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Análisis discursivo de la representación de intereses femeninos por parte de las mujeres congresistas

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Academic year: 2020

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(1)1 ANÁLISIS DISCURSIVO DE LA REPRESENTACIÓN DE INTERSES FEMENINOS POR PARTE DE LAS MUJERES CONGRESISTAS. Elsa María Herazo Indaburu. Monografía de Grado. Director Rodolfo Masias. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA BOGOTÁ D.C. 2007.

(2) 2 TABLA DE CONTENIDOS Introducción Capítulo I La mujer desde las aproximaciones teóricas • Diferenciando entre sexo y género • Corrientes feministas más influyentes Capítulo II Los instrumentos internacionales para la protección de los Derechos de la Mujer: de la teoría a la práctica • La Convención para la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer – CEDAW • Declaración de Beijing y Plataforma de Acción. Pág. 5 9 10 11. 18 20 24. Capítulo III Superando barreras: mujeres y la política colombiana • Presencia de la mujer en el Congreso de la República. 30 32. Capítulo IV Develando estrategias y estructuras del discurso político • ¿Qué es el discurso político? • ¿Qué es el análisis del discurso?. 42 42 43. • Estructuras del análisis discursivo Capítulo V Los discursos políticos de las Parlamentarias y la representación de los intereses de la mujer • Pregunta de investigación. 46. 48 48. • Presentación de la unidad de análisis. 50. • Resultados del análisis del discurso político. 56. Capítulo VI Consideraciones Finales • ¿Cómo las mujeres en el Congreso representan a la mujer, en función de sus intereses?. 64 64.

(3) 3. • Conexiones con la teoría. 67. • Repensar la cantidad vs. la representatividad. 69. Bibliografía. 73 ÍNDICE DE GRÁFICAS Y TABLAS. Gráficos Pág. Gráfica 1: Mujeres parlamentarias: Promedios por regiones del mundo. 18. Gráfica 2: comparación de presencia de mujeres en la rama ejecutiva a nivel territorial. 31. Tablas Tabla 1: Mujeres en cargos de elección popular en entes territoriales. 31. Tabla 2: Porcentaje de mujeres que hacen parte del Congreso. 33. Tabla 3. Unidad de Análisis y Criterios de Selección. 52. Tabla 4: Senadoras de el periodo 2002 – 2006. 54. Tabla 5: Representantes a la Cámara en el periodo 2002 - 2006. 55.

(4) 4. Agradecimientos. A Rodolfo Masias, por su tiempo y dedicación A mis padres por su apoyo y cariño, Y a todas las mujeres y hombres que a lo largo de la vida me han enseñado el valor de ser mujer..

(5) 5 Introducción [...] el cuerpo es la casa y es terreno de dominación, puede llegar a ser espacio de libertad y reconocimiento. Porque el cuerpo es en parte construido por practicas opresivas y porque es posible resistir tales practicas, es recurso para la transformación." (GÒMEZ, 1997, p. 28) El tema de la igualdad de género tiene cada vez más una amplia audiencia en la agenda política nacional. No en vano, hace apenas un año, la Corte Constitucional de nuestro país reconociendo los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, despenalizó el aborto en casos especiales. Este logro representa, de algún modo, la materialización del deseo de las mujeres de lograr una equidad de género y el pleno disfrute de sus Derechos Humanos, porque abre un espacio para que la mujer decida sobre su cuerpo dentro del sistema jurídico colombiano. Además, le asegura la garantía de un procedimiento médico seguro, al despenalizar y permitir que centros médicos especializados sean quienes realicen estas prácticas. Asimismo, el fallo de la Corte va en concordancia con las diferentes disposiciones internacionales promovidas por la Organización de las Naciones Unidas, tales como Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, suscrita en la ciudad de Belem do Pará - Brasil,. Declaración y Plataforma de Acción de Beijing,. Declaración del Milenio en el objetivo 3, Declaración conjunta de las relatoras especiales para los derechos de la mujer, la Resolución 1325 del Concejo de Seguridad y varias Resoluciones de comisión permanente económica y social de la ONU, por nombrar algunas. Tales disposiciones internacionales han sido suscritas por Colombia y obligan a tomar medidas necesarias de adecuación para que se pueda dar cumplimiento, en el país, los compromisos adquirido por el Estado, en el plano internacional; lo que las convierte en herramientas e instrumentos legales para la garantía y fomento de los derechos de la mujer. Por otra parte, en el último año, las Congresistas electas para el período constitucional 2006 -2010 crean la bancada de Mujeres, iniciativa de 26 mujeres parlamentarias que dio como.

(6) 6 fruto “[…] el proyecto de ley que fortalece los derechos de la mujer en Colombia y su protección contra la violencia, […]” (TORO, 2007). Esta iniciativa de bancada demuestra la intención de las parlamentarias de representar de manera más eficaz los intereses de la mujer, porque no sólo formaron una bancada de mujeres de diferentes corrientes políticas, sino que promueven la participación de diferentes sectores sociales, como las organizaciones de mujeres y organizaciones de cooperación internacional que tratan el tema. Todo esto demuestra un compromiso por incluir los intereses de la mujer, como tema de la agenda parlamentaria de estas congresistas. Como lo menciona la literatura especializada en este tema, la construcción de alianzas estratégicas hace posible fortalecer políticas públicas que reconozcan la igualdad de género, ya que la unión de acciones de diferentes sectores de la sociedad, pueden crear una ambiente propicio para insertar temas de género en la agenda pública.(BARREIRO, 2004) Esta unión de acciones entre diferentes sectores de la sociedad, ha tenido resultados en pro de la mujer, tal es el caso de la campaña Más Mujeres – Más Política (FESCOL, 2005). Esta iniciativa fue creada en el 2005 con el auspicio de la Federación Colombiana de Municipios y la Federación Nacional de Concejos apoyadas por la Friedrich Ebert Stiftung en Colombia – FESCOL-, el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer –UNIFEM-, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional –USAID-, el Instituto Nacional Demócrata y la Cooperación Alemana al Desarrollo -GTZ-, en el marco del Programa de Apoyo a la Descentralización y el Desarrollo Local para la Paz. Y busca el fomento de “[…]La participación política de la mujer [que] contribuye al fortalecimiento de la democracia y la gobernabilidad en todos los niveles y es una oportunidad para ofrecer caminos que conduzcan a la generación de un desarrollo equitativo en el que las políticas públicas y la legislación tengan en cuenta los intereses diferenciados de hombres y mujeres.” (FESCOL, 2005, p 1). Estas dos iniciativas – la bancada de parlamentarias mujeres y la campaña Más Mujeres, Más Política y la decisión de la Corte constitucional no sólo demuestran la importancia de crear herramientas políticas, legales, y líneas jurisprudenciales para garantizar el pleno goce de.

(7) 7 los derechos de la mujer, sino que, además, muestra la relevancia que tiene en la agenda pública nacional el tema de la igualdad de género. La presente monografía atiende a esa relevancia que ha recibido el tema de igualdad de género, y se enfoca en la representación de los intereses de la mujer por parte de las mujeres parlamentarias. En este sentido, se pretende responder a la pregunta ¿Cómo, desde los discursos parlamentarios, las Congresistas del periodo constitucional de 2002 2006 representan los intereses de la mujer? La representación se mirara, a partir de los debates, y ponencias de la ley 823 de 2003 sobre igualdad de oportunidad para las mujeres, la ley 1009 sobre creación del observatorio de género y el proyecto de ley 58 de Senado de 2002 sobre salud sexual y reproductiva. Con el fin de presentar claramente la información, en primer lugar, se abordará de manera global las corrientes del feminismo más influyentes en las últimas décadas, algunas de las cuales inspiran los instrumentos de Derecho Internacional, tal como CEDAW. Esta Convención se constituye en un segundo tema a tratar, ya que al igual que la Plataforma de Acción de Beijing y CEDAW, son materia del análisis específicamente en el punto sobre participación política y empoderamiento de la mujer. Estos instrumentos internacionales serán el parámetro desde el cuál se examinará los discursos de las Congresistas. El tercer capítulo tratará la situación colombiana, respecto al tema de la participación de la mujer en la política y la representación de género. Aquí se examinará cuántas mujeres acceden a la política nacional y los obstáculos que ellas encuentran. En cuarto lugar, un pequeño capítulo que explica la metodología de Análisis Crítico del Discurso usada para examinar los discursos de las congresistas que son la fuente principal del análisis propuesto. En quinto lugar, se hará la presentación de los resultados, describiendo el desarrollo.

