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Las únicas excepciones han sido el aumento de los aranceles aplicados a ciertos productos (por ejemplo, el vestido y el calzado) (capítulo III).

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I. EL ENTORNO ECONÓMICO 1) Introducción

1. La economía mexicana, después de la crisis financiera de fines de 1994, experimentó en 1995 una grave recesión. En 1996, el crecimiento real del PIB se recuperó y llegó al 5 por ciento, pero el nivel absoluto del PIB fue todavía inferior al de 1994.1 Esta última recesión ha sido más aguda que la provocada por la crisis de la deuda en el decenio de 1980, pero la recuperación ha sido más rápida. El crecimiento real de las exportaciones, que fue aproximadamente igual en ambos períodos, tuvo por motor en la crisis más reciente a los productos manufacturados, mientras que el motor a principios del decenio de 1980 fueron las exportaciones de petróleo. En 1995, la contracción de las importaciones fue sustancialmente menor que a principios del decenio de 1980, debido a que las actividades de exportación exigían la importación de más insumos. Desde la crisis financiera se ha dado la máxima prioridad a la estabilización macroeconómica, pero la rapidez de la recuperación se ha visto facilitada también por la mayor apertura de la economía (estimada en función de la relación entre el comercio exterior y el PIB) y por las importantes reformas estructurales que se habían llevado a cabo desde mediados del decenio de 1980.2 Debe señalarse que la crisis de 1995, a diferencia de las anteriores crisis provocadas por la deuda, no dio paso al establecimiento de controles de la cuenta corriente o de capital, ni a una mayor incidencia general de los obstáculos al comercio.3

2. La recesión económica tuvo un efecto negativo inmediato sobre el nivel de vida de los mexicanos, pues el PIB por habitante disminuyó de 4.727 dólares EE.UU. en 1994 a 3.602 en 1996; el desempleo llegó a un máximo del 7,4 por ciento en septiembre de 1995, pero en mayo de 1997 se había reducido al 3,9 por ciento.4 Las diferencias de renta entre ricos y pobres siguen siendo muy amplias (el 20 por ciento más pobre de la población recibe el 4 por ciento de la renta nacional5) y también existen grandes diferencias de renta entre las diferentes regiones del país; por ejemplo, las rentas en Chiapas, Hidalgo, Guerrero y Oaxaca son de un 30 a un 50 por ciento inferiores a la media nacional.6

3. Desde 1990, la estructura económica mexicana ha seguido evolucionando lentamente, aumentando el peso de los servicios y disminuyendo el de la agricultura (cuadro I.1). La aportación del sector agropecuario al PIB disminuyó del 8 por ciento, en 1990, al 6 por ciento en 1996 mientras que la contribución de los servicios aumentaba del 61 al 63 por ciento. En estos últimos años, la expansión de los servicios se ha debido principalmente a las actividades de los sectores del transporte, las

1Banco de México (1997).

2La apertura de la economía, establecida en función de la relación entre el comercio exterior de mercancías (la suma de las exportaciones y las importaciones), más los servicios no imputables a factores, y el PIB, había aumentado del 33 por ciento en 1981 al 38 por ciento en 1993. A partir de entonces, sin embargo, el crecimiento ha sido espectacular; se estima que en 1996 esa relación se elevó al 62 por ciento.

3Las únicas excepciones han sido el aumento de los aranceles aplicados a ciertos productos (por ejemplo, el vestido y el calzado) (capítulo III).

4En la Encuesta Nacional del Empleo Urbano (ENEU) se considera empleadas a las personas con 12 años de edad, o más, que, entre otras cosas, hayan trabajado al menos una hora a cambio de un salario en moneda o en especie, o como trabajadores autónomos.

5Banco Mundial (1996), página 197.

6Economist Intelligence Unit (1995), página 17.

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comunicaciones y los servicios financieros; la mayoría de la población activa (51 por ciento) está empleada en el sector de los servicios. La contribución de las manufacturas al PIB ha disminuido del 23 al 19 por ciento. El sector agropecuario, a pesar de su modesta contribución al PIB, da empleo aproximadamente a un cuarto de la población activa, más del doble que el sector manufacturero (10 por ciento). En el capítulo IV se exponen las características más sobresalientes de estos sectores.

Cuadro I.1

Indicadores sociales y económicos básicos de la economía, 1970-96

1970 1980 1990 1996a

Población (millones, a mitad de año) 48,2 66,8 81,2 92,0

Crecimiento de la población (variación porcentual)b

.. 2,9 2,3 2,1c

Población urbana (porcentaje del total) 59 66 71 74

Esperanza de vida al nacimiento (años) 62 66 70 73

Tasa de fertilidad (nacimientos por mujer) 6,8 4,7 3,3 2,8d

Tasa de mortalidad infantil (por miles de

nacidos vivos) 74 54 39 28

Tasa de escolarización (porcentajes)

Enseñanza primaria 104 115 115 98e

Enseñanza secundaria 22 46 55 88e

PNB por habitante (en dólares EE.UU., a precios corrientes)

822 3.106 3.240 3.320d

Porcentajes del PIBf

Tasas de crecimientof 1970 1980 1990 1996a

1981-93g 1994 1995 1996a

Agricultura, silvicultura y pesca 11 8 8 6 1 0 2 1

Industria 31 33 33 26 2 5 -8 10

Minería 2 3 4 1 2 2 -3 8

Manufacturas 21 22 23 19 2 4 -5 11

Construcción 6 6 5 4 1 8 -23 11

Electricidad, gas y agua 1 1 2 2 5 5 2 4

Servicios (incluida la Administración Pública) 59 60 61 63 2 5 -6 3

Comercio, restaurantes y hoteles 28 28 26 18 1 7 -16 4

Transporte y comunicaciones 4 6 7 9 3 9 -5 9

Servicios financieros 10 9 11 15 4 5 -0 1

Servicios sociales y comunitariosh

17 17 18 20 2 1 -2 1

Servicios bancariosi -1 -1 -1 -2 ... ... ... ...

... No disponible.

a Cifras provisionales.

b Crecimiento anual medio en los últimos 10 años.

c Promedio en 1990-94.

d Datos correspondientes a 1995.

e Datos correspondientes a 1994.

f Hasta 1993 se utilizan los precios constantes en 1980;

a partir de entonces, los precios constantes en 1993.

g Tasa de crecimiento anual.

h Incluye los servicios profesionales, médicos y otros.

i Los servicios bancarios tienen un valor imputado.

Fuente: Gobierno de México; y Banco Mundial, World Tables 1995, versión STARS (crecimiento de la población y tasa de escolarización en 1990).

