TRABAJO DE INVESTIGACIÓN DE
BACHILLERATO
IES Escola Municipal del Treball
Cuatro especies de
Boletus
Bernat Lloret i Villas 2º de bachillerato Curs 20062007
Índice
Índice...2
Agradecimientos...4
1. Preámbulo...5
2. Generalidades...6
2.1. Introducción: El reino de los hongos ...6
2.2. Ecología...7
2.3. La nutrición...9
2.4. La reproducción...13
2.5. Clasificación...16
2.6. Morfología de los hongos...20
3. Género Boletus...24
3.1. Historia del género...24
3.2. Características de los Boletus...28
3.3. Elección de especies para estudiar...29
4. Material y metodología...29
4.1. Material...30
4.1.1. Material de la recolección...30
4.1.2. Muestras estudiadas...31
4.1.3. Material para la identificación y la deshidratación...32
4.1.4. Material de la comprobación...33
4.2. Metodología...33
4.2.1. Metodología de la recolección...33
4.2.2. Metodología de la identificación y deshidratación...38
4.2.3. Metodología de la comprobación...40
5. Resultados...42
5.1. Climatología de las localidades estudiadas...43
5.2. Ecología y hábitats...46
5.2.1. Comunidades vegetales...46
5.3 Macroscopía...48
5.3.1. Boletus aereus...48
5.3.3. Boletus queletii...52 5.3.4. Boletus rhodoxanthus...53 5.3.5. Comparativa...56 5.4. Microscópica...57 5.4.1. Boletus aereus...57 5.4.2. Boletus aestivalis...61 5.4.3. Boletus queletii...65 5.4.4. Boletus rhodoxanthus...72 5.4.5. Comparativa...77
6. Conclusiones...82
7. Bibliografía...83
8. Anexos...83
9. Glosario...88
Agradecimientos
Quiero agradecer la ayuda, los consejos y la colaboración que, las personas que seguidamente nombro, me han ofrecido.
En primer lugar, a Inmaculada Pesquera, tutora del trabajo, que me ha ayudado siempre que lo he necesitado.
También quiero agradecer a Fernando Palazón la amable cesión de las fotografías representadas en las figuras 46, 47, 53, 55 y 65; así como de los datos microscópicos, que me han permitido aumentar el número de muestras, llegando así a una aproximación más precisa de la realidad. Agradezco a Ferran J. Lloret la cesión de gran parte de las fotografías ajenas al género estudiado.
Por último, y de manera muy especial, agradezco a Mar I. Lloret, a Ferran J. Lloret, a Dolors Villas y a Audald Lloret su ayuda en todo aquello que he ido necesitando.
1. Preámbulo
La micología es un tema del que, según me parece, se habla poco. Un tema que particularmente me gusta, pero que nunca he tenido la ocasión de estudiar a fondo. Ahora, gracias a la realización de este trabajo de investigación de bachillerato, he podido hacer observaciones macro y microscópicas que me han servido para entender mejor el mundo de los hongos, en general, y su parte más compleja, la reproducción, en particular. De un tiempo a esta parte, cada vez que iba al campo o a la montaña y podía observar setas, me preguntaba cuál era su lugar en el mundo de los seres vivos: ¿qué eran las setas?, ¿cómo salían?, ¿cuál era su función en el ecosistema?; o, ya que en un principio las veía muy parecidas, ¿cómo las podía diferenciar entre ellas? Para contestar a todas estas preguntas, y fruto de mis primeras observaciones, me decidí por estudiar diferentes especies de un mismo género como ejemplo general de este complejo y aún poco estudiado reino, y, al mismo tiempo, ver las características que diferencian las diversas categorías jerárquicas, como son la familia, el género, la especie, etc.
Ya tomada la decisión de hacer el trabajo de investigación sobre micología e intentar responder las cuestiones a las que me he referido, se me planteaba otro dilema: ¿qué familia, género, especies debía escoger como ejemplo? Después de unas primeras lecturas de introducción a la micología y darme cuenta de su complejidad y de que ningún grupo en particular podía ser ejemplo de todo el reino, pensé en un género que me llamaba, y aún me llama, mucho la atención, el género Boletus. Todos hemos comido o hemos oído hablar del boleto reticulado de verano, del boleto negro o del boleto real, alguno de los nombres comunes y populares de algunas de las especies más conocidas del género Boletus. Ya escogido un género, tuve que buscar las especies más adecuadas para poder hacer el estudio y, al mismo tiempo, buscar aquellas especies que fueran relativamente comunes
y de fácil recolección durante el tiempo de realización de este trabajo. Esta última condición depende directamente de la climatología particular de un periodo concreto y ha sido uno de los aspectos que más ha condicionado mi elección. Después de muchas salidas al campo, sobre todo en las áreas geográficas del Montseny y del Montnegre, y basándome en la calidad y en la cantidad de ejemplares encontrados, en las esporadas conseguidas y en las características macroscópicas, escogí las especies B. aereus, B.
aestivalis, B. rhodoxanthus y B. queletii puesto que fueron las que encontré en más
localidades y las que me parecieron representativas de algunos de los subgrupos que forman el género Boletus.
2. Generalidades
2.1. Introducción: El reino de los hongos
Carl von Liné (1753) propuso un modelo de organización jerárquico de los seres vivos. Dependiendo de las similitudes de los organismos iban siendo colocados primero en una especie, después en un género; después, este género entraba a formar parte de una familia; más adelante, ésta, de una clase para llegar definitivamente a pertenecer a un reino. Este modelo ha sido modificado con el paso del tiempo (Izco & al, 2004) por autores como Adanson (1763), Jussieu (1789), Lamarck y de Candolle (1805), Endlicher (1836), Willkomm (1854). Actualmente se sigue el modelo propuesto por las leyes de nomenclatura de 1910.
Hasta el siglo XIX todos los seres vivos se incluían en uno de los dos grupos existentes en aquel momento, animales o plantas. Una división que se vio afectada por la nueva propuesta de Ernst Haeckel en 1866 que consistía en la existencia de una tercera división que él denominó protistos, considerados los antecesores de los otros dos reinos. Pero, hoy en día, los seres vivos están divididos en cinco reinos según Whittaker y Margulis (Izco & al., 2004) (figura 1), aunque actualmente existe una tendencia a aumentar este número. Uno de estos 5 reinos es el reino fungi, el de los hongos, algunos, pocos, representantes del cual serán estudiados en este trabajo de investigación.
Reino
Protista Monera Fungi Animalia Plantae
Organización celular Eucariota unicelulares Procariota unicelulares Eucariota falsos tejidos Eucariota con tejidos Eucariota con tejidos Nutrición Autótrofos o heterótrofos Autótrofos o heterótrofos Heterótrofos (osmótrofos) Heterótrofos Autótrofos Respiración Aeróbicos o anaeróbicos facultativos Aeróbicos o anaeróbicos facultativos Aeróbicos o anaeróbicos facultativos Aeróbicos Aeróbicos Reproducción Asexual o sexual Asexual o sexual Asexual o sexual Sexual (gametos y zigotos) Asexual o sexual Biología Parásitos, mutualistas simbiontes Parásitos, libres, simbiontes Saprofitos, parásitos y simbiontes Diversa Diversa Locomoción Reptación, cilios y flagelos Flagelos, cilios y pseudo podios Inmóviles Normalmente móviles Inmóviles Figura 1: Tabla esquemática con las principales características de los 5 reinos, en rojo las características diferenciales respecto al reino Fungi. El reino fungi es un reino que se ha adaptado de manera muy variada a las condiciones de cada lugar y esto hace que pueda ocupar sitios con características muy diferentes. Los hongos son omnipresentes en la biosfera, aunque sólo los podamos observar cuando forman los carpóforos.
