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El traje de flamenca: una aproximación etnológica

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EL TRAJE DE FLAMENCA:

,

,

UNA APROXIMACION ETNOLOGICA*

ROSA-MARíAMARTíNEZ MORENO

«C'est quine bougepes,c'estque/quechose quiestmoste» M. Maffsoli Eltraje de flamenca,de faralaeso de

gitanaque visten las mujeresde Sevi-lla es un caso particularde traje típico o tradicional. Fuertemente inserto en eltópico delandalucismo y por extensión delespañolismo,su origen y evolución han sido ob-jeto de las más variadas conje-turas: desde quienes remon-tan su origen a las bailarinas cretenses y tartésicas hasta los que pretenden encontrar en él reminiscenciasdel pasa-do árabigo-anda lusí,lo cierto es quese tratade unatuendo impregnado de un alto conteni-do simbólico e identitario. No obstante,a diferencia de otros trajes tradicionales más anti-guos y de origencampesino, éstese conformóafinales del siglo pasado y su origen es eminentemente urbano. La in-vestigación que estamos lle-vando a cabo nos aporta inte-resantes datos quevan más allá dela pura descripción et-nográfica.

Ciertas vestimentas y ciertas maneras de llevarlas no pue-den ser descritas si no es en re-lación las unas con las otras. Se apoyan en parecidas actitu-des corporales,necesitan del habitus,del uso,delgesto. Só-lo teniendo en cuenta la rela-ción entreelvestido (suforma y evolución),elgesto(la respues-ta alentorno, la identidad,la reinterpretación delmodelo),y la maneradellevarlo oporte(la circulaciónde bienes simbólicos que fluyen a travésde su uso),podremos comprendereléxitoo el fracaso detal vestimenta,es decir,superdurabilidad

•Estainvestigación seinserta en elGrupode Investigac ión «PatrimonioEtnológ ico,Recursos

Económicos y Simbol ismo» (PERSES)adscrito

alPlanAndaluz de Investigación (PAI: HUM-0398),subven cionadoporlos Proyectos dein -vestigac iónTerritorio,recursosypolíticasde de -sarrollo local. Plan Propio de Investigación. Univers idaddeSevilla.(2844 1131-98-19 1) yEl estudiodel Patrimoniocultural como factorde desarrollo: Una propuesta de actuación. DGICYT (PB 97-0708).

y difusiónen eltiempo y en elespacio, ola restricciónde su uso en contextos muy definidos (ritos de institución y conmemorativos).Este último sería el

caso dela gran mayoríadelostrajes tradicionaleseuropeos.

Porelcontrario,el Traje de Flamen-ca conserva una extraordinaria vitali-dad y ha experimentado una prolon-gada difusióntopográfica desde sus comienzos hasta la eclos ión de las dosúltimas décadas.Lacomprensión de este fenómeno va ligada,pues,a varios aspectos que confluy en en la evoluciónde este trajey quejustifican anuestro entender,elinterés de su in-vestigación: Elprimero es la amplia-ción progresivade sucarácter repre-sentativoque abarca tantolaidentidad

local como la'regional o nacional, de-pendiendodel contextodesde elcual se contemple.El segundoes su capa-cidadde adaptaciónala moda:es un trajevivo,que se renueva con-tinuamente sin haber perdido por ello su primordial funciona-lidad festiva.

El tercero y másinteresante a miparecer es la estrecha re-lación que guardansus oríge-nes con elperíodode confor-mación del pensamiento románticoen nuestro país. Pe-ro,a diferenciade otrostrajes tradicionales que ya existíany a los cualesel romanticismo consag ró como representati-vos delpuebloental o cual lu-gar, el traje de flamenca es unareinvención del estereoti-po andaluzcreadoporel ima-ginario' .De aquí la importan-ciaqueatribuimosennuestra introducci ón al gesto y a la manera devestirlo.

El traje de flamenca perte-nece igualmente alMito - he-roínas literariasy cine mato -gráficas,tipos costumbr istas delaliteratura decordei- y al Rito,porque aparece dentro de una tradición de organiza-ción del ocio relacionada con el cante yelbaile, inscribién-dose porderechopropioen to-da una semiologíadela ima-gen:participa por una parte, de una significación colectiva por suasociaciónconla Fies-tayelimaginario común

(sig-t A tenorde estas peculiaridades ,cuando modistoscomoVersace o Lagertield imprimen a sus coleccionesde altacostura un«aire espa

-ñol»fácilme nte reco noci ble encualquier parte delmundo,están utilizando una seriede p résta-mosculturales a partirde unimaginario colectivo

sobre Andalucíaconfo rmadodesde elexterior

pero asimismo reinterpretado desde el interior.

Basta con incorporar al modelo en cuestiónd

e-terminadoselemen tos tomados tanto del

con-junto femenino -llecos,volantes ,madroños,pei

-netas- como del masculino-cnaqueta corta,

sombrerode alaancha-para que éste adquiera

elaspecto exótico yatemporalatribuidoa-lo es-pañol»,delmismomodo que adornos y comple-mentos utilizadosen otras partes del mundo re

(2)

1992. Desfile de moda influencia fla-menca en la Expo 92.

nificado),y una individual porque i n-cluyela elecciónde un modelo perso-nalizado (significante),la confección a medidayla selecciónde comp lemen-tos que diferencian a su portadora de otras mujeres tambiénataviadas a la flamenca.

LOS NOMBRES DEL TRAJE

EnSevillapredominala acepción «ves-tirse de Gitana" basada en la supos i-ción de que el origen de este vestido es

1929. Gitanas en la feria. Blancoy Negro.21-IV-1929.Hemeroteca Muni-cialdeSevilla.

laimitación deltraje de las gitanas bu-ñoleras que ya desde los primeros tiempos de la feria de Sevilla,creada en 1847,instalabanallí sus puestos pa -ra atender a los viandantes.En reali-dad,tal asociaciónresulta mucho más literaria que ajustada a la realidad, puesto que la información que nos aportanlos primerosdatosíotoqráñcos" no confirmaesta suposición. Muy por el contrario,el contraste entre los alegres atuendos festivos delas mujeres que acudían a la Feriaurbana y la pobreza estrafalariadelos atuendos de las bu-ñoleras o delas mujeres acampadas enlos espacioscontiguos de laferia de ganados es evidente. No obstante,la opiniónpopular no está tan descamina-da como pudiera parecer,puesto que la similitudentre ambos modelos apa-rece frecuentemente reseñada en los relatosde los viajerosrománticos"y por tanto,en elimaginario colectivo,como veremos.

