LA
ESENCIA
DEL ARTE CRISTIANO
Radoslav Ivelic K.
Institutode Estética
Pontificia Universidad Católica de Chile
Esteestudio analiza algunasde las dificultadesque enfrenta el arte cristia no enlaactualidad.Caracteriza laextensióndelconcepto"arte
cristiano"
y
distingue su esencia en dos coprincipios:
Cristo,
el Verbo deDios,
y labelleza en cuanto resplandor de dicho Verbo en la expresión artística. A continuación estudia las relaciones del arte cristiano con Dios
Padre,
encuanto
Creador;
conCristocomoVerboquedignificaal serhumano;
ycon elEspírituSanto,
como manifestacióndelAmor,queinspira al artista cristiano.
This study analyses some of the difficulties the Christian art faces nowadays. First of all, itcharacterizes the extensión of the 'Christian art' concept and distinguishes its essence en two co-principles:
Christ,
God'sWord,
andBeauty
as to splendor ofsuchWord in the artistic expression.Next,
it studies the Christian art relationships with GodFather,
as toCreator;
ChristasWordthatdignifies humanbeing;
andtheHoly
Spirit,
as manifestation oftheLovewhichinspirestheChristianartist.1. INTRODUCCIÓN
Vivimos en unaépoca secularizada, dondeel ideal humanose suelemedir porlaabsolutización del éxitoprofesional,de laposesiónde bienesmateriales,de la
ideología,
delaraza,delsexo,de ladroga,
entre otrostantosídolos;
esel reflejodeuna visión del hombre
y
delmundoenla cual elateísmo yelmaterialismo seproclaman como un signo de avance y liberación del espírituhumano. Un siglo XX de inmenso desarrollocientíficoytecnológico que,
desgraciadamente,
apunta a undivorcio entre conocimientoy
fe,
entre cienciay
religión. Este contrapunto,"esta ruptura entre Evangelio y cultura es,sin duda -dice Pablo VI en Evangelii
Nuntiandi-,
eldrama denuestrotiempo"
(§
20).Lareligión católica
y
el arte que emana desu espíritutienen,
como consecuencia de lo que acabamos de exponer, una misión
difícil,
peroineludible,
en el desarrollo de un humanismo marcado por la señal delPadre,
del Hijoy
del Espíritu Santo. Eneste sentido,Mons. Francesco Marchisano afirma que:"servir alaculturay
al arte significa servir alaepifanía de laverdad que se expresa enbelleza;
significa elevar alapersonahumanaalmisterio escondidoenlamateria del cosmosy
en la mente del artista, para que elhombredescubra,
o al menos perciba,suesplendor"
(63).
El arte cristiano está definido desde
Jesús,
el Verbo deDios,
quien, alAISTHESISN°
32,1999.
del arte cristiano la revaloración del
hombre desde
lafigura
de Cristo. Dentro del arte cristiano debemos considerar el arte cristiano sacro,destinado
al culto. Al respectodice
el Concilio VaticanoII,
enla Constitución
Conciliar sobre la Sagrada Liturgia: "La santa madre Iglesiafue
siempre amiga de lasbellas
artes, buscó constantemente su nobleservicio,principalmente para que lascosasdes
tinadas al culto sagrado fueran en verdaddignas,
decorosas y
bellas,
signosy
símbolosde lasrealidades celestiales".Dentro de la extensión del concepto arte cristiano es posible incluir las expresiones artísticas de otras religiones, cuando su arte, como señala Jacques
Maritain,
"ha conocido,ya seaegipcio,griego o chino,ciertogrado degrandezay
de pureza,[entonces],
ya es cristiano, cristiano en esperanza,porque todo es plendor espirituales una promesay
una figura delequilibriodivino
del Evan gelio"(87-90).
