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La escuela clásica de la economía política

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(1)

LA

ESCUELA

CLAslCA

EN LA

E�ONOMiA

POLITICA

• POR

PUILLERMO

PUBEFtCASEAUX

Senores:

La cvolucion liberal tan caracteristica del

siglo

XVIII en­ cuentra una de sus mas

especiales

manifestaciones en el campo de los ideales i de las (�octrinas economicas. Las ideas de libertad

despiertan

el

espiritu,

presentandose

ante

la

humanidad,

como las redentoras desus

antiguos padeci­

mientos;

elsol de laverdad parece

brillarpor primera

vez en la atmosfera moral del mundo civilizado.

Los progresos de la Tecnlca

impulsan

una evolucion in­ dustrial que no

puede

desarrollarse entrelos terreosbrazos delas

reglnmentaciones

e instituciones del

pasado;

unanue­ va

organizaeion

de la vida econ6mica se

impone

i esta al

igual

que la evolueion

politica,

encuentra su formula en la libertad que

rompiendo

las eadenas de las

antiguas organi­

zaciones,

da paso a la gran industria

moderna

i ofrece el

mas

halagueno

horizonte al desarrollo futuro dela vida i bienestar economico.

La Economla Politiea quenaceen medio deesta

evolucion,

con BUS

prlmeras

manifestaciones en la literatura Hamada

(2)

� llEMORIAS

CIENTiFICAS

I'LITER ARIAS

Adam

Smith,

no es, en cierto

aspecto,

mas que un

producto

de la

quinta

esencia de esta evolucion tan nrillante en elor­ den del progreso material.

Quiero

Ilamaros en esta

conferencia

la atencion haeia eiertos rasgos

capitales

dr- la escuela cientifica que caracte­

rizan mui en

especial

a cierta corriente de los

discipulos

de Adam

Smith,

como

Dunoyer,

Bastiat,

Molinari el direc­

tor del

journal

de..,

economistes,

Paul

Leroy

Beaulieu de

I'economisie

francais

etc.,

i de los

cuules,

en menor

escula,

partieipan

tumbien los demas ilustres economistas de la es­

cuela como

Ricardo,

Maltbus,

Joseph

Garnier,

Stuart

Mill,

etc. Courcelle

Seneuil,

fiuestro

ex-profesor,

como economista teorico es uno de los que SP. eneuentran menos influenclado

deestoscaracteres, pero, como econornista

practice,

alcan­

zan tambien a el nuestras obscrvucionce criticas, De nues­

tros

ex-profesores,

senores

Cruchaga

i

Rodriguez, discipulos

del

distinguido profesor

Courcelle Seneuil el

primero

sigue

mui de cerca los rumbos de su

maestro,

i el

segundo, inspi­

randose mas en la rarna de Bastiat i demas economistas

Iranceses a que he hecho

referencia,

incurre mas de lleno

en los rasgos que voi a critical'. En pocos

paises

habran

arraigado

mas las ideas de esta escuela que

aqul

en

Chile,

donde basta el

presente

han

inspirado

el criterio de muchos

de nuestros mas

distinguidos

estadistas i

profesores.

Con no poco pesar

persigo

hoi el fin de hacer la critiea de 11 labor cientlfica de tanto ilustre

protosor,

sin que me sea

poslble,

dada la prernura del

tiempo, manitestar,

en

cambio,

muchos de los triunfos dehidos a, su labor. Como

gloria

cien­ titica me basta recordar los

trabajos

de Malthus sobre la

poblacion

que

constituyen

a mi

juicio

uno de los mas hri

llantes progresos en 01 saber

social;

i en

[eneral

quiero

ma, nifestar ante todo el

profundo

respeto

que me morecen los

nombres de todosellos i

dejar

constancia de

queno

persigo

el tin de

ernpequenecer

sus

meritos,

si no

el de poner de re­ lieve

algunos

errores

Iundamentalos

a la luz de In ciencia moderns.

(3)

ECONOMIA POLfTICA 03

la verdadera raiz natural de los tenomenos economtcos. El

hombro

disponiendo

libremente su actividada

impuleos

del interes

privado

es ante ella el

tipo

natural,

verdadero i unico del hombre economico. En consecuencia el orden0desen­

volvimiento natural de la vida economiea no

podria

sino ser e1

producto

del libre

juego

de la iniciativa individual

impul­

sada porel interes

privado.

De

aqul

la teorla sobre 180 abs­

ten cion del Estadoen las cuestiones economicas i todo el sis

temade Dereeho Publico Econornlco que se

desprende.

