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UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS INSTITUTO DE FARMACOLOGÍA Y MORFOFISIOLOGÍA

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INSTITUTO DE FARMACOLOGÍA Y MORFOFISIOLOGÍA

ANATOMÍA DE SUPERFICIE DE LAS ZONAS DEL TRONCO, EXTREMIDAD ANTERIOR Y POSTERIOR, EN CABALLOS CHILENOS.

Memoria de Título presentada como parte de los requisitos para optar al TÍTULO DE MÉDICO VETERINARIO.

ALEJANDRO ESTEBAN ALMONACID AYAMANTE VALDIVIA – CHILE

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PROFESOR PATROCINANTE ________________________________ Dr. Marcelo Gómez Firma

PROFESOR COPATROCINANTE ________________________________

Nombre Firma

PROFESORES CALIFICADORES ________________________________ Dr. Leonardo Vargas P. Firma

________________________________ Dr. Juan S. Galecio N. Firma

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Capítulo Página 1. RESUMEN………... 1 2. SUMMARY.………. 2 3. INTRODUCCIÓN……….……... 3 4. MATERIAL Y MÉTODOS………. 10 5. RESULTADOS……… 13 6. DISCUSIÓN……… 33 7. REFERENCIAS.……….. 41 8. AGRADECIMIENTOS……… 46

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1. RESUMEN

El objetivo de este estudio, fue describir la anatomía de superficie del miembro anterior, miembro posterior y región lateral del tronco, en imágenes fotográficas digitales de Caballos Chilenos vivos, estableciendo una relación entre las estructuras anatómicas observadas y las descritas en la literatura, asociando lo anterior a aplicaciones de utilidad en la clínica de equinos.

Para la obtención de fotografías, se utilizaron 14 Caballos Chilenos vivos, de los cuales 7 eran potros, 3 machos castrados y 4 hembras. La obtención de fotografías se realizó, durante el período de noviembre del 2008 y marzo del 2009, con el objetivo de que los ejemplares presenten un pelaje corto. Se fotografió a los caballos entre las 12:00 pm y las 16:00 pm, con el fin de aprovechar la luz natural. Del total de fotografías tomadas, se seleccionaron 2 vistas para el miembro anterior (lateral y craneal), 3 vistas para la región del carpo (dorsal, lateral y palmar), 3 vistas para el miembro posterior (lateral, caudal y craneolateral), 3 vistas para la región del tarso (lateral, medial y plantar) y 1 vista lateral para el tronco.

Se observaron superficialmente en el miembro anterior, los músculos supraespinoso, infraespinoso, subclavio, deltoides, tríceps braquial, braquial, extensor carpo radial, extensor digital común, extensor digital lateral, extensor carpo cubital, extensor carpo oblicuo, flexor carpo radial, flexor carpo cubital, los tendones de los músculos flexores digitales superficial y profundo, y el ligamento sesamoideo proximal, además, se observaron estructuras óseas como la espina escapular, tuberosidad del olécranon, hueso carpo accesorio, tuberosidad del metacarpo y el hueso metacarpiano III, y como estructura vascular, se observó la vena cefálica. En el miembro posterior se observaron los músculos tensor de la fascia lata, glúteo superficial, bíceps femoral, semitendinoso, semimembranoso, vasto lateral, extensor digital largo, extensor digital lateral, peroneo tercero, gastronemio, flexor digital lateral, tibial craneal, el tendón del músculo flexor digital superficial, también se observaron estructuras óseas como la tuberosidad del calcáneo y el hueso metatarsiano III. Además como estructuras vasculares se observaron las venas safenas medial y lateral. En la región lateral del tronco se observaron los músculos oblicuo externo del abdomen, recto del abdomen y epiaxiales. Como estructura vascular se observó la vena torácica externa.

Finalmente, se concluyó que en las imágenes fotográficas digitales obtenidas de 14 Caballos Chilenos vivos, se observaron estructuras musculares, vasos sanguíneos y prominencias óseas, ubicadas en la superficie del miembro anterior, miembro posterior y región lateral del tronco. Además, varias de estas estructuras anatómicas de superficie, pudieron ser asociadas a aplicaciones de interés clínico.

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2. SUMMARY

ANATOMICAL DESCRIPTION OF SURFACE ANATOMY OF THE TRUNK, THORACIC AND PELVIC LIMBS IN THE CHILEAN HORSE.

The objective of this study was to describe the surface anatomy of the thoracic limb, pelvic limb and lateral region of the trunk using digital pictures from live specimens of Chilean horses. Additionally, clinical relation of the identified anatomical structures with the literature was performed.

For the analysis, photographs from 14 live Chilean horses were used. From those, 7 were stallions, 3 geldings and 4 mares. Photographs were obtained during November of 2008 and March of 2009 in horses with summer coat. Photographs were taken between 12:00 pm and 16:00 pm during natural sunlight. Serial photographs were made including 2 views from the thoracic limb (lateral and cranial), 3 views from the carpal region (dorsal, lateral and palmar), 3 views from the pelvic limb (lateral, caudal and craneolateral), 3 views from the tarsus (lateral, medial and plantar) and 1 lateral view from the trunk.

Visible structures in the thoracic limb included the supraspinatus m., infraespinatus m., subclavius m., triceps m., brachial m., extensor carpi radialis m., common digital extensor m., lateral digital extensor m., ulnaris lateralis m., flexor carpi ulnaris m., flexor carpi radialis m., tendons of the superficial digital flexor m. and deep digital flexor m. and the proximal sesamoid ligament. Osseous structures that were identified included the spine of the scapula, olecranon tuber, accessory carpal bone, metacarpal tuberosity and the III metacarpal bone. The cephalic vein was also superficially identified. In the pelvic limb, the following muscles were identified; tensor fascia latae, superficial gluteal, semitendinosus, semimembranosus, vastus lateralis, long digital extensor, lateral digital extensor, peroneus tertius, gastrocnemius, lateral digital flexor, cranial tibial, tendon of the superficial digital flexor. Osseous structures included the tuber calcanei, metatarsal bone III. Vascular structures included the lateral and medial saphenous veins. In the trunk area the following muscles were identified, external abdominal oblique, rectus abdominis and epiaxials. The vascular structure included the external thoracic vein.

Results indicated that digital photographs from live 14 Chilean horses were able to depict muscles, vascular structures and osseous prominences located in the thoracic limb, pelvic limb and the trunk. The descriptions of the superficial anatomical structures were also associated with relevant clinical procedures.

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3. INTRODUCCIÓN

3.1 ORIGEN DEL CABALLO CHILENO 3.1.1 Llegada del caballo a América

Los primeros caballos que ingresaron a América fueron los que Colón trajo en su segundo viaje en 1493, siendo éstos desembarcados en la isla La Española, lo que en la actualidad se conoce como Santo Domingo. Estos caballos provenían de la Península Ibérica que, en el siglo XV, eran tres tipos bien definidos: el tipo Español, el tipo Andaluz y el tipo Jaca o Rocín (Turu 2000). El número preciso de animales que fueron desembarcados es desconocido, sin embargo, en la real cédula fechada en Barcelona el 23 de mayo de 1493 se menciona el envío de 25 ejemplares al Nuevo Mundo (Donoso 1985).

El primer lugar en América continental que recibió al caballo fue Colombia, en el año 1509. Posteriormente es llevado a Nicaragua, en 1520, y a Guatemala, en 1523. A México los introdujo Hernán Cortés en 1529, donde fueron conocidos bajo la denominación de mesteño o mesteñosos. En 1597, Juan de Oñate introduce los caballos al suroeste de lo que hoy es Estados Unidos de Norteamérica; a estos caballos se les denominó “mustang”. Francisco Pizarro es quien introduce el caballo al Perú, en 1531 (Ubilla 1996).

3.1.2 Llegada y desarrollo del caballo en Chile

Los primeros caballos que llegaron a Chile, son los 112 ejemplares que trajo Diego de Almagro en su primera expedición a Chile en 1536 (Araya 1989). Éste confió a Gómez una expedición al sur, quien perdió en guerra con los indios, más de la mitad de sus caballos. Gómez, volvió a reunirse con Almagro, para regresar a Perú, viaje que duró más de tres meses, sobreviviendo exclusivamente los caballos montados (Araya 1989).