(8) 8 investigativo. En este capítulo se mostrará fragmentos discursivos de las parlamentarias que evidencian posturas ideológicas. Finalmente, se presentará algunas consideraciones finales sobre los resultados, y mediante la comparación los hechos empíricos con la teoría. Esto es posible, gracias a la evidencia de posturas ideológicas que develan los discursos de las congresistas. Sobre estas posturas se presentará desde cuál posición feminista se puede categorizar el discurso de las parlamentarias, que obstáculos presentan estas mujeres en el ejerció de su función y la relación entre lo dispuesto por las herramientas internacionales y la práctica. Esta monografía sólo pretende ser el inicio de lo que podría ser una larga reflexión sobre la representación de los intereses de las mujeres desde el discurso de quienes las pueden representar, las Congresistas. Por está razón,. las consideraciones finales serán un. elemento que puede complementar diferentes estudios sobre el tema, y futuras investigaciones que se interesen por la representación política de la mujer desde las mujeres mismas..

(9) 9 Capítulo I La mujer desde las aproximaciones teóricas En las ciencias sociales, la pregunta por el papel de la mujer en la sociedad puede rastrearse desde el siglo XVII con los primeros pensadores de la economía política, quienes en el concepto de la división del trabajo humano naturalizan la labor femenina en el hogar, o incluso, más atrás en el tiempo, con los discursos religiosos que se encargaron de poner a la mujer en un lugar social subordinado respecto al hombre. Sin embargo, con seguridad podemos ubicar el trabajo de Stuart Mill, The subjection of Women, como uno de los primeros que se pregunta por la subordinación de la mujer. Este se desarrolla desde el inicio con esta frase “That the principle which regulates the existing social relations between the two sexes — the legal subordination of one sex to the other — is wrong itself […]” (STUART MILL, 2003). A partir de este ensayo, desde la sociología, la economía y otras ciencias sociales se ha indagado por el papel de la mujer en la sociedad. No en vano, en los primeros textos marxistas de 1884, Friedrich Engels analiza la familia como la unidad reproductora de la explotación capitalista. Como lo describe L. Lindsey, para la teoría del Conflicto o Marxismo “[…] the family is concerned, the master- slave or exploiterexploited relationship which occur in broader society between the bourgeoisie and proletariat can be translated into the household.” (LINDSEY, 1997, p. 7). En los desarrollos posteriores del marxismo que son presentados por Lindsey, no sólo ubican el conflicto social entre clase sociales, sino entre diferentes grupos de la sociedad con la inclusión del conflicto entre hombres y mujeres. No obstante, estas teorías no sitúan en el centro de su estudio el papel de la mujer en la sociedad, sino que lo tratan subsidiariamente como un complemento de su argumento principal; por ejemplo en el caso del marxismo, el análisis de la estructura familiar está dirigido a sustentar que el sistema capitalista reproduce unas formas sociales que benefician a unos pocos miembros de la sociedad, y subordina a otros. Es por esta razón que el análisis del presente capítulo se centrará en las principales teorías del feminismo, que ha puesto el papel de la mujer en la sociedad como eje principal de su aproximación a los fenómenos sociales. En primer lugar, se abordará la diferencia.

(10) 10 conceptual entre sexo, género y rol de género; luego se abordará los marcos conceptuales del feminismo que son: el Feminismo Liberal, el Feminismo Socialista o Marxista, el Feminismo Radical y el Feminismo Multicultural o Global. Diferenciando entre sexo y género Es importante comenzar con esta diferenciación, no sólo porque en la literatura especializada sobre el tema de la mujer se hace, sino porque sexo y género tiene dos cargas significativas diferentes que son olvidadas, y en muchas ocasiones, estas son usadas indistintamente, lo que pueden ocasionar confusiones a los lectores. Considerando lo argumentado por Isabel Jaramillo (JARAMILLO, 2000), podemos definir el sexo como un concepto alusivo al lenguaje propio de las ciencias biológicas. Éste se refiere a los aspectos biológicos diferenciales entre hombres y mujeres, es decir aspectos anatómicos, hormonales, reproductivos, genéticos o, en otras palabras características físicas y fisiológicas. En cambio, el concepto género corresponde a los aspectos sociales, culturales y psicológicos que se les atribuyen a. los hombres y a las mujeres en contextos. socioculturales específicos (LINDSEY, 1997). Estos aspectos atribuidos a los hombres o mujeres, se manifiestan en una serie de conductas que son relacionadas con las mujeres (conductas femeninas), o con los hombres (conductas masculinas). Esta diferencia conceptual que aparece en la literatura feminista evidencia que: por un lado, existen una adscripción a un sexo mediante existencia de ciertas características biologías en el cuerpo de las especies, y por otro lado, hay construcciones significativas que la cultura asigna a cada uno de los dos cuerpos sexuados diferente. Las adscripciones y las construcciones son ideologías que se expresan en la forma como los sujetos, de una cultura especifican, entienden y viven las diferencias manifiestas en el cuerpo. En términos de J. Scott “Género es [...] una categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado. Género parece haberse convertido en una palabra particularmente útil a medida que los estudios, sobre el sexo y la sexualidad han proliferado, porque ofrece un modo de diferenciar la práctica sexual de los roles sociales asignados a mujeres y hombres.” (SCOTT,.

(11) 11 1996, p. 272). Sin embargo, los estudios feministas no desligan totalmente la esfera biológica con la asignación de roles culturales o Rol de Género; es más, es en algunos de los rasgos biológicos que tienen los hombres y las mujeres que se han naturalizado algunas conductas. Por ejemplo, la capacidad biológica de concebir un hijo que posee la mujer, ha sido una de las características biológicas de las que se ha valido, la cultura, para hacer que a ellas les correspondiera un rol de género restringido a la esfera privada, y al cuidado del hogar y los hijos. Precisamente, la categoría de Rol de Género pretende analizar cómo a las características biológicas de un cuerpo se les asigna unos tipos de conductas y actitudes esperadas por la sociedad, y como se les restringen otras. La función de asignación y restricción, de actitudes y conductas, se naturaliza con la práctica social. Ahora, bien, a pesar de que el término género ha sido crecientemente usado en los círculos académicos, especialmente cercanos a Estados Unidos, como asociado con los estudios referentes a la mujer. Esta analogía de términos no excluye al hombre como integrante de los dos géneros existentes, porque el “Género, como sustitución de "mujeres" se emplea también para sugerir que la información sobre las mujeres es necesariamente información sobre los hombres, que un estudio implica al otro. Este uso insiste en que el mundo de las mujeres es parte del mundo de los hombres, creado en él y por él” (SCOTT, 1996. p. 271). Además, el estudio de la mujer también está relacionado, no sólo con los hombres sino también con la relación entre ambos. Corrientes de feminismos más influyentes. En primer lugar hay que aclarar lo que significa el feminismo. Isabel Jaramillo lo define como: “[…] feminista al conjunto de personas, acciones y teorías que asumen un compromiso político con la idea de que dentro de las sociedades contemporáneas las mujeres son las perdedoras del juego social, o lo que es lo mismo, al compromiso con la idea de que nuestras sociedades son patriarcales, es decir, aquellas en las que existe supremacía en lo masculino.” (JARAMILLO, 2000, p. 3).

