• No se han encontrado resultados

Identificación de los restos exhumados en el cementerio de la Carcavilla, Palencia

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2023

Share "Identificación de los restos exhumados en el cementerio de la Carcavilla, Palencia"

Copied!
294
0
0

Texto completo

(1)

FACULTAD DE CIENCIAS, DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA, COMISIÓN DOCENTE DE ANTROPOLOGÍA.

EXHUMADOS EN EL CEMENTERIO DE LA CARCAVILLA, PALENCIA

Almudena García-Rubio Ruiz

(2)

Memoria presentada por Almudena García-Rubio Ruiz dentro del Programa de Doctorado en Antropología Física, regulado por el Real Decreto 1393/2007.

Directores:

Luis Ríos Frutos. Investigador Departamento de Paleobiología, Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y del Departamento de Antropología Física de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Francisco Etxeberría Gabilondo. Profesor Titular de Medicina Legal y Forense, Facultad de Medicina, Universidad del País Vasco.

Tutor Académico:

Carlos Varea González. Profesor Contratado Doctor de la Comisión Docente de Antropología

Física, Departamento de Biología, Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de

Madrid.

(3)

Carta de Alejo Millán solicitando intervención al Colegio Oficial de Médicos de Palencia ante el encarcelamiento de su hijo Andrés en julio de 1936. Padre e hijo fueron médicos en Aguilar de Campoo, Palencia.

(4)

AGRADECIMIENTOS i

RESUMEN iii

ABSTRACT iv

ABREVIATURAS Y ACLARACIONES v

1. INTRODUCCIÓN 1

1.1. NUEVAS PERSPECTIVAS EN ANTROPOLOGÍA FORENSE Y

JUSTIFICACIÓN DE LA TEMÁTICA 1

1.2. ACLARACIÓN SOBRE LAS RESPONSABILIDADES DE LA AUTORA

EN EL DESARROLLO DEL PROYECTO 6

2. CONTEXTO HISTÓRICO 9

3. INVESTIGACIÓN PRELIMINAR 19

3.1. ARCHIVOS 19

3.1.1. EL CEMENTERIO Y LA INFORMACIÓN SOBRE LA

LOCALIZACIÓN POTENCIAL DE LAS VÍCTIMAS 20

3.1.2. INFORMACIÓN ANTE MORTEM PARA LA IDENTIFICACIÓN 30

3.2. TESTIMONIOS 37

4. ARQUEOLOGÍA 39

4.1. MARCO TEÓRICO 39

4.2. METODOLOGÍA 41

4.3. NACIMIENTO Y DESARROLLO DEL PROYECTO 44

4.4. ARQUEOLOGÍA EN EL PARQUE DE LA CARCAVILLA 46

4.4.1. PRIMERA FASE ARQUEOLÓGICA 46

4.4.2. SEGUNDA FASE ARQUEOLÓGICA 54

4.5. CULTURA MATERIAL 64

5. TAFONOMÍA FORENSE 71

5.1. INTRODUCCIÓN 71

5.2. TAFONOMÍA FUNERARIA A ESCALA MICRO: EL USO DE CAL EN

LA CARCAVILLA 76

(5)

6.1.1. FICHA OSTEOLÓGICA RESUMEN 1: ESQUELETO 13.312 102

6.1.2. FICHA OSTEOLÓGICA RESUMEN 2: ESQUELETO 13.313 109

6.2. PROCESO DE IDENTIFICACIÓN DE REPRESALIADOS DE LA GUERRA CIVIL ENTERRADOS EN EL CEMENTERIO VIEJO DE

PALENCIA 117

6.2.1. ESTUDIO DE CASOS 140

6.2.1.1. GRUPOS COMPLETOS 141

6.2.1.2. GRUPOS PARCIALES 165

6.2.1.3. GRUPOS AUSENTES 191

7. TRAUMA PERI MORTEM 209

7.1. PATRONES DE TRAUMA PERI MORTEM EN ESQUELETOS PROCEDENTES DE FOSAS COMUNES DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

209

7.2. CIRCUNSTANCIAS DE LA MUERTE EN EL CONTEXTO DE LA

CARCAVILLA 228

8. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 245

8. RESULTS AND DISSCUSION 255

9. CONCLUSIONES 265

9. CONCLUSIONS 267

10. BIBLIOGRAFÍA 269

(6)

sido arqueólogo, porque la curiosidad por el pasado y la tendencia a prospectar (y acumular!) le vienen de fábrica. Y que, además, se inventó las becas abuelus, para que sus nietos pudiéramos completar estudios de posgrado. Muchas gracias abuelo.

Agradecimientos

Agradecer a mis directores de tesis, por animarme a hacerla y a ir asumiendo responsabilidades todos estos años. Agradecer también su generosidad didáctica compartiendo horas de excavación, laboratorio, congresos etc. Gracias Paco por hacerme hablar en las primeras exhumaciones y gracias Luis por hacerme presentar en los congresos, ¡quien lo hubiera dicho!

Agradecer a mis compañeros de la UAM, Berta y Luis, estos años de trabajo, viajes y entusiasmo osteológico. También a los compañeros del equipo base, Carmen, Jimi, Tito y Susana por el trabajo y la comprensión en la Carcavilla. Y a todos, agradecer el compañerismo y buen humor en estos años de intensas vivencias. Las carreras y masters que estudiamos nos prepararon para la tarea técnica pero no para las emociones, para el trato con familiares, para las presiones mediáticas, de tiempo, de presupuesto... a pesar de ciertos peajes profesionales y personales, ¡aquí seguimos! Gracias también a Candela, Virginia, Itxaso, Erika, Javi, Fotocharles, Marinescu y demás compañeros y voluntarios.

En Palencia. Gracias a Manolo Monge por su generosidad con los datos, comprensión con los ritmos y las horas de trabajo. También gracias a Federico Lozano y Pablo García Colmenares. A todas las familias palentinas agradecerles su confianza en el equipo. Mención especial a Mariví y Rosa en Palencia, Pepe Toribio y José Antonio en Aguilar, Ángel y Manuel en Dueñas, a Roberto y Luis, y a Román por traernos churros. Y gracias a José Ignacio Marín, de Villaviudas, imposible este proyecto sin su dedicación y empuje. Te recordamos siempre. Y a su familia, Bego, Roberto y Raquel, a quien invadíamos y vaciábamos la bodega constantemente, mil gracias.

Gracias a Lourdes Herrasti, por su generosidad y ejemplo infatigable en las excavaciones, y a Patxuka, por haberme llevado a mi primera exhumación y no dejar de alentarme en mi carrera profesional desde el primer congreso en el que coincidimos. A Fernando Serrulla, por analizar los sedimentos de la Carcavilla y su actitud integradora desde la AEAOF (y por los chistes de pies de forenses también). A Nicholas Márquez-Grant, por acogerme en Oxford, animarme a presentar mi trabajo en Inglaterra y ofrecerme ir a excavar a Ibiza.

También agradecer a Mertxe, Juantxo y Josema de la Sociedad de Ciencias Aranzadi por el apoyo y la paciencia en temas de gestión. A Carlos Varea por ejercer de tutor estos años y a Margarita Carmenate por su paciencia y ayuda con los trámites y gestiones en la UAM. A Jaime Almansa por la maquetación y a Loreto Morales por el diseño de la portada.

(7)

A Fátima, Guiomar, Elena, Lucía, Laura, Sonia, Marta, Alba, Glenda, maravillosas mujeres, mis amigas, a las que admiro por sus trabajos, hijos, relaciones, luchas y a las que quiero por estar siempre ahí para una charla y unas risas. Y a Carmen, por ayudarme a ordenar, aligerar y disfrutar.

A Carlos, Gabi, Pitu, Wily, Raúl, Mario, Arantxa, Rubén y Mago, porque ¡la Prospe resiste y la familia crece!

Y a Juanjo, por poner bonitas las planimetrías y todo lo demás.

(8)

El presente proyecto de investigación tuvo como objetivo alcanzar la identificación de 310

represaliados de la Guerra Civil Española enterrados en el Cementerio Viejo de Palencia, hoy

parque de La Carcavilla. Para ello fueron desarrolladas diferentes actividades (documentales,

arqueológicas, osteológicas y genéticas), a lo largo de varios años. Se trataba de un caso

complejo debido al tiempo transcurrido desde que ocurrieron los hechos, al elevado número

de víctimas buscadas y a la falta de referencias espaciales tras la conversión del Cementerio

Viejo en parque de recreo. El resultado fue la exhumación de 108 represaliados de los cuales

57 resultaron identificados. El proceso de identificación de las víctimas exhumadas en la

Carcavilla fue planteado sobre la base de la hipótesis de grupo cerrado. Este estudio ilustra

la necesidad de la evaluación conjunta de información proveniente de diversas fuentes

(testimonios, archivos, arqueología, osteología, genética), y por tanto de una investigación

multidisciplinar en casos de graves violaciones de derechos humanos. Además de la

identificación de los restos, fue posible la reconstrucción de otros eventos relacionados con

la dinámica cementerial que afectaba al estado de conservación de los restos y al estatus

físico y simbólico de los represaliados en el conjunto del cementerio. Este proyecto constituye

un ejemplo práctico del crecimiento e intersección de la Antropología Forense con otras

disciplinas.