En 1540 Pedro de Valdivia logra llegar a Chile con unos 70 caballares de origen hispano, los que fueron reclutados en Charcas (Perú), con los que iniciaría posteriormente la Conquista (Turu 2000). En 1545 el sacerdote Rodrigo González de Marmolejo, establece los primeros criaderos de caballos criollos en los valles de Melipilla y Quillota, con el fin de reponer aquellos animales perdidos en la guerra contra los aborígenes (Greve 1978). El medio nacional y las continuas guerras favorecieron la adaptación, dieron resistencia y rusticidad al caballo (Ubilla 1996). Así también, los Araucanos criaron grandes manadas de caballos y se hicieron grandes jinetes, por lo que en 1585 incorporaron a éstos, en sus tropas (Turu 2000).

Al inicio de la época de la Colonia, se produjo un auge en la crianza de caballos, así mismo en los deportes ecuestres, sin embargo, a fines de este período producto de la independencia, se produjo un notable desinterés por estos deportes, utilizándose al caballo más bien, como un elemento necesario para los trabajos del campo (Turu 2000, Greve 1978).

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Entre los años 1810 a 1845, se desarrollaron en el país importantes centros de producción equina, en las cercanías de Santiago (Turu 2000). En este período, se distinguían tres tipos de caballos de silla; el de paseo o de lujo, el caballo de paso o viajero y el caballo de trote o marcha, siendo este último también, destinado a trabajos del campo (Ubilla 1996).

En 1845, empiezan a llegar a puertos chilenos reproductores de todos los países y razas imaginables (Hervé 1991). Esto llevó a un período largo de mestizaje, lo que sumado a la llegada de las máquinas trilladoras en el año 1862, y la decisión por parte del ejército de tener caballos de mayor alzada, casi termina con la Raza Criolla Chilena (Turu 2000).

Con el motivo de salvar al Caballo Chileno de su extinción, los criadores más destacados, se reunieron en la Sociedad Nacional de Agricultura, con el fin de abrir los libros genealógicos de la raza (Hervé 1991). En 1888, se inicia la selección con la ayuda de los libros genealógicos, llevados por la Sociedad Nacional de Agricultura de Santiago (Solanet 1946). Es así, como en 1893 se abren por vez primera en Sudámerica, los Registros Genealógicos de la Raza Caballar Chilena (Hervé 1991). Cabe destacar también la creación de los Registros de Caballos Chilenos, en 1910 por la Sociedad Nacional de Agricultura (Porte 1993). En 1921 se publicó el estándar oficial del Caballo Chileno, luego de ser aprobado el 8 de agosto del mismo año, el cual se mantuvo como tal, hasta que en agosto de 1977 se le realizaron algunas modificaciones, pero éstas no alteraron su fundamentación básica (Engels 1995).

3.2 CONFORMACIÓN Y MORFOLOGÍA EXTERNA 3.2.1 Clasificación zoológica del caballo

El caballo, tal como lo conocemos hoy día, desciende de un pequeño animal primitivo con cuatro dedos, que habitaba en las orillas de los ríos durante la primera época del Eoceno, este se denominaba Eohippus (Borton 1979). Finalmente, luego de varios cambios en su tamaño y forma, así como también cambios evolutivos en los dientes y en los métodos de masticación, longitud de extremidades u otros, el caballo fue clasificado zoológicamente de la siguiente forma: pertenece al orden Perisodactila (ungulados con número impar de dedos recubiertos por una pezuña córnea), familia Equidae y al género Equus, siendo su nombre científico Equus caballus (Borton 1979, Storer y col 2003).

3.2.2 Conformación

Según el estándar oficial del Caballo Chileno, su tipo es eumétrico, de proporciones medias (mesomorfo), de musculatura desarrollada, modelado en fuerza, pero sus movimientos son ágiles y rápidos (Porte y Araya 1980). Además, tanto el sello racial como el carácter de acampamiento son elementos integrantes del estándar del Caballo Chileno, el que fundamentado sobre la base de la estructura y conformación zootécnica, posibilitan un caballo adecuado y funcional para acciones de silla y vaqueras (Araya 1989).

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3.2.3 Morfología externa

3.2.3.1 Alzada: Ideal para Caballo Chileno es de 1,40 m para las hembras y 1,42 m para los machos. Fluctuaciones máximas de 1,38 m a 1,48 m (Porte 1993).

3.2.3.2 Pelaje o color: Se aceptan todos los pelajes (alazán, barroso, bayo u otros) de preferencia tapados, eliminando, definitivamente, albinoides totales o parciales (Porte 1993). 3.2.3.3 Piel: Gruesa, con crines generalmente abundantes y ondulados, poca cerneja (Porte 1993).

3.2.3.4 Perímetro torácico: Esminger (1973) definió el perímetro torácico como, la medida de la circunferencia determinada por el espacio circunscrito por las costillas, por detrás de la cruz y por delante del dorso. El estándar del Caballo Chileno menciona que la amplitud del perímetro torácico fluctúa desde 1,62 m a 1,82 m para los machos, y en el caso de las hembras se aceptan 2 cm adicionales (Porte y Araya 1980).

3.2.3.5 Región dorso-lumbar: Dorso fuerte, ancho, firme y de largo proporcionado, unido a un lomo que deberá buscarse corto, ancho y fuertemente musculado (Porte 1993).

3.2.3.6 Tronco: El tronco es de gran desarrollo, con costillas bien arqueadas, vientre profundo y lleno, continuando insensiblemente el perfil inferior del tórax (Porte y Araya 1980).

3.2.3.7 Miembro torácico.

3.2.3.7.1 Paleta (Escápula): La escápula debe ser medianamente larga, inclinada y su unión es imperceptible a la cruz, con ambos encuentros bien separados, unida a un brazo fuerte, más bien corto y en un ángulo proporcionado. Como valor biométrico, se menciona a la inclinación de la escápula, como al ángulo formado por la espina escapular y la horizontal. Estudios han determinado valores promedios de 63,6° a 64,8° para potros, 64° a 64,6° para machos castrados y de 63,8° a 64,6° para las hembras (Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000).

3.2.3.7.2 Brazo: El estándar del Caballo Chileno solo menciona que debe ser un brazo fuerte y corto. Pinochet (1980) realizó la medición de dos valores, uno de ellos es la longitud del brazo, realizando la medición entre la tuberosidad supraglenoidea de la escápula y la tuberosidad del olécranon, encontrando valores de 38 cm para los machos y 37 cm para las hembras. Este mismo autor menciona que el brazo debe ser proporcionado, ya que si es muy largo propende a que el caballo tropiece, en cambio si es demasiado corto propende a una escápula muy vertical, lo que implica un caballo áspero en sus movimientos. El segundo valor es el perímetro del brazo, deslizando una cinta métrica por el pliegue axilar. Para los machos el valor promedio fue de 47,9 cm, en tanto que para las hembras fue de 48 cm.

3.2.3.7.3 Antebrazo: El antebrazo debe estar firmemente unido al brazo, con abundante y fuerte musculatura, y muy extenso, para que desplace al carpo lo más abajo posible (Porte y

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Araya 1980). Engels (1995) realizó la medición del perímetro y longitud del antebrazo, cuyos valores promedios de perímetro fueron de 34,5 cm para los potros, 33,9 cm para los machos castrados y de 32,9 cm para las hembras. Los valores promedios de longitud obtenidos fueron de 31,1 cm para los potros, 31,5 cm para los machos castrados y 31,3 cm para las hembras. 3.2.3.7.4 Carpo: El carpo debe ser corto, robusto y de buena conformación, uniendo al antebrazo y al metacarpo en línea recta (Porte y Araya 1980). Como valor biométrico se menciona el perímetro del carpo, considerándose como tal a la medida que se obtiene alrededor del primer rango carpal, incluyendo al carpo accesorio. Según estudios biométricos realizados obtuvieron valores promedios de 30,5 cm a 31,5 cm para los potros, 30,1 cm a 31,2 cm para los machos castrados y de 27,8 cm a 30,1 cm para las hembras (Pinochet 1980, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000).

