SALVACIÓN EN CRISTO
Hechos 16:11-34
En esta ocasión estudiaremos un pasaje de la Palabra de Dios que nos enseña y nos muestra la grandeza del Dios que tenemos y el poder que hay en él para salvar a aquellos que realmente se humillan delante de su presencia. Este pasaje lo encontramos en el libro de los Hechos de los Apóstoles y como su nombre lo indica, notamos que este fue un hecho que, aunque histórico y no repetitivo, nos trae una gran enseñanza que permanece invariable sobre el hecho de la FE y la SALVACIÓN del hombre para poder estar a cuenta con Dios.
La historia comienza con la narración de la llegada de Pablo y Silas a la ciudad de Filipos, que era la primera ciudad de la provincia de Macedonia y era, al mismo tiempo, una colonia romana. En aquella ciudad se encuentran con Lidia, la primera mujer gentil que recibe a Cristo como salvador mencionada en el Nuevo Testamento. Luego, Pablo y Silas, camino a la oración, posiblemente en la Sinagoga de Filipos, se encontraron con una mujer que tenía un espíritu de adivinación (literalmente un demonio) y es este encuentro entre la luz y las tinieblas lo que provoca toda la historia que lleva luego al carcelero de Filipos a recibir a Cristo como Salvador.
Ciertamente que Dios en estos días no se manifiesta como en los días apostólicos ya que él había escogido en su soberanía señales para extender el Evangelio del Reino. Estas señales fueron reconocidas por el mismo apóstol Pablo como “señales de apóstol” (2 Cor. 12:12).
Ahora bien, aunque Dios no use estas señales hoy, sí usa su mismo poder y la predicación de su Palabra (1 Cor.1:21-23) para salvación de aquellos que buscan de él con sinceridad.
Veamos en este pasaje su inmutable enseñanza.
I. LA OPOSICIÓN DEL DIABLO
II. EL PODER DE DIOS FRENTE A LA OPOSICIÓN DEL DIABLO III. EL MENSAJE DE SALVACIÓN
I. LA OPOSICIÓN DEL DIABLO -
(Hch. 16:16-24)
A. EL ENFRENTAMIENTO ENTRE LA LUZ Y LAS TINIEBLAS
1. Es evidente por medio del pasaje, la enseñanza que tenemos con respecto a la actitud de Satanás frente al hecho de que la Palabra de Dios sea productiva.
2. Como vemos en el pasaje, desde el momento en que Pablo y Silas recogen en Lidia el primer fruto para Cristo, Satanás se irrita y busca un medio para detener la propagación del Evangelio de Salvación. Notemos los versículos 16 y 17. Satanás también reconoce la luz y el poder de Dios, como dice Santiago 2:19 - “Los demonios también creen y tiemblan”.
3. En la paciencia del Espíritu, Pablo reacciona y decide callar a Satanás que por “muchos días” interrumpe la obra de Dios cuando se enfrentó al demonio y dijo: “Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella”. Y el demonio salió en aquella misma hora.
B. LA CONFUSIÓN QUE TRAJO EL DIABLO
1. Notamos aquí que de inmediato Satanás es enfrentado, toma otra estrategia para atacar a los siervos, para destruirlos; ya que Pablo se le había enfrentado y esto permitiría que los filipenses oyeran el mensaje por medio de la predicación libre de estos misioneros.
2. Satanás no podía permitir esto y, de inmediato, (v. 19 - “pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia”.) actuó. Si algo un cristiano tiene seguro es que el diablo no cesará de trabajar (anécdota de la señora que encontraba siempre algo positivo y encontró en el diablo algo bueno: LA PERSISTENCIA)
3. En Filipos, el diablo no tenía la ayuda que tuvo de los judíos religiosos de otros lugares que fueron instrumento para detener el evangelio, pero sí usó en esta ciudad a los gentiles que eran evidentemente paganos y espiritistas.
C. EL LOGRO DEL DIABLO
1. El diablo de inmediato intercepta la victoria que Pablo y Silas habían obtenido frente a la oposición creada y les lleva ante el magistrado, acusándolos de tres delitos:
Estos hombres son judíos;
Alborotan nuestra ciudad;
Enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.
