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Distribución, emplazamiento y procesos de formación del registro arqueológico en Punta Medanosa, costa norte de Santa Cruz

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Academic year: 2020

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Intersecciones en Antropología - Volumen especial 4: 61-74. 2016. ISSN 1666-2105 La Geoarqueología en la Argentina: aportes y avances.

Copyright © Facultad de Ciencias Sociales - UNCPBA - Argentina

Heidi Hammond. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). División Arqueología, Labo-ratorio 1, Museo de Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM), Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Paseo del Bosque s/n, La Plata, Argentina. E-mail: heidihammondunlp@gmail.com

Leandro Zilio. CONICET. División Arqueología, Laboratorio 1, Museo de Ciencias Naturales, FCNyM, UNLP. Paseo del Bosque s/n, La Plata, Argentina. E-mail: leandrozilio@yahoo.com.ar

Alicia Castro. División Arqueología, Laboratorio 1, Museo de Ciencias Naturales, FCNyM, UNLP. Paseo del Bosque s/n, La Plata, Argentina. E-mail: acastro52@gmail.com

Distribución, emplazamiento y procesos de formación

del registro arqueológico en Punta Medanosa, costa

norte de Santa Cruz

Heidi Hammond, Leandro Zilio y Alicia Castro Recibido 25 de enero 2016. Aceptado 25 de febrero 2016

RESUMEN

Se presentan los resultados del análisis geoarqueológico y espacial de concheros y de estructuras de entierro de tipo chenque en la localidad Punta Medanosa, costa norte de Santa Cruz. A partir del estudio de los materiales que componen los concheros se interpretó que en esta clase de sitios se desarrollaron múltiples actividades vinculadas a las bases residenciales; mientras que los chenques cumplieron una función mortuoria. Se evaluó la existencia de asociación o correspondencia entre la ubicación de los tipos de registros respecto de las unidades geomorfológicas donde se emplazan. A partir de los resultados se observó que en Punta Medanosa los concheros se encuentran emplazados principalmente en dunas, y que los chenques se asocian especialmente a afloramientos rocosos. Finalmente, se interpreta que determina-das unidades del paisaje (playas bajas con dunas litorales y afloramientos rocosos) fueron seleccionadetermina-das para la realización de actividades culturales específicas (tareas cotidianas desarrolladas en los concheros e inhumación de personas en chenques).

Palabras clave: Punta Medanosa; Concheros; Chenques; Emplazamiento geomórfico.

ABSTRACT

DISTRIBUTION, EMPLACEMENT AND FORMATION PROCESSES OF THE ARCHAEOLOGICAL RECORD IN PUNTA MEDANOSA, NORTHERN COAST OF SANTA CRUZ. Results of geoarchaeological and spatial analysis of shell middens and chenque burial structures in the locality of Punta Medanosa, northern coast of Santa Cruz, are presented. From the material study of the shell middens it was interpreted that multiple activities related to the residential bases were developed; while chenques met a mortuary function. The existence of association or correspondence between the location of the types of records regarding the geomorphological units where they are located was evaluated. Results indicate that in Punta Medanosa, shell middens are located mainly in landforms like dunes, and burial structures in chenque are especially associated with rocky outcrops. Finally, it is interpreted that certain landscape units were selected for carrying out specific cultural activities (daily activities developed in shell middens and burial of people in chenques).

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Los concheros han sido interpretados como áreas de actividades múltiples o bases residenciales (Binford 1980), en las cuales se habrían desarrolla-do diferentes actividades cotidianas relacionadas con la subsistencia, el procesamiento de recursos alimenticios y de materias primas, la manufactura y el mantenimiento de artefactos, entre otras. Estas interpretaciones se basaron sobre el estudio de los materiales que componen los depósitos, resultados obtenidos a partir de aproximaciones espaciales y estratigráficas (Hammond 2015).

La segunda clase de registro arqueológico que predomina en la localidad son los chenques (Zilio

et al. 2013). Estos corresponden a entierros huma-nos, los cuales presentan como característica dis-tintiva una cubierta de rocas a modo de montículo depositada por sobre el o los individuos inhumados. En la CNSC se realizaron ocho dataciones radio-carbónicas sobre restos óseos humanos hallados en este tipo de estructuras que dieron antigüedades entre ca. 1000 y 300 años AP (Zilio 2015). Estas dataciones son similares a otras obtenidas sobre res-tos humanos recuperados en chenques procedentes de distintos sectores de la Patagonia (Zilio 2013).

El objetivo general de este trabajo es eva-luar la posible asociación entre las unidades INTRODUCCIÓN

En este trabajo se presentan los análisis de-sarrollados en la localidad arqueológica Punta Medanosa, ubicada aproximadamente a 35 km al sur de la ría Deseado sobre el litoral atlántico (Figura 1). Esta localidad se sitúa dentro del área de estudio de la costa norte de Santa Cruz (CNSC; Castro et al. 2003).

