métodos

anticonceptivos y los roles de género. Las dinámicas demográficas de una población

influyen en la totalidad de las características de la sociedad, incluyendo la economía, salud y

política. Por ello, la natalidad debe ser considerada como un vital elemento en el estudio de

una nación. Se considera que el presente estudio proveerá valiosa información adicional para

comprender este relevante fenómeno que se presenta en México y el resto del mundo.

1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

La disminución en la tasa de natalidad del mundo occidental, especialmente en

Europa, ha llamado la atención de estudiosos durante años (Myers, 2004). Ante este

acontecimiento, se han postulado muchas posibles explicaciones que incluyen un avance en

las tecnologías de control natal, concentración de mayores recursos por infante, pérdida de la

religiosidad como motivador para la reproducción, surgimiento de metas personales que se

perciben saboteadas por una familia y la reducción del número de parientes que apoyen la

continuación de la familia (Shrira, 2009). Asimismo, el declive se presenta en los países

denominados como

“en desarrollo”, incluyendo las zonas del Lejano Oriente, el Medio

Oriente y América Latina (Kurtz, 2005); un ejemplo de esto es la comparación de que la

mujer promedio de dichos países tenía 6 hijos durante la década de los setenta, mientras

que dicho número se ha visto reducido a 2.7 en el presente decenio (Ibid). Finalmente, el

2002 presenció la argumentación de los expertos en las Naciones Unidas de que la

población mundial se dirige a una reducción a largo plazo (Ibid).

La innegable presencia de este fenómeno requiere de su estudio para comprender sus

1

(7)

6

orígenes, dinámicas y posibles tendencias futuras. Tomando en cuenta que México se

encuentra en proceso de disminución del número de nacimientos, se intentó estudiar este

proceso en los estudiantes universitarios del estado de Puebla. Desde el punto de vista

teórico, el uso de la teoría de las representaciones sociales para investigar la disminución de

la natalidad puede aportar información significativa debido a que permite indagar en las

perspectivas de la población al momento de llevar a cabo las conductas asociadas a esta

problemática. A pesar de ser un enfoque relativamente novedoso en Puebla, aspectos

relevantes de la natalidad en América Latina han sido abordados desde diversas

perspectivas usando el concepto teórico de las representaciones sociales. Uno de los

enfoques de la psicología social ha sido el estudio de las representaciones sociales de la

familia (i.e. Guerrero, Soto & Salazar, 2004; de Jong, Basso, Paira & Garcia, 2004). Otra

perspectiva ha sido el estudio de representaciones sociales acerca del uso de métodos

anticonceptivos (Fuentes-Rodriguez, 2009). Asimismo, la transición de la paternidad

tradicional hacia un formato moderno en los jóvenes latinos ha llamado la atención (Gallardo,

Gomez, Muñoz & Suarez, 2006). Finalmente, las representaciones de mujeres respecto a la

maternidad y planificación familiar también son un enfoque de estudio (Nuñez, Lamstzev,

Pino, Grunfeld, Pascual & Bugatti, 2009). La aparición de estos estudios en Mesoamérica fue

un fuerte motivador para la presente investigación de implementar la temática de las

representaciones sociales al momento de descubrir directamente la forma en la que los

diferentes grupos reciben, construyen y se comportan en relación a la vida sexual y

reproductiva en México.

Las preguntas de investigación involucradas en este trabajo fueron las siguientes:

¿Cuáles son las representaciones sociales acerca de los métodos anticonceptivos en

los estudiantes de licenciatura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la

Universidad de las Américas Puebla?

¿Cuáles son las representaciones sociales de los roles de género de dichos

estudiantes?

(8)

7

percepción de la misma?

¿Cuáles son las representaciones sociales acerca de la fecundidad en los estudiantes

de licenciatura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad de

las Américas Puebla?

1.1 Objetivos de la investigación

Analizar las representaciones sociales de los métodos anticonceptivos y los roles de

género en los estudiantes de licenciatura de la Benemérita Universidad Autónoma de

Puebla y la Universidad de las Américas Puebla.

Estudiar la relación de ambas representaciones con la fecundidad.

Indagar acerca de las representaciones sociales de la fecundidad y el contenido de

éstas.

1.2 Justificación de la investigación

La investigación examinó una perspectiva nueva acerca de esta fenomenología en

México. El caso de la fecundidad es un problema multifactorial que se ve afectado por

numerosas variables en combinación. Como consecuencia de esto, un análisis que

examine el problema de manera holística puede aportar una mayor profundidad al

estudio.

El estudio toca un tema importante a escala mundial y, de manera específica, presenta

(9)

8

2. ANTECEDENTES RELEVANTES AL TEMA

Una de las maneras de comprender la disminución de la fecundidad a nivel mundial y

local es ubicándolas dentro del modelo de la transición demográfica. Dicho modelo describe

y explica las tendencias de la natalidad y mortalidad en el mundo mediante diferentes etapas.

Asimismo, resulta imperativo discutir aspectos relacionados a los métodos anticonceptivos y

los roles de género, enfocándolos en el contexto de México.

2.1 Transición demográfica

La transición demográfica puede ser definida como un modelo que describe el cambio

de una población en el transcurso del tiempo (Montgomery, 2010). Dicho modelo está basado

en una interpretación iniciada en 1929 por el demógrafo estadounidense Warren Thompson,

quien observó los cambios en las tasas de natalidad y mortalidad de los países

industrializados durante los últimos dos siglos. Dicho modelo contiene cuatro etapas

particulares con características específicas (véase Figura 1).

Figura 1. La transición demográfica (Internet Geography, 2008).

(10)

9

siglo XVIII se encontraban en esta etapa hasta que Europa Occidental alteró dicho balance.

La alta mortalidad durante dicha etapa se atribuye al desconocimiento de la prevención y

cura de enfermedades, así como escasez de alimentos ocasional.

