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En este "menú" podrás encontrar: Shaná Tova!! ( 5764)

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"Que al escuchar el sonido del este año, seamos inscriptos para un nuevo año pleno de salud y de vida, de bienestar y de prosperidad, de paz interior y de concordia entre las naciones, de mayor espiritualidad y compromiso con el judaísmo, de hijos identificados con nuestras tradiciones, de redención y salvación".

Rabino Yerahmiel Barylka.

Porque estamos comprometidos con la educación y con el

judaísmo, nos parece importante, en este mes tan particular del

calendario hebreo, una vez más, estar cerca de ustedes.

Esperamos que este material nos sirva para reflexionar y crecer

juntos.

En este "menú" podrás encontrar:

1) JAGUEI TISHREI

2) ROSH HASHANÁ

3) IOM KIPUR

4) SUCOT - SHEMENEI ATZERET

5) SIMJAT TORA

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1)

JAGUEI TISHREI

Elul

es el último mes del año en el calendario judío. En él empezamos a sentir la cercanía de todas las grandes fiestas que tienen lugar en el mes de Tishrei:

Rosh Hashaná,

el Comienzo del Año,

Iom Kipur

el Día del Perdón,

Sucot

la Fiesta

de las Cabañas,

Sheminí Atzéret y Simjat Torá

, la fiesta en la cual finalizamos y recomenzamos la lectura de toda la Torá.

Sin embargo, para el pueblo de Israel, Elul no es un mes particularmente especial por ser el último del año, sino porque es el tiempo en el cual nos preparamos para recibir a los Iamim Hanoraim - los días en los cuales somos juzgados por nuestro Creador; días en los que D- s revisa todas las acciones que hicimos durante el año que finalizó y nos juzga para el año entrante.

Nuestros Sabios nos enseñan que los cuarenta días que median entre Rosh Jodesh Elul (el comienzo del mes) y el día de Iom Kipur, son días de complacencia, pues en ellos D- s escucha los rezos de Su pueblo Israel.

Esto no significa que el resto del año D- s no acepte nuestro arrepentimiento. A pesar de que durante todo el año D- s acepta el arrepentimiento sincero y verdadero de Sus hijos, estos días son especiales y más propicios para lograr un acercamiento.

Esto lo aprendemos de la misma Torá. Moshé subió a la montaña para recibir las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos. Cuarenta días más tarde el pueblo de Israel comenzó a preocuparse, pues ellos no sabían qué había sucedido con Moshé Rabenu, que aún no había

descendido de la montaña. Es por eso que decidieron hacer un becerro de oro para postrarse delante de él, y cuando Moshé bajo de la montaña con las tablas de piedra y vio aquel siniestro espectáculo, decidió romper las tablas como respuesta al pecado que había cometido el pueblo. El pueblo de Israel corría un serio peligro: toda su continuidad dependía del perdón Divino. Finalmente, el primer día del mes de Elul de ese año (-1313 de la cuenta común; 2448 de la creación), Moshé Rabenu decidió subir nuevamente a la montaña para pedir misericordia por el pueblo y suplicarle a D- s el perdón para ellos. Esta vez, Moshé también

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permaneció allí durante cuarenta días y finalmente logró cumplir con éxito su objetivo: el pueblo de Israel había sido perdonado. El día diez de Tishrei, Moshé descendió del Monte Sinaí con las segundas tablas de piedra que contenían nuevamente los Diez Mandamientos, y le dijo al pueblo de Israel que D- s los había perdonado.

Desde aquel año, los cuarenta días que comienzan en Rosh Jodesh Elul y finalizan el diez de Tishrei, fueron consagrados para el arrepentimiento en cada generación, y también el día diez de Tishrei fue consagrado como un día especial, en el cual D- s perdona a su pueblo: el día de Iom Kipur.

Tishrei

es un mes privilegiado del año hebreo. Repartido entre setiembre y octubre del calendario común, sus primeros 23 días reúnen festividades judías en las que se cruzan valores espirituales, conmemoraciones históricas y reminiscencias agrícolas.

Las festividades del mes de Tishrei marcan una singular parábola, un recorrido que va de la introspección de Rosh Hashaná y la aflicción de Iom Kipur, al regocijo de Sucot y la exaltación festiva de Simjat Torá.

La responsabilidad, la vitalidad, el estudio y la alegría son algunas de las marcas distintivas del pueblo judío.

A partir de Rosh Hashaná hemos ingresado, según el calendario hebreo, en el mes de Tishrei que se corresponde con el signo astrológico de Libra cuyo símbolo es la Balanza, en hebreo Moznaym.

El signo del mes sugiere que durante esta época los actos y hechos de los hombres son considerados y medidos por una balanza.

El nombre "Tishrei" contiene las mismas letras (en hebreo) que la palabra Bereshit (comienzo), implicando que con él se inicia un nuevo año. El significado arameo de la palabra Tishrei es expiación; el perdón de los hechos pasados de una persona le permiten dar vuelta la hoja, pasar a un nuevo capítulo en su vida, y comenzar de nuevo. Según el Sefer Yetzirá (el Libro de la Formación) cada uno de los meses del año fue creado a partir de una de las letras simples del abecedario hebreo. Este dato proporciona a los sabios una puerta de acceso al significado de cada mes.

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Durante todo el año tenemos la posibilidad de trabajar las diferentes facetas que hacen a nuestro crecimiento interior, espiritual. Pero aprendemos de nuestros sabios que existen "tiempos" más propicios que otros. Para lograr sincronizar con la oportunidad, es importante conocer cual es la particularidad de cada mes.

El mes de Tishrei/Libra, fue creado a partir de la letra hebrea Lamed, la misma que da origen a la palabra "lev", corazón y es durante este mes precisamente que trabajamos los sentimientos; si observamos la secuencia del año comenzando desde Pesaj en Nisan (seis meses atrás), vemos entonces que Tishrei es el corazón del año. Durante este mes tenemos la oportunidad especial de "corregir nuestros sentimientos". Durante el pasado mes de Elul revisamos el curso de nuestras vidas, con el objetivo de corregir los desvíos, y retomar al camino a lo esencial, una vuelta a la inocencia.

Tishrei es el mes de la unión entre D- s e Israel, y esta unión está especialmente simbolizada a través de Iom Kipur.

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Aseret Yemei Tshuvá (Diez días de Penitencia)

Los diez días que median entre Rosh Hashaná y Iom Kipur son conocidos como los diez días de penitencia. Estos días, considerados por nuestros sabios como los más favorables hacia D- s, transcurren en medio de plegarias, además de un honesto y profundo examen de nosotros mismos, unidos en un esfuerzo por inscribir una nueva página en el Libro de la Vida.

