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Pedro Rivas Vetencourt Para que exista un trasplante, debe haber un donante

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Academic year: 2021

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“Para que exista

un trasplante,

debe haber un donante”

Fundador y presidente ejecutivo de la Organización Nacional de Trasplantes

de Venezuela, asegura que los venezolanos pueden trasplantarse en el país

de forma segura y sin costo alguno. Sensibilizar a la sociedad para la donación

de órganos es la tarea a cumplir /

TERESA DE VINCENZO | fotografía RObERTO MATA

Bien público

“En Venezuela existen normas de regulación del proceso de dona- ción de órganos que involucran al Estado y a una sociedad cientí- fica que certifica las condiciones del receptor y del donante”.

¿Qué es un trasplante?

Es la sustitución de un órgano o tejido irreversiblemente enfermo por otro que funcione adecuadamente. El órgano o tejido a implantar proviene de un familiar del afectado o de una persona que ha fallecido.

¿Qué lo hace una práctica médica particular?

Que para que exista un trasplante, debe haber un donante. Es el único evento de la medicina que, además del entrena- miento médico y la infraestructura, considera la variable de la solidaridad humana: alguien debe donar un órgano para que el proceso suceda. Y ese órgano es un bien público.

¿Por qué es “un bien público”?

Porque una prótesis de cadera o una válvula cardíaca se pueden comprar, pero un órgano no. Un riñón, por ejemplo,

Pedro Rivas Vetencourt

se genera después de que una persona fallece, debe prove- nir de un donante que desee darlo y sólo puede ser utilizado bajo el consentimiento de sus familiares.

En materia de trasplante, ¿qué contemplan las leyes venezolanas?

La Ley sobre Trasplante de Órganos, modificada por última vez en 1992, establece que en Venezuela la donación se hace bajo la figura del “consentimiento informado”. Eso significa que se puede donar en vida, manifestando la voluntad de hacerlo, o después de fallecer, con la autorización de la familia. La ley tiene una modificación, por aprobarse aún en la Asamblea Legislativa, que establecería el “consenti- miento presunto”: si no decidimos en vida, se presume que al morir todos somos donantes, salvo que manifestemos lo contrario.

¿Esa modificación excluye el consentimiento familiar? No. La donación presunta se pondría en práctica en el con- texto de la entrevista con los familiares, para verificar el

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“España, a la vanguardia en materia de trasplantes, registra

de 30 a 50 donantes por millón de habitantes. En Venezuela, la cifra se ubica en 4,6”

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consentimiento del fallecido. Si ellos no pueden documentar la negativa, el difunto se convierte en donante. Propusimos que cuando se apruebe, se difiera su puesta en práctica hasta que el Estado explique el alcance de la norma.

¿Qué opina el venezolano del trasplante?

Hace 10 años hicimos un estudio para evaluar cómo per- cibe la donación la población venezolana, y arrojó que se aproxima al evento con desconfianza. Los venezolanos

creen que llevar una tarjeta de donación en la cartera va a ser motivo de persecución, de que los maten y les saquen un órgano clandestinamente. En 13 años de trabajo, y des- pués de haber manejado más de 2.000 procesos, nunca hemos documentado un caso semejante.

¿Cuál es la génesis de ese miedo?

El tráfico de órganos y el turismo de trasplantes. La Organi- zación Mundial de la Salud en la “Declaración de Estambul” los catalogó como prácticas ilícitas que deben ser comba- tidas para desarticular las matrices de opinión negativas. El trasplante es un evento para ciudadanos de cada país. En México y Venezuela está prohibido el trasplante a ex- tranjeros no residentes en estos países. Pero en Colombia, específicamente en la ciudad de Medellín, ofrecen órganos a extranjeros a cambio de un depósito de dinero.

Garantía de vida

“El trasplante es un evento médico complejo que requiere infra- estructura, personal capacitado y un piso presupuestario sólido. En Venezuela tenemos todos esos elementos”.