La segunda etapa de la transición demográfica consiste en el aumento de la población

debido a la disminución de la tasa de mortalidad y una alta tasa de natalidad (posiblemente

con un ligero aumento). Esta etapa surgió originalmente a finales del siglo XVIII en Europa

Noroccidental y se esparció al sur y este durante los siguientes 100 años. La disminución de

la mortalidad se debe principalmente a una mejora en el abastecimiento de alimentos

(Revolución Agricultora, nuevos alimentos importados de las colonias). Asimismo, se

relaciona directamente con medidas más eficientes para proteger la salud pública (drenajes,

abastecimiento de agua, manejo de comida, higiene personal). Cabe reiterar que esta etapa

se caracteriza por un acelerado aumento de la población y una ampliación de la distancia

entre natalidad y mortalidad. Finalmente, es importante considerar que la segunda etapa

implica el aumento de la población joven debido a la desaparición de la mortalidad infantil de

la primera etapa.

La tercera etapa consiste en la aparición de una estabilidad demográfica al disminuir la

tasa de natalidad. Los países industrializados presenciaron esta etapa a finales del siglo XIX.

Dicho decremento puede ser explicado por varias causas: a) los habitantes de la zona rural

adquieren consciencia de que el desvanecimiento de la mortalidad infantil abre la posibilidad

de concebir menos hijos y garantizar la supervivencia familiar; b) la urbanización favorece la

familia nuclear debido a sus exigencias económicas y legales (leyes de educación, labor

infantil, etc.); c) la educación de las mujeres y su integración a la fuerza laboral reducen la

importancia de la maternidad como estatus femenino y aumentan la influencia de la madre en

la toma de decisiones respecto a la crianza de los hijos; d) el mejoramiento de los métodos

anticonceptivos en la segunda mitad del siglo XX. El final de la tercera etapa viene

acompañado por la caída de la tasa de natalidad hacia los niveles de reemplazo (mínimo

requerido para mantener la cantidad actual de población), aunque la población sigue

creciendo debido al

momentum

generado.

(11)

10

2.1.1 Transición demográfica en países denominados como “en desarrollo”

Tomando en cuenta que México es considerado un país

“en desarrollo” y que el

modelo de la transición demográfica se basó inicialmente en países industrializados, es

importante tomar en cuenta las características específicas de la transición en este tipo de

países. La diferencia inicial de los países en desarrollo radica en el hecho de que la

transición demográfica se está llevando a cabo en los mismos apenas desde el siglo pasado

(Montgomery, 2010). Asimismo, la caída de la tasa de mortalidad se llevó a cabo con mayor

rapidez en los últimos 50 años en los países en desarrollo debido a la importación de

medicamentos y la concientización de la población femenina acerca de la salubridad.

Adicionalmente, la tasa de natalidad se redujo con mayor lentitud en estos países,

posiblemente debido a su menor urbanización y un mayor esfuerzo requerido para alterar los

valores tradicionales que respaldan la alta natalidad. Finalmente, los países en desarrollo han

gozado de un aumento de población anual mayor que los países occidentales en la segunda

etapa, además de tener un mayor segmento de población joven debido a esto.

2.1.2 Transición demográfica en México

(12)

11

Figura 2. Tasa global de fecundidad en México 1900-2050 (CONAPO, cit. Por Bush, 2005).

Si se adapta el modelo de la transición demográfica a la historia de México, se puede

observar que el país ha seguido el patrón típico (esto es, acelerado) del esquema en los

países

“en desarrollo” (Bush, 2005). Después de una etapa de comportamiento irregular,

México entró en una fase de rápido descenso en la tasa de mortalidad y una tasa de

natalidad alta (constante y ascendente) entre 1945 y 1960. La causa de esta tendencia se

debió a una expansión y cobertura de los servicios médicos, así como la importación

económica de medicamentos de los países industrializados. Además de esto, el gobierno

contaba con una política pronatalista en un esfuerzo por popular el territorio nacional y

satisfacer la demanda de obreros en una industria en expansión.

La siguiente etapa de la transición se instauró sólidamente durante la década de los

setenta, en donde se presenció una caída de la fecundidad, la cual ya había iniciado en la

década anterior. El origen del decremento radica principalmente en un cambio de política

nacional, que buscó la regulación del crecimiento demográfico a base de la planificación

familiar sólida.

(13)

12

alcance la convergencia de los niveles de natalidad y mortalidad durante la primera mitad del

siglo XXI. Es importante tomar en cuenta que la baja mortalidad incrementará principalmente

la población de la tercera edad, la cual pasara de 6.7 millones en el 2000 a 36.5 en el 2050.

La transición demográfica crea cambios importantes en las dinámicas económicas,

sociales e institucionales del país (Tuiran, 2002). Un ejemplo marcado de la planificación

familiar fue la reducción del número de hijos, así como el aumento de los intervalos entre

cada nacimiento. Debido a esto, la carga de labores domésticas se ha ido reduciendo,

permitiendo a los padres planear y llevar a cabo acciones orientadas al desarrollo personal

propio; de manera más específica, esto llevo a las mujeres a participar de manera más activa

en la esfera extradoméstica. Asimismo, ha aumentado el modelo de interacción familiar de

tipo vertical al disminuir el número de hermanos en cada generación y prolongarse la

supervivencia de generaciones anteriores.

Debe notarse que la transición demográfica en México no se ha presentado de

manera uniforme en los distintos niveles socioeconómicos. El avance de la transición es

observado en las esferas más acomodadas, aspecto que contrasta con las clases bajas que

presentan un notable retraso. Esta situación es presenciada en el contraste en el número de

hijos promedio por mujer en las regiones privilegiadas del país (2.1 en Baja California Sur,

Distrito Federal), en comparación con otros (3.0 en Chiapas, Puebla y Guerrero) durante el

2002. La conclusión alcanzada por Tuiran (2002: 34) es que las regiones empobrecidas del

país se caracterizan por "una mortalidad relativamente temprana [...] altas tasas de

fecundidad, una edad temprana al momento de contraer matrimonio y de tener el primer hijo,

así como la débil difusión de las prácticas de limitación y espaciamiento de los nacimientos" y

generan un círculo vicioso que perpetúa "contrastes, rezagos y un esquema de desarrollo

profundamente desigual".