2.2. Ecología
Hay diversos factores importantes que son limitantes o que influyen directamente en el crecimiento de los hongos, como son la disponibilidad de la materia orgánica y la suficiencia de agua; pero, también, encontramos otros factores no menos importantes como la temperatura y el pH.Del factor de disponibilidad de materia orgánica hablaré ampliamente en el apartado de nutrición. El agua es un factor indispensable para el crecimiento y la reproducción de los hongos. Así lo he podido constatar ya que las muestras de hongos obtenidas en las excursiones de antes de las lluvias, representadas en la figura 2, eran casi nulas; en cambio, aumentó la abundancia de estas muestras pasadas las fechas de lluvia. Figura 2: Mapa de precipitaciones del mes de septiembre. Los hongos, si bien tienen una temperatura óptima de crecimiento que oscila entre los 25ºC y los 30ºC, pueden sobrevivir y crecer en temperaturas más extremas, desde próximas a la congelación, por debajo de 0ºC, y hasta temperaturas superiores a 50ºC según la especie de hongo de la que hablemos.
El pH del sustrato es una variable bastante importante, ya que hay especies de tendencia acidófila, que prefieren vivir en sustratos ácidos, entre las que encontramos Boletus
edulis, Boletus pinophilus o Boletus aereus y las hay de basófilas, que prefieren terrenos
básicos, como Boletus luridus, Boletus satanas o Boletus radicans (Muñoz, 2005). Salvo en las posibles excepciones, los valores óptimos del pH oscilan entre 5, 6 y 5,7.
Algunos hongos, los xerófilos, pueden vivir en zonas secas, si bien necesitan una aportación de agua en el momento de fructificar; esto hace que un hongo pueda estar sin fructificar más de 8 años y que, cuando hay un suministro de agua importante, se produzca una fructificación masiva.
La época en la cual las condiciones óptimas mencionadas anteriormente son más adecuadas va desde el inicio de la primavera hasta principios de invierno en zonas meridionales. En zonas más boreales o montanas la temperatura se reduce y hace que se reduzca mucho el periodo de fructificación. No obstante, algunas especies pueden fructificar durante todo el año.
2.3. La nutrición
Los hongos son organismos heterótrofos; es decir, incapaces de realizar la fotosíntesis y, por lo tanto, la fuente de carbono necesaria para su supervivencia no puede provenir del CO2 ambiental sino que proviene de la materia orgánica de la cual se nutren y de donde, al mismo tiempo, obtienen la energía para su metabolismo. Se diferencian así de las plantas, que obtienen la energía del Sol mediante el proceso de la fotosíntesis y el carbono del CO2 ambiental y no de la materia orgánica. Los hongos se nutren de manera similar a las bacterias heterótrofas, que forman parte del reino de las Moneras, mediante un método denominado digestión externa, que consta de dos fases. La primera fase es la exocitosis de enzimas digestivos al exterior, sobre la materia orgánica, para digerirla hidrolizando las grandes moléculas, y así, en la segunda fase del proceso, las hifas puedan absorber la materia orgánica ya digerida. Éste es un proceso que diferencia el reino de los hongos del reino animal, ya que estos últimos, en general, siempre realizan la digestión interna de los alimentos, con alguna excepción. Aparte de los hongos en sentido amplio, tenemos el grupo de los mixomicetos, que algunos autores actuales consideran en reino diferente, que no tienen pared celular y aprovechan esta característica para captar el alimento por fagocitosis; es decir, incluyendo partículas enteras en el interior de los vacuolos donde serán digeridas.Dentro de los grupos que forman el reino de los hongos existen diversos tipos biológicos de obtención de la materia orgánica, saprofitismo, parasitismo y simbiosis.
Los hongos saprofitos son aquellos que se alimentan a partir de restos orgánicos vegetales y animales muertos que actúan como descomponedores. Es seguramente la función principal de los hongos en el ecosistema (figuras 3 y 4). Entre los representantes de este tipo biológico de saprofitos encontramos a los causantes de la fermentación del pan (Saccharomyces cereviseae) o del vino (Sacharomyces ellipsoideus), o los productores de antibióticos (Penicillium notatum). Algunas de las especies más conocidas de hongos saprofitos son por ejemplo el champiñón silvestre (Agaricus
campestris) o la Pampa gris (Clitocybe nebularis).
Figura 3: Fotografía de un hongo saprofito (Mucor sp.) que crece sobre el tomate.
Figura 4: A) fotografía de un hongo saprofito (Mucor sp.) que crece sobre el pan. B) Detalle del micelio.
El segundo tipo biológico, el de hongos parásitos, está formado por aquellos que obtienen el alimento de los organismos vivos, provocando, normalmente, al mismo tiempo, una patología (figura 5). Estos hongos tanto pueden parasitar animales como vegetales u otros hongos. Dentro de este grupo encontramos por ejemplo las tiñas (Trichophyton verrucosum), sobre animales, parásitos de algunas setas (figura 6) o la armillaria color miel (Armillaria mellea). Figura 5: Fotografía de hongo parasitando una uña humana. Figura 6: Fotografía de una seta parásita sobre una Russula. (Foto: F.J. Lloret) Finalmente, el tercer tipo biológico es el de los hongos simbiontes. La simbiosis es un tipo de relación que consiste en que el hongo se nutre gracias a la asociación con otro
ser vivo produciéndose, generalmente, beneficio mutuo. En este tercer tipo de obtención del alimento podemos distinguir dos grupos. El grupo de hongos llamados micorrízicos, que son aquellos que tienen una relación simbiótica con un vegetal. Normalmente la relación se da entre las hifas de un hongo y las raíces de un árbol, como en el caso de algunos pinos (Pinus sylvestris, P. halepensis y otros) que viven en simbiosis con los níscalos de sangre vinosa o los níscalos (Lactarius sanguifluus, L. Deliciousus y otros) (figura 7). Y el segundo grupo que es el de los líquenes, organismos que son en realidad asociaciones simbióticas entre hongos (generalmente ascomicetos) y algas cianofíceas que pertenecen al reino de las moneras (figura 8). Figura 7: Fotografía de níscalos de sangre vinosa (Lactarius sanguifluus), especie micorrízica de algunos pinos. (Foto: F.J. Lloret) Figura 8: Fotografía de un liquen crustáceo. Ejemplo de organismo simbionte. (Foto: F.J. Lloret)
En la siguiente tabla (figura 9) podemos observar un resumen esquemático de las diferentes nutriciones que pueden tener los hongos.
Nutrición
saprofito Parásito Simbionte
Se nutren a partir de la materia orgánica muerta.
Se nutren de organismos vivos.
Se nutren gracias a la asociación con otro ser vivo.
Consiguen la materia orgánica tanto de vegetales como de animales.