2) Resultados económicos recientes

4. Desde el anterior Examen de las Políticas Comerciales de México, que tuvo lugar en 1993, el panorama económico mexicano ha estado dominado por la crisis del peso y el reajuste consiguiente (recuadro I.1). El programa de reforma, iniciado a raíz de la crisis de la deuda de principios del decenio

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de 1980, fue el inicio de un cambio económico radical que supuso una drástica reducción del déficit fiscal y la desaceleración de la inflación a niveles de 1 solo dígito. Las entradas netas de capital aumentaron, lo que permitió financiar los déficit por cuenta corriente. También se esperaban los efectos positivos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor el 1º de enero de 1994.7 La apreciación real del peso ayudó a controlar la inflación hasta 1994, pero también provocó un aumento de los déficit por cuenta corriente, que ya eran grandes, al invertirse el sentido de los flujos de capital, disminuir las reservas y aumentar la dependencia de los préstamos a corto plazo en divisas. No obstante, cuando se procedió al anterior examen se creía que el crecimiento de las importaciones, que incluían unos porcentajes elevados de bienes de capital e intermedios, contribuiría a que aumentaran posteriormente las exportaciones y se restableciera así el equilibrio de la balanza comercial. A fines de 1994, sin embargo, las obligaciones a corto plazo de México eran muy superiores a las reservas, poniendo al Gobierno ante una crisis de liquidez grave que agudizaron los acontecimientos políticos que se sucedieron durante el período anterior al cambio de Gobierno, en diciembre de 1994.

Se combinaron así factores económicos y políticos que dieron lugar a una crisis de confianza que provocó la devaluación y la posterior flotación de la moneda en diciembre de 1994 (gráfico I.1).8

5. La comunidad financiera internacional, con inclusión del Fondo Monetario Internacional y el Gobierno de los Estados Unidos, facilitaron el programa de estabilización posterior a la crisis con importantes medidas de asistencia financiera.9 A corto plazo, el programa se centró en reducir el déficit por cuenta corriente e impedir que la depreciación de la moneda diera lugar a una espiral precios/salarios.

Aunque se dio prioridad a la estabilización macroeconómica, también se profundizó en las reformas estructurales, por ejemplo, una nueva liberalización del régimen de inversiones extranjeras, la aceleración del ya amplio programa de privatizaciones, reformas de la seguridad social y del sector bancario y creación de un mercado de futuros de divisas.

i) Oferta y demanda agregada

6. En la estela de la crisis financiera, la economía mexicana experimentó inicialmente, en 1995, una grave contracción con una reducción del PIB real del 6,2 por ciento, debida entre otras cosas a la política de contracción monetaria y la disminución del ahorro exterior (cuadro I.2 y gráfico I.1).

La producción disminuyó en todos los sectores, pero las actividades más afectadas fueron las orientadas al mercado interior (principalmente la construcción, el comercio y los restaurantes y hoteles).

Posteriormente, sin embargo, el programa de reforma ha provocado una respuesta positiva de la oferta;

la economía repuntó en 1996, con un crecimiento real del 5,1 por ciento. Inducida inicialmente por el crecimiento de las exportaciones, empujadas a su vez por la devaluación, la recuperación de los sectores de la manufactura y la construcción fue especialmente rápida, con un crecimiento del 11 por ciento en ambos casos. Sin embargo, el consumo privado real sólo aumentó un 2,3 por ciento, tras una severa reducción del 9,5 por ciento en 1995.

7Para más detalles, véase el capítulo II.

8Frankel (1996) ha mostrado que los inversores mexicanos encabezaron las salidas de capitales; inmediatamente antes de la devaluación, el valor de los activos netos de los fondos mexicanos (principalmente en manos de inversores mexicanos) disminuyó más rápidamente que el precio de los fondos públicos mexicanos (principalmente en manos de inversores extranjeros). Este hecho pudo deberse a la previsión de una devaluación similar a la que se había producido después de las últimas elecciones presidenciales (cuando los tipos de cambio no eran fijados por el mercado).

9El FMI ofreció a México un acuerdo de derecho de giro por valor de 18.000 millones de dólares EE.UU., cifra que equivalía a casi siete veces la cuota mexicana. Fue el préstamo más amplio que haya concedido el FMI tanto en términos de porcentaje de la cuota del país como en términos absolutos.

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Recuadro I.1: Acontecimientos que condujeron a la crisis del peso

Las causas de la crisis del peso de diciembre de 1994 pueden dividirse en tres grandes apartados, aunque no existe acuerdo sobre su importancia relativa: i) generación de desequilibrios macroeconómicos (sobrevaloración del peso y amplio déficit por cuenta corriente), que provocaron una disminución cada vez más acelerada de las reservas y una dependencia cada vez mayor de préstamos a corto plazo en divisas;

ii) acontecimientos exteriores negativos (subida de los tipos de interés en los Estados Unidos); y iii) una serie de acontecimientos políticos internos. Algunos economistas sostienen también que la crisis financiera fue agravada por un ataque especulativo y, por consiguiente, no fue provocada sólo por la evolución real de la economía. En cualquier caso, hubo una caída de la confianza que, en último extremo, provocó el colapso de la moneda y la devaluación del 20 de diciembre de 1994.

Varios indicadores económicos fundamentales parecían prometedores. El déficit fiscal del Estado, que en 1986 se había elevado al 13 por ciento del PIB, se había reducido espectacularmente en 1993, para cifrarse en el 0,4 del PIB, aunque empeorara algo en 1994 debido al ciclo electoral. La inflación se había reducido del 131 por ciento en 1987 al 10 por ciento en 1993. Además, la economía registraba una tasa de crecimiento saludable (entre 1990 y 1993 la tasa media anual de crecimiento real del PIB fue del 3 por ciento).

No obstante, México había registrado un aumento sustancial del consumo privado y de los déficit comerciales entre 1988 y 1994. La importante apreciación real de la moneda desde 1991 había contribuido a que aumentaran los déficit por cuenta corriente; éstos habían llegado al 5,8 por ciento del PIB en 1993 y a un máximo del 7 por ciento en 1994 a causa del rápido aumento de las importaciones que superó al de las exportaciones. En cierto sentido, los amplios déficit por cuenta corriente se financiaron con recursos exteriores, incluso en exceso. En ese mismo período, las entradas netas de capital, atraídas por un programa de profundas reformas que incluía importantes cambios estructurales (privatizaciones, desregulación y orientación al exterior) y por las perspectivas económicas que se consideraban positivas, aumentaron y llegaron a su punto máximo en enero de 1994, cuando se aprobó el TLCAN. Gran parte de las entradas de capital extranjero se canalizaron hacia el mercado de valores. Las reservas internacionales netas aumentaron de 7.000 a 24.000 millones de dólares EE.UU. entre fines de 1988 y 1993.

En 1994, los mercados financieros se vieron afectados por una serie de acontecimientos internos y externos.

En enero se produjeron disturbios civiles en el Estado de Chiapas. También hubo turbulencias en los mercados internacionales de bonos y los tipos de interés en el mercado mundial aumentaron significativamente.

