• No se han encontrado resultados

SANT JAUME DE FRONTANYÀ

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "SANT JAUME DE FRONTANYÀ"

Copied!
8
0
0

Texto completo

(1)

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

/

745

D

Elconjuntocanonical de Sant Jaume de Frontanyà queda solamente en pie la magnífica iglesia dedicada al apóstol Santiago, ejemplo paradigmático de la arquitectura del primer románico en Cataluña (en su fase tardía), que se alza en la plaza central del pequeño pueblo homónimo. Históricamente vinculado al obispado de urgell, desde el siglo xvii el templo forma parte de la diócesis de Solsona, en el arciprestazgo de Berga.

la primera edificación religiosa en el lugar fue una pe-queña iglesia instalada en lo alto de un cerro próximo, cuya dedicación el año 905 por el obispo de urgell Nantigís (900-914) es conocida mediante el acta de consagración y dotación

de la misma, conservada en el archivo Capitular de la Seu d’urgell. la importancia de dicha consagración se constata por la presencia testimonial del conde Miró de Cerdanya y de su hermano Guifré II, conde de Barcelona. Pese a la tradicional interpretación historiográfica sobre una supuesta repoblación de la Cataluña central basada en el estableci-miento de monasterios e iglesias parroquiales, lo cierto es que la documentación constata que el templo se alzó (como casi siempre) en un terreno ya densamente poblado.

la primitiva iglesia edificada a comienzos del siglo x, dedicada ya a Santiago, fue conocida luego como Sant Jaume de Frontanyà Vell (viejo) por oposición al templo nuevo. Este

Sant Jaume de Frontanyà, el municipio más pequeño de Cataluña –con un censo en el 2006 de 31 habitantes–, se encuentra en la zona este de la comarca del Berguedà colindante con el ripollès. Se llega a Sant Jaume tomando, a la salida de Berga, la carretera C-26 en dirección a Vilada y Borredà y en esta localidad tomar la BV-4656.

las primeras noticias relativas al municipio hay que buscarlas en el acta de consagración de su iglesia, del año 905. Esta primera iglesia no se ubicaba en el lugar actual, sino cerca del santuario dels Oms. Sant Esteve de Tubau (o de Montner) se encuentra algo alejado del núcleo urbano y debió de ser la iglesia de Montner, lugar ya citado en el acta de consagración de Sant Jaume.

SaNT JauME DE FrONTaNYà

Iglesia de Sant Jaume

Vista general de la fachada oeste

(2)

746

/

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

se empezó a construir hacia mediados del siglo xi y estaba acabado, a la vista de su uniformidad y tecnología, hacia el final de la misma centuria; no se conserva, en este caso, acta de consagración que certifique el inicio del culto. Por el con-trario, existen varias donaciones que constatan la realidad de los trabajos arquitectónicos, al menos a partir de la década de 1060. la más interesante de ellas, publicada en 1967 por Francesc Martínez Solsona, vincula la campaña edilicia con el célebre magnate urgelitano arnau Mir de Tost, vizconde de

àger y personalidad de primera línea en la política catalana del siglo xi. arnau Mir, junto con su esposa arsendis, dona en 1066 un alodio en Bolvir y sus posesiones en Viladonja a la

ecclesia Sancti Iacobi qui edificatur in valle de kastro que voccant Fron-tiniano in comitatu berguitanu. los términos de la donación no

solo permiten asegurar que la nueva iglesia estaba ya siendo edificada, sino que apuntan incluso a la existencia previa de una comunidad de presbíteros, establecidos, cabe suponer, en el templo primitivo. a dichos presbíteros el texto demanda

Cabecera

Planta

(3)

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

/

747

cantos por la mañana y la tarde, así como sacrificios para los fieles. lo cierto es que de dicha comunidad primigenia nada más se conoce, solo que no actuaba bajo los mandatos de la regla agustiniana, cuya introducción no se produjo hasta el segundo cuarto del siglo xii.

