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conductas disruptivas

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Academic year: 2021

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(1)

María

María

Ángeles

Ángeles

Morcillo

Morcillo

Gómez

Gómez

Pedagogía

Pedagogía

T

T

erapéutica

erapéutica

Etapa educativa:

Etapa educativa:

Educación Infantil y Primaria

Educación Infantil y Primaria

LA

LA

S

S

C

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ON

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D

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UCT

UCT

A

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DI

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V

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E

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C

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TR

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A

A

TOS

TOS

CONDUCTUALES

CONDUCTUALES

la conducta disruptiva se puede denir 

la conducta disruptiva se puede denir  con un anagrama de conductas poco

con un anagrama de conductas poco

apropiadas o molestas de

apropiadas o molestas de

determina-dos alumnos que inuyen de manera

dos alumnos que inuyen de manera negativa obstaculizando el ritmo

negativa obstaculizando el ritmo

nor-mal de la clase: tales como falta de

mal de la clase: tales como falta de

educación, no participación,

educación, no participación,

desobe-diencia, agresividad, contestaciones…

diencia, agresividad, contestaciones…

La disrupción deteriora el aprendizaje

La disrupción deteriora el aprendizaje

y la comunicación socioafectiva en el

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Tipos de conductas disruptivas:

podría-mos clasicarlas en las siguientes ca -tegorías:

-Comportamientos socialmente

inacep-tables y moralmente poco adecuados:

desorden, coprolalia, poca higiene…

-Conductas que dicultan la integra

-ción y las relaciones con el grupo cla -se: dominancia sobre el resto, agredir verbalmente e intimidar, provocar dis-cusiones e incluso peleas.

-Comportamientos de enfrentamiento contra el profesor: interrumpir expli-caciones, olvidar los trabajos, reírse a destiempo, mentir, molestar haciendo

ruidos, desaar al profesor, incumplir 

las sanciones…

-Conductas que alteran las normas de funcionamiento de la clase: llegar tar-de, interrumpir sin permiso, escaparse, gritar…

-Comportamientos derivados de tras-tornos de personalidad: rabietas, hipe-ractividad, hipersensibilidad…

-Conductas relacionadas con la falta

de rendimiento: pasividad y desinterés,

ausentismos, olvido del material de tra-bajo, boicot de las explicaciones…

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-Comportamientos violentos: dar empu- jones, ningunear, insultar, hurtar,

estro-pear muebles…

¿Qué podemos hacer ante la aparición

de conductas disruptivas?. El profesor mediador.

Cuando hablamos del profesor como mediador nos referimos a un estilo rela-cionado con tres ámbitos, que son:

-Con relación al educando: tiene

cono-cimiento personal, familiar y social del

alumno; asegura la participación del

alumno a nivel individual y grupal; ayuda

al alumno a crear una imagen positiva de sí mismo.

-Con relación a los contenidos:

estructu-ra los contenidos y materias según sus

capacidades; da prioridad al proceso educativo sobre la adquisición de

cono-cimientos; busca precisión y exactitud creando mentalidad cientíca.

-Con relación al método: planica y pro -grama su tarea, fomenta la participación del alumno a nivel personal, fomenta el cultivo de la metacognición, busca

prin-cipios y conclusiones a su nivel, busca

la aplicación de conocimientos a otras

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CONTRATOS CONDUCTUALES.

Entendemos por contrato conductual un documento escrito por todos los

miembros que intervienen en él, en el cual se acuerdan y fjan los premios y

castigos que van a recibir

determina-das conductas, quedando así fnalmen

-te el documento frmado por todos los

miembros que van a participar del mis-mo con símbolo de la aceptación del compromiso que van a adquirir.

El contrato debe ser redactado tanto por el alumno como por los profesores de tal manera que se asegure la

ple-na implicación en el mismo, ya que el alumno se ve identifcado con aquello que va a frmar habiendo participado

activamente de todos los acuerdos que

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 A la hora de redactar un contrato y po -nerlo en práctica debemos tener en cuenta:

-Debe tener un vocabulario accesible, de forma que no queden formuladas propuestas que den margen a error o diferentes interpretaciones.

-Los reforzadores deben ser inmedia-tos a la conducta, siguiendo siempre lo

acordado y rmado por todas las par  -tes en el contrato.

-La alianza debe formularse en térmi

-nos positivos, resaltando los premios y

reforzadores que se van a establecer a las conductas objetivo.

-En el contrato deberemos reejar di -ferentes metas graduadas en función

de la dicultad que presente el alumno

nera que premiemos y reforcemos las aproximaciones sucesivas que vaya

realizando a la conducta objetivo; no debemos descuidar el factor motiva-ción.

-Es imprescindible respetar las pautas acordadas sin improvisar, así el alum-no siempre coalum-nocerá la consecuencia

directa de cada conducta que vaya a

realizar dentro del abanico trabajado. Si durante la aplicación de las mismas

surgiera alguna dicultad, sería nece -sario realizar una revisión del contrato en la que intervengan todas las partes que lo han realizado.

-Es necesario que dentro del contrato se establezcan plazos para haber al-canzado los objetivos propuestos. Así

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ción de varios contratos, dentro de los

cuales se van a trabajar diferentes

con-ductas. En el primero una conducta, en

el segundo dos (aumentando así la

di-cultad para alcanzar objetivos) de tal

manera que tras previo

establecimien-to del plazo de duración de los mismos

vayan caducando unos en los que el alumno ya ha interiorizado la conducta, y entren en vigor otros en los que con

-tinúen las conductas anteriores y otras nuevas, y los reforzadores se ajusten a

las nuevas exigencias que supone este

nuevo contrato. Se vuelve a redactar

cada contrato de mutuo acuerdo de las

partes que intervienen en él. El contrato puede ir acompañado de un gráco en

el que se pueda apreciar visualmente

la evolución del cumplimiento del

con-trato.

-Conclusión:

Respondiendo con cierta suavidad y

asertivamente encontraremos la clave

para trabajar conductas de este tipo en

el aula; el enfado, las alteraciones

aní-micas o la ignorancia no son buenos

aliados para paliar la disrupción.

Cuan-do nos encontremos con una conducta

tipo que interera en nuestro proceso

de enseñanza, no focalizaremos toda

nuestra atención en ella, sino que

in-tentaremos plantear alternativas al

res-pecto respondiendo con asertividad,

no desproporcionadamente. El

profe-sor se sentirá arropado por el tutor, el

departamento de orientación y el resto

de compañeros para plantear formas

de actuación en conjunto, bien deni

-das y concretas.

Bibliografía:

-Ángel R. Calvo Rodríguez: “Problemas

de convivencia en los centros

educa-tivos. Análisis e intervención”. Madrid.

2003.

-Lorenzo Tébar Belmonte: “El perl del

profesor mediador”.

-www.psicopedagogía.com

-www.wikipedia.org

-www.saludmental.info

-www.librospdf.net/contrato-conduc-tual

Referencias

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