(14)

13

2.1.3 Transición demográfica en el estado de Puebla

A nivel nacional, Puebla ocupa uno de los lugares más elevados en el número de hijos

por mujer (CONAPO, s/f) (véase Figura 3). A pesar de ello, dicho número ha disminuido

progresivamente durante el último decenio, siendo de 4.32 en 1990, 3.55 en 1995 y 2.98 en

el año 2000 (CONAPO, s/f) (véase Figura 4). Cabe destacar que las desigualdades sociales

presentadas por Tuiran se manifiestan de manera clara debido a que las zonas urbanas y un

mayor nivel de escolaridad se relacionan a una edad más avanzada en las mujeres al

momento de entrar en unión o contraer matrimonio (CONAPO s/f) (véase Figura 5).

(15)

14

Figura 4. Tasa global de fecundidad en Puebla 1990-2000 (CONAPO, s/f).

Figura 5. Puebla: distribución porcentual de las mujeres según edad a la primera unión o matrimonio, por

(16)

15

2.2 Métodos anticonceptivos

2.2.1 Anticonceptivos en México

Se afirma que el conocimiento de los métodos anticonceptivos se presentaba en el

95% de las mujeres en el 2006 (CONAPO, cit. por Victorino, Castillo, López & García, 2009).

Sin embargo, este número disminuye si se toma en cuenta exclusivamente la respuesta

espontánea de las entrevistadas sin ayuda del encuestador (Ibid). Asimismo, el porcentaje

sufre si se profundiza respecto al número de métodos conocidos, su empleo y

funcionamiento (Ibid).

A pesar de lo anterior, el uso de anticonceptivos por mujeres mexicanas casadas o

unidas (en edad fértil) ha presentado un considerable aumento (Gómez de León, 1996).

Como ejemplo de esto, el porcentaje de mujeres en edad fértil unidas (MEFU) que utilizaban

anticonceptivos fue de 30.7% en 1976, 37.8% en 1979, 52.7% en 1987, 63.1% en 1992,

68.4% en 1997 y, finalmente, 70.9% en 2006 (Mojarro & Mendoza, 2007).

En relación al tipo de anticonceptivos utilizados, la Encuesta Nacional sobre la

Dinámica Demográfica de 2006 (ENADID, cit. por Mojarro & Mendoza, 2007) indica un mayor

uso de las intervenciones quirúrgicas (54.3%), las inyecciones (7%) y el condón (9%). Por

otro lado, el número de usuarias del DIU, las pastillas y los métodos tradicionales ha

disminuido (16.3%, 6.6% y 6.2%, respectivamente) (Ibid). La anterior combinación de

métodos implicó una eficiencia anticonceptiva promedio de 96.9%, en comparación con

95.1% en 1997 (Ibid).

(17)

16

Norte y Sur, Sinaloa, Sonora, Colima, Coahuila, Chihuahua, Nayarit, Tamaulipas, Yucatán,

Campeche y Estado de México), otros cuentan con una demanda insatisfecha considerable

de 19.9% (Hidalgo, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato, Puebla, Chiapas,

Oaxaca y Guerrero).

Casique (2003) afirma que un mayor nivel de autonomía en las mujeres implica por lo

general una mayor necesidad de uso de anticonceptivos, mientras que un aumento de

autonomía y poder de decisión aumenta las posibilidades de satisfacer dicha necesidad.

En cuanto al uso de anticonceptivos por parte de los hombres, se observa que éstos

los utilizan en forma significativamente más reducida en comparación con las mujeres

(Morales, 1995). Se ha reportado en los hombres mexicanos la persistencia de la creencia

de que las mujeres son las principales responsables de controlar el embarazo (Rojas, 2008);

a pesar de ello, el uso de los anticonceptivos por las mujeres parece ser en parte controlado

por la decisión del hombre con el que conviven (Ibid). Finalmente, el uso masculino de la

anticoncepción es principalmente motivado por el deseo de evitar enfermedades (Ibid).

2.2.2 Anticonceptivos en Puebla

El estado de Puebla es considerado como una de las entidades más rezagadas a nivel

nacional en relación al número de mujeres usuarias de anticonceptivos y la necesidad

insatisfecha de métodos de anticoncepción (Victorino, Castillo, López & García, 2009).

El porcentaje de las mujeres en edad fértil (15 a 54 años) que conocen al menos un

método anticonceptivo ha aumentado de 94.4% a 97.8% entre 1997 y 2009 (Instituto

Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2010a). Asimismo, el número de mujeres en

edad fértil usuarias de anticonceptivos pasó de 59.4% en 1997 a 69.8% en 2009 (INEGI,

2010b).

(18)

17

Asimismo, la Encuesta Perfil Joven (cit. por Farías, 2010b) realizada en la capital de

Puebla, indicó que más de la mitad de adolescentes entre los 15 y 16 años inician prácticas

sexuales sin contar con información acerca de la sexualidad.

2.2.3 Anticonceptivos y fecundidad

Se considera que la reducción en la fecundidad inició en Europa antes de la

introducción de los anticonceptivos (Mulder, 1998). Por otro lado, existe una falta de

consenso en relación a la relevancia que los métodos anticonceptivos tienen en la

disminución de la fecundidad en México. Mientras que Gómez de León (1996) postula que

los anticonceptivos han sido la principal causa de la disminución entre 1979 y 1995, Chen,

Hicks, Johnson & Rodriquez (cit. por Laliberte, 2001) afirman que el aumento del estándar de

vida en México fue de mayor importancia que el empleo de prácticas de control natal

apoyados por el gobierno.

2.3 Roles de género

El género es definido como “las relaciones entre hombres y mujeres, tanto

perceptuales como materiales” (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la

Alimentación [FAO], cit. por FAO, 2004). Asimismo, es importante tomar en cuenta que el

género “no es determinado biológicamente, como resultado de las características sexuales

de hombres o mujeres, sino es construido socialmente” y “es un principio organizador central

de las sociedades, y comúnmente gobierna los procesos de producción y reproducción,

consumo y distribución” (Ibid). Por ello, los roles de género pueden ser tomadas en cuenta

como la “'definición social' de hombres y mujeres” (Ibid).

El Instituto Nacional de las Mujeres de México (2007) postula la siguiente diferencia

entre el sexo y el género:

(19)

18

universales e inmodificables. En cambio el género es el conjunto de ideas,

creencias y atribuciones sociales, que se construye en cada cultura y

momento histórico con base en la diferencia sexual.