Suelen provocar alguna patología y pueden parasitar animales, plantas y otros hongos.
Los constituyentes de la simbiosis se benefician mutuamente.
Figura 9: Tabla resumen de los tipos biológicos con algunas características.
2.4. La reproducción
La reproducción de los hongos se realiza mediante esporas, partículas diminutas, formadas por un protoplasma (célula) y pared celular. Los hongos son organismos que generalmente tanto se pueden reproducir sexualmente como asexualmente.
En la figura 10 podemos observar el ciclo reproductor típico de un basidiomiceto. Podemos observar como el basidio se desprende de las esporas dejándolas caer al suelo (1). Más tarde, germinan y se forma el micelio primario (2). Éste se encontrará con otro micelio y se unirá a otro micelio primario compatible para formar un micelio secundario (3). El micelio secundario (dicariótico) crece (5) y produce un carpóforo joven (6). Cuando el carpóforo está maduro (6 y 7), sobre todo en el himenio, encontramos células dicarióticas terminales (8), que sufrirán dos divisiones meióticas (9 y 10) que producirán cuatro esporas (11 y 1).
La producción sexual de esporas se origina después de la unión de dos o más núcleos celulares, hecho que tiene lugar dentro de células especializadas. Las esporas resultantes contienen características heredadas de las diferentes combinaciones de genes de sus progenitores. Esto no sucede en el caso de la reproducción asexual. Por lo tanto, podemos considerar que la descendencia provinente de una reproducción sexual es más heterogénea. Estas esporas de producción sexual se suelen empezar a desarrollar en el interior de las hifas. Hay cuatro tipos de esporas que se producen de manera sexual: las oosporas, que se forman por la unión de una célula “masculina” y una de “femenina” morfológicamente diferentes; las zigosporas, que se forman con la unión de dos células sexuales similares entre si; las ascosporas que suelen disponerse en grupos de ocho unidades y que están contenidas en ascas y las basidiosporas que se reúnen en conjuntos de cuatro unidades dentro de estructuras llamadas basidios. Cada tipo corresponde a un grupo taxonómico determinado. El segundo proceso de producción de esporas, el asexual, implica la fragmentación de las hifas en sus células constituyentes las cuales pueden funcionar directamente como esporas y entonces se denominan artrosporas o bien pueden recubrirse de una pared y entonces denominarse clamidosporas. La esporada, es decir, la precipitación de las esporas en el ambiente, tiene lugar en el carpóforo de los hongos. Hay muchos tipos de aparatos esporíferos según el tipo de hongos de los que hablemos, pero el más conocido por todos es el que denominamos seta que es el carpóforo de los diversos hongos superiores o macromicetos.
2.5. Clasificación
Los hongos son los organismos constituyentes del reino fungi o reino de los hongos y, según sus características, se han agrupado en diversas categorías según los diferentes autores (IZCO, 2005). Dentro del reino, los organismos se agrupan en divisiones con la terminación o sufijo mycota, y éstas pueden tener o no subdivisiones con la terminación mycotina. Por debajo, tenemos la clase con la terminación mycetes, que puede dividirse o no en subclase con la terminación mycetideae. A continuación, viene el orden con la terminación ales, que puede tener o no subórdenes con la terminación ineae. Después viene la familia con la terminación aceae que puede tener o no tener subfamilias con la terminación oideae. Ya por último viene el género que, a veces, se puede dividir en subgénero y secciones dentro de las cuales encontramos la especie, que es la categoría taxonómica más utilizada. La especie agrupa categorías inferiores como las subespecies, las variedades y las formas. Como ya hemos comentado, la clasificación de un organismo en un determinado grupo depende de los criterios de los diferentes autores siguiendo los criterios de clasificación taxonómica y de nomenclatura de acuerdo con las últimas decisiones tomadas en el Congreso de Viena (2005) del Código Internacional de Nomenclatura Botánica (ICBN) en el cual se basa el reino Fungi. En las figuras 11, 12 y 13 situamos jerárquicamente las 4 especies estudiadas dentro de los grupos especificados anteriormente. Estos esquemas están elaborados con datos extraídos de Izco (2004), Courtecuisse (2005) y Muñoz (2005).Figura 11: Organigrama de posición del orden boletales. Niveles jerárquicos según los colores: Reino ■, División ■, Clase ■, Orden ■.
Seres vivos
Fungi
Protista
Monera
Basidiomycota
Ascomycota
Uredinimycotina Ustilaginomycotina Himenomycotina Thelephorales RussulalesAnimalia
Plantae
Zygomycota
Chytridiomycota
Polyporales Poriales Hymenochateales Gomphales Dacrymycetale CantharellalesBoletales
Agaricales Lycoperdales Auriculariales TremellaslesFigura 12: Organigrama de posición del género Boletus. Niveles jerárquicos según los colores: familia ■, género ■.
Boletales
Boletaceae
Higroforopsidaceae
Paxilaceae
Boletus
Aureoboletus
Chalciporus
Suilaceae
Gonfidiaceae
Buchwaldoboletus
Leccinum
Rizopogonaceae
Melanogastraceae
Leucogastraceae
Himenogastraceae
Conioforaceae
Porphyrellus
Tylopilus
Xerocomus
Esclerodermatácea
Figura 13: Organigrama de posición de las especies estudiadas. Niveles jerárquicos según los colores: sección ■, especie ■.
Boletus
Subpruinosi
Edules
Luridi
Appendiculati
Fragrantes
Calopodes
edulis pinophilus aereus aestivalis lupinus satanas pulchrotinctus luridus poikilochromus rhodopurpureus dupainii erythropus comptus queletii rhodoxanthus rubrosanguineus legalie permagnificus luteocupreus2.6. Morfología de los hongos
Según COURTECUISSE & DUHEM (1994) todo y la heterogeneidad del reino fungi encontramos características compartidas por todas las especies. Estas características forman parte del aparato vegetativo del hongo, denominado micelio. Solo en algunos casos, el aparato vegetativo es unicelular y por lo tanto no comparte esta característica.
El micelio se desarrolla en medio de la materia orgánica, generalmente en descomposición, y es una red de filamentos cilíndricos formados por células alargadas, envueltas por una pared celular de quitina, llamadas hifas. Hifas septadas si presentan septos y están articuladas de un extremo a otro e hifas sifonadas si no tienen septos que las separen entre si. Las hifas aprovechan su forma para introducirse en el sustrato y encontrar y absorber el alimento. Al ser una característica común y muy parecida en todas las especies de hongo, el micelio no nos sirve a la hora de determinar e identificar la especie; así pues, debemos fijarnos en las características y en la disposición de las hifas y en las otras partes del hongo para poder determinar la especie. Una parte muy útil es el cuerpo fructífero del hongo, también denominado seta, que aparece cuando las condiciones de temperatura y humedad son idóneas y que sirve para liberar las esporas de la seta en el ambiente. Para poder estudiar y diferenciar las setas, primeramente debemos conocer exactamente las partes que tiene y en qué debemos de centrarnos a la hora de observar cada parte. Así distinguiremos dos tipos de observación de setas, la macroscópica y la microscópica. En la observación macroscópica nos fijaremos en las diferentes partes que podemos diferenciar de una seta a simple vista. En cambio, en la observación microscópica nos ayudaremos de los aumentos que nos proporciona una lupa o microscopio para observar todas las partes o características que serían imposibles de observar a simple vista.