En marzo, a raíz del asesinato del principal candidato en las elecciones presidenciales, las entradas de inversiones de cartera casi se interrumpieron. Los tipos nominales de interés aumentaron sustancialmente y el tipo de cambio nominal se situó en el límite superior de la banda de oscilación.

Las salidas de capital prosiguieron durante el año y el déficit del comercio exterior mexicano se financió en gran medida recurriendo a las reservas internacionales. El Gobierno, para evitar nuevos aumentos de los tipos de interés, permitió una expansión del crédito interior y, según iban venciendo, convirtió los títulos de deuda pública a corto plazo denominados en pesos (cetes) en bonos denominados en dólares (tesobonos). Como ha señalado Sachs (1996), a fines de 1994 las obligaciones a corto plazo de México eran muy superiores a las reservas (la deuda a corto plazo exterior del sector público era más de tres veces y media superior a las reservas internacionales), poniendo al Gobierno ante una crisis de liquidez.

La fijación de un tipo de cambio predeterminado para reducir la inflación, sumada a las entradas muy importantes de capital para las que servía de intermediario un sistema bancario débil, condujo a una situación de sobrevaloración de los tipos cambiarios y vulnerabilidad del sector financiero y por último, en diciembre de 1994, al colapso de la moneda. El Gobierno, después de aumentar un 15 por ciento el límite superior de la banda cambiaria el 20 de diciembre de 1994, adoptó un sistema de flotación de los tipos cambiarios dos días más tarde. De acuerdo con este sistema, todavía vigente, el valor cambiario de las monedas es determinado por el mercado interbancario en función de la oferta y la demanda. En el momento de la crisis, las reservas se habían reducido a 6.000 millones de dólares EE.UU., cuando en enero de 1994 (cuando se aprobó el TLCAN) se cifraban en 29.000 millones.

Fuente: FMI (1995), Working Paper 95/112 por Otker, y (1996), Working Paper 96/6 por Masson.

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Cuadro I.2

Resultados económicos, 1980-96

1980-92a

1993 1994 1995 1996b

PIB real a precios de mercado (variación porcentual)c

2,0d

2,0 4,4 -6,2 5,1

Ahorro e inversión (porcentaje del PIB)

Ahorro interno bruto 20,0 15,1 15,0 19,0 20,4

Sector público 4,2 5,1 4,0 4,7 4,4

Inversión interna bruta 20,2 18,6 19,4 16,1 17,2

Sector privado 13,4 14,8 15,6 12,9 13,5

Precios y tipos de interés (porcentajes)

Inflación de los precios al consumo (promedio del período) 58,8 9,7 7,0 35,0 34,4

Tipo de interés de los certificados del Tesoro a 28 días (cetes,

tipo anual) 46,5e 15,0 14,1 48,4 31,4

Tipo de cambio efectivo realf

Costo unitario de la mano de obra 2,0 -0,8 8,2 44,9 13,4

Precios al consumo 0,9 -6,5 5,7 38,3 ...

Presupuesto público (porcentaje del PIB)

Gobierno Federal, saldo -6,2g

0,4 -0,8 -0,6 -1,0

Ingresos 16,2g

15,4 15,2 15,2 15,4

Derechos de importación 0,8h

1,0 0,9 0,6 0,6

Gastos corrientes 20,0g

13,0 13,3 14,1 13,9

Saldo del conjunto del sector público -6,0g

0,7 -0,1 0,0 0,0

Sector monetario (variación porcentual al final del período)

Dinero en sentido estricto (M1) 61,6h

17,7 3,8 7,0 40,7

Dinero en sentido amplio (M4) 65,5h

26,4 24,0 20,7 31,2

Crédito interno neto del sector financiero 59,1 11,5 29,2 5,0 -18,5

Crédito neto al sector privado 68,1 24,3 40,3 -4,8 -17,7

Sector exterior (porcentaje del PIB) Cuenta corrientej

-1,8 -5,8 -7,0 -0,6 -0,6

Comercio exterior de mercancías 1,9 -3,3 -4,4 2,5 2,0

Servicios no atribuibles a factores -0,4 -0,5 -0,5 0,2 0,2

Cuenta de capital 3,2 8,1 3,5 5,4 1,0

Inversiones extranjeras directas 1,3 1,1 2,6 3,3 2,3

Inversiones de cartera 0,8 7,2 1,9 -3,4 4,2

Reservas internacionales (miles de millones de $EE.UU.)k 8,5 24,5 6,1 15,7 17,5

Reservas internacionales, en meses de importaciones

(mercancías y servicios no atribuibles a factores) 3,0 3,8 0,8 2,3 2,1

Endeudamiento exterior bruto 44,8h

36,4 38,3 59,2 49,3

Deuda pública exterior 35,9h

23,1 24,1 41,2 33,3

Deuda pública a corto plazo (DPCP) 3,2h

5,6 6,0 8,2 ...

DPCP/Reservas internacionales (porcentaje) 71,8h

82,6 356,0 149,4 ...

Tasa de crecimiento durante 12 meses, al final del período (porcentajes)

Crecimiento del valor de las exportaciones (mercancías y servicios no atribuibles a factores)l

8,4 10,7 16,1 25,3 19,7

Crecimiento del valor de las exportaciones distintas del petróleo

(ídem)l, m 12,5 14,5 18,3 26,7 17,8

Crecimiento del valor de las importaciones (ídem)l 11,4 4,5 19,1 -11,1 22,4

... No disponible.

a Promedio anual b Cifras provisionales

c Hasta 1993, precios de 1980; a partir de entonces, precios de 1993.

d Promedio 1981-92.

e Excluido 1986.

f Los aumentos significan depreciaciones, 1980 = 100.

g Promedio 1986-92.

h Promedio 1988-92.

i Promedio 1981-92.

j Deducidas las transferencias oficiales.

k Según la definición de la Ley del Banco de México; reservas internacionales brutas menos obligaciones internacionales del Banco Central con vencimiento inferior a seis meses.

l Dólares EE.UU. corrientes. Hasta 1991 el comercio de las maquiladoras se contabilizaba dentro de la partida de invisibles, pero desde entonces se contabiliza dentro del comercio de mercancías.

m Con exclusión del petróleo crudo y de los productos del petróleo.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística Geográfica e Informática (1996), Anuario Estadístico 1995; Banco de México (1997), The Mexican Economy 1997; y FMI, Estadísticas Financieras Internacionales (varios números).

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ii) Finanzas públicas

7. Actualmente el estado de las finanzas públicas parece satisfactorio. Las cuentas de todo el sector público, que habían registrado entre 1980 y 1992 un déficit medio anual del 6,0 por ciento del PIB, se habían reequilibrado y a principios del decenio de 1990 empezaban a mostrar excedentes.10 En 1994, a causa del ciclo electoral, la situación general se deterioró algo, pero posteriormente se ha reequilibrado.

Sin embargo, como se muestra a continuación, se estima que el costo de las ayudas al sector bancario y las reformas del sector social supondrán una carga presupuestaria importante durante algún tiempo.

