BOLETÍN DE LA FACULTAD DE DERECHO, núm. 18, 2001
EN EL IV CENTENARIO. CALDERÓN DE LA BARCA,
DERECHO Y MATRIMONIO
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA *
SUMARIO: Introducción a una biografía del silencio.— I. Una vida
para una combinación difícil: dramaturgo y sacerdote: a) Las raíces
familiares.— b) El tercero de los hermanos y segundo de los varones.—
c) Estudios humanísticos y sagrados.— d) Renuncia o aplazamiento
del sacerdocio.— e) Sus primeras actuaciones literarias en Madrid.—
f) Aventuras con escándalo.— g) Su primer teatro.— h)
Nombramien-tos y distinciones.— i) Él paréntesis de su vida de soldado.— j) LuNombramien-tos,
cierre de los teatros y aventura amorosa.— k) La gran decisión.— 1) La
década de los sesenta.— m) Declinar y muerte.— II. El teatro
caldero-niano, derecho y matrimonio: a) Los corrales de comedias y las
repre-sentaciones palaciegas.— b) Los múltiples géneros dramáticos
caldero-nianos.— c) El Matrimonio y el Derecho Matrimonial en su obra.—
III. Sus dos más famosos dramas.— A) La vida es sueño.— a)
Cuestiones matrimoniales en la acción secundaria.— b) Una hija en
busca de su identidad legal.— c) Consideraciones jurídico
matrimo-niales.— 1. La promesa de matrimonio.— 2. El matrimonio
presun-to.— B) El Alcalde de Zalamea.— a) Circunstancias y ambientación
histórica.— b) Galería de personajes.— c) Los temas de El Alcalde de
Zalamea.— 1. El tema del amor.— 2. La Justicia y la jurisdicción
mili-tar.— 3. Referencias al Derecho Matrimonial.— IV. En las tragedias
sobre el deshonor conyugal.— A) El medico de su honra.— a) La
E N R I Q U E VIVÓ D E U^^>ABARRENA
gedia española del honor.— b) La ambientación histórica de la obra y su contenido.— c) Cuestiones y conclusiones jurídico matrimonia-les.— 1. El adulterio y su castigo.— 2. La obligación de la promesa de matrimonio.— 3. El impedimento matrimonial de crimen.— B) El p i n t o r d e s u d e s h o n r a . — a) Una versión tardía de la tragedia del honor.— b) Nuevas aportaciones.— c) Cuestiones jurídico matrimo-niales que se dan por supuestas.— C) A secreto éigravio, secreta ven-ganza».— a) Otra tragedia del honor con ambientación histórica.— b ) Lfl técnica de la venganza oculta del deshonor.— c) Cuestiones matri-moniales.— 1. El matrimonio por poder.— 2. Planteamientos jurídico matrimoniales que resuelve el público.— V. En las comedias de capa y espada.— La d a m a d u e n d e una Comedia representativa de su géne-ro.— Cuestiones jurídicas en tomo a la múltiple boda.
INTRODUCCIÓN A UNA «BIOGRAFÍA DEL SILENCIO»
L Antonio Machado que al h a b l a r de Calderón de la Barca acon-sejaba leer antes a Lope de Vega, «porque Calderón es u n final mag-nífico, la catedral de estilo jesuíta del beuroco literario español», a propósito del escaso reflejo de su personalidad en su obra a diferen-cia de lo que ocurre con Lope, decía q u e la actitud de Calderón se resume en u n expresivo verso d e «La vida es sueño» que dice, «res-póndate, retórico, el silencio», verso que según Machado sería de
Cal-derón a u n q u e CalCal-derón n o lo hubiera escrito i.
Recordemos que Ángel Vsdbuena Prat h a caüficado lo que Calde-r ó n nos hace sabeCalde-r de su Adda a tCalde-ravés de su obCalde-ra, c o m o la «biogCalde-rafía del silencio 2».
2. E n efecto, disponemos de m u y pocos datos, que se trasluzcan en su obra sobre su vida, sentimientos, actitudes personales, viven-cias amorosas y aventuras, c o m o si sintiese p u d o r p o r los desmanes y atropellos de su juventud; p a r q u e d a d q u e contrasta con la abtm-d a n c i a q u e abtm-d e s u p r o p i a b i o g r a f í a e x h i b e L o p e « n o t a r i o abtm-d e sí mismo». Esto n o obsta p a r a que sus problemas psicológicos y
fins-1. A. MACHADO, Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936), Madrid 1971, pp. 187 s.
E N EL I V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
tiíiciones se interpusieran enti^ el dramaturgo y el hombre; tal sería
según se ha pretendido el caso de la «Vida es sueño», donde
aparece-ría el complejo que afligía a Calderón desde su juventud, su rebelión
contra sus padres, su aplazado proyecto de consagrarse a Dios 3.
Pero quizá no haya que dar demasiada importancia a este
herme-tismo, pues estamos ante un dramaturgo que vivía de vm público tan
distinto como el de los Corrales de Comedias y la Corte de FeHpe IV,
y que la desigualdad en discreción y gustos de su auditorio fuese tal
vez lo que le pudo inducir a dicha actitud.
3. Sin embargo el sñencio íntimo contrasta con la elocuencia
de los legajos y expedientes que nos han llegado sobre su persona.
Cristóbal Pérez Pastor publicó en 1905 una colección de doscientos
documentos de lo más variado: Testamentos de famihares y de él
mismo, cartas de pago, contratos de compraventa, memoriales
dirigidos al Rey y a otras autoridades, acuerdos de CoJEradías,
fini-quitos de cuentas, poderes notariales, certificaciones de su labor
como dramaturgo de la Corte, descripciones de las escenografías y
tramoyas para su teatro y para los autos sacramentales, y tasación,
inventario y almoneda de los bienes que dejó al morir. Nuevos
documentos aportaron todavía Narciso Alonso Cortés y Constancio
Eguía Ruiz 4.
Por fortuna ha contado con destacados biógrafos, siendo el
pri-mero en 1685, su amigo Juan de Vera Tassis y "WUarroel, con su obra
«Fama, vida y escritos de don Pedro Calderón». Sólo citaremos a
muchos años de distancia a Emilio Cotarelo y Mori, que sirviéndose
de todos los documientos de los pacientes investigadores
menciona-dos, pudo relatar en 1924 las a n d a n a s del dramaturgo en «Ensayo
sobre la vida y obras de Don Pedro Calderón de la Barca. Primera
parte».
Por lo que hace a nuestro tema no queremos dejar de señalar una
obra de 1883 de Heliodoro Rojas de la Vega, y que no hemos podido
consultar, que lleva por título «Juicio crítico de las obras de
Calde-rón de la Barca bajo el punto de vista jurídico».
3 . C I L V. AuBRUN La lan^^ poétique de CaMerón, P a r í s 1960, p . 7 3 .
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
4. José M. Diez Borque uno de sus actuales estudiosos, como
curiosa ilustración tiene establecidas líneas paralelas entre Calderón
y Velázquez contemporáneos y los dos vinculados al servicio de los
Monarcas, que sin duda ha tenido su reflejo en la exposición que el
A5amtamiento de Madrid ha presentado con el título «El Madrid de
Velázquez y Calderón. Villa y Corte en el siglo XVII.» Pero ambos
autores no sólo son la más genuina representación de Madrid de su
tiempo, sino que ambos. Calderón el dramaturgo y el Velázquez el
pintor integran el canon barroco universal, llevando la pintura y el
teatro a la cima de la perfección. A ambos, cumbres del Barroco,
cabe definirlos como los maestros del claroscuro, del contraste y de
la problemática profunda 5.
I. UNA VIDA PARA UNA COMBINACIÓN DIFÍCIL:
DRAMATURGO Y SACERDOTE
a) LAS RAÍCES FAMILIARES
1. La casa solariega de los Calderón como corresponde a viejos
hidalgos, estaba en la Montaña Santanderina cerca de Santillana; un
antepasado suyo fue Hernando Sánchez Calderón, señor de la Torre
de Viveda.
El ilustre dramaturgo nace de procedencia hidalga y cortesana,
formando a parte de una burocracia con cierto lustre de la
proximi-dad al Rey, pues su padre, Don Diego Calderón, era secretario del
Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda, cargo que ya había tenido
su abuelo Don Pedro Calderón. Su madre Doña Ana María de Henao
tenía ascendencia flamenca y era hija de Don Diego González de
Henao, Escribano de número y Regidor de la Villa de Madrid y de
Doña Inés de Riaño.