En Punta Medanosa se observa una alta densidad de evidencias arqueológicas cercanas a la franja cos-tera (Castro et al. 2001, 2003, 2011). Las poblaciones cazadoras recolectoras que habitaron la zona habrían hecho un uso intensivo de sectores específicos del espacio, así como de los recursos disponibles (Castro

et al. 2003). El registro arqueológico de la localidad se encuentra representado principalmente por dos tipos particulares de evidencias: concheros y chen-ques (Figura 2; Castro et al. 2001; Hammond et al. 2013; Zilio et al. 2013; Zilio 2015).

Los concheros corresponden a acumulaciones conformadas por distintas clases de arqueosedimen-tos, entre los que predominan valvas de moluscos y proporciones variables de matriz sedimentaria, en asociación con restos óseos de vertebrados (pinní-pedos, aves marinas, peces, guanacos, armadillos, entre otros), artefactos

lí-ticos y carbón vegetal (Castro et al. 2001, 2003; Hammond et al. 2013; Hammond 2015).

Existen evidencias de ocupación humana en con-cheros en Punta Medanosa desde el Holoceno medio hasta el Holoceno tardío fi-nal. A partir de las datacio-nes radiocarbónicas reali-zadas en el sitio Médano 1 se obtuvo una de las dataciones más tempra-nas para el área, con una antigüedad de 6300 ± 90 años AP (fogón 2; LP-1544; 7416-6946 cal1 AP) (Castro

et al. 2011; Zubimendi et

al. 2015); en tanto que en el Sitio 160 se obtuvo una datación de 370 ± 50 años AP (LP-2507; 492-306 cal AP), la cual representa la cronología más tardía re-gistrada para la localidad

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ácidas de edad Jurásico medio a superior, que se distribuyen ampliamente en la provincia y conforman el evento volcano-sedimenta-rio de mayor representativi-dad (de Barrio et al. 1999; Guido 2004).

Dicho grupo compren-de a las unidacompren-des formacio-nales Chon Aike (ignimbri-tas, tobas, brechas, aglo-merados, lavas y cuerpos subvolcánicos) y La Matilde (depósitos interdigitados de tobas y tufitas, con ignim-britas intercaladas).

De acuerdo con la subdivisión litofacial del Grupo Bahía Laura, en la localidad Punta Medanosa los afloramientos roco-sos corresponden a facies volcaniclásticas-fubfacie piroclástica de flujo (Guido 2004). Son rocas de color rosa a gris, cuyos compo-nentes más comunes son cristaloclastos, vitroclastos y litoclastos en una matriz generalmente desvitri-ficada y alterada, que con frecuencia corresponde a un mosaico fino de composición cuarzo-feldes-pática (Gisacosa et al. 1998; Guido 2004; Medina

et al. 2014).

Geomorfología de la localidad Punta Medanosa La Punta Medanosa propiamente dicha mide 12 km de largo por 6 km de ancho y está cons-tituida por rocas volcánico-piroclásticas, y rocas sedimentarias marinas y terrestres que constituyen cordones litorales conformados por clastos de ro-cas volcániro-cas de tamaño grava, inmersos en una matriz arenosa gruesa (Castro et al. 2001, 2011; Constante 2001). Las rocas volcánico-piroclásticas actúan como roca de base y afloran especialmente en el extremo este. En el sector norte se locali-zan los cordones litorales subparalelos a la línea de costa actual. Hacia el mar se diferencian de-pósitos de playa que constituyen la terraza marina más reciente registrada en esta zona. Los cordones tienen una altura máxima de entre 7 y 11 msnm (Constante 2001). En ellos se observa un muy esca-so desarrollo edáfico, aunque en muchos caesca-sos la geomorfológicas identificadas en Punta Medanosa

y el lugar de emplazamiento de los dos tipos de registros arqueológicos más representados. En este sentido, se evaluará si los dos tipos de evidencias arqueológicas consideradas, que representan activi-dades sociales diferentes, se encuentran emplazadas en distintas geoformas del paisaje y si existe alguna correlación entre estas variables.

Se considera que el uso diferencial del espa-cio podría haber estado condiespa-cionado por diver-sos factores, como la disponibilidad y el acceso a los recursos marinos (entre ellos, pinnípedos, aves y moluscos); las características específicas de las geoformas de emplazamiento (tipo de sus-trato, morfología, pendiente, etc.); y/o cuestiones socioculturales.

Marco geológico

El Grupo Bahía Laura representa la unidad de mayor importancia de la provincia geológica Macizo del Deseado, dentro de la cual se ubica la localidad Punta Medanosa (Guido 2004). El Grupo litológico está constituido por rocas volcánicas

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En el caso de los concheros, se realizaron exca-vaciones sistemáticas en cinco sitios, ubicados en los sectores norte y este de la localidad. Estos se analizaron a partir de la consideración de variables geoarqueológicas, cronológicas y formacionales. Se realizaron un total de ocho sondeos de 50 x 50 cm, a partir de niveles artificiales de 5 cm. El objetivo fue reconocer la estratigrafía (a partir de la identificación de la abundancia de materiales arqueológicos y su posicionamiento, cambios en la distribución de los restos, características de la matriz sedimentaria, granulometría, compactación, entre otros) y los materiales arqueológicos compo-nentes, realizar dataciones e identificar variables relacionadas con la formación de los depósitos. Además, se efectuaron análisis geoquímicos de la matriz sedimentaria. Se calculó el porcentaje total de materia orgánica a partir del método de Walkley-Black, y el pH se determinó por colorimetría.