Entre las donaciones al templo de los años siguientes, algunas de las cuales explícitamente ad opera, cabe destacar

la realizada por el noble Folc Sunifred de lluçà, quien otor-ga una onza de oro en 1074. Señor del castillo homónimo, era hermano del obispo de Vic Berenguer Sunifred (1079-1099), dinámico impulsor del movimiento canonical en sus tierras ausetanas. aunque por el momento Sant Jaume aparece solo documentada como parroquial, como se ha dicho es indudable que acogía ya una comunidad religiosa; la monumentalidad de su arquitectura no se entiende sin ese trasfondo y, aunque hoy en día la vieja hipótesis de una tipología edilicia asociada a este tipo de instituciones ha perdido apoyo entre los especialistas, algunos de sus rasgos son compartidos por otros templos canonicales de cronolo-gía cercana, especialmente la definición en planta de nave única y transepto.

la adopción de la regla agustiniana por la comunidad de Frontanyà está bien documentada en el año 1140, siendo su primer prior registrado ramon arnau. En sus mejores tiem-pos, la canónica alcanzó probablemente un número máximo de cinco o seis canónigos, quienes por supuesto contaban con personal auxiliar, lo que permite pensar en una comu-nidad de tamaño medio, similar a la vecina de Santa Maria de lluçà. al prior ramon arnau se suele considerar además (aunque sin confirmación documental) el impulsor de las obras del ahora desaparecido conjunto de dependencias ca-nonicales. Estas se centraban en un claustro de dimensiones

Alzado sur

0 1 2 3 4 5 m

Alzado este

0 1 2 3 4 5 m

reducidas, del que se conserva solo alguna pieza suelta que, como se advertirá más adelante, puede fecharse a mediados de la duodécima centuria.

a lo largo de los siglos xiiyxiii, Sant Jaume de Frontanyà se convierte en uno de los centros religiosos más poderosos de la región y en la punta de lanza de los intereses más orien-tales del obispado de urgell. Su prosperidad es incontestable hasta finales de siglo xiii, aunque la falta de documentación no permite conocer los motivos concretos de su pujanza, tal vez relacionada con el apoyo de la poderosa familia Mataplana, en cuya baronía se emplazaba. Sus buenas relaciones con el

(4)

748

/

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

poder se observan en la concesión franca de todas sus pose-siones en la zona de ripoll por parte del conde de Barcelona ramon Berenguer IV, en documento fechado en 1155. En el ámbito de la jurisdicción religiosa, los priores de Frontanyà ostentaron también el decanato del Berguedà, una de las sub-divisiones administrativas del obispado de urgell estableci-das a lo largo del siglo xiii para la mejora de la administración del amplísimo territorio diocesano.

El auge de la institución empezó solo a declinar con el avance de los tiempos y de los nuevos argumentos devocio-nales y religiosos de la sociedad tardomedieval. a fidevocio-nales del siglo xiv desaparecen los priores residentes en el monasterio y se suceden los comanditarios, lo que sin duda acentúa la pér-dida de poder de la canónica, cuyas abundantes rentas suelen ser gestionadas al margen de sus necesidades específicas, des-de el exterior. la comunidad, reducida al parecer a dos únicos canónigos dedicados al servicio pastoral, subsiste sin embargo hasta 1592, momento de la extinción de las canónicas regu-lares en Cataluña. un año después era creado el obispado de Solsona, escindido de la Seu d’urgell, y desde entonces el título (y los beneficios) del priorato de Frontanyà lo ostentan canónigos de la catedral solsonense de Santa Maria.

la iglesia mantuvo sus funciones parroquiales en época moderna. a mediados del siglo xix se dotó al interior del tem-plo de un revestimiento de aire neoclásico, de aspecto similar al todavía conservado en la cercana iglesia monástica de Santa Maria de Serrateix, obra también decimonónica. En Frontanyà, desaparecido el claustro románico, se construyó en su lugar una rectoría (siglo xvii) que subsistió hasta el siglo xx. Entre 1962 y 1966 se realizó una restauración general de todo el con-junto bajo mandato de la Diputación de Barcelona, arrasándo-se dicha rectoría para mejorar la visión panorámica de la iglesia

y suprimiéndose el revoque neoclásico del interior de esta, que muestra hoy el aparejo original de los muros románicos.

la iglesia de Sant Jaume es un edificio de grandes di-mensiones, con más de 30 m de largo en el eje principal y una altura que sobrepasa los 11 m en el interior de la nave y los 15 en el crucero. En planta tiene forma de cruz latina, con una sola nave de gran tamaño y un crucero de potente desarrollo, al cual se abren el ábside central y los dos grandes absidiolos laterales, sedes respectivas del altar mayor dedi-cado al apóstol Santiago y de dos altares secundarios bajo las advocaciones de san Juan y san Pedro. Corona el crucero un exuberante cimborrio de doce costados (más anchos los cuatro que encaran el doble eje del templo) que sobresale de una base cuadrada perfectamente expresada en el exterior, lo que confiere al alzado un cuidadoso y elegante juego de volúmenes, típico de los diseños del primer románico catalán.

