• No se han encontrado resultados

ley oe ia mailliigala

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2022

Share "ley oe ia mailliigala"

Copied!
52
0
0

Texto completo

(1)

ANGEL TORRES DEL ALAMO

y

ANTONIO ASENJO

ley oe ia mailliigala

PEllCUU CÓMICO-lífilCA

en un acto,divididoencuatro cuadros, origrinal

MÚSICADEL

Copyright,byA. TorresdelAlamoyA. Asenjo, 1916

SOCIEDAD DE AUTORES ESPAÑOLES

Calle

del PradOp

niím.

24

xeis

(2)
(3)

EL REY DE LA MARTINGALA

(4)

Esta obra propiedad desus autoies, ynadie po- drá, sinsu permiso, reimprimirlani representarlaen Españanienlospaíses con los cuales sehayan cele- brado, ó secelebrenenadelante, tratados internacic nalesde propiedadliteraria.

Los autoresse reservanelderecho de traducción.

Los ccmisionados y representantes delaSociedad de AutoresEspañoles son los encargados exclusivamente de conceder ó negar el permisode rep esentacíóny delcobro delosderechosde propiedad.

Dioitsde representation,de traductionetde repro duction rédervéspourtouslespays,yeomprialaSné- de. la Norvégeet laHóilande.

Queda hechoeldepósitoquemarcala ley.

(5)

EL REY DE LA MARTÍIALA

PELiCDll CÓMICO-LÍKIGi

en un

aoto, dividido

en

cuatro

cuadros

ORIGINALDE

ANGEL TORRES DEL ALAMO

y

ANTONIO ASENJO

MÚSICADEL

Estrenada enel

TEATRO CÓMICO

eldía15deNoviembre de 1918

MADRID

R. Velasco,impresor,Marquésde Santa Ana,11,aup.°

TBLftFONO, NUMERO 551

1916

(6)

REPARTO

PERSONAJES AC rORES

DOÑA QUITERIA Sra. Franco.

ROSITA Srta. Carreras(P.>

DOÑAMANUELA Sra. Castellanos.

LA RONDOLÍ i( ^Srta.^ Aguila(M.).

CARMEN ' ^ ^

ALEMANA í ^y, , u

\ Melchor.

LUISA '

DOÑA SEBASTIANA Sra. Martín.

UNA FLORISTA Srta. AguilafJ.)

UN BOTONES Leal.

^ Román.

! Borda.

Carreras(M.>

Molina(A.) Ortiz.

Molina(P.)

¡ Sra. Medero.

l Martín,

l Srta. Aguila(J.) I Carreras(M.)

EXPLORADORAS ( Ronnán.

j Molina(P.) I Molina(A.)

I Ortiz.

i Borda.

DON SINIBALDO Sr. Chicote.

MARCELINO Aguirre.

SANDALIO Soler.

UN TZIGANO ;í ^ ,

i Castro.

PREGONERO ^

UN CANTAOR Ortiz

EL MAESTRO Miranda.

DON POLICARPO Delgado.

DON HELIODORO Bermúdez.

OTTO Morales.

CAMARERO Bastián.

Artistas, parroquianos,tziganos, exploradoresy corogenerat

Derecha

e izquierda, las del actor

(7)

11 II i! !| il il !l II II II li ti il li II II 11 II !l II !l H li II II 11 II II II II II 1} II

ACTO UNICO

CUADRO PRIMERO

Laescena representaunsaloneito de una casade huéspedes muy

decentita. Puertagrande alforoy laterales. En el centro dela escenaunveladorcito conalgunos periódicos [y una botella de agua. Al levantarse el telón estánen escena la. patrona doñaSe- bastiana ydoñaQuiteria. Esta se entretieneenir sacando deun baúl ropaqueva colocando sobre una silla. Elbaúlestápróximo a laprimera izquierda ycercade aquélhay una cestacon restos de merienda.

ESCENA PRIMERA

DOÑA

SEBASTIANA y

DCÑA

QUITERIA

¿De modo

que laniña

ha

tenido

un

éxito?

Tremendo.

De

talpalo tal astilla.

;,Ysu esposo?

En

elcolegio

dando

susclases; poco sueldo cobra,pero es

una

ayudita.

Yo

creíque

como hoy

era su santono ha- bría ido.

No

tiene

más

remedio.

Pero buenosregalos le enviarán sus discí- pulos.

No

faltanen

un

día

como

hoy: por cierto queparece que se

han

puesto de acuerdo Seb.

<iüIT.

Seb.

QüIT.

Seb,

Quir.

Seb.

-Qüir.

Seb.

677264

(8)

este año; todos le

mandan un

pavo.

En

lo que va de

mañana

herecibidocinco.

QtIT.

Como

están próximaslasPascuas...

Seb.

De

todosmodop, debíanvariar.

QüiT. ;,Y

dónde

hametidousted tanto animalito?

Seb.

Don

Sinibaldose ha encargado de subirlos ala guardilla.

Como

ayer se

me

despidió la criadaestóy utilizándole para que

me

ayu- de; de alguna

manera me

he de cobrarlas diez mensualidades que

me

adeuda. Mien- tras

me

heidoesta

mañana

a la

compra

él

se ha encargado deservir el chocolate a los huéspedes.

QüiT. (íHayalguno nuevo?

Seb.

Uno

que ha venido hace tres días.

Es un muchacho

que estáestudiandoparapintor.

Peroloque haceesdivertirsenada más,por- que

como

su familiasiempreleestáenvian- dodinero...

Seb.

¿a

qué hora quieren ustedes almorzar?

_Qun

.

Temprano,

porque anoche apenas

cenamos

en el tren, l^os dieron para merienda

un

pollo

más

duro que

un

guardacantón y unas chuletas acartonadas.

Seb. Pues bien venida.(Mutisforo.)

QüiT.

Hay

quever

cómo

se pone la ropa. (Hace mutis porlaprimera izquierda con un traje de cuplé- tistaquesacó del baúl.)

ESCENA

II

DONSINIBALDO y QUITERIA

EntradonSinibaldopor el foro vestido con un ridículochaqueta Lleva enlamano unabandeja conunvasodeleche

SiNiB.

Y

que un

hombre

en la flor de suedad se vea convertido en

una

maritornes de cua- renta reales. (Mirando el vaso deleche)

Me

pa- receque tan espesa

no

debe sentar bien, (se bebe lamitad.)

Un

dedito más. (Se toma un sor- bitoy luego con la botella de agua quehay sobre el velador añade el vaso de leche hasta llenarlo.)

Ahora

haquedado en su punto,porque la leche demasiado pura produce trastornos

)

(9)

intestinales. ¿Estáclaro esto? (Mirando eivaso.)

