• No se han encontrado resultados

Imágenes y significados urbanos en Santiago en 100 palabras : articulación de tendencias y significados en el análisis de la ciudad

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "Imágenes y significados urbanos en Santiago en 100 palabras : articulación de tendencias y significados en el análisis de la ciudad"

Copied!
105
0
0

Texto completo

(1)UNIVERSIDAD ALBERTO HURTADO Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos. I MÁGENES Y S IGNIFICADOS URBANOS EN S ANTIAGO EN 100 PALABRAS Articulación de tendencias y significados en el análisis de la ciudad. Tesis para optar al grado de Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos. Presenta Beatriz Rodriguez-Milhomens Bachino Directora de tesis Ana María Álvarez Rojas. Santiago, 15 de septiembre de 2010.

(2) A la memoria de DANIEL RODRÍGUEZ-MILHOMENS.. A GRADECIMIENTOS A Francisco y Javier Espinoza A Graciela Rodríguez-Milhomens y Blanca Bachino A todo el equipo de Trabajo Social de la Universidad Alberto Hurtado, especialmente a Paulette Landon y Giselle Alvarado A Ana María Álvarez. 2.

(3) Í NDICE Introducción. 4. El problema y los objetivos de investigación. 6. Marco de referencia. 11. La ciudad como complejidad. 11. Las imágenes: percepción, estructuración y significación. Hacia la construcción de imaginarios urbanos. 15. Los paradigmas urbanos imaginarios. 21. La apuesta metodológica. 23. El diseño de investigación. 24. Las imágenes urbanas y sus significados. 30. Santiago: lugar de lo público. 31. Santiago: lugar de la despersonalización. 43. Santiago: lugar quebrado. 52. Santiago: lugar ¿integrado al mundo?. 65. Santiago concentrado: del dinamismo pasado a la inercia actual. 71. Santiago: dispersión y complejidad de la mancha urbana. 82. Articulación de las imágenes, sus significados y las tendencias urbanas. 91. La recuperación de la centralidad de la gran ciudad. Santiago: desarrollo de la esfera pública económica y productiva. 92. La jerarquización de las regiones urbanas –ahora unidades geográficas fundamentales- según su integración al mundo. 93. La desigualdad, exclusión, segregación y fragmentación urbanas. 93. La policentralización y la pérdida de gravitación del centro tradicional. 94. La expansión urbana. 95. Reflexiones finales. 97. Bibliografía. 102. 3.

(4) INTRODUCCIÓN En este trabajo se presentan seis imágenes sobre Santiago y algunos significados urbanos, reconstruidos a partir de la lectura de los relatos seleccionados en Santiago en 100 palabras, un concurso anual organizado por Metro SA y Revista Plagio donde los residentes y habitantes de la ciudad de Santiago son instados a escribir sobre ésta. La ciudad requiere miradas complejas, cruzadas, múltiples. Así, este trabajo intenta articular esta reconstrucción de “intangibles urbanos” –las percepciones, imágenes y significados urbanos reconstruidos desde los relatos- con las tendencias analíticas sobre las transformaciones de la ciudad, en una búsqueda por identificar convergencias y divergencias pero, por sobre todo, complementariedad al diagnóstico existente. La reconstrucción de imágenes urbanas se realiza a partir de un análisis de contenido, aplicado a cuatro versiones de librillos Santiago en 100 palabras, donde se publica la selección de cuentos correspondientes a los años 2001 a 2008; cada librillo recoge los cien cuentos seleccionados en cada bienio consecutivo. Luego, para el análisis de tendencias urbanas se reconocerá como central, pero no única, la propuesta de Carlos De Mattos sobre las cinco tesis constitutivas sobre la transformación metropolitana en América Latina. En este trabajo se sintetizan buena parte de los macro procesos actuales de las ciudades del subcontinente y aunque enfatiza la incidencia de factores económicos y productivos sobre el territorio urbano, no elude algunas cuestiones centrales desde una perspectiva social y política. Asimismo, se reconoce como telón de fondo para esta investigación un interés teórico mayor: el de los imaginarios sociales urbanos. Así, la propuesta se enmarca en un punto intermedio entre la identificación de imágenes y la construcción de imaginarios. La dimensión de “orientación a la acción” de estas imágenes, así como los mecanismos para su colectivización, no han sido abordadas, por la complejidad que revisten y por la necesidad de triangular evidencias en investigaciones de mayor alcance y mucho mayor aliento.. 4.

(5) Sin embargo, algunas imágenes y significados pudieron ser interpretados a la luz de los imaginarios urbanos que Francisca Márquez elabora para el caso de Santiago, por lo que probablemente contengan potencial para profundizar su estudio y proyectar nuevas líneas de investigación en tal sentido. Este trabajo se divide en cuatro capítulos principales: La construcción problemática y la elaboración de objetivos, donde se reconocen las inspiraciones iniciales que motivan este trabajo, así que como las limitantes teóricas y metodológicas que debieron ser reconocidas a la hora de conformar los objetivos. La conceptualización del problema central y la propuesta de operacionalización elaborada que orientó el trabajo de campo conducente a la elaboración de las imágenes y, posteriormente, configuró el contexto desde el cual se elaboran los significados. La apuesta metodológica, que responde al cómo fueron construidas las imágenes y asignados los significados. Supone una explicitación de la estrategia desde la que fueron abordados los relatos para hacer emerger los elementos específicamente urbanos. Las imágenes, sus significados y la articulación con las grandes tendencias urbanas. Se presentan las seis imágenes construidas y sus significados. Luego, se articulan con las grandes tendencias urbanas, procurando enfatizar el aporte que la mirada hacia los intangibles urbanos pueda hacer al diagnóstico macro existente.. 5.

(6) E L P ROBLEMA. Y LOS. O BJETIVOS. DE INVESTIGACIÓN. El interés por estudiar la ciudad desde una perspectiva social se inició durante el proceso de práctica profesional para obtener el grado de licenciatura en Trabajo Social. En esa oportunidad, y a raíz de una intervención social realizada en un asentamiento irregular de la ciudad de Montevideo que sería re localizado, se desarrolló una investigación que buscó levantar factores explicativos del rechazo de los pobladores a su relocalización, siendo que las condiciones materiales de las familias mejoraban notoriamente en la zona de realojo. Así, se identificaron un conjunto de variables escasamente consideradas en la planificación de la intervención por parte del Municipio y que poco tenían que ver con los servicios básicos, la estabilidad de la vivienda o el asfaltado de las calles y mucho que ver con la historia, la integración al conjunto urbano y con estrategias cotidianas de supervivencia. A partir de esa experiencia de intervención e investigación social, el interés por la ciudad se enfocó a las dimensiones más “blandas” de su estudio, asumiendo que investigarla y conocerla requiere más que abordar sus leyes (régimen de tenencia del suelo, usos del suelo, entre otros), sus instituciones de gobierno (los Ministerios, servicios, municipalidades, juntas locales con ingerencia en su gestión), su arquitectura (formas físicas, perspectivas, materiales), sus vialidades (calles, caminos, aceras, senderos); en definitiva, sus tangibles. Se identificó un conjunto de variables intangibles que cobra relevancia creciente en la gestión de la ciudad actual; y en el caso del traslado masivo de población al que se hacía referencia, explicaba las resistencias de las familias a abandonar un asentamiento irregular y sin servicios básicos, pero central y conectado. Con estas inquietudes aún vigentes y ya en el marco del Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos, una provocadora columna escrita por el arquitecto uruguayo Marcelo Danza, profundizó el interés por investigar la ciudad desde los intangibles: Los arquitectos tenemos la ilusión de controlar la lógica de la ciudad (…) desplegamos las reglas de la ciudad cristalizadas en forma de normas urbanas, se dibuja en nuestra mente la ciudad ideal y la proyectamos sobre el territorio como si sólo con nuestra ilusión fuera suficiente. Nuestra ansiedad de estabilidad y equilibrio no está facultada para reconocer lo que se genera fuera de estos parámetros. (Danza, 2005). 6.

