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Desde la misma creación del Estado

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Academic year: 2021

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(1)

1. INTRODUCCIÓN

1

D

esde la misma creación del Estado de Bienestar en los países desarro-llados, se han venido sucediendo propuestas para la mejora y viabilidad del sistema. A modo de ejemplo, durante los años ochenta, en España, la incertidumbre acerca de la viabilidad de las pensiones ya era pal-pable y conocida. Un primer salto cualitativo se dio, en febrero de 1995, por medio de lo que hoy se suele llamar «Pacto de Toledo2» y que recoge quince recomendaciones cuya finali-dad es garantizar la viabilifinali-dad del Sistema de Seguridad Social. Alguna de las medidas, como la distribución y asignación de los pre-supuestos a través de la separación de las fuentes de financiación del nivel contributivo y el nivel asistencial, se plasmaron en la Ley 24/1997; no así la recomendación número diez, «incentivación de la prolongación volun-taria de la vida activa de quienes libremente lo deseen, en la que se enmarca este artículo, la cual ha tenido que esperar a la reforma más reciente sobre la base del «Acuerdo para

la Mejora y Desarrollo del Sistema de Protec-ción Social», que fue suscrito el 9 de abril de 2001 por el Gobierno, CC.OO., CEOE y CEPYME, en el cual, se establece un sistema de jubilación gradual y flexible, que permite la posibilidad de compatibilizar una pensión de jubilación y el desarrollo de actividades laborales. Además de permitir que el porcen-taje aplicable a la base reguladora de la pen-sión de jubilación, supere el 100 por 100, para aquellos que sean mayores de sesenta y cinco años de edad y superen los treinta y cinco años de cotización, plasmado en la (Ley 35/2002 de 12 de julio).

Algunos modelos desarrollados para cono-cer el efecto de la jubilación en los sistemas de seguridad social no mencionaban la posibili-dad que ahora se nos presenta, compatibili-zar el salario con la pensión de jubilación.

Autores como Edward P. Lazear3examina, con ayuda de un modelo dinámico de renta-ocio, las razones de los cambios de estatus (trabajar, jubilarse, esfuerzo laboral, etc.…) a lo largo del tiempo, de los diferentes grupos que forman la población activa. Robin L. Lumsdaire, James H. Stock y David A. Wise4 * Universidad Autónoma de Madrid.

1 Mi agradecimiento a los profesores Maximino

Car-pio García y Paloma Tobes Portillo por su paciencia y asesoramiento.

2 Su nombre completo es: «Informe de la Ponencia

para el análisis de los problemas estructurales del Siste-ma de Seguridad Social y de las principales reforSiste-mas que deberán acometerse».

3 LAZEAR, E. (1996): «Retirement from the Labor

For-ce». Handbook of Labor Economics, Volume I, Chapter 5, 305-355.

4 LUMSDAIRE, R.; STOCK, J. and WISE, D. (1996): «Why

are retirement rates so high at age 65?«. NBER, Advances in the Economics of Aging, Chapter 2, 61-82.

(2)

explican algunas de las razones, por las cua-les, los trabajadores se jubilan antes de los sesenta y cinco años de edad, aún siendo esta edad la estipulada e incentivada por el esta-do.

El objetivo, por tanto, será modelizar los comportamientos de cada agente, en cada momento, frente a la elección renta-ocio, teniendo en consideración la edad del indivi-duo. Para así, ordenar mediante un índice de satisfacción qué acción tomar, que origine un cambio de estatus al trabajador. Gracias al modelo, podremos considerar qué edad de jubilación será la modal para cada grupo de estudios realizados, distinguiendo aquellos que posean únicamente el título de Primaria, Bachiller, FPI y II, Diplomado o Licenciado y Doctor. Puesto que, como expondré, la edad de jubilación se explica en gran medida por el diferencial de ingresos que tiene lugar por el cambio de salario a pensión, siempre y cuan-do, sea el trabajador quien decida cuándo jubilarse.

La última parte del trabajo constará en estimar el ahorro medio que experimenta cada uno de los agentes económicos implica-dos y ver, en términos generales, las proyec-ciones de ingresos y gastos en caso de no lle-var a cabo ninguna política económica.

2. MODELO RENTA-OCIO DE

VARIOS PERIODOS

TEMPORALES

Si existe libre elección a la hora de decidir el momento de jubilación, el trabajador toma-rá aquella decisión que le resulte más propi-cia. No sólo, desde un punto de vista moneta-rio sino también debido al tiempo disponible del que podrá dedicar al ocio. Por esta razón, un modelo de renta-ocio, aunque con limita-ciones, representa dos variables principales para nuestro análisis, que son:

• El salario que se percibe y la pensión que se recibirá una vez jubilado.

• Y, cómo valora el tiempo libre del que dispone un trabajador.

También, presenta desventajas ocasiona-das por la simplicidad del cálculo, así el valor que adjudica un trabajador a las horas de ocio frente a la renta no son siempre constantes. Por ejemplo, un trabajador con hijos segura-mente deseará tener más tiempo libre para disfrutar de sus hijos que cuando todavía no era padre. Aunque, posiblemente, el mayor obstáculo se presenta en las variables subje-tivas que integran el análisis. Algunas de ellas son:

• λ factor de descuento intertemporal • ρ coeficiente de aversión relativo al

riesgo

• µ valor relativo de una unidad de ocio entre una unidad de renta.

El modelo propuesto analiza tres posibles estados del individuo (trabajar, jubilarse y jubilación gradual y flexible), para cada uno de ellos, el agente establece distintos niveles de satisfacción y elegirá aquél que mayor gra-do de satisfacción le produce. Pero, para cono-cer correctamente cuál es el valor asignado a cada uno de los estados, en primer lugar, habrá que conocer qué supuestos estamos considerando.

– Supuestos generales

1. Dividimos la población activa por edad y estudios realizados, puesto que, el salario, que es una variable fundamental en el cálcu-lo de la pensión, está directamente relaciona-da con el nivel de formación, Becker (1964).

2. Fijamos una edad máxima de setenta años, a partir de la cual, las empresas no con-tratarán, ni mantendrán en plantilla a los trabajadores. Por tanto, dicha edad nos servi-rá como la edad máxima de percepción del salario, en el caso de seguir trabajando más allá de los 65 años de edad.