Macroscopia: Las setas tradicionalmente han sido divididas siempre en pie y sombrero, pero ésta es una división poco concreta a la hora de estudiar y diferenciar las especies. Es así que necesitamos hacer divisiones más pequeñas dentro de las ya mencionadas (figura 14). En la “zona” del sombrero, también denominado píleo, podemos diferenciar diferentes partes de mucho valor de carácter taxonómico, como la cutícula y el himenio. La cutícula es una película, que recubre el píleo, en la cual debemos fijarnos porque puede proporcionarnos información muy importante para diferenciar especies. Por ejemplo, podemos encontrar cutículas lisas, rugosas, aterciopeladas, escamosas, agrietadas, etc.
Recubierto y protegido por el píleo, encontramos el himenio, una capa de células esporógenas y células o hifas estériles. Esta es una parte de la que podremos extraer mucha información; por ejemplo, podremos ver si el himenio está formado por láminas, tubos, pliegues, agujas, y esto nos ayudará mucho en la diferenciación de especies ya que son caracteres muy característicos de determinados grupos taxonómicos como familias, géneros, etc. También es importante que, cuando queremos diferenciar setas, nos fijemos en el pie. Si bien es una característica bastante variable, debemos fijarnos en su forma, si es obeso, si es cilíndrico, si es largo, corto o si es inexistente. También debemos observar si en la zona del pie encontramos restos de algún tipo de velo, ya sea el velo universal en forma de volva o de escamas sobre la cutícula, o el velo secundario en forma de anillo, etc.
Microscopia: En el estudio de los hongos, la microscopia es la última fase en la confirmación de la correcta clasificación de una especie determinada y necesaria en la identificación de algunos géneros y especies. Las partes que nos pueden dar más información y que debemos observar al microscopio son las esporas, las hifas, la cutícula, los cistidios, los basidios o ascas, las paráfisis, etc. Las esporas, como ya hemos comentado, son el mecanismo de reproducción de los hongos, normalmente unicelulares y, por lo tanto, únicamente observables al microscopio. La información que nos proporciona nos puede ayudar mucho en la identificación de las especies. La forma, la medida, el color y el contenido son caracteres taxonómicos muy importantes.
Las hifas son los filamentos que forman todo el hongo, tanto el micelio como el carpóforo. Las hay de tres tipos: las generativas que son ramificadas, con paredes delgadas y septadas; las esqueléticas con partes gruesas, no ramificadas y sin septos y las envolventes que son ramificadas y no tienen septos, tienen las paredes gruesas y sí que tienen terminaciones agudas. Según los diferentes tipos de hifas que hay en la muestra que observamos, junto con la presencia de pigmento interno o externo, podemos saber de qué especie se trata. De la observación microscópica de las hifas podemos saber con cual de los tres tipos de hifa más habituales nos encontramos. De la cutícula, después de haber extraído información macroscópica, podemos extraer información microscópica importante para saber de qué especie se trata. La estructura y la disposición de sus capas, la disposición, el calibre y la punta de sus hifas y si están o no gelificadas son características que nos servirán. Los cistidios son células terminales estériles de morfología variada que se encuentran en el himenio y en la superficie del sombrero y del pie. Los cistidios de la cara de las láminas se denominan pleurocistidios; los de la arista se denominan quelicistidios; los
de la cutícula, dermocistidios y los del pie, caulocistidios. En ocasiones, podemos encontrar también en la trama y entonces se denominan endocistidios.
Los basidios son las estructuras productoras de esporas de los basidiomicetes y producen 4 esporas cada uno. Dimensiones y forma son las características más significativas que podemos extraer de los basidios. Las ascas también son productores de esporas, pero en este caso no de basidiomicetos sino de ascomicetos y son unas bolsas alargadas que contienen 8 esporas cada una. Igual que los basidios, las dimensiones y la forma son las características más significativas.
Por último, y sólo en los ascomicetos, podemos observar microscópicamente las paráfisis que son elementos de separación entre ascas. De ellas observaremos las dimensiones, la forma de la punta y si son septadas o ramificadas.
3. Género Boletus
En este apartado profundizaremos en el género que he escogido para el estudio. En primer lugar, explicaré los cambios que ha sufrido el género con el paso del tiempo; en segundo lugar, citaré las características generales del género estudiado y, en el último apartado, daré unos apuntes de las especies que he escogido de este género.3.1. Historia del género
MUÑOZ (2005) distingue cinco etapas en la historia de los Boletus que marcan los cambios que históricamente ha sufrido esta clasificación. La primera etapa es anterior a Linné y es una etapa en la que todos los Basidiomicetes con poros fueron denominados con el nombre de Boletus. En la segunda etapa se distinguieron dos escuelas. La primera fue la de S. F. Gray, que reservó el nombre de Boletus para los poliporacios, mientras que utilizó nombres como Suillus, Pinuzzua y Leccinum para designar el resto de especies contenidas en el antiguo
género Boletus. La segunda escuela designa como Polyborus sólo a los Poliporales y reserva el epíteto Boletus para el resto de especies que formaban parte del género en la clasificación anterior. Esta última, después de ser adoptada por FRIES (1820), fue el punto de partida de las normas del Código Internacional de Nomenclatura Botánica. Incluso así, la sistemática moderna utiliza los nombres de los antiguos géneros propuestos por S.F.GRAY en la recombinación de nuevos taxones. En las figuras 15, 16, 17, 18, 19 y 20 se pueden ver ejemplos de otros géneros de la familia Boletaceae que, en un lugar u otro, han estado incluidos en el género Boletus. Las figuras indicadas muestran ejemplos de Xerocomus, Suillus, Leccinum, Gyroporus y Strabilomyces. Figura 15: Xerocomus subtomentosus, representante de la familia Boletaceae. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret) Figura 16: Xerocomus impolitus, representante de la familia Boletaceae. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret)
Figura 17: Leccinum aurantiacum, representante de la familia Boletaceae. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret)
Figura 18: Strobilomyces strobilaceus, representante de la familia Boletaceae. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret)
Figura 19: Porphyrellus porphyrosporus, representante de la familia Boletaceae. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret)
Figura 20: Suillus granulatus, representante de la familia Boletaceae. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret)
La tercera etapa se sitúa en la segunda mitad del siglo XIX. Durante esta etapa se intentará hacer una división racional del amplio género Boletus. OPATOWSKI (1836) separó el género Gyrodon, BERKELEY (1851) el género Strobilomyces,
KALCHBRENNER (1867) el género Boletinus, KARSTEN (1881) separó el género
Tylopilus y QUÉLET (1886) los géneros Gyroporus y Xerocomus. Los dos últimos
hicieron una división de los restos del antiguo reino Boletus en muchos microgéneros. Pero la existencia de estos microgéneros fue muy cuestionada y BATAILLE (1908) fue el último en mantener el pensamiento de KARSTEN y QUÉLET.
En la cuarta etapa GILBERT (1931) es el primero en dirigir su trabajo de manera extraeuropea, pero no va a conseguirlo del todo ya que no disponía de suficiente material para estudiar y el que tenía estaba seco. Incluso así la obra fue aceptada por la mayoría de micólogos entre 1930 y 1950.
