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STUDY OF THE ASSOCIATION BETWEEN STRESS COPING STRATEGIES, EMOTIONAL SYMPTOMS AND QUALITY OF LIFE IN A SAMPLE OF PATIENTS WITH INFLAMMATORY BOWEL DISEASE

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Academic year: 2020

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INTRODUCCIÓN

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es una enfermedad idiopática del sistema gastroin-testinal que se caracteriza por una inflamación crónica del mismo. Evoluciona en forma de

bro-tes, alternando fases de actividad con fases de la-tencia (Faust, halpern, Danorff-Burg y Cross, 2012; Schoultz, 2012). Consta de dos entidades clínicas bien diferenciadas entre sí, pero relacio-nadas, que son la Enfermedad de Crohn (EC) y la Colitis ulcerosa (Cu).

La EC se caracteriza por una inflamación crónica y transmural, incluyendo todas las capas del intes-tino y puede llegar a afectar a uno o varios segmen-tos del tracto digestivo. La Cu es una inflamación

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Raquel Rivero Corihuela

1

, Verónica Villanueva Silvestre

1

,

César Andrés Mateu Hernández

1

, Lara Mascaros Álvarez

1

, Carmen Carrió Rodríguez

2

,

Rafael Gil Borras

2

y Amparo Escudero García

2

Resumen

Los estudios sobre enfermedad inflamatoria intestinal sugieren que algunos factores psicológicos pueden influir en la patogénesis y el curso de la misma. En una muestra de 103 pacientes, se analiza la asociación entre las estrategias de afrontamiento al estrés con la sintomatología emocional y la calidad de vida, así como las diferencias en estos factores en pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Se observó que las estrategias de afrontamiento más desadaptativas las usaban pa-cientes con mayores niveles de ansiedad y depresión, y con peor calidad de vida. No se objetivaron diferencias en función del tipo de enfermedad. Los resultados revelan la importancia de un afronta-miento efectivo para mejorar la sintomatología emocional y calidad de vida de los pacientes.

Palabras clave:Enfermedad inflamatoria intestinal; Estrategias de afrontamiento al estrés; Sin-tomatología emocional; Calidad de vida.

Abstract

Studies about inflammatory bowel disease suggest that there are several psychological factors that could influence in the pathogenesis and illness course. In a 103 patients’ sample, the association between stress coping strategies and their effect in emotional symptoms and quality of life, as well as these factors differences among Crohn’s disease and ulcerative colitis patients, are analyzed. It was observed that the most maladaptive stress coping strategies were used by those patients with higher anxiety and depression levels and worse quality of life. Substantial differences in these factors in relation to illness type were not confirmed though. The results do reveal the importance of using effective coping strategies to improve patients’ emotional symptoms as well as quality of life.

Key words:Inflammatory bowel disease; Stress coping strategies; Emotional symptoms; Qual-ity of life.

Recibido: 11-11-17 | Aceptado: 14-03-18

1Hospital Arnau de Vilanova, Valencia (España). 2Departamento de

Salud Valencia-Hospital Arnau de Vilanova-Lliria (España). E-Mail: raquelriverocorihuela@gmail.com

REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXVIII p.p. 244-252 © 2019 Fundación AIGLÉ.

ESTUDIO DE LA ASOCIACIÓN ENTRE ESTRATEGIAS DE

AFRONTAMIENTO AL ESTRÉS, SÍNTOMAS EMOCIONALES

Y CALIDAD DE VIDA EN UNA MUESTRA DE PACIENTES CON

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difusa del colon, con afectación siempre del recto, extendiéndose de manera continua y en sentido proximal (Ortigosa, 2006). El curso y la sintomato-logía es altamente impredecible y socialmente in-capacitante, ya que además de manifestaciones digestivas como diarreas urgentes, sangrado y dolor abdominal, se acompaña de otras manifesta-ciones extradigestivas como afectación a nivel ar-ticular, mucocutáneo, hepatobiliar, nefrourológico y ocular (Baumgart y Carding, 2007).