Deeste mismopareceres elP. José Donosocuando señala que no se referirá a un "arte deIglesia,
sino de un arte que lleva en sí el carácter del cristianismo, del arte de la humanidad rescatada"(20). Apartir de esta perspec
tiva,
el autor recién indicado cita, en varias oportunidades,poemas deNeruda,
para explicitar cómo en este poeta, pese a confesarse ateoy
materialista, se transparenta el soplo del espíritu. Es esta dimensión cristianadel artela quedes taca Juan Pablo II en una Homilía a los artistas en Nuestra Señora de las Gra cias, enBruselas,
yque el Sumo Pontífice introduce conla siguiente cita de los Hechos de los Apóstoles: "Dios no está lejos de ninguno de nosotros, pues en El vivimos, nosmovemos yexistimos"
(Act.
17,
28). Ycontinúa,dirigiéndose
alos artistas:Vosotros os esforzáis por expresarconlas artesplásticas, lamúsica o la palabra, lo más profundode la vida del hombre yelcorazón de la realidad. Porel mero
hecho de esta búsqueda artística os acercáis como a tientas aDios-acaso desco
nocido paraalgunos-, que es
fuente,
apoyotrascendenteyfin último de losseres, desu evolucióny desuvida.Completemos lo expuesto sobre las dimensiones cristianas del arte, con las apreciaciones del Documento de Pueblaen tornoalas culturas, las cuales "no son terreno vacío, carente de auténticos valores"
(§
401). Así ocurre, por ejem plo,con "algunos grupos culturales autóctonos [deLatinoamérica],
o de origen africano, que por su parte poseen riquísimos valores yguardan semillas del Ver boen espera de la Palabraviva"
(§
451). El Espíritu Santo sopla pordoquier,
no importa incluso que sea un artistaprecolombino o un artista ateo contemporá neo; el corazón tiene la posibilidad de abrirse a las semillas, a los gérmenes delVerbo,
como tantasveces ha ocurrido a lo largo de lahistoria
del arte. Creemosilustrativo,
al respecto, mencionarlos poemasprecolombinos de temareligioso. Escogemos el siguiente, a modo deilustración,
dirigido
aWiracocha,
el dios creadorde losquechuas:¡Oh Wiracocha del principio del mundo,
/
Wiracocha del fin del mundo,/
Wiracocha principal ybello!//
¡Ohcreador, Providente!/
que diciendo:/
"Sea elhombre, /
sealamujer"
/
a todoshiciste.//
Creado ycolocado / por ti (en estemundo) /pacíficamente/
ysin cuidados/
viviré.//
¿Dóndeestás?,/
¿estás afuera?,/
¿estás adentro?;/
¿estás en las nubes?/
¡Escúchame, atiéndeme!//
¡Concédeme(te loruego)!/
Hazmevivir/
portiempoindeterminado, /
protégeme,susténtame! //Yesta ofrenda míarecíbeme,/ dondequiera queestés,
/
¡Oh,Wiracocha!
Sentimos
en este poema la presencia de lo numinoso, esencial para todosentimientoreligioso, como explicaRudolph Ottoen su clásicolibro Losanto. Lo
numinoso es la categoría
fundamental
de lo sagrado, quehace sentirse alhombre como una criatura "que se hunde
y
anega en su propia naday
desaparecefrente
a aquel que está sobre todas las criaturas"(21). Lo numinoso es experi
mentado como mysterium
tremendum,
que inspira temor.Precisamente sehabla,
frente a las religionesde las civilizaciones primitivas, del terror cósmico, provo
cado por las
fuerzas
misteriosas de la naturaleza, ante las cuales el hombre sesiente desvalido. Es el miedo -dice R. Otto- frente a lo que sobrepasa al ser
humano;
lo sobrenatural omnipotente ymajestuoso. Pero -afirma el mismo au tor- ante lonuminoso
hay,
unido altemor,
"algo que al mismo tiempo atrae,capta, embarga, fascina" (53). De esta doble condición de lo numinoso surge también el sentimiento de protección, de adoración, de ofrenda
y
de humildadque elhombreexperimentaantelosacro.