(7) Y concluye: “el sólido lo determina lo policíaco, las normativas urbanas y las normas de la urbanidad. Los huecos son todo lo otro y en él aflora una ciudad paralela, la “ciudad del tablero inverso”, con su comercio callejero, sus casas inexistentes en el derecho urbano e inocultables en la realidad” (Danza, 2005) De esta manera comienza a configurarse el problema que inspira y motiva este esfuerzo de investigación: la comprensión de la ciudad actual no pueden agotarse en el estudio del “sólido” urbano –lo establecido, lo legal, lo controlado, lo explícito- sino que exigen una mirada compleja, innovadora e incluso arriesgada, de los huecos, de los espacios intersticiales. En términos muy generales, esta búsqueda recoge del post estructuralismo la idea de que no todo puede ser explicado por las estructuras sociales, sino que existen reacciones, prácticas de “resistencias al poder” que también participan en la conformación del espacio urbano. Rodrigo Salcedo realiza una lectura muy sintética y clarificadora del pensamiento de Michel de Certeau: Para Michel de Certeau el espacio social o habitado es el resultado de un conflicto dialéctico permanente entre poder y resistencia al poder. El espacio es el producto de las operaciones que lo orientan, lo temporalizan, lo sitúan y lo hacen funcionar. En cada una de estas operaciones, actúa una fuerza hegemónica y disciplinaria y otra que se le contrapone. Siguiendo a Foucault, De Certeau no sitúa este conflicto en las grandes fuerzas políticas o colectivos sociales, sino en las pequeñas operaciones cotidianas que dan origen a la práctica social (Salcedo, 2008: 1 – 2) De la misma manera, trascender el “sólido urbano” implica reconocer la complejidad en los fenómenos urbanos, complejidad en el sentido atribuido por Edgar Morin: “así es que la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre” (Morin, 2001: 32) Así, se constituye el interés investigativo por lo intersticial, por lo no normado aunque afectado por la norma, por lo irregular aunque implicado en la regla, por lo intangible y no evidente aunque condicionado y condicionante de lo material, lo dicho, lo tangible.. 7.

(8) Dentro de los aspectos intangibles de la ciudad, cuya importancia es crecientemente reconocida, este trabajo de investigación se propone rastrear las imágenes urbanas y sus significaciones. De esta manera, se define el siguiente objetivo general de investigación: Identificar qué imágenes urbanas subyacen en los relatos Santiago en 100 palabras y cómo éstas son significadas. Se formulan los siguientes objetivos específicos de investigación: 1. Reconocer los fenómenos urbanos identificado en los relatos Santiago en 100 palabras 2. Reconstruir las representaciones que se proponen respecto de estos fenómenos 3. Elaborar posibles significados a estas representaciones 4. Articular estas imágenes y sus significados con las principales tendencias urbanas identificadas en las ciudades contemporáneas 5. Establecer algunas conexiones los imaginarios urbanos ya sistematizados, entendidos como estructuras mentales orientadoras de la acción. Este último objetivo quiere dejar establecidas algunas proyecciones de investigación. La construcción de imaginarios urbanos –y, en general, de imaginarios sociales- exige una cuarta dimensión que este trabajo no considerará: la orientación a la acción. Desde la apuesta metodológica que aquí se realiza no es posible abordar directamente la dimensión de la acción, ya que el análisis de los relatos no permite inferir con rigurosidad este punto. Esto exigiría el cruce de estos hallazgos con otros, que permitan inferir usos de y acciones en la ciudad, obtenidos con otras metodologías como encuestas o etnografías y que pudiesen estar orientadas por estas estructuras con significado que llamaremos, en esta etapa, imágenes.. 8.

(9) Es así que los objetivos de este trabajo dicen relación con la construcción imágenes urbanas y sus significados a partir de los relatos Santiago en 100 palabras y de su articulación con otras propuestas analíticas formales y simbólicas sobre la ciudad contemporánea. Asimismo, este trabajo se encuentra tensionado por uno de sus objetivos: la articulación de las imágenes y sus significados y el análisis de tendencias tangibles, observables en la cuidad de hoy y desarrollado fundamentalmente por arquitectos y urbanistas. En tal sentido, la apuesta por analizar los relatos Santiago en 100 palabras dice relación, como se explicitará con mayor énfasis más adelante, con la búsqueda de un discurso particular sobre la ciudad: El escritor capta el mundo de la ciudad, esa mezcla de lo físico y lo mental, con todos los sentidos, el olfato, el oído, el tacto, la vista, pero también con los pensamientos y los sueños (…) es la ciudad escrita, la ciudad habitada por sujetos que la recorren así como la pluma del escritor recorre la página en blanco (Mongin, 2006: 36) Pero no quiere quedarse sólo en este nivel. Este trabajo de investigación quiere establecer conexiones, tender puentes entre dos análisis de la ciudad: el intangible, el de los significados y el tangible, el de la forma, las funciones y las actividades urbanas: La poética sería el reverso de los saberes del urbanista, del urbanizador y del ingeniero, para quienes la experiencia urbana debe cartografiarse, disciplinarse y controlarse (…) Pero de estas dos representaciones de la ciudad, de estos dos lenguajes, el de los artistas y el de los ingenieros urbanistas, ¿la única conclusión posible es acaso una oposición insuperable entre aquel que siente la ciudad a través de su cuerpo y el que la reduce, por razones profesionales, a una maqueta que diseña objetivamente? (Mongin, 2006: 37 – 38) Este trabajo intentará dar una respuesta negativa a esta pregunta retórica de Mongin. De hecho, la investigación sustenta la hipótesis que existen convergencias entre las imágenes y los significados construidos desde los relatos y las tendencias identificadas por urbanistas en relación a la ciudad de hoy. Las imágenes y los significados atribuidos a ellas vienen a enriquecer, a hacer foco “desde dentro” sobre algunos aspectos particulares de la ciudad maqueteada “desde lejos” por los urbanistas (Mongin, 2006: 37).. 9.

(10) De esta manera se presentan las preguntas centrales de investigación: ¿Qué imágenes de Santiago pueden reconocerse en los relatos analizados? ¿Cómo son significadas? Y luego: ¿Cómo se articulan estas imágenes con los análisis sobre las principales transformaciones urbanas que la comunidad académica reconoce en los últimos años? ¿Aportan, desde lo intangible, algo nuevo al diagnóstico existente? A continuación se presenta el marco conceptual, donde se incluyen los principales aportes teóricos que dieron base a este proceso de investigación.. 10.

(11) MARCO DE REFERENCIA Se presentan, en este apartado, las principales categorías en que se sustenta el análisis propuesto. Se identifican dos grandes ejes analíticos: 1. La ciudad como realidad compleja. La interdisciplinariedad y el cruce de miradas sobre la ciudad. 2. La ciudad y sus imágenes. Analizando los significados y proyectando imaginarios. El primer eje proporciona algunas claves para abordar la ciudad como producto complejo, que implica materialidad, relaciones sociales, procesos significativos y construcciones simbólicas. Como señala Olivier Mongin, “la ciudad es una mezcla de lo mental y lo edificado, de lo imaginario y lo físico” (2006: 24) El segundo eje implica un análisis de la ciudad desde los significados que son atribuidos por los habitantes. La relación de los habitantes con la ciudad no es directa, no es neutral, no es objetiva. Está articulada desde múltiples significados que aquí serán asociados a imágenes urbanas estructuradas desde los relatos. De esta manera, analizar imágenes y significados con miras a delinear imaginarios urbanos en esta ciudad compleja implica un recorte de la realidad, un anteojo que filtra la complejidad y construye interpretaciones que el lector podrá juzgar, conociendo cómo fueron concebidas. En definitiva, frente a las categorías involucradas en la investigación – imagen, significado, imaginario- que pueden resultar ambiguas y poco precisas, dar cuenta de los dispositivos desde los cuales se construyeron, no es otra cosa que un ejercicio de honestidad intelectual.. La ciudad co mo complejidad Investigar la ciudad desde una perspectiva compleja implica, según Morin, aceptar la incertidumbre e incorporarla a la práctica investigativa: “…la complejidad coincide con un. 11.