(12) 12 También es común ligar al feminismo con corrientes teóricas que se oponen al sexismo y al patriarcado que está inherente en la sociedad. La teoría feminista proporciona un marco conceptual para analizar los fenómenos de discriminación social, económica y cultural (LINDSEY, 1997). Hay que decir que todas las tendencias en la teoría feministas nacen de los diferentes modos de entender a la mujer respecto a la sociedad. En la actualidad, hay varias de estas tendencias, y a la vez diferentes tipos de agrupaciones en las que se les coloca. Sin embargo, para efectos de esta monografía se usará la distinción que más frecuentemente aparece en la literatura especializada, y sobre la que parece haber un consenso. Siguiendo la categorización de Isabel Jaramillo (JARAMILLO, 2000), se advierte que, por un lado, están las corrientes feministas que demandan la igualdad entre géneros, como las feministas de la igualdad; hay otras corrientes ven en la diferencia entre género un valor que ha sido invisibilizado en detrimento de la mujer, como el feminismo de la diferencia. Dentro del feminismo de la igualdad, se pueden ubicar al feminismo liberal y al feminismo socialista o feminismo marxista; En cambio, en el feminismo de la diferencia encontramos el feminismo radical. Por último, hay otra corriente feminista, el feminismo multicultural, que reconoce el impacto de la interrelación entre el género y la raza, la clase social, la colonización o la explotación de la mujer en la globalización (LINDSEY, 1997).. •. Feminismo liberal. Esta corriente del feminismo también es llamada feminismo igualitario porque busca una equidad formal de la mujer y el hombre ante la ley. Los teóricos de este feminismo se basan en el racionalismo del siglo XVIII, argumentando que tanto los hombres como las mujeres tienen las mismas facultades racionales, lo que los hace titulares de los mismos derechos. Además si ambos géneros son ontológicamente similares la Declaración de los Derechos del Hombre se deben expandir a derechos de los seres humanos, concepto que incluye a las mujeres (LINDSEY, 1997). El argumento más común para impedir que las mujeres adquirieran igualdad formal ante la ley estaba ligado con la incapacidad para ser dueñas de.

(13) 13 su destino1, lo que las sometió al tutelaje de un hombre, bien sea su padre o esposo. Es por está razón, que este tipo de feminismo propende a la eliminación de las barreras que no las dejan tener un acceso equitativo a la política, la educación y el trabajo. Los primeros movimientos sufragistas de mujeres, sustentados en estás premisas de la igualdad de capacidad entre géneros, se apoyaron en las teorías de Jhon Stuart Mill, quien desde una perspectiva crítica, en su obra The Subjetion of Women, aborda el rol - o lo que se conocía como naturaleza- que se le ha impuesto a la mujer, “[…] what is now called the nature of women is an eminently artificial thing the result forced opression in some direction , unnatural stimulation in others.” (Jhon Stuart Mill citado por LINDSEY, 1997, p. 14). Finalmente, esta corriente feminista no sólo busca incorporar a la mujer en el mundo de los “hombres”, es decir, en la esfera pública, sino que también busca que los hombres se integren en el mundo de las mujeres, como por ejemplo, que los barones comiencen a asumir responsabilidades domésticas. No obstante, el feminismo liberal tuvo fuertes críticas, por parte de teóricas feministas, quienes percibieron que alcanzar la igualdad formal no fue suficiente para sacar a la mujer de los roles de género que la limitan al hogar. Como lo menciona Jaramillo, muchos teóricos del feminismo vieron cómo la igualdad material no se podía garantizar sólo haciendo a la mujer titular de los derechos. Esta vertiente del feminismo liberal se le conoce como Feminismo Liberal Social. Ésta resalta que la igualdad de facto no se da, porque hay una distribución inequitativa de los recursos sociales entre los géneros. Por ejemplo, a pesar de que las mujeres hayan adquirido ciertos derechos como el acceso a la educación y al trabajo formal, ellas son discriminadas al no tener la misma remuneración que los hombres, o al tener barreras de acceso a ciertos mercados laborales y ascensos laborales; todavía hoy en día, la mayoría de cargos directivos están en manos de los hombres, aunque la mujer esté teniendo acceso limitado, por ejemplo, pensemos en el género mayoritario de los gobernantes mundiales. Igualmente, hay una indiferencia sobre el hecho de que las mujeres 1 Hay que recordar que hasta hace relativamente poco, las mujeres eran tratadas como menores y ellas no podían. manejar por si mismas propiedades. Tenían una categoría de ser humano inferior respecto al hombre..

(14) 14 tengan doble carga laboral, causado por el trabajo domestico y la crianza de los hijos que sigue siendo su responsabilidad; y también no es tenido en cuenta, que en el estado de embarazo, ellas merecen especial protección. Todo esto lleva a que este grupo, feminista liberal social, propenda por legislación que nivele las desventajas de las mujeres para que se puedan adquirir igualdad de facto entre géneros (JARAMILLO, 2000, p. 41 -42).. •. Feminismo socialista o marxista. Las tendencias feministas marxistas buscan relacionar la dominación de la mujer con la estructura de la familia y la explotación del capitalismo. Esta relación se da porque la familia es la célula que retroalimenta la estructura del capitalismo, ya que ella es una institución que reproduce la fuerza laboral, y también la mantiene. Dentro del núcleo familiar hay una división del trabajo, ésta separa la funciones entre los dos géneros, los hombres van hacer parte de la mano de obra capitalista y adquieren los recursos económicos, mientras que las mujeres realizan el trabajo doméstico no remunerado. Este trabajo ejercido por la mujer, la encarga de conservar la estructura familiar, porque su labor domestica y de cuidado de los hijos, le permite al hombre asustarse del hogar para desempeñar su trabajo. Entonces, es el esposo quien mantiene a la mujer y a los hijos, y es esta dependencia económica la que permite la subordinación de la mujer, porque el miedo a perder la seguridad económica hace que ella esté sometida al hombre (LINDSEY,1997, p.15). Esta relación de dominación entre el hombre y la mujer en la familia manifiesta el patriarcado en esta estructura social. La relación patriarcal que se presenta en la familia,. la mantiene al concentrar el poder. económico en el padre, desincentivando su desagregación. Es así como el patriarcado se vuelve interdependiente del capitalismo, porque permite la existencia de un fuerza laboral que pueda estar fuera del hogar, y además asegura la reproducción de la mano de obra, al encargar la crianza de los hijos (futuros obreros) en la mujer. Las feministas marxistas interpretan la interdependencia del capital y el patriarcado en la familia así: “[…] los sistemas económicos y de género interactúan para dar lugar a experiencias sociales e históricas; que ninguno de ambos sistemas fue causal, pero que operaron simultáneamente para reproducir las estructuras socioeconómicas dominadas por.

(15) 15 el varón, de (un) orden social concreto.” ( Kelly, J; citado por SCOTT, 1996, p.277). En definitiva, esta corriente teórica busca cambiar la estructura social del capital y la familia patriarcal, que impide la igualdad. El cambio tiene el fin de liberal a la mujer de la opresión de género que sufren por el patriarcado, al limitarlas a la esfera privada y domestica.. •. Feminismo radical. Este feminismo, a diferencia de los mencionados anteriormente busca reivindicar la diferencia de géneros, porque si la subordinación femenina es producto de la dominación de los hombres y sus instituciones, las mujeres no pueden acogerse a ellas, sino crear un sistema propio que las atienda en sus necesidades como sujetos diferentes (LINDSEY, 1997, p.16). Una de las principales representantes de esta corriente es Catherin MacKinnon. Está autora argumenta que el género determina la distribución de poder en la sociedad, y “En virtud (de) que los hombres tienen el poder, lo que se manifiesta en su libre acceso a la sexualidad femenina, tienen la posibilidad de definir lo que es mujer. Las mujeres, entonces son silenciadas, […] y se convierten en objetos […]” (JARAMILLO, 2000, p. 48). La objetivación es el primer paso de la sujeción de la mujer, porque ellas se convierten en objeto de transacción. Debido a esta objetivación que sufren las mujeres, ellas entenderán su identidad común que rechaza la transformación de ellas en mercancías, que hacen los hombres. Entonces su identidad común es resistir la objetivación de su feminidad (SCOTT, 1996, p.274). Esto las llevará hacerse conscientes de que el cambio de la estructura social no vendrá de las instituciones masculinas. Por esta razón, la búsqueda principal no es la igualdad sino la eliminación de la opresión causada por la diferenciación de género (ESPINAR, 2003).. •. Feminismo global o multicultural2. Esta corriente sigue la idea de que el sujeto es una construcción social (JARAMILLO, 2000, p. 49 -50), lo que hace imposible que tenga una esencia, porque los atributos que se le. 2. Este nombre atiende a la clasificación que hace ( LINDSEY, 1997. p.17).

