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La prensa en la historiografía mexicana: problemas y perspectivas

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA

MEXICANA: PROBLEMAS

Y PERSPECTIVAS

J a c q u e l i n e1 Covo Universidad de Lille III

E L B A L A N C E D E L A H I S T O R I O G R A F Í A L A T I N O A M E R I C A N A y, en p a r t i -cular de la mexicana, que emprende Historia Mexicana en es-te n ú m e r o m o n o g r á f i c o , no puede hacer a u n lado la proble-m á t i c a u t ü i z a c i ó n de fuentes específicas, coproble-mo la prensa p e r i ó d i c a . P r o b l e m á t i c a , porque su proliferación, diversi-dad, mutaciones y c a r a c t e r í s t i c a s propias hacen de la prensa u n material particularmente valioso para la historiografía, pero de consulta, uso e i n t e r p r e t a c i ó n difíciles. Por todo ello, si bien muchos investigadores se valen ocasionalmente de materiales p e r i o d í s t i c o s , pocos son los que los estudian s i s t e m á t i c a m e n t e , tomando en cuenta sus elementos distin-tivos, tanto en M é x i c o como en otras partes.

E n efecto, entre las fuentes primarias que utiliza el histo-riador, la prensa se distingue tanto de los documentos de ar-chivo —de c a r á c t e r frecuentemente reservado e institucio-n a l — como de las memorias y correspoinstitucio-ndeinstitucio-ncias oficiales o privadas —a menudo fragmentarias o subjetivas—, aunque comparte con estas ú l t i m a s una función de c o m u n i c a c i ó n , u n enfoque parcial y u n a ausencia de distancia c r o n o l ó g i c a

m i p t~or~n\~\i¿KA n p r m i t p ^ n m n a r q r l Q r-r\r\ lo r-rririirn ^ l i Vn^i-i CA

suele definir a la prensa por sus rasgos materiales —papel impreso de p u b l i c a c i ó n p e r i ó d i c a — su especificidad consiste sin duda, en ser u n medio de c o m u n i c a c i ó n m u l t i t u d i n a r i a , u n intermediario entre los hechos que afectan la vida de los hombres y el p ú b l i c o — " m e d i a " , s e g ú n dice el lenguaje

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nico actual. T a l función hace de la prensa una especie de ta-m i z que transta-mite o calla, inforta-ma, deforta-ma, organiza y ela-bora en r e l a c i ó n con unos p a r á m e t r o s variables.

L a a p a r i c i ó n de la prensa p e r i ó d i c a en M é x i c o atestigua estas c a r a c t e r í s t i c a s : si los primeros brotes de una prensa i n -cipiente aparecen con la i l u s t r a c i ó n colonial, la historia del

periodismo mexicano1 saluda en la prensa insurgente al

iniciador del g é n e r o ; este nacimiento, estrechamente vincu-lado en M é x i c o con las convulsiones de una crisis aguda y con el surgimiento de la n a c i ó n — p i é n s e s e en El Despertador Americano, fundado por H i d a l g o — , manifiesta el c a r á c t e r p r o p a g a n d í s t i c o del periodismo, su r e l a c i ó n con los conflic-tos políticos o ideológicos, incluso en los breves periodos en que la s i t u a c i ó n es menos á l g i d a o m á s represiva.

M u y cauto, por lo tanto, ha de ser el historiador que bus-ca en el p e r i ó d i c o una fuente de i n f o r m a c i ó n fidedigna, y es-to t a m b i é n por otra r a z ó n : la prensa p e r i ó d i c a , en sus albo-res, d i f í c i l m e n t e puede d e s e m p e ñ a r u n papel informativo; es cierto que las primeras hojas volantes d i f u n d í a n "sucesos curiosos", que las "gacetas" del siglo X V I I I , procurando ser útiles al p ú b l i c o , publicaban ordenanzas oficiales, anun-cios de festividades religiosas y civiles, noticias comerciales y e c o n ó m i c a s , de i n t e r é s tanto para el historiador como para el lector c o n t e m p o r á n e o . Sin embargo, la carencia de me-dios r á p i d o s de t r a n s m i s i ó n , la dependencia de fuentes ofi-ciales o de la llegada de barcos p r o v o c ó una m i o p í a que sólo progresivamente se fue aliviando con la a p a r i c i ó n del telé-grafo, de las agencias de prensa, m á s tarde del teléfono y de los complejos medios de t r a n s m i s i ó n actuales, en una perio-d i z a c i ó n cuyo establecimiento perio-debe ser una perio-de las tareas perio-del

estudioso del periodismo latinoamericano y mexicano.2

E n el intervalo, la prensa política del siglo X I X mexicano

suple sus carencias informativas por una p r o p e n s i ó n reflexi-va que, particularmente en los momentos de intensa

fer-1 V é a n s e , por ejemplo, O C H O A C A M P O S , 1 9 6 8 ; R u i z C A S T A Ñ E D A , 1 9 7 4

y 1 9 8 7 ; nuestras referencias no pretenden ser exhaustivas y su ú n i c o obje-to es s e ñ a l a r pistas de trabajo.

2 E s el tema, en cuanto al periodismo en general, de la i n v e s t i g a c i ó n

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m e n t a c i ó n política, hace de ella una prensa de ideas, de opi-n i ó opi-n , la cual proporcioopi-na a la historiografía u opi-n valioso ob-servatorio de los debates ideológicos: basta con recordar el periodismo de L i z a r d i o la prensa política de la Reforma, so-bre la cual existe una investigación pionera de M a r í a del C a r m e n R u i z C a s t a ñ e d a .3

Es bien sabido que conforme se aprovechan tecnologías m á s modernas y costosas el p e r i ó d i c o se hace m e r c a n c í a y, al m i s m o tiempo, instrumento de poder en manos de parti-dos o grupos de p r e s i ó n ; su c o n f o r m a c i ó n y contenido se adaptan a esta función y, p a r a d ó j i c a m e n t e , mientras mayor se vuelve su capacidad i n f o r m a t i v a , m á s se perfeccionan las t é c n i c a s de m a n i p u l a c i ó n del discurso —tanto lingüístico co-m o i c ó n i c o — , encaco-minadas a convencer y orientar al lector m á s o menos disimuladamente; por lo m i s m o , el investiga-d o r ha investiga-de aninvestiga-dar con pies investiga-de plomo: t r á t e s e investiga-de la prensa investiga-de o p i n i ó n o de i n f o r m a c i ó n , su postura ha de proporcionarle u n a d i s t a n c i a c i ó n crítica que le permita adoptar criterios pa-r a descubpa-ripa-r e intepa-rppa-retapa-r los pa-ropajes en que e s t á envuelta la i n f o r m a c i ó n .