No se realizaron excavaciones arqueológicas en chenques.

Con el fin de evaluar si existen diferencias sig-nificativas entre las frecuencias de los dos tipos de evidencias arqueológicas consideradas y el lugar de emplazamiento en las unidades geomorfológicas de Punta Medanosa, se llevó a cabo una prueba estadística de bondad de ajuste con el estimador Chi cuadrado (X2).

El marco de análisis geoarqueológico para el estudio de concheros

El enfoque geoarqueológico formulado por Stein (1987, 1992, 2001) aporta conceptualizaciones teó-ricas para interpretar la historia formacional de los concheros. La autora plantea que estos sitios están conformados por arqueosedimentos de distinto tipo (artefactos, valvas de moluscos, restos óseos, antra-cológicos, etc.), que se relacionan contextualmente en el depósito. La historia formacional de estos se puede reconstruir identificando cuatro etapas que pueden ser naturales o culturales: a) fuente de los sedimentos; b) agente de transporte (e.g., eólico, seres humanos, otros animales, etc.); c) ambiente de depositación; y d) alteraciones posdepositacionales representadas por los distintos tipos de procesos que pueden alterar el contexto primario, causar mezcla, remoción o movilización de materiales.

La estructura de los depósitos hace referencia al patrón de distribución de los artefactos, rasgos y otros materiales en el espacio que ocupa el depósito (Wandsnider 1996). Como fue mencionado, el estu-dio de la estructura y de los procesos de formación cubierta vegetal se encuentra sepultada por aportes

sedimentarios de origen eólico que forman dunas y/o mantos de arena.

En Punta Medanosa se han distinguido tres unidades de paisaje o unidades geomorfológicas (Stafford y Hajic 1992; Castro et al. 2001; Figura 1):

- Playas bajas con dunas litorales (PBDL): la unidad consiste en terrenos bajos ubicados a poca altura sobre el nivel del mar, formados por sedimentos are-nosos. Son superficies que se prolongan hacia el mar con las playas de arena. Sobre ellas se depositan dunas dispuestas en dos cordones de diferente estruc-tura. Las dunas se apoyan sobre las terrazas marinas II y III (7 a 30 m de altura) y cubren en parte a las rocas del grupo Chon Aike que afloran en la costa (Constante 2001).

- Afloramientos rocosos (AR): esta unidad alcanza al-turas de entre 6 a 8 m en sectores de acantilados ubicados en el sector este de Punta Medanosa. Pre-dominan las rocas volcánico-piroclásticas (ignimbri-tas) con texturas porfíricas o porfiroclásticas de color castaño a castaño rojizo de la Formación Chon Aike, que se presentan en forma discontinua (Constante 2001). Además, se observan playas de arena y de rodados, intercaladas entre los afloramientos rocosos (Panza et al. 1994).

- Terraza alta (TA): constituye la parte interior de la Punta Medanosa, conformada por antiguas terrazas marinas correspondientes a ingresiones del Pleisto-ceno medio y superior (Pedoja et al. 2011). Posee sedimentos de origen marino, gravas y arenas, con una cubierta de coirones y escasas especies arbusti-vas. Su altura alcanza los 25-50 m (Constante 2001).

METODOLOGÍA

Los trabajos de campo consistieron en el re-levamiento de las geoformas sobre las cuales se emplazan los concheros y los chenques. Asimismo se consignó, de cada tipo de registro, la distancia a la línea de costa, condiciones de visibilidad, tipo y abundancia de materiales arqueológicos presentes, condiciones de preservación y agentes/procesos de formación.

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de los concheros se realizó a partir del marco de trabajo propuesto por Stein (1987, 1992, 2001), mientras que el estudio de variables geoarqueoló-gicas siguió el planteo de Favier Dubois y Borella (2007), quienes propusieron la importancia de dar cuenta del emplazamiento geomórfico, geometría, estratigrafía y litología, fábrica, contenido cultural y biológico, ambiente geoquímico y alteraciones posdepositacionales.

RESULTADOS

Concheros

A partir de las prospecciones en el campo se identificaron un total de 78 concheros. Se obser-varon diferencias en la distribución de estos en las unidades del paisaje. El 68% (n = 53) se emplazan sobre dunas de arena fina, en la unidad de PBDL; mientras que el 32% restante (n = 25) se ubica en la unidad AR, en zonas cubiertas por sedimentos redepositados por la acción eólica y pavimentos de gravas (Tabla 1). Los depósitos se distribuyen hasta los 650 m de la línea actual de alta marea, entre los 3 y 13 msnm. Cabe destacar que se relevaron sectores de la TA, aunque no se registró la presencia de concheros en esta unidad geomorfológica.