Las causas de la exacerbación de los síntomas, así como de la patogénesis de la EII han sido am-pliamente estudiadas en las últimas décadas (Bernstein, 2010). Sin embargo, aún existe cierta controversia en torno a ambos aspectos y es mo-tivo de disputa y debate entre los expertos (Schoultz, 2012). Las opiniones están polarizadas en dos campos fundamentalmente: un grupo de expertos que sugiere que la genética y el modelo biológico explican las causas y los síntomas de la EII (Bouma y Strober, 2003), y otro que argumenta que los factores psicológicos juegan un papel clave en la patogénesis de la EII y el curso de la misma (Maunder, 2005). Lo que sí que parece claro es que, debido a lo impredecible de la enfer-medad y a la incertidumbre que generan los sín-tomas por su cronicidad y curso en brotes, la vida personal, social, laboral y las actividades de ocio de los pacientes se verán afectados (Dorrian, Dempster y Adair, 2009).

En relación a los factores psicológicos relacio-nados con la enfermedad, existen estudios que aportan amplia evidencia sobre la implicación de las estrategias de afrontamiento al estrés en el curso de la EII (Parekh et al., 2015; Tobón, Vinaccia, Quiceno, Sandín y Nuñez 2007). El concepto de afrontamiento del estrés hace referencia a los es-fuerzos conductuales y cognitivos que lleva a cabo el individuo para hacer frente al estrés, es decir, para tratar tanto con las demandas externas o in-ternas generadoras del estrés, como con aquellas que son evaluadas como que gravan o exceden los recursos de la persona, y con el malestar psicoló-gico que suele acompañarlo (Lazarus y Folkman, 1984; Lazarus, 1986; Sandín y Chorot, 2003).

Las estrategias de afrontamiento al estrés pue-den ser un factor importante que incida en el curso de la EII (Smith et al., 2002), ya que el tipo de estrategias que utilizan estos enfermos puede estar asociado tanto con el índice de actividad de la enfermedad, la sintomatología emocional y la calidad de vida de los mismos (McCombie, Mulder y Gearry 2015). Varios estudios sugieren que los pacientes con EII utilizan en gran medida estrate-gias de afrontamiento del estrés pasivas (Casati y Toner, 2000; Sainsbury y heatley, 2005), es decir, usan menos estrategias de resolución de proble-mas (identificando pocas forproble-mas útiles de enfren-tarse a los problemas) y de reevaluación positiva

(poseen poca capacidad de centrarse en los as-pectos positivos de esas situaciones) y utilizan más mecanismos de escape como forma de eva-dirse de la situación para no afrontarla (Jones, wessinger y Crowell, 2006; Graff et al., 2009). Otro estudio encontró que los pacientes que usa-ban estrategias de afrontamiento centradas en la emoción (es decir, intentar solucionar el problema dejándose llevar por la emoción negativa como la hostilidad, irritabilidad etc.), informaban índices de peor calidad de vida que aquellos que usaban mecanismos centrados en la solución de proble-mas (Kinash, Fischer, Lukie y Carr, 1993). En con-secuencia presentan una mala adaptación y un mal ajuste a la enfermedad (Sajadinejad, Asgari, Molavi, Kalantari y Adibi, 2012).

En relación a la ansiedad y la depresión, la ma-yoría de los estudios sugieren que ambas son más prevalentes en pacientes con EII que en pa-cientes sanos (Neuendorf, harding, Stello, hanes y wahbeh, 2016; hauser, Janke, Klump y hinz, 2011). Además, pacientes en fase inactiva de la enfermedad informaban de niveles más bajos de ansiedad y depresión que pacientes en fase ac-tiva (Faust et al., 2012). En la Cu algunos estudios que han confirmado enfermedad activa mediante endoscopia, concluyen que la inflamación de la mucosa está asociada con mayor ansiedad y de-presión, y que a medida que la inflamación me-jora también lo hace el trastorno del estado de ánimo (Angelopoulos, Mantas, Dalekos, Vasalos y Tsianos, 1996). Sin embargo en EC, se han rea-lizado pocos estudios de diseño longitudinal que permitan la evaluación del estado de ánimo en la recaída sintomática y en la remisión (Goodhand et al., 2012; Lix et al., 2008). A este respecto tam-bién se ha observado, que los pacientes con EC, tienen significativamente más ansiedad que los pacientes con Cu ya que utilizan en mayor medida mecanismos de afrontamiento desadaptativos (Smith et al., 2002).