El aparejo es también característico de la época, a ba-se de sillarejo de tamaño medio, desbastado con esmero y articulado en hiladas perfectamente regulares. los muros laterales no disponen de ornamentación alguna, y ambos parecen ligeramente realzados. Por su parte, tanto fachada como cabecera se adornan con los característicos arquillos ciegos y lesenas. En el ábside central los arquillos se agrupan en series de cinco, separados por lesenas planas que conectan con el zócalo; los arquillos se sitúan cinco o seis hiladas por debajo de la cornisa, lo que no es habitual y tal vez pueda considerarse producto de un sobrealzado (que de haberse producido no parece posterior a la obra o, por lo menos, está montado con idéntico aparejo). En los ábsides laterales no se desarrollan lesenas.

la fachada oriental de la base cuadrada del cimborrio ostenta una original decoración del mismo tipo, con dos

(5)

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

/

749

pos de seis arquillos en cada lado y, en el centro, una arcada que corona un gran ventanal abocinado, flanqueada por dos arcadas algo más pequeñas. Por otro lado, bajo la cornisa del cimborrio se abre un friso continuo de pequeños nichos cie-gos, recurso igualmente muy característico de la articulación paramental de la arquitectura del primer románico; los nichos no son tan profundos como en otros templos catalanes, y se sitúan en número de cinco en los costados principales, más dos en cada uno de los lados secundarios.

En la fachada occidental se desarrolla el mismo tipo de estructuras de adorno paramental, a base de lesenas y arqui-llos ciegos, consiguiéndose un tipo de fachada sobria pero no completamente lisa, que es igualmente característica de la arquitectura catalana de la época (Sant Ponç de Corbera o Santa Maria de Terrassa ofrecen una solución parecida). El campanario original debió ser de espadaña simple, a la cual en el siglo xvi se adosó un cuerpo rectangular a modo de to-rreón con el objetivo, según se precisa en algunos documen-tos, de proteger al párroco cuando conjuraba tormentas en lo alto de la iglesia. Parece ser de la misma época, sino incluso posterior, el gran óculo trazado en el centro de la fachada, que sustituye una ventana primitiva posiblemente de medio punto. Encima de este óculo, y justo debajo del friso a doble vertiente de arquillos ciegos, se dibuja otro pequeño vano en forma de cruz, motivo bastante habitual en otros templos de la zona (quizás debido precisamente a la influencia de este).

la principal entrada a la iglesia se sitúa en esta fachada occidental, donde se abre una sencilla portada de arco de me-dio punto, ligeramente resaltada por un dovelaje bien tallado y monumentalizada por una modesta pero efectiva escalinata en expansión, posiblemente original. Hubo tres accesos más al interior del templo: dos de ellos en la fachada oeste de

cada brazo del transepto y el tercero en el primer tramo de la fachada meridional de la nave. actualmente funciona solo el acceso del costado sur del transepto, aunque el despiece de su sencilla portada indica que se trata de una refección moderna. Tanto esta puerta como la que conducía a la nave debían comunicar con el desaparecido claustro canonical aunque, como se ha dicho, la construcción de dicho claustro parece claramente posterior a la iglesia, ya del siglo xii. En cualquier caso, con anterioridad debió existir ya algún tipo de espacio auxiliar precedente, no articulado con galerías claustrales, que probablemente organizaba las primeras dependencias canonicales (preagustinianas).

El interior de la iglesia es de gran sobriedad, resaltada por el actual aspecto desnudo de los muros, resultado de la restauración del siglo xx. la nave se divide en dos únicos tramos, definidos por un sólido arco fajón; en la parte más occidental del primer tramo se halla un coro moderno, desde el cual parte una escalera hacia el campanario. El espacio in-terior se ilumina mediante el ventanal circular ya mencionado de la fachada oeste, y también gracias a dos ventanas en arco de medio punto, de tamaño relativamente modesto y doble derrame, situadas en el muro meridional. Hay otras ventanas iguales en los respectivos hastiales del transepto y en cada uno de los tres ábsides. El crucero de grandes dimensiones, deli-mitado por cuatro grandes arcos torales, va cubierto por una bella cúpula de tendencia más ochavada que esférica, montada con absoluta precisión sobre cuatro pequeñas trompas. Toda la estructura es extraordinariamente elegante, trabajo de un maestro de obras muy dotado en el manejo de volúmenes.