3. La esperanza de vida de la población irá creciendo progresivamente, sin diferenciar por sexo.

(3)

4. El tipo de cotización de la Seguridad Social, al ser un sistema de reparto, varía a lo largo del tiempo. Siendo su cálculo, una com-binación capaz de ajustar ingresos con gas-tos.

5. La pensión se calculará según los ar-tículos 3 y 10 de la (Ley 35/2002, de 12 de julio).

La Pensión Inicial se calcula con la siguiente ecuación:

Pero, existe la posibilidad de jubilarse de forma anticipada (antes de los 65 años de edad) y también, después de los 65 años,

jubi-lación gradual y flexible.

La jubilación anticipada se penaliza aplican-do los siguientes coeficientes reductores anua-les, que están en función de los años cotizados:

Ejemplo:

Jubilación a los 62 años de edad habiendo cotizado 35 años. 100% – (65-62) x 0.07= 79% de la PI.

Al contrario, si la decisión de jubilación es posterior a los 65 años, el trabajador se bene-ficiará de un incremento del 2% anual sobre la pensión inicial, siempre y cuando, haya cotizado treinta y cinco años a la Seguridad Social.

6. La jubilación gradual y flexible sólo tendrá cabida a partir de los 65 años de edad.

7. Todas las variables económicas se con-sideran a precios constantes de 2001.

8. Consideraremos que los individuos tra-bajan ocho horas diarias y cinco horas es el caso de que el trabajo sea a tiempo parcial.

9. A largo plazo el incremento de la pro-ductividad del trabajador se anula. De tal for-ma que, no se consideran incrementos reales del salario.

– Supuestos específicos

a) Trabajar

La restricción presupuestaria viene dada por el valor actual de los salarios (wt)a lo lar-go de su vida laboral, más el valor actual de la pensión (St(n)) que le corresponde a partir de los sesenta y cinco años de edad.

BT(x; j) Valor actual del salario esperado a recibir por trabajar desde la edad x hasta la edad j.

BP(j; w) Valor actual de la pensión deven-gada desde la edad j hasta la edad w.

( )

( )

( )

   − ⋅ + ≤ ≤ − ⋅ + ≤ ≤ ×     =

= − 26 35 0.8 0.02 26 15 03 . 0 5 . 0 25 15 15 1 ; 15 1 Si n n n n Si W n x PI t B t x B t x

W

Base de cotización a la edad x - t

x

Edad del trabajador en el momento de la jubilación

n

Número de años cotizados hasta la edad de jubilación

( )

( ) ( )

(

( )

)

( )

( )

−− − = − − = − − = + + + − = + = + 1 1 0 1 0 1 1 1 ; ; 1 x w x j t t t x w t x j t t trabajador t t P T t t B x j B jw w t S n x π π π

(4)

b) Jubilarse

La restricción presupuestaria será el valor actual de la pensión devengada hasta su muerte más la riqueza W(x) en el momento de jubilarse.

siendo

c) Jubilación gradual y flexible

Como ya he comentado, esta nueva posibi-lidad laboral, reparte el coste pecuniario entre la empresa (γ) y la Seguridad Social

(1-γ), hasta aquella edad en la cual el trabajador no pueda continuar trabajando. Consideran-do h igual a setenta años de edad.

con

Gráficamente podemos representar en un modelo renta-ocio estas tres posibles situacio-nes:

La Figura 1 representa a un trabajador que decidirá jubi-larse, puesto que, el cambio de estatus le supone una mayor utilidad. Es decir, el salario que recibe por sus horas de trabajo no le compensa ante la pensión devenga-da y las horas de ocio que disfrutará. Además, podemos observar que nuestro agente preferirá la jubilación gra-dual y flexible más que la jubilación y el trabajo, acogién-dose seguramente a esta última posibilidad.

Por supuesto, cada trabajador tendrá una función de utilidad distinta. Lo cual nos impedirá tomar un caso específico como gene-ral. Por dicha razón, expondré distintos supuestos según la persona sea adicta al tra-bajo o adicta al ocio.

2.1. Formulación

Sea una función de utilidad escindible en suma:

, ρ= coeficiente de aversión relativa al riesgo.

y las restricciones presupuestarias anterior-mente indicadas para cada estado socio-eco-nómico. Obtendremos el índice de satisfac-ción de cada una de las tres posibilidades. Con todo ello, el objetivo no será determinar las horas de trabajo óptimas para cada agen-te, sino, conocer el índice de satisfacción que BG(j; h) Valor actual de las rentas

percibi-das por la jubilación flexible desde la edad j hasta la edad h.

t

x

Número de bienes en el periodo t.

π

Tipo de interés real (suponemos constante).

trabajador t

t

Tipo de cotización a la Seguridad Social en el

periodo t.

n

Número de años cotizados a la Seguridad Social.

w

Edad esperada de fallecimiento.

x

Edad del trabajador.

j

Sesenta y cinco años de edad.

(

x

)

W

( )

x

B

P

( )

x

w

x w t t t

;

1

1 0

+

=

+

− − =

π

( )

− −

(

( )

)

=

+

=

1 0

1

;

x w t t t P

n

S

w

x

B

π

( )

x

B

T

( ) ( ) ( )

x

j

B

G

j

h

B

P

h

w

x w t t t

;

;

;

1

1 0

+

+

=

+

− − =

π

( )

−−

( )

( ) ( )

=

+

+

=

1 0

1

1

;

x j t t t t G

n

S

w

h

j

B

π

γ

γ

−− = − −       − + − = 1 0 1 1 1 1 x w t t t t x l Max U ρ µ ρ λ ρ ρ

(5)

experimenta cada uno de los individuos, para poder comparar los tres posibles escenarios.

