Democracia y Fuerzas Armadas
Enrique Obando Presidente del Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos
Muchas gracias Embajador. Sobre el tema hay mucho que decir y no mucho tiempo para hacerlo. Voy a tratar de hacer dos cosas: En primer lugar ver cuáles son las características que debe tener una Fuerza Armada en un sistema democrático, qué papel debe jugar esta Fuerza Armada, y en qué me-dida está jugando este papel; y en segundo lugar qué está haciendo el Ministe-rio de Defensa en el avance y la reestructuración de las Fuerzas Armadas.
Respecto a lo primero, si vamos a hablar sobre qué papel juegan las Fuerzas Armadas en un proceso democrático, la primera característica que encontraríamos es que una Fuerza Armada no solamente defiende el territo-rio nacional sino defiende también los principios sobre los cuales está creada la nacionalidad, y esos principios se encuentran en las constituciones. Si nos preguntamos si este es el caso de la Fuerza Armada peruana, lamentable-mente no es todavía, porque eso implica en primer lugar un cambio de juramento: si nosotros recordamos, nuestra Fuerza Armada jura por la pa-tria, y debería jurar por la patria pero también por la constitución. Los mili-tares dicen con cierta sorna ²por qué constitución, si la cambian a cada rato² y estamos precisamente en un cambio de esa naturaleza. Pero debieran jurar por la constitución y los principios contenidos en ella: Defender no sólamente el territorio sino también los principios de la constitución.
En segundo lugar una Fuerzas Armadas democrática está controla-da por el estado democratico, y hay muchas formas de control que no vale el caso explicar ahora por falta de tiempo. Hay el control al estilo prusiano, que es lo que hemos tenido aquí hasta el gobierno de Alan García; el control tipo coptación que es lo que hemos tenido de Alan García en adelante, y Fujimori ha sido eso; el control desde un partido político, que es el caso de la Alema-nia Nazi y de los gobiernos comunistas, y finalmente el control democrático. Y hay muchas formas de ejercer el control democrático, pero debo decir acá sólamente un par de cosas al respecto: número uno, que se hace no solamen-te desde el ejecutivo sino también desde el congreso, y el rol que tiene el
congreso en el control democrático es sumamente importante pues justa-mente la idea es un balance de poderes. El segundo punto es que la educa-ción militar es central en el control democrático. Se trata de ideologizar democráticamente el cuerpo de oficiales desde el momento que estos entran a las escuelas de oficiales, o sea desde cadetes, pasando por todos los puntos de perfeccionamiento hasta llegar a los cursos de alto mando que siguen los coroneles. Nuevamente, preguntando cuál es la situación peruana al respec-to, el legislativo tiene grandes dificultades para asumir su rol dentro del control democrático, recién está aprendiendo hacerlo, sencillamente porque la comisión de defensa nacional, orden interno e inteligencia del congreso, no tiene mucha experiencia en ello; durante toda la época del gobierno de Fujimori no hizo control alguno.
Y luego en lo que se refiere al tema de educación militar, esto está en cero. O sea los militares no reciben cursos que los preparen en cursos sobre derechos humanos, o reciben el curso dictado por un teniente, que no es la idea; no reciben cursos sobre la democracia, cuál es la importancia, cuál esel rol de la Fuerzas Armadas dentro de un sistema democrático ni reciben cursos de constitución; curiosamente reciben un curso de ética al comienzo de la carrera y después se olvidan de la ética militar, no reciben cursos de relaciones civiles-militares, y la lista de lo que no reciben es larga, pero de-bieran recibirlo, y eso es una reforma urgente que hay que hacer.