(16) 16 asignan es el resultado de acciones reciprocas con la sociedad. Es por esto, que no sólo se puede analizar el género en solitario, sino que debe ir acompañado del contexto, y los demás atributos que constituyen al sujeto. El feminismo multicultural muestra cómo el factor de género no es el único que determina la opresión ya que está fuertemente relacionado con la raza, la clase, la explotación femenina en el mundo desarrollado, el colonialismo y la orientación sexual. El feminismo multicultural atiende a las características culturales específicas y las condiciones históricas que preservan el mantenimiento de la dominación sobre la mujer.. De otro lado, hay que anotar que las principales tendencias del feminismo no sólo han generado la construcción de marcos conceptuales desde donde se observa y analiza la realidad social, sino que estos son los apoyos teóricos de diferentes movimientos sociales y políticos, que pretenden poner en práctica los que se escribe desde la academia. Esto se ve reflejado en legislaciones a nivel internacional, y también, en el plano de la legislación interna de los países, que incluye a Colombia. Por ejemplo, la Convención contra todas las formas de discriminación de la mujer. (CEDAW) fue producto de la incursión en la agenda. internacional del tema de la inequidad de géneros. Y este tema llegó a estas esferas gracias al apoyo de organizaciones de mujeres que los impulsaron. En el capítulo siguiente se abordará a profundidad la Convención CEDAW y otras herramientas internacionales.. Una vez se presentó las corrientes feministas más reconocidas, es preciso aclarar la posición teórica desde la cual parte la presente investigación. Esta es la teoría feminista liberal, puesto que el asumir una representación igual tanto para mujeres como para hombres en el Congreso, significa que se aboga por la igualdad en términos liberales. Sin embargo, la preocupación por los discursos que implica más un análisis cualitativo que uno cuantitativo, de la representación femenina en el legislativo, muestra un interés asociado a una posición del feminismo liberal social. Esta arista teórica del feminismo liberal –.

(17) 17 feminismo liberal social - asume la existencia de inequidades en la distribución de los recursos sociales, afectando a las mujeres, y por lo tanto, esto impide igualdad de "[...] oportunidades materiales o reales."(WEST, 2004, p.40). Es por esto, que el cómo se representa a la mujer desde los discursos, se configura en el centro del presente trabajo..

(18) 18 Capítulo II Instrumentos Internacionales para la protección de los Derechos de la mujer: De la teoría a la práctica. “[…] women’s equal participation in political life plays a pivotal role in the general process of advancement of women. Women’s equal participation in decision-making is not only a demand for simple justice or democracy but can also be seen as a necessary condition for women’s interests to be taking into account. Without the active participation of women and the incorporation of women’s perspective at all level of decision making, the goal of equality, development and peace cannot be achieved.” (ONU – 4TH WORLD CONFERENCES ON WOMEN, 1995, p.181) Desde 1945, La Carta de las Naciones Unidas anuncia el compromiso de la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, la realidad mundial no reflejaba estos compromisos; por ejemplo, si se mira sólo la participación política de las mujeres, aun hoy en día, en la mayoría de los países del mundo no tiene equidad, en este tipo de participación. En detalle, la ocupación de cargos en los respectivos parlamentos, hasta en los países más progresistas como los Nórdicos, no alcanzan una igualdad en cifras. Gráfico 1: Mujeres parlamentarias: promedios regiones del mundo. Fuente: Unión Inter parlamentaria www.ipu.org (RÍOS, 2006, p.11).

(19) 19 En 1975, declarado el año internacional de la mujer, y a partir de 1976 hasta 1985 declarada la década de la mujer, por la Asamblea General de las Naciones Unidas (LINDSEY, 1997, p.126), se elabora la Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer -CEDAW, que fue elaborada en 1979; partiendo de grandes esfuerzo de intelectuales y feministas. Ésta ante sala, sumado a un gran empuje de organizaciones no gubernamentales feministas, logran convocar la atención internacional en la Conferencia de Beijing en los años noventas. Durante esta Conferencia de la mujer, en Beijing, se resuelve impulsar la Convención CEDAW y elaborar una Plataforma de Acción, que busca mejorar el seguimiento a los países firmantes de la Convención. Además, de las dos dispocisiones internacionales mencionados (La Convención y La Plataforma), existe otras herramientas en el Sistema Universal de Derecho Internacional como: la Convención sobre los derechos políticos de la mujer (1952) y el Pacto Internacional de los derechos civiles y políticos(1966), en el que se protege en igualdad de condición los derechos de ambos sexos; la Declaración y Plataforma de acción de Viena que reconoce explícitamente los derechos de la mujer y la niña como Derechos Humanos, y más recientemente el Estatuto de la Corte Penal Internacional (Estatuto de Roma) tipificó como crímenes contra la humanidad, el abuso sexual, y otras formas de violencia sexual como la prostitución forzada o la esclavitud sexual (MANTILLA, 2006, p.426 -427). También, a nivel del Sistema Interamericano de Derecho encontramos disposiciones especializadas sobre la protección de los derechos de la mujer como: La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar violencia contra la mujer de Belem do Pará. A pesar, de que hay varias herramientas normativas que protegen a la mujer no centraremos en este capítulo en la Convención- CEDAW y en la Plataforma de Acción de Beijing, porque estas dos tratan sobre de la presencia de la mujer en las toma de decisiones políticas, tema que esta directamente relacionado con la representación de la mujer en los respectivos cuerpos colegiados legislativos del mundo. Sobre las dos disposiciones se abordará en qué consisten y por qué son útiles, sobre todo orientado a la participación política de las mujeres y a su papel en el proceso de toma de.

(20) 20 decisiones políticas. Todo esto con el fin de definir cuáles son las obligaciones que el país ha adoptado, en relación con estas normas internacionales, que se convierten en instrumentos normativos de fomento interno de los Derechos de la mujer. Esto puede guiar el entendimiento de las dinámicas internas que se dan en el ámbito de la participación y la representación de las mujeres en el congreso. La Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer – CEDAW. La Convención nace gracias a más de 30 años de trabajo que realizó la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU (ONU –WOMAN WACHT, 2007), que entre otras cosas, ayudó al esclarecimiento de graves crímenes contra las mujeres cometidos en el marco de la Segunda Guerra Mundial, que fueron invisilizados por los tribunales penales Ad hoc de Nuremberg y Tokio. Estos crímenes quedaron impunes y nuca se hizo reparación a sus víctimas (VERGEL, 2003). Este hecho motiva a la instauración de CEDAW, con el fin de prevenir hechos atroces contra la mujer que puedan quedar impunes. Para poder ser creada esta Convención reunió un conceso mundial que reconoce la necesidad de proteger y prevenir la violación de los Derechos de la mujer. Uno de los pilares que sostiene la elaboración de CEDAW es que en condiciones de discriminación a causa del sexo, el ejercicio y pleno goce de cualquier derecho reconocido universalmente para la especie humana es imposible. Es por esto, que está Convención pretende eliminar cualquier tipo de discriminación a la mujer que le impida el disfrute de sus derechos (VERGEL, 2003), bajo el argumento que la discriminación viola los principios de igualdad del Derecho Internacional y de respecto a la dignidad humana. De otra parte hay que aclara que la creación de una Convención especializada en la mujer “[…] no quiere decir que las mujeres no fueron destinatarias o beneficiarias de los tratados aprobados hasta el momento. O que los estados, antes de la aprobación de.