E n el ejemplo que viene a c o n t i n u a c i ó n , nos parecen sig-nificativos estos tipos de m a n i p u l a c i ó n , tanto en el terreno de los hechos brutos como en el campo ideológico: el 6 de diciembre de 1914, las tropas de los generales Francisco V i -lla y E m i l i a n o Zapata entran en la ciudad de M é x i c o . Sobre u n hecho i n a u d i t o , el encuentro de la ciudad y el campo, ya conocido por memorias y fotografías, ¿ q u é le puede ofrecer la prensa al historiador? E l que se acerca inadvertido a la Hemeroteca Nacional se lleva p r i m e r o una desagradable sorpresa: de los numerosos títulos catalogados sobre 1914, m u y pocos aparecen con la fecha de 7 de diciembre, en la que, l ó g i c a m e n t e , se h a b í a de dar cuenta del acontecimien-to; sin embargo, los fondos le permiten cotejar El Monitor, p e r i ó d i c o de la ciudad de M é x i c o , del 7 de diciembre de 1914, con El Pueblo de Veracruz —entonces ocupada por los carrancistas— del m i s m o d í a . A h í vienen extractos de los diarios citados:

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¡Gesta emocionante la de ayer significada en el desfile de los ejércitos del Norte y del Sur!

Como jeques que van entre sus hombres de guerra y entre teñedores y cantores, así cruzaron la avenida, bañada de sol y envuelta en tricolores trofeos, los dos guerreros, en quienes la Patria tiene enclavada su pupila.

Cabalgaba el General Villa en hermoso alazán tostado y ves-tía uniforme azul oscuro, con gorra de divisionario, bordada de oro, y llevaba enormes botas federicas. Iba el General Zapata en bellísimo rocillo oscuro y vestía su típico traje de charro, chaquetilla color beige, con bordados de oro viejo, pantalón ne-gro, ajustado, con bo(tas?)

Cuando la infantería zapatista desfiló, las muchedumbres ávidas que llenaban sillerías, aceras, carruajes y balcones, co-mentaron favorablemente la formación de la tropa [. . . ] Los generales Zapatistas y villistas recibieron m i l agasajos [. . . ] el desfile continuaba grandioso. Y resurgían banderas empuña-das por generaciones sucesivas, y que ahora trenolaban hom-bres hasta ayer oscuros [. . . ] Había sido un largo peregrinar hasta la tierra de promisión. Parecía escucharse en labios de guerreros frases musicales desparramadas por el viento:

"vole-mos al Capitolio, vole"vole-mos a t r i u n f a r . . . " (El Monitor,

7/XII/1914.)

Últimas noticias de la ex-capital de la República. Se dice que saquea-ron algunos edificios los Z a p a t i s t a s .

U n colega local publica, en su número de ayer; varias noti-cias procedentes de Orizaba y proporcionadas por viajeros que llegan de México, las que aseguran que las colonias Roma y Condesa de la ciudad mencionada, han sido destruidas en gran parte, añadiéndose que el populacho desenfrenado ha saqueado muchas casas de esos aristocráticos barrios.

Se añade que igualmente fueron saqueados el Palacio Nacio-nal y el Museo, llevándose las indisciplinadas turbas muchos objetos de arte. [. . . ] Las pocas casas comerciales que perma-necían abiertas han resuelto cerrar, y contadas personas pacífi-cas transitan por las calles. A u n cuando se ha ordenado a

algu-nas partidas de Zapatistas que se retiren de México hacia el

Ajusco se han negado a obedecer y continúan en la ex-capital,

cometiendo toda clase de atropellos. (El Pueblo de Veracruz,

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L a c o n f r o n t a c i ó n de las dos p á g i n a s es elocuente: no tanto en las representaciones contrastadas del hecho —desfile heroico de ejércitos disciplinados versus atropellos de turbas i n -controladas— sino en los mecanismos que revelan el funcio-namiento periodístico: en la ciudad de M é x i c o ocupada asume el discurso u n reportero-testigo presencial, hombre de cultura y reflexión, s e g ú n manifiesta el ú l t i m o p á r r a f o c i -tado; en Veracruz la i n f o r m a c i ó n es indirecta ( " u n colega l o c a l " . . . "viajeros que llegan de M é x i c o " ) y el p e r i ó d i c o no se responsabiliza ("se dice q u e " , "aseguran", "se a ñ a -d e " ) ; por lo mismo, revela sus fuentes -de i n f o r m a c i ó n : esos viajeros que llegan de M é x i c o posiblemente huyen de "los a r i s t o c r á t i c o s b a r r i o s " por miedo a los zapatistas y al " p o -p u l a c h o " ; ex-plican así que "-pocas casas comerciales" - per-manezcan abiertas —entre ellas, sin duda, las imprentas de los p e r i ó d i c o s ausentes de los fondos h e m e r o g r á f i c o s ; por el contrario, los que no han querido abandonar la ciudad

periodistas y lectores— hacen suya una postura de adhe-s i ó n , adhe-sea por adhe-s i m p a t í a ideológica, adhe-sea por oportuniadhe-smo, bien visible en la adjetivación enfática de El Monitor. E n este ca¬

so \SL prenso, no ofrece nada al historiador en el terreno de

los hechos; pero su i m p l i c a c i ó n en los movimientos contra-dictorios de las masas eme expresa v en los eme influve al m i s m o tiempo la hace inestimable para el conocimiento de las reacciones colectivas para la historia de las mentalidades y las ideas. Volveremos sobre este punto.

N o siempre son tan obvios los mecanismos que elaboran los hechos referidos, sin embargo, revelan los problemas particulares de i n t e r p r e t a c i ó n de la prensa. Si bien cualquier documento pide una lectura crítica, la v o c a c i ó n del p e r i ó d i -co, instrumento de o r i e n t a c i ó n masiva, le presta u n discurso enmascarado por unos códigos que se han ido perfeccionan-do hasta nuestros días; su eficacia consiste en la a d e c u a c i ó n de la forma que reviste el hecho b r u t o ai p ú b l i c o considerado — d i v e r s i f i c á n d o s e la prensa con la e v o l u c i ó n social, proceso que t a m b i é n se ha de investigar en M é x i c o — , a partir de las metas propias de sus redactores o propietarios y según la co-y u n t u r a , variando el discurso p e r i o d í s t i c o con ella.

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pe-694 J A C Q U E L I N E C O V O

r i o d í s t i c o sin tomar en cuenta o indagar estos antecedentes con el fin de valorar, comparar e interpretar.

