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El Ultimo Tren a Zurich

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Academic year: 2021

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El último tren a

El último tren a

Zurich

Zurich

César Vidal

César Vidal

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que hubiera resultado distinta que hubiera resultado distinta  —y mucho menos hermosa— sin ella.  —y mucho menos hermosa— sin ella.

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II

Pasó sobre su cabeza con la rapidez de una centella, surcó los Pasó sobre su cabeza con la rapidez de una centella, surcó los limpios huecos situados entre las armoniosas columnas y se estrelló limpios huecos situados entre las armoniosas columnas y se estrelló co

con n un un ruruidido o seseco co cocontntra ra la la dedecocorarada da paparered. d. A A EEriric c no no le le hahabrbríaía ex

extrtrañañadado o quque e aqaqueuel l obobjejeto to quque e apapenenas as hahabíbía a popodidido do didiststininguguirir qu

quededarara a pepegagadodo, , cocomo mo lalas s mamariripoposasas s quque e su su títía a cocoleleccccioionanaba ba yy clavaba, en aquellos muros. Sin embargo, estalló en mil pedazos y tan clavaba, en aquellos muros. Sin embargo, estalló en mil pedazos y tan sólo dejó un reguero de espumilla brillante que a Eric le llevó a pensar sólo dejó un reguero de espumilla brillante que a Eric le llevó a pensar en

en el el raraststro ro húhúmemedo do de de lolos s cacararacocoleles. s. DaDada da su su prprededisispoposisicicióón n aa distraerse con temas banales, en otro tiempo y en otro lugar se hubiera distraerse con temas banales, en otro tiempo y en otro lugar se hubiera entregado a recordar no sólo los ya citados seres sino también las entregado a recordar no sólo los ya citados seres sino también las lap

lapas as o o cucualqalquieuier r ototro ro ananimimal al quque e fufuerera a dedejanjando do en en popos s de de sí sí unun recuerdo acuoso de su paso. No sucedió así, por la sencilla razón de recuerdo acuoso de su paso. No sucedió así, por la sencilla razón de que distraerse en esos momentos habría resultado una imprudencia que distraerse en esos momentos habría resultado una imprudencia imperdonable.

imperdonable.

Con la intención de evitar un golpe, se deslizó a cuatro patas por el Con la intención de evitar un golpe, se deslizó a cuatro patas por el suelo encerado y, procurando no resbalar, buscó refugio detrás de una suelo encerado y, procurando no resbalar, buscó refugio detrás de una de

de las las memesasas. s. CoConsnsististía ía ésésta ta en en ununa a grgran an lajlaja a de de mmármármol ol blblanancoco sostenida en el aire por unas patas cruzadas de metal negro y labrado, sostenida en el aire por unas patas cruzadas de metal negro y labrado, y

y cucuanando do mimiróró, , cucubibiererto to popor r elellalas, s, se se didijo jo quque e hahabrbría ía prprefefererididoo encontrarse resguardado por un muro.

encontrarse resguardado por un muro.

Mientras se esforzaba por no dejar un solo centímetro de su cuerpo Mientras se esforzaba por no dejar un solo centímetro de su cuerpo fuera del campo de protección del mueble, dirigió la mirada hacia la fuera del campo de protección del mueble, dirigió la mirada hacia la izquierda. Allí, a un paso de la puerta, un grupo confuso pero muy izquierda. Allí, a un paso de la puerta, un grupo confuso pero muy co

compmpacacto to de de jójóvevenenes s atatavaviadiados os cocon n cacamimisasas s papardrdas as y y brbrillillantanteses correajes negros descargaba sus porras una y otra vez sobre lo que correajes negros descargaba sus porras una y otra vez sobre lo que parecía un deforme gurullo formado por un abrigo negro y unas manos parecía un deforme gurullo formado por un abrigo negro y unas manos extendidas y llenas de sangre. A unos metros de aquella paliza, un par extendidas y llenas de sangre. A unos metros de aquella paliza, un par de muchachos vestidos con el mismo uniforme estaban pasando unas de muchachos vestidos con el mismo uniforme estaban pasando unas huchas rojizas por las mesas en solicitud de donativos. Visto lo que huchas rojizas por las mesas en solicitud de donativos. Visto lo que estaban haciendo con el pobre infeliz que taponaba la entrada, los estaban haciendo con el pobre infeliz que taponaba la entrada, los pr

presesenentetes s no no momoststrarababan n lelentntituitud d algalgununa. a. EcEchahababan n en en lalas s raranunurarass mo

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expresión de sus rostros, no podían permitirse la menor reticencia expresión de sus rostros, no podían permitirse la menor reticencia frente a aquella colecta.

frente a aquella colecta.

Los muchachos de las alcancías parecían, desde luego, contentos. Los muchachos de las alcancías parecían, desde luego, contentos. Ca

Cada da vevez z quque e auaumementntababan an susus s hahabebereres, s, mmovovíaían n lolos s alalarargagadodoss recipientes con un rápido gesto de la muñeca y les arrancaban un recipientes con un rápido gesto de la muñeca y les arrancaban un alegre sonido metálico.

alegre sonido metálico.

Desvió Eric los ojos hacia la derecha y contempló a los camareros, Desvió Eric los ojos hacia la derecha y contempló a los camareros, que se habían colocado con las nalgas pegadas contra el mostrador a que se habían colocado con las nalgas pegadas contra el mostrador a la espera de que concluyera todo. Sin duda, el calvo tenía miedo de la espera de que concluyera todo. Sin duda, el calvo tenía miedo de qu

que e aqaqueuellollos s ununifoiformrmadados os jójóvevenenes s la la ememprprenendidiereran an a a gogolpelpes s coconn alguien distinto del desdichado al que estaban moliendo a la entrada. alguien distinto del desdichado al que estaban moliendo a la entrada. Sin embargo, no todos mostraban semejante inquietud. Uno de ellos, Sin embargo, no todos mostraban semejante inquietud. Uno de ellos, delgado, moreno y con ojos azules, contemplaba la escena con el delgado, moreno y con ojos azules, contemplaba la escena con el mismo gesto aburrido con que habría visto llegar el camión de la leche. mismo gesto aburrido con que habría visto llegar el camión de la leche. En

En cucuananto to a a lolos s dodos s ememplepleadados os rereststanantetes, s, se se hahabíbían an cocoloclocado ado lalass bandejas delante del pecho como si así pudieran protegerse mejor de bandejas delante del pecho como si así pudieran protegerse mejor de cu

cualalququier ier evevenentutualialidadad d dedesasagrgradadabablele. . EsEstataba ba ErEric ic cocontntememplaplandndoo aqu

aquellellas as reareacciccioneones s tan tan disdisparpares es cuacuando ndo un un sonsoniquiquete ete memetálitálico co lele obligó a cambiar su ángulo de visión.

obligó a cambiar su ángulo de visión.

Uno de los jóvenes de camisa parda se había detenido ante una Uno de los jóvenes de camisa parda se había detenido ante una mesa, situada a cinco metros escasos, mientras hacía repiquetear la mesa, situada a cinco metros escasos, mientras hacía repiquetear la hucha con golpes acompasados e ininterrumpidos. No podía ver Eric a hucha con golpes acompasados e ininterrumpidos. No podía ver Eric a la persona a la que instaba, bastante infructuosamente por cierto, a la persona a la que instaba, bastante infructuosamente por cierto, a contribuir. Sin embargo, a pesar de que lo mejor hubiera sido no contribuir. Sin embargo, a pesar de que lo mejor hubiera sido no ca

cammbibiar ar de de ppoosisicicióónn, , ssu u cucuririoosisidadad d reresusultltó ó mmás ás fufueertrte e quque e susu prudencia. Reculó unos centímetros, colocó las yemas de los dedos prudencia. Reculó unos centímetros, colocó las yemas de los dedos sobre el mármol y se impulsó lo suficiente como para poder proyectar sobre el mármol y se impulsó lo suficiente como para poder proyectar la mirada por encima de la mesa.

la mirada por encima de la mesa.

Un hombrecillo un tanto sobrado de peso escribía con una pluma Un hombrecillo un tanto sobrado de peso escribía con una pluma de color corinto sobre un cuaderno de inmaculada blancura. El hecho de color corinto sobre un cuaderno de inmaculada blancura. El hecho en sí no habría tenido la mayor importancia de no ser porque el joven en sí no habría tenido la mayor importancia de no ser porque el joven uniformado se encontraba ante él y agitaba cada vez con más fuerza la uniformado se encontraba ante él y agitaba cada vez con más fuerza la hucha. Ciertamente, aquel gordito debía de ser muy sordo o estar loco hucha. Ciertamente, aquel gordito debía de ser muy sordo o estar loco por completo.

por completo. —E

—El l momovimvimieniento to nanaciciononal-al-sosocicialialiststa a sosoliclicitita a su su ayayududa a —d—dijo ijo elel muchacho de la alcancía, y Eric se dio cuenta de que habían sido las muchacho de la alcancía, y Eric se dio cuenta de que habían sido las primeras palabras pronunciadas por alguien de aquel grupo. Hasta ese primeras palabras pronunciadas por alguien de aquel grupo. Hasta ese momento les había bastado con realizar gestos, con o sin porras, para momento les había bastado con realizar gestos, con o sin porras, para lograr lo que deseaban.

lograr lo que deseaban. Ap

Apenenas as acacababababa a de de prprononununciaciar r el el jojoveven n la la últúltimima a papalablabrara, , elel hombre levantó los ojos del papel. La suya fue una mirada totalmente hombre levantó los ojos del papel. La suya fue una mirada totalmente exenta de temor. Por un instante, la posó sobre el muchacho y luego exenta de temor. Por un instante, la posó sobre el muchacho y luego volvió a bajarla para continuar escribiendo.

volvió a bajarla para continuar escribiendo.

