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La Danza de Las Abejas

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Academic year: 2021

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La danza de las abejas

Yahia ibn Said Al Andalusi

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Toda Alabanza pertenece a Allah, El Viviente, El Sustentador. No hay dios alguno sino Él, Solo en Él buscamos refugio solo en El confiamos reside el juicio de lo que finalmente ocurrirá. Anhelamos acercarnos a El, y le rogamos nos otorgue la humildad. Que la Paz y las bendiciones sean con el Profeta Muhammad, su bendita, purificada y amada familia, y con sus compañeros y con todos quienes sigan la guía hasta el fin de los tiempos. Todo ha de retornar a Allah de manera evidente y no servirá de nada ya decir creemos a quienes desmientes las señales y son soberbios, que Allah tenga Misericordia.

Alabado sea Allah, El Bendito, que no puede ser visto por nuestros ojos, ni comprendido por nuestro intelecto, quienes razonan lo hacen sobre sus signos, más no sobre su esencia, que es enormemente mayor que el entendimiento humano.

Al principio era una realidad sin nombre, ahora es un nombre sin realidad Dice Dios:

―La piedad no consiste en volver la cabeza hacia el Oriente o

Hacia el Occidente...‖, y ―No me abarcan los cielos ni la tierra, pero sí el corazón humano‖.

Esta es la narración de Yahia ibn Said Al Andalusi El Maliki, El humilde esclavo de Allah, que intentando escapar de las discusiones con las personas corruptas, ya que estas solo son alimento para el ego, ha decidido poner su experiencia por escrito, en forma de una alegoría, sin embarcarse en estériles debates.

Los caminos de acercamiento a la Divinidad son tan numerosos como personas existen, tal y como declara el propio Allah (SWT) en el Sagrado Corán.

Encontramos que en la búsqueda de Dios el hombre ha tropezado históricamente con diversos obstáculos, desde la exageración hasta el abandono ciego de las señales por las que Allah (SWT) se comunicó con la humanidad, así el hombre de mentalidad primitiva no supo leer en la creación la señal de Allah (SWT) y la malinterpretó creándose dioses a su medida, y explicando sus felicidades y sus miserias por los caprichos de estos dioses, es por ello que lo mítico ha de ser separado de lo religioso.

A su vez la expresión ―lo religioso‖ tiene diferentes acepciones, en el lenguaje llano parece confundirse con lo ―litúrgico‖ evidentemente ―religión‖ es otra cosa. En el lenguaje

académico, sobre todo en el ámbito del Islam suele hacerse tanto hincapié en las leyes que ―lo religioso‖ pasa a ser una serie de normas susceptibles de ser catalogadas y ordenadas, paulatinamente la forma suprime la esencia, y en la mente de muchos

musulmanes, muchos de estos incluso letrados pseudo-sabios, simples formas vacías de contenido ocupan el lugar de la norma como contenedor de algo mucho más profundo. Evidentemente todo contenido requiere un contenedor y así las formas exteriores y los ritos son contenedores de verdades mucho más importantes, el gran riesgo está en la supresión del contenido por el continente. Por ejemplo quien crea que el salat consiste en una serie de recitaciones y movimientos que deben ser rígidamente ejecutados o ―no será aceptado‖ no tiene la menor idea de que es el salat, lo mismo ocurre con cada rito, que ejecutado con el conocimiento cabal de su dimensión interna (esotérica) se realiza más con el espíritu que con los miembros, de igual manera todo tiene una forma y una medida externa (exotérica o tanzil) y un contenido interno (esotérico o batín); cabe preguntarse si quien pierda la segunda cuestión conserva algún valor en la primera.

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Los tres aspectos de la revelación

Ahmet Jawat Pachá escribió que Sayyed 'Abdulhakim-i Arwasi dijo: Rasulullah (SAWS) tenía tres tareas. La primera (el tabligh), consiste en comunicar y hacer conocer las reglas del Qur'an al-karim, es decir, el conocimiento del iman y de fiqhiyya del ahkam, a todos los seres humanos.

El fiqhiyya de Ahkam esta compuesto de acciones ordenadas y las acciones prohibidas. Su segunda tarea (el tassawf) era transmitir las reglas espirituales del Qur'an al-karim, el conocimiento sobre Allah, (gnosis). Y sus Atributos, esta tarea solo se dirigía los

corazones de los más nobles de su Ummah. Su primera tarea, el tabligh, no debe ser confundida con esta segunda tarea.

Pero, dijo Abu Huraira (RA) dijo, yo he aprendido dos tipos de conocimiento de Rasulullah (SAWS). ya les he dicho sobre uno de ellos. Ustedes me matarían si yo

explicara el segundo. Estas palabras de Abu Huraira están escritas en los libros de Bujari, Mishqat, Hadiqa, y en las cartas de Maktubat, número 267 y 268.

La tercera tarea (el sultanato) se dirigió hacia aquellos musulmanes que quisieron obedecer el consejo y sermones acerca de la unidad de la ummah. esta tarea es el gobierno temporal.

Después de Rasulullah (SAWS), cada uno de los cuatro califas rectos lograron estas tres tareas perfectamente. Durante el tiempo de Hadrat Hassan (RA), las fitnas y bidah aumentaron. El Islam se había extendido a lo largo de tres continentes. La luz espiritual de Rasulullah estaba ya diseminada por la tierra. Los Sahabat al-kiram (radi-Alu anhum) disminuyeron en número. Después de los Califas Rachidún, nadie pudo hacer estas tres tareas eficazmente. Por consiguiente, estas tareas se repartieron en tres grupos de personas diferentes. El tabligh, La tarea de comunicar el imám y fiqhiyya del ahkam se asigna los líderes religiosos y se los llamó muytahids.

Entre estos muytahids, los que se especializaron en el imám se llamaron el mutakallimun, y los que enseñaron el fiqh se llamaron fuqaha'.

La segunda tarea, el tassawf, es el trabajo de los grandes hombres del espíritu, como Sari As-Saqati ( 251/876 Bagdad) y al-Yunaid al-Bagdadí ( 207/821 -298/911 Bagdad) y muchos otros , como Mansur Al Hallay, Ibn El Arabi, Al Iskandari, etc.

La tercer tarea, el gobierno temporal teniendo las reglas de la religión como ley, fue asignada a los sultanes y emires, es decir a los gobiernos. Se llama las agrupaciones de personas que se ocuparon de la primer tarea Madhhabs. A los que se ocuparon de la segunda, Turuk (órdenes sufíes), y de la tercera se formaron al huquq (las leyes)

Es evidente que la primera parte de la misión Profética, el tabligh, es la más amplia y abarca a todos los musulmanes, en tanto la segunda, el tassawf, alcanza solo a aquellos que sinceramente buscan la plenitud y profundidad del mensaje de Muhammad, y han por supuesto comprendido correctamente la primer parte. Esto fue as desde que el Profeta no instruyó sino a la elite de los sahaba en el tassawf, y a lo largo de los siglos, solo los espíritus más refinados de la ummah han tenido acceso a este aspecto de la misión profética, En cuanto al gobierno temporal, este hoy ya no tiene, desde que se extinguió el

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califato, una continuación formal, así son las cabezas de las tarikas del tassawf, y los ulama del tabligh quienes si su orden es respetada, ejercen una porción del califato. Quiera Allah darnos un nuevo Califa y que sea justo.

El Tabligh no puede ser separado de al-huquq, ya que en el tabligh están comprendidos los aspectos de la aquida como los del fiqh, tal y como dice Ahmet Jawat, por lo cual hay una correspondencia entre el primer y el segundo aspecto de la revelación y en cambio el tassawf no está ligado a estos dos aspectos, sino en cuanto a que quien se instruye el sufismo, necesariamente debe conocer de los otros dos aspectos y de cada detalle de la misión profética, o no formar? parte de la elite espiritual, la nobleza de la ummah capaz de conocer el tassawf, y a esto se refieren las palabras del Profeta:

―Ningún hombre es superior a otro sino por su fe‖

Sobre la Rahma de Allah

Así la ummah se conforma también de personas incapacitadas de acceder al segundo aspecto de la revelación, es decir al sufismo, y para estos es bueno y suficiente conocer el primer y tercer asunto de la misión profética, ya que quien comprende solo el primero y tiene fe genuina y cree en ello, se ha de salvar del fuego eterno, siendo plenamente un musulmán. Esta capacidad o no, no depende del deseo personal que surge de la nada sino de que la Rahma especial de Allah haga surgir este deseo de gnosis (marifat).