La denominación Traje de «te re

-lees»es de uso más restringidoy ha-ce referenciaaladorno más profusa-mente repetido en la falda y mangas del vestido. Faralá es un galicismo (farfaláo falbala) que designa al vo-lante",pieza flotante cosida en círcu-los a la falda acampanada. Aunque varios autores lo identifican forma l-mente con el vestido tradicional ei n-clusocampesino en Andalucía,no po-demos pasar por alto que la moda de la década de los cuarenta y cincuenta del s.XIXimponía las faldas muy am-plias y fruncidas, adornadas casi

siempre con volantes que podían ser dobles

o

múltiples,con plisadosu otra

aecorec

ton"

Se trata pues de un ador-no muy popularizadoenla época pero no necesariamentelocal.

La tercera y más qeneralizada de-nominación- Traje de flamenca-hace

2 Basado en lainformaciónhemerográfica

re-cogidaatravé s delseguimiento exaustivode unosveinte diariosyrevistas a partirde1847 hastanuestros dias .Sehan consultadoco lec-ciones fotográficas particularesyenla H emero-teca deSevilla.Se hanadmitidocomo válidos para esta contra stación únicamentelos do cu-mento sfotográficos. Sinemba rgo.lasimilitud aparece a finales delXIXen los trajes de espec -táculoutilizados por las artistas flamencasyen los"cuadros flamencos-queactúan en las ca -setasde la feriadeSevilla.

3 En España.hacia1840.lasgitanas con

ser-vaban el antiguo atuendo de las campesinas.de las«majas».el vestidode tres volantes recogido

sobre una faldaroja.chales de seda de colores

muy contrastados;enel pelo floresy cintas.y una gran peinetade careyo de filigrana de p la-ta...F.Vauxde Foletier:Mil añosde historiade

losgitanos. Plaza & Janés,SAManantial.Ba r-celona.1977.Pago205yss.

4 Voz recogidadelDiccionario de la RAE. s l.aver,James:Breve historiadel trajeyla moda.Madrid.1995.

1849LaFeria de Sevilla. Baile del vi-to. Colecciónde Grabados de Santi-gasa.

referencia al conjunto vestimentario . El término «flamenco»es usado en este caso en su acepción más colo-quialque lo relaciona con las formas musicales entreveradas deinfluencias gitanas eincorporadas al folklore au-tóctono a partir de la segunda mitad del s.XIX. Puesto que laindumentaria a que nos estamos refiriendo carece de elementos inmutables al paso del tiempo,no podríamos hablar con pro-piedadde«El Traje de Flamenca» si-no deesteoesetraje de flamenca.

Damos preferencia a ésta entre otras denominaciones porque resulta más amplia conceptualmente hablan-do -ya que en realidadlo quer econo-cemos como tales el resultado final de una amalgama de piezas varia-bles- y porque su uso está fuertemen-te imbricado con confuertemen-textos festivos donde se cantan y bailanformas mu-sicales flamencas o aflamencadas: Ferias,Romeríasy Cruces de Mayo. Eltrajede flamenca puedeestar com-puesto de vestidode una pieza o de dos piezas. Puedellevar mantoncillo bordado sobre los hombros o un vo-lante ribeteando elescote.Puede lle-var muchos volantes o ninguno. Pue-de estarconfeccionadocon diferentes tejidos,estampados con variados mo-tivos: lunares,florales o sin estampa-ción.Puedeir acompañado del com-plemento del mantón de Manila o llevarse sin él. Sin embargo,el con-junto vestimentario,queincluye el to-cado, resulta claramente reconocible como unidadde contenido.

(3)

1981. Colecciónpartic ula r.

ORIGE NV EVOLUCiÓN

DEL TRAJE DE FLAMENCA Antecedentesycostumbrismo

Escuchamoscon frecuenciala a

firma-ciónde queel trajedeflamenca esun invento recienteque dataría no más alládelasprimeras décadas de este

siglo.Estaopini ón"se sustenta en la contrastacióndelasimágenesreales proporcionadaspor la documentación hemerográfica, tanto más fiables en

cuanto que se utiliza elsoporte f oto-gráfico. No obstante hemos de tener encuentaque lainvencióndel d ague-rrotipo se produceen los años cu

aren-ta delsiglopasado, yque lautilización dela«instantánea»no comienzaa ser frecuente hasta principios dels. xx.

Por tanto,no podemos renunciar alos datos aportados por los testigos de una época, la que abarca la primera mitad delsigloXIX.Lostestimoniosr e-cogidosen losrelatos de viajes yen loslibros de estampasdebenseran

a-6 Esciertoque la popularizacióndel trajede flamencatal y como hoy lo conocemos data de esta época.Sin embargo,como veremos, exis -ten antecedentes-una forma de vestirsey de ataviarse--que se pueden considerarcon toda razón trajesde flamenca.Podemos decirque la evoluciónde lasform asno ha influidoen el con-tenidosimbólico.Siguiendolas claves estructu -ralistas enel análisis de lavestimenta,cuando la evoluciónde lossignificantes (en estecaso las piezasvestiment arias)no altera el significado(el conjuntovestimentario),estamosante un fenó -menode evoluciónnatural del mismo sistemay node cambio estructural.Ello acreditala v itali-daddelsistema.

lizados dentrodelcontextoculturalde estos años.

Para la producc ión imaginaria, la

publicación delibros de estampasde costumbres representauna etapa-b

i-sagra entre lafase de elaboracióndel

género «trajeregional»y unalarga fa-se de mantenimiento yde explotación.