Por consiguiente, el valor buscado será el resultante de las tres ecuaciones siguientes:

5 Trabajar5

( )

( )

[

]

[

( ) (

) ( ) (

)

]

(

ρ

)(

λ

)

λ

λ

λ

µ

ρ

ρ ρ ρ ρ

+

+





+

=

− − − − − − − −

1

1

1

1

1

1

;

;

1 *11 *21 j x w x t x j t x w P T x

l

l

A

A

w

j

B

j

x

B

T

Jubilarse

( )

( )

[

]

( ) (

)

(

ρ

)(

λ

)

λ

µ

ρ

ρ ρ ρ

+





+

=

− − − − −

1

1

1

1

1

1

;

1 *1 1 w x t x w P x

l

A

A

w

x

B

x

W

J

Jubilación gradual y flexible

( ) ( ) ( )

[

]

[

( ) (

) ( ) (

) ( ) (

)

]

( )( )

ρ

λ

λ

λ

λ

λ

λ

µ

ρ

ρ ρ ρ ρ ρ

+

+

+





+

+

=

− − − − − − − − − − −

1

1

1

1

1

1

;

;

;

1 *11 *21 *31 hx wx t x h x j t x j t x w P G T x

l

l

l

A

A

w

h

B

h

j

B

j

x

B

G

De tal forma que el individuo decidirá a la edad x la opción más satisfactoria, por medio de la siguiente regla:

Los resultados que arroja la regla de deci-sión se representan en los seis gráficos que aparecen a continuación, y que están en base al grupo de estudio al que pertenecen:

[

T

x

J

x

G

x

]

Max

;

;

(

)

ρ ρ ρ π λ + − = 1 1 1 A

(6)

Los gráficos del 1 al 6 han sido construidos a partir de los datos de la Encuesta de Estructura Salarial de 1995 y representan las edades de jubilación en función del grupo de estudios al que pertenecen y la valoración

de las horas libres (horas no dedicadas al tra-bajo).

Una de las características principales es la relación directa entre el número de años de estudio y la edad de jubilación. El motivo

sub-GRÁFICO 1*

Edad de Jubilación para el Grupo III

GRÁFICO 2*

Edad de Jubilación para el Grupo IV

GRÁFICO 3*

Edad de Jubilación para el Grupo V

GRÁFICO 4*

Edad de Jubilación para el Grupo VI

GRÁFICO 5*

Edad de Jubilación para el Grupo VII

GRÁFICO 6*

Edad de Jubilación para el Grupo VIII

(7)

yace en el mayor sueldo recibido por aquellos que permanecen estudiando más tiempo, Bec-ker (1964). Otro factor primordial es la valo-ración del tiempo libre. Cada persona valora su tiempo libre de forma distinta, por lo cual, hemos supuesto tres posibles individuos tipo, adjudicando a cada uno de ellos un valor rela-tivo de consumo de bienes frente a consumo de horas de ocio, es decir, presentamos tres agen-tes con distintas preferencias de ocio. El resul-tado, como es de esperar, indica que las perso-nas adictas al trabajo posponen la decisión de jubilación en comparación con aquellos que desean disfrutar de mayor tiempo libre.

La tercera característica está asociada a la esperanza de vida al nacer6. Conforme

trans-curre el horizonte temporal del análisis aumenta la esperanza de vida al nacer provo-cando, tal y como hemos definido los tres estadios, un retraso en la edad de jubilación, pero esta decisión suele ser invariante en el tiempo. La permanencia temporal en la deci-sión de la edad de jubilación significa que el trabajador no se encuentra incentivado ante la posibilidad de la jubilación gradual y flexi-ble, causado por la estructura del cálculo de la pensión, es decir, el incremento del 2% a partir de los sesenta y cinco años de edad y treinta y cinco años de cotización es insufi-ciente, y la imposibilidad de incrementar la pensión para todos aquellos que hayan supe-rado la pensión máxima. La demostración la podemos obtener actuarialmente gracias a la siguiente pregunta. ¿Cuánto aumenta la

pen-sión (prestación) provocado por un año adicio-nal de aportación a un plan de pensiones actuarialmente justo?

2.2. Cálculo de la prestación en un

plan de pensiones individual

para una aportación unitaria

2.3. Incremento anual de la

prestación

6 Representado con el símbolo w en la formulación.

* P

x Prestación a la edad x; ∂x:nvalor actual actuarial

de una renta anual unitaria temporal desde la edad x hasta la edad x + n. n/ ∂ x valor actual actuarial de una

renta unitaria anual perpetua a partir de la edad x + n, diferida n años. x n n x n x x n n x n x

P

P

=

=

+ + / : / : 1 / 1 : 1 / 1 1 1 : + + + + + + + +

=

=

x n n x n x x n n x n x

P

P

*

1

1

/ 1 : / 1 : 1 1

=

=

+ + + + + + + + + x n n x x n n x n x n x n x n x n x

P

P

P

P

P

(8)

Los gráficos 7 y 8 representan el incremen-to anual de la prestación producido por un año adicional de aportación a un plan de pen-siones. Dependiendo de la edad de jubilación

(eje de abscisas) el incremento en la pensión es cada vez mayor. La causa se debe al menor número de años que estadísticamente podrá disfrutar de su pensión.

* Elaboración propia a partir de las Tablas PERM/F2000C y tipo de interés técnico al 3%.

GRÁFICO 7

Incremento anual de la Pensión en el 2001

GRÁFICO 8*

(9)

Por lo tanto, la compensación instrumen-tada como incremento de la pensión, para permanecer en el mercado laboral un año adi-cional, tendría que ajustarse a los porcenta-jes anteriormente mostrados, para cada uno de los grupos de estudio.

Los gráficos 7 y 8 muestran como es insufi-ciente el incremento del 2% desde un punto de vista monetario, aunque, también habrá que advertir que existen múltiples factores que afectan a la decisión de jubilación, como pueden ser las situaciones personales y fami-liares, además de la preferencia por el ocio y aversión al riesgo.

Por otra parte, la comparación de los gráfi-cos 7 y 8 indican el menor incremento de la prestación (para una pensión calculada de forma actuarialmente justa) ocasionado por el aumento de la esperanza de vida al nacer, de tal forma que, si bien en el 2001 los incre-mentos están comprendidos en una horquilla entre el 6,50%-8,50%, en cambio, en el 2051 esta horquilla está entre el 5,85%-7,25%. Indicando que según vaya aumentando la esperanza de vida, más individuos se senti-rán atraídos ante la posibilidad de acogerse al plan de jubilación gradual y flexible.

