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Ing. Agr. José Guillermo Rodríguez Ing. Agr. Ignacio María Galarraga Ing. Agr. Magdalena Ocvirk Ing. Agr. Susana Matus Ing. Agr.

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Sistemas de Conducción 1 José Rodríguez DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA CÁTEDRA DE VITICULTURA Objetivos espec

Objetivos especííficosficos Soportar la carga de la producción anual del viñedo Menor costo de implantación Longevidad de la estructura acorde a la vida útil del viñedo Minimizar los costos operativos Permitir las labores culturales mecánicas Facilitar el empleo de riego presurizado y tela antigranizo

RAMÉ

VASO TETRALATERAL

PARRAL CUYANO ESPALDERO

Estos apuntes forman parte de la Serie Apuntes de Viticultura elaborados por los integrantes de la Cátedra de Viticultura:

Ing. Agr. José Guillermo Rodríguez Ing. Agr. Ignacio María Galarraga

Ing. Agr. Magdalena Ocvirk Ing. Agr. Susana Matus

Ing. Agr. Raquel García

A nuestros Maestros que nos formaron tanto desde el plano profesional como personal: Ing. Agr. Pedro Zuluaga

Ing. Agr. Enrique Zuluaga Ing. Agr. Francisco De la Iglesia

La conducción de la vid es uno de los tópicos más importantes en la actividad vitícola. La vid en su estado silvestre es una liana que trepa por los árboles de la foresta para alcanzar la luz; el hombre al domesticarla necesita conducir la planta para obtener una producción homogénea a lo largo de los ciclos productivos de la planta con la mayor relación calidad / cantidad posible. Este objetivo depende en gran medida del mi-croclima de la canopia dado por la conducción y el manejo cultural del viñedo en función de las caracterís-ticas ecoclimácaracterís-ticas del ambiente. Por otra parte esta actividad debe realizarse bajo un marco de manejo sustentable de tal manera de permitir una mecanización racional y el menor impacto sobre el medio am-biente. Todo ello dirigido a diferentes objetivos de producción y a diferentes escalas de producción. Esto hace que la elección, puesta en práctica y manejo de los sistemas de conducción tengan una complejidad que día a día es mayor.

Los capítulos que integran esta obra abarcan una síntesis en la evolución de la conducción en Europa y la Argentina; la definición y clasificación de los sistemas de conducción; una breve reseña sobre las carac-terísticas de los principales sistemas de conducción utilizados en el mundo; las caraccarac-terísticas de los sos-tenes empleados en la construcción; las relaciones estáticas en la estructura de conducción de los espalde-ros; notas sobre el diseño y el establecimiento de los viñedos; la construcción de espalderos y parrales. Finalmente se presenta un ejercicio sobre el cómputo de costos de implantación en los sistemas de con-ducción más utilizados en nuestro país.

Estos apuntes no pretenden reemplazar la bibliografía existente en el tema, sino dar una puesta a punto y un enfoque regional.

Ing. Agr. José Rodríguez Profesor de Viticultura

Cátedra de Viticultura – Facultad de Ciencias Agrarias – Universidad Nacional de Cuyo Mendoza

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Sistemas de Conducción 2 José Rodríguez

INTRODUCCIÓN

La vid, planta perenne leñosa tipo “liana”, presenta una extraordinaria diversidad de arquitectu-ra de vegetación y de estructuarquitectu-ras perennes, estas formas se agrupan bajo el término de “siste-ma de conducción” (Carbonneau, 1989).

Desde la antigüedad, el modo de conducción ha evolucionado entre dos tipos extremos; Fregoni M. (1998) distingue el modelo “etrusco”, limitado a la recolección de frutos de viñas salvajes, y el modelo “griego”, constituido por parcelas con fuerte densidad, con variedades elegidas por la calidad de sus frutos. Estas parcelas, objeto de cuidados, producían los mejores vinos, mientras que los procedentes de viñas salvajes eran mediocres. A lo largo de los siglos, los dos tipos de conducción han evolucionado. El modelo etrusco ha generado los cultivos aso-ciados, con cepas muy voluminosas, soportadas por árboles o postes, ya que son vides que ocupan todo el espacio y poseen un tronco elevado. El modelo griego fue adoptado muy pronto en todos los viñedos que producen vinos finos (Champagnol, 1984).

Según Reynier (1989), antes de la invasión filoxérica las vides se conducían en pequeñas poblaciones próximas al estado silvestre o en poblaciones densas, establecidas sin marcos de plantación regular o en líneas para facilitar el cultivo.

Existían entonces tres categorías de sistemas de conducción:

 viñas altas, desarrollados sobre árboles (olmos o moreras), de las que se encuentran aún ciertas formas en Italia (sistema de conducción Rayo Belussi) o en zonas que todavía no han sido destruidas por la filoxera (Turquía). Este tipo de conducción ya se mencionaba en escritos de agrónomos latinos como Varron, Columela o Plinio (Galet, 1988).

 viñas bajas, con densidad elevada y cuya vegetación era guiada sobre soportes de ramas secas.

 viñas muy bajas, con gran densidad (30 a 50 mil cepas por hectárea) cuya vegetación esta-ba libre o guiada sobre estacas individuales. Un ejemplo de este tipo de viñedo lo constitu-ye el antiguo sistema de conducción de la zona de Champagne denominado “plantación au folie” cuya evolución ha dado lugar a la actual poda Chablis. Así mismo, Galet (1988), apun-ta que el antiguo viñedo de Europa Orienapun-tal esapun-taba constituido esencialmente por cepas ba-jas, podadas en cabeza, aunque en plantaciones poco densas, con el único fin de poder en-terrarlas en invierno, estación durante la cual la temperatura desciende frecuentemente por debajo de –15ºC.

El vaso ya era conocido por los autores latinos (Columela, Palladios) y los romanos lo di-fundieron en las provincias ocupadas por el imperio (Galet, 1988).

A comienzos del siglo pasado, en este viñedo, se produjo una primera transformación, de forma lenta, dada la longevidad de la vid, cuya causa fue la sustitución del trabajo del hombre por el paso de aperos arrastrados por animales de tiro; ello supuso el paso a la plantación ali-neada, con calles de al menos 0,8 m y estrechamiento de la vegetación para permitir el paso de los animales. Esta evolución se aceleró y se generalizó con la invasión filoxérica (Cham-pagnol, 1984; Branas, 1974).

La invasión filoxérica obligó a la reconstitución del viñedo sobre nuevas bases: empleo de portainjertos resistentes, alineación de las plantaciones, separación de filas, empalizamiento colectivo de cepas en zonas septentrionales.

Después de la Segunda Guerra Mundial, hacia los años 50, se produjo una nueva transfor-mación en la concepción del viñedo, en este caso fueron varios los motivos que indujeron a ello y que señalan diversos autores (Dumartin, 1981; Champagnol, 1984; Branas, 1974).

Factores técnicos

 Generalización del tractor para el trabajo del suelo y los tratamientos, con varias posibilida-des (adaptación de la viña a la máquina y viceversa): tractores viñateros para callejones

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es-Sistemas de Conducción 3 José Rodríguez

trechos, tractores zancudos para viñas muy estrechas, tractores polivalentes, anchos, me-nos costosos para viñas anchas.

 Empleo de herbicidas químicos.

 Posibilidad de recolección mecánica para las viñas conducidas en plano vertical.  Posibilidad de mecanizar la poda total o parcialmente, según el sistema de conducción. Factores económicos

La necesidad de reducir los costos de mano de obra repercute en la mecanización de las labo-res culturales, de la cosecha y parcialmente de la poda invernal, así como la difusión del man-tenimiento del suelo con herbicidas.

Los trabajos mecanizados son tanto menos costosos cuanto más separadas estén las filas del viñedo, por lo que ha habido una tendencia hacia la reducción de las densidades de plantación, especialmente en viñedos conducidos en planos verticales (viñas altas y anchas).

Los resultados de esta evolución han sido: una disminución de los costos de cultivo, aumento de la producción, reducción de la carga global por hectárea, aumento del vigor de las plantas y pero microclima luminoso en hojas y racimos, con la consiguiente repercusión en la calidad del mosto, de la que muchos estudiosos del tema se lamentan, así por ejemplo, Cham-pagnol (1984) refiriéndose al viñedo francés, sostiene que “en esta evolución, la incidencia de los costos del cultivo va cobrando cada vez más importancia, mientras que los elementos bio-lógicos, la adaptación de la planta al medio y el nivel de calidad de los productos tiende a mi-nimizarse. En numerosas situaciones, el modelo griego ha sido contaminado por el modelo etrusco”. Igualmente, Murisier y Spring (1986), afirman que “la evolución del viñedo suizo hacia sistemas anchos y altos, consecuencia de la aparición del tractor, entraña un cierto número de inconvenientes: alargamiento del ciclo vegetativo, reducción del contenido azucarino a igual rendimiento, aumento de la acidez del mosto, en particular málica y aparición de caracteres herbáceos en los vinos”.