Si tal descubrimiento Iuera

eteetivamente

una verdad

cientifica,

no cabe duda que el constituiria uno de los mas

preciosos

tesorosen el orden del conocer, uno de los triuutos

mas

importantes

de las

investigaciones

cientificas del orden

social;

porque habriamos

llegado

a descubrir con el una de

las raicesultlmas de losIenomenos

economicos,

0sea 8Ubase o raiz natural. La hurnunidad vendriaa darsepor Ia

prime-1'80vez cuenta de la mente del Creador queal darle vida le diera tambien un orden natural para 8U desenvolvimiento

economico-social:

i solo

ahora,

en e1

slgio XVIII,

habria ve­

nidoa

cornprender

que, en los mucbos

siglos

que lleva de

existencla,

habia marchado descarriada del orden natural.

Los

planetas

que, al parecer,no tienen refleccion habrian

sabido marchar por las orbitas que les mareara elHacedor

Supremo;

lil. humanidad

intelijente

i

libre,

no tuvo

jumas

conciencia deque marchaba Iuera desu orbitu economico­ social.

Descubierto estc orden de verdades

cientlticas,

Iluminado

con elel saber

humauo,

eluro csta que la Economia Po­ litica como arte de obrar 0 eiencia

practiea,

no

podria

ser

otra,

que la

aplicacion

estricta de

aquellos principios

8 los

hechos de la realidad econornica. Con razon deela entonces

Bastiat,

dirijiendose

a la

[uveutud

Irancesa en el

prologo

de sus «armonias economlcas-: «les interets sont

harmoniques­

done Ill, solution est tout enticro dans le mot Liberte»,

l(iuereis

obrur cientiticamenre cuundo se tratade Ia orga­

nizacion bnncnriu0 dol derecho de emitirr Conceded l.a Ii­

(4)

54 MEMORIAS CIENTh'1CAB I LITERARIAS

de las instituciones

privadas? lQuereis

saber cual ha de ser Jaconductadel Estado ante los

problemas

de la vida indus­ trial? Alli teneis la libertad como norma de la abstencion delos

poderes publicos, Industrias, Ierrocarriles, irrigacion,

etc. etc" son materias de la iniciativa individual que solo con raras

escepciones

autorlzan la intervencion del Estado. Seos

presentan

las llamadas cuestiones sociales u otras

analog-as

de Iuchas de claaes 0

intereses,

recurridalareceta

obligada,

des interetssont

harmoniques-donc

la solutionest

toutentiere dans Ie mot Libel'th.

El

joven

estudiante que recibe esta ensenanza, emoclona­

do con la

posesion

de tan

loitco

encadenamiento

cientifico,

apenas

ha leido un

pequeno

manual de Economia

Politica,

cuando ya sesiente fuerteparaafrontar cientificamente to­

doslos

problemas

dela

practica;

i cuando sale al andar de

la

vida,

cuandose roza con los hombres

practices

que

jamas

leyeron

untexto de

Economia,

pero que mastlearonconmas

o menos

intelijencia

las

esperiencias

observadas en el

largo

cinematograto

de la

vida,

al verlos tan descaminados de 10

que el tiene por

principios

inconmovibles,

aeaba 0 bien por

compadecer

tanta

ignorancia

0 bien por

despertar

el mismo ala realidad de la vida

desenganandoss

del ensueno dever­ dades quetanto le emocionaronen las aulas

universitarias,

i

pasandose,

talvez,

al estremo

opuesto,

acaba por conside­ rar comopatranas muchas de las verdades mismas apren­ didas.

Si consideramos esta cuestion

bajo

su

aspecto

cientifico

puro, 0'Sea si la analizamos por 10 que tiene de descubri­

miento 0 conocimiento de Ianaturaleza de la vida eeono­

mica,

no

podremos

menos

que calificar demui

incompleto

el analisis que haeeesta escuela de la naturaleza

psicolojica

del hombre.

Aquello

de suponer que el solo

tipo

natural del hombre economico fuera el hombre actunndo solarnente a

impulsos

del interes

privado,

es un absolutismo

desprovisto

de fundamento

cientlftco;

es un

postulado

incompleto

i por

10 tanto falso.