Demasiado

claro. (Entra por laprimera derecha y sale apoco.)

QüIT. (saliendo porlaprimeraizquierda.)

¿Dónde

estarán las mallas?(Rebuscandoen elbaúl.)

SiNIB. (Por laprimera derecha.) ¡Hola,

doña

Quiterial

TcDgo una

pepitoria de alegría en verla.

¿Qué

tal esatur7iéf

Qüir. Perfectamente.

Hemos

hecho

un

sucés.

tíiNiB»

Me

alegro

¿Y

Rosita,

durmiendo?

Qun

. ¡Quia!

Hace un momento

que selevantó y ya sehabrá zampao enel baño. ¿Quiere us- ted verla?

SiNiB. (Muydecidido.) ¡Hombre, bueno!

QüiT. Pues notardaráen salir.

No

deja pasar

un

díasin chapuzarle. ¡Qué modasi

Yo

enesto

no

hevariaOy sigo

como

en mis tiempos,que no

me

he bañaoen jamás ni

me

bañaré

aunque me

llamen cursi.

SiNiB.

Lo

que

puede

queJa llamen a ustedes otra cosa.

QüiT,

Ya me ha

dicho

doña

Sebastiana que

hay un

güespede nuevo.

SiNiB. Porcierto

que

le hecaído en gracia.

Como

no conoce

Madrid

yo le

acompaño

a todos lados. Este

muchacho,

bien administrado,

puede

ser

un

negocio.

QüiT. Pero,

don

Sinibaldo,

no cambia

usted nun-

ca.

SiNiB tíi

no

tengo

que

cambiar.

QuiT.

Me

refieroasu

manera

de ser.

¿Y

yo que tenía la creencia de que a la vuelta de nuestro viaje

me

pagaría usted lostresdu- resquele presté?

SiNiB Señora, esono es

una

creencia, es

una

su- perstición.

QuiT.

¿Y doña

Sebastiana?

¿Qué

tal letrata?

SiNiB,

Me

va a momificar.

QuiT. ¿Peroes

que

usted nopiensa

cómo

pagar a susacreedores?

SiNiB.

He

decididoque envez de pensar

cómo

les pago, piensenellos

cómo me

cobran. Crea usted que,

como

Dios no haga

un

milagro,

me

veoal borde de la

tumba

helada.

QüiT. Rece usted. Dicen que pidiéndole trescosas alCristodela

Fe

concede una.

(10)

^

8

SiNiB.

Me ha

dado usted

una

idea; le pediré tres destinospara cobrarsin ir, a versi

me

con- cede uno.

QuiT. ¿Quiere usted

darme

esasropas?

íSlNIB.

Con mucho

gusto. (Selevantay cogela cestade lamerienda.)

QüiT. No,eso no, quees lacesta conla

merienda

que nos

ha

sobrao;

un

poco depollo

y

unas chuletastrasnochás.

SiNID. (conlágrimas enlosojos.){PoUo ychuletas!, QuiT.

No me

atrevo aofrecérseloa usted...

SiNiB Atrévase usted,

doña

Quiteria.

QüiT. Tómelo.

SiNIB (Metiendomano a las chuletas.)

Yo

nO SOydeli- cado.

A mí me

da usted a elegir entre

un

plato de judíasy

un

cubierto de Lhardy, y

me quedo

con elcubierto.

QüiT.

Y

yo.

SiNiB

En

verdad,que estas chuletasson

una

cosa genial. Diferencia va de las croquetas de

cemento

portlanque

pone doña

Sebastiana.

QüiT. Estos días se desquitará usttd.

Nos vamos

a poner de pavo

como

para enfermar del estómago. (DonSinibaldo, conla bocallena,suelta eltrapoareir.

) ¡Quese va usted a atragantar!

SiNIB. (ün pocorepuesto y conteniendo larisa.)

Con

qUC cólico depavo, ¿eh?

QuiT. Naturalmente. Cinco que le

han mandao

a

doña

Sebastiana, (Nuevo ataque de risa de donSinibaldo.)

¿A

qué viene esa juerga?

SiNiB

¿Gon

que cinco pavos?Pues nosabe usted lo mejor.

Que

todavía recibirá otros tantos, peroen efectivo

no hay más

que uno.

Quir.

No

loentiendo.

SiNiB. Si promete usted

guardarme

el secretole contaréla verdad.

Quir.

Soy un

pozoartesano.

SiNiB Pues verá usted, (^omo yohe traspasadolas últimas hace

una

temporada, no

hago más

que cavilar el

modo

desacarle dos reales al lucerodel alba. Esta

mañana

llegó

un

chico con

un

pavo deregalo.

Doña

Sebastiana le dió

una

pesetade propina,

Me mandó

que llevara el avechucho a la guardilla, y, al

poco rato, se

me

ocurrió subirporel pavo, llamé alacampanilla, entré conel

anima-

(11)

^

9

lito diciendo

que

era otro regalo,

doña

Se- bastiana aflojó

una

pesetapara elportador, y en vista del éxito de

mi

estratajema,re- petílasuertetres veces más; pero sin subir alaguardilla, porque tengo el pavo en el

arcón del recibimiento.

QüiT. Peroeso tardeo

temprano

se tiéque descu- brir.

SiNiR. Sí,señora; pero,

como

tambiéntarde o tem- prano,

más

bien temprano,

me van

a echar violentamente de esta casa,

ya que me

lle-

ve el diablo,

que me

lleveconocho o diez pesetas.

QüIT. (Haciendo mutis conalguna ropaquesacó del baúl.)

No

quisiera encontrarme en el pellejode usted.

ESCENA

III

SINIBALDO y MARCELINO

Márc.

(porelforo.) ¡Buenos días,

don

Sinibaldol SiNÍB. ;Buenos, Marcelino! ¡Tengo

una

paellade

satisfacción enverle.Parece que nos

hemos

dormido.

Marc.

Llevo

un

rato levantado, leyendo

un

libro que he pedido de

un muchacho

nuevo.

SiNiB

No

pida

más que

libros de Benavente, los Quinteros, Pérez Galdós

y

Blasco Ibáñez.

Marc. Qué

gustos

más

encontrados.

SiNiB.

Es

queesos librossonlos que mejor

pagan

en las librerías deviejo.

Marc. ¿Y qué

plan tenemos para hoy? ¡Ya sabe usted

que

quiero ver todo lo

que hay

en Madrid.

SiNiB. Sileparece a usted iremos primero a to-

mar

elvermú.

A

ja

una

almorzaremos en

un buen

restaurant.

A

las cinco o cincoy

media

merendaremos.