(21) 21 CEDAW no tuvieran la obligación de respetar y hacer respetar estos derechos para las mujeres.”(VERGEL, 2003, p. 18 -19). Por el contrario, al procurar acabar las formas de discriminación contra la mujer, se pretende que las mujeres estén en igualdad de condiciones que los barones para ser destinatarias y beneficiarias de todos los Derechos Humanos. CEDAW está realizada para que los estados firmantes del tratado implementen a nivel interno instrumentos normativos, judiciales e institucionales que permitan erradicar la discriminación contra la mujer. La Convención se concentra en tres aspectos de la situación de la mujer en el mundo, que implican una discriminación por su sexo; estos aspectos son: 1. Los derechos civiles: la condición jurídica y social 2. La reproducción humana 3. El papel desempeñado por la cultura en la relación entre los dos sexos La condición jurídica y social es la que se aborda más ampliamente en la Convención, para efectos de la participación política, la Convención en el artículo 7 refuerza las garantías de derecho al voto, a ocupar cargos públicos y a ejercer funciones públicas que ya se había promulgado en 1952, con la Convención sobre Derechos Políticos. En general, este instrumento internacional busca que la mujer sea reconocida como persona por derecho propio, en términos jurídicos. Por otro lado, sobre su condición social, la Convención busca eliminar la discriminación al acceso de bienes públicos como la educación, el empleo, entre otros; y reconoce la plena igualdad de derechos y obligaciones en relación a los derechos personales, de posesión de propiedad, en materias civiles y económicas (ONU – WOMEN WACHT, 2007). Sobre el papel de la reproducción la Convención hace un énfasis en relación a la discriminación asociado a la función reproductora de la mujer, como se ve en el preámbulo. Teniendo presente el gran aporte de la mujer al bienestar de la familia y al desarrollo de la sociedad, hasta ahora no plenamente reconocido, la importancia social de la maternidad y la función de los padres en la familia y.

(22) 22 en la educación de los hijos, de que el papel de la mujer en la procreación no deber ser causa de la discriminación […](ONU – WOMEN WACHT,2007) Por último, la Convención intenta incrementar el entendimiento del concepto de Derechos Humanos. Esto se hace mediante la aceptación de la influencia de la cultura en la limitación que tienen las mujeres en el ejercicio pleno de los derechos; ya que la cultura impone estereotipos, hábitos y normas que son causantes de impedimentos jurídicos, políticos y económicos para lograr la igualdad material entre hombres y mujeres. Una vez descrito a nivel general la Convención pasemos a ver el detalle sobre el tratamiento que CEDAW le da al tema de participación política de la mujer. Hay que decir que desde el preámbulo, la Convención expresa el interés superior sobre el tema de la participación y representación política de la mujer. “Convencidos de que la máxima participación de la mujer, en igualdad de condiciones con el hombre, en todos los campos es indispensable para le desarrollo pleno y completo de un país, el bienestar del mundo y la cusa de la paz […]”(ONU- WOMEN WACHT, 2007) No obstante, el tema de la participación política está desarrollado en al Art. 7 de esta disposición internacional. En este artículo es donde los Estados firmantes se ven obligados a: “[…] tomar la medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la vida política y pública del país y, en particular, garantizando, en igualdad de condiciones con los hombres el derecho a: a) Votar en todas las elecciones y referéndums públicos y ser elegibles para todos los organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas; […]” (ONU –WOMEN WACHT, 2007). Además, en el numeral b) y c), se incluyen en la obligación, porque garantizan la participación de las mujeres en la formulación y ejecución de políticas gubernamentales; la ocupación de cargos públicos, el ejercicio de funciones públicas y la participación en organizaciones o asociaciones no gubernamentales que ocupen la vida pública. Analizando.

(23) 23 el fondo de este artículo, nos damos cuenta que la garantía en igualdad de condiciones con respecto a los hombres no sólo implica en número de mujeres que participan, sino que ellas estén en igualdad de condiciones para representar interés. Sin embargo, esto no está dicho de manera explicita en la Convención; hecho que posibilita que en el cumplimiento de lo dispuesto por la Convención los estados sólo atiendan a la obligación de aumentar el número de mujeres. • ¿Cómo se adopta en Colombia la Convención y sus implicaciones? La convención CEDAW fue incorporada a la legislación colombiana por medio de la ley 51 de 1981. Sin embargo, la aplicación en el país de esta Convención, en los primeros años, fue muy débil, o casi inexistente, sobre todo en materia de participación política. Como veremos, sólo a partir de la Constitución de 1991 hay una real apertura en la democracia Colombiana, que permite la entrada de la mujer a la arena política. Si bien, se ha aumentado el número de mujeres en el parlamento desde la nueva constitución, todavía hay obstáculos que impiden la garantía de participación política en igualdad de condiciones a los hombres. Este tema será ampliado e ilustrado en el capítulo siguiente, que se centra en mostrar la situación colombiana respecto a la participación política de la mujer. De otro lado, los informes 5 y 6 que el Estado colombiano elaboró destinados al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (órgano que regula el cumplimento de CEDAW) para los años 2003 y 2004, respectivamente, han mostrado que en el país hay un progreso, en cuanto al reconocimiento de las condiciones desiguales en el acceso y la participación política; lo que hace imperioso tomar medidas que eliminen dicha desigualdad. Este reconocimiento se da por vía normativa, y un ejemplo de esto es la ley 581 de 2000 o ley de Cuotas y la ley 823 de 2003 sobre igualdad de oportunidad (esta ley es una de las escogidas para el análisis discursivo), ambas buscan garantizar el acceso de las mujeres en diferentes órganos del Estado, bajo el reconocimiento de las condiciones de desigualdad de hecho que tienen las mujeres. También, por vía administrativa, el Estado ha tomado medidas para equilibra las condiciones desiguales, guiadas por principios de CEDAW, en la.

(24) 24 participación política en cargos directivos de elección, partidos y movimientos políticos. Esto se da en el marco de la política Mujeres constructora de paz y desarrollo, que es impulsada por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, el Ministerio del Interior e instituciones internacionales como FESCOL (CEDAW, 2005). Pese a estás iniciativas todavía hay baja participación de las mujeres en la política, ya que la participación de las mujeres en los cargos de máxima instancia de decisión del Estado no supera el 15% (Informe de la Consejeria Presedencial para la Equidad de la Mujer, citado por MODEMMUJER –CONFLUENCIA DE REDES DE MUJERES, 2000). Tanto la normatividad como las políticas públicas internas mencionadas, no han podido aumentar las cifras mínimas de participación política de la mujer. Esto evidencia que aún el Estado no ha cumplido a cabalidad lo dispuesto por el artículo 7 de CEDAW, dicha situación se verá en el análisis detallado de la situación colombiana presentada en el capítulo III.. Declaración de Beijing y Plataforma de Acción La Declaración y la Plataforma de Acción se enmarcan dentro de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, realizada en Beijing, China en el año 1995. Esta Conferencia se centra en el reconocimiento de los derechos de la mujer como Derechos Humanos. Este reconocimento se manifiesta en la Declaración de Beijing y la Plataforma de Acción. La Declaración de Beijing es una suma de voluntades políticas de los gobiernos que participaron en la Cuarta Conferencia de la Mujer, dentro de los cuales estaba la representación del gobierno Colombiano. Este documento reafirma y muestra un compromiso político con el empoderamiento de la mujer; además, la Declaración hace visible el empeño de los gobiernos por establecer esfuerzos para prevenir, promover, garantizar, proteger y restituir los derechos de la mujer. Específicamente, sobre el tema de la participación política la Declaración manifiesta que “We are convinced that Women´s empowerment and their full participation on the basis of equality in all spheres if society, including participation in the decision-making process and Access to power, are fundamental for achievement of equality, development and peace […]” (ONU – 4th.