Lahistoria de 1a

humanldad

cn sus

(5)

ECONOMIA.·POLiTICA

muestradiferentes

organizaciones eeonomieas,

formadas

bajb

la influencia variada de factores

morales,

de

costumbres,

de

ereenelas

relijiosas

i de

principios

del

dereeho;

i enestas

diferentes

organizaciones

podemos

notal'tambien marcadas

diterenelas enel obrar

economico,

yasea porque sealimen­

ten ideales

diferentes,

ya porque

intcrvengan

diferentes cir­ cunstancias. EI proceso de la

organizacion

de la

production

de losbienes0

riquezas

i elde ladistribucion de ellos entre

lOB miembros del cuerpo

social,

viene aser un

producto

de

todo este cumulo defactores variables en h vida delospue­

bios. Si los

impulsos

del interes

privado

son en la realidad

una fuerza

psicolojiea

de gran

importancia,

una

palanca

poderosa

ene1 progreso

economlco,

DO por esto

constituyen

elunico motor natural de la actlvidad economica. Los fun­

damentos

psicolejicoa

del

tipo

humano de la eseuela claslca

son

ineompletos;

si eneierran una

parte

de la

verdad,

01 vi­

dan,

en

cambio,

otra

parte

de e11a.

Se medil'a que la escuela clasica no deseonoee

propia­

mente la accion de los demas

factores,

como ser las eostum­

bres,

el orden moral i

relijioso,

e1

derecho, etc.,

sino que se limita a no tornados en cuenta por considerarloa Iuera del

campo economico. Pues

bien,

este es

precisamente

el error

a que merefiero. Tales Iactores han tenido i

pueden

tener influencia eeonomica

i,

por

tanto,

la Economia Politica no

puede

desentenderse de

ellos,

ni como ciencia que trata del

couocer, 0 sea del

saber,

ni como arteque trata del obrar. «Asi como la escultura

clasica,

tambien la Economia Polio

tica

clasica,

diee el

profesor Brentano,

de laUniversidad de

Munich,

ha ereado

igualmente

un

tipo especial

de hombre

que carece de todas

aquellas

intluencias que recibe en Ill.

realidad,

del

oficio,

de la clase en que

vive,

de la nacional­

dad i de su

grade

de civlltzacion. Ella no

distingue

al

pal­

sano del

comerciante,

los instintos del

proletario

sin educa­

cion j los del hombre cui

to,

asi como tampoco cousidera las

diferencias mismas que se encuentran en la clase obrera,

POI'

ultimo,

ella no reconoce tampoco diferencias de razas

(6)

M MEMORlAS CIENTiFICAS I Ll'rERARIAS

Senores,

esta fundamentaclon teo rica de laescuela clasica inducea menudo a

emplear

en el raeiocinioel metododedue­

tioo 0 a

priori

en una forma

exajerada

e inconveni.cnte. Si

tales

prineipios

se toman como una base

inconmovible,

el

economista que a elias se

acoje

se sienteinclinadoamenudo

a encerrarse entre las

paredes

de su

escritorio,

i armado de su

premisa

del interes

privado,

deduce

lojicumente

loves

i resuelve

cuestiones,

descuidando 10 bastante el estudio in­

ductivo delareaIidadde loshechos.

Hubo,

senores,

uncierto

economista

ingles,

que

lleg6

a

compadecer

a los

quimicos

i

fisicos pOI' verse estes

obligados

a recurrir a la

esperimen­

tacion de sus

Iaboratorios,

cuando

el,

paseaudose, podia

descubrir las

leyes

economicas por el

procedimiento

deduc­

tivo. Vosotros

comprendereis

muibien

quien

era mas

digno

de

compasion.

I no

creais,

senores,

queyo condenela deduc­

cion,

10 quecondeno es el mal uso que de ella se haee.

La ciencia

economica,

senores, i

digurnoslo claro,

no ha

Ilegado

a conocer aun una lei

jeneral

del moviuiiento econo­ mico. Tanto In. teoria del orden natural de la escuela

clusica,

cuanto Ia de In. evolucion materiulistadela cscuela sociulista

de Karl

Marx,

carecen al

respecto

de verdadero fundamento cientifico.

El obrar econornico ha estado i estara

siempre

sujeto

por

unaparte a los

fine»

0 ideales que se

persiquen,

i por la otra a las circunsiancias que intervienen. La Economia Politica clasicacon su

imposicion

absoluta de un solo ideal icon su

despreeio

de la considcracion de la diversidad de circuns­

tancias,

ha Iorrnado un arfe ecoiuuuico que no se amolda a

la realidad

practica

de lu vida.