Si se examina el poema quechua a la luz de lo expuesto, está clara la
presencia en él de lo numinoso, propio, como ya
dijimos,
del sentimiento religioso.
2. ARTE CRISTIANOYBELLEZA
En todo arte auténtico
hay
una especie de metafísica, un acercarse o undescubrirel verdadero nombre de las cosas, quesugiere el origen divino de la
Creación del mundo y del hombre. En este sentido podemos decir que el arte
cristiano tiene una triple trascendencia:
teológica,
antropológica y cosmológica(Rombold 54).
Teológica,
porque encuentra su fundamento enDios;
antropológica,
porque encarna lahumanidad rescatada porCristo;
cosmológica,porque el universoytodos losseres vivos sevuelven, en el artistacristiano, atravésde la creatividadhumana,
un vislumbre delmisterio de laCreación,
de la Redención
y
delAmor Divinos.El arte cristiano debe estar presidido por la
belleza;
no en el sentido formalista o academicista del término. Hablamos de belleza ante una experiencia
donde sentimos la irradiación delespíritu sobre lo sensible, de tal manera que
este tambiénesplende: en otrostérminos, losensible seespiritualizay,al mismo
tiempo,
loespiritualsehace sensible.Contratoda lacorriente feísta contemporánea,"elmensajecristianosiem
pre va unido a la búsqueda de la
belleza"
(29),
dice Juan Cantó. Afirma el mismo autor que el hombre tiene derecho a lo
bello,
que lo eleva y ennoblece. Apartir de la presencia de lo bello es posible percibir el soplo de un arte con
dimensiones cristianas, ya se trate, según expusimos, de gérmenes del Verbo o
de su plena manifestación que, en términos de Hans Urs von
Balthasar,
es "la belleza teológica(gloria)
de la Revelación misma"(15). Suparadigma último esJesús,
"el Arquetipo de toda belleza creada,sea en el orden natural o en el delarte"
AISTHESISN°
32,1999.
Pero es importante tener presente que la
belleza
también se abre camino en
las
tinieblas: "Cuandovosotros, escritoresy
artistas -dijoPablo
VI,
ensu Discursoa
los
representantesde teatro,
cine,radioy
TVy demás
mediosdecomunicación social
(1967)-,
sabéis sacarde las
vicisitudeshumanas,
porhumildes y
tristes que sean, un acentode
bondad,
súbitamente un rayode belleza
inundavuestra obra. No se ospide que os convirtáis en moralistas, sino quetengáis
fe
en vuestro podersecreto: hacerentrever elcampo de luz que
hay
tras el misterio de la vida humana". Agreguemos a esta cita la de Pío
XII,
en su Discurso arepresentantes delcine:Lavida
humana,
señalael Pontífice:no se podríacomprender,al menos enlosgrandesconflictos,si se cierralosojos a loscrímenesyalosvicios quetantísimasvecesloscausaron. [. .
.]Siempreque el
conflicto con el mal, y aun su victoria pasajera, en relación a todo el conjunto,
sirva paralamayor comprensiónde lavida,desu recta
dirección,
deldominiode su propia conducta, del esclarecimiento y consolidación del criterio y de la acción, entonces esa materia puede ser elegida y tratada, como argumentoparcial, enlaentera accióndelespectáculo.
El problema, en consecuencia, está en un arte anticristiano, que busca
degradar y
negar sistemáticamente al hombre. Así ocurre con manifestaciones contemporáneasque,comohemos dichoen una obra nuestra:carcomen el verdadero sentido de la experiencia estética; erosionan la sensibili dad del ser humano y debilitan la capacidad de su imaginación simbólica: el
inconsciente, el mito, el rito, la religión, las artes, que sonfuentes de imágenes simbólicas, quedan degradados por elpseudoarte,impidiendo o distorsionando una visióntrascendentedelserhumano(53).
