I 2.
D I Á L O G O TRÁGI CO.
T I T U L A D O ;
L A R A Q U E L .
FACIL DE EXECUTAR EN CASAS P A R T I C U L A R E S ,
SAC4.DO DE LA HISTORIA,
Y A D O R N A D O C O N IN T E R V A L O S D E MUSICA.P O R U N A F X C I O N A D O ,
EN VALENCIA
P OR J O S É F E R R E R D E O R G A .
AÑO 1 8 1 3 ,Se hallará en la Librería de José Carlos Navarro^ Calle de la Lonja de la Sedai asi mismo un gran surtido de Comedias antiguas y modernas
,
Tragedius^ Autos Saeramentales«
Saynttes y Unipersonales^P E R S O N A S .
Raquel.
Alfonso V n i^
S A L O N R E G IO
D EP A L A C IO C O N P U E R T A S G R A N -
diosas á el foro
,las qunles se abrirán á su tiempo descubrirán tro-
no en su interior
;mesa magnífica con relox en ella junto a ella una
silla en la que estará sentada Rttquél apoyada sobre el bra’z.ó i-z,quier~
do ,y el derecho le tendrá caido con el pañuelo en el suelo antes de ti~
rarse el telón precederá un fuerte estrépito que descenderá por grados
á un piano armonioso de fagotes y clarines obligados que aurará hasta
que ^uel've sobre sí asustada y despavorida y en seguida andará por el
teatro del mismo modo
,\ la música expresará igualmente
sus afectos.. Después de tranquiliz.aUa dice..
X
Raq.
J _ odo ha sido ilusióny
todo quimera,que en. la mente avultó mi desva río;
A y Alfonso! quán llenas de am ar guras
las delicias de amor gozo contigo! de qué sirve que en mí el poder
trasfíeras
^ue te dió el cielo sobre tus domi nios,
Si
el cielo me amenaza con sus iras quando tus facultades exercíto? ni del culto el alhago que tributan lisonja) y sumísioit- al poderio; ni el humo-dei incienso que á mis.aras
el servil cortesano ofrece fino; ni el cÚ4T)ulo agradable de pres«a«, de galus suntuosas, y atavíos q^ue á competencia pródigos ofre
ce tr
á mi adorno Zeyian, O riente, y Tiro;
ni el ser de Alfonso amada con ex* tremo,
ni e! mirarle sujeto á mi^^alvedrio^ ni la posesion de siete años ni la seguridad de su carino, bastan á disipar el sobresalto, el iiorror, y el afan que ha intro
ducido
en mi turbado pecho un fatal sueño,, sueño espantoso 1 sueño el mas
im-pío,
déxame en paz , no turbes mi re -poso
huye,- huye::- mas cómo? quándo avivo
con mi amor los efectos que le cau san ?
Cielos, sin destrozar mi amante pecho
de él no puedo arrancar al dueño mioj
Amorpor conservar en él su imagen
rasgos de fuego
v/ó,para esculpirlo.
Se queda suspensa, y la música
j/*gue la meditación que debe tener
por un rato.
Arrancarle del pecho? separarle? sin Alfonso Raqué. ? qué es lo que
digo ?
primero que en mi pecho Alfonso falte
venas de fuego correrán los ríos; producirá la ni<íve los volcanes, la tierra ocupará del sol el sitio; los cielos pararán; el ayre torpe, del modo de alentar perderá tino, dispondrá de los seres la gran m¿tsa que su reproducción pase al olvido; todo puede m udarse, to do , todo,
ménos la fé que por Alfonso animo.
Corto espacio de música
,en que
Raquel mira si ^iene Alfonso,
Pero no viene Alfonso, su tardanza causa en mi corazon nuevos mar»
tirios:
conturbado mi espíritu no encuen tra
fas voces del dolor para sentirlo, pues torpes con los ayesde la queja se confunde el aliento entre suspi*
ros.