Quienes acceden al conocimiento del tassawf son la nobleza de la ummah, nobleza esta que no reside en la ascendencia ni se trasmite por la sangre, sino que reside en el espíritu y la predisposición con que Allah agracia a unos elevándolos sobre otros. Son así estos nobles del espíritu, como los llamó Al Ghazzali, cuando genuinamente los ha alcanzado la Rahma de Allah por su certera Voluntad, los más humildes de corazón al alcanzar en uno y otro grado la gnosis de Allah

El Sheikh Al Akbar Ibn El Arabi y otros grandes Sabios han explicado que la Rahma de Allah se extiende a toda la creación y por ello Allah es Ar Rahím, al tiempo que la Rahma tiene un aspecto especial que en distintos grados alcanza a los elegidos de Allah es por ello Allah llamado Ar Rahim.

Ar Rahmán

Cada esencia (ayn), es decir cada cosa en su estado sustancial, pide existencia a Allah. En consecuencia, la Misericordia de Allah alcanza y abarca cada esencia. Porque Allah, merced a la Misericordia misma que ejerce sobre esta, acepta, reconoce y aprueba el deseo latente de existir de la cosa incluso antes de que dicho deseo aparezca realmente, ya que la aparición del deseo es temporalmente solo relevante en cuanto al que desea, Allah esta exento de las limitaciones del tiempo, ya que El es el tiempo, y así que si Él quiere da existencia al deseo en cuestión. Por esta razón afirmamos que la Misericordia de Allah se extiende a todas las cosas, tanto en la realidad actual como en la posibilidad.

Cada cosa, ya desde su estado sustancial, cada ser abriga un deseo (ragba) latente de existencia real. La Misericordia de Allah abarca incluso este deseo de ser cuando se

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encuentra en estado de mera posibilidad y le otorga existencia. El deseo así actualizado constituye la preparación de la cosa. La explicación que da al Qashani es de gran

importancia.

Los arquetipos permanentes, en su estado de latencia, no poseen más que una existencia inteligible como objetos del Conocimiento de Allah; no poseen existencia real de por sí. Están deseosos de existencia real y la piden a Allah. Cuando los arquetipos se hallan en dicho estado, la Misericordia esencial de Allah se extiende a cada arquetipo, confiriéndole la capacidad de recibir una teofanía ontológica. Esta receptividad, o la preparación

esencial para recibir existencia, es justamente, el deseo de la sustancia de obtener existencia real.

De este modo, el primer efecto de la Misericordia esencial en un arquetipo, aparece en forma de aptitud natural para recibir existencia. Dicha aptitud recibe el nombre de

preparación. Allah ejerce la Misericordia sobre una sustancia incluso antes de que esta posea preparación para la existencia, creando la preparación merced a la santísima emanación (al fad al ardas), es decir la manifestación esencial que tiene lugar en lo invisible. As pues, la preparación de un arquetipo es, a su vez, resultado del la

Misericordia divina sobre ello, sobre la sustancia, ya que, antes de que se produzca, la sustancia propiamente dicha no tiene existencia, ni tan siquiera para pedir su propia preparación?

El buscador, al recordar a Allah, está implorando su propia existencia real, no solo su transformación de un estado espiritual a otro más elevado, más cercano a la Divina Presencia, sino verdaderamente busca en primer lugar existencia verdadera. Numerosos guías de la tradición, han explicado que sin un espíritu que contempla, no hay existencia ni formas, solo sustancias, al contemplar una cosa Allah ejerce su Rahma y le otorga existencia, de manera análoga y dentro de las limitaciones enormes que supone el estado humano, el buscador intenta la apropiación de esta Rahma, a la vez que busca ser objeto de ella, es decir existir realmente y no como mera ilusión. Entonces es cuando el

buscador, mediante la purificación del espíritu, que se realiza en la tradición por diferentes medios, siendo los más importantes aquellas cosas que Allah ha establecido deben

realizarse obligatoriamente y luego en orden de precedencia las prácticas de la tradición sufí Así para el buscador, el guerrero del espíritu, se purifica su mente y su espíritu de banalidades y se llena de cosas importantes, para convertirse en un contemplador, es capaz de percibir que Allah solo Allah tiene verdadera existencia real, a la vez que se percibe a sí mismo como pura contemplación y entonces puede apreciar las cosas en la Rahma de Ar Rahím.

Es por esto la manifestación de la Rahma de Allah en las cosas, la manifestación del Propio Allah en las cosas, que se pueden, alcanzado el estado espiritual necesario, contemplar entonces como una sola y única, en consonancia con el Tawhid de Allah, ya que no existe Allah y lo otro, sino únicamente Allah, y quien alcanza el estado de

integración del Nombre Ar Rahím, alcanza la contemplación de esta manifestación de Allah en las cosas y comprende el sentido profundo del tawhid. Esta gnosis es propia del espíritu que desea conocer a su Ser, y no todos los creyentes sienten el deseo de esta gnosis, la Rahma de Allah otorga el deseo a algunos y a otros no, lo mismo ocurre con los medios necesarios, ya que para adquirir esta gnosis el espíritu debe dejar muchas

distracciones banales, e incluso cosas que siendo deseos egoístas, se disfrazan de serias e incluso piadosas, y este deseo de la gnosis y la adquisición de los medios, son Rahma de Allah, que es deseada por Rahma de Allah se concreta por Rahma –Misericordia- de Allah.

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En resumen, la verdadera comprensión del cosmos que implica esta gnosis, es resultado de un deseo y una capacidad que Allah otorga como Rahma a los espíritus refinados, al tiempo que en su atributo Ar Rahman, otorga a toda cosa que exista el deseo de existir antes de que para la cosa exista. Bajo ningún concepto debe confundirse esto con el ―Todo es dios‖ o ―Dios está en todo‖ de las posturas panteístas y ni siquiera con el ―Todo es en Dios‖ del panenteísmo. Se trata de una comprensión mucho más profunda, pero sencilla que se podría sintetizar en que como cada cosa es parte de la creación de Allah, cada cosa es un reflejo de la Divina Misericordia.

Estas últimas aseveraciones han embrollado a las mentes más lúcidas y no es extraño que continúen siendo, no siempre bienintencionadamente, malinterpretadas.

La idolatría y el politeísmo

Existen diversas formas de cometer idolatría, incluso se muestran por medio del lenguaje, la más común es entregarse a vanas discusiones que solo sirven de alimento al ego. Por otro lado el ochenta por ciento de la sabiduría del sufismo, no es transmisible de una persona a otra mediante el lenguaje articulado simplemente, esto es imposible.

Es diferente el caso del Corán que en la inabarcable sabiduría de Allah es un discurso perfecto y comprensible, ya que descendió para ser comprendido.

Por lo tanto, quien afirme que no es posible conocer a Allah sin conocer un idioma o que el conocimiento de un idioma es ―la llave‖, está condicionando a Allah, lo está subordinando, y además de evidentemente no tener la menor noción del acercamiento espiritual ni de los sentidos internos, existe de hecho un oír interno que trasciende el lenguaje. Quien incurra en esto está caminando al borde de la apostasía y en verdad esta en vías del politeísmo.

Las formas del politeísmo son muchas, pero todas tienen en común el pretender acotar la Divinidad. Esto es a su vez consecuencia de una falencia en el razonamiento.

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Islam

Dice Dios en el Santo Corán que el primero en llamar a su religión Islam y a los seguidores musulmanes fue Ibrahim -as-, mucho después, los judíos negaron a Jesús y los cristianos de entre ellos dijeron que era el Mesías y el ―hijo de Dios‖, con lo cual los judíos negaron la continuidad de la profecía y los cristianos se extraviaron en el politeísmo, salvo unos pocos que no creyeron que Jesús era el hijo de Dios, sino un Profeta, pero estos fueron silenciados. Mas luego llegó Muhammad y clarificó las cosas, en cumplimiento de las profecías de Moisés -as- y Jesús -as-.

De la cercanía espiritual de maestro y discípulo

No siempre ocurre que maestro y discípulo se encuentran físicamente, y sin embargo, es posible que encontrándose distantes, incluso en épocas diferentes, se concrete un

profundo vínculo espiritual. Esto no trata de manera alguna de visiones o experiencias místicas, que muchas veces no son más que manifestaciones de alteraciones psíquicas. Lo cierto es que el vínculo real entre el que guía y el que es guiado no se realiza siempre ni necesariamente por aproximación física, aunque esta es necesaria si es posible. Dijo Ahmet Jawat Pacha: ―Al principio a la elite entre los musulmanes no se los conocía por ningún nombre en particular‖, luego identifica esta ―elite‖ con la nobleza espiritual que constituyen los sufies.

Ciertamente el resquebrajamiento de la ummah, si bien ya se incubaba en algunos corazones enfermos de ego desde la misma desaparición física del Profeta –saws-, se hizo evidente cuando finalizó el gobierno de los califas rectos.

Los Omeyas, salvo Omar Bin AbdulAziz, no pudieron, no supieron o no quisieron ejercer los tres aspectos del gobierno islámico, es decir el gobierno temporal (con el shariah), la difusión del Islam (tabligh) y la exposición de los aspectos profundos del din.