(25) 25 WORLD CONFERENCES ON WOMEN, 1995). Hay que anotar que la Declaración, al igual que la Plataforma son parte de las resoluciones adoptadas por la Conferencia, y a pesar de no ser ley internacional como los Tratados y Convenciones, estas tienen un poder vinculante limitado, y son conocidas como softlaw en Derecho internacional, lo que le da un carácter de obligatoriedad restringido. Sin embargo, los países que se adhieren a estas disposiciones adquieren compromisos políticos, que con regularidad cumplen para no ser censurados por la opinión pública internacional; por esta razón, la Declaración se convierten una herramienta de política, a nivel interno, ya que preciona alos miembrosde los estados a cumplir lo dispuesto por la Declaración. En la Declaración hay una introducción a la Plataforma de Acción, ya que ambos documentos son complementarios. Por su parte, la Plataforma de Acción es una agenda para el empoderamiento de la mujer, que busca remover los obstáculos para la activa participación de la mujer en las esferas públicas y privadas con total igualdad de poder de decisión, en lo que respecta a temas económicos, sociales, culturales y políticos (ONU – 4th WORLD CONFERENCES ON WOMEN, 1995).3 Esta Plataforma de Acción contiene una serie de objetivos y metas para el empoderamiento de la mujer, que permiten la realización total de todos los Derechos Humanos y las garantías de las libertades fundamentales de las mujeres. La Implementación de la Plataforma compromete a los gobiernos nacionales para que incorporen normatividad, formulen estrategias y políticas estatales que permitan el alcance de las metas de empoderamiento de la mujer. Sobre este punto la Plataforma prevé que “Governments have the primary responsibility for implementing the platform of action. Commitment at the highest political level is essential to its implementation, and Governments should take a leading role in coordinating, monitoring and assessing progress in the advancement of women.” (ONU – 4th WORLD CONFERENCES ON. 3 Ver: Anex I: Beijing Declaration..

(26) 26 WOMEN, 1995) 4 Las áreas críticas que identifica la Plataforma son: La persistencia y el incremento de la pobreza en la mujer. Inequidad y la inadecuación de la instrucción educativa para la mujer, así como también en sistema de salud. Violencia contra la mujer. Los efectos sobre la mujer de los conflictos armados, incluidos la ocupación extranjera. Inequidad en las estructuras económicas y políticas, incluidas todas la formas de actividades productivas y el acceso a recursos. Inequidad entre hombres y mujeres en el poder y la toma de decisiones a todos los niveles. Insuficiencia en los mecanismos para la promoción y el fomento de la mujer en todos los niveles. Escasez y la inadecuada promoción y protección de los Derechos Humanos de la Mujer. Estereotipos de la mujer e inequidad para el acceso y la participación de la mujer en los medios de comunicación. Inequidad de género en el manejo de los recursos naturales y la seguridad del medio ambiente. Persistencia de la discriminación y violación contra los derechos de las niñas. Sobre estas doce áreas críticas sólo nos centraremos en la que respecta a la mujer en el poder y la toma de decisiones, ya que ésta guarda una relación directa con el tema estudiado en la presente investigación. La Plataforma de Acción analiza la situación de la mujer en la esfera política, respeto a su posicionamiento en el poder y la toma de decisiones. Las conclusiones que se derivan de. 4 Ver: Chapter II: Global Framework y Chapter V: Institutional Arrangements- National Level..

(27) 27 este análisis son: Primero, las mujeres a pesar de constituirse al menos en la mitad del electorado en la mayoría de democracias del mundo, están subrepresentadas en la mayoría de los niveles del gobierno, y como candidatas para los cargos públicos de elección popular. Además, todavía se presentan barreras en los procedimientos tradicionales de la política que impiden el acceso y la participación de la mujer en la vida pública. Por ultimo, a pesar de que la mujer ha demostrado un considerable liderazgo en la comunidad, en organizaciones no gubernamentales y en instituciones estatales, hay una socialización basada en estereotipos que le impiden tener un acceso pleno a las esferas más altas del poder y la toma de decisiones (ONU – 4th WORLD CONFERENCES ON WOMEN, 1995).5 Estas tres razones llevan a la creación de dos objetivos estratégicos fundamentales que promueve la Plataforma para la implementación en cada una de las naciones y gobiernos comprometidos. Estos son “(G1.)Tomar medidas a fin de garantizar el acceso equitativo y la participación plena de las mujeres en las estructuras de poder y en la adopción de decisiones. […] (G2.) Aumentar la capacidad de las mujeres para participar en la adopción de decisiones y en el liderazgo” (ONU – INTRAW, 2005, p.4 - 16). Estos dos objetivos se enmarcan en la necesidad de examinar la cantidad (y también, podría pensarse que la calidad) de la participación política femenina en el poder y en la toma de decisiones; ya que ambas variables contribuyen a un mejoramiento de las condiciones de la mujer en general. Estas inciden en la creación de políticas y medidas que empoderen a las mujeres y les garanticen la protección y promoción de sus Derechos Humanos y la sus libertades fundamentales. Como lo menciona explícitamente la Plataforma: “Women in politics and decision making positions in Governments and legislative bodies contribute to redefining political priorities, pacing new items on the agenda that reflect and address women’s gender – specific. 5 Ver: Strategic Objective G..

(28) 28 concerns, values and experiences, and providing new perspective on mainstream political issue.” (ONU – 4th WORLD CONFERENCES ON WOMEN, 1995)6 Bajo este presupuesto es tomo a la Plataforma de Acción como pauta para revisar los discursos de las congresistas colombianas en la presente investigación; ya que el número de mujeres en el órgano legislativo nacional es importante, en la medida que. la. representación democrática debería reflejar la composición de la sociedad, y fomentar los intereses de cada uno de los grupos sociales. También, es de suma importancia mirar, cómo es la representación y la calidad de la misma, ya que está juega un papel prioritario en obtención de agendas políticas que ayuden al mejoramiento de las condiciones sociales, económicas y políticas de las mujeres. No obstante, este objetivo no es claro en la Plataforma. Hay que anotar que a partir de la Plataforma de Acción, como de la Convención para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), nacen nuevas herramientas que intentan revisar el cumplimiento de éstas dos, así como también reforzar algunos puntos tratados por los mencionados instrumentos internacionales. Dentro de nuevo grupo se destacan: 1) Las Metas del Milenio, que en el objetivo tres aborda el tema de la equidad de género y el empoderamiento de la mujer; 2) Mujeres 2000 – Beijing + 5, evaluación a las metas de la Plataforma de Beijing que se da en el marco de vigésimo tercera sesión extraordinaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas en New York (ONU – INTRAW, 2005, p. 2). A pesar de que estas dos herramientas internacionales son más recientes no serán tenidas en cuenta, ya que basan su articulado en la Convención CEDAW y la Plataforma de Acción. La importancia de analizar la Convención CEDAW y la Plataforma de Acción de Beijing es. 6 Ver: Strategic Objective G..

(29) 29 que el Estado colombiano se ha comprometido con ambas herramientas internacionales, por lo tanto tiene una obligación jurídica y política internacional, que debe respetar y cumplir. Además, las parlamentaria al ser parte del Estado, se les extiende la obligación, que se deriva de los citadas herramientas. Es por esto, que justamente, la revisión de sus discursos, en el marco de sus gestión como legisladoras, debe tener en cuenta las obligaciones que el Estado, y subsidiariamente ellas como parte del mismo, tienen con los organismos internacionales. Por otro lado, representar los intereses de la mujer en el marco de la gestión legislativa debe incluir los parámetros que estos dos instrumentos tienen, porque ellos representan el concenso internacional de los derechos obligatorios e inalienables que debe tener toda mujer en el mundo. Es por esto, que obtener la totalidad de los derechos consagrados en CEDAW y los objetivos de la Plataforma de Acción se configuran en intereses primarios para la mujer. Entonces en esta investigación los intereses de la mujer serán entendidos en términos de los derechos y garantías que CEDAW y la Plataforma de Beijing estipulan, es de este punto donde radica la importancia de un estudio de estos dos instrumentos internacionales. Además se analizará los objetivos sobre participación política de la mujer a la luz del caso colombiano, de mujeres parlamentarias..