Yom Hadin (El Día del Juicio) comienza en Rosh Hashaná. Hay tres "evidencias" que hay que presentar ante el Juzgado Divino, que son el arrepentimiento o la penitencia (tshuvá), la plegaria (tefilá) y la justicia social (tzdaká).

Arrepentimiento - Tshuvá

Tshuvá, del hebreo Tshuv, significa "retorno". En la práctica tshuvá es evaluar la dirección en que nuestras vidas están yendo, corregir nuestros errores y retornar al sendero correcto. Este tipo de evaluación y mejoramiento personal realmente se lleva a cabo continuamente a través de nuestras vidas, de lo contrario seguiríamos siempre repitiendo los mismos errores.

Tshuvá es una etapa esencial en el proceso completo de aprendizaje. En algún momento debemos detenernos en nuestra tarea cotidiana y mirar dónde vamos, evaluar nuestros resultados, tomar decisiones nuevas que superen la situación y luego proceder a seguirlas.

La época señalada en el calendario judío para la Tshuvá es en el mes de Elul, antes del Año Nuevo y se prolonga hasta el mes de Tishrei, intensificándose durante estos días (Atzeret Iemei Tshuvá).

El Shabat que cae durante estos días se denomina “ El Shabat del Arrepentimiento” (Shabat Tshuvá), debido a que el párrafo profético (Haftará) que se lee durante la mañana se inicia con la palabra ‘Tshuvá’ (literalmente retorno)- simbolizando el retorno del Pueblo de Israel a D- s.

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Desde comienzos de Elul el judío debe imbuirse de espíritu de arrepentimiento y de crecimiento personal. El arrepentimiento ante los agravios leves de inmediato es reparado, pero el arrepentimiento por sí solo no expía los pecados graves hasta el día de Kipur.

Es la propia acción y la compunción verdadera personal, lo que permite lavar culpas y enmendar las vidas.

Por esto es aconsejado y acostumbrado el que antes de Iom Kipur las personas se pidan perdón entre sí, ya que Iom Kipur es distinguido por ser el momento propicio para la confesión colectiva e individual.

El pedido de perdón debe ser dirigido al que recibió nuestras ofensas, ya que D- s puede perdonar los pecados entre las personas, sólo si el perjudicado perdonó antes.

Las malas acciones tienen dos polaridades: la una referida de hombre a hombre; la otra, de hombre a D- s. La una de la vida diaria, exterior, interhumana. La otra, del ámbito del alma, de la conciencia. La primera es cosa de hombres y los hombres han de resolverla;

"Las transgresiones que van del hombre al hombre, no son expiadas por Iom Kipur, si antes

no son perdonadas por el prójimo".

De ahí que sea costumbre rogar previamente el perdón de nuestros semejantes; si ellos no perdonan, D- s no podrá intervenir.

Para conseguir el real arrepentimiento es necesaria la profunda reflexión, el pensar seriamente cerca de uno mismo y de sus relaciones.

Al igual que todas las acciones de nuestras vidas, el arrepentimiento debe ser verdadero y honesto. El Talmud enseña que aquel que pide perdón pero tiene la intención de incurrir en el mismo pecado, no es perdonado. El que comete malas acciones sin inquietudes pues está consciente de que Iom Kipur perdona, no recibe el perdón.

Si realizamos una tshuvá sincera, si nos disculpamos ante la gente que

hemos engañado y perdonamos a los que nos han herido y trabajamos

hacia la reconciliación, podremos comenzar el año con un impulso

reanimado...

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Tfilá (oración):

Durante estos días se inserta en la Shemoné Esré oraciones especiales tales como Zojrenu L´Jaim y B´Sefer Jaim, por las cuales rogamos ser inscriptos en el Libro de la Vida. De acuerdo a estas plegarias nos es representado D- s sentado, durante este período, en el trono del juicio como Rey del Universo. Aquí sustituimos el término E- l (D-s) por la palabra Melej (Rey), en ciertos pasajes de los Shemoné Esré.

Otra de las plegarias recitadas durante los Aseret Yemei Teshuvá es Avinu Malkeinu. Esta oración Talmúdica incluye versos que fueron recitados primeramente por Rabí Akiba, en los tiempos de sequía. Actualmente, sus primeras palabras, "Padre nuestro, Rey nuestro", sirven de invocación para cada uno de los 44 versos de la oración actual. La primera forma conocida de antes que fuera ampliada, contenía sólo 25 pasajes y se halla en el Sidur de Rav Amram Gaón de la segunda mitad del siglo IX. Los versos tratan particularmente de las aflicciones normales y de las necesidades humanas. Los agregados reflejan períodos de persecución, martirio y peligro e invocan la asistencia divina "por el bien de aquellos que padecieron el fuego y el agua por la santificación de tu nombre", y similares.

Tzdaká:

TZDAKÁ viene de la palabra zedek, que significa justicia o virtud. Cumpliendo actos de Tzdaká ayudamos a promover la justicia social y contribuimos a una forma de vivir que creemos "correcta". La tzdaká es una obligación moral de socorrer las necesidades de otros.

"De acuerdo a La Ley Oral de Israel, ningún hombre tiene derecho a más de un pedazo de pan o madera mientras haya gente pobre a quienes les falte los requisitos mínimos para vivir". (Salomón Schejter). Las riquezas naturales están para proveer las necesidades vitales de todos, y nadie tiene derecho de apropiarse de grandes cantidades de bienes mientras otros sean privados de ellas. Es una obligación moral repartir con los necesitados. Este concepto puede ser extendido a las necesidades espirituales. Por ejemplo, cuando la gente tiene problemas, pueden necesitar apoyo, cuando están tristes necesitan alivio.

Cualquier actitud nuestra, más allá de deberes legales, llevada a cabo para ayudar a cubrir las necesidades justificables de otros, es considerada como Tzdaká.

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Consideramos diferentes grados dentro del concepto de Tzdaká:

*El primer grado: Cuando se ayuda constructivamente a una persona, consiguiéndole

trabajo o préstamo, o incluso se lo toma como socio en sus propias actividades.

*El segundo grado: Cuando no se sabe a quién se da, ni se sabe de quién se recibe.

*El tercer grado: Cuando se sabe a quién da, pero no de quién se recibe.

*El cuarto grado: Cuando se sabe de quién se recibió, pero el que no da no sabe a quién

le dio.

