4
El
complejo
de
la
rumba
"iSe armó la rumbaliVamos a rumbear!"Cuántas expresiones de esta tndole podemos
encontrar cotidianamente, todas ellas simbolos de fiesta, de alborozo colectivo, de canto,
üoque y baile. Y en realidad, eso es una rumba: un evento festivo, generado por situaciones disímiles, sin carga
rihial
alguna, que logra reunir a un gxupo deindividuosy
que enmul-üples casos brota espontáneamente.
Tras
un eskibillo
como:Por eso ahora,
ya
yo
no
vuelvo a querer...ya
yo
novuelvo
a querer...ya
yo
no vuelvo
a querer...,Tú
v{s)
yo
nolloro,
tu
ve(s),y
del percutir sobre cualquier superficie e incluso del simple palmoteoritmico,
puedege-nerarse una rumba.
Esta manifestación de la cultura musical cubana es un producto genuino de nuesgo suelo,
la
cual üene presenciay
vigencia en todo elterritorio,
independientemente de que hallemos zonasmás
"rumberas"
que otras, como las provincias habaneras, Santiago de Cubay,
particularmente, Matanzas.l-a
fuerzay
funcionalidad social que tiene la rumba en la actualidad es un hecho evi-denüey
si bien no ha quedado atrás su autenüca forma de expresión como muestra de la música popular hadicional del pueblo cubano, su sintaxis se inscribe en el lenguaje con-temporáneo de la música profesional bailable, enla
cancionísücay
enla
música de con-cierto.lSus
orígenes?
Sin duda se remontan al pasado colonial, como tantas otras manifestaciones de la cui-tura cubana, por ser una derivación de distintas formas de cantar, úocar
y
danzar,quefue-ron
transculturadasy
hallaron aquila
sintesis en una nueva cultura.Determinar cuánto de europeo o de africano hay en la rumba no creemos sea la pre-gunta a dilucidar; dirijimos nuestro interés a su caracterización, evolución
y
trascendencia.En su
libro La
música en Cuba,Alejo
Carpenüer menciona la existencia en Américade un grupo o familia de danzas de la cual formaban parte chuchumbés, paracumbés, ca-chumbos, gayumbos, zarambequesy otros, a los que hacian alusión en sus obras los poetas del Siglo de Oro español. Así mismo, el propio autor refiere las caracteristicas coreográficas de tales bailes
y
elruido
de tambor que los acompañaba según diferentes fuentes de los siglos xvrry
xrru.lSin embargo, tales hechos están aún
muy
distantes de ser considerados como la exis-tencia temprana o ya definitiva de la rumba en el pais. En capítulos anteriores señalamosI
Cf. et"¡o Carpenüer. LamúNea en Cuba,p,p. E-56.
l-las peculiaridades del poblamiento y desarroüo económico de la isla y precisamente' debido a esto, confluian desde rá.
"l"r
ini'.iales de la colonia variados üpos de cantosy
bailes, ya europeos,ya
africanos,lu!'"..áni"r
los. elementos antecedentes, los cuales después de'finirian
a cada uno de ro-,"o*pr".ior
genéricos de la música cubana.Tal es
el
caso de Iarumba.
EnlasdanzasseñaladasporCarpenüeryenlamulüplicidaddebailesafricanosdepro.
cedencia bantu, carabali-á-"á.a, asi como en las danzas hispánicas, estaban presentes fac' tores
muy
heterogéneosñ;;;il;rsar
de dos siglos -culminados enel
xrx- lograrondefinir este modo ¿"
nu"";á
*
lni¿"¿
de música yJ"n
u, como resultado de un evidente proceso de desarrolloy
concreción cultural'I.¿delrnicióndeestecomplejogenéricoseproduce,enlosinicios,entrelossectore§
marginados ae
U
pottació., "rrOunu óolonial,y
Éomo música marginal-en
las manifesta'cionesmásautenticas_rueconsio.radaporlasociedaddelaneocolonia.
