Informe del seminario del Sector de Educación sobre
“Reducción y prevención de los riesgos de desastres en la enseñanza”.
El martes 20 de julio, la Sección de educación en situaciones posteriores a crisis o desastres (PCPD) acogió una mesa redonda sobre la reducción y prevención de riesgos en el sector educativo. Los
oradores fueron el Sr. Guillaume Simonian, Oficial de Programa del UNICEF; el Sr. Matthew Stephensen; Especialista Adjunto del
Programa de la UNESCO; y el Sr. Derek Elias, Director de la Oficina de la UNESCO en Dacca (Bangladesh). El Sr. Mogens Schmidt,
Administrador del Dispositivo Intersectorial de la UNESCO sobre PCPD, presidió la mesa redonda. La Sra. Eli Wærum Rognerud, Especialista del Programa en la Sección ED/UNP/PCPD, tuvo a su cargo una breve introducción.
La Sra. Rognerud señaló que la reducción y prevención de riesgos es un ámbito prioritario para la UNESCO. La Sección ED/UNP/PCPD recibe peticiones frecuentes de oficinas fuera de la Sede que solicitan ayuda para formular propuestas y aplicar proyectos en la materia. Por consiguiente, al participar en esta labor, la UNESCO responde a una necesidad explícita. Además, la participación en actividades de
reducción y prevención de riesgos contribuye a reforzar a la UNESCO, al darle la oportunidad de salvar las lagunas que suelen separar a las etapas de respuesta a los desastres –que van desde la preparación a la respuesta inicial y de ésta a la fase de recuperación a largo plazo. La Sección ED/UNP/PCPD está asumiendo el liderazgo al definir lo que la UNESCO debería hacer en materia de prevención y reducción de riesgos de desastres, a medida que avanza en este campo
conjuntamente con otros organismos copartícipes.
En sus palabras inaugurales, el Sr. Schmidt señaló que la
UNESCO tiene dos objetivos primordiales: construir la paz y fomentar el desarrollo sostenible. La prevención y reducción de riesgos es parte integral del desarrollo sostenible, en la medida en que los desastres pueden hacer retroceder considerablemente a los países en el camino del progreso. La labor de velar por que las comunidades estén
preparadas y que los gobiernos sepan cómo responder en situaciones de emergencia es crucial para evitar esos reveses. Como señaló el Sr. Schmidt, el compromiso de la UNESCO con la prevención y reducción de riesgos está formulado a los máximos niveles; los Objetivos 5 y 14 del Programa Estratégico de la Organización mencionan explícitamente el apoyo a los países que han sido víctimas de catástrofes. Las
está bien situada para realizar esta labor, pero que puede hacerla aun mejor. Los participantes en la mesa redonda examinaron de qué
manera la educación se inserta en esa tarea.
El Sr. Simonian expresó la opinión de que las repercusiones de lo que habitualmente llamamos “desastres naturales” son poco naturales en términos de su alcance. Los factores humanos, tales como la
desigualdad socioeconómica, la infraestructura inadecuada y el deterioro medioambiental, son factores de vulnerabilidad que aumentan la frecuencia e intensidad de las catástrofes de origen
climático. En el último decenio, los desastres han causado pérdidas por valor de 750.000 millones de dólares y se han cobrado unas 900.000 víctimas mortales. Por desgracia, el riesgo de sufrir un desastre va en aumento. Para los sistemas educativos, las consecuencias pueden ser devastadoras:
· Pérdida o interrupción del acceso a las instalaciones docentes · Pérdida de tiempo de aprendizaje e instrucción
· Pérdida de material didáctico y otros recursos
· Pérdida temporal o permanente de docentes, personal administrativo y asociaciones de padres
· Disminución de la capacidad cognitiva o cambios en la conducta de los alumnos a causa de problemas psicosociales · Pérdida de la seguridad física en la escuela
· Abandono escolar permanente, debido a la pérdida de los padres o los medios de subsistencia de los alumnos
En el aspecto positivo, las escuelas pueden servir también de sede ideal para la enseñanza relativa a la prevención y reducción de riesgos. La educación que se imparte a los estudiantes en la escuela ejerce un “efecto multiplicador” sobre la comunidad; los alumnos funciones como otros tantos educadores en su entorno inmediato. Visto así, el aumento del interés internacional en la materia tiene sentido. En realidad, la comunidad internacional ha reiterado de muchas maneras la importancia de la prevención y reducción de riesgos de desastres mediante la educación. El
informe de 2010 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio citó a la prevención y reducción de riesgos como una estrategia esencial para el progreso y en la Declaración de Bonn se reconoció que era un componente de la Educación para el Desarrollo Sostenible.
El Sr. Stephensen enumeró algunas de las razones por las que la educación relativa a la prevención y reducción de riesgos es
importante:
· Salva vidas y evita lesiones
· Previene o acorta la interrupción de las prestaciones educativas
· Crea una población más resistente, capaz de reducir los efectos económicos, sociales y culturales de los desastres.
Si bien esta valoración de la importancia de la prevención y reducción de riesgos es de dominio común, hay menos consenso en cuanto a dónde, cuándo y de qué manera deberían aplicarse las medidas
necesarias. Algunos programas educativos incorporan la sensibilización y el conocimiento de la materia en el programa lectivo, otros
promueven la planificación y la gestión con miras a la preparación y respuesta del sector educativo, y aun otros la emplean para dotar a la escuela de edificios más seguros, con el fin de prevenir o atenuar el riesgo de accidentes. En realidad, un programa eficaz sobre este tema debería incluir los tres componentes. En combinación, esos elementos propician la protección de los alumnos y el personal escolar, la
formalizar este enfoque, la Sección ED/UNP/PCPD está coordinando la elaboración de un documento de estrategia que pondrá en claro las prioridades de la Organización en cuanto a la prevención y reducción de riesgos en la educación y facilitará las directrices necesarias para su aplicación.
Por ultimo, el Sr. Elias presentó una perspectiva de la prevención y reducción de riesgos en la educación, vista desde las oficinas fuera de la Sede. El orador señaló el número de resultados positivos que la UNESCO había logrado ya en la materia, comprendida la creación de “Disaster Master”, el juego de mesa elaborado para los adolescentes tras el tsunami del Océano Índico de 2004, y de la carpeta de siete módulos sobre el tema, elaborada tres el ciclón
Nargis, que azotó a Myanmar. Pero, hasta ahora, estos esfuerzos han sido individuales y específicos, por lo que la clave del éxito posterior se halla en la formulación del documento de estrategia. La prevención y reducción de desastres es “el nexo que vincula a la labor humanitaria con la del desarrollo”, como tan apropiadamente señaló el Sr. Elias. Por consiguiente, la UNESCO debe asumir su función de liderazgo en este ámbito, si desea cumplir con su objetivo de promover el