La calidad de vida se considera un factor clave en sujetos con EII (Iglesias-Rey et al., 2014). Pacien-tes en fase activa de la enfermedad describen peor calidad de vida que pacientes en fase de remisión (Mittermaier et al., 2004). Aunque parece que la ac-tividad de los síntomas físicos es señalado como el factor más incapacitante y por tanto el que más afecta a la calidad de vida (Dorrian et al., 2009), otros estudios sugieren que los síntomas físicos de la EII no explican por completo la reducción subje-tiva de la calidad de vida que experimentan los pa-cientes (Cuntz, welt, Rupert y Zillessen, 1999). Muchos estudios han analizado la relación exis-tente entre la calidad de vida y las estrategias de afrontamiento al estrés concluyendo que incremen-tando el uso de estrategias activas (hacer frente al estresor o a la emoción o pensamiento que genera el estresor) se incrementa también la calidad de

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vida y al contrario si se aumenta el uso de estrate-gias pasivas (no hacer frente al estresor, escape etc.) (Moreno-Jimenez, Blanco, Rodríguez-Muñoz y Garrosa, 2007; Petrak et al., 2001).

Algunos autores señalan que los pacientes con EC tienen una calidad de vida menor que los pa-cientes con Cu, atribuyéndolo a una experiencia de gravedad de la enfermedad mayor para pacien-tes con EC (Mikocka-walus et al., 2008). Sin em-bargo, otros autores sugieren que aun teniendo en cuenta la experiencia de gravedad de la enfer-medad, no existen diferencias significativas entre EC y Cu en términos de calidad de vida (Keefer et al., 2011; Casellas, López-Vivancos, Casado y Ma-lagelada, 2002).

A partir de estas consideraciones, este estudio se plantea los siguientes objetivos:

1. Estudiar la relación que existe entre las estra-tegias de afrontamiento al estrés con la sintomato-logía emocional (depresión y ansiedad).

2. Estudiar la relación que existe entre las estra-tegias de afrontamiento al estrés con la calidad de vida en pacientes con EII.

3. Estudiar si existen diferencias entre pacientes con Cu y con EC en las estrategias de afrontamiento al estrés que utilizan, la presencia de sintomatolo-gía emocional y su calidad de vida.

MÉTODO

Procedimiento

Los participantes fueron reclutados de las consultas de Medicina Digestiva del Departa-mento de Salud Valencia-hospital Arnau de Vi-lanova-Llíria de la Comunidad Valenciana (España). El estudio forma parte de las activida-des clínico-asistenciales de atención continuada que se incluyen dentro del programa formativo de la especialidad de Psicología Clínica (Orden SAS/1620/2009) que se vienen realizando desde de la unidad Docente Multiprofesional de Salud Mental del hospital Arnau de Vilanova de Valencia, y fue realizado ateniéndose a los prin-cipios de la Declaración de helsinki del año 2000 (Manzini, 2000).

Los criterios de inclusión fueron: edad entre 18 y 65 años, padecer una EII (Cu o EC) y que esta estuviera en fase inactiva, no presentar un tras-torno mental comórbido, no presentar retraso mental o un nivel de analfabetismo que limitara la capacidad comprensiva de los participantes.

La muestra total la conformaron 103 pacientes, todos ellos participaron voluntariamente en el es-tudio. Previamente se les había facilitado informa-ción explicativa y habían firmado un consentimiento informado para poder ser incluidos.

Para la recogida de datos se utilizaron una entrevista inicial y varios cuestionarios. La

en-trevista se realizó de forma individual y las me-didas de auto-informe las cumplimentaron los pacientes previa explicación por parte de los evaluadores. A los pacientes se les dio la posi-bilidad de responder a los cuestionarios en pre-sencia de los evaluadores o hacerlo en su domicilio, los que se decidieron por esta se-gunda opción los remitieron posteriormente por correo postal. La evaluación la llevaron a cabo Psicólogos Internos Residentes (PIR) previa-mente entrenados en el pase de los instrumen-tos de evaluación y bajo la supervisión de un facultativo especialista en Psicología Clínica. una vez concluida la fase de evaluación se les ofrecía también a los pacientes la posibilidad de ser incluidos voluntariamente en un programa de tratamiento psicológico grupal para la EII.