Tomese,

por

ejcmplo,

Itt persecucion de un tin eeonomico­

social,

considerando como

sujeto

deinteresesala humanidad

toda

entera,

i nada

parecera

mas ronveniente a los progre­ sos de la

produccion agricola

que el abaratamiento del pre­ cio del salitre i el descubrimicnto de la masf,'tdl Iahricncion

de abonos artiflciales. En

cambio,

si

pcrseguimos

UII till eco.

nomico-nacional,

tomando como

sujeto

de illt�l'eses a Ia sola

Republica

de

Chile,

observainos

(7)

ECONOMI.\ POLiTICA 57

conviene el alzn del

precio

del salitre i el fracaso de todas las tentativas de fabricacion de abonos artiticiales. La Eco­

nomia Polltiea clasica combate COil la Ierrea

16jica

de su

absolutismo la formacion de

monopolios,

i mui en

especial

delos

amparadoa

por ,il

Estado,

encambio losintereses econo­

mico-nacionalcs.de

la industria salitrera

exijen,

por

ejemplo,

una

organizaclon

monopolistica

que ha encontrado su forma

en la Hamada Combinacion

Sulitrera,

institucion que el Es­ tado chileno no

pod

ria sino

respotar

i

protejer,

si esque

sabe

comprender

los intereses eecncmieo-nacionales de la

Republica.

La Economla Politica clasica desconoce esta di­ versidud de fines

perscguidos

en el obrar i en

especial

des­

conoce elfin eeonomieonacional que en buena

parte

inspira

hoi i ha

inspirado

casi

siempre

la

politica

econ6mica de los

dilerentes

paises.

Nada mas anti-oconcmico-sociul que una

guerra de dcvastaclon entre dos

pueblos igualmente

cultos i capacos de vivir 1<1 villa de In civilizaciou i del

progreso;

pero

,.:quie[l pod

ria negar las

ventajas

economlco-nacionales

que, por 10

regulan, reportan

las guerras al

pais

vencedor? I no creais que

acouseje

las guerras; 10 unico que

hago

es constntar bechos para pouer bien enclare In diversidad de

fines que

pueden

sor

persegnidos;

i cuando estos fines olen­

den al orden

moral,

como 10 ofcnderia evidentemente una goucrra

injusta,

las consideracionesmorules se

encurguran

de

ref'renar la

politica

naeional.

:'.luchns de las actuneiones o instituciones de la

politica

llumnda nwrcuntil inia de lil edud media i moderna i de la

proteccionistu

contemponinea,

n pesar de las oriticaa de la

escucla

clasicn,

encucntr.m Sll

justificacion

enla

persecusion

<}(' los idealos economico nnr-ionnles.

POI' otra parte,

H(IU('lIo

do

pretender

que los intcreses eco­

Ilc',micos-prirllrioo';

so urmonicen

siempre

con los interesesso­

clnlcs,

como tan clooucntemeute se esfuerzu por demostrar­

noslo Baatiat es tnIll' iicn otro absolutismo

iuuceptable.

Voi

a. citaros como

cjempl

('1 do In industria lcrrocarrilcra. En ninguun parte so IIImitir-st) en cste ramo mas

potoute

la ini­

(8)

5� MEMORIAS CIENTiFICAS 1 LITERARIAS

Desde los

primeros

pasos de esta

industria,

el territorioame­ ricano

empieza

a ser cruzado por su

[igantesea

red de ferro­

carriles i la

politica

de los Estados se

dirije

unicamente a fomentar este

grandioso movimiento,

sin

imajinar

que hubie­

rade aecesitarse

algun

diadelmarcode la lei para

reglamen­

tar1a accion

privada

delas

Companies,

0 sea

creyendo

firme­

menteen la

completa

armonia de los intereses

privados

de ias sociedades

empresarias

i los intereses

[enerales

del

publico,

Pronto

empiezan

a

producirse

las

quejas

de los

agricultores

e industriales cuyos intereses se sienten lesion ados por los

abusos de las

Companias

que Iusionandosemascon las otras

constituven

un

monopolio perjudicial

para los intereses in­ dustriales. Desde eutonces la fuerza de estas necesidades hace evolucionar Ill.

politica

Ierrocarrilera de aquel

pueblo

modelo de libertades i

empiezan

a dictarse normas a las

Oompanlas,

a

reglamentarse

ifiscalizarsesus

procedimientos

pam evitnr abusos i fuvoritismos. Leed sobre esta materia

entre otrosal

profesor yanqui

Arthur

Hadley

ios convenes­ reis de como a pesar de las armonias de

Bustiat,

no

siempre

los intereses

privados

do los accionistas i directore.s de estas

empresas estan en arrnonia con los intereses economico na­

cionalesi soeiales del Estado.