(9)

The objective of the current research project was to identify the bodies of the 310 victims of the Spanish Civil War buried in the Old Cemetery of Palencia, nowadays the Carcavilla park. Several documentary, archaeological, osteological and genetic activities were developed for this purpose throughout the years. This case had a certain complexity due to the time passed since the events took place, to the high number of victims targeted and the lack of spatial references after the Old Cemetery was transformed into a playground. The result was the exhumation of 108 victims, 57 of which were identified. The process of identification of the victims exhumed in Carcavilla was based on the hypothesis of closed groups. This study illustrates the necessity of a joint assessment of information coming from several sources (testimonies, files, archaeology, osteology, genetics), and thus of a multidisciplinary research in the cases of systematic human rights violations. Besides the identification of the remains, the research also made possible the reconstruction of other events related to the cemetery dynamics which had affected the state of preservation of the remains and brought additional information concerning the physical and symbolic status of the victims within the cemetery.

This project represents a practical example of the development of Forensic Anthropology and

convergence with other disciplines.

(10)

ABREVIATURAS

LRC: Libros de Registro del Cementerio

AHMP: Archivo Histórico Municipal De Palencia AMF: Archivo Militar De El Ferrol

ARMHP: Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia UAM: Universidad Autónoma De Madrid

SCA: Sociedad De Ciencias Aranzadi

ACLARACIONES

• En los casos en los que se hace mención a textos que originalmente están en inglés, las traducciones has sido realizadas por la autora.

• En esta tesis se darán los nombres propios de los represaliados y sus familiares y sólo se usarán sus iniciales en algunas tablas por cuestión de espacio y en algunos apartados donde se repiten varias veces. Aunque en algunas publicaciones se prefiere dar solo las iniciales de las víctimas, en este caso se decide dar los nombres completos puesto que todos los acontecimientos, documentos etc. a los que se hace mención, son públicos y ya son conocidos por las distintas publicaciones realizadas por la ARMHP entre otros, que incluyen relaciones nominales completas.

• En esta tesis, siempre que nos refiramos a los enterramientos en un momento previo a la excavación, lo haremos como sepulturas, ya que es la palabra empleada en la documentación cementerial:

“Andrés Millán Ruiz fue enterrado en la sepultura 34 de la fila 3”. Cuando nos refiramos a los enterramientos de los represaliados en el momento de la excavación o posterior, lo haremos como fosas, independientemente de si se trata de un enterramiento múltiple o individual: “el esqueleto de Andrés Millán Ruiz fue recuperado en la fosa 13.220” o “en el sondeo A se documentaron dos fosas múltiples, UUEE 3180 y 3400, identificadas tentativamente como las sepulturas 65 y 66 de la fila 8”.

(11)

1.1. NUEVAS PERSPECTIVAS EN ANTROPOLOGÍA FORENSE Y JUSTIFICACIÓN DE LA TEMÁTICA

La Antropología Forense empieza su desarrollo como disciplina a comienzos del siglo XX, vinculada a la Antropología Física en EEUU y a la Medicina Forense en Europa, y ha vivido un gran avance y evolución en las últimas décadas. Komar y Buikstra (2008) abordan esta evolución tomando como punto de partida las definiciones de Antropología Forense dadas por Stewart en 1979, y por la American Board of Forensic Anthropology (ABFA)1 en 2006. Stewart, en su obra Essentials of Forensic Anthropology, que es el primer libro de texto estadounidense con el término “Antropología Forense”

explícito en el título (Burns 2008:29), la definió como la rama aplicada de la Antropología Física que se ocupa de la identificación de restos humanos más o menos esqueletizados con fines legales.

Añadía que, además de descartar elementos no humanos, el proceso de identificación proporciona datos sobre sexo, edad, ascendencia, estatura y otras características de cada individuo implicado que puedan conducir a su reconocimiento (Stewart, 1979). La ABFA en 2006 definía la Antropología Forense como la aplicación de la ciencia de la Antropología Física a un proceso legal. Añadía que la identificación de restos humanos esqueléticos, parcialmente descompuestos o no identificados es importante por razones tanto legales como humanitarias. Sobre el papel del antropólogo forense refería que éste aplica las técnicas científicas estándar desarrolladas en la Antropología Física para identificar restos humanos, trabaja frecuentemente en conjunto con médicos forenses, odontólogos e investigadores para identificar al fallecido, descubrir evidencia de criminalidad, y/o el intervalo post mortem. Además de ayudar a localizar y recuperar los restos, el antropólogo forense estima la edad, el sexo, la ascendencia, la estatura y las características particulares a partir del esqueleto.

Komar y Biukstra (2008) consideran que hay cuatro aspectos principales en los que se han producido cambios en las casi tres décadas que separan ambas definiciones. El primero es que el objetivo de la disciplina ya no es exclusivamente la identificación, sino que se espera que el antropólogo forense participe en otros aspectos de la investigación. En segundo lugar, llaman la atención sobre

1 The American Board of Forensic Anthropólogy es una institución creada en 1977 sin ánimo de lucro cuyo fi n es proporcionar un programa de certificación en Antropología Forense, en aras del interés público y el avance de la ciencia.

Desde 1978 las certificaciones implican exámenes escritos y análisis de casos prácticos y hoy día son el nivel más alto de cualificación profesional en el campo de la Antropología Forense en EEUU. http://theabfa.org/

(12)

que las iniciativas humanitarias como las investigaciones de violaciones de derechos humanos sean reconocidas en la definición del año 2006, destacando la visibilidad que han tomado principalmente desde la década de los noventa, convirtiéndose en EEUU, en la segunda fuente de empleo para los antropólogos forenses, tras los trabajos tradicionales en universidades y museos (Komar y Biukstra 2008:12). En tercer lugar, apuntan que además de con restos esqueletizados, el antropólogo forense trabaja, cada vez con más frecuencia, con restos parcialmente descompuestos y tejido blando y que esto responde a una mayor presencia de los antropólogos forenses en casos criminales y en el contexto médico legal. Por último, llaman la atención sobre el hecho de que Stewart no considerara necesaria la presencia del antropólogo en la escena del crimen o como parte del equipo de recuperación de evidencia, ya que las autoras consideran que la participación del antropólogo forense puede ser inestimable para el adecuado manejo de la escena del crimen (Komar y Buikstra 2008:65). La ABFA en 2017 mantiene la definición de Antropología Forense como un área que aplica la ciencia, métodos y técnicas de la Antropología Física para ayudar a abordar cuestiones médico-legales y añade entre las tareas del antropólogo, el aplicar métodos arqueológicos para la recuperación de evidencia y analizar signos de trauma para ayudar a determinar lo que ocurrió en el momento de la muerte.

Dirkmaat et al. (2008) también abordaron la evolución de la Antropología Forense como disciplina, tomando como punto de partida el artículo “Rise of Forensic Anthropology” (Işcan, 1988). Este autor apuntaba que la Antropología Forense había surgido de la necesidad de aplicar conocimientos de biología esquelética humana propios de la Antropología Física, a problemas prácticos del sistema médico-legal, concretamente por la necesidad de determinar las características en vida de un individuo. En su trabajo revisaba las tendencias clave y las problemáticas de la Antropología Forense en los años setenta y ochenta centrándose principalmente en los avances para la reconstrucción de perfiles biológicos a partir del material óseo. Dirkmaat et al. (2008) consideran que la Antropología Forense ha vivido tal evolución desde entonces, que es posible hablar de un cambio de paradigma en sentido kuhniano, es decir, un cambio en el estándar según el cual la profesión determina qué problemas le conciernen y qué soluciones legítimas corresponden (Kuhn, 1970:6 en Dirkmaat et al.

2008:34). El cambio se debería, según los autores, a la influencia de varios factores. Dos factores serían externos a la disciplina: el desarrollo de técnicas de análisis de ADN y su aplicación en la identificación de víctimas, por un lado; y la introducción de los criterios de Daubert2 en la presentación de testimonios científicos en los tribunales por otro. Y, otros cuatro factores generadores del cambio, serían internos: la mejora y aumento en el uso de los métodos cuantitativos basados en muestras modernas de referencia; el empleo de métodos de excavación arqueológicos para la recuperación de evidencia en contextos forenses; el empleo de la teoría y métodos de la tafonomía forense para la interpretación de los contextos; y los cambios y mejoras en el análisis forense del trauma esquelético.