Pero para que Alfonso disfrutase en los ratoí del ócio, del alivio que al ánimo dispensan las riberas del placentero Tajo ¿no Je he dicho que en ellos por la caza , ó por la
As
pes^a,
trocase por un rato mi cariño? los mas dias no hice que adoprára hasta ahora este plácido exercicio? cómo antes no temía? fatal sueño! pavorosa ilusión ! nwrral deliquio! cuyas especies quanto mas las huyo en mi idèa mas vivas las percibo; mucho has visro Raquél::Pluguiera el cielo, que quedase en amago el
vaticinio !
el fruto del a m o r, que amante u- surpas,
al lecho conyugal R aquel ya has visto
y has visto;:- balbucl;nte entre Jos labios
torpe la voz, no acierta s proferirlo. Pero tan grande efecto me ha cau
sado,
que aun parece que escucho el es tallido
del formidable trueno, que los velos rasgó de la mansión del Juez divino: de cuya mano vi caer la sentencia <jue impulsó su justicia á mis deli
tos.
Que horror! qué turbación ! qué arredramiento !
discurso atribulado, busca arbitrios para olvidar recuerdos que tan solo sirven de dar aumento:;- mis dvli-
quios
en estos pavimentos me presentan de nuevo la sentencia:: allí ia miro:: caractéres ínfiniros! líneas tristes! á vuestro rigor cedo, ya desisto
áe amar á Alfonso
,ya su amor
re nuncio.Andante triste.
Pero ay! qué para hacerlo falta el brio !
un pavor se derrama de mis venas, que entorpece el discurso^ y los
sentidos:;
yo no sé donde estoy , ni qué me
pasa::-Ay Alfonso
!A y mi bien
!que te he
perdido.
Se recuesta en la silia^ y Ja música
m am festará iti onsternacion^ sub
sistirá unos coUos instar.tes en es
ta situación., después se leniuntará^
en aptifud de estar meditando,
y seguirá diciendcy.
Asi como 1.1 idéd algunas veces
nos finge sueños de placer nacidos, y de glorias mentidas llena el pe
cho,
haciendo rico al pobre, grande'el chico,
y despues de borradas las especies reconoce que todo fué fingido. T u decreto fa ta l, tu desventura
1)0 puede ser Raquél también io
mismo?
quien lo duda: por otra parte'no
h a llo
quien se atreva á cunjplir el vati cinio,
Los vasallos adoran en Alfonso, su corazon respetan en el tnioj y saben, que de un Rey tan sola
mente
puedí; juzgar el «írliitro divino; La reyna ul disismilo y la pa
ciencia
hace de sus pesares sacrÍ-fício>
y no creo que emprehenda cosa al guna
que pueda disgustar à su marido. Estando como estoy asegurada, obáequi;ida de todos sus dominios, respetada del noble y de) pkbeyo, árbitra del poder, y el b¿neftcio^ y últimamente viéndome señora dtl corazon del R ey , por qué me
aflijo ?
por qué ttmo? por qué distraigo á Alfonso ?
por mi amor al vasallo echa en ol~ vido,
en los cargos no atiendo al caste llano,
al hebreo el favor tan solo aplico: pero aunque sea a sí, se opone A l
fonso?
al revés, lo autoriza su cariño, y si la magestad condena el yerro> absuelve el yerro amor::-
Se serena de pronto, y á un golpe
de música de terror se sobre-^
salta de nue^o.
V. Pero el cuchillo sangrientode la culpa que mi pecho
sin cesar hiere; de mi atroz delito el peso enorm e, que mi frente a-
bruma,
ha cubierto mis dias de conflictos. Si veré yo otra Cava que la España vuelva á inundar de males, y cas
tigos?
Ecpañoles, aunque en mi reyna el odio '
que profesa al cristiano el circuns- ciso,
que traiga á España Moros venga tivos,
que renueven las míseras desgracias que tan infausto hicieron a K. od rigo. Mas la hora se acerca en que es
forzoso
hncer ob'ítcntarion del poderío. Q aé vano! qué orgulloso! qué al
tanero
con el inatiilo se pone un genio al tivo !
Cüino en su pecho se difunde ei gozo
quando á sus plantas mendigar su- miikO
Te el füro r, ó la gracia el preten diente!
nada puede perturbar tu regocijo Raquel..
.... las ilusiones son efv'cto del sueño.... darlas crédito delirio.
Pequeña pausa en la que el relox
da las doce.
Pero las doce dan, y Alfonso tarda, roas quándc»Alíonso tan temprano dcxadtne en p.iz ideas.... (vino?