En la quinta etapa fueron revisados los géneros de los Boletaceae y Strobilomycetaceae por LOHWAG Y PERINGER (1937), SNELL et al. (1941 a 1970) y por SINGER, éste último desde 1938. Fue entonces que se empezaron a utilizar las características anatómicas y químicas además de las morfológicas.
Los trabajos actuales de Biología molecular están provocando importantes cambios en la clasificación del orden boletales.
3.2. Características de los Boletus
Todos los carpóforos del género Boletus están formados por píleo, himenio y pie. El píleo está recubierto por una cutícula de diferente consistencia que la carne del sombrero. La superficie fértil, himenio, está ubicada en la parte inferior del píleo y es tubulosa. Los tubos tanto pueden ser cortos de pocos milímetros o largos de casi 2 cm.; pero, normalmente, en cualquiera de los dos casos, los tubos se pueden separar de la carne del píleo. El pie está dispuesto, generalmente, en la parte central del píleo y es muy variable en la ornamentación, ya que encontramos especies con superficie lisa y especies con retículo o punteado. La carne acostumbra a ser dura y firme pero se pudre con facilidad y, en muchos casos, azulea en contacto con el aire.
3.3. Elección de especies para estudiar
Para realizar este trabajo he escogido 4 especies del género Boletus, pertenecientes a dos secciones, que son: De la sección Edules Fr. Boletus aereus Bull. Fr Boletus aestivalis (Paulet) Fr. De la sección Luridi Fr. Boletus queletii Schulz. var.queletii Boletus rhodoxanthus (Krombh.) Kallenb Si bien he escogido estas especies, he tenido la oportunidad de realizar observaciones con otras especies como Boletus edulis, Boletus luridus, Boletus erythropus y Boletus regius, entre otros. Estas últimas las tuve que descartar del trabajo por falta de muestras suficientes, en algún caso, y para simplificación del estudio, en otros.4. Material y metodología
En este apartado, he incluido todo el proceso de recolección y preparación, los procedimientos utilizados en el campo, la manera de recoger las setas, los datos anotados, qué material he utilizado en el campo, y, posteriormente, el proceso de preparación y estudio en casa o en el laboratorio y la conservación de las muestras en un herbario. Cuando queremos hacer un estudio de setas, se necesita seguir un orden a la hora de hacer las cosas, desde el primer momento en que te preparas para ir a la montaña a buscar muestras y hasta el final cuando ya has estudiado las setas (figura 21) y las puedes secar para clasificarlas en un herbario.
Figura 21: Proceso de estudio macroscópico de las setas. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret)
Yo he dividido el proceso de estudio de las setas en tres partes: la primera, la denominaré recolecta, y englobará des de que salimos de casa dispuestos a recoger las setas que estudiaremos hasta que regresamos a casa con las muestras. La segunda parte la denominaremos identificación y deshidratación y contendrá todo aquello que hay que hacer des de que se llega con las muestras y hasta que las añadimos a nuestro herbario, pasando por la identificación de la especie y esporada, entre otros procesos. La tercera parte la denominaremos comprobación e incluirá todo el proceso que hay que seguir para poder afirmar con la máxima convicción que la especie que en la segunda parte del proceso habíamos identificado es correcta y, además, al final de esta parte, podremos hacer, con los datos recogidos durante las tres partes del proceso, una descripción muy precisa y personal que nos será muy útil en ocasiones futuras a la hora de identificar o desmentir una especie desconocida o mal citada.
4.1. Material
4.1.1. Material de la recolección Para hacer una buena recolecta es muy importante que utilicemos un material que sea adecuado, material que ha de ser especial para setas ya que tienen un trato a veces difícil. Es importante el respeto a la naturaleza e intentar no afectar el micelio ni el hábitat donde realizamos la recolecta.El material utilizado en la primera parte del proceso de estudio de las setas es: Libreta, bolígrafo y grabadora Navaja con pincel Cesto, papel de plata y bolsas de plástico Cámaras fotográficas, Canon Eos 30D i Canon PowerShot A95 Lupa de mano o cuentahílos Regla Guía básica de setas Muestras, B.aereus, B.aestivalis, B.queletii i B.rhodoxanthus, véase apartado 4.1.2. 4.1.2. Muestras estudiadas
En este apartado citaré todas las muestras que he usado para la descripción macroscópica. Asimismo, marcaré con una (x) las localidades de las que se ha extraído esporada para hacer el estudio estadístico de esporas. Boletus aereus Bull. 1789: Fr. Montnegre, Vallès Oriental/Maresme (Barcelona). Viburno tiniQuercetum ilicis subass. pistacietosum. 560 m.sm. UTM. 31T DG 6413 Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060926166
Montseny, Vallès Oriental (Barcelona). Asplenio onopteridisQuercetum ilicis. 880m.sm. UTM. 31T DG 5622 Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060817010 Corredor, Montseny, Vallès Oriental (Barcelona). Viburno tiniQuercetum ilicis subas. suberetosum. 520m.sm. UTM. 31T DG 5407. Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060930170 (x) Boletus aestivalis (Paulet 18081835) Fr. Montnegre, Vallès Oriental/Maresme (Barcelona). Viburno tiniQuercetum ilicis subas. suberetosum. 700m.sm. UTM. 31T DG 6412 Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060930157 (x) Santa Fe, Montseny, Vallès Oriental (Barcelona). HelleboroFagetum. 880m.sm. UTM. 31T DG 5622. Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060923109
Santa Fe, Montseny, Vallès Oriental (Barcelona). Hayedo con descampia. 1.050m.sm. UTM. 31T DG 5524 Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060916221
Montnegre, Vallès Oriental/Maresme (Barcelona). Bosques de Castanea sativa. 560m.sm. UTM. 31T DG 6413 Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20060926170
Boletus queletii Schulz.
Tremuito, Aragüés del Puerto (Huesca). Viburno tiniQuercetum ilicis subass.
cerrioidetosum. 1.100m.sm. UTM 31TX9335. Leg et det. Fernando Palazón. Núm.
Herbario FP19981023003 (x)
Corredor, Vallès Oriental/Maresme (Barcelona). Viburno tiniQuercetum ilicis subas.
suberetosum. 500–520m.sm. UTM. 31T DG 5407 Leg et det. Bernat Lloret. Núm.
Herbario FLS20060930181 (x)
Santa Fe, Montseny, Vallès Oriental (Barcelona). Asplenio onopteridisQuercetum
ilicis. 1.050m.sm. UTM. 31T DG 5524 Leg et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario
FLS20060923114 Boletus rhodoxanthus (Krombh. 1836) Kallenb. Carrascal de Igriés, Nisano (Huesca). Quercetum ilicis. 700m.sm. UTM. Leg et det. Fernando Palazón. Núm. Herbario FP20031001074 (x) Montnegre, Vallès Oriental/Maresme (Barcelona). Viburno tiniQuercetum ilicis subass. pistacietosum. 500–520m.sm. UTM. 31T DG 5407 Led et det. Bernat Lloret. Núm. Herbario FLS20061017038 (x)
4.1.3. Material para la identificación y la deshidratación
En la identificación y en la deshidratación utilizaremos material que en algunos casos es difícil de encontrar pero necesario para poder tener un buen herbario y para no equivocarnos en la identificación.