Estos desarrollos, además de en los casos domésticos de investigación criminal, habrían encontrado un campo de actuación especial en los casos relacionados con la investigación de violaciones de los

2 En 1993, el fallo del Tribunal Supremo estadounidense en el caso Daubert contra la farmacéutica Merrell Dow, tuvo como consecuencia la introducción de cinco criterios para la admisión en los tribunales de testimonio científico: el contenido del testimonio debe ser comprobable y probado a través del método científico; haber sido objeto de revisión por pares; tener estándares establecidos; tener una tasa de error conocida o potencial; y tener amplia aceptación por parte de la comunidad científica pertinente (Christensen, 2004).

(13)

derechos humanos y en los casos de investigación de catástrofes masivas. Estas novedades habrían traído la diversificación de los objetivos propios de la disciplina y en base a ello proponen una nueva definición de Antropología Forense, como la disciplina científica que estudia la vida, muerte e historia post mortem de un individuo concreto, tal y como reflejan principalmente sus restos óseos y en el contexto físico y forense en el que es hallado (Dirkmaat et al., 2008:47).

Por lo tanto, desde esta perspectiva, hoy se considera que la Antropología Forense tiene como objetivo la identificación de restos óseos humanos y contribuir al esclarecimiento de la causa y circunstancias de la muerte, para lo que se considera fundamental el estudio del trauma esquelético y la participación en la recuperación de evidencia (Arqueología) y en el análisis del contexto en que aparecen los restos (Tafonomía). Los manuales de Antropología Forense editados en EEUU en los últimos años3, dirigidos tanto a estudiantes como a profesionales, reflejan esta realidad, dedicando capítulos específicos a la recuperación de evidencia o Arqueología Forense, a la Tafonomía Forense y al análisis de trauma (Işcan y Stein, 2013; Dirkmaat, 2012; Byers, 2016; Blau y Ubelaker, 2016; Pickering y Bachman, 2009; Steadman, 2016; Tersigni-Terrant y Shirley, 2013; Komar y Buikstra, 2008).

En España, como en muchos países europeos, la Antropología Forense se desarrolló y se practica desde el ámbito de la Medicina Legal y Forense (Prieto 2001, 2008; Etxeberría, 2004; Reverte, 1991;

Sánchez, 1996). Prieto (2008) al tratar la historia de la Antropología Forense en España, distingue un periodo clásico, que arrancaría en el último tercio del siglo XIX, llegando hasta la Guerra Civil; y un periodo moderno, que comenzaría en los años ochenta. En el primer periodo, un momento clave sería la creación en 1862 del Cuerpo Nacional de Médicos Forenses cuyas funciones se reconocían en la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1882. El temario de las primeras oposiciones para acceder al Cuerpo en 1915 incluía 28 temas relacionados con el área antropológica y material esquelético4. En el periodo moderno, la reimplantación en 1984 de la Especialidad de Medicina Legal y Forense (en cuyo programa de formación se incluye la Antropología Forense) y la publicación en el año 1985 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que desarrollaba la de los Institutos de Medicina Legal, supuso la incorporación de la Antropología Forense a la práctica médico forense cotidiana. La Antropología Forense es definida como una auténtica especialidad de la Medicina legal y forense cuyo propósito es el estudio médico legal, en especial de los restos humanos, para su identificación y el establecimiento de la causa y circunstancias de la muerte (Prieto, 2001).

Las oposiciones para ingresar al Cuerpo Nacional de Médicos Forenses de este año 2017 (BOE JUS/350/2017), reflejan esto en su temario que incluye tres temas sobre el estudio de restos óseos y siete sobre el estudio médico-forense de heridas contusas, de arma blanca, de arma de fuego y distintos tipos de patología traumática, que pueden implicar también a las estructuras óseas. Este temario también incluye dos referencias a la recogida de evidencia en la sección de Criminalística, que tratan del examen del lugar de los hechos y la recogida de indicios biológicos del delito y la actuación ante el hallazgo de restos óseos y su recuperación (BOE JUS/350/2017 Anexo III:30506-30507).

3 Algunos de los manuales citados tienes ediciones anteriores, pero se ha consultado la última edición disponible.

4 Este es el contexto formativo, jurídico y disciplinar de los forenses que practicarán las autopsias a los primeros cadáveres aparecidos fruto de la represión franquista en Palencia de los que se hablará en este trabajo.

(14)

Desde final de los años noventa, también en España comienza a darse un reconocimiento del beneficio de la aplicación de la metodología arqueológica en contextos forenses por parte de algunos profesionales de la medicina legal, reflejado en cursos específicos de la disciplina (Etxeberría, 1997;

Prieto, 2001), en artículos (Polo, 2002; Márquez-Grant et. al, 2011) y manuales (Galtés, 2015; Puchalt Fortea, 2000, este último, es el único editado en nuestro país que incluye un capítulo sobre Tafonomía Forense). Recientemente también se ha promocionado entre los miembros de las fuerzas del orden a través de la revista Ciencia Policial con el artículo ‘La Arqueología como instrumento forense’

redactado por un oficial de policía licenciado en Arqueología (Vázquez-Díaz, 2011). También se ha recomendado contar con un “experto en arqueología forense” en el protocolo publicado por el Ministerio de Justicia a raíz de la controversia de las exhumaciones relacionadas con casos de bebés robados (Cubero, 2012). Este reconocimiento se ha ido materializando en algunas colaboraciones puntuales de arqueólogos profesionales en contextos forenses (Márquez-Grant et al. 2015; Ana Isabel Fernández, Inspectora jefe Policía Científica, comunicación personal). En este tema cabe destacar la actividad llevada a cabo por la Asociación Española de Antropología y Odontología Forense (AEAOF), creada en el año 2006 como una asociación  paralela a FASE (Forensic Anthropology Society of Europe) y cuyo objetivo es ser foro de encuentro entre los profesionales que ejercen la práctica de la Antropología y Odontología Forenses en diversos ámbitos y ser un medio para la promoción y divulgación de tales disciplinas. En el año 2013 fueron publicadas por la AEAOF unas recomendaciones en Antropología Forense cuyo primer capítulo está dedicado al levantamiento y exhumación de restos óseos (Crespo y Polo, 2013). En el año 2015 se creó dentro de la asociación un Grupo de Trabajo de Arqueología Forense, formado por médicos forenses y arqueólogos profesionales (del que la presente autora forma parte), cuyo trabajo se materializó en un Protocolo de Búsqueda, Levantamiento y Exhumación de Restos Humanos presentado en 2016 (Polo et al., 2016).

Veíamos que, en EEUU, los avances que formaban parte de la evolución de la Antropología Forense como disciplina, habían encontrado un campo de desarrollo en las investigaciones relacionadas con violaciones de los derechos humanos, gracias a la incorporación de muchos profesionales a las misiones internacionales que se desarrollaron a partir de los años noventa. Aunque existen algunos precedentes de exhumaciones de fosas comunes relacionadas con crímenes de guerra llevadas a cabo tras la Segunda Guerra Mundial, como la de Katyn (Raszeja y Chroscielewski, 1994), fue a partir de la década de los ochenta cuando se estrechó la relación entre la Antropología Forense y la investigación en derechos humanos, con la creación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) en 1984 como punto de partida. A este siguieron la formación de otros equipos latinoamericanos como el chileno (1989), guatemalteco (1992), peruano (2001), así como equipos internacionales como Physicians for Human Rights (Haglund et al., 2001; Fondebrider, 2009; Flavel y Barker, 2009; Congram y Steadman, 2008; Zarankin y Salerno, 2008). En los años noventa tuvieron lugar diversos proyectos forenses a gran escala, centrados en la exhumación e identificación de restos humanos, desarrollados en hasta 33 países y a los que se sumaron profesionales de distintas nacionalidades, especialmente latinoamericanos y anglosajones (de EEUU, Inglaterra o Canadá) (Steadman y Haglund, 2005). Estos proyectos incluyeron los relacionados con el Tribunal Penal Internacional de Naciones Unidas para la Antigua Yugoslavia establecido en 1993 (Kimmerle et al., 2008) y el Tribunal Penal Internacional

(15)

de Naciones Unidas para Ruanda, establecido en 1994 (Congram y Steadman, 2008)5. El objetivo de estas misiones varía en función de si se realiza con fines humanitarios o judiciales (Komar y Buikstra, 2008; Dirkmaat et al., 2005; Cox et al., 2008). Se consideran proyectos forenses aquellos en los que el objetivo principal es la recuperación de evidencia para la investigación penal que busca establecer responsabilidades y/o encausar a los autores. Mientras que se consideran proyectos humanitarios aquellos en los que el objetivo fundamental son las identificaciones y la restitución de los restos.

Aunque se ha señalado que ambos objetivos no son excluyentes (Congram y Steadman, 2008), el caso español en el que no ha habido directrices penales sí podría considerarse estrictamente humanitario.