(12) aspecto de incertidumbre, ya sea en los límites de nuestro entendimiento, ya sea inscrita en los fenómenos. Pero la complejidad no se reduce a la incertidumbre, es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente organizados” (Morin, 2001: 60) Así se establece una primera hipótesis: la ciudad serán entendida como sistema complejo. Y esto impacta directamente en cómo se concibe el “objeto” de investigación –en este caso, la ciudad- y además, en las estrategias diseñadas para conocerlo: indagar los intersticios, lo que la norma y la forma no pueden “decir”. Ya en investigaciones específicas sobre la ciudad, es Giandoménico Améndola quien introduce estas consideraciones sobre la complejidad, en el sentido de Morin. En primer lugar, el autor italiano da cuenta de algunas “crisis” de los estudios urbanos tradicionales, principalmente a nivel conceptual: “lo que ha entrado en crisis es la ciudad-concepto, el modelo de ciudad que, tradicionalmente presente en los discursos políticos, urbanísticos, arquitectónicos o filosóficos, se pone como criterio de orientación, y sobre todo de referencia para medir eventuales diferencias” (Améndola, 2000: 40). Y luego, propone y reconoce una nueva línea de trabajo: “la idea de la ciudad-por-lo-quees, llena de confusiones, diversidades, desviaciones, actividades” (2000: 40). Esto podría entenderse como la incertidumbre de la que habla Morin, aplicada a un sistema como la ciudad. Esta nueva forma de abordar la ciudad, ya no desde el modelo –en una lógica deductivasino desde los fenómenos –en una lógica más inductiva- exigirá probablemente un cambio en los métodos para abordarla, de los conceptos para nombrarla y en definitiva, de las preguntas que se formulan para comprenderla. En esta línea, Françoise Choay hace referencia a dos tipos de abordajes de la ciudad que podría confrontar un análisis: “unas emanan de los arquitectos – urbanistas; las otras de los artistas. Las primeras, al servicio de la acción, de la ideología y a veces del sueño, son proyectos, unas veces realizados, otras no. Las segundas registran la metamorfosis del campo urbano con sensibilidad de sismógrafo” (Choay, 1994). 12.

(13) Este párrafo constituye una de las bases del desafío que asume esta investigación: articular y poner en diálogo dos abordajes de la ciudad (asumiendo que, probablemente Choay no comparta el desafío, porque entienda irreconciliables ambas representaciones). Lo que aquí se propone un ejercicio libre, abierto y casi irreverente de articulación entre una representación “observable” y descriptiva de la ciudad (encarnada por De Mattos y otros) y una representación “significada” e interpretativa de la ciudad (encarnada en la construcción de las imágenes y sus significados a partir de los relatos Santiago en 100 palabras). Luego, otro trabajo profundamente inspirador de esta propuesta de investigación lo constituye La ciudad postmoderna, de Giandoménico Améndola. Este autor fundamenta su análisis de la ciudad actual –“incipientemente” posmoderna, al menos para las ciudades italianas- sobre la base de dos conceptos clave: el cityscape o panorama físico de la ciudad y el mindscape, el panorama del “alma” o la cultura de la ciudad. Y arriesga una hipótesis bien provocadora: El impacto del ambiente construido postmoderno tanto sobre el cityscape como sobre el imaginario colectivo (…) es por lo general mayor de lo que la consistencia cuantitativa de las nuevas formas puede hacernos pensar. Son más bien las nuevas culturas, los sueños, los deseos y los miedos de su gente, la variedad de sus tribus urbanas, la nueva demanda de ciudad, las que connotan a la ciudad postmoderna. Es en el interior de este segmentado y a menudo contradictorio escenario donde la nueva ciudad física adquiere relevancia y nuevos significados (Améndola, 2000: 16) El ejercicio propuesto aquí es de “ida y vuelta” entre forma y alma, parafraseando a Améndola. A modo de ejemplo, interesará comprender por un lado, cómo algunos espacios físicos de la ciudad de Santiago serán resignificados a través de los relatos. Y, por otro, cómo algunas imágenes “clásicas” de Santiago, profundamente imbricadas en el sentir popular, cobran nuevos sentidos a la luz de algunas temáticas urbanas tangibles, analizadas por arquitectos y urbanistas. Por último, en la necesidad de reconocer el carácter complejo de la ciudad –al menos, desde la perspectiva investigativa asumida aquí- se revisaron algunos autores en la línea de “desnaturalizar” el concepto mismo de ciudad, aludiendo a sus múltiples sentidos y a las profundas transformaciones que se verifican.. 13.

(14) Así las cosas, y en el marco de las profundas transformaciones que la ciudad ha registrado en la últimas décadas, ¿puede seguirse refiriendo a “la ciudad” sin más reflexión siendo que, como señala Choay, existe “una mutación, enmascarada por la permanencia de las palabras” (Choay, 1994). Este manto de “desconfianza” sobre el término ciudad, impulsó una pequeña búsqueda respecto de las acepciones del término y, fundamentalmente, de las nuevas formas de nombrar este fenómeno urbano que podría llamarse ciudad. Y esa búsqueda iluminó con potencia el análisis, particularmente para comprender algunas “demandas” implícitas a las relaciones humanas, en el contexto urbano específico de la ciudad de Santiago. En particular, cabe mencionar la distinción de Olivier Mongin entre dos “condiciones urbanas”: Entre dos mundos. He aquí una expresión que puede entenderse en varios sentidos. Ante todo: entre dos condiciones urbanas, entre el mundo de la ciudad (el que hace la ‘sociedad’) y el de lo urbano generalizado (el que ya no constituye la ‘sociedad’, sino que pretende ajustarse a la escala mundial). También debe entenderse como la brecha entre un mundo europeo aún dinamizado por valores urbanos y los mundos no europeos en lo que la urbs y la civitas ya no comparten gran cosa (Mongin, 2006: 20. Cursivas en el original) Esta hipótesis de la no correspondencia entre urbs –forma física- y civitas –relaciones sociales-, aplicado en la ciudad de Santiago resulta particularmente interesante1. Como se verá, el análisis de imágenes y sus significados construidos desde los relatos, deja traslucir algunas convivencias entre formas físicas profundamente excluyentes y segmentadas y la valoración de relaciones sociales marcadas por la personalización, la cercanía, la solidaridad, que algunos autores interpretan como nostalgia por una comunidad perdida (Bengoa, 1994) o la comunidad elusiva (Bauman, 2005) En síntesis, esta investigación intenta un abordaje complejo de la ciudad, sustentado en dos criterios principales: en primer lugar, la “desnaturalización” del concepto mismo de ciudad y su referente actual, una realidad urbana profundamente transformada (mutada, dirán algunos); luego, una mirada sobre lo intangible, sobre lo no dicho, sobre lo que se escapa a la estructura, sobre lo intersticial. 1. Las categorías de Améndola, cityscape y mindscape podrían orientar el análisis en la misma línea.. 14.

(15) Así, los relatos Santiago en 100 palabras, a pesar de reconocer el “filtro” que supone la selección de un jurado, podrían entenderse como ejercicios relativamente libres de narración de la ciudad. En tal sentido, se asumen como algo dicho desde el hueco, desde el intersticio que la estructura deja, desde el margen.. Las i mágenes: percepción, estructuración y significación. Hacia la construcción de i maginarios urbanos Esta investigación nace de una fascinación personal por los procesos urbanos, por los procesos humanos y relacionales que se verifican en y en virtud de la ciudad. Sin falsos romanticismos, la ciudad es un objeto de seducción que, como señala Améndola, constituye “un oscuro y contradictorio objeto de deseo” (Améndola, 2000: 19). Como se señaló más atrás, este trabajo quiere continuar líneas de trabajo iniciadas en los estudios de licenciatura. En aquella oportunidad, se delinearon algunas respuestas concretas a preguntas sobre el rechazo a un realojo por parte de un grupo de familias pobres de Montevideo, respuestas elaboradas desde el propio discurso de los involucrados. Ahora se intenta avanzar un paso más en esas inquietudes, procurando establecer algunos significados urbanos plausibles, a partir del análisis de una serie de relatos sobre la ciudad de Santiago. Y allí el concepto de imaginarios urbanos resulta extremadamente atractivo. El concepto de imaginarios reviste una complejidad suficiente como para buscar cabida en otro tipo de investigación, con otros alcances teórico – conceptuales y otros niveles de recursos asociados. Pero principio quieren las cosas y embarcarse en la empresa de sistematizar (construir, hacer emerger, descubrir…) imaginarios urbanos, exige ejercicios progresivos de sensibilización frente a la temática. En este escenario se inscribe este trabajo. Si, compartiendo con Hiernaux, “las percepciones se transforman en representaciones y éstas, por un proceso simbólico se constituyen en imaginarios” (Lindón, 2007a: 8), el ejercicio aquí propuesto se posiciona. 15.