Participantes

De los 103 participantes del estudio, el 43,7% eran varones (n = 45) y el 56,3% mujeres (n = 58) de edades comprendidas entre los 18 y los 65 años. La edad promedio fue de 40,51 años (DT = 11,55). El 66% de la muestra estaba casada o vi-vían en pareja, el 23,3% estaban solteros, el 8,7% divorciados o separados, y el 1,9% eran viu-dos. El 59,8% de los participantes tenían un es-tatus socio-económico medio, el 27,8% medio-bajo, el 9,8% bajo y el 2,9% alto. Respecto al nivel de estudios, el 38,6% de la muestra tenía estudios elementales, el 39,6% secundarios, y el 21,8% superiores. En cuanto a la situación labo-ral, el 44,6% tenían empleo, el 36,6% estaban desempleados; el 16,8% tenían una incapacidad laboral y el 2% estaban jubilados.

En relación a la EII, el 44,7% (n = 46) tenía el diagnóstico de Cu, y el 55,3% (n = 57) tenían EC. El tiempo de evolución de la enfermedad desde el inicio de los síntomas hasta la actualidad os-cilaba entre 2 meses y 33 años. La duración media de la enfermedad fue de 7,14 años (DT = 6,48). El 20,4% (n = 21) habían sido intervenidos quirúrgicamente por la EII. La media de brotes en el último año era de 1,55 (DT= 2,15), y la media de consultas médicas en el último año era de 4,13 (DT = 5,30). El 59,2% había sido hospitali-zado alguna vez por su enfermedad, permane-ciendo ingresados una media de 9,74 días (DT = 14,86). El 95,1% de los participantes toma medi-cación actualmente para la EII, de los cuales el 87,4% tiene una buena adherencia al tratamiento farmacológico, es decir, toma sistemáticamente la medicación prescrita para su enfermedad.

Instrumentos

Entrevista inicial sobre datos socio-demográ-ficos y clínicos: en la cual se recaba información sobre sexo, edad, nivel de estudios, estatus eco-nómico, situación laboral, y también se indaga

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sobre indicadores de morbilidad médica (tiempo de evolución de la EII, intervenciones quirúrgicas, recidivas y consultas médicas durante el último año, adherencia al tratamiento farmacológico, entre otros).

Cuestionario de Afrontamiento del Estrés (CAE, Sandín y Chorot, 2003; Sandín, 2008). Es una medida de autoinforme de 42 ítems que eva-lúa siete estilos básicos de afrontamiento: (1) fo-calizado en la solución del problema, (2) autofocalización negativa, (3) reevaluación po-sitiva, (4) expresión emocional abierta, (5) evi-tación, (6) búsqueda de apoyo social, y (7) religión. Los sujetos deben indicar la frecuencia con que emplearon cada una de las 42 formas de afrontamiento indicadas según una escala tipo Likert graduada entre 0 (Nunca) y 4 (Casi siem-pre). En cuanto a la consistencia interna del ins-trumento en la presente muestra (alfa de Cronbach) fue de 0,86; 0,73; 0,72; 0,72; 0,59; 0,93 y 0,91 para cada uno de los estilos de afron-tamiento respectivamente.

Inventario de Depresión de Beck (BDI-II, Beck Depression Inventory-II. Beck, Steer y Brown, 1996. Adaptación española: Sanz, Perdigón y Váz-quez, 2003). Se trata de una medida autoinfor-mada de 21 ítems que evalúa la presencia de sintomatología depresiva. Los sujetos responden a 21 grupos de enunciados correspondientes a di-ferentes síntomas depresivos, debiendo elegir la afirmación que mejor describe el estado del sujeto durante la última semana. La puntuación de los ítems se realiza en escalas de cuatro puntos desde 0 (síntoma no presente) hasta 3 (síntoma muy intenso), y la puntuación total en el BDI-II se sitúa en un rango entre 0 y 63. El alfa de Cronbach en el presente estudio fue de 0,92.