2. Hay un dato que va a gravitar sobre la vida de Calderón de la
Barca: Doña Inés de Riaño, noble abuela materna en su testamento
otorgado en 1612, funda una capellanía en la capilla de San José de
la Parroquia del Salvador de Madrid, puesto eclesiástico con sus
E N E L r V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA BARCA, DERECHO Y MATRIMONIO
tas correspondientes y casa habitación, calificada como «capellanía
de sangre» por tener preferencia para ocuparla los consanguíneos de
la fundadora 6.
En un edificio de la calle Mayor frontero a la Casa de la Villa, el
Ayuntamiento de Madrid tiene colocada esta placa: «En este lugar se
alzó la iglesia de San Seilvador demolida el año 1842. En ella
cele-braron durante tres siglos sus sesiones públicas los Regidores del
Concejo de Madrid creado por Real cédula de Alfonso XI el 6 de
enero de 1346».
Una Capellanía es «la carga de celebrar Misas en una capilla,
iglesia o altar durante el año, no una sola vez sino repetidas según
hubiese querido el fundador» 7. Sobre este tipo de fundaciones, que
llevan anejo el derecho a percibir los frutos del beneficio que la
sus-tenta, escribieron abundantemente antiguos canonistas como
Mos-tazo, Lara, Barbosa etc. La Capellanía, fundada por Dña. Inés de
Riaño, era una Capellanía, que contaba con un Patrón con derecho a
presentar al sacerdote que debía servirla, y que según era costumbre
frecuente, debía recaer sobre un consanguíneo.
b) EL TERCERO DE LOS HERMANOS Y SEGUNDO
DE LOS VARONES
1. Nace Pedro Calderón de la Barca Henao de la Barrera Riaño
en Madrid el 17 de enero de 1600, el día de San Antón, razón por la
que sus compañeros de estudio le apodarían «Perantón», y no el 1 de
enero de 1601 como pretende sin fundamento la edición de la
«Ver-dadera quinta parte de sus Comedias». Fue bautizado en la
Parro-quia de S. Martín.
Antes habían nacido, Diego el primogénito y Dorotea que será
religiosa franciscana en el Convento de Sta. Clara la Real de Toledo.
2. El año precisamente en que nace Pedro, el tercero de seis
her-manos, la familia pasa a vivir en Valladolid, pues Felipe III había
trasladado la Corte a la vieja ciudad castellana.
6. F. B. PEDRAZA JIMÉNEZ, Ibíd., p . 18.
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
En Valladolid nace en 1602 su hermano José, que se dedicó a la
carrera militar en la que alcanzó el grado de Teniente de Maestre de
Campo, cuando murió en la gueira de Cataluña. Las últimas
herma-nas Antonia y Ana María, al parecer mueren jóvenes.
El destino de los hijos no podía ser más acorde con los
conven-cionalismos de aquel tiempo. Pedro, como segundón de los varones
estaría destinado a la Iglesia, para lo cual tendría un puesto en la
Capellanía familiar.
Los Calderón regresaron de nuevo a Madrid con la Corte en
1606, alojándose en una casa de la calle de
IEISFuentes, que hacía
esquina a la bajada de la calle de los Caños del Peral.
c) ESTUDIOS HUMANÍSTICOS Y SAGRADOS
1. En el Colegio Imperial de los Jesuitas
Entró en este famoso Colegio de Madrid el año 1608, es decir a
los ocho años; dos años después de haber regresado de Valladolid.
Permaneció con los Jesuitas hasta 1613 estudiando Matemáticas,
Historia, Latín, Griego, Filosofía etc. La relación familiar con la
Compañía de Jesús venía de lejos: un tío de Calderón, hermano de
su madre, era Jesuíta; Pedro mantendría siempre cordiales
relacio-nes con sus antiguos maestros.
La influencia de la formación jesuítica configurará su trayectoria
biográfica y su producción hteraria. Se empapa del espíritu
escolás-tico que será decisivo en su estructuración conceptual y en la
con-cepción de su teatro.
No le faltaron en este tiempo las desgracias famUicires pues
pier-de a su madre en el año 1610, es pier-decir cuando tiene diez años pier-de
edad.
2. En la Universidad de Alcalá de Henares
E N EL IV CENTENARIO. CALDERÓN DE LA BARCA, DERECHO Y MATRIMONIO
Caldera, lo que les acarrea el suErir los rigores de una dura
madras-tra aunque por poco tiempo, porque su padre muere al año siguiente
en 1615. Pero es a la muerte de su padre cuando se entabla un
molesto pleito testamentario entre la familia y la segunda esposa.
Doña Juana que había abandonado el hogar conyugal a los pocos
días de la muerte del marido, reclamó por vía judicial a sus hijastros
la dote, arras, bienes gananciales y las mandas consignadas en el
tes-tamento. Tras una primera sentencia de 1617 que rectirrieron las dos
partes, el pleito concluye al año siguiente en que los hermanos
lle-gan a un acuerdo con la madrastra sobre la herencia del padre,
con-viniendo que la viuda recuperzíría los vestidos, cofres, alfombras y
adornos que había dejado en casa de los Calderón cuando la
aban-donó y recibiría además 2700 ducados 8.
La muerte de su padre parece tiene que ver con su saUda de la
Universidad de Alcalá.
3. En la Universidad de Salamanca
Se ha dicho que se haUa en ella desde 1615, aunque no se le
encuentra en las listas hasta 1617. En 1616 los hermanos Calderón
quedan bajo la tutela de Don Andrés Jerónimo González de Henao,
Secretario de Hacienda, tío materno, que al parecer patrocina la
continuación de los estudios de Pedro en esta Universidad.
Sigue cursos durante cuatro años hasta 1620 y obtiene el título de
bachiller en Cánones. Su primer biógrafo Juan de Vera Tassis y
VUla-rroel, dice que en este tiempo en Salamanca estudió además
Filoso-fía, Geografía e Historia Política 9; parecen más verosímiles estudios
eclesiásticos, en razón de la Capellanía familiar a la que parecía
impulsado por la famiüa materna. Lo cierto es que obtuvo el título de
Bachiller en Cánones, cosa que nos parece poco para cuatro años de
Universidad, pues este título era solo un paso para obtener la
Licen-ciatura, p>or lo que entendemos que pudo emplearse en el estudio de
la Escolástica, completada con el Bachillerato en Cánones. Lo cierto
8. F. B. PEDRAZA JIMÉNEZ, loe. cit., p. 22.
9. VERA TASSIS, Fama, vida y escritos de Don Pedro Calderón, citado por A.
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
es que adquirió una sólida formación que será base de la
profundi-dad de pensamiento que nos descubre su producción teatral.
Durante sus estudios en Salamanca se vio enAmelto en un
asun-to que le costó la excomunión. Con su primo Francisco de
Montal-vo había alquilado una casa al colegio de San Millán. Al acabar el
curso se volvieron a Madrid sin pagar 150 reales que faltaban de su
alojamiento; se les demandó pero no atendieron a la demanda y se
les excomulgó. Poco después en noviembre de 1618 el colegio pidió
que se les confinara en prisión, pues sólo se les pudo embargar un
manteo usado y 70 reales; de todo ello se deduce que el joven
Cal-derón era poco escrupuloso y no andaba sobrado de dineros lo.
d) RENUNCIA O APLAZAMIENTO DEL SACERDOCIO
1. En su testamento, Diego Calderón había dejado esta
enco-mienda para su hijo Pedro:
«A Pedro le mando y ruego que por ningún caso deje sus
estu-dios, sino que los prosiga y acabe y sea muy buen capellán de quien
con tanta liberalidad le dejó con que poder hacerlo». Pedro tenía
entonces quince años y estudiaba Humanidades en Alcalá
preparán-dose para el sacerdocio 11.
2. La mayoría de edad de Calderón y la terminación de sus
estu-dios, obtenido el bachillerato en Cánones, le hizo tener que optar en
aquella delicada disjointiva que le afectaba íntimamente: u
ordenar-se de sacerdote y gozar de la capellanía que había fundado su
abue-la, o renunciar a dicha capellanía y disfrutar de la libertad de la
con-dición de laico.
Decide no ordenarse y parece que no es un mero aplazamiento,
pues renuncia al apellido Ríaño el de su abuela materna, la
fundado-ra de la Capellanía, que había utilizado hasta entonces como
segun-do y por el que ostentaba estar en posesión del importante requisito
de la consanguinidad; a partir de entonces comienza a firmar
Calde-rón de la Barca.