3. PROPIEDADES DE LA

JUBILACIÓN GRADUAL Y

FLEXIBLE (JGF)

El propósito buscado por medio de la jubi-lación gradual y flexible es un incentivo para los trabajadores a prolongar la permanencia en el mercado laboral. Las ventajas no sólo son individuales, sino también afectan al con-junto de la sociedad. Puesto que, la viabilidad del sistema de pensiones contributivo de la Seguridad Social depende directamente de una tasa de dependencia entre la población mayor de edad, que ha devengado una pen-sión y la población activa, que es quien la financia.

*PJt

61+Población jubilada mayor de 61 años en el

año t.

Alguna de las consecuencias de la intro-ducción de la jubilación gradual y flexible es la disminución de la tasa de dependencia, permitiendo entre otras posibilidades, el bajar el tipo de cotización ocasionado por un menor gasto y unos mayores ingresos.

3.1. ¿A quién beneficia la

jubilación gradual y flexible?

La mejora experimentada gracias a la jubilación gradual y flexible, beneficia a todos los sectores implicados (mejora paretiana).

Las empresas disminuyen sus costes en caso de tener contratado un trabajador mayor de 65 años. Tal es el caso, que al mis-mo salario bruto por hora, resultará más barato tener contratado un trabajador mayor de 65 años, que uno menor de dicha edad y además, el ahorro estará inversamente rela-cionado con el número de horas que el traba-jador esté dispuesto a trabajar. Para compro-bar esta afirmación separaremos el tipo de cotización a la Seguridad Social (tc

t) en sus dos

principales contribuyentes, la parte financia-da por la empresa (t empresa

t ) y la

correspon-diente del trabajador (t trabajador

t ).

De esta forma, el coste laboral del trabaja-dor soportado por la empresa, sin incluir seguros médicos, retribuciones en especie, etc… sería la cantidad devengada por la Seguridad Social con respecto a la base de cotización más el salario bruto7. Pero, si este

7 PAt

15–70Población activa entre 15 y 70 años de

edad en el año t. t t

PA

PJ

Ip

70 15 61 − +

=

* (Ver tabla 5) empresa t trabajador t C t t t t = +

(10)

trabajador fuera mayor de 65 años, el coste tan solo correspondería al salario bruto

pro-porcional a sus horas trabajadas. La siguien-te tabla recoge lo mencionado hasta ahora.

8 MICHAELD. HURD(1996) explica, en función de la

edad, tanto el comportamiento en los salarios como en la productividad de los trabajadores. No encontrando diferencias significativas en dichas variables.

Ahora bien, las horas de trabajo no suelen ser lo suficientemente flexibles en las empre-sas, por lo cual, se tiende a imponer una can-tidad mínima de horas obligatorias, bien por-que las horas sean insuficientes para des-arrollar un trabajo con la suficiente garantía, o bien, por ciertas restricciones empresaria-les. Estas y otras razones me han dirigido a imponer un horario mínimo de 5 horas dia-rias, lo que nos daría un valor de de 0.625, que combinado con un salario bruto medio estimado para el 2001 de 19.970,13 euros y un tipo de cotización por parte de la empresa de 0.236, obtenemos un ahorro estimado del 49,43% para la empresa. Aunque siempre con la precaución de que las ausencias por moti-vos de enfermedad, cansancio, fatigas, etc... van íntimamente ligadas con la edad, lo que en muchas ocasiones impiden la máxima efi-ciencia en el quehacer del trabajo diario8.

Pero, si tuviéramos en cuenta la producti-vidad por trabajador, también podemos afir-mar que la empresa gana en competitividad, puesto que, la JGF disminuye los costes mar-ginales, permitiéndola aumentar su produc-ción y sus beneficios.

Por otra parte, la Seguridad Social tam-bién se beneficia de la permanencia del tra-bajador en el mercado laboral, puesto que, no tendrá que pagar el total de la pensión de jubilación devengada por éste. Siempre y cuando, se cumpla la siguiente inecuación:

Es decir, la pensión devengada después de n años de cotización en el año t, sea mayor que el coste directo del pago complementario del salario por parte de la Seguridad Social (cuando se acoge a la jubilación gradual y fle-xible), más el coste indirecto de no recibir nin-gún ingreso en concepto de cotización social por permanecer activo (si no se acoge a la jubilación gradual y flexible).

Para comprobar cuál es el ahorro medio, vamos a suponer un trabajador de 66 años que cobraría 19.171,00 euros en caso de trabajar 8 horas diarias y le correspondería en caso de jubilarse una pensión de 16.809,13 euros. Si ha cotizado al menos 35 años y decide trabajar 5 horas diarias, el resultado sería el siguiente:

( ) ( ) ( )

C t t t t

n

S

n

w

t

S

>

1

γ

+

* γ ∈ [0,1]. En caso de que el individuo decidiera trabajar las ocho horas, el ahorro únicamente

(11)

Es decir, un ahorro teniendo en cuenta el coste directo e indirecto del 30,23% para este caso particular. Los casos en los cuales esta medida podría perjudicar a la Seguridad Social son todos aquellos que incumplan la inecuación. O lo que es lo mismo, siempre que:

Significando, que la jubilación gradual y flexible será viable, cuando las horas de tra-bajo sean superiores a un cierto límite que vendrá impuesto por la última inecuación. Con el problema añadido que, en el momento que el índice de dependencia, anteriormente comentado, comience a aumentar, habrá un mayor número de casos que produzcan insufi-ciencia de ingresos, en vez de beneficiar a la Seguridad Social. Aunque, con la certeza de que ratios inferiores al 0,59son difícilmente

aceptables por muchas empresas.

El tercer beneficiado de la medida es el

tra-bajador, quien dependiendo de sus

caracte-rísticas y preferencias personales, podría ver-se más satisfecho con la posibilidad de jubi-larse de forma gradual. Generándole la pro-puesta, bien indiferencia, o bien un mayor nivel de satisfacción.

Gráficamente podemos mostrar estas posi-bilidades al igual que en la figura 1.

La figura 2 representa a un trabajador que prefiere la jubi-lación gradual y flexible frente a las posibilidades de seguir trabajando a jornada completa o jubilarse.

La figura 3 representa a un trabajador con adicción al ocio. Puesto que, dada la estructura de su restricción presu-puestaria, el individuo preferirá jubilarse y cobrar la pen-sión devengada antes que trabajar ocho horas diarias o acogerse a la jubilación gradual y flexible. En contraposi-ción de la figura 2.