Tanto los brazos del transepto como la nave se cubren con bóveda de cañón, que arranca –en la nave– de una im-posta que recorre incluso las pilastras que sostienen los arcos,

(6)

750

/

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

intensificando la percepción de un espacio unitario y bien articulado. los tres ábsides abiertos en batería al transepto se cubren con bóveda de cuarto de esfera y tienen cierta profundidad, contando con un pequeño tramo presbiteral que antecede al espacio absidal propiamente dicho. Mientras los absidiolos laterales no cuentan con decoración, en el muro del ábside mayor se abre una sucesión de cinco gran-des nichos semicirculares enmarcados por pequeños arcos rebajados y separados entre sí por columnitas adosadas, sin basa ni capitel. Esta feliz solución ornamental es nuevamente un rasgo arquetípico del primer románico y tiene en la re-lativamente cercana iglesia de Sant Vicenç de Cardona un precedente y (quizás) un estímulo claro. Por otra parte, la ausencia de cualquier tipo de recurso escultórico no resulta excepcional en este tipo de edificios del siglo xi.

Se ha mencionado ya la desaparición del claustro romá-nico, sustituido en época barroca por una rectoría. Durante la demolición de esta a mediados de siglo xx salieron a la luz varios elementos del antiguo claustro (algunos capiteles y ba-sas de columnas), que habían sido amortizados. En el interior de la iglesia se conserva todavía hoy uno de esos capiteles (la historiografía afirma la existencia de otro, que no hemos podido localizar), muy erosionado, en el que se aprecia una representación de leones afrontados; sin duda debe ser obra del siglo xii, lo que confirmaría la erección de las galerías claustrales en un momento posterior a la instauración de la canónica regular agustiniana en 1140. la degradación ma-terial del capitel no permite evaluar correctamente el estilo de la talla, aunque su composición y repertorio iconográfico no parecen alejados de los modos habituales de la escultura del cercano monasterio de Santa Maria de ripoll. Incluso podría vincularse más estrechamente la obra con los trabajos escultóricos del también vecino claustro de Santa Maria de lluçà, obra derivada de los talleres de ripoll (o de ripoll-Vic) donde aparece alguna pieza de iconografía idéntica a la conservada en Sant Jaume. En este sentido, la construcción del claustro de la canónica de lluçà, que se ha situado cro-nológicamente a mediados de siglo xii, puede valer como referencia contextual para las obras claustrales en Frontanyà. Nada sabemos aquí, desafortunadamente, de las dependen-cias canonicales que debieron rodear el claustro.

Desde un punto de vista estrictamente arquitectónico, el templo es un ejemplo magnífico de las formas maduras del primer románico, de gusto muy austero y sin interés por la decoración escultórica, pero inteligentemente trazado según los principios fundamentales de este tipo de construcción, que busca siempre la armonía y la interconexión entre sus partes. Nada se conserva del ornamento que debió presentar el interior en época románica, de donde procede en cambio un interesantísimo fragmento de frontal de altar, o más po-siblemente de retablo (del tipo horizontal, característico del primer gótico), elaborado seguramente a finales de siglo xiii en estilo gótico lineal y conservado en el Museu Diocesà i Comarcal de Solsona (nº inv. 19).