La alcancía enmudeció a la vez que el muchacho de la camisa La alcancía enmudeció a la vez que el muchacho de la camisa ma

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mo

momementonto, , totododos s lolos s prpresesenentetes s se se hahabíbían an dodobleblegagado do anante te aqaqueuellalla petición independientemente de los deseos que tuvieran de hacerlo y petición independientemente de los deseos que tuvieran de hacerlo y ahora... ahora...

ahora... ahora...

—¿Sucede algo, Hans? —¿Sucede algo, Hans?

Eric miró de forma instintiva hacia el lugar del que procedía la voz. Eric miró de forma instintiva hacia el lugar del que procedía la voz. Se trataba del segundo postulante. Había abandonado el lugar donde Se trataba del segundo postulante. Había abandonado el lugar donde estaba realizando su cuestación y, pasando bajo los elegantes arcos estaba realizando su cuestación y, pasando bajo los elegantes arcos del café,

del café, se acercaba ahora con pasos acelerados a su se acercaba ahora con pasos acelerados a su camarada.camarada. —¿Sucede algo, Hans? —volvió a

—¿Sucede algo, Hans? —volvió a preguntar.preguntar. No

No rerespspoondndióió, , pepero ro ttamampopoco co fufue e neneccesesararioio. . La La vvisista ta de de susu co

compmpañañerero o se se didirigrigió ió hahacicia a el el hohombmbre re quque e seseguguía ía esescrcribiibienendo do yy entonces se detuvo en seco, igual que si se hubiera topado con un entonces se detuvo en seco, igual que si se hubiera topado con un muro invisible. Tardó unos instantes en recuperarse de la impresión y, muro invisible. Tardó unos instantes en recuperarse de la impresión y, cuando lo hizo, giró en redondo y echó a correr hacia el grupo de cuando lo hizo, giró en redondo y echó a correr hacia el grupo de ca

camimisasas s papardrdas as quque e hahabíbía a en en la la pupuerertata. . HaHabíbían an tetermrmininadado o ya ya dede g

goollppeeaar r aal l hhoommbbrre e ddeel l aabbrriiggo o nneeggrro o y y eessttaabbaan n cchhaarrllaannddoo anim

animadaadamemente nte ententre re elloellos, s, intintercercamambiabiando ndo risrisas as y y mamanotnotazoazos. s. ErEricic pudo ver que el segundo postulante llegaba a su lado y pronunciaba pudo ver que el segundo postulante llegaba a su lado y pronunciaba unas palabras al oído del que parecía de mayor edad. Éste dio un unas palabras al oído del que parecía de mayor edad. Éste dio un re

respspiningo go y y lalanznzó ó ununa a mmiriradada a rrápápidida a een n ddirirececccióión n a a la la mmesesaa. . AA continuación apretó los labios y se dirigió, dando zancadas, hacia aquel continuación apretó los labios y se dirigió, dando zancadas, hacia aquel sujeto empeñado en seguir escribiendo.

sujeto empeñado en seguir escribiendo.

—Sé quien eres —gritó más que dijo al llegar a su altura—. Un día —Sé quien eres —gritó más que dijo al llegar a su altura—. Un día haremos un montón con todos tus libros y

haremos un montón con todos tus libros y les prenderemos fuego...les prenderemos fuego... Eric tragó saliva al escuchar aquellas palabras, pero el hombre Eric tragó saliva al escuchar aquellas palabras, pero el hombre continuó deslizando la pluma sobre el papel como si, ajeno a lo que continuó deslizando la pluma sobre el papel como si, ajeno a lo que sucedía, se encontrara inmerso en una calma total. Fue precisamente sucedía, se encontrara inmerso en una calma total. Fue precisamente esa serenidad la que provocó una mayor irritación en su interlocutor. esa serenidad la que provocó una mayor irritación en su interlocutor. Con gesto rápido, sacó la porra de la cartuchera y la descargó contra la Con gesto rápido, sacó la porra de la cartuchera y la descargó contra la mesa de mármol.

mesa de mármol.

El tañido de un centenar de campanas no le habría parecido a Eric El tañido de un centenar de campanas no le habría parecido a Eric más ensordecedor que aquel rotundo golpe único. De hecho, todos los más ensordecedor que aquel rotundo golpe único. De hecho, todos los presentes, a excepción de los camisas pardas y del camarero de los presentes, a excepción de los camisas pardas y del camarero de los ojos azules, dieron un respingo, a la vez que contenían la respiración. ojos azules, dieron un respingo, a la vez que contenían la respiración.

El hombre dejó la pluma sobre la mesa y a continuación se llevó, de El hombre dejó la pluma sobre la mesa y a continuación se llevó, de ma

manenera ra sososesegagadada, , la la didiesestrtra a al al bobolslsillillo o de de la la amamerericaicanana. . DaDaba ba lala impresión de que iba a buscar algo de dinero con el que calmar a los impresión de que iba a buscar algo de dinero con el que calmar a los camisas pardas, y ese pensamiento infundió una cierta calma entre los camisas pardas, y ese pensamiento infundió una cierta calma entre los presentes. Parecía que, al fin y a la postre, para bien de todos, entraba presentes. Parecía que, al fin y a la postre, para bien de todos, entraba en razón. Esa misma certeza hizo que una sonrisa pegajosa aflorara en en razón. Esa misma certeza hizo que una sonrisa pegajosa aflorara en el rostro del jefe del grupo. Sin embargo, el silencioso hombre extrajo el rostro del jefe del grupo. Sin embargo, el silencioso hombre extrajo de

de su su chchaqaqueuetata, , no no un un momonenedederoro, , sinsino o ununa a cacajitjita a rerectctanangugular lar dede terciopelo azul. La abrió parsimoniosamente y colocó la pluma en su terciopelo azul. La abrió parsimoniosamente y colocó la pluma en su interior. Luego volvió a guardar el estuche en la americana y se cruzó interior. Luego volvió a guardar el estuche en la americana y se cruzó de brazos mientras miraba a l

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—No tengo la menor intención de dar un solo chelín para ese —No tengo la menor intención de dar un solo chelín para ese compatriota trastornado que se llama Adolf Hitler.

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II

II

Pronunció aquellas palabras en el mismo tono de voz con que podía Pronunció aquellas palabras en el mismo tono de voz con que podía haber pedido un café o preguntado la hora. Sin embargo, resonaron en haber pedido un café o preguntado la hora. Sin embargo, resonaron en el interior del Café Central como un trallazo. De hecho, Eric pudo ver el interior del Café Central como un trallazo. De hecho, Eric pudo ver cómo los clientes abrían los ojos igual que si fueran platos e incluso cómo los clientes abrían los ojos igual que si fueran platos e incluso alguna mujer sacaba un pañuelo y lo mordía con gesto de auténtico alguna mujer sacaba un pañuelo y lo mordía con gesto de auténtico pavor. Entre los camareros, el calvo había comenzado a enjugarse el pavor. Entre los camareros, el calvo había comenzado a enjugarse el copioso sudor con una impoluta servilleta, lo que, se viera como se copioso sudor con una impoluta servilleta, lo que, se viera como se v

viieerraa, , nno o ddeejjaabba a dde e sseer r uunna a ggrraavvííssiimma a iinnccoorrrreeccccióión n een n uunn establecimiento como aquel.

establecimiento como aquel.

Los camisas pardas también las habían escuchado y, tras un primer Los camisas pardas también las habían escuchado y, tras un primer momento de estupor, comenzaron a aproximarse con pasos inseguros momento de estupor, comenzaron a aproximarse con pasos inseguros hacia la mesa. No dijeron una sola palabra, pero bastaba con ver sus hacia la mesa. No dijeron una sola palabra, pero bastaba con ver sus rostros para imaginarse lo que iba a suceder.

rostros para imaginarse lo que iba a suceder.

—Bien mirado, el que naciera en Austria es una suerte —dijo el —Bien mirado, el que naciera en Austria es una suerte —dijo el hombre que había estado escribiendo, a la vez que los encamisados hombre que había estado escribiendo, a la vez que los encamisados formaban una especie de media luna en torno a la mesa—. Aquí no le formaban una especie de media luna en torno a la mesa—. Aquí no le hizo nadie caso

hizo nadie caso y tuvo que marcharse a Alemania.y tuvo que marcharse a Alemania.

El que parecía el jefe apretó la mandíbula como si deseara triturar El que parecía el jefe apretó la mandíbula como si deseara triturar en

entrtre e lolos s didienentetes s la la cócólerlera a quque e le le cocorrrroíoía. a. CoCon n un un gegeststo o rerepepetidtidoo seg

segurauramemente nte en en cencententenareares s de de ocaocasiosionesnes, , emempezpezó ó a a golgolpeapearse rse lala palma de la mano izquierda con el extremo de la porra.

palma de la mano izquierda con el extremo de la porra.

