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IDA y JEAN PAIN LOS MÉTODOS DE JEAN PAIN

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

IDA y JEAN PAIN

LOS MÉTODOS DE JEAN PAIN

U

¡ O T R O H U E R T O !

ÍNDICE

1. - El fin de los grandes incendios forestales 2. - Una nueva fuente de HUMUS

3. - El cultivo sin riego

4. - La alimentación ORIGINAL del suelo

5. - Industrialización del compostaje de malezas

6. - Producción de ENERGÍA bajo forma térmica (aire y agua caliente y su utilización: calefacción, sanitario, etc.

7. - Un pequeño TRITURADOR… con grandes capacidades

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La reforestación será el signo y la obra de la verdadera civilización.

Jean Pain

(1928-1981)

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

I D A y J E A N P A I N

Caballero del Mérito Agrícola

Los métodos de JEAN PAIN

u

¡ O T R O H U E R T O !

**

EN LA HORA DE LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD

E N T O R N O

A G R I C U L T U R A

E N E R G Í A

Título original de la publicación en francés

LES METHODES JEAN PAIN OU

UN AUTRE JARDIN

Esta obra está también editada en francés, inglés, alemán y neerlandés

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Este libro se compone de sesenta y ocho páginas numeradas del 1 al 68 además de las cubiertas

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

Prólogo de Victor Lebrum, último secretario de León Tolstoi

«Siempre sencillas son las ideas que tienen inmensas consecuencias»

León Tolstoi (Guerra y Paz)

Varias calamidades amenazan de muerte a la humanidad actual. Entre ellas, solamente el hambre general es la que podría aparecer como una horrible catástrofe realmente ineluctable.

Y, quizá todavía a tiempo, sobreviene un acontecimiento sin precedentes. Los autores de este pequeño libro, Ida y Jean Pain, como discípulos del gran l.V. Mitchourine, han conseguido cultivar sobre un árido peñasco abrasado por el sol de Provenza, unas magníficas verduras, sin regar, sin desherbar y sin tratamiento ni abono químico.

La nueva técnica es sencilla. En todo el mundo está al alcance de cada familia hambrienta o deseosa de huir el insoportable infierno de la ciudad actual. Consiste simplemente en la muy cuidadosa preparación de un «compost» enteramente vegetal y en una espesa cobertura del suelo igualmente vegetal. A veces, el conjunto, sobretodo las jóvenes plantaciones, deben ser protegidas con una ligera sombra de las ardores demasiado grandes del sol. Ya está. Las tierras más pobres se pueden utilizar.

Pero, en cuanto al tamaño, a la cantidad y ala calidad de los productos obtenidos, sobrepasan las facultades de la imaginación. En el pasado de nuestra planeta jamas se ha visto prodigio semejante. No se puede creer, si no al ver, el tamaño gigantesco de esas verduras pesadas y sabrosas.

El secreto de este maravilloso procedimiento consiste simplemente EN DEVOLVER AL SUELO DE NUESTRO TAN FÉRTIL Y HERMOSO PLANETA EL MICROBIANO AMBIENTE DE LA VIDA QUE ACABAMOS DE DESTRUIR EN ÉL. Este maravilloso fermento de la vida se encuentra en los sobrantes de todo el mundo vegetal. Acondicionando muy cuidadosamente todo lo que queda aún de los bosques, se encontrará todavía en ellos malezas que podrán fácilmente producimos centenares de miles de toneladas de este precioso «compost››, altamente higroscópico, portador de calorías durante su fermentación y habitado por una fauna microbiana biológicamente positiva. Al mismo tiempo es completamente destructor de todas las condiciones indispensables para la proliferación de una fauna maléfica. Hay que ver estas plantas gigantescas sin una sola hoja marchita o amarillenta después de un día tórrido de 40 °C a la sombra, estos tomates arborescentes de 2,5 m de altura produciendo 20 kg de pesados frutos por tomatera y todo el milagroso y perfecto desarrollo de los otros vegetales.

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Añadamos todavía a eso que este vigor les permite soportar heladas hasta -5 °C y que, en lugar de empobrecer el suelo quitándole una gran cantidad de elementos, año tras año, no hacen más que enriquecerlo.

Una vaga intuición me lleva a pensar que las propiedades de este ingrediente, que empuja a las herbáceas hacía la arborescencia y que parece producir agua con la humedad atmosférica, deben existir además en otros tres productos: la jalea real de las abejas, la joven asta de un ciervo adulto que crece inmensa en quince días y, por último, la raíz de ginseng de los chinos.

