Competencias Emocionales necesarias de los directivos para el Cambio
María Florencia Witte van Poelgeest
Tips para desarrollar
mejor las competencias
emocionales
Para cualquier directivo que gestiona recursos, personas y “rinde resultados” se encuentra con desafíos diariamente que piden respuestas,
adaptación y ejecución. Cómo hacerlo sin perder la cabeza?
Para eso realicé una investigación escuchando las principales inquietudes de los CEOS; sus miedos, preocupaciones y sus principios para gestionar
adecuadamente una organización. Y propongo abordarlo a través de la aplicación de la
inteligencia emocional.
Las emociones y los estados de ánimos son los que predisponen la relación con los pares y el logro de objetivos y metas planeadas.
Hay emociones que perjudican y afectan a
nuestras emociones positivas que no nos dejan llegar a un estado de plenitud.
1 Comprenderse a uno mismo
“
Casi todo el mundo piensa que sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla.
En ese momento prácticamente nadie afirma poder entenderla" (Wenger, Jones y Jones,
1962, pg. 3).
• Para empezar, antes de gestionar personas, necesitamos gestionarnos a nosotros mismos. Necesitamos conocernos para saber nuestro estado emocional: en que situaciones nos sentimos más vulnerables, en cuales nos conviene beneficiar nuestra tranquilidad emocional e incluso cuando podemos tomar decisiones. Esto es crucial ya que un
desequilibrio emocional podría llevarnos al fracaso directivo. Cómo lo hacemos?
Aprendemos detectando nuestras propias emociones y las identificamos como si fuésemos un observador externo.
• Se trata de ser conscientes de que la emoción puede llevar a distintas percepciones de la realidad.
• Es cuestión de identificar las emociones, explorar sus fortalezas, debilidades, y entendimiento de sus valores. Implica
comprender que las acciones afectan a uno mismo y a los demás; y esto es muy importante a la hora de gestionar cambios, porque se trata de entender el impacto que genera a los
empleados y entender sus frustraciones.
• Un director que tiene un alto grado de
consciencia de sus emociones tiene bien claro qué es lo que quiere y cómo lo puede lograr. De esta manera, la comunicación puede llegar a ser más honesta y asertiva, y no llegar a cometer el grave error del “mensaje controversial” que los empleados critican
2 Aprender a manifestarlas para
tomar decisiones acertadas.
Las emociones siempre están presentes. Y parece que es muy frecuente la dimisión emocional. Para el mundo empresarial, las emociones parecen ser un obstáculo a la hora de lograr resultados. Sin embargo, no
podemos erradicarlas para “ser más eficientes”.
Se trata de saber gestionarlas. La aparición de ellas de modo apropiado permite a los demás predecir el comportamiento de ellas que genera fomenta las relaciones interpersonales.
Si nos guiamos por el entusiasmo, persistirá el optimismo y la voluntad de lograr nuestros objetivos.
En otros casos, puede surgir la ansiedad generada por el miedo; muy relacionada con el estrés. El problema de estas emociones no es que sean malas por sí mismas, sino que ese
estado emocional no puede ser vivido
continuamente. En contrapartida, el estrés en una herramienta para sortear situaciones de
emergencia donde hay mayor demanda de energía para ser resuelta.
Es por eso que hablamos de aprender a guiar nuestras emociones para llevarnos a un equilibrio. Hay que aprender a motivarnos.
Si bien muchos dirán que la presión sirve como combustible, la presión está relacionada con el miedo( a ser reconocido, a fallar) y sólo nos servirá en el corto plazo; tanto para salir de una crisis, resolver un problema particular, pero de ninguna manera puede ser sustentable.
Cómo hacer que lo que nos mueva sea el
entusiasmo? Hay que buscar algo que nos motive más allá de la empresa.