El corazón de Eric latía con tanta fuerza que hubiera jurado que El corazón de Eric latía con tanta fuerza que hubiera jurado que cho

chocabcaba a diredirectactamemente nte concontra tra la la tabtabla la del del pecpecho. ho. ¿Qu¿Quién ién era era aquaquelel ho

hombmbrere? ? ¿Q¿Qué ué prpretetenendídía a cocon n exexacactittitudud? ? ¿A¿Acacaso so no no se se hahabíbía a dadadodo cuenta de la catadura moral de aquellos sujetos de camisa parda?

cuenta de la catadura moral de aquellos sujetos de camisa parda?

—Dios quiera en su infinita misericordia que no regrese jamás por —Dios quiera en su infinita misericordia que no regrese jamás por aq

aquí uí —d—dijijo o ininesespeperaradadammenente te el el dedescscononococidido, o, cocommo o si si inintetentntararaa proporcionar un colofón a sus provocativas afirmaciones.

proporcionar un colofón a sus provocativas afirmaciones.

El jefe de los camisas pardas avanzó un paso hacia la mesa y Eric El jefe de los camisas pardas avanzó un paso hacia la mesa y Eric cerró los ojos de forma instintiva, porque no deseaba ver cómo le cerró los ojos de forma instintiva, porque no deseaba ver cómo le partían la cabeza a aquel extraño cliente. Entonces un sonido agudo, partían la cabeza a aquel extraño cliente. Entonces un sonido agudo, tanto que parecía capaz de taladrar los tímpanos, rasgó el aire. Abrió tanto que parecía capaz de taladrar los tímpanos, rasgó el aire. Abrió

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lo

los s pápárprpadadoos s y y vivio o quque e lolos s cacammisisas as papardrdas as se se hahabíbían an ququededadadoo inmóviles. Hubiérase dicho que un brujo invisible había pronunciado un inmóviles. Hubiérase dicho que un brujo invisible había pronunciado un pod

poderoeroso so coconjunjuro ro que que los los habhabía ía concongelagelado, do, conconvirvirtiétiéndondolos los en en unauna simple fotografía de colores desvaídos a causa de la penumbra del simple fotografía de colores desvaídos a causa de la penumbra del local.

local.

Eric parpadeó para asegurarse de que veía bien y no era víctima de Eric parpadeó para asegurarse de que veía bien y no era víctima de alguna ilusión óptica. En ese mismo instante, aquel sonido, metálico e alguna ilusión óptica. En ese mismo instante, aquel sonido, metálico e insoportablemente agudo, volvió a arañarle los

insoportablemente agudo, volvió a arañarle los oídos.oídos.

—¡Es la poli! ¡Es la poli! —gritó uno de los camisas pardas más —¡Es la poli! ¡Es la poli! —gritó uno de los camisas pardas más cercanos a la entrada del café.

cercanos a la entrada del café.

—¡Hay que darse el piro! ¡Rápido! —respondió el jefe del pelotón. —¡Hay que darse el piro! ¡Rápido! —respondió el jefe del pelotón. El rostro de Eric avanzó hasta casi golpearse contra las metálicas El rostro de Eric avanzó hasta casi golpearse contra las metálicas patas de la mesa en un intento de contemplar mejor aquella escena patas de la mesa en un intento de contemplar mejor aquella escena tan inesperada. Como si temieran que el cielo pudiera desplomarse tan inesperada. Como si temieran que el cielo pudiera desplomarse sobre sus cabezas, los camisas pardas se apresuraron en llegar a la sobre sus cabezas, los camisas pardas se apresuraron en llegar a la entrada y así evadirse de la acción de la policía. No debían de estar entrada y así evadirse de la acción de la policía. No debían de estar mu

muy y acacooststumumbrbradados os a a llllevevar ar a a cacabo bo aqaqueuellllas as reretitiraradadas, s, poporqrqueue pr

proovovoccararoon n uuna na agaglolommereracacióión n een n la la pupueertrta a y, y, a a cocontntininuuacacióión,n, comenzaron a repartirse patadas y manotazos para abrirse camino. Por comenzaron a repartirse patadas y manotazos para abrirse camino. Por un momento, dio la impresión de que no podrían salir pero, de repente, un momento, dio la impresión de que no podrían salir pero, de repente, uno de ellos tropezó, cayó al exterior tan largo como era y todos los uno de ellos tropezó, cayó al exterior tan largo como era y todos los demás se vieron obligados a saltar sobre él para llegar a la calle.

demás se vieron obligados a saltar sobre él para llegar a la calle.

Mientras notaba un insoportable dolor en las articulaciones, Eric se Mientras notaba un insoportable dolor en las articulaciones, Eric se puso en pie, corrió hacia una de las ventanas situadas a su izquierda e puso en pie, corrió hacia una de las ventanas situadas a su izquierda e intentó abarcar con la mirada el camino seguido por los fugitivos. Para intentó abarcar con la mirada el camino seguido por los fugitivos. Para sorpresa suya, pudo ver que, lejos de mantener algo que se pareciera sorpresa suya, pudo ver que, lejos de mantener algo que se pareciera mínimamente al orden, se habían desperdigado cada uno por su lado, mínimamente al orden, se habían desperdigado cada uno por su lado, intentando evitar la detención.

intentando evitar la detención.

¿Cuántos policías llegaron tras aquellos dos pitidos inesperados? ¿Cuántos policías llegaron tras aquellos dos pitidos inesperados? No sabría decirlo Eric, pero en cualquier caso estaba seguro de que No sabría decirlo Eric, pero en cualquier caso estaba seguro de que eran menos que los camisas pardas y, a pesar de todo, éstos no les eran menos que los camisas pardas y, a pesar de todo, éstos no les hab

habían ían opuopuestesto o la la memenonor r resresisteistencincia. a. De De hechecho, ho, cocorríarrían n con con tantantata velocidad por la Herrengasse y las calles aledañas que prácticamente velocidad por la Herrengasse y las calles aledañas que prácticamente habían desaparecido de la vista.

habían desaparecido de la vista. Du

Durarantnte e ununos os insinstatantnteses, , cliclienentetes s y y cacamamarereroros s se se mamantntuvuvierieronon su

summididos os en en un un sisilelencncio io ababsosolulutoto, , el el mimismsmo o quque e se se hahabíbía a crcreaeadodo mientras aquel hombre se permitía no entregar el menor donativo a los mientras aquel hombre se permitía no entregar el menor donativo a los ah

ahorora a huhuididosos. . LuLuegego, o, cocomo mo si si se se huhubiebiera ra prprododucucidido o ununa a exextrtrañañaa ex

exploplosisiónón, , totododos s cocomemenznzararon on a a dadar r vovoceces, s, a a agagitaitar r lolos s brbrazazos os y y aa intercambiar acaloradas impresiones sobre lo que acababan de vivir. intercambiar acaloradas impresiones sobre lo que acababan de vivir.  Todo

 Todos. s. BuenBueno, o, no, no, todotodos s no. El no. El homhombre bre que que había seguido escribienhabía seguido escribiendodo durante la primera parte del incidente se había puesto en pie y, tras durante la primera parte del incidente se había puesto en pie y, tras cerrar su cuaderno y dejar unas monedas sobre la mesa de mármol cerrar su cuaderno y dejar unas monedas sobre la mesa de mármol blanco, había comenzado a caminar hacia la salida.

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Si le hubieran preguntado la razón, Eric no habría sabido darla Si le hubieran preguntado la razón, Eric no habría sabido darla pero, de repente, sintió una imperiosa necesidad de hablar con aquel pero, de repente, sintió una imperiosa necesidad de hablar con aquel ex

extrtrañaño o pepersrsoonnajajee. . BuBuscscó ó cocon n la la mmiriradada a el el luluggar ar dodonnde de hhababíaía depositado su maleta al entrar en el café y comprobó con alivio que allí  depositado su maleta al entrar en el café y comprobó con alivio que allí  seg

seguíauía, , comcomo o si si estestuviuviera era espesperáerándondole, le, tratranqnquila uila y y adoadormrmiladilada. a. SeSe aproximó a ella, la agarró, la levantó de un tirón y apretó el paso hacia aproximó a ella, la agarró, la levantó de un tirón y apretó el paso hacia la salida.

la salida.

No llegó. El camarero calvo se cruzó en su camino y, mientras se No llegó. El camarero calvo se cruzó en su camino y, mientras se llevaba la diestra al bigote, le dijo con la excepcional cortesía de los llevaba la diestra al bigote, le dijo con la excepcional cortesía de los vieneses que trabajan en su

vieneses que trabajan en su gremio:gremio:

 —Servus

 —Servus,, su consumición...su consumición...

Eric sintió que enrojecía hasta la raíz del cabello. No había tenido la Eric sintió que enrojecía hasta la raíz del cabello. No había tenido la menor intención de marcharse sin pagar. Simplemente, es que se le menor intención de marcharse sin pagar. Simplemente, es que se le había olvidado con todo aquel jaleo.

había olvidado con todo aquel jaleo.