La primera, que se extiendede1800 a

1850,es contemporáneayforma pa r-te dela constitucióndeunanueva mi-rada sobre la provinciaqueculminará

conla emergenciade personalidades regionales claramente diferenciadas.

La segunda,queprosiguecasi hasta

nuestros días,pone a estas últimas, convertidas en lugares comunes,al

serviciode demostraciones id eológi-cas del tipo mensajes «cultu rales»,

«publicitarios»,«turísticos», etc. La fórmulaensu finalidadno esel fruto deuna creación repentina:es el resultado de todounprocesode e

la-boraciónqueocupatodo elcomienzo

dels.XIX. Laidea de región,paralela

en sudesarrolloa la idea denación, nace pues de una dialécticaentre lo

centraly lolocal. Enestadialéctica,la descripción del traje ocupa un lugar privilegiado,puestoque señala vi sual-mente alquelolleva como «nativo de talocual lugar. Es además,atractivo

en elplano plástico y fácil de r epre-sentar,liberandounaimagendel Otro

exótica ydiversificada.

Si hemos de buscar unorigenal

ac-tual trajedeflamenca, debemosac

u-dirsin remedio alamemoria colectiva

queconserva unimaginario sobreA

n-dalucía acuñadoa lo largo dels.XIX, enelcualse cruzan yentrecruzan lo popular anda luz y lo gita no, como

atest iguan los grabados y cuadros

costumbristas de la época,asícomo losrelatos delosviajeros románticos y de los escritorescostumbristase spa-ñoles.

En los primeros grabados?en los que se hace referencia explícita al

atuendopopularandaluz,dentrodela

modade coleccionessobreatuendos regionales onacionales quese e xten-dió a lo largode la primera mitad del

siglo, encontramos tres tipos de

7 AntonioRodriguez(1765-1823) :«Colección Generalde los Trages que en la actualidad se usan en España,principiadaen1801- .En:Diaz , J.:Eltraje en Andalucía.Estampas del s.xix.

Sevilla.1996.:Pareja de majosde Sevilla(p.34: Grab:10,11,12).Se diferencia claramente el ám-bitorural donde no se encuentran antecedentes deltraje de flamenca,y elurbano(majasy pet i-metras) donde aparecen elmantónde humo o vientotejido,la mantillaylosfarbalás.Datos es-tos que avalan nuestra teoríasobreelorigen ur-bano deltraje.Según elautor,lostiposaparecen como personajes pseudonacionales (majos, bandoleros,gitanos)aunque posteriormente el atuendo se desarrolle en el ámbitoandaluz.

Dama Sevilla(TA XIX).

atuendo femeninodiferente:L

abrado-ra, Maja y Petimetra, pero mientras que el traje de labradora no difiere

grandementedel de otras regiones de España (pañuelode talle,delantal,sa -ya o basquiña,blusa ycorpiñoa justa-do) eneldemaja encontramos ya a n-tecedentes de lo que más tarde se configurarácomo traje de flamenca:

los volantes-de encaje,sobre falda de seda de dife rente color- el talle ajustado ysobretodo,lamantilla"(de

madroños,de tiraso deencaje)cuyo

antecedenteson lastapadas a

ndalu-zasdel

xvn

",

Tanto lamantilla comoel mantón se popularizaronapartirdela segunda mitaddels.XIXlO,incorpo rán-dose al vestidode calleencalidad de

complementos,peromientraslam

an-tillade encaje tieneun usomás ar

isto-crático,el mantón de China-mal ll

a-madodeManila-en tamañomediano

6 Enlos s.XVIyXV II,las doncellassalían del hogar cubiertoel rostro con un manto, dejando versolamente un ojo.Este manto,acortado, evolucionóhaciala mantillade tiras,llamada así poreladorno de tirasde terciopelo que bordea -ban la telade seda o pañofino.La mantillao manteletapermanece en variostrajes regionales españoles.En elsur estacostumbre arraigó fuertemente ganando ligerezayfrescura con el cambiode materiales.El encajede blondase i n-corporó como adornoen elXVIIIy comenzaron a confeccionarse las mantillasenteras de este ma-terial a partirde mediadosde este siglo, forman-do parte delatuendodelas majas en Madridy Andalucía.Su uso se popularizóentrelas clases acomodadas comofruto de una reacción espa -ñolizante ante elafrancesam ientode la moda a partirdelainvasión napoleónicayposteriormen -te duran-te el reinadode Amadeo deSaboya.

• Vecelio,Cesare:Habitiantichi,et modemidi

tuttoilmondo.Venice.1598.

'0 Stone ,Carolina:Sevillaylos mantones de

(4)

1869.V.Bécq uer : Tip osandalucesen laferia de Sevilla.El MuseoUniversal2 5-IV-1869.Hemerot ecaMunicial de Sevilla.

o grande llega a ser una prenda de

uso frecuente debidoa su doble f

inali-dad de adornoy protecciónen climas

cálidos.

Elcuarto elemento que aparece en

los cuadros yrelatos costumbristases el adorno floralen el tocado. Ya se lle

-ve peina o peineta,se cubra o

descu-bra la cabeza,las flores hanformado

parte del adorno habitualde las mu

je-res en Andalucía.Puedenir enlo alto

de la cabeza,sobre los moños tupidos

o en el pecho,cubriendo en parte el

escote.

La indiscutible aportación de la cultura gitana

Ya Julio Caro Barojaseñalalai nfluen-ciaque en la conformación de la cultu

-ra popular andaluza tienen aquellos

aspectos relacionados con el pueblo

gitano. Se refiereal proceso de estili-zaciónque sufrela cultura popularan

-daluzaen la segunda mitaddelXIXde

-bido a la «qitanofilla» quese desata

entre la juventud acomodada,con la

consiguientevalorizaciónde los ca

n-tes y bailesgitanos que como ya

he-mos dicho,seincorporan yfunden con

otros autóctonos especialmenteenla

parte occidental andaluza,conc

reta-mente en las provinciasde Cádiz, Se-villa y Huelva. Lo gitano y lo popular

se funden en una amalgama propia que va a convertirseenlo flamenco.El

concepto de "andalucismo» engloba

a partir de esta época toda una serie

detipos como gitanos,toreros,

gua-pos, majos, bandoleros" ,etc.

