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Cántico de Adoración Me dice que me ama Jesús Adrián Romero. Gloria in Excelsis. Las Lecciones Por favor estemos sentados para las lecturas

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Cántico de Adoración

Me dice que me ama

Jesús Adrián Romero

Me dice que me ama cuando escucho llover Me dice que me ama con un atardecer Lo dice sin palabras con las olas del mar

Lo dice en la mañana con mí respirar //Me dice que me ama y que conmigo quiere estar

Me dice que me busca cuando salgo yo a pasear Que ha hecho lo que existe

para llamar mi atención Que quiere conquistarme

y alegrar mi corazón//

Me dice que me ama cuando veo la cruz Sus manos extendidas así tan grande es su amor

Lo dicen las heridas, de Sus manos y pies Me dice que me ama una y otra vez

Cántico de Entrada

Pon Aceite / Satúrame Señor / Ven Espíritu Divino

Ricardo Rodríguez

//Pon aceite en mi lámpara Señor//

Que yo quiero servirte con amor Pon aceite en mi lámpara Señor

Señor Jesús, eres mi vida Señor Jesús, eres mi amor

//Salvaste mi alma perdida Por eso te alabo con el corazón//

////Satúrame Señor con tu espíritu////

//Y déjame sentir el fuego de tu amor Aquí en mi corazón Señor//

//Ven, ven, ven, Espíritu Divino Ven, ven, ven y lléname de ti//

//Apodérate, apodérate, apodérate de todo mi ser//

Invocación

Celebrante: Bendito Sea Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo

Pueblo: Y bendito sea su reino, ahora y por siempre. ¡Amén!

Dios Omnipotente, para quien todos los corazo- nes están manifiestos, todos los deseos son co- nocidos y ningún secreto se halla encubierto, pu- rifica los pensamientos de nuestros corazones por la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos y dignamente procla- memos la grandeza de tu santo Nombre; por Cristo nuestro Señor. Amén.

Gloria in Excelsis

Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra al hombre paz, Tu bondad está en el hombre,

A quien amas de verdad Por tu inmensa Gloria damos

Muchas gracias sin cesar,

¡Te adoramos! ¡Te alabamos!

Padre nuestro, celestial Porque, sólo tú, eres santo

Jesucristo, ten piedad, Tú que estás a la derecha,

De Dios Padre Inmortal.

Oración Colecta

Concede, oh Dios de misericordia, que tu Iglesia, congregada en unidad por tu Espíritu Santo, ma- nifieste tu poder entre todos los pueblos, para gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Se- ñor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Las Lecciones

Por favor estemos sentados para las lecturas

Décimo Tercer domingo después de Pentecostés

Boletín Dominical — 22 de Agosto 2021

Ya invitaste a alguien a venir contigo a la Iglesia? ¡Dios cuenta contigo!

Servicios Dominicales: 9:30am / Miércoles: 7:00Pm

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D éc im o T erc er d o m in g o d es p u és d e P en t ec o s t és

Primera Lectura

1 Reyes 8:(1, 6, 10–11), 22–30, 41–43 Lectura del Primer Libro de los Reyes

Después se puso Salomón delante del altar del Señor, en presencia de toda la comunidad israeli- ta, y extendiendo sus manos al cielo, exclamó:

«Señor, Dios de Israel: ni en el cielo ni en la tierra hay un Dios como tú, que cumples tu alianza y muestras tu bondad para con los que te sirven de todo corazón; que has cumplido lo que prometis- te a tu siervo David, mi padre, uniendo así la ac- ción a la palabra en este día. Por lo tanto, Señor, Dios de Israel, cumple también lo que prometiste a tu siervo David, mi padre: que no le faltaría un descendiente que, con tu favor, subiera al trono de Israel, con tal de que sus hijos cuidaran su conducta y se comportaran en tu presencia como él se comportó. Así pues, Dios de Israel, haz que se cumpla la promesa que hiciste a mi padre, tu servidor David. »Pero ¿será verdad que Dios puede vivir sobre la tierra? Si el cielo, en toda su inmensidad, no puede contenerte, ¡cuánto menos este templo que he construido para ti! No obstan- te, Señor y Dios mío, atiende mi ruego y mi súpli- ca; escucha el clamor y la oración que este sier- vo tuyo te dirige hoy. No dejes de mirar, ni de día ni de noche, este templo, lugar donde tú has di- cho que estarás presente. Escucha la oración que aquí te dirige este siervo tuyo. Escucha mis súplicas y las de tu pueblo Israel cuando oremos hacia este lugar. Escúchalas en el cielo, lugar donde vives, y concédenos tu perdón. […] »Aun si un extranjero, uno que no sea de tu pueblo, por causa de tu nombre viene de tierras lejanas y ora hacia este templo (ya que se oirá hablar de tu nombre grandioso y de tu gran despliegue de po- der), escucha tú desde el cielo, desde el lugar donde habitas, y concédele todo lo que te pida, para que todas las naciones de la tierra te conoz- can y te honren como lo hace tu pueblo Israel, y comprendan que tu nombre es invocado en este templo que yo te he construido.»