I-a palabra
rumba,.i*
"á."rido
semántico primigenio, se idenüfica con otfo§vo'
cablos afroamericanos
"áÁá
,r^to,
macumba,,oiAo,
iuyo
siSnilicado era fiesta' Fiestacolectivadondeconvergiansectoresmuydiversosdelapoblación,queteníanentresíun
denominador común
aliormar
parte de ios grupcs más eiplotados del pueblo' El ambiente dela
rumba fue el defát'Uái¡lt
suburbanos, las zonas ápartadas de las poblaciones delinterior. el
solar,.r.uriá
ior
ri ior
habituales de reunión. En estos ambientes.e§ donde Ia rumba encuentra,, p;*";";;Íida'
donde se armQ una rumba por cualquiermotivo''
su
prácticapo,
ror'r*á.Js
marginados de la poblacióny la
heterogeneidad de estosconllevó a que
coincidi.run'á1u".*t
Influenciasy
que esta§ se difundieran e interactuaran con otras formaso"
-"*i"rtu"iOn
O. tu música cutana. Tal ubicación social ha quedadoatfásyhoylarumba"."'u*v'p"rteindisolubledelaidenüdadculturaldelcubano.
Los
caiones
y
ottos
formas de
acompañamiento
Unarumbapodiaypuedeacompañarseempleandodiversosutensiliosdeusodiario:
la superficie de Ia mesa, fá-riU",.i.riaparate,
la gaveta o el taburete, un par de cucharas' una botella, un sarten, unos palos corrientes ouricajón
cualquiera,y
fueron estas fuentes sonoras las habituales para rumbear'L¿rumbadecajontomataldenominaciónporquelosinstrumentosempleadoseran
eso precisamente, simples
tujon"'
de disüntos tamañós' en los que se obtenían dos planostimbricos bien diferenciados, uno grave
y
otro agudo' En el cajón mayor se lograba el so'nido
más grave,reatizá;á;;i;r
ioques-más"ráut"r
ritmicamente,v
enel
más pequeñoy
agudo se repiqueteab"'"i.pr*i."ua.
[,os tocadores sentados sobre e§tos cajones percu'tían
las tapas laterale,"oo
"-ba"
manos.A
estos se sumaban las cucharasya
percutidas entre si o sobreot
"
,rp"rIi;;;li
gotp"t"o rítmico en una botella o en cualquierotro objeto
bien sonoro,
pr.f...nt"."nüi.
ñi.i.o.
El cajón se identifica de manera generalizada con las rumbas más antiguas o.on
fur formas iniciales de acompañarla, pero no por eso secon-sideraextinguidoesteüpoderealizaciónrumbera;aúnpuedehallárseleendiferenteslu.
gares del país
ya
con dáso
tres cajones, a semejanza de las doso
tres tumbadoras em-pleadas habitualmente;;; "il
género, e inclusó reciben nombres similares a losutiliza'
dos para designar"
fo,á"'Uot"t
iegún su registroy función'
como salidorv
quinto o baio'quiito
y
requinto(fig'
4'1)'I¿stumbadorassucedieronaloscajonescomopartedelpropioprocesodeevolución
instrumental.r"to,
mem¡i"nlrono,
de formauuuáu¿u
pueden aún encontrarse de cajaenteriza, hechos
"on "r
üoi"á
de un árbol ahuecado o construidoscon duelas de maderas
yconelparcheclavadoocuerotensadopo.u.oyllaves't¿formaconstrucüvadelacaja
2 A.geli"rs L¡ón. Del canrc v el fiempo'
p
l40'1,1 Cajones que suelen dcompañar a lu runtbu
y
el sistema de tensión nos muestra momentos diferentes de desarrollo de este tambor. elmás reciente
y
común. aquél de duelasy
de tensión por llaves.Las tumbadoras resultan los instrumentos más representaüvos en este complejo
y
suuso en número de dos o tres es 1o más habitual. Se les llama comúnmente salidor, tres-dos
y
quinto-€n
los registros grave. medioy
aguclo. respecüvamente-. aunque existen otras variantes terminológicas entre las tutnbasct lut¡tltr¡d¡¡rcs. a las que también en su conjuntosuele decírseles congas. Completan el lormato ias claves y un pequeño calá, -hecho de un
trozo de caña de bambú o cualquier tronco ahuecado- sostenido en
ilna
base de madera que se golpea con unos palitos, o en ocasiones una cajitachina
A veces se emplean algunos sonajeros como las maracas de güira o de hojalata y. aunque ya no es muy frecuente, solian atarse enla
muñeca del tocador del quinto dos pequeñas sona.ias llamadas nkembi,comolas utilizadas en
la
música de antecedentes bantu(fig
4 2).Tanto en los cajones como en las tumbadoras se pre§enta en la rumba
un
fenómeno de inversión en la uülización, de los planos tímbricos o §onoros, que evidencia el proceso de transculturación producido encuba.