Factores legales

La evolución de los sistemas de conducción del viñedo ha estado y está condicionada por el marco legal que afecta a muchas zonas de producción que con el objetivo de proteger las par-ticularidades del viñedo y la personalidad de sus vinos ha regulado lo que a juicio de sus exper-tos era el sistema de conducción adecuado (marco, tipo de conducción, carga, etc.). Esta regu-lación del sistema de conducción está simplificada en todos o en muchos sentidos y en otros casos la justificación sólo obedece al peso de la tradición y al desconocimiento, suponiendo un freno al desarrollo tecnológico y a las posibilidades de mejora de la calidad de los mostos.

Por otra parte, la extensión del cultivo de la vid a zonas no consideradas tradicionalmen-te vitícolas, como California, Nueva York, Sudáfrica y Australia e instalación del cultivo en sue-los profundos y fértiles, condujo al desarrollo de una vides con excesivo vigor, donde sue-los siste-mas de conducción tradicionales no han dado buen resultado.

Toda esta problemática de la viticultura a nivel mundial, ha conducido a la puesta en marcha de grupos de trabajo con el fin de estudiar el comportamiento ecofisiológico de distintos sistemas de conducción, es decir, evaluar las influencias de los factores del medio en el funcio-namiento de la planta entera.

El pionero en estos estudios fue el estadounidense Nelson Shaulis, creador del sistema de conducción GDC (Geneva Double Curtain), cuyo mérito consistió en romper el esquema tradicional del cultivo de la vid en espaldera o en vaso, al dividir la canopia (parte aérea de la planta) en dos cortinas de vegetación descendente, con el fin de duplicar el aparato fotosintéti-co de la planta y permitir una mayor aireación y mejor penetración de la luz en la zona de los

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Sistemas de Conducción 4 José Rodríguez

racimos, consiguiendo una mejora importante en la calidad y cantidad de cosecha con plantas vigorosas y baja densidad por hectárea.

Desde entonces, la concepción clásica de asociar viñedos de alta densidad y cepas débiles con alta calidad de producto y viñedos con grandes marcos y cepas vigorosas con mala calidad, ha cambiado, el objetivo, actualmente es conseguir un equilibrio hojas / fruto y un buen microclima a nivel de racimos que asegure la calidad del producto, haciendo uso de los avances técnicos disponibles.

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Sistemas de Conducción 5 José Rodríguez

2. EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS DE CONDUCCION EN ARGENTINA

La vid fue introducida en el país junto con la colonización de nuestro territorio. En las provin-cias cuyanas de Mendoza y San Juan encontró las condiciones ecológicas adecuadas para su desarrollo. Así comenzó una incipiente vitivinicultura que se basó en el cultivo de variedades “Criollas”, provenientes sobre todo de semillas de cultivares de origen español. A partir de 1850 tres hechos marcaron un gran desarrollo de la actividad: la introducción de cepajes nobles franceses, principalmente el Malbec; la importante masa inmigratoria que produjo un aumento en el consumo de vinos y la llegada del ferrocarril que permitió el envío de los productos a los centros de consumo. En esta etapa de nuestra vitivinicultura se utilizó el modelo “griego”, de alta densidad y plantas de poco vigor que se tradujo en la utilización del espaldero bajo, con una altura de 1,5 m y el empleo de tres alambres. Los viñedos de cepajes nobles ubicados en las cercanías de la ciudad de Mendoza, denominada “Primera Zona”, se adaptaron muy bien a estas viñas bajas. Esta zona se caracteriza por ser pedemontana con suelos poco profundos, elevada pendiente y empleo de riego superficial.

Con el transcurso del tiempo se fue sumando al cultivo otras zonas con mayor potencial productivo, al estar en el llano, con suelos profundos y el uso de agua subterránea. Al principio se continuó utilizando la viña baja aún con variedades de mayor vigor, especialmente las “Crio-llas” o el Pedro Gimenez mendocino; no obstante en estos casos la adaptación no fue la ade-cuada.

Uno de los sistemas de conducción más difundidos en Europa, el Vaso fue introducido en el nacimiento de nuestra vitivinicultura; sin embargo su difusión fue muy limitada ya que las plantas presentaban un aparato vegetativo y productivo que desbordaba su arquitectura, espe-cialmente en San Juan, con una oferta energética alta. Con el objetivo de adaptarlo a estas condiciones se aumenta su altura y se hace uso de sostenes, dando nacimiento, probablemen-te del denominado “Parral sanjuanino”. Esprobablemen-te sisprobablemen-tema se caracprobablemen-teriza por ser de desarrollo hori-zontal, con una altura no muy elevada y con una densidad elevada, que conserva el típico ca-nasto del Vaso. La mecanización de las labranzas y labores culturales, introducción del tractor, produjo la derivación en el denominado Parral cuyano, con una altura mayor y una densidad menor.

El parral cuyano comenzó a usarse en forma masiva en la década del 50, pero tuvo au-ge a finales de los 60 y durante la década del 70, llegando a desplazar a los espalderos. Esto coincide con una época denominada de la “masificación” de la vitivinicultura, en donde el con-sumo y el precio del vino eran muy altos. A fines de los 70 la superficie supera las 350 mil hectáreas y el consumo per cápita alcanza los 93 litros. Además se produjo un cambio en la composición varietal, con una tendencia hacia variedades productivas: Criollas, Torrontés, Ugni blanc, Tempranilla, Bonarda. Este modelo que se optimiza en la región noreste de la provincia se traslada incluso a la región pedemontana con resultados previsibles. Esta zona no puede competir en rendimientos y produce una caída importante en la superficie cultivada, especial-mente de variedades menos productivas, tal es el caso del Malbec, que sufre una importante disminución.

Es a partir de fines de la década del 80, cuando se origina una crisis estructural de la actividad, con una disminución marcada en el consumo de vinos corrientes y un aumento rela-tivo de los vinos finos, que se produce una profunda reestructuración de la actividad. Aumenta la implantación de variedades finas con una tendencia, en principio, hacia el uso de espalderos altos de cuatro alambres fijos. Esta modalidad comenzó en algunas empresas de punta con-formando un paquete tecnológico que incluye el uso de riego por goteo, clones seleccionados, empleo de tela antigranizo y una alta mecanización. Esta tendencia se ve reforzada por la in-troducción de sostenes a partir de maderas blandas preservadas a partir de sales pesadas, como el eucalipto tratado con CCA, con un costo menor que las tradicionales maderas duras, en especial el algarrobo. Por otra parte este sistema de conducción sufre una importante evo-lución, con un creciente empleo de alambres móviles y un diseño que apunta a la creciente mecanización.

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Sistemas de Conducción 6 José Rodríguez

Podemos observar el predominio hasta la década del 60 del espaldero bajo y su poste-rior reemplazo por el parral cuyano. El espaldero alto comienza a tener protagonismo a finales de los 70 y desde allí sufre un incremento constante. Debemos tener en cuenta la disminución de la superficie total cultivada de casi 150 mil hectáreas, que evidentemente se produce a cos-ta de los viñedos conducidos en espalderos bajos, solamente de Malbec se erradicaron cerca de 40 mil hectáreas. (Gráfico 1)

Gráfico 1. Evolución de la superficie vitícola según sistemas de conducción en el país

Gráfico 2. Evolución de la superficie vitícola según sistemas de conducción en Mendoza

En la provincia de Mendoza la evolución es similar a la del país, pero los cambios son más marcados, se observa la notable disminución del espaldero bajo, más de 100 mil hectáre-as y el incremento del espaldero alto en los últimos años. (Gráfico 2)

En la actualidad en el país predomina el parral, existe todavía una alta proporción de viñedos conducidos en espaldero bajo y una creciente cantidad en espalderos altos. (Gráfico 3).