En la unidad PBDL se destacan concheros em-plazados en dunas sobre paleoplayas formadas lue-go de la ingresión del Holoceno medio (Figura 1; Codignotto et al. 1992; Constante 2001; Medina et

al. 2014). Muchos de estos depósitos ocupan gran-des superficies, por lo cual la dispersión de mate-riales arqueológicos se presenta a simple vista como continua en todo el sector. Sin embargo, en algunos casos se visualizan fácilmente las concentraciones de materiales arqueológicos (algunas de más de 100 m de longitud) sobre las dunas afectadas por deflación, en forma de conos o montículos (Figura 2-A). Las densidades de materiales malacológicos que conforman los sitios son en general altas (gran cantidad de materiales muy concentrados y en con-tacto entre sí); los restos líticos presentan densida-des medias y altas, y se encuentran confeccionados con materias primas de buena calidad para la talla. La densidad de restos óseos es media en general, y en algunos sitios, baja (materiales muy dispersos;

Hammond et al. 2013). En esta unidad geomorfoló-gica el emplazamiento particular de los concheros sobre dunas, junto con el efecto de agentes distur-badores, tales como el viento, el agua, la acción de pingüinos, armadillos y roedores fosoriales, la acción antrópica moderna y la escasa presencia de vegetación, posibilita que la visibilidad de la ma-yoría de los concheros sea muy buena.

Como fue mencionado, en la unidad AR los concheros se emplazan en espacios cubiertos por sedimentos redepositados por el agente eólico y sobre pavimentos rocosos. Los concheros presentan morfologías plano-extendidas y están representados por acumulaciones dispersas de materiales en super-ficie. Estos se hallan conformados por bajas densi-dades de materiales arqueológicos, aunque algunos sitios presentan densidades medias. La visibilidad de los depósitos es regular, ya que la cubierta vegetal, caracterizada por la dominancia de Mulguraea

tri-dens (mata negra), es densa (Hammond et al. 2013) Se desarrollaron excavaciones sistemáticas en cinco concheros: Sitio 160, Médano 1, Punta Buque 1, Puesto Baliza 1 y Puesto Baliza 2 (Figura 3 y Figura 4). Estos se caracterizan por la presencia de abundantes restos malacológicos (entre 2,95 y 55,02 NR/dm3), matrices sedimentarias arenosas, bajas densidades de artefactos líticos (entre 0,13 y 2,08 NR/dm3) y de restos óseos de vertebrados (entre 0,71 y 4,42 NR/dm3); y por la presencia, en algunos casos, de lentes densas de restos antracológicos, y en otros, de fragmentos de carbón vegetal disperso (Hammond 2015; Ciampagna 2015).

Siguiendo las variables geoarqueológicas men-cionadas previamente para el análisis y la caracte-rización de los procesos de formación de los de-pósitos, a continuación se integran los resultados obtenidos para Punta Medanosa:

- Emplazamiento geomórfico: escasos concheros se em-plazan sobre mantos redepositados de arena y gravas en la unidad AR, y múltiples concheros se ubican sobre las dunas situadas en la unidad PBDL (Figura 3; Tabla 1). Las dos unidades geomorfológicas sobre las que se emplazan los sitios se relacionan directamente con las condiciones de visibilidad del registro. Estas condiciones estarían determinadas por el volumen de materiales arqueológicos depositados, por la intensi-dad de ocupación humana, la recurrencia ocupacio-nal del área y la escasa cobertura vegetal, y por los efectos de la acción del agente eólico y la deflación. - Geometría: en estratigrafía los depósitos poseen

geo-metrías lenticulares, tabulares y tabulares masivas, con variaciones en la densidad de restos arqueomal-acológicos, y se apoyan sobre superficies con baja a nula inclinación. Los depósitos lenticulares poseen mayor espesor en el centro y se afinan hacia los bordes convexos; los tabulares presentan espesor

re-Tabla 1. Relación entre los dos tipos de sitios y las unidades

geomorfológicas. Valor de X2 obtenido = 77.9623; p = 0,01;

g. l. = 1.

Unidad

geomorfológica Concheros Chenques Total

Playas bajas con dunas litorales 53 52 105

Afloramientos rocosos 25 245 270

Terraza alta - - -

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lativamente homogéneo, con un desarrollo horizontal significativamente mayor que su extensión vertical; cuando las acumulaciones de alta densidad de mate-riales poseen más de 30 cm de espesor, la geometría se distingue como tabular masiva.

En la unidad PBDL, debido principalmente a la acción eólica, junto con la alta densidad de con-cheros en asociación espacial muy cercanos entre sí, se ha generado una distribución arqueológica a gran escala o un “palimpsesto espacial” (Bailey 2007). Como consecuencia de la desagregación espacial de los materiales que en un momento se acumularon en un mismo lugar (Bailey 2007), se observa la presencia de límites difusos y poco de-finidos entre los depósitos, lo que implicaría una alta redundancia ocupacional del espacio y la su-perposición de numerosas estructuras.