Pila de agua bendita

levantado, en términos generales, durante el tercer cuarto del siglo xi, Sant Jaume de Frontanyà puede rela-cionarse con otros edificios catalanes contemporáneos que presumen de soluciones similares, que buscan el equilibrio entre las partes sin renunciar a ciertos alardes compositivos fundamentados en la oposición y el contraste de volúmenes, y que reducen su intención ornamental externa a los clásicos elementos paramentales (arquillos ciegos, lesenas, nichos) asociados con su tecnología constructiva. Debe situarse, pues, entre los mejores proyectos conservados del primer románico en Cataluña, solo un peldaño por debajo de Sant Vicenç de Cardona o de Sant Pere de àger, por referir dos iglesias emblemáticas del periodo. Entre los edificios que se han considerado más estrictamente próximos cabe citar, por lo menos, Sant Ponç de Corbera, Santa Eugènia de Berga y Sant llorenç de Munt, si bien su parecido con ellos responde básicamente al diseño en planta y/o a la existencia de cimbo-rrio sobre el crucero, pues otras de sus soluciones son bastan-te distintas y bastanbastan-te más acusada su inbastan-tención monumental. En ese mismo sentido, su relación –incluso dependencia– con la iglesia ausetana de Sant Martí Sescorts, propuesta en ocasiones por la historiografía, resulta a mi parecer bastante menos evidente.

PiladEaGuaBEndita

En el interior de la iglesia, en el lado meridional del pri-mer tramo de la nave, se conserva una pequeña pila de agua bendita que tal vez pueda considerarse románica, aunque de-bido a su sencillez es difícil establecer una cronología precisa. Su receptáculo circular va coronado por una gruesa moldura, mientras que en la parte inferior se esculpe en relieve una ma-no que metafóricamente sostiene el conjunto. Sobre ella, en el frontis del receptáculo, se halla grabado el monograma ihs.

(7)

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

/

751

PilaBautismal

También en el interior del templo, a la derecha de la puerta principal de entrada, se halla una sencilla pila bau-tismal de buen tamaño, montada sobre pie circular y sin decoración alguna. Puede ser de tradición románica, pero es imposible asegurar su cronología. En cualquier caso, está claro que su emplazamiento original no era el lugar donde ahora se encuentra.

Texto y fotos: JDP - Planos: FPM

Bibliografía

ainauddE lasartE, J., 1994b, pp. 61-66; Boto varEla, G., 2007a, pp.

285-286; BousQuEt, J., 1975, p. 92; catalunya romànica, 1984-1997,

XII, pp. 468-480; caBEstanyi Fort, j. F. y matasi Blanxart, m. t.,

1998, pp. 179-182; carrioni roiG, r. et alii, 2005; dElcor, M., 1990,

pp. 40-42; junyEnti suBirà, E., 1975-1976, I, pp. 111-121; martínEz solsona, F., 1967; masPonsy laBrós, F. de., 1895, pp. 129-143; PEidró i rami, E. y rEiG, J., 2002, pp. 10-12; PladEvalli Font, a., 1968c, p.

280; PuiGi cadaFalch, J., FalGuEra, a. de y Goday, j., 1909-1918, II,

pp. 263-266, 372-375; sEmiri zivojnovic, V. de, 2005, pp. 6-8; sErra i vilaró, J., 1930-1950, III, pp. 264-268; torrasi FErrEri, c. a.,

1902-1903, 89, p. 186, 102, pp. 169-187; vázQuEzdE ParGa, l. y lacarra dE miGuEl, J. M., 1949, III, lám. Xl, XlI, XlII; viGué i viñas, J. y BastardEsi ParEra, a., 1978, pp. 211-216; vinyEtai lEyEs, r., 1978,

pp. 64-74; yarza luacEs, J. y EsPañol BEltrán, F., 2007, pp. 60-61;

zaraGoza Pascual, E., 1997, p. 108. Pila bautismal

Iglesia de Sant Esteve de Tubau (o de Montner)

l

aiGlEsiadE sant EstEvEdE tuBau, conocida hasta época moderna como de Montner, se sitúa muy cerca del nú-cleo de Sant Jaume de Frontanyà y a ella se llega desde Borredà siguiendo una la pista forestal que queda a la derecha en dirección a la masía de Tubau.

El único documento en el que aparece mencionada ex-plícitamente la iglesia es el acta de consagración de la Seu d’urgell, cuya pretendida datación (819) es más que dudosa. las referencias al lugar de Montner (luego conocido como Tubau) son más abundantes y se inauguran con el acta de consagración de la iglesia de Sant Jaume (905), en la que aparece como Monte Nigro, esto es Montner. a finales del siglo

xvi, el declive demográfico dejó la iglesia de Sant Esteve sin feligreses, de manera que en siglo xviii ya era sufragánea de Sant Jaume de Frontanyà.

la iglesia de Sant Esteve de Tubau presenta una tipo-logía muy sencilla, de una nave y un ábside cuadrangular, ligeramente desviado hacia el Sureste; una planimetría que ha dado lugar a diversas hipótesis sobre su cronología, en-tre otras considerarla propia de un edificio prerrománico.