1956 1968 1977 1989 1995 0 20000 40000 60000 80000 100000 120000 140000 160000 180000 h e c re a s espaldera baja espaldera alta parral otros 1963 1968 1979 1989 1995 0 20000 40000 60000 80000 100000 120000 140000 160000 h e c re a s espaldera baja espaldera alta parral otros

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Sistemas de Conducción 7 José Rodríguez Gráfico 3. Distribución de los sistemas de conducción en el país. Año 1995.

La distribución de los viñedos según sistemas de conducción en las principales provincias pro-ductoras no es homogénea. Hay un notable predominio del parral en San Juan y La Rioja, mientras que en Mendoza la mitad es parral y el resto espalderos. En Río Negro predominan los espalderos, sobre todo el alto. Los otros sistemas de conducción (cabeza, vaso) no son representativos en ninguna provincia, excepto en el Alto Valle. También debemos notar la im-portancia del sistema Majuelo riojano en dicha provincia, que contribuye en gran parte al 10% de otros sistemas de conducción (Gráfico 4).

Gráfico 4. Distribución de viñedos según sistemas de conducción. Año 1995

Finalmente en la provincia de Mendoza la distribución de los sistemas de conducción en las distintas zonas se observa en el Gráfico 5. Podemos distinguir en la Primera Zona, región típica del Malbec y de cepajes finos, un predominio en la actualidad del parral, aunque con una alta proporción del espaldero bajo. En el noreste y el Valle de Uco predomina netamente el parral, aunque por razones diferentes, en la primera por el potencial productivo y en la segunda por

parral 66% espaldero alto 11% espaldero bajo 23% vaso otros Mendoza espaldera baja 31% espaldera alta 13% parral 56% San Juan espaldera baja 2% parral 98% La Rioja parral 88% espaldera baja 1% espaldera alta 1% otros 10% Río Negro espaldera baja 32% espaldera alta 39% parral 28% vaso 1%

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Sistemas de Conducción 8 José Rodríguez

motivo de la incidencia de las heladas tardías. En cambio en la región del Atuel (San Rafael y General Alvear) existe un predominio del espaldero bajo, que habla de una viticultura más tra-dicionalista.

Gráfico 5. Distribución de los viñedos según sistemas de conducción en la Provincia de Mendo-za. Año 1995. primera zona espaldero bajo 33% espaldero alto 10% parral 57% vaso noreste espaldero bajo 27% espaldero alto 11% parral 62% vaso valle de uco espaldero bajo 23% espaldero alto 15% parral 62% vaso atuel espaldero alto 22% parral 33% vaso espaldero bajo 45%

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3. DEFINICIÓN

El término “Sistema de Conducción” es la adaptación a la viticultura de habla hispana del término “Système de conduite” adoptado por el GESCO (Grupo de Expertos en Sistemas de Conducción de la OIV) y utilizado en la viticultura de habla francesa, que se corresponde con el denominado “Canopy management” empleado por anglosajones y con el llamado “Sistemi di allevamento” de la viticultura italiana.

La conducción se define corno la forma o disposición que se da a las diferentes partes de la planta de acuerdo a diversos tipos de estructuras de sostén que condicionan la altura del tronco, la dirección de los brazos, los elementos de poda y la exposición del follaje a la luz so-lar.

Carbonneau comenta que el término “Sistema de conducción” representa una síntesis de dos grupos de operaciones vitícolas:

 Las que constituyen el modo de conducción: altura del tronco, tipo de poda, riqueza de po-da, ubicación de los sarmientos, forma de la canopia, las operaciones en verde, que es co-rrectora del equilibrio entre la parte vegetativa y productiva, despunte, deshoje, raleo.  La densidad y disposición de las plantas en su establecimiento, así como la orientación del

viñedo.

Otros autores definen al Sistema de Conducción como “el conjunto de técnicas elegidas para el establecimiento del viñedo y el control de su desarrollo”.

Existen criterios técnicos y económicos en la decisión del sistema de conducción a utili-zar. Como la variedad, suelo, localización, densidad, orientación del viñedo; modo de conduc-ción, es decir arquitectura de la planta; altura de la canopia, vigor, labores culturales, labranzas, riego y control fitosanitario. Otros aspectos implican modificaciones de la canopia durante el ciclo vegetativo, ubicación de brotes, desbrotes, despuntes, deshojes, etc.

Es importante tener en cuenta que estas intervenciones están ligadas entre ellas por múltiples interacciones. Para cada uno de los parámetros anteriormente considerados, el viti-cultor debe elegir entre las alternativas utilizables. El conjunto forma una combinación cuyos efectos agronómicos y económicos son específicos para un medio y un cepaje dado. Entre es-tos parámetros, algunos son permanentes, por lo tanto son poco modificables, mientras que otros tienen carácter anual y pueden modificarse con más facilidad.

Los efectos del microclima sobre la fisiología de la planta y la calidad enológica comen-zaron a develarse por los trabajos de SHAULIS, BALDINI e INTRIERI, BUTTROSE, CARBON-NEAU, KASIMATIS, LIDER, KLIEWER, KRIEDEMANN, MAY, MULLINS, SMART, SRINIVA-SAN, WINKLER y otros.

En todos estos estudios se reconoce el rol especial que la iluminación juega en la pro-ductividad y calidad.

La canopia de vid es el sistema aéreo de la planta, es decir el aparato foliar, brotes, in-florescencias, zarcillos, frutos, tronco y brazos. Los diferentes sistemas de conducción adoptan formas particulares de canopia que se pueden sintetizar en:

 Continuas, cuando la vegetación de las plantas se mezcla sin espacios de separación. En este caso pueden ser verticales, horizontales u oblicuos.

 Libres, respeta el hábito de crecimiento de la planta al no colocar sostenes de follaje.

 Dividida, cuando la canopia está separada en paredes de follaje o cortinas; que pueden estar en dos planos (ascendentes y/o descendentes) o en un plano.

El manejo de la canopia incluye numerosas prácticas que determinan la posición y can-tidad de hojas, brotes y frutos en el espacio, para lograr un microclima adecuado que permita mejorar la producción, la calidad del vino, reducir la incidencia de enfermedades y facilitar la mecanización.

Las técnicas de manejo de la canopia, según SMART, son: sistema de conducción, po-da invernal, desbrote, despampanado, posicionado de brotes y deshoje.

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Caracterización agronómica del sistema de conducción

Densidad de plantación Marco de plantación

Disposición de la cepa en el espacio. Altura del tronco Tipo de poda

Operaciones en verde

Los objetivos fundamentales que se persiguen con la conducción son:

 Permitir que cada variedad exprese libremente su potencial vegetativo, productivo y cualita-tivo.

 Ajustar la poda según la fertilidad de las yemas de la variedad.

 Hacer un eficiente uso de la luz directa o difusa para conseguir una adecuada fertilidad de las yemas.

 Facilitar las labores del viñedo (paso de maquinaria, riego, poda, tratamientos fitosanitarios, cosecha).

 Reducir la probabilidad de daños por heladas.  Optimizar la calidad de la canopia.

 Obtener una producción de óptima calidad.

Factores a considerar en la elección del sistema de conducción

Siendo la vid un cultivo intensivo, con elevado costo de instalación y mantenimiento, es funda-mental estudiar el sistema de conducción que se va a aplicar de manera de efectuar la explota-ción en las condiciones más redituables.

Hay que tener en consideración, además de los factores imprevistos que pueden pre-sentarse, los factores generales que tendremos que adoptar como norma para efectuar una correcta selección. Estos factores son: variedad, características del suelo en el cual se va a implantar el viñedo, influencia del clima, aspectos económicos.

Variedad

Para elegir el sistema de conducción el primer factor a tener en cuenta es la variedad emplea-da según el objetivo de la producción:

 Vinificación, en tal caso se tiene en cuenta el tipo de vino, de mesa, varietal, vino fino de máxima calidad (top), vino fino de exportación u otros.

 Producción de mostos, en tal caso blancos o tintos.  Producción de uva en fresco, qué variedad, precocidad.  Producción de uvas para pasa.

En condiciones semejantes de clima y suelo, hay cepas cuyos brotes anuales alcanzan gran desarrollo (vigor), en tanto otros cultivares no presentan esta característica. El vigor indica la mayor o menor altura y expansión requerida en la conducción para lograr una adecuada ex-posición a la luz. Otra característica a tener en cuenta es el hábito de crecimiento, ya que hay variedades con hábito de crecimiento erecto, como Malbec o Muscadet, otros en cambio pre-sentan una vegetación más abierta, caso del Syrah, Cabernet Sauvignon o Sauvignon blanc. Se debe tener presente que un sistema de conducción no siempre puede ser utilizado para todas las variedades debido a estas diferencias.

