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Visión Las bendiciones del que teme a Dios

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Academic year: 2022

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Visión | Las bendiciones del que teme a Dios

Proverbios 19:23 “El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal”.

Proverbios 10:27 “El temor de Jehová aumentará los días; Mas los años de los impíos serán acortados.”

El pecado conduce a la ruina y miseria material, física y espiritual; conduce a la muerte. Por causa del pecado el hombre no encuentra sentido a la vida; vive sin

rumbo, y desorientado en este mundo; por causa del pecado hay ceguera espiritual, y a lo malo llaman bueno y a lo bueno llaman malo.

Es la falta de temor a Dios la que lleva a la ignorancia, y a la justificación de la maldad, y de todo aquello que va en contra de la palabra de Dios. Es por la falta de temor a Dios que la gente no busca a Dios como lo manda su palabra, sino que lo hace a su manera, y tiene a Dios y su palabra como una religión.

El Señor nos enseña en su palabra a que tengamos temor de Dios en nuestro corazón, y que temamos todos los días de nuestra vida, para obedecer y amar su palabra.

Tener temor a Dios siempre nos conducirá a la sabiduría, a la sencillez de corazón, y a tener una vida de paz y de salud; nos conducirá a todas las bendiciones del reino de los cielos.

El temor de Jehová es para vida. Proverbios 19:23 “El temor de Jehová es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal”. El escritor de los proverbios había experimentado lo que era vivir con temor de Dios; él sabía que estar apartado del pecado, de la maldad, de la iniquidad, y de todo mal, traería bendiciones a la vida del hombre. Dejar el pecado y aborrecer lo malo, traerá como feliz resultado, una vida tranquila; y podrá disfrutar de su vida en la tierra. El temor de Jehová es una garantía de bendiciones, de bienestar y de salud y hará que el mal no venga a nuestras vidas. “El que teme no será visitado del mal”. El temor de Dios es para que tengamos vida, es para que tengamos paz, es para que el mal no nos visite.

El temor de Jehová aumentará los días. Proverbios 10:27 “El temor de Jehová aumentará los días; Mas los años de los impíos serán acortados.” Recuerde que temor de Dios es apartarse del mal y hacer lo bueno y lo recto delante de Dios. Una vez más vemos cómo el escritor de los proverbios resalta la importancia de tener

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temor a Dios. Esto quiere decir que el que insiste en el pecado, y no se aparta de él, está disminuyendo su vida en la tierra, está acelerando su muerte; pero el que teme Dios y se aparta del mal, está aumentado su vida, está prolongando sus días. Los días de los que practican el pecado serán acortados. Temamos a Dios para que vivamos en bendición y aumentemos nuestros días.

Teme a Jehová y guarda sus mandamientos. Deuteronomio 6:2 “para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados”. Si tenemos temor de Dios, guardaremos y obedeceremos su palabra; andaremos conforme a ella en todo tiempo. Si tenemos temor de Dios, enseñaremos a nuestros hijos lo que el Señor nos manda en su palabra, enseñaremos a que teman a Dios y se aparten del mal, y que obedezcan y guarde todos sus mandamientos. Porque esto será lo que les traerá las bendiciones y les dará vida; esto será lo que les de paz y tranquilidad; esto será lo que les prolongará sus días sobre la tierra.

Aprendamos el temor de Jehová, apartémonos del pecado, de todo lo malo, y de todo aquello que no nos edifica, obedezcamos la palabra del Señor, guardemos todos sus mandamientos, hagamos lo bueno y lo recto, porque esto será para bendición y vida, esto nos prolongará nuestros días, esto nos bendecirá todos los días que vivamos sobre la tierra.

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Mensaje | Llamados para heredar bendición

Lectura 1 Pedro 3: 8-12 “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. 10 porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; 11 Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. 12 porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.”

Aprender 1 Pedro 3:9 “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.”

A todos nos gusta gozar de todas las bendiciones y promesas del Señor. El propósito del Señor es que cada creyente pueda disfrutar de todas sus bendiciones. Desde el momento en que fuimos llamados por él, nos hizo herederos de bendición. Si fuimos llamados para heredar bendición, entonces debemos observar bien lo que el Señor nos está demandando.

Fuimos llamados para heredar bendición. 1 Pedro 3:8,9 “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;

9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.”

Los herederos de bendición debemos ser de un mismo sentir. Que no haya división, discordia, ni contienda; que tengamos el sentir de vivir para Dios, agradarle y servirle.