España se incorporará a este contexto a partir del año 2000, con la exhumación de la fosa común de Priaranza del Bierzo (León) que contenía los cuerpos de 13 víctimas de la represión franquista, exhumada con metodología arqueológica, siendo los restos identificados mediante pruebas genéticas (Prada et al., 2003; Silva; 2006; Ríos y Etxeberría, 2016). Desde esta exhumación del año 2000, hasta el 2016, se han realizado en España más de 600 exhumaciones, recuperándose más de 8000 esqueletos6, cuyo objetivo, después de algunos intentos frustrados de judicialización, es, como veíamos, humanitario (Martín Pallín y Escudero, 2008; Moreno, 2016; Ferrán y Hilbink, 2017). Este ha sido en España el primer contexto en el que han trabajado conjuntamente profesionales de la Arqueología y de la Antropología Forense de forma sistemática. Esto se ha visto reflejado en algunas publicaciones sobre exhumación, identificación y estudio de trauma peri mortem firmadas conjuntamente por arqueólogos, antropólogos y médicos forenses (Polo et al., 2008 y 2010; Etxeberría et al., 2010, 2012 y 2014; Malgosa et al., 2010; Montero y Valdivielso, 2011; Herrasti et al., 2012 y 2015; Ríos et al., 2012, 2013 y 2014; Guijo et al., 2013); así como en trabajos conjuntos presentados en las reuniones científicas de la AEAOF (García-Rubio et al., 2010 y 2012; Ríos et al., 2010 y 2012; Polo et al., 2012; García- Prosper et al., 2013; Herrerín y Sarkic, 2013; Nociarova y Armentano, 2012; Etxeberría et al., 2013;

Carrasco et al., 2016). Como reflejo de esta trayectoria, el Protocolo de Búsqueda, Levantamiento y Exhumación de Restos Humanos de la AEAOF antes mencionado, concluye que los buenos resultados obtenidos a partir de la experiencia adquirida por estos equipos interdisciplinares deberían tener su traslación al ámbito judicial y médico-legal (Polo et al., 2016). Aunque este panorama permite ser optimista respecto a la incorporación del trabajo de campo como parte de la tarea del antropólogo forense, lo cierto es que en España la integración de ambas disciplinas aún está lejos. Desde el ámbito de la Arqueología, tanto la académica que organiza excavaciones programadas, como la de urgencia, que se encarga de excavaciones preventivas, no siempre se contempla la posibilidad de contar con un especialista en Antropología cuando se trata de contextos funerarios con presencia de restos humanos, en parte porque la legislación sobre patrimonio no obliga a ello y depende de la voluntad del arqueólogo, en parte por la creencia de que no es necesario, y que es adecuado enviar los restos excavados directamente al laboratorio. La realidad es que tanto la formación como la práctica sigue muy compartimentada.

5 Los trabajos de Ferlini (2007) y Ferrándiz y Robben (2015) ofrecen una visión global del desarrollo de las exhumaciones vinculadas a proyectos humanitarios en sus vertientes técnica y político social.

6 Información procedente de la base de datos que elabora la Sociedad de Ciencias Aranzadi desde el año 2009 en el marco del Proyecto de base de datos de gestión documental con subvención del Ministerio de la Presidencia.

(16)

La presente tesis se enmarca en el contexto descrito. Se afronta una investigación antropológico- forense concreta, la del Cementerio Viejo de Palencia, hoy parque de la Carcavilla, desde la perspectiva actual de la Antropología Forense que implica, por tanto, varias fases, tanto de campo como de laboratorio, incluyendo una extensa investigación documental. Una intervención integradora, desde la búsqueda, hasta la identificación. El objetivo principal consiste en identificar los restos óseos de las 310 víctimas de la represión franquista presuntamente enterradas en el Término 1º Sección 3ª del Cementerio Viejo de Palencia entre 1936 y 1938. Para alcanzar este objetivo se han realizado diversas actividades como la investigación preliminar sobre el lugar de enterramiento y las personas enterradas basada en la información procedente de diversos archivos; la búsqueda y exhumación con metodología arqueológica; el análisis tafonómico del contexto donde se dieron los hallazgos; el estudio osteológico de los restos óseos recuperados basado en métodos cuantitativos adecuados; la realización de propuestas de identificación sobre la base de la hipótesis de grupo cerrado y analíticas genéticas. Estas actividades serán detalladas a lo largo de la tesis.

1.2. ACLARACIÓN SOBRE LAS RESPONSABILIDADES DE LA AUTORA EN EL DESARROLLO DEL PROYECTO

Como se explica detalladamente a lo largo de la presente tesis, el proyecto de la Carcavilla es un caso de trabajo colectivo y multidisciplinar que fue realizado por el equipo técnico de la Sociedad de Ciencias Aranzadi (SCA) y Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia (ARMHP) y las agrupaciones de familiares y financiado con subvenciones del Ministerio de la Presidencia para actividades relacionadas con víctimas de la Guerra Civil y el Franquismo entre el año 2008 y 2012. Cuando la primera agrupación de familiares en solicitar la intervención en la Carcavilla, se puso en contacto con el equipo y se valoró que la intervención era viable, Jimi Jiménez, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, fue el encargado de dirigir las primeras intervenciones arqueológicas (prospección con georradar, prospección con máquina excavadora y primera campaña de excavación). Junto a otros miembros del equipo, participé en las reuniones con Ayuntamiento y familiares y en las intervenciones arqueológicas. Los restos exhumados se trasladaron para su estudio osteológico a la Comisión Docente de Antropología Física de la UAM, donde Luís Ríos (uno de los directores de esta tesis), era docente y desarrollaba una línea de investigación en Antropología Forense de la Guerra Civil7 de la que Berta Martínez y yo, arqueólogas de la SCA con formación en Antropología Física y Osteología, formábamos parte. En el año 2009, además de en la Carcavilla, intervinimos en el cementerio de Magallón (Zaragoza) donde se exhumaron los restos de 81 víctimas que también iban a ser estudiados en la UAM. Por una cuestión de organización, decidimos repartir la coordinación del estudio de los proyectos y a mí me fue asignado el de la Carcavilla. Esta coordinación consistía en centralizar la información ante mortem proporcionada por la ARMHP y los familiares, la información osteológica

7 Como parte de esta línea de investigación en la UAM fueron estudiados los restos óseos procedentes de las fosas de San Juan del Monte, Valdelascuevas, Fuente Juana, la Andaya, así como los restos exhumados en el cementerio del penal de Valdenoceda, todos ellos en Burgos.

(17)

de cada esqueleto estudiado en el laboratorio para integrar el informe, centralizar la comunicación con el laboratorio de genética Labgenetics para este caso y la relación con la agrupación de familiares de Palencia.

Esta primera fase del proyecto tuvo como resultado la identificación de 19 víctimas, lo que animó a muchas otras familias de Palencia a solicitar otra intervención. Las características del proyecto que adquiría así considerable entidad, llevaron a pensar que podía ser objeto de una tesis doctoral, idea avalada y alentada por Francisco Etxeberría y Luís Ríos, directores de la misma. En base a esta decisión, a partir del año 2010 asumí la dirección del proyecto, lo que permitió darles un enfoque más personal a mis responsabilidades. Estas se extendieron entre el año 2010 y 2013 y fueron: coordinar la actividad de las distintas agrupaciones de familiares solicitantes; diseñar la estrategia de captación de financiación, gestión y justificación de las subvenciones concedidas; diseñar la agenda de trabajo y la estratega de excavación; planear la formación del equipo de excavación en base a los objetivos y circunstancias del proyecto; coordinar el estudio osteológico de los restos óseos en la UAM y seleccionar los grupos a estudiar para esta investigación; gestionar las propuestas de identificación y las propuestas de análisis genéticos a realizar. Estas fueron mis actividades, que me ha parecido conveniente explicitar.

Una vez terminada la fase más colectiva del proyecto, pude profundizar en algunos aspectos de forma más reflexiva, especialmente en las estancias en Inglaterra entre el año 2014 y 2016, donde tuve acceso a abundante bibliografía relacionada con la temática de la investigación. Fruto de ello fueron cuatro publicaciones, dos de carácter colectivo y dos individuales, que iban a formar parte del cuerpo de la presente tesis doctoral, que nació originalmente como compendio de publicaciones.

La publicación que explicaba el origen del proyecto y su desarrollo arqueológico “Arqueología de la represión franquista. Exhumando en cementerios: el ejemplo de Palencia”, ya en la fase de pruebas de imprenta, forma parte de un monográfico de British Archaeological Reports (BAR) sobre Arqueología y Patrimonio de la Guerra Civil Española, editado por Jorge Morín y Amalia Pérez-Juez. La carta de aceptación emitida por la editorial el 12 de junio de 2017, expone que el volumen se encontraba

“under consideration”, al no haber sido revisados todos los textos, lo cual podía no ser aceptado por la Comisión de Doctorado de la UAM. Al encontrarme en la última convocatoria de mi plan de estudios, no podía asumir el riesgo de que fuera rechazado, por lo que decidí cambiar el formato de la tesis y convertir los artículos en capítulos. Este es el motivo por el que dos capítulos de la tesis, el 5.2 y 7.1, tienen una autoría colectiva.