L a u t i l i z a c i ó n de la prensa —material específico— por la h i s t o r i o g r a f í a exige u n estudio s i s t e m á t i c o . Su proliferación de dos siglos a la fecha, propone a la i n v e s t i g a c i ó n tareas que, en M é x i c o , sólo han comenzado y que, por su a m p l i t u d y complejidad, necesitan la p a r t i c i p a c i ó n de equipos espe-cializados.

L a d i s p e r s i ó n de este material, los disturbios que han afectado al p a í s y destruido muchos archivos, la p r i o r i d a d reconocida a otros menesteres i m p o n e n una p r i m e r a tarea, incompleta en la actualidad: la de ubicar este material, ya que numerosos títulos nos son conocidos sólo indirectamen-te, por su m e n c i ó n en las revistas de prensa o en citas de los grandes p e r i ó d i c o s nacionales; muchos de ellos, probable-mente, h a n desaparecido, pero otros tal vez duermen en es-t a n es-t e r í a s de las hemeroes-tecas de los eses-tados o en colecciones

privadas, cuando no en b a ú l e s o desvanes particulares,4

¿ q u é decir de esos p e r i ó d i c o s manuscritos, cuya existencia manifiesta una urgencia de e x p r e s i ó n digna de la a t e n c i ó n

del historiador?5

T a m b i é n urge llenar lagunas en colecciones incompletas, significativas en ocasiones. N o se crea que sólo nos referimos

al periodismo del siglo X I X , particularmente vulnerable;

por i n c r e í b l e que parezca, las publicaciones de los primeros d í a s de octubre de 1968 han desaparecido de los fondos de la Hemeroteca Nacional disponibles al p ú b l i c o , y esta au-sencia confirma el i n t e r é s que tiene la prensa para el conoci-m i e n t o de este periodo. Es de esperar que los fondos

priva-4 C i t e m o s , sobre el periodo de la R e f o r m a , El Pobre Diablo de

Tlalte-nango (Zacatecas), " p e r i ó d i c o r a q u í t i c o , e s t r a m b ó t i c o y r i d í c u l o , con sus ribetes de p o l í t i c o . . . " , publicado semanalmente en 1856 por J u a n F . R o m á n , y cedido en 1945 a la Hemeroteca Nacional por su hijo.

5 P a r a el periodo de la R e f o r m a los grandes ó r g a n o s nacionales citan El Duende Veracruzano, El Rodón, El Duende del Chichimeco. . . " D i g n a de to-do elogio es l a tarea que emprenden los redactores de El Duende Veracruzano pues sin imprenta, sin ese medio asombroso de la c o m u n i c a c i ó n de las ideas, echan sobre sí el trabajo de publicar u n p e r i ó d i c o manuscrito, con el solo y ú n i c o objeto de defender las libertades de la r e p ú b l i c a . " La pata de cabra, 30 (25 sep. 1855).

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dos p e r m i t a n reconstituir el acervo y preservar u n bien co-lectivo de i n t e r é s científico.6

Asimismo, cabe preservar o rescatar u n material h u m i l -de, al que no se presta l a suficiente a t e n c i ó n : los boletines o folletos de asociaciones, sindicatos, instituciones educati-vas, laborales o comerciales, etc., cuyos enfoques aclaran por dentro la a c t u a c i ó n de grupos específicos o de m i n o r í a s en la historia nacional: l a larga vida d e c i m o n ó n i c a , p o r ejemplo, del p e r i ó d i c o de la colonia francesa en M é x i c o , Le Trait d'Union, permite estudiar las c a r a c t e r í s t i c a s socioprofe-sionales de este grupo y su p a r t i c i p a c i ó n en la v i d a p o l í t i c a mexicana, en el periodo crítico de la i n t e r v e n c i ó n francesa y del i m p e r i o .7 E n el siglo X X la prensa de l a colonia j u d í a

de M é x i c o t a m b i é n aporta elementos interesantes para co-nocer este g r u p o ;8 del mismo modo que B a s t í a n se v a l i ó de

fuentes h e m e r o g r á f i c a s para estudiar las sociedades protes-tantes en el p o r f i r i a t o ;9 y p i é n s e s e en el i n t e r é s que

repre-s e n t a r á n lorepre-s folletorepre-s y boletinerepre-s de la Arepre-samblea de Barriorepre-s o del Sindicato de Costureras para el historiador que quiera investigar l a o r g a n i z a c i ó n de la sociedad c i v i l a r a í z de los sismos de 1985. A nuestro modo de ver, si la gran prensa nacional mejor estudiada muestra los movimientos a.m~ plios d e ' l a colectividad mexicana su perspectiva peca de centralismo y necesita ser c o r r e a d a por los m ú l t i p l e s enfo-ques m i n o r i t a r i o s v regionales que r o m p a n su u n i v o c i d a d v enriquezcan las visiones n e u m ó n i c a s facilitando u n cono-cimiento a fondo. M u c h a s interpretaciones m o n o l í t i c a s de l a historia mexicana p o d r í a n matizarse si indagaran en la prensa p e r i ó d i c a Citemos como eiemplo la e d i c i ó n oue rea-fizó el I n s t i t u t o Nacional de A n t r o p o l o g í a e H i s t o r i a de

edi-toriales publicados ñ o r l a prensa ialiscience durante l a

Revo-l u c i ó n cuyas perspectivas pudieran confrontarse con Revo-las de otras entidades y con las del centro para ofrecer uina v i s i ó n

6 E s t a d e s a p a r i c i ó n , s e ñ a l a d a por La Jomada ( 2 7 ago. 1 9 9 0 ) a p r o p ó s i

-to de la i n v e s t i g a c i ó n p a r a la p e l í c u l a Rojo Amanecer, es confirmada por nuestra propia experiencia.

7 Covo, 1 9 8 2 y 1 9 8 6 . 8 N A T A N S O N , 1 9 8 9 . 9 B A S T Í A N , 1 9 8 9 .

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p l u r a l del acontecimiento, reveladora de los m ú l t i p l e s i n -tereses y preocupaciones concretas de los distintos grupos sociales.1 0

L a tarea de u b i c a c i ó n se ha de completar con la forma-ción de catálogos completos, constantemente actualizados e impresos, que p e r m i t a n al historiador saber de q u é material puede disponer sobre determinado periodo, á r e a o tema, y localizarlos f á c i l m e n t e . De esta forma, p o d r í a n aprovechar-se joyas h e m e r o g r á f i c a s poco conocidas, y los fondos locales o privados c o n s e r v a r í a n sus riquezas documentales. Asimis-m o , los índices analíticos de ó r g a n o s significativos s e r í a n de suma u t i l i d a d .