Ah,

pero ya me

imajino

que

alguno

de vosotros me re­

cuerda el antidoto que In.escuela misma propene contra los abuses de 1a libertad: la

propia

competencia

que se levanta

a

impulsos

de la misma libertadaetna

como 01

mejor

meca. nismo

regulador,

Un comerciante

pretende

hoi abusar im­

poniendo precios

elevados al mercado i al punto brotaran

otros muchos a destruirsu

imposicion

can la

competencia.

Si,

senores,

perotrutandose de

ferrocarriles,

en

primer Jugal'

no

siempre

es

posible

la solucion de las lineas

pnrnlelas

en

competencia

entre dos

puntos,

ademas si esta solucion se hace

posible

por

permitirla

las

condiciones del terreno es

tarnbien,

a

menudo,

una solucion

anti-economica

pOI' cuanto

significa

un doble gasto -le

capital

para satisfacer las nece­ sidades de un traflco que

pudicran

ser

satisfechas con una Bola

via, i,

por

ultimo,

si las condiciones

(9)

te-ECONOMIA POLiT1CA 59

rrenoi las economicas del trafico

permiten

la construeeion

devias

paralelas

en

competencia,

pronto las empresas que

luehan aeaban pOI' convencerse delanecedad con quese estan

perjudicando

mutuamente i resueiven por

fin,

en pa­

ternal

abrazo,

Ia formaeionde untrUHt0lacoalicion para 108

etectosde

fljar

sus tarifas i demas condicionesdel

trafleo,

10

cual no

signlflca

mas que

pnrtirse

01 botin para

aprovechar-10

mejor,

Esto

que

aconteee con las empresas de ferrocarri­

les,

sueletambien

producirse,

concarncteres

especiales,

en las

companlas

de

navegaclon,

lQuerais

otro

ejemplo?

Alli 10 teneisen la emision de bi­

Iletes de

banco,

ramo

importante

de la industria bancaria

en los

paises

de circulacion metaliea. Para la escuelaclasica

et unico

rejimen

natural es aldo la libertad i por 10 tanto la

reglamentacion

i la centralizacion de las comisiones en una institucion

especial

serian contra naturaleza. Teudremos

que conveniren que

Francia,

Inglaterra, Alcmania,

etc.. se

han revelado an este

punto

contra el orden natural i 10 que

es peor aun que los Estndos Unidos

mismos,

la

Republica

li­

beral,

despues

de huber

eusayudo

el

rejirnennutural

banca­

rio,

dcspues

de huber

permauecido

on cl durante 26 alios, se revela tambien contra la naturaleza resolvicndo eatable­

eel' una

rigurosa

reglamcntacion

so pretesto de que los abu­ sos de la libertad de cmision

perjudicnn

los intereses

publi

cos!

iNo veis,

senores, qua esto es abusar de In

palnbra

natural!

Courcell Scneuil en su tratatado de las

-opcraclones

de

banco- i P.

Leroy

B. en su tratado de Economla Politica nos dernuestrancon calor que

[arnus

podria

un Banco ernitir

mas billotes que los que el mercado

necesita,

pues esto los

rcchnzaria, pasado

cierto

grado

do saturuciou.

Bien,

pero el

peligro

de ubusosno csta tanto en que un Banco

inyecte

en

la circulaciou billetes que esta no

admito,

cuanto en que, aun siendo estos billetes bien recibidos por satisfucerneco­ sidades de lit circulacion las institucioues que los amitan no

olrczcan,

en la

realidad,

las debidas

garantias

de pago a la

(10)