3.2.3.7.5 Metacarpo: Para el metacarpo no se establecen valores definidos. Sin embargo, estudios biométricos describen la longitud de éste, como la distancia existente entre la articulación carpometacarpiana y la articulación metacarpofalángica. Estudios han determinado valores promedios de 23,8 cm a 24,8 cm para los potros, 23,4 cm a 27,9 cm para los machos castrados y de 23,1 a 27,2 cm para las hembras (Pinochet 1980, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000). Un segundo valor descrito es el perímetro del metacarpo, el cual se determina por medio de una cinta métrica colocada alrededor del hueso metacarpiano, en la mitad de la distancia entre la articulación carpometacarpiana y la articulación metacarpofalángica (Valdivia 1995). La Federación Internacional de Criadores de Caballos Criollos de América establece como ideal un perímetro metacarpiano de 19 cm para los machos y de 18 cm para las hembras. No obstante, el perímetro del metacarpo no está considerado dentro del estándar del Caballo Chileno a pesar que algunos autores lo han determinado, obteniendo valores promedios de 19 cm a 20,1 cm para los potros, 19 cm a 20 cm para los machos castrados y de 18 cm a 19 cm para las hembras (Pinochet 1980, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000).

3.2.3.8 Miembro pélvico.

3.2.3.8.1 Pelvis: La musculatura glútea en su interior debe ser fuerte, y externamente debe existir una adecuada delimitación entre los grupos musculares (Porte y Araya 1980). La grupa del Caballo Chileno debe ser larga, ancha y ligeramente inclinada, con la cola insertada con suavidad, más bien baja (Porte y Araya 1980). Para la pelvis se describe la longitud y el ancho anterior como valores biométricos. La longitud de la pelvis, se considera a la distancia existente entre las tuberosidades iliaca e isquiática del coxal, para la cual estudios han determinado valores promedios de 48,9 cm a 59,7 cm para los potros, 50,1 cm a 60,6 cm para los machos castrados y 50,3 cm a 59,1 cm para las hembras (Pinochet 1980, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000). El ancho anterior de la pelvis, se considera a la distancia existente entre las tuberosidades iliacas derecha e izquierda, para la que diversos autores han determinado valores promedios de 47,1 cm a 51 cm para los potros, 48,4 cm a 50,3 cm para machos castrados y 47,8 cm a 53,1 cm para las hembras (Pinochet 1890, Plaza 1990, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000).

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3.2.3.8.2 Muslo: Los miembros posteriores deben poseer unos muslos bien musculados, con sus líneas exteriores rectas, paralelas y bien distanciadas (Porte y Araya 1980). No se describe ningún valor biométrico para este segmento.

3.2.3.8.3 Pierna: Las piernas deben ser anchas y fuertes tanto externa como internamente, unidas fuertemente a un tarso de ángulo apropiado (Porte y Araya 1980). Al igual que para el muslo, no se describe ningún valor biométrico.

3.2.3.8.4 Tarso: Se describe como valor biométrico la altura del tarso, considerándose a la distancia que existe entre el extremo de la tuberosidad del calcáneo y el suelo. La altura del tarso guarda relación con la facilidad del caballo para realizar giros bruscos y rápidos, ya que las articulaciones tarsales cercanas al suelo, facilitan la faena de desequilibrar y atajar al novillo en el rodeo (Pinochet 1980). Referente a lo anterior, estudios han determinado valores promedios de 53,4 cm a 59,1 cm para potros, 56,3 cm a 58,3 cm para machos castrados y de 53,0 cm a 55,9 cm para las hembras (Pinochet 1890, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000). 3.2.3.8.5 Metatarso: En relación al metatarso se menciona su perímetro, considerándose como tal a la distancia que se obtiene alrededor del metatarso en su parte media. Autores han obtenido valores promedios de 20,5 cm a 22,1 cm para los potros, 20,1 cm a 22,2 cm para machos castrados y de 19,2 cm a 21,2 cm para las hembras (Pinochet 1890, Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000).

3.2.3.8.6 Dedo: Tanto para el miembro anterior como posterior, las superficies articulares distales de los huesos metacarpiano y metatarsiano III, deben ser redondas, nítidas y secas, con una primera falange corta, sin exagerar y con inclinación adecuada para su elasticidad (Porte y Araya 1980). Como valor biométrico, se describe el perímetro de la primera falange, considerándose como la medida que se obtiene al pasar la cinta métrica alrededor de la primera falange, entre la articulación metacarpo/metatarsofalángica y la articulación interfalángica proximal (Valdivia 1995). Autores han obtenido valores promedios de 19,1 cm a 20,2 cm para potros, de 19,3 cm a 20 cm para machos castrados y de 18,2 cm a 19,5 cm para las hembras (Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000). Los cascos deben ser de preferencia negros, de volumen proporcionado, de palma cóncava y ranilla proporcionada a dicho casco (Porte y Araya 1980). Para ambos miembros, se describe como valor biométrico, el ángulo del eje podofalángico, correspondiente al ángulo formado por las falanges del miembro anterior/posterior y la superficie de apoyo. El eje del pie y la primera falange, deberá ser de una línea recta y deberá tener además, una inclinación de 45° a 50° para el miembro torácico y de 50° a 55° para el miembro pélvico, con respecto al suelo. Estudios biométricos han determinado valores promedios de angularidad para el miembro anterior de 62,6° a 65,3° para los potros, de 61,7° a 64,5° para machos castrados y de 59,5° a 64,6° para las hembras (Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000). Para la angularidad de miembro posterior, los valores promedios fueron de 63,9° a 66,7° para los potros, de 63,4° a 66,0° para los machos castrados y de 62,8° a 65,4° para las hembras (Valdivia 1995, Ubilla 1996, Turu 2000). Valdivia (1995) y Ubilla (1996) concluyen que la gran variabilidad de angularidades, se deberían a factores genéticos, como la mala selección de reproductores, y a factores

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medioambientales, como terrenos duros y escombrosos, así como también de aquellos derivados de la intervención del hombre como despalmes y herrajes mal realizados.

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3.3. OBJETIVOS 3.3.1 Objetivo General

• Describir la anatomía de superficie de la región lateral del tronco, miembro anterior y miembro posterior, en imágenes fotográficas digitales obtenidas de Caballos Chilenos vivos.

3.3.2 Objetivos Específicos

• Establecer una relación entre la anatomía de las estructuras superficiales observadas y fotografiadas en Caballos Chilenos vivos, la descrita en textos anatómicos y la observada en piezas anatómicas.

• Discutir aplicaciones clínicas asociadas a las estructuras anatómicas superficiales descritas.

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4. MATERIAL Y MÉTODOS

4.1 MATERIAL

4.1.1 Material Biológico.

Se utilizaron 14 ejemplares de Caballos Chilenos adultos vivos, de los cuales 7 eran potros, 3 machos castrados y 4 hembras. De los equinos utilizados, 10 pertenecen al Criadero El Espejo y 1 al Criadero Las Cumbres, de la ciudad de Osorno, X Región de Los Lagos. Los otros 2 ejemplares son del Criadero Los Tacos de Rumai y 1 del Criadero La Esperanza, ambos criaderos de la ciudad de Curicó, VII Región del Maule. Los equinos estaban inscritos en los Registros Genealógicos de Caballos Chilenos, a cargo de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos. Esto fue corroborado con el número de inscripción y documentos que fueron solicitados al personal que trabaja en estos criaderos.