¿Cómo ha evolucionado el trasplante en Venezuela? Cuando se fundó la Organización Nacional de Trasplantes de Venezuela (ONTV), en el año 1997, había una tasa de donación que no llegaba a una persona por millón de ha- bitantes, la lista de espera no superaba las 80 y la tasa de trasplante estaba por debajo de los 20 casos al año. Hoy, hacemos alrededor de 400 trasplantes al año, tenemos una lista de espera que supera las 1.000 personas y una tasa de 4,6 donantes por millón de habitantes. En el país existe un programa de trasplante de hígado activo, 13 de riñón, 2 de médula ósea y 5 de córnea. Sin duda, ha habido un crecimiento enorme.

¿Cómo se estructura y funciona la ONTV?

En el año 2001, el Estado autorizó a la ONTV –una empre- sa privada– a ser la ejecutora del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (SPOT). Nos tomó cuatro años montar la infraestructura, generar el recurso humano y hacer los acuerdos de transferencia tecnológica. La ONTV es

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notificada de cuáles centros de salud están autorizados para realizar el trasplante, recibe las listas de espera de los pacientes de cada centro y se encarga, a través de su sistema, de generar los órganos y ofrecerlos.

¿Qué hace seguro al proceso de donación en el país? Que en Venezuela, para hacer cualquier trasplante, el cen- tro médico público o privado necesita la autorización del Estado, a través del Ministerio del Poder Popular para la Salud. La ONTV es la red que facilita el proceso. La parti- cipación del Estado garantiza que el órgano sea utilizado exclusivamente dentro del proceso de donación y en los centros autorizados para hacer la intervención, con su- pervisión y auditoría.

¿Quién paga los trasplantes?

El Estado. La ONTV y los centros de trasplantes autorizados son financiados por el Estado a través de un fideicomiso de trasplante incremental que cubre los gastos. Por eso es gratuito para el paciente.

¿Cuál es el criterio de la lista de espera?

Cualitativo y cuantitativo. El primero, privilegia a niños y personas en urgencia de vida o muerte. El segundo, con- sidera el tiempo en lista, el tiempo en diálisis (en caso de riñón) y variables técnicas.

¿Cuántas personas están en lista de espera?

Actualmente esperan por riñón 1.332 pacientes, por hígado 40, por córnea 200 y por médula ósea 69.

Quirófano abierto

“La ONTV recibe anualmente cerca de 500 llamadas potenciales al 0-800-DONANTE. En 2009 realizamos 256 trasplantes de riñón, 12 de hígado, 69 de médula ósea y 110 de córnea. En total, 447 intervenciones”.

En líneas generales, ¿qué órganos y tejidos pueden ser donados?

Una vez fallecido, riñón, hígado, corazón, pulmón, intes- tino, páncreas, piel, huesos, cornea y válvulas cardíacas.

En vida, riñón, segmentos de hígado, intestino y páncreas, médula ósea y sangre.

¿Existen riesgos vinculados al trasplante?

En el caso del trasplante de hígado, para dar un ejemplo, el riesgo de mortalidad es de 20%. Es decir, de diez pacientes que vienen a consulta con cirrosis hepática y necesitan trasplante, ocho estarán vivos al año de recibir su trasplan- te y dos fallecerán por complicaciones diversas.

¿Qué rol juega la compatibilidad?

Primero: donante y receptor deben ser del mismo grupo sanguíneo, y segundo: debe existir histocompatibilidad entre los antígenos HLA, que son la “cédula inmunológica” de cada individuo. Esta compatibilidad es variable: para medula ósea debe ser absoluta, pero no es tan determi- nante para riñón o hígado.

¿Por qué el rechazo?

El rechazo no es más que el reconocimiento como “órgano ajeno” que hace el sistema inmunológico del receptor. Pero puede ser controlado con drogas inmunosupresoras, productos que se distribuyen gratuitamente a través del IVSS. El rechazo se presenta en 20 a 30% de los pacien- tes, pero nuestro margen de manejo y éxito es cercano al 100%.

¿Un trasplantado es una persona minusválida? No, en lo absoluto. Uno de los factores que evaluamos en cada caso es la reincorporación del paciente a sus tareas. Todos nuestros niños trasplantados de hígado están de vuelta a la escolaridad, y previo a su trasplante, ninguno asistía al colegio. Todos nuestros adultos trasplantados de hígado volvieron a sus actividades y muchos estaban sin capacidad laboral.