(30) 30 Capitulo III Superando barreras: mujeres y la política colombiana "La mujer que desea dedicarse a la política descubre con frecuencia que se mueve en un entorno público, cultural y social adverso e incluso hostil a ella."(SHEVEDOVA, 2005, p.63) Desde la mitad del siglo XX, en Colombia, varios movimientos de mujeres han luchado por la inclusión formal de la mujer en el ámbito político del país. Tardíamente respecto a los hombres, a las mujeres se les otorga la ciudadanía a partir del reconocimiento de los derechos políticos, en donde se les permite elegir a sus representantes y ser elegidas, al menos formalmente. Los logros a nivel de legislación que propenden por una igualdad de las mujeres frente a los hombres, han ido aumentando paulatinamente, en más de cincuenta años de la obtención del voto, gracias a el acto legislativo número 3 de la Asamblea Nacional Constituyente (ANAC), que tuvo lugar en el Gobierno de Rojas Pinilla, en el año de 1954 (PRESIDENCIA, 2006). Sin embargo, el hecho de que todavía no se consoliden de manera material estos derechos y que falte ampliarlos a otros niveles de la vida social, nos muestra que todavía no hay una absoluta afirmación de los derechos políticos del género femenino debido, en parte, a la desigual participación que tiene la mujer en los escaños más altos de poder y toma de decisiones. Prueba de la desigualdad en participación entre géneros se evidencia en los recientes estudios, que han mostrado una deficiencia en cifras de la participación de las mujeres en política comparado con el total de la población. Si consideramos que la proporción femenina poblacional es aproximadamente la mitad del total, se esperaría, que en los cargos de elección popular, por lo menos este grupo de población obtuviera al menos el 30% de los cargos. No es así, esto se evidencia en los bajos porcentajes que históricamente se presentan en la ocupación de cargos de elección popular a los que acceden las mujeres, a nivel departamental y municipal (Tabla 1 y Gráfico 2). Este hecho demuestra que en Colombia no se ha podido consolidad un acceso equitativo de.

(31) 31 la mujer a cargos públicos de elección popular. Tabla 1: Mujeres en cargos de elección popular en entes territoriales Cargo Gobernadoras. 1993 – 1995. 1995 - 1998. 1998 -2000. 2000 – 2003. Porcentaje de mujeres. Porcentaje de mujeres. Porcentaje de mujeres. Porcentaje de mujeres. 3.7%. 6.25%. 0%. 3.13%. Alcaldesas. 5.5. 5.87. 5.04. 7.1. Consejos municipales Asamblea. 5.2. 9.71. 10.32. -. 10.1. 11.35. 14.57. -. Fuente: Corte Constitucional, sentencia C371 del 2000/ *Fuente Regitraduría General de la Nación elecciones 2003. Gráfico 2: Presencia de Mujeres Rama Ejecutiva a Nivel Territorial (Observatoria de Asuntos de Género, 2004). Fuente: Registraduría Nacional 2002 -2003. Esta inequidad en el acceso a cargos públicos de elección popular que muestran las cifras, puede ser el resultado de múltiples efectos legales, económicos, sociales y culturales. Sin embargo, sólo nos centraremos en analizar a las mujeres en el Congreso, con el fin de mirar.

(32) 32 de manera descriptiva, en primer lugar, cómo es la participación de las mujeres en este órgano y qué obstáculos tienen ellas en el ejercicio de su cargo. En segundo lugar, se efectuará un breve estudio sobre la Ley de cuotas con el que se pretende mirar sus alcances en cuanto al incremento de la participación de mujeres en cargos de elección popular. Y finalmente, se abordará el debate entre cantidad de mujeres representantes y representación de los intereses de la mujer en los órganos colegiados. Todo esto con el fin de problematizar una idea, ya común, en el discurso político7, que relaciona directamente aumento de número de mujeres que accedan a un curul y aumento de la representación de los intereses de la mujer, tema que se aborda en esta monografía(TORO, 2007). Presencia de la mujer en el Congreso de la República La presencia de la mujer en los parlamentos ha variado en diferentes periodos de tiempo, pese a está variación siempre podemos hablar de una subrepresentación constante en cargos de elección popular, especialmente en los parlamentos (HTUN, 2002). En Colombia, a partir de la Constitución de 1991, la cual sólo contó con la participación de cuatro mujeres delegatarias en el proceso constituyente (INSTITUTO DE LA MUJER, 1993), la injerencia de las mujeres en el sector público (sobre todo en los espacios de elección popular) se ha ido incrementando (CPEM, 2003). Sin embargo, este avance todavía no se encuentra bajo los parámetros de igualdad de género8 que deberían, según las diferentes declaraciones y resoluciones internacionales que se han hecho sobre el tema. Por ejemplo, según la Plataforma de Acción de Beijing, la meta es lograr igual participación de la mujer y el hombre en la toma de decisiones públicas. En el mismo sentido, otro parámetro internacional que se encuentra lejos de ser alcanzado por Colombia, según la cifras de participación, es lo que plantea el parlamento Europeo, la Democracia Paritaria “[…](que) propone que tanto mujeres como hombres puedan contribuir plenamente a la sociedad y que, por lo tanto, deban participar ambos en el procedimiento de toma de decisiones sobre una 7 Ver discurso de la presidenta del Senado Dilian Francisca Toro ante la plenaria de la Asamblea General de la ONU:. “Una mujer en política cambia la mujer, pero muchas mujeres en la política cambian la política". 8 Relaciones de igualdad y de género; se refiere a relaciones equitativas entre hombres y mujeres, bien sea estas en el. plano familiar o laboral..

(33) 33 base paritaria, cuyo objetivo último será alcanzar el 50% para cada uno de los sexos. La democracia paritaria implica también un reparto genuino de las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres y la conciliación de la vida familiar y profesional” (BERNAL, 2006, p. 2). Estas metas y objetivos mundiales contrastan con la baja participación femenina en el Congreso de Colombia, que se puede ver en la Tabla número dos. Tabla 2. Porcentaje de mujeres que hacen parte del Congreso de la República Cuatrenio. % de Mujeres Representantes a la Cámara. % de Mujeres Senadoras. 1991 – 1994. 8.6. 7.2. 1994 – 1998. 12.7. 6.48. 1998 – 2002. 11.8. 13.43. 2002 – 2006. 12.6. 9.8. 2006 -2010. 8.4. 12. Fuente: Elaborado con datos de Piedad Córdoba Ruiz, Mujeres en el Congreso de Colombia, Estudio de Caso, 2004 y de la Regitraduría Nacional. No obstante, este es el órgano de elección popular que más presencia de mujeres tiene en términos de ocupación de cargos. Comparando con el Gráfico 1, para el periodo 2002 - 2006 las Alcaldías y las Gobernaciones apenas tienen aproximadamente un 7% y 6%, respectivamente. Por otro lado, si se mira detalladamente la Tabla 2, los más altos porcentajes de participación femenina se ubican en: Cámara 12.6%, para el periodo 20022006 y en Senado 13.43%, para el periodo 1998 – 2002 (BERNAL, 2006); cifras que están lejos de cumplir la meta fijada por la ley 581 de 2000 o Ley de Cuotas, que indica que, como mínimo la mujer debe ocupar un 30% de los niveles decisorios, incluyendo el Congreso. De otro lado, estas mujeres que logran llegar al Congreso se encuentran con obstáculos de diferente índole que dificultan su labor como congresistas, especialmente en la representación de intereses de la mujer. Siguiendo la clasificación de Shvedova, el entorno.