El material utilizado en la segunda parte del proceso de estudio de las setas es: Guías de setas y libros especializados (véase bibliografía)
Deshidratadora Plástico especial para hacer bolsas de muestras Sellador de bolsas de plástico Congelador Papel donde se depositará la esporada KOH al 10 o 30 % Reactivo de Melzer Cuentagotas 4.1.4. Material de la comprobación El material utilizado en la tercera parte del proceso del estudio de las setas es: Esporada Lupa binocular Microscopio óptico con objetivos de 4x, 10x, 40x, 100x (inmersión) Portaobjetos Cubreobjetos Espátula y otros utensilios Cuentagotas KOH al 3 % Rojo congo (Sustancia de tinción) Azul de metileno (Sustancia de tinción) Lactofenol (Sustancia de montaje de la preparación) Agua (Sustancia de montaje de la preparación) Aceite de inmersión Papel, lápiz y goma para dibujar Fotografías de diferentes partes y estructuras
4.2. Metodología
4.2.1. Metodología de la recolecciónEn primer lugar, y antes de salir de casa, debemos preparar el material que nos llevaremos. Yo recomiendo que, además de la indumentaria propia para ir a la montaña,
también llevemos con nosotros una armilla con muchos bolsillos en los que podremos poner todo el material, importantísimo a la hora de estudiar setas ya que, en el momento de recogerlas, tendremos que hacer una primera descripción. También necesitaremos una navaja robusta y afilada, que nos servirá para extraer las setas sin dañar el micelio o bien para cortarlo posteriormente. Es importante que, para ir a recoger las setas para estudiarlas, llevemos con nosotros un cesto y papel de plata, para poder envolver cada seta de manera aislada, así, no se mezclan esporas; o una caja de plástico con suficientes compartimentos para que no nos falten cuando recojamos muestras. La separación de todas las setas en papel de plata o compartimentos es exclusivo del estudio de setas, diferencia muy grande respecto a les veces que se va a buscar las setas para el consumo, ya que en este último caso sólo debemos llevar un cesto para que las esporas puedan caer en el bosque de nuevo. Tampoco podemos dejar de llevarnos una cámara fotográfica para hacer fotos de las setas en su hábitat natural y así, si es necesario, poder volver a mirar qué aspecto tenía justo antes de ser recogido. Además de la cámara debemos llevarnos también una lupa de mano y una regla para hacer observaciones detalladas de la seta, y una guía básica de setas para comprobar determinadas características, descartar géneros o familias, etc. Ya en el bosque, con todo el material preparado, podemos empezar a buscar setas, siempre respetando la naturaleza y nunca recogiendo, rompiendo o pisando setas que no utilizaremos. Tal como ya hemos dicho antes, es muy importante la primera descripción que se hace en el bosque, una descripción en la que ha de constar el máximo de caracteres macroscópicos que podemos observar. Para hacer una buena descripción debemos seguir un orden que puede ser, por ejemplo, empezar por el sombrero, descender hasta el pie describiendo caracteres visuales y después describir el olor de la seta y el gusto que tiene.
Cuando queremos empezar a hacer observaciones y descripciones, primeramente debemos saber qué características tenemos que mirar; unas características que varían según el género estudiado y que podemos encontrar en libros especializados en
micología o, más concretamente, en el género que estudiamos, en mi caso Boletus. Yo, a la hora de describir las setas que encontraba, me basé en las características descritas por MUÑOZ (2005) (figura 22). Figura 22: Proceso de estudio macroscópico de las setas. A la hora de empezar a describir, primero observé la forma, consistencia y dimensiones del sobrero. La forma está muy relacionada con los diferentes estadios de desarrollo del carpóforo. Si el píleo es hemisférico o globoso significa que es un ejemplar muy joven y que no nos servirá para hacer esporada o para realizar una buena descripción. El mejor estadio es cuando el sombrero tiene forma convexa o planoconvexa; es la época de la madurez de la seta y es cuando las esporas están a punto de caer, y los caracteres son más fiables. Cuando hemos escogido un ejemplar maduro, nos hemos fijado en su consistencia, y podemos desechar los ejemplares que no tienen una consistencia firme y compacta. Ejemplar maduro pero joven, porque si la consistencia es muy blanda o esponjosa significa que es un ejemplar muy maduro y que, seguramente, ya habrá hecho esporada. Sin embargo, también consideraremos todas las características de los especimenes poco maduros o demasiado maduros. Escogemos los ejemplares maduros pero jóvenes para guardarlos como muestra de laboratorio. Procederemos a medir el diámetro del sombrero, ya que hay especies que no acostumbran a sobrepasar de una
medida concreta y, por lo tanto, aquí empieza la exclusión de especies, siempre con mucha prudencia ya que puede ser que, en algún caso ocasional, las medidas sean aberrantes, igual que con el color, olor, gusto, etc.
Ya descrito el sombrero debemos observar la cutícula que, en condiciones de temperatura y humedad “normales”, puede, también, excluir muchas especies que no pueden tener una cutícula de semejantes características. Los caracteres de la cutícula en que debemos fijarnos y que pertenecen a especies concretas son si es rugosa como en
Boletus edulis, abultada como en Boletus depilatus, mate como en Boletus aestivalis y aereus, brillante como en el caso del género Aureoboletus, untosa como en Boletus edulis, resquebrajada como en Boletus aereus, u otros no mencionados que también
tendremos que apuntar. Además, tenemos que observar y anotar el color original de la cutícula porque con el paso del tiempo y el roce con hierbas o con otros objetos, o con el transporte podría quedar enmascarado. Esta última, es una característica a la que tampoco debemos prestar una gran atención, según el grupo, ya que puede ser que, dentro de un mismo taxón, los colores varíen notablemente. En tercer lugar, y siguiendo con la descripción de la seta al natural, tenemos que fijarnos en el himenio, un himenio que en el género Boletus siempre está formado por tubos acabados en unas oberturas denominadas poros. Estos tubos pueden ser desde estrechos, unos 5mm, hasta anchos, unos 20mm; pero, debemos tener en cuenta que el himenio crece hasta la madurez, y, por lo tanto, sólo son fiables los datos tomados de ejemplares suficientemente maduros. El color de los tubos sí que es una característica que nos ayudará mucho en la identificación de la sección a la que pertenece el Boletus, ya que si los tubos azulean al corte en contacto con el aire, significa que pertenecen a la sección luridi, por ejemplo; en cambio, si son blancos e inmutables pertenecen a la sección edules. Debemos pensar que el color de los poros varía a medida que la madurez de la seta avanza.