Escala hospitalaria de Ansiedad y Depresión (hospital Anxiety and Depression Scale, hADS: Zigmond y Snaith, 1983; adaptación de Terol et al., 2007). Es una escala de autoinforme que consta de dos subescalas, una evalúa depresión y la otra ansiedad, están formadas por 7 ítems cada una de ellas, con cuatro opciones de res-puestas que puntúan de 0 a 3. La consistencia in-terna (alfa de Cronbach) en nuestra muestra fue de 0,84 para la subescala de depresión; 0,85 para la de ansiedad y 0,91 para la escala total.

Anxiety Sensitivity Index-3 (ASI-3, Taylor et al., 2007. Versión española: Sandín, Valiente, Chorot y Santed, 2007). Es una escala de autoin-forme de 18 ítems diseñada para la evaluación de la sensibilidad a la ansiedad. Los sujetos deben contestar indicando el grado en que suelen expe-rimentar cada uno de los enunciados según una escala tipo Likert pudiendo variar entre 0 (nada/casi nada) y 4 (muchísimo). Proporciona un índice general de sensibilidad a la ansiedad y tres puntuaciones para cada una de las

subesca-las de subesca-las dimensiones física, cognitiva y social de la ansiedad. La consistencia interna (alfa de Cronbach) en el presente estudio para el índice general de sensibilidad a la ansiedad fue de 0,92 y para cada una de sus dimensiones fue de 0,91; 0,93 y 0,83 respectivamente.

Cuestionario de Calidad de Vida en la Enfer-medad Inflamatoria Intestinal (CCVEII-36, López-Vivancos, Casellas, Badía, Vilaseca y Malagelada, 1999). Este cuestionario es la versión española del Inflammatory Bowel Disease Questionaire (IBDQ) (Guyatt et al., 1989). Se trata de un cues-tionario autoadministrado de 36 ítems, en el cual las respuestas están graduadas siguiendo una escala tipo Likert de 7 puntos, en la que 7 repre-senta la mejor función y 1 la peor función. Los ítems del cuestionario se agrupan en cinco di-mensiones: síntomas intestinales o digestivos, síntomas sistémicos, afectación funcional, afec-tación social y afecafec-tación emocional. El alfa de Cronbach en el presente estudio para cada una de las dimensiones por orden fue de 0,82; 0,83; 0,83; 0,76 y 0,88.

Análisis de los datos

Todos los datos se analizaron mediante el pa-quete estadístico SPSS para windows (versión 22.0). Se llevó a cabo un análisis descriptivo de las principales variables mediante diversos esta-dísticos descriptivos básicos y de tendencia cen-tral (media, moda, mediana, desviación típica, asimetría, curtosis, frecuencias y porcentajes). Asimismo, también se hallaron correlaciones bi-variadas de Pearson, análisis de fiabilidad de los instrumentos de medida y de cada uno de sus factores y pruebas t de Student para muestras in-dependientes para el contraste de medias.

RESULTADOS

Objetivo 1: Asociación entre estrategias de afrontamiento al estrés con sintomatología emocional (depresivos y ansiedad).

Tal y como se muestra en la tabla 1, se han hallado asociaciones estadísticamente signifi-cativas entre varias de las estrategias de

afron-tamiento evaluadas con el CAE y

sintomatología depresiva y de ansiedad. Con-cretamente, la focalización en la solución de problemas correlaciona en sentido inverso con sintomatología depresiva evaluada con el BDI-II y con la sensibilidad a la ansiedad en su di-mensión social; la autofocalización negativa correlaciona positivamente tanto con sintoma-tología depresiva como de ansiedad en todas sus dimensiones; la reevaluación positiva co-rrelaciona en sentido inverso tanto con depre-sión como con sensibilidad a la ansiedad. Sin

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Objetivo 2: Asociación entre estrategias de afrontamiento al estrés con calidad de vida.

Asimismo, también se han encontrado ligeras asociaciones entre las estrategias de afronta-miento al estrés (CAE) y la calidad de vida en la EII (CCEII-36) (véase tabla 2). Concretamente, la auto-focalización negativa correlaciona de forma

in-versa con todas las dimensiones del cuestionario de calidad de vida; la reevaluación positiva corre-laciona positivamente con los síntomas sistémicos y la expresión emocional abierta correlaciona de forma inversa son síntomas intestinales o digesti-vas y sistémicos, con afectación emocional y con calidad de vida total.