cuando
describíamosla función
musical de los membranófonos participantes enla
músicaritual
de antecedenteafricano'
apuntábamos cómo en el plano grave §e desarrollaban los ritmos más complejos y de mayor virtuosismo,con una connotación oratoria
y
parlante propiciatoria' capaces, según los creyente§, de es-tablecer un vínculo entre estosy
las deidades' Mientras tal cosa sucedia en el plano grave'en
los
restantes existíau.,"
tnuyot
estabilidadrítmica con una
connotaciónde
ritmosacompañantes". Pues bien, en
la
rumba ocurre todo 1o contrario: se produjo en la seccióninstruáentat una asimilación de la concepción europea. Nos referimos a que, a diferencia
á"
roqu.
hemos explicado comofoÍna
de comportamiento dela
música procedente deÁr¡.",
"n
la música europea Ia melodíay
las improvisaciones se confian al plano sonoro agudoy
en las graves se tratta el acompaiamiento. Es así que el quinto o el cajón másagu-ái
"ru*"n
el pápel funcional de mayoi virtuosismo y lejos de establecerseu¡a parla¡i¡¡¿l,
a"proáu""
una ielación comunicativa con el bailador, que puede traducirse en un retoen-tre ambos. mientras que los otros instrumentos ejecutan figuraciones ritmicas constantes'
Ir,
.t"u"r,
el catá, laiajita
china, las cucharas, las botellas o las palmadas, indisüntamente áe cuál o cuáles se utilicen, ocupanotro
plano tímbrico cuyafunción
esla
de guíame-trorritmica
del conjunto.Guaguancó, Yambú
Y
columbia
la
participación de formas específicaso
modalidades particulares enla
intervenciÓn de los cantadores (soloy
coro),loi
tocadoresy
1os bailadores, determinanla
realizaciónde las distintas variantes
qu.o"
p..r"ntan
en el complejo de la rumba, de las cuales las más caracteristicas son el yambú,el
guaguancóy la
columbia'Generalmente la rumba comienza con la entrada del cantante, quien propone o expone el tema, luego interviene el coro
y
hnalmente el baile. Se crea así una atmósfera de músicay
dun u,suúrayada por la participación alternante de pasajes de soloy
coro,y
por el vir-iuosismo instrumental y coieográhco de tocadores y bailadores.l¿
columbia y el guaguan-có son, de las tres variantes enunciadas, las que se pueden encontrar más presentes en la prácüca musicaly
danzaria,y de ambas, el guaguancó es quizás el que más se haproyec-i"¿o
t u"iu otras ásfe¡as funcionales de la músicay
es el que en la actualidad más seiden-tifica
con el concepto general dela
rumba cubana'3E|guaguancóesunarumbadeparejas.conunamarcadain*.enciónnarrativaensu
texto, recuerda un tanto los extensos relatos presentes en elviejo
romancero español'[a
temática puede ser muy ciiversa y ios cantadores emplean las estructuras literarias de ladé-cima -generalmente la más frecuente-, cuartetas, simples versos pareados o la prosa libre'
Cuandó el cantante inicia
o
levanta el canto,recure
a un característico lalaleo (1a, la, la'la, 1a...)
-
diana,que de forma totalmente empírica acerca al coro a una ahnación comün' Tras la exposición del tema, el cantor propicia la entrada del coro estableciéndose una al-ternancia entre ambos. Desde el punto áe vista coreográhco,la pareja representa en su baileel asedio del macho a la hembrá, comparándose este con la persecución del gallo
ala
ga'llina.