Características del suelo

El vigor de la cepa está ligado directamente con la fertilidad del suelo. En un suelo fértil las plantas adquieren buen desarrollo, en cambio en un suelo pobre las plantas no adquieren mu-cho vigor. Por lo tanto los sistemas de gran expansión vegetativa requerirán suelos fértiles, no así los de pequeña expansión vegetativa.

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Sistemas de Conducción 11 José Rodríguez Influencia del clima

Existen dos tipos de condiciones climáticas para el cultivo de la vid; uno está constituido por condiciones poco favorables, en latitudes elevadas y con iluminación y temperatura, en cierto modo limitantes, en este caso el sistema de conducción es mucho más importante, es decisivo para alcanzar una cierta maduración.

El otro agrupa las regiones donde el ciclo de la vid se desarrolla perfectamente, corres-ponde a latitudes más bajas y con temperatura e iluminación abundantes. En este caso el sis-tema de conducción es importante pero no tan decisivo como en la situación anterior.

Aspectos económicos

La estructura del sistema de conducción debe estar diseñado de tal manera que posea las si-guientes características.

 soportar la carga de la producción anual del viñedo  menor costo de implantación

 longevidad de la estructura acorde a la vida útil del viñedo  minimizar los costos operativos

 permitir las labores culturales mecánicas

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Sistemas de Conducción 12 José Rodríguez

4. CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS DE CONDUCCIÓN

El sistema de conducción permite al hombre, para una variedad y un medio dado, optimizar los factores del medio y las respuestas fisiológicas de las plantas para obtener el producto desea-do. Los parámetros que constituyen el sistema de conducción que se utilizan para este fin son:

 La densidad y la geometría de la plantación  La orientación de la hilera

 La poda de formación y de fructificación  La forma de ordenamiento de la vegetación  Las operaciones en verde

La descripción detallada de los diferentes sistemas de conducción de la vid figuran en los diferentes tratados de Viticultura WINKLER (1974), RIBEREAU-GAYON (1971), HUGLIN (1986), GALET (1983), DALMASSO (1975), FREGONI (1998), REYNIER (1997), FERRARO OLMOS (1983), WEAVER (1981), COOMBER Y DRY (1992), etc. Para los modelos más re-cientes los trabajos de CARBONNEAU, GARGNELLO, CLINGELEFFER, CASTERAN, IN-TRIERI, MAY, SHAULIS, SMART, etc.

Hubieron y existen variados sistemas de conducción en el mundo, algunos ya dejados de usar por su impracticidad, mientras otros se usan cada vez menos por los altos costos ope-rativos. Por otra parte, estudios ecofisiológicos han permitido el diseño de nuevos sistemas que buscan optimizar los factores agroecológicos de los mismos. También ha tenido una influencia capital, la creciente mecanización en la elección del sistema en las nuevas implantaciones. A partir de esta variedad y confusión de sistemas, es útil una clasificación y efectuar un agrupa-miento de los principales tipos.

El primer criterio de clasificación se refiere a la presencia o ausencia de estructuras de sostenes, con mayor o menor grado de complejidad. En tal sentido, los sistemas denominados “libres” llevan los primeros años tutores para la formación de las plantas, hasta que las mismas forman un fuste que le permite su propio sostén.

En el grupo de sistemas libres, hemos colocado al sistema en cabeza y en vaso. Dentro del cual se lo ha dividido en función del tamaño de la planta (bajo y alto); no obstante se debe aclarar que esta clasificación no tiene en cuenta la cantidad y diversidad de sistemas muy di-fundidos en el mundo, sobre todo en Europa (Gobelet meridional, Chablis, Semur, Médoc, etc.).

El segundo criterio de clasificación es el ordenamiento de la vegetación (canopia). Los sistemas más difundidos en nuestro país son de canopia simple, espalderos (desarrollo verti-cal) y parral (desarrollo horizontal). Los denominados espalderos se han clasificado en función del volumen vegetativo (pequeño, mediano y grande) y coexisten en ellos diferentes tipos de poda: corta, mixta y larga. Lo mismo sucede en los de desarrollo horizontal o parrales.

Los sistemas de canopia dividida son aquellos que poseen un ordenamiento vegetativo que permite distinguir más de un módulo de vegetación. Éstos pueden estar en un mismo plano (Scott Henry) o en dos planos; en tal caso la vegetación puede ubicarse ascendente (Lira), descendente (GDC) o mixta (RT2T).

Finalmente los sistemas de canopia libre son aquellos que poseen estructura de empali-zamiento, pero la vegetación, incluyendo la madera de poda no se ordena en el espacio, sino en forma natural.

Esta clasificación no es exhaustiva y solamente pretende dar los lineamientos básicos para un ordenamiento de los principales sistemas que se han utilizado o se pueden utilizar en nuestro país.

SISTEMAS LIBRES

Son sistemas que no cuentan con una estructura permanente de conducción. En general son de pequeña expansión vegetativa, con una densidad elevada de plantación.

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Sistemas de Conducción 13 José Rodríguez Sistema en Cabeza

Se lo conoce en Francia como Tête de saule; en España como "a la mimbrera" o "a la ciega"; en Italia, Capitoza o Testa de salice.

Es el más reducido de los sistemas que se utilizan en la viti-cultura. Se emplea en algunas zonas de Italia, España, Francia, Rumania, Rusia y otros países para el cultivo de variedades de Vitis vinifera y también para plantas madres de portainjertos americanos. Para este último fin es ideal, ya que produce abundante cantidad de madera con rendimien-tos elevados. En el caso de variedades viníferas para poder usar este sistema deben tener yemas casqueras y el bouri-llon fértiles, ya que éstas son las únicas yemas que se dejan con la poda.

Este sistema debe utilizarse para zonas cuyo potencial vitícola sea muy bajo; es decir para terrenos muy magros o con climas muy rigurosos (bajo producto heliotérmico), como cier-tas zonas de Rusia, donde se lo usa porque facilita poder enterrar la planta durante el invierno para protegerla de los fríos intensos. También en algunas zonas de España, con suelos muy pobres y con cultivo en secano.

La planta se forma con un pequeño tronco de 20 a 30 cm. La parte superior se va abul-tando paulatinamente tomando la forma de una cabeza. La poda consiste en rebajar todos los sarmientos a la altura de las yemas casquera y/o el bourillon. Cuando se cultiva para produc-ción de madera de portainjertos se realiza un raleo de brotes para obtener mejor calidad de la misma.

Sistema en Vaso

Desde el punto de vista vitícola es el más difundido en el mundo, tanto la forma típica como sus modificaciones. Posee un gran número de sinónimos: Go-belet, Alberello, arbolito, "en copa", "en redondo", etc. Tie-ne amplia difusión en Francia, España, sur de Italia, Ru-mania, AleRu-mania, Rusia, etc.

Es un sistema de poda corta, pitones de 1 ó 2 mas. Por lo tanto también se adapta a variedades con ye-mas basales fértiles. Se lo usa para variedades finas de vinificar, como búsqueda de la calidad a través de los ba-jos rendimientos por las condiciones ecológicas de la loca-lización del viñedo. Un ejemplo típico está dado por el cul-tivo de la variedad Pinot noir en Francia para la obtención del Champagne. En esta región el clima es muy riguroso, los rendimientos no superan los 25 hectolitros por hectá-rea. Se introdujo en la Argentina, pero no se adaptó, ya que la baja producción estuvo acompañado con poca calidad de la uva. Se cree que el sistema se fue modificando hasta lo que se conoce como parral sanjuanino.

En este sistema la planta adquiere un tronco de altura variable, desde pocos centíme-tros hasta 60 - 80 cm como máximo. Este tronco se divide en un número variable de brazos (1 a 6), en forma radial; cada uno de estos brazos puede llevar 1 ó 2 pitones. Cuando se cultiva en colinas se desarrolla en forma muy reducida con un tronco de 30 cm con 2 ó 3 brazos que portan 1 ó 2 pitones (Vaso bajo). En cambio en cultivos de llanura con suelos más fértiles la altura del tronco puede alcanzar los 80 cm y el número de brazos hasta seis, con pitones de 2 yemas (Vaso alto).

La poda de fructificación es muy sencilla y consiste en podar a pitón el sarmiento más bajo na-cido del pitón anterior. Se debe tratar que la disposición de los pitones sea radial y a la misma altura; se evita así que la planta se vaya alargando.