Si el Gobierno quiere mantener el equilibrio presupuestario deseado, tendrá que vigilar estrechamente la evolución de la situación fiscal.

8. En 1995 se procedió a una reforma general del sistema impositivo interno con el fin de aumentar los ingresos fiscales. El impuesto sobre el valor agregado (IVA) aumentó del 10 al 15 por ciento y se simplificó la legislación general fiscal para mejorar la recaudación de impuestos y reducir los costos administrativos.11 A pesar de estas reformas, los ingresos obtenidos por el Gobierno Federal sólo aumentaron marginalmente, pasando del 15,2 por ciento del PIB en 1994 al 15,4 por ciento en 1996.

Últimamente, en 1997, se introdujeron nuevas reformas fiscales para facilitar el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales, promover el pago puntual y reforzar así la base impositiva.

9. La reducción del número de empresas estatales ha ayudado a controlar las cuentas fiscales, gracias a la disminución de las transferencias a estas empresas y a los ingresos extraordinarios obtenidos de las privatizaciones.12 El Gobierno inició su programa de privatizaciones a principios del decenio de 1980. La primera fase, que terminó en 1988, se centró en las empresas más pequeñas (se privatizaron 743 empresas públicas, reduciéndose el número de empresas restantes a 412). La segunda fase de las privatizaciones (1989-94) estuvo motivada por las preocupaciones que suscitaban las finanzas públicas y produjo grandes ingresos (24.700 millones de dólares EE.UU.). Aunque el número de empresas privatizadas (196) fue menor que en la primera fase, el tamaño medio de las empresas privatizadas en la segunda fase fue mayor, pues entre ellas se contaban dos líneas aéreas, una mina de cobre, plantas de producción de acero, la empresa nacional de teléfonos y 18 bancos comerciales.

10. A finales de 1994 el Gobierno puso en marcha la fase final de su programa de privatizaciones con el objetivo de completar el cambio estructural de la empresa pública y aumentar la presencia del sector privado en áreas fundamentales como el transporte (ferrocarriles, carreteras y aeropuertos);

comunicaciones (satélites y radio); electricidad; y productos petroquímicos secundarios. Como algunas de estas áreas eran consideradas estratégicas por la Constitución (telecomunicaciones, sistema ferroviario, puertos y distribución de gasolina), ésta fue modificada para permitir la participación del sector privado (capítulo II).

11. El sistema bancario mexicano ya había registrado, antes de diciembre de 1994, un aumento sustancial del valor de los préstamos fallidos. La situación se agravó al depreciarse la moneda, cuando los bancos se encontraron con un aumento masivo del servicio de la deuda exterior. Para evitar una crisis bancaria general, el Gobierno puso en marcha rápidamente una serie de programas de ayuda financiera (recuadro I.2). En 1996, la financiación de la crisis bancaria se estimó que había absorbido

10La totalidad del sector público incluye al Gobierno Federal; los Distritos Federales; y las empresas estatales.

11OCDE (1996b).

12El Gobierno contabiliza los ingresos obtenidos de las privatizaciones en la partida de ingresos ordinarios, y no como una partida financiera (es decir, como ingresos extraordinarios).

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un 8,4 por ciento del PIB, en valores netos corrientes.11 En paralelo con estas ayudas financieras, los bancos se vieron obligados a adoptar un amplio programa de reformas entre las que cabe mencionar el endurecimiento de las normas cautelares, unos procedimientos de supervisión mejores y una nueva normativa que permitía unos niveles más altos de participación de capitales extranjeros. Aunque el número de créditos fallidos siga siendo todavía elevado y pueda exigir nuevos fondos, los grandes costos que éstos generan deben equilibrarse cuando se recupere la economía y disminuya la inflación, pues aumentarán tanto la capacidad de recuperar los créditos fallidos como la demanda de nuevos créditos.

12. Otro sector fundamental de la hacienda pública cuya reforma se ha iniciado recientemente es el sistema de seguridad social. El anterior sistema, cuyas prestaciones se definen por decisión pública, va a ser sustituido por un sistema articulado en función de las contribuciones (capitalizado), de cuya gestión se encargará principalmente el sector privado y que entrará en vigor a mediados de 1997.11 Los reglamentos de aplicación de la Ley, aprobada en diciembre de 1995, fueron promulgados a principios de 1996 y en ellos se definía en particular el sistema de gestión de los fondos individuales de pensiones. Los primeros fondos privados de pensiones empezaron a funcionar en julio de 1997.

Se espera que la reforma estimule el ahorro y los mercados de capitales. El objetivo de la reforma del sistema sanitario es mejorar el acceso a los servicios y su cobertura, reducir la carga financiera de los empleadores y aumentar la eficiencia de los servicios prestados. Se ha aprobado un paquete de medidas sanitarias básicas en favor de cerca de 4 millones de personas que no tenían acceso a prestaciones sanitarias o su acceso a ellas estaba muy limitado.

iii) Política monetaria y cambiaria

13. El principal objetivo político del Banco de México desde que se permitió la flotación del tipo de cambio, el 22 de diciembre de 1994, ha sido controlar la inflación.13 En esta línea, en 1995 se formuló un programa monetario que se basaba en la fijación de un límite máximo de crecimiento del crédito interno neto (la base monetaria menos las reservas netas de divisas), límite que debía ser compatible con el crecimiento previsto de la base monetaria. El principal instrumento político de que dispone el Banco de México para controlar el crédito interno neto es el que le ofrecen sus operaciones con los bancos comerciales. Aunque no existen unas reservas obligatorias legales, los bancos están obligados a mantener un saldo equilibrado o positivo en sus cuentas acumuladas con el Banco de México al término de cada período de 28 días. Dadas estas circunstancias, el Banco de México puede intervenir en la situación monetaria cuando se precise.

14. Para facilitar el mejor conocimiento de su política monetaria, el Banco de México aprobó en 1995 una nueva política de información que ha tenido por resultado, en concreto, la publicación semanal de resúmenes de sus cuentas en las que figuran variables importantes como la base monetaria, el crédito interno neto y las reservas de divisas. Esta política monetaria recibió el respaldo del compromiso de la comunidad empresarial y los trabajadores de limitar las subidas salariales y de precios a los límites establecidos por los pactos de política socioeconómica.14 Estos pactos, a los que se hizo referencia detallada en el Examen de las Políticas Comerciales de 1993, han seguido activos y se han renovado periódicamente desde 1988.

13En agosto de 1993 fue modificada la Constitución para reconocer autonomía al Banco de México, confiándole la labor de estabilizar el poder de compra de la moneda. El 1º de abril de 1994 entró en vigor una nueva Ley que dotó al Banco de México de los medios necesarios para controlar el crecimiento de sus créditos y lograr así la estabilidad de precios.

14Según el sistema establecido, representantes del Gobierno, de los empresarios y de los trabajadores se reúnen para analizar la situación económica y para conciliar objetivos y convenir políticas positivas para la economía.