60 MEMORIAS eIENl'iFICAS J LITEUAUIAS

1'a os he

rccordado,

senores, quo en las cuestiones de

Econornia Polltica

practice

es

necesario

atender al fin que se

persigue

i a las circunatancias que intervienen, Aun

cuando se

persiga

unmismo

fin,

0SPf1,auncuandoseallmente

un iuismo

ideal,

Iasolueiondeunacuestion

puede

serdiversa

a consecuencia de la diversidad de circunstancias que inter­

vengan en cada

caso,

Refiriendome aesta misma cuestion

banearia en 10 '1lie

respecta

al derecho de emision de bille­ tes encontraremos un buen

ejemplo. Persiguiendo

el mismo

tin de atender los intereses

publicos, completando

el

sistema

monetario metalico con la emision de billetes de Bancocan­

jeaLIes

a la vista i III

portador,

ciertosEstados europeos que

a consecuencia de acontecimientos historicos

especlales

te­ nian un Banco

privilejiudo,

0 del Estado 0 misto han resuel­

tocon =xito la cuestion centrallzaudo ell estas instituciones

cl dereeho de emitir. Alii donde como en los Estados Unidos

110 existian IIi

iguules

eircunstauciu..s, ui

i�uales

luibltos po­

liticos,

se

creyo

mas de acuerdo con el

espiritu

nacional estender a todos

los

Baucos el derecho de

ernitir,

debiendo ellos someterse alas

cxijcneius.de

una

reglameutacion

espe­ cial. Cuarulo en lH!l7 el �liIlibtro de Hacienda de

Mejico

senor

Limantour,

establece el derccho de emision

bancaria,

Iundandose en las cireunstauclus

especiales

delcuso rechaza el sistema de

monopolio

0

ceutralizucion

de la emision en

un solo

Banco,

ya por motives

eonstltucionalcs,

ya por no encontrar en el

pais

una instituciun buucuria adecuudu para

este

tin,

ala vez condeuael sistema

yanqui

de autorizar a

todos 108 bancos a ernitir Iundiuulos« en el dilereute

grade

de cultura de ambos

pueblos:

i for till termina

adoptando

un

procedimieuto especial:

limitu el dereeh» de emision a

ciertosbancos que parecen ufl'ec('r para ello las

�arantias

requeridas.

Cito este ('a�l) no por rclerirmc al Iondo de la

cuestion,

sino solo para presentar un

ejr-mplo

de como una rnisma

cuestion

puede

encontrar diversus solur-ioues a con­ secueucia de la divorsidad do ('irCltnstalH'ial'!,

Cu.uulo e...tudieiuos las ill"tilllC'iollp..; eCI)Il(')fI1:('a'i

de los

graudes pueblos,

ya

sea

\

iujund«,

(11)

F.CO"sO}f 1.\ rOLiTIC'.\ 61

estorcemonos por

comprender

hlen el

espiritu

de ellasi no

queramos

trnsplantarlas

anuestra

pntrla,

sino

despues

decon­

vencernosqueInscircunstnnclas

que aqui

intervlenen se aco­

modan tamblon a ellas, L«t'3Iinltncionesinconsultas son tan

peligrosas

como Ins

[eneralizaeiones

absolutistas que veni'

mos cornbatiendo.

,

Si

estudiarnos,

por

ejempIo,

la actitud de los

poderes pu­

bllcos do la

vieju

Europa

ante 01

problema

de lu

irrlgacion

artificial de los campos nos cncontramos con la

ah�tencion

cas!

[eneral

del Estado en esta

ruaterla;

i nosotros al irnitar

servilmonteeste

ejemplo

hClII08 dado una buena

prueba

de!

poco criterio

coil

que

apreciamos

Ia diversidad de

�ondicio­

nes naturales de

nquellos

territorios i de los nuestros. Alhi

donde un

rejlmen

climnterico i

metereolojico

asegura a los'

campos una distrlbuelon de nguas

conveniente

durante todo el uno i donde la

confignrnelon

del territorlo i de sus rios no' se presta para In

Irrigaelon,

bien hnn

podido

los

poderes pu­

blicos permnnecer indiferentes ante esta cuestion. Si quere­

mos estudlareste

problema

i

averiguar

si aeI han permane­

cido

siempre ajonos,

('I

Estado,

el

Municlpio

0 In Provincia

,

o sl pOI' el contrario han Intervenido en cl en

alguna

forma reeurramos a las

rejiones

de In ti(,ITa. que eneontrandose en

Iguales

condiclonos

mctereolojicas

quo lasnuestras, hancon­

tado a In vez con la

poslbilldad pr:'lr�ica

de llevnr adelante

obras de

lrrigacion;

mlrernos a la costa

poniente

de la Ame­

rica,

:11 Africa del

norte,

a cierta

rejion

occidental del Asia

,

a ciertas otras

rejioncs

de

Espana,

etc. El famoso

Imperio

Bubilonico

debio,

segun nos reflere

Iherlng,

a In actuucion

de sus

poderes publicos

toclo el mas admirable sistema de

Irrlgaclon

artificial que ha couocido esn

rejion.