A

las ocho cenare-

mos

en

San

Millán, ya lasdoce o a la

una

iremosa

tomar un

tentempié.

Marc.

¿Pero es que en Madrid lo único

que hay que

verson losalimentos?

SiNiB,

No

señor; precisamente loúnico que

no

se ve son los alimentos.

(12)

ESCENA IV

DICHOS,

DOÑA

SEBASTIANAy

DOÑA

QÜITERIA Srb. (porelforo.)

Don

Sinibaldo,haga elfavor de

ira echarcarbón ala hornilla, (se lo diceen vozbaja.)

SíNJB. ¡DoñaSebastiana!

Seb. (Aparteadon Sinibaldo.)

O

CChael Cai'bÓnO Se vaala calle ahora

mismo.

SiNIB. Eso es

una

coacción. (Mutis por elforo.)

Seb. (a doña Quiteria que sale porla primera izquierda.) i)oña Quiteria, la voy apresentar a usted adon \iarceiino García, (a Marcelino.) Esta señoraes la

madre

de laRosita de jericó,

una

cupletista

muy

buena.

MarC. .-^Señora... (inclinaciónde cabeza.)

QüiT. ¿Usted es el gliespede ese que sus padres tienen un porción de dinero?

Marc. El mismo.

QciT. (Llanoando desdelapuerta.)¡Rosita! |RoSÍta! Sal en seguida, (a Marcelino.) Estoy llamandoa

mi

hijaparaquelaconozcausted.Verá

qué

caso róásraro, no separece araíen nada.

Marc. Entoncesserá

muy

guapa.

ESCENA V

doña

quiteria, MARCELIlsOyROSITA,apocoDON SINIBALDO Rosita (Entraje decalle sin nadaalacabeza.)

¿Qué

que-

rías,

mamá?

(Reparando en Marcelino le saluda conunainclinación de cabeza.)

QüiT. Acércate, que tevoy apresentar.

Don Mar-

celino García.

Marc.

Tengo mucho

gusto en saludara

una mu-

chacha tan

guapa como

usted.

Rosita Milgracias, el gusto es mío. (Aparte.)

Qué muchacho más

simpático. (Se oyeuna campa-

nilla.)

QüiT. (iHan llamado?

Seb.

Ya

abrirá don Sinibaldo.

SiNIB, (Porelforollevandoun pavocogido por las patas.)

(13)

11

Doña

Sebastiana, otropavo de partede

don Roque

Martínez.

Seb. Esto parece cosa de comedia. ¡Y

van

seis!

Llévelo conlosotros ydele esta peseta al

que

lo

haya

traído.(Ledauna peseta adonSini- baldo.)

í^iNiB. (ai mutis,)¡Esto es

Una

nainal

QciT. (Aparte.)

Don

Sinibaldoes

un

grande de hor.

chata. (Se oyeotravezlaeampauilla.)

Rosita

Han

vuelto allamar.¿Seráotropavo?

Seb. ;Quécosas tiene usted! *

QuiT.

No

tendría

nada

departicular.

SiMB. (Entrando)

Acaba

de llegar...

SéB. (cortándolelapalabra.) ¡Otro pavol SiNiB. Todavíano.

Seb.

¿Oómo?

SiNiB. Quiero decirque el que ha llamado es el

maestro de

música

de Rosita.

Rosita

Que

pase. (Mutisdonsinibaido.)

Seb. Vaya, lasdejo a ustedesque Rosita tendrá

que

estudiar. (Mutisforo.)

Marc.

Yo

también

me

voy,no

me

gustaestorbar.

Rosita

De

ninguna manerti.

ESCENA VI

DOÑA

QUITERIA, ROSITAy MARCELINO.Por elforoSINIBALEO yelMAESTRO, quelleva unaguitarra enfundada

Mae?.

Buenos

días.

¿Qué

tal,Rosita?

Ya me han

dichoque seha cargao usted alaPastora.

Rosita

Es

verdad que he gustado

mucho,

pero...

(EntradonSinibaldo.)

Maes.

¿Supongo

que

no

habráusted estrenado ei

tango de Joselito?

Rosita No; he querido asegurarlobien.

Maes. Cinco machacantes

me

daba porla exclusi- va laTrementina.

Rosita

¿Vamos

a repasarel cuplé?

SiNiB. Siestorbamos...

Qu:T. No; quédese. (e1Maestro templalaguitarra.)

Marc.

(aRosita.)

¿Da

ustedlalección con guitarra?

Rosita

Ya

locreo,y siviera usted qué cuplés tan bonitos inventacon ella elprofesor.

(14)

12

SiNiB, (aMarcelino.)¿Se hafijado ustedqué

mucha-

chatansuculenta?

Marc. Es

preciosa.

SiMB.

Y

que está para comérsela.

Marc.

(Aparte.)Este señor

no

piensa

más

que en comer.

Maes. (aRosita.)

Cuando

ustedquiera,

iflúsica

Maes.

Empiece

usted yala lección.

QüiT. Empiézala pronto,

mi

vida, pa verelsalero

quetehe dadoyo.

SiNiB. )

Empiece

usted pronto,

Marc.

) que yo quiero verla,

ysi

hay

quehacerpalmas aquíestamosdos.

Rosita (Eaiia.)

Es

Joselitoel Gallo, elmejortorero que hay en España.

SiNiB. Prefiero yo a J^eimonte, quees el torerode la emoción.

Rosita Porquebanderillea,

toreay mata,

como

no

hay

tres.

SinIB. Estano havistoal Calvo^

ni alde la Blusa^quees

un

león.

QüiT. Si u?ted hubieravisto a Lagartijodar

una

larga.

SisiB.

Yo

he vistoalEspartero

que

era en lo suyo Napoleón.

QuiT. Frascuelodabael pecho

cuando

liabapara matar.

SiNiB. Ahora, en lugardel pecho, losdiestrospidenel biberón.

(Baila Rosita.)

QüiT.

Escucharme

amí,

que nosabéis ná.

Y

si quieresfijarte entu

madre

estrella serás.

SiNiB. I

Ahora

estaseñora

Marc,

j nosva a reventar;

a susaños

nada

sedebe cantar.

QuiT. El tanguitode Silverio en

mi

tiempo secantó

(15)

13

^

C5INIB.

QüIT.

QüIT.

SiNiB.

en

España

yen Pekín

y

en Wueva-York.

Era un

tango muy'castizo,

un

tanguillo

muy

retecañí,

y

lo

más

gitanazodei tango decía así:

Mi

pare es

un

calorri,

mi mare

forforillera,

y el

hombre

que yo camelo

lotengoen la carse

cumpliendo condena

por matarsin querer ados.