Lamas (cit. por INMUJERES, 2007) afirma que el rol de género es creado por la

aplicación de prescripciones y normas de una sociedad y cultura al comportamiento de

hombres y mujeres. La división sexual básica presente en la mayoría de las culturas consiste

en atribuirles a las mujeres el elemento maternal y doméstico, mientras que los hombres

desempeñan un papel público. Este contraste establece fuertes estereotipos que llevan a los

hombres y mujeres a desarrollar y limitar ciertos comportamientos para adecuarse al género

establecido. Finalmente, las diferencias anatómicas llevan a ambos sexos a atribuirse ciertas

actitudes, habilidades y valores como innatos.

2.3.1 Roles de género en México

La sociedad mexicana ha asignado de manera tradicional un rol productivo (laboral) a

los hombres, mientras que las mujeres han recibido un rol preeminentemente reproductivo

(cuidador) (Instituto Nacional de las Mujeres [INMUJERES], cit. por INMUJERES, 2007). Esto

es evidente en el hecho de que el papel de la mujer en el embarazo es magnificado como un

elemento determinante de la identidad femenina (Amuchástegui; Del Río-Zolezzi & cols., cit.

por DiGirolamo & Salgado de Snyder, 2008). Asimismo, se espera que las mujeres se

caractericen por ser dependientes, pasivas, sumisas y dispuestas al autosacrificio (Tuirán;

Lara, cit. por DiGirolamo & Salgado de Snyder, 2008). La familia es considerada como el

valor de mayor importancia, y la mujer se convierte en su guía y apoyo al tener un rol de

cuidador principal y agente reproductor (DiGirolamo & Salgado de Snyder, 2008). De esta

forma, la mujer se vuelve “responsable de la reproducción de la especie, el sistema social de

la familia y los valores sociales con las que fue criada, así como la salud y el bienestar de su

esposo y familia” (Camps, cit. por DiGirolamo & Salgado de Snyder, 2008: 517).

(20)

19

soporte económico y tenga poco involucramiento en el funcionamiento de la familia, a pesar

de contar con mayor autoridad dentro de ella (Ibid).

La modificación de los roles de género en Mexico parece llevarse de manera desigual

(Rocha-Sánchez & Díaz-Loving, 2005), ya que las mujeres se encuentran más fuertemente

motivadas a adoptar conductas productivas, mientras que los hombres sufren de la presión

social que retrata su involucramiento en el hogar como una pérdida de virilidad. Esto se

observa en el hecho de que las mujeres han comenzado a ingresar en el campo laboral,

mientras que no se ha presentado un aumento importante en la participación doméstica por

parte de los varones (Ibid).

El nivel educativo y la edad parecen influir de manera importante en las percepciones

estereotipadas de los roles de género, ya que los mexicanos jóvenes y de mayor nivel

educativo tienden a tener posturas menos tradicionales (Rocha-Sánchez & Díaz-Loving,

2005). Como ejemplo de esto, las mujeres jóvenes en México que se encuentran cursando

los estudios superiores en universidades privadas muestran una percepción de roles más

flexible en donde definen sus relaciones de pareja como más cooperativas e igualitarias

(INMUJERES, cit. por INMUJERES, 2007). Cabe mencionar que los varones mantienen

posturas más estereotípicas que las mujeres, sin importar el nivel de escolaridad con el que

cuenten (Rocha-Sánchez & Díaz-Loving, 2005).

2.3.2 Roles de género y la fecundidad

(21)

20

posibilidad de que las mujeres deciden tener menos hijos debido a que su ingreso en el

mundo laboral no es correspondido con un mayor involucramiento de los hombres en las

tareas domésticas (Thompson & Walker, cit. por Matthews, 1997).

3. MARCO TEÓRICO

Después de haber presentado la transición demográfica como un marco de referencia para

describir los actuales patrones de natalidad a nivel mundial y nacional, es imperativo

introducir el concepto de representaciones sociales como la teoría psicosocial que sirve de

apoyo principal en este proyecto.

Las representaciones sociales fueron introducidas como

concepto por Serge Moscovici en su obra “El Psicoanálisis, Su Imagen y Su Público" (1961).

Desde entonces, han sido utilizadas en todos los campos de las ciencias sociales (Jodelet,

1985). Para comprender su utilidad en esta investigación y describir la metodología de su

estudio resulta necesario revisar de manera más detallada la teoría que las involucra.

3.1 Representaciones sociales

Las representaciones sociales pueden ser definidas como "modalidades de

pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del

entorno social, material e ideal" (Jodelet, 1985: 474). Es importante tomar en cuenta que el

conocimiento de dichas representaciones se elabora en un contexto social y es compartido

por los sujetos que forman parte del mismo (Ibid). Asimismo, las representaciones participan

en la construcción social de la realidad, por medio de la cual las personas interpretan el

transcurrir de la vida cotidiana, su medio ambiente y las relaciones que mantienen con otros

sujetos (Ibid).

(22)

21

La representación social tiene varias características importantes (Jodelet, 1985). En

primer lugar, siempre es la representación de algo (un objeto). Además, tiene la característica

de imagen, ya que es una constelación de rasgos de un carácter concreto. Otro aspecto

importante es su carácter simbólico y significante que se aprecia en el hecho de que

sustituye al objeto ausente y, en ocasiones, lo que se encuentra presente. La representación

tiene un lado constructivo por la habilidad del sujeto de remodelar la realidad a la que es

expuesto. Por último, cuenta con un aspecto autónomo y creativo debido a la participación

activa del sujeto que se representa algo.