—Sí, claro —balbuceó—. Tiene usted toda la razón. ¿Qué le debo? —Sí, claro —balbuceó—. Tiene usted toda la razón. ¿Qué le debo? El

El cacamamarerero ro cacalvlvo o didijo jo ununa a cacantntididad ad quque e ErEric ic rerebubuscscó ó totodo do lolo deprisa que pudo en sus bolsillos, a la vez que miraba por la ventana deprisa que pudo en sus bolsillos, a la vez que miraba por la ventana pa

para ra asasegegururararse se de de quque e no no peperdrdía ía la la pipiststa a dedel l hohombmbrere. . CuCuanandodo,, finalmente, logró salir a la calle, ya se había convertido en un punto finalmente, logró salir a la calle, ya se había convertido en un punto lejano a punto de doblar una esquina.

lejano a punto de doblar una esquina.

Apretó el paso con la intención de acortar la distancia. No tardó en Apretó el paso con la intención de acortar la distancia. No tardó en darse cuenta de que no era todo lo fuerte que habría deseado, de que darse cuenta de que no era todo lo fuerte que habría deseado, de que la maleta pesaba mucho más de lo que recordaba y de que el costado la maleta pesaba mucho más de lo que recordaba y de que el costado comenzaba a dolerle.

comenzaba a dolerle.

Dobló la esquina por la que acababa de desaparecer el hombre y Dobló la esquina por la que acababa de desaparecer el hombre y entonces pudo verlo con nitidez a una decena escasa de metros. Se entonces pudo verlo con nitidez a una decena escasa de metros. Se había detenido ante unos cajones de libros situados en la acera. Con había detenido ante unos cajones de libros situados en la acera. Con gesto de interés, ojeaba uno de los ejemplares. Visto de perfil, se gesto de interés, ojeaba uno de los ejemplares. Visto de perfil, se notaba que su abdomen, ceñido con un chaleco rojo, era demasiado notaba que su abdomen, ceñido con un chaleco rojo, era demasiado voluminoso para su estatura, y que su coronilla había comenzado a voluminoso para su estatura, y que su coronilla había comenzado a clarear. Precisamente, esa ligera gordura y esa calvicie incipiente le clarear. Precisamente, esa ligera gordura y esa calvicie incipiente le conferían un aspecto de sorprendente serenidad. Sí, no parecía muy conferían un aspecto de sorprendente serenidad. Sí, no parecía muy inquieto a pesar de todo lo que había sucedido.

inquieto a pesar de todo lo que había sucedido.

Eric habría podido alcanzarlo, saludarlo y entablar conversación Eric habría podido alcanzarlo, saludarlo y entablar conversación con él. Sin embargo, en esos momentos se apoderó de todo su ser una con él. Sin embargo, en esos momentos se apoderó de todo su ser una insoportable sensación de timidez. De repente, le pareció que lo que insoportable sensación de timidez. De repente, le pareció que lo que estaba haciendo no era del todo lícito, que no tenía ninguna razón para estaba haciendo no era del todo lícito, que no tenía ninguna razón para dirigirse a aquel hombre y que, sobre todo, corría el riesgo de que éste dirigirse a aquel hombre y que, sobre todo, corría el riesgo de que éste le dijera que debía meterse en sus asuntos. A punto estaba de desistir, le dijera que debía meterse en sus asuntos. A punto estaba de desistir, cuando su perseguido depositó el libro en el cajón del que lo había cuando su perseguido depositó el libro en el cajón del que lo había tomado y reemprendió la marcha. El que se pusiera nuevamente en tomado y reemprendió la marcha. El que se pusiera nuevamente en movimiento y Eric sintiera la necesidad de alcanzarlo fue todo uno.

movimiento y Eric sintiera la necesidad de alcanzarlo fue todo uno.

Lo siguió durante un centenar de metros más hasta que dobló otra Lo siguió durante un centenar de metros más hasta que dobló otra esquina. Eric apretó de nuevo el paso y, para alivio suyo, volvió a esquina. Eric apretó de nuevo el paso y, para alivio suyo, volvió a localizarlo. Estaba ahora detenido ante un comercio donde compró algo localizarlo. Estaba ahora detenido ante un comercio donde compró algo

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que parecía un cartucho de papel. Sí, eso debía de ser, porque había que parecía un cartucho de papel. Sí, eso debía de ser, porque había sacado algo del cucurucho y

sacado algo del cucurucho y había comenzado a comérselo.había comenzado a comérselo.

Eric se pasó la maleta a la mano izquierda y comprobó que tenía la Eric se pasó la maleta a la mano izquierda y comprobó que tenía la palma de la derecha surcada por marcas rojizas. Se la frotó contra el palma de la derecha surcada por marcas rojizas. Se la frotó contra el muslo y continuó caminando. A esas alturas de la persecución, ya no le muslo y continuó caminando. A esas alturas de la persecución, ya no le dolía sólo el costado, sino también las dos manos, las piernas y la dolía sólo el costado, sino también las dos manos, las piernas y la espalda. Hubiera deseado descansar pero no podía permitírselo. No, espalda. Hubiera deseado descansar pero no podía permitírselo. No, después de haber caminado tanto. ¡Maldita sea! ¡Estaba doblando otra después de haber caminado tanto. ¡Maldita sea! ¡Estaba doblando otra esquina!

esquina!

Mientras el dolor del costado le subía hasta el pecho, Eric volvió a Mientras el dolor del costado le subía hasta el pecho, Eric volvió a forzar su cansado paso. No estaba seguro pero... pero parecía que forzar su cansado paso. No estaba seguro pero... pero parecía que también su perseguido había acelerado la marcha. ¡Por Dios! ¡Otra también su perseguido había acelerado la marcha. ¡Por Dios! ¡Otra esquina, no! ¿Cómo podía haber tantas esquinas en

esquina, no! ¿Cómo podía haber tantas esquinas en Viena?Viena?  Tardó

 Tardó apenapenas as unos unos segusegundos ndos en en alcanalcanzarla zarla peropero, , cuandcuando o miró miró lala calle, descubrió que el hombre había desaparecido. Una pesada nube calle, descubrió que el hombre había desaparecido. Una pesada nube de desaliento descendió sobre Eric al percatarse de que el objeto de su de desaliento descendió sobre Eric al percatarse de que el objeto de su persecución se había desvanecido igual que si se lo hubiera tragado la persecución se había desvanecido igual que si se lo hubiera tragado la tierra. Boqueando, caminó una docena de pasos más pero siguió sin tierra. Boqueando, caminó una docena de pasos más pero siguió sin distinguir a la gruesa figura. Entonces escuchó a sus espaldas una voz distinguir a la gruesa figura. Entonces escuchó a sus espaldas una voz que, teñida de tranquilidad, decía:

que, teñida de tranquilidad, decía: —¿Se puede saber por qué me

(11)

III

III

Eric se volvió con un respingo similar al que habría dado si le Eric se volvió con un respingo similar al que habría dado si le hubieran aplicado una corriente eléctrica. A un par de metros de él se hubieran aplicado una corriente eléctrica. A un par de metros de él se encontraba el hombre al que llevaba persiguiendo más de un cuarto de encontraba el hombre al que llevaba persiguiendo más de un cuarto de hora. Si se encontraba nervioso o molesto, fuerza era reconocer que no hora. Si se encontraba nervioso o molesto, fuerza era reconocer que no lo aparentaba. En realidad, el hecho de que sujetara con la mano lo aparentaba. En realidad, el hecho de que sujetara con la mano izquierda un cucurucho y llevara en la diestra una manzana roja que no izquierda un cucurucho y llevara en la diestra una manzana roja que no dejaba de mordisquear le confería un aspecto de notable indiferencia. dejaba de mordisquear le confería un aspecto de notable indiferencia. Volvió a clavar los dientes en la fruta, masticó con parsimonia, tragó y Volvió a clavar los dientes en la fruta, masticó con parsimonia, tragó y dijo:

dijo: —¿

—¿HaHas s enentetendndidido o lo lo quque e he he didichcho o o o ees s quque e acacasaso o no no hahablblasas alemán?

alemán?

—Eh... sí, sí, claro que lo hablo... —respondió Eric con voz temblona —Eh... sí, sí, claro que lo hablo... —respondió Eric con voz temblona —. Es mi lengua.

—. Es mi lengua.

—Bien, lo celebro. Ciertamente, es una hermosa lengua. Y ahora, —Bien, lo celebro. Ciertamente, es una hermosa lengua. Y ahora, ¿tendrías la bondad de indicarme

¿tendrías la bondad de indicarme por qué me perseguías?por qué me perseguías? Eric tragó

Eric tragó salisaliva. va. Al Al esescuccuchar har aquaquellaellas s palpalabrabras as se se perpercatcató ó porpor primera vez de que no podía dar una razón medianamente sólida para primera vez de que no podía dar una razón medianamente sólida para haber llevado a cabo aquella persecución. En realidad, había actuado, haber llevado a cabo aquella persecución. En realidad, había actuado, como solía ser común en él, siguiendo sus propios impulsos, y ahora como solía ser común en él, siguiendo sus propios impulsos, y ahora descubría, como tantas veces en el pasado, que no sabía qué hacer. descubría, como tantas veces en el pasado, que no sabía qué hacer.