(18)

La Guerra Civil Española, desencadenada por el golpe militar del 18 de julio de 1936 contra el gobierno de la Segunda República, dejó tras de sí unas impresionantes cifras de víctimas civiles.

Estudios recientes (Juliá, 1999; Rodrigo, 2008; Preston, 2011) han estimado en cerca de 50.000 el número de víctimas de la represión republicana y cerca de 150.000 el número de víctimas de la represión franquista durante la contienda y los primeros años de la posguerra. Estas cifras se refieren a muertos de forma violenta lejos de los frentes de guerra y los bombardeos, víctimas de paseos, sacas, fusilamientos en las tapias de los cementerios, ejecutados por sentencias emitidas en consejo de guerra o tribunales populares (Juliá, 1999:53).

La violencia fue parte estructural del Régimen franquista. Las ejecuciones, persecuciones, encarcelamientos, tenían como función enviar un mensaje de miedo, silencio y control a la población (Rodrigo, 2008; Preston, 2011; González, 2012). En la represión franquista se pueden distinguir varias fases que Rodrigo (2008) define de la siguiente manera. La primera, el llamado “terror caliente”, desarrollada en los primeros meses tras el levantamiento, tuvo como elementos paradigmáticos las sacas, los paseos, las muertes extrajudiciales llevadas a cabo principalmente por la Guardia Civil y grupos paramilitares como Falange, en la retaguardia franquista. La segunda se caracteriza por la toma de control de la violencia y el castigo por parte del Ejército, que la ejerce a través de la justicia militar, principalmente a partir de noviembre de 19361. Elementos paradigmáticos de esta fase serían las ejecuciones tras juicio sumarísimo, los campos de concentración y los trabajos forzados. Por último, la represión de posguerra se extendería hasta 1948 y tendría como elementos paradigmáticos las cárceles, las excluyentes políticas de memoria del franquismo y las severas leyes represivas según Rodrigo (2008).

La justicia militar fue estructurada en los cinco primeros meses tras el levantamiento (Marco, 2010). Sobre la base procesal y penal del Código de Justicia Militar de 1890 corregida por los bandos de guerra, se impusieron los juicios sumarísimos y se estableció una inversión jurídica: los sublevados, detentadores de la nueva autoridad, juzgaban como rebeldes a aquellos que defendían el orden constitucional. Es lo que Serrano Suñer llamó “justicia al revés”. La argucia legal por la que la defensa de la República constituía un delito de rebeldía contra el ejército fue la base de los Consejos de Guerra

1 En las zonas donde el golpe militar triunfó, ambos tipos de represión conviven durante un tiempo. En Palencia, por ejemplo, hay muertes extrajudiciales todo el año 36 y el primer juicio militar se realiza en el mes de agosto.

CONTEXTO HISTÓRICO

(19)

Sumarios (Preston, 2011). Las sentencias de los primeros momentos están llenas de justificaciones que explican este razonamiento y reflejan una obsesiva voluntad de legitimar el poder de los sublevados (Gil Vico, 2010). Los juicios sumarísimos guardaban la apariencia formal, pero carecían de garantías procesales y son considerados farsas jurídicas2 (Rodrigo, 2008; Gil Vico, 2010), ya que se desarrollaban de manera rápida y expeditiva, con un solo defensor, que frecuentemente carecía de experiencia3 y debía encargarse de grupos numerosos de encausados, y sin atender a los mínimos reglamentarios (Rodrigo, 2008). Estas dinámicas tendrán un fiel reflejo en la provincia de Palencia.

En Palencia, la derecha de corte católico-agrario, organizada en torno a la CEDA, fue la fuerza principal en la escena política de la Segunda República (Marcos del Olmo, 1987). Palencia fue conservadora y defensora del orden tradicional y solo en algunos núcleos del Norte minero (Barruelo y Brasoñera), en algunos municipios del Cerrato (Baltanás, Baños), Tierra de Campos (Paredes de Nava, Villarramiel) y en la capital, adquirieron protagonismo movimientos de izquierda representados principalmente por el Partido Socialista (PSOE) y el sindicato UGT. En las elecciones de 1936, en pleno triunfo del Frente Popular, en Palencia los partidos de derecha obtuvieron el segundo mayor porcentaje de todo el país y ocuparon todos los escaños en disputa (García Ramos, 2001). Estas eran las condiciones cuando se produjo el alzamiento militar de julio de 1936, que no tuvo ninguna dificultad en imponerse. En la madrugada del 19 de julio el gobernador militar comunicó telefónicamente al gobernador civil, Enrique Martínez, la declaración del estado de guerra en Palencia y ante la negativa de entregar el mando a las autoridades militares, las tropas del Regimiento de Villarobledo, única fuerza militar que guarnecía la ciudad, se sublevó enviando dos columnas militares a tomar la ciudad.

En pocas horas fueron tomados los edificios de Correos y Telégrafos, la central de teléfonos y el Ayuntamiento. Los edificios de Diputación y Gobierno Civil ofrecieron resistencia armada, pero en pocas horas fueron también tomados. Estos intentos de resistencia, según los informes militares, se cobraron la vida de un soldado y otros cuatro resultaron heridos. La Guerra Civil en Palencia duró 48 horas (García Torrellas, 1996). El mismo día 19 de julio comenzó la represión en la capital, ejercida contra todos aquellos que trataron de resistir al levantamiento, incluyendo el gobernador civil Enrique Martínez, el comisario de policía Salvador Enríquez, el presidente de la Diputación Antonio Casañé y otros muchos. También en otros municipios palentinos, principalmente aquellos en los que la izquierda había sido más activa durante la República, se desató la persecución, protagonizada por guardias civiles, militares y falangistas principalmente.

Las características de la represión en Palencia se conocen bien ya que han sido objeto de una intensa investigación por parte de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia (ARMHP), que estuvo presidida hasta el año 2012 por el historiador y catedrático de la Universidad de Valladolid, Pablo García Colmenares. La investigación en diversos archivos, hemerotecas, así como la intensa recogida de testimonios, se fue volcando en publicaciones como los monográficos sobre las localidades de Dueñas (García Colmenares, 2008b), Torquemada (Calvo, 2009), Venta de Baños

2 En esta tesis se emplearán los términos justicia militar y ejecuciones judiciales por una cuestión de simplicidad, pero con reserva y teniendo en cuenta siempre que se trata, como refieren los historiadores mencionados, de una situación de pseudojusticia.

3 En uno de los casos estudiados en Palencia, el defensor empieza su declaración disculpándose ante el tribunal “por su falta de pericia” (Sumario judicial 208/36 del AMF, pp 45).

(20)

(García Colmenares, 2011), Palencia capital (García Colmenares, 2008a), Guardo y Velilla (González de Prado, 2011), así como estudios específicos sobre la represión del magisterio (García Colmenares, 2009) o del cuerpo de médicos (de Juan Castrillo, 2007). Estas investigaciones culminaron con la publicación de un extenso compendio sobre las víctimas de la represión en toda la provincia (García Colmenares, 2012).

Gracias a estos estudios se sabe que la relación nominal de víctimas de la represión franquista asciende a 1.322, siendo el 66% (867) muertes extrajudiciales, el 26% (348) fusilados tras juicios sumarísimos sin garantías procesales, y el 8% (107) fallecidos en prisión.

Figura 2.1. Distribución en Palencia de los fallecidos según el tipo de represión.

Las muertes extrajudiciales, se dieron inmediatamente tras el golpe militar, reflejo del “terror caliente” descrito anteriormente. En el Diario Palentino del 22 de julio se puede leer: La Guardia Civil y patrullas de soldados y falangistas recorren los pueblos de la provincia. El movimiento militar ha dominado en pocas horas la situación en todos los pueblos de la provincia (…) Durante la noche del domingo día 19 Falange Española y soldados del Regimiento de Villarobledo, así como un elevado número de personas pertenecientes a la CEDA se dedicaron a la eliminación de grupos enemigos (…) Practicaron sin descanso detenciones de significados extremistas. (Diario Palentino nº 15.814 2ª página 3ª columna, en García Colmenares, 2008a). Las prisiones se saturaron y a las cárceles comarcales y la Provincial, se suman centros de detención improvisados como el antiguo manicomio de la capital, que permanecerá activo hasta octubre de 1942. Muchas de las personas detenidas, eran sacadas de los calabozos de municipios pequeños supuestamente para ser trasladadas a la Prisión Provincial de la capital, pero eran asesinadas antes. El extenso Sumario 193/36 que recoge la documentación del Juzgado de Palencia, hoy en el Archivo Militar de El Ferrol4, refleja la compleja, descontrolada y violenta situación que se vivió los primeros meses tras el golpe militar. Las imágenes de documentos que se presentan al final del capítulo proceden todas de este sumario. Los documentos hablan de la

4 La instrucción de este sumario se inició en el Juzgado de Palencia el 19 de julio de 1936, a petición de la Autoridad Militar, para aclarar las circunstancias de la muerte del gobernador civil, y se cerró dos meses después, el 11 de septiembre de 1936, cuando el juez instructor se inhibe a favor de la justicia militar.