Quedaron entonces el gobierno temporal en manos de los sultanes, el tabligh en manos de los ulama, que preservan y trasmiten el fiqh y el shariah y los aspectos profundos a cargo de los sufies, aunque claro, la preservación de estos aspectos no puede ser

separada del conocimiento del shariah, como tampoco el gobierno temporal si es islámico podría serlo.

Como hitos del resquebrajarse de la ummah, y más allá de sucesos anteriores de enorme gravedad, entre los que resaltan los crímenes magnicidas de la secta jawarish, ocurrieron sucesos que marcaron y dividieron a la ummah hasta hoy, puntualmente la aparición de

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los rafidis, término este que es usual aplicar a los shias extremos que abandonaron en Kufa el Imám Zaid Zain Al Abidín por negarse él a maldecir a Abu Bakr y a Omar -la Paz sea con ellos tres;pero rafidis también hubo y hay entre los sunitas, ya que este término -y otros mucho peores- debería ser aplicable a los que siembran el odio -y la división entre los musulmanes, se hagan llamar como sea.

Así, el asesinato de Al Hussein -ra- primero y el Al Abidín -ra- luego, pusieron en peligro la transmisión de un aspecto esencial del mensaje del Profeta saws; fueron algunos que Allah cubrió con su luz, de los cuales Ahmet Jawat nombra a Hassan Al Basri –r- como ―piedra angular‖, quienes preservaron y trasmitieron este saber, del cual Abu Huraira dijo en un conocido relato: ―de lo que nos enseñó el Profeta hay dos asuntos, uno ya lo

conocéis, pero si os hablase del otro me cortaríais la cabeza‖ , este segundo asunto es el sufismo.

Puede afirmarse por ende que los imames, que no eran infalibles como luego reclamaron los rafidis de entre los shias respecto a los que seleccionaron, mientras los rafidis sunitas pretendieron marginarlos, tomando ambos posturas extremas. Y en particular Ali, Al-Hussein, Al-Hassan y Al Abidín, la Paz sea con los cuatro, fueron el vínculo directo al aspecto profundo de la enseñanza profética, mas por afirmaciones como esta, pesaron sobre muchos sufies acusaciones de shiismo sectario, por parte de quienes reclamando ser la ―voz autorizada‖ de Ahl suna, quienes en realidad estaban y están hoy desde los modernismos dándose las manos con los jawarish, y son los sucesores de los rafidi de entre los sunis.

Dijo Al Abidin:‖¡Oh, Dios! Aquel a quien Tú ayudas no lo perjudica el abandono de los que desprecian. Aquel a quien Tú colmas, no lo reduce la prohibición de los que niegan

cuando se les pide. Aquél a quien Tú encaminas no lo desvía el extravío de los perversos.‖

No se debe caer en la postura de creer que el Shaytán maldito tiene poder material independiente sobre los hombres, ya que nada ocurre sin la anuencia de Allah, y Él swt guía a quien quiere ser guiado y extravía a quien desea ser extraviado, y este desear, es por supuesto, no el deseo directo de entrar al fuego, sino el dejar de dominar el propio ego o creer falsamente que se lo ha dominado. El adab de cada persona, es el reflejo directo de su estado respecto al dominio de su ego, por ello se ha dicho ―el sufismo...es todo adab‖.

Claro existen personas dominadas por su ego que miden el adab de los demás por el grado de coincidencia con las propias opiniones o caen en el error de considerar a los demás, y por ende lo que dicen o hacen todo absolutamente bueno o malo, esto es igual a atribuirle el poder desmedido del que hablábamos antes a Shaytán, es atribuirle

copartícipes a Allah swt, ya que quien juzgue a otro así, se atribuye un derecho exclusivo de Allah swt.

Quiera Allah preservarnos del error y de decir cualquier cosa diferente a lo que

corresponde de acuerdo a la revelación, quiera Él preservarnos del error y perdonar los errores que ha permitido cometamos, quiera inspirarnos humildad y poner en nuestro corazón amor por los demás y apartar toda forma de resentimiento y odio.

TODAS LAS RELIGIONES, LA RELIGION

El descenso de la revelación fue paulatino, ya que obviamente la revelación es para ser comprendida, por ello fueron llegando en épocas diferentes, diferentes enviados, los Profetas y Mensajeros de Allah, la Paz sea con todos ellos, y su revelación y su ley fue válida en cada época y lugar, luego de ser abrogada la revelación otorgada a un Profeta por la llegada de otro, y todas finalmente por la revelación otorgada a Saidina Muhammad

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saws, ya que su Mensaje es el final, destinado a regir hasta el fin del tiempo, quedaron seguidores, por diferentes motivos, de las revelaciones anteriores, que procediendo estas de Allah swt, no pueden ser consideradas falsas, sino en aquello en que fueron innovadas por los hombres, pero sí abrogadas, y esta diferencia no puede conducir a considerarlas nulas. Por ende lo que quedó de cada religión fue una tradición religiosa, perfectamente

válida y correcta en su origen.

Finalmente la revelación culminada, el sello, no puede ser considerado igual que las tradiciones religiosas antiguas, estas son como ríos y el Islam, la revelación final, es como el océano, donde cada uno de los ríos desemboca y se purifica de shirk y kufr, del limo con el que cargan por acción de los hombres que usualmente se da en llamar clérigos y contaminaron estas aguas de río, originalmente puras. Así no debe entenderse que el Islam es una religión más en pugna con otras similares, sino el fin donde toda expresión religiosa genuina desemboca.

Yamil y Yafar Los dos lobos

Una noche Yamil, ya anciano, contaba a su nieto sobre una batalla que lleva la gente en su interior...

"Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros", dijo.

"Uno de esos lobos se llama: el Mal, se compone de la ira, la envidia, los celos enfermizos, la depresión, la codicia, la arrogancia, la auto-compasión, la culpa, el resentimiento, el sentimiento de inferioridad, las mentiras, la falsedad, el orgullo, la soberbia y los bajos egos"

"El otro lobo, es bueno, se llama: la alegría, paz, amor, esperanza, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la simpatía, la generosidad, la verdad, la compasión y la fe ".

El joven , pensó en la batalla, reflexionó por un instante y luego le pregunta su abuelo: "¿Cual de los lobos gana?"

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Dar ul Fuda o los hombres vulgares

Cuando Yamil se casó con Aisha, su primera esposa, dejó el valle de sus padres y se trasladó a una casa en la ciudad de Dar-ul-Fuda,

Y se sentó Yamil en una columna rota en la plaza y dijo:

Al corrupto le parecerán estas palabras obvias; y esa es la medida de su estupidez.

quien piense claro esto ya lo sabía es un corrupto uno que no tiene amigos y por pequeño hombre que sea, un responsable de cada tragedia del género humano.

Quien en cambio dude de lo que aquí digo, es un hombre bueno

Es del hombre común de naturaleza traicionera.

El hombre común es cobarde y traidor

Nunca debes fiarte de quien se dice tu amigo

Solo los simples de corazón pueden escapar a la regla general de la maldad

Quien es de corazón bueno y de ideas sencillas es un buen compañero.

Quien es de corazón bueno y de intelecto profundo es mejor compañero aun, porque no necesita de tu ayuda.

Quien es vanidoso es internamente horrible.

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Quien es sencillo de mente y corazón es verdaderamente bueno, pero necesita al que siendo bueno es fuerte.

La agudeza para herir a otros suele ser tomada por habilidad buena, pero es una desgracia.

Ten buenos pensamientos, buenas palabras y tus obras ser? buenas.

Nunca menosprecies a otro, aún si lo vez muy simple porque en él hay algo que tu no tienes, aunque lo veas desamparado y carente

Las barbas del imám.

Un día cuando Yamil era ya un hombre maduro, de barbas grises, antes de la oración del viernes, el imám de la aljama de Dar ul Fuda decía la jutba desde el púlpito, ..y donde veáis una barba larga y lustrosa, veréis un buen musulmán‖

Yamil replicó: ―e comprado una cabra cuya barba es más tupida y vistosa que la tuya ¿acaso no debería mi cabra decir la jutba?‖

El siguiente viernes el imám, molesto por la interrupción de la semana anterior daba su sermón muy encendido y hablaba sobre las virtudes de la barba sacudiendo la cabeza y gesticulando.

Yamil no lo interrumpía pero apoyó su hombro contra una columna y rompió en llanto. Dijo el imám: ―veis a un hombre piadoso que se ha arrepentido de tomar a la ligera tema tan importante como el de la barba y llora de pesar,‖ Yamil lo miró con los ojos empapados y dijo ―es que mi cabra ha muerto, y yo le había cobrado gran afecto, y cuando sacudes tu barba me acuerdo de ella.‖

Yamil en el Jorasán

Siendo que las irrefutables pruebas de crímenes no cometidos por nadie inculpaban con claridad a Yamil, debido a la falta de aprecio que le había cobrado el imám, decidió Yamil viajar un tiempo por las montañas del Jorasán hasta que se calmaran las cosas. Luego de

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dejar sus ahorros a su esposa y llevando solo su asno, un poco de dinero que juzgo que Aisha no necesitaría y muy poco equipaje, partió, dormía en verano donde lo alcanzaba la noche, Un día lo alcanzó justo antes de la hora del magrib, una vieja caravanera, donde decidió acomodarse.