Para poder hacer una buena descripción del pie tenemos que tener en cuenta dos factores muy importantes, la coloración y la ornamentación. La coloración puede variar en una misma seta, en la que, por ejemplo, puede ser que la parte más próxima al píleo
tenga un color y según baya bajando éste cambie. Si se da este caso, debemos anotar todas las coloraciones y en qué parte del pie encontramos cada color. Por lo que se refiere a la ornamentación en el género Boletus podemos encontrar diferentes ornamentaciones: lisa, granulada o reticulada. Cuando hablamos de una ornamentación lisa estamos indicando que no hay ningún tipo de ornamentación. Granulada significa que la superficie del pie está recubierta de, incluso, puntos en relieve como en Boletus erythropus o Boletus dupainii. La tercera ornamentación que puede presentar el género Boletus es la superficie reticulada, que consiste en una fina malla que cubre total o parcialmente la superficie del pie, normalmente el tercio superior. Podemos encontrar esta malla de forma alargada por ejemplo en el Boletus luridus o Boletus permagnificus o más corta y redondeada como en el Boletus rhodoxanthus. Ya descrita la seta en su parte externa, tenemos que describir la carne, el olor y el gusto de la seta. Para este último carácter, debemos tener unos conocimientos previos y estar seguros de que no se trata de una especie tóxica. Para ello necesitaremos arrancarlo del suelo sin estropear el micelio; así que, con la ayuda de la navaja, que clavaremos al lado de la seta para poder hacer palanca y hacer que salga con el pie entero, sacaremos la seta y la limpiaremos un poco de la tierra que haya podido quedar. Una vez tenemos la seta en las manos debemos cortarla de manera longitudinal para observar la coloración de la carne de la seta y si ésta cambia al contacto con el aire (cosa común en el género Boletus) como en el caso de Boletus queletii que azulea en contacto con el aire o como Boletus edulis que deja entrever una franja vinosa debajo de la cutícula. Una vez
observada la coloración tenemos que oler la seta; si es necesario debemos romper un trocito y frotarlo entre los dedos y apuntar el olor. Éste no es muy característico en el género, pero hay algunas especies con olores concretos como por ejemplo el Boletus satanas adulto que produce un intenso olor desagradable, el Boletus poikilochromus que huele a orujo o a frutos fermentados o los Xerocomus impolitus (Boletus impulitus) y el B. depilatus que huelen a yodo o lejía en la base del pie. Por último, y aunque en el género Boletus no es destacable, tenemos que probar la seta para saber qué gusto tiene. Puede tener un gusto ácido como en la mayoría de Suillus, un poco picante como
Chalciporus piperatus, amargo como B. radicans y B. calopus o dulce y agradable
Una vez apuntados todos los caracteres macroscópicos de la seta y de haber hecho las fotos necesarias, incluyendo las del hábitat, por si después surgiera alguna duda, podemos coger la seta y envolverla en papel de plata o ponerla en su compartimiento en la caja. Con todas las muestras recogidas pasamos a la segunda fase que denominamos identificación y deshidratación. Además tomaremos nota de la comunidad vegetal en la cual hemos encontrado la seta, con especial atención a los árboles y arbustos a los cuales pueda estar asociada la seta mediante el micelio, a veces a varios metros de donde hemos recogido la seta.
4.2.2. Metodología de la identificación y deshidratación
Para poder realizar una buena fase de identificación y deshidratación nos serviremos de guías específicas del género que estemos estudiando, en mi caso Boletus. Además necesitaremos una máquina deshidratadora y una selladora de bolsas. Cuando tenemos las muestras en el estudio las iremos cogiendo una a una y, haciendo uso de las notas tomadas en el campo, seguiremos las claves de la guía hasta llegar a una especie, cuyo nombre haremos servir para denominar nuestra muestra, siempre pensando que puede ser erróneo y que más adelante tendremos que demostrarlo. A veces, para la identificación de la especie, podemos anudarnos de reactivos como el KOH al 10 % o al 30 % que reacciona en algunos Boletus como por ejemplo en el
Boletus subappendiculatus que se tiñe de rojo en contacto con el reactivo. Para usar este reactivo, simplemente debemos coger una gota con el cuentagotas y ponerla sobre el pie o la cutícula de la muestra y observar. También tenemos otro reactivo muy utilizado, es el reactivo de Melzer. Para prepararlo necesitamos 22g de agua, 20g de hidrato de cloral, 5g de cristales de yodo y 1,5g de yoduro de potasio. Éste último es un reactivo difícil de conseguir pero útil ya que tiene reacción amiloidea (color azul negruzco) con algunos Boletus como B. calopus, B.
luridus o B. queletii. Los pasos que debemos seguir para utilizar el reactivo de Melzer
son los siguientes MUÑOZ (2005): se deposita un fragmento de la carne de la base del pie de un ejemplar joven de la seta dentro del reactivo durante 3 minutos; se limpia la
muestra con hidrato de cloral en solución acuosa y ya se puede observar. Debemos tener presente que las reacciones amiloideas pueden desaparecer con la desecación. Ya identificadas las muestras escogeremos, de cada una, ejemplares maduros, pero no demasiado viejos para poder hacer la esporada que observaremos más adelante. Para hacer la esporada tomaremos los ejemplares escogidos y les cortaremos el pie dejando sólo el sombrero (figura 23). Cogeremos palillos partidos por la mitad y los utilizaremos de piernas para el sombrero, que lo pondremos encima de una hoja de papel durante unas 24 horas para que libere las esporas. Figura 23: Esporada de B. rhodoxanthus. Explicación en el texto. (Foto: B. Lloret) Mientras, habremos escogido un trozo de la muestra para secar. Debemos tener en cuenta que sería bueno secar un poco de cada parte de la seta, píleo, himenio, pie. Cortaremos la muestra en láminas y la pondremos en la máquina deshidratadora que, en aproximadamente unas 810 horas, nos habrá secado perfectamente las muestras. Entonces retiraremos las muestras y las colocaremos, antes de que absorban humedad, dentro de las bolsas especiales que sellaremos con la máquina selladora. Estas bolsas las colocaremos durante 24 horas en el congelador a –18ºC para eliminar cualquier
organismo que pudiera estropear las muestras y después las guardaremos etiquetadas y clasificadas en el herbario.
Ya archivadas las muestras secas, cogeremos el papel donde se han depositado las esporas y las guardaremos, también, dentro de una bolsa y la sellaremos hasta el momento de la utilización.
4.2.3. Metodología de la comprobación
En la tercera parte de la metodología he incluido todo el apartado de microscopía. La observación de las diferentes partes microscópicas de la seta nos puede ayudar a diferenciar las especies.
En este trabajo me he centrado, sobre todo, en la observación y el análisis de las esporas, ya que los basidios y los cistidios y la superficie del pie tienen muy poco valor taxonómico en los Boletus. El proceso de observación de las esporas empieza con la preparación de la muestra. Se cogen las esporas con la punta de la espátula y se ponen encima de un portaobjetos. Encima se le echa una gota de KOH preparado al 3 % y se mezclan las esporas con el líquido (debemos tener en cuenta que las esporas no pueden estar más de 5 minutos con el líquido, ya que, podrían hincharse y provocar la obtención de resultados erróneos). Se coloca el cubreobjetos y se pone la preparación en la platina del microscopio y se observa con el objetivo de menos aumentos haciendo girar el mecanismo de enfoque. Cuando ya está enfocado se gira el revólver de los objetivos hasta el siguiente objetivo y enfoques. Así hasta haber enfocado el objetivo de 40x. Para hacer la observación con el objetivo de 100x tenemos que poner aceite de inmersión sobre el cubreobjetos. Una vez enfocado este objetivo podemos empezar a dibujar las esporas que vemos y a hacer la descripción. Hacemos también fotografías de las observaciones.