No cabe duda de que a partir de este descubrimiento, el género humano y con él, la flora y la fauna de este planeta, entran en una nueva era no solamente económica, sino biológica.

Para cumplir esta evolución no puede haber más que un medio: sobre todas las innumerables pequeñas parcelas de territorio, inaccesibles a las gigantescas máquinas agrícolas, es preciso instalar el mayor número posible de familias hambrientas. Estas parcelas, actualmente improductivas, representan una parte enorme de la superficie de nuestro planeta.

Aquí precisamente este pequeño libro de Ida Pain viene a mostrarnos que, en estas partes del globo, debidamente utilizadas por familias desheredadas, podrían proveer como excelentes productos de consumo de utilidad preciosa.

Esta acción puede realizarse de inmediato en cada país. Las ventajas y la cantidad de hermosos y buenos productos que tal organización podría aportar, sobrepasan en mucho las fuerzas de la imaginación.

Pero es hora de que dejemos hablar a la Ciencia.

Victor LEBRUN, Amigo y ex-secretario de Léon Tolstoi 1972 Le Puy-Sainte-Réparade. 13610.

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

CARTA – PREFACIO

de HENRI STEHLE

Laureado del instituto, Doctor-Ingeniero, Ex-Director de Investigación en el Instituto Nacional de la Investigación Agronómica (INRA) al Sr. y Sra. Jean PAIN, en la Finca de los Templarios

---x-x---

Queridos Amigos,

Los problemas que se plantea el Hombre llamado «sapiens›› o «tecnológicus››, en nuestra época de la era atómica, incluso en las costas claras y soleadas de nuestro Mediterráneo, fuente de civilización, son complejos, numerosos, variados y agudos. Y a muchos de ellos estamos lejos de una respuesta satisfactoria.

Y, a través de su manuscrito, Señora Ida Pain, adivinamos la redacción de las cuestiones expuestas, al mismo tiempo que encontramos en él, punteada o en fina imagen, una respuesta que Jean ha intentado darles, personal, original y con un solo deseo, el de servir y estar disponible.

Estas cuestiones, ¿no las oímos acaso cada día en nuestra región mediterránea, y sobre todo en esta Provenza reputada por su equilibrio y armonía, donde sin embargo hoy en día las repercusiones de un materialismo nuevo estilo se resienten claramente?

¿Se dejará que los incendios arrasen el bosque y la garrida provenzal al soplo del mistral, cuando sus beneficios morales, materiales y psicológicos sobretodo, revisten, en este mundo sobreindustrializado, una importancia vital para el hombre devorador de espacio y en busca especialmente de espacio verde de los cuales él es el principal destructor?

La carrera hacia el humus, esta riada hacia el «oro orgánico» podríamos decir, ¿se detendrá finalmente antes del agotamiento irremediable, trágico que se dibuja a lo lejos, después de una sustitución total por abonos minerales, fertilizantes sintéticos, pesticidas, herbicidas, que matan la cizaña ciertamente, pero también, demasiado a menudo, al trigo y al Hombre?

En esta fase social actual, en la que la búsqueda de tiempo libre está elevada al rango de institución nacional y en la cual el recurso a la droga o a una nueva vida de grupo son expresiones diferentes del aburrimiento y de la decepción de los jóvenes, frente a los errores de los adultos, se ha presentado a su espíritu, así como para los idealistas que les rodean, la idea de llenar este abismo que separa las generaciones sucesivas, del retorno a la naturaleza, de la búsqueda de un Entorno que corresponda realmente a una mejoría de la«calidad›› de la vida, más que a la de un «nivel›› de vida, ¿y Uds. se han preguntado juiciosamente si el bosque, el huerto, la célula familiar, no constituirían en definitiva las tres llaves que se tendrían que forjar para abrir las puertas del futuro sobre un equilibrio reencontrado, de paz, trabajo, aire puro y regreso a la Naturaleza?

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A la «Tierra incendiada» Ud. opone la «Franja verde», su efecto sintético, renovador, protector y fuente de vida, incluso cuando parece desorganizado y que las hojas..., que se recogen a patadas... pueden convertirse en un precioso humus, nuevo punto de partida y de regeneración en el seno de un suelo vivo y siempre fecundo.

Su protección del bosque, cortando las malezas, a veces densas, espinosas e impenetrables en el matorral aromático, está lejos de olvidar que son por el contrario las constituyentes de un biotopo para múltiples especies de la avifauna y de una multitud de organismos que desde la bacteria, la micorriza y la pequeña lombriz, hasta los grandes animales, incluidos los jabalíes y los lobos, los rapaces mismos de reputación tan mala como ilegítima, forman el ciclo biológico, las cadenas alimenticias y mantienen el equilibrio indispensable para la vida.