Y salió Yamil al amanecer siguiente de la caravanera luego de realizar las oración de la mañana, miró el sol naciente, al cual había querido provocar Zaratustra1 y bajó la cabeza, la meneo con desdén y caminó.

Y cuando el sol se elevó un poco, y era muy temprano en la mañana, Yamil llega una aldea y encontrando que había una reunión en la plaza dijo a todos:

Asevera el Señor a cada hombre:

-―Y donde quiera que estés no te aflijas, tu Señor no te ha olvidado, ni está enojado contigo‖.

-Pero la mayoría de los hombres no razonan y se aturden con pequeñeces

-Los domina el temor a sus propios estragos

-Y a la mayoría los domina la ira

-Es la ira como un arbusto espinoso, que cree el iracundo lastima a otros mientras se enreda y lacera en él .

-Todo el que descarta o contradice a uno por su reputación y no por lo que argumenta es ignorante.

-Todo el que busca prevalecer en discusiones vanas es ignorante.

-Todo el que duda de lo que otro asevera sin saber del asunto nada es perverso, salvo si así preserva el honor de las personas.

-Quien duda de toda calumnia es sabio.

- Yo estoy más allá de vuestros ritos, solo realizo aquellos de los que comprendo su significado interior. Si acaso creéis que Dios os recompensará por levantar un dedo en vuestra oración no tengo nada que hacer entre vosotros.

Pero los hombres se dispersaron murmurando.

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La Aldea

Luego de unos días Yamil llegó a una aldea. Junto al camino, unos quinientos metros antes del abigarrado caserío había un pozo y un anciano indolentemente sentado, Yamil se detuvo a refrescarse en el pozo antes de ir al pueblo, entonces llegó caminando en dirección al pueblo un hombre joven y preguntó al anciano:

-¿cómo es la gente de este pueblo?, nunca he venido por aquí -¿cómo era la gente de tu pueblo? –respondió el viejo.

-ególatra y mentirosa, no veía la hora de alejarme de ellos-dijo el joven

-Pues así es la gente de esta aldea-replicó el viejo.

El joven se marchó cabizbajo en dirección opuesta a la aldea.

Un momento después llegó un segundo joven y también consultó al anciano.

-?como es la gente de este pueblo?

El anciano respondió igual que al anterior:

-¿Cómo era la gente del pueblo donde vienes?

-Eran buenas personas, tenía tantos amigos que me ha costado mucho dejarlos-dijo el joven.

-La gente de este pueblo es buena y amable- dijo el viejo- aquí harás muchos nuevos amigos.

Cuando se marchó el joven, Yamil se aproximó al anciano:

-¿cómo puedes responder a cada uno exactamente lo contrario?- le preguntó

dijo el viejo:

-Cada uno lleva todos los matices del carácter y en verdad todo el universo dentro, depende del hombre dominar una parte y dejar aflorar otra, cada uno de estos jóvenes encontrarlo que busca sin dudas.

Yamil quedóse meditabundo ante tal respuesta y se alejó caminando y meditando las palabras del viejo. Luego de pensar en las personas que había conocido en su vida y en las que conocería. seguramente, y solamente Allah sabe lo que uno hará mañana y en que tierra ha de morir, regresó corriendo al pozo deseoso de pedir al hombre viejo más explicaciones, y convencido de que había encontrado a uno de estos hombres que Allah agracia con una visión clara.

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sin más ceremonias se paró a orar a su derecha, el hombre pareció no percatarse de su llegada, levanto las manos y recito una súplica diciendo ―¡oh Al Tu que eres El Viviente, El sustentador, castigarme si me crees merecedor de castigo pero con lo que sea que me castigues, que no sea incrementar los velos entre Tu y yo.‖

Yamil continuó junto al hombre hasta completar la oración y luego de concluirla el anciano se sentó volviéndose hacia él con el rostro sonriente y preguntó -¿has vuelto?

Yamil creyó que se trataba meramente de una frase retórica para iniciar la charla, ya que evidentemente había regresado y estaba sentado frente al anciano.

Pero al instante Yamil se percató de que el anciano evitaba así hablar él mismo y lo forzaba a explicarse.

-Me han impresionado las respuestas que diste a estos dos hombres y a mi mismo hoy, deseo quedarme cerca tuyo ¿qué me dices?.-dijo Yamil.

En muchos lugares encontrarás hombres que den respuestas mucho más ingeniosas -dijo el viejo

-Pero no busco respuestas ingeniosas, cuando llegué tal vez no sabía bien porque venía, cuando volví fue para conocerte y cuando escuché tu súplica, comprendí que debo

quedarme -dijo Yamil.

En ese momento pasó por el camino un hombre con un burro, que saludó desde la distancia, el viejo le respondió con un gesto de su mano y miró a Yamil y le dijo:

-¿ves a ese hombre? Dicen que es un hombre extraño, pero como vez, no podría ni él mismo precisar su "extrañes". No se debe ni a su apariencia física ni a su desbordada emotividad o su probada inteligencia. No se debe a sus ropajes de colores brillantes o pardos ni a su andar pausado o su constante divagar por parajes lejanos. No se debe ni a sus sueños poblados de sombras y luces o de falsos multicolores o criaturas mitológicas y seres de difícil clasificación... No, nada de eso. Ni se debe tampoco a su edad sin edad, a su tiempo sin tiempo, a su momento atemporal. Se debe, quizás simple y llanamente a su lunar... un lunar grande, oscuro y de vello espeso que le cubre parte de la mano derecha... Si, tal vez, tal vez ese era el motivo, tal vez por fin había encontrado la respuesta... El lunar era la causa de esa molesta sensación de opresión de esa sensación molesta, en realidad era más bien una discorde sensación con una apariencia lejana de no sé que...

Una mañana estuvo revisando a conciencia su lunar, esa extraña mancha que lo cubría... tanto tiempo con él y hasta ahora le prestaba la atención que se merece, tanto tiempo justo delante de sus narices y apenas ahora lo tenía tan claro: era el causante de sus males, de sus dolencias, de sus pesares... tenía la culpa de esa extraña sensación que lo habitaba, esa mancha odiosa, insidiosa, animal y bastarda.

Tomó la navaja... una sonrisa diabólica desfiguró su rostro... Nunca se había sentido tan bien. Miró el cielo: estaba claro y hasta pudo percibir una leve brisa en la frente, las sienes y el ondular de su cabello... inspiró profundamente... cuan fresco se siente el viento hoy, peso, como que intuía atisbos de libertad... pasó los dedos por la hoja afilada de la navaja tomándose todo el tiempo del mundo. No hay prisa, no puede haberla en un momento así.. saboreó su filo, paladeó la sensación de la piel abriéndose de par en par y dejando que la sangre tomase su cause hacia la tierra... lentamente, se imaginó como la "mancha"

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se desprendía de su sitio y lentamente se consumía y devoraba a sí misma en la noche, mientras se despedía de ella cariñosamente puesto que a partir de ese momento ya nada será igual... La mácula por fin lo habría abandonado... Un escalofrío recorrió su espalda al intuir esto último:

"¿Qué pasará entonces? ¿Qué hay más allá del lugar sin lunar? ¿Qué se sentirá respirar sin ese pesado bulto que oprime algo mí? ¿A donde ir? ¿Qué hacer?"

Meditó ampliamente esto. Durante varios días sin comer, dándole vueltas al asunto, un asunto que se había tornado en su prioridad, un asunto sobre el cual giraba toda su vida y su muerte.

No podía finalmente decidirse entre el deshacerse de su maldición desollando su piel, o entregarse completamente a ella... Con la mirada perdida y vagando en el ocaso se le veía entonces... dicen que suspiraba lamento y aspiraba melancolía... dicen también que pasaba largas horas extasiado contemplando su mancha en una procesión sin principio ni fin... Por ahí rumoran que hasta le hablaba y se habían hecho grandes amigos aunque por momentos la odiaba a muerte, pero intuía que su muerte estaba unida a la de ella.

Hombre y mancha caminaban juntos.

Pero un día ese hombre decidió tomar las riendas, buscó su navaja, y afeitó

cuidadosamente los vellos de la mancha, que ya no era, desprovista de ellos ni rara ni llamativa, el hombre dominó su mancha, dicen que a poco ya ni recordaba tenerla, la mancha, vencida, dominada.

-Entiendo, dijo Yamil, sin estar muy seguro de si realmente decía la verdad.

Tal vez lo delató la expresión de su rostro, el anciano, que tallaba cuidadosamente una figura de ajedrez en un trocito de madera, dejó de nuevo su trabajo y miró a Yamil.