2. Esta es la mejor salida que tiene el diablo cuando acusa frente a los hombres de Dios, acusarles injustamente e intimidarles para que abandonen su ministerio (v. 22)
3. Pero, en esta ocasión, el diablo no sólo no se conformaría con maltratar físicamente a estos misioneros sino que era preciso sacarlos del medio. Notemos los versículos 23-24. LOS ENCERRO Y LOS GUARDÓ CON SEGURIDAD.
II. EL PODER DE DIOS FRENTE A LA OPOSICION DEL DIABLO - (Hch.
16:25-26)
A. LA MADUREZ DE PABLO Y DE SILAS
1. Pablo sabía en qué Dios había creído y muchas veces lo había testificado, como cuando escribió en 2 Timoteo 1:12, “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé en quien he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”.
2. Pablo, de igual manera, escribió a la Iglesia de Filipos que nació de esta experiencia que ahora vivía y les declaró, en Filipenses 1:12-21 - “Quiero que sepáis, hermanos”.
3. El estaba consciente que todo esto redundaría en beneficio de la obra del Señor, y en vez de quejarse, sabiendo que él era un instrumento de
Dios para su gloria, se gozaba en su tribulación; gozo que se hace evidente en toda la epístola a los filipenses, a quienes llegó a decirles en Filipenses 4:4 - “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!”
B. EL GOZO EN LA PRUEBA
1. Es una realidad el hecho de que Dios nunca se ha de manifestar en la vida de aquellos que siempre se quejan de las pruebas que Dios permite en sus vidas para bendecidles y madurarles; y es por esto que vemos la bendición de Dios en la vida de estos hombres.
2. Notemos el v. 25, el cual nos dice: “Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”.
3. En este pasaje vemos la fidelidad de estos hombres en la prueba y, al mismo tiempo, vemos la clave para mover la benignidad de Dios para que pase la prueba de nosotros y su poder se manifieste.
C. EL PODER DE DIOS MANIFESTADO
1. Pablo y Silas movieron el corazón de Dios para que Dios se manifestara y como notamos en el (v. 26), Dios habló de repente a través de la naturaleza.
2. “Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron”.
3. La gracia de Dios no sólo afectó a ellos, sino a todos los que con ellos oían la oración y los cánticos de alabanza, y el poder de Dios fue manifiesto a todos.
III. EL MENSAJE DE SALVACIÓN -
(Hch. 16:27-34)
A. LA REACCIÓN DEL CARCELERO1. Al despertar, este hombre se halló perdido, ya que todo el pueblo, junto a los representantes romanos, habían confiado la seguridad de estos presos y él sabía que era más fácil morir por sí mismo, que la muerte atroz que él tendría que sufrir por causa de lo que era en apariencia un descuido de su parte.
2. Viendo Pablo la reacción de este hombre, manifestó misericordia hacia su alma y de inmediato clamó a gran voz, diciendo: “No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí”. (Con el propósito de poder hacer algo por su alma).
3. El carcelero, viendo todo lo que había acontecido a Pablo y a los demás que estaban con él, actuó en convicción de pecado y con deseo de obtener lo que durante toda la noche había visto en estos hombres.
B. LA CONVICCIÓN DEL CARCELERO
1. De inmediato, el carcelero fue a los pies de Pablo y de Silas (v. 29) “pidiendo luz”; y si estaba pidiendo luz era porque él sabía que estaba en tinieblas.
2. Dice el pasaje que entró temblando, lo que nos muestra que realmente el tipo estaba asustado. Con esta actitud, este hombre demostró que él no sabía que sería de su alma después de la muerte. No tenía seguridad de salvación.
3. De inmediato este hombre sacó a Pablo y a Silas de la celda y buscó en ellos la respuesta a su alma cuando dijo: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?”
C. LA RESPUESTA A SU INSEGURIDAD
serás salvo, tú y tu casa”.
2. De inmediato este hombre recibió la respuesta de todas las angustias, por el sólo hecho de creer, depositar su confianza en la persona de Cristo Jesús.
3. Este ofrecimiento no vendría por el sólo hecho de decir creo, sino por la convicción que traería la Palabra de Dios predicada por Pablo y Silas a él. Notemos el (v. 32): “Y le hablaron la Palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa”.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
A pesar de la oposición del diablo, el carcelero:
Creyó en Cristo;
Fue salvo;
Llevó la salvación a su casa;
Se identificó con los creyentes. Lavó sus heridas;
Fueron bautizados.