A su vez, muchas investigaciones colectivas p o d r í a n deri-varse de tales c a t á l o g o s ; para completar los trabajos ya se-ñ a l a d o s se hace necesaria una historia general de la prensa mexicana — y latinoamericana—: a la nomenclatura ha de a ñ a d i r s e u n estudio minucioso por é p o c a s y estados — p a r t i -cularmente en lo que toca a la é p o c a actual, bastante

defi-ciente a este respecto—,1 1 u n a t i p o l o g í a formada con u n

criterio científico y una p e r i o d i z a c i ó n y cuantificación que ponga en evidencia los momentos de f e r m e n t a c i ó n p e r i o d í s -tica o, por el contrario, los de silencio y r e p r e s i ó n , que sería el complemento de u n estudio atento de la legislación sobre i m p r e n t a , punto sobre el cual volveremos. Se p r e c i s a r í a así la función de la prensa en la v i d a política, pero t a m b i é n su r e l a c i ó n con las circunstancias geográficas, sociológicas y culturales de la n a c i ó n y sus componentes.

Tales investigaciones globales han de concluirnos al estu-dio s i s t e m á t i c o de ó r g a n o s de prensa significativos, s e g ú n u n a t i p o l o g í a a ú n por determinarse. E n sí mismo resulta i n -teresante para la historia del periodismo averiguar las circunstancias y el funcionamiento interno de u n gran p e r i ó d i

-co nacional,1 2 u n vocero de partido o una hoja clandestina,

u n b o l e t í n sindical, una p u b l i c a c i ó n para mujeres1 3 o u n a

1 0 O L V E D A , D O R A N T E S y V A C A , 1 9 8 5 .

1 1 V é a s e FERNÁNDEZ C H R I S T U E B , 1 9 8 2 ; S E C A N E L L A , 1 9 8 3 , Memoria, 1 9 9 0 . 1 2 V é a n s e , en E s p a ñ a , I M B E R T y B E N E Y T O , 1 9 8 6 .

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 697

revista l i t e r a r i a . » Pero su aprovechamiento por la histo-r i o g histo-r a f í a ha de sehisto-r m á s fhisto-ructífehisto-ro t o d a v í a , pohisto-r sus apohisto-rtacio- aportacio-nes a los diversos ramos de la vida de las sociedades. Cite-mos, como b o t ó n de muestra, el esbozo de estudio que dedicamos a El Nacional en los años 1935-1936, como ó r g a n o del p a r t i d o oficial, creado en 1929 con el t í t u l o de El Nacional Revolucionario y publicado con diversa fortuna hasta hoy. Su análisis en los primeros a ñ o s del cardenismo arroja una nue-va luz sobre la r e c u p e r a c i ó n de poder por el nuevo presi-dente y la i n s t r u m e n t a l i z a c i ó n del p e r i ó d i c o en el afán de construirse una base social. L a historia moderna —la His-toria de la Revolución Mexicana publicada por E l Colegio de M é x i c o , por ejemplo— ha utilizado abundantemente El Na-cional como fuente documental; pero el estudio de sus estra-tegias p e r i o d í s t i c a s , la c o n s t r u c c i ó n progresiva de secciones definidas con el p r o p ó s i t o de acercarse a la v i d a cotidiana de los diversos sectores sociales —obrero, campesino, de las amas de casa, los alumnos de las escuelas, el rector m i l i t a r , etc. — , y los llamamientos a la p a r t i c i p a c i ó n activa de los lectores, ya sea para exponer sus dificultades y opiniones o para c o n t r i b u i r a u n evento, procuran hacer del p e r i ó d i c o de p a r t i d o u n instrumento social de a d h e s i ó n , p r o m o c i ó n y ca-n a l i z a c i ó ca-n .1 5

Para valorar exactamente la f u n c i ó n c u m p l i d a por el pe-r i ó d i c o es necesape-rio pe-realizape-r, antes de cualquiepe-r pe-reflexión so-bre su contenido, u n sólido análisis externo: el periódico es ante todo u n soporte material, cuya existencia y configura-ción obedecen tanto a imperativos concretos como a preocu-paciones intelectuales. Este t i p o de i n v e s t i g a c i ó n está toda-v í a en ciernes, no solamente en M é x i c o , y t e n d r í a que desarrollarse con todas las dificultades que e n t r a ñ a . Es cier-to que la prensa, en la p r i m e r a m i t a d del siglo X I X , cuando d i s p o n í a de medios técnicos m u y limitados, no exigía g r a n -des'inversiones o insumos, y p o d í a descansar casi en u n solo h o m b r e , como en el caso de F e r n á n d e z de L i z a r d i o de Fran-cisco Zarco. A medida que se i n d u s t r i a l i z ó la prensa

cobra-1 4 C o v o , cobra-1986a. 1 5 C o v o , 1989.

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6 9 8 JACQUELINE COVO

ron m a y o r importancia los factores materiales, que llegaron incluso a determinar la existencia y la o r i e n t a c i ó n de los p e r i ó d i c o s y a obstaculizar su pluralismo. A s í como el conte-nido de El Nacional se define por su estatuto de p e r i ó d i c o gu-bernamental, la i n t e r p r e t a c i ó n de la prensa por la histo-riografía se vuelve m á s fructífera con el conocimiento de sus " s e ñ a s de i d e n t i d a d " . Destaca entre ellas todo lo que hace del p e r i ó d i c o una empresa e c o n ó m i c a : o r g a n i z a c i ó n a d m i -nistrativa y financiera, fuentes de ingreso, capacidad

tecno-lógica, estructura de la plantilla, tiraje, difusión y precios.1 6

T o d o ello puede ser m u y difícil de investigar y apreciar; los tirajes, por ejemplo, no se publican en M é x i c o . E n el siglo X I X , la capacidad t é c n i c a de la maquinaria proporciona da-tos aproximados: el volante manuscrito que encontramos entre las p á g i n a s de la colección de Le Trait a"Union, calcu-lando el precio de costo del p e r i ó d i c o "hasta m i l ejempla-res", corresponde a lo que se sabe de esta capacidad y al n ú m e r o de familias francesas establecidas entonces en la

Re-p ú b l i c a . E n el siglo X X los tirajes publicados en anuarios

oficiales p o d r í a n ser bastante controvertidos: el " c o l u m n i s -t a " H é c -t o r A g u i l a r C a m í n , en su novela Morir en el golfo, ha-ce que su protagonista, periodista, pregunte por el tiraje del p e r i ó d i c o que lo emplea. Le contestan lo siguiente:

. . .son efectivos 30 365 ejemplares de su periódico, Miguelito. Ora, si la información es para anunciantes y público en gene-ral, aquí tengo el último oficio de la dirección de mayo 31 de 1979. Mire usted, dice: "tiraje del periódico entre semana:

152 300; domingos: 224 150".1 7

Sin embargo, la a p r e c i a c i ó n de tales datos cuantitativos puede variar: aunque son útiles para medir la influencia po-tencial de una corriente de o p i n i ó n , su importancia tiene que relativizarse si se considera el i n t e r é s i n t r í n s e c o del de-bate de ideas. A nuestro parecer, son significativas para la h i s t o r i o g r a f í a las publicaciones marginales, de forzosa

difu-1 6 K A Y S E R , 1 9 8 2 , m o s t r ó la i m p o r t a n c i a de esos factores.