Para esta unidad del paisaje se cuenta con data-ciones radiocarbónicas en concheros, que indican la reocupación de los espacios residenciales a lo largo del tiempo, como por ejemplo en Médano 1, Sitio 160 y Punta Buque 1 (Hammond 2015).

Estratigrafía y litología: se identificaron depósitos en los cuales se registraron lentes arqueológicas in-dividuales de materiales con límites netos.

En el Sitio 160 se ob-servaron diferencias es-tratigráficas en la distri-bución de los materiales arqueológicos, las cuales permitieron separar even-tos depositacionales a partir de la identificación de dos lentes de valvas separadas entre sí por un nivel arqueológica-mente estéril de arena de aproximadamente 10 cm de espesor (Figura 4-C). Las dos concentraciones arqueológicas en esta ex-cavación -conformadas principalmente por restos de Mytilus edulis- se di-ferencian temporalmente. La lente inferior fue da-tada en 1260 ± 80 años AP (LP-3091), y la supe-rior, en 370 ± 50 años AP (LP-2507). Este sitio representa una evidencia de redundancia espacial por parte de las pobla-ciones que ocuparon la localidad Punta Medanosa (Hammond 2015).

Otro caso se encuentra representado por los de-pósitos tabulares masivos (sitio Médano 1 y Punta Buque 1; Figura 4-A y E, respectivamente). Estos se caracterizan por la presencia de lentes masivas de materiales arqueológicos de más de 30 cm de potencia, en los cuales es dificultoso reconocer eventos discretos de descarte y acumulación. Este tipo de sitios podrían representar “Palimpsestos acu-mulativos” (Bailey 2007), correspondientes a epi-sodios sucesivos de depositación producto de las actividades humanas en el espacio e influenciados por la baja tasa sedimentaria. Como consecuencia, se generan depósitos de grano grueso y de baja resolución (Binford 1980).

La matriz de los depósitos está conformada por arena fina de origen eólico, y en algunos casos se encuentra mezclada con restos de carbón vegetal (densidades variables) y cenizas.

Fábrica: los dos tipos básicos de fábrica iden-tificados son: clasto sostenida (bioclastos) y matriz sostenida. En general, las valvas no presentan una orientación preferencial en el espacio y poseen di-ferente inclinación. Estos tipos poseen variaciones Figura 3. Localización de concheros y chenques en Punta Medanosa, y sitios mencionados

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en cuanto a su compactación, el tamaño y la den-sidad de los bioclastos en la matriz sedimentaria y la distribución de estos. Al mismo tiempo, en un mismo sitio se registra variabilidad y distintos tipos de fábrica, como consecuencia de diferentes eventos de depositación en el tiempo, debido a la

variación en el uso del espacio a nivel intrasitio (tal como se ha identificado en los sitos Médano 1 y Punta Buque 1), o a factores posdepotacio-nales, como por ejemplo, la acción de animales fosoriales que alteran la disposición primaria de los materiales.

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Los sitios conformados por una alta densidad de valvas presentan en general fábricas de tipo clas-to sostenida; en cambio, los concheros con menor densidad, fábricas matriz sostenidas. Los primeros muestran mejor integridad debido a que las valvas (bioclastos), en contacto entre sí, conforman una estructura compacta que ofrece mayor resistencia a los procesos de erosión y remoción. Los segundos, por su parte, tienen mayor susceptibilidad de ser afectados por factores posdepositacionales, como la erosión eólica o bioturbación (Hammond 2013). En estos contextos se espera menor integridad y baja resolución (Stein 1987).

Contenido cultural: en general, la densidad de artefactos líticos es baja (entre 0,13 y 2,08 NR/ dm3). Los conjuntos artefactuales presentan simili-tudes en cuanto a las clases que los conforman, la distribución de frecuencias por clases y respecto de las materias primas líticas empleadas para la talla. A partir de los conjuntos artefactuales se interpretó la realización de actividades de talla específicas vinculadas a la obtención de formas base, la ma-nufactura y el mantenimiento del instrumental lítico (Hammond 2015; Hammond et al. 2015). Entre el 70% y el 95% de los conjuntos estratigráficos están compuestos por artefactos de tamaños menores a 20 mm (piezas completas y fragmentadas).

A partir de la metodología, en la cual se analizó la totalidad de los fondos de zaranda, se recuperó una alta proporción de desechos chicos y muy chi-cos (menores a 40 mm y 20 mm, respectivamente). Este hecho se interpreta como el producto de un descarte directo en los sitios como resultado de las actividades de talla, y no como consecuencia de procesos de redepositación por acciones delibera-das durante la ocupación del sitio o posdeposita-cionales (Hammond 2015).

En todos los sitios se registraron áreas de combustión a partir de la presencia de restos antra-cológicos en estratigrafía, representados por carbo-nes dispersos. Una excepción corresponde al Sitio 160, donde se identificó una lente densa de carbón vegetal de 10 cm de potencia y 4 m de extensión. Mediante estudios antracológicos se determinó que entre las especies vegetales explotadas predominan

Schinus y, en menor proporción, Senecio/Baccharis (Ciampagna 2015).