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Sistemas de Conducción 14 José Rodríguez Este es el esquema de un vaso típico, pero existen numerosas modificaciones en dife-rentes regiones del mundo para adaptarlo a sus condiciones ecológicas. Ejemplo de ellos son el Paletto, Archetto, Rastra, Abanico, Chablis, Seumur, etc.

SISTEMAS CON APOYO

Son los sistemas que emplean diferentes estructuras, desde muy sencillas hasta muy sofistica-dos. Vamos a describir aquí solamente aquellos que se usan o se han usado en nuestro país, también algunos que puedan ser utilizados en el futuro.

Sistema Royat

Es un sistema de canopia simple, desarrollo vertical, pequeña expresión vegetativa (en su origen), de poda corta (pitones). Es de origen francés. En Italia se lo llama Cordone Speronato.

Consiste en un cordón unilateral de longitud variable provisto de pequeños brazos portadores de los pitones. El sistema apoya sobre una estructura de sostenes y alambres (espaldero).

Sistemas Guyot

Constituye un conjunto de sistemas de conducción basados en ser de canopia simple, desarro-llo vertical, apoyados sobre un espaldero; se dejan en la poda de fructificación de 1 hasta 6 elementos Guyot (pitón y cargador). En nuestro país se asocian a la denominación de viña baja y viña alta, que hace referencia a la altura del espaldero, pero que no constituye un sistema de conducción. La viña baja o espaldero bajo suele presentar una altura total de 1,5 m; tiene tres alambres, generalmente no posee estacón, los claros son de 7,2 m y tienen en los cabeceros un claro más corto. Sobre esta estructura se encuentran viñedos con diferentes sistemas: Gu-yot simple, GuGu-yot doble y GuGu-yot triple (mendocino).

La viña alta o espaldera alto, con una altura de 1,8 m, suele tener cuatro alambres, lle-van estacones y la distancia entre los postes intermedios suele ser de 7,5 a 8 m. Los sistemas que se cultivan son: Guyot triple, Guyot cuádruple, Guyot séxtuple y actualmente el Cordón bilateral.

El sistema Guyot doble fue introducido por M.A. Pouget, en Mendoza, y fue un mejoramiento significativo en la vitivinicultura mendocina. La conjunción de este sistema y el cultivar Malbec constituyó la denominada "viña francesa" que llegó a ocupar más de 50.000 hectáreas en la provincia y marcó la calidad del vino.

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Sistemas de Conducción 15 José Rodríguez Sistema Guyot doble

Es un sistema de canopia simple, desarrollo vertical, mediana expansión vegetativa que apoya sobre una estructura de espaldera. La planta se forma sobre un tronco de altura variable (30 a 70 cm). Sobre él se continúan los brazos primarios, que llevan el elemento Guyot: pitón (de renuevo, más bajo) y cargador (elemento de producción). Los cargadores se atan al primer alambre, normalmente en forma curvada (modificación Bordelés); otras veces suelen enrollarse en el alambre.

La estructura denominada espaldera, está compuesta de hileras de estructura individual. Se integra de postes y alambres. Entre los primeros se usan: estacones, cabeceros e intermedios. Los alambres utilizados son: riendas, de estructura, de conducción y sostén del follaje, que pueden ser fijos o móviles.

La poda de formación se realiza dejando dos o tres yemas en el barbado en el momento de plantarlo; en la primavera, se elige el brote más vigoroso y se lo verticaliza, los restantes se despuntas cuando tienen unos 30 cm. En el primer invierno, se corta el sarmiento por debajo del primer alambre, donde se ata bien estirado; se desyema 20 a 30 cm por debajo del alam-bre, se dejan 3 a 4 yemas y se eliminan las restantes hasta la base (también se puede reem-plazar el desyeme con desbrote en la primavera siguiente). En la primavera siguiente se eligen los sarmientos más vigorosos y se guían por los alambres los restantes se despuntan. En el invierno, estos sarmientos se ubican con un ángulo de 45º a la vertical y se cortan a la altura del primer alambre; se dejan 2 ó 3 yemas en la base y el resto se eliminan. En el próximo in-vierno se realiza la poda de fructificación, es decir, se poda a pitón el sarmiento inferior y a car-gador el superior, en ambos brazos.

La poda de fructificación anual consiste en la eliminación del cargador del año anterior. De los brotes del pitón se rebaja él más bajo como pitón y se deja un nuevo cargador a partir del brote apical. Sobre esta poda normal se presentan diversos casos. Si en la poda anterior no se dejó pitón, se deben dejar tanto el pitón como el cargador a partir del cargador del año pa-sado o aprovechar algún chupón para rebajarlo a pitón. Si los brazos de la planta sobrepasan el primer alambre se debe hacer una poda de rebaje a partir de un chupón (media caña).

Cordón bilateral

Es un sistema de mediana expresión vegetativa que apoya sobre una espaldera. La planta po-see un tronco que bifurca en dos brazos por debajo del primer alambre. Los brazos son cordo-nes permanentes y tienen pequeños brazos secundarios cada 10 a 20 cm que se podan anualmente a pitón de 2 a 3 yemas.

Es el sistema que en la actualidad se prefiere para la producción de uvas de vinificar, sobre todo para variedades finas. Las ventajas que presenta es la facilidad de formación, disminuye los costos de poda y atadura; presenta una maduración uniforme de la uva; permite mecanizar la poda y cosecha.

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Sistemas de Conducción 16 José Rodríguez La poda de formación, luego de la im-plantación del barbado, consiste en reba-jar el mismo a dos yemas. Luego de la brotación y el crecimiento de los pámpa-nos, se rebaja uno de ellos a 20 cm, el otro (más vigoroso) se conduce con una caña o hilo plástico en forma vertical. Los pasos posteriores de la formación de-penden del vigor del viñedo.

En caso de vigor débil, cuando el sarmiento no alcanza el primer alambre o queda con entrenudos pequeños, en el invierno conviene rebajar el mismo a dos yemas y co-menzar de nuevo la formación.

En caso de vigor medio, cuando el sarmiento supera el primer alambre con un diámetro superior a 10 mm y posee entrenudos medianos a largos; en el invierno se rebaja entre el pri-mer y segundo alambre, se ata el extremo al segundo alambre estirando para que el tronco se forme derecho; se desyema el espacio entre el primer y segundo alambre. En la primavera si-guiente se eligen los tres brotes apicales y los coloco en forma vertical para estimular el creci-miento; el resto de los brotes se despuntan cuando tienen 15 cm. En el invierno siguiente se eligen dos de los sarmientos, por su ubicación y el ángulo del arqueado, se recuestan sobre el primer alambre y se rebajan a un diámetro de 10 mm, se deben atar cada 30 cm aproximada-mente, no conviene enrollarlo sobre el alambre ya que el crecimiento posterior en diámetro in-crusta el alambre en su interior. Posteriormente en la primavera se realiza un raleo de brotes, dejando aquellos que van a constituir los brazos portadores de pitones, que deben estar sepa-rados por 12 a 18 cm; se eliminan preferentemente los brotes que nacen de yemas ubicadas hacia abajo; el último brote se estimula a crecer para poder continuar el futuro cordón. Final-mente en el siguiente invierno se comienza con la poda de fructificación rebajando los brotes a pitones de dos yemas.

Por último en plantas vigorosas, en la misma estación de la implantación, se procede a rebajar el pámpano cuando éste supera al segundo alambre; la altura de rebaje está entre el primer y segundo alambre. Se estimula el crecimiento de las dos feminelas mejor ubicadas, verticalizándolas y suprimiendo al resto de feminelas y/o yemas latentes que pudieran brotar. En el invierno se horizontalizan y se rebajan a un diámetro de 10 mm. En la primavera siguien-te se ralean los brosiguien-tes para formar los brazos secundarios, eliminando los inferiores y los muy próximos; se estimula el crecimiento del último brote para poder continuar el cordón, si fuera necesario. En el invierno se procede a la poda de fructificación, rebajando a pitones todos los brazos dejados y prolongando el cordón hasta tocar la planta vecina.

Sistema Sylvoz

Es un sistema originario de la región francesa de Savoia. Este es muy usado en el norte de Italia. Es aconsejable la utilización de este sistema para aquellas zonas propensas a ser afec-tadas por heladas, debido a la altura a la que se conduce la planta. Consiste en un cordón uni-lateral que se conduce sobre el segundo alambre, provisto de unos 5 - 7 cargadores que se atan curvados hacia el primer alambre. El tipo de poda es exclusivamente larga (se debe tener presente que por lo general se dejan pitones). Los sostenes son verticales y provistos de 3 alambres.