1 7 A G U I L A R C A M Í N , 1 9 8 8 , p . 2 3 5 . V é a n s e m á s datos en G U T I É R R E Z E S

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 699

sión l i m i t a d a , precisamente en l a medida en que corrigen l a v i s i ó n h e g e m ó n i c a de u n vocero de gran audiencia.

Ello abre paso al tema, m u y poco investigado t o d a v í a por su complejidad, de la r e c e p c i ó n del p e r i ó d i c o ; en el caso de El Nacional cardenista, por ejemplo, el conocimiento de su audiencia entre los grupos-sociales a que se destinaba, y de su técnicas de difusión —entre los maestros gracias a su abundante material p e d a g ó g i c o , entre otros afectos—, nos p e r m i t i r í a apreciar mejor el éxito de sus estrategias. A p a r t i r de las redes de d i s t r i b u c i ó n , de las listas de corresponsales locales que, a veces, publica el p e r i ó d i c o d e c i m o n ó n i c o y, de ser posible, de los ficheros de suscriptores y otros datos, po-d r í a tal vez apreciarse el alcance po-de la prensa en las

catego-r í a s sociopcatego-rofesionales y en el m o v i m i e n t o de las ideas,1 8

aunque sin sobreestimar el valor de la cuantificación: u n a lectura i n d i v i d u a l puede tener eco en la familia, l a tertulia o el taller, y t a m b i é n podemos otra vez citar el caso de Le Trait d'Union cuya, audiencia, por las posturas avanzadas de su jefe de r e d a c c i ó n , R e n é Masson, pasa mucho de la limita¬ da colonia francesa ya cjue lo citan abundantemente los grandes p e r i ó d i c o s nacionales, como El Siglo XIX.

Interviene a q u í l a personalidad del periodista, su forma-ción socioprofesional, sus condiciones de trabajo, su inde-pendencia, datos que facilitan la v a l o r a c i ó n de su produc-c i ó n . Es bien sabido que, en M é x i produc-c o , la labor p e r i o d í s t i produc-c a se

profesionalizó m u y tarde: los periodistas del siglo X I X

ejer-c í a n u n a aejer-ctividad polifaejer-cétiejer-ca, pues eran abogados, maes-tros o políticos, a ñ a d i e n d o a menudo a todo ello el ejercicio de l a literatura. A p a r t i r de trabajos fragmentarios, una his-t o r i a de la p r o f e s i ó n p e r m i his-t i r í a apreciar en q u é medida la e v o l u c i ó n del estatuto influyó sobre l a p e r c e p c i ó n de la reali-dad y su e x p r e s i ó n .1 9

E n t r a en este r e n g l ó n l a procedencia de la i n f o r m a c i ó n , materia p r i m a del p e r i ó d i c o ; éste depende de sus fuentes, del origen de las noticias, de sus posibilidades — e c o n ó m i

-1 8 Sobre el p e r i o d i s m o a c t u a l , G U T I É R R E Z E S P Í N D O L A, 1988, p p . 2 3 0 ¬

2 3 2 .

1 9 P o r e j e m p l o , W H E A T, 1957 y el ú t i l t r a b a j o de C A M A R I L L O C A R B A

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7 0 0 JACQUELINE COVO

cas, en gran parte— de emplear reporteros y enviados pro-pios. Veamos por ejemplo c ó m o en 1913, en M a d r i d , Alfre-do R i v e r a , periodista de El Imparcial e s p a ñ o l , perturbaAlfre-do por los telegramas escuetos y d r a m á t i c o s sobre " l a Decena T r á g i c a " que llegaban de Estados U n i d o s " p o r cuyo tamiz pasan las noticias" (22 feb. 1913), se entrega a toda una re-flexión sobre su oficio:

La opinión, en España, no conoce de la revolución mejicana si-no las consecuencias, lo único que han podido ofrecersi-nos los despachos telegráficos recibidos en algunas redacciones. Del origen del chispazo revolucionario, del desarrollo y alcance del levantamiento, n i en España n i en Europa entera tenemos la menor noticia. Por lo menos, ningún periódico español n i ex-tranjero ha hecho otra cosa que relatar sucintamente las luchas entre revolucionarios y gubernamentales, los combates y sus te-rribles consecuencias. (20 feb. 1913.)

Nuestro periodista busca entonces u n paliativo para i n -formar mejor a los lectores de El Imparcial, de línea liberal monarquista, y cree encontrarlo en:

. . .esas ilustres personalidades mejicanas que, obligadas unas por la fuerza de las circunstancias e impelidas otras por los ne-gocios, se han visto en la necesidad de abandonar su patria en busca de tranquilidad y de reposo. Nadie como esas personas [. . . ] podían darnos una impresión más exacta de los hechos [. . . ] (20 feb. 1913).

Consiste esta " i m p r e s i ó n exacta" en u n elogio del gobier-no porfirista, " d i c t a d u r a bien e n t e n d i d a " que entusiasma-ba a la colonia e s p a ñ o l a empresarial, pero provocaentusiasma-ba la des-confianza norteamericana, de la que se valió M a d e r o y sus " b a n d o l e r o s " , " p o r f o r t u n a " en derrota (ibid.).

L a dependencia de fuentes informativas partidarias se ha demostrado repetidamente, desde entonces —por ejemplo, por M a t t e l a r d , sobre la c a í d a del gobierno chileno de U n i -dad P o p u l a r — ,2 0 y el m o n o p o l i o de las grandes agencias de

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 7 0 1

prensa pudo conducir al gobierno de L á z a r o C á r d e n a s a crear y subvencionar, en 1935, la Agencia Noticiosa Tele-gráfica A m e r i c a n a ( A N T A ) , servicio de i n f o r m a c i ó n

interna-cional, apoyado en Havas, que funcionó hasta 1943. U n a historia de las agencias de prensa latinoamericanas sería de gran ayuda para el investigador.