9 Es decir, cuatro horas diarias de trabajo.

( )

( )

n

S

t

w

t

w

n

S

t C t t C t t t

<

γ

<

γ

Horas de ocio

(12)

Un trabajador adicto al trabajo generalmente preferirá trabajar más horas de las normales, incluso a un salario por hora más bajo al que otras personas estarían dispues-tas a trabajar una hora adicional, provocando que este individuo decida continuar trabajando en vez, de jubilarse e incluso acogerse a la jubilación gradual y flexible*.

* Pero esta última figura requiere una cierta

explicación, puesto que, en raras ocasiones se deja a los trabajadores realizar todas las horas extras que están dispuestos a hacer voluntariamente, por el contrario, las horas extras se limitan e incluso no se incentivan. El resultado que eso implica será, que el individuo incluso deseando trabajar más horas de las contratadas en un principio, se vea for-zado a acceder a la jubilación gradual y flexible por las ventajas economicas que a ello supone a la empresa y la escasa variación salarial para el tra-bajador. Desembocando en una pérdida de ingresos para la Seguridad Social al no encontrarse el tra-bajador con otra salida posible, excepto la jubila-ción gradual y flexible.

3.2. ¿Puede en algún momento ser

el coste directo mayor que la

pensión total?

La respuesta es no. En caso contrario, la jubilación gradual y flexible supondría un mayor coste directo para la Seguridad Social, lo que estaría fuera de toda lógica, puesto que, incrementaría el déficit futuro esperado del sistema contributivo de pensiones.

La demostración es fácil de obtener trigo-nométricamente. Si suponemos, que el eje de ordenadas hace referencia a la renta y las horas de ocio están en el eje de abscisas, entonces:

Quedando demostrado que siempre el coste directo pagado por la Seguridad Social, como complemento del salario, cuando el trabajador se encuentra en la situación de jubilación fle-xible es menor que el pago total de la pensión devengada en caso de una jubilación total.

3.3. ¿Cuáles son las variables

fundamentales que incentivan

la jubilación gradual y flexible?

Posiblemente, considerando que el traba-jador goza de buena salud, podamos decir que la decisión de jubilación es una cuestión monetaria, es decir, nuestro agente se jubila-rá en aquel momento en que vea cubierto al menos sus necesidades, en relación con la for-ma de vida que llevaba cuando trabajaba. Existen multitud de casos donde las personas han decidido seguir trabajando debido a la escasa pensión que recibirían si dejaran de trabajar, y más recientemente tenemos como ejemplo, algunos casos en Estados Unidos donde sus fondos de pensiones están inverti-dos en acciones de las propias empresas don-de trabajan (401 k). Estas personas al ser

(

)

[

]

[ ] [ β α] β α α β β β β β β β tg tg tg tg AB AH GF GF tg tg AB AH BG BI AH BG AH sen FH BG BF AH sen FH sen sen AH FH sen HO FH sen FO BF BG BF GF AH GF < ⇒ < − = − = − + ⇒ ⇒ − + = − + = − + =       + ⇒ ⇒ + = = − = < 0 Horas de ocio Horas de ocio Renta

(13)

preguntadas por su edad esperada de jubila-ción alegaban que se veían forzados a traba-jar más años de los pensados, puesto que, sus derechos consolidados eran insuficientes para constituir una pensión suficiente que les permitiera mantener el poder adquisitivo.

Una de las razones obvias para decidir jubilarse, siguiendo este razonamiento, es el diferencial de ingresos salariales con respec-to a la pensión que tienen derecho a cobrar. Por esta razón, se puede explicar por qué sue-len retrasar la edad de jubilación aquellas personas con mayores salarios10que aquellos

con salarios más bajos.

Por otra parte, siempre hay que tener en consideración otras variables, además de las ya anteriormente comentadas, como son:

1. El deseo del individuo por las horas libres o su necesidad de disfrutarlas.

2. El salario neto, puesto que, ante una perspectiva de incremento del tipo de cotiza-ción, los salarios netos podrían ser inferiores a la pensión, que suponiendo la racionalidad del agente, le incentivaría a jubilarse.

3. Tipos de interés reales demasiado altos benefician la jubilación frente al trabajo.

3.4. ¿Por qué la Jubilación gradual

y flexible?

Tal y como se comentó en el punto ante-rior, un sistema de reparto transfiere las coti-zaciones aportadas por los trabajadores en un año, a los jubilados existentes en el mismo año. Este hecho se refleja fácilmente con dos tasas: la tasa de dependencia y la tasa especí-fica de actividad.

Las proyecciones de sendos ratios nos ponen de manifiesto la posible evolución de los ingresos y gastos por pensiones de la Seguridad Social. En ambos, observamos una evolución negativa para el sostenimiento del sistema de pensiones, comenzando con un valor del 23,72% en el 2001 y un rango del 50 al 70% en el 2050 según los distintos escena-rios propuestos.

Estos valores reflejan el progresivo enveje-cimiento de la población, tal y como refleja la tabla, es decir, si se mantienen las hipótesis aquí propuestas, cada vez habrá un menor número de trabajadores de edad entre 16 y 64 años, en relación con las personas mayores de 65.

10 Hoy en día, además hay que tener en cuenta los

miles de millones de euros que se mueven por parte de los fondos de pensiones, ya que, pueden generar gran-des diferencias a la hora de decidir la edad de jubilación de los trabajadores. Podemos encontrar personas con una pensión privada elevada e insufiente por parte de la

Seguridad Social, y al contrario. Pero, con la incertidum-bre de no conocer la preferencia ante la decisión de cobrar su prestación del fondo de pensiones, puesto que, puede verse desde dos ópticas distintas. Si retraso la edad de jubilación mi pensión será mayor o bien si retraso la edad de jubilación, las acciones en las que está invertiendo el fondo pueden disminuir de valor. Fuente: Elaboración propia. SÁNCHEZROMERO, M. y YAGÜEANDRÉS, J. (2001): «Un análisis de la viabili-dad del sistema contributivo de pensiones de la Seguriviabili-dad Social». Proyecto fin de carrera, no publicado.

a) Fertilidad constante de la población autóctona en torno a 17 nacimientos por cada 1000. Sin inmigra-ción.

b) Fertilidad autóctona del 20 por cada 1000. Fertilidad de los inmigrantes de 30 por cada 1000. Inmi-gración anual constante de 150.000 inmigrantes y creciente en 30.000 cada cinco años.

c) Fertilidad autóctona del 20 por mil. Fertilidad de los inmigrantes del 30 por mil. Flujo anual inicial de 300.000 inmigrantes y creciente en 30 inmigrantes cada cinco años.