En cuanto a la poda de fructificación que se realiza, como este sistema no lleva pitones para renovar la poda, se selecciona como cargador de ese año el sarmiento más bajo del cargador del año anterior.

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Sistemas de Conducción 17 José Rodríguez

Una modificación introducida por Smart consiste en no atar a los cargadores, y luego durante el verano dividir la canopia, al conducir parte de los brotes hacia abajo con alambres móviles.

Sistema parral sanjuanino

Típico de nuestra zona vitícola. La altura aproximadamente es de 1,60-1,80 m, y la distancia entre plantas de hasta 2m. Estas medidas utilizadas, con variedades muy vigorosas, traían co-mo consecuencia canopias muy densas con problemas de enfermedades criptogámicas. Sobre todo no permite el uso de maquinarias para su cultivo, por ello prácticamente ha desaparecido. Sistema parral cuyano

Surge como alternativa para mejorar las dificultadas del parral sanjuanino. El parral cuyano tiene las siguientes medidas de 2,50 x 2,50 m y una altura de 2,10 a 2,20 m, lo cual representa la ventaja de tener una mejor aireación e iluminación de los racimos. El plano de carga es hori-zontal y los sostenes están colocados a una misma distancia, el caso típico es de 2,50 x 2,50 m.

Los sostenes están formados por:

postes perimetrales, postes esquineros, muertos o estacones y trabas o varillones (éstos coin-ciden con las plantas).

alambres maestros (pasan por las trabas, unen dos postes perimetrales opuestos), alambres secundarios (aproximadamente a 50 cm del maestro, se atan al alambre perimetral), alambres terciarios (que complementan el plano de sostén); y la rienda.

Al pie de cada traba se hace un hoyo de unos 30 x 30 x 40 cm para la plantación del barbado, éste debe estar provisto de una buena cabellera radical, la cual se procede a podar, eliminando las partes desgarradas durante la extracción. Al hoyo se puede agregar un abono y fertilizante de fondo que aporte fósforo. El barbado se coloca en forma inclinada quedando la parte superior en contacto con la traba, luego se procede a tapar con tierra bien mullida y se compacta.

Se deben efectuar los riegos lo más seguido posible en esta primera etapa, se puede complementar con la aplicación de abono nitrogenado.

Poda de plantación: se efectúa inmediatamente de hecha la plantación. Consiste en elegir el sarmiento más vigoroso y rebajarlo a dos yemas.

Poda de formación: durante el primer verano brotarán esas dos yemas. Cuando tienen unos 30 cm ya se puede elegir el brote mejor desarrollado que formará el tallo de la planta, y el otro de menor desarrollo se procede a despuntarlo. Este sarmiento elegido como tallo a medida que

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Sistemas de Conducción 18 José Rodríguez crece se va atando al tutor cada 20 cm, las feminelas que van apareciendo se deben despun-tar. Si se han dado los cuidados correspondientes, este pámpano tiene que sobrepasar los 2 m de altura.

En el primer invierno se procede a la poda, rebajando el sarmiento elegido como tallo unos 10 cm por debajo del alambre maestro. Se deben además eliminar todas la feminelas despunta-das. Entonces se ata el extremo de este sarmiento con un alambre fino nº 17 al alambre maes-tro, para lograr de esta manera un tronco bien recto.

Si la planta no llegara arriba del alambre, se debe rebajar a dos yemas (en este caso se atrasa un año la producción).

En el segundo verano, brotarán todas las yemas del sarmiento. Dejamos intacto los dos o tres brotes superiores y al resto los despuntamos (también de estos brotes saldrán feminelas que debemos despuntar). Este procedimiento insume mucha mano de obra. La opción sería directamente desbrotar.

En el segundo invierno, de los tres sarmientos dejados, elegimos los dos mejores en cuanto a vigor y posicionamiento, estos van a constituir los brazos primarios de la planta, y al otro lo eliminamos. También procedemos a eliminar los sarmientos despuntados.

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Sistemas de Conducción 19 José Rodríguez

Estos brazos primarios se deben rebajar a una altura tal que permita atarlos al alambre maestro y en forma opuesta.

En el tercer verano, elegimos tres brotes cercanos a la base del sarmiento dejado como brazo, y al resto de los brotes los despuntamos o los eliminamos.

En el tercer invierno, en cada uno de los brazos se eligen los dos sarmientos mejor ubi-cados y más vigorosos, que se rebaja a una altura que permita su atadura en forma radial en los alambres maestros. Estos constituyen los brazos secundarios de la planta.

En el cuarto verano, dejamos tres o cuatro brotes en la parte basal del sarmiento y el resto se desbrota.

Poda de fructificación: de los tres o cuatro sarmientos de cada brazo secundario se elige el más bajo como pitón y el que sigue como cargador, el resto se elimina.

El caso explicado corresponde a una planta formada con dos brazos primarios y cuatro secundarios (con cuatro cargadores y cuatro pitones).

A veces el vigor de la planta exige un aumento en el número total de yemas, en ese caso se aumenta el número de brazos.

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Sistemas de Conducción 20 José Rodríguez Sistema Cuadrilateral

Es una modificación del parral cuyano que trata de mejorar la iluminación y la aireación de los racimos. Consiste en abrir dos brazos secunda-rios que se distribuyen en cuatro cordones per-manentes sobre los alambres secundarios. La poda es a pitones sobre estos cordones. Los pámpanos se conducen hacia el exterior, dejan-do una franja libre de vegetación.

Sistema parral español

El parral español es típico de la región de Almería, allí se cultiva una variedad de me-sa llamada Ohanez o Almería, que es muy productiva y vigorosa. Tiene una distancia de plantación de 5 x 5 m, y una altura de 2 a 2,20m. La colocación de las plantas es en el centro de los cuadriláteros formados por los sostenes. Es un sistema donde la planta se forma netamente sobre el plano horizontal, no como el parral sanjuanino o cuyano que forma los brazos antes de llegar al alambre (canasta).

Parral de uvas de mesa

Posee una estructura de parral con marco de plantación de 3 m x 3 m a 4 m x 4 m. La planta posee cuatro brazos secundarios, que son cordo-nes permanentes en cruz sobre los alambres ma-estros. Sobre estos cordones se dejan alternati-vamente para cada lado dos o tres elementos Guyot o cordones pitoneados. Esto permite una poda muy rica que se complementa con raleo de inflorescencias o racimos para el ajuste de la car-ga.

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Sistemas de Conducción 21 José Rodríguez Sistema majuelo riojano

Típico de la región norte de nuestro país, es un sistema colonial de La Rioja. Los antiguos viti-cultores cavaban zanjas de unos 100-200 m de largo por unos 2 m de ancho y 1 m de profun-didad donde acumulaban el agua de lluvia, las zanjas estaban a unos 6 m unas de otras. A lo largo de esas zanjas y a ambos costados se colocan las plantas a 1,50 m. Los sostenes eran palos de algarrobo terminados en horqueta que van al costado y a lo largo de la zanja. No se utilizan alambres. La planta se formaba ramificando el tronco en 2 ó 3 cordones con pitones. La altura del sistema es de 1,50 a 1,70 m.

Una vez que se obtuvo el agua en forma más continuada, la zanja se reemplazó por surcos.

Cimalco propuso un sistema parecido para ahorrar sostenes, el tipo de poda está for-mado por cargadores enteros que se envuelven al alambre, y para madera de reemplazo se deja cerca del tronco de la planta un pitón largo de 3 ó 4 yemas.

Sistema Scott Henry

Originario de Estados Unidos, es un sistema de canopia dividida en un solo plano. El sistema posee dos alambres de conducción separados por 15 a 20 cm., el primer alambre se encuentra al metro de altura. Por encima del último alambre existe un par de alambres móviles; y por de-bajo del primero un alambre móvil. La planta posee un tronco similar a un Guyot, por dede-bajo del primer alambre, con dos brazos secundarios que posee cuatro cargadores que se ubican en los alambres de conducción. Los cargadores superiores brotan y se conducen los pámpanos hacia arriba; mientras que los brotes de los cargadores inferiores se conducen hacia abajo con el alambre móvil.

Una modificación común consiste en utilizar dos rangos de plantas y cordones pitonea-dos en lugar de cargadores.