*El quinto grado: Cuando se da antes de que se lo pida.

*El sexto grado: Cuando se da después de que se solicita.

*El séptimo grado: Cuando se da al prójimo una donación insuficiente.

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2)

ROSH HASHANÁ

La festividad de Rosh Hashaná tiene lugar al principio del mes hebreo de Tishrei y celebra el comienzo de un nuevo Año Judío.

Es una festividad de origen bíblico, específicamente de la Torá, aparece en Levítico 23:24. "El séptimo mes, el primero del mes, tendréis reposo, una conmemoración de teruá y una santa convocación".

Rosh Hashana (‘cabeza del año’), uno de los días más solemnes del año, se llama también:

× Yom Teruah- El Día de las Trompetas. En ese día se hace sonar el shofar, y su sonido le pide al hombre que despierte de su letargo, cambie su vida, mejore su conducta y abandone el mal camino.

× Yom Hazikaron- El Día del Recordatorio; en él recordamos no solamente sucesos de un oscuro pasado sino también incidentes en el camino recorrido. Es un día en que se nos ordena recordar con gratitud las muchas veces que hemos sido liberados de desgracias por la mano del todopoderoso.

× Yom Hadin- El Día del Juicio, es una ocasión dedicada al auto- examen y constituye un verdadero día de juicio y del recuerdo.

Mientras que la Biblia declara a Nisan como el primer mes del año, Tishrei es considerado como el inicio del año civil, por eso fue el mes de la Creación y fue en este mes que el año jubilar empezó, liberando a los esclavos y devolviendo las propiedades a sus propietarios. A diferencia de otras festividades se celebra durante dos días, aún en Israel.

Rosh Hashaná inaugura la temporada de los Iamim Noraim, que termina con Iom Kipur. Es una ocasión para el auto examen, un Iom Hadin (día del juicio) tanto en el sentido Divino como en el de juzgar nosotros mismos nuestras acciones. Es también un día de recordación del camino recorrido durante el año.

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Usos y costumbres relacionadas con Rosh Hashaná.

La única mitzvá que debe cumplirse en este jag es la de escuchar el sonido del shofar. Hay ciertos usos y costumbres que valen la pena mencionar:

En lo que a alimentos se refiere:

a) Jalá Agulá (redonda): el pan debe ser redondo, por analogía con el año, círculo sin principio ni fin.

b) Comer un trozo de manzana remojada en miel (Tapuaj B´dvash), al comenzar la comida, lo que simboliza un año dulce y placentero. Previo a comerla y junto con invocar la brajá "pri ha-etz", se expresa el deseo de que D-s nos depare un dulce y placentero año.

c) El pescado se encuentra entre los platillos preferidos y es costumbre servir la cabeza del pescado al dueño de casa, esto es en recuerdo de la promesa bíblica contenida en Deuteronomio 28:13 que dice: "Y te pondrá D-s por cabeza y no por cola, cuando obedecierais a los mandamientos del Eterno, Tu Dios".

d) También se acostumbra a comer en la noche de Rosh Hashaná: dátiles, granadas, calabazas, garbanzos, zanahoria y puerros. Se acostumbra a repartir trozos de estas frutas para que el simbolismo favorable de sus nombres se cumpla. Del mismo modo se reparten las granadas invocando como las que sea Voluntad Divina que nuestras acciones favorables se multipliquen semillas de esa fruta.

e) No se debe comer nueces en Rosh Hashaná porque la suma numérica de su nombre (egoz) coincide con la suma de la palabra "pecado".

Otras costumbres:

a) Tashlij. Al atardecer del primer día de Rosh Hashana, muchos son los judíos que acuden a orillas de un río y recitan versículos de los profetas y otras fuentes. Esta ceremonia simboliza la expulsión de los pecados al agua. Demuestra el deseo de cambio y olvido del pasado.

b) Encendido de luminarias. En esta festividad hay que encender velas. Se pronuncia la bendición de lehadlik ner shel yom tov y el shehejeyanu.

c) Hatarat nedarim: Anulación de las promesas o juramento que un hombre ha realizado durante el año. Esta ceremonia que se realiza ante tres personas que atienden la declaración del interesado y, conforme a su deseo, determinan la anulación de sus promesas.

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d) Parte de los preparativos son también: cortar el cabello, tomar un baño y lucir prendas elegantes, sobrias y limpias.

e) Con las tarjetas de Año Nuevo (Cartisei Brajá), se expresan los mejores deseos para el año entrante y se envían a familiares y amigos. Las personas suelen desearse, la víspera de Rosh Hashaná, “Leshana Tovah Tikatev Vetihatem” (Que seas inscrito en libros de vida larga).

En Rosh Hashaná, los judíos generalmente se privan de sus ocupaciones y actividades diarias y en lugar participan en actividades comunitarias de culto.

Los judíos sefaradíes tienen un Seder completo de Rosh Hashaná recordando el de Pesaj y el de Tu Beshvat.

Tzom Guedalia (El ayuno de Guedalia)

El tercer día de Tishrei (al día siguiente de Rosh Hashaná) es Tzom Guedalia (el ayuno de Guedalia), que conmemora la muerte de Rabbí Guedalia ben Ajikam, que guió después de la destrucción del Templo al resto del Pueblo judío en Eretz Israel hasta las manos de Ishmael ben Netaniahu. Su muerte marca el fin del asentamiento judío en Israel.

Oraciones:

El servicio de oraciones se refiere primeramente a la vida y el bienestar de los individuos y a la paz para la humanidad.

- Unetane Tokef (Celebraremos la Santidad de este Día Supremo) es una de las oraciones más importantes. Trata de los temas de este Día de rezos anunciando que la caridad evita los malos decretos.

- Malhuiot, Zihronot y Shofarot son rezos que implican la aceptación de la Supremacía de D- s: (Malhuiot) un ruego a la Divina Providencia recordándole (Zihronot) los méritos de nuestros antecesores, y la esperanza que la vida larga y la paz desciendan sobre todo el mundo tal como lo proclama el Shofar.

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Shofar:

Es un primitivo cuerno de cabra. Es uno de los primeros instrumentos musicales de la humanidad.

Hasta hoy en día se mantiene su antigua forma y uso de las notas tradicionales. × Tekiah – Un largo y profundo toque que termina repentinamente × Shevarim – Tres breves toques

× Teruah- nueve breves toques

× Tekiah Guedola – El ultimo toque, una ‘Tekiah’ prolongada

El toque del Shofar que llama a los congregantes a que se arrepientan de sus malos actos tiene lugar antes de la recitación del Servicio del Mussaf, excepto si Rosh Hashaná coincide con Shabat. El Shofar suena unas cien veces, en intervalos específicos durante el servicio, delante de una congregación en silencio absoluto.