(14)

4. PROYECCIONES DE INGRESOS Y

GASTOS ESPERADOS DE LA

SEGURIDAD SOCIAL

En el punto anterior se vio cómo la evolu-ción de la tasa de dependencia es negativa para la viabilidad de la Seguridad Social. Pero, hasta ahora no conocemos cuáles son las variables fundamentales que determinan los ingresos y gastos de nuestro sistema de pensiones.

En primer lugar, el coste devengado por cada trabajador está en función de la pensión devengada, que a su vez, depende del número de años cotizados11(n) a la Seguridad Social y de la base de cotización12(WB).

Por otra parte, la tasa de actividad especí-fica nos relaciona el número de ocupados y activos por cohorte de edad. Así, la experien-cia más reciente en España ha sido un decre-cimiento en la última década de los años de vida laboral, provocado principalmente por reestructuraciones de plantilla (prejubilación de los trabajadores mayores de 50 años, que han sido sustituidos por jóvenes mejor cuali-ficados y con menores salarios).

Por lo cual, la política de jubilación gra-dual y flexible pretende aumentar, y así com-pensar, la evolución de la tasa específica de actividad.

Por un lado, busca hacer más atractivo tanto a la empresa como al trabajador, el que se siga trabajando después de los 65 años de edad, y como consecuencia, disminuir el gas-to por pensionista.

11 Como hemos dividido la población a estudiar en

relación al número de años de estudio cursados, consi-deraremos la edad de entrada en el mercado laboral y primer año de cotización, la edad media a la que se fina-lizan los estudios. Este dato, por tanto, nos servirá para el cálculo de la pensión y también para conocer el número de años medios que cotiza el trabajador a la Seguridad Social.

12 Lo he estimado en el 74% del salario bruto medio

de la población española.

GRÁFICO 9

(15)

13 Para ver la clasificación de los niveles educativos,

ir a la nota a pie de página número 3.

14Ver graficos 7 y 8 para comparar con el

incremen-to en la prestacion en un plan de pensiones actuarial-mente justo.

( )

[

]

( )

(

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)

)

+

+

×

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26

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0

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15

1

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15 1

Si

n

n

n

n

Si

t

x

W

x

W

n

PI

t B B

La siguiente tabla nos presenta la estima-ción de la pensión media devengada por cada trabajador, según la edad de jubilación y el grupo de estudios al que pertenece.

Como muestra la tabla, a mayor nivel edu-cativo mayor pensión esperada13. Además, gracias a la jubilación gradual y flexible los trabajadores podrían incrementar anual-mente su pensión por encima de su sueldo base máximo, siempre y cuando, retrasen la edad de jubilación a partir de los 65 años de edad y no les corresponda la pensión máxima. La problemática que conlleva esta deci-sión es, sin embargo, el escaso incremento que sufre la pensión14y la pérdida de

aque-*

PI

[

n;W

B

(

x

)

]

=

llos trabajadores con salarios altos, puesto que serían éstos los que en mayor propor-ción alcanzarían los sesenta y cinco años de edad. De tal forma que, comparando el incremento en la prestación, por cotizar un año adicional a los 69 años de edad en cada uno de los grupo de estudio, vemos que los incrementos en los porcentajes son 0.79% para el grupo III, –0.27% grupo IV, 2.50%, 0.25%, 0.32% y 1.26% para el resto de los grupos respectivamente. Obteniéndose resultados negativos en algunos casos, puesto que, en media, el salario más alto durante nuestra vida laboral corresponde a los 52 años de edad, para después decrecer paulatinamente. Otros resultados arrojan incrementos del 2.5%, que comparado con los resultados de los gráficos 7 y 8 distan bastante de los porcentajes del 6,60 y 8 por ciento.

Por otra parte, estas prestaciones sólo corresponden a aquellos que hayan cotizado Fuente: Elaboración propia en base a la E.E.S.-95 del INE.

* Para más detalle, ver puntos 5 y 6 de los supuestos generales. Aunque, la previsión futura para el cálculo

de la pensión, con seguridad, cambiará en función de los escenarios económicos. Para más información ver Barea Tejeiro, J.; González-Páramo, José M. y Velarde Fuertes, J. (1997): «Pensiones y prestaciones por desempleo». Fundación BBV.

(16)

durante toda su vida laboral15una vez termi-nado sus estudios. Es decir, todas y cada uno de las personas ocupadas a lo largo de nues-tro análisis.

Nuestro objetivo, a partir de ahora, es deter-minar la cantidad de personas ocupadas, con el fin de conocer el número de cotizantes y perso-nas que les corresponde una pensión pública de carácter contributivo16. Distinguiendo tres posibles escenarios poblacionales:

1. Crecimiento de la población española sin flujos migratorios y una fertilidad del 17 por mil. 2. Crecimiento de la población española con un flujo de inmigración de 150.000 perso-nas por año, creciendo dicho flujo anualmen-te en 6.000 inmigrananualmen-tes y con una fertilidad del 20 y 30 por mil respectivamente.

3. Crecimiento de la población española con un flujo de inmigración de 300.000 perso-nas por año, creciendo dicho flujo anualmen-te en 6.000 inmigrananualmen-tes y con una fertilidad del 20 y 30 por mil respectivamente.

En los dos últimos escenarios, tan sólo el 15% del total de inmigrantes llegados en un año termina quedándose en España al cabo de los 15 años. Además, el flujo de inmigra-ción es del 50% para el sexo femenino y del 50% para el masculino.

El escenario que más se aproxima a la rea-lidad es el tercero, aunque hay que señalar, que no se está considerando incrementos en la productividad, ni el desarrollo del modelo anteriormente expuesto de renta-ocio. Por lo cual, las desigualdades entre ingresos y

gas-tos serán mayores de lo que posiblemente sea en la realidad.