A todo elloseune otro aspectoint

e-resante dereseñar enel momento de

evolución vestimentaria quenos oc

u-pa:una de las funciones trad icional-ment e atribuida al traje es la d ife-renciación social, es decir, la r

e-presentación cara a los demás del

estatus social de su portador. Pues

bien,durante la segunda mitad del

XVIII, unas clases sociales, no aristo-cráticasniburguesas,tenidas por hu-mildes...buscan marcar diferenciasy

señalarse.Tales elcaso delos majos

ymajas en la segunda mitaddel

s

.

XV1ll12• Continúa Caro haciendo

re-ferencia algusto por elbuen vestir,por

"dar el golpe»,señalado in

sistente-mente por losviajeros románticos in

-gleses,delasclases popularesa

nda-luzas,que no buscan imitar la moda

aristocrática. Muy porel contrario,es

-tareacción delas clases acomodadas

11 CaroBaroja,Julio:Ensayo sobrela literatu -ra de cordel.Madrid.1969.

'2 CaroBaroja,Julio:«Notasde viajespor

Andalucía.1949-1950«.Inédito,recogido en de

etnologíaandaluza.Málaga,1983

40

de imitaren su atuendola"gitanería»

yla" majeza»correspondeno sólo a

un deseo de diferenciación n

acionalis-ta frente a la moda extranjerizante

aportada porlas circunstanciaspo

líti-cas delmomento,sinoa undeseo de

identificación ciertamente románticoy esnobista pero también "moderno», con una cultura popular donde es tan

importante el gesto como el traje,es

decir,conuna imagen prestigiada des-de fuera des-de"lo andaluz». Enlos cua-dros sobrela Feriade Sevillade An-drés Cortés(1852),ManuelRodríguez

de Guzmán (1853)y otroscost

umbris-tas,aparecenparejasde aristócratas

engalanadosconsendos atuendosde

majos.Elperíodocomprendidoentre

1850 y 1870es considerado por los

expertos13como de esplendor r

omán-ticodela pintura ferial. .

-Así es comprensible que , veinte

años después dela creación de la

fe-ria de Sevilla,encontremos un dibujo

de ValerianoBécquer bajoel título

Ti-pos andalucesde la feriade Sevillaen elque se nos presentan:Gitanoy G i-tanayMajo yMala".El traje que luce

la Gitanaes prácticamente idéntico al

traje queactualmentelucen lasmuj

e-res en la feria. Incidiendo en la d

iso-ciaciónentre la imagen y larealidad,

enco ntramos págin as anteriores del

mismonúmeroundeliciosoartículode

suhermano GustavoAdolfo Bécquer

en elque,entreotras cosas,dafe de

lainfluencia dela moda enlas clases

'3 Valdivieso,E.:«LaFeria deSevilla enla

pinturacontemporánea- ; 21-25en W.AA.:La feria de Sevilla.Testimoniosde su historia.1996. 14 Elmuseouniversal.25 abril-1869,P.136

populares,que ha logrado que casi se

abandone elatuendotradlclonal" ,

La asociaciónde lo flamenco con lo

gitano-majohemos de encontrarla r

e-petidas veces en el imaginario

cos-tumbristaa lo largode la segunda m

i-tad del XIX, período de conformación

de la Feriade Sevilla como acontec

i-mientomás festivo que ganadero.Sin

embargo,como ya hemos apuntado,

el atuendo real de las gitanas en esta

época dista bastantede parecerse al

que nos pintan los costumbristas.

No obstante,síencontramosel traje deflamenca conla mayoríadelos e

le-mentos que pervivenenla actualidad

enlos atuendos lucidos por las artistas

que conforman los cuadros f

lamen-cos16que actúanen cafés-cantantes,

fiestasprivadasy casetas de feria ya a

finalesdelXIX.

Evoluciónymoda

A principiosde siglose produce,pues,

un doble acercamiento al imaginario

andaluzromántico,como consec

uen-cia de esteproceso de estilizaciónde

la culturapopular,conformándose los

dostrajes temenínos" de mayor i

n-15 ElMuseo Universal.25 abril-1869,P.131: No busquéis la graciosamantillade tiras,el ves-tido de fara/ares y el incitante zapa tito con galgas.El miriñaqueyel hongo handesfigurado el traje de la gentedelpueblo...

ie A finalesdelXIXproliferaron enSevilla las academiasdebailedondese enseñabanlos dis -tintospalosdelflamencoybailesaflamencados.

Los alumnosyalumnas deestas escuelas

for-maban cuadrosflamencos semiprofesionales

que actuabanen casetasyfiestas privadas.

'7 Por razonesde espacioy unidad temática.

(5)

fluenciarománticaen Andalucía:el de Maja en Cádiz y el de Gitana en

Sevi-lla,Córdoba y Huelva.

Las muchachas de las clases

popu-lares acudíanala feria en esta época

ataviadascon trajes claros y

vaporo-sos,adornados sus cabellos con

flo-res y luciendo airosos mantones de China sobre sus hombros. Por otra

parte,las mujeres delas clases

aco-modadas preferían lucir los últimos

modelos de Parísenlos festejos

noc-turnos de las casetas. No obstante el

uso del mantón y de la mantillade

en-caje continuaba siendo mayoritario.

En 1909 encontramos el primer

testi-monio fotográficodel traje de

flamen-ca o gitana consolidado en la referen-cia a un festival infantil celebrada con motivo de la Feria en el casino de La-bradores.

Constatamos además una abun-dante producción fotográfica para pos-tales en las que los modelos

(mu-chachas,parejas,artistas)posan con

atavíosaflamencados.A pesar de que

algunos cronistasse quejan de que la

gente que va ala ferianose viste

co-mo anuncian los certetes" ...,el uso

deltrajedeflamencavaimponiéndose

poco a poco.En 1915 tenemosya

tes-1909.Festival infantil. Nuevo Mundo. 24-IV-1909. Hemeroteca Municipal de Sevilla.

los correspondientes trajes masculinos.