—No te habrás tragado la lengua, ¿verdad? —No te habrás tragado la lengua, ¿verdad? Aqu

Aquellaellas s palpalabrabras, as, dicdichas has jusjusto to cuacuando ndo terterminminaba aba la la mamanzanzana,na, te

termrmininaroaron n de de susummir ir al al mumuchchacacho ho en en el el azazororamamienientoto. . CoComo mo totodada respuesta, se limitó a mover la cabeza en un vago movimiento de respuesta, se limitó a mover la cabeza en un vago movimiento de negación.

negación.

—Bien, bien —dijo el hombre con cierta ironía—. Vamos avanzando —Bien, bien —dijo el hombre con cierta ironía—. Vamos avanzando algo.

algo.

—Yo... yo estaba en el café... —acertó a balbucir. —Yo... yo estaba en el café... —acertó a balbucir.

—Ya —dijo el hombre, mientras se pasaba la lengua por el interior —Ya —dijo el hombre, mientras se pasaba la lengua por el interior de la boca en un gesto que lo mismo podía indicar burla que un intento de la boca en un gesto que lo mismo podía indicar burla que un intento por rebañar los restos de

por rebañar los restos de manzana.manzana.

—Lo que... lo que hizo usted... —prosiguió Eric—. Bueno... —Lo que... lo que hizo usted... —prosiguió Eric—. Bueno...

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El hombre del cucurucho de manzanas no le dejó terminar la frase. El hombre del cucurucho de manzanas no le dejó terminar la frase. Echó mano al envoltorio, extrajo una fruta y dijo:

Echó mano al envoltorio, extrajo una fruta y dijo: —¿Quieres?

—¿Quieres?

—No... no... —respondió Eric—. Lo que deseo decirle es que... que, —No... no... —respondió Eric—. Lo que deseo decirle es que... que, bueno, diantre, es usted muy valiente...

bueno, diantre, es usted muy valiente...

El hombre reprimió una sonrisa mientras devolvía la manzana al El hombre reprimió una sonrisa mientras devolvía la manzana al envoltorio de papel.

envoltorio de papel. —¿No te pesa esa

—¿No te pesa esa maleta? —preguntó repentinamente.maleta? —preguntó repentinamente.

—He llegado hoy a Viena y... —Y no has tenido tiempo de dejarla —He llegado hoy a Viena y... —Y no has tenido tiempo de dejarla en casa —concluyó la frase el hombre.

en casa —concluyó la frase el hombre.

—Sí, no me dio tiempo —reconoció Eric. —Sí, no me dio tiempo —reconoció Eric. —¿Dónde vas a alojarte?

—¿Dónde vas a alojarte?

Sin dejar de mirarle, Eric echó mano a su abrigo y extrajo un papel Sin dejar de mirarle, Eric echó mano a su abrigo y extrajo un papel arrugado que le tendió. El hombre de las manzanas lo recogió y le echó arrugado que le tendió. El hombre de las manzanas lo recogió y le echó un vistazo.

un vistazo.

—Conozco esa pensión. No está lejos de aquí, de modo que este —Conozco esa pensión. No está lejos de aquí, de modo que este paseíto no lo habrás dado en vano. Claro que también habrías podido paseíto no lo habrás dado en vano. Claro que también habrías podido coger el tranvía. ¿Qué has venido a hacer a Viena?

coger el tranvía. ¿Qué has venido a hacer a Viena?

—Estudiar —respondió Eric—. He venido a estudiar. —Estudiar —respondió Eric—. He venido a estudiar. —¿El qué? Pareces muy joven para ir a la universidad. —¿El qué? Pareces muy joven para ir a la universidad.

El muchacho enrojeció. Sabía de sobra los años que tenía pero, al El muchacho enrojeció. Sabía de sobra los años que tenía pero, al ig

iguaual l quque e le le susucecede de a a la la mamayoyoríría a de de lolos s adadololesescecentnteses, , sesememejanjantete circunstancia le resultaba más molesta que

circunstancia le resultaba más molesta que sugerente.sugerente.

—Voy a la Academia de Bellas Artes para estudiar dibujo,

—Voy a la Academia de Bellas Artes para estudiar dibujo, Herr...Herr...

—Lebendig —dijo el hombre de las manzanas—. Karl Lebendig. —Lebendig —dijo el hombre de las manzanas—. Karl Lebendig.

Eric parpadeó sorprendido. ¿Había oído bien? ¿Aquel hombre había Eric parpadeó sorprendido. ¿Había oído bien? ¿Aquel hombre había dicho Karl Lebendig? ¿Era Karl Lebendig?

dicho Karl Lebendig? ¿Era Karl Lebendig?

—¿El... el escritor? —acertó finalmente a preguntar. —¿El... el escritor? —acertó finalmente a preguntar. —Sí —respondió Karl—. ¿Has oído hablar de mí? —Sí —respondió Karl—. ¿Has oído hablar de mí?

—¿Hablar de usted? —dijo Eric elevando el tono de voz—. ¡Usted es —¿Hablar de usted? —dijo Eric elevando el tono de voz—. ¡Usted es mi poeta favorito!

mi poeta favorito!

Lebendig reprimió con rapidez la sonrisa divertida que pugnaba por Lebendig reprimió con rapidez la sonrisa divertida que pugnaba por aflorarle a los labios.

aflorarle a los labios.

—Espero que tu capacidad para dibujar sea mejor que tu gusto —Espero que tu capacidad para dibujar sea mejor que tu gusto literario —comentó mientras comenzaba a andar.

literario —comentó mientras comenzaba a andar. —¿

—¿PoPor r ququé? é? —p—prereguguntntó ó ErEricic, , sosorprprerendndidoido, , mimienentrtras as intintenentatababa alcanzarlo.

alcanzarlo.

Sin embargo, Lebendig no respondió. Sin embargo, Lebendig no respondió.

—Es cierto lo que le he dicho —dijo Eric, que ya comenzaba a —Es cierto lo que le he dicho —dijo Eric, que ya comenzaba a  jadear

 jadear—. —. No... No... no no es es que que no no me me gustgusten en Rilke Rilke o... o... o o HofmHofmannstannstahl. ahl. MeMe gustan. Sí, me gustan mucho, pero usted... usted tiene algo especial... gustan. Sí, me gustan mucho, pero usted... usted tiene algo especial... Por favor, ¿podría correr algo

Por favor, ¿podría correr algo menos?menos? Le

Lebebendndig ig se se dedetutuvo vo y y ErEric ic se se prpregegununtótó, , mimienentrtras as inintetentntababaa recuperar el resuello, cómo podía ir tan deprisa un hombre que distaba recuperar el resuello, cómo podía ir tan deprisa un hombre que distaba mucho de tener un cuerpo atlético y unas piernas largas.

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—Vivo muy cerca de aquí —dijo Lebendig, como si no hubiera —Vivo muy cerca de aquí —dijo Lebendig, como si no hubiera escuchado la pregunta de Eric—. ¿Te apetecería tomar un café antes escuchado la pregunta de Eric—. ¿Te apetecería tomar un café antes de irte a la pensión?

de irte a la pensión?

La boca de Eric se abrió en un gesto de sorpresa. ¡Tomar un café La boca de Eric se abrió en un gesto de sorpresa. ¡Tomar un café con Karl Lebendig! ¡Y en su casa!

con Karl Lebendig! ¡Y en su casa! Ape

Apenas nas cinccinco o minminutoutos s desdespuépués, s, el el ententusiusiasmasmo o dedel l jovjoven en recreciénién llegado se había enfriado considerablemente. Era cierto que Lebendig llegado se había enfriado considerablemente. Era cierto que Lebendig vi

vivívía a cecercrca, a, pepero ro en en el el úlúltitimo mo pipiso so de de un un ededifificicio io dedespsproroviviststo o dede ascensor. Acostumbrado a vivir en una planta baja, el muchacho no ascensor. Acostumbrado a vivir en una planta baja, el muchacho no tardó en experimentar un insoportable ahogo mientras se esforzaba en tardó en experimentar un insoportable ahogo mientras se esforzaba en subir con su maleta en pos del escritor. De manera inexplicable, aquel subir con su maleta en pos del escritor. De manera inexplicable, aquel hombre, que claramente padecía de sobrepeso, superaba los

hombre, que claramente padecía de sobrepeso, superaba los escalonesescalones con la misma facilidad que un escalador veterano trepa por las breñas con la misma facilidad que un escalador veterano trepa por las breñas de un monte.

de un monte.

—Son sólo cuatro pisos —escuchó Eric que le decía desde algún —Son sólo cuatro pisos —escuchó Eric que le decía desde algún lugar perdido en las alturas, y a punto estuvo de desplomarse sobre lugar perdido en las alturas, y a punto estuvo de desplomarse sobre uno de los escalones para recuperar el resuello.

uno de los escalones para recuperar el resuello.