E N E L IV CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
e) SUS PRIMERAS ACTUACIONES LITERARIAS EN MADRID
1. Sus primeras producciones literarias ciertas, aparecen en el
año 1620 en que participa de un torneo poético organizado en
Madrid con motivo de la beatificación de San Isidro Labrador,
reci-biendo el elogio de Lope de Vega. También encontramos su nombre
en otro acto dedicado a la canonización de San Ignacio de Loyola,
San Francisco Javier y Santa Teresa de Jesús.
2. De acuerdo con la línea de correspondencia que se ha hecho
con Velázquez, en este mismo año de 1620 en que Calderón
signifi-cativamente debuta con dos poemas de carácter religioso, Velázquez
artista paralelo, pinta el lienzo de la Cena de Cristo en Emaús.
f) AVENTURAS CON ESCÁNDALO
1. El año de 1621, que es el del comienzo del reinado de Felipe
IV, los tres hermanos Calderón se ven acusados en el homicidio de
Nicolás de Velasco hijo de un criado del Duque de Frías,
Condesta-ble de Castilla. La persecución por la Justicia les obliga a refiígiarse
en las casas del embajador de Austria, donde debieron permanecer
unos meses de encierro. Para lograr un concierto indemnizando a
los familiares de la víctima, tuvieron que vender el oficio de su padre
que era hereditario, con lo que pudieron pagar 600 ducados, precio
de una casa discreta en el Madrid de la época y abonar las costas
judiciales. Que la situación económica de los hermanos era
mengua-da, se advierte porque este mismo año tienen que vender un censo,
para lo cual han de declarar ante notario, con probable exageración
que «de presente estamos enfermos y desnudos y tenemos la
necesi-dad de curamos y vestimos» 12.
2. En enero de 1629 tendrá lugar el suceso más aparatoso de la
vida de Calderón que él tiene callado, pero en el que tuvo que
inter-venir el propio monarca. Pedro Villegas cómico o director de
come-dias, hiere gravemente a Diego, hermano de Calderón y se acoge a
sagrado en el convento de las Trinitarias de la calle de Cantarranas
de Madrid, hoy de Lope de Vega.
EMRIQIIE V I V Ó D E UMDABARREMA
Calderón y sus s^uidores entraron en la clausura y penetraron
en el convento, persiguiendo al agresor y r^plstrando las celdas, lo
cual produjo gran escándalo. Lope de Ye^ se queja de esta
actua-ción en una carta al Duque de Sesa, porque en dicho convento había
profesado y sería priora Sor Marcela una hija suya.
Pero el suceso no l l ^ ó a mayores porque el Cardenal de Toledo,
(recuérdese que Madrid pertenecía entonces a la Diócesis de Toledo)
consideró que el verdadero culfKible de quebrantar la clausura fue el
agresor. No obstante no le faltaron las críticas del famoso y
cultera-no predicador, el trinitario fray Hortensio Félix Paravicícultera-no, quien
aprovechó un sermón pronunciado ante los Reyes. Calderón le
con-testó con una puUa en los versos del «gracioso» en la Comedia de
<£l príncipe constante» que se representó hacia el 20 de abril de
1629; el fraile recurrió con u n memorial a FeHpe W, sobre el que
falló a favor de Calderón el Cardenal Tciejo que era Presidente del
Consejo de Castilla 13.
Su primer b i ^ r a f o dice sin documentar, que en este tiempo
estu-vo en las campañas militares de Flandes e Italia, pero las hazañas
que se le atribuyen corresponda a su hermano José.
g) SU PRIMER TEáSmO
1. De 1622 es su romance sobre la Penitencia de San ígoacio de
Loyola en Manresa.
1623 a 1625 son los años ciertos de sus primeros estrenos. Antes
de estos, hemos de suponerlo como lo hace Alcalá Zamora, dándose
a conocer en los medios literarios madrileños dominadc» por Lope
de V(^a, quizá colaborando en funciones de « n ^ r o » c»n algún
ata-reado comedi^rafo de fama 14.
Lope de Ve^ Ueva más de treinta años Uenando los Corrales de
Comedias y obterñendo éxitos sin cesar; se habían formado
numero-sas compañías de comediantes, se perfecciona la técrñca en la
elabo-13. A. YALBÜENA BRIOIMES, esiEi Alcalde de ZalanKO. p . 14.
E M EL I ¥ CBMUEMffRIO. C M B E I Ó M ME lA B«E£a, DiEffiECMO Y JMLSirKilMOMO
racióiii de los decoiados; el ptíblico c u e u l a cson el t^ita]) CJOUÍO diver-siÓB i m p i e s c m d i H e 15.
«Amor h o n o r y p o d s > , pieza priaiiitaáza, s^uraiaieiEile oDinptíiesta e n obsequio del príncipe C a d o s de In^aaieiica d e lásite a M a d i i d en 1623, es la obra de íeaJa» í p e esítoena e n d A k á z a r S e a l di día d e Sam Pedro, lepriesenJada p o r la Cmm^ma d e Jtom Acacio BeiíaaL Se dice que aonque mo figura desde Isaego ealie las raa^ores cjresMáomes csiifaro-xuaiias, sin emliffiír^ los tramas q^ desano&i e n ©Ha csBiasítitoyeii y a di geamen de las .grandes piie^aMas y a i ^ m n s i t o s d e s u m d a y d e SH olara.
Coincide y diráamos qiae se adelanta a VeMxiqsjffiz qoie «es nonafaa-d o e n nonafaa-diclio a ñ o P i n t o r nonafaa-d e C á m a r a : D o s a ñ o s m á s t a i nonafaa-d e e n 1623 tiene h i ^ r la leodición d e Bicda, q u e si "feláapaez ttM^wa t a i d a i á nueve a ñ c s e n inimoríalizaa; Calderón lo laace e n 1625 cion sia o b r a •BEI sitio d e Bieda)». PinobaMeiiaenfte I t í á z q n e z asasti® a e s l a l e p r e -s e n t a ó ó n e n el P a l a ó o , pudiéndo-se ín-spiíar «en cHa.
Dos a ñ o s naás t a i d e e n 1627 le seguiíá l a ®ibia liasüíóiica «El cásma d e Ing^teraa» q u e h a sido calificada c o m o s n p i i m e r g r a n éxito l*^.
2. E n 1629, el ams e n qiae n a c e el ptínclf^ MsMssm Cailos„ Calde-rón escrilite d o s importl^ntes Oiai»dias d e cs^ja y espada: «Casa c o n d o s pueittas nsala e s d e giaaada8> y <«]La d a m a diiiiende»>, d o n d e s e gilhuTÜs al hiam&gío del Mjo d e Felipe 3M. E s d afeD á^ l a sonada as^Esntmra.
E l a ñ o 1630 naaioca el comienzo d e sia asige c o m o diamatnaigó, elc^íado y leconocido p o r Lope d e V í ^ ^ e n «<E1 laiuBrel d e capolo». A p a r t i r d e esta fecha Calderón escxilse t e a t a ) paira I ^ l a c i o y ttamMén p a r a los Corrales d e Comedias c©mo Jjope d e li?S^^ y ssuis osetáneos; p e r o l a s prefeiemcias d e C a l d e r ó n n o i i á n p o r e s e c a m i n o y n o dependerá d e los teatiios popúlales.
Significatiwamente se i n a u g u r ó el Coliseo del BMÍEII Ketino el 2 5 d e j u n i o d e 1634 c o n u n a o b r a d e Calderón «El nuews palacio d e Retiro»; s u t r a m a y escenc^raOa ñ i e p r e p a r a d a p o r i m iEamo^>
tócni-15. J. MoiMiKiiO MBEMSEMA,, «IntaídBiiDcióim» a. B ÉimüÉB de ZaSmuma, MadiM 1996. p . 30.
16. L. GmscM. ÍJ0mESSZO„ «Teatíto español d d Siglo afe Oio»> on Miskxrm \
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
co italiano, Cosme Lotti que estaba al servicio de Felipe IV y obtuvo
singular éxito. Es en este año cuando Velázquez por fin pinta «La
rendición de Breda», coincidiendo con uno de los famosos autos
sacramentales de Calderón, «La cena del Rey Baltasar»
h) NOMBRAMIENTOS Y DISTINCIONES
1. El año 1635 fue nombrado director de las representaciones
en el Palacio, estrenando una segunda versión de «La vida es
sueño»; había escrito una primera antes de 1630. Además en 1635
escribe y se representa «El médico de su honra» y «No hay burlas
con el amor». Calderón se había congraciado con el Conde Duque
que había tomado bajo su dirección los festejos teatrales de la
Corte.
En 1636 escribe para Palacio, «A secreto agravio secreta
vengan-za» y obtiene, como persona grata al poder, cargos públicos y
merce-des, siendo nombrado censor y correspondiéndole autorizar entre
otras las comedias de Tirso de Molina que en este año publica la
«Quinta parte de comedias». También Calderón de la Barca
comien-za en 1636 la publicación de sus obras con la «Primera parte de
Comedias», editada por su hermano José.