Nos ayudaremos de las tres ecuaciones siguientes para calcular las personas ocupa-das (PO t

x:x+n) en cada momento t y para cada grupo entre x y x + n años de edad17.

(1)

Población activa de edad entre x y x + n en el momento t es igual a la población total de edad entre x y x + n en dicho momento, por la tasa de actividad específica18de dicho grupo de edad.

(2)

La tasa de desempleo para cada momento t del grupo de edad [x, x + n] depende del incremento del PIB real del año anterior y del número de personas activas de dicho grupo en el momento t.

(3)

La población ocupada en el momento t del grupo de edad entre [x;x+n] es igual a la población activa, en el momento t y edad entre x y x + n, por la tasa de empleo estima-da, correspondiente a dicho grupo de edad en el momento t. Combinando (1) y (2) en (3).

15Teniendo presente que la gran mayoría de los

tra-bajadores tienen etapas en las cuales no cotizan o bien cotizan sobre la base mínima por motivos de desem-pleo.

16Debido a la escasez de estadísticas disponibles y al

limitado porcentaje de trabajadores que continúan acti-vos más allá de los 65 años de edad, no es posible utili-zar el modelo de renta-ocio elaborado en la primera parte de este artículo.

17 Seguiremos este camino, puesto que, la decisión

de jubilación después de los 65 años afecta de manera marginal, y anterior a dicha edad, no parece que la razón de jubilación sea decisión propia del trabajador, sino mas bien, de los ciclos económicos y de la situación económica del sector empresarial en el que trabaja.

18 Puesto que la tasa de actividad específica no ha

variado significativamente en los últimos 10 años, consi-dero la TAE del 2001 y la mantengo constante a lo largo de la proyección. 2001 : : : xx n t n x x t n x x

P

TAE

PA

+

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+

+

(

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)

t n x x

e

TD

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n x x t n x x t n x x

PA

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1

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(

2001

)

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1

yt Pxtx nTAExx n n x x t n x x t n x x

e

TAE

P

PO

+ + −+ ⋅ ⋅ + + + +

+

=

β β β

(17)

Fuente: Elaboración propia.

Los datos entre paréntesis hacen referencia al t-valor, cuando están debajo de los parámetros estimados. Los paréntesis en la columna de la R2 son el valor de la F(2,11), usada en el modelo. El valor de la t-student para 12 grados de libertad es: 2.179 para un nivel de significatividad del 95% y 1.782 para el 90%. En la F(2,11) los valores son: 3.98 para un ααdel 5% y 7.2 para el 1%.

Los valores negativos (positivos) significan un aumento (disminución) de la tasa de desempleo.

Casi todas las regresiones son significativas excepto cuando intentamos explicar el desempleo entre las eda-des 25 y 34 años.

Finalmente, la proyección de la población ocupada y la distribución de los salarios por grupos de estudio y edad, nos proporciona la suficiente información como para conocer la evolución de los ingresos de la Seguridad Social, céteris páribus, las demás variables. Por

otra parte, los gastos dependen del número de jubilados y de la pensión media de los mismos.

Para determinar la población jubilada bas-tará con conocer el número de jubilaciones acaecidas durante el transcurso de un

(18)

perio-do, por medio de la diferencia de población ocupada en el periodo t al periodo t + 1, menos las defunciones ocurridas en este intervalo temporal más los jubilados supervivientes del periodo anterior.

Hasta ahora, la evolución de los ingresos en los últimos 18 años en la Seguridad Social

han registrado un incremento anual en torno al 9% a precios corrientes, y del 10,84% para los gastos (prestaciones por pensiones de carácter contributivo). Por encima del 12% cuando nos referimos a pensiones exclusiva-mente de jubilación (incluye régimen general y especiales).

19 Incremento anual de la contribución normal. 20 Incremento anual de la pensión media.

GRÁFICO 10 Evolución Ingresos-Gastos

Fuente: Proyecto de Presupuestos de la Seguridad Social. Ejercicio 2000.

Uno de los factores determinantes para esta evolución se debe a la sustitución de los pensionistas fallecidos (con salarios bajos) por nuevos pensionistas con pensiones cada vez mas altas (efecto sustitución). Por ejem-plo, en 1998 la pensión media del grupo de edad entre 60 y 64 años era 568,26 euros (94.551 pesetas) al mes, y para los mayores de 85 años era 338,48 euros (56.318 pesetas), lo que supone, un incremento del 68% por cada entrada de un nuevo pensionista entre 60 y 64 de edad en sustitución de un jubilado

fallecido mayor de 85 años, en media. Esta situación se da, entre otras razones, gracias a los progresivos incrementos en la productivi-dad. De tal forma, que a precios constantes, los salarios aumentan cada año en la misma proporción que lo hace la productividad, de tal manera, que las bases de cotización aumenten, para así, los ingresos margina-les19crezcan en mayor proporción que los gas-tos marginales20, es decir, el coste de un nue-vo pensionista sea mayor que el coste del pen-sionista recién fallecido.

(19)

Teniendo en consideración lo explicado hasta el momento, las proyecciones del balan-ce de la Seguridad Social arrojan los siguien-tes datos, si mantuviéramos el tipo de cotiza-ción en el 28,3%.

El efecto del baby-boom y la drástica dis-minución de la fertilidad española en las últi-mas décadas ha invertido la pirámide pobla-cional española. Las proyecciones poblacio-nales, tal y como las hemos definido, nos per-miten afirmar que la población en su conjun-to se mantendrá e incluso crecerá en los pró-ximos años, pero aún, con un flujo de inmi-gración de 300.000 personas por año, no impi-de el inevitable envejecimiento impi-de la pobla-ción, y por tanto, la desigual distribución por cohortes. Creciendo de forma constante la población mayor de 70 años y disminuyendo, pero en menor proporción la población en edad de trabajar.

Por otra parte, la población ocupada esti-mada crecerá en los próximos 15 años cerca de 1.300.000 trabajadores (suponiendo que se

cumplen las hipótesis utilizadas. Ver gráfico 17). La misma cuantía que el incremento esperado de jubilados con derecho a pensión (ver gráfico 18). Aunque, los resultados de dicha evolución demográfico-económica tiene mayor incidencia sobre los gastos que sobre los ingresos. Así, según los distintos escena-rios el diferencial se aproxima a los 14 millar-dos de euros. Una de las razones está en el cálculo del tipo de cotización, de tal forma, que actualmente es necesario cuatro trabaja-dores para pagar a un pensionista. Pero este ratio, obviamente, no será constante en los próximos cincuenta años.