Es el arte de la auténtica
fealdad,
donde no se advierte ni un rescoldo deluz. Como siempre ha ocurrido, también en nuestra época a la crisis religiosa y
moral
le
acompaña la crisis artística. Frente a la negación del serhumano,
a través de ideologíasy filosofías
que lo reducen einstrumentalizan,
pareciera que elartista se siente asfixiado por esta atmósfera sofocante
y
responde, tal vez conrazón, a través de un quehacer que se parece más a una protesta, a un grito
desgarrado,
pero sin atisbar unaluz de esperanza.Seprivilegia,enconsecuencia, según expresaJuanPlazaola,
un artedominado
porlafragmentariedad,
la fugacidad,
latrivialización,
launidimensionalidady
laalienación(1996: 1006-1014).Otro escollo para el
desarrollo
delarte cristiano es elpseudoarte religioso,quese manifiesta en el alejamiento del espíritu evangélico, a través de templos
ostentosos,con unaprofusiónde imágenes
y
adornos que distraeny
hastaocul tan lo esencial, que es el altar. Vemos también iglesias cubiertas con una imaginería sin
trascendencia,
sentimentaloide,volcada sólo aloanecdóticoy
super ficial. El paradigmade
sentimiento religioso que sedesprende de
estepseudoarte está en el
kitsch,
el cual no sólo es un estilo expresivo, sino quepuede abarcartodos los ámbitos del
hombre. Podemos hablar
del hombrekitsch,
como un modo devida que se caracteriza por unestado existencial
inauténtico,
consumista,
fácil,
superficial. Todo en él debe seridílico,
de agradableemotividad,
sin compromiso profundo con la vida, conlos
grandes problemas, con la trascendencia.El
kitsch
religioso, como señalaLudwig
Giesz:permite enfrentarse con lo más trascendente -Dios, santos- no con visión
numinosa,sino con sentimentalidad
íntima;
Diosse convierte en el'Dios amado',en el 'dulceyadorable Niño
Jesús',
losángeles,que enelNuevo Testamento apa recen como mensajerosde Diosanteelhombre yque sepresentanconla fórmulaestereotipada y tranquilizadora 'no temáis', se transforman en bellos
herma-froditaso,
incluso,
en amorcillosyangelotes(63).Otra
dificultad
que debe enfrentar el arte cristiano es el desinterés quenace
desde
los mismos miembros de la Iglesia: "En buenamedida -diceSantiago
Sebastián-,
la Iglesia permaneció ignorante einsensible,
apegada a un convencionalismodulzón. Nada de frescura y de renovaciónhuboen las imágenes que venera el pueblo
cristiano"
(80). Creemos que esta insensibilidad hacia un
verdadero arte cristiano contemporáneo es de extremo peligro. No es casuali
dadque elartehayasurgidounido alareligión,porque posibilitalacontempla
ciónde loultrasensibleen susimágenes.
Hay
una relaciónnatural,una afinidadentre las artes y el sentimiento religioso, debido a su capacidad de encarnar lo
espiritual, de hacer sensible realidades que, de otromodo, no podríamos cono
cer. Sentir temor por una arte cristiano que brota de las corrientes artísticas
contemporáneas notiene sentido; seríaigualmente negarlealVerbo lasposibili
dades de expresarse en los tiempos
y
espacios propios de cada época. Repetimos el ya citado pasaje de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia: "la santa
madreIglesiasiemprefueamiga de las bellasartes".