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Sistemas de Conducción 22 José Rodríguez Sistema Smart Dyson

Es también una modificación del Scott Henry. Es prácticamente igual a un cordón bilateral alto, pero con brazos secundarios en la parte superior del cordón y también en la parte inferior del mismo. Se divide la canopia en forma similar al sistema Scott Henry.

Sistema GDC (Geneva Doble Cortina)

Fue desarrollado por Shaulis en el estado de Nueva York. Es un sistema de canopia dividida con vegetación descendente. Posee una altura de 1,8 m. La planta adopta una forma de cordón cuadrilateral con pitones hacia abajo. La vegetación se ubica en forma descendente mediante alambres móviles. Es el sistema que más expone la fruta a la luz solar, a veces en forma directa. Además es sumamente desvigorizante.

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Sistemas de Conducción 23 José Rodríguez Sistema Lira

Fue ideado por A. Carbonneau, en Francia. Es un sistema de canopia dividida en dos planos de vegetación ascendente. El sistema posee una estructura de un doble espaldero en V con postes inclinados. Sobre cada pared de la V lleva un alambre de conducción y dos pares de alambres móviles. La planta se abre en dos brazos secundarios que son cordones permanen-tes en forma de S (existen modificaciones a esta formación). La poda es de tipo corta, rebajan-do al brote inferior a pitón de rebajan-dos yemas. La vegetación se conduce en forma ascendente. Es muy eficiente fotosintéticamente. Su principal desventaja es el impedimento de la cosecha mecánica.

Sistema Casarsa

Es un sistema cuya estructura es un espaldero alto que posee un alambre de conducción a los 1,8 m. y un alambre de follaje 40 cm. por encima de dicho alambre. La planta se conduce con un cordón unilateral, sobre el cual se dejan brazos secundarios que se podan a cargadores libres. Tiene una modificación hecha en la Argentina por Vega, en ésta se quita el alambre del follaje y la poda se transforma en mixta.

Sistema de Poda mínima

El concepto de poda mínima fue desarrollado por el CSIRO en Merbein, Victoria siguiendo lar-gas observaciones son plantas no podadas, particularmente de Sultanina (Clingeleffer 1983). El CSIRO ha patentado el término “Poda Mínima de Plantas Conducidas en Cordón” (MPCT) para

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Sistemas de Conducción 24 José Rodríguez

sistemas de manejo de producción de vinos. Las plantas sometidas a poda mínima son plantas que han sido recortadas en forma de una falda por debajo del cordón para facilitar las opera-ciones culturales, como pulverizaopera-ciones, o para lograr algún grado de control de la carga. El recorte puede ser hecho en invierno cuando las plantas están en reposo y/o en verano. Las plantas con “poda mínima” se conducen en un sistema vertical de un simple alambre o doble. Los sarmientos que crecen hacia abajo pueden ser cortados pero a menudo se envuelven en los cordones permanentes para evitar la poda y maximizar el número de brotes; el crecimiento superior no se poda. Durante sucesivos ciclos vegetativos, tanto los cordones como los sar-mientos no removidos forman una gran estructura permanente.

El éxito de la poda mínima reposa en la capacidad de la vid de la autorregu-lación cuando se deja de podar o se reduce significativamente. Los brotes son más cortos que los normales con pocos nudos y de entrenudos cortos. Se reduce el número de nudos por sarmiento por abscisión de la yema terminal que queda sin madurar y lig-nificar durante el otoño (Possingham et al 1990). La superficie foliar es ma-yor en la primera parte del ciclo (casi el doble que el área foliar de plantas podadas manualmente en el primer mes después de la brotación). Las plantas tienen más brotes y racimos por planta, y racimos y bayas más pequeños; por ello es necesario la cosecha mecánica. La poda mínima presenta ventajas sobre la poda mecánica “hedging” ya que permite la creación de una arquitectura estable de la planta que requiere pe-queños ajustes en los años sucesivos. Con el tiempo, el “hedging” tiende a incrementar la den-sidad de la madera vieja con el resultado de un excesivo sombreo y congestión.

Las plantas tienen una producción mayor que las podadas en forma tradicional en mu-chos casos, pero existen diferencias según la variedad y región. En climas templados ha sido exitoso en variedades como la Sultanina que tiene baja fertilidad de yemas basales. En forma similar, en regiones frías para el Sauvignon Blanc. Variedades fructíferas tales como el Ries-ling, Shiraz y Chardonnay pueden requerir un monitoreo de los niveles de carga, particularmen-te en climas fríos, para asegurar una maduración adecuada, especialmenparticularmen-te en los primeros años después de la conversión. Los niveles de carga pueden ajustarse con recortes en invierno y/o verano o por raleos en enero con una cosechadora mecánica para adecuar la relación hoja:fruto (Clingeleffer 1988, Possingham et al. 1990). En climas más cálidos, el control por raleo es raramente requerido.

En regiones de elevado vigor donde las condiciones ambientales no inducen la deten-ción del crecimiento durante el envero, un crecimiento descontrolado conducirá a asociar una canopia tupida con problemas de sombreado. Esto se ha producido en Nueva Zelanda, con problemas de maduración despareja e inaceptables niveles de maduración (Smart y Robinson 1991). Por otra parte las plantas pueden ser más susceptibles a diferentes estrés ambiental como consecuencia de su mayor carga y/o área foliar. Se requiere irrigación adicional, particu-larmente para ciertas variedades que se implantan a pie franco, como Shiraz (Possingham et al. 1990).

Es una técnica exitosa en regiones cálidas e irrigadas, como el extremo sur de Australia. Está siendo ensayada en muchas regiones.

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Sistemas de Conducción 25 José Rodríguez

5. SOSTENES

El sistema de conducción está constituido por las plantas y la estructura de sostén.

En este capítulo nos vamos a ocupar de la estructura de sostén, que es aquella encar-gada de permitir el apoyo de la vegetación y fructificación de un viñedo.

A veces se suele utilizar erróneamente la denominación de sistema de conducción a la estructura de sostén, como por ejemplo espaldero bajo, parral etc.

El sistema de apoyo o sostén está constituido por postes, de materiales diversos, ancla-jes y alambres, formando entre ambos el plano de carga o apoyo.

Las formas más comunes son: las verticales o espalderos y los horizontales o parrales, aunque también, en mucho menor proporción, algunas estructuras adaptan la de plano inclina-do.

No cualquier elemento puede utilizarse eficientemente para construir viñedos ya que existen una serie de fuerzas o agentes que actúan sobre los mismos, afectándolos directamen-te. Será necesario definir entonces los requisitos que deben tener estos elementos para ser empleados en estructuras de sostén, teniendo presente que esta debe acompañar a las plantas durante prácticamente toda su vida útil.

Postes

Son piezas de la estructura de diferentes naturaleza, grosor y longitud, que van enterra-dos a profundidades variables y que sirven de apoyo a los alambres para constituir el plano de carga. Los requisitos que deben cumplir son:

Resistencia al deterioro o durabilidad . Estos elementos al estar enterrados están su-jetos a la acción de diversos agentes que los deteriora:

- Químicos: contacto con sales etc. - Físicos: temperatura, humedad.

- Biológicos: insectos, hongos u otros microorganismos del suelo.

- Mecánicos: golpes o roces con los implementos del laboreo u otro elemento extraño.

Resistencia a las tensiones y flexibilidad. Los postes están sometidos a fuerzas ex-tremas fundamentalmente el peso de la vegetación y frutos, potenciado por otras que actúan combinadas como el viento y golpes de maquinaria. Del elemento a usar va a interesar su grosor, distancia entre los mismos, profundidad de colocación, sis-tema de anclaje y su vinculación con los alambres, características todas a tener en cuenta para lograr una buena estabilidad del sistema.

Todas estas fuerzas actuando en forma individual o en conjunto disminuyen la vida útil de la estructura.

Los elementos que se utilizan han ido evolucionando a través del tiempo y hoy son de diversos materiales los que se ofrecen en el comercio.

Madera.

Fueron los postes originales y para ello el viticultor aprovechó aquellos que se obtenían de for-maciones boscosas naturales. En nuestro país las primeras zonas de explotación fueron las provincias de San Luis y este de Mendoza, luego Santiago del Estero y La Rioja, actualmente Chaco y Formosa. Las especies utilizadas eran aquellas de crecimiento lento, elevada propor-ción de duramen y alto contenido tánico, dando como resultado maderas duras y pesadas. Las más utilizadas podemos agruparlas de la siguiente forma:

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Sistemas de Conducción 26 José Rodríguez

Muy pesadas o muy duras, más de 1000 kg/m3. Por ejemplo el Quebracho colorado, el Itín. Duran entre 30 y 50 años. Son casi inalterables.