Tabla 1. Correlaciones entre estrategias de afrontamiento al estrés (CAE) con sintomatología emo-cional (síntomas depresivos y de ansiedad)

BDI-II HADS-A HADS-D HADS-T ASI ASI ASI Físico Cognitivo Social CAE

Solución de problemas -0,29** -0.13 -0.26 -0.23 -0.18 -0.15 -0,25*

Autofocalización negativa 0,63** 0,46** 0,47** 0,51** 0,36** 0,51** 0,55**

Reevaluación positiva -0,39** -0.2 -0,32* -0,31* -0,26* -0,27* -0,39**

Expresión emocional 0,37** 0.21 -0.01 0.09 0.15 0,22* 0,32**

Evitación 0.06 -0.04 -0.18 -0.1 -0.01 0.08 0.06

Búsqueda de apoyo social -0.07 0.141 -0.07 0.02 -0.1 0.1 -0.11

Religión 0.05 -0.01 0.01 -0.01 0.09 0,22* 0.01

La correlación es significativa al nivel *p<0,05; **p<0,01 (bilateral).

Tabla 2. Correlaciones entre estrategias de afrontamiento al estrés (CAE) con calidad de vida (CCEII-36)

Intestinales Sistémicos Funcional Social Emocional Total CAE

Solución de problemas 0.04 0.21 0.05 0.04 0.02 0.09

Autofocalización negativa -0,26* -0,39** -0,30** -0,27* -0,28* -0,37**

Reevaluación positiva 0.13 0,26* 0.19 -0.1 -0.09 0.2

Expresión emocional -0,30** -0,39** -0.21 -0.2 -0,24* -0,31**

Evitación -0.04 -0.06 0.05 -0.06 -0.03 0.02

Búsqueda de apoyo social 0.04 0.06 0.06 -0.07 -0.07 0.06

Religión -0.04 -0.1 -0.12 -0.09 -0.09 -0.09

Objetivo 3: análisis de diferencias entre pacien-tes con CU y EC en estrategias de afrontamiento al estrés, sintomatología emocional y calidad de vida.

Si comparamos a los pacientes diagnosticados

de Cu y de EC en las estrategias de afrontamiento al estrés no hemos encontrado diferencias estadística-mente significativas entre ambos grupos de pacien-tes (véase tabla 3).

embargo, no guarda relación con la ansiedad evaluada a través del hADS-A. La expresión emocional abierta correlaciona de forma posi-tiva con la depresión evaluada con el BDI-II y

con la sensibilidad a la ansiedad de tipo cogni-tiva y social. Finalmente, la religión correla-ciona de forma positiva con la sensibilidad a la ansiedad en su dimensión cognitiva.

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Asimismo, tal y como se observa en la tabla 4,

tam-poco hemos encontrado diferencias estadísticamente significativas entre los pacientes diagnosticados de Cuy EC en calidad de vida evaluada con el CCVEII-36.

Tabla 3. Comparación de medias entre CU y EC en estrategias de afrontamiento al estrés

CAE CU EC t gl P

Med DT Med DT

Solución de problemas 13.87 5.05 13.02 5.52 0.73 81 0.47

Autofocalización negativa 8.77 4.99 9.8 4.85 -0.95 81 0.35

Reevaluación positiva 12.23 4.99 12.59 4.03 -0.36 81 0.72

Expresión emocional 6.92 4 7.9 4.02 -1.12 81 0.27

Evitación 10.36 3.99 10.39 5.57 -0.03 81 0.98

Búsqueda de apoyo social 10.31 6.83 11.36 5.8 -0.76 81 0.45

Religión 2.87 4.71 1.98 2.89 1.03 61.54 0.31

Tabla 4. Comparación de medias entre CU y EC en calidad de vida (CCVEII-36)