Estos pactos normalmente incluyen acuerdos sobre la modificación de los precios administrativos, objetivos de inflación y los salarios mínimos, así como límites al promedio de subida salarial.

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Recuadro I.2: La crisis bancaria y las reformas posteriores

A raíz de la desregularización financiera (1988), la privatización de los bancos comerciales (1991 y 1992) y el reajuste fiscal, aumentaron rápidamente los créditos del sector bancario mexicano al sector privado. Antes de diciembre de 1994 los bancos ya habían registrado un aumento sustancial del número de préstamos fallidos (la relación entre los préstamos vencidos y no reembolsados y los préstamos totales aumentó del 4,6 por ciento a fines de 1991 al 8,5 por ciento en marzo de 1994). La situación se agravó todavía más a causa de la depreciación de la moneda, que costó a los bancos un aumento masivo del servicio de la deuda exterior y la consiguiente subida rápida de los tipos de interés (la mayoría de los préstamos mexicanos tienen tipos de interés variables). Además, la recesión económica influyó negativamente sobre la capacidad de pago de los deudores.

El Gobierno adoptó rápidamente una serie de medidas para evitar el colapso del sector bancario. Como medida inmediata a corto plazo, el Gobierno anunció en enero de 1995 un plan para recapitalizar los bancos cuyas reservas hubieran caído por debajo del mínimo estipulado del 8 por ciento. Desde entonces se han lanzado varios programas de ayuda a los deudores y los bancos:

- reestructuración de préstamos básicamente sanos (plan UDI), en virtud del cual los créditos pendientes con tipos de interés flotantes son convertidos en préstamos a largo plazo con un tipo de interés real fijo, mientras que se capitaliza el componente de los intereses destinado a compensar la inflación;

- reducción de la deuda de varios deudores pequeños (créditos pequeños de consumo, tarjetas de crédito, pequeñas empresas y deudores hipotecarios) (plan ADE), mediante subvenciones de los intereses y la oferta de la posibilidad de reestructurarla de acuerdo con el plan UDI;

- reducción de la carga financiera de los deudores hipotecarios, bajo la forma de recursos adicionales para su reestructuración de acuerdo con el plan UDI; rebajas del 5 al 30 por ciento de los pagos durante 10 años; y, de mantenerse las dificultades, la propiedad podría ser adjudicada a un fondo financiero y se cobrarían unas rentas mínimas;

- ayudas a los concesionarios de carreteras de peaje privados que se encontraron en problemas financieros debido a la reducción sustancial del tráfico en las autopistas así como a un aumento de los costos del servicio de la deuda, que adoptaron la forma de una reestructuración de la deuda y acuerdos de sustitución de tipos de interés variables por fijos;

- los productores agrícolas y del sector pesquero que se mantengan al día en el reembolso de sus obligaciones podrán recibir asistencia bajo la forma de una reestructuración de deudas y nuevos créditos (FINAPE);

- ayudas a las pequeñas y medianas empresas (FOPYME), bajo la forma de rebajas en el reembolso de la deuda y nuevos créditos. FOPYME será el último programa de ayuda a los deudores;

- programas de ayuda a los bancos: un programa de capitalización (PROCAPTE) cuyo objetivo es aumentar el nivel de capitalización de los bancos mediante la emisión obligatoria de obligaciones subordinadas convertibles; el Banco de México (a través del FOBAPROA) abrió una ventanilla para el descuento de créditos garantizados denominados en dólares de los Estados Unidos; también se estableció un programa de compra de títulos de cartera destinado a completar las aportaciones de nuevo capital privado a los bancos en dificultades; y ayudas en moneda nacional a los bancos y pequeñas instituciones financieras para resolver problemas de solvencia y liquidez.

En paralelo con la asistencia financiera se ha puesto en marcha una amplia gama de reformas. Se ha elevado el nivel de participación de capital extranjero: al 100 por ciento en el caso de los bancos ya existentes que tengan menos del 6 por ciento del capital total del sistema; hasta el 25 por ciento del capital neto del sistema bancario; y hasta un 20 por ciento por inversor e institución. Estas medidas tenían por objetivo aumentar la capitalización del sistema bancario. Se han endurecido las normas cautelares que deben cumplir los bancos para protegerlos frente a una nueva caída de la calidad de sus activos. Los bancos están obligados ahora a mantener una reserva mínima para cubrir pérdidas por préstamos fallidos del 60 por ciento de su cartera de préstamos de este tipo o del 4 por ciento de su cartera total de préstamos, si esta última cifra fuera mayor. Se han mejorado los procedimientos y métodos de supervisión de los bancos. Por último, los bancos están ahora obligados a presentar sus informes a la Comisión Bancaria Mexicana siguiendo un método acorde con las normas internacionales de contabilidad.

Se ha estimado que el costo de la crisis bancaria se ha elevado al 8,4 por ciento del PIB. No obstante, el porcentaje de créditos fallidos es todavía muy alto (según la antigua metodología, aproximadamente un 6,5 por ciento del total), y el costo real puede llegar a ser superior.

Fuente: FMI (1995), OCDE (1996b) y Banco Mundial (1996).

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15. La base monetaria (M0) aumentó un 17,0 por ciento en 1995 y un 25,7 por ciento en 1996, lo que supuso de todos modos una contracción en términos reales en ambos años.15 Los objetivos monetarios para 1997 prevén un aumento del 24,5 por ciento de la base monetaria, en paralelo con un aumento de las reservas internacionales de 2.500 millones de dólares EE.UU., cifras que se consideran acordes con los objetivos de crecimiento e inflación fijados por las autoridades. La inflación media (estimada en función del índice de precios al consumo) aumentó del 7 por ciento en 1994 al 35 por ciento en 1995; la principal explicación de este hecho es la importante depreciación de la moneda.

La tasa media de inflación en 1996 fue aproximadamente la misma, pero las estimaciones apuntan a una desaceleración en 1997 (entre enero y abril de 1997 se ha registrado una tasa media de inflación anualizada del 24,7 por ciento).

16. En diciembre de 1994 se abandonó el sistema de paridad móvil de la moneda en virtud del cual se había permitido que el tipo real de cambio se apreciara hasta 1994, para adoptar un sistema de flotación de los tipos de cambio en virtud del cual el mercado interbancario determina el valor de la moneda en función de la oferta y la demanda.16 En 1994 se produjo una depreciación del 8,2 por ciento del tipo de cambio efectivo real (estimado en función del costo unitario de la mano de obra en la industria manufacturera), seguida de nuevas depreciaciones reales del 44,9 por ciento en 1995 y el 13,4 por ciento en 1996 (gráfico I.1). Como se examinará posteriormente, estas depreciaciones reales han dado un gran impulso a las exportaciones y han influido negativamente sobre las importaciones.