Este cuenta con dos ventanas, en el mismo eje, situadas una encima de otra. la superior, monolítica y de arco de medio punto, mientras que la inferior (formada igualmente por un bloque monolítico tallado a modo de arco) muestra relieves en una una moldura que perfila el vano: una cruz, un ave y una esquemática forma vegetal prácticamente desaparecida. las otras ventanas del conjunto, todas ellas muy simples, se abren en el muro sur. la puerta de acceso al edificio, de me-dio punto, se abre en el muro occidental.

la zona del ábside se cubre con bóveda, mientras que la nave lo hace con una cubierta a doble vertiente sobre envigado de madera, correspondiente a una restauración mo-derna (1974) que devolvió al edificio el tipo de cubierta con el que debió contar originariamente. ambos espacios, ábside y nave, se comunican a través de un arco triunfal. El edificio aparece rematado por un campanario de espadaña de dos ojos o doble abertura.

Todos los autores coinciden al considerar el ábside tra-pezoidal una característica propia de tiempos prerrománicos, pero interpretan su presencia en la iglesia de distinta forma.

(8)

752

/

S a N T J a u M E D E F r O N T a N Y à

algunos, como Eduard Junyent, fechan el edificio a partir de este y otros rasgos (como su paramento irregular) en el siglo x. Otros autores, como Xavier Barral, se inclinan por considerarla una construcción románica, del siglo xi, en la que se perpetúan elementos tradicionales. Sant Esteve es otro ejemplo (como Sant Miquel de Sorba, en Montmajor) de lo complicado que resulta datar las modestas iglesias rurales, habitualmente alejadas de las innovaciones arquitectónicas y en las que reina el peso de la tradición.

En el transcurso de la intervención en el edificio en 1974, fue localizada una sencilla lipsanoteca de madera, hoy en paradero desconocido, que conservaba algunos vestigios de reliquias en su interior. Por las fotografías que de ella se conocen, es evidente que se trataba de uno más de los fre-cuentes ejemplares de extrema sencillez, carente de cualquier elemento decorativo, a modo de cajita rectangular cuya tapa encajaba por medio de una ranura.

Texto y fotos: MBl

Bibliografía

Barauti oBiols, c., 1978, pp. 52,74; Barrali altEt, x, 1981, p. 258; caraBasai villanuEva, l. et alii, 1994, p. 171; catalunya romànica,

1984-1998, XII, pp. 481-482; junyEnti suBirà, E., 1983, pp. 171-172; sErrai rotés, r., BErnadich, a. y rota, M., 1991, pp. 182-183; viGué i viñas, J. y BastardEsi ParEra, a., 1978, pp. 220-221; vinyEtai lEyEs,

r., 1978, pp. 75-78.

Portada occidental

Ventana del ábside Vista general de la iglesia desde el Norte

Referencias

Documento similar

Se dice que la Administración no está obligada a seguir sus pre- cedentes y puede, por tanto, conculcar legítimamente los principios de igualdad, seguridad jurídica y buena fe,

La Normativa de evaluación del rendimiento académico de los estudiantes y de revisión de calificaciones de la Universidad de Santiago de Compostela, aprobada por el Pleno or-

En España y en muchos otros países no existen encuestas de consumo para todo el siglo xix y la primera mitad del xx. Por ello, para examinar mejor este largo periodo, puede ser

Respecto a estos dos últimos ejemplos es e x w o el caso de la Traditio del fresco de Clayton (Sussex), ya que, a pesar de estar relacionado con ellos presenta un esquema

Sant Gregori VII (papa) i santa Maria Magdalena de Pazzi (verge).. Sant Felip Neri i

el PAtio de mi escuelA es un bosque de diversidAd Más allá de las pistas deportivas, ofrecer en el patio espacios alternativos de juego libre que estén en contacto con la

De este modo se constituye un espacio ontológico y epistemológico a la vez, en el que cada elemento (cada principio) ocupa un lugar determinado en la totalidad, y desde ahí está

Gastos derivados de la recaudación de los derechos económicos de la entidad local o de sus organis- mos autónomos cuando aquélla se efectúe por otras enti- dades locales o