Si no lo hizo fue por un oculto pundonor que le decía que un Si no lo hizo fue por un oculto pundonor que le decía que un muchacho de quince años no podía ser menos vigoroso que un hombre muchacho de quince años no podía ser menos vigoroso que un hombre de constitución gruesa que había superado de sobra los cuarenta. Se de constitución gruesa que había superado de sobra los cuarenta. Se trató de un empeño seguramente noble pero cuando, por fin, llegó al trató de un empeño seguramente noble pero cuando, por fin, llegó al descansillo donde se hallaba situada la vivienda de Karl Lebendig, descansillo donde se hallaba situada la vivienda de Karl Lebendig, apenas podía respirar y el corazón le latía como si llevara un buen rato apenas podía respirar y el corazón le latía como si llevara un buen rato corriendo a campo través.

corriendo a campo través.

El escritor no le había esperado. Tras dejar la puerta abierta, había El escritor no le había esperado. Tras dejar la puerta abierta, había entrado en el piso. Eric se descargó la maleta y asomó la cabeza por entrado en el piso. Eric se descargó la maleta y asomó la cabeza por entre las jambas.

entre las jambas.

—Pasa al fondo —escuchó que le gritaba Karl Lebendig—. Puedes —Pasa al fondo —escuchó que le gritaba Karl Lebendig—. Puedes dejar tu equipaje en la entrada.

dejar tu equipaje en la entrada.

Eric cruzó el umbral y vislumbró un pasillo a mano derecha. No Eric cruzó el umbral y vislumbró un pasillo a mano derecha. No había llegado hasta él cuando se percató de que detrás de la puerta había llegado hasta él cuando se percató de que detrás de la puerta había unas estanterías que iban desde el mismo suelo hasta el techo y había unas estanterías que iban desde el mismo suelo hasta el techo y que se hallaban, más que repletas, atestadas de libros. Le pareció que se hallaban, más que repletas, atestadas de libros. Le pareció lógico porque, a fin de cuentas, ¿no se supone que un escritor tiene lógico porque, a fin de cuentas, ¿no se supone que un escritor tiene que haber leído mucho?

que haber leído mucho? No

No esestataba ba prprepepararadado, o, sisin n emembabargrgo, o, papara ra aqaqueuel l papasisillllo. o. A A lala izquierda también estaba lleno de estanterías —salvo en un pequeño izquierda también estaba lleno de estanterías —salvo en un pequeño hueco, por donde entraba la luz de una ventana— y, además, en los hueco, por donde entraba la luz de una ventana— y, además, en los escasos espacios vacíos se levantaban irregulares pilas de libros. Se escasos espacios vacíos se levantaban irregulares pilas de libros. Se deslizó por el corredor procurando no golpear con su maleta aquellas deslizó por el corredor procurando no golpear con su maleta aquellas m

maasasas s lilibbrerescscaas, s, qque ue ppararececíaían n a a mmedediaias s dodormrmididas as y y a a mmedediaiass acechantes, y con no poco esfuerzo logró llegar a lo que parecía un acechantes, y con no poco esfuerzo logró llegar a lo que parecía un salón.

salón.

Se trataba de una estancia espaciosa, pero nadie en su sano juicio Se trataba de una estancia espaciosa, pero nadie en su sano juicio hubiera juzgado que su disposición era normal. Con la excepción de un hubiera juzgado que su disposición era normal. Con la excepción de un

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pequeño trozo de pared, donde se dibujaba una chimenea, y de otro pequeño trozo de pared, donde se dibujaba una chimenea, y de otro paralelo a uno de los cuerpos de un sofá en forma de ele, todos los paralelo a uno de los cuerpos de un sofá en forma de ele, todos los muros estaban cubiertos completamente por estanterías de modesta y muros estaban cubiertos completamente por estanterías de modesta y barata madera. En ellas los volúmenes se apiñaban unos sobre otros barata madera. En ellas los volúmenes se apiñaban unos sobre otros en un caos punto menos que carente de forma. Por si todo lo anterior en un caos punto menos que carente de forma. Por si todo lo anterior fuera poco, buena parte del espacio que mediaba entre la puerta y el fuera poco, buena parte del espacio que mediaba entre la puerta y el sofá se hallaba ocupado por más pilas de libros, revistas y lo que sofá se hallaba ocupado por más pilas de libros, revistas y lo que parecían ser discos.

parecían ser discos. —D

—Disiscuculplpa a quque e totodo do anande de un un popoco co mmananga ga popor r hohombmbro ro —d—dijijoo Lebendig—. Como trabajo en casa...

Lebendig—. Como trabajo en casa...

«Como trabaja en casa, precisamente debería ser más ordenado», «Como trabaja en casa, precisamente debería ser más ordenado», pensó Eric. «¿Cómo diantre puede moverse por la casa sin empezar a pensó Eric. «¿Cómo diantre puede moverse por la casa sin empezar a tirar libros? Y, aunque lo consiga, ¿cómo logra encontrar lo que busca tirar libros? Y, aunque lo consiga, ¿cómo logra encontrar lo que busca en medio de esa jungla de volúmenes y papeles?»

en medio de esa jungla de volúmenes y papeles?»

—Acomódate donde quieras... —añadió el escritor—. A propósito, —Acomódate donde quieras... —añadió el escritor—. A propósito, no me has dicho cómo te llamas.

no me has dicho cómo te llamas.

—Eric —respondió el muchacho, mientras miraba en torno suyo —Eric —respondió el muchacho, mientras miraba en torno suyo cada vez más abrumado por lo

cada vez más abrumado por lo que veía—, Eric que veía—, Eric Rominger.Rominger.

—Eric Rominger —repitió Karl Lebendig, como si fuera un eco—. —Eric Rominger —repitió Karl Lebendig, como si fuera un eco—. Suena bien. Bueno, Eric Rominger, ¿qué prefieres, té, café, cacao, Suena bien. Bueno, Eric Rominger, ¿qué prefieres, té, café, cacao, leche?

leche?

—Creo que preferiría un cacao

—Creo que preferiría un cacao —contestó el muchacho.—contestó el muchacho. —Cacao, estupendo. Siéntate en lo que voy a prepararlo. —Cacao, estupendo. Siéntate en lo que voy a prepararlo.

Mientras Karl se perdía por el pasillo, Eric se preguntó donde podría Mientras Karl se perdía por el pasillo, Eric se preguntó donde podría sentarse. Una parte no pequeña del inmenso sofá estaba cubierta de sentarse. Una parte no pequeña del inmenso sofá estaba cubierta de libros y papeles y, aunque no faltaba espacio libre, tenía dudas de que libros y papeles y, aunque no faltaba espacio libre, tenía dudas de que fuera suficiente para dos

fuera suficiente para dos personas.personas.

—Retira lo que quieras y ponlo en el suelo —escuchó que decía Karl —Retira lo que quieras y ponlo en el suelo —escuchó que decía Karl desde el otro extremo de la casa—. Ya lo ordenaré yo luego.

desde el otro extremo de la casa—. Ya lo ordenaré yo luego. «¿O

«¿Orderdenarnarlo lo lueluego?go?», », se se prepregunguntó tó EriEric. c. ¿Q¿Qué ué ideidea a tentendrídría a aquaquelel hombre de lo que significaba esa frase? Porque, a juzgar por la pátina hombre de lo que significaba esa frase? Porque, a juzgar por la pátina de polvo que recubría alguno de aquellos montones, había que llegar a de polvo que recubría alguno de aquellos montones, había que llegar a la conclusión de que llevaban mucho tiempo —quizá meses— sin que la conclusión de que llevaban mucho tiempo —quizá meses— sin que nadie hubiera intentado acabar con aquel barullo.

nadie hubiera intentado acabar con aquel barullo.

Procurando que no se le escapara nada de entre las manos, retiró Procurando que no se le escapara nada de entre las manos, retiró los suficientes materiales de encima del sofá como para permitir que los suficientes materiales de encima del sofá como para permitir que do

dos s pperersosonanas s se se sseentntararan an hoholglgadadamameentnte. e. LLueuegogo, , mmieientntraras s ssee restregaba las manos para arrancar de ellas el polvo que se le había restregaba las manos para arrancar de ellas el polvo que se le había adherido, comenzó a pasear la mirada por la habitación. A su izquierda adherido, comenzó a pasear la mirada por la habitación. A su izquierda había un balcón —ante el que se extendía una de las partes del sofá— había un balcón —ante el que se extendía una de las partes del sofá— y

y a a amambobos s exextrtrememos os dedel l mmururo o quque e tetenínía a enenfrfrenente te se se ababrírían an dodoss pu

puerertatas, s, quque e llllevevababan an a a sesendndas as hahabibitataciciononeses. . PePensnsó ó quque e seseríríanan dormitorios y que Dios quisiera que en ellos no hubiera tantos libros y dormitorios y que Dios quisiera que en ellos no hubiera tantos libros y tanto desorden como los que invadían el salón.

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—Bien, Eric Rominger —escuchó que decían a su izquierda—. Aquí  —Bien, Eric Rominger —escuchó que decían a su izquierda—. Aquí  está tu cacao.

está tu cacao.