Que tengamos el mismo sentir de obedecer y vivir conforme a su palabra y a su voluntad. Si tenemos el mismo sentir, todos andaremos en armonía, y en paz.

Debemos ser compasivos. Cuando alguien esté atravesando por situaciones difíciles o tenga una necesidad debemos tenderle la mano, y mirar en qué podemos ayudarle.

Ser compasivos también para hablarles de Jesús y el evangelio.

Debemos amarnos fraternalmente. Es el deseo de Dios que podamos amarnos los unos a los otros. Si yo amo, no voy a hacer daño, no causaré heridas, no le haré maldad, no andaré hablando mal de los demás.

Debemos mostrarnos misericordiosos. Conmovernos ante la necesidad de los demás y ser movidos a misericordia.

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Ser amigables. Debemos mostrarnos amistosos, cooperadores, solícitos en ayudar a otros.

No devolvamos mal por mal, ni maldición por maldición. Romanos 12:14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.

La naturaleza pecaminosa tiende a buscar venganza, a maldecir y a pagar mal por mal. Pero el Señor nos enseña que cuando alguien nos haga mal, no demos hacer lo mismo, no debemos tomar venganza, sino que bendigamos a los que nos maldicen.

Mateo 5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

Si aquel que nos hace mal tiene una necesidad, nosotros debemos ayudarle; si tiene hambre, démosle de comer; si tiene sed, démosle de beber. Aunque parezca absurdo, y quizás no sea fácil, pero si lo hacemos, conoceremos el amor de nuestro Dios, quien dio a su Hijo Unigénito para que muriera en nuestro lugar; si hacemos bien a los que nos hacen mal, conoceremos a quien nos amó cuando éramos pecadores. Proverbios 25:21 Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan, y si tuviere sed, dale de beber agua; 22Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, y Jehová te lo pagará.

Bendigamos a otros. Siempre habrá quienes maldigan y nos hagan mal; siempre habrá personas mal intencionadas que desean perjudicarnos y quieren lo malo para nosotros;

pero los hijos de Dios no estamos para maldecir, ni hacer lo mismo que hacen ellos, sino que estamos para bendecir. Romanos 12:17,18 No paguéis a nadie mal por mal;

procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

El que quiere ver la bendición en su vida. 1 Pedro 3: 10 “Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;” Una de las cosas que todos anhelamos en esta vida es ser bendecidos, que todo esté bien, tener paz, tranquilidad, tener todo lo que necesitamos, tener salud, ser prosperados y ver días buenos; anhelamos que nuestra familia le vaya bien, que

tomen buenas decisiones; que todos caminen en rectitud, que conozcan al Señor.

Si quieres ver días buenos, hay que refrenar la lengua, y que los labios no hablen engaño. Una de las cosas por las cuales viene maldición es el mal uso de la lengua.

Santiago 3: 6 “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la

creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” Que nuestra lengua no se preste para el chisme, la calumnia, ni la murmuración; que nuestros labios no estén

hablando mentiras ni engañando.

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Debemos apartarnos del mal, y hacer el bien, buscar la paz y seguirla. Para que seamos bendecidos, nos vaya bien en la vida, hay que apartarse del pecado, de las malas conversaciones, de las obras de la carne, de las contiendas y los pleitos.

Debemos hacer el bien, buscar al Señor. 1 Pedro 3:11 “Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala”. No carguemos nuestros corazones con odios, con resentimientos ni deseos de venganzas por las cosas que otros nos hayan hecho, sino busquemos la paz; procuremos estar en paz con los demás, y sigamos ese camino.

El promete cuidarnos y oír nuestras oraciones. 1 Pedro 3:12 “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.” Los ojos de Dios están sobre los justos para cuidar de ellos; él está pendiente de todas sus necesidades. Somos herederos de esta promesa de protección, y tenemos la promesa de ser atendidos en todas nuestras oraciones. Dios no se agrada de aquellos que hacen lo malo.

Si estamos en unidad, si somos compasivos, si nos amamos unos a otros, si somos misericordiosos, si somos amigables, si no devolvemos mal por mal, ni maldición por maldición, si refrenamos nuestra lengua del mal, si no andamos mintiendo y

engañando, si buscamos la paz y la seguimos, entonces habrá días buenos,

tendremos bendiciones en nuestra vida. “no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.”

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