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Gramática, Filología y Lingüística

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Academic year: 2020

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D E P A R T A M E N T O DE C A S T E L L A N O ,

L I T E R A T U R A Y L A T I N

P r o f e s o r J e f e del D e p a r t a m e n t o :

L U I S Q U I R O G A T O R R E A L B A

P r o f e s o r e s : J O S E C A P O B I A N C O E N C A R N A C I O N C A S E P U Y O E D O A I I D O C R E M A A L B E R T O C A S T I L L O A R R A E Z P E D R O D I A Z S E I J A S L U I S A C O R R E A D E J E N E A U R A G O M E Z J U A N M A N U E L G O N Z A L E Z A I D A D E H E R R E R A M A R C O A N T O N I O M A R T I N E Z J O S E M A R T I N E Z B A L L E S T A A R M A N D O M A R T I N E Z P E N U E L A M A R I A M E R C E D E S O J E D A A U G U S T O G E R M A N O R I H U E L A

R A M O N P I Ñ A - D A Z A F E L I X J O S E P O L E O L U I S Q U I R O G A T O R R E A L B A F E D E R I C A D E R I T T E R M A R I A T E R E S A R O J A S O S C A R S A M B R A N O U R D A N E T A M A R I A D E T E N G L E R M A R I O T O R R E A L B A L O S S I H O R A C I O V A N E G A S W. L U I S A L F O N S O V I V A S

O f i c i a l e s de S e c r e t a r í a : Y O L A N D A I S R A E L L I L I A O S I O D E G A M E Z

Luis QUIROGA TORREALBA

Gramática,

Filología y Lingüistica

L o s términos gram ática, filo lo g ía y lin g ü ística no siempre se han utilizado con exactitud para designar fenómenos o hechos del lengua­ je . Indistintamente uno u otro se entrecruzan en el u so para señ alar los diferentes a sp e c to s de una lengua, se a al precisar su s formas y e­ tap as de evolución, sea en la determinación de los hechos que la con s­ tituyen como sistem a.

Ya desde la antigüedad lo s vo cablos filo lo g ía y gram ática se uti­ lizan sin hacer entre e llo s diferencia alguna. Cuando la cien cia de la F ilo lo gía empieza a alborear entre lo s g rie g o s, s e da el nombre de g ra­

m áticos a quienes se ocupan del a n á lis is y comentario de textos anti­

guos. E s el momento en que lo s estudios sobre el idioma no se han liberado de la s indagaciones de la ló g ica, y todo lo que lleve inten­ ción de exp licació n y crítica literaria se entiende como una forma de saber interpretar lo s caracteres e sc rito s (lo s te x to s),o de facilitar co ­ nocim ientos sobre su escritura o lectura. L a voz griega gramma, “ le­ tra” , da lugar entonces a la s denom inaciones grámmata o grammatike relacio n ad as con la enseñ an za o conocim ientos de lo s signos e sc rito s E l término lin gü ística e s de uso relativamente reciente y e s empleado entre los eruditos alem anes cuando en la s primeras d écad as del siglo XIX se in icia el estudio sistem ático de la cien cia del lenguaje.

No tiene igual origen técnico la palabra filólogo. E s Platón quien parece em plearla por primera vez al querer distinguir con e lla la e x a ­ gerada locuacidad de los aten ien ses ante la caracte rística parquedad espartana. De donde nace a s í el término y se extiende luego a todo a ­ quel que gu sta hablar, discu tir o disertar,o lle ga a m ostrarse aficion a­ do a la d ia léctica. Sin embargo, todo posterior cambio de su sig n ific a ­ do marcha a la par de como se va desenvolviendo el estudio de la le n ­ gua. Al comienzo ello fue sólo interés de la filo so fía. L o s principios ético s divulgados por la poesía homérica llevó a lo s s o fista s a