Que no

salgadeallí, porDios.

Y

toíta

mi

gente está espirrabá,

porquecualquier día sinelsantolio

vamos

a merá.

Pues desu familia te debeslibrar que elque

no

estápreso leestábuscando la autoridá.

QUIT. (Bailando )

Aprende

a.copiar

mi

salero

si quieres, chiquilla, ganarel dinero, ydobla esecuerpo

mimbreño y

torero, lo

mismo,

Rosita, quelodoblo yo.

(Todos hacen paimas y bailan Quiteria yRosita.) Gira.Vuela.

Salta, baila.Venga, juerga,¡Olé!

Hablado

Maro. Yuy

bien;

no

sé cuál de las dos

me

gusta más.

SiNiB. (Aparte,)

A mí

la niña.

Maes. Bueno, yo con permiso deustedes

me

retiro.

Rosita

Que no

deje usted de

hacerme

elcuplé que

le dije. (Sequedan hablandoenelforo.)

Marc.

(a don Sinibaido.)¿üstedquiereser

mi

amigo?

SiNiB. ííidudarlo.

Marc.

Pueses precisoquelasinvite usted acenar.

SiNiB.

En

ellopensaba.

Yo

iré con la chica en

un

coche yustedcon la

madre

en otro,porel bienparecer.

(16)

-

14

Marc. ¿No

eslo

mismo

alrevés?

SiNiB. Igual. Usted va conla

madre

en cochey yo con la hija en otro, (siguen hablando en voz baja.)

QuiT. (a Rosita)

Hablan

deti seguramente.

SiNiB.

Doña

Quiteria:

mi amigo y

yo

hemos

pen- sado invitara ustedes a cenaresta noche.

Rosita Milgracias; no

podemos

aceptar.

QuiT.

No

lahaga ustedcaso.

Kosita

Ya

sabes que tenemos que veral señorde Pavón, ese agente gordoque

me

haofrecido

un

contrato para Filipinas.

QuiT. Pues que se espere, que

pa

esole

hemos

traído deregalo

una

corbatacon

enganche

metálico.

SiNiB.

De modo

quequedamos...

QüiT.

En

quesiKosita

no

quierevenir, iré yosola.

Marc.

(Aparte, a sinibaido.) ¡La

madre

sola, no! ¡Que es

un

guardia!

QüiT.

¿Qué

decía?

SiNiB.

Que

no quiere cenar con

un

guardia,digo no,que esperaque Rosita

no

se harárogar.

Marc.

¿Acepta usted?(Acercácdose aRosita.)

Rosita (concoquetería.)

Ya

veremos...

Mamá, vámo-

nosaarreglarla ro^ia. (Mutis mirandoa Marce- 1ÍD0 quesequeda"extasiado.DonSinibaldoseleacerca pañuelo en mano y simulalimpiarlelababa.)

ESCENA VII DON

SINIBALDOy MARCELINO

Marc.

(ai verloquehacedonSinibaldo.)

¿Qué

hace US- ted?

SiNiB. Limpiarlelababa que se le caía mirando a esamujerbabilónica.

Marc. ¡Ay,

don

Sinibaldo, si esa

mujer me

hiciera casol...

SiNiB.

Yo me

encargo deello. (Abarte.)

Voy

aali-

mentar

esa pasión y

me

alimento.

Marc.

Si usted hicieraeso,

don

Sinibaldo, siusted hicieraeso...

SiNiB. (Aparte.) Este

me

asegura

mi

porvenir

Marc.

Seríayoel

hombre más

feliz dela tierra.

SiNiB. (Aparte.)Puesno

me

asegura nada.

(17)

15

Marc. y

seríacapaz...dedarle... í

SiNiB. (Aparte,conaie^ria.)Puesque

me

asegura. 1

Marc.

Hasta laúltimagotade

mi

sangre. I

SiNiB. (Aparte.)Definitivamente

no

danada.

]

ESCENA

VÍII i

DICHOSy

DOÑA

SEBASTIANA, por el forocon uatelefonemaen

¡

lamano.Enseguida QUITERIA y ROSITA |

Seb. (Entrando.)¡Doña Quiteria! ¡Rosita! I

Rosita (saliendocon Quiteria.)

¿Qué

paSa?

;j

Seb. Esteteleíonema quetraenparausté.

|

SiNIB. (a Rosita.)

Firme

ustedel recibí. (Rosita corta

I elrecibo y después defirmarlo enel veladorse lo da

| a doñaSebastiana. DonSinibaldo seinterpone y coge j

elrecibí.)

Yo

loentregaré, (a doñaQuiteria.)

¿Me

I

da

ustedunosperrosparael chico de telé- |

fonos? !

QüIT. (Sacando unas perrasdel bolsillo.)

Ahí van

treinta I céntimos. ¿Será bastante?

| SiNiB.

Ya

lo creo.(Aparte.)

Me

losguardaré,porque

esosordenanzas dela Central,sonunos vi- |

cioSOS. (Mutisforo.) I

Rosita

Es

deBarcelona. Mira. (Leyendo.) «Centrada

|

Edén

Concert, quince días, veintidós pese- i

tas sueldo. Salgaestanoche; recoja impor- í

leviajes, Crédito Lionés. Oliveros.»

|

Marc. ¿De modo

quesovan ustedes esta

misma

|

noche? í

Rosita Claro.

¿Ve

usted

como no podíamos com-

j

prometernos anada? <

Marc. Yo me

había hecho ilusiones de cenar a 1 ladodeusted.

\

SiNIB. (Entrandoporelforo con unpavo.) ¡Doña SebaS-^ |

tiana! ¡DoñaSebastianal j

Seb. ¡El séptimo! I

Rosita ¡Otropavo!

|

Marc.

jEsincreíble!

]

QuiT.

Don

Sinibaldo arruina a

Doña

Sebastiana.

SiNiB. Este parece

más

gordo. Bien podía usted ;

darseis reales depropina. ;

Seb.

Lo

que voy adares

media

peseta,

j

SiNiB. Pierdodinero. |

Seb.

¿Qué

dice usted? I

(18)

^

16

^

SiNiB

No

lo que

me

digo.

Seb.

Tome.

(Le daunapeseta.)

Y

alaguardillacon con él. ¡Perohabrá que darde

comer

a tan- toanimalito!

SiNiB.

Yo me

encargaré desubirleslacomida. Les prepara usted unos ríñones salteados,

que

es elmejor alimento para los pavos, (vase foro.)

QüiT,

Hay

quehacerelequipaje otra vez.

Seb,

Me

voyalacocina. (Se va foroydoña Quiteña primeraizquierda.)