Abren las puertas, y se ‘ven 'varios
con memoriales^
.... Y a las pjerras
que dan al real salón abiertas miro, y esperándome están quantos d,-s.an conseguir de mi m:ino beneficios. Presentarme es forzoio ; en cada
paso
que dov hácia el salón un monte animo,
y al llegif á sus puertas vuelve el alm i
á sentir el temor vaticinio
infausto de su muerte, qué recelo? qué dudo? qijando sé de positivo, que estando Alfonso, como está, eti
mi pecho
Alfonso á todas partes va conmigo.
E ntra, y cierran las puertas : la
música tocaiáunpiano corto,ydeS‘
pues pasará á un alegro estrepitoso
con el qual saldrá Alfonso mirando
toAu la escena
,y dice luego.
Alf.
esta en su q u arto ; en vano para verlaprestó el amor sus alas al cariño: En vano entré por disfrutar su vista por laescusada puerta que da ai rio: no vivo sin Raquel, y es esc'usado que busque otro placer que su a-
tractivo.
N o hay diversioti algun a, no hay recreo,
que pueda c^jinpetir con sus hechi zos;
y así todo me cansa, y nada puede sati.sfacer el gusto, que concibo al m irarla: de tales perfecciones, tales gracias dotarla el cielo quiso, que las flores del campo cougreg.idas al ver las flores que en su hermoso
hechizo
tan liberal sembró naturaleza dixeron ju;uas al Abril florido, dc-póa Abril ti cetro de las flores, que de ellas el Imperio á Raquél
dimos.
Dónde estará? la hora me asegura que C atará distribuyendo beneficios,
voy á verla á la Audiencia:: al di simulo
Aquí la esperaré...#
Se sienta^y despues de una pausé
dice.
.... De una tristeza
está mi corazón hoy poseído tan extraña, que codo me acobarda, todo me da pavor, aun ¿ mí mismo.
Andante lúgubre que le llena de
tristezza.
Yo mismo rae acongojo, triste A l fonso!
de qué tu sobresalto ha provenido! que tieiiesl qué te añije? de ios z^los tu corazon ao sufre el cruel martirio, tus vasallos te ado ran , y disfrutas de Ja hermosa Raquel el dulce he
chizo.
Ay Raquel! A y Raquel! si tendrá acaso
parte tu corazon en mis conflictos? parte tendrá, no hay duda, que en
su pecho
mi corazon existe, y es preciso que sienta el suyo, lo que el mio
siente,
y el suyo goze lo que goza el mio. Senti,rá m¡ pesar; mi dolor siente, y no solo á Raquel mi afan limito, según influye amor entre nosotros es capaz su retrato de sentirlo.
Música. Alfonso exdmina el reirá*
to de Raquel f que estará á un
lado colocado.
Triste está en el retrato, ó á lo menos el pesar me lo fínje, si deliro acaso? n o , que claras las especies revuelvo en mí discurso; ay qué
marchito !
ah qué lánguido está su hermoso
rostro!
qué apagados sus ojos peregrinos! sus labios que á la rosa avergonza
ban,
en cándida azuzena convertidos, del pesar, qué Raquel, por mí pa
dece
contribuyen tamhien á dar indicios. £1 sol de su hermosura se ha eclip
sado,
y Alfonso sin sus luces confundido, entre las tristessombras de las penas va dando de un abismo en otro
bismo.
.Música
,y anda despa’vorido por
la escena.
Ay triste Alfonso! miserable AI fon'io! qué te va á suceder? responde, di lo? mas qué rumor es este , que en mi
pecho
Ruido dentro,
un nuevosobresalio ha introducido?, qué ha de ser? el rumor del pre
tendiente •
que en tropel corre por lograr su miso
de mano de R^quélaquelias gracias, qae en ella deposita mi carina. Mas mi temor es tal, tal mi rezelo,
que del zéñro blando hasta el sus piro
tne acemoríxi. Alfonso, aquel es-> fuerzo,
aquel valor que sobre el Berberisco tNS sienes en las N jv as de Tolosa, coronó de laureles infíniros, que se ha hecho? de la Asia la me>
que eternizó tu nombre entre los siglos,
quando empuñó tu brazo la cuchilla para recuperar del Saladino U tierra misteriosa, de tu pecho no disipi el pavór que has conce*
bído ?