Frente a lo expresado, debe existir un discernimiento en torno a las co
rrientes artísticas contemporáneas, para elegir aquellos aspectos y cualidades
que se adecúen al sentimiento cristiano. Juan Plazaola
(1965)
expone algunosaspectosde lanuevasensibilidadestética, talescomolaatenciónaloesencial,la
sinceridad, la sobriedad,la funcionalidad y lapureza, que se manifiestan enlas
distintas artes y que pueden aplicarse al culto: arquitectura, música, pintura,
escultura, etc. También analiza, el autor mencionado, los aportes de algunas
corrientes delsiglo
XX,
talescomo elsimbolismo,el expresionismo, elsurrealismo, el purismo
y
el arte abstracto.3. LAESENCIA DEL ARTE CRISTIANO
Refirámonos,
ahora, al arte cristiano creado por un artista católico, cuyo interés directo es iluminar al pueblo desde su creatividad, sobre las verdadesreveladas
y
los misterios de lafe,
incitándolo a la caridad y abriéndolo a laesperanza. "Lo sabéis, queridos amigos -dice Juan Pablo
II,
dirigiéndose alos
artistas en
Bruselas-,
el arte auténtico contribuye a despertar la feadormecida.Abre el corazón al misterio del otro. Levanta el alma de quien está
demasiado
decepcionadoodemasiado cansado para seguir esperando".
El arte cristiano está unido a las virtudes teologales y es imagen y se
mejanza de Dios
Padre,
Hijoy
EspírituSanto,
comolo explica elP. José Donoso.AISTHESISN°
32,1999.
que, como ya ha quedado
insinuado,
el arte cristiano, en su esencia, poseedos
coprincipios: el teológico
y
el estético. Por una parteCristo,
su Encarnacióny
suRedención-juntoasu relaciónconDios Padre
y
Dios EspírituSanto-yporotra, lapresenciade la belleza.Entre Dios Padre
y
el arte cristianohay
una evidente relación, a partirdelconcepto de creación. Dios hace surgir el mundo de la nada; el artista, en cam
bio,
crea a partir de cosas existentes. ¿Por quéhablamos,
entonces, de creaciónartística?Lo hacemosen el sentido dequeuna obra
de
arte noimita la realidad,sino quela revela a través de su simbolismo. La creación artística tiene una au
tonomía:configura un mundo válido en símismo,poseedor de un sentidonue
vo,
irrepetible,
del cual depende la nueva relación que existe al interior delas
imágenesliterarias,
plásticas,musicales, coreográficas,cinematográficas.Sides
aparecen las imágenes del arte, desaparece también la significación profundaque contienen,el conocimiento específicamenteartístico que surge decada obra
y
que no puede ser suplido por otra instancia cognoscitiva. ¿Cómo conocer loacontecido en los albores de la Creación Divina si no existiese, por ejemplo, la introducción del oratorio La
Creación,
de Haydn? Los sonidos oscuros de estaobra nos sugieren un mundoquetodavíanocobra su forma yque,poco apoco,
va alcanzando su realidad hasta estallar en las notasbrillantes que simbolizan
elFiat Lux.
La creación artística estábasada enmetáforas, narraciones, personajes, líneas
y
colores, volúmenes, formas arquitectónicas, pasosdanzables,
sonidos,
encuadramientos cinematográficos, que, por su simbolismo, permitenvislumbrar el misterio profundo del ser humano. El arte cristiano ilumi
na este misterio, revelando la trascendencia del hombre en surelación con el Creador Divino.
Dios Hijo es
Cristo,
elLogos,
elVerbum,
esdecir,
la Palabra del Padre. Asícomo Jesús se encarnó, analógicamente el artista se encarna en su verbo, con vertido enforma artística. Así como Jesús resplandeció al transfigurarse, así la
obra de arte, gracias a laforma creadora, esplende
y
revela, transfigura lo sensible,
espiritualizándolo,alavez quelo espiritual sehacecarne. Elartecristiano,atravésde la
forma,
nos abre almisteriode laEncarnación,
nos develael rostro oculto deCristo,
deMaría,
de los santos, de loshombres
anónimos en que se libra la lucha entre lo inmanentey
lo trascendente. Junto al Verbum está elpequeño verbo
humano,
con minúscula, pero iluminado por la Encarnación del HijodeDios,
para que el serhumano encarne su misterioy
nos permita entrever, en
destellos,
suinsondableser.La forma artística tiene materia,
dignificada
por el artista, así como Dios dignifica la carne por el espíritu. De la tierra surgen las obras artísticas, encar nando no a un hombre genérico y abstracto, sino los innumerables rostros deCristodecada paísy decadacondiciónsocial. Tierraque estamosconsiderando,
en un amplio sentido, como lo originario, lo propio de cada nación, de cada
raza,
de
cada región. Tierraquemanifiestala
culturapopular,la idiosincrasia deunpueblo
y
su modo de sentir aCristo y, apartir deEste,
aDios Padrey
Dios Espíritu Santo. Tierra que revelala dignidadoculta en cada serhumano.