CCVEII-36 CU EC t gl P

Med DT Med DT

Síntomas intestinales 4.81 1.29 4.72 1.28 0.3 79 0.76

Síntomas sistémicos 4.38 1.28 4.29 1.29 0.31 79 0.76

Afectación funcional 4.52 1.46 4.39 1.65 0.38 79 0.7

Afectación social 6.66 10 5.04 1.42 1.04 79 0.3

Afectación emocional 6.12 10.43 4.49 1.46 1 79 0.32

Total 4.63 1.2 5.56 1.31 0.24 79 0.81

Finalmente, tal y como se muestra en la tabla 5, no hemos encontrado diferencias esta-dísticamente significativas entre pacientes con Cu y EC en sintomatología depresiva evaluada

con el BDI-II y el hADS-D, ni en ansiedad eva-luada con el hADS-A, ni en sensibilidad a la an-siedad (ASI) en ninguna de sus dimensiones física, cognitiva y social.

Tabla 5. Comparación de medias entre CU y EC en sintomatología emocional (BDI-II, HADS, ASI)

CU EC

t gl P

Med DT Med DT

BDI-II 17.55 11.42 19.32 12.58 -0.82 81 0.42

hADS-A 10.04 4.35 10.76 5.32 -0.53 54 0.6

hADS-D 7.48 5.11 7.21 5.05 0.19 54 0.85

hADS-T 17.52 8.75 17.39 9.76 0.5 54 0.96

ASI físico 8.49 6.17 8.75 6.23 -0.19 81 0.85

ASI cognitivo 4.32 5.19 5.43 5.31 -0.96 80 0.34

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DISCUSIÓN

El presente estudio aporta evidencia sobre la implicación de diversos factores psicológicos en la EII. En concreto, parece relevante la influencia de las estrategias de afrontamiento al estrés que uti-lizan estos pacientes y cómo éstas puedan estar in-terfiriendo en los problemas emocionales (depresión y ansiedad) así como en la calidad de vida. Parece que el uso de estrategias de afronta-miento del estrés desadaptativas está asociado con mayores niveles de sintomatología emocional y con una peor calidad de vida.

En relación al primer objetivo del estudio, nues-tros resultados, van en la línea de onues-tros previos (Smith et al. 2002; Kinash et al., 1993) que apoyan la idea de que el uso de estrategias de afronta-miento como autofocalización negativa (AFN), la cual consiste en la aparición de sentimientos de indefen-sión, incapacidad, resignación, pesimismo o pérdida de control a la hora de hacer frente a situaciones di-fíciles relacionadas con la enfermedad; y expresión emocional abierta (EEA), en la que la persona consi-dera que expresando su ira o su tristeza de forma constante solucionará el problema, se asocia con mayores niveles de depresión y de ansiedad. En con-creto, la AFN correlaciona positivamente con niveles altos de ansiedad medida con el hADS, así como con niveles elevados de sensibilidad a la ansiedad (es decir, miedo a los síntomas de ansiedad), en sus tres factores (física: miedos a síntomas somáticos; cog-nitiva: preocupación al descontrol cognitivo; y so-cial: preocupación por reacciones observables públicamente). Mientras que EEA sólo correlaciona con niveles elevados de sensibilidad a la ansiedad a nivel cognitivo y social. De la misma manera, la es-trategia de religión, entendida como una manera de evadirse de la situación problema para no afrontarla, se asocia con mayores niveles de sensibilidad a la ansiedad de tipo cognitivo.

Por otro lado, nuestros resultados muestran que estrategias como la focalización en la solución de problemas (FSP), donde el paciente identifica estra-tegias de solución de problemas que pueden resul-tarle útiles a la hora de enfrentarse a las dificultades, se asocia en sentido inverso con síntomas depresi-vos y de sensibilidad a la ansiedad de tipo social. Lo mismo ocurre con la estrategia de reevaluación po-sitiva (REP), que implica la capacidad de centrarse en mayor medida en los aspectos positivos de las si-tuaciones, la cual se relaciona también en sentido inverso con niveles de depresión y de sensibilidad a la ansiedad en sus tres factores.