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reali-zar en e lla , para mejor explicarla, observacion es al idioma. Y la s re­ lacion es e x iste n te s, por naturaleza o convencionalism o, entre la s co­ s a s y la s p alab ras (consideradas é s t a s como reflejo , e s decir, como verdad o no de la s c o s a s ) condujo al estudio de la etim ología ( e'timon, “ lo verdadero” , “ lo auténtico” ) desde Platón, Sócrates y A ristóteles h asta los filó so fo s e sto ic o s. T al estudio permitió el deslinde de los diferentes nombres para designar la s c o s a s , y a s í A ristó teles, con fi­ nes encam inados a delim itar la s cate g o rías ló g ic a s, precisará la s s ig ­ n ificacio n es de la s p alab ras, la s id e a s que cada cu al expresa y la s relacion es con que se nos m anifiestan en su s d iv ersas vinculaciones. De a llí surgen la s primeras nociones gram aticales ya como ordenadas en forma siste m ática: nombre (“ su stan cia , so stén de la s c o s a s ’ ),

verbo (“ de sign ificad o particular que guarda relación con el tiempo ),

L u i s Q U I R O G A T O R R E A L B A

S a c ió en Aroa (E stado Yaracuy), en 1923. E gresad o del INSTITUTO PEDAGOGICO con la Promoción " J o s é María V argas” (1945), in gresó inmediatamente a l perso­ nal a Tiempo Completo del L ic e o de A pli­ cación.

En el INSTITUTO PEDAGOGICO, de cu­ yo personal forma parte desde 1947, ha sido catedrático de v arias asign atu ras y P rofesor Je fe de l a Sección de P ráctica Docente (1958). En 1948 y 1955 formó parte de la Comisión R edactara de los Program as de C aste llan o y L iteratura para Educación Secundaria. En el exterior ha realizad o lo s cu rso s sig u ie n te s: en Chile (1948) ■ enviado por el INSTITUTO PEDAGOGICO - de Organización de la Educación Secundaria; en la Universidad de Madrid, de F ilo lo g ía E s ­ pañola, y en la Universidad de Perugia (Italia), de Lengua y L ite ra­

tura Italian as.

D esde setiembre de 1958 desem peña en el INSTITUTO PEDAGOGICO el cargo de Profe sor Je fe del Departamento de C astellan o , Literatura y Latín.

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conjunción (la s p artícu las en general, incluido el pronombre), la

flexión nominal y lo s géneros. Pero lo s e sto ic o s ampliarán e sta no­ menclatura y llegarán a estab le ce r, tal como la s conocemos hoy, la s categ o rías gram aticales:aum entarán el número de la s partes de la ora­ ción: agregarán el artículo (comprendido el pronombre), el nombre a ­ pelativo y el propio; darán nombre a lo s c a s o s : nominativo, “ c a so rec­ to” (ortbé), genitivo (geniké, “ modo” , “ forma” ), dativo (dotiké, do­ te s, “ dador” ), acu sativ o (aitiatiké, c a so del “ im pulso” ), y en fin, fi­ jarán definitivam ente, desd e la filo so fía, los moldes en lo s c u ales mantendrán su forma, desde entonces, los principios gram aticales.

Se in icia, sin embargo, el estudio particular, directo, objetivo, de la lengua. E llo ocurre el siglo ΙΠ a. de J .C ., desd e la nueva capital del helenism o: A lejandría. H asta se observa cierta sim ilitud entre los términos “ gram ático” y “ filólogo” , por la cual el primero se atribuye todavía a los que atienden a l comentario y estudio crítico de los tex­ to s; mientras que el segundo se emplea para nombrar al que p osee, con alguna aptitud de arqueólogo, determinados conocim ientos de lo antiguo. Por otra parte ya aflora también una y otra forma de enfrentar el estudio de la lengua: hay una manera propiamente orientada a la explicación gram atical para hacer in telig ib les lo s v ie jo s te x to s,y otra, más e sp e c ífic a , de a n alizarlo s, criticarlo s y fija rlo s con criterio lite ­ rario. De ta le s en say o s surgen l o s primeros filólogos co nocidos: edi­ tores, intérpretes y comentadores de los textos de Homero y de los poetas lírico s y trágicos ( intérpretes como A ristófanes de B izancio, A ristarco y D ionisio de T racia). E s D ionisio de T racia quien nos ofre­ ce el primer texto de gram ática (sig lo 11 a. de J.C .):m uy breve, sin re­ feren cias a la flexión (en cuanto al verbo y al pronombre) ni a la sin ­ t á i s ; pero didácticam ente orientado a lo s requerimientos e sc o la re s, aunque presentado con una terminología ceñida estrictam ente, como e s de esperar, al pensam iento lógico. Define ocho partes de la oración: nombre (entendido como su stan tiv o y adjetiv o dentro de la s categorías correspondientes, su sta n cia y cualidad, su p u e stas únicas en el ob je­ to), verbo, participio, artículo, pronombre, preposición, adverbio y conjunción. Con e lla s s e dan también e sp e c ific a d a s la s variaciones de género, persona y número.