(21)

aparición de cadáveres cada día en la ciudad y distintos caminos de acceso donde eran recogidos por la Cruz Roja para su traslado a la morgue (Figuras 2.2 y 2.3), donde se practicaban las autopsias pertinentes5. A veces aparecían heridos que eran trasladados al Hospital de San Bernabé y San Antolín donde podían fallecer o ser curados y trasladados a prisión (Figura 2.4). El sumario recoge decenas de exhortos desde el Juzgado a distintas poblaciones solicitando información para la identificación de cadáveres o la comparecencia de determinadas personas para tomarles declaración Figuras 2.5 y 2.6). La situación se tranquiliza un poco a partir de mediados de agosto, cuando se establece que toda detención, requisa, investigación, registro domiciliario y traslado carcelario deberá ser autorizado por la autoridad militar (García Torrellas, 1996), lo que conlleva que este tipo de asesinatos descontrolados empiecen a disminuir en Palencia. El primer fusilado tras juicio sumarísimo se produce muy pronto, el 6 de agosto de 1936 y las ejecuciones continuarán hasta 1945. Los juicios se llevaban a cabo en el salón de plenos del edificio de la Diputación Provincial y las ejecuciones en las tapias de la cárcel provincial o en un área militar, el polvorín, situado en el km 4 de la carretera a Magaz, desde donde eran trasladados los cadáveres por la Cruz Roja al cementerio de la ciudad (el Cementerio Viejo, hoy parque de la Carcavilla). Estas muertes eran inscritas en el libro del cementerio y en el registro civil de la ciudad. Por este procedimiento fueron eliminados 347 hombres y una mujer.

En cómo se ejerció la represión hacia las mujeres, también Palencia es un reflejo de lo que se ha descrito para el resto del Estado. Un reciente estudio sobre la represión hacia las mujeres basado en datos procedentes de archivo y de las exhumaciones realizadas con metodología científica, concluye que el número de mujeres condenadas a muerte y ejecutadas es muy inferior al de mujeres asesinadas extrajudicialmente (Solé, 2017:81). En Palencia, se sabe que fueron asesinadas extrajudicialmente 88 mujeres (García Colmenares, 2012), mientras que solo una, Catalina Muñoz Arranz, fue ejecutada.

El caso de Catalina Muñoz Arranz es revelador de cómo estaba funcionando la justicia militar. Para entender porque es detenida hay que retroceder al día 3 de mayo de 1936, cuando se produce un altercado a la salida de un baile en su pueblo, Cevico de la Torre, entre varios vecinos afiliados a la Casa del Pueblo y un grupo de falangistas venidos de Villamuriel de Cerrato, que terminó con uno de los falangistas muerto y otro herido. Los implicados fueron detenidos, juzgados y Tomás de la Torre Martín, condenado como autor del homicidio a 17 años de prisión6. Tomás de la Torre era el marido de Catalina Muñoz. Cuando ella es detenida en agosto de 1936, es acusada por varios vecinos de haber lavado las manchas de sangre de la chaqueta de su marido y de haber pronunciado amenazas contra el alcalde y la guardia civil7. Aunque el juez militar instructor llega a afirmar que “no encontramos indicios de culpabilidad por sí suficientes para dictar un auto de procesamiento” (García Colmenares, 2008a), finalmente el consejo de guerra celebrado el 16 de septiembre considera que hay delito de rebelión militar, y es condenada a la pena máxima, que fue ejecutada seis días después.

Este es un ejemplo del funcionamiento pseudojudicial, arbitrario y desproporcionado de la justicia militar que ejecuta en base a acusaciones poco probadas, cuando sólo dos meses y medio antes, un homicidio suponía una pena de 17 años. Este caso también ejemplifica otra de las características de

5 En el apartado 6.4.3 de este trabajo “identificación. Estudio de grupos ausentes” se muestran ejemplos de diligencias de identificación y autopsia relevantes para el caso.

6 Sumario judicial 23/1936 del Archivo de la Prisión Provincial de Palencia en García Colmenares, 2012.

7 Sumario judicial 392/1936 del Archivo de El Ferrol en García Colmenares, 2012.

(22)

la represión de género que, según el estudio de Solé (2017), perseguía a las mujeres, no tanto por su militancia política, sino por ser hermanas, novias, hijas, de los hombres considerados auténtico objetivo a eliminar, convirtiéndolas a ellas en huérfana, viudas, mujeres que quedaron solas, sacando adelante a sus familias en los difíciles años de posguerra.

Las víctimas asesinadas en Palencia fueron principalmente obreros y jornaleros, así como concejales, representantes de sindicatos, diputados y alcaldes8 de los núcleos donde hubo más representatividad de la izquierda y movimiento huelguístico durante la Segunda República, además de oposición al levantamiento militar en el primer momento (García Colmenares, 2012; Dueñas Cepeda, 1987).

Como ya se ha explicado, las fuerzas conservadoras fueron dominantes en la provincia desde las primeras elecciones, sin embargo, sí hubo representación principalmente socialista y de UGT en el Norte minero; en la capital y otros puntos industriales como Aguilar de Campoo o Venta de Baños, referente del movimiento sindical en la región por ser nudo de comunicaciones ferroviarias y sede de una empresa azucarera; tierra de Campos y el Cerrato, con fuerte desigualdad en el reparto de la propiedad y numerosos colectivos de jornaleros sin tierras afectos a la causa socialista y comunista (Baltanás). Frente al recurrente discurso que relaciona la represión con “ajustes de cuentas personales”, la investigación en Palencia refleja una clara vinculación con los movimientos sociales de izquierda y las huelgas, que se dieron sobre todo los años 1931 y 1933 por la reticencia de los propietarios de tierras a aplicar algunas de las medidas reformistas aprobadas, y en 1934, en apoyo a las huelgas de la zona minera y oposición al envío de tropas para reprimirlas.

A lo largo de los próximos capítulos veremos cómo este contexto histórico se refleja en el Cementerio Viejo de Palencia donde fueron enterradas víctimas de las muertes extrajudiciales y de los fusilamientos tras juicio militar. Algunos de los grupos que se tratará de identificar proceden de los municipios significados como Baltanás, Dueñas, Aguilar de Campoo, así como el grupo que fue juzgado por defender la Diputación en la capital.

8 La prensa se hizo eco de los trabajos de exhumación en la Carcavilla llamándola “la fosa de los alcaldes” http://web.archive.

org/web/20131118182732/http://www.publico.es:80/especiales/memoriapublica/391690/las-historias-que-alberga-la-fosa- de-los-alcaldes

(23)

Figura 2.2. Nota del Oficial de Servicio de la Cruz Roja informando al Juzgado de Palencia el día 11 de agosto de la recogida de un cadáver sin identificar, que es trasladado al cementerio. Requerida una ambulancia de esta Cruz Roja de Palencia para recoger y trasladar un cadáver en el km 2,500 de la carretera de Autilla, hizo acto de presencia a las 6 horas del día de la fecha, realizándose dicho traslado al cementerio sin poder identificar la personalidad del muerto por no habérsele encontrado documentación alguna, y sí solamente una sortija de latón dorado con las iniciales AS enlazadas.

(24)

Figura 2.3. Nota del Oficial de Servicio de la Brigada de Camilleros de la Cruz Roja informando al Juzgado de Palencia el día 12 de agosto de la recogida “del cadáver de un hombre muerto a tiros en la carretera de Palencia a Castrogenil y conducido al cementerio de esta ciudad, no pudo ser identificado por no llevar sobre ni documentación alguna, encontrándole en los bolsos de su ropa de pana un reloj marca “cronómetro verdad”

parado a las 11 menos 13 minutos, quince pesetas en monedas de cinco y tres dedales de los empleados para la siega, atestiguando un vecino de Villalobón, conocer al muerto por vecino de Puentes de Valdepero, pero no saber su nombre.

(25)

Figura 2.4. Hospital de San Bernabé y San Antolín de Palencia. Relación detallada de todos los heridos que se hallan hospitalizados con motivo de los presentes sucesos y que comprende desde la mañana de día 19 del actual al día de la fecha con expresión de las lesiones que padecen y pronóstico facultativo, firmado por el director del hospital el día 21 de julio. Uno de ellos, Luis Núñez Bárcenas, fallecería después y aparece en las diligencias de autopsia y sepelio. Algunos ejemplos de este tipo de diligencias de autopsia se muestran en el capítulo 6.3.3 de estudio de casos.