Las particularidades del discurso p e r i o d í s t i c o integran t a m b i é n el decisivo influjo de la legislación del momento so-bre la e x p r e s i ó n de las ideas. Se hace necesario u n estudio global y sistemático del tema, aun cuando existen

investiga-ciones parciales.2 1 L a legislación sobre i m p r e n t a no

sola-mente informa sobre las circunstancias políticas, sino que t a m b i é n puede aclarar una efervescencia crítica o, por el contrario, u n silencio prudente. Los periodos de severa re-p r e s i ó n exigen del historiador una a t e n c i ó n esre-pecial de des-cifrar, bajo l a e x p r e s i ó n anodina, las siempre posibles y va-lientes tentativas de dar a conocer posiciones disidentes. Por ejemplo, notamos que, durante la dictadura del general Santa A n n a , Le Trait d'Union se v a l í a del uso del idoma fran-cés y de l a i r o n í a para e n g a ñ a r a los censores y ridiculizar a " S u Alteza S e r e n í s i m a " , a l a b á n d o l o exageradamente, o c ó m o Francisco Zarco, en el mismo periodo, aprovechaba la inocua c r ó n i c a de " m o d a s " para deslizar ataques indirec-tos.2 2 L a h i s t o r i o g r a f í a del p o r v e n i r t e n d r á que examinar

con criterios científicos este tema en lo que toca a nuestra ac-tualidad, d e s p u é s de la reflexión política inmediata que se interesa entre otros puntos por la exacta v controvertida f u n c i ó n ' d e P I P S A (Productora e I m p o r t a d o r a de Papel

S . A . ) , en la dependencia o independencia de la prensa mexi¬ cana o ñ o r el " e o l p e " interno al Excelsior de 1976 v otras p r á c t i c a s 2 3

Tales estudios de las condiciones de p r o d u c c i ó n del p e r i ó -dico mexicano precisan el sentido de su contenido, y dan pie a investigaciones que van m á s allá de su uso como fuen-te documental, y que permifuen-ten realizar provechosas infuen-ter-

inter-2 1 R E Y N A , 1 9 7 6 ; C A M A R I L L O C A R B A J A L , 1 9 8 5 .

2 2 Covo, 1 9 8 3 , pp. 2 4 3 y 2 5 9 - 2 6 2 .

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702 JACQUELINE COVO

pretaciones y comparaciones que constituyen una de las aportaciones específicas de la prensa a los estudios his-tóricos.

Mencionamos la r a z ó n por la cual la prensa se ha de abordar con gran cautela en el terreno de los hechos, de la historia política o m i l i t a r y, en general, de todo lo que ella considera como objeto de su a t e n c i ó n . E n cambio, lo acceso-rio, ajeno o i m p l í c i t o constituye una m i n a inagotable para la h i s t o r i o g r a f í a , aunque exige una gran paciencia; es el caso de las secciones que hoy l l a m a r í a m o s " d e servicios", que i n -teresan a la historia social, e c o n ó m i c a y cultural: anuncios y ofertas, precios; llegadas de barcos, viajeros y m e r c a n c í a s ; r e s e ñ a s teatrales, catálogos de libreros, folletines. . . todo ello puede ser aprovechado y suministrar datos difíciles de apreciar por medio de otros documentos. U n investigador e s t u d i ó , por ejemplo, los anuncios publicitarios de varios pe-riódicos de M a d r i d y de L a Habana a principios de 1895, en el m o m e n t o en que se iniciaba la lucha por la emancipa-ción cubana; su c o m p a r a c i ó n deja ver dos sociedades diferenciadas, con niveles de consumo desiguales: la m o d e r n i -dad y el dinamismo de las técnicas publicitarias cubanas, en r e l a c i ó n con las m a d r i l e ñ a s , los productos anunciados — m á q u i n a s d o m é s t i c a s e industriales importadas de Esta-dos U n i d o s entre otros las ofertas v demandas de empleo

sugieren que las dos sociedades se estaban distanciando, y que la b u r g u e s í a de la isla presentaba menos puntos de con-tacto con su antigua m e t r ó p o l i cjue con " e l vecino del N o r t e " en cuyos brazos iba a caer."

T a n provechosa es la prensa para la historia de las ideas y las mentalidades, como lo sugieren muchos de los ejemplos ya citados. Esto se debe a los datos que proporciona, pero sobre todo a que su función persuasiva t o m a en cuenta, aun inconscientemente, las opiniones o preocupaciones colecti-vas, y así se hace eco de ellas. Esto sucedió el 13 de agosto de 1856, cuando El Monitor Republicano relata el fracaso de la i n s u r r e c c i ó n de 1 500 obreras de una fábrica, contra des-pidos y bajas de salario. E l a r t í c u l o t e r m i n a así: " A l caer la

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 7 0 3

tarde de ayer h a b í a concluido esta s u b l e v a c i ó n femenil que tiene m á s de grotesco que de i m p o r t a n t e " .

A d e m á s de a ñ a d i r una ficha a la historia del movimiento obrero mexicano, la adjetivación utilizada echa luz sobre el estatuto social de la mujer y el concepto que se tiene de ella en los grupos dominantes, redactores y lectores del p e r i ó d i c o d e c i m o n ó n i c o . Cuando, en 1853, El Registro de D u r a n g o , c i

-tado por El Siglo XIX ( Io de feb.), publica una lista de

sus-criptores para u n premio destinado a la captura o extermi-nio de u n " i n d i o b r a v o " , entre cuyos generosos donadores se encuentra u n sacerdote, nos proporciona m ú l t i p l e s y fruc-tuosas connotaciones de u n dato escueto, útiles para la histo-r i a de las mentalidades.

E l p e r i ó d i c o , observador colectivo, compilador inmedia-to, d í a tras d í a , de la v i d a concreta y del modo de pensar de los hombres constituye, por lo tanto, u n manantial inagota-ble para investigaciones de amplio vuelo. Puede ser t a m b i é n el material básico de estudios t e m á t i c o s o m o n o g r á f i c o s : his-torias de una corriente política o religiosa, de una r e g i ó n , de u n grupo social o profesional, de una personalidad. L a de Justo Sierra, por ejemplo, se ha aclarado mucho gracias a

la prensa de su t i e m p o .2 5 Los debates de ideas, de los que

da cuenta la prensa, enriquecen considerablemente, en lo que toca a la historia de las ideas, la visión m o n o l í t i c a que se desprende de la s a n c i ó n institucional de esos debates. A s í , nos parece que indagando en el periodismo de la " R e f o r -m a " , se descubre que el liberalis-mo -mexicano de la é p o c a no fue tan idealista n i anticlerical como lo afirman muchos estudios, que se basan en las leyes de Reforma y sus

resulta-dos.2 6 Es t e ó r i c a m e n t e posible realizar el mismo tipo de

trabajo sobre los momentos de r u p t u r a o de crisis que provo-can una intensa efervescencia ideológica. Las condiciones de p r o d u c c i ó n de la prensa p o d r í a n dar a conocer por eiemplo las m ú l t i p l e s facetas del estado de o p i n i ó n q ú e a c o m p a ñ ó ! c o n d e n ó al fracaso o hizo posibles — a d e m á s de otros

facto-2 5 D U M A S , 1 9 8 6 .