Dada la previsible evolución demográfica será necesario el aumento del tipo de cotiza-ción o bien, tomar medidas como la jubilacotiza-ción gradual y flexible para disminuir el porcenta-je de gasto en jubilación en relación con los ingresos provenientes de la población ocupa-da. En caso contrario, el alza en la cotización llegaría a niveles imposibles de pagar, tales como, el 75%. A este nivel nadie estaría dis-puesto a cotizar.

La tabla 8 presenta los tipos de cotización según los escenarios propuestos. Obviamen-te, si tuviéramos en cuenta algunas otras medidas como son: la jubilación gradual y fle-xible y posibles reformulaciones del cálculo de la pensión inicial, los resultados de la tabla serían signicativamente más pequeños.

5. CONCLUSIÓN

La jubilación gradual y flexible, que se enmarca dentro de la recomendación número diez del Pacto de Toledo, es una de las

medi-das que se llevan a cabo, para mantener la viabilidad de nuestro Sistema de Pensiones Contributivo. Mediante ella se permite pos-poner la edad de jubilación después de los sesenta y cinco años de edad, y además, se incentiva esta decisión con un incremento anual de la base reguladora de un 2 por cien-to.

Esta medida puede significar, como hemos tratado de demostrar a través de nuestro modelo, un reclamo suficiente para algunos colectivos de trabajadores, aunque no para todos. En realidad, para que el incentivo

(20)

fue-ra genefue-ral, es decir, pafue-ra que todos los colec-tivos tuieran los suficientes alicientes como para posponer su edad de jubilación después de los 65 años, objetivo que, por otra parte, puede no ser el más deseable desde el punto de vista social, el incremento anual de la base reguladura tendría que ser significativamen-te más elevado que el 2% que se incorpora en la normativa que estamos evaluando.

Por otra parte, la existencia de topes máxi-mos a la pensión se convierte en uno de los inconvenientes que debilitan la fuerza de la medida, puesto que aquellos trabajadores, que se encuentran en el nivel máximo de pen-sión con el cien por cien de su base regulado-ra no encontregulado-rarán ningún incentivo económi-co para seguir acumulando económi-cotizaciones, sal-vo que se incluyan en el grupo de los que hemos definido como «adictos al trabajo».

De esta forma, los grupos para los que la nueva modalidad de jubilación gradual y fle-xible puede significar un claro incentivo a continuar en la vida activa son fundamental-mente aquellos que no alcanzan el tope máxi-mo de pensión con los años cotizados al cum-plir los 65, quienes poseen una cierta adicción al trabajo y aquellos para los que la diferencia entre el último salario y la primera pensión sea más acusada, sin haber agotado el tope máximo de ésta.

Como también se desprende del modelo, hay que indicar que a medida que vaya aumentando la esperanza de vida, más indi-viduos se sentirán atraídos por la posibilidad de acogerse al plan de jubilación gradual y flexible.

También con esta medida se produce una mejora paretiana, es decir, además del incen-tivo para el trabajador, disminuirán: i) los costes marginales de las empresas para aque-llas que contraten trabajadores mayores de sesenta y cinco años y ii) los gastos en pensio-nes contributivas de la Seguridad Social, que estarán en función del número de trabajado-res que se acojan a la jubilación gradual y fle-xible.

Finalmente, dado que la mejora introduci-da no se muestra positiva, no es lo bastante atractiva como para que el número de perso-nas que permanecen activos para los sesenta y cinco años se incremente de forma sustan-cial, por lo que el efecto de la misma no es por sí sólo suficiente como para inyectar el capital necesario que permita asegurar a largo plazo la viabilidad del sistema contributivo de pen-siones de la Seguridad Social. Por tanto, es necesario que sigan instrumentando nuevas medidas que permiten afianzar, para el futu-ro, la tan ansiada viabilidad del Sistema.

(21)

6. ANEXO

GRÁFICO 11

Proyección Población Española. Escenario I

GRÁFICO 12

Proyección Población Española. Escenario II

Año

(22)

GRÁFICO 13

Proyección Población Española. Escenario III

GRÁFICO 14

Proyección Población Ocupada Escenario I

Año

Año

(23)

GRÁFICO 15

Proyección Población Ocupada Escenario II

GRÁFICO 16

(24)

GRÁFICO 17

(25)
(26)
(27)

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(29)

RESUMEN

La jubilación gradual y flexible se enmarca dentro de la recomendación número diez del Pacto de Toledo y su objetivo es la incentivación de la prolongación voluntaria de la vida activa, instrumentado por medio de la posibilidad de compatibilizar una pensión de jubila-ción y el desarrollo de actividades laborales, además de, permitir que el porcentaje aplica-ble a la base reguladora de la pensión de jubiliación supere el cien por cien, para los mayo-res de sesenta y cinco años que hayan cotizado más de treinta y cinco años.

En este trabajo se intenta estudiar, con la ayuda de un modelo de renta-ocio de varios perí-odos temporales y la división de la población activa por sus estudios realizados, cuáles son los grupos más influenciados por la jubilación gradual y flexible y qué propiedades aporta esta ley al trabajador, empresario y a la Seguridad Social. A continuación, demostramos que si bien la jubilación gradual y flexible es una mejora paretiana (beneficia nuestros tres agentes), los grupos que estarían dispuestos a acogerse a la jubilación gradual y flexible serían aquellos que no alcanzan el tope máximo de pensión, al cumplir los sesenta y cinco años, y los que denominamos «adictos al trabajo». Por tanto, si quisiéramos que más gru-pos se incorporasen a esta medida, tendría que aumentar el porcentaje de incremento anual de la base reguladora cerca del seis o siete por ciento, a partir de los sesenta y cinco años. Concluyendo que, aun siendo una medida positiva, no es suficiente como para inyec-tar el capital necesario que permita asegurar a largo plazo la viabilidad del sistema con-tributivo de pensiones de la Seguridad Social.

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