La teoría propuesta por Moscovici especifica tres componentes principales de la

representación (1979). El primero de ellos es la actitud, el elemento afectivo de la

representación y "se manifiesta como la disposición más o menos favorable que tiene una

persona hacia el objeto de la representación [expresando] una orientación evaluativa en

relación con el objeto" (Pérez, 2007). Se considera como la dimensión más estable, debido a

que una representación social puede ser elaborada solamente después de que los sujetos

hayan tomado una posición evaluativa o afectiva con respecto al objeto (Pérez, 2001). El

segundo elemento consiste en la información, la cual implica los conocimientos existentes en

relación al objeto representado que pueden variar debido a la pertenencia grupal e inserción

social del sujeto (Ibid). Ibáñez (cit. por Pérez, 2001) afirma que el grado de información que

cierto grupo tiene de una representación social se encuentra estrechamente vinculado con la

inserción social del mismo: el nivel socioeconómico de un grupo dado puede facilitar o

entorpecer el acceso a los diferentes medios de comunicación social. Asimismo, la

aproximación del grupo al objeto de la representación influye en la cantidad y calidad de la

información obtenida. La tercera dimensión es el campo representacional que constituye el

orden de los contenidos de la representación dentro de una estructura funcional específica

(Ibid). Es importante tomar en cuenta que la ideología de los grupos determinará la

composición y la organización de los elementos, además de definir el núcleo central de la

representación.

(23)

22

2003), las representaciones sociales hegemónicas son compartidas hasta cierto punto por

todos los miembros de la sociedad y significan la identidad social; si se toma en cuenta su

carácter coercitivo, podría asumirse que se parecen de manera importante a las

representaciones colectivas. Las representaciones emancipadas, por su parte, se refieren a

la información construida distintivamente por pequeñas secciones de una sociedad y que no

son todavía incompatibles con las representaciones hegemónicas; la razón por la que este

tipo de representaciones se generan se debe a que diferentes segmentos de la población

son expuestos a información nueva de manera diferencial, reflejando los contrastes entre los

individuos y subgrupos de una sociedad amplia. Finalmente, las representaciones polémicas

son formadas por subgrupos durante una disputa existente o conflicto social; dichas

representaciones suelen no ser aceptadas por las autoridades de la sociedad.

Las representaciones sociales cumplen dos roles de gran importancia (Moscovici, cit.

por Salazar, 2003). En primer lugar, convencionalizan los objetos, personas y eventos a los

que los individuos son expuestos. Esto quiere decir que se les otorga una forma definitiva, se

les localiza en una categoría y se les establece de manera gradual como un modelo de un

tipo, distinto y a la vez compartido por un grupo de gentes. En segundo lugar, las

representaciones sociales son prescriptivas debido a que se imponen a las personas con un

poder difícil de resistir que proviene de una estructura que se presenta a los individuos antes

de que estos piensen y una tradición que marca los patrones de pensamiento.

Las representaciones sociales son forjadas a partir de dos procesos relacionados que

permiten su elaboración y, finalmente, su aplicación práctica en la vida cotidiana de los

sujetos: la objetivación y el anclaje (véase Figura 5). El primer proceso, la objetivación

consiste en "poner en imágenes las nociones abstractas, [dar] una textura material a las

ideas [hacer] corresponder las cosas con palabras” (Jodelet, 1985: 481). De manera más

(24)

23

dinámica se traduce en la creación de un modelo figurativo que une la representación con el

esquema conceptual original, sirve como una traducción de la realidad externa y asocia los

elementos en un conjunto independiente con dinámica particular (Moscovici, 1979). De esta

manera "las ideas no son percibidas como los productos de la actividad intelectual de ciertos

espíritus, sino como los reflejos de una cosa que existe en el exterior" (Moscovici, 1979: 76).

La información recibida del exterior "se polariza en estructuras materiales" (Jodelet, 1985:

481).

Figura 1. Sociogénesis de las representaciones sociales (adaptada de Wagner & cols., 1999).

(25)

24

sociedad" (Moscovici, 1979: 121). El anclaje permite utilizar los elementos representados

como un instrumento para modelar las relaciones y comprender el mundo que rodea al sujeto

(Ibid). Así, "deja de ser aquello 'de lo que se habla' para convertirse en aquello 'a través de lo

cual' se habla" (Moscovici, 1979: 122). El aspecto de funcionalidad de las representaciones

es visto claramente en este proceso, ya que los nuevos elementos se convierten en "una

guía de lectura y [...] en teoría de referencia para comprender la realidad' (Jodelet, 1985:

487). La interpretación comienza a mediar las relaciones que existen entre los individuos de

un grupo, así como las interacciones que estos tienen con el entorno que los rodea (Ibid).

Tomando en cuenta los dos componentes de la representación social, vemos que

gracias a ellos esta logra desempeñar las funciones de integrar la novedad, interpretar la

realidad y orientar las conductas y relaciones sociales (Jodelet, 1985).

Resulta de primera importancia referirse a uno de los conceptos que inspiraron la

creación de la teoría de las representaciones sociales debido a que esto ayuda a aclarar de

(26)

25

tienen la oportunidad de devolver sus productos hacia la esfera pública y ayudar a la

creación y re-creación de la realidad social (Ibid).

Los individuos ya no pueden concebirse como entes pasivos que reciben la

información de grandes instituciones remotas a ellos, sino como co-creadores de una

realidad social que impregna a toda la comunidad de la que forman parte. Moscovici se

postula como defensor del conocimiento de "sentido común" al argumentar que

conocimientos disciplinados como las ciencias surgieron de la colectividad: "La ciencia y la

filosofía tomaban de ahí sus materiales más preciosos y los destilaban en el alambique de

los sucesivos sistemas" (Moscovici, 1979: 13). Además de influenciar las ciencias, las

representaciones sociales pueden ser vistas como el ritmo propio de la sociedad que ayuda a

guiar la dirección de las corrientes científicas para que se adapten a los valores específicos

de una colectividad: "Si, a su vez, la representación puede orientar, restringir o favorecer el

desarrollo de esta ciencia, esa es una exigencia propia de la sociedad y [...] una prueba de

su vitalidad" (Moscovici, 1979: 86).

La reivindicación del "sentido común" como un conocimiento válido e importante

resulta ser un punto crucial en la elección de las representaciones sociales para estudiar la

transición demográfica mexicana. Es verosímil asumir que una parte importante de este

fenómeno puede ser descubierta si se examinan estudios estadísticos a gran escala que

logren esclarecer las tendencias a largo plazo de una población. Lo mismo puede ser dicho

respecto al análisis de políticas gubernamentales y campañas publicitarias de los medios de

comunicación masiva. Sin embargo, existiría un enorme vacío al desconocer la postura del

receptor de dichos mensajes. El individuo, miembro de una colectividad, tiene la última

palabra respecto a las acciones que va a emprender respecto a su vida privada. Por ello, los

comportamientos familiares y reproductivos, la planificación familiar y las visiones acerca de

éstas recaen en el sujeto social, partícipe activo en la fabricación de la realidad comunitaria.

4. METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN

(27)

26

principios y sus usos.

4.1 El método de investigación cualitativo

Las ciencias sociales se encontraron durante mucho tiempo bajo la influencia del positivismo

heredado de las ciencias exactas (Alvarez-Gayou, 2003). Por ello, su enfoque era de un

carácter preeminentemente cuantitativo que se basaba en las siguientes premisas (Ibid):

1. El científico parte de la realidad y llega a la ciencia mediante la investigación (Tamayo,

cit. por Alvarez-Gayou, 2003).

2. Los fenómenos son examinados de manera rigurosa en relación a cantidad, intensidad

o frecuencia.

3. El investigador adopta una postura objetiva.

4. Cualquier tipo de fenómenos considerados como “extraños” dentro del estudio son

evitados o controlados.

5. Se presume la existencia de una realidad externa que puede ser examinada,

aprehendida y comprendida (Taylor & Bogdan, cit. por Alvarez-Gayou, 2003).

A pesar de que las premisas anteriores forman parte del fundamento de un método

científico, ciertos expertos argumentan que resulta imposible hablar de una metodología

única y estricta que pueda ser aplicada a todas las ciencias. Esto se debe principalmente a la

heterogeneidad y complejidad del campo científico. Asimismo, actualmente se afirma que “no

todos los fenómenos naturales son reducibles a expresiones matemáticas; […] no todos los

hechos que constituyen la realidad son analizables experimentalmente [ni] todas las hipótesis

válidas pueden confrontarse con la realidad a la que se refieren” (Alvarez-Gayou, 2003: 15).

Adicionalmente, se piensa que la postura realista de las ciencias exactas es en su esencia

falaz, debido a que los hechos percibidos por los sentidos no son autoevidentes (Martínez,

cit. por Álvarez-Gayou, 2003). Por último, el positivismo parece evitar por medio de sus

prácticas la subjetividad del ser humano, un elemento considerado como irremplazable

dentro de su naturaleza.

(28)

27

sus productos. Ante esta exigencia, el método cualitativo emerge como una alternativa

viable para comprender la conducta humana. Su objetivo principal consiste en estudiar

fenómenos desde el punto de vista de las personas en un ambiente natural y en relación con

su contexto (Sampieri, 2010). Es importante remarcar que el paradigma cualitativo no debe

ser visto como un reemplazo de la metodología cuantitativa, ya que el uso de uno de los dos

enfoques dependerá de la temática a estudiar y el modo de abordarla (Álvarez-Gayou, 2003).

Generalmente se prefiere el método cualitativo cuando el núcleo de la investigación se

compone de las experiencias de los sujetos estudiados, cuando se busca información

detallada y profunda acerca de cierto proceso o se desea hacer énfasis en la diversidad de

posturas de los sujetos de un contexto dado (Patton, cit. por Sampieri, 2010).

El método cualitativo encierra ciertas características particulares (Taylor & Bogdan, cit.

por Álvarez-Gayou, 2003):

1. Los investigadores proceden de una manera inductiva, desarrollando conceptos a

partir de los datos recolectados sin tratar de ajustar los datos a un modelo

preestablecido.

2. Se adopta una perspectiva holística ante el escenario a estudiar, considerando todos

los elementos como parte de una totalidad integrada.

3. Se acepta el hecho de que el estudio de las personas afecta a los sujetos estudiados,

por lo que se busca minimizar dicho impacto y/o tomarlo en cuenta durante la

interpretación de los datos.

4. Se intenta comprender a las personas y su percepción del entorno en el que se

desenvuelven.

5. El investigador trata de suspender sus prejuicios y predisposiciones ante el objeto de

estudio.

6. El método cualitativo trata de asignar un valor equitativo a todas las perspectivas.

7. Se practica una postura humanista que se involucre en la experiencia cotidiana de los

sujetos estudiados.

8. El investigador busca obtener información directa sin alterar acerca del tema

estudiado, sin filtrarlo a través de conceptos preestablecidos.

9. Cada escenario es considerado digno de estudio.

(29)

28

La investigación cualitativa se lleva a cabo primordialmente en los entornos naturales

de los participantes, sin un control o manipulación de las variables y obteniendo los

significados de los sujetos estudiados (Sampieri, 2010). Los datos no se reducen a valores

de tipo numérico (Rothery, Tutty & Grinnell, cit. por Sampieri, 2010).

Es recomendable evitar los conceptos de validez y confiabilidad dentro del marco

cualitativo, debido a que este tipo de terminología resulta más adecuada en los estudios

cuantitativos (Álvarez-Gayou, 2003). En lugar de esto, se busca la autenticidad, esto es,

captar la expresión genuina de las personas. Además, la investigación cualitativa no realiza

mediciones

per se

, por lo que la confiabilidad se vuelve irrelevante (Ibid); aún así, es posible

encontrar una mayor consistencia en los resultados si se utiliza la triangulación, la cual utiliza

múltiples métodos, materiales empíricos y observadores durante la investigación (Denzin &

Lincoln, cit. por Álvarez-Gayou, 2003). Cabe destacar que hablar de muestras resulta

igualmente inapropiado, ya que el estudio cualitativo busca acceder a la subjetividad, que no

es generalizable (Álvarez-Gayou, 2003); los sujetos a estudiar y su número son

seleccionados de manera propositiva y dependen del planteamiento de investigación

(Creswell, cit. por Sampieri, 2010).

4.2 Método de recolección cualitativo: la entrevista

4.2.1 Definición y usos

La entrevista puede ser definida como “un diálogo cuya finalidad es recolectar información a

propósito de un tema determinado” (Nils & Rimé, 2003). El entrevistador presenta ciertas

preguntas preparadas y el entrevistado reacciona a las mismas, presentando un discurso

acerca de la “significación que da a sus prácticas, su percepción sobre algún evento o una

(30)

29

interactivo, donde la dinámica generada determina la información que se logre obtener.