Rosita

Y

yoal Crédito. (Sepone unamantila quehabrá sobreelbaúl.)

Marc.

Un momento,

(a Rosita.)Si yola dirijo

una

postal a Barcelona, ¿ustedse dignaría con- testarme?

Rosita ¿Porqué no? Pero le advierto que

pongo muchas

faltas de ortografía

y

seva usted a

reír,(Hacemutis por elfororiendo picarescamente y Marcelinosequeda mirándola comola vea anterior.)

ESCENA IX

MARCELINOy SINIBALDO

Entra Sinibaldo y repara enla actitudmeditabunda en que ha que- dadoMarcelino

SiNiB.

¿Qué

leocurrequeestá tan ensimismado?

Marc.

¿Pero nose haenterado usted?

SiNiB,

De

nada.

Marc. Pues queel telefonemaese querecibió Ro-

sitaes proponiéndola

un

contratopara Bar- celonay seva esta

misma

noche.

SiNiB. ¿Porquénosevausted, o mejor dicho, por qué nonos

vamos

trasella?yo

no

ledejo en

un

trance

como

este.

Marc.

Imposible.

¿Y

misestudios?

SiNiB.

Eso

sonpequeñeces... Lascarrerasno con- ducenanada cuandose tienen padresricos.

Conque...

quedamos

en...

Marc.

Estáusted siendo

mi

ángelmalo.

SiNiB.

Aquí

loque

hay

quehaceressalirpara Bar- celona; sila

muchacha

nos ve allítiene us- ted

andado

la mitaddelcamino.

(19)

17

Marc.

|Me haceusted dudar!

SiNiB

Y

ei en lugar de

tomar

el

mismo

tren

que

ella, partimos en

un

auto esta tarde a las tres... (Aparte.) Paraesahora

ya

habránllega-

do cinco pavosmás.

Marc. ¿Qué

dice usted?

SiNiB Nada, quesaliendo a las tres llegamosal apeadero de Gracia antes

que

Rosita;

y

cal- cule usted la sorpresa de la

muchacha

al vernos allí.

Con

esto y con

mi

ayuda, hecho.

Marc. En

sus brazos

me

entrego.

SiNIB. (Aparte.)PueStevaS a caer, (a Marcelino.)

Lo

primero

que hay que

hacer es comprarse unos equipos de automovilistas... Yo, ade-

más

tengo

que

sacaralgunascosas...¿Tiene usted ahí veinteduros que

no

le sirvan?

M*iRC. . (Sacala cartera yle da un billete de cien pesetas.)

Ahí

va ese billete. ¿Quién se encargade buscarel auto?

SíNiB. Usted. Cinco casas

más

abajode la nuestra

hay un

garage.

Marc.

Puesyaestoy de vuelta. (Mutisforo.)

ESCENA X

DON

SINIBALOO. Después

DOÑA

SEBASTIANA SiNiB jUn billete de veinte duros! ¡Qué envidia

me van

atener Rostcbild

y Kumanonesl

SeB" (Entrando.)

Le

he llamadodesde*lacocina.

SiNiB.

No

laheoido.

Seb.

Hádame

elfavor delallave de laguardilla.

SiNIB. (carade espanto.) ¡Alaguardilla!

Seb. Sí; quiero ver lospavos.

Sinib.

Le

adviertoa usted que

no

se ven. Está aquello tan obscuro...

Seb.

Es

que

además

quería sacar

uno

para esta noche.

Sinib.

Uno,

bueno, peroyalebajaréyoluego.

Seb.

Qué manía

ladeeste

hombre,

que

no

he de ver lospavos.

jDeme

ustedla llave!

Sinib, Puesbien,

doña

Sebastiana,la confesaré a usted laverdad.

La

verdad es...

que

heper- didolallave.

2

(20)

^

18

Seb. Usted que está perdido.

SiNiB. Todavíado. (Aparte.) Pero

me

perderé.

Seb. Pues a buscar la llave ahora misino. (Muy indignada y avoces.)

VamOS.

SiNiB. (ai mutisforo,) Creo en DiosPadre, Todopo- deroso.

ESCENA XI

DOÑA

SEBASTIANAy

DOÑA

QUITERIA. Apoco

DON

SINIBALDO

QüiT.

¿Con

quién reñía usted?

Seb.

Con don

Sinibaldo. ¡Pues

no me ha

perdido lallave dela guardillal (Doña Quíteriasequeda unmomentopeusativa.)

¿Qüé

lepárece a USted?

QuiT.

La

verdad.

A mí no me

gustan líos y voy a decirlaloque pasa. ^,Sabe usted porquéS9

ha

perdido lallave?Porque no

hay más

que

un

pavo

que

esel

mismo

que presenta siem- pre

don

Sinibaldo para guardarse la pro- pina.

Seb. ¡Ah, infame, granuja!

SiNiB, (Porelforocon un pavo.) ¡DoñaSebastianal

La

Providenciano se cansa de derramar sus dones en forma de pavos sobre esta casa.

¿Me

daustedla peseta parael

hombre

que

lohatraído?

Seb. Estavez voya salir yo a dársela, (se dirige hacialapuerta y donSinibaldo seinterpone.) SiNiB,

No

semoleste usted porquese ha idoya, Seb. (a doñaQuiteria.) ¿Quiere dejarnos solos

un

momento?

(Mutis doñaQuiteria.)

Sinib.

Me

parece que este es el último pavo que traen.

ESCENA

XII

DON

SIN^IBALDO,

DOÑA

QUITERIA, FOLICARPO y HELIODORO POL, (Asomándose alasegunda derecha.)

Doña

Sebas- tiana, quesonlas once y

aun

no

me

ha en- tradousted elchocolate.

Sinib. (Aparte.) ¡Asíreventaras, ladrónl

(21)

19

HeL. (AsomándosedetrásdePolicarpo.)

¿A

qué hora

me

vausteda dareldesiiyuno?

SiNiB. (Aparte.)

La

puntilla.

Seb, Dispensen;codíio

no

tengocriada... pero en seguidaestará.(PoUcarpo yHeliodoro desaparecen cerrando lapuerta. Sebastianaconacento de amena- za.) [DonSinibaldo!¿qué

ha

hechousted del chocolate?

SiNiB. Se nie

ha

derramado.

Seb.

¿y cómo

lo

ha

limpiadousted?

SiNiB.

Con un

panecillo.

Seb.

¡Me

tiene usted hastaaquí!Llevausted cer- cade

un

añosin

pagarme y

yo por lástima

no

lehe despedido y le he

dado

de

comer

algunas veces.

SiNiB,

Muy

pocas.