Palabra del Señor.

Demos gracias a Dios.

Salmo Responsorial

Salmo 84

Quam dilecta!

1 ¡Cuán amable tu morada, Señor de los Ejér- citos! Anhela mi alma y con ardor desea los atrios del Señor; mi corazón y mi carne se re-

gocijan en el Dios vivo.

2 El gorrión ha encontrado casa, y la golondrina nido donde poner sus polluelos: en tus altares, oh Señor de los Ejércitos, Rey mío y Dios mío.

3 ¡Dichosos los que habitan en tu casa! Per- petuamente te alabarán.

4 ¡Dichosos los que en ti encuentran su fuerza, cuyos corazones están resueltos a peregrinar!

5 Los que atraviesan el valle desolado lo ha- llan un lugar de fuentes, porque la lluvia tem- prana lo ha cubierto de charcos.

6 Treparán de baluarte en baluarte, y se revelará el Dios de los dioses en Sión.

7 Señor Dios de los Ejércitos, escucha mi ora- ción; atiéndeme, oh Dios de Jacob.

8 Mira, oh Dios, a nuestro Escudo; pon los ojos en el rostro de tu Ungido.

9 Mejor es pasar un día en tus atrios que mil en mi propia casa; vale más estar en el um- bral de la casa de mi Dios, que vivir en las tiendas de los malvados;

10 Porque sol y escudo es el Señor Dios; él dará la gracia y la gloria.

11 No quitará el Señor ningún bien a los que andan en integridad.

12 ¡Oh Señor de los Ejércitos, dichosos los que en ti confían!

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y al Espíritu Santo:

como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

Epístola

Efesios 6:10–20

Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios Ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Se- ñor, en su poder irresistible. Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que pue- dan estar firmes contra los engaños del diablo.

Porque no estamos luchando contra poderes hu- manos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos ro- dea. Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes. Así que manténganse firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la recti- tud. Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz. Sobre todo, que su fe sea el

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escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno. Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo. No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo.

Oren también por mí, para que Dios me dé las palabras que debo decir, y para que pueda ha- blar con valor y dar así a conocer el designio se- creto de Dios, contenido en el evangelio. Dios me ha enviado como embajador de este mensaje, por el cual estoy preso ahora. Oren para que yo hable de él sin temor alguno.

Palabra del Señor.

Demos gracias a Dios.

Por favor todos de pie para escuchar el Santo Evangelio.

Aclamación al Evangelio

Renuévame Marcos Witt

Renuévame, Señor Jesús, Ya no quiero ser igual, Renuévame, Señor Jesús,

Pon en mí tu corazón.

Porque todo lo que hay dentro de mí, Necesita ser cambiado Señor,

Porque todo lo que hay dentro de mi corazón, Necesita más de ti.

El Santo Evangelio

San Juan 6:56–69

Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Juan.

¡Gloria a ti, Cristo Señor!

mí, y yo vivo unido a él. El Padre, que me ha en- viado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí.