En la antigüedad fue utilizado el Shofar en los siguientes acontecimientos históricos: - Sonó desde la nube sobre el Sinai cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley. - Las murallas de Jericó cayeron con su sonido.

- El día que Ehud mató a miles en Moaz.

- Cuando se coronaba a un rey se hacía oír el sonido del Shofar. En las épocas post- bíblicas el sonido del Shofar fue escuchado: - El primer día de Tishrei y en todas otras solemnes ocasiones. - En caso de alarma, incendio o inundación.

- Y quizás figuró mágicamente en la ceremonia de hacer llover.

Su sonido convoca a la reflexión y a la acción, a vincularse como pueblo, como nación y como estado. Este sonido remueve de las entrañas la modorra, y provoca un estado de alerta que induce a la reflexión seria.

En la Era del Mashíaj, los muertos resucitarán cuando sea tocado el gran Shofar.

Cartisei brajá:

En el siglo XIV Rabi Jacob Haleví ben Moshé Moellín (1360-1427), propuso que se añadiera en toda carta enviada durante el mes de Elul la inscripción "Leshaná Tová Tikatevu". Esta costumbre se perpetuó durante cientos de años hasta hoy en día. Pero recién a partir del siglo XIX se instituyó la costumbre de enviar tarjetas de felicitación para el año nuevo o Kartisei brajá.

Las primeras tarjetas postales se produjeron en Viena el 1ero. de octubre de 1869 pero no se hicieron realmente populares hasta que aparecieron en Alemania hacia 1889 las

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primeras postales con ilustraciones. Las ilustraciones de los kartisim, utilizan técnicas fotográficas y artísticas reflejando el contexto sociocultural y el acontecer de cada época. Por ejemplo: paisajes de Israel, lugares sagrados y escenas del retorno a la

Tierra; imágenes de dirigentes sionistas como T. Herzl, D. Wolfson, etc.; imágenes de la vida en el kibutz y del ejército de Defensa de Israel.

Entre los años 1898 y 1918 el enviar kartisei brajá causó furor en toda Europa. Su uso se generalizó como medio de comunicación en las familias divididas entre los que quedaban en Europa y los nuevos inmigrantes que vivían pendientes de lo que ocurría "en el otro lado".

Estos kartisim también se coleccionaron transformándose así en un testimonio histórico. A principios del siglo XX muchas imprentas judías en Varsovia tales como Yehudia, Sinaí, Lebanón, etc., competían en la producción de kartisim ampliando la colección de las mismas y mejorando estilos y contenidos.

Algunos editores mantenían en su estilo la temática judía, y otros representaban motivos o inventos novedosos y de época como el aeroplano o el zepelín. Pero todos coincidían en que los kartisim debían ser accesibles a todos.

Los kartisim fueron fuente de educación y entretenimiento y persiguieron fines propagandísticos en una época en que los periódicos ilustrados estaban aún en estado embrionario y los libros con fotos no eran fáciles de conseguir.

La editorial Yehudia, en Varsovia, fue una de las más famosas. Un álbum, con 249 kartisim firmados por el artista Jaim Goldberg de esta imprenta, se encontró en las ruinas del Gheto de Varsovia. Este álbum se conserva aún en la Biblioteca Nacional de Varsovia.

La temática de los kartisim de principios del siglo XX estaba compuesta por elementos de la tradición judía (escenas del ciclo de vida judía) y por los nuevos ideales sionistas. Las dos emigraciones, a EEUU y a Israel, se veían reflejados en los nuevos kartisim, algunos con humor y otros con romanticismo. Algunos incluían fotos de familia y/o poemas en idish de felicitación. En ciertos lugares, los kartisim quedaron como la única documentación artística que se rescató después de la Segunda Guerra Mundial.

Tanto los judíos pertenecientes a círculos religiosos como judíos tradicionalistas disfrutan del envío y recepción de kartisim, haciéndose habitual expresar deseos de alegría, confraternidad y anhelos de paz. Los kartisim establecen un puente entre pasado y presente de un legado cultural.

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3)

IOM KIPUR

La celebración de Iom Kipur acontece diez días después de Rosh Hashaná.

Llamado el Sábado de los Sábados, completa los cuarenta días dedicados al examen de conciencia y al balance del alma.

Su origen se remonta a los tiempos bíblicos, en los días en que existía el Templo en Jerusalem. Su origen está en la Torá: Levítico XXIII 26-27-28 (VAIKRÁ) "Ciertamente el día décimo de este séptimo mes (Tishrei) será el día de las expiaciones, convocación santa os será y afligiréis vuestras almas y presentareis ofrenda a D- s. Y no habréis de hacer ninguna clase de obra en este mismo día especial, porque es día de expiaciones por vosotros delante del señor, vuestro D- s". Antes de estas palabras en Levítico XVI 30 de (VAIKRÁ) ya habla la Torá del concepto de purificación en Iom Kipur: "Porque en este día haréis para ser purificados y de todos vuestro pecados quedaréis puros delante de D- s."

Iom Kipur es un día de perdón y expiación de los pecados entre el ser humano y D- s y entre el ser humano y el prójimo. En Rosh Hashaná los seres humanos son juzgados por sus actos, pero el veredicto del juicio es fijado en Iom Kipur.

La conducta pasada del hombre se pesa sobre una balanza y D- s registra y sella su destino en el "Libro de la Vida".

Es frecuente notar que la gente considera a Iom Kipur como un momento triste. Esta imagen es errónea y debe ser modificada. Al comienzo de Iom Kipur recitamos la bendición: "Shehejeianu", agradeciendo el hecho de haber podido llegar en vida a este momento decisivo.

Costumbres

Iom Kipur, como toda festividad judía, comienza en la víspera. Este día se debe guardar ayuno completo. No se come ni se bebe nada y está prohibido bañarse, untarse aceites y perfumes, tener contacto sexual y trabajar. Es un día de plegarias, arrepentimiento y penitencia. Según la tradición, se logra el perdón a través de la plegaria verdadera y

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auténtica, el arrepentimiento y la tzdaká. Las plegarias que se encuentran en el Majzor (libro especial para Iamim Noraim, Rosh Hashaná y Iom Kipur) tratan de penitencia y arrepentimiento. En el hogar se encienden las velas festivas y también una vela de recordación a los difuntos, llamada NER NESHAMA. El padre bendice a los hijos y se parte rumbo al templo.