Karl Lebendig entró en la habitación sujetando con ambas manos Karl Lebendig entró en la habitación sujetando con ambas manos una bandeja de madera clara. En su superficie descansaban una taza una bandeja de madera clara. En su superficie descansaban una taza de forma extraña, más cercana a la de un bote de conservas que a de forma extraña, más cercana a la de un bote de conservas que a cualquier otro objeto que Eric hubiera podido ver nunca, y un vaso cualquier otro objeto que Eric hubiera podido ver nunca, y un vaso al

alaarrggaaddo o dde e ccrrisisttaal, l, ddeel l qquue e ssaalílía a uun n hhuummilillo lo qquue e aannuunncciiaabbaa elocuentemente dulzura y calor.

elocuentemente dulzura y calor.

El escritor depositó los recipientes en una mesa baja, que estaba El escritor depositó los recipientes en una mesa baja, que estaba situada frente al sofá, y luego tomó asiento. El mueble no crujió al situada frente al sofá, y luego tomó asiento. El mueble no crujió al recibir el impacto de su peso pero se hundió lo suficiente como para recibir el impacto de su peso pero se hundió lo suficiente como para que Eric temiera verse precipitado contra su anfitrión.

que Eric temiera verse precipitado contra su anfitrión.

—De manera que has leído algunos de mis libros —comenzó a decir —De manera que has leído algunos de mis libros —comenzó a decir el escritor—. ¿Tienes preferencia por alguno en particular?

el escritor—. ¿Tienes preferencia por alguno en particular? —S

—Sí í —r—resespopondndió ió ErEric ic sisin n dududadar r un un sosolo lo ininststanantete—. —. BuBueneno.o... .. enen realidad, todos los que he leído me han gustado, pero... pero hay uno realidad, todos los que he leído me han gustado, pero... pero hay uno que me resulta muy especial...

que me resulta muy especial...

—¿Ah, sí? —preguntó Karl, mientras sonreía—.

—¿Ah, sí? —preguntó Karl, mientras sonreía—. ¿Cuál?¿Cuál?

 —Las cancion

 —Las canciones para Tanyaes para Tanya —respondió Eric con la voz rezumante—respondió Eric con la voz rezumante

de entusiasmo—. Son tan hermosas, tan sentidas... de entusiasmo—. Son tan hermosas, tan sentidas...

El muchacho estaba tan absorto en el recuerdo de las emociones El muchacho estaba tan absorto en el recuerdo de las emociones que le había provocado el libro de Lebendig que no advirtió una tenue que le había provocado el libro de Lebendig que no advirtió una tenue sombra que había descendido sobre el r

sombra que había descendido sobre el rostro del escritor.ostro del escritor.

—Tanya existió, ¿verdad? —preguntó Eric, alzando la voz—. Vamos, —Tanya existió, ¿verdad? —preguntó Eric, alzando la voz—. Vamos, creo que tiene que ser así, porque nadie puede imaginar a una mujer creo que tiene que ser así, porque nadie puede imaginar a una mujer tan maravillosa si no...

tan maravillosa si no...

—Sí —cortó Karl—. Tanya existió, y ahora creo que es mejor que —Sí —cortó Karl—. Tanya existió, y ahora creo que es mejor que hablemos de otra cosa.

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IV

IV

Eric se quedó momentáneamente sin poder articular pal

Eric se quedó momentáneamente sin poder articular palabra. Hastaabra. Hasta ese

ese momomementonto, , LebLebendendig ig se se habhabía ía comcomporportadtado o cocon n una una amamabiabilidalidadd notable, incluso excesiva, pero la sola mención de Tanya parecía haber notable, incluso excesiva, pero la sola mención de Tanya parecía haber operado en él una mutación inexplicable. Sus mandíbulas, de trazado operado en él una mutación inexplicable. Sus mandíbulas, de trazado suave, se habían endurecido y sus ojos habían adquirido un aspecto suave, se habían endurecido y sus ojos habían adquirido un aspecto hú

húmemedo do y y pépétrtreoeo. . El El mumuchchacacho ho dedeseseó ó en en esese e momomementnto o no no hahabeberr formulado aquella pregunta, no haber subido al piso, incluso no haber formulado aquella pregunta, no haber subido al piso, incluso no haber conocido al escritor. Abrió y cerró la boca como si intentara respirar conocido al escritor. Abrió y cerró la boca como si intentara respirar mejor y entonces, sin pensarlo, dijo:

mejor y entonces, sin pensarlo, dijo: —¿Por qué no tuvo usted

—¿Por qué no tuvo usted miedo de aquel grupo de energúmenos?miedo de aquel grupo de energúmenos? Lebendig giró la cabeza hasta que su mirada se cruzó con la del Lebendig giró la cabeza hasta que su mirada se cruzó con la del muchacho. Instantáneamente, desapareció de su rostro el gesto de muchacho. Instantáneamente, desapareció de su rostro el gesto de áspera dureza que lo había cubierto y en la comisura de los labios áspera dureza que lo había cubierto y en la comisura de los labios volvió a hacer acto de presencia aquel esbozo de sonrisa que ya había volvió a hacer acto de presencia aquel esbozo de sonrisa que ya había dirigido a Eric con anterioridad.

dirigido a Eric con anterioridad. —L

—Los os nanaciciononalal-s-socociaialiliststas as soson n un un hahatatajo jo de de cocobabardrdes es —d—dijijoo Lebendig—. ¡Oh, sí! Son muy valientes cuando acuden en masa a un Lebendig—. ¡Oh, sí! Son muy valientes cuando acuden en masa a un café a atemorizar a ancianos, o cuando pegan a un judío en un callejón, café a atemorizar a ancianos, o cuando pegan a un judío en un callejón, pero cuando tienen que vérselas con un par de policías con redaños... pero cuando tienen que vérselas con un par de policías con redaños... echan a correr como conejos. No hay más que ver lo que sucedió esta echan a correr como conejos. No hay más que ver lo que sucedió esta mañana.

mañana.

—Pero —objetó el muchacho—, en Alemania llegaron al poder hace —Pero —objetó el muchacho—, en Alemania llegaron al poder hace cinco años...

cinco años...

—Sí, es cierto —reconoció Lebendig—, pero es que allí nadie se —Sí, es cierto —reconoció Lebendig—, pero es que allí nadie se pr

prooppususo o paparararlrles es lolos s ppieiess. . Se Se uuninifoformrmararoon n y y nanaddie ie hihizo zo nnadada;a; constituyeron sus milicias y nadie hizo nada; quemaron papeleras y constituyeron sus milicias y nadie hizo nada; quemaron papeleras y comercios y nadie hizo nada; amenazaron, golpearon y asesinaron a comercios y nadie hizo nada; amenazaron, golpearon y asesinaron a in

inooccenentetes s y y nanadidie e hhizizo o nanadda.a... .. PPoor r susupupueeststoo, , hhababía ía gegentnte e qqueue pr

prototesestataba ba y y quque e lolos s llallamamaba ba popor r su su nonombmbrere, , pepero ro lolos s juejuececes, s, loloss policías, los políticos...

policías, los políticos...

—En Alemania no parece que les vaya tan mal... —pensó en voz —En Alemania no parece que les vaya tan mal... —pensó en voz alta Eric—. Además, los alemanes no son estúpidos...

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—Eso es lo peor —resopló Lebendig—, que no son una nación de —Eso es lo peor —resopló Lebendig—, que no son una nación de retrasados mentales. Quiero decir que si fueran caníbales o jamás retrasados mentales. Quiero decir que si fueran caníbales o jamás hubieran escuchado el Evangelio o acabaran de descubrir la escritura... hubieran escuchado el Evangelio o acabaran de descubrir la escritura... ¡No! ¡No! ¡Qué va! Hace siglos que Alemania derrama la luz de su ¡No! ¡No! ¡Qué va! Hace siglos que Alemania derrama la luz de su sa

sabeber r y y su su ararte te sosobrbre e el el ororbebe. . BeBeetethohoveven, n, ScSchilhillerler, , BaBachch, , GoGoetethehe,, Durero... todos ellos alemanes, ¡todos! ¡Y de repente deciden votar a Durero... todos ellos alemanes, ¡todos! ¡Y de repente deciden votar a ese austríaco majadero, que tuvo que marcharse de este país porque ese austríaco majadero, que tuvo que marcharse de este país porque no había los suficientes locos ni canallas como para seguirlo y formar no había los suficientes locos ni canallas como para seguirlo y formar un partido!

un partido!

Calló el escritor y Eric tuvo la sensación de que no había dejado de Calló el escritor y Eric tuvo la sensación de que no había dejado de meter la pata desde que había entrado en aquella casa. Ya le había meter la pata desde que había entrado en aquella casa. Ya le había advertido su tía de que debía evitar el trato con desconocidos. Lo mejor advertido su tía de que debía evitar el trato con desconocidos. Lo mejor sería levantarse ahora mismo y marcharse cuanto antes. Estaba a sería levantarse ahora mismo y marcharse cuanto antes. Estaba a punto de hacerlo, cuando Lebendig volvió a hablar.

punto de hacerlo, cuando Lebendig volvió a hablar.