Consta-taremos no obstante,que mientras eltraje de

majo observa la misma influenciaurbanay

festi-va,el traje corto o campero queacompaña al de

flamenca tiene un origen ruralyrelacionado con el del jineteandaluz.

,. Feriasyfiestasde Sevilla,Marzo.1913: Art.deA.R.Leonis:-Elcartelde fiestas.De lo vivoa lopintado».

1919. Artista Amalia Malina. Blanco yNegro. 23-111-1919. Hemeroteca Mu-nicipal de Sevilla.

timonios fotográficos que muestr an

grupos de muchachas dirigiéndose a

la Feriaataviadasa la flamenca.

Independientemente de la

frecuen-ciade su uso,elatuendo flamenco se

consolidaentre 1890 y 1910 tal y

co-molo conocemos hoy en día,es decir, conformado por:

a) traje enterizo muyceñidoaltalle

escotado, de mangas cortas y

con amplia falda acampanada adornadas con uno o varios

vo-lantes,confeccionado en tejidos

ligeros y baratos como elpercal,

lisos o estampados en lunares

y/oflores.

b) Enaguasalmidonadasconunoo

varios volantes,cump liendo la

función de ahuecar lafalda como

elantiguomiriñaque.

c) Zapato ceñidocon trabillas para

facilitarla sujeción necesaria pa-ra elbaile.

d) Pañuelodetalle de cuatro picos

en seda bordada rematado con

flecos también de seda,que se

lleva, biencruzado sobre el pe-cho,bienprendidoconalfilerala alturadela cinturaensu versión

de tres picoso mantoncillo.

e) Complementode mantónde

Chi-na cuadrado,de seda o crespón

de seda bordado,cuyo tamaño

oscilaentre 80 y 120 cmdelado,

que se lleva en los prime ros

tiempos doblado en pico y poste-riormente en cuadro.

~ Complemento de mantillade

en-caje sobre peinade carey o

ná-car. Elhábitode portar la mantilla

comenzó a decaer enla década

de los treintadelpresente siglo.

Trasla suspensióndelaferia

du-rantela Guerra Civilespañola,y

su reanudac ión posterior en

1940,volvemosa encontrarlo

co-mo pieza protagonistaenlas

co-rridasdetoros y en Semana

San-ta,no acompañando ya altrajede

flamenca.

g) Tocado de moño bajo adornado

de peineta grande o peinecillos

en carey,nácar o plástico de

co-lores,con flores naturales o arti-ficiales.

h) Aderezo de pulseras,collares de

grandes cuentas y zarcillos de

coral,perlas o cuentas artificia-les de colores variados.

El períodocomprendidoentre 1920

y 1936 se caracterizaporla definitiva

incursión dela moda en elataviode

las flamencas,influencia que yanolo

abandonará hasta el momento

pre-sente.Atenor delos gustosdel

mo-mento,las faldasse acortano se

alar-gan, los volantes se multiplican o

desaparecen.

Elperíodocomprendidoentre la

re-anudacióndela Feriaen1940y los 60

traeconsigodos novedadesen la

evo-lución delatavío:

a) La desaparición de la mantilla

como pieza indispensable en el conjunto vestimentario.

(6)

1968.Flamencas en la feria. Archivo fotográfico de la Hemeroteca Munici-pal de Sevilla.

b) Laproliferacióndeformasyes

ti-losy la separaciónentre el tipo

de trajesusados en la feria,en

romeríasoen los espectáculos,

consolidándose la bata de cola

para el baile profesional yadm

i-tiendotodo tipo defantasías o

r-namentales paraacompañar los

cantes aflamencados.

La aparicióndelaminifalda en la

dé-cada delos sesenta1960llegó a acor

-tarlostrajeshasta cubrirescasa

men-te las rodillas. La influenci a pop se

dejó sentir también en los textiles:se

impusieron masiv amente los tejidos

artificialesdetergal ynylon, desapa

re-ciendocasi losremates delos vo

lan-tes a base de encajes o cintas p

lisa-das de seda. En su lugar, eran

rematados conunos cordonesi

ntrodu-cidosen los filosqueaportabanla t

ie-suraantiguame nteobtenida a base de

almidona r los tejidos de algodón. Se

pudieron verestampadospsicodélicos

quecombinabanmotivos florales con

otrosgeom étricos e inclusocon lun

a-res.

A partir de lossetentase pudo

ob-servar un rechazo al uso del trajeya

tradicionalpor partedeunsector dela

juventud contestat ari a que también

dejó de asistiralaferia.Estat

enden-ciacomenzó ainvertirse al final dela

década debido a la revitalización i

m-puesta a raíz delas reivindicaciones

autonómicas ,hasta cuajarenuna

ma-yoritariadítusí ón" que abarca hoy no

,. Podemosconsiderarel momentomás

álgi-do de estaexpansión en los eventosde laExpo

sólotodoslos estatus socialessino

to-daslas provinciasandaluzas .

En las últimas décadas se ha

pro-ducidounarecuperaciónformal y

ma-terialde las modas delos años

cua-renta y cinc uenta que convive con

nuevas tendenciascomo el

estrecha-miento y alargamiento del talle que

marca elcomienzo dela falda un poco

porencimadela rodilla.

TIPOLOGíA DEL TRAJE SEGÚN

LOS CONTEXTOSDELUSO

Ferias

En Sevilla,el uso deltraje es masivo

en la Feria de Abril y mucho menos

frecuente en las Cruces de mayo que se celebran en los escasos corrales

de vecinos que restan en la ciudado

en algunas casas privadas .La moda

de vestireltrajeen las más famosas

crucesde Mayo dela provinciade

Se-villa-Lebrija-esrelativamenter

ecien-te. La frecuencia de uso del traje f

e-menino enla Feria no se corresponde

con la del masculin o.El traje campero

otraje corto queloshombresvisten en

estascelebracionesesutilizado ene

x-clusivapor los caballistas , tiene su

co-rrespondencia en el de amazo na

fe-menino -siellasolamontaelcaba

llo-ydesaparece delaferia alanochecer,

hora en que termina el paseo de

ca-ballos.Los hombres que vistenel

tra-je corto cambian su atuendo a esta

horayregresan ala Feriaportando el

traje de calle normal. La mujer que

acompañaa un caballista a la grupa

vistedeflamenca.