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704 JACQUELINE COVO

res— la c o n v e n c i ó n de Aguascalientes, el congreso de Que-r é t a Que-r o o la e x p Que-r o p i a c i ó n petQue-roleQue-ra.

Obviamente, la i n t e r p r e t a c i ó n de las ideas expresadas exige del historiador muchas precauciones y u n sólido cono-cimiento del contexto, así como antecedentes para no pecar de ingenuidad o equivocarse. Para entender las posturas pro-mexicanas y antifrancesas del p e r i ó d i c o Le Trait d'Union an-te la i n t e r v e n c i ó n francesa, es m u y importanan-te conocer los intereses adquiridos con la compra de bienes del clero por la colonia francesa, así como las convicciones republicanas

de su redactor en jefe, R e n é M a s s o n .2 7 E n otro trabajo,

nos interesamos por la c r ó n i c a , en la sección " I n f o r m a c i ó n E x t r a n j e r a " de El Nacional cardenista, del 18 de j u l i o de 1936 e s p a ñ o l : c r e í m o s advertir que, en la i n t e r p r e t a c i ó n y e l a b o r a c i ó n p e r i o d í s t i c a del acontecimiento ajeno interve-n í a interve-n , al m i s m o tiempo que la fraterinterve-nidad cointerve-n uinterve-na r e p ú b l i c a hermana, las preocupaciones y conflictos de la coyuntura p r o p i a . Seguramente las diferencias estructurales, la refor-ma agraria, la p a r t i c i p a c i ó n obrera, la d e m o c r a t i z a c i ó n de la sociedad y la l i q u i d a c i ó n del poder pretoriano eran pro-blemas comunes a, la segunda R e p ú b l i c a e s p a ñ o l a y al go-bierno de C á r d e n a s , influyeron probablemente no sólo en la

postura política sino t a m b i é n en los elementos de represen¬

t a c i ó n del acontecimiento y en las modalidades de e x p r e s i ó n adoDtados Dor El Nacional E l m a n i a u e í s m o éüico la aten¬ c i ó n a las masas obreras y campesinas - a n ó n i m o s actores de l a defensa r e p u b l i c a n a - mucho m á s Cjue a los informes militares y la posición solidaria con fecuencia cobran u n do-ble sentido que legitima al gobierno mexicano al mismo

tiemno nne anova a los rennblicanos e s n a ñ o l e s T as líneas

siguientes o o r e L n n l o a e x c e o c i ó n de los t é r m i n o s eeoerá fieos, h a b í a n al lector tanto de M é x i c o como de E s p a ñ a :

. . .lo que defiende a la República es el Pueblo mismo, la masa popular, los campesinos y los obreros armados, las tropas ani-madas del espíritu nuevo que sean capaces de fraternizar con los trabajadores para formar el triángulo invencible. Es el

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 7 0 5

bre [de Andalucía] en medio de las grandes haciendas o [de los asturianos] entre las pequeñas parcelas que no sustentan ni a una sola familia.2 8

E n este caso las connotaciones discursivas, m á s que el contenido informativo, muestran el partido que la histo-riografía de la prensa extranjera puede obtener del aconteci-miento, a pesar de su distanciamiento geográfico e intelec-tual, de su c o m p r e n s i ó n e i m p l i c a c i ó n relativas o de la dudosa confiabilidad de sus informaciones. Es el objeto de una tesis i n é d i t a sobre la visión de la r e v o l u c i ó n mexicana

en la prensa francesa de la é p o c a .2 9 E n el contexto

euro-peo de los a ñ o s 1910-1920, domina la d r a m á t i c a crisis de la " G r a n G u e r r a " , y si bien M é x i c o y su r e v o l u c i ó n no e s t á n implicados directamente en el conflicto, intereses es-tratégicos y e c o n ó m i c o s afectan la i n t e r p r e t a c i ó n francesa del acontecimiento, proporcionando una visión "etnocen-t r i s "etnocen-t a " , en palabras del au"etnocen-tor. Sus análisis "etnocen-t e m á "etnocen-t i c o s y cuan-titativos muestran una p r i o r i d a d absoluta de los aspectos internacionales de la r e v o l u c i ó n mexicana, y particularmen-te de " l a mano de A l e m a n i a " , inparticularmen-tervenciones, maniobras y complots destinados a fomentar una. guerra entre M é x i c o y Estados U n i d o s , para apartar a éstos del campo de batalla europeo. E n cambio, los aspectos internos, sociales y políti-cos de la R e v o l u c i ó n despiertan m u v poco i n t e r é s y son m a l conocidos - e l 29 de noviembre de 1911 L'Humanité de Jean J a u r è s publica en su p r i m e r a plana u n retrato de Benito J u á r e z con el nombre de Francisco I . M a d e r o . Por ejemplo,

se o m i t e n casi siempre las causas agrarias del levantamien-to v L'Humanité diario socialista es uno de los pocos en denunciar las dictaduras de Porfirio D í a z y V i c t o r i a n o H u e r t a v mostrar el naoel del pueblo del Partido L i b e r a l Mexicano y de Ricardo Flores M a g ó n en la lucha. T o d o ello nos conduce a concluir cjue m á s c^ue i n f o r m a r sobre la r e v o l u c i ó n mexicana la prensa francesa la instrumentali-za a favor de sus propias tesis políticas en u n a c o y u n t u r a

2 8 L o s p a r é n t e s i s son nuestros. C o v o , 1 9 9 0 .

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706 JACQUELINE COVO

determinada. A t r a v é s de esto podemos ver la valiosa a p o r t a c i ó n de la prensa para la historia de las relaciones i n -ternacionales.

