Prof. Camila López 2ºBD. Liceo: Nombre del alumno: Fecha de entrega:
Propuesta de trabajo
Situación emergente en el liceo: Desinterés, apatía, falta de entusiasmo y no asistencia a clases
Frente a esta situación, se propone trabajar en la siguiente actividad, en vistas de hacer frente al problema mencionado:
-Elaborar, en grupos, argumentos que justifiquen la siguiente conclusión: Es importante comprometerse con la educación.
-Para elaborarlos, tener en cuenta las recomendaciones de esta ficha (Weston), de la Ficha 0 (estrategias de argumentación), y cuidar no cometer falacias.
-Presentar estos argumentos de forma creativa con el objetivo de concientizar a los compañeros sobre la importancia de la educación (pensar: ¿de qué forma hacerlo? ¿En carteleras? ¿Haciendo algún tipo de intervención?)
Ejercicio de argumentación
¿Qué es argumentar?
“«Dar un argumento» significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de
una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido, los argumentos
no son inútiles, son, en efecto, esenciales.”
Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994, pp. 11-12
Argumentar es brindar un conjunto de razones, llamadas
premisas
, que
justifican o apoyan determinada afirmación, llamada
conclusión.
¿Para qué argumentar?
• Argumentar nos permite JUSTIFICAR una determinada creencia para no quedarnos meramente con “opiniones” injustificadas.
Una opinión es una creencia que se considera verdadera, pero sin buenas razones.
En cambio, si tenemos una creencia que suponemos es verdadera y está debidamente justificada, con buenas razones, ya es una creencia racional más segura que la mera “opinión”.
Entonces: argumentar nos permite justificar nuestras creencias, y no quedarnos simplemente con prejuicios o ideas sin fundamento. Así, podemos examinar qué creencias son mejores que otras.
“El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de qué opiniones son mejores que otras. No todos los puntos de vista son iguales. Algunas conclusiones pueden apoyarse en buenas
razones, otras tienen un sustento mucho más débil. Pero a menudo, desconocemos cuál es cuál. Tenemos que dar argumentos en favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos para considerar cuán fuertes son realmente. En este sentido, un argumento es un medio para indagar.”
Tener una vida sedentaria es un factor de riesgo para muchas enfermedades. Además, ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse en forma. Por ello, es recomendable realizar
actividad física de forma regular.
Premisa 1:Tener una vida sedentaria es un factor de riesgo para muchas enfermedades.
Premisa 2: Ejercitar el cuerpo es bueno para mantenerse en forma.
Conclusión: Es recomendable realizar actividad física de forma regular.
Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994, pp. 11-12
• Argumentar nos permite COMUNICAR nuestra postura, DEFENDERLA y contrastarla públicamente con
otros mediante el DIÁLOGO o DEBATE.
Contrastar argumentos con otras personas nos permite clarificar, detectar posibles errores o debilidades de los argumentos, incorporar nuevos puntos de vista que no se nos habían ocurrido, en definitiva nos enriquece y fortalece nuestro saber sobre determinado asunto.
Argumentar es importante también por otra razón. Una vez que hemos llegado a una conclusión bien sustentada en razones, la explicamos y la defendemos
mediante argumentos. Un buen argumento no es una mera reiteración de las
conclusiones. En su lugar, ofrece razones y pruebas, de tal manera que otras personas puedan formarse sus propias opiniones por sí mismas. (...) No es un error tener opiniones. El error es no tener nada más.
Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994, pp. 11-12
Ejemplo:
Premisas y conclusión son proposiciones (es decir, enunciados en donde se afirma o niega algo): tomadas
aisladamente, no podemos saber si se trata de premisas o conclusiones. Llamamos “premisas” a aquellas proposiciones que aparezcan como supuestos o razones que se utilizan para justificar otra proposición; llamamos “conclusión” a dicha proposición que se busca defender o justificar y que se sigue de las premisas.