2. En 1637 recibe de Felipe IV el preciado galardón del hábito
de Santiago, que Lope no consiguió a pesar de todo lo que hizo
para obtenerlo; antes tuvo que recibir la dispensa de Urbano VIII
debido al oficio manual de escribano que habían desempeñado su
padre y su abuelo, que impedía el ingreso en la Orden 17. Mucho
más tarde, en 1658 el pintor Velázquez alcanza también la venera
santiaguista.
i) EL PARÉNTESIS DE SU VIDA DE SOLDADO
1. Su nueva condición militar hace que la placentera vida
corte-sana de Calderón se vea sacudida en 1638 por el sitio a que somete
Conde, siguiendo las instrucciones de Richelieu a la plaza de
Fuente-rrabía. Haciendo honor a su hábito de Santiago parece ser que
E N E L I V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
vino en el auxilio a esa plaza, cosa que refleja su comedia «No hay
cosa como callar». En el sitio de Fuenterrabía cae herido su
herma-no José, que morirá en batalla siete años más tarde.
2. Pero donde se distinguirá como militar a partir del año 1640,
es en la guerra de Cataluña en el levantamiento en la fiesta del
Cor-pus, cuando los catalanes pactan con Luis XIII en contra del poder
central; Calderón se vio envuelto en un lance durante una
escaramu-za recibiendo una cuchillada en una mano, cerca de Vilaseca
partici-pando valerosamente en el sitio de Lérida.
3. El año 1641 se encuentra al parecer esporádicamente en
Madrid, regresado en el ejercicio de Correo de su Majestad. Es
preci-samente el año en que Vélez de Guevara publica «El Diablo cojuelo»,
obra en la que el Demonio coloca al estudiante para que vea el
inte-rior de las casas de Madrid cuyos tejados le levanta, en lo más alto
de la iglesia del Salvador, precisamente la iglesia en la que tendrá su
capellanía Don Pedro un día sacerdote.
4. Terminó su breve vida militar sirviendo en Cataluña a las
órdenes del Conde Duque, su amigo. No era la militar la vocación de
Calderón, por lo que una herida le sirvió para pedir la baja en 1642,
otorgada en documento firmado por el Conde Duque, al que
perma-necerá fiel tras su caída en desgracia en 1643, acelerada por las
intri-gas palacieintri-gas. Calderón dos años más tarde, a la muerte de su
her-mano José en el campo de batalla, obtuvo por los servicios prestados
por él y por su hermano en la guerra de Cataluña, una renta
men-sual de treinta escudos, que tuvo que reclamar en varias ocasiones.
5. Es por esta época cuando se puede situar el drama «El Alcalde
de Zalamea». A pesar de la carencia de datos para fechar la obra de
Calderón, como hipótesis se sugiere que pudo ser escrita entre 1642
y 1644. La razón que se ofirece es que las escenas que presentan la
vida y mentalidad de los soldados son tan vividas y realistas, que no
pueden menos de ser experiencias de primera mano, aprendidas en
la participación de Calderón en la guerra de Cataluña 18.
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
/ ; LUTOS, CIERRE DE LOS TEATROS Y AVENTURA AMOROSA 1. La década d e los cuarenta fue luctuosa y problemática p a r a la familia Real y p a r a Calderón. Los teatros sufrieron varios cierres: de octubre d e 1644 hasta Pascua de 1645, a la m u e r t e de la Reina Isabel d e Borbón, y de 1646 a 1649, después d e la m u e r t e del heredero de la c o r o n a el príncipe B a l t a s a r Carlos; sólo se p e r m i t í a n las o b r a s religiosas.
2. Calderón vivió r e t i r a d o d e la Corte d u r a n t e esta etapa, que pasó al servicio del Duque de Alba e n funciones de secretario, esta-bleciendo su residencia en los años 1946 al 1649 en el castillo pala-cio de Alba d e Tormes. E n 1649 con motivo del m a t r i m o n i o d e FeH-p e IV con Míiriana d e Austria, fue llamado a la Corte, regresando a Madrid p a r a t r a z a r y p r e p a r a r las fiestas y arcos triunfales d e la cele-bración de la b o d a real.
3. E n 1648 se firma la p a z d e Westfialia, desastrosa p a r a España. El imperio español está e n fi-anca decadencia.
También p a r a la familia Calderón esta década fue luctuosa: E n 1645 m u e r e e n la g u e r r a d e C a t a l u ñ a s u h e r m a n o José, h e r m a n o m e n o r m u y q u e r i d o p o r los d e m á s h e r m a n o s , y el e d i t o r d e las Comedias de P e d r o . Dos a ñ o s m á s t a r d e e n 1947 m u e r e Diego, el h e r m a n o m a y o r ; e n s u t e s t a m e n t o o t o r g a d o e n M a d r i d el 13 d e noviembre de 1647, h a y u n a s palabras q u e son expresión espontánea del c a r i ñ o e n t r e los h e r m a n o s : « s i e m p r e n o s h e m o s c o n s e r v a d o todos tres e n a m o r y amistad, y sin h a c e r particiones de bienes... Nos h e m o s ayudado los u n o s a los otros e n las necesidades y traba-jos que h e m o s tenido» 19.
4. También u n o d e los sucesos q u e m á s p e r t u r b ó la Aáda íntima de Calderón ocurrió e n esta década del 40, siendo imposible precisar la fecha c o n exactitud. Ttrvo Calderón e n este tiempo i m a a m a n t e , pero su extremo p u d o r n o s h a ocultado su n o m b r e y d e m á s circuns-tancias. J a m á s hizo h t e r a t u r a sobre ella c o m o la hizo Lope. Tuvo vm hijo de esta relación a m o r o s a a quien p u s o p o r n o m b r e Pedro José, al que presentó inicialmente c o m o sobrino, y q u e se crió en casa del hijo d e Diego, el h e r m a n o m a y o r d e Pedro, m u r i e n d o el m u c h a c h o
E N EL I V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
cuando tenía diez años. Nada más sabemos de este «drama» que sin
embargo le afectó mucho; se cree que ella murió también en esta
infausta década 20.
Su producción dramática decrece considerablemente durante
estos diez años, dado el cierre de los teatros al que se había unido la
ofensiva de los teólogos con la pretendida inmoralidad de las
come-dias, cosa que pudo hacer mella en el espíritu de Calderón.
k) LACRAN DECISIÓN
1. Todos estos sucesos se sumaron e hicieron tomar a Calderón
una. decisión trascendental:
En 1650 ingresa en la Orden Tercera de San Francisco y al año
siguiente se ordena sacerdote; la cédula real autorizando su
ordena-ción es de 18 de septiembre de 1651. Y en octubre canta su primera
misa.
Don Pedro Ladrón de Guevara, patrono de la capüla de San José
de la iglesia parroquial del Salvador, como esposo de Dña. Ana
Gon-zález de Henao, prima hermana de Ctdderón y heredera de Dña. Inés
Riaño, designó ante el escribano Diego de Ledesma, al nuevo
presbí-tero capellán de dicho patronazgo.
Comenzó a disfi-utcir de los derechos de la capeHama meses antes
de ordenarse, cuando se comprometió a hacerlo, según consta en el
documento que se redacta para ponerlo en posesión de la capellama,
fechado en Madrid el 2 de Noviembre de 1650: «Para mejor servir a
Dios Nuestro señor, reconociendo prudentemente la fragilidad y
poca estabihdad de las cosas de esta vida y atendiendo a las eternas,
ha determinado de ordenarse de orden sacerdotal» 21.
Esta capeHanía Uevaba consigo el derecho a vivienda en una casa
de la calle Platerías, sita a poca distancia de la Iglesia del Salvador.
La casa ha quedado encarada en lo que hoy es calle Mayor, en cuya
20. Ibíd., p, 44.
E N R I Q U E VIVÓ DE UNDABARRENA
fachada el Ayuntamiento de Madrid colocó en 1850 una placa con la
inscripción: «Aquí vivió y murió dos Pedro Calderón de la Barca».
En 1656 se graba en Amberes la «Topographia de Madrid» de
Pedro Texeira, donde podemos contemplar los lugares por donde
transcurrió la vida de Calderón, la iglesia del Salvador, el Alcázar, el
Buen Retiro, etc.