Una acción fundamental de la víspera es la de pedir perdón a aquellos a los que se le ha hecho algún daño. Esta mitzvá refleja el interés de la religión judía no sólo por la relación del hombre con D- s sino con los otros hombres.

¿Por qué nos vestimos de blanco?

En la tradición judía los atuendos blancos son símbolo de pureza y humildad. Cuando el Cohen Hagadol- Sumo Sacerdote- entraba al Santo de los Santos en los días reverenciales, en lugar de usar sus vestimentas típicas doradas, con campanitas, vestía simplemente atuendos de lino blanco.

¿Por qué no usamos zapatos de cuero?

El uso de calzado de cuero era un lujo en los tiempos antiguos y por eso se hizo costumbre calzar zapatos de lona o goma, simbolizando el día de aflicción.

¿Por qué ayunamos?

El comer y el beber y demás placeres corporales nos incitan a continuar en la persecución de lo material y evitan que el alma procure la verdad y no es digno presentarse al juicio delante de D-s comido y bebido. Es por eso que el hombre debe en este día fortificar la fuerza de su alma para que ella sea digna de recibir la expiación de D- s.

Oraciones

Antes del anochecer, en la sinagoga, se dice el Kol Nidré: declaración solemne de anulación de las promesas incumplidas e imposibles de cumplir. Esta es la primer plegaria con la que se inicia Iom Kipur. Se abre el arca, se sacan todos los rollos de Torá, que serán portados por notables de la congregación y de pie se reza con antigua melodía esta plegaria, cuyo origen se remonta a los primeros siglos de la Edad Media. Kol Nidré se dice tres veces. Está escrita en arameo y su significado es que todos los

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votos y las promesas que el judío ha hecho durante el año y no los ha podido cumplir, solicita a D- s que le sean perdonados.

Por supuesto, de esto se excluyen las obligaciones económicas asumidas, que nada tienen que ver con este pedido de perdón. El contenido de las plegarias, muchas de ellas escritas por orden alfabético como Ashamnu, tiene como eje el reconocimiento de los errores cometidos los pecados y las transgresiones y el pedido a D- s clemente y piadoso que las perdone.

En Iom Kipur hay un servicio especial de recordación (IZKOR), donde se recuerda a los familiares fallecidos, a las personas que dieron su vida por el pueblo judío y su fe y a los muertos en atentados u otros actos criminales. A partir de 1973 incluye a los caídos en la guerra de Iom Kipur en Israel, cuando el Estado judío fue atacado en el día más sagrado del año.

El último servicio, Nehilá, es el cierre del Juicio Divino simbolizado por el cierre de las puertas del Arca. Las puertas habían sido abiertas en Rosh Hashaná para exponer los "errores" personales. En el momento en que se cierran el judío debe haber recibido el perdón, las puertas no volverán a abrirse hasta el año próximo.

Este día solemne culmina en el templo después de la Nehilá, cuando se dice siete veces "Adonai Hu Haeloim" (Adonai es el D- s) y se toca el Shofar (un solo y largo sonido llamado TEKIÁ GUEDOLÁ).

Se estila también en los Iamim Noraim visitar las tumbas de familiares y de hombres piadosos, para que esto ablande nuestro corazón para hacer TESHUVÁ (arrepentimiento).

Se concluye el ayuno con una comida que celebra con alegría el haber sido perdonados.

En Iom Kipur terminan los diez días de penitencia y arrepentimiento. En la dimensión divina, alcanzará con el pedido de perdón a D- s, pero en la dimensión humana esto no alcanza, hay que pedir perdón a las personas que hemos ofendido o despreciado. Nuestros semejantes deben escuchar el perdón de nosotros, sincera y verdaderamente. Hay que lograr el perdón de aquel que hemos ofendido; sólo de esa manera seremos perdonados por D- s.

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La atmósfera y la liturgia de Iom Kipur están caracterizadas por la solemnidad. Los rezos culminan después de la caída de la noche con la proclamación de fe judía con el sonido de una Tekiá prolongada en el shofar y con el saludo de "¡El año próximo en la Jerusalem Reconstruida!"

Se culmina el día con regocijo, ya que el judío puede confiar en que ha obtenido el perdón. El saludo tradicional es "guemar tov" (un buen fin), y tras finalizar el servicio religioso en la sinagoga, cada judío debería dirigirse a su hogar para romper su ayuno y para iniciar la construcción de la sucá, pasando de una mitzvá a otra ininterrumpidamente.

¿No es contradictorio que la Torá diga que en Iom Hakipurim se expían todos nuestros pecados, y que luego prescriba que hay que hacer todos los años Iom Kipur?

Lo que la Torá quiere enseñarnos es que estamos en constante cambio, no existe la quietud en lo que a humanidad se refiere. O progresamos (y somos moralmente, culturalmente, socialmente, etc.), o regresamos a etapas más primitivas o menos evolucionadas.

Cada año tenemos la oportunidad de enfrentarnos a nosotros mismos y de compararnos con lo que son nuestros ideales y poder concluir: avancé o retrocedí.

La Torá nos brinda el regalo de que cada año podemos girar para ver a nuestras espaldas y luego continuar avanzando.

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SUCOT

SUCOT es el nombre clásico de esta festividad. Pero además del sentido histórico, la festividad de SUCOT tiene un estrecho vínculo con el ciclo anual agrícola, que se manifiesta en otro de los nombres de la fiesta: JAG HAASIF - FIESTA DE LA RECOLECCIÓN DE LOS FRUTOS, que se celebra en el cambio de año agrícola, cuando la época de la cosecha llega a su fin.

Muchos son los motivos de alegría que rodean esta festividad, de ahí otro de los nombres que recibe en nuestras fuentes, IMAN SIMJATEINU - TIEMPO DE REGOCIJO; es la única fiesta donde está escrito que el judío debe alegrarse. Una especial atmósfera de fiesta prevalece durante toda la semana de la festividad, en la cual el habitar en una Sucá es el principal mandato.

En las fuentes más antiguas el acento está puesto en la base agrícola y otoñal de la fiesta: Exodo 23 "la fiesta de la recolección, al término del año, al recoger del campo el fruto de tu trabajo".

En el Levítico, aparte de los motivos agrícolas, se agregan los motivos histórico- teológicos que se refieren a la salida de Egipto.

En la época del segundo templo se destaca la imagen de la fiesta como la alegría popular en el templo y en las afueras de Jerusalem, en procesiones festivas y un ritual fastuoso.