Contenido biológico: en los concheros predomi-nan los restos de mitílidos de las especies Mytilus

edulis y Aulacomya atra, y las conchas del gas-terópodo Nacella magellanica. Estas tres especies epifaunales, con valor alimenticio para las pobla-ciones pasadas, crecen en los intermareales rocosos

a lo largo de toda la CNSC. Otra de las especies registradas es Perumytilus purpuratus -aunque

de-bido a su pequeño tamaño la cantidad de carne aportada habría sido ínfima, por lo cual su valor alimenticio ha sido discutido-, que, junto con la especie Crepipatella dilatata, serían las principales “especies acompañantes” (Orquera y Piana 2000) identificadas en los concheros de la localidad.

Entre la fauna de vertebrados se han identifica-do restos de pinnípeidentifica-dos, guanaco (Lama guanicoe), cormorán (Phalacrocorax sp.), albatros (Thalassarche

melanophrys), pingüino (Spheniscus magellanicus), gaviota (Larus dominicanus), ostrero (Haematopus sp.) y armadillos (F. Dasypodidae) con evidencias de procesamiento. Además se identificaron abun-dantes restos de peces, aunque resta identificarlos a nivel de especie.

Ambiente geoquímico: los valores de pH de la matriz sedimentaria presentan un promedio de 8.3, por lo que se definen como medianamente alca-linos. En uno de los sitios se registró un pH casi neutro (6.5; sitio Puesto Baliza 2). En general, la abundancia de carbonato de calcio que conforma las valvas de moluscos produce la formación de un pH neutro o medianamente alcalino, asociado en este caso a matrices constituidas principalmente por arena fina, sustratos salobres cercanos al litoral marítimo y clima árido. Los ambientes alcalinos per-miten la preservación de muchos materiales orgáni-cos, como restos óseos y arqueobotánicos (Claassen 1998; Orquera y Piana 2000).

Los valores de materia orgánica obtenidos son bajos, entre 1,12% y 1,44%, y no muestran varia-ciones en profundidad que puedan evidenciar pro-cesos pedológicos. A su vez, el pH puede estar re-lacionado con las cantidades crecientes de desechos orgánicos introducidos por las personas durante la ocupación (Stein 1987), aunque se debe evaluar cuidadosamente este aspecto, ya que la fuente de procedencia de la materia orgánica puede ser va-riable (Stein 1992).

Preservación del registro arqueológico y pro-cesos de formación: la estructura observable del registro arqueológico responde no sólo a patrones de actividades humanas del pasado sino también a procesos geológicos y ambientales (Waters y Kuehn 1996; Favier Dubois y Borella 2007). Los materiales arqueológicos se ven alterados por procesos geo-morfológicos, biológicos y antrópicos que afectan tanto a estos como a sus relaciones espaciales ori-ginales (Waters 1992).

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acumulación de los arqueosedimentos, principal-mente de las valvas de moluscos consumidos en la dieta.

Entre los procesos naturales en la costa patagó-nica, el agente más importante en la formación y transformación de sitios a cielo abierto es el eólico (Hammond et al. 2015).

En la Tabla 2 se resumen los principales proce-sos tafonómicos y de formación del registro en la localidad estudiada.

Chenques

A partir de las prospecciones se constató la pre-sencia de 217 chenques ubicados en los sectores norte y este de la localidad Punta Medanosa, suma-dos a 80 estructuras del sitio Campo de Chenques, ubicado en el sector sur-oeste (Figura 3; Zilio 2015). En 36 chenques se registró la presencia de restos óseos humanos, 27 de los cuales fueron registra-dos expuestos en superficie producto del saqueo; los restantes nueve corresponden a excavaciones arqueológicas, algunas de ellas afectadas también por saqueo (Menghin y Bórmida s/f; Bórmida 1953-1954; Goñi et al. 2005; Zilio 2015).

Los chenques en los que se identificó la pre-sencia de restos humanos poseen características similares en cuanto a la morfología, tamaño y ma-terias primas líticas empleadas para la construcción que las restantes estructuras en las cuales no se identificaron restos esqueletales durante las prospecciones.

En todos los casos, las estructuras fueron realiza-das con fragmentos de rocas volcánico-piroclásticas de texturas porfíricas y porfiroclásticas procedentes de las unidades litoestratigráficas del Grupo Bahía Laura (Guido 2004), sin que se registre el uso de materias primas alóctonas. Las estructuras presentan contornos ovales o elípticos y, en menor propor-ción, morfologías circulares. El tamaño promedio de los chenques en el sector norte y este de Punta Medanosa es de 3,6 ± 1,3 m de largo × 2,8 ± 1,1 m de ancho, mientras que en el sitio Campo de Chenques es de 3 ± 0,6 m de largo × 2,8 ± 0,6 m de ancho (Zilio 2015). Este dato coincide con el promedio general de 3,8 × 3 m que se conoce para los chenques ubicados en el área de la cuenca del lago Salitroso en la provincia de Santa Cruz (Cassiodoro 2008: 97). En general, las estructuras no superan los 50 cm de altura. Es probable que las dimensiones actuales no reflejen el tamaño original de los chenques debido principalmente al saqueo y el pisoteo de ganado, procesos que fueron iden-tificados durante las tareas de campo (Zilio 2013; Zilio et al. 2013).