Hablo del pan que ha bajado del cielo. Este pan no es como el maná que comieron los antepasa- dos de ustedes, que a pesar de haberlo comido murieron; el que come de este pan, vivirá para siempre. Jesús enseñó estas cosas en la sinago- ga en Cafarnaúm. Al oír estas enseñanzas, mu- chos de los que seguían a Jesús dijeron: —Esto que dice es muy difícil de aceptar; ¿quién puede hacerle caso? Jesús, dándose cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó: —¿Esto les ofende? ¿Qué pasaría entonces, si vieran al Hijo del hombre subir a donde antes estaba? El espí- ritu es el que da vida; lo carnal no sirve para na-

da. Y las cosas que yo les he dicho son espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de ustedes que no creen. Es que Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién era el que lo iba a traicionar. Y añadió: —Por esto les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede. Desde entonces, muchos de los que habían seguido a Jesús lo dejaron, y ya no andaban con él. Jesús les preguntó a los doce discípulos: —¿También ustedes quieren irse?

Simón Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién po- demos ir? Tus palabras son palabras de vida eterna. Nosotros ya hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.

El Evangelio del Señor Te alabamos, Cristo Señor

Homilía

por el Rev. Janssen Gutiérrez

El Credo Niceno

Creemos en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador de cielo y tierra, de todo lo visible e invisible.

Creemos en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quién todo fue hecho; que por nosotros y por nuestra salvación bajó del cielo: por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre. Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos, padeció y fue sepultado. Resucitó al tercer día, según las Escrituras, subió a los cielo y está sentado a la derecha del Padre. De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y a muertos, y su reino no tendrá fin.

Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creemos en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica. Reconocemos un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Esperamos la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Oración de los fieles

Aquí estamos Señor, dispuestos a caminar de tu mano durante este año escolar que hoy pones en

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nuestras manos, para crecer en responsabilidad, en sabiduría, y sobre todo en fraternidad. Rogue- mos al Señor.

Señor, escucha nuestra oración.

Oramos por todos nuestros niños, jóvenes y adul- tos que comienzan este año escolar, para que se encuentren a gusto y descubran poco a poco la necesidad de aprender y relacionarse con los de- más. Para que reconozcan a Jesús como amigo bueno. Roguemos al Señor.

Señor, escucha nuestra oración.

Oramos y recordamos a tantos niños, adolescen- tes y jóvenes que no tiene las mismas posibilida- des que nosotros: ni colegio, ni medios económi- cos, ni nada que les ayude a crecer con dignidad.

Para que seamos sensibles a las necesidades de aquellos que nos rodean. Roguemos al Señor Señor, escucha nuestra oración.

Por todos centros de educación de esta ciudad, por su personal docente y administrativo, por quienes trabajan a diario, para que este año sea tranquilo, enriquecedor y de bendición para todos. Roguemos al Señor.

Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos que los maestros preparen su lección de cada día con amor y responsabilidad.

Ilumina el entendimiento de los estudiantes para que crezcan cada día en la verdadera sabiduría.

Roguemos al Señor.

Señor, escucha nuestra oración.

Dios omnipotente, nuestro Padre celestial, guía al pueblo de Afganistán y a todas las naciones del mundo por el camino de la justicia y la verdad, y establece entre ellas esa paz que es fruto de la rectitud, a fin de que lleguen a ser parte del Reino de Dios. Roguemos al Señor

Señor, escucha nuestra oración.

Omnipotente Dios, encomendamos a tu bonda- doso cuidado y protección a los hombres y muje- res de nuestras fuerzas armadas desplegadas en Afganistán y en todo lugar. Defiéndeles diaria- mente con tu gracia celestial; fortaléceles en sus pruebas y tentaciones; dales valor para enfrentar los peligros que les acechen y concede que sien- tan tu presencia continua dondequiera que estén.

Roguemos al Señor.

Señor, escucha nuestra oración.

Confesión de Pecado

Celebrante: Jesús dijo:

El primer mandamiento es éste: Escucha, Israel:

El Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.

El segundo éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que és- tos.”

C o n f e s e m o s n u e s t r o s p e c a d o s c o n - t r a D i o s y c o n t r a n u e s t r o p r ó j i m o . Dios de misericordia, confesamos que hemos pecado contra ti por pensamiento, palabra y obra, por lo que hemos hecho y lo que hemos dejado de hacer. No te hemos amado con todo el cora- zón; no hemos amado a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Sincera y humildemente nos arrepentimos. Por amor de tu Hijo Jesucristo, ten piedad de nosotros y perdónanos; así tu voluntad será nuestra alegría, y andaremos por tus cami- nos, para gloria de tu Nombre. Amén.