En tercer lugar, los civiles tienen un rol de liderazgo dentro del esquema o el sector defensa, y eso es algo que aquí lamentablemente no ocurre porque no hay civiles preparados en el tema. En otros países hay maestrías de seguridad, yo creo ser el único peruano loco que ha hecho una maestría en seguridad. Mi base es antropología y de ahí terminé haciendo una maestría en seguridad en Estados Unidos, lo cual se puede hacer tam-bién en Inglaterra, España, Francia, Alemania, pero no en el Perú, de tal manera que en el Perú los civiles no tienen dónde prepararse civiles para este tipo de temática. Y no puede haber diálogo civil-militar, porque el militar sí sabe de temas civiles, porque hay militares abogados, militares economistas, administradores, etc. pero no hay civiles que manejen el tema de seguridad, entonces difícilmente podrán liderar.
Otro tema es diferenciar el rol militar del policial. Si nosotros ve-mos nuestra actual constitución las dos cosas están juntas, y una cosa positi-va es que el proyecto de la nuepositi-va constitución los está separando. Es impor-tante separar el rol militar del policial porque son distintos: uno es orden interno y el otro es defensa nacional.
Luego el tema de eficiencia profesional, una Fuerza Armada tiene que ser eficiente y profesional, y aquí no lo estamos logrando por un factor central que es el presupuesto; y ya hablaré mucho sobre presupuesto, pero hay una cosa central: no podemos reformar la Fuerza Armada sin presupues-to. Porque toda reforma cuesta, es más barato no hacer nada qure cambiar, los cambios cuestan. Y no podemos decirle a los militares que los vamos a reformar y decirles que no van a funcionar porque no van a tener presupues-to, no van a tener entrenamienpresupues-to, no van a tener armamenpresupues-to, no van a tener munición, porque eso definitivamente la Fuerza Armada no lo va a aceptar. Luego está el tema de inteligencia. Inteligencia en los institutos, por-que el servicio de inteligencia o el SNI no depende de la Fuerza Armada, depende del Presidente de la República. Pero la inteligencia de los institutos de la Fuerza Armada, o de los servicios, como se dice en otra parte, no debe estar volcada hacia la sociedad civil, y eso fue lo que vivimos no solamente los últimos diez años, si lo pensamos un poco fueron los últimos quince años. Eso ya no se da, es un gran progreso, ya el servicio de inteligencia no está volcado hacia los partidos políticos legales, ni está volcado hacia las ONGs ni está volcado hacia la sociedad civil en general, pero el problema es que se nos fue la mano: el servicio de inteligencia ya no funciona. Hemos hecho tal limpieza dentro de los servicios de inteligencia que cuando le preguntamos cómo está el asunto de la subversión, la verdad es que no saben mucho al respecto. Y cuan-do preguntamos si se están pasancuan-do las FARC de Colombia al Perú, la verdad es que tampoco tienen mucho que decir al respecto, y están partiendo de cero nuevamente, lo cual es sumamente peligroso.
Luego está el tema de que en una democracia las Fuerzas Armadas hacen la guerra de una manera diferente, y es el de guerra respetando los derechos humanos, y eso nuevamente es educación, es instrucción, es en-trenamiento. Esa instrucción y ese entramiento se viene dando aún desde fines del gobierno de Fujimori, pero yo creo que es indispensable insistir en esa temática, y sobre todo darlo a nivel de los cadetes, no de los oficiales de grado de coronel que dificilmente van a cambiar, sino desde los cadetes, que son muchachos de 17 años que apun pueden ser moldeados.
El otro tema es el de corrupción. Evidentemente no debe haber co-rrupción en una Fuerza Armada democrática, y en eso hemos avanzado bas-tante, por lo menos en lo que se refiere la limpieza de la casa, pero todavía nos queda elaborar un código de ética, esa es una cosa que está por hacerse.