Nada habrá de modificar en adelante e sta concepción gram atical: los romanos incorporarán al paradigma un c a s o m ás, el ablativo, y agregarán una nueva parte de la oración: la interjección. Pero a través de los s ig lo s, será siempre inalterable la terminología con que se han

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fijado aq u ellas categ o rías.

Ha nacido a s í la F ilo lo g ía c lá s ic a y se sientan la s b a s e s defini­ tiv as de la teoría gram atical. Entre tanto, en e se mismo siglo 111, el sán scrito , la lengua sagrad a de la India, e s objeto también de a n á lis is e interpretaciones. El idioma en que están e sc rita s la s dos grandes epopeyas indias, el "M ahabharata” y el “ Ram ayana” , e s sometido a re g las p re c isas a p ropósitos del conocimiento y comentario de dichas obras. De a llí en adelante la filología comienza a entenderse con uno de su s sen tidos modernos: estudio, in vestigación y comentario de los d iv erso s documentos literarios que nos ha legado la antigüedad (en nuestra época incluye el estudio, a través de los textos e sc rito s, del lenguaje, su literatura, y toda m anifestación cultural de un pueblo o grupo de pueblos).

No obstante, gram ática y filología marchan todavía dependiéndo- se una de la otra, unidas siempre por el denominador común del q u e necesariam ente fueron derivación: el pensamiento y su estructura lo­ gica en fiel correspondencia con la s categorías lin gü ísticas. T al el criterio predominante entre lo s romanos, y también desde la Edad Me­ d ia h asta nuestros d ía s. Ya en lo s primeros sig lo s de la era cristiana la investigación dism inuye.Se atiende especialm ente a la organización e sco la r que in icia el Imperio romano, y toda actividad e stá orientada esencialm ente a la lectura de los p oetas griegos y romanos·, y se deja a la retórica el estudio de la prosa como modo de ejercitar la compo­ sición y la disertación. L o s textos de gram ática latina son sólo adap­ tacion es de la griega, concebida entonces como arte de lo escrito

(tekbne grammatiké o ars grammatica), criterio que habrá de sustentar­

se en adelante sin m odificación y que llegará aun a la s rígid as opinio­ nes de nuestra época. En el sig lo IV, sin embargo, aparece un texto que habrá de co n sid erarse fundamental en la enseñanza del latín du­ rante la Edad Media, del cual e s autor Elio Donato. Dicho texto, ex­ puesto en tres e sc rito s, comprende lo s sigu ien tes títu los: "A rs siv e

editio prima de lite ris, sy lla b is, pedibus et /om V '(destinado a lo s a s ­

p ecto s elem entales de la enseñanza gram atical); Editio secunda de

octo partibus orationis (en que se definen y explican cada una de las

partes de la oración), y De barbarism os, soloecism o, sebem atibus et

tropis (exposición en la que lo s ejem plos y referen cias son tomados

del griego, idioma al cual acude con frecuencia el autor). E ste libro se impondrá poco a poco como manual a medida que se van extendien­ do los estu d io s de la s artes lib e rale s, único sistem a que a través de