En la época del largo exilio, desde la destrucción del segundo Templo y hasta la declaración del Estado, se dieron muchos cambios en el carácter de la fiesta. Ya no se trataba del pueblo asentado en su tierra, que bendice su cosecha y ora a la lluvia para que sea pródigo con él también en el año próximo. El tipo de ocupación en el exilio cambió enormemente y por lo tanto, los rezos a la lluvia se convirtieron en un ceremonial divorciado de la vida cotidiana. No es de asombrarse entonces, que el componente agrícola- natural se debilitara tanto y que el componente nacional- religioso se fortaleciera.

La Sucá en esa época representaba el estado temporario del pueblo en el exilio. Su casa es una casa temporaria, que no es especialmente fuerte que se cambiará llegado el momento por otra más firme en Israel. Ante los sufrimientos del exilio también aumentó

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en el pueblo el aspecto mesiánico- nacional de la sucá, como símbolo del reinado de Israel, un anhelo añorante del pueblo a lo largo de las generaciones.

Hoy el Pueblo judío de Israel vuelve a trabajar la tierra y a gozar de su fertilidad. La fiesta otoñal de la cosecha, es la fiesta del agricultor satisfecho de la misma que aún ahora, a pesar de los adelantos científicos, ansía las lluvias. Es la fiesta del pueblo que logró retornar a la tierra, gracias al poder de la profecía sionista y al quehacer humano. Recordamos las endebles cabañas que les tocó vivir a nuestros antepasados exiliados de Sión y sabemos que el asentamiento en el Hogar Nacional fuerte y sólido no está asegurado. Hay que proteger la casa y luchar por ella.

En la fiesta de Sucot moderna están presentes los tres tiempos: el pasado histórico del Pueblo, el presente agrícola y nacional y la aspiración de realizar nuestros valores en el futuro.

El séptimo día de SUCOT recibe el nombre de HOSHANÁ RABÁ que significa la "gran salvación". Esta señalado en la tradición judía como el día en el que queda definido el veredicto de cada persona sometida a juicio en Iom Kipur. En los círculos jasídicos esto motivo la tradición de realizar un TIKUN LEIL HOSHANA RABÁ, dedicar la 7ª- noche de SUCOT al estudio de la TORÁ. El 8º.día de Sucot recibe el nombre de SHMINI ATZERET, un día agregado a la fiesta, ATZERET=ASAMBLEA en recordación a las peregrinaciones a Jerusalem, donde se reunía el pueblo.

En Israel, este día también se festeja SIMJAT TORÁ.

¿Qué festejamos?

El motivo central de la festividad lo constituye la SUCÁ= CABAÑA construcción precaria, que recuerda a las CABAÑAS en las que vivían los hijos de Israel, durante su larga peregrinación de 40 AÑOS en el desierto, al salir de Egipto, cuando se dirigían a la tierra prometida.

Una razón por la cual celebramos Sucot es para recordar que salimos de Mitzraim (Egipto) y nos establecimos en el desierto, en cabañas temporarias. Esto sucedió en Nisán, el mes de Pesaj.

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Nisán es el mes de comienzo del verano y todas las personas acostumbran a construir cabañas para tener sombra, en cambio en el mes de Tishrei empieza la época de lluvias, y la mayoría de las personas se establecen en sus casas. Por eso justo en esta época festeja Israel la festividad de Sucot y se traslada de su vivienda a la Sucá para demostrar que lo hace por un precepto de D- s y no por provecho propio.

El carácter agrícola de esta fiesta encontró expresión simbólica en la bendición conjunta de cuatro plantas llamativamente diferentes. Una de las lecturas de esa festiva reunión de los distintos frutos (lulav, etrog, hadás y aravá), alude al esencial pluralismo del pueblo judío y llama a aceptar y bendecir la diversidad; lo otro del otro y lo otro de uno mismo.

Según una antiquísima exégesis “las cuatro especies” constituyen una alegoría respecto al pueblo hebreo, que representan cuatro tipos de judíos:

Etrog: Tiene un aroma dulce y sabe bien. Representa al judío que es un Talmid Jajam,

(erudito de la Torá) y el Tzadik (justo) que cumple buenas acciones.

Lulav: Es una rama de palmera. Un dátil tiene sabor delicioso pero no tiene un aroma especial. Existen también algunos judíos que estudian la Torá pero que no cumplen buenas acciones.

Hadás: Los adasim huelen maravillosamente pero no saben bien; esto es análogo a los

judíos que son Tzadikim (hombres justos) pero no son sabios de la Torá.

Aravá: ni sabe ni huele bien; esto es semejante a un judío que ni estudia ni observa la

Torá.

En estas “cuatro especies” simbólicas, lo que más importa no es la individualidad de cada una de ellas, sino su unión y comunión total, las unas con las otras. Esta es la perfecta comunidad.

También se interpreta que la costumbre de sacudir el ramillete de esas especies, recuerda el balancearse de los cuerpos al ritmo de la plegaria o el estudio, adelante y atrás, leyendo y repitiendo los textos una y otra vez.

Cada ritual y cada costumbre de las festividades judías fue creciendo y enriqueciéndose a lo largo de los siglos y a lo ancho de las geografías con los aportes de los folclores y las interpretaciones de cada comunidad.

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Simbolismo de la sucá:

La construcción comienza normalmente cuando finaliza Iom Kipur, de manera que los judíos puedan pasar de un precepto a otro o de una “fortaleza a otra”.

Apropiada - quizás como ningún otro emblema- resulta la Sucá como símbolo de la existencia del Pueblo judío: frágil edificio expuesto a todos los embates de la intemperie y fuerte, sin embargo, persistente como si sus muros fuesen de piedra; con un tejado por el cual se cuelan la lluvia y el viento, pero por el que asoma también la luz del cielo. La Sucá no ha de ser ni muy alta ni demasiado iluminada: modesta, como las exigencias que debemos tener en la vida. Pequeña, más bien estrecha, obliga a sus ocupantes a acercarse, a estar unidos; su atmósfera es cálida y cordial, simbolizando la fraternidad que debe reinar entre los seres humanos.

La Sucá es también un símbolo de la existencia en el seno de la naturaleza, de la inocencia, de la armonía humana, de la igualdad social. Algunos ven en esta “vivienda precaria” el símbolo de la vida judía en la diáspora. En la diáspora nadie puede establecer “su casa” definitiva.

La Sucá, frágil vivienda temporaria, nos remite a reflexiones profundas: ver la precariedad de la propia existencia humana.