El

propio

Imperio

Incasico del

Cnzco,

construvo, canales rle rr-cadlo" que admtraron los

conqulstndorea espanoles,

En

Espana

so se deben al nutnhlo

cmpuje

de los moros ln mayor

parte de

sus obras de

Irrigncion

i los

podr-ros publicus

ospanolr-s

sc

hun

preoeupado

bastnnto de la

I'Pglamcllta<'ioll

de la distri­

hucioni g'oce de las

aguas. En ('I

Ejipto

modernocncontr.imos

uuade1Mmas felices actuncionos del

(12)

g'l'anciio-62 M�IOIUAS

ClI!:NTh�ICA8

1 LI'l'I!:HAKIAS

Sobrasde

aprovechamiento

de las aguas del NUo para la

irrigacion

de los campos. En

Chile,

la

iniciativaprivada

ha da­

do en este ramo

magnifieas

pruebas,

poro esde lamentarsin dudael olvido que de el han tenido nuestros

gobiernos,

si baccmos una honrosa

escepcion

del canal de

Maipo,

obra inl­

ciada por el

antiguo

Cabildo

Santiaguino.

No

penseis

que combato la

impulsion

de lainiciativa

individual;

por el con­

trario la admire i In considero la mas

potente

fuerza motriz del desenvolvimiento i del progreso economico. Pero la ac­

tuacion del Estado

puede

a voces, ya sea facilitar la aceion

individual,

ya

reglamentarla

i

tambien,

en ciertos caaos,

1'0-emplazarla

con exlto,

EI Gobierno Provincial de Mendoza se preocupa en

.estos

mementos de

aprovecbar

las aguas del rio Atuel por medio de un

plan jeneral

de

irrigacion

realizado por el Gobierno

mismo i destinado apasar

despues,

previo

el debido pago a

los

particulates

a los cuales ha de beneficiar. Este

sistema,

cuando

puede aplicarse,

tiene la

ventaja

de evitar la agru­

pacion

de varias

pequenas

tomas que

dirijidas

por los

parti

cularessegun sus recursos e intercses

regarian

en

conjunto

una

superflele

mucho menor i aun

podria

resultar el costo de las obras mucho mas oneroso. He

aqui,

pues,en la

Irrlga­

cion,

uno de los varios

ejemplos

que

pueden

ser citados a

cercade la necesidad de abarcar en el estudio de las insti­ tuciones de los diferentes

paises,

no solo los fines

persegui­

dos,

sino tambien las cireunstancias

especiales

que intervle­ nen, yasean circunstancias

naturales,

ya econornicasi aun

politicas

i sociales.

La filosofia absolutista deeste

individualismo perturba

no solo el eriterio de los hombres

practices

i el de los estadistas

que estudian las cuestiones del presente, sino tambien el de

los economistas e historiadoras que critiean las

instituciones

del

pasado.

Los historiadores de esta

escuela,

tomando sus

ideales como una base

fija

de

comparacion

para sus crlticas

Ilegan

a cncontrar absurdas casi todas las instituciones i ac­ tuaciones

politico-economleas

del

pasado,

porque no se amol­ dan a sus

ideales,

sin

comprender

(13)

di-ECONOMIA POLiTICA 63

versidad de fines i de clrcunstanclas han

justificado

BUS

procederes.

Esto

equivale,

como ya se ba

dichc,

a querer

vestir con el

(rae

de nuestra

epoea

a los

personajes

delos

iiempos

gl'iegos,

romanosi medio-evales.

POl' 10 quo hace alaEconomia Politica teo

rica,

modems,

elmaterial de conocimientos cientificos ha

progresado

bas­

tante i su ensenanza se

impone

ya como

complemento

de una cultura

superior.

No es

posible

discrtar hoi sobrecues. tiones

monetarias, bsncarias,

de

crisis,

cuestiones socia­

les,

etc.,

sin tenorcierta

preparacion

cientiflea sabre lama­ teria. Pero esto no

quiere

decir que eo unascortas

pAjinas

vayamos aencontrarlos

principios

que han de ilumlnar todo

nuestro obrar

practice.

Para el obrar esta la Economia Politica como arteque

abarca el estudio de todas las cuestiones

principales

bajo

su

aspecto economico i

significa

la acumulacion de conocimien­

tos de criticas i estudios sobre todasellas. El campo de las

cuestiones economicas de la

practica

es mui

lato,

porque

puede

abarearse en eltoda laactividad humanatendentea

la satisfaccion denecesidades

materlales,

siendoen ellas va­ riable la

importancia

del aspecto econ6mico. Un hombre culto

puede

llegar

a poseer cierto

grado jeneral

deconocl­

mientos

economicos,

pero sera

especialista

encuestiones de

Economia

Rural,

el que se

haya

dedicado a estudiar por su parte tecnica i econornica las cuestiones

agrlcolas;

sera espe cialista en el

aspecto

econornieo de las vias de comunieacion ide

trasporte

el que

haya

abarcado con su estudio los cono­

cimientos tecnicos i economicos

requeridos.