No siempre aparecen primero las premisas y luego la conclusión; pueden aparecer en cualquier orden. Para
detectarlas, es de ayuda tener en cuenta ciertas expresiones que suelen utilizarse para indicar cuándo se trata de premisas y cuándo de una conclusión:
Indicadores de premisas Indicadores de conclusión
Puesto que, ya que, como, en tanto que, dado que, por cuanto, viendo que, a partir de, porque, y, sea como fuere, pero, en efecto…
Por lo tanto, por ende, así que, de ahí que, en consecuencia, se deriva, por consiguiente, como resultado, luego, entonces, llegamos a la conclusión...
Premisas implícitas
Pedro es extranjero, por eso no va a votar
en las próximas elecciones.
Premisa 1:Pedro es extranjero.
Premisa implícita:Los extranjeros no pueden
votar.
Conclusión:Pedro no va a votar en las próximas elecciones.
1. Identifica, en los siguientes argumentos, cuál es su conclusión y cuáles sus premisas:
1- Un vistazo somero a la historia de la humanidad revela que cada pueblo, en cada época, ha desarrollado su propia y particular idea o concepto de dios. Tales dioses son siempre el reflejo de la situación y de los acontecimientos locales, se comportan, hablan y piensan exclusivamente
como el pueblo que los creo, y únicamente interceden
a favor y en beneficio de dicho pueblo. No basta más que basarse en estas experiencias para saber que no hay un solo dios, sino que cada uno tiene su propio dios.
2- La democracia representativa es un buen sistema político por una serie de motivos. Uno de ellos es que la presencia de una constitución actúa de salvaguarda ante una posible tiranía de la mayoría. Generalmente, los cambios en estas constituciones requieren el acuerdo de una mayoría calificada de representantes, o que el poder judicial avale dichos cambios, o incluso algunas veces un referéndum, o una combinación de estas medidas. También la separación de poderes en poder legislativo, poder ejecutivo y poder judicial hace más difícil que una mayoría poco unánime imponga su voluntad. Con todo esto, una mayoría todavía podría discriminar a una minoría, pero dicha minoría ya sería muy pequeña (aunque no por ello dicha discriminación deja de ser éticamente cuestionable).
ciertas premisas que pueden estar implícitas (es decir, no aparecen literalmente, pero son supuestas en la estructura del argumento).
Por ejemplo:
Al reconocer argumentos, debemos intentar pensar si existen premisas implícitas y explicitarlas.
Pasos para la composición de un argumento corto
Anthony Weston: “Las claves de la argumentación”, Ed. Ariel, Barcelona, 1994 Distinga entre premisas y conclusión
El primer paso al construir un argumento es preguntar ¿Qué estoy tratando de probar? ¿Cuál es mi conclusión? Recuerde que la conclusión es la afirmación en favor de la cual usted está dando razones. Las afirmaciones mediante las cuales usted ofrece sus razones son llamadas “premisas”.
Presente sus ideas en un orden natural
Ponga primero la conclusión seguida de sus propias razones, o exponga primero sus premisas y extraiga la conclusión al final. En cualquier caso, exprese sus ideas en un orden tal que su línea de pensamiento se muestre de la forma más natural a sus lectores.
Parta de premisas fiables
Aun si su argumento, desde la premisa a la conclusión, es válido, si sus premisas son débiles, su conclusión será débil.
Use un lenguaje concreto, específico, definitivo
Escriba concretamente, evite los términos generales, vagos y abstractos. Evite un lenguaje emotivo
No haga que su argumento parezca bueno caricaturizando a su oponente. Generalmente, las personas defienden una posición con razones serias y sinceras. Trate de entender sus opiniones aún cuando piense que están totalmente equivocadas. Si usted no puede imaginar cómo podría alguien sostener el punto de vista que usted está atacando, es porque todavía no lo ha entendido bien. En general, evite el lenguaje cuya única función sea la de influir en las emociones de su lector u oyente, ya sea a favor o en contra de las opiniones que está discutiendo.
Use términos consistentes
Use un solo conjunto de términos para cada idea. Use un único significado para cada término
utilizarlo sólo como usted lo ha definido.
Además, algo muy importante a la hora de elaborar argumentos es no
cometer
falacias
.