(26)

Figura 2.5. Juez de Instrucción de Palencia a día 23 /8/1936 Exhorto reciba declaración parientes más próximos fina(do) [sic] Urbano Rodríguez Bedoya maestro nacional de Salinas de Pisuerga acerca causas de su muerte y como se haya producido se les instruya artículo 109 Ley Enjuiciamiento Criminal se les requiera designen persona que en este juzgado se haga cargo de los efectos ocupados y faciliten todos los datos necesarios para su inscripción de defunción.

(27)

Figura 2.6. Diligencia que resume el envío de exhortos a las poblaciones de Saldaña Cervera y Baltanás para la identificación de cadáveres aparecidos en la ciudad los días 30, 31 y 1 de agosto. Y exhorto a Frechilla, para que se informe de la situación de un herido y su evolución cada cinco días.

(28)

Cualquier búsqueda arqueológica requiere una fase de investigación preliminar que aporte toda la información posible, en el caso de búsquedas forenses, sobre las víctimas que se buscan y sobre la localización del enterramiento1 (Fondebrider 2005; Hunter et al. 2013). El Protocolo de Actuación en Exhumaciones de Víctimas de la Guerra Civil y Dictadura publicado en el BOE el 26 de septiembre de 2011, recomienda que todo proyecto tenga una fase de investigaciones preliminares cuyo objetivo es “conocer la identidad de la persona desaparecida, la historia del caso y el contexto histórico local”. Para ello se centra principalmente en la información que pueden aportar los familiares que soliciten la investigación, completando esta información personalizada con la investigación histórica y documental.

3.1 INFORMACIÓN ANTE MORTEM PROCEDENTE DE ARCHIVOS:

Los archivos que pueden tener información valiosa sobre la represión y sobre las personas que se quieren localizar e identificar son muchos y variados, desde pequeños archivos locales, civiles o parroquiales, a grandes archivos como el Archivo General de la Administración, o diferentes archivos militares. Los historiadores han resaltado multitud de problemas sobre la integridad, accesibilidad y fiabilidad de los archivos (Espinosa, 2006), aunque, en cierta medida, ha habido mejoras en los últimos años gracias a la incorporación de personal y aumento de medios económicos y materiales (Jiménez et al., 2012). Sobre la veracidad de los datos extraídos de los archivos, se puede considerar que aquellos registrados de forma sistemática para toda la población, como serían las partidas de nacimiento o los expedientes militares de tropa, son exactos (Ríos, 2012b). Respecto a la documentación procedente de la justicia militar, aunque a algunos niveles pueda ser cuestionada (testimonios, informes), los certificados de defunción y la documentación cementerial pueden ser considerados fiables (Solé, 2017).

En el caso que nos ocupa la información necesaria ha sido de dos tipos: información sobre la localización de los enterramientos, e información personal sobre las víctimas que se buscan para su identificación individual.

1 Aunque, siguiendo la terminología habitual en la bibliografía de Antropología Forense, hablemos de investigación preliminar, en el proyecto de la Carcavilla, una parte de la investigación basada en testimonios y archivos fue realizada de forma previa a la intervención arqueológica, otra parte de forma simultánea y otra a posteriori.

INVESTIGACIÓN PRELIMINAR

(29)

3.1.1 El Cementerio y la Información sobre la Localización Potencial de las Víctimas En este apartado vamos a explicar cómo se llevó a cabo la recopilación de información para la búsqueda de las fosas en el cementerio porque fue uno de los pasos fundamentales para la consecución del proyecto. La bibliografía sobre los procesos de búsqueda en Arqueología Forense generalmente hace referencia a la búsqueda de fosas comunes u otro tipo de enterramientos clandestinos (Hunter et al., 2001; Blau y Ubelaker, 2009). En España se conoce el número aproximado de fosas que han sido encontradas y exhumadas2, pero no se ha sistematizado el número de búsquedas con resultados negativos. Sin embargo, aunque no haya cifras oficiales, la experiencia del equipo de Aranzadi sumada a la de otros equipos como PaleoAntro en Valencia o la ARMH, indican que el porcentaje es alto. El caso que nos ocupa es diferente porque, al tratarse de un cementerio, la localización se conoce, y puesto que la mayoría de las víctimas responden a fusilamientos mediante pena judicial, los enterramientos fueron registrados en la documentación oficial (libro del cementerio, registro civil). La experiencia del equipo Aranzadi-UAM en los cementerios de Valdenoceda (Burgos), Magallón (Zaragoza), y el Fuerte de San Cristóbal (Navarra), permite afirmar que descifrar la lógica cementerial y el orden de enterramiento es una de las claves en el proceso de identificación de las víctimas enterradas en cementerios (Ríos et al., 2008; Martínez et al., 2009; Etxeberría et al., 2014). Las cuestiones a responder a través de esta documentación serían: ¿Quiénes están enterrados en el cementerio?, ¿Dónde están sus enterramientos exactamente dentro del cementerio?, ¿Cómo encontrarlos? Para ello vamos a introducir la historia del Cementerio Viejo de Palencia y la investigación realizada a través del análisis de los Libros de Registro del Cementerio (de aquí en adelante LRC).

El Cementerio Viejo de Palencia tuvo una vida larga, desde que se señaló el lugar en el año 1802, hasta 1955. Después siguieron unos años de abandono, en los que sólo se abría al público el día de Todos los Santos, hasta que en los años ochenta se convierte en el parque de recreo que conocemos hoy, llamado La Carcavilla. Hay que decir que se le conoce como Cementerio Viejo desde que en 1942 se inaugurara el cementerio municipal de Nuestra Señora de los Ángeles, al Sureste de la ciudad, en uso hasta la actualidad. En los documentos y planos de la época se nombra simplemente como cementerio de Palencia. El Cementerio Viejo de Palencia tiene forma cuadrangular. En el centro existía una capilla de la que partían los pasillos principales que lo dividían en cuatro cuadrantes o Términos. A su vez cada Término se dividía en Secciones semicirculares y dentro de las Secciones se disponían las filas de sepulturas, estando por tanto las tumbas dispuestas en ordenación concéntrica respecto a la capilla (Figura 3.1).

2 Información procedente de la base de datos que elabora la Sociedad de Ciencias Aranzadi desde el año 2009 en el marco del Proyecto de base de datos de gestión documental con subvención del Ministerio de la Presidencia

(30)

Figura 3.1. Izquierda. Vista aérea del cementerio en 1949. Fotomontaje realizado a partir de 20 fotos del ayuntamiento de Palencia. AHP Palencia. Derecha. Organización del cementerio en Términos y Secciones.

Figura 3.2. Izquierda. Portada del primer libro de registro del año 1952. Derecha. Ejemplo de inscripciones manuscritas

(31)

Los libros de registro del cementerio (LRC) se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de la ciudad (AHMP). El primer libro de registro es del año 1852, aunque se sabe que el cementerio estaba en uso desde 1810 (Monge, 2009). Los libros de la segunda mitad del siglo XIX presentan la información manuscrita y a partir de 1912 los libros se estandarizan con un formato de casillas impresas para recoger la información de cada difunto (Figuras 3.2 y 3.3). Entre 1912 y 1955 se cumplimentaron siete libros, aunque a partir de 1942, con la inauguración del cementerio actual de Nuestra Señora de los Ángeles, el número de enterramientos fue muy reducido.

Figura 3.3. Arriba. Ejemplo de página en formato impreso. Abajo. LRC en el AMP.

Los LRC recogen de cada difunto una serie de datos que se resumen en la Tabla 3.1.

INFORMACIÓN LIBROS DE REGISTRO DEL CEMENTERIO Datos Personales Nombre y apellidos, edad, estado civil

Procedencia Naturaleza, domicilio, parroquia

Fechas De fallecimiento, de licencia de enterramiento y de inhumación Localización Término, Sección, fila y número de sepultura. Nichos

Otros Uso o no de caja (ataúd)

Observaciones Costes, traslados, origen judicial Tabla 3.1. Datos registrados en los LRC de cada fallecido inhumado.

(32)

Las casillas relativas a la procedencia, en muchas ocasiones no recogen el domicilio del fallecido sino la institución de la que procede, como por ejemplo la beneficencia provincial, hospital, hospicio, maternidad, sanatorio, manicomio o asilo. Respecto a las observaciones, encontramos gran variedad de anotaciones diferentes que además van cambiando con los años. La mayoría son de tipo funerario y responden al control estipendiario que debía llevar el capellán3 por lo que son del tipo “sin derechos”,

“con derechos” o “a perpetuidad”, “panteón”, dependiendo del tipo de pago realizado, o “pobre” si el entierro se hace de caridad. También se anotan los traslados de restos a otro cementerio, por ejemplo.