La primera razón de peso para llevar a cabo la entrevista consiste en que ésta

permite estudiar la subjetividad de las personas entrevistadas, en lugar de intentar forzar

sus respuestas dentro de un marco comparativo y preestablecido (Banister, Burman,

Parker, Taylor & Tindal, 2004). Además, esta forma de recolectar información abre la

oportunidad de estudiar fenomenología compleja que pudo haber sido ignorada por un

enfoque más cuantitativo. Otra razón es la habilidad de la entrevista de lograr que el

investigador encare de manera más directa su participación dentro del estudio. Por último, la

realización de la entrevista permite analizar las relaciones de poder emergentes durante

este proceso (Ibid).

4.2.2 Características de la entrevista

Varios elementos de la entrevista tienen un impacto en la forma en la que ésta se lleva a

cabo, así como la información recopilada durante la misma (Nils & Rimé, 2003). Uno de

estos elementos se refiere a las características particulares del entrevistador y el entrevistado

(aspectos físicos, estatus, rasgos de personalidad, escolaridad, edad, género, etc.). Otro

elemento importante es el contexto o entorno físico donde se lleva a cabo la entrevista.

Además, el marco semiótico incide de manera importante en la entrevista, ya que los

participantes pertenecen a universos de significaciones particulares. Finalmente, la entrevista

pertenece a un encuadre discursivo donde el lenguaje la provee de una riqueza y

profundidad inimitables.

La entrevista posee una gran flexibilidad en las posibilidades de análisis que pueden

llevarse a cabo del material obtenido (Ibid). Es importante tomar en cuenta que el término

“cualitativo” no resulta completamente apropiado para designar a la entrevista en sí misma,

debido a que el material obtenido de ésta puede ser analizado mediante técnicas de gran

diversidad.

La entrevista proporciona al investigador tres tipos de datos (Ibid):

(31)

30

valores o creencias” (Nils & Rimé, 2003). Se recomienda utilizar un enfoque

transversal para comparar el contenido de diferentes entrevistados, así como un

acercamiento de manera singular a cada entrevista para explorar las relaciones

entre los elementos del mismo discurso.

2. La forma del discurso: La manera de hablar, las palabras utilizadas por el

entrevistado y su comunicación paralingüística suplementan mayor información

para el estudio de los temas de investigación.

3. La información resultante del registro no verbal: Ciertas expresiones no verbales

acompañan al discurso del entrevistado. Entre ellas se puede mencionar la mirada

del interlocutor, así como los movimientos de sus manos, brazos, cabeza y torso.

Por último, las expresiones faciales (tanto localizadas como generales) son

importantes al momento de registrar la información dada por el participante. Debe

destacarse que la captura de estos datos resulta complicada debido a que implica

alejar la atención del investigador del contenido propiamente expresado.

4.2.3 Tipos de entrevista

Existen diferentes maneras de realizar la entrevista (Nils & Rimé, 2003):

1. La entrevista estructurada o dirigida: Esta entrevista se lleva a cabo con rigidez a

partir de preguntas establecidas con anterioridad y un orden específico. En ciertas

ocasiones, las respuestas del entrevistado se dan a partir de opciones

preestablecidas.

2. La entrevista semi-estructurada o semi-dirigida: El entrevistador utiliza una serie de

preguntas como guía, se adapta al flujo de la conversación y las reacciones del

entrevistado e intenta mantener el diálogo enfocado en los temas a investigar.

(32)

31

entrevista definiendo la problemática a estudiar, buscando el modo más adecuado

de interacción con el participante y obteniendo la información del entrevistado que

desea analizar.

4. La entrevista exploratoria: La meta de este tipo de entrevista es encontrar

información adicional para completar la que se encontró a partir de textos

referentes a un problema de investigación. Se lleva a cabo con expertos del tema,

actores de terreno que interactúan con el público objetivo y los integrantes de dicho

público.

5. La entrevista focal: Se utiliza para comprender el impacto y la percepción que

tienen las personas involucradas directamente en cierto evento.

6. Las técnicas específicas: Los objetivos concretos de una investigación pueden

requerir el diseño de una técnica de entrevista específica (por ejemplo, el

laddering

).

4.2.4 Etapas de elaboración de la entrevista

Nils & Rimé (2003) plantean las siguientes etapas que tienen lugar en la elaboración de la

entrevista:

1. Elección del método: La entrevista es utilizada primordialmente cuando se busca

“reconstruir una secuencia de actos, de experiencias o de eventos pasados,

[estudiar] el sentido que los actores confieren a sus prácticas y a las situaciones

bajo las cuales se confrontan o [analizar] un problema preciso” (Quivy &

(33)

32

importante examinar las motivaciones de los entrevistados al momento de

participar en la entrevista, ya que dichas razones pueden afectar la validez

externa de la misma (Ibid).

2. Preparación de la guía de entrevista: En este paso se busca crear un instrumento

que pueda recopilar la información necesaria que logre probar las hipótesis

propuestas en la investigación. Ante todo, se busca un diseño que logre concentrar

al entrevistado en los tópicos a analizar y permitir un intercambio entre el

participante y el entrevistador. La guía se subdivide en tres partes cruciales: la

parte introductoria de la entrevista, la parte dedicada a la descripción del

entrevistado y las razones de su inclusión y, finalmente, la lista de las

preguntas/temas a plantear.

3. Elaboración de preguntas: Es importante revisar los propósitos de la investigación

y sus respectivos componentes (variables, indicadores de las mismas, relación

entre variables) al momento de preparar las preguntas. Grinnell, Williams & Unrau

(cit. por Sampieri, 2010) consideran cuatro diferentes tipos de preguntas utilizados

en las entrevistas. Las preguntas generales (gran tour) inician a partir de ciertos

planteamientos de tipo global y se dirigen hacia los temas de interés para el

entrevistador. Las preguntas para ejemplificar buscan que el entrevistado

proporcione elementos más profundos en relación a cierto tema. Las preguntas

estructurales piden al participante generar listas de conceptos. Finalmente, las

preguntas de contraste inducen a realizar comparaciones entre diversos tópicos.