4.1.2 Material para obtención de imágenes

• Cámara fotográfica digital de 7.2 megapixeles (efectivos), 7.4 megapixeles totales, CCD de 1/2.5”, objetivo de 5.5 – 21.4 mm (32-128 mm equivalente en la película de 35 mm), objetivo zoom Carl Zeiss Vario-Tessar 4x. 1

• Trípode de apoyo para cámara fotográfica • Cinta métrica de 1,5 m

4.1.3 Software para edición de imágenes • Adobe Photoshop CS4, Versión 11.0 • Microsoft Office Picture Manager 2003

4.1.4 Piezas anatómicas

• Dos miembros anteriores de equinos • Un miembro posterior de equino

• Tres preparaciones óseas del miembro anterior del equino • Una preparación ósea del miembro posterior del equino

4.1.5 Atlas anatómicos

• Anatomía Veterinaria (Dyce y col 2003)

• Anatomía Veterinaria: Básica, comparativa y clínica (Shively 1993)

• Anatomía de los animales domésticos. Tomo 1: Aparato Locomotor (Liebich y König 2005)

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4.2 MÉTODOS

4.2.1 Examen clínico general

Los equinos que se utilizaron, fueron sometidos a un examen clínico general, el cual consistió en una inspección general, donde se evaluó la apariencia, posición, postura y marcha del ejemplar, y posteriormente se realizó una palpación de los miembros anteriores y miembros posteriores. Esto se realizó previo a la obtención de las fotografías digitales, con el fin de descartar la presencia de alteraciones musculares y óseas, que puedan afectar la correcta visualización de las estructuras anatómicas a describir. Esto se realizó en el criadero, o bien en los recintos, donde se realiza Rodeo.

4.2.2 Obtención de fotografías digitales

La obtención de fotografías se realizó durante el período de noviembre del 2008 y marzo del 2009. Esto con el fin de que los equinos a fotografiar presenten un pelaje corto, que facilite la visualización de las estructuras anatómicas más superficiales. El horario en el cual se obtuvieron las fotografías, fue entre las 12:00 pm y las 16:00 pm, para así aprovechar de mejor manera la luz natural, y conseguir fotografías con buenos detalles.

En cada criadero se seleccionaron los mejores ejemplares de acuerdo a la estructura que se quería describir y luego los animales fueron posicionados sobre una superficie plana, para la obtención de las tomas fotográficas. La sujeción del animal fue realizada por el personal a cargo en los distintos criaderos visitados. Se estandarizó la distancia (con una cinta métrica de 1,5 m) entre la estructura a fotografiar y el lente de la cámara.

Para los miembros anteriores se obtuvieron 4 vistas: una craneal, una lateral y una medial a una distancia de 200 cm, la vista caudal se obtuvo a una distancia de 100 cm. Para los miembros posteriores se obtuvieron 4 proyecciones, una lateral, una medial y una caudal, a una distancia de 200 cm, la vista craneal se obtuvo a una distancia de 100 cm. Tanto para la región del carpo como tarso se tomaron 4 vistas, una dorsal, una lateral, una palmar/plantar y una medial, las que se consiguieron a una distancia de 60 cm. Además para realzar la visualización de los músculos del antebrazo, se obtuvo una proyección lateral del miembro anterior en flexión a nivel de la articulación del carpo, a una distancia de 100 cm. Procedimiento similar se realizó en miembro posterior, con el fin de acentuar la visualización de los músculos de la pierna. Finalmente para describir las estructuras del tronco se obtuvo solamente una proyección lateral, a una distancia de 250 cm.

4.2.3 Rotulación y comparación anatómica

Luego de obtenidas las fotografías por área anatómica, se procedió a la selección de las mejores imágenes y de ellas luego se identificaron y rotularon las estructuras anatómicas superficiales, por medio de los programas computacionales Microsoft Office Picture Manager 2003 y Adobe Photoshop CS4. Para la comparación anatómica e identificación de las estructuras observadas, se utilizaron 3 atlas anatómicos, 2 miembros anteriores y 1 posterior, diseccionados, 3 preparaciones anatómicas óseas del miembro anterior y 1 del miembro posterior, todas pertenecientes a la unidad de Anatomía Veterinaria de la Universidad Austral

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de Chile. La nomenclatura utilizada para rotular las estructuras observadas, fue de acuerdo a la última edición de la Nomina Anatomica Veterinaria (I.C.V.G.A.N.).

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5. RESULTADOS

Se registraron fotograficamente, 14 Caballos Chilenos vivos, de los cuales 7 eran potros, 3 machos castrados y 4 hembras. De éstos, se obtuvo un total de 542 imágenes fotográficas de las zonas de miembro anterior, miembro posterior y tronco. Del total de fotografías tomadas, se seleccionaron 6 imágenes rotuladas para miembro anterior, en donde se presentan 5 imágenes de una vista lateral y 1 de vista craneal. Para la zona de carpo se rotularon 5 imágenes, correspondiendo 2 a una vista dorsal, 2 a una vista lateral y 1 a una vista palmar. Para el miembro posterior, se seleccionaron 4 imágenes rotuladas, de las cuales 2 corresponden a una vista lateral, 1 a una vista caudal y 1 a una vista craneolateral. Para la zona de tarso se rotularon 3 imágenes, 1 de vista lateral, 1 de vista medial y 1 de vista plantar. Finalmente se seleccionó 1 imagen rotulada para la región lateral del tronco.

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5.1 MIEMBRO ANTERIOR 5.1.1 Vista craneal

Con el miembro anterior en apoyo, se identificaron principalmente estructuras del antebrazo del equino, tales como los Mm. extensor carpo radial, extensor digital común, extensor carpo cubital, extensor carpo oblicuo y flexor carpo radial (figura 1).

Figura 1. Vista craneal del miembro anterior derecho con observación de estructuras mediales del miembro anterior izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 7 años de edad.

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En la figura 2, se observan estructuras musculares y tendones próximos, o que recorren la región dorsal del carpo del equino, tales como los Mm. extensor carpo radial, extensor digital común y sus respectivos tendones, además de estructuras óseas, como los procesos estiloideos medial y lateral del radio.

Figura 2. Vista dorsal del carpo izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 14 años de edad. M= medial; L= lateral.

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La figura 3, se utilizó especialmente para observar estructuras óseas de la región dorsal del carpo del equino, tales como los huesos carporradial, carpo intermedio, carpo cubital, carpal III y carpal IV.

Figura 3. Vista dorsal del carpo izquierdo de un equino macho castrado de raza Caballo Chileno de 12 años de edad. M= medial; L= lateral

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5.1.2 Vista lateral

La figura 4, con el miembro anterior en apoyo, muestra algunas estructuras musculares de la cintura escapular y brazo del equino, tales como los Mm. subclavio, supraespinoso, infraespinoso, deltoides, tríceps braquial y braquial.

Figura 4. Vista lateral del miembro anterior izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 9 años de edad.

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En la figura 5, con el miembro anterior en flexión, se identificaron principalmente los Mm. extensores del antebrazo, y las articulaciones de la región del carpo, ya que la flexión del miembro, se realizó con el fin de acentuar la visualización de estas estructuras.

Figura 5. Vista lateral del miembro anterior izquierdo en flexión de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 7 años de edad.

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La figura 6, muestra un acercamiento de la región de la cintura escapular y brazo del equino, con el objetivo de resaltar la visualización de estructuras musculares y prominencias óseas de esta región, tales como los Mm. subclavio, supraespinoso, infraespinoso, deltoides, tríceps braquial y braquial, identificándose además la espina escapular y la tuberosidad del olécranon.

Figura 6. Vista lateral de la cintura escapular y brazo del miembro anterior izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 9 años de edad.

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En la figura 7, se identificaron algunas estructuras musculares cercanas a la región lateral del carpo, tales como los Mm. extensores digitales lateral y común, el M. extensor carpo cubital, los tendones de los M. flexores digitales superficial y profundo, además se visualizó el hueso carpo accesorio, en la región palmar del carpo.

Figura 7. Vista lateral del carpo izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 8 años de edad. D= dorsal; P= palmar.

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En la figura 8, se observan principalmente estructuras óseas de la región lateral del carpo, tales como los huesos carpo accesorio, carpo intermedio, carpo cubital, carpal III y carpal IV.

Figura 8. Vista lateral del carpo izquierdo de un equino hembra de raza Caballo Chileno de 6 años de edad. D= dorsal; P= palmar.