2. En 1653 una cédula real contesta a su solicitud, otorgando a
Calderón el cargo de capellán en los Reyes Nuevos en la Catedral de
Toledo. Después de hacerse la información de limpieza de sangre,
tuvo lugar el nombramiento el 16 de junio de 1953, por lo que
Calde-rón trasladó su residencia a la vieja ciudad imperial, dejando
proba-blemente un sustituto en su capellanía de Madrid. Pero tuvo
proble-mas con el Patriarca de las Indias, arzobispo de Toledo que veía con
malos ojos que un actor dramático tuviese una dignidad eclesiástica;
también los tuvo por la frecuencia con que se ausentaba y marchaba
a Madrid para encargarse de los ensayos de sus obras. Pero el Rey lo
solucionaría dándole licencia en cédula real de 1660, «por el tiempo
que fuese de mi voluntad», para ausentarse de Toledo y atender a Icis
representaciones en Palacio y de los Autos sacramentciles de la villa
de Madrid 22.
3. A este respecto es significativo el que Calderón obligado al
ofi-cio Coral en la Catedral de Toledo, recibió el encargo del arzobispo
Baltasar de Moscoso y Sandoval de que compusiera una p£iráfi:asis
poética a la consigna inscrita en la verja del Coro de Canónigos:
«Sile et Psale», («calla y canta»), cosa que el cumplió en 1661 con un
extenso y bello poema que lleva el sugerente título de «Exhortación
panegírica al silencio», donde aprovecha para defender el arte
dra-mático 23,
4. Este período es para Calderón tiempo de reconcentración en
sí mismo, con una vida ejemplar de acuerdo con sus hábitos; pero se
dice que el dilema entre sacerdote y autor de comedias se le presentó
pronto, llegando a dudar sobre su dedicación a dramaturgo para los
Corrales y decidiendo no escribir más obras profanas para los
tea-22. J. M. DlEZ BoRQUE, «Introducción» a El Alcalde de Zalamea, Madrid 1990, p. 18.
E N E L r V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
tros públicos madrileños. Pero esto no quiere decir que dejara su
ofi-cio, ni si quiera que abandonara la producción de obras profanas,
pues continuó escribiendo para el Palacio piezas mitológicas y sus
famosas zarzuelas.
5. No obstante la principal dedicación del dramaturgo sacerdote
fueron los autos sacramentales, convirtiéndose en el proveedor
exclusivo de este tipo de obras para los carros del Corpus, no sólo de
Madrid sino de Toledo y otras ciudades.
Los autos sacramentales cuadraban a la perfección con su nueva
situación eclesiástica, pues eran una forma de predicar y enseñar
teología mediante la representación y el simbolismo; además
esta-ban muy bien remunerados pues recibía del Ayuntamiento 400
duca-dos y 1400 reales de la Compañía. Fue Calderón quien llevó el auto
sacramental a la altura de su perfección, porque en él puso en acto
su cultura teológica, filosófica, bíblica, junto con su gran dominio de
la estructura y técnica dramática de escritor barroco,
extraordinaria-mente capacitado para las imágenes, el juego retórico y la alegoría
en un sincronizado mecanismo, perfectamente calculado 24.
1) LA DÉCADA DE LOS SESENTA
1. Calderón acudió con predilección a los temas mitológicos
durante este periodo. Así para el décimo aniversario del natalicio de
la princesa Margarita, compuso la exquisita pieza de «Eco y
Narci-so», modelo en su género, que se estrenó en 1661 en el Buen Retiro
por la compañía de Antonio Escamilla.
2. La muerte del valido de tumo Don Luis de Haro fue ocasión de
una conspiración. Su heredero y primogénito recibió muy mal el no
haber pasado a desempeñar el puesto de su padre. Dirigió por ello una
secreta trama para dar muerte a los Reyes. Se excavó una mina debajo
del teatro del Buen Retiro en la que se pusieron barriles de pólvora
con el intento de hacerlos explotar, cuando los Reyes asistieran a una
representación. El plan fue descubierto y los conspiradores fueron
ajusticiados, a excepción precisamente del organizador a quien se
per-donó la vida por los servicios que había prestado a la Corona 25.
EMRIQtíE V l ¥ Ó DE UHDABARREBJA
3. Calderón l e g r ^ a a Madrid por motívos de salud y para vigilar
los ensayos, pero sigue en su prebenda de Toledo. En 1663 fue
nom-brado por Real tódula capellán de honor de su Majestad; con ello
fijó definitivamente su residencia en la Corte, El pomjíoso puesto
tenía el inconveniente de no tener sueldo hasta que ocurriera una
vacante en una plaza retribuida de capellán i^aL
Vor es^ tiempo CaM»ón ingresó esi la CcHigr^ación de I^:esbíteros
naturales de M^lrid, en la que fres años más tande sena dt^ido
cape-llán mayca: A la entrada de la i^esia dd Hospital de San Pedio, de la
lefaida Ccai^T^acáóii, conodmos las estatuas de Caldanón y de Lope
de Ve^ai, mxhos capdlanes de hí misma, que sustituidas hace une» años
ptx-unas láminas enmarcadas, los recuerdan todavía. Caldonón fue
tam-bién miembro de la Hermant^id del Rirfugio de la VSia. y CcHrte ^ .
4. La muerte de Felipe IV ocxmida el 17 de septiembre de 1665,
produjo nuevo periodo de hito en el que estuvieron cerrados los
tea-tros. £ n 1666, la Reina regiente, tan aficionada a las fiestas
palacie-g a en su juventud, confirmó la prohibición hasta que «el rey mi hijo
tenga gusto de ellas»; el Rey tenia a la sazón cuatro años, lo que
ase-guraba una larga suspensióiL. £1 Ayuntamiento de Madrid se quejó
de esia medida por el daño que hacia a los hospitales, sostenidos por
el dineax) del teaíio, de modo que el 30 de diciembre de 1966
volvie-ron a abrirse los teatros 21,
£1 Consejo de Castilla no favoreció las representaciones
palacie-^ i s que quedaron interrumpidas; n o se reanudaron hasta enero de
1670 cuando Calderón estrenó «Fieras afemina amor», en el
CoU-seo del Buen Retíio, con motivo de celebrarse el nacimiento de una
princesa hija de la i n i ^ t a Mai^^aiita casada con Leopoldo I de
Austria y p a i a honrar también el cumpleaños de la madre Doña
Mariana.
5. Durante el reinado de Carlos n la produccdón teatral del
dra-matuigo para Palacio disminuyó considerablemente. Sin embargo
se volvieron a representar con gran aparato escénico obras del
autor 2S,
2é. J. M. DÍMZ BcHtonE, «IntiadiHxmn» a M Alcalde de Zakansa, p . 19. 27. F. B. remLXZA JIMÉKEZ, loe. ciL. p . 49.
E M EL. W CEMiEüsmio. CALDERÓM DE LA BARCA, DERECHO Y MAERIMOMEO
m j DECUMAR Y MUERTE
L La d é c a d a de los s e t e e t a c e t r a d e Heno e n la «biografía del silencio», a u n q u e es tiempo todavía d e sus publicaciories:
E n 1672 a p a r e c e l a « C u a r t a p a r t e d e C o m e d i a s B ; e n e l a ñ o siguiente tina segunda versión d e «La vida es sneño»; y el año 1677 la publicación d e u n volnmen c o n «Doce autos saccanientales», al que sigue la «Quinta parte d e Comedias» q u e aparece sin s u autori-zación.
2. De s u declinar hay q u e decir q u e la situación económica del anciano escritor llegó a hacerse difícil. E n 1679 le sería concedido p o r cédula real «una ración d e cámara e n especie», p a r a que p u d i e r a abastecerse en la despensa del Palacio, que u n criado le l e v a r í a p a r a la cotidiana subsistencia a su casa d e la caEe Mayor 29.
3. Para el Carnaval de 1680 estrena su ultima comedía palaciega «Hado y divisa de Leónido y Marfisa», u n a loa y u n entremés. Escri-b i ó hasta el final, pues el m i s m o año d e s u muerte haEscri-bía t e r m i n a d o p a r a el Corpus el auto sacramental «El Cordero de Isaías» y medio terminado otro «La divina Pilotea» 30.
4. Padeció los naturales achaques d e la edad pero conservó su sano juicio h a s t a el fínat.
Otorgó testamento el 20 de mayo d e 1681, domingo d e Pentecos-tés, dejando h e r e d e r a universal a la Congregación d e presbíteros naturales de Madrid; sus bienes según la relación de su testamento otorgado cinco días antes de su m u e r t e no e r a n escasos: varios cen-sos, y entre los bienes muebles, Hbros, pinturas, g r a n cantidad de plata labrada, etc.