simbólicamente el bailador pretende poseer a su parejay
estalo
esquiva, se produce un sugerente juego de atraccióny
repulsión, hasta que logra, en un descuido de la mujer' u1 g"r:to pélvicoáenomitado
vacunat¡. como muestra de posesión. Tal elementorepresen-tacional también se alcanza con el movimiento de la
mano,la
pierna o un pañuelo. En los antiguos bailes de tamboryuka,
ptopio de la cultura bantú, resuitabanmuy
caracterisücoeste-movimiento de evidente sensualidad, aunque ha de señalarse que puede encontrarse
3 Olavo Alén. "I¡nguaje musical en Cuba".
p
20'56
en otras danzas de diferente origen, en tanto se haüa estechamente vinculado con
los
an. cest¡ales símbolos dela
fertilidad[¿
melodia en el guaguancó es fluida, en correspondencia con las caracterísücas des.cripüvas del texto, el ritmo es figurativo
y
el tiempo es más nipido que el yambú, variantea
la
que nos referiremos a cqntinuación(fig.
4.3).cr¡vr
+-S
)
Crrc¡r¡ .Iumb¡ trc. SoltH) Tumba { rlldor) .DlDo¡ul1.3 Estructura rlmlca del guaglancó. Transttpclón de luan Elósegul
Tanto,el yambúcomo el guaguancó son rumbas de procedencia urbana,pero en
suan-úo a anügüedad, se considera que el yambú es una de tas mas antiguas de este complejo.
También el yambú es un baile de parejas, en este los movimientos son más suaves, lentos
y
reposados' En ocasiones los bailadores representan gestos o actitudes de personasancia-nas
y
si bien en ot¡a forma de baile pueden propiciarse insinuaciones o intenciohes de po-sesión, no se produce en esta modalidad rumbera el vacanao; es muy común escuchar áu-rante la ejecución la frase: "en el yambú no se vacuna". El canto porlo
general es bn:ve.el ritmo
menos figuraüvoy
el aire más lento que en el guaguanc-ó (rrÉ. ¿.¿).(;lave
Car¡r¡ f¡€! Ílolpet
Tunbr
1.1 Estructura rítmica del yambú. Transcripción de Juan Elósegui
A
las rumbasmuy
antiguas se les denomina
rumbas de riempo España, subrayandoasi el medio histórico colonial en el que se dieron a conocer. En espectáculos o represen-taciones sobre este género suele bailarse la rumba Mamd'buela, én
ü
que se establece unarelación entre utr
niño
o muchacho desobedientey
su abuela. El sentido representacionaly
mimético resultaun
elementomuy
sobresaliente enla
coreografia dela
rumba,El origen
dela
columbia es rural. Algunos autores señalan que puede ser tanto o másantigua que el yambú -teniendo en cuenta que esta modalidad se manifestó en zonas de
explotación agricola donde el africano
y
sus descendientes consütuían la fuerza de trabajopor excelencia-
y
de estas áreas rurales pasó a las áreas urbanas.4 De las tres variantes esla
de aire más rápidoy
ritmo
másfigurativo
y
segmentado.Es un baile donde participan hombres solos -aunque
la
historia recoge mujeresbai-Iadoras de columbia-
y
sobresale por el virtuosismo danzario que demuestran.Óoreog¡á-ficamente se reeditan en la columbia los pasos de los íremes o diablitos abakuá, de bailes congo§
y
los movimientos gestuales delbailador
del frente a fronté ante el premier en latumba francesa. Estos bailadores pueden hacer gala de pericia
y valor
danzando concu-O
aX
**
Martinez. "ta rumba en la provincia de Matanzas,., p. lg.57
.:::il.:n:,:l.Y,.W
i}li'Í,(c:
lira${ ,{;l: iilr:ll
ir:li:lrri !j:, lillrl:Id1r'r{a'rll
i'i,r';-i,,,:¡x
chillos, machetes u otros objeos,
y
en los movimientos se producen alardes acrobáticosy
se pretende dar muestras de masculinidad
y
virilidad
(fig'
4.5).1,5 kitador de coL.umbta e.n un Sábado de la Rumba, en Ciudad de l-a Habana
.
Un
elemento fundamental de músicay
danzaes elvirtual
duelo que se produce entreel quinteador y el bailador, donde uno y otro establecen una especie de diálogo ritmico
has-ta que alguno resulte vencedor: este enfrentamiento es el momento climáüco de la rumba. En la columbia no es tan caracterisüca la diana introductoria y los textos resultan
muy
breves; se incorporan falabras propias de los paleros, abakuá
o
delas parlasyoruba. Desdeel punto de vista melódico hay semejanza entre los cantos de los columbianos
y
los de an-tecedentes bantu; los ritmos sonmuy
segmentadosy
figurativosy
el aire es el más rápidocomparado con
el
yambúy
el guaguancÓ(fig.
