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EL ASTUTO SEÑOR DON CERO

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Academic year: 2020

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EL ASTUTO SEÑOR DON CERO®.

El planeta Numerolandia estaba habitado por unos seres llamados los números, inicialmente se pensaba que los únicos habitantes que poblaban este planeta eran los señores números naturales. Ellos dominaban toda la matemática del planeta y se prestaban de ser únicos y muy poderosos, por tal razón se habían organizado jerárquicamente y habían repartido responsabilidades y funciones y todos vivían muy felices. Hasta que un día el señor don Cero se puso a reflexionar sobre lo desafortunado que era, ya que aunque se consideraba que era el primer elemento o primer personaje del planeta, estaba relegado por el hecho de que le habían encomendado la función de ser el personaje que representaba la ausencia de cantidad, él no se hacía a la idea de que si existía cómo era que debía representar a la ausencia de cantidad, es decir a lo que no existe, pues todos lo conocían, sabían que era el más pequeño, pero no le prestaban ningún tipo de atención. Por tanto comenzó a pensar cual sería la estrategia que le permitiría que los demás señores le respetaran y lo vieran como a alguien importante dentro de la organización del planeta.

Se puso a leer un poco de historia sobre el planeta hermano y vecino, es decir sobre el planeta tierra y encontró una historia que lo ayudaría a salir del apuro, esta era la del descubrimiento de América realizado por Cristóbal Colón. El señor Cero pensó que si don Cristóbal Colón se había hecho famoso al descubrir un territorio que estaba perdido en el tiempo para los humanos, por qué él no buscaba la manera de convencer a los habitantes de Numerolandia que su planeta también era redondo, pues la ideas de científicos tales como: Copérnico, Kepler, Newton, Einstein y hasta el mismo Hawking sobre la forma esférica de los planetas le podrían ayudar a convencer a sus colegas los números de explorar el planeta y no conformarse con la idea de que su hermoso planeta era una semirrecta infinita unidireccional; ¿qué tal si nuestro hermoso planeta Numerolandia es una recta con la forma de una cinta de Möbius y que existan otros habitantes a los que estamos ignorando por no conocerlos?, se preguntaba el pobre desdichado señor don Cero.

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comparación y aseguraron que otro descubrimiento similar al de América sólo es posible en las películas gringas y despidieron de forma grosera al señor don Cero.

Don Cero se fue a llorar a un lugar apartado y mientras renegaba de su desdicha se encontró con un grupo de delegados que habían venido a un congreso de libre comercio interplanetario que estaban organizando los habitantes de Numerolandia con los habitantes de Operaciolandia, planeta que es habitado por los señores conocidos como operadores matemáticos. Entre los más destacados estaban la señora Raíz Cuadrada, la señora Suma, la señora Resta, la señora Multiplicación, la señora División y las familias reales conocidas como los Exponentes y los Radicales. Al ver la situación tan calamitosa que presentaba don Cero, la señora Raíz cuadrada se acercó y le preguntó qué era lo que le pasaba; él dijo no, no es nada, tranquilos, sólo me encuentro un poco triste pero no más, así que pueden continuar su camino y no se preocupen por mí que yo voy a estar bien, lo que pasa es que estoy pasando por una crisis de adolescencia y eso es muy duro, pero pronto estaré bien, además ustedes están en mi planeta de invitados y no es justo que pierdan su tiempo en un ser tan insignificante como yo. Al hacer esta afirmación, la señora Raíz Cuadrada se preocupó demasiado y le interpeló: Si sólo es una pataleta de adolescente por qué estás llorando y por qué estás diciendo que eres insignificante? A mí no me engañas, pues yo soy madre de familia y conozco los problemas de la adolescencia y tu actitud no cuadra, te sugiero que confíes en nosotros y nos permitas ayudarte. Por eso, habla de una buena vez. En esos momentos el señor Cero se dio cuenta lo bondadosa que es la señora doña Raíz Cuadrada y se motivo a contarles todas sus tristezas, sus pensamientos acerca de conseguir más habitantes en el planeta y la posibilidad de poder confirmar la forma geométrica que realmente tiene su planeta.

Luego de escucharlo silenciosamente, la señora doña Raíz Cuadrada dijo al señor Cero, me siento muy orgullosa de tus reflexiones, eres un jovencito muy piloso, se nota que no tragas entero y eso me da gusto, pues hay en día los jóvenes numéricos están muy perezosos y son muy pocos los que reflexionan sobre sus orígenes. Bueno, sé que lo que tú quieres ahora es un apoyo y yo te voy a ayudar porque me has caído bien y porque creo que vas a empezar a ser una persona muy famosa e interesante y lograrás el respeto de todos, te tendrán que decir Señor. Además también te voy a ayudar porque me estoy cansando de que tus hermanos los números naturales manipulen tanto a mi y a todos mis hermanos los operadores matemáticos, pues ellos nos llaman únicamente cuando tienen necesidades de cálculos difíciles y en mi caso me estoy cansando de tener que demorarme tanto en calcularle la raíz a aquellos números que no son cuadrados perfectos, ellos me ponen mucho problema y me desgastan mucho, en cambio tú, nunca me has puesto problema, no me pones cálculos difíciles y eres muy amable conmigo.