Falleció cinco días después, el 30 d e mayo d e 1981, siendo ente^ r r a d o con gran asistencia d e fieles en la capilla d e S a n José d e la iglesia del Salvador; y a u n q u e en el t e s t a m e n t o h a b í a p e d i d o u n entierro himiilde «llevándome descubierto por si mereciese satisfa-cer e n parte las públicas vanidades», su funeral fue solemne co m o le correspondía.
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
4. Se ha calificado desacertadamente la biografía de Don Pedro
de «vida sin historia, que dominando las violentas pasiones de su
juventud llegó a una paz en el museo discreto de su intimidad
silen-ciosa, convencido de que no hay compañía más segura que la
sole-dad» 31; lo cual sin embargo se componen mal con su vida de
corte-sano gozando de los favores de Felipe IV, la reina Mariana de
Austria, Carlos II, Juan José de Austria, el Conde Duque de Olivares
etc. Y gustó además el aplauso popular.
5. Sus virtudes le dieron el título de venerable y es significativo
que la Inquisición impidiera el proceso de beatificación lo cual
demuestra que alguien creyó que Calderón era merecedor de eUa.
II. EL TEATRO CALDERONIANO, DERECHO Y MATRIMONIO
a) LOS CORRALES DE COMEDIAS Y LAS
REPRESENTACIONES PALACIEGAS
1. Durante todo el siglo XVII Madrid contó con dos teatros
públicos, donde se representaban comedias diariamente.
El Corral de Comedias suponía la dedicación de un lugar fijo,
fi'ente a la pluralidad de espacios no específicamente teatrales de la
Edad Media y el Renacimiento. Pero a finales del siglo XVI, de los
Corrales «adaptados» para la representación como el de la Pacheca,
se pasa a los Corrales de Comedias exclusivos para el teatro como el
de la Cruz en 1579 y el del Príncipe en 1582, fenómeno que
significa-ba la «especialización» en su función y de los profesionales de teatro
en la suya 32.
Los dos teatros, el Corral de la Cruz y el Corral del Príncipe
recibí-an su nombre de las calles donde estabrecibí-an situados. Distrecibí-antes el uno
del otro unos 350 pasos, los Corrales son fáciles de ubicar en el
Madrid moderno. El del Príncipe se encontraba en el lugar exacto
donde hoy se levanta el Teatro Español, frente a la plaza de Santa
31. M. SAUVAGE, Calderón, París 1973, p. 23.
32. Cfr. J. DEL CORRAL, La vida cotidiana en el Madrid del siglo XVII, Madrid
E N E L I V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
Ana y la estatua de Calderón. El Corral de la Cruz estaba situado en
lo que es hoy el último tramo de la Calle Espoz y Mina; este trecho de
Espoz y Mina que va en dirección a la plaza del Ángel, es
precisamen-te lo que en el siglos XVII eran los dos patios y el tablado del Corral.
A ambos lados de los Corrales se levantaban casas particulares
donde se abrían ventanas, balcones y desvanes para ver la
represen-tación. A los lados del patio donde permanecían de pie los
mosque-teros corrían cuatro o cinco filas de gradas para más sosegados
espectadores. En frente del escenario estaba la fachada o entrada
con tres pisos de galerías donde se encontraba respectivamente, la
cazuela principal de las mujeres, una serie de palcos entre ellos el
reservado peira los Concejales de la Villa de Madrid y la cazuela alta.
Quien ha visto el Corral de Comedias de Almagro se imaginará
per-fectamente cómo eran los Corrales de Madrid 33.
2. Junto a los Corrales de Comedias madrileños con sus
limita-ciones escenográficas y de estructura, hay que hablar de las
repre-sentaciones en interiores palaciegos, particularmente los reales a
los que estuvo vinculado Calderón de la Barca; el palacio del Buen
Retiro y el Alcázar con su Salón Dorado, fueron lugares
privilegia-dos para magnificas puestas en escena; no hay que olvidar tampoco
el palacio de la Zarzuela del que recibe su nombre un género
pecu-liar. Además se daban representaciones en Jardines como los de la
Casa de Campo, o las realizadas en el estanque del Buen Retiro, con
gran aparato y espectacularidad, donde sabemos que se pusieron en
escena dos obras de Calderón, memorables por sus efectos
teatra-les, «El mayor encanto amor» y «Certamen de amor y celos»; el
pueblo asistía desde la orilla en una suerte de teatro dentro del
tea-tro, pues veían a su vez al rey y nobles que contemplaban la escena
desde las barcas.
El palacio del Buen Retiro fue un espacio polivalente para las
representaciones teatrales en los más diversos lugares, interiores y
exteriores; pero en un conjunto regio de recreo no podía faltar un
espacio propio y exclusivo para el teatro, el gran espectáculo de la
época. Por ello se construye el Coliseo que se comienza en 1638 y se
concluye en 1640.
E N R I Q U E VIVÓ DE UNDABARRENA
La inauguración del Coliseo del Buen Retiro, construido bajo la
dirección de su alcaide el Conde Duque de Olivares, será un hecho
decisivo para Calderón que se convierte en el proveedor habitual
de este Teatro real 34. Con el Coliseo, el Buen Retiro va a disponer
de un espacio escénico muy bien dotado para que las
representa-ciones palaciegas tengan el lujo y esplendor buscados en un
proce-so de especialización y capacitación técnica, con luia arquitectura
específicamente teatral, lo que supone mayores posibilidades
esce-nográficas.
Frente a los Corrales de Comedias madrileños con sus
limitacio-nes escenográficas y su estructura y localidades muy diferenciadas
(de pie, bancos, gradas, cazuela, aposentos), el Coliseo destaca por
ser un teatro mucho más perfeccionado, que no tiene la
conforma-ción de los patios de vecindad de los Corrales de Comedias, sino las
características de un veixJadero teatro, concebido como tal y
especia-lizado consecuentemente pai^ su función con las ventajas técnicas
que oñ^ce tm teatro moderno: proscenio, telón, nuevas posibilidades
de decorado y de lujo escénico. En definitiva la gran comedia o de
tramoyas va a tener un lugar propio de reahzación en este nuevo
espacio, cómodo y bien dotado.
Un plano de 1655 nos muestra el Coliseo con tres pisos de palcos
a cada lado, con cuatro palcos por fila; éstos estaban reservados
para los miembros de la nobleza, ministros y dignatarios de la Corte.
En frente del escenario estaba situado el palco real y debajo de él se
hallaba la cazuela r^ervada a las mujeres. El público masculino se
colocaba de pié delante de la cazuela ante la embocadura o
escena-rio. En ocasiones también asistía el pueblo pagando y aunque no
todas las obras tenían la misma aceptación, muchas veces el éxito
fue grande y supuso importantes ganancias 35.
34. J. M. DIEZ BORQUE, «Traitro del siglo XVII: Lope de Vega y Calderón de la Barca», en El Madrid de Velmquez y Calderón, Madrid 2000, p . 279.
E N EL IV CENTENARIO. CALDERÓN DE LA BARCA, DERECHO Y MATRIMONIO
b) LOS MÚLTIPLES GÉNEROS DRAMÁTICOS CALDERONIANOS
Una vez presentado el l u ^ r o escenario, liemos de referimos a las obras dramáticas de nuestro a u t o r
Los géneros de la producción d e Calderón se n o s m u e s t r a n , con u n a s coordenadas m u y precisas: escribir p a r a el Palacio y p a r a los Corrales de Comedias c o m o fuente de ingresos, atender a la salva-c i ó n d e l a s a l m a s y l a devosalva-ción religiosa, u t i l i z a n d o los salva-c a u salva-c e s temáticos y formales p o r los q u e b a discurrido y m a d u r a d o el tea-t r o . Pero estea-te escribir d e n tea-t r o d e las directea-trices de s u tea-t i e m p o , n o excluye el p o d e r de renovación, de utilización genial o incluso de innovación d e n t r o de c a d a u n a d e l a s distintas facetas escénicas cultivadas 36.
1. Comedias d e c a p a y e s p a d a
Calderón r i n d i ó t r i b u t o a este género de e n r e d o e intriga, t a n característico de los Coirales de Comedias del XVII y en el que babía lucido sus habilidades Lope de Vega, Calderón empieza escribiendo este t i p o d e c o m e d i ^ ^ , c o m o c o r r e s p o n d e a u n d r a m a t u r g o que c o m i e n z a a ejercitarse, p e r o seguirá cultivándolas m á s adelante, conviviendo con sus m á s genuinas y profundas creaciones. Calderón llevará a la práctica este género dramático perfeccionándolo.