4-6).i{r1
C!ave
Cagcarl
fret lo¡pca 'Iumbs
1.6 Estruc¡ura rítmica de la alumbia. Transcripción de Juan Elósegui
En diferentes
rep,ertorios
L¿ historia recoge nombres de rumberos famosos como ignacio Piñeiro. quien tam-bién se destacó al frente de un coro de clave; Malanga, un afamado rumbero de
Unión
deReye§; Chano Pozo,
y
agrupaciones como los coros de rumbaEl
pasofranco
de L¿Ha'
bana,
El
bando azul de Matanzas; los coros de claveLa
Yayay
Jesús María, de Sancti'Spiritus
. En el presente resultan conocidos los nombres del Tio Tom, o del grupolos
Pa-pines, el tamborero Tata Güines,el
cantador Carlos Embaley
tantos otros.L¿ rumba ocupó en el teatro
bufo
cubanoun
lugar destacado, utilizándose para los cierres de muchas obras, conlo
que se deseaba alcat:zar unltnal
climático.En
múltiplesoportunidades durante la neocolonia se produjo un estereotipo que se alejaba de los valores genuinos de esta expresión, subrayando los elementos sensuales del baile en aras del
es-pectáculo, o simplificando la riqueza ritmica y las inflexiones melódicas del canto. todo esto
encaminado a difundi¡ y propiciar el conSumo de una rumba de fácil comercialización. No
obstante, su esencia más genuina
fue
captadapor el
músicoAlejandro
García Caturla. quien escribió en 1933 una obra vocal-instrumental a la quetituló La
rumba, sobre versosdel poeta también cubano José Zacarias Tallet,
Actualmente la rumba se encuentra present€ en el repertorio de muchos gn¡pos
y
or-questas nacionales, por ejemplo, Irakere,
y
ha adquirido importancia en las obras de los músicos salseros (pensamos en el éxitode
Tíburón, de Ruben Blades. durante 1os setenta-ochenta); también en la cancionisüca, donde Los caminos. de Pablo Milanés. es un ciásicoguaguancó.
La
conga
y
las
comporsas
t¿s
fiestas de carnaval o la celebración de fechas tradicionales en distintas localidadesdel pais, trae
apa§ado
la organización de unos festejos callejeros en los cuales música 1'baile son unidades indisolubles.
Las comparsas habaneras, las charangas de Bejucal, las congas de Santiago de Cuba
o
Manzanillo son, entre otras muchas. expresiones de alegría popular.l¿s
calles se con-vierten en espaciosos escenarios donde se concentra la multitud al ritmo marcado de lacon-ga. Estos festejos carnavalescos también hunden sus raices en
la
época coloniai,Las procesiones del Corpus Christi (24 de mayo). las fiestas de
la
Epifania del Señor(6 de enero, Dia de Reyes).
y
las conmemoraciones patronales. constituyeron las oca-siones trazadas, según 1o formal de la organización impuesta lpor el gobierno español]para la celebración de fiestas populares que incorporaban elementos procesionales -v
representativos, que se desglosaban de las tradiciones dejadas atrás del Atiántico
y
seintegraban en nuevas expresiones de fiestas populares.5
A
pesar del distanciamiento en el tiempo. es posible reeditarpor
medio de. la imagen plástica la salida de los cabildos del Día de Reyes. Grabadores delsiglo
xrx comol¿nda-luce
y
Miahle, plasmaron la indumentaria y algunas peculiaridades de estas procesiones de calle. En este dia les era permitido salir a los africanosy
a su descendenciacriolla.
agru-padas en los cabildos, cantandoy
danzandoal ritmo
de tamboresy
hierros.[¿s
celebraciones del Dia de Reyes tuvieron mayor auge enl¿
Habana donde tras unrecorrido por calles de la
hoy
Habana Vieja, los cabildos llegaban al Palacio de los Capi-tanes Generalesy alli
recibian unas cuantas monedas(fig.
4.9).5 Argelie.. l¡ón. "La fiesta del Carnaval". pp. 43-44.