—¿Sabes cuál es la base sobre la que los nacional-socialistas han —¿Sabes cuál es la base sobre la que los nacional-socialistas han levantado su imperio? ¿No? Pues yo te lo voy decir. El miedo. Sólo el levantado su imperio? ¿No? Pues yo te lo voy decir. El miedo. Sólo el mi

miededo. o. CuCuanando do la la gegentnte e cocomemenznzó ó a a acacepeptatar r quque e erera a memejojor r dadarlrleses dinero, o contemplar con los brazos cruzados cómo pegaban a un dinero, o contemplar con los brazos cruzados cómo pegaban a un infeliz, o huir ante ellos cuando quemaban tranvías o librerías, cuando infeliz, o huir ante ellos cuando quemaban tranvías o librerías, cuando em

empepezazaroron n a a hahacecerlrlo, o, no no lolos s coconvnvirirtietieroron n en en sesereres s pacpacífiíficocos s ni ni enen ciudadanos decentes. No, lo único que consiguieron fue abrir camino a ciudadanos decentes. No, lo único que consiguieron fue abrir camino a ese Hitler. Si hubieran demostrado firmeza contra ellos, todo habría ese Hitler. Si hubieran demostrado firmeza contra ellos, todo habría sucedido de otra manera. Ésa es una desgracia que no se ve alterada sucedido de otra manera. Ésa es una desgracia que no se ve alterada porque Beethoven fuera alemán y, desde luego, el día menos pensado porque Beethoven fuera alemán y, desde luego, el día menos pensado pu

puedede e susucecededer r aqaquí uí lo lo mmisismomo, , si si no no nonos s dadammos os cucuenenta ta de de elello lo yy hacemos algo por remediarlo.

hacemos algo por remediarlo.

—¿Y si le hubieran roto la cabeza? —preguntó Eric—. Quiero decir —¿Y si le hubieran roto la cabeza? —preguntó Eric—. Quiero decir que eran muchos. Usted no habría podido enfrentarse con ellos. Ni que eran muchos. Usted no habría podido enfrentarse con ellos. Ni siquiera habría conseguido llegar hasta la puerta...

siquiera habría conseguido llegar hasta la puerta...

—Mira, Eric —respondió Lebendig—. La libertad no es gratis. Tiene —Mira, Eric —respondió Lebendig—. La libertad no es gratis. Tiene un precio, que incluye la vigilancia y el valor para enfrentarse con un precio, que incluye la vigilancia y el valor para enfrentarse con aquellos que desean destruirla. Ése es un enfrentamiento en el que la aquellos que desean destruirla. Ése es un enfrentamiento en el que la gente honrada tiene que vencer, o Dios sabe lo que nos deparará el gente honrada tiene que vencer, o Dios sabe lo que nos deparará el futuro.

futuro.

—Pero los seguidores de Hitler... —dijo Eric con la voz empapada —Pero los seguidores de Hitler... —dijo Eric con la voz empapada de escepticismo—. Hombre, en Austria no son tantos. Y además, nadie de escepticismo—. Hombre, en Austria no son tantos. Y además, nadie les hace caso...

les hace caso...

Lebendig se llevó la mano a la barbilla mientras arrojaba sobre su Lebendig se llevó la mano a la barbilla mientras arrojaba sobre su in

invitvitadado o ununa a mimirarada da no no exexenenta ta de de teternrnurura. a. Se Se mamantntuvuvo o asasí í ununosos instantes y, finalmente, dijo:

instantes y, finalmente, dijo:

—Ni siquiera los austríacos, a pesar de que somos mucho más —Ni siquiera los austríacos, a pesar de que somos mucho más listos que los alemanes, como todo el mundo sabe, estamos libres de listos que los alemanes, como todo el mundo sabe, estamos libres de tener miedo.

tener miedo.

No habría podido decir Eric si Lebendig estaba hablando en serio al No habría podido decir Eric si Lebendig estaba hablando en serio al señalar la superioridad intelectual de los austríacos sobre sus vecinos señalar la superioridad intelectual de los austríacos sobre sus vecinos

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germánicos, pero de lo que no le cabía duda alguna era de que sí  germánicos, pero de lo que no le cabía duda alguna era de que sí  tenían miedo. En realidad, el que el escritor no hubiera manifestado tenían miedo. En realidad, el que el escritor no hubiera manifestado ese temor era lo que le había impulsado a seguirle, hasta ir a parar a ese temor era lo que le había impulsado a seguirle, hasta ir a parar a aquel piso atestado de libros y papeles.

aquel piso atestado de libros y papeles. —¿Usted no lo tuvo? —preguntó. —¿Usted no lo tuvo? —preguntó.

—No se trata de tenerlo o no —respondió con calma Lebendig—. Se —No se trata de tenerlo o no —respondió con calma Lebendig—. Se trata de no dejar que nos domine.

trata de no dejar que nos domine.

Eric no dijo nada. Posiblemente aquel hombre, el mismo que le Eric no dijo nada. Posiblemente aquel hombre, el mismo que le había proporcionado tanto disfrute escribiendo los poemas dedicados a había proporcionado tanto disfrute escribiendo los poemas dedicados a  Tanya

 Tanya, , tenía razón, pero, desde luego, si tenía razón, pero, desde luego, si los camisas pardas volvían alos camisas pardas volvían a cruzarse en su camino mientras tomaba café, no sería él quien no se cruzarse en su camino mientras tomaba café, no sería él quien no se escondiera debajo de una mesa.

escondiera debajo de una mesa. —Bu

—Buenoeno, , basbasta ta de de chchácháchara ara —di—dijo jo LebLebendendig ig intinterrerrumumpiepiendo ndo loslos pensamientos del muchacho—. ¿Te apetece comer algo?

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V

V

La mirada de Eric recorrió todo lo deprisa que pudo la cascada de La mirada de Eric recorrió todo lo deprisa que pudo la cascada de pap

papeleeles s preprendndidoidos s en en el el carcartel tel de de anuanuncinciosos. . IntIntententaba aba loclocalizalizar ar susu nombre, pero entre el reducido tamaño de la letra en que estaban nombre, pero entre el reducido tamaño de la letra en que estaban escritos los listados y los continuos empujones que recibía de otros escritos los listados y los continuos empujones que recibía de otros es

estutudidianantetes, s, la la tatarerea a se se le le esestataba ba rerevevelalandndo o pupuntnto o memenonos s ququee imposible.

imposible.

La verdad es que si pensaba en cómo había transcurrido su primer La verdad es que si pensaba en cómo había transcurrido su primer dí

día a en en ViVienena a esestataba ba obobligligadado o a a rerecocononocecer r quque e no no hahabíbía a reresusultltadadoo halagüeño. Primero, le había tocado vivir el lamentable espectáculo de halagüeño. Primero, le había tocado vivir el lamentable espectáculo de los camisas pardas irrumpiendo en el café. Luego había venido la los camisas pardas irrumpiendo en el café. Luego había venido la agotadora persecución de Lebendig, la extenuante subida hasta su agotadora persecución de Lebendig, la extenuante subida hasta su desordenado piso, la extraña conversación que habían mantenido —no desordenado piso, la extraña conversación que habían mantenido —no estaba nada seguro de haberle entendido— y luego la búsqueda de la estaba nada seguro de haberle entendido— y luego la búsqueda de la pensión. Gracias a Dios, el escritor le había ayudado en el último pensión. Gracias a Dios, el escritor le había ayudado en el último em

empepeñoño, , auaunqnque ue no no popodídía a dedecicir r qque ue hhububieiera ra dedescscanansasadodo. . SeSe encontraba ciertamente exhausto, pero el ruido que venía de la calle le encontraba ciertamente exhausto, pero el ruido que venía de la calle le impidió pegar ojo durante la mayor parte de la noche. Acostumbrado a impidió pegar ojo durante la mayor parte de la noche. Acostumbrado a vivir en una población tranquila, donde todavía era normal escuchar el vivir en una población tranquila, donde todavía era normal escuchar el ronco canto del gallo por la mañana y el de los grillos por la noche, Eric ronco canto del gallo por la mañana y el de los grillos por la noche, Eric no dejó de oír el paso de los carruajes, las pisadas de los peatones e no dejó de oír el paso de los carruajes, las pisadas de los peatones e incluso un lejano estruendo que —pensó— correspondía a alguna obra. incluso un lejano estruendo que —pensó— correspondía a alguna obra. Desde luego, si eso era Viena, corría el riesgo de morir por falta de Desde luego, si eso era Viena, corría el riesgo de morir por falta de sueño.

sueño.

Cuando, finalmente, sonó al otro lado de su puerta la voz de la Cuando, finalmente, sonó al otro lado de su puerta la voz de la patrona avisándole de que debía levantarse, el estudiante se removió patrona avisándole de que debía levantarse, el estudiante se removió en el lecho bajo la sensación de que le habían propinado una paliza en el lecho bajo la sensación de que le habían propinado una paliza que había tenido como resultado el descoyuntamiento de todos sus que había tenido como resultado el descoyuntamiento de todos sus huesos.

huesos.

Se levantó de la cama y acercó el rostro a un espejito colgado de la Se levantó de la cama y acercó el rostro a un espejito colgado de la pared. Sin poderlo evitar, sus ojeras le trajeron a la mente un grabado pared. Sin poderlo evitar, sus ojeras le trajeron a la mente un grabado que había visto tiempo atrás y en el que estaba representado un oso que había visto tiempo atrás y en el que estaba representado un oso panda. ¡Dios bendito, si le hubiera visto tía Gretel!

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