Luego está el tema de obediencia de vida. En un sistema democrá-tico eso de la obediencia de vida es más un sistema de desobediencia de vida,
es decir hay ordenes que no se deben cumplir, en otras palabras no se deben cumplir ordenes ilegales. A mi no me pueden ordenar cerrar el congreso y yo cumplirlo porque me lo ordenó mi jefe inmediato superior. En una demo-cracia va preso no sólamente el que lo ordena sino también el que lo ejecuta, porque uno tiene la obligación, no solamente la potestad sino la obligación de no cumplir ordenes ilegales. Y eso es también cambiar el sistema de justi-cia militar, cosa que todavía no hemos hecho, y cambiar la educación, en lo que tampoco hemos avanzado.
Luego, en una democracia el militar es un ciudadano, lo cual signi-fica que el militar vota, y en eso tampoco hemos avanzado, no diré que gran cosa, no hemos avanzado nada.
En resumen, no hemos hecho mucho al respecto, entonces la pre-gunta es ¿qué ha hecho el Ministerio en los últimos dos años, o en el último año y medio? Lamentablemente el primer Ministro de Defensa no hizo gran cosa porque lo primero que hizo fue crear una crisis de relaciones civiles-militares. Antes de llegar el gobierno de Toledo, el futuro Ministro de De-fensa se había peleado con el Presidente del Comando Conjunto, gratuita-mente, acusandolo de cosas que no eran ciertas, e insistió en sacar al Presi-dente del Comando Conjunto, y para hacer esto no tuvo mejor idea que llevarse de encuentro a los tres comandantes generales, con lo cual se llevó de encuentro un excelente colaborador en el ejército y un excelente colabo-rador en la marina, y quienes los han reemplazado no colaboran tanto por un capricho político. Luego el problema con el almirante Palacios, que creo que todos conocemos, que también fue un asunto de capricho absoluta-mente innecesario. Han cambiado cinco comandantes generales en ocho meses, y con eso no vamos muy lejos.
Actualmente qué se está haciendo. En primer lugar se está traba-jando en la herramienta central de transformación que es el Ministerio, o sea una nueva ley orgánica del Ministerio. Eso tiene que aprobarse en el congreso. El congreso se pasó toda la legislatura anterior y no lo aprobó, y sigue la legislatura actual sin aprobarlo. Hay un punto central en este tema y es que hay dos viceministros civiles que van a manejar la economía y otro la logística, y eso la Fuerza Armada no lo quiere, y han ido al Congreso a convencer a los congresistas de que eso no es bueno. Y lo curioso es que los convenció, y ha tenido que ir el Ministro a explicarle a los congresistas la importancia de que esto se maneje centralmente desde el Ministerio. Final-mente parece que la ley va a salir como la quiere sacar el Ministro, lo cual va a ser un gran logro.
El segundo tema es el Libro Blanco. ¿Qué cosa es el Libro Blanco? Es una explicitación de la política de defensa del país. No importa qué diga el Libro Blanco, lo que importa es que es un acuerdo social sobre cuál es la política de defensa del país, qué Fuerzas Armadas queremos, qué roles y qué características van a tener esas Fuerzas Armadas. En otras palabras, es una legitimación social de la Fuerza Armada y del sistema de defensa del país. En eso está trabajando el Ministerio y está saliendo a consultar a la sociedad civil, debo decir lamentablente que es una sociedad civil que no se deja consultar porque de cada diez grupos que se llama u organizaciones que se convoca asisten cinco; de los partidos políticos no han asistido uno solo, y se les ha invitado en tres oportunidades.
Y luego se está iniciando el gran cambio de la educación militar. Recién estamos en los primeros momentos del cambio pero es fundamental para la transformación del sistema de seguridad del país. El otro tema es limpieza interna, se ha limpiado la casa. Y finalmente viene el tema del presupuesto. El presupuesto es central, si no hay presupuesto no va a haber cambio, sencillamente porque los cambios cuestan, y se está luchando para hacerle entender al Ministro de Economía que es imprescindible un puesto adecuado, que eso de que la Fuerza Armada tiene exceso de presu-puesto no es cierto, y que un cambio implica un poco más de presupresu-puesto y no un poco menos de presupuesto.
Muchísimas gracias.