¿Qué es una falacia?
Una falacia es “un razonamiento psicológicamente persuasivo pero lógicamente defectuoso”.
…“una falacia es una maniobra verbal destinada a conseguir que alguien acepte una afirmación u obedezca una orden por motivos que no son buenas razones”
Comesaña, Juan José. Lógica Informal. Falacias y Argumentos Filosóficos. Eudeba. Buenos Aires: Argentina. 1998 Tipos de falacia. Extractos de “Lógica informal…”, Juan José Comesaña
Falacia Ad Hominem
La falacia que analizaremos ahora es una de las más poderosas en lo que respecta a poder persuasivo. "Ad hominem" significa "contra el hombre", y esta falacia lleva ese nombre porque se comete, se dice tradicionalmente, cuando se intenta desacreditar una afirmación haciendo referencia no a la probable falsedad de esa afirmación sino a ciertas características de quien la enuncia.
Es fácil en este caso ver por qué se supone generalmente que estos tipos de razonamientos son falaces; la verdad o falsedad de una oración no depende, en el caso general, de las características de quien la enuncia. Es fácil de ver esto porque la misma oración puede ser afirmada por un santo y un pecador.
Una variante dentro de este tipo de falacia es la Falacia “tu quoque” o “tú también”. Ésta es cometida cuando se
concluye que las aclamaciones de una persona son falsas porque: 1. Es inconsistente con otra cosa que la persona ha dicho. 2. Lo que la persona ha dicho es inconsistente con sus acciones.
Apelación a la ignorancia
Ejemplos clásicos de esta falacia son: no se ha demostrado que Dios existe, por lo tanto Dios no existe (y viceversa)
Apelación a la autoridad
Las apelaciones a la autoridad constituyen una maniobra argumental muy común en distintos tipos de contextos. Se hace una apelación a la autoridad cuando, como razón para creer en la verdad o falsedad de una afirmación, se cita la opinión de alguna autoridad. Aunque apelar a una autoridad no tiene nada de malo en sí mismo, deben observarse ciertas reglas para que la apelación no resulte falaz.
Petición de principio y razonamientos circulares
Hay un tipo de razonamiento que puede hacer surgir varias perplejidades muy difíciles de resolver. Consideremos el siguiente ejemplo:
Hay perros simpáticos.
Por lo tanto, hay perros simpáticos
Notamos casi de inmediato que algo anda mal en este razonamiento, pero es complicado decir exactamente qué. En Copi (1990) se dice lo siguiente: “…parecería que no se debe agrupar esta falacia junto con las
demás falacias de atinencia, puesto que aquí el error no radica en que las premisas sean inatinentes con respecto a la conclusión. No son inatinentes, puesto que prueban la conclusión, pero lo hacen de manera trivial Un argumento de petición de principio siempre es válido, pero lo es trivialmente” (…)
Apelaciones a la emoción
En esta sección analizaremos varias maneras de intentar que una afirmación sea aceptada por medio de apelaciones a la emoción. No es fácil decidir en todos los casos si esos intentos son realizados por medio de razonamientos. Como veremos, tampoco en el caso de las apelaciones a la emoción es algo inmediato que constituyan una falacia. En otras palabras, hay apelaciones a la emoción que son maniobras de persuasión no sólo efectivas sino también legítimas. Analizaremos por separado los tres tipos fundamentales de apelación a la emoción.
Razonamientos ad populum
Como su nombre más o menos lo indica, la variante más cruda de los razonamientos ad populum consiste en sostener que una oración es verdadera porque todo el mundo (o un grupo determinado de personas) cree que es verdadera.
Apelación a la piedad (ad misericordiam)
2. Identifica a qué tipo corresponde cada una de las siguientes falacias:
exclusivamente en circunstancias penosas -y que deberían despertar nuestra misericordia- en las que se encuentra quien hace la afirmación o el sujeto acerca del cual se hace la afirmación.
Apelación a la fuerza (ad baculum)
Se comete esta falacia cuando se intenta que alguien acepte una afirmación o haga algo apelando para ello a la amenaza del uso de la fuerza.