De las esporas, debemos observar y dibujar la forma, si sus lados son simétricos (denominados equilaterales) o no (inequilaterales). Si se da el primer caso, podemos
encontrar formas elípticas, lenticulares, cilíndricas, fusiformes, citriformes, ovoides o de lágrima, entre otras. Si, en cambio, se da el segundo caso, la espora puede tener forma alantoide, reniforme, cordiforme, subfusiforme, poligonal, nodulosa, estrellada, etc. En el caso que, con en este trabajo, se observen esporas de Basidiomicetos tenemos que fijarnos en que en la mayoría de esporas encontramos un apéndice llamado apícula, fruto de la unión de la espora con el basidio. Además de fijarnos en la forma, también debemos observar el color que tienen, el contenido, la medida y la relación entre la longitud y la anchura. Yo me he centrado en un estudio estadístico de la medida de las esporas, he tomado medidas de la longitud y la anchura y he anotado sistemáticamente los datos en una hoja de cálculo de Excel, para encontrar, haciendo uso del programa, la media aritmética ( ) que es la suma de todos los datos obtenidos dividida por el número de datos, la
desviación estándar (SD) que representa la dispersión de los datos respecto a la media
aritmética, la (Q1) que es el cociente entre la longitud y la anchura y la (Q2) que es el
cociente entre la anchura y la longitud. La organización de la longitud y la anchura la he realizado por intervalos de 0,25 o 0,5μm según el caso; así, en la mayor parte de los gráficos, el número que corresponde a los μm es el extremo superior del intervalo.
Para medir las esporas he utilizado dos métodos; el primero, con una cámara de recuento, es muy poco preciso; y el segundo con el programa Motic images plus 2.0.
La cámara de recuento es, simplemente, un portaobjetos con una cuadrícula de 25 μm2.
Al hacer las observaciones encima de este portaobjetos, podemos hacer una aproximación de las medidas. El segundo método, mucho más preciso, es el que he utilizado para tomar las medidas que he utilizado en las estadísticas. Consiste en hacer fotografías de las observaciones con una cámara ya incorporada al microscopio para, posteriormente, abrirlas con el programa antes mencionado que, debidamente calibrado, nos da con gran rapidez y fiabilidad las medidas de las esporas.
Como he dicho antes, los basidios no son demasiado representativos taxonómicamente hablando, pero debemos saber que los basidios de los Boletus poseen cuatro esterigmas, si bien en algunos casos se observan basidios con uno o dos esterigmas, como sucede en el caso de Boletus edulis. Tampoco tienen demasiado valor taxonómico los cistidios, ya que en la mayoría de Boletus no aportan características diferenciales. Los cistidios de los Boletus comparten
similitudes de forma con los cistidios de los Leccinum ya que en los dos casos encontramos que los cistidios tienen una forma fusiforme, ventricosa, lageniforme y mucronada. Se pueden observar al microscopio con una gota de agua o KOH al 2% mezclado con rojo congo.
La superficie del pie, en el género Boletus es, en la mayoría de casos, fértil, es decir, es una prolongación del himenio donde podemos encontrar caulobasidios fértiles, caulobasídiolos y cistidios, muy similares a los que encontramos en el himenio.
5. Resultados
La exposición de los resultados realizada en este apartado la he dividido en tres grandes partes: la ecología, donde se describen los hábitats y se indican las comunidades vegetales donde se han recolectado las diferentes especies; la macroscopia, donde se explican todas las características que he podido observar de las diferentes especies; y la microscopia, donde he dado la máxima importancia al estudio estadístico de las esporas; pero, donde también apuntaré otros caracteres taxonómicos como los basidios o los cistidios. Además he añadido un apartado de introducción a la climatología de las poblaciones estudiadas que, en todos los casos, estaban situadas en el Montseny y en el Montnegre en los extremos de la comarca del Vallès Oriental, tocando a las comarcas de Osona y del Maresme, respectivamente.
5.1. Climatología de las localidades estudiadas
Este apartado me ha parecido interesante para tener una idea de la climatología de las localidades estudiadas. En la figura 24 podemos observar la situación de los dos puntos, Montseny y Montnegre, donde están situadas las poblaciones y donde se han recolectado las muestras para llevar a cabo el estudio. Como se puede observar por la coloración, la zona del Montseny tiene unas precipitaciones medias superiores a las de la zona del Montnegre y en los dos casos las precipitaciones son superiores a los 700mm anuales. La zona de Santa Fe tiene la precipitación más elevada, superando los 1.000mm anuales.
Figura 24: Mapa con las precipitaciones medias anuales en Catalunya. Véase explicación en el texto. (Fuente: Generalitat de Catalunya)
A pesar del régimen de precipitaciones anuales que hemos comentado, debemos señalar que durante el año 2006, año en que se ha realizado el estudio, las precipitaciones han sido inferiores a los datos señalados. Después de una primavera relativamente seca hemos tenido la suerte de tener un episodio importante de lluvia entre el 12 y el 15 de septiembre. Según datos del servicio METEOCAT, entre los días mencionados cayó una precipitación de unos 150mm en el CorredorMontnegre y superior a los 170mm en Viladrau en la vertiente norte del Montseny. Este episodio ha favorecido el éxito en las prospecciones realizadas. Me ha parecido interesante dar unos datos referentes al régimen de precipitaciones y de temperaturas. Dada la inexistencia de estaciones meteorológicas en las zonas concretas o la dificultad del trato de los datos, he tomado los datos de una de las estaciones de la red del Servei Català de Meteorologia. Entre las estaciones meteorológicas automáticas existentes, me ha parecido que la del Tagamanent, en la parte oeste del Montseny, podría ser indicativa para tener una idea aproximada. Es evidente que en el caso de Santa Fe las precipitaciones son superiores a las de Tagamanent y están alrededor de 1.200mm (Bolòs, 1983) y la temperatura, en general, es inferior; en cambio, son muy parecidas a las de la zona del Montnegre.
En el diagrama ombrotérmico de la figura 25 vemos que existe un déficit hídrico durante los meses de verano. En el caso del Corredor y del Montnegre pasa una cosa parecida, quizás un poco menos acusada; en cambio, en el caso de Santa Fe las precipitaciones estivales son superiores y este déficit no existe. Además, en este último caso, son importantes las nieblas habituales durante estos meses.
Figura 25: Diagrama ombrotérmico de Tagamanent. Véase explicación en el texto. (Fuente: SMC / Meteocat)
Como ya hemos comentado, las temperaturas representadas en el diagrama de la figura 26 son más próximas a las que se dan en el caso del Corredor y del Montnegre que a las que se dan en la zona de Santa Fe donde en agosto tienen una media de temperaturas máximas que no supera los 17ºC. Figura 26: Diagrama de las temperaturas medias de Tagamanent. Véase explicación en el texto. (Fuente: SMC / Meteocat)
En la figura 27 observamos el diagrama con la representación de las temperaturas máximas y mínimas absolutas. Según estos datos las heladas que se producen a partir de mediados de noviembre hace que la temporada de observación sea bastante corta, sobre todo en el Montnegre y Corredor por el hecho que el verano es menos lluvioso y las setas son más tardías que en las zonas altas del Montseny. Figura 27: Diagrama de las temperaturas mínimas y máximas absolutas de Tagamanent. Véase explicación en el texto. (Fuente: SMC / Meteocat)