E n las comedias d e capa y espada es donde Calderón obtendrá los mejores frutos. Cabe destacar: «Casa de dos p u e r t a s m a l a e s de guardar» y «La d a m a duende». Mo h a y que decir, que a p e s a r del sello personal que sabe imprimirles s o n las m á s convencionales, típi-cas y tópitípi-cas de la producción dramática de Calderón.
El fin de las comedias d e capa y espada es divertir al espectador, envolviéndole e n ima agitado sucederse d e acciones q u e d ^ e m b o c a n siempre en u n final feMz. Hay u n o s personajes y caracteres básicos q u e se repiten: d a m a , galán, p a d r e , gracioso y amor, odio, celos, honor.
E N R I Q U E VIVÓ DE UNDABARRENA
Bances Candamo a finales del siglo XVII en su «Theatro de los
theatros» definía y describía con maestría estas comedias, que se
lla-maban de capa y espada porque en ellas los actores no necesitaban
un atuendo especial, pues los caballeros aparecían en escena con la
capa y espada con que salían a la calle: «Comedias de capa y espada
son aquellas cuyos personajes sólo son caballeros particulares, como
Don Juan y Don Diego, y los lances se reducen a duelos, a celos, a
esconderse el galán, a taparse la dama, y en fin a aquellos sucesos
más caseros de un galanteo».
El mismo autor nos explica lo que representan este tipo de
come-dias en la obra de Calderón: «Estas de capa y espada han caído ya de
estimación, porque pocos lances puede ofirecer la limitada materia de
un galanteo particular que no se parezcan unos a otros, y sólo Don
Pedro Calderón los supo estrechar de modo que tuviesen viveza y
gra-cia, suspensión en enlazarlos y travesura gustosa en deshacerlos» ^7.
Próximas a las de capa y espada y participando de muchas de sus
características están las llamadas comedias costumbristas. Toman
sus argumentos de la historia, pero principalmente de la tradición
popular y la leyenda; pueden referirse a costumbres rurales o
cos-tumbres urbanas, pero será dentro del marco rural donde Calderón
escribirá una de sus mejores obras más o menos costumbrista: «El
alcalde de Zalamea».
2. Drama religioso
Más de una docena de obras sobresalientes, en que no sólo hay
comedias de Santos, sino también historias Bíblicas.
Calderón sintió una gran atracción por el drama religioso y
siem-pre con una finalidad de aleccionar y mostrar las verdades y dogmas
católicos. Es en estas obras en las que se nos muestra Calderón
teó-logo y filósofo. Al hombre barroco obsesionado por el gran negocio
de la salvación del alma, le calaban hondo los problemas teológicos,
convertidos en argumento de pieza teatral: las instancias últimas del
vivir y de la muerte, la predestinación y el libre eilbedrío y la
E N E L r V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
vención misericordiosa de Dios. Calderón supo hacer teatro con
todos estos materiales que estaban en el ambiente de la España
pos-tridentina. Conocía con bastante profundidad a San Agustín, Santo
Tomás, San Bernardo, San Buenaventura, Bañez, Molina, y poseía la
habilidad argumentadora de quien se ha formado en la Escolástica y
ha estudiado Derecho Canónico. Es el gran dramaturgo del
Catoli-cismo que recoge para la poesía la gran época de los teólogos y
moralistas españoles.
3. Drama histórico
La historia nacional y extranjera fue en el siglo XVII la gran
eva-sión de la realidad circundante, con la posibilidad incluso de
plante-ar conflictos de mucha gplante-arra escénica. Esta excursión al pasado
ser-vía como motivo de glorificación nacional en la lucha contra el
infiel, para salvaguardar los valores de la cristiandad y mostrar una
España católica y triunfante. El drama histórico pasa a ser así un
excelente instrumento de propaganda y exaltación patriótica, a la
vez que firme sostén de la monarquía absoluta.
4. Tragedias de honor
Estas obras muestran los rigores del código de honor marital. En
ellas los celos desmesurados, la falsa apariencia, el rigor impenitente
del marido implacable guardián de su honra, que terminan con la
muerte de esposas que no han llegado a cometer adulterio, hacen
que Calderón lleve a una situación límite las premisas del drama de
honor. Así la trilogía del honor: «El pintor de su deshonra», «El
médico de su honra», «A secreto agravio, secreta venganza».
Vidal Castel citado por Menéndez Pidal en su ensayo «Del honor
en el teatro español» escribía en 1841: «Lo que era la fatalidad para
los trágicos griegos, era en cierto modo el honor para los poetas
dra-máticos españoles; un misterioso poder que se cierne sobre la
existen-cia de sus personajes arrastrándolos imperioso, a sacrificar sus afectos
e inclinaciones naturales e inspirándoles tan pronto actos de lo más
sublime, como crímenes y maldades verdaderamente atroces» 38.
38. Citado p o r F. Ruiz RAMÓN e n «Introducción» a Calderón de la Barca
£C<{KIQIIE YWÓ DE UBÍ9MB¿%RRMM»
La dlictadiira absoluta e innusecicorde de la opinión ajena, del
«qué diráEi social»^, acosa al hombre basta los úMmos reductos de su
coacienoa, forzando a rechazar los sraitiniientos personales y
consi-deradones éticas. El honor coloca a los personajes del drama en una
verdadera sítuaóÓB lúnite, en donde lo que estÁ en juego es el ser o
no ser del homlnne para los demás, el tener o no tener derecho a la
existencia dentro de aquella sociedad.
5. Comedias nxltcdi^tcsts
La mayor parte de las comedias mitoló^cas las escribió Calderón
a partir de 1651, el año de su ordenación de sacerdote; desde esa
fecha se dedica casi en exclusiva a escribir junto con autos
sacra-m^entales, obras para Patacio. Paro antes de 1651 concretamente a
partir de la inauguración del Coliseo del Buen Retiro en 1634,
Calde-rón escribía ya piezas mitológicas.
6. Dramas filosó&os
Aunque Calderón no es u n filósofo en sentido estricto, recoge los
ecos del pensar de su época dentro del Barroco, presentando
intuiti-vamente los grandes problemas del hombre. Valbuena Prat resume
con acierto el sistema filosófico de nuestro autor, destacando que en
la concepción calderoniana del mundo hay u n pesimismo sentido
con vehemencia, como eco del constante desengaño de su vida,
den-tro de una tradición filosófica, que tiene su raíces en la Biblia y en el
estoicismo de Séneca: La vida es una peregrinación, un teatro, una
feria donde están en venta las vanidades, hermosura, poder y
rique-za, que no son sino sombras, sueño, pura ficción, de las que al
des-pertar tenemos sólo wa. recuerdo. Como la obra más representativa
de este grupo hay que citar «La vida es
SUCTÍO»39.
7. Autos s a o - a m í s t a l e s
Si Lope es el creador de la comedia nueva, estructurando una
serie de elementí^ previt^ dispersos, otro tanto c a l ^ decir de
Calde-39. Cfr. E. FRUTOS La fiíosofia de Calderón en sus autos sacnanentales.
E N E L r V CENTENAiUO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
ron con respecto al auto sacramental; va a significar el prototipo de este género de larga t r a d i c i ó n y que venía g e s t á n d o s e desde las representaciones alegóricas de la Edad Media.
Calderón encuentra su m á s acertada expresión en las obras de mayor enjundia, los autos sacramentales, que le permiten lucir sus c o n o c i m i e n t o s bíblicos y teológicos, su h a b i l i d a d escolástica de argumentación, y sus conceptuosas metáforas e imágenes retóricas en u n a fuerte trabazón lógica 40.
Los a u t o s sacramentales tienen siempre c o m o clave la Eucaris-tía y c o m o r e c u r s o la alegoría, p u d i e n d o v a r i a r sus a r g u m e n t o s escriturísticos, históricos y legendarios. E n t r e las características externas del nuevo género está el ser r e p r e s e n t a d o d u r a n t e la cele-b r a c i ó n del C o r p u s Christi en la calle, y t e n e r s i e m p r e u n sólo acto. Son auténticos festivales públicos del día del Corpus, mos-t r a n d o el lujo del vesmos-tuario, la decoración de los carros sobre los que se representaba, gracias a la intervención del Municipio que c o n t r a t a b a a n u a l m e n t e al poeta y a las c o m p a ñ í a s , estimulando a éstas con el p r e m i o de la «joya». Desde 1648 sólo Calderón es en Madrid el poeta encargado de escribir los autos del Corpus. Calde-r ó n escCalde-ribió a p Calde-r o x i m a d a m e n t e 70 autos sacCalde-ramentales de los que cabe destacar: «El g r a n t e a t r o del m u n d o » , «La cena del rey Balta-sar», etc. 41.