¿Hay contraindicaciones para un trasplante?

Sí. Personas con cáncer, enfermedades infecciosas activas (como el HIV), enfermedades cardiológicas y trastornos de conducta (como la adicción al alcohol en el caso de cirrosis hepática). La edad y el estadio de la enfermedad también pueden limitar la intervención.

“El primer trasplante que se hizo en Venezuela –en el Hospital Universitario de Maracaibo,

en 1967– fue de riñón. En 43 años se han realizado 2.500 trasplantes aproximadamente”

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Dar y recibir

“Cuando le preguntan a alguien si está dispuesto a recibir un órgano para salvar su vida, responde que sí; pero cuando le pre- guntan si está dispuesto a donar, titubea. Ése es un concepto de sociedad totalmente sesgado. Uno no sabe en qué lado de la mesa se va a sentar”.

¿Qué hace falta para ser donante?

Querer serlo y, por supuesto, trasmitir la decisión a los familiares.

¿Qué probabilidades tiene un donante voluntario de serlo realmente?

Muy pocas. La incidencia de donantes voluntarios que terminan convirtiéndose en donantes efectivos es muy baja: apenas 5%.

¿Por qué?

Porque hay muchas formas de morir, pero la única que hace posible la donación es la muerte cerebral bajo asis- tencia médica. Sólo puede donar órganos quien muere en un centro de salud –en terapia intensiva, con ventilación artificial– por alguna de estas razones: traumatismo cra- neoencefálico, herida por arma de fuego en la cabeza, sangramiento por aneurisma cerebral, anoxia cerebral por ahogamiento y algunos tumores cerebrales. Si no es así, no es posible la donación.

¿La muerte cerebral es irreversible?

Sí. Cuando sucede, es irremediable, no tiene nada que ver con el coma vegetativo. La suspensión de la función del cerebro sin apoyo médico, se acompaña de suspensión del latido cardíaco en breves minutos.

Eso es difícil de comprender para los familiares… Claro, porque la persona muerta, conectada a un respira- dor, está caliente y tiene registro cardíaco en el monitor. Pero es por esa razón, precisamente, porque el corazón late, que los órganos siguen recibiendo sangre y son aptos para la donación. Cuando hay un potencial donante, su muerte es confirmada por tres médicos independientes con criterio neurológico.

¿Cómo se aborda la resistencia familiar?

Desde el año 1997 hemos incorporado la figura del coor- dinador hospitalario de trasplante –médula espinal del SPOT–, un profesional de la salud formado y supervisado por la ONTV. Se trata de un especialista en mantenimiento de órganos y manejo de duelo y se encarga, exclusivamen- te, de informar y explicar la situación a los familiares.

¿Qué es lo más satisfactorio de su trabajo?

Ver las caras sonrientes de los niños y adultos trasplanta- dos de hígado después de la cirugía. Llegan decaídos, con una vida que se está apagando, y luego irradian felicidad, gracias a la donación que una familia hizo, en un momento de profundo dolor, para permitir que ellos vivieran.

HOJA DE VIDA

Pedro rivas Vetencourt nació en Caracas en 1960. Se graduó de médico cirujano –Magna Cum Laude– en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1984 y realizó estudios de Cirugía Hepatobiliar y trasplante de Hígado en Chicago en 1992. Encontró su vocación enfrentado con el drama de los pacientes hepáticos. Cirujano accionista de la Policlínica Metropolitana desde 1993, es fundador y presidente ejecutivo de la organización Nacional de trasplantes de Venezuela (oNtV), jefe de la Unidad de Investigación Quirúrgica de la Escuela Vargas de la UCV y director del Programa Metropolitano de trasplante de Hígado fundahígado. Coordina el Outreach Program (Programa de Extensión) y es miembro de la International Pediatric Transplant Association en Venezuela, la American Transplant Association y la International Liver Transplanta- tion Society. Casado y con dos hijos adolescentes, en sus ratos libres se entrega a tres hobbies: el trote, el tenis y la literatura política contemporánea.

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