Seb.

y

en pagoa

mi buena

acción,ha

empeñado

usted

un

manferlán de

mi

esposo; hace

un mes

se estáusted

comiendo

elhígado frito

de Belmonte,elpobre gato,

que

estáhecho

una

espina.

SiNiB.

Buenos

arañazos

me

ha costado algunasve- ces.

SsB.

Y

para colmo,

hoy me ha dado

usted

un

timo de ochopesetas conlos pavos y ahora creoque esusted elque

me

vendió elso-

mier de ^ucama.

SiNiB.

Doña

Sebastiana,

no me ponga

colorado, quese

me

sube elpavo.

Seb, Si yole contaratodo estoa

mi

esposofini- quitabausted, pero

como no

quieroque se pierda

un

caballero por

un

granuja, ahora

mismo

le digo al portero que avise a los guardias. ¡Los ladrones

van

aljuzgado!(Mutis foio.)

ESCENA

XIII SINIBALDO, solo

(Hablando conelpavo.) ¡Si tuvieraS tÚlaCülpa, te comía!

Y

elcasoesque lasituaciónse

ha

complicado y yo necesito salir de aquí cuanto antes para

verme

con Marcelino y anticiparelviaje. Si trato de largarme por

(22)

20

lapuerta,

arma

elescándalo

doña

Sebastia- na.

¿Qué

hacer? (Pequeña pausa.)

A

grandes males, grandesremedios.(Sedirige alaprime- ra derecha. Llamando.) ¡Don Heliodorol jDoiI Policarpol

ESCENA XIV

DONSINIBALDO,

DON

HELIODORO, POLICARPO,

DOÑA

QUITE RIA ySEBASTIANA. Salen don Heliodoro ydonPolicarpo

SinIB.

Helio.

SiNIB,

Pol.

SiNIB

.

Helio.

SiNIB.

QüIT.

SiNIB.

QUIT.

Seb.

Helio.

SiNIB

.

(Muy alarmado.)

¿No

huelen ustedes a que-

mado?

¿Dónde?

Ahí

enel cuarto de

don

Paco, (señalando ee- gundaizquierda.)¿nO huelenUStedcS?

No

sé. (Oliendo.) Parcceque sí.

Ya

locreo, cada vez huele más.

Ya

saben ustedes que

don

Paco tira las colillas de puro,encendidas.Mireusted; pordebajo

de

lapuertasale

humo.

Puesla derribamos.

Cuantoantesmejor. (Gritando.) ¡Fuego, fue- go!...

(Losdemásgritantambién ypugnan por derribar la puerta. SaledespavoridadoñaQuiteria.)

¿Dónde

es elfuego?

Ahí. ¡Fuego,fuego!

Voy

asalvarlas alhajas y lamúsica, (sevan asu cuarto gritando:)¡FuCgo! jfuego!

(Heliodoro y Policarpoempujanlapuerta quecede en estemomento.)

¿Qué

pasa?(Porelloro.)

Que

hayfuegoeneste cuarto. (Entran iostres precipitadamente.)

(Muy satisfechoy con el pavoen la mano.)

Voy

a salvar estavíctimadel siniestro. (Huyerápido ycómicamenteporel foro.Telón.)

ILUTACION

(23)

21

CUADRO SEGUNDO

Xaescena representa elfoyerdeunconcert. Convenientemente dis- tribuidasmesas, sillasy divanes. Ensitioapropósito unpiano y tres o ouatro ziganoscon casaca roja. Las mesas ocupadas por Artistas y Parroquianos, figurando entreéstos nn fornidoalemán llamado Otto yunaalemana.Ambos ocupanuna mesa yse «hin- chan» de cerveza. Camareros, correctamente vestidos de frac, Hirvenalasmesas^ Doschicosde los llamados Botones.

ESCENA PRIMERA

Jínuna mesa que hay en primer término Izquierda están

DOÑA

QÜITERIA; ROSITA, vestidade supletista, y MARCELINO

Marc. ¿No han

pedidoustedesnada?

Rosita

Hemos

queridoaguardara quetú vinieras.

QuiT. Por ciertoque

yo

tengo

una

dehüidazque

me

troncho.

(Marcelino dados palmadasyacude unMozo.)

Mozo ¿Qué

vaaser?

Marc.

(a Rosita.)

¿Tú

quéquieres?

Rosita

Un

vaso delechefría.

Qurr.

A mi que me

traigan

una

buena paella,

un

. bisté

y media

deRioja.

Mozo

(aMarcelino.)

¿Y

ustedquéquiere?

Marc. Una

copitadeChartreuse.(vaseelMozoytorna apoco conlo pedido.)

Hemos

cenado

don

Sini- baldo y yo de

una manera

atroz.

Rosita

¿Dónde

lehas dejado? ¿Haciendoladiges- tión?

Marc.

¡Quiá!

En

la salade lassiete

y

media. Dice que

ha

descubierto

una

martingalaque

no

fallanunca.

ESCENA

II

DICHOSy DONSINIBALDü, defrac.Entra por el forotapándose unojo conelpañuelo. Sedirigea lamesade Marcelino y dice

SiNiB.

Tengo un vermú

dealegría.

Marc. ¿Qué

lepasaausted enese ojo?

(24)

22

SiNIB. (Cejaelojoal descubierto viéndosequelollevacon- venientementelesionado.)Nada,que

me ha

falla

dola martingala.

Mabc.

Eso

más

bienparece

un

golpe.

SiNiB Puessondos.

Marc.

Cuente usted,hombre, cuente usted.

SiNiB.

Ya

voy; pero antes

me

vanustedes apermi-

tirque

tome

algo. (Oados palmadas.) QuiT. ¡Después de loque ha cenado usted!

SiNiB.

Yo

nolapreguntocuántosaños tiene. Ade- más, queloque yo quiero esalgorefrescan- te,porque tengola bocaseca.

Mozo

(Acercándose.)

¿Qué

desea?

SiNiB.

¿Qué

refrescoshay?

Mozo Limón,

piña, plátano, frambuesa, goma,, granadina,zarzaparrilla...

(Don Sinibaldo dice que no conla cabeza a cada re- fresco,hasta que nombralazarzaparrilla.)

SiNiB. Para, para.¿Eso delazarzaparrilla es

bueno

para lasangre?

Mozo

Sí, señor.

SiNiB. Pues entonces tráeme

un

vaso grande de

zarzaparrilla... (Medio mutis del Mozo. Pequeña pausa.)

y

antes

una

paella

como

lade esta señora;tengo

una

sequedad de boca... (vase elMozo.)

QüiT. (Aparte.)

Lo

que tiene es sequedad de estó- mago.