Entre las unidades geomorfológicas definidas para Punta Medanosa, se hallaron chenques en los sectores de PBDL y de AR, mientras que en la unidad TA no se registraron estructuras (Figuras 1 y 3; Tabla 1).

La unidad del paisaje en la que se registró la mayor cantidad de chenques corresponde a los AR, donde se identificaron 245 estructuras (82,5%; Tabla 1). En general, estos chenques se ubican a una distancia menor a 300 m desde la línea de costa actual. Sin em-bargo, un conjunto de estructuras emplazadas en la unidad PBDL, in-mediatamente al sur de Ensenada Ferrer, se ubi-can a una distancia ma-yor a la línea de costa actual, que en algunos casos alcanza 1,8 km (Figuras 3 y 5). La dis-tancia de este grupo de chenques respecto de la línea de costa actual se explica debido a que en el pasado la ensenada fue una pequeña bahía (Medina et al. 2014). Actualmente, la ense-nada Ferrer está confor-mada por un conjunto Tabla 2. Principales procesos tafonómicos y de formación del registro arqueológico identificados

en la localidad Punta Medanosa.

Procesos Descripción Impacto arqueológico

Procesos naturales

Eólicos Deflación y depositación de

sedimentos por el viento. Erosión, destrucción del sitio, corrasión, pátina, abrasión, movilización de materiales, depositación-redepositación, eliminación de restos pequeños y microartefactos. Hídricos Erosión y destrucción del sitio por

el agua. Mezcla, movilización, redepositación de materiales, destrucción. Fauniturbación

por roedores, armadillos y pingüinos

Excavación de cuevas, nidos y/o

galerías. Mezcla, movilización y redepositación de materiales, introducción de materiales no culturales, dispersión vertical, fragmentación. Pisoteo de la superficie. Movilización y transporte de materiales,

“homogeneización” de los restos distribuidos en superficie, pisoteo, fragmentación.

Procesos antrópicos

Actividades humanas pasadas

Pisoteo, prácticas de recolección y selección, transporte, limpieza, descarte de materiales.

Fragmentación, compactación, mezcla, redepositación, alteración térmica, etc.

Impactos antrópicos históricos

Construcción de caminos y vías de circulación, coleccionismo, destrucción del sitio, contaminación.

Fragmentación, destrucción del sitio,

reorientación, remoción, contaminación, sesgos del registro.

Introducción

de ganado Sobrepastoreo, desertificación, pisoteo, desarrollo de focos erosivos.

Fragmentación, desplazamientos verticales y horizontales, movilización, mezcla, desmoronamiento de lentes de concheros en dunas.

(10)

de canales de marea que se inundan con las mareas altas normales. Medina y coautores (2014) interpre-taron que en la antigua bahía Ferrer se produjeron al menos dos rápidos descensos del nivel medio del mar hace aproximadamente 5700 ± 500 años AP y 1000 ± 110 años AP, coincidente con los desnive-les topográficos (Figura 5). Hace 850 años AP, la línea de costa habría retrocedido, para configurar el paisaje actual de ensenada. De esta manera, se interpreta que los chenques habrían sido empla-zados en las inmediaciones de la bahía en algún momento previo, o poco después de ca. 850 años AP, a una distancia cercana a la línea de costa, de forma similar a los chenques registrados en otros

sectores de esta localidad arqueológica, así como en otras localidades de la CNSC (Zilio 2015).

A partir de estas consideraciones, teniendo en cuenta la dinámica morfocronológica de formación de la ensenada, se estableció una edad relativa de las estructuras, que en este caso correspondería a una edad mínima de ca. 850 años AP, concordante con el rango de dataciones radiocarbónicas obteni-das para entierros en chenques (Zilio 2013).

Unidades del paisaje y emplazamiento del registro arqueológico

Se evaluó la relación entre las unidades geo-morfológicas y el lugar de emplazamiento de los dos tipos de registros arqueológicos conside-rados; es decir, si los concheros y chenques se encuentran distribui-dos de la misma mane-ra en las unidades del paisaje o no. Se pudo observar que dos rela-ciones resultaron signi-ficativas: los concheros emplazados en PBDL y los chenques en AR (Tabla 1). Se realizó un test de Chi cuadrado (X2), el cual confirmó la significación de que los chenques y los conche-ros no están distribuidos de la misma manera en relación con las dos uni-dades geomorfológicas (X2 = 77.9623; p = 0,01; g. l. = 1).

DISCUSIÓN Y CONSIDERACIONES

FINALES

A partir de los resul-tados obtenidos, se in-terpreta que en la locali-dad Punta Medanosa los dos tipos de evidencias arqueológicas más re-presentadas, tales como Figura 5. Arriba. Evolución costera, figura tomada de Medina y coautores (2014). Abajo. Ubicación

(11)

los concheros y chenques, se encuentran asociadas principalmente a dunas, en el primer caso; y a aflo-ramientos rocosos, en el segundo.