-Algunos necesitan palabras rimbombantes, pero en la sencillez hay suficiente complejidad para cualquier hombre, mira este sencillo trozo de madera, un corte

equivocado y deberé desecharlo, pero sería culpa ya que aunque sea la madera de un árbol humilde, es buena, y yo debo darle forma de torre para completar de a poco un juego de ajedrez que me ha encargado un comerciante de esta ciudad, así me gano la vida, cuando lo concluya, podré comenzar otro trabajo y vivir mientras lo realizo de lo que este me beneficie. Si Allah quiere, de esta manera Yamil, puedo charlar contigo junto a este pozo, porque no hace Allah llover panes del cielo, para ventura desdichada de los holgazanes.

Si esperabas algo más rimbombante, pero cierto, te diré que una vez mi maestro, que vivió y murió aquí en esta ciudad hace mucho y fue juez, me dijo:

Conocí el bien y el mal, el pecado y la virtud, la justicia y la infamia; juzgué y fui juzgado, pasé por el nacimiento y la muerte, por la alegría y el dolor, el cielo y el infierno; y al fin reconocí que yo estoy en todo y todo está en mí.

Comencé a alejarme de las palabras y acercarme a la madera, que como ves y te he dicho su trabajo es mi oficio, porque mi maestro me decía estas cosas y yo tardaba en comprenderlas, así que hace mucho, cuando aún mi barba no era blanca, me senté en este sitio, mi maestro me dijo ―mira aquel árbol‖, y señaló un cerezo, y pensé que tal vez mi ojo y mis conceptos prejuiciosos me llevaban a embrollar muchas veces las cosas sencillas, y repetí lo último que había dicho mi maestro y al fin reconocí que yo estoy en

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todo y todo está en mi.

Y me dije ¿acaso no soy yo uno con el cerezo? ¿acaso no es en definitiva todo lo que he visto y palpado hasta hoy sino diferentes aspectos de una realidad única?. Ya no volví a ver a mi maestro luego de ese día su trabajo lo retenía ocupado en minucias legales, supe un año después que había muerto de camino a Merv, donde iba a entregar ciertos

documentos a un secretario del sultán. Lo enterraron junto al camino, he visto su tumba una vez cuando me encomendaron llevar unos paquetes a Merv.

Pero no quiero aburrirte con la historia de mi vida hijo, dime ¿qué te ha trajo a esta ciudad?

-en realidad tan solo el camino -dijo Yamil, -el camino que seguía pasa por aquí Pero algo me sugiere que tu me enseñarás algo que no se y deseo saber.

-Y ¿qué es lo que deseas saber? - inquirió el viejo-

-No estoy muy seguro, dijo Yamil- pero lo que me has dicho hasta ahora es parte de la respuesta que busco, de eso si estoy seguro, se que tu me enseñarás algo que no se, y no perderla oportunidad de oírte, háblame de lo que la gente llama ―el modelado de la personalidad‖.

Yamil pensó ―¡qué torpeza! ¿por qué he dicho 'la gente', en general la gente no se ocupa de nada de esto‖

El viejo lo miró como con desconfianza, o tal vez con benevolencia, Yamil no supo

interpretar la expresión. Dijo el anciano: El arte de la personalidad es la primera y última lección del camino del despertar interior, y el secreto de este arte se puede identificar en todas las enseñanzas religiosas. Los métodos adoptados pueden ser diferentes en los detalles, pero el objetivo en cada caso es el mismo. La tragedia entera en la vida es perder de vista el ser natural de uno mismo, que es cubierto por el falso yo. Es por lo tanto, que todos los métodos para entrenar el ego son útiles para ayudar a distinguir entre el ser natural y el no natural. Afinar el corazón es la fuente secreta de toda felicidad

porque nos hace generosos en nuestros compromisos hacia nuestros congéneres, de la misma manera que corre el velo que separa la ilusión del yo de la Divina Presencia en toda la creación, pero todo esto puede complicarte hijo en este momento, es mejor tener cada de lo necesario que adquirir de una vez 100 kilos de pan que se pondría mohoso antes de que lo necesites.

-¿qué has de enseñarme entonces? Dijo Yamil.

-Mira hijo, dijo el anciano, cuando yo era joven, las personas de esta aldea hacían lo mismo que hacen hoy: dormir, trabajar, comer, jugar y dormir. Pero yo, por extraños motivos que nos llevarían a otras historias, decidí marcharme de este pueblo. Reuní a todos los habitantes del pueblo y les manifesté mi intención de salir más allá de las montañas para conocer lo que se "cocina" en otros lugares.

- ¿Para qué? me preguntó uno de mis amigos. - Porque quiero saber- dije

Me encaminé a oriente, porque desde antiguo al pueblo habían llegado noticias, que allá era donde existía más saber.

Tarde más de tres años en regresar aquí cuando llegué hubo gran alegría en el poblado, todos me rodeaban, me preguntaban, yo les dije: ¿pero yo ven? Estoy cansado del viaje y pedí que le dejasen descansar. Al día siguiente, a la puerta de mi casa, todo el mundo estaba reunido esperando que apareciera.

Cuando abrí mi puerta, todos prorrumpieron en aplausos y aclamaron, me pedían que compartiera con ellos mi conocimiento.

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Debí decirles: - Bueno, verán, lo único que he aprendido no puedo compartirlo con vosotros. !Oh! Que desilusión entre los seres del poblado.

-¿y Por qué? se atrevió a preguntar un niño (todos sabemos que los niños son muy atrevidos)

- Porque lo que he aprendido es a distinguir el sabor de las cosas. Un murmullo de perplejidad se adueñó del pueblo.

- Veréis, amigos. Cuando llegué a las tierras del oriente, me sentí perdido. Había mucha gente, ciudades enormes, y en ese estado me encontraba cuando vi en un cartel que se daban cursos de cocina rápida. Como el hambre me acuciaba pensé que no vendría nada mal llenar el estómago con algo y de paso aprender a cocinar comidas diferentes. Entré pero, ¿sabéis?, las clases no eran para aprender a cocinar, no. Eran para aprender a saborear la comida.

-¡Oh!- murmuraron los del pueblo- Y eso ¿cómo se aprende?

-¡Ah! Amigos míos es bastante complicado de explicar con palabras -recuerdo que dije- los profesores se limitaban a dibujar esquemas y diagramas en la pizarra, y nos decían: "Tenéis que sentir el sabor de esta posición del esquema". Otro indicaba: "No hay que dar vueltas buscando el mejor sabor. Sabor solo hay uno, y es aquel que no tiene sabor, porque en él están todos los sabores".

-Y nos ponía el ejemplo de la luz blanca que se descompone en diferentes colores cuando pasa por un prisma. "El lugar -decía el jefe de cocina- donde hay y no hay luz blanca es el sabor sin sabor".

El pueblo entero estaba maravillado de esta explicación.

- Por favor, dibújanos esos esquemas. Nosotros queremos experimentar ese sabor sin sabor.

- Amigos míos, esto es lo que me enseñaron en aquella ciudad, pero de regreso al pueblo me he dado cuenta, a través de procesos que si os lo contara a alguno de

vosotros se volvería muy confundido, digo que me he dado cuenta que todo eso no sirve para nada.

- ¿¡Qué!?- preguntó asombrado el pueblo.

- Os lo explicaré, la clave está en dos palabras: "sentir" y sabor". Vosotros queréis saber a que sabe el sabor sin sabor. ¿Es cierto?

- si- dijeron.

- Y yo os digo que lo importante es sentir ese sabor. ¡Ah!- las gentes del poblado se miraron unos a otros.

Un niño, el mismo de antes, que ahora ya es un hombre, dijo:

-Sidi...Podrías decirme, entonces, ¿por qué esos señores que hablaban mediante gráficos del sabor sin sabor dan esas clases? ¿Por qué utilizan esquemas si no son importantes?, ¿Por qué malgastan su tiempo y su energía en dar un arte objetivo a la subjetividad de la gente? Por qué..?

- ¡ calla! -recuerdo que le grité- Tú no puedes saberlo porque no has estado dónde yo he estado, ni has visto lo que yo he visto. Esas personas que dibujaban el sabor, sabían lo que estaban haciendo, lo transmitían de una manera especial, de tal forma que se

introducía poco a poco en el organismo y ha sido ahora, al llegar al pueblo, cuando me he dado cuenta de que es lo realmente importante.

- ¡Dínoslo, dínoslo! – gritó todo el pueblo. - Hay que sentir el sabor, ya os lo he dicho.

-¿Y cómo sabemos que es lo que sentimos si no tenemos un espejo en el cual mirarnos?, preguntó el mismo niño de antes.

Me enternecí entonces la candidez del niño, y le dije:

- Niño, ¡eres un pesado insolente!- y me interné en mi casa a darme un baño para la oración.