(16) entre el primer, el segundo y el tercer movimiento: entre el análisis de la percepción, los procesos de representación y las simbolizaciones asociadas. Manuel Antonio Baeza propone un esquema conceptual general sobre la categoría imaginarios sociales que arrojará luces sobre cómo estructurar este análisis que se proyecta hacia esta categoría, pero que no pretende alcanzarla a cabalidad. Inicialmente, pueden distinguirse en su trabajo dos niveles: el primero, según el cual un imaginario “es una manera compartida por grupos de personas de representarse mentalmente el espacio y el tiempo” (Baeza, 2000: 9); luego, en un nivel más abstracto, “los imaginarios sociales son verdaderos esquemas de inteligibilidad de lo que es, en definitiva, una realidad invisible” (2000: 9). De esta manera, “representación de espacio y tiempo” que hacen inteligible una “realidad invisible” serían premisas centrales en la conceptualización de imaginarios que sintoniza con el ya señalado interés por el intersticio urbano: se intenta, a través de la batería conceptual derivada de los imaginarios, reconocer un discurso sobre la ciudad que no es explícito ni evidente. Luego, Mónica Lacarrieu, citando a Nieto, propone una definición de imaginario urbano útil para un trabajo inicial, de exploración de imaginarios como este: “el imaginario urbano constituye una dimensión por medio de la cual los distintos habitantes de una ciudad representan, significan y dan sentido a sus distintas prácticas cotidianas en el acto de habitar” (Lacarrieu, 2007: 55) Esta conceptualización, que incluye dos procesos –representación y significación- se complementa, para efectos analíticos, con un proceso precedente de percepción (identificación, selección), tal como señalaba Hiernaux y un proceso consecuente, la orientación a la acción. Este último no será abordado específicamente en este trabajo de investigación.. 16.

(17) De esta manera, para efectos de operacionalización, el imaginario será reconstruido procurando reconocer tres dimensiones2: (i). Percepción. (ii). Representación. (iii) Significación Se establecen a continuación, algunas reflexiones sobre cada nivel de análisis.. ♦ El nivel de percepción En materia de percepción, un primer proceso en la construcción de los imaginarios dice relación con los elementos o fenómenos urbanos que se seleccionan, se identifican y se relatan. Básicamente el dato, en materia de percepción, se construyó sobre la base de la pregunta: ¿cuál es el elemento o fenómeno urbano central en el relato? Así, los relatos fueron interpretados y clasificados –en una primera instancia- según el fenómeno urbano al que referían. En este primer nivel analítico, amplio y abierto, surgieron más de cien categorías de fenómenos. Luego, un segundo nivel analítico enfatizó el tipo de fenómeno urbano, clasificándolas en fenómenos materiales (artificiales y/o naturales), fenómenos personales (la persona en relación a la ciudad), fenómenos relacionales (las personas en la ciudad), fenómenos institucionales (reglas del juego de la y en la ciudad). En este punto, resultaron inspiradoras algunas categorías que permitieron ordenar el centenar de códigos emergentes en el nivel analítico anterior. En primer lugar, Alicia Lindón refiere explícitamente a algunas “entradas analíticas” al tema de los imaginarios: 2 Solo a modo de complemento, se señalan algunos puntos de contacto con otras propuestas analíticas. Cuando Kevin Lynch presenta su análisis de imágenes de ciudad, utiliza una estructura que presenta algunas semejanzas. Señala: “una imagen ambiental puede ser distribuida analíticamente en tres partes, a saber: identidad, estructura y significado (…) la identificación de un objeto, lo que implica su distinción con respecto a otras cosas, su reconocimiento como entidad separable (…) la imagen debe incluir la relación espacial o pautal del objeto con el observador y con otros objetos. Por último, este objeto debe tener cierto significado, práctico o emotivo, para el observador (Lynch, 2006: 17). 17.

(18) “si uno de los fragmentos emblemáticos de la ciudad para estudiar los imaginarios urbanos son las calles, posiblemente el reverso, no menos complejo, lo sean las casas. De igual forma la casa abre un abanico de posibilidades enormes para el estudios de los imaginarios urbanos” (Lindon, 2007a: 11) De esta manera, y a modo de ejemplo, se inició una búsqueda de elementos urbanos, estructuraciones y sentidos en la línea de lo público (la calle) y lo privado (la casa), lo que finalmente derivó en una de las imágenes construidas y presentadas. Y sigue Lindón: “otra opción es preguntarnos por los imaginarios urbanos asociados a los centros de las ciudades, a la periferia como un todo, y a cada periferia en particular, asimismo a los parques, plazas, jardines y demás espacios públicos” (2007a: 11) Nuevamente, y a partir de esta propuesta, se configura un eje de búsqueda que dice relación, por un lado, con los espacios públicos de recreación y esparcimiento; luego, con la morfología urbana de centro – periferia, tan desconfigurada en la gran ciudad latinoamericana de hoy, según el diagnóstico de buena parte de los analistas. Luego, una segunda fuente de ejes ordenadores para las temáticas emergentes de los relatos surge de la propuesta de Giandoménico Améndola. En su capítulo sobre “los principios organizadores de la ciudad nueva”, sugiere algunos puntos en los que fijar atención: Hoy, la ciudad nueva crece encima y dentro de la vieja de la cual, en la lógica de la reutilización, toma progresivamente el lugar. La transformación es profunda aunque a menudo las formas físicas de la ciudad preexistentes permanecen invariables y asumen a veces el papel de simples ‘contenedores’. El cambio es real porque la ciudad que toma vida en las formas y en los espacios de la vieja es creada tomando como referencia la nueva aunque ambigua demanda de ciudad expresada por la gente (Améndola, 2000: 120) La relación pasado – presente (viejo – nuevo, en la lógica de Améndola) constituyó otro eje ordenador de la discusión de imágenes y sentidos. Y desde luego, los ejes comienzan a cruzarse entre sí: en algunas imágenes, resultó clave el cruce entre espacios de carácter público y el eje temporal pasado – presente.. 18.

(19) ♦ El nivel de representación En materia de representación, los elementos identificados antes son puestos en relación unos con otros, son descritos mediante la palabra o mediante metáforas y comparaciones, son adjetivados, son caracterizados y relacionados. En este nivel analítico se tuvo especial atención a las consideraciones de Alicia Lindón, cuando señala: No obstante, estos efectos de realidad no deben llevar al estudioso de la ciudad a concebirlos –simplistamente- como re – presentaciones, es decir, como un espejo o reflejo exacto del fenómeno en cuestión. Justamente, uno de los aspectos analíticamente más relevantes es que se pueden construir como representación de un fenómeno, pero también como analogías selectivas o distorsionadas de los fenómenos o, incluso, se pueden construir en ausencia del fenómeno (Lindón, 2007a: 7) De esta manera, es importante distinguir entre la acción de analizar y la acción de interpretar cómo se presenta o ausenta el fenómeno de interés, cuidando de no homologar esta descripción con el fenómeno en sí. Como señala García Canclini, “lo imaginario remite a un campo de imágenes diferenciadas de lo empíricamente observable” (Lindón, 2007b: 90). Dicho en otras palabras, la representación, como dimensión del imaginario, no es la presentación del fenómeno, sino los sucesivos e “innumerables velos, parciales, móviles, fragmentados, superpuestos, que dejan ver ciertos fenómenos y ocultan otros” (Lindón, 2007a: 12). ♦ El nivel de la significación En materia de significación/simbolización, el análisis de orientará en la búsqueda de sentidos latentes, subyacentes, entendiendo que los relatos Santiago en 100 palabras no son literales sino que, a través de ellos, se manifiestan sensaciones, experiencias, vivencias, sueños y pesadillas respecto de la ciudad. El pasaje de la estructuración a la significación, como niveles analíticos diferenciados, puede operacionalizarse a partir de lo señalado por Alicia Lindón en una propuesta. 19.