9. Teatro m e n o r
La misión del entremés, de la loa y la mojiganga era acompañar a la comedia, d r a m a y auto sacramental. Estas piezas se caracteri-zan p o r u n a marcada inmersión de realismo: personajes humildes y marginados, empleo de lenguaje muy gráfico. Su misión era hacer reír, sirviendo de contrapeso a la idealización de la comedia y relle-n a relle-n d o los vacíos erelle-ntre acto y acto. Casi olvidado, relle-no fue éste gérelle-nero el terreno de su maestría dramática.
ENRIQUE VIVÓ DE UNDABARRENA
10. Opera y Zarzuela
H e m o s de referirnos finalmente a los géneros musicales de la zarzuela y ópera de Calderón, géneros destinados al Palacio, llamán-dose p r e c i s a m e n t e zarzuela p o r el n o m b r e del Palacio en el que comenzaron a ser representadas. Se desarrollan con música, canto y danza y habitualmente con gran lujo de aparato escénico. Ceilderón, como en tiempos del Conde Duque, había entrado a participar de los planes de representaciones en la Corte que dirigía Don Gaspar de Haro y Guzmán, el primogénito del valido de t u m o Don Luis Mén-dez de Haro, el cual había p r o p u e s t o que se r e p r e s e n t a r a n piezas breves y cantadas en la casona de la Zarzuela, cerca del Pardo. A partir de entonces la colaboración con el hijo del valido fue repetida y constante, p o r lo que pasaba largas temporadas en Madrid, aten-diendo a los ensayos de sus obras.
La zarzuela había sido iniciada sin éxito p o r Lope de Vega. Cal-derón continuó esta tradición con la égloga de pescadores «El golfo de las Sirenas» que se estrenó el 17 de enero de 1657.
Calderón de la Barca la define en «El laurel de Apolo», diciendo: No es comedia sino sólo/una fábula pequeña/en que, a imitación de Italia/se canta y se representa.
Las m á s importantes, «Celos del aire matan» y «La p ú r p u r a de la rosa», con música de J u a n Hidalgo, estuvieron motivadas p o r las cir-cunstancias extraordinarias de la Paz de los Pirineos, y c o m o dice C a l d e r ó n , e n «La p u r p u r a de la r o s a » : Intenta/introducir este estilo/porque otras naciones vean/ competidos su primores.
Pero el público español se mostraba refractario al lento desarro-llo de la acción en la ópera, p o r lo que Calderón pregunta: ¿No miras cuánto se arriesga/ en que cólera española/sufra toda una comedia/cantada 42?
E N E L r V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
c) EL MATRIMONIO Y EL DERECHO MATRIMONIAL EN SU OBRA
1. Si se le compara con Cervantes, puede decirse que «el ingenio lego» sin estudios de Derecho, tiene como tema fundamental en sus novelas y teatro, el matrimonio, tema también abundantísimo en el Quijote, a pesar de que su protagonista sea u n solterón; en Calderón h e m o s de decir que el a m o r conyugal o de pareja es algo que se conexiona con otros temas de la vida h u m a n a , como el honor o el destino del hombre.
Calderón, hay que reconocer que no suele sorprender teniendo como argumento de sus obras temas de Derecho matrimonial, es decir cuestiones humanas que tienen como causa o como desenlace u n pro-blema jurídico del contrato matrimonial. Tampoco todas sus obras concluyen como era habitual en la época, con la boda, aunque lo haga en algunos casos y sobre todo en las comedias, porque es este el tributo al teatro de su tiempo. Pero aun el matrimonio que finalmente se cele-bra, no es el colofón de haberse superado una dificultad legal que se ofrecía a la unión de la pareja, sino más bien la terminación del cami-no de unas relaciones que atraviesan dificultades de otro tipo.
2. Si se h a de juzgar p o r la primera impresión que nos ofrecen sus comedias, parece que a pesar de sus estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca y de haber obtenido el título de Bachiller en Cánones, m á s que de Calderón y el Derecho matrimonial, habría que hablar de Calderón y el matrimonio o el amor de pareja.
Lo vamos a ver en u n muestreo de sus obras m á s conocidas; casi todas ellas h a n sido representadas y son repuestas habitualmente por la Compañía del Teatro Nacional 43.
III. SUS DOS MAS FAMOSOS DRAMAS
E n la mente de todos hay dos piezas señeras de Calderón de la Barca, repetidamente editadas, traducidas, recordadas y puestas en
43. E. VIVÓ DE UNDABARRENA El Derecho matrimonial y Calderón, Actos
E N R I Q U E VIVÓ DE UNDABARRENA
escena en todo el mundo, en proporción muy superior a las demás:
«La vida es sueño» y «El alcalde de Zalamea». Por eso hemos de
comenzar nuestro análisis por ellas, pues por otra parte tampoco
deja de aflorar en las mismas el tema del matrimonio y aun el del
derecho matrimonial 44.
A) LA VIDA ES SUEÑO
a) Cuestiones matrimoniales en la acción secundaría
1. «La vida es sueño» obra, considerada como una de las
funda-mentales de la historia de la literatura y de la escena 45^ fue escrita
entre 1627 y 1629, siendo entonces atribuida a Lope de Vega, dado el
desconocimiento que por esas fechas se tenía de Calderón
demasia-do joven.
Sabemos que se representó por primera vez en 1630 en alguno de
los Corrales de Comedias la primera versión de «La vida es sueño»;
más adelante en 1635, seis o siete años después de haber escrito la
primera, se repondría esta m á s acabada segunda versión.
Aprovechando que el año anterior se había levantado en el reino
de Castilla la prohibición de imprimir comedias que había durado
diez años, se prepara la publicación para la imprenta de la «Primera
parte de las obras Calderón»; la edición aparece en 1636 por obra de
José el hermano menor de Calderón. Son doce comedias a la cabeza
de las cuales figura «La vida es sueño», pero en una versión con no
pocas diferencias de aquella temprana primera edición.
2. Damos de lado la acción principal, de sobra conocida, que no
hace al caso. Nos limitamos a la acción secundaria de la misma, que
tiene como protagonista a Rosaura y como contrapuntos a Clotaldo
y Astolfo.
Dentro de esta acción paralela a la principal, a través del
reco-rrido de la obra se descubren y se van desarrollando dos
impor-44. J. M. DÍEZ BORQUE en «Introducción» a las Obras maestras de Calderón
de la Barca, Madrid 2000, XIV.
45. L. GARCÍA LORENZO «Una obra maestra» en Cuaderno didáctico 4 a La
E N E L I V CENTENARIO. CALDERÓN DE LA B A R C A , DERECHO Y MATRIMONIO
tantes cuestiones de Derecho Matrimonial: la relación de R o s a u r a y Astolfo, y o t r a p r e v i a q u e r e s u l t a p r i m o r d i a l , la filiación de Rosaura.
Había habido trato amoroso entre Rosaura y el duque Astolfo, y promesa de matrimonio p o r parte de éste; pero el cumplimiento de su promesa, el duque lo había hecho depender de que Rosaura acla-rase el dato de su filiación paterna que ignoraba.
Rosaura hace su salida al escenario en busca de estos dos objeti-vos 46.
b) Un hija e n busca de su identidad legal 1. Al hilo de la acción pñncipal
Junto al protagonista de la obra Segismundo, se encuentra Clo-taldo, el noble encargado por el Rey Basilio de cuidar a aquel malha-dado hijo suyo. Hace irrupción Rosaura que acaba de llegar. Rosau-r a desde el p Rosau-r i m e Rosau-r Acto desaRosau-rRosau-rolla u n a Rosau-relación paRosau-ralela, q u e es ciertamente secundaria y subordinada, pero que reviste importancia desde u n a perspectiva jurídica, que puede pasar desapercibida.
La primera impresión que produce Rosaura es la de ser la típica mujer decidida, en persecución del h o m b r e que le h a engañado y abandonado.
Poco sabemos de las circunstancias. Ella alude a u n agravio, pero m á s tarde cuando se encuentra con Astolfo, que lleva su retrato col-gado al pecho, éste le confiesa su amor. La escena que sigue, típica de celos de dos enamorados, termina por convencer de que se trata de seducción y no de violación; lo confirma la propia Rosaura cuan-do declara que en sus obras fue «un retrato, u n a copia de su madre»; y Violante su madre, como es corriente en el teatro del Siglo de Oro, sabemos que se entregó a Clotaldo bajo «fe y palabra de esposa».
Astolfo, según cree Rosaura, la ha dejado porque quiere casarse con su prima Estrella, en u n matrimonio preparado para suceder al