SUCOT es también una fiesta de igualdad. Tanto el rico como el pobre deben trasladarse en esta fiesta a una cabaña. El rico deja sus aposentos y comodidades de todo el año y por una semana vive lo que el humilde vive durante todo el año. Todos se sienten más solidarios en estas fiestas, todos tienen un techo amplio y pueden ver el mismo cielo. Esta idea debería ampliarse y convertirse en la aspiración de que desaparezcan las diferencias también en los días hábiles y no sólo en los festivos.

El simbolismo de la sucá y el simbolismo de “las cuatro especies” se corroboran recíprocamente, puesto que emergen del mismo plano ideal: la comunidad humana, la justicia y la igualdad.

Costumbres y tradiciones:

1) Se comienza a construir la Sucá en seguida después de Iom Kipur. Debe tener por lo menos tres paredes. Se cubre con sjaj (techo que debe ser construido de plantas que crecen de la tierra); se debe cubrir de tal manera que haya más sombra que sol, pero que a su vez permita ver las estrellas.

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2) La obligación primordial de comer en la Sucá es la primera noche, y si llueve, debe esperar una o dos horas para intentar cumplir con el precepto.

3) Las mujeres, las personas que se hayan en el transcurso de un viaje, o los enfermos, no están obligados a comer en la sucá y cumplir con tal precepto.

4) Se toman cuatro especies de Sucot: Etrog, Lulav, Hadás y Aravá, sobre los que se pronuncia una bendición en la sinagoga. Se acostumbra realizar una vuelta a la bimá del Beit Kneset con el Lulav.

5) El séptimo día de Sucot, se llama Hoshaná Rabá. En ese día se hacen plegarias especiales, pues se considera que en él sale el fallo Divino, pronunciado en Iom Kipur. En ese día se hacen siete vueltas con el Lulav, en recordación de las vueltas a la ciudad de Jericó, y se usan hojas de sauce como "hoshanot", que se golpean en el suelo, recordando que así como las hojas pueden volver a crecer, el hombre puede salvarse.

6) El octavo día es Shmini Atzeret, una fiesta propia, en la cual no es obligación estar en la sucá, ni se usan el Lulav y el Etrog. En Israel, se hace en ese día la celebración de la Torá.

7) Simjat Torá es la fiesta dedicada a la conclusión anual de la lectura de la Torá, y su reinicio en las sinagogas. Es una festividad mencionada en el Zohar, y en ella lo que reina es la alegría, haciéndose "hakafot" igual que con el Lulav, bailándose luego en conjunto. Es una fiesta en la que se da gran participación a los niños.

Los judíos sefaradíes tienen una única costumbre para los Ushpizín. Preparan una silla especial en la Sucá y ponen sobre ella una hermosa tela. Sobre la silla colocan libros sagrados, todo en honor al invitado especial de ese día.

En Sucot se lee el libro "KOHELET" ECLESIASTES, cuya autoría la tradición la atribuye al Rey Salomón. Este es un libro de reflexiones profundas sobre la vida, la muerte y otros temas filosóficos que hacen a la existencia humana y a las grandes preguntas.

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Cuando salimos de nuestras casas y entramos en la Sucá, recibimos la presencia de HaShem y de siete leales "pastores": Abraham, Itzjak, Iaakov, Iosef, Moshé, Aharón y David. Cada día, uno diferente se encuentra a la cabeza y el resto del grupo lo acompaña. Para poder merecer los siete huéspedes, es preciso invitar a la mesa a gente necesitada.

SUCOT, es la tercera fiesta de peregrinaje a Jerusalem, junto con Pesaj y Shavuot. Como vimos, tiene una importante connotación agrícola pero es también una festividad histórica. Es la dramatización de un momento de la marcha del pueblo judío hacia la libertad.

Para el judío la historia no es mero pasado, es continuidad, memoria viva, aprendizaje, experiencia.

El hecho de pasar a morar en una Sucá durante una semana nos permite la oportunidad de "cortar" la rutina de nuestras existencias; hacer un pequeño recreo a lo que es cotidiano. Quizás evaluemos de un modo apropiado lo que es normal en nuestra vida, y que precisamente por su normalidad, no sabemos (o podemos) valorarlo.

Quizás nos brinda la ocasión para que apreciemos lo afortunados que somos por lo poco o mucho que nos toca disfrutar.

Sucot nos avisa: "recuerda que la vida es efímera, y que lo que consideras imperecedero puede acabar...aprovecha el ahora para disfrutar y crecer".

Sucot además nos permite recordar que no somos lo que poseemos, ni los títulos, ni la fama...sino que vamos haciéndonos, más allá de lo que materialmente y circunstancialmente nos rodea.

Podemos aprovechar la Sucá como un lugar para visitar durante una semana, o una puerta para llegar a conocernos un poco más a nosotros mismos.

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SHEMENÍ ATZERET

El octavo día de Sucot es la corona que se suma a los siete días anteriores. Nunca se logró esclarecer si constituye en realidad una festividad independiente o es parte de la culminación de Sucot. Sin embargo, más allá de este día no tiene una idiosincrasia específica, sí tienen algo que lo caracteriza de los demás: la lectura de la plegaria de las lluvias en la sinagoga. Actualmente dicha oración vuelve a tener el sentido tradicional en Israel, debido la trascendencia que tiene el agua en las fechas agrícolas.

En tierra de Israel Sheminí Atzeret y Simajat Torá son festejadas el mismo día; en la diáspora, al concluir Sucot se festeja Shemini Atzeret y al día siguiente Simjat Torá. Sucot posee tres mitzvot características singulares, de las cuales sólo comparte una con Sheminí Atzeret, que son:

1) Morar en sucá. 2) Arbaat HaMinim

3) Vesamajta bejagueja (la obligación de estar felices)

Es la última de las mencionadas también mitzvá para Sheminí Atzeret.

En esta festividad se realiza la plegaria por la lluvia (para Eretz Israel). A partir de ese día y hasta Pesaj, en la Amidá se intercala: "Mashiv haruaj unorid hagueshem"- "El que hace que el viento sople y la lluvia caiga", expresión del deseo de que el año sea bendecido, para que posea la irrigación suficiente como para preservar al pueblo de hambre, pestes, dolores, etc.

Para pensar...