el ánim o esforzado, la arrogancia que demonstraste, quando el ñero
Sirio
vo’ó la mina en que tafito cristiano fué del ardid despojo, qué se hizo? por 6n, dónde esta aquella cons
tancia
que en la santa ciudad mostró mí brio
quando el cruzado arnés pasó una flecha,
yen lojo humór el pecho vi tenido; y sin perder del Turco los alcance-» despreciando el dolor á un tiempo
mismo,
la flechi m ' quité con una mano,
y
m ité coii la otra á mi enemigo? Dílo Alfonso, responde::: mas denuevo
parece que en la sala suena ruido. Sí Us guardias tal vez. la turba ata
jan»
mas siguen al rumor confusos
gri-ÍO«.;
forzoso es acudir; sopido de armas ademas del rumor también percibo, vamos ^ ver la causa: quéesaquesro?
Abre Alfonso de pronto las puer
tas ^ y salen á un tiempo huyendo
en dos filas los Castellanos con los
aceros desnudos, y Raquel cae del
Trono en los brazos Ue Alfonso^
Qué es aquesto Raquel ? qué ha sucedido ?
Raq.
Recíbeme, mi bien, entre tus bra* zos.Alf.
Qué coDfusióa es estal mas qué miro?dónde vaisi’ por qué huís? que es lo que pasa?
qué es esto, que la mano me be te ñido
en sangre? qué de horror! A y Dios! me cubre ?
qué sangre es ésta di? cielos divinos! tú traspasado el pecho?
Raq
Poramarte::-Alf.
Q lién tuvo atrevimiento?quién? sumisosdemonstráis á mis pies vuestra per
fidia,
ha viles! de este sitio huís? Guardias matadlos, si es bistanre su vida á indemnizar tanto delito;
prendedlos.
R ■}. A y Alfonso!
A ‘f.
Riquelmi*::-Rtq.
O qjé caro me cuesta tu cariño!Aif.
Bien recelaba, ay triste! p jf qué caus.?traspasaron tu pecho? mieuto, el mio.
Raq.
Por amarte.Alf.
Q jé dices? ya lo entiendo;yo
os haré ver aleves fcMí^ntidos el decoro,.al respeto qM.- se debs al que para m andar, Dios ha elegido;
a! que sus veces er. la tierra exerce, al que reyna por DiO'>; al que Dios
mismo
y prescribe al vasalío, que atrevMo no le obedece, ó fiicu á su decoro despues de su anatem a, un cruel
castigo:
dij! castigo me encargo , y de tal modo
perdido, dulce bien , he de cum plirlo,
que si para vengarte no bastasen los tormentos, los potro», y supli
cios,
que inventó para afrenta del cris tiano
el sangriento rigor del gentilismo, he de inventar de nuevo otros mas
fieros,
mas inhumanos, bárbaros
é
impios. Por tu mano, por esa mano bella que afirmó tantas veces mi cariño^ juro cum plir::-Raq.
No jures;;- consideraque del cielo dimana mi castigo, respeta sus decretos- y si bista el tiempo que tu a m o r ,-subscribió
al mío
perdona de mi muerte el atentado, yadmice-AIfoaso-oii postrer-suspiro.
Muere
:la música toca un andan^
te triste hasta la conclusión de la
piez.a y Alfonso queda recostado
por un momento.
¿í//. M urió R iq u él, y Alfonso tam bién muere:
dónde hallaré consuelo en tal con flicto?
ojostri'tes, llorad , llorada mares el fin funesto del trágico de»tiiio, de la inf.;liz R aq u el, cuya hermo
sura
aprisionados tuvo mis sent idos. A y malogrado bitn,que de tu mu<;r*
le
l i causa principil mi amor ha sido! pero ya que no puedo darte vida, a la dul<:e memoria de tu hechizo vivir ofrezco del dolor cercado, ignorado , si es dable , de mi mis
mo,
negado al mundo , en las incultas selvas
entre las fieras siempre confundido, acabaré una vida:::- Alfonso I Al
fonso !
sujeta á la razón tus desvarios, en la triste Raquél, repara el fruto; la consecuencia vé de tu extravío. JLegislidor supremo, de tu mano conozco, que dimana su c'otigo. Detesto mis errores; y hMmiìlado mi corazon , á tu poder resigno: perdona mis ofensas , y protesto, que loi yerros de amor corriji el
juicio.