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En la figura 9, con el miembro anterior en apoyo, se identifican especialmente estructuras musculares pertenecientes a la región lateral del antebrazo, tales como el grupo de músculos extensores, asimismo a nivel de la región metacarpiana de identifican los tendones de los Mm. flexores digitales superficial y profundo. Además en esta figura, se pueden observar en la región del antebrazo, los músculos flexores de ubicación medial, identificándose también a este nivel la vena cefálica.

Figura 9. Vista lateral y medial de los miembros anteriores derecho e izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 7 años de edad.

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En la figura 10, se observan estructuras musculares, que recorren la zona palmar de la región metacarpiana, tales como los Mm. flexores digitales e interóseo medio, además se identifican las articulaciones antebraquiocarpiana, mediocarpiana, carpometacarpiana y metacarpofalángica.

Figura 10. Vista lateral del miembro anterior izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 14 años de edad

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5.1.3 Vista caudal

En la figura 11, se observan estructuras musculares y óseas, en la región palmar del carpo, tales como los Mm. extensor carpo cubital y flexor carpo cubital, además se identifican los huesos carpo accesorio, carpo cubital, carpo radial y el carpal II.

Figura 11. Vista palmar del carpo izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 14 años de edad. L= lateral; M= medial.

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5.2 MIEMBRO POSTERIOR 5.2.1 Vista lateral

En la figura 12, con el miembro posterior en apoyo, se identifican principalmente estructuras musculares de la región de la cadera, la región del muslo y la región de la pierna, tales como los Mm. glúteo superficial, tensor de la fascia lata, vasto lateral, bíceps femoral, semitendinoso, gastronemio, extensor digital lateral, extensor digital largo y flexor digital lateral.

Figura 12. Vista lateral del miembro posterior izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 9 años de edad.

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En la figura 13, con el miembro posterior en flexión, se acentuó el perfil de los músculos tensor de la fascia lata y semitendinoso.

Figura 13. Vista lateral del miembro posterior izquierdo en flexión de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 14 años de edad.

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En la figura 14, se observan estructuras óseas, vasculares y tendones musculares, de la región lateral del tarso, tales como la tuberosidad del calcáneo, el maléolo lateral, el hueso tarsal IV, los tendones de los Mm. flexor digital superficial, extensor digital lateral y extensor digital largo, y además se observó la vena safena lateral.

Figura 14. Vista lateral del tarso derecho de un equino hembra de raza Caballo Chileno de 6 años de edad. P=plantar; D= dorsal.

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5.2.2 Vista medial

En la figura 15, se identifican estructuras óseas y tendones musculares, de la región medial del tarso, tales como la tróclea del talo, maléolo medial, tuberosidad del talo, tuberosidad del calcáneo, tendones de los Mm. tibial craneal, peroneo tercero, extensor digital largo, flexor digital superficial y flexor digital profundo.

Figura 15. Vista medial del tarso derecho de un equino macho castrado de raza Caballo Chileno de 4 años de edad. D= dorsal; P= plantar.

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5.2.3 Vista caudal

En la figura 16, con el miembro posterior en apoyo, se observan principalmente los músculos caudales del muslo, los que corresponden a los Mm. semimembranoso y semitendinoso, además se destaca la presencia del tendón calcáneo común, en la región caudal de la pierna.

Figura 16. Vista caudal de los miembros posteriores izquierdo y derecho de un equino macho castrado de raza Caballo Chileno de 12 años de edad.

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En la figura 17, se identifican principalmente estructuras óseas, de la región plantar del tarso, tales como la tuberosidad del calcáneo, maléolo medial, maléolo lateral, tuberosidad del talo, sustentaculum tali y el hueso tarsal IV.

Figura 17. Vista plantar del tarso derecho de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 7 años de edad. M= medial; L= lateral.

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5.2.4 Vista craneolateral

En la figura 12, se observan estructuras musculares, pertenecientes principalmente a la región de la pierna, tales como los Mm. peroneo tercero, extensor digital largo, extensor digital lateral, además se observa un vaso sanguíneo de gran calibre, como lo es, la vena safena medial.

Figura 18. Vista craneolateral y medial de los miembros posteriores derecho e izquierdo de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 7 años de edad.

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5.3 Región del tronco 5.3.1 Vista lateral

En la figura 19, se observan estructuras musculares de la región lateral del tronco, tales como los Mm. epiaxiales, oblicuo externo del abdomen, recto del abdomen, y además como estructura vascular se observa la vena torácica externa.

Figura 19. Vista lateral de la zona torácica y abdominal izquierda de un equino macho entero de raza Caballo Chileno de 8 años de edad.

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6. DISCUSIÓN

6.1 MIEMBRO ANTERIOR 6.1.1 Vistas craneal y lateral

En esta zona se observó el M. supraespinoso, cuyo vientre muscular, largo y angosto, está ubicado por delante de la espina escapular, en la fosa supraespinosa de la escápula (figuras 4 y 6). La función de este músculo, es la de extender y fijar la articulación del hombro (Shively 1993, Dyce y col 2003, Liebich y col 2005). En casos de descompresión del N. supraescapular, su vientre muscular es incidido inmediatamente craneal y paralelo a la espina escapular, elevado de la fosa supraespinosa y desplazado hacia craneal, con el objetivo de exponer el nervio (McIlwraith y Robertson 1998, Adams y Fessler 2000, Fortier 2006, Devine y col 2006). Adicionalmente, con el objetivo de remover fragmentos óseos, el M. supraespinoso es retraído hacia craneal, cuando se quiere exponer el tubérculo supraglenoideo, en caso de su fractura (Fortier 2006). El M. infraespinoso, se observó como una banda muscular prominente, caudal a la espina escapular, en la fosa infraespinosa de la escápula, lugar en el que se origina (figuras 4 y 6). Antes de insertarse, su tendón terminal, se divide en una porción profunda y una superficial, siendo esta última, la que se inserta en la porción craneal del tubérculo mayor del húmero (Dyce y col 2003). El M. infraespinoso actúa como ligamento tensor contráctil de la articulación del hombro, apoyando además, la flexión de esta articulación (Liebich y col 2005). Según Berg (1994) el borde craneal de su tendón de inserción, es utilizado como punto de referencia, para la inyección de la articulación del hombro. En la artroscopía de la articulación del hombro, el abordaje lateral es realizado craneal al tendón del M. infraespinoso, y proximal a la escotadura, entre las prominencias craneal y caudal del tubérculo mayor del húmero (Fortier 2006). El M. deltoides, se apreció inmediatamente caudal y ventral al M. infraespinoso (figuras 4 y 6). Su inserción se lleva a cabo en la tuberosidad deltoidea del húmero, por lo que actúa como flexor de la articulación del hombro (Shively 1993, Liebich y col 2005). En la artrotomía de la articulación del hombro, la aponeurosis de la superficie craneal del M. deltoides, debe ser incidida, y el músculo retraido caudalmente, para exponer el M. redondo menor. Esta exposición se ve facilitada por la retracción craneal del M. infraespinoso. El M. redondo menor es seccionado en su inserción, y es retraido hacia caudal, con el objetivo de exponer la cápsula articular (McIlwraith y Robertson 1998). El M. deltoides, además, es abordado quirúrgicamente, cuando hay fracturas del tubérculo mayor del húmero, con el objetivo de reducir y fijar la fractura, o bien remover fragmentos de la misma (Mez y col 2007).