(20) metodológica que realiza desde su disciplina: la geografía. Señala la autora, primero en relación a las imágenes (en este trabajo, la percepción estructurada): La selección de una imagen antes que otra3, precisamente se relaciona con el significado que el sujeto le otorga a los lugares que en ellas se representan y que desencadenan ciertas rememoraciones espaciales en el sujeto. En esta perspectiva, sin duda alguna, el geógrafo luego se enfrentará al desafío de la interpretación que va más allá de obtener una imagen clave (Lindón, 2008: 15) Posteriormente, la autora realiza unas precisiones sobre el pasaje de los niveles más “descriptivos” –si es que puede referirse así- a los niveles más interpretativos, de la búsqueda de significados: Será necesario encontrar una estrategia para hacerle preguntas a esa imagen a fin de descifrar los significados que el sujeto habitante le atribuye a la imagen, y así, indirectamente, al espacio puesto en juego en la imagen. Esto es el camino de las imágenes, lo gráfico e iconográfico como representaciones y simbolizaciones espaciales” (2008: 15) Aquí agregaremos, a esta última oración, lo “narrativo” y así, la prosa que relata la ciudad de Santiago constituye también una representación y una simbolización espacial. Pero la construcción de estas imágenes y de sus significados debe reconocer otros recursos conceptuales y teóricos que, alimentaron reflexiones y que inspiraron las búsquedas. En particular, la idea de Manuel Baeza de reconocer la historicidad en los imaginarios sociales es una de ellas. Cada gran época histórica supone sus propios ‘paradigmas imaginarios’, a partir de los cuales los contemporáneos deambulan sin horizontes precisos (…) los momentos históricos van configurando formas de imaginar, individual y colectivamente y que éstas van, en un sentido dialéctico, caracterizando a estos mismos momentos históricos (Baeza, 2000: 15 – 16) De esta manera, comprender los imaginarios urbanos exige entenderlos como “productos” y “productores” de los momentos históricos. En este último sentido, y aplicado al ámbito urbano, podemos reconocer algunas sistematizaciones que serán homologados a “paradigmas urbanos imaginarios”, parafraseando a Baeza. En particular, se considerará la propuesta de Francisca Márquez 3. La autora refiere a una estrategia metodológica basada en la selección de fotografías de la ciudad.. 20.

(21) respecto de la ciudad de Santiago, donde identifica tres imaginarios urbanos: ciudad – país, ciudad integrada – ciudad trizada, ciudad aldea – ciudad global. Al interior de estos grandes marcos imaginarios, entenderemos que los relatos publicados en Santiago en 100 palabras, “deambulan”, aportando evidencia para uno u otro paradigma imaginario. Dicho de otra manera, los relatos analizados aportan énfasis, iluminan algunos aspectos, aportan nuevas significaciones en estos grandes paradigmas imaginarios que sobre la ciudad de Santiago, han sido sistematizados.. Los “paradigmas urbanos i maginarios” Como se señaló, para los efectos de este trabajo, se entenderán como “paradigmas imaginarios urbanos”, los imaginarios propuestos por Francisca Márquez, en relación a la ciudad de Santiago. En primer lugar, Santiago es imaginada como una ciudad – país. Este imaginario, de profundas raíces históricas, puede sintetizarse así: “es en Santiago donde se sitúa el cardus y el decumanus de la nación. Santiago templum, en donde se cobijan las riquezas y los secretos de esta angosta y larga franja de tierra, que es Chile” (Márquez, 2007: 83). Así, y entendiéndolo como paradigma imaginario urbano, las imágenes con significado que se elaborarán en este trabajo dialogarán con esta idea de Santiago “centro”, Santiago “origen”, Santiago “foco” del país. Luego, el imaginario de ciudad trizada, podría contener en sí mismo, esbozos de un imaginario del miedo, al menos en la propuesta de Francisca Márquez. La autora refiere a este imaginario, que incorpora a su par polar, la ciudad integrada: Ni la fuerza del movimiento de pobladores, ni el debate sobre el quehacer de los intelectuales logrará sin embargo, revertir la evidencia de esta ciudad trizada que irremediablemente convive con el viejo ideario de la ciudad integrada. Santiago más se asemeja a un ‘conglomerado de subsistemas urbanos’ donde la imagen que prevalece es la de una serie de puntos de localización no relacionados…las distancias son largas (Márquez, 2007: 84. Resaltado en el original). 21.

(22) En el marco de este mismo imaginario, se incorpora un sentido adicional, que dice relación con el miedo y, en particular, el miedo al otro: Conforme lo revelan nuestras novelas, el mito de la Ciudad de los Césares reaparece con fuerza en el Santiago del primer centenario –ilustrado, rico, triunfal-, sustentado por un mito de orden político no discutido (…) Junto a esta ciudad soñada ‘hay otra historia aún que pasa por las subjetividades, más difícil e inasible, pero no por eso menos necesaria’ (…) Es la ciudad de los pobladores, de los sin casa, de los marginales (…) Movimiento y confusión democrática que desdibuja y desordena la ciudad controlada y ordenada, y con ella el imaginario del peligro y del temor al otro (2007: 83) En tal sentido, y como paradigma imaginario urbano, podrían configurarse y enfatizarse imágenes de la ciudad marcadas por la segmentación y segregación física y relacional, lo que podría alimentar imágenes sobre “el otro” marcadas por el desconocimiento y el desencuentro. En tercer lugar, el imaginario de la localidad y la globalidad, “de la ciudad aldea/ciudad global” de la que habla Francisca Márquez. En tal sentido, y como paradigma imaginario que responde a una época y, asimismo la configura, los procesos de modernización atraviesan esta construcción: Modernización entendida como globalización y participación en el mundo del consumo y sus artefactos. Identidad entendida como pertenencia a una aldea/comunidad en donde se ejercen lazos afectivos. Estos parecieran ser los dos polos de la cuestión urbana en esta ciudad de profundas e históricas trizaduras (2007: 85). Este imaginario permitirá deambular en su interior imágenes diversas: desde aquellas que reivindican y valoran las relaciones interpersonales, cara a cara, significando el valor de la “comunidad”, hasta aquellas que reconocen ya la profunda interrelación de la vida cotidiana de cada ser urbano con fenómenos y procesos remotos, y hasta hace poco tiempo atrás, desconocidos e impensados. Con estas consideraciones de tipo teórico metodológicas, que implican el reconocimiento no sólo de inspiración sino de instrumental conceptual para el análisis, se presenta a continuación la propuesta metodológica de investigación.. 22.

(23) LA APUESTA METODOLÓGICA La construcción de imágenes con significado como paso previo al establecimiento de imaginarios urbanos, exigió un diseño metodológico creativo, con el fin de analizar los relatos e identificar las dimensiones propiamente urbanas subyacentes. Asimismo, la posibilidad de articular estas imágenes con las tendencias analíticas que han sido identificadas por otros autores, exigió un esfuerzo adicional de traducción entre niveles lógicos diferentes: del “dato” cualitativo, de la palabra significada, de la pauta recurrente o de la metáfora particular, se “salta” a la tendencia formal, “evidente”, observable de la ciudad. Esto constituye, en este trabajo, un ejercicio exploratorio, inicial y como se menciona en otro capítulo, arriesgado y que se realiza desde la convicción de la necesidad de complementar perspectivas teóricas y metodológicas para la comprensión de un fenómeno dinámico y complejo como es la ciudad. Así, esta investigación exige el reconocimiento de una opción epistemológica, teórica y metodológica particular, que Taylor y Bogdan sintetizan con particular claridad y que se articula de forma privilegiada, con la perspectiva de los imaginarios sociales, telón de fondo de este trabajo: El fenomenólogo quiere entender los fenómenos sociales desde la perspectiva del actor (…) La realidad que importa es lo que las personas describen como importante (…) el fenomenólogo lucha por lo que Max Weber denomina vertehen, esto es, comprensión en un nivel personal de los motivos y creencias que están detrás de las acciones de la gente” (Taylor y Bogdan, 1987: 16) El objetivo de esta investigación dice relación con la identificación de las imágenes urbanas de Santiago y los diversos significados asociados a éstas por parte de los habitantes. Para dar cuenta de esto, se diseñó una investigación de carácter cualitativo.. 23.