Otras fiestasimportantes donde

pre-domina el uso del traje de flamenca

son:Jerez de la Frontera (Feria del

Caballo y Fiesta de la Vendimia), El

Puerto de Santamaría (Fiesta de Pr

i-mavera y Virgen de los Milagros) y

Sanlúcar de Barrameda (Feria de la

Manzanilla)en Cádiz,feriasde Mála

-ga capital,Córdoba(Cruces de Mayo

yPatios)y Huelva (feriasde La Palma

del Condado, Valverde del Camino ,

Niebla y Fiestas Colombinas en M

o-guer).

Las variaci ones más significativas

en el traje de feri a cuyos elementos

básicosyahemos descrito,consisten

enel número devolantesque a

umen-ta o disminuye según modas,yenel

corteycolocaciónde éstos.Enc

uan-to alcorte,puede seralhilo (enlínea

recta yfruncido, siguiendo elhilodela

tela)o de capa(cortado al bies,en

cu-92,en los cualesvuelve arepetirse el carácter

representativodel traje de flamencaen los co n-textoslocal.autonómicoynacional.

1950. Pareja flamenca en elpaseo de

caballos.Archivo fot ográfi co dela

HemerotecaMunici palde Sevilla.

yo caso suelecosersepegado ala fa

l-da,es decir,sinfrunces).La base

sus-tentadora es siempreuna falda

acam-panada formada por seis piezas

trapezo idaleso nejas ,alrededo rdela

cual se distribuyen los volantes bien

concéntricamente , bien de manera

asimétricao formando ondas.Esta

fal-da-base va cosidaaltallea partirdela

mitadde la cadera,fruncida siel

vo-lante es fruncidoo sinfruncesenlos

vestidosconvolantesde capa.

A veces la falda está compuestapor

una serie de volantes al hilocosidos

entresí,cada uno con mayor amplitud

que el anterior hasta conseguir un

enorme vuelo en la base inferior (entre

nueve y doce metros). Esta forma se

denominaMaría de la0,puesaunque

ya se usaba,fue popularizadaa partir

de la famosa canción, interpretada por

Estrellita Castro y posteriormente por

Mariféde Triana.

El traje de flamenca comparte

prota-gonismocon lostrajeslocales del

res-to delasprovincias andaluzas,p

redo-minando estos últimos en lasfiestas

delas provinciasorientales (Granada,

Málaga,Jaén,Almería),mientras que

en las occidentales los trajes locales

sonvestidos conpreferenciaenritos

conmemorativos en los que se i

nter-pretan los bailesautóctonos .

Romería s

El traje que se visteenlas Romerías

-fundamen talmenteenlas provincias

de Sevilla (Virgen de la Consolación

(7)

Torrijos,Valencina dela Concepción)

y Huelva (Virgen del Rocío y Rocío

Chico en Almonte,NuestraSeñora de

los Ángeles en Alhájar,Nuestra

Seño-ra de la Peña en Pueblade Guzmán,

Santa Eulalia en Almonaster)y Virgen

de la Cabeza en Andújar (Jaén)

-constituye una variedad simplificada

del vestido de una pieza o enterizo,

más usual en las Ferias.

El más difundidoes labata rociera

de una pieza,pero considerablemente

aligerada de volantes y adornos.La

faldaesmás corta,con uno o dosv

o-lantes,lleva delantalcon bolsillos yel

cuerpo o parte superior delvestido

suele ir exento,es decir,con adorno

de un volante en el escote y manga,

pudiendo prescindirdel mantoncillo de

talle oel pañuelo de tres picos.

El traje usado en las romerías

pue-de consistir también en falda y blusa

del mismoo diferentecolorido.La

ca-beza suele ir cubierta con pañuelo

anudado a la nuca o sombrerode

pa-ja para protegerse del soly el polvo,

adornado con floresy elcalzadoco

n-sisteen batos camperos o zapatillas

con suela de esparto.

Espectáculo

El traje usado por las bailaoras

fla-mencas admite una granvariedad

for-mal debido a su funcionalidadexp

líci-ta. No es frecuente en las cantaoras,

que suelen adornarse con mantón o

mantoncilloy floresen el pelo,conla

excepcióndelos cuadros flamencos y

coros,donde todo elconjuntode

rnu-1968. Flamencasen la feria.Archivo fotográfico de la Hemeroteca Munl· clal deSevilla.

jereslolleva, participandode una m

is-ma estética.

El traje flamenco de espectáculo

es-tá directamenterelacionado con el tipo

de baileque seinterpreta.Si se trata

de aires aflamencados o cantes

ale-gres (bulerías,alegrías,tanguillos) los

trajes serán más informales y color

is-tas,con cuerpos ceñidos hastala

ca-dera y amplias faldas que favorezcan

el movimientode piernas,brazos y

ta-lle,mientras que si se trata de in

ter-pretar paloso cantes serios (tonás,

si-guiriyas,soleares,tangos) los cuerpos

pueden alargarse hasta la mitaddela

piernapara permitir el lucimiento dela

figura y eliminar los volantes de las

mangas en aras delmayor p

rotagonis-mo delos brazos,abriéndosela falda

lo suficiente como para permitirel

ta-coneo.La bata de cola es de una sola

piezao enteriza,con abundantes

cor-tes que permiten ajustarel vestido en

el talle para a continuación ampliarse

en la faldarematada en la parte

pos-terior con una cola de al menos un

metro cubierta de volantes.Va

acom-pañado con mucha frecuenc ia por

grandes mantones de seda bordada

que las bailaorasexpertas muevenen

revuelos alrededor del cuerpo con

aparente facilidad. El dominio en el

manejo del mantón y dela bata de

co-la constituyenun factor importante a la

hora de apreciar la destreza y la gra

-cia en el baile.