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Ahora ya soy un viejo, y si quisiera no podría viajar, recuerdo que cuando partí aquella vez, hace tantos años fantaseaba conque tal vez hasta conocería al rey de los mogoles, o que me casaría con una bella princesa afghana y me convertiría en un gran guerrero, pero lo cierto es que si nunca hubiese salido de esta aldea, tal vez otro me hubiese referido estas historias y habría comprendido mejor que buscar y donde.

Hoy encuentro un gran placer en visitar a mis hijos, que ya son hombres y jugar con mis nietos, mi esposa está sepultada no lejos de aquí a veces visito su tumba, pero esa es otra historia.

Ya atardecía y los hombres se dispusieron a rezar la oración de magrib Yamil inquirió -Tu puedes caminar con tu báculo fácilmente hasta la mezquita escucho cerca al almuédano.

-Podría, -dijo el viejo- pero prefiero ir el viernes, ya que retrasaría mucho mi trabajo yendo y viniendo, y Allah ha sido tan Clemente que ha hecho de toda la tierra una mezquita. Cuando tiempo después llegó la hora de Isha, Yamil entreabrió la boca para disuadir al viejo de ir a la mezquita, el viejo lo miro y con una dulce sonrisa dijo:

-Podría, pero prefiero ir el viernes, ya que retrasaría mucho mi trabajo yendo y viniendo, y Allah ha sido tan Clemente que ha hecho de toda la tierra una mezquita.

Esa noche Yamil durmió sobre su alfombra de oración, envuelto en su manto y soñó la luna.

Yamil, Yafar y el río

Una tarde Yafar canturreaba mientras fregaba su turbante en las aguas de un río que pasaba no lejos de la ciudad, Yamil se le acercó y aunque no pudo discernir las palabras con claridad entendió que el viejo Yafar cantaba algo sobre el río.

-¿qué hay con este río?- preguntó Yamil.

-Pues algo hay con todos los ríos, dijo Yafar sonriendo, siéntate hijo, te contaré sobre este río

Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase y trazado de campos, al fin alcanza las arenas del desierto. Del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de atravesar este último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en las arenas tan pronto llegaba a ellas.

Estaba convencido, no obstante, de que su destino era cruzar este desierto y sin embargo, no había manera. Entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo le susurró:

"El Viento cruza el desierto y así puede hacerlo el río"

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absorbido, que el viento podía volar y esa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.

"Arrojándote con violencia como lo vienes haciendo no lograrás jamás cruzarlo.

Desaparecerás o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el viento te lleve hacia tu destino"

-¿Pero cómo esto podría suceder?

"Consintiendo en ser absorbido por el viento".

Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad. "¿Y, una vez perdida esta, cómo puede uno saber si podré recuperarla?" "El viento", dijeron las arenas, "cumple esa función. Eleva el

agua, la transporta sobre el desierto y luego la deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río"

-¿cómo puedo saber que esto es verdad?

"Así es, y si tu no lo crees, no te volverás mas que un pantano y salir de eso tomaría muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río."

-¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?

"Tu no puedes en ningún caso permanecer así, continuó la voz de las arenas. "Tu parte

esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado as así hoy, porque no sabes que parte tuya es la esencial."

Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los pensamientos del río.

Vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte de él, había sido transportado en los brazos del viento. También recordó o le pareció que eso era lo que realmente debía hacer, así comprendió que solo sería él cuando no fuera lo más lo aparente. Y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente lo llevaba hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchas pero muchas millas más lejos. Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia. Reflexionó "Si, ahora conozco mi verdadera identidad". El río estaba aprendiendo pero las arenas susurraron: "Nosotras conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y

porque nosotras las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río hasta la montaña"

-¿y este es ese río?, preguntó Yamil.

-¡Claro que no!, dijo Yafar en tono molesto, y agregó en tono muy dulce: ¿quién sabe? Todos los ríos son un río y ninguno, hijo, quien sabe si algo de todo lo que he narrado te serviré de algo, tal vez todo lo bueno yamil ya lo han dicho otros y yo solo repito, y robo las palabras de otros y ello me avergüenza, ya que si descubrieras que soy un ladrón de palabras, ¿de qué serviría algo de lo que te he contado? Y si no lo fuera, es igual,

desconozco si ha de serte útil algo de lo que te he dicho, ten piedad de este viejo, ve en paz Yamil y no te embrolles demasiado en los vericuetos del espíritu, ya que muchos son obra del ego, y no conducen a ningún lado, más si haz de recorrer un sendero, tal vez debas correr el riesgo, y Solo Allah sabe.

Yafar se despidió de Yamil con una lágrima, porque los hombres son sentimentales sobre todo si temen hacer el ridículo, y Yafar temía que todas las palabras valiosas hubiesen sido pronunciadas por otros antes que él las dijera.

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Ismail

Yamil se alejó dejando atrás la ciudad, caminaba rumbo a las montañas azules y llegó dos días después a un valle, allí lo recibieron un grupo de niños, hijos de los pastores que acampaban, lo condujeron a un hombre de edad media, un tártaro que no le parecía Yamil diferenciarse en nada de los cientos de tártaros que había visto en su vida, el hombre dijo llamarse Orhan, y lo invitó a comer y acampar con él, explicó que su esposa había muerto el invierno pasado, y no tenía hijos ni sirvientes, su tienda era espaciosa, así que Yamil podía acomodarse a gusto, luego de la frugal comida, el hombre que estaba de cuclillas se quedo observando a Yamil.

Orhan dijo: El momento actual es como una brizna de paja arrojada en la hoguera del universo, y es también el hombre y otras cosas, arde y se vuelve ceniza gris y luego ceniza blanca y la esparce el viento, así ves los cabellos y las barbas negras o amarillas volverse grises, luego blancas y luego desaparecer, como toda brizna de pasto la que observes procede siempre del pastizal, tal vez de la misma planta era, tal vez no haya más que una planta y los espejos, que multiplican la realidad y por ello hay quien dice que son algo malvado, multiplican las briznas secas en apariencia, pero en todo se encierra la realidad única dicen otros. algunos dicen: El hombre pasa su vida más bien en una ilusión de su imaginación afiebrada, pasa su vida enfermo de futuro, de desear algo del momento futuro, pero el momento actual es el consumirse de la brizna y pocos reflexionan en esto, el momento actual, sin embargo encierra y unifica mucho.

Orhan se quedó un momento en silencio, se escuchaban pasos acercándose y un anciano de blancas barbas pidió permiso para entrar, Orhan le dio el saludo y lo invita sentarse.

-Dinos Ismail, dijo Orhan, ¿qué puedes tu regalarle a este joven? Ismail dijo:

Cuando el jugo de la hierba del divino amor es vertido en el corazón y es calentado por el amor de sus semejantes, entonces ese corazón se convierte en oro, es el corazón que expresa lo que Dios le hace expresar. El hombre no ha visto a Dios, pero el hombre ha visto entonces a Dios en el semejante, y cuando esto pasa, entonces verdaderamente todo lo que viene de los hombres viene de Dios mismo.

-Pero muchos hombres son corruptos y malvados, replicó Yamil.

-Y sin embargo, cuando Allah creó a Adán, insufló algo de Él mismo en Adán, y si el hombre se corrompe a sí mismo, algo puro permanece en su interior, una chispa Divina, que es posible se encienda como un gran fuego y lo cambie.

-¿No ocurren cosas que no provocan los hombres y consideramos desgracias?, y sin embargo vienen de Allah y no sabemos si en definitiva no nos evitan una desgracia mayor o nos guían a algo, dijo Ismail tranquilamente.

A la mañana siguiente Yamil partió junto con Ismail hacia la ciudad de Jluss, donde Ismail enseñaba en la madrasa.

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Ismail le facilitó.

Al día siguiente concurrió temprano a la madrasa y luego de rezar subh, se acomodó a escuchar la clase.

Ismail hablaba con voz pausada y decía:

Muchos sabios ulama se han esforzado en coleccionar artículo tras artículo

meticulosamente las formas, los fard y las sunas de cada acto que el musulmán ha de realizar en su vida, han pasado meses discutiendo sobre el largo de los vestidos y de las barbas, de las formas de purificarse y de como colocar las manos en la oración, en todo ello hay algo valioso, y no debemos dejar de conocerlo, pero de nada sirve esta erudición si no se conoce el punto del horizonte que es necesario seguir., y a la inversa, puede ser muy difícil seguir este punto en el horizonte, y distinguirlo sin adquirir algo de esa

erudición, ella puede ser un caballo veloz que nos transporte o un burro empacado que nos inmovilice, todo depende de como la comprendamos.

Así continuaba Ismail con su clase hasta que llegó la hora de la comida y los alumnos se retiraron al comedor, Ismail caminaba por el patio que separaba la sala de oración, donde se enseñaba de la sala donde se comía y un alumno le dijo: Ismail, estuve en

Mazandarán hace poco y escucha unos hombres criticarte, lo cual me molestó mucho. Ismail sonrió y dijo: quien se mezcla en los asuntos mundanos, seguramente será blanco de las críticas.