(24) El diseño de investigación José Ruiz Olabuénaga señala que “el foco central de todo análisis cualitativo [es] la búsqueda de significado” (2003: 51). El tema dice relación con la propia definición de significado: “la definición del problema se lleva a cabo concretando al máximo el ‘EstosAquí-Ahora’ o ‘contexto’ en el que se desarrolla un comportamiento. La concreción no se enfoca en la definición conceptual (…) La definición es situacional más bien que operacional” (2003: 52) Así, el problema de investigación –las representaciones o imágenes urbanas y sus significados- sólo se “configuró” cuando la investigación estaba en curso y las temáticas iniciales de dimensiones intangibles de la ciudad habían sido problematizadas y reflexionadas. Luego, podría configurarse la pregunta sobre las unidades de observación/información o, en una lógica más general, la definición de la muestra. ¿A dónde ir por el dato? Las restricciones en recursos humanos y económicos que supone un trabajo de investigación sin financiamiento, en el marco de estudios de Magíster, obligaron a establecer algunos criterios de producción o selección del material de análisis. Los relatos Santiago en 100 palabras constituyeron así una salida a esta restricción y la opción por este material se justifica a continuación.. Sobre las unidades de observación/información Las unidades de observación en este estudio la conforman los 396 relatos sobre Santiago, que son seleccionados y publicados en los librillos Santiago en 100 palabras como resultado de un concurso abierto, organizado por Metro SA y la Revista Plagio.. 24.

(25) Esta investigación contempla cuatro ediciones de los libros de bolsillo; cada libro recoge cien cuentos4, seleccionados entre todos los relatos presentados en dos años consecutivos del concurso. Así, la versión I de los libros, publica la selección de relatos que realiza un jurado del total de cuentos presentados en 2001 y 2002; la versión II corresponde a la selección de los concursos realizados en 2003 y 2004; la versión III, da cuenta de los concursos realizados en 2005 y 2006; por último, la versión IV publica los relatos seleccionados en los concursos correspondientes a 2007 y 2008. ¿Por qué se seleccionan estos materiales literarios para pesquisar imágenes urbanas y significados? Se entiende que la organización de este concurso y el acceso libre, cuando menos a una selección de ellos, constituye una oportunidad para la investigación de aspectos intangibles de la ciudad, en particular, imágenes urbanas, a las que es posible asociar un significado. Y esto principalmente por dos razones: -. Porque los participantes responden a una consigna muy amplia, como lo es “la vida. urbana contemporánea y/o la ciudad de Santiago”5, lo que redunda en amplios márgenes de libertad para escoger una(s) temática(s) o aspecto(s) de la ciudad; y -. Porque existen sólo tres criterios de participación: “Podrán participar todas las. personas con domicilio estable en Chile y chilenos viviendo en el exterior, a excepción de los empleados de Plagio, Metro de Santiago y Minera Escondida” (Bases del Concurso, versión 20096). Lo anterior, aseguraría una convocatoria extremadamente amplia y sin exclusiones. El análisis de los relatos publicados en los librillos –y no de todos los relatos presentados en el concurso, lo que evidentemente enriquecería el análisis y la validez del estudio- dice relación con:. 4 La diferencia entre los 400 cuentos que deberían corresponder (100 relatos por libro) y los 396 relatos analizados se explica porque la versión II de la publicación incorpora 96 relatos de Santiago en 100 palabras y 4 relatos del concurso Valparaíso en 100 palabras. 5 Especificaciones realizadas en las Preguntas Frecuentes relativas al concurso y publicadas en la pagina web http://www.santiagoen100palabras.cl/2009/preguntas_frecuentes.php. Consultado el 14 de abril de 2010. 6 http://www.santiagoen100palabras.cl/2009/files/bases_s100.pdf. Consultado el 14 de abril de 2010.. 25.

(26) (i). Aspectos relacionados al acceso al material. La construcción de la muestra de relatos incluyó una consulta a la Revista Plagio, organizadora del concurso y editora de los librillos sobre las posibilidades de acceso a más relatos7. En tal sentido, Plagio facilita una versión impresa de los cuatro librillos en cuestión.. (ii). Aspectos relacionados a la capacidad de análisis cualitativo de grandes cantidades de unidades de muestreo (Andréu Abela, s/f: 13). En tal sentido, el trabajo de campo propiamente –en este caso, la aplicación de la técnica de análisis de contenido a cada unidad- insumió períodos del tiempo de investigación importantes y un gran esfuerzo de ordenamiento y articulación de la información que se iba generando.. No obstante lo anterior, debe reconocerse una limitación a esta selección de relatos que fueron analizados: el conjunto de relatos está filtrado por la evaluación de un equipo de jurados cuyos criterios no son públicos. De esta manera, las imágenes y los significados no responden exclusivamente a la consigna abierta que convoca a concursar, sino que deberá reconocerse también a estos jurados como co-constructores, tanto de las imágenes como de los significados.. Sobre la técnica para la construcción de los datos Realizadas todas las precisiones y justificaciones sobre la selección de las unidades de observación o información, corresponde ahora señalar los aspectos técnicos del análisis. La “recogida de información” –o, mejor, la construcción de la información- se realizó mediante la técnica del análisis de contenido. Las orientaciones principales en relación a esta técnica fueron obtenidas del trabajo de Jaime Andréu Abela, disponible en Internet y de acceso libre.. 7. Según el sitio web del concurso, en las ocho versiones analizadas, se recibieron 196.833 cuentos participantes. http://www.santiagoen100palabras.cl/2010/s100_docs/preguntas_frecuentes2010.pdf. 26.

(27) Básicamente, este autor entiende el análisis de contenido desde una perspectiva amplia: “es una técnica de interpretación de textos (…) el denominador común de todos estos materiales es su capacidad de albergar un contenido que leído e interpretado adecuadamente nos abre las puertas al conocimiento de diversos aspectos y fenómenos de la vida social” (Andréu Abela, s/f: 2). De esta manera, se entiende que los relatos analizados albergan un contenido en relación a la ciudad; esto constituirá el primer nivel analítico. Luego, y más específicamente, estos relatos albergan imágenes y significados en relación a la ciudad. La traducción de contenidos “sueltos” (primer nivel analítico) a imágenes y significados urbanos constituyó un segundo nivel analítico. En términos más operativos, este trabajo de investigación utiliza las categorías centrales de trabajo por unidades de Andréu Abela: (i). La unidad de muestreo, como “aquellas porciones del universo observado que serán analizadas”. En este trabajo de investigación, cada uno de los 396 relatos analizados constituyen unidades de muestreo.. (ii). Las unidades de registro, como “la parte de la unidad de muestreo que es posible analizar de forma aislada”. En esta investigación, será la unidad más recurrente y está dada por las frases, expresiones o porciones del texto que evidencian algún enunciado, tanto de percepción, de estructuración o de significación.. (iii). Las unidades de contexto, como “la porción de la unidad de muestreo que tiene que ser examinada para poder caracterizar una unidad de registro”. Esta unidad resulta clave a la hora de evidenciar las relaciones o estructuraciones entre elementos que, finalmente, derivan en las imágenes.. 27.