Rosita Pero cuenteloque lehaocurrido.

SiNiB. Verás: yotraté de cobrar dos posturas cre-

yendo

que eran mías,

cuando

recibo

un

par depuñetazos del cuarenta y dos

y me

lar- gan dos tarjetas.

Marc. ¿Y

usted quéhizo?

SiNiB.

Ya

conoces

mi

genio, metí mano...

y

le di

otras dos,

Marc.

¿Acepta usted dosdesafíos?

BiNiB. (Riendo.)No; si lastarjetaseran tuyas.

Rosita Marcelinono se batirá porusted.

Marc. Es

que yo

no puedo

aparecer

como

ofendido porque conese ojo asfaltado le conocerán a usted...

¿Y

quiénessonesos caballeros?

SiNIB

No

sé. (Ledadostarjetas a Marcelino.)

Makc.

(Leyendo.) «Antonio Navarro,

campeón de

boxeo.

>

SiNiB. ¡Azúcar!

(25)

23

Marc.

(Leyendo.) «Luciano Fernández,

campeón

de luchalibre; peso pesado.»

SiNiB. ¡Azuqueca!

Rosita

Ya

séquiénes son;debutan aquí dentro de unos días.

Uno

de ellos parte las

monedas

conlos dedos a la vista del público,y el otro es

un

tirador tan formidable que a treinta pasos lequita a ustedlas narices.

SiNiB.

¿Y

a seiscientoskilómetros,quéhace?

Rosita

No

sé.

SiNiB Pues a esa distancia pienso yo estar

ma-

ñana.

Marc. Y

sitiene usted

que

elegir armas,¿cuál ele- giráusted?

SiNiB.

¿Yo?

El automóvil.

Y

lo

más

gracioso es

que

cada

uno

de ellos

me han

tirado

un

guante,(los saca ylosmira.) Mira qué desgra- cia, lesdos son de la

mano

derecha, (come como undesesperado lapaella quele habrántraído.)

QüiT. Puesesto delduelo

no

le quita a ustedel apetito.

SiNiB

Eh que me

atengo al refrán, (a Marcelino.)

Antes dequese

me

olvide,

¿me

prestascua- troduros?

Marc. Tome

usted,dos regalados,

y

así

ganamos

diezpesetas cada uno.

QuiT.

Don

Sinibaldo,

don

Sinibaldo.

Que me

está usted deshaciendolos pies a pisotones.(Des-

dequese sentó empezóla faena aquealuden.) SiNiB. Perdone usted, creíque eran losdesuhija.

ESCENA

III DICHOSy una FLORISTA

Flor. ¿Quiere usted flores,señorita?

Rosita (a .sinibaldo.) |Don Sinibaldo!

¿A

que

no

se

siente ustedflamenco y

me

regala

un ramo?

SíNJB.

¿Que

no?

Ahora

verá usted quien soy. (ala Florista.)

A

VCr CSaSflores. (LaFloristale entrega elcanasto y don Sinibaldoexamina.)Trae

más

flo- res,

muchas

más,

más

flores,más.

Flor. 'No hay.

SiNiB, Pues estasson pocas, y

como yo

quería ha- cer

un buen

regalo,te puedesretirar...

(26)

24

^

Rosita

Ya

sabía

yo

que no se gastabausted dos gordas.

SiNiB. (cogiendo un remito.)

¿Que

no?

Tome

usted.

¿Qué

valeesto?

Flor.

Lo

quesea voluntad.

SiNIB. (Dándose unaimportancialoca.)

Ahí

va,

Un

durO.

(Se lo da.)

Flor. (Máscontentaque nnaspascuas.)

MuchaS

graciaS, señorito. (Medio mutis.)

SiNiB.

Devuélvame

cuatronoventa.

Flor.

Nos ha

escarchaoel tío miserias.(MutisFloris- tasdespués de darlavueltadelduro.)

(e1 Taigano se acerca a la mesa que ocupa Sinibaldo y haceunaprofundareverencia, a laquecontestaSini- baldo en lamismaformo, poniéndose en pie.Repiteel Tzigano su reverencia y Sinibaldo también.)

SiNiB (Aparte)¡Caray,qué gachó

más

fino! (saiudán- dolé y dándole lamano.)

¿Qué

tal? ¿La familia bien?

Tengo un

estofado de placeren sala- darle,(sesienta.)

TziG. ¿Voglioil mío signore que le toque alguna

coííita alasignorina?

SiNíB ¿Peroqué dice esta lenguaala escarlata?

TziG.

Que

si ilmíosignore.,.

SiNiB. (Cortándolelapalabra.) Ya,

ya me

he enterado.

Menudo

fresco queestá el Paganiniéste.

Rosita PorDios,

don

Sinibaldo.

Lo

quequiere de- cires quesi desean ustedes

que

toque algo que seade nuestro agrado.

TziG. Écco.

La

míasignorinalohacomprenduto, SiNiB Caray, puestiene usted

una manera

deex-

presarse...

Rosita

Es una

costumbre de estos músicos.

Tocan

loque selespidea

cambio

de

una

propina.

TziG. ¡Ecco,eccoff

SiNiB. (aiTzigano iJ\ Aparte.)

A

uetcd

mc

parecc que

le conozcoyo.

TziG. (conacento chulón.)

No

tié

de particular, porque hesido dependiente de

una

casa de

empeños

en Madrid.

SiNiB

Ya

decía yo que te conocía,lade pantalo- nes que

me

has

empeñado.

Marc.

¿Quieresque toquen algode ta agrado?

Rosita Sí.(aiTzigano.)

Toquen

ustedes «El suspiro del Tzigano».

TziG. |0h! ¡Presto, presto!

(27)

26

Música

(Tziganoacompañándose consaviolln.)

Las

morenas

ylasrabias y lasgruesas y lasflacas tienen

muchos

atractivos, sobre todosi songuapas.

Y

este

modo

apasionado detocar y de cantar,

lastrastornan

y me

entregan con pasión su corazón.

Zigan, zigan con este pichicato.

Zigan, zigan

qué

biensepa«a elrato.

Zigan, zigan los

doy un

arrebato.

Todos

Zigan,zigan nosvas aenamorar.

(Durantela canciónelTziganoy Sinibaldo puedenha cer locuras.)

Hablado

Marc. Muy

bonitalacanción, sí, señor, (a Rosita.)

¿Qué

te parece

que

lesdé?

Rosita

Con

dosduros quedas

como un

rey. (Marceií- no llama por señasal Tzigano, que espera suóbolo a respetuosa distancia. Da dos duros a donSinibaldo y ésteentrega unoalTzigano.)