La comida era sencilla pero suficiente, luego el grupo regresó a la sala de las oraciones donde el muecín llamaba a zhuhur, rezaron detrás de Ismail y luego este se volvió y dijo: El muecín os llama a algo bueno, Allah no necesita en nada de vuestras oraciones, pero vosotros las necesitáis mucho y el muecín es vuestro amigo que os invita a realizarla, deberéis agradecerle.

Sin embargo, si vuestro corazón está en algo que no es Allah durante la oración no sería más que un mero ejercicio gimnástico, aunque os esforcéis en pronunciar y recitar

bellamente, cuidaos de ello, y no hagáis de la oración un ejercicio mecánico, que sea cada una de vuestras oraciones como la única que hagáis en toda vuestra vida. Terminada la oración Ismail dijo:

Hace tiempo fui a vivir a la ciudad de Akbar. La gente no dio mucha importancia a mi presencia, y mis enseñanzas no consiguieron interesar a la población. Incluso después de algún tiempo llegó a ser motivo de risas y burlas de los habitantes de la ciudad. Un día, mientras paseaba por la calle principal de Akbar, un grupo de hombres y mujeres empezó a insultarme. En vez de fingir que los ignoraba, el sabio me acerqué a ellos y los bendije. Uno de los hombres comentó: ¿Es posible que además de tonto, seas sordo?. ¡Gritamos cosas horribles y usted nos responde con bellas palabras!. - "Cada uno de nosotros solo puede ofrecer lo que tiene", dije.

Rumi

Rumi, en su obra El Masnawi, narra una bella historia:

Un cuidador de elefantes llevó su elefante para exhibirlo a un pequeño pueblo cuya gente no había visto nunca un animal de su especie. Como era de noche, dejó su animal en el establo. Un grupo de curiosos que no podía esperar hasta que amaneciera, fue, en la oscuridad de la noche y sin luz alguna, al establo para ver al animal. Pero como el establo estaba oscuro, el único medio con el que podía

percibir al elefante era a través del tacto. Así que, en completa oscuridad, se acercaron al animal y empezaron a palparlo, definiéndolo cada uno a la medida de su propia percepción. El que había tocado la pata, imaginó al elefante como una columna; otro que había tocado su lomo, lo asemejó a un diván; el tercero tocó su oreja y lo describió como un abanico; y otros, consideraron las características de la

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trompa del elefante, como sus verdaderas características. Ninguno tuvo una idea completa de lo que es un elefante. Todo lo que dijeron sobre el elefante era falso en cuanto a su definición, y sin embargo, la percepción parcial de cada uno de ellos era en sí verdadera.

Rumi agrega:

"Si hubieran tenido una vela en la mano, no habría habido tanta diferencia de opinión entre ellos, ya que bajo la luz de la vela hubieran podido contemplar al elefante de una forma directa y completa".

Canción del caminante Caminando este senderito voy

No busco tristeza ni dolor No deseo causaros ofensa ni deseo dañar vuestro honor

no se porque hacéis escarnio de mi no se porque a mi o mis amigos agredís

no deseo más que perdonaros y que vosotros aceptéis algo de mi

Solo puedo ofreceros mi sinceridad. Mi amorosa búsqueda de hermandad.

No tengo con que hacer caridad Más que mi sonrisa sin maldad

Los relatos de los enamorados de Dios

Es posible que alguno de los dichos que aquí se atribuyen a un sabio, aparezcan en otro escrito como perteneciente a otro, esto ocurre debido a que aún entre sabios distantes, muchas de estas máximas fueron repetidas y tomadas por los discípulos del sabio como propias.

Para comprender determinadas declaraciones de los maestros del sufismo, es necesario poseer algún grado de conocimiento, tanto del sufismo como de las ciencias islámicas en general, la lectura de las citas siguientes, puede resultar en una muy mala interpretación por quien adolezca de alguno de los conocimientos nombrados, por lo cual debo recomendar que sean pasadas por alto por quien no esté aún en condiciones, hago esto a semejanza de ibn Al Arabi, quien hacía una recomendación similar.

La explicación de una sola de las citas puede requerir uno o varios volúmenes, por ello, he renunciado a escribir aquí su comentario.

1- Ibn Al Arabi:

«Dios, el Omnipresente y el Omnipotente, no está encerrado en ningún credo ni religión, porque donde quiera que os volváis, allí está el rostro de Dios»

«No te apegues exclusivamente a ninguna religión, de manera que dejes de creer en las otras; perderás no poco bien. Más aún, no acertarás a reconocer la Verdad. »

«Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo si su religión no era como la mía. Ahora, mi corazón se ha convertido en el receptáculo de todas las formas religiosas: es pradera de las gacelas y claustro de monjes cristianos, templo de ídolos y kaaba de

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peregrinos, Tablas de la Ley y Pliegos del Corán, porque profeso la religión del Amor y voy a donde quiera que vaya su cabalgadura, pues el Amor es mi credo y mi fe. »

«Hallé el Amor por encima de la idolatría y la religión. Hallé el Amor más allá de la duda y de la realidad. »

«Cuando uno adquiere que una cantidad infinitesimal del amor, se olvida del ser musulmán, mago, cristiano o infiel. »

2- Yunus Emre :

«El odio es nuestro único enemigo. Para nosotros el mundo entero es Uno. No estoy en la tierra para sembrar la guerra y la enemistad. El amor es la misión y la vocación de toda mi vida. Que una única palabra pare la guerra: ama y sé amado. Hacia nadie sentimos odio. Todo el mundo es igual para nosotros.

3- Rumi:

«Como un compás, tenemos un pie fijo en el Islam y con el otro viajamos dentro de otras religiones. »

«¡Oh musulmanes! ¿Qué significa este aire de superioridad? Abre tu corazón al cristiano, libera tu mente de esta vanidad. Siguiendo a Muhammad saws, ¿te consideras creyente y a él le consideras infiel por seguir al Mesías as? Ambos eran Profetas y ambos eran amigos, ¿por qué esta enemistad entre vosotros? »

«He reflexionado acerca de las denominaciones confesionales esforzándome en comprenderlas. Ahora considero que existe un principio único con numerosas ramificaciones. Por eso, no pidáis a una persona que adopte determinada denominación confesional; con ello la desviarías del Principio, que es solio y fundamento. A esa persona ha de venir a buscarla el propio Principio en el que se dilucidan todas las grandezas y todas las significaciones. Entonces la persona comprenderá... »

«No clames diciendo que todas las religiones son vanas, pues en todas ellas hay un perfume de verdad sin el cual no encenderían la de los creyentes. »

4- Mansur Al Hallay:

«No soy cristiano, ni judío, ni musulmán. No soy de Oriente ni de Occidente, ni de la tierra ni del mar. Mi sitio es estar sin sitio, mi huella es no dejar huella. No hablo de cuerpo y alma, ya que pertenezco al alma del Bienamado. »

5- Yunaid:

«Cada cual reza con lo que cree; su Dios es hechura de sí mismo, y al rezar, se honra a sí mismo. Por eso anatematiza las creencias de los demás; lo cual no haría si fuese justo, porque el desagrado hacia la religión ajena se basa en la ignorancia. »

«Hay que ser amable con la gente y hablar de forma que te entiendan, cuidando lo que se dice. Dios te guarde en paz. Guarda tu lengua y conoce a los que te rodean; cuando hables con ellos omite lo que no pueden entender. »

«Nadie puede jactarse de haber llegado a la Verdad, si no ha sido tratado de hereje por mil personas de peso. ».

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6-Abul Fadl Allami

« ¡Señor! Un día visito la iglesia, otro día la mezquita; pero de templo en

templo, sólo a Ti voy buscándote. Para tus discípulos no hay herejía, no hay ortodoxia; todos pueden ver Tu verdad sin velos. Que el herético siga con su herejía y el ortodoxo con su ortodoxia. Tu fiel es el vendedor de perfumes: necesita la esencia de rosas del divino Amor. »

7-Kamil Husayn

«Si sientes en lo más profundo de ti mismo que eso que te incita al bien

es tu amor por Dios y tu amor por los seres humanos que Dios ama; si piensas que el mal consiste en apartarse de las personas, porque Dios las ama como te ama a ti, y que perderás tu amor por Dios si haces daño a aquellos a quienes él ama, es decir, a todos los seres humanos.

Entonces, tú eres discípulo de Jesús, cualquiera que sea la religión que profeses. »

8-Ibn Hazm

«Lo importante no es lo que una persona dice de su fe, sino lo que esta fe hace de esa persona. »

La leyenda del fuego

Y esa tarde que a la sombra de aquel árbol se incendió mi alma acongojada Y quedóse mi pena amortajada, A lo lejos la andaluza guitarra lloraba

Hay arruyo de la paloma, Hay el fuego ya consume mi alma

Y yo lo aliento con saña Para confundirme con la nada

Entre olas agitadas

Cantaba el mar bravo su alabanza, A mi amado Señor

el gorgojeo del ave glorificaba

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Y de Dios tuve la locura sublime, Y dance loco entre las llamas,

Incendiada de gozo mi alma.