(28) Sobre el esquema analítico El análisis de los relatos, como ya se anticipó, supuso varios niveles. Sintéticamente, podrían señalarse tres: (i). Un nivel exploratorio, donde a través de la lectura reiterada de los relatos fueron. codificándose los primeros contenidos: elementos, personajes y lugares urbanos seleccionados. Asimismo, se configuraron los primeros códigos de relación o estructura, esto es: adjetivaciones, caracterizaciones y relaciones entre elementos identificados. (ii). Análisis nivel 1: imágenes. Habiéndose identificado la estructura básica de los. relatos, se aplican algunos de los criterios de recuento propuestos por Bardin. En particular, fue frecuente el uso de la frecuencia, la intensidad y la contingencia (Andréu Abela, s/f: 14 – 15). Se construyen así las primeras imágenes urbanas, considerando las dos primeras dimensiones analíticas: percepción/selección y estructuración de elementos. (iii). Análisis nivel 2: significados. A partir de estas imágenes se elaboran. significados plausibles. Esto, a través de algunos recursos sugeridos por Coffey y Atkinson: “…buscando casos contrastantes y comparativos; observando y explorando temas, patrones e irregularidades y usando metáforas” (Coffey y Atkinson, 2003: 9) En síntesis, las imágenes urbanas significadas han sido reconstruidas –en los tres niveles analíticos recién descritos- sobre la base de tres dimensiones: 1.. La dimensión identificación. En esta dimensión, cada texto es analizado. desde los elementos seleccionados, identificados, “recortados”. Así, se construyen categorías de identificación del tipo: (i) espacios urbanos genéricos (calle, plaza, parque, casa, centro comercial); (ii) espacios urbanos con coordenadas específicas (Plaza Italia, Paseo Ahumada, Plaza de Armas, etc.); (iii) personas (según edad, según sexo, según acción en la ciudad); (iv) personajes urbanos identificables (vendedor ambulante, delincuente, carabinero, artista callejero, etc.); (v) artefactos simbólicos (monumentos, edificios emblemáticos); (vi) evento natural (río, montaña, árbol, etc.). 28.

(29) 2.. La dimensión estructuración. En esta segunda dimensión de análisis, los. elementos antes identificados son puestos en relación, articulados, caracterizados, mediante asociaciones de jerarquía, de oposición, de homologación, etc. Asimismo, los procesos de adjetivación (asignación de cualidades) se entienden en esta dimensión. Aquí se completaría la elaboración de la imagen. 3.. La dimensión significación. En este tercer nivel analítico se define y. explicita la interpretación que se realiza de las imágenes, que deberá reconocerse personal, parcial, relativa. La lectura de los relatos, luego de la identificación y la estructuración (nivel descriptivo, pero nunca neutro) de los principales elementos, desencadena evocaciones y sugerencias en la investigadora; utilizando algunos recursos propios del análisis cualitativo –casos contrastantes, procurando patrones e irregularidades, identificando metáforas (Coffey y Atkinson, 2003) se construye la evidencia que dan cuerpo a las imágenes y a una significación. El uso del modo verbal condicional y/o subjuntivo no es casual y quiere explicitar el carácter hipotético, pero plausible de los significados elaborados en relación a las imágenes. A continuación se presentan los resultados del análisis.. 29.

(30) LAS IMÁGENES URBANAS Y SUS SIGNIFICADOS A partir del análisis de contenido aplicado a los cuentos seleccionados y publicados en los librillos Santiago en 100 palabras, se deriva la conformación de seis imágenes urbanas. 1.. La ciudad de lo público. 2.. La ciudad de la despersonalización. 3.. La ciudad trizada. 4.. La ciudad integrada. 5.. La ciudad concentrada. 6.. La ciudad dispersa. El análisis se estructura de la siguiente manera: en primer lugar, se presentan los elementos o fenómenos urbanos identificados en cada relato; luego, la estructuración reconocida en los textos. En tercer lugar, se da cuenta de las significaciones elaboradas para dicha imagen. Estas significaciones surgen, en la mayoría de los casos, a partir de la puesta en diálogo de las imágenes construidas con algunas reflexiones específicamente urbanas. Se presentan a continuación las imágenes y los significados elaborados a partir del análisis de contenido aplicado a los 396 relatos seleccionados en las cuatro versiones de Santiago en 100 palabras, correspondientes a los bienios 2001-2002, 2003-2004, 2005-2006 y 20072008.. 30.

(31) 1. Santiago: lugar de lo “público”. La primera imagen de Santiago es elaborada a partir de las siguientes identificaciones y asociaciones:. Santiago. Trabajo, estudio. Provincia. Familia, amor. Oportunidad. En términos generales, se construye una primera imagen sobre Santiago como lugar de comportamientos humanos propios de la esfera pública. Un conjunto de relatos que contraponen dos espacios, el de Santiago y el de provincia, permiten reconstruir esta oposición: Santiago alberga comportamientos públicos (trabajar, estudiar), mientras en la provincia se desarrollan comportamientos típicamente privados (formar y permanecer con la familia, sentir y actuar por amor). Asimismo puede inferirse un segundo significado en la asociación Santiago – esfera pública: Santiago sería un espacio de oportunidad, considerando el acceso a formas de capital –particularmente económico- oportunidad que no se presentaría en el espacio provincial. Se estaría, de esta manera, ante una primera imagen de Santiago, significada como lugar de lo público y, asimismo, como lugar de oportunidad. Sin embargo, ambos sentidos serán articulados sobre el final de este apartado, considerando que una mirada más aguda sobre los relatos permiten descomponer esa idea de lo “público”. De esta manera, el carácter público de la ciudad estará dado por el acceso a oportunidades de tipo económicas, sin ninguna referencia a la dimensión política de lo público. Y en tal sentido, la imagen elaborada y el sentido último identificado, serían convergentes con ciertos análisis que hablan de la ciudad contemporánea como no – ciudad (Choay) o la condición de urbanización generalizada (Mongin).. 31.

(32) Se revisan ahora las unidades de registro y contexto que permiten reconstruir esta imagen de Santiago público. Buitre Tenía la cartola completa frente a mí, sólo faltaba poner Graneros o Santiago. Pensé por un momento, Graneros estaba más cerca y era tranquilo; Santiago en cambio significaba levantarse muy temprano y poca seguridad. Pensé en todos los pros y contras. Por último, pensé en mi familia. Estando cerca podría ayudar en la casa, a mi mamá y mi hermano, además ahorraría dinero. Sin embargo, Santiago era oportunidades, movida, plata... Cogí el lápiz y escribí Santiago, ya que esta ciudad es como la miel a las abejas, como la sangre a los buitres, pájaro que es muy parecido a mí. Waldo Adasme, 18 años, Codegua. En el relato se identifican dos territorios específicos: Santiago y Graneros, en la Sexta Región. Asimismo, son identificadas acciones y experiencias propias del ser humano: levantarse, ayudar, ahorrar (acciones); cercanía, seguridad (experiencias). Y por último, se identifican conceptos: oportunidades, movida, plata. Luego, mediante el recurso de la oposición, se presentan aspectos diferenciados para cada espacio geográfico identificado: Santiago es asociada a “oportunidades, movida, plata…”, aunque también supone cierto “sacrificio” (levantarse temprano) y escasa seguridad. En contraposición, el espacio de provincia –Graneros, en la Sexta Región- es asociado a la cercanía, el apoyo familiar, el ahorro y la seguridad. Podrían configurarse así dos imágenes: la imagen de los comportamientos públicos (Santiago: oportunidades, movida, plata) y la imagen de los comportamientos privados (Graneros: casa, mamá, hermano, cercanía). Ahora, la imagen de interés para esta investigación –esto es, la imagen de Santiago como lugar de los comportamientos públicos- está significada desde la contradicción, desde una cierta paradoja y esto, a través de la metáfora de la atracción que se propone: “esta ciudad es como miel para las abejas, como sangre para los buitres”.. 32.

(33) Así podría estarse dando cuenta de una atracción por la capital casi animal e instintiva, que de alguna manera entra en contradicción con las menores ventajas comparativas de este espacio respecto del espacio de provincia. La decisión final del protagonista –que finalmente es una opción por un lugar para vivir- podría estar relacionada con su comportamiento público (trabajo, relaciones, oportunidades) y sus mayores posibilidades de desarrollo en la capital, en detrimento del espacio de provincia, asociado a comportamientos y acciones propiamente privadas, del ámbito familiar. Pero, ¿desde dónde se construye el significado de “lo público” en el relato? Se identifican dos unidades de registro (Andréu) que dan cuenta del carácter público de Santiago: en primer lugar, el concepto de “movida”; luego, el carácter profundamente privado del espacio que se le contrapone (la provincia). El concepto de “movida” proviene de “movimiento” e impregna lo referido de un carácter de acción, de transformación, de cambio. Pero la movida, asimismo, supone a otros, con los que se establecen intercambios. De ahí el carácter público, en el sentido que le asigna Olivier Mongin, parafraseando a Hannah Arendt: “hombre de la vita activa, el individuo urbano se expone al exterior, fuera de su casa, se abre al espacio público y a la experiencia de la pluralidad humana” (Mongin, 2004: 69) Una segunda unidad de registro, identificada en el análisis de contenido y relacionada con el carácter público con que se significa a la ciudad de Santiago, podría asociarse con la fuerte “privatización” de su espacio opuesto: “Graneros estaba más cerca y era tranquilo (…) Estando cerca podría ayudar en la casa, a mi mamá y mi hermano”. De ahí que, siendo el espacio de provincia asociado a situaciones privadas y de reminiscencias microsociales (tranquilidad, cercanía, ayuda a la familia), su opuesto –la ciudad de Santiago- deriva en todo lo contrario: el abandono del espacio privado y la “exposición al exterior”, lo público. Pero esta imagen del Santiago público se construye y fortalece desde otros relatos.. 33.