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los dos grupos que la componían, el trivium (la gram ática incluida en él junto con la retórica y la d ialé ctica ) y el quadrivium, se gen erali­ zará en toda la enseñanza de la Edad Media. Tiene adem ás importan­ cia dicho texto por la manera funcional o formal, como diríamos hoy, con que E lio Donato ya intuye el criterio de determinar la s categorías gram aticales: “ el nombre e s la parte de la oración con c a s o ...” (No­

men e st pars orationis cum c a si, corpus aut rem proprie communiterve sig n ific an s); y el género ha de c la s ific a r se según le convenga un pro­

nombre o un artículo m asculino, femenino o neutro. Lamentablemente, e sta distinción p asa inadvertida durante la Edad Media y e s absorbida entre la s d iscu sio n e s e s c o lá s tic a s que tratan de someter a la s leyes p re c isa s de la lógica toda m anifestación o reflejo del pensamiento en el lenguaje. Particularm ente la disputa de los universales, que ocupa toda la e sc o lá s tic a medieval, ciñe el interés gram atical a la s esp ecu ­ lacion es ló g icas y filo só fic a s a que conducen los llam ados modos de

sig n ificar de la realidad exterior, en cuanto é sta e s captada por la

mente humana y puede ser reflejada por la palabra. E s t a s lucubracio­ nes se concretan y sistem atizan en la Gramática especu lativ a, que se ra el p aso d ecisiv o para a]-an zar principios gen erales de carácter gra­ m ático-filosófico a que han de som eterse la s ley e s particulares de las lenguas. E s ya el inicio de la Gram ática general, que, por un lado, e n c asillará en cánones u n iversales toda teoría gram atical, pero por otro, sentará, con el tiempo, fundamento para la s primeras in v estiga­ ciones de la L in g ü ística como cien cia.

En la nueva era renacen lo s estu d io s del griego y el latín, se in­ daga sobre lo s m anuscritos de la antigüedad c lá s ic a y se traduce a poetas h istoriadores y filó so fo s en busca de un nuevo e stilo . Loren­ zo V alla opone a l latín e sc o lá stic o la s revelacio n es del buen e stilo de literatos y gram áticos c lá s ic o s ; P o lizian o traduce la Ilíada en cui­ dad osos hexám etros, y Erasm o edita y comenta a A ristóteles y an ali­ za filológicam ente el texto del Nuevo Testam ento.

L o s e stu d io s gram aticales tienden a codificar y sistem atizar los nuevos idiom as que para entonces han llegado a cierto grado de evo­ lución. Antonio de N ebrija, al dedicar en 1492 su Gramáti ca sobre la

lengua ca ste lla n a a la reina Isa b e l, escrib e en el prólogo con orgullo:

Yo q u ise hechar la primera piedra y hacer en nuestra lengua lo que Zenodoto en la griega i C rates en la latina, lo s c u a le s, aunque fueron vencidos de los que d esp u es d ello s escribieron, a lo menos fue aque­ lla su gloria, i sera nuestra que fuimos lo s primeros inventores de obra

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tan n e c e sa ria ” . Y en el mismo prólogo ya p recisa la finalidad de su texto: ‘ ‘ ...reduzir en artificio e ste nuestro lenguaje caste llan o , para que lo que agora i de aqui adelante en el se escriviere pueda q u ed ar en un tenor i esten derse en toda la duración de lo s tiempos que están por venir,como vemos que se a hecho enla lengua griega i latina, las c u ale s, por aver estad o debaxo de arte, aunque sobre e lla s an p assad o muchos s ig lo s, toda via quedan en una uniformidad” . N uevas gramati- c a s como é sta , la primera de una lengua romance, estarán concebidas como arte que dispone de m edios y re g las para fijar el uso de la len­ gua. Nacen de la n ecesidad de codificar la corrección idiom ática y por eso su orientación e s primordialmente did áctica. Sin embargo, aun cuando su s normas derivan de la propia lengua, su s principios se apo­ yan todavía en la s formas ló g ic o - filo s ó fic a s de la s gram áticas del griego o el latín. Nada se opondrá en lo su ce siv o a tal concepción, que cada vez tratará de ju stifica r u so s y re g las bajo el dogma de la razón. A si ocurrirá de manera decidida ante la s nuevas id eas filo só ­ fic a s del sig lo XVII, en que la lógica entrará definitivam ente a seño­ rear sobre el sistem a de la lengua. E l influjo de D e scartes p e sa sobre la época y nada habrá sobre e l espíritu humano que no s e a regido d e s­ de el pensamiento.