Dios EspírituSantoes elAmor. Elartistacristiano,afirmaIldefonso
Herwegen,
"estáanimado porlosobrenatural puro
y
santo,por elEspírituSanto"El amor, acota el P. José
Donoso,
esdon,
gozoy
libertad (42-9). El artecristianoes
don,
porqueel artista entrega lo mejordesí a los demás. Cadaobradearte esun
desafío
paraél;
untrabajodifícil,
perseverante,donde la búsquedadeuna nueva expresión puede significar años. Unverdadero artista quiere ser
vir al serhumano.
Como
loexpresa el pintorAntoni Tapies:La experiencia íntima de las realidades profundas desveladas porciertas analo
gías, imágenes ysímbolos tradicionales, imprime a nuestra concienciay a nues trosactos un carácter como sagradoyritualqueacrecelossentimientosdesolida
ridad contodoslosseresy derespeto mutuohacia el conjuntodeluniverso. [. . .] Yes sabido quela experienciade estas realidadesprofundassehacemáspatente
en el orden sensiblede lasformasmateriales delarte que en elordenpuramente mental
yconceptual (1029-30).
Elamor es gozo. Yes gozo loque nos procura elarte, como una especiede
juego desinteresado y, a la vez, de descubrimiento activo, de revelación gradual
(Beardsley
72-7A). El desinterés estético no se entiende como una indiferenciahacia el objeto, sino, todo lo contrario, es un interés total en cuanto presencia
sensible, lo que nos permite darle una nueva y singular existencia que nos
absorbe
y
nospermite sucontemplación.Por
último,
el amor, como elarte, es liberación. Lo estético es un modo deconocimiento que nos hace experimentar la libertad en el hecho de captar las
relaciones nuevas,creativas y,por lo mismo, sorprendentes, que constituyenla
formaartística.
Sentimos,
comoocurre con elamor,que en el arte nos liberamosdelas opresiones delpresente, delpasadoy del
futuro,
paraingresaral universode laexperiencia estética.
La iluminacióndel Espíritu Santopermite potenciar el simbolismo artísti
co, que de por sí tiene capacidad para alumbrar realidades invisibles. El arte cristiano debe dialogar con el más profundo de los misterios. Sin misterio no
hay
arte cristiano; es connatural en este, porque, para el artista, aproximarse aCristo,
y
a través de El a toda persona, supone, en palabras de FranciscoGutiérrez,
encarnar "un rostro humano y un fulgordivino,
una miraday
unsigno,una aparienciayun misterio"(91).
Digamos,
para concluir, que el arte cristiano tiene múltiples maneras demanifestarse: puede sugerir la majestuosidad
y
la omnipotencia de Dios e in fundir "respeto, adoración, temor y, a la vez, tendencia aacercarse"
(Guardini
22). Puede también despertar sentimientos de piedady compasión ante el mis
terio del Dios hecho
Hombre,
anonadadoy
despreciado.Pero,
fundamentalmente,siempre permitiráasomarse, simbólicamente,alMisterio
Divino,
incitan doalafe,
lacaridady
laesperanza.Cerremos estas líneas conel pensamiento del P. Raimundo Kupareo: "El
arte, por ser universal
y
espiritual, es la mejor alabanza natural que podemosofrecer a
Dios" (134).
AISTHESISN°
32, 1999.
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