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considerado de todos los señores números naturales, pues no nos pones a hacer cálculos complicados y no nos desgastas”, cuenta con nosotros pá las que sea.

Pasados unos días los señores operadores matemáticos emprendieron su viaje con el señor don Cero en sus tres naves que bautizaron como: “El Triángulo”, “El Cuadrado” y el “Pentágono”. Después de noventa días de travesía y de angustias por haber emprendido un viaje tan largo, vieron nuevamente tierra de Numerolandia y se sintieron muy felices al ratificar las ideas de don Cero, se abrazaron y hasta lloraron de la dicha, pues como a Cristóbal Colón, se les cumplió el milagrito. Pusieron a las tres naves a toda máquina y mientras se acercaban a tierra hicieron un brindis acompañado de un juramento que consistió en lo siguiente: Doña Raíz Cuadrada hizo prometer a don Cero que cuando llegaran a tierra él sería el jefe y tendría poder sobre todos los habitantes que se encontraran allí, pero con la condición de que no la pusiera a calcularle la raíz a los nuevos habitantes que allí se encontraban pues ella estaba demasiado cansada y no estaba interesada en nuevos cálculos, además le advirtió que mostrara una actitud de mando para que pudiera tomar el control. La señora Suma, Resta , Multiplicación y División estuvieron de acuerdo con doña Raíz Cuadrada y pactaron con don Cero, que cuando él las llamara a trabajar, ellas irían, doña Multiplicación y doña División anularían al número que se atreviera a retar a don Cero, pues dirían a los habitantes de esta nueva región de Numerolandia que cualquiera de ellos que se quisiera multiplicar o dividir por don Cero, daría como resultado un Cero más gordo y más poderoso, sin embargo doña Suma y doña Resta aconsejaron no actuar de la misma forma ya que esto le quitaría puntos a don Cero, lo haría ver como un dictador, cosa no muy aconsejable para una persona que se estrena en el poder. Cuando pensaron que ya todo estaba acordado, intervinieron las familias Potenciación y Radicación y dijeron: Señor Cero,

Nosotros también queremos adquirir algo de poder, por eso proponemos que cuando cualquier habitante quiera retarte, podamos estar allí para ayudarte, y queremos que cuando estos números te usen como exponente queden siempre convertidos en uno. A don Cero le pareció que era bueno que le ayudaran, pero consideró que no era conveniente convertir a los números que lo usaran a él como exponente en uno, pues podía ser contraproducente ya que don Uno podría sacar provecho de esta situación y querer ser más poderosos que el Cero y podrían quedar en manos de don Uno. En ese momento intervino doña Multiplicación y dijo: Bueno, puede ser que don uno se vuelva muy poderoso, pero les recuerdo que nuestro trato consiste en que cualquier número multiplicado por Cero da Cero, y esto hará que don Cero tome mucha fuerza, así que dejamos que don Uno coja un poquito de alitas y cuando esté subido de humos lo ajustamos, llego yo o llega mi amiga doña División y lo dejamos viendo un chispero. Así que no hay de qué preocuparse, todo está fríamente calculado, esto va a ser todo un éxito, es genial, es un plan excelente.

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sepulcral. Luego de unos minutos de incertidumbre don Cero pegó un grito que se oyó hasta la Patagonia en el planeta tierra, no puede ser, soy un desgraciado, nada me sale bien, por qué me pasa esto a mí, ni que me hubiera portado muy mal en la vida para que me castigue de esta manera. Cálmate, cálmate, interpeló doña Raíz Cuadrada, respira profundo y cuenta hasta diez para que puedas calmarte. Cómo me voy a calmar querida amiga si hemos hecho la vuelta del bobo, ahora todos nos van a ver y se van a burlar de nosotros, pues no existen más habitantes en Numerolandia que nosotros los naturales además estoy condenado a ser el primero, el más pequeño e insignificante de todos los habitantes de este planeta, no entiendo la vuelta tan absurda que hicimos, noventa días perdidos en el mar para llegar al punto del que partimos, ¡que absurdo soy!, no.. y para rematar ahí vienen mis hermanos Uno y Dos, no quiero ni verles la cara. Todo esto que me esta pasando es un maldito castigo de los dioses por ser tan ambicioso y no aceptar mi destino. No, no, espera un momento le dijo doña Raíz Cuadrada, estos no son tus hermanos Uno y Dos, no te diste cuenta que nos miraban como a bichos raros, lo extraño del asunto es que son idénticos a tus hermanos, pero algo me dice que ellos no son los mismos que nosotros conocemos. Te propongo que en vez de que estés lloriqueando como una niña vayamos a ver qué es lo que está pasando para poder tomar decisiones. Bueno, está bien vamos a ver qué es lo que pasa.

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era al único que no se le había hecho un clon, pues no tendría sentido esta creación, así que él era el nuevo amo y señor del planeta Numerolandia.

Al escuchar este secreto tan importante que le acababan de revelar, el señor Cero mandó a reunir a todos los habitantes del planeta Numerolandia y les dijo que de ahora en adelante él era el amo de todos, ya que había encontrado a todos sus hermanos que estaban perdidos al otro lado del planeta y que de ahora en adelante se llamarían los números enteros y se dividirían en dos grupos, loe enteros positivos, los enteros negativos y él, el jefe, “don Cero” para todos ustedes.

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