EL RITO DE VESTIRSE

El rito de vestirse comienza con la

eleccióndel traje,que sueleprod

ucir-se almenos dos meses antesdela

fe-ria.Estelargo y cuidadosoprocesoin

-cluye la elección de la modista si la

confecciónporla que se opta es arte

-sanal.

Se trata de un universo totalmente

femenino donde la autoridadde la

mo-dista juega un papel importante. Ella

esla que orientasobre las últimas

ten-denciasy la quecrea nuevos modelos

eimpone la moda.Lostrajes de de

ter-minadas modistas se reconocenpor la

maestríadela confección y porun se·

110 especialquele confiere lacalidad

deltejido,elcoloridoy elbuengusto

del corte. La dist inc ión se expresa

pues,a travésdeuna seriede detalles

que pueden pasar desapercibidos

pa-ra el espectador poco informado,pero

no para las mujeres que acostumbran

a vestirse de flamenca.

Una vez elegidala hechura y el

co-lorido, se buscan los complementos

delconjunto.Los coloresdel

man

t

ón-cilio deben combinar perfectamente

coneltraje,de modo que se encarga

1980.Colección particular.

en casas especializadasen bordados

o se compra confeccionado entre la

enorme variedadde tonosdisponibles

hoyendía.

La eleccióndelas floresparael

ca-bello resulta igualmente ardua. Hab

i-tualmente se usan rosas artificiales

confeccionadas por casas espec

iali-zadas en complementos de feria.

Tambiénse utilizan claveles y jazm

i-nes, asícomo ramilletes que imitan

las floresdel campo:margaritas,a

ma-polas,etc. Estos últimos seusanmás

en romeríasque en laferia.Llevar fl

o-res naturales se considera una exq

ui-sitez.

Eltocado se completaconpe

ineci-llos de careyo de plásticode colores,

ajuego con el vestido.Sise tiene una

buenapeinetadetamañomediano,es

decir,más pequeña quela que seusa

para sostenerla mantilla,se agrega al

tocado,confiriéndoleuna gracia

espe-cial alcabello,que sueleirrecogido en

un moño bajo.Este adorno cayó en

desuso en los años sesenta pero se

ha recuperado hace una década.En

la feriaseven verdaderaspiezas de

anticuario.En la actualidadse co

nfec-cionan en materiales sintéticos y con

formasmuy variadas.

Los zarcillos tradici onales son en

coraly oro,compuestospor unacu

en-ta prendidaala orejade dondepende

un colgante alargado, el pimiento.

Tambiénse usan muyfrecuentemente

los pendientes de aro de materiales

sintéticos a juego con las pulseras y

los collares.

Los grandes mantones de seda

bordada que se usan para abrigarse

por latarde y noche no siempre van

(8)

1998. Grupo de socias de una caseta.

conjuntadosconeltraje,porqueselu

-cencasicomopiezas independientes

sison antiguosy heredados.Un man-tónencargado a bordadoras especia

li-zadas ha sidosiempreuna piezamuy caray por tanto,escasa en relaciónal

número de trajes ymantoncillos que

unamujer queacostumbreavestirse

de flamencapuede llegar a poseer",

hastalarecienteintroduccióndelm

an-tónbordadoamáquina procedentedel

mercado oriental.

Por último,los vestidosdelas niñas

se diferenciande los de las mayores

en que llevan el arranque delos

vo-lantesmás alto ysonde coloresclaros y frescos.Lasflores seles colocanen

lo alto dela cabeza,no aun lado del

moñocomolasmayores,ysuelen ll

e-varlos brazosadornadosconpu

lseri-tas pequeñasde colores.

Nohay tope de edad para vestirse de flamenca.En muchos casos sevi

s-ten tresgeneracionesde mujeresde

la misma famili a. Las limitaciones y

variaciones son únicamente las que

impone elgusto particular. Por e

jem-plo,el coloridodelosvestidos de las

mujeres de edad suele sermás d

is-creto,sobre tonos oscuros.El uso de

losmantones deManila esmenosf

re-cuenteen lasmásjóvenes.

20 Elprimerdíadevestirse deftamenca es el

martes,dadalatendencia alalargamientodela Feriaqueabarca ya todala semana.Sise

asis-te porlamañana y por la noche se suelen usar

trajes diferentes.No es exageradoafirmarque una mujerqueasistacon asiduidadala Feria

durante toda lasemana puede llegara lucir en-trecinco y quincetrajes distintos.

ASPECTOS PRODUCTIVOS: TALLERES ARTESANALES V TALLERES DE CONFECCiÓN INDUSTRIAL

La producciónde los trajesdefl amen-ca se mueve en un primer nivel arte-sanal.Hasta hace pocos años co nsti-tuíala producción más abundante.Es

llevada a cabo pormodistaspa rticula-res quecosen en su casa o taller. Ha-bitualmentese trata de economía

su-mergidaen el caso de las costureraso

enmarcada enlas PVMEs en el caso

de lostalleres artesanales. El ciclo

productivo en Sevilla comienza en

Enero que es cuando se recogen los

primerosencargos para la feria,y

sue-le terminaren junio,después del Ro-cío.En los pueblos de la provinciay en el resto de las provinciasandaluzas

suele comprender un periodo de al

menos dos meses antes de la

cele-braciónde la feriao romería.

La relación clienta-modista es per-sonalizaday el proceso de elecciónes muy parecido tanto sise trata de una

humildecosturera como de una

mo-dista afamada. La c1ienta suele elegir y comprar la tela y los adornos,tras largas deliberaciones en las quei

nter-vienenamigasy familiares.La

hechu-ra,es decir la forma sueledecidirseen común. La modista aporta ideas que son tenidas más o menos en cuenta segúnla destreza y prestigioque haya adquirido en el oficio. Si se se trata de una modista muy experta y que goza de reconocidoprestigio,como Una o Esperanza Flores, la clientapuede lle

-gar a confiarlela decisióndeltipode tela,adorno yforma,expresando más bien el estilo detraje que desea (de

mucho vestir,sólopara la noche,para la mañana , serio, de mucho trote, etc.).