17. El sistema de flotación de los tipos de cambio recibió en marzo de 1995 el apoyo que representaba para su funcionamiento la puesta en marcha de un mercado a término y un mercado de futuros de la moneda nacional, con el objetivo de reducir la volatilidad de los mercados cambiarios.

Ya en abril de 1995 la Bolsa Mercantil de Chicago empezó a cotizar los contratos de futuros en pesos.

iv) Balanza de pagos

18. Como antes se ha indicado, la recuperación de México tuvo por motor las exportaciones, aunque su crecimiento se frenara algo en 1996. En este año, el valor de las exportaciones de mercancías y servicios no atribuibles a factores en dólares de los Estados Unidos aumentó un 19,7 por ciento, frente a un 25,3 por ciento en 1995. Las importaciones, tras una contracción sustancial en 1995, se recuperaron en 1996 como respuesta a la recuperación de la demanda interna. Esta evolución de la balanza comercial y, en menor medida, las ligeras mejoras del comercio de servicios no atribuibles a factores (reducción de los gastos de turismo de los residentes mexicanos), son los principales factores que explican este giro radical de la balanza por cuenta corriente, que se aproximó al equilibrio en 1995, año en que el saldo negativo fue del -0,6 por ciento del PIB frente a un -7,0 por ciento en 1994. Las estimaciones respecto de 1996 también sitúan esta balanza próxima al equilibrio.

19. De 1990 a 1993 el déficit en aumento de la cuenta corriente fue más que suficientemente compensado por el excedente de la cuenta de capital, dentro de la cual las inversiones extranjeras fueron la principal fuente financiera. Estas corrientes estuvieron dominadas por las inversiones de cartera, dirigiéndose los fondos tanto a la bolsa de valores como a la compra de títulos públicos, por ejemplo,

15En términos reales, la M0 se contrajo un 26,8 por ciento en 1995 y un 1,6 por ciento en 1996.

16Desde el 11 de noviembre de 1991 y hasta la crisis monetaria, tres años más tarde, el sistema cambiario se caracterizó por la existencia de una banda de intervención cuyos topes, mínimo y máximo, se corregían en porcentajes preanunciados. El nuevo peso mexicano (1.000 pesos antiguos) se puso en circulación el 1º de enero de 1993. La moneda pasó a denominarse solamente peso el 1º de enero de 1996.

(11)

certificados del Tesoro (cuadro I.3). Esta tendencia al aumento de las inversiones se invirtió en 1994, cuando las inversiones netas de cartera pasaron de un máximo de 29.000 millones de dólares EE.UU., equivalentes a un 7 por ciento del PIB, a finales de 1993 a 8.000 millones (2 por ciento del PIB) a finales de 1994 y a un déficit de 10.000 millones (3 por ciento del PIB) a finales de 1995, sumando las operaciones en los mercados tanto de bonos como de acciones. El saldo de la cuenta de capital se recuperó en 1995, fecha en que se registró un excedente del 5,4 por ciento del PIB, debido a los grandes créditos recibidos por el Banco de México y el sector público. En 1996, el excedente de la cuenta de capital se redujo al 1 por ciento del PIB a causa del sustancial reembolso de préstamos (unos 11.000 millones de dólares EE.UU.) por el Banco de México y el sector público, compensados sólo parcialmente por grandes entradas de inversiones extranjeras.

Cuadro I.3

Inversiones de cartera en México, 1990-96 (Millones de dólares EE.UU. y porcentajes)

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996

Inversiones de cartera

(netas, en $EE.UU.) 3.370 12.753 18.041 28.919 8.182 -9.715 14.154

Acciones/inversiones de cartera (%) 59 50 27 37 50 -5 21

Bonos/inversiones de cartera (%) 41 50 73 63 50 105 79

Pro memoria:

Inversiones de cartera/PIB (%) 1,3 4,0 5,0 7,2 1,9 -3,4 4,2

Fuente: FMI, Estadísticas Financieras Internacionales.

20. A diferencia de las inversiones de cartera, que son más volátiles, las entradas de inversiones extranjeras directas han seguido aumentando desde 1994, si bien a un ritmo más lento (cuadro I.4); en 1994, las entradas duplicaron con creces las cifras del año anterior. Las inversiones extranjeras directas netas aumentaron de 2.000 millones de dólares EE.UU. en 1980 (1 por ciento del PIB) a 10.000 millones en 1994 (2 por ciento del PIB), reduciéndose a casi 7.000 millones en 1995 (2 por ciento del PIB). Es probable que estas entradas se hayan visto alentadas por las medidas de liberalización (el TLCAN en particular), la modificación del régimen de inversiones extranjeras directas (capítulo II) y el reforzamiento de los derechos de propiedad intelectual (capítulo III).

21. Las inversiones extranjeras directas en México siguen estando claramente dominadas por los Estados Unidos. Aunque su participación en las inversiones extranjeras directas acumuladas disminuyó del 69 por ciento en 1980 al 60 por ciento en 1995, en ese mismo período los flujos de inversiones en dólares de los Estados Unidos corrientes aumentaron más de seis veces. Otros grandes inversores extranjeros directos son el Reino Unido, origen del 6 por ciento de las inversiones acumuladas en 1995, Alemania (5 por ciento) y el Japón (4 por ciento) (gráfico I.2 y cuadro AI.1).

22. Aunque el sector industrial sigue siendo el que más inversiones extranjeras directas atrae, con el 56 por ciento de las inversiones acumuladas en 1995, su porcentaje ha disminuido pues en 1980 era del 78 por ciento (gráfico I.2 y cuadro AI.2). En ese mismo período, las inversiones extranjeras en el sector de los servicios han aumentado espectacularmente, pasando del 8 al 33 por ciento de las inversiones acumuladas. Como se indicó en el anterior examen, la liberalización de la economía desde mediados del decenio de 1980 ha contribuido a hacer atractiva la industria mexicana para las inversiones extranjeras y esta tendencia se ha visto claramente reforzada por el TLCAN.

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Cuadro I.4

Inversiones extranjeras directas en México, 1980-96 (Millones de dólares EE.UU, valores corrientes y porcentajes)

Nuevas inversiones

Variación anual (%)

Nuevas

inversiones/PIB (%) Inversión acumulada Variación anual (%)

1980 1.623 100 0,8 8.460 24

1981 1.701 5 0,6 10.161 20

1982 627 -63 0,3 10.788 6

1983 684 9 0,4 11.471 6

1984 1.430 109 0,8 12.901 12

1985 1.729 21 0,9 14.630 13

1986 2.424 40 1,8 17.054 17

1987 3.877 60 2,6 20.932 23

1988 3.157 -19 1,7 24.089 15

1989 2.500 -21 1,1 26.588 10

1990 3.722 49 1,4 30.311 14

1991 3.565 -4 1,1 33.876 12

1992 3.600 1 1,0 37.475 11

1993 4.901 36 1,2 42.376 13

1994 9.963 103 2,4 52.339 24

1995 6.738 -32 2,4 59.078 13

1996a 1.945 n.a. n.a. 61.023 n.a.

n.a. No aplicable.

a Cifras a finales de junio de 1996.