El M. tríceps braquial, ocupa el espacio entre la escápula, el húmero y la tuberosidad del olécranon, apreciándose como un músculo de forma triangular, con claras divisiones y con un destacado desarrollo (figuras 4, 5, 6 y 9). Posee tres cabezas, una cabeza larga que se origina en el borde caudal de la escápula, una cabeza lateral que nace en la línea tricipital del húmero, ambas se insertan en la cara lateral de la tuberosidad del olécranon (Liebich y col

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2005). La cabeza medial, se origina en el extremo proximal del húmero, insertándose medialmente en la tuberosidad del olécranon, por lo tanto, el M. tríceps braquial, actúa como un extensor y fijador de la articulación del hombro, además, por su cabeza larga, puede flexionar la articulación del hombro (Dyce y col 2003, Liebich y col 2005). La cabeza lateral del M. tríceps braquial, es utilizada como punto de referencia, en el bloqueo anestésico del N. cutáneo antebraquial lateral (continuación de la rama superficial del N. radial), ya que este último, emerge desde el borde ventral de dicho vientre muscular, entre la tuberosidad deltoidea y el olécranon (Constantinescu y col 2004). Ocasionalmente esta región, es afectada por la inflamación de una bolsa sinovial subcutánea (bursitis olecraniana), localizada entre la piel y la inserción del M. tríceps braquial, manifestándose como un aumento de volumen en la zona (Shively 1993, Dyce y col 2003).

El M. extensor carpo radial, se apreció como un músculo alargado, en la cara craneolateral del antebrazo (figuras 1, 5 y 9). Su origen se realiza en la cresta supracondilar lateral del húmero, y se inserta en la tuberosidad del metacarpiano III, por lo que actúa como extensor de la articulación del carpo (Liebich y col 2005). La ruptura de su tendón de inserción, condición causada por lesiones traumáticas, produce como signo clínico, una flexión exagerada de la articulación del carpo, debido a que los músculos flexores no se oponen a su principal antagonista (Bertone 2002, Peloso 2006). El tendón de inserción del M. extensor carpo radial, además, es utilizado como punto de referencia, en la aproximación dorsal, para el bloqueo anestésico o analgesia de las articulaciones antebraquiocarpiana y mediocarpiana (Speirs y Wrigley 1997, Fürst 2006, Moyer y col 2007). También, es utilizado como referencia en la artrotomía del hueso carpal III, ya que la incisión de la piel y de la capsula articular, debe ser medial y paralela al tendón del músculo, extendiéndose desde la mitad del hueso carpo radial, hasta el aspecto dorsal del hueso carpal III (McIlwraith y Robertson 1998). En el caso de fractura, bajo el tendón del M. extensor carpo radial, la incisión que se realiza es directamente a través del tendón y paralela a las fibras de él (Turner y col 1989, McIlwraith y Robertson 1998, Adams y Fessler 2000). El M. extensor digital común, presentó una característica forma de huso, y se observó caudal al M. extensor carpo radial (figuras 1, 5 y 9). Su origen, se realiza en el epicóndilo lateral del húmero y, en parte también, en el ligamento colateral lateral de la articulación del codo (Liebich y col 2005). Su tendón se inserta en el proceso extensor de la falange distal, por lo que su acción extiende las articulaciones del carpo y del dedo (Shively 1993). El tendón del M. extensor digital común, en el tercio distal del antebrazo, es utilizado como referencia, para el bloqueo anestésico de la rama profunda del N. radial (Constantinescu y col 2004). Su vientre muscular, como así también, el del M. extensor carpo radial, tienen importancia, en procedimientos quirúrgicos para reparar fracturas, ya que, deben ser desplazados, para acceder a la cara dorsolateral del radio (Rodgerson y col 2001, Bolt y Burba 2003, Watkins 2006). Los tendones de ambos músculos, son utilizados como referencia, en la artroscopía quirúrgica de las articulaciones antebraquiocarpiana y mediocarpiana, para delimitar los puntos de acceso (lateral y medial) a las articulaciones (McIlwraith y Robertson 1998). A nivel del hueso metacarpiano III, el tendón del M. extensor digital común, debe ser incidido o retractado, cuando se realizan abordajes quirúrgicos, para reparar fracturas de este hueso (Adams y Fessler 2000). Así mismo, a nivel de la articulación metacarpofalángica, falange proximal y articulación

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interfalángica proximal, se realizan diferentes procedimientos, tales como, artrotomia, artroscopía, artrodesis, artrocentesis, en donde el tendón del M. extensor digital común debe ser abordado, retraído, o bien utilizado como punto de referencia para acceder o abordar otras estructuras anatómicas (McIlwraith y Robertson 1998, Adams y Fessler 2000, Kraus y col 2004, Moyer y col 2007, Wright y Smith 2009).

El M. extensor digital lateral, pudo ser observado caudal al M. extensor digital común, como un vientre largo y de poco desarrollo, por lo que su visualización puede resultar dificultosa, sin embargo con el miembro en flexión, a nivel de las articulaciones del carpo, su ubicación resulta más fácil (figuras 5 y 9). Este músculo, tiene su origen en el epicóndilo lateral del húmero, y se inserta dorsolateralmente en la falange proximal, por lo que su acción, produce una extensión de la articulación metacarpofalángica (Shively 1993, Dyce y col 2003, Liebich y col 2005). Con el fin de reparar fracturas mediante placas de compresión, el tendón del M. extensor digital lateral, puede ser incidido y dividido, en el abordaje lateral al hueso metacarpiano III, o bien su tendón, junto al tendón del M. extensor digital común, deben ser desplazados hacia medial, para realizar una osteostixis, si la fractura afecta solamente la corteza dorsal del hueso metacarpiano III (McIlwraith y Robertson 1998, Adams y Fessler 2000). El M. extensor carpo cubital, se observó inmediatamente caudal al M. extensor digital lateral, como una banda larga de bastante desarrollo, identificándose de mejor manera, en las vistas laterales del antebrazo (figuras 1, 5 y 9). Este músculo, se origina en el epicóndilo lateral del húmero, discurre hacia distal, y antes de insertarse, su tendón se divide en una rama principal, la cual se inserta en el hueso carpo accesorio, y una rama colateral adicional, que se inserta en el extremo proximal del hueso metacarpiano IV, por lo que su acción flexiona las articulaciones del carpo (Shively 1993, Liebich y col 2005). En la depresión formada por ambos tendones, por encima del hueso carpo accesorio, se realiza la punción para el bloqueo anestésico de la rama dorsal del N. cubital (Constantinescu y col 2004). El M. extensor carpo oblicuo, se observó como una depresión triangular, proximal al carpo, entre los tendones de los Mm. extensor digital común y extensor carpo radial (figuras 1, 2, 5 y 9). Su origen se realiza en la diáfisis del radio, discurre en dirección mediodistal para insertarse en el hueso metacarpiano II, por lo tanto, por su función, este músculo debe ser clasificado como extensor de las articulaciones del carpo (Dyce y col 2003, Liebich y col 2005).

Los tendones de los Mm. flexores digitales superficial y profundo, se observaron en su recorrido por la cara palmar de la zona metacarpiana, como una banda delgada única (figuras 7, 9 y 10). Se identificaron como una estructura única, en las imágenes, debido a que están envueltos por una vaina sinovial común, que abarca desde un ancho de mano proximalmente al carpo y se prolonga sobre el metacarpo, hasta la unión del ligamento accesorio del tendón del M. flexor digital profundo (Liebich y col 2005). Cuando se presentan deformaciones flexurales severas, de la articulación interfalángica distal, el tratamiento quirúrgico de elección es la tenotomía del tendón del M. flexor digital profundo (Adams y Fessler 2000, Auer 2006). Otro tratamiento utilizado para corregir deformidades flexurales de la articulación metacarpofalángica, es la tenotomía del tendón del M. flexor digital superficial, procedimiento que se realiza en el tercio medio del hueso metacarpiano III y, en el cual se incide completamente el tendón (Turner y col 1989).

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El M. interóseo medio, suspensorio o ligamento sesamoideo proximal, se observó como una banda plana, ubicada sobre la cara caudal del hueso metacarpiano III (figura 7 y 10). Este músculo, se origina en el hueso metacarpiano III y en el ligamento radiado del carpo, distalmente se escinde en dos ramas, y cada una de ellas se inserta en un sesamoideo, y emite dorsodistalmente una rama de refuerzo hacia el tendón del M. extensor digital común (Liebich y col 2005). En caso de desmitis del ligamento sesamoideo proximal, se recomiendan varios tratamientos, incluyendo, administración local o sistémica de glucosaminoglicanos, administración local de corticosteorides, inyección de material de la médula ósea y desmoplastia del ligamento interóseo medio (Hewes y White 2006). En el caso de enfermedad navicular, la desmotomia del ligamento sesamoideo proximal, es una alternativa a la neurectomía del nervio digital palmar (Adams y Fessler 2000).