En cuanto al segundo de nuestros objetivos, la asociación entre las estrategias de afrontamiento al estrés y calidad de vida, nuestro trabajo aporta re-sultados similares a otros estudios previos (Mo-reno-Jimenez et al., 2007; o Petrak et al., 2001). El presente estudio encontró una asociación

significa-tiva entre el uso de estrategias de afrontamiento al estrés y la calidad de vida de estos pacientes. De manera que, el uso de estrategias como AFN y EEA se relaciona con una menor calidad de vida. En con-creto, la AFN se asocia con peores niveles de calidad de vida en todas las dimensiones analizadas: intes-tinal o digestiva (hace referencia al número de de-posiciones, diarrea, gases, sangre o hinchazón); sistémica (se refiere al cansancio, malestar general, mal humor, náuseas y falta de energía); afectación funcional (mayor interferencia de la enfermedad en las áreas laboral, académica y de ocio); afectación social (interferencia de la enfermedad en las activi-dades sociales); y afectación emocional (aparición de sentimientos de frustración, preocupación, in-quietud o desánimo causados por la enfermedad) y en el total de calidad de vida percibida por estos pa-cientes. La EEA se asocia con peor calidad de vida a nivel intestinal, sistémico, emocional y total. En sen-tido inverso, estrategias como REP se asocia con mayores niveles de calidad de vida sobre todo a nivel sistémico.

De todo lo anterior se desprende que la estrategia de afrontamiento más implicada en la sintomatología emocional comórbida y en la calidad de vida de los pacientes con EII es la AFN. En este sentido, se pone de relevancia la necesidad de enseñar a estos pacien-tes a disminuir el uso de este tipo de estrategias ya que inciden en una menor adaptación y un manejo menos eficaz de la enfermedad. Por tanto, nuestro estudio sugiere que el incremento del uso de estra-tegias de afrontamiento al estrés adaptativas estaría directamente asociado con una mayor calidad de vida y menor sintomatología emocional, como ya apuntaban otros autores (Parekh et al., 2015; McCombie et al., 2015) en estudios previos.

Finalmente, en relación al tercer objetivo de nuestro estudio, el análisis de las diferencias entre los pacientes con Cu y EC en estrategias de afronta-miento al estrés, síntomas emocionales y calidad de vida, no hemos encontrado diferencias significativas entre ambos grupos al contrario de lo que ocurría en algunos estudios previos (Mikocka-walus et al., 2008) en los cuales sí encontraban mayores niveles de calidad de vida en pacientes con Cu que en pa-cientes con EC, así como un uso de estrategias de afrontamiento más desadaptativo y en consecuencia niveles significativamente más altos de ansiedad para pacientes con EC (Smith et al., 2002).

Este estudio muestra la importancia que los as-pectos psicológicos tienen en la enfermedad infla-matoria intestinal y la relación que existe entre el uso de estrategias de afrontamiento al estrés con los problemas emocionales y la calidad de vida de los pacientes que padecen colitis ulcerosa o enfer-medad de Crohn. Además, los resultados también indican que un afrontamiento efectivo de las situa-ciones estresantes relacionadas con la enfermedad podría mejorar la salud emocional y la calidad de

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vida de estos pacientes. Por lo tanto, sería conve-niente incluir la intervención psicológica en el trata-miento de estas dolencias. En este sentido, parece necesario poner en marcha programas de trata-miento psicológico específicos en formato grupal, integrados dentro del tratamiento médico ya exis-tente, cuyo objetivo sea facilitar al paciente habili-dades y estrategias dirigidas a solucionar los problemas psicológicos asociados, afrontar de ma-nera más efectiva las demandas de la enfermedad y mejorar su calidad de vida.

Por último, señalar las limitaciones del presente estudio. una de ellas ha sido no disponer del índice de gravedad de la enfermedad que presentaban los pacientes, sea ésta Cu o EC, lo que hubiera permi-tido poder estudiar también la muestra en función de la gravedad de la EII. Otra consideración es que hemos llevado a cabo un estudio transversal por lo que carecemos de datos prospectivos al respecto. Probablemente los datos aquí aportados, puedan cambiar en función del momento y la evolución de la enfermedad en la que se encuentren los pacientes, por lo que sería interesante llevar a cabo un estudio longitudinal en el que se puedan apreciar estos cam-bios. Así mismo, consideramos que también sería in-teresante estudiar otras variables tales como las características de personalidad de los pacientes y el tipo de apoyo social de que disponen. Todas estas consideraciones y propuestas deberán ser tenidas en cuenta en futuros trabajos de investigación.

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