Nota: Excluidas las inversiones de cartera. La metodología seguida para la compilación de datos fue considerablemente revisada en 1995 y por eso los datos correspondientes a 1980-94 no son estrictamente comparables con los datos correspondientes a 1995-96.

Fuente: INEGI, Anuario Estadístico 1995; los datos correspondientes a 1994, 1995 y 1996 han sido facilitados por el Gobierno.

23. A consecuencia de los préstamos extranjeros para combatir los efectos de la crisis financiera, la deuda exterior total de México se multiplicó, pasando de 29.000 millones de dólares EE.UU. a 118.000 millones (cifra equivalente al 59 por ciento del PIB) durante los 12 meses de 1995. Parte de este aumento de la deuda se debe a la sustitución hecha por el Gobierno de deuda denominada en moneda nacional por deuda denominada en dólares EE.UU. (la deuda pública exterior a corto plazo se cifraba en 22.000 millones de dólares EE.UU. a finales de 1994). En 1996, el Gobierno empezó a refinanciar la deuda pública para obtener vencimientos a más largo plazo y disminuir los costos, pero según la OCDE (1996b) los reembolsos siguen teniendo un peso importante en la cuenta de capital a corto plazo.

24. La evolución de la balanza de pagos permitió que las reservas internacionales brutas aumentaran, cifrándose a fines de 1996 en 18.000 millones de dólares EE.UU., equivalentes a 2,1 meses de importaciones de mercancías y servicios no atribuibles a factores, y en 22.000 millones de dólares EE.UU. a fines de mayo de 1997.

3) Composición y dirección de las corrientes comerciales

25. La importante depreciación de la moneda a raíz de la crisis de diciembre de 1994 se tradujo en un aumento sustancial de las exportaciones: las exportaciones totales de mercancías y servicios no atribuibles a factores aumentaron de 61.000 millones de dólares EE.UU. en 1993 a 107.000 millones en 1996 (32 por ciento del PIB). Aunque su ritmo de crecimiento se desaceleró en 1996, las exportaciones siguen siendo el motor del crecimiento (en dólares de los Estados Unidos corrientes, el crecimiento se elevó al 25,3 por ciento en 1995 y al 19,7 por ciento en 1996).

(13)
(14)

26. No resulta posible hacer una descripción completa de las tendencias a largo plazo del comercio internacional de mercancías de México por países y por productos ya que los datos anteriores a 1992 no incluían el comercio de las industrias maquiladoras, zonas de libre comercio concentradas a lo largo de la frontera con los Estados Unidos (capítulo IV).17 La producción de las maquiladoras se centra en la elaboración y procesamiento de insumos manufacturados, materias primas, componentes, partes, etc.

para obtener productos acabados que se reexportan a los Estados Unidos.

i) Composición del comercio exterior de mercancías

27. Desde que se inició la liberalización del comercio exterior a mediados del decenio de 1980, las exportaciones mexicanas se han diversificado con éxito, reduciéndose el peso del petróleo y aumentando a un ritmo impresionante las exportaciones de manufacturas. Entre 1992 y 1995 el valor de las exportaciones de manufacturas casi se duplicó, de forma que en 1995 representaba el 78 por ciento de los ingresos totales del comercio de exportación de mercancías, frente a un 71 por ciento en 1992 (cuadro AI.3). Esta expansión ha tenido por motor el subsector de la maquinaria y el equipo de transporte, principalmente la industria del automóvil. Los datos correspondientes a los primeros tres trimestres de 1996 indican que este subsector, así como la industria del automóvil, ha seguido obteniendo buenos resultados. El crecimiento del sector manufacturero ha venido acompañado de una mayor productividad; entre 1992 y 1996 la productividad media de los trabajadores en el sector manufacturero aumentó más del 50 por ciento.18

28. Las importaciones de mercancías están dominadas por las importaciones de manufacturas, que en 1995 representaron el 86 por ciento de aquéllas, siendo las partidas más importantes la maquinaria y el equipo de transporte (54 por ciento de las importaciones de manufacturas) (gráfico I.3 y cuadro AI.4). Las importaciones de productos agrícolas han seguido disminuyendo durante el decenio de 1990, pasando del 12 por ciento de las importaciones totales de mercancías en 1992 al 9 por ciento en 1995.

29. La fuerte dependencia de México de las importaciones de productos intermedios ha hecho que el crecimiento de las exportaciones diera lugar a un incremento de las importaciones. En 1995, aunque las importaciones totales de mercancías se redujeron casi un 9 por ciento, el valor de los productos intermedios importados en dólares de los Estados Unidos (en porcentaje del total) siguió aumentando (gráfico I.3 y cuadro I.5). Al iniciarse la recuperación económica en 1996, las importaciones aumentaron de 72.000 millones de dólares EE.UU. a 89.000 millones, creciendo rápidamente el valor de los productos intermedios y recuperándose las importaciones de bienes de capital después de la caída de 1995.

17Tradicionalmente, los datos sobre las industrias maquiladoras se incluían en la cuenta de invisibles, apareciendo el saldo en el apartado de servicios de transformación. Desde 1992, sin embargo, las importaciones y exportaciones de las maquiladoras se incluyen en el comercio internacional de mercancías.

18Banco de México (1997).

(15)
(16)

Cuadro I.5

Comercio exterior de mercancías, 1992-97 (Millones de dólares EE.UU. y porcentajes)

1992 1993 1994 1995 1996 Enero-abril

1997 Importaciones (miles de millones

de $EE.UU.)

62,1 65,4 79,3 72,4 89,5 23,5

Bienes de consumo (%) 12,5 12,0 12,0 7,4 7,4 7,5

Productos intermedios (%) 68,9 71,1 71,2 80,6 80,4 79,5

Bienes de capital (%) 18,6 16,9 16,8 12,0 12,2 13,0

Exportaciones (miles de millones de $EE.UU.)

46,2 51,9 60,9 79,5 96,0 24,9

Bienes de consumo (%) 24,8 27,5 28,4 29,2 29,6 29,1

Productos intermedios (%) 62,7 59,0 57,1 55,5 53,3 53,7

Bienes de capital (%) 12,4 13,5 14,6 15,2 17,1 17,2

Fuente: Gobierno de México.