Duras o pesadas, de 750 a 1000 kg/m3. Al-garrobos, Retamo. De 20 a 30 años de dura-ción. Es importante para la duración la época de corta, la cual se debe hacer en el reposo invernal.

Debido a la escasez y gran distancia a reco-rrer desde los bosques naturales comenzaron a usarse :

Blandas y livianas, de 250 a 500 kg/m3. Alamos, Eucaliptus y en mucho menor propor-ción el pino. La dureza de estas al ser mucho menor y para que puedan cumplir con la pre-misa de durabilidad, debe ser tratada con sus-tancias químicas que puestas en contacto con la madera actúan como preservantes. De este grupo la primera en utilizarse fue el álamo, aprovechando como subproducto de la indus-tria del aserrado, los despuntes de poco diá-metro.

El tratamiento preservante utilizado es en ver-de con sulfato cúprico a concentraciones ver-del 2 al 4% sin presión.

Actualmente se ha desarrollado y difundido casi en todas las zonas vitícolas del mundo

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Sistemas de Conducción 27 José Rodríguez autoclaves especiales. Este complejo CCA está constituido por sales de Cu, Cr y As. En nues-tra zona su difusión ha sido tal que en los últimos 5 años prácticamente ha desplazado al alga-rrobo en un 90%.

Cemento

Otro material de uso para la construcción de estructuras son los postes de cemento en forma de hormigón con áridos. En algu-nos países industrializados su difusión ha sido mayor que en nuestro medio, ya que aquí no puede superar las virtudes de los postes de madera. Todos los postes son de cemento armado, o sea que en su interior tiene una estructura de hierro. Existen variables en la fabricación de los mismos:

Estampados. Son los de fabricación más sencilla, práctica-mente sin mecanización, son los que han alcanzado mayor di-fusión en el medio.

Vibrados. Es un proceso mecánico complementario al anterior que aumenta la resistencia del elemento.

Centrifugados. Es un proceso de máxima mecanización que da una buena calidad de poste, hueco por dentro, por lo tanto aliviana la estructura.

El inconveniente en general de estos postes es su costo, por la incorporación de un proceso industrial, la vulnerabilidad de su resistencia en aquellos terrenos salitrosos, bastante frecuentes en nuestra zona, el elevado peso individual de cada pieza de 30 a 200 kg. que dificulta y encarece su traslado (Flete) y manipu-leo en la construcción de la estructura. También presenta el in-conveniente de la escasa o nula flexibilidad.

Metal

En la actualidad se están comenzando a promocionar y difundir los postes metálicos. Consistentes en chapas de distintos espesores que mediante estampado mecánico desarrollan perfiles resistentes a la carga.

Existen dos tipos: de acero galvanizado y de acero inoxidable. Los primeros son los que han comenzado a difundirse. Además de la resistencia, la flexibilidad y facilidad para

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Sistemas de Conducción 28 José Rodríguez

sostener los alambres, se presentan con grandes ventajas, el escaso peso individual y la gran facilidad y economía en la colocación en el terreno.

Plástico

Por último y de reciente introducción a nuestro medio, están los postes plásticos de PVC, que se encuentran en etapa de prueba y desarrollo. Entre las ventajas que se mencionan está el peso individual escaso, inalterabilidad, flexibilidad etc.

Anclajes

Además de los postes, repartidos en toda la superficie, existen otros elementos distribuidos en el perímetro del viñedo que son los que reciben las mayores fuerzas o tensiones y que se denominan anclajes, estacones o muertos. Los materiales más difundidos para los mismos son: maderas duras o muy duras, itín, quebracho, reta-mo, cemento, piedras o adoquines y actualmente los de hierro en forma de tubos o hélices. En cuanto a sus ca-racterísticas de resistencia estas deben ser iguales o superiores a los postes. Estos elementos al igual que los postes se vinculan al sistema por medio de alambres.

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Sistemas de Conducción 29 José Rodríguez Alambres

Estos elementos se comenzaron a usar con posterioridad a los postes. Consisten en hilos de distinto calibre (medida) y materiales que vinculan a todos los elementos, postes y an-clajes, constituyen el plano de carga que permitirá el apoyo del follaje y frutos de la vid.

Al igual que los otros elementos del sistema, estos deben reunir algunas características que haga apropiado su uso según las necesidades. Estas características son:

Resistencia al deterioro. Los alambres casi en su totalidad son de hierro, el cual a la interprete reacciona con el agua dando origen al proceso de oxidación que hace que la sección se vaya afinando y por ende pierde resistencia. Para solucionar este problema los alambres usados en viticultura son todos galvanizados o sea recubier-tos de Zn, elemento inalterable a la intemperie. En casos de presencia de elemen-tos fuertemente corrosivos como sales en zonas marinas o residuos industriales cúpricos, se hace necesaria una protección extra como el doble o triple zincado, el zinc aluminizado o el galvanizado y plastificado.

Resistencia a la tensión. Sometidos a tensión los alambres tienden a estirarse y si esta es muy grande se rompen. Existen características intrínsecas (contenido de acero) y extrínsecas (diámetro) que se expresan en un índice o coeficiente de rotura que da idea de las posibilidades de uso de un alambre dentro del sistema en base a su resistencia.

A los alambres usados en viticultura los agrupamos de la siguiente manera:

a- Alambres comunes o lisos de sección circular, con bajo contenido de acero fácilmente maleables 18% de estiramiento.

b- Alambres de alta resistencia de sección circular con elevado contenido de acero que los hace poco maleable y quebradizo, 5% de estiramiento.

c- Alambres de alta resistencia ovalados con dos diámetros: - de mediana resistencia 10% de estiramiento

- de alta resistencia 5% de estiramiento

Todos estos alambres son galvanizados (80 – 110 g/m2); esta capa de galvanizado se conside-ra liviana, pero son adaptables a los climas benignos como los nuestros. En regiones húmedas se utilizan alambres con doble y triple galvanizado. Todavía en lugares con condiciones desfa-vorables, lluvia ácida, polución industrial, etc. se utilizan los alambres de cincalum y los plastifi-cados. Entre estos grupos existen alambres equivalentes en cuanto a su resistencia expresada por su coeficiente de rotura pero que varían en su rendimiento o sea, la cantidad de metros por kg. de alambre y que tiene incidencia económica, debiendo ser tenidos en cuenta a la hora de su elección.

d- Alambres de acero inoxidable. 3% de estiramiento. El más utilizado es el AISI 304.Son alambres de larga duración, que poseen ventajas y desventajas con relación a los otros. Ventajas: duración, bajo costo de mantenimiento, facilidad de la colocación por su bajo peso, ninguna necesidad de retensionar, superficie lisa que reduce el efecto abrasivo, no cede elementos extraños a la uva ni aún con cosecha mecánica.

Desventajas: mayor costo, menor maleabilidad.

e- Fibras de polímeros plásticos. Son de color negro, nylon 6, dotados de muy elevada re-sistencia mecánica, física y química a los rayos ultravioletas. El punto de fusión de 215º C asegura resistencia térmica. Poseen diámetro elevado 3 a 5 mm.; de bajo peso unas seis veces menor al alambre común; prácticamente de nulo estiramiento, no cede sustancias a la vendimia. No se conoce con certeza su duración en el tiempo y está sujeta a los cor-tes accidentales con la poda.

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Sistemas de Conducción 30 José Rodríguez Accesorios

Los accesorios son elementos menores que complementan la construcción de la estructura de conducción o permiten el manejo del viñedo con mayor versatilidad.

Estos elementos deben poseer una efectiva utilidad, simplicidad constructiva, reali-zados de materiales resistentes en el tiempo y un costo accesible.

Los accesorios más utilizados son: Para los palos: puntales, apoya palos, collares, cabezales, grampas fijas y móviles, guatanas, etc.

Para los alambres: fijadores a los palos, cruce-tas, estiradores, añadidores, cadenas.

Accesorios especiales: hinca palos, llaves para muertos, brazos para GDC, accesorios para tela antigranizo, sostenes para sistemas de riego.

Para el manejo del viñedo: elementos de ata-dura de cargadores, tutores de plantas, cober-turas para herbicidas, grampas de sostén de follaje, etc.

Referencias

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