SiNiB,

Hay que

ver

cómo

se gana el dinero este vago, (Seguardaelotro duro visiblemente.)

y

en

cambio uno

los equilibrios que tiene

que

hacerpara

mal

vivir. Oye, Marcelino, ¿por

qué no

pides

una

botella de

champagne?

¿No

leparece a usted,señora?(a Quiteria.)

QüiT.

A me

gustarían

más

unos empaderaos, SiNiB. Ustedesdelos míos; para la sed no

hay

nada como

los empaderaos.

Rosita Fíjese ahora enlaRondolí,cantante a gran voz.(Momentoantes losmúsicos han preparado sus iostrumentos.)

(28)

ESCENA IV

DICHOSy laRONDOLÍ, queviste trajode cow-boyylleva unaescopeta

MúsEca

En

la pradera fértily

hermosa

cazandofieras yo

me

eduqué, y

aunque

yo he sido

muy

recelosa, a

un

guapo

mozo

yole entregué

mi

amor.

Creí que

me

adoraba, yo

me

dejé querer,

y

en

mi nunca

pensaba,

que amaba

aotra mujer.

Y mi

dolor desgarrador,

pronto hará que yo

muera

de amor.

Son

los

hombres

unas fieras traicioneras,

que acechandoa lamujer, sóloesperan que, inocentes,

confiadas,

lesentreguensu querer.

¡Ahí ¡Ah!

A

lapradera vuelvo sin calma, llorandoa solascon

mi

dolor, y en

mi

guarida, perdidaelalma,

vique las fierassabenmejor amar.

Y

yo maldigoel

nombre

de

un

rr.ínsin corazón, que

nunca

supoel

hombre

querer

como

elleón.

Y

este vivir

es

mi

sufrir, quieromejormil veces

morir.

Son

los

hombres

unasfieras etc.,etc.

(Hacemutis foro.)

(29)

^

27

Hablado

SiNiB

Con

estaRondolísiquetendríayo

un

lance de

buena

gana.

Rosita

Ahora mi

número.

SiNiB

No

se laocurrirá bailar el garrotín de las tres

y

trescuartos.

Marc. ¿Qué

garrotín es ese?

kSiNIB.

Uno

que hace así. (cantando en tiempo dega- rrotín.)

Tran,tran, tran, tararán, tararán, tararán.

Rosita

Hoy

bailaré bulerías.

i^úsica

(galaelCantadorconunaguitarra,conlaqueseacom- paña. Rositabaila.)

Caat. Quiero hacerpororviarte, por

más

que j?go nopueo, quetu

imagen

llevo fija en lo

más

jondoderpecho.

Estoy

penando

porverte,

aun

sabiendo que hasde

darme

portu manitala muerte.

Pa

bailá

derramando sandunga una

gitanillaque

me

quiere a mí,

. pues susnies son

más

chicos,sinchunga, qne

un

parderositas depitiminí.

Aunque

secaigan los rayos dersó^

manque

se quee sinagua lamá,

tiés que acordarte de tu chinorró

que mi mente

enseñó a telerá.

Y aunque

tefueras, gitana, a

bañá

en elJordán,

como

Nuestro Señor, aquella

mancha no

puedesquitar

que mi

cuerpocañíte dejó.

(Todoslosqueestán en'escena.)

Pa

bailar

derramando

sandunga,

(30)

28

-

una

gitanillaque

me

quierea mí,

pues suspieseon

más

chicos, sinchunga, que

un

parderositas de pitiminí.

(Mutis elcantador.)

ESCENA V

DON

8INIBALD0,MARCELINO, TZIGANO,

DOÑA

QUITERIA, RO- SITA,ALEMANA,OTTOy ARTISTAS

Hablado

SiNiB.

Cómo

repiquetea usted. Si

yo

hiciera ese ejercicioteníaque

tomarme un

entrecócada

media

hora.

Marc. Comprendo

por quéseperece ustedporlas gruesas.

Silnib,

Es

que las

hay

que deshilvanan. jTan

man-

tecosas!Ejemplo.

La

señora aquellaque se

ha

bebido dos cubos de cerveza.(Alude ala queestáconelalemán.)

Cuando

pasO cerca de

una

regordeta se

me van

losojos ylas

ma-

nos. (Mirando a la del alemán.) |Qué esférica está!

TziG.

La

última películade la sera»

SiNiB. (a Marcelino.)

Eo

cuanto se haga el oscuro

me

cercioro de si es artificialesa exhube- rancia.

Marc. A

versi se buscausted otroduelo.

SiNiB. El código del honor concede veinticuatro horas, y dentrode esetiempo, servidor vo- laverunt.

TziG. Signorinas

y

cabalieres: antes de darse la luzsonerá

udo

timbreearderá

una

lámpara rojapersi algunoespetatoreesordo.

SiNiB. Asídagusto,hombre.

(Marcelinoy Rosita se dirigen al foro.)

QüiT.

¿Dónde

van ustedes?

Rosita Allí; para verlo

más

cerca.

QuiT. Elcine, cuanto

más

lejos, mejor.

SiNiB.

Yo

creí queeralocontrario.

(Se «sientanMarcelino,RositayQuiteria.DonSinibaldo quedaenpie.)

QüiT.

Me

gustael cine porque no se ven cosas sicalíticas

como

enelteatro.

;

Referencias

Documento similar

Los mercados zamoranos han estado más concurridos que el mes anterior, salvo en caballar y mular. Hubo pocas transacciones a precio ^ en baja, sobre todo en las especies de abasto.

quasi procura arribar al grado de perfección posible... Francisco Ignacio

¿Cómo se traduce la incorporación de ésta en la idea de museo?; ¿Es útil un museo si no puede concebirse como un proyecto cultural colectivo?; ¿Cómo puede ayudar el procomún

Tras establecer un programa de trabajo (en el que se fijaban pre- visiones para las reuniones que se pretendían celebrar los posteriores 10 de julio —actual papel de los

Volviendo a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, conviene recor- dar que, con el tiempo, este órgano se vio en la necesidad de determinar si los actos de los Estados

información, como una tendencia del informador hacia la recta averiguación y contrastación suficiente de los hechos y se aboga por la exigencia de un plus de diligencia al

_Solo hay una manera de vencer a satanás no soltarse de mano de Jesús es la única manera de vencer a satanás. _Entonces el hombre espiritual su enemigo más peligroso es satanás

SUMARIO: CONSAGRACIÓN CONSTITUCIONAL DE LA POTESTAD REGLAMENTARIA SIGNIFICADO EN CUANTO A su CONTENIDO Y EXTENSIÓN (§§ 1 a 31): I. C) Innecesariedad de habilitación para los