La producción artesanalestá en ma-nos de mujeresygays. Algunosbue

-nos modistos aceptan encargos de

trajes de flamenca temporalmen te,

aunqueno constituyeelgrueso de su

actividadproductiva.

El número de costureras part

icula-resha experimentadouna importante

disminuciónen los últimosaños de es

-te siglo,debidoalos cambiossociales

(9)

nuestro paísquehan traídocomo con-secuencia un espectacular aumento de la demanda de ropa confecc

iona-da,con elcorrespondiente abarata-mientodel producto.Elprecio de mer-cado enla actualidadno experimenta

grandes variaciones entre elencargo particular y el traje confeccionado. Por otra parte, la tendencia creciente de atribuiruna mayor valoracións

imbóli-ca altrabajo artesanal bien hecho se traduceen un aumentodelvalor eco-nómicodelproducto artesanal.

Hasta la década delos sesenta del presentesiglo,la producciónde trajes

de flamenca era exclusivamente arte-sanal. A mediadosdelos sesentaso -lamente habíaen Sevilla tres casas de confección industrial que abastecían la demanda -por otra parte escasa-de la capital y otras provincias. La evolucióndelmercado y elaumento de la demanda que se produjoalfinal de la década de los setenta ha e

leva-do su número enla actualidadaunas cincuenta,enmarcadas también en las PYMEs. Estas empresas funcionan

con personal laboral fijodurantetodo elaño,aunqueen la época de mayor productividad-denoviembre aj unio-encargan un volumen import ant e a cooperativasde confección,ubicadas en pueblos cercanos. La producción

total mínima está porencima delos dos millonesy mediode piezas,según los datos constatados en nuestra i n-vestigación . Estas industri as tienen

una clientela muy variada:desde los

Grandes Almace nes de proyecció n

nacional,hastalas academiasde ba i-le en toda Españay tiendas pa

rticula-res,especialmente en Cataluña,País

Vasco y Canarias.Creemos poder ex-plicarla razón de esta clientela por la

influencia de la emigraciónandaluza en

las dos primerasComunidades,y del turismoen latercera. Elmercado exte

-rior abarcael sur de Francia y varios

países latinoamericanos, comenzando a introducirse en Japón. Esto nos da una idea de la extraordinariadifusión

que ha experimentadoeltraje defl a-menca enlas dosúltimas décadas.

Alcontrarioque enla produccióna

r-tesanaly siguiendo la orientaciones

de valor característicasde los roles de Género,el control económico de la producción industrial es mayo

ritaria-mente masculino , aunque obser

va-mos en los últimos tiempos una t en-dencia inversa con la irrupción en el

mercado de empresariasque con

tro-lan elproceso de producciónen su to

-talidad.

CIRCULACiÓN DE BIENES SIMBÓLICOS

Elestatus social no guarda una pro-porcióndirecta con el número de

tra-jes que se poseen.Muchas mujeres

estrenanalmenosun trajecada añoo cada dos años.Elprecio mínimode

un traje y sus complementosenla

ac-tualidad oscila entre las cuarenta y

cincuenta milpesetas.Puesto que se trata de un gasto suntuarioy dentrode un sistema de valores en elque el

prestigiopuede valer tantoomás que

eldinero,al menos durante lafiesta,

no está mal visto empe ñarse para

comprarel traje.

Feriasy Romeríasson una ocasión inmejorable paraquese produzcan i

n-tercambios amorosos formales einf or-males .En una socieda d tan fu erte-mentepatriarcal comola andaluza,la celebracióndelasfiestastraía cons

i-go una relajación en las costumbres

propiciatoriade los contactosi

nforma-les entre los dos géneros.

Eraen estascelebracionescuando

se podíaflirtear abiertamente,siempre

a través del vehículo incuestionable del baile,cuyo peso yprotagonismo

recaefundamentalmente enlasmuj e-res.En elbailepor sevillanaselpapel

del hombre es elde acompañar,no propiciandoel propio lucimiento sino

el desupareja.El baileentremujeres estanto omás frecuenteque elde pa -reja mixta, puesto que se persigue

una exhibició nde gracia ydestreza

caraalos espectadores, mejor sison masculinos.Existe,portanto,unaim -portantepulsiónsexual en lasmotiv a-cionesque llevan alasmujeresa v

es-tirsede flamencay a loshombres a

admirarlas.

1981.Colecciónparticular.

Hay que tener en cuenta que este

atuendo resalta aquellas partes del

cuerpo más atractivas paraeldeseo erótico masculino. Enuncontexto de

hegemoníamasculina,la exibición de

la propiaaparienciadelamaneramás favorableposible,delgustopersonaly dela destrezaenelbaileadquieredos significados dife rentes:ciertamente supone la aceptacióndeun rol tradi

-cionalmente atribuido a lasmujeres,

depositarias,según este sistema de valores,dela belleza,gracia,picardía,

etc.,es decir,el reclamo erótico.Lar e-presentaciónde este rol puede llevar aparejadas actitudes de competitiv i-dad. Peroal mismotiempoforma pa r-te de una estrategiade conservación del protago nismo femenino,que no cede esa parcelaaloshombres a

un-que los tiempos hayan cambiado la miradasobre elgénero.El dicho po-pularde quenohay muje r feavestida deflamencalo conocen muybien las andaluzas ycualquier mujer que haya

vestido deflamenca alguna vez ensu

vida.Eneste contexto,el hombre que

acompañaa una mujer bien vestida aumentasuprestigiosocialenlam

e-didaqueaumentael valordereclamo

erótico de su pareja.

Puesto que no esprerrogativa de

lasmujeres solteras ni jóvenes,vestir el traje estambién vehículo deuna ac-titud activay participativaenlafiestay

constituye una afirmacióndela propia individualidad,enmarcándoseal mi

s-mo tiempo en una identidadcompart i-da,nosólolocal y regional,sino t

am-biénde Género.

(10)

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Referencias

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