El comercio de las maquiladoras

30. En 1995, las exportaciones de las maquiladoras aumentaron a un ritmo más lento que las demás exportaciones, invirtiéndose así la pauta de muchos años; los datos preliminares sobre 1996 muestran la misma tendencia. Esta modificación de los resultados relativos puede explicarse por la reorientación de las empresas nacionales hacia el mercado mundial al haberse reducido drásticamente la demanda interna en 1995. Las exportaciones totales de las maquiladoras aumentaron de unos 19.000 millones de dólares EE.UU. (equivalentes al 40 por ciento de las exportaciones totales) en 1992 a 31.000 millones en 1995 (39 por ciento de las exportaciones totales) (gráfico I.3 y cuadro I.5). Como antes se ha indicado, las maquiladoras exportan casi exclusivamente productos manufacturados (99 por ciento en 1995). En 1995, los productos exportados más importantes fueron: máquinas de oficina y equipo de telecomunicaciones (30 por ciento), otras máquinas eléctricas (29 por ciento) y productos del sector del automóvil (7 por ciento).

31. En paralelo con este aumento de las exportaciones, el valor de las importaciones realizadas por las maquiladoras ha aumentado, pasando de 16.000 millones de dólares EE.UU. en 1992 a 26.000 millones en 1995 (cuadro AI.6); también generan un porcentaje cada vez mayor de las importaciones, pasando del 28 por ciento en 1992 al 39 por ciento en 1995 (gráfico I.3). Las importaciones de las maquiladoras se centran fundamentalmente en las manufacturas (81 por ciento en 1995), dentro de las cuales predomina la maquinaria y el equipo de transporte (47 por ciento de las importaciones realizadas por las maquiladoras en 1995).

ii) Dirección del comercio exterior de mercancías

32. Los Estados Unidos absorben más del 80 por ciento de las exportaciones de México y el comercio exterior total entre los Estados Unidos y México ha aumentado desde la entrada en vigor del TLCAN.

Esta tendencia es probable que se mantenga ya que en el marco del TLCAN se reducirán todavía más los aranceles y los obstáculos arancelarios. México es probable también que se beneficie de los acuerdos suscritos en la esfera de los servicios y las inversiones. Además, el crecimiento de las exportaciones de México a los Estados Unidos se ha visto impulsado por el crecimiento firme de la economía estadounidense durante el decenio de 1990 (gráfico I.4 y cuadro AI.7). Las exportaciones al Canadá también muestran buenos resultados aunque en un nivel muy inferior, mientras que el peso de las exportaciones con destino a la UE disminuía del 7 por ciento del total en 1992 al 4 por ciento en 1996.

(17)
(18)

33. Desde el punto de vista de las importaciones, el panorama es semejante; el porcentaje correspondiente a los Estados Unidos en las importaciones totales de México ha aumentado continuamente desde 1992, cifrándose en unas tres cuartas partes del total en 1996 (gráfico I.4 y cuadro AI.8). En ese mismo período, el porcentaje de las importaciones procedentes de la UE se ha reducido del 11 por ciento en 1992 al 9 por ciento en 1996, mientras que Asia Oriental ha seguido manteniendo un 10 por ciento del mercado.

iii) Comercio de servicios

34. México registra un déficit sustancial, aunque en disminución, en su comercio de servicios.

El saldo neto de la cuenta de servicios mejoró, pasando de un déficit medio anual del 4,5 por ciento del PIB entre 1980 y 1992 a un déficit del 3,9 por ciento en 1996 (equivalente a 13.000 millones de dólares EE.UU.).19

35. El saldo de los ingresos netos por servicios no atribuibles a factores mejoró, pasando de un déficit medio anual del 0,5 por ciento del PIB entre 1980 y 1992 a un excedente del 0,2 por ciento del PIB en 1996. Los ingresos brutos, que ascendieron por término medio al 2,7 por ciento del PIB entre 1980 y 1992, aumentaron ligeramente para llegar al 3,2 por ciento del PIB en 1996. El turismo representó cerca del 64 por ciento de los ingresos totales en 1996. Los pagos por servicios no atribuibles a factores, cuyo promedio se situó en un 3,3 por ciento del PIB entre 1980 y 1992, descendieron a cerca del 3,1 por ciento del PIB en 1996, debido a la disminución de los viajes de los mexicanos;

esta reducción fue compensada en 1996 por el aumento de los costos de fletes y seguros que provocó el aumento de las importaciones. El pago de intereses, que ascendió a unos 13.500 millones de dólares EE.UU. en 1996, fue el apartado con diferencia más importante de los pagos por servicios atribuibles a factores, y se elevaron al doble de los ingresos derivados del turismo.

4) Perspectivas

36. Bajo los efectos del programa de estabilización, aparentemente se han suavizado las presiones sobre los mercados financieros. Los tipos nominales de interés a corto plazo se han reducido desde un máximo del 80 por ciento aproximadamente, durante la crisis, al 19 por ciento (tipo anual de interés de los certificados del Tesoro a 28 días) y la inflación está dando muestras de remitir. Ha mejorado el acceso de México a los mercados internacionales de capitales, al tiempo que subía el índice de la bolsa de valores. El nivel actual de las reservas internacionales brutas (22.000 millones de dólares EE.UU. a fines de mayo de 1997) se está aproximando al anterior a la crisis del peso (29.000 millones de dólares EE.UU.). Además, el alza del 11 por ciento de la construcción en 1996 es un buen presagio de un crecimiento futuro basado en la demanda interna.

37. Sin embargo, la economía no se ha recuperado plenamente de la crisis financiera y la situación del sector bancario sigue suscitando una gran preocupación. Se ha evitado el colapso del sistema bancario pero la crisis lo ha dejado muy frágil. No está claro en qué medida el sector podrá soportar un crecimiento rápido de la economía. El porcentaje importante de créditos fallidos (principalmente créditos hipotecarios) puede reclamar también nuevos recursos públicos. La consolidación fiscal también puede verse amenazada por los costos de la reforma del sistema de pensiones y de asistencia sanitaria y por el rápido aumento previsto de los pagos derivados del servicio de la deuda en el futuro inmediato.

El Gobierno es posible que se vea obligado a mantener altos los tipos de interés para impedir que se debilite el peso y resurja la inflación, desalentando así las inversiones. Desde el exterior se añade

19Instituto Nacional de Estadística Geográfica e Informática (1996) y hoja del Banco de México en Internet (www).

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un nuevo factor de riesgo, a saber, la evolución de los precios del petróleo en el mercado mundial, los cuales después de unas subidas sustanciales en 1995 y 1996 está previsto que bajen a corto plazo.20 38. En el marco de sus actuales planteamientos fiscales y monetarios, el Gobierno se ha comprometido firmemente a proseguir las reformas estructurales, que profundizarán la orientación hacia el exterior y la importancia del sector privado. La introducción de fondos de pensiones privados puede contribuir a que aumente el ahorro y a que reciban un nuevo impulso los mercados financieros.

La reciente iniciativa del Gobierno de presentar un plan a medio plazo (hasta el año 2000) puede también contribuir a establecer un marco político más estable y previsible.21

20El FMI (1997), página 159, prevé que el precio del petróleo en dólares de los Estados Unidos baje un 3,6 por ciento en 1997 y un 6,7 por ciento en 1998.

21El Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide) fue presentado por el Presidente Zedillo en junio de 1997.

Referencias

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