La Absolución

Dios omnipotente tenga misericordia de ustedes, perdone todo sus pecados por Jesucristo nuestro Señor, les fortalezca en toda bondad y, por el po- der del Espíritu Santo, les conserve en la vida eterna. Amén.

La Paz

Celebrante: La paz del Señor sea siempre con ustedes.

Todos: Y con tu espíritu.

Canto para la Paz

Quiero ser, Señor, instrumento de tu paz Quiero ser, oh Señor, instrumento de tu paz 1. Que donde haya odio, Señor

Ponga yo el amor

Donde haya ofensa, ponga perdón 2. Que donde haya discordia, Señor

Ponga yo unión

Donde haya error, ponga verdad

Presentemos al Señor con alegría las ofrendas de

nuestra vida y de nuestro trabajo.

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La Gran Plegaria Eucarística

Celebrante: El Señor sea con ustedes Todos: Y con tu espíritu.

Celebrante: Elevemos los corazones.

Todos: Los elevamos al Señor.

Celebrante: Demos gracias a Dios nuestro Señor

Todos: Es justo darle gracias y alabanza.

El celebrante continua:

En verdad es digno, justo y saludable, darte gra- cias, en todo tiempo y lugar, Padre omnipotente, Creador de cielo y tierra.

Aquí, todos los domingos y en las ocasiones que se indique, se canta o dice el Prefacio Propio

Por tanto te alabamos, uniendo nuestras voces con los Ángeles y Arcángeles, y con todos los coros celestiales que, proclamando la gloria de tu Nombre, por siempre cantan este himno:

Sanctus

Santo, Santo, Santo, mi corazón te adora Mi corazón sabe decir, santo eres tú

Bendito es el que viene, en nombre del Señor Mi corazón sabe decir, santo eres tú.

El celebrante continua:

Padre Santo y bondadoso: En tu amor infinito nos hiciste para ti, y cuando caímos en pecado y que- damos esclavos del mal y de la muerte, tú, en tu misericordia, enviaste a Jesucristo, tu Hijo único y eterno, para compartir nuestra naturaleza hu- mana, para vivir y morir como uno de nosotros, y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos.

Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad, un sacrificio perfecto por todo el mundo.

En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan;

y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípu- los, y dijo: "Tomen y coman. Este es mi Cuerpo, entregado por ustedes. Hagan esto como memo- rial mío".

Después de la cena tomó el cáliz; y dándote gra- cias, se lo entregó, y dijo: "Beban todos de él.

Esta es mi Sangre del nuevo Pacto, sangre de- rramada por ustedes y por muchos para el per- dón de los pecados. Siempre que lo beban, há- ganlo como memorial mío".

Por tanto, proclamamos el misterio de fe:

Aclamación Memorial

Celebrante y Pueblo:

Cristo ha muerto.

Cristo ha resucitado.

Cristo volverá.

El celebrante continua:

Padre, en este sacrificio de alabanza y acción de gracias, celebramos el memorial de nuestra re- dención.

Recordando su muerte, resurrección y ascensión, te ofrecemos estos dones.

Santifícalos con tu Espíritu Santo, y así serán pa- ra tu pueblo el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, la santa comida y la santa bebida de la vida nueva en él que no tiene fin. Santifícanos también, para que recibamos fielmente este Santo Sacramento y seamos perseverantes en tu servicio en paz y unidad. Y en el día postrero, llévanos con todos tus santos al gozo de tu reino eterno.

Todo esto te pedimos por tu Hijo Jesucristo.

Por él, y con él y en él, en la unidad del Espíri- tu Santo, tuyos son el honor y la gloria, Padre omnipotente, ahora y por siempre. AMEN.

Oremos como nuestro Salvador Cristo nos enseñó.

El Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, Santificado sea tu Nombre, Venga tu reino, Hágase tu volun- tad, En la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofen- sas, Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Porque Tuyo es el Reino, Tu- yo es el Poder yTuya es la Gloria, ahora y por siempre. Amén!

La Fracción del Pan

Celebrante: ¡Aleluya!, Cristo nuestra Pascua se ha sacrificado por nosotros.

Pueblo: Celebremos la fiesta. ¡Aleluya!