Este tipo de estudios se enriquecen mucho con el análisis comparado: u n corpus de p e r i ó d i c o s cuidadosamente for-mado por los matices de sus líneas políticas, de su procedencia geográfica o del origen sociológico de sus lectores, m a n i -fiesta por su e v o l u c i ó n d i a c r ò n i c a las opciones propias de cada diario y sus modalidades de " m a n i p u l a c i ó n " de los lectores. M a g n e analiza dos periódicos regionales de Bre-t a ñ a , provincia abierBre-ta sobre el mar, y muesBre-tra en ellos una perspectiva internacional particularmente dominante, pero t a m b i é n advierte, en u n c a p í t u l o dedicado a las fuentes de i n f o r m a c i ó n , que los corresponsales de los puertos proporcionan u n enfoque original con los testimonios de m a r i -neros procedentes de A m é r i c a L a t i n a . Algunos estudios pa-ralelos, sistemáticos, de la prensa e s p a ñ o l a , norteamericana y de naciones latinoamericanas s e r í a n de gran provecho his-t ó r i c o .

Los ejemplos citados muestran, en fin, la necesidad de to-m a r en cuenta las particularidades lingüísticas del discurso p e r i o d í s t i c o . Hasta m u y entrado el siglo X X , el p e r i ó d i c o no tiene lenguaje propio; es escueto en la i n f o r m a c i ó n , cercano al ensayo en el comentario. Cuando la prensa se vuelve u n a m e r c a n c í a , sometida a la competencia e c o n ó m i c a tanto co-mo a las directivas políticas, se le aplican las normas del mercado, con sus diversas técnicas de seducción: el uso calculado de la p r i m e r a plana y el discurso a u t ó n o m o de los t i tulares, destinados a atraer e informar concisamente al h o m -bre moderno apresurado, han de ser tomados en cuenta por el historiador. Por ejemplo, el 20 de septiembre de 1985, Unomásuno encabeza su p r i m e r a plana, a todo lo ancho, con el titular: " G r a n solidaridad; pronta r e a n u d a c i ó n de servi-cios", no i n f o r m a sobre el sismo —ya e s t á n enterados todos los mexicanos por otros medios— sino que procura t r a n q u i -lizar a sus lectores, mostrando la eficacia de las reacciones a n ó n i m a s y oficiales, y cumpliendo así una función m á s po-lítica que informativa. Las técnicas lingüísticas y semiológi-cas pueden facilitar tales investigaciones, particularmente

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 707

en l a i n t e r p r e t a c i ó n del discurso partidista o m i l i t a n t e .3 0

L a prensa ofrece u n inmenso campo de i n v e s t i g a c i ó n a la h i s t o r i o g r a f í a mexicana. M u c h o se ha hecho, pero no se han agotado las potencialidades de u n material m u y valioso por la función e s t r a t é g i c a —vocero, faro, f i l t r o — que cumple entre los hombres que se expresan en sus p á g i n a s y las masas de lectores a quienes ofrecen o i m p o n e n su visión del m u n -do. U n a reflexión sobre esta f u n c i ó n , sus modalidades y sus efectos permite que los historiadores valoren exactamente su contenido informativo, tomando en cuenta las condiciones de p r o d u c c i ó n del p e r i ó d i c o y sus mutaciones dentro de la e v o l u c i ó n material, política y cultural de l a sociedad. Sobre estas bases, la prensa viene a ser una fuente fecunda en los diversos ramos de l a h i s t o r i o g r a f í a .

L a inmensidad de l a tarea pide fuerzas abundantes para indagar en el rico material, n o del todo explorado; en M é -xico, l a i n v e s t i g a c i ó n i n d i v i d u a l y a ha hecho bastante en este d o m i n i o para s e ñ a l a r pistas, a b r i r surcos, explorar de-terminadas á r e a s ; pero la f o r m a c i ó n de equipos pluridisci-plinarios p e r m i t i r í a ampliar estos trabajos y aprovechar ple-namente l a h e m e r o g r a f í a mexicana, tomando en cuenta la fragilidad de u n material que se ha de proteger del deterioro y la d e s t r u c c i ó n con el fin de extraer de él provechosas inves-tigaciones.

R E F E R E N C I A S

A G U I L A R C A M Í N, H é c t o r

1988 Morir en el golfo. B a r c e l o n a : M i t r e .

B A S T Í A N, J e a n - P i e r r e

1989 Los disidentes: sociedades protestantes y revolución en México,

1872-1911. M é x i c o : F o n d o de C u l t u r a E c o n ó m i c a - E ! C o l e g i o de M é x i c o .

3 0 M o s t r a r estas p a r t i c u l a r i d a d e s es el objeto del trabajo colectivo Le Discours, 1989; el c a t á l o g o de las editoriales A . T . E . y M i t r e de Barcelona t a m b i é n p r o p o r c i o n a n b i b l i o g r a f í a a l respecto.

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708 JACQUELINE COVO

B E C E R R A A C O S T A, M a n u e l

1984 Dos poderes. M é x i c o : G r i j a l b o .

C A M A R I L L O C A R B A J A L, M a r í a T e r e s a

1985 La represión a la prensa en América Latina (Hemerografía, 19781982). M é x i c o : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l A u t ó n o -m a de M é x i c o .

1988 El sindicato de periodistas, una utopia mexicana. M é x i c o : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l A u t ó n o m a de M é x i c o .

Coloquio

1990 Coloquio Nacional de periodistas. M é x i c o : El Día e n libros.

Comunicación

1990 Comunicación, cultura y política durante la I I República y la guerra civil. T o m o I I , B i l b a o : U n i v e r s i d a d d e l P a í s V a s c o .

C O R D E R A C A M P O S, R o l a n d o , R a ú l T R E J O D E L A R B R E y J u a n E n r i q u e V E G A

(coords.)

1988 México: el reclamo democrático. M é x i c o : Siglo V e i n t i u n o

E d i t o r e s .

C o v o , J a c q u e l i n e

1982 " L a colonie f r a n ç a i s e a u M e x i q u e à travers son j o u r -n a l , Le Trait d'U-nio-n, 1 8 4 9 - 1 8 6 8 " , e -n Presse et Public,

2, p p . 5-19.

1983 Las ideas de la Reforma en México (1855-1861). M e x i c o : U n i v e r s i d a d N a c i o n a l A u t ó n o m a de M é x i c o .

1986 "Le Trait d'Union, p e r i ó d i c o f r a n c é s de l a c i u d a d de M é x i c o , entre l a R e f o r m a y l a I n t e r v e n c i ó n " , e n His-toria Mexicana, x x x v : 3(139) ( e n e . - m a r . ) , p p . 461-476.

1986a " U n e revue l i t t é r a i r e a u x i xc s i è c l e : La Ilustración Me-xicana ( 1 8 5 1 - 1 8 5 5 ) " , e n Typologie, p p . 61-67.

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LA PRENSA EN LA HISTORIOGRAFÍA MEXICANA 709

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Typologie

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W H E A T, R a y m o n d

Referencias

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