Los rollos de la Torah, el evangelio y el Rig-Veda

El Corán y el avesta, Ardieron en letras primigenias, Nunca tocadas, nunca antes miradas.

Y yo solo deseaba el eco del paraíso, en la voz de la andaluza guitarra.

De Dios el amor me colmaba, Y perdoné al pérfido agresor

y quise hacerlo mi amigo

Pero, ¿cómo he de explicar qué es el fuego? ¿A quien recorre el mundo ciego?

La disputa

Y llegó Yamil un día a una posada en un camino, donde conversaban varios.

Y vio que Al ´Arif estaba entre ellos, un hombre desaliñado, al parecer muy enojado le gritaba ―¡El Islam, El Islam!, ¡debemos quemar las iglesias, sinagogas y templos, y expulsar a todos los kufar de nuestra tierra! ¡Debemos quedarnos con sus tierras y hacienda! ¡son nuestro botín! ¡yihad!‖

Al ´arif no lo interumpió y lo escuchaba impasible, el hombre lo miraba fijamente, cuando terminó de vociferar, un anciano preguntó ―¿tu que dices Al ´arif?‖

Al ´arif se puso de pie en silencio y sin ningún gesto, tal y como había permanecido durante el encendido discurso del otro.

Dijo: lo que yo piense no tiene importancia, aunque les diré que el Islam es la cumbre de la revelación y no una religión más en pugna con otras, les diré lo que piensan otros, luego deberéis quemar algo.

Dijo Ibn Al Arabi: ―Dios El Omnipotente y El Omnipresente, no está encerrado en ningún credo ni religión, porque a donde sea que os volváis, allí está el Rostro de Dios, no te apegues exclusivamente a ninguna religión, de forma que dejes de creer en las otras, perderías no poco bien, más aún, no acertarías a reconocer la verdad‖

Yunus Emre dijo: ―como un compás, tenemos un pié fijo en el Islam y con el otro recorremos las religiones‖ y dijo ―El odio es nuestro único enemigo, para nosotros el mundo es uno, no estoy en la tierra para sembrar la enemistad, el amor es la única misión y la vocación de toda mi vida, hacia nadie sentimos odio, todo el mundo es igual para nosotros‖

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Yunaid dijo: ―He reflexionado acerca de las denominaciones religiosas, esforzándome en comprender cada una de ellas, ahora veo un único principio con numerosas

ramificaciones, por eso, no pidáis a una persona que adopte determinada denominación confesional, con ello la desviaríais del Principio, a esa persona ha de venir a buscarla el propio principio‖

Rumi dijo: ―¡Ho musulmanes! ¿qué significa ese aire de superioridad? Abre tu corazón al cristiano, expulsa tu vanidad. ¿Siguiendo a Muhammad te consideras creyente y a él por seguir al Mesías lo consideras infiel? Ambos eran Profetas y son amigos ¿a qué viene esta enemistad entre vosotros?‖

Dijo ibn Hazm: ―Lo importante no es lo que una persona dice de su fe, sino lo que su fe hace en ella‖

Dijo Yunaid: ―hay que ser amable con la gente y ser amable con ella, cuando hables se cuidadoso y omite lo que no entiendan‖

Quemad ahora algo.

Dos hombres se levantaron, tomaron las antorchas que había traído el que proponía quemar iglesias y sinagogas y las arrojaron a la estufa.

Poema de la danza de las abejas ¿Son estos hombres ciegos, quienes desean robarme mi calma?

¿o soy yo, tonto de mi, quien la expone y la regala?

Se que en la música bella En la rosa salpicada de rocío,

En los labios de mi amada Se encuentra mi paz añorada

En la noche azul estrellada Entreví la dulzura de un nuevo alba.

En el silencio absoluto, me encontré escuchando mi alma Estalló entonces un día de música encantada

Aquella secreta palabra añorada.

Considera al heroico roble, En pie quebrado por la tormenta

Mientras el arbusto rastrero, Salvo su vida aplastado en la arena.

Del mar escuchaba el rugido, Cierto día de verano, Cuando escrutando mi alma

Se me figuro haber volado Y entonces me ví allí abajo

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Sentado y contemplando Pero no era yo el abandonado, Yo volaba en busca del Amado.

En vano clamaría hoy Si dijese haberle encontrado,

Pero se que no por buscarlo he de hallarlo Sino que será Él

Quien me encuentre En el momento indicado. Mientras danzan las abejas, Comunicándose palabras secretas,

Yo busco esa senda recta, De flores tapizada y secreta Que escapa a los ojos del curioso

Y a la acechanza perversa, La senda del asceta, del místico, del poeta.

(28)

cotemplaba hace tiempo

No se trata acaso de que el árbol junto a mi casa árbol en fin, ha dejado que la paloma anide en su rama sino de que yo comprenda que el árbol, la paloma y la casa dejaron de ser para mi algo diferente de la esencia buscada

soy yo el árbol, la paloma, el nido y la casa, en el sueño que en lo eterno se devana,

se han dibujado las señales de aquel que yo buscaba, amor he pensado y amor he sido

¿como podría yo creer siquiera que no soy el árbol, la paloma, el nido y la casa? ¡hay del soñador que no despierta, y se cree que es algo diferente a Él!

¿acaso abrirá sus ojos?

¿verá acaso el manantial y en él el reflejo que es su ser? La paloma, el árbol, la casa, yo soy y no soy ya nada sino Su señal,

o mejor mera letra de la escritura de Dios, señal me es impropio, señala a Dios este mundo

y hay quien confunde la escritura con lo real como si una narración ocurriese mientras es contada

Señal, letra de la escritura Divina soy,

Divina es la señal de mi Señor, la paloma, el árbol y la casa. ¿cuando despertará el soñador?

Yamil y Yalaludin

Cuando Yamil llegó a Isfhahan conoció a un hombre llamado Yalaludin Mohammad, que tenía cierta aversión al trato con las personas, en apariencia al menos.

Se encontraron cierto día en una plaza y Yamil quiso hablar con él.

-Se que eres un extranjero aquí- le dijo- ¿acaso no te sientes a gusto con estas personas?

(29)

-Me siento muy a gusto en Persia –dijo Yalaludin-y he encontrado personas maravillosas aquí, también en Irak, en Siria, en Transoxiana y en cada país que he recorrido desde que dejé Nefsa, en Al Andalus, donde he nacido.

-¿qué te aparta entonces del trato con la gente? –inquirió Yamil-

-Nada en realidad, aunque tal vez me desagradan las disputas; y es que muchas

personas consideran que deben tomar una postura en contra de algo, si desean defender la verdad.

-Parece lógico que quien defiende la verdad se oponga a la mentira –dijo Yamil.

-No necesariamente –replicó Yalaludín-es más bien como explicó Al Ghazali, un hombre ve una parte de la verdad y otro otra, y como ambos creen haber visto la verdad en su completud, disputan.

Por lo demás, ¿quién puede jurar por Allah poseer La Verdad, siendo el intelecto tan débil?, por ello Yamil, considero banales las disputas y ridículo a quien se aferra a su propia interpretación de la verdad sin cuestionarla constantemente, no ha pasado un día en el que yo mismo no me cuestione si todo aquello que considero verdad lo es.

-Pero puedes estar seguro de la veracidad del Corán sin cuestionarla, por ejemplo – dijo Yamil.

-Estoy totalmente seguro de la veracidad del Santo Libro de Allah, de Allah y de Su Mensajero –dijo Yalaludín, y continuó- pero no puedo estar seguro de mi entendimiento del Corán ni del de nadie.

Por lo demás he notado que si alguien escucha unas cuantas palabras, las transforma de acuerdo a sus propios saberes y convicciones anteriores, y son estos saberes y

convicciones, este ―molde‖ lo que creo debo cuestionar en mi cada día, y a la inversa, en lugar de cuestionar lo que otros han comprendido, intentar dilucidar porque han

comprendido eso y no otra cosa, sin juzgar si su comprensión es errada o correcta, ya que entonces estaría aplicando mi propio molde a la comprensión de otros, pero esta tarea me fatiga y me distrae de otra labor más importante, por ello no tengo muchos amigos supongo.

-Y cual es esta labor importante de la que te distrae la gente - preguntó Yamil.

-buscarme a mi mismo, ya que creo que quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor. Yamil no quiso incomodar más a Yalaludin y se despidió pensando ―este hombre es sin duda un loco‖

Unos días despues, encontró en casa de otro hombre un pequeño libro firmado por Yalaludin de Nefsa, se titulaba ―Los locos de Dios‖. El libro comenzaba con el hadiz de Ali ibn Abu Talib ―Nadie cree realmente hasta no saber porque cree lo que cree‖.

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