6.1.2 Vista medial

El M. flexor carpo radial, fue identificado en el borde caudal del radio (figuras 1 y 9). Se origina en el epicóndilo medial del húmero, cruza la cara flexora del carpo, y se inserta en la cara palmar del hueso metacarpiano II, por lo que actúa como flexor de las articulaciones del carpo (Liebich y col 2005). Su vientre muscular, es utilizado como referencia en la aproximación medial o caudomedial, para el bloqueo anestésico del N. mediano (Speirs y Wrigley 1997). Su tendón de inserción, es de importancia en la desmotomia del ligamento accesorio del M. flexor digital superficial, debido a que, debe ser retractado hacia caudal, luego de incidir su vaina, lo que permite visualizar y tener acceso al ligamento accesorio del M. flexor digital superficial (McIlwraith y Robertson 1998). El M. flexor carpo cubital, se pudo visualizar en la cara caudal del antebrazo, posterior al M. flexor carpo radial (figura 9). Se origina por medio de dos cabezas, una en el húmero y otra en el cúbito (Dyce y col 2003). Ambas cabezas, se unen en un tendón terminal, que se inserta en el hueso accesorio del carpo, por lo que actúa como flexor de la articulación del codo (Liebich y col 2005).

La V. cefálica, se observó en la región del antebrazo, craneal al M. flexor carpo radial (figuras 1 y 9). La V. cefálica, puede ser utilizada para la perfusión regional intravenosa de fármacos antimicrobianos, con el objetivo de tratar procesos sépticos de la región distal del tercio distal del radio, incluyendo el carpo, previa sedación y aplicación de un torniquete, proximal y distal, al área de infusión (Lugo y Gaughan 2006).

6.2 MIEMBRO POSTERIOR 6.2.1 Vistas cranial y lateral

El M. tensor de la fascia lata, se observó claramente con forma triangular, en la porción proximal del miembro, cuando éste se encontraba en flexión (figura 13). Se origina en la tuberosidad coxal, se fusiona ampliamente con la fascia lata y se inserta en la rótula, ligamento lateral de la rótula y en el borde anterior de la tibia (Liebich y König 2005). Actúa como flexor de la articulación de la cadera y extensor de la articulación de la rodilla (Shively 1993). En caballos miniaturas, en el abordaje quirúrgico de la articulación coxofemoral, el M. tensor de la fascia lata, es incidido en su inserción, y retractado cranealmente, con el objetivo

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de reparar luxaciones de la esta articulación (Garcia-Lopez 2001). El M. glúteo superficial, pudo ser identificado dorsocaudal al M. tensor de la fascia lata (figuras 12 y 13). Su origen se realiza en la tuberosidad coxal y en la fascia glútea, discurre sobre el trocánter mayor y se inserta en el tercer trocánter (Dyce y col 2003). Actúa como flexor de la articulación coxofemoral y como abductor del muslo (Liebich y König 2005). Su inserción en el tercer trocánter, es incidida y retractada caudodorsalmente, cuando se realiza un abordaje quirúrgico de la articulación coxofemoral (Garcia-Lopez 2001).

El M. bíceps femoral, se observó distal al M. glúteo superficial, como una estructura triangular de gran desarrollo, dividido en dos porciones, una caudal y otra craneal, fácilmente identificables (figuras 12 y 13). La inserción del músculo es triple, la primera se produce en la fascia lata y en la rótula, la segunda, en el ligamento tibiorrotuliano lateral y en la cresta de la tibia, mientras que la tercera, el tendón tarsiano, se une al tendón calcáneo común (Dyce y col 2003). Debido a sus orígenes e inserciones, actúa como extensor de las articulaciones de la cadera, rodilla y tarso, además, como flexor de la articulación de la rodilla y abductor de la pierna (Liebich y König 2005). El M. semitendinoso se pudo observar como una banda prominente, de límites claramente identificables, ubicado caudal al M. bíceps femoral (figuras 12 y 13). Su origen se realiza en la tuberosidad isquiática, procesos espinosos y transversos del sacro, en las primeras vertebras caudales y en el ligamento sacrociático (Liebich y König 2005). El tendón terminal, se inserta medialmente en el borde craneal de la tibia, pero también desprende un tendón, que se une al tendón calcáneo común, por lo que su acción, extiende las articulaciones de la cadera y tarso, y además, flecta la articulación de la rodilla (Shively 1993, Liebich y König 2005). La tenotomía del M. semitendinoso, es indicada como tratamiento quirúrgico de la miopatía fibrótica (Bramlage y col 1985). El M. vasto lateral del M. cuádriceps femoral, se identificó caudodorsal a la articulación de la rodilla, como una estructura de forma rectangular, de leve desarrollo (figuras 12 y 13). Este músculo, se origina en las caras caudal y lateral del fémur, y en su trayecto hacia distal, se fusionan todas las cabezas, y se insertan en la rótula, constituyendo su continuación funcional hasta la tuberosidad de la tibia (Dyce y col 2003, Liebich y König 2005). Con el fin de exponer la articulación coxofemoral, el origen muscular craneal y lateral a la porción proximal del fémur, es elevado (Garcia-Lopez 2001).

El M. extensor digital largo, es observado como un abultamiento en la porción craneal de la pierna (figuras 12, 13, 14 y 18). Su origen se produce en la fosa extensora del cóndilo lateral del fémur, y a la altura de la cara plantar del tarso se convierte en un tendón, el que se inserta, finalmente, en el proceso extensor de la falange distal, por lo que actúa como extensor del dedo y flexor de las articulaciones del tarso (Liebich y König 2005). El M. extensor digital largo, es utilizado como referencia, en la artrocentesis dorsolateral de la articulación intertarsal distal, ya que la aguja debe ser posicionada unos 2-3 mm lateral al tendón del músculo (Just y col 2007). El M. extensor digital lateral, se observó inmediatamente caudal al M. extensor digital largo (figuras 12, 13 y 18). Su origen se realiza en el ligamento colateral lateral de la articulación de la rodilla, y porciones adyacentes de la tibia y del peroné, y su tendón termina uniéndose al tendón del M. extensor digital largo, a nivel del tercio proximal del hueso metatarsiano III, por lo que su acción, colabora en función con el M. extensor digital largo

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(Dyce y col 2003). El M. extensor digital lateral, es abordado quirúrgicamente, con el objetivo de corregir la hiperflexión involuntaria de las articulaciones del tarso, durante la locomoción (Agüera y Sandoval 1999). En dicho procedimiento, se retira un largo segmento del tendón del M. extensor digital lateral, comprendido entre el maléolo lateral y la unión con el tendón del M. extensor digital largo (Agüera y Sandoval 1999, Adams y Fessler 2000). El M. peroneo tercero (figura 18), se origina en la fosa extensora del cóndilo lateral del fémur, discurre profundamente por el surco extensor de la tibia, y a nivel del tarso, su tendón final se bifurca, por lo que su rama lateral se inserta en el calcáneo y en el hueso tarsal IV, y la rama dorsal lo hace en la porción proximal del hueso tarsal III y del hueso metatarsiano III (Liebich y König 2005). Este músculo actúa como flexor de las articulaciones del tarso (Dyce y col 2003, Liebich y König 2005). El M. peroneo tercero, es componente importante del aparato recíproco del miembro posterior, por lo que su ruptura, ya sea en el origen (potros) o en su tercio distal (adultos), puede ser diagnosticada, debido a que, se puede extender la articulación tibiotarsal, con la rodilla en flexión (Peloso 2006).