En los años de la Guerra Civil son frecuentes las anotaciones que hacen referencia al frente, u otras como “moro”, “italiano”, “rojo”, “requeté”, “falangista” etc. De cara a esta investigación ha resultado importante la anotación de “judicial”, que hace referencia a los cadáveres con recorrido legal (aquellos casos sospechosos de muerte no natural y casos de cuerpos no identificados a los que, generalmente, se les practica la autopsia).

Entre el 20 de julio de 1936 y el 7 de abril de 1941 son enterradas en el Cementerio Viejo de Palencia 485 víctimas de la represión franquista. Como hemos visto, en las observaciones recogidas en los LRC, uno de los datos apuntados es “judicial”, cuando se trataba de un cadáver que tenía recorrido legal. Esta observación fue la clave que permitió realizar el primer listado de fallecidos a causa de la represión. Para hacernos una idea, en el año 1932, en los meses de julio a diciembre hay cuatro entradas que incluyan la observación “judicial”. En el año 1935, en los mismos meses, hay nueve entradas. En el año 1936, entre julio y diciembre hay 249 entradas que incluyen la observación

“judicial”. Menos 25 todos corresponden a represaliados. El cotejo de estos nombres con otras fuentes documentales como los sumarios judiciales permitieron elaborar el listado definitivo. La confección del listado de represaliados enterrados en el Cementerio Viejo, hoy parque de la Carcavilla fue realizado por Juan Manuel Monge Lobete y Pablo García Colmenares de la ARMHP.

La mayoría (310) de los represaliados enterrados en el cementerio de la ciudad se concentran en la misma zona del cementerio, el Término 1º de la Sección 3ª. ¿Por qué allí? El patrón mayoritario visto en la localización de fosas de la Guerra Civil en cementerios, las sitúa en zonas separadas, junto a las tapias, en la zona civil4, y en Palencia, sin embargo, están integradas entre los enterramientos ordinarios. Que se concentren en la misma zona responde a la dinámica cementerial y, a falta de documentación específica sobre la ordenación del cementerio, esta se ha inferido a partir del análisis de los datos de los LRC.

3 El Reglamento del Cementerio dedica varios artículos a los fondos del cementerio que son gestionados en último término por el Ayuntamiento. Tras un fallecimiento se pagaban los derechos de sepultura en la Parroquia (el barrio). Los Párrocos debían entregar mensualmente en el Ayuntamiento una relación de finados y de las cantidades pagadas y el Capellán del cementerio también. Ambos listados se cotejaban en el Ayuntamiento que llevaba así el control económico.

4 Algunos ejemplos en diferentes provincias que responden a estas características descritas son La Puebla de Cazalla en Sevilla (Guijo et al. 2013), Agreda en Soria (Herrasti et al. 2012), Castuera en Badajoz (Muñoz Encinar et al. 2013), El Carmen en Valladolid (visto en web del diario El Norte de Castilla octubre 2016, http://www.elnortedecastilla.es/valladolid/201608/15/

exhumacion-carmen-amplia-nuevas-20160809185654.html).

(33)

Figura 3.4. Datos importantes para la confección del listado de represaliados enterrados en el cementerio. En esta página del LRC se señalan los nombres de cuatro hombres, enterrados el mismo día en la misma sepultura.

A la derecha la observación de “judicial”.

El análisis de los datos procedentes de los registros administrativos puede ser útil como parte de un enfoque interdisciplinario en un proceso exitoso de búsqueda de desaparecidos, así como en la definición de patrones de distribución en cementerios, como se ha demostrado en otros contextos como por ejemplo en Colombia (Guberek et al., 2010). En esta línea, uno de los trabajos realizados como parte de esta investigación fue la digitalización de los datos de cinco de los siete libros de registro del cementerio, abarcando los años 1911 - 1923 y 1933 - 1941. Un total de 17.887 entradas que reflejan 21 años de enterramientos que han permitido inferir parte de la organización cementerial.

Para la investigación también ha resultado útil el Reglamento para el Santo Cementerio de la ciudad de Palencia, aprobado por Real Orden el 9 de noviembre 1849 y ratificado en 1884, localizado en el AHMP. En él se establece que el cementerio “será común a todos sin más distinción de sitios que los de sepulturas, nichos, panteones y osarios”. A partir del análisis de los datos registrados en los LRC se ha visto que los panteones y las sepulturas pagadas a perpetuidad, es decir, los enterramientos más costosos, eran realizados en las Secciones 1ª (panteones) y 2ª (a perpetuidad) de cada Término.

Mientras que en las Secciones 3ª de cada Término es donde se concentran los enterramientos de las personas sin recursos, aquellas que en la casilla de Observaciones se les anota la palabra “pobre”, haciendo referencia a que se trata a un enterramiento de caridad (Figura 3.5). En el artículo 28 del Reglamento del cementerio se establece que “se entenderá pobre de solemnidad para no devengar derechos sepulturales, el que fuere honrado por la parroquia con funerales de pobre, el que habiendo sido muerto a mano airada5 fuese mandado sepultar de oficio, y el mendigo transeúnte que falleciese en esta ciudad”. Si tomamos las defunciones registradas entre 1912 y 1918 (4.624), se observa que los enterramientos en panteón son 16 y a perpetuidad 404. Están distribuidos en los cuatro Términos y los panteones están en 1ª Sección y los enterramientos a perpetuidad, mayoritariamente en la 2ª Sección (95%). En los mismos años, los enterramientos registrados como pobres (1.389), se distribuyen en

5 Muerto a mano airada hace referencia a muerte violenta homicida según el Diccionario Médico de la Clínica Universidad

(34)

los cuatro Términos y principalmente en la 3ª Sección (96%). Los datos de los años 1929 a 1933 reflejan un patrón semejante. De las 3.507 inhumaciones inscritas, 8 corresponden a panteones y 295 a sepulturas a perpetuidad. Se distribuyen por todos los Términos, estando todos los panteones en la 1ª Sección y el 82,7% de las sepulturas pagadas a perpetuidad, en la 2ª Sección. En los mismos años, los enterramientos registrados como pobres (1.233), se distribuyen en los cuatro Términos y principalmente en la 3ª Sección (98,6%).

Figura 3.5. En esta imagen se distingue por colores las tres Secciones en las que se divide el espacio cementerial.

En el Término 3º (arriba izquierda), se han indicado los porcentajes de distribución de panteones, enterramientos a perpetuidad y enterramientos pobres, de los años 1912-1918 / 1929-1933 que han sido comentados en el texto.

En análisis de los datos del LRC también demostró un patrón en la distribución de las personas procedentes de instituciones, como el hospital, manicomio, asilo, beneficencia provincial, que se concentran en la 3ª Sección, como se ve en la siguiente figura y tabla6. Por lo tanto, se deduce que las víctimas de la represión están siendo enterradas en la zona donde eran enterradas las personas sin recursos, muchas de ellas procedentes de instituciones de beneficencia. Los represaliados eran enterrados en 3ª Sección porque es donde eran enterradas las personas sin recursos.

de Navarra (http://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/muerte-a-mano-airada).

6 Durante la excavación se documentó una frecuencia llamativamente alta de casos patológicos entre los enterramientos ordinarios, muchas de ellas de origen congénito. La relación entre los hallazgos patológicos en los esqueletos de los no

Referencias

Documento similar

This section provides guidance with examples on encoding medicinal product packaging information, together with the relationship between Pack Size, Package Item (container)

Package Item (Container) Type : Vial (100000073563) Quantity Operator: equal to (100000000049) Package Item (Container) Quantity : 1 Material : Glass type I (200000003204)

b) El Tribunal Constitucional se encuadra dentro de una organiza- ción jurídico constitucional que asume la supremacía de los dere- chos fundamentales y que reconoce la separación

Cedulario se inicia a mediados del siglo XVIL, por sus propias cédulas puede advertirse que no estaba totalmente conquistada la Nueva Gali- cia, ya que a fines del siglo xvn y en

El nuevo Decreto reforzaba el poder militar al asumir el Comandante General del Reino Tserclaes de Tilly todos los poderes –militar, político, económico y gubernativo–; ampliaba

Sanz (Universidad Carlos III-IUNE): "El papel de las fuentes de datos en los ranking nacionales de universidades".. Reuniones científicas 75 Los días 12 y 13 de noviembre

(Banco de España) Mancebo, Pascual (U. de Alicante) Marco, Mariluz (U. de València) Marhuenda, Francisco (U. de Alicante) Marhuenda, Joaquín (U. de Alicante) Marquerie,

d) que haya «identidad de órgano» (con identidad de Sala y Sección); e) que haya alteridad, es decir, que las sentencias aportadas sean de persona distinta a la recurrente, e) que