La Comunión del Pueblo

Canto de Comunión

Eres Tú, Jesús

Tony Rubí

Eres Tú, Jesús, eres Tú.

Eres Tú en un trozo de pan Y en un poco de vino

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Que alegría encontrarte Jesús, en tu vino y tu pan

Oh, Señor, qué consuelo saber que me amas Eres Tú la palabra de Dios,

La eterna Palabra de Dios

Y has querido venir a morar en mi pecho Eres Tú, oh, Principio y Fin,

Manantial de la vida.

Eres Tú, Luz de Luz, Dios de Dios verdadero Eres Tú, oh milagro de Amor,

Oh eterno milagro de Amor.

Eres Tú mi Señor y mi Dios, mi alimento Cuanto amor al nacer en Belén

De María la Virgen

Al andar los caminos del hombre Y llamarle tu amigo

Oh, Cordero de Dios, cuánto amor, Cuánto amor al morir en la cruz Cuanto amor al querer compartir tu victoria

Sólo en ti, oh, Señor del Amor Que comprende y perdona

Solo en ti, oh, Jesús, hay amor verdadero Oh, Jesús, quiero amar

Como Tu, quiero amar hasta el fin Como tu Oh, Señor, dale vida a mi amor

Con tu vida

Bendición de las Mochilas

Celebrante: El Señor sea con ustedes.

Pueblo: Y con tu espíritu Celebrante: Oremos

Dios de toda sabiduría y conocimiento, derrama tu bendición sobre las escuelas representadas aquí hoy, que puedan ser centros dinámicos para estimular al aprendizaje y a nuevos descubri- mientos; y concédeles a estos estudiantes que puedan encontrar que eres la fuente de toda ver- dad; por Jesucristo nuestro señor. Amén

Bendición del Agua

El celebrante continúa:

Ahora, santifica esta agua, te suplicamos, por el poder de tu Espíritu Santo, como un recordatorio de nuestro bautismo; y así como esta agua se rocía sobre estos estudiantes y maestros, y en sus mochilas, te rogamos también que tu poder sea derramado sobre ellos para recibir fortaleza en la memoria, la razón y la habilidad para hacer lo bueno. Y que estas tarjetas les recuerden tu amor y presencia durante el día a medida que aprenden. Amen.

D éc im o T erc er d o m in g o d es p u és d e P en t ec o s t és

Dios de toda sabiduría y conocimiento, bendice y guía a estos estudiantes y educadores en su aprendizaje y enseñanza. Amen.

Pueblo:

Que Jesús, quien nos llama a cada uno por su nombre para seguirlo, les dé el valor y la confian- za para ser sus discípulos donde sea que estés, en la escuela, el trabajo y en casa. Y que los do- nes que Dios te ha dado sean una fuente de ben- dición para ti y para los demás. Amen.

La oración post comunión

Omnipotente y sempiterno Dios, te damos gra- cias porque nos has nutrido con el alimento espi- ritual del preciosísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo, nuestro Salvador Jesucristo; y porque nos aseguras, en estos santos misterios, que somos miembros vivos del Cuerpo de tu Hijo y herede- ros de tu reino eterno. Y ahora, Padre, envíanos al mundo para cumplir la misión que tu nos has encomendado, para amarte y servirte como fieles testigos de Cristo nuestro Señor. A él, a ti y al Espíritu Santo, sea todo honor y gloria, ahora y por siempre. Amén.

La Bendición

Que el Espíritu de verdad les conduzca a toda verdad, confiriéndoles gracia para confesar que Jesucristo es el Señor, y proclamar las obras por- tentosas de Dios; y la bendición de Dios omnipo- tente, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sea con ustedes y more con ustedes eternamente.

Amén.

Celebrante: Vayan en paz para amar y servir al Señor.

Todos: Demos gracias a Dios.

Himno de Salida

Vamos con alegría

Cesareo Gabarain

//Vamos con alegría, Señor, Cantando, vamos con alegría, Señor,

Los que caminan por la vida, Señor, Sembrando tu paz y amor//

Vamos llevando la esperanza A un mundo cargado de ansiedad,

A un mundo que busca Y que no alcanza Caminos de amor y de amistad

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Referencias

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