Mertens (cit. por Sampieri, 2010) clasifica las preguntas de una entrevista

cualitativa en las siguientes categorías: de opinión, de expresión de sentimientos,

de conocimientos, sensitivas, de antecedentes y de simulación.

(34)

33

examinen aspectos específicos del concepto (

funnel

). Asimismo, el orden de

general-particular puede ser invertido (

funnel inversa

).

5. Organización del conjunto de preguntas: La fluidez de la conversación se mantiene

principalmente utilizando frases de transición. Asimismo, es importante evitar que

el participante se esfuerce por responder de manera ligada a las contestaciones

anteriores (efecto de consistencia), pierda la capacidad de mantenerse

concentrado en la entrevista (efecto de fatiga) o perciba que una pregunta se repite

constantemente (efecto de redundancia).

6. Pre-test: Se aplican las preguntas a participantes no involucrados en la

investigación con el propósito de verificar su comprensión, así como evaluar las

habilidades del entrevistador.

4.2.5 Conducción de la entrevista

La realización de la entrevista contiene varias etapas (Nils & Rimé, 2003):

1. El contacto inicial: Se pretende motivar al participante a participar en la entrevista,

así como darle confianza para garantizar la honestidad de sus respuestas.

2. Las preguntas descriptivas: Este tipo de preguntas buscan determinar si el

participante tiene las características necesarias para participar en la investigación.

3. Cuerpo/estructura de la entrevista: Tomando en cuenta que la guía de entrevista ha

sido elaborada de manera correcta, el entrevistador se limitará a reformular las

cuestiones establecidas, evitar la desviación de los temas por parte del participante

y mantenerlo motivado en el proceso.

(35)

34

5. Codificación de los datos: Las respuestas del participante son transcritas a partir de

la grabación efectuada.

Se enfatiza que la actitud general del entrevistador se caracterice por la neutralidad, la

ecuanimidad y la empatía (Nils & Rimé, 2003). Asimismo, el tono empleado al momento de

formular las preguntas debe transmitir modestia y respeto. La apertura del entrevistador

permitirá al participante expresarse en sus propios términos sin adaptarse a los marcos de

referencia ajenos.

4.2.6 Análisis del material de la entrevista

El análisis temático consiste en “una forma coherente de organizar o leer cierto

material de entrevista en relación con las preguntas específicas de investigación” (Banister

& cols., 2004: 81). Además, “estas lecturas se organizan bajo encabezados temáticos de

formas que intentan hacer justicia tanto a los elementos de la pregunta de investigación

como a las preocupaciones de los entrevistados” (Banister & cols., 2004: 81).

El análisis reflexivo se sitúa “dentro de un informe de su elaboración, incluyendo las

limitaciones relevantes, los límites y posibilidades causados por nuestra posición como

analistas” (Banister & cols., 2004: 88). Una manera de llevar a cabo este tipo de análisis

puede consistir en analizar los siguientes diez puntos relevantes (Ibid):

1. Registros: La transcripción puede sufrir si el método no se implementa

correctamente.

2. Sobreinterpretación/interpretación errónea: La manera de interpretar los textos

puede depender del modelo de investigación adoptado.

3. Interpretación parcial: Es importante tomar en cuenta que la interpretación nunca

puede llegar a la exhaustividad absoluta.

(36)

35

5. Selección del material: El investigador debe preguntarse acerca de sus propias

motivaciones al momento de seleccionar pasajes particulares del material

recopilado.

6. Acceso privilegiado: El investigador debe usar su conocimiento de los

participantes y la experiencia de conducir las entrevistas al momento de realizar el

análisis.

7. Explotación: Es necesario vigilar si el bienestar de los participantes se ha visto

afectado debido a la investigación.

8. Efectos de las relaciones previas: El análisis debe tomar en cuenta si el

entrevistador ha tenido contacto con los participantes antes de haberse iniciado la

investigación.

9. Peligro de venerar estrategias particulares: Se debe considerar que cualquier

método de análisis puede ser falible en cierta circunstancia.

10. Problemas

interpretativos

de

postura/contratransferencia:

Los

elementos

personales del entrevistador pueden ser utilizados como una herramienta adicional

en el análisis.

4.3 Investigación de representaciones sociales

(37)

36

finalmente acceder a estas estructuras (Ibid). Independientemente del método seleccionado,

de Sá (cit. por Perez, 2007) plantea los siguientes pasos que no pueden ser omitidos al

momento de realizar las investigaciones: 1) enunciar con exactitud el objeto de la

representación, 2) elegir a los sujetos en los que se estudiará dicha representación y 3)

especificar el contexto sociocultural donde actúan esos sujetos.

Pereira de Sá (cit. por Umaña, 2002) argumenta que existen tres líneas de

investigación principales respecto a las representaciones sociales: la escuela clásica, la

escuela de Aix-en- Provence y la escuela de Ginebra. La escuela clásica fue desarrollada por

Denise Jodelet con influencia importante de las ideas de Moscovici: se enfoca principalmente

en el aspecto constituido de las representaciones y recurre metodológicamente al uso de

técnicas cualitativas como las entrevistas en profundidad y el análisis de contenido. La

escuela de Aix-en-Provence fue desarrollada por Jean Claude Abric en 1976 y se concentra

primordialmente en los procesos cognitivos y recurre predominantemente a las técnicas de

índole experimental; es conocida como el enfoque estructural de las representaciones

sociales. Finalmente, la escuela de Ginebra, representada por Willem Doise, es conocida

principalmente como una escuela sociológica debido a que se enfoca en las condiciones bajo

las que se producen y circulan las representaciones sociales.

La escuela clásica y la escuela de Aix-en-Provence representan dos diferentes

enfoques en el estudio de las representaciones sociales (Umaña, 2002): el enfoque

procesual y el enfoque estructural. La perspectiva procesual se apoya principalmente en los

postulados cualitativos, analizando los aspectos sociales, culturales y las interacciones. El

enfoque estructural favorece el funcionamiento cognitivo y el aparato psíquico, además de

utilizar el método experimental y análisis multivariados.

Referencias

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