Las geoformas en forma de dunas fueron los principales sustratos seleccionados para el empla-zamiento de los concheros en donde existen evi-dencias de la realización de actividades cotidianas como el procesamiento y consumo de fauna, la manufactura y reactivación de artefactos, el pro-cesamiento de materias primas, entre otras. Estas geoformas representan sustratos porosos, secos, blandos y de rápido drenaje superficial. Además, generalmente estas superficies elevadas poseen ma-yor dominio visual que otros sectores deprimidos. Las dunas, por su permeabilidad y alta capacidad de absorción, representan unidades de gran impor-tancia hidrogeológica. Estas constituyen reservorios de agua dulce, que permiten la rápida infiltración de la lluvia y la acumulación de agua dulce en las capas inferiores (Auge et al. 2006). La acumula-ción del agua se relaciona con la profundidad de la napa freática y de acuerdo con la cantidad de precipitación.

La asociación entre las dunas y los concheros se relacionaría con la cercanía de la unidad PBDL a los recursos costeros principalmente explotados por las poblaciones en el pasado (moluscos, pinnípedos y aves marinas). En esta unidad del paisaje se re-gistró una alta densidad de concheros y evidencias de reocupación en algunos de ellos, lo que señala que este espacio fue ocupado reiteradamente por los grupos humanos desde el Holoceno medio hasta momentos tardíos (Castro et al. 2011; Hammond 2015).

A partir de la posición relativa de los concheros se advierte que los contextos arqueológicos proveen información sobre los cambios relativos del nivel del mar. El sitio Médano 1 -ubicado en la unidad PBDL a una distancia de aproximadamente 500 m de la línea de costa actual, datado en ca. 6300 años AP (Castro et al. 2011)- establece que el nivel relativo del mar no habría superado para aquel mo-mento esa cota y se corresponde con el comienzo de la formación de los cordones de dunas costeras (Medina et al. 2014).

Por otro lado, posiblemente las poblaciones habrían seleccionado las dunas debido a ciertas características propias, tales como la presencia de una vegetación de molles (Schinus sp.), la cual ha-bría sido considerablemente mayor en el pasado (Ciampagna 2015). Esta especie vegetal habría re-presentado el recurso más importante como com-bustible, y también habría funcionado como refugio

(Ciampagna 2015). Esta característica, sumada a que las dunas constituyen reservorios de agua dulce, habría convertido a estas geoformas en atractores para las poblaciones humanas.

Por su parte, en la mayoría de los casos, los chenques se hallaron cercanos a la línea de costa actual, y ubicados en la unidad AR. En el pasado, las estructuras emplazadas al sur de la ensenada Ferrer habrían estado dispuestas cercanas a la línea de costa, teniendo en cuenta la evolución de la geomorfología costera durante el Holoceno tardío (Medina et al. 2014).

La totalidad de las estructuras relevadas fueron realizadas con rocas volcánico-piroclásticas inme-diatamente disponibles. Se plantea que tanto la cercanía a la línea de costa, así como los sectores con disponibilidad de rocas habrían sido los espa-cios seleccionados para el emplazamiento de los chenques debido a que en ellos se encuentran las rocas que se emplearon para la construcción de las estructuras. Además, en la elección de estos espa-cios habrían estado involucrados factores culturales y simbólicos.

La ausencia de registros en la unidad TA se ha relacionado con las ocupaciones humanas muy poco intensas en este espacio (Castro et al. 2003).

(12)

En el período entre ca. 1000 y 300 años AP, la única modalidad de entierro registrada en el área co-rresponde a los chenques. A partir de este momento, la movilidad costa-interior en el sector sur de la ría Deseado -y en algunas ocasiones limitada a la costa por estancias prolongadas, como lo evidencian las señales isotópicas que indican dietas predominante-mente marinas- habría generado la concentración de los entierros en chenque en determinados sectores de la franja de costa. De esta manera, la mayor fre-cuencia de chenques en el sur de la ría Deseado se relacionaría con una mayor productividad de estas costas, una redundancia ocupacional y una reduc-ción de la movilidad residencial (Zilio 2015).

Agradecimientos

A la familia Vidal de Estancia El Amanecer, al personal del Museo Municipal Mario Brozoski, a CONICET y a la UNLP. Finalmente, agradecemos a los dos evaluadores anónimos y a los editores Mónica Salemme, Jimena Oría y Fernando Santiago por la invitación a participar de esta publicación, y por sus sugerencias y correcciones, que ayudaron a mejorar el artículo. Este trabajo se realizó en el proyecto mar-co “Estudios regionales en el eje Deseado (cuencas media e inferior) para definir los rangos de acción de grupos cazadores recolectores costeros en el marco de la ocupación humana del Holoceno de Patagonia” (11/N 739, UNLP) dirigido por la Dra. Castro.

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