Son las ganas de hacer las que nos permitirán sustentabilidad emocional en los directivos
3 Buscar actividades que nos
ayuden a generar una paz mental
La cantidad de estímulos que recibimos
diariamente generan sensaciones negativas de ansiedad, estrés como mencionamos
previamente.
Para gestionar las emociones, necesitamos que la mente se encuentre en cierto estado de quietud.
Esa quietud, es posible si dedicamos un tiempo para nosotros mismos y para cambiar nuestras energías.
Somos energía. Es fundamental el descanso, la alimentación y el positivismo.
Hay que buscar algo que nos entusiasme, que nos calme para alejarnos un momento de los pensamientos de tensión.
Ya son varios directivos que eligen
mindfullness para conseguir la paz mental necesaria.
Otros optan por el deporte. Hacer ejercicio combate la acumulación de estrés y despeja la mente; lo que te hace mucho más ágil en el control de las emociones.
Lo esencial, es la dedicación a nosotros mismos.
Para qué? El uso positivo de las energías
permite centrarnos mejor en un problema o en nuestro objetivo reduciendo el estrés y las
•
4 Sé auténtico
A qué nos referimos? A ser congruentes con lo que decimos, lo que expresamos, y lo que comunicamos.
• Para mostrar confianza en las personas, tenemos que sentirnos cómodos con nosotros mismos. Ser una persona auténtica significar estar contenta con quien es.
• Si gestionamos desde la transparencia, podemos lograr un alto nivel de
credibilidad.
• Otorgando coherencia entre lo que decimos y hacemos, se construye la confianza y una gran influencia al resto del equipo logrando mayor logros de resultados.
• Para esto tenemos que aprender a
aceptarnos y adoptar una actitud positiva para mantener un nivel de entusiasmo alto. La pasión por su trabajo va a llevar a lograr cambios significativos en la
5 Escuchar a las personas y respetarlas
Con escucha, nos referimos a una escucha activa, donde el objetivo sea comprender, no responder.
Comprender sus emociones, sus inquietudes para poder entender a las personas
La mayor necesidad de las personas es la de sentirse entendido y valorado. Entendiendo esta premisa, podemos lograr extraordinarios resultados.
6 Crear una buena cultura que lleve a
generar equipos sólidos de trabajo con
compromisos claros.
(Liderazgo colectivo)
Cómo logramos compromiso de equipo? Muchas veces sucede que desde lo racional, tratan de enfocar el compromiso. Pero hay que tener en cuenta que sólo se va a lograr si hay aspectos emocionales que lo llevan a él: valores e impulsos que nos ayuden a entender el sentido del trabajo.
La empatía juega un rol muy importante. No se trata solo de saber que siente el otro, sino de comprender los condicionantes e implicaciones de esa emoción, de ponernos temporalmente en su piel y comprender qué significa estar en situación. Esto permitirá conocer los equipos de trabajo y lograr cohesionar a través de creencias e interés.
Conociendo nuestro equipo de trabajo,
podemos desarrollar medios de comunicación efectivos para el entendimiento de las
dinámicas de convivencia y para el alcance de metas y objetivos.
La confianza va a estar condicionada a la
credibilidad directiva. Si hay mensajes claros y coherentes, hay mayor probabilidad de lo lograr fidelidad de los miembros. Por eso es fundamental ser consciente de lo que
decimos y tener bien en claro el objetivo para poder influenciar positivamente a los
7 Contagiar positivamente al equipo
• Se trata de contagiar el entusiasmo, y no que predomine el miedo o la agresividad. No sirve de nada señalar los errores más que para perjudicar el ambiente de trabajo. Es función de un buen líder encontrar un propósito a los empleados para lograr mayor compromiso organizacional.
• Para esto hay que respetarlos, valorarlos y darles cierta libertad para que puedan innovar y sentir que pueden aportar a la organización.
• Cuando se llega a un estado de equilibrio emocional, no sólo se adquiere felicidad, sino se transmite a los demás emociones y se alcanza un grado de motivación eficiente.