(34) Liceo de niñas (cuarto medio) Ella se irá a Santiago para estudiar medicina, mientras yo tiraré con Juan, Diego o Carlitos, sólo para tener una hija que lleve su nombre, aunque ella no sepa el mío. Paulina Millamán, 21 años, Puente Alto. En el relato Liceo de niñas (cuarto medio) nuevamente se contrapone el espacio de Santiago al espacio de provincia8. Así, los elementos identificados dicen relación con dos espacios geográficos y dos proyectos, luego de finalizados los estudios escolares: uno orientado a la continuidad de estudios; el otro, orientado a la maternidad. Luego, a nivel de asociaciones, el proyecto de estudio tendrá lugar en Santiago y el proyecto de maternidad, en el espacio de provincia. En estas asociaciones iniciales ya se visualizan los ejes Santiago – público (estudio), provincia – privado (maternidad). Pero se identifican otras significaciones más sutiles si se analizan con más detenimiento la forma de presentar estos “proyectos”, entendidos como contrapuestos y, lo más importante, localizados geográficamente. En primer lugar, Santiago es el lugar de estudio para la carrera de Medicina, una de las carreras de mayor rentabilidad económica, prestigio y legitimidad social. Así, el proyecto de vida relacionado con estudios en medicina podría entenderse como exitoso. Pero esta significación de Santiago como espacio de “éxito”, se exacerba cuando el proyecto de vida que se contrapone –esto es, la joven que se quedará en provincia, procurando quedar embarazada- se reviste de tintes de inferioridad y de invisibilidad frente al personaje exitoso (“…sólo para tener una hija que lleve su nombre, aunque ella no sepa el mío”). Desde la significación de lo público, nuevamente asociado a Santiago, el proyecto educativo supone el “fuera de su casa” (Mongin, 2006: 69) y se asocia con un proyecto. 8. Aunque no se refiere explícitamente al espacio de provincia, se deduce que el espacio de la protagonista que habla en primera persona no es Santiago.. 34.

(35) elegido, valorado, “envidiado”; por su parte, el proyecto de descendencia, invisibilizado, remite al espacio privado, a la interioridad del espacio, al “adentro”; pero además es elaborado en contraposición al proyecto exitoso, al que admira y frente al cual se oculta. La imagen Santiago público es, nuevamente, atrayente, admirable, seductora y asociada al acceso a capital, en este caso, simbólico (estudio), pero con connotaciones materiales (estudios en una carrera que reporta altos ingresos económicos). Por último, un tercer relato que refuerza la misma imagen significada. Camino recorrido Nací en Santiago. Acá crecí, estudié, trabajé y me titulé de profesora. Por amor me fui a Valparaíso. Al año volví a Santiago a casarme, trabajé y estudié otra carrera. Tengo dos hijas concebidas en Valparaíso, pero nacidas en Santiago. A los seis años de matrimonio, por amor me fui a Chiloé y en Castro ejercí como profesora. La crisis del '82 me trajo de vuelta a Santiago. Hoy, con veintisiete años de matrimonio, vivo en Santiago, no me gusta la contaminación, la congestión, el ruido, me gusta Santiago. Al morir, mis cenizas serán arrojadas al canal de Chacao. Geraldina Matta, 51años, Las Condes. El relato “Camino recorrido” identifica tres espacios geográficos: Santiago, Valparaíso y Chiloé (estos dos últimos, en contraposición a Santiago, son “provincia”). Asimismo, identifica experiencias vitales de la protagonista: nacer, crecer, estudiar, trabajar, titularse, casarse, concebir, morir. Luego, las experiencias vitales son asociadas a cada espacio geográfico. Y nuevamente, Santiago es el lugar de estudio y de trabajo, esto es, lugar de los comportamientos públicos; y por su parte, los espacios provinciales son mayoritariamente de afecto (“por amor me fui a Valparaíso”), proyección familiar (“concebidas en Valparaíso”) y descanso eterno (“al morir, mis cenizas serán arrojadas al canal de Chacao”), espacios propios de comportamientos privados.. 35.

(36) Asimismo, la referencia a la “crisis del ‘82”, que desencadena el regreso a Santiago, enfatiza la idea de trabajo y oportunidades económicas asociadas a la capital. La imagen “pública” reforzada por la idea de oportunidad. A estas imágenes, aunque contrapuestas, no les subyace una valoración positiva o negativa, como en el caso de los relatos anteriores. Santiago y provincia constituyen espacios significados diferenciadamente, pero valorados sin jerarquización: en provincia, la protagonista se vuelca al espacio privado; en Santiago, se proyecta hacia lo público. No obstante, el cierre del relato incluye una valoración positiva de Santiago como un “todo” (“me gusta Santiago”), a pesar de “sus partes” (“no me gusta la contaminación, la congestión, el ruido”). De esta manera, la imagen de Santiago público cobra una valoración paradójica, pero finalmente positiva. A continuación se presenta un cuadro síntesis de las percepciones y estructuraciones que sirven de base a la conformación de la imagen del Santiago público y de las oportunidades.. Santiago. Provincia. “…levantarse temprano y poca seguridad” “oportunidades, movida, plata”. …más cerca y tranquilo “…pensé en mi familia (…) ayudar en la casa, a mi mamá y mi hermano” “…además, ahorraría dinero”. Ella se irá a Santiago para estudiar Medicina. Oposición. Nací en Santiago…crecí, estudié, trabajé y me titulé de profesora …volví a casarme y estudié otra carrera. “…yo tiraré con Juan, Diego o Carlitos, sólo para tener una hija que lleve su nombre” Por amor me fui a Valparaíso Tengo dos hijas concebidas en Valparaíso…. Oposición. …pero nacidas en Santiago. Por amor me fui a Chiloé …en Castro ejercí como profesora. La crisis del ’82 me trajo de vuelta a Santiago. Figura 1. Santiago público. Las definiciones de la imagen por oposición al espacio provincia. 36.

Referencias

Documento similar

El principio general mencionado antes implica, evidentemente, que si la competencia autonómica es exclusiva y plena, las Comunidades Autónomas adoptarán las medidas de

Por PEDRO A. EUROPEIZACIÓN DEL DERECHO PRIVADO. Re- laciones entre el Derecho privado y el ordenamiento comunitario. Ca- racterización del Derecho privado comunitario. A) Mecanismos

En cuarto lugar, se establecen unos medios para la actuación de re- fuerzo de la Cohesión (conducción y coordinación de las políticas eco- nómicas nacionales, políticas y acciones

En el capítulo de desventajas o posibles inconvenientes que ofrece la forma del Organismo autónomo figura la rigidez de su régimen jurídico, absorbentemente de Derecho público por

D) El equipamiento constitucional para la recepción de las Comisiones Reguladoras: a) La estructura de la administración nacional, b) La su- prema autoridad administrativa

"No porque las dos, que vinieron de Valencia, no merecieran ese favor, pues eran entrambas de tan grande espíritu […] La razón porque no vió Coronas para ellas, sería

Cedulario se inicia a mediados del siglo XVIL, por sus propias cédulas puede advertirse que no estaba totalmente conquistada la Nueva Gali- cia, ya que a fines del siglo xvn y en

El nuevo Decreto reforzaba el poder militar al asumir el Comandante General del Reino Tserclaes de Tilly todos los poderes –militar, político, económico y gubernativo–; ampliaba