"Entonces vendrán el leví que no tiene parte ni heredad contigo, el huérfano y la viuda que haya en tus ciudades. Ellos comerán y se saciarán, para que Hashem tu Elokim te bendiga en toda obra que hagas con tus manos." (Devarim/ Deuteronimo 14:29)

La Torá nos regala con esta sección una formula que muchos han estado buscando durante milenios: la forma de enriquecerse. Y el método es sencillo; ser generoso. Al contrario de la idea popularmente aceptada, no es la persona avara la que cosecha dinero; ni el que es duro para compartir el que se beneficia, sino el que brinda y se

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brinda a los que tienen menos, o el que colabora sin esperar retribución a cambio, ese es el verdaderamente bendecido con fortuna. Cuanto más consagramos a otros, tanto más recibiremos.

Quizás el tesoro a percibir no sea material, sino en la forma de una renovada percepción de lo que es realmente valioso...Quizás podamos comprender un poco más la razón por la cual la fecha más dichosa (según la Torá: Sucot), posee un día "octavo" (Shemení Atzeret) para detenernos a gozarlo...porque así aprendemos a que está justamente en el "dar" el más precioso "recibir"...tal Sucot nos enseña y Sheminí Atzeret recalca, al abstenernos un día más de enfrascarnos en nuestra rutina, para dedicarnos a crecer como personas.

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SIMJAT TORA

La fiesta de Sucot llega a su culminación en el noveno día, llamado Simjat Torá. Esta festividad es la alegría no por un acontecimiento histórico pasado, sino por un hecho estrictamente presente: en este día se concluye la lectura de la Torá en la sinagoga. En esta fiesta se leen los últimos capítulos del Pentateuco y de inmediato se leen los primeros capítulos del mismo, para demostrar simbólicamente que esta lectura no tiene fin. Si en Shavuot se conmemora el culminante momento de la entrega de la Ley divina, en Simjat Torá el regocijo deriva de la recepción de la misma Ley en la existencia real.

Las festividades del mes de Tishrei (los Días Solemnes y Sucot), concluyen con esta gran fiesta característica de la cultura judía, SIMJAT TORA, que el pueblo judío estableció justamente en la diáspora, en los duros años del exilio forzoso.

El hecho de culminar y reiniciar la lectura de la Torá, se celebra con ceremonias llenas de colorido y alegría, demostrativas del goce íntimo que la lectura de la Torá proporciona al judío. Los rollos son extraídos del Arca Sagrada y se baila con ellos alrededor del altar. Es la única oportunidad en la que los niños menores de 13 años son admitidos en la lectura de la Torá.

En Simjat Torá nos regocijamos por haber sido escogidos para guardar un tesoro tan valioso como es nuestra Torá. Somos los depositarios, portadores y abanderados de la cultura, la civilización y la moral, pues la Ley judía es la fuente de todos estos valores. La Torá predica la ética, y bellas virtudes como el pacifismo y la fraternidad. Exhorta al respeto mutuo entre los seres humanos y condena las bajas pasiones; por eso ha sido la guía de centenares de generaciones y el secreto de la fortaleza física y espiritual de nuestro pueblo, desde su aparición en la escena histórica hasta el día de hoy.

No obstante todas las situaciones adversas que ha debido superar el pueblo judío, la Torá se ha mantenido intacta porque es imperecedera.

Los jasidim preguntaron en cierta ocasión: ¿Por qué se celebra Simjat Torá inmediatamente después de Sucot y no en Shavuot, cuando fue entregada la Torá? Ellos mismos dieron respuesta a este interrogante: Cuando recibimos la Torá en Shavuot, no sabíamos todavía su significado y si estaríamos en condiciones de observarla. Pero

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transcurrido cinco meses, verificamos que nos era perfectamente posible cumplir con todos sus mandamientos y aún regocijarnos con algunos de ellos, como por ejemplo, con la fiesta de Sucot. Entonces, al haber experimentado todo lo bueno que la Torá puede ofrecernos " nos alegramos en nuestras fiestas " con la Torá, que nos manda precisamente, estar alegres.

Por eso celebramos Simjat Torá (cuyo significado literal es "alegría de la Torá") en el mes de Tishrei, después de Sucot, y no en Shavuot.

La significación esencial y primera de la fiesta de Simjat Torá, es que cada judío tiene su parte en la Torá, estudiando, difundiendo la cultura y contribuyendo al mantenimiento de las instituciones encargadas de la educación popular.

La Torá nos inculca nobles sentimientos como la modestia, la compasión, la tzdaká, etc. ¿Por qué se asemeja la Torá al agua? Porque como el agua que fluye desde las colinas hasta la profundidad del valle, así desciende la Torá hasta el hombre humilde.

Simjat Torá es la fiesta de la cultura judía que aviva en nosotros el sentimiento de apego a la Torá, a nuestras tradiciones y nos enorgullece de pertenecer al Pueblo del Libro que produjo un cúmulo de leyes tan perfectas y excepcionalmente avanzadas para la época a la que se remontan; y es evidente que la mayoría de las civilizaciones antiguas y modernas se basaron en los preceptos bíblicos para elaborar sus propias legislaciones.

¿Por qué precisamente se le llama Simjat Torá?

Una de las posibles respuestas, es porque reconocemos que la Sabiduría contenida en la Torá es permanente, que nunca se acaba. Ni bien concluimos de conocerla, inmediatamente podemos encontrar que aún queda por estudiar. Recomenzamos felices, sabiendo que lo que es meritorio y valioso es el esfuerzo sincero por estudiar y superarse, y no llegar a la conclusión final de algo tan inmenso como la Torá.

Otra razón, al igual que la Torá es in-finita, el Pueblo de Israel tiene la oportunidad de no conocer límites y ser numeroso y útil a la humanidad.

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SIMJAT TORÁ celebra la circularidad de la lectura de los primeros cinco libros de la Biblia hebrea a lo largo del año judío; celebra el reinado de la palabra activa, creadora, una palabra que siendo aparentemente tan frágil y fugaz, posee más fuerza que las armas y la violencia, que enlaza el final con el principio, las generaciones mayores con las más jóvenes y el pasado con el futuro, que a través de las Escrituras provoca, enseña a pensar libremente, enseña a actuar responsablemente.

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Para saber más...

Pliego BAMA/ ARTE Y CULTURA: Número Cinco/ Setiembre 2002/ Ser judío/5: Moadei TISHREI

"Costumbres y tradiciones judías", Ana María Tapia Adler. Santiago de Chile, 1996.

"Israel y el zodíaco"

www.shalomonline.com

www.jewishagency-ed.org

(http://www.geocities.com/Athens/Acropolis/3402

(http://www.dnoam.cjb.net)

Referencias

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