Con e llo se e stab le ce de una vez la Gram ática gen eral, que, de­ pendiendo estrictam ente de cánones ló g ico s, inicia una teoría racio­ n a lista de la lengua en la obra Grammaire genérale et raisonnée, con-

tenant les fondements de l'A rt de parler, expliqués d'une maniere clai- re et naturelle, atribuida a lo s c arte sian o s Claude L an celot y Antoine

Arnauld,y que e s generalmente conocida con el nombre de Gramática

de Port Royal. Sus principios acordes con la s formas del entendimien­

to, se generalizarán a cada gram ática en particular, y su influencia perdurará aun en el modo de considerar hoy los estu dio s gram aticales.

L a in siste n cia de fijar ley es gram aticales a los hechos del len­ g u aje, se extiende a través de cad a manera particular de obtener la s interpretaciones lo g ic ista s . L o s em piristas fundarán e s a s le y e s en un a n á lis is se n su a lista de la actividad intelectual, y bajo e se criterio, C ondillac expondrá en su Gram ática su propia concepción del lengua­ je . No faltará asim ism o el punto de v ista kantiano, puesto de manifi­ e sto en una obra gram atical de G. Hermann, notable filólogo del siglo pasado.

Pero ta le s preocupaciones por una gram ática general son el co­ mienzo de la L in gü ística moderna, como ya hemos afirmado. Llegarán

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a oponerse la s relacion es entre lógica y len guaje, y en lugar de e sp e ­ cular sobre a sp e c to s filo só fico s en e so de alcanzar fundamentos a b s­ tractos que justifiquen la validez del sistem a de cada len gua,se parti­ rá de hechos concretos que permitan an alizarla y derivar su s le y e s de su propio funcionamiento y evolución.

En el sig lo XIX nace de e ste modo la nueva cien cia. L in g ü istas como R asm us K ristian R ask , Fran cisco Bopp, Augusto Schleicher y otros, le darán e sa fisonom ía. Y ya a fin es de aquel sig lo la L in gü ís­ tica, libre sobre todo de determ inaciones filo só fic a s o lo g ic ista s , apunta a un fin concreto al proponerse “ el estudio de la estructura y evolución del lenguaje humano en toda la com plejidad de su funciona­ miento y de su realizació n en la s d iv ersa s len g u as” .

Sin em b argo ,es al comenzar el sig lo XX cuando con criterio cien ­ tífico se delim itan sistem áticam ente lo s principios que informan a to­ do fenómeno lin gü ístico : el lenguaje se in v estiga en su propia re ali­ dad y se le trata de p recisar directamente en su estructura y en las condiciones de su s cam bios. “ L a historia para la lin gü ística no será un fin sino un medio” , dirá uno de los teóricos de la nueva e sc u e la ; y bajo e s a concepción, el suizo Ferdinand de Sau ssu re introducirá re­ novados y fecundos principios para promover el impulso d e cisiv o de la cien cia del lenguaje. Sau ssure llega al deslinde de la lengua como siste m a y de la lengua como evolución, y la concibe, desde el primer punto de v ista, como un conjunto de elementos relacionados entre s í que integran formas coherentes de comunicación, y que, como sistem a estab le cid o para el uso de una comunidad de h ablantes, debe ser con­ siderado sin ningún vínculo con su s e stad o s precedentes de evolución (segundo punto de v ista ). En el primer sentido, el estudio de la lengua corresponde a la Gram ática descriptiva o normativa, y en el segundo, a la Gram ática h istórica. En lo descriptivo, el a n á lisis conducirá a p recisar la s unidades que caracterizan el sistem a, e s decir, lo s signos en su s relacio n es de dependencia e interdependencia, y como unidades en función de designar o mencionar lo s ob jeto s. L a gram ática adquiere a s i definitiva fisonom ía y alcan za con toda precisión su finalidad al proponerse el estudio de lo s medios expresivos y sig n ific ativ o s que integran el conjunto de una lengua.