Lascuestiones

monetarias,

las

banearias,

las de la

organlsacion

de lapro­

duccion,

etc.,

requieren

tambien conocimientos

especiales.

;.Quel'eis

Iormaros

opinion

sobre una cuestion de Economia Politica

practica,

como ser sobre la reforma de

alguna

insti­

tucion,

la intervencion del

Estado,

etc.? No

hagais

la del eco­

nomista

Ingles

de que ya os he hablado. Hi

ignorais

una cuestion no

busqueis

('1

pretesto

de las

le!Je.�

naturales para

encubrir vuestra

ignornncia.

Si teneis loscouocimientoscien­

(14)

6'" ME�IORIAS CIEN'l'iFIf'AS I LlTERAR(AS

mas

complete

que

pedals

de todas las clrcunstanclas que in­

tervienen en In

realidad,

para

poder

asi formaros

concepto

de los efectos que

puedan

resultarde tal 0cual reforma. Si

recurris al estudio de 10 que ha sucedido en otros

paises

0 en

tiempo

va

pnsados,

califiead bien la diversidad de fines

i circunstancins que han

podido

intcrvenir:

porque de otra

manera os

espondreis

a merecerel

desprecio

delos hombres

practicos;

os

espondreis

a vivir en la

luna,

cuando los

fen6-menos de In realidad se rcallzan

aqui

enlatierra. Un econo­

mista de buena escuela no

puede

ser, ante un hombre pr..ic­

tico,

mas que un buen consultorsobre las materias de su es­

pecialidad:

un economista encerrado en sus

prineipios

abso­ lutistas nosera para el masqueunteorico

incomprensible,

El

realismo iuduciloo es una de los caraetertsticas de la Econo­

mia Politica

moderna,

ast como el Idealismo

deductive,

10

era de la

antigun.

Antes de terminal' i pam no ser mal

comprendido, quiero

agregaros todavia

algo

sobre la llbertad. Los ideales de li­

bertad encuentran en ml un ferviente

partidario

i si poco

pOl'

algo,

sera talvez por

npreciarlos

dcmasiado. En sl ieomo

fin

constituve la libortad indlvidual un gran bien. CS Hila

Iuente de satisfuccion i de

bienostar;

ademas como

medio,

ella es una de las condicionesdel progreso i del desenvol vi­

miento economico.

Dinero,

sf,

del ahsolutismo clasico en

aquello

de

propinarla

para torln enlermodad.

Comprendo

que allit por

aquellos

tiempos

en que In evolucion de las O},.

ganizacionos

economicasi

polittcas,

80 esl'orzahaPOI' romper

las cadenas del

antlguo

ahsolutismo,

de' los

reglnmentos

del

trabajo,

de las

corpcraciones,

de las trabas

industrinloa,

etc.,

los reform adores

Ilberales,

actuando mas como

politico

i co­ mo

abogarlo

de sus

idoales,

que como homhres

de elcncia

Ilegaran

hasta In

exujeraclon

on BU

optimismo

liberal. Cunn

do querernos enzalsar los me-ritos

politicos

de un cnndidnto

electoral,

nos cuidamos de hahlar de sus dof'ectos

i cuando

somos

abogados

de una causa silcnciamos los nrgurnentos

que

puedan

pcrjudicnrln.

(15)

ECONOMIA POLiTICA

todo esto: una

imparcialldad superior

para

[uzgar,

se

irnpo­

ne en el tratamiento cientiflco de las euestionessocialea. I,

ademas,

a mayor

abundamiento,

hoi que no hai barreras qlie

derribar,

ni

corporacionos

que

disolver,

ni libertad que re­

cobrar,

ni aun asi se

esplica

el fervoroso entusiasmo de los

que todavia hacen eeo a estas teorias.

Pero

digo mal,

queda

aun la cuestion del

socialismo,

la

gravisima

cuestion social de nuestros dins. No

tengo

aqui

tiempo

para tocarlacomo hubierudeseado: pero,

puedo,

des­ de

luego,

aflrmaros que para. hacer la critica cientifica del

socialismo,

para vulnerar sus tendencias i para rebatir el

optimismo

de sus couclusiones, no so necesita recurriral cuco del ordcn nutural

iudividualista;

basta i sobra condarla a las buses de la

orgunizacion

liberal del murulo actual el

caracter que ellas tieneu en la

realid.ul,

Sill uecesidad ni de

cxujcrucioncs,

ni de absolutismos. Se

puedo

Sf'1' individun­

lista sin caer en 11)scstremos

npuut.ulos.

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