La cabeza lateral del M. gastronemio, se observó como una estructura de forma triangular, entre las porciones distales, de las inserciones intermedia y caudal del M. bíceps femoral (figuras 12 y 13). Su origen, se realiza por medio de dos cabezas, a ambos lados de la fosa supracondilar del fémur (Liebich y König 2005). El tendón compartido por ambas cabezas constituye el tendón de Aquiles o tendón calcáneo común, que se inserta en la tuberosidad del calcáneo (Liebich y König 2005). Su función consiste en extender la articulación del tarso y flexionar la articulación de la rodilla (Shively 1993). En potros y caballos jóvenes, ocasionalmente, puede ocurrir avulsión parcial o total del vientre muscular, las que respectivamente, se caracterizan por leve caída del tarso durante la carga o colapso distal del tarso con extensión exagerada de la rodilla (Toppin y Lori 2006).

El tendón del M. flexor digital superficial, se identificó como una banda delgada, en su recorrido por la cara plantar del hueso metatarsiano III (figura 12). El vientre muscular, se origina en la fosa supracondilar del fémur, el tendón se curva alrededor del lado medial del tendón del gastronemio, donde alcanza la posición superficial, ensanchándose en el casquete calcáneo, para continuar distalmente e insertarse en las falanges proximal y media, por lo que actúa, como flexor de las articulaciones del dedo, como extensor de las articulaciones del tarso, y como flexor auxiliar de la articulación de la rodilla (Shively 1993, Dyce y col 2003, Liebich y König 2005). Este tendón, puede ser afectado por una luxación, fuera de la tuberosidad del calcáneo, por lo general hacia lateral, siendo apreciada con mayor claridad, cuando la tumefacción de la zona, ha disminuido (Sullins 2004). El M. flexor digital lateral, es uno de los tres vientres musculares que conforman, el M. flexor digital profundo (Liebich y König 2005). Se observó, caudal al M. extensor digital lateral, y su ubicación se destacó, cuando el miembro posterior se encontraba en flexión (figuras 12 y 13). Se origina en la cara caudal de la tibia, y en su recorrido hacia distal, su tendón se une al de los otros dos vientres, formando un único tendón del M. flexor digital profundo, el cual recorre la cara plantar del hueso metatarsiano III, hasta insertarse en la cara flexora de la falange distal, actuando como flexor de las articulaciones del dedo, y adicionalmente es un extensor auxiliar de la articulaciones del tarso (Dyce y col 2003, Liebich y König 2005). El tendón del M. flexor

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digital lateral, es abordado quirúrgicamente, con el objetivo de corregir el desplazamiento medial congénito de éste, situación que causa una deformación varo de las articulaciones del tarso y metatarsofalángicas, diagnosticada principalmente en potrillos (Sullins 2004).

6.2.2 Vista Medial

El tendón medial del M. tibial craneal, fue observado en su recorrido, por la superficie craneomedial del tarso (figura 15). Su vientre muscular se origina en el cóndilo lateral y en la tuberosidad de la tibia, discurre junto al M. peroneo tercero, y su tendón terminal se bifurca a nivel del tarso, dando origen a una rama lateral que se inserta en el metatarso, y a una rama medial, que se inserta en los fusionados huesos tarsales I y II, por lo que, actúa como flexor de la articulación del tarso (Dyce y col 2003, Liebich y König 2005). La resección de 2-3 cm del tendón medial del músculo, es utilizada, en el tratamiento de la osteoartritis con periostitis y osteítis, de la superficie medial de la articulación del tarso (Agüera y Sandoval 1999).

La V. safena medial, se identificó como un vaso sanguíneo de gran diámetro, en la zona de la pierna (figura 18). La V. safena medial, se puede utilizar, en el tratamiento regional intravenoso de heridas, cuando el tejido destinado a ser perfundido, se localiza a nivel de las articulaciones del tarso (Hanson 2009).

6.2.3 Vista caudal

El M. semimembranoso, de ubicación medial al M. semitendinoso, se identificó como un prominente vientre de forma ovalada, el cual ocupa un gran porcentaje de la zona posterior del muslo (figura 16). Este músculo, se origina sobre o cerca de la tuberosidad isquiática, discurre hacia distal, y se inserta con un tendón corto en el cóndilo medial del fémur, en el ligamento colateral medial de la articulación de la rodilla y como aponeurosis en el cóndilo medial de la tibia, por lo que actúa como extensor de las articulaciones de la cadera y de la rodilla en fase de apoyo, y refuerza la propulsión del tronco (Liebich y König 2005). El abordaje quirúrgico, para la cistotomía, se realiza a la derecha, entre el ano y el M. semimembranoso, y por medio de una disección roma, se alcanza el cuello de la vejiga urinaria (Berg 1994).

6.3 REGIÓN DEL TRONCO 6.3.1 Vista lateral

El M. oblicuo externo del abdomen, se observó como una lámina de forma triangular, de ubicación caudoventral al tórax (figura 19). Se origina en las superficies laterocaudales de las costillas (desde la 4ta), en la fascia de los músculos intercostales externos, y también en la fascia toracolumbar, y se inserta en la línea alba, en el tendón prepúbico, en la tuberosidad coxal y en la fascia femoral medial (Getty 2005). En la laparotomía exploratoria del flanco, se realiza una incisión vertical de aproximadamente 20 cm, tanto de sus fibras musculares, como de su aponeurosis, comenzando en un punto medio, entre la última costilla y la porción ventral de la tuberosidad coxal, en dirección ventrocaudal, con el objetivo de abrir una ventana que permita visualizar el M. oblicuo interno (Adams y Fessler 2000). El M. recto del abdomen, fue observado, en el tercio ventral de la pared abdominal (figura 19). Su origen se realiza desde el

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4to al 9no cartílago costal, y las porciones adyacentes del esternón, y su inserción la realiza por medio del tendón prepúbico y ligamentos accesorios (Dyce y col 2003). Este músculo es abordado, cuando se realiza la aproximación suprapúbica paramediana, como corrección quirúrgica de la criptorquidia en equinos (Searle y col 1999).

La V. torácica externa, se puede identificar caudal a la articulación del codo, en la zona torácica, donde discurre hacia la región axilar (figura 19). La toracocentesis, se practica en la región costal lateral, a la altura del 7mo espacio intercostal izquierdo y del 6to en el lado derecho, inmediatamente dorsal a la V. torácica superficial (Berg 1994).

6.4 CONCLUSIONES

La observación de las imágenes fotográficas obtenidas de 14 Caballos Chilenos vivos, además del apoyo con piezas anatómicas disectadas y textos de anatomía, permitió describir estructuras musculares, vasos sanguíneos y prominencias óseas, ubicadas en la superficie del miembro anterior, miembro posterior y región del tronco.

En el miembro anterior se observaron los Mm. supraespinoso, infraespinoso y deltoides, en la región del hombro. En la región del brazo, se observaron los Mm. tríceps braquial, braquial, extensor carpo radial, extensor digital común, extensor digital lateral, extensor carpo oblicuo, flexor carpo radial y flexor carpo cubital. Con respecto a estructuras vasculares, a este nivel, se observó la V. cefálica. Los tendones de los Mm. flexores digitales superficial y profundo, y el M. interóseo medio, fueron identificados en la zona metacarpiana.

En el miembro posterior se identificaron claramente los Mm. tensor de la fascia lata y glúteo superficial, en la región de la cadera. En la región del muslo, se observaron los Mm. bíceps femoral, semitendinoso, semimembranoso y vasto lateral. Así también, a nivel de la región de la pierna, se observaron los Mm. extensor digital largo, extensor digital lateral, peroneo tercero, gastronemio, el tendón del M. flexor digital superficial, el M. flexor digital lateral y el M. tibial craneal, además, se observó la V. safena medial.

En la región del tronco, se observó el M. oblicuo externo del abdomen, caudoventral al tórax, como así también, se observó el M. recto del abdomen, en el plano ventral de esta región, y en el tercio dorsal, se identificaron los Mm. epiaxiales. Además se identificó la V. torácica superficial, en el tercio ventral de la zona torácica.

Los resultados indican, que en las imágenes fotográficas digitales de Caballos Chilenos vivos, fue posible reconocer estructuras anatómicas de superficie, de interés clínico, las que pueden ser utilizadas para la elaboración de un atlas anatómico de superficie del Caballo Chileno, que sirva como referencia y consulta.

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