E stu d io s m ¿s avanzados ampliaran la concepción de Sau ssure. Por una parte, sobre e l criterio sau ssu rean o de que “ la lengua e s for­ ma y no su sta n c ia ” , y en momentos en que toma desarrollo la fenome­ nología a l impulso de la nueva orientación que H usserI imprime a los

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principios ló g ic o s, se lle ga a valorar lo s elementos del lenguaje en su pura ab stracció n , como meros sig n o s o sím bolos fijo s , aptos para la función exp resiva mediante la s relacio n es formales entre e llo s e s ­ ta b le cid a s. E s el punto de v ista que sostien en la s doctrinas estructu-

r a lis ta s o fu n cion alistas de la moderna Gramática formal. P ero, por otra parte ,1a llam ada e sc u e la id e a lista , e n cab ezad a por Karl V ossler, penetra en los valo res expresivo s que alientan a todo sistem a de len­ gua considerada como una creación de lo s individuos que componen una comunidad, y en donde e sto s son c a p a c e s de insuflar sentido a un símbolo y llenarlo de sign ificad o . Entonces se pone el acento sobre el espíritu creador, y la verdad idiom ática, que e s palabra e idea, ima­ gen o m isterio, resu lta ya determinada por lo que en s í lleva de inten­ cionalidad y por la sign ificació n adquirida en el ámbito so cial que la hizo genuina y valedera.

L a identificación e s ahora total en los d iv erso s modos de conce­ bir e in vestigar el lenguaje; y G ram ática, F ilo lo g ía y L in g ü ística con­ vergen simultáneamente a una misma finalidad, que sólo se deriva de aq u ella verdad idiom ática confundida a s í, en un todo, con la verdad a rtístic a .

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Federica de R I T T E R

Apuntes

Sobre el Método de

Enseñar el Latín

Antes de hablar del método de una enseñanza hay que saber a dónde se quiere llegar. ¿C uál ha de ser la meta del estudio de un idio­ ma antiguo que abarca tres c l a s e s sem an ales a lo largo de cuatro añ o s? L a finalidad de un estudio que se extiende a tal número de años ha de ser, por lo menos, la capacitación del alumno para que pueda traducir, sin encontrar mayores d ificu ltad es, cualquier texto descono­

cido escrito en latín c lá sic o .

E l alumno de habla ca ste lla n a o de otra lengua romance lleva una ventaja inconmensurable a l estudiante de cualquier otro idioma del mundo, ya que el parentesco entre la s v o ces c a ste lla n a s y latin as e s tan íntimo que, en primer lugar, el vocabulario c a s i no representa dificultad alguna: cuando desde el comienzo el alumno se fam iliariza con la s le y e s más re sa ltan te s de la fonética histórica (huerto: hortum; pié: pedem; enfermedad: infirmitatem; oro: aurum; ajen o: alienum ,y mi­ le s de otros ejem plos) la enorme sem ejanza a liv ia mucho la memoriza­ ción de lo s vocablos. En segundo lugar el mismo alivio , q u izás aún mas sorprendente, se encuentra al estudiar la s formas v erb ales. En una enseñanza bien dirigida el alumno, desde su primera experiencia, de­ be sentir y no sólo ver u oír la congruencia de la s term inaciones en: ve - o y vide - o, loa - s y lauda - s, pedi - mos y peti- mus, adorna - ba - tis y adorna - ba - is , teme · n y time - nt o cree · n y credu - nt, d ije y dix - i, fui - s te is y fui - s tis , etc.

En tercer lugar, muchísimos fenómenos sin tá ctico s del latín se han mantenido y rigen todavía en el caste llan o ; para recordar sólo a l­ gunos mencionaremos la concordancia entre el substantivo y el

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