(34) 34 legislativo está caracterizado por tres tipos de obstáculos, que pueden tener origen político, socioeconómico e ideológico o sociocultural (SHEVEDOVA, 2002, p. 63). Las mujeres que pretenden acceder al Congreso encuentran, a nivel político, que son las reglas de instituciones políticas las que les dan la posibilidad de entrar a los cuerpos colegiados. Es decir, las instituciones permiten una apertura democrática hacia la inclusión de la mujer en política. Si bien en la mayoría de sociedades se ha obtenido el derecho al voto para ambos géneros, éste, en realidad, continua siendo limitado para la mujer. Una evidencia de esto es la desigual tasa de representación de la mujer en el parlamento, ya que elegir es sólo una cara del derecho; la otra es la posibilidad de ser elegido. Y esta posibilidad puede ser limitada por las reglas institucionales, como el acceso a un aval partidista para poder ser un candidato al Congreso, aquí podemos encontrar una primera restricción o barrera que ayuda a mantener a algunas elites políticas masculinas. Por ejemplo, en el caso Colombiano, a nivel de liderazgos políticos y obtención de avales partidistas, todavía, sigue primando formar parte de familias políticas dominantes o delfinasgos y liderazgos regionales naturales , que de entrada impone una barrera a muchas mujeres que desean participar en política (BERNAL, 2002, p. 155). Como consecuencia de lo anterior, vemos como, en el país, las barreras de entrada a la política son más evidentes para las mujeres, sobre todo si pertenecen a clases populares, porque ellas difícilmente son consideradas lideres regionales y no pertenecen a familias políticas, que son, generalmente, pertenecientes a la elite nacional. Sin embargo, como lo anota Bernal y Wills, la participación política de la mujer de clase popular se da a través de los eslabones políticos más bajos, como las juntas de acción comunal, con algunas excepciones. No hay que olvidar que hay mujeres que acceden a altos cargos de poder a causa de sus relaciones sociales o relevando a algún familiar político que ha sido invalidado, aunque lo común es que los relevos familiares se den por parte de los hombres de la familia (BERNAL, 2002, p.155). Por ejemplo, Piedad Zucarddi quien es esposa de Juan García, senador en el 1994, y Zulema Jattin, hija de Francisco José Jattin, senador en el mismo año, ambas logran una curul sin tener experiencia porque les trasfirieron los votos de sus respectivos familiares que terminaron implicados en el Proceso.

(35) 35 8000 (BERNAL, 2002, p.155). Otro fuerte obstáculo a nivel político son las propias dinámicas internas de los partidos, que dificultan la entrada de mujeres, porque para formar parte de los directorios regionales y nacionales se exige un capital electoral o bien redes clientelistas con la que muchas mujeres no cuentan. Además, se necesita del apoyo o reconocimiento de una trayectoria en el partido por parte de sus colegas, y este reconocimiento se entorpece, si se tiene en cuenta, que sólo apenas unos pocos años los partidos tradicionales con el ánimo de ampliar su caudal electoral, dan una mayor participación a la mujer en sus estructuras partidistas (CABEZAS, 2006, p.257 - 260). Igualmente, el tema de género está lejos de ser un tema prioritario en la agenda de un político, y tampoco parece ser el más rentable en materia el electoral, lo que dificulta el aval de los partidos (BERNAL, 2002, p.167). Aun que, se reconoce que hay una entrada por parte de las mujeres a los aparatos partidistas, ésta han sido lenta, lo se evidencia en las cifras de participación de la mujer en el legislativo, que desde 1991, no han incrementado más del 13%. El siguiente tipo de obstáculos que se observan en la participación política de la mujer son: los obstáculos socioeconómicos que se dan porque "[...] las condiciones socioeconómicas de la mujer afectan directamente su participación en las instituciones políticas y organismos elegidos (de elección popular)."(SHEVEDOVA, 2OO2, p. 72) Dentro de estos obstáculos se encuentran la pobreza y el desempleo, la falta de recursos financieros adecuados, analfabetismo o acceso inadecuado a la educación, y por último, la doble carga constituida por la labor domestica y el trabajo profesional, que tienen las mujeres. En Colombia, además de tener obstáculos, como la doble carga (domestica - laboral), la mujeres encuentran mayor dificultad en consolidar una carrera profesional, si bien las mujeres acceden a la educación superior en un porcentaje equivalente al de los hombres (CPEM, 2006)9, los costos de hacer una carrera política para un mujer son más altos, como. 9 Según datos de la Consejería presidencial para la equidad de la mujer, las mujeres se beneficiaron en un 51,3% de los.

(36) 36 por ejemplo conciliar la vida publica con la vida personal y familiar, “Muchos alegarán que esto no es exclusivo de las mujeres pero lo cierto es que todavía no es una generalidad entre los hombres públicos que tengan que renunciar a una vida matrimonial o a tener hijos […]” (HERNADEZ, 2003, p. 10). Este fenómeno está asociado también con los obstáculos ideológicos o socioculturales, como asignación de roles tradicionales que, por un lado, encasillan a la mujer - esto se ampliara más adelante -. Si miramos el aspecto económico, es posible ver que las mujeres de clases populares sin previos vínculos políticos consolidados no pueden financiar una campaña. Los altos costos de la publicidad y el acceso a medios masivos de comunicación limitan a muchas mujeres que pretenden acceder al Congreso. Aunque este obstáculo no es restringido para las mujeres, sino que se le presenta a cualquier persona de bajos recursos económicos, lo cierto es que para un hombre conseguir apoyos privados es más sencillo porque los inversionistas, en general, ven más posibilidad en que salga un hombre elegido a una mujer (CUARTAS, 2007). Esto es una razón que explica por qué las mujeres de elite, con recursos económicos propios, acceden más frecuentemente al Congreso. El último grupo de obstáculos que dificultan la participación política de las mujeres son: los obstáculos ideológicos o socioculturales, que pueden ser la asignación de roles tradicionales al género, la imagen que se construye alrededor de la política cómo práctica y el actor político, y por último, la manera como las mujeres que llegan a estos cargos asumen su papel de parlamentarias. La primera barrera toca un tema que aún se presenta en la sociedad colombiana, se trata de sentir extrañeza en ver a una mujer en un cargo político, porque se piensa a la mujer, como madre y ama de casa. Esta ideología patriarcal dominante obliga a las mujeres a tomar un discurso neutro o asexuado, puesto que se considera inaceptable que se muestre abiertamente la feminidad, ya que todavía hay estereotipos sociales y culturales que restringen la plena participación de la mujer en política (SHEVEDOVA, 2002, p.79). Un ejemplo de esto es ridiculizar ciertos comportamientos. nuevos cupos en la educación superior más que los hombres..

(37) 37 asociados con la feminidad e imponer modelos masculinos para la práctica política, en cuanto a la manera de comportarse, de debatir, el tipo de argumentos que se usa, incluso la manera de vestir. Esto nos lleva a la siguiente barrera, la interiorización del rol culturalmente y tradicionalmente asignado a la mujer que muchas mujeres que participan en política han adoptado, y por esta razón actúan como hombres, además en muchos casos ellas mismas rechazan a sus compañeras en la política, como da cuenta Sara Velásquez, parlamentaria Mexicana, para el 2003: “[…] las mujeres no votan por mujeres (en proyectos de ley) […] nada basta con que sea mujer y nosotras mismas las desbaratanos, la hacemos pedazos y ¡los señores felices!”( DE BARBIERI, 2003, 152)10. De otro lado, sobre la imagen de la política, las mujeres no han sido ajenas a la apatía política, producto de la mala imagen que se construye sobre los políticos, los partidos, la práctica política en sí misma y el descrédito en general de las corporaciones públicas, sobre todo el Congreso (BERNAL, 2006, p.10). Como lo afirma Bernal y Wills, muchas se sienten inseguras frente a la práctica política y al modo como ésta se construye en un modelo masculino de competencia y disputa, por lo que prefieren retirarse (BERNAL, 2002). Otro de los obstáculos ideológicos o socioculturales es el papel que comúnmente adoptan las mujeres que acceden a un escaño en el Congreso, este papel está marcado por la recurrencia de la exclusividad dos características en las parlamentarias; el estatus social alto o de elite y tener educación superior. Estas son variables definitivas, aunque no absolutas, para que la mujer se abra paso en la política nacional. Sin embargo, estas características pueden llevar a que las mujeres que las poseen, por lo general, no se relacionan con temas de género. Este desinterés por mostrarse cercanas a la representación de la mujer se debe en buena medida al "[...] síndrome de las mujeres de éxito[...] esa aversión de las mujeres triunfantes a reconocer que puede existir discriminaciones de género aún hoy, porque sienten que una mención a ese tipo de situaciones las puede descalificar frente a su colegas o autoridades superiores, y nacer parecer como. 10. Comentario de la Parlamentaria Mexicana del PRI Sara Esthela Velázquez.

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