Todo esto, Ud. lo ha sentido incluso antes de demostrarlo, así como el poeta británico Thomson, inspirado y movido por un presentimiento donde la poesía ha sido, como a menudo, profeta de la ciencia, cuando se exclamaba: «No cortéis una flor porque corréis el riesgo de perturbar el curso de una estrella». Había adivinado él también, que la vida, incluso en su forma vegetal elemental, estaba ligada en todas partes por unos lazos de los cuales las vibraciones, las ondas y la luz no estaban excluidas, yendo hasta los espacios interestelares, cuando los materialistas alejados de los poetas, tanto como de los científicos, no encuentran más que materias y corpúsculos ponderables y...

valorizables.

En esta Hacienda de los Templarios, donde del país de las nieves y de los lagos de su Helvecia natal, vino hace nueve años, y que amó enseguida, el soplo de los ocupantes, agricultores, religiosos y caballeros de hace varios siglos ha pasado sobre Ud. Ha estudiado su historia, experimentado sus pasiones, intentado descubrir sus misterios y su tesoro espiritual. No ha encontrado dinero, cosa que, como hombre desinteresado, no le preocupa para nada, sino su tesoro que es la fuente de satisfacciones, su ética de un entorno de felicidad por una vida simple, de observación, de reflexión, de experimentación y de utilidad pues va en la búsqueda del bien, de un mejor estar y de una contribución humana. Su busca del equilibrio siIvo-culturo-pastoral, en la Naturaleza diversificada, le ha ayudado en la salvaguardia o el uso juicioso de sus productos en provecho del hombre, teniendo cuidado de no romper jamás los equilibrios biológicos, sino al contrario de protegerlos.

La imagen que Ud. se ha formado de estos ilustres predecesores, cuya piedra esculpida de su cruz famosa y la capilla están cada día bajo su mirada y evocan su recuerdo, no es sin lugar a dudas la misma que la imaginada por la muchedumbre de historiadores y novelistas que las han descrito; polivalentes, guerreros, banqueros, del rey mismo, constructores, atesoradores, religiosos; tales son sus figuras a través de la literatura abundante a su propósito. Pero, Ud., que no se tiene por escritor, los ha encontrado en esta Finca, cuya función vuestra es de «guardar» y cuyo ideal vuestro es «salvaguardar», sobre el terreno del artista y del protector de la Naturaleza, de la cual el hombre, Ud. no lo ha omitido, es uno de los elementos. Es en el bosque, tranquilo, vivificante, que predispone a la reflexión, en el huerto, este «hort de Dieu» (1) cuyos beneficios ellos elogiaban en bajo latín desde su origen, en los pastos, entre sus cabras a lo largo del ciclo silvo-culturo-pastoral (su «sylva», «ager» y «saltus») que se ha dado cita con estos monjes rurales del Templo y de donde la tradición cisterciense nos ha conducido hasta la fitosociología y la agronomía modernas, en el mundo científico actual que está atado a la investigación de las causas y de las disposiciones que ya preocupaban a Olivier de

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

Serres, en el «Mesnage des champs» (2).

Su camino ha sido el inverso del que se sigue habitualmente. Del estudio a la aplicación, de la teoría a la práctica, de la formación profesional, al empleo, es la dirección que siguen los ingenieros, los agrónomos, los científicos, los botánicos, los pedagogos, los escritores. Pero, Ud. lo ha afirmado, no siendo hombre de letras, «de escritura» dice su mujer, se niega también ser hombre de ciencia. Y sin embargo, sé cuánto ha leído y ha estudiado las obras de agronomía, pedología y fitosociología de Bretignières, Demolon, Burgevin, Kunholzt-Lordat y otros grandes maestros de la agronomía y de la ecología. Del mismo modo los métodos de Indore sobre la fabricación del mantillo artificial y de los buscadores, de la India no le son desconocidos.

Pero, nuestro amigo Jean es autodidacta con todo el significado de libertad, introspección fundamental y deseo de instruirse, después de haber observado y haberse planteado muchas cuestiones. El curso de su vida personal y familiar, profesional y intelectual, fue entonces profundamente modificado. El tiempo ha tomado otra dimensión, la contemplación de la Naturaleza le ha conducido a ver el Entorno con ojos distintos de los que miraban las grandes ciudades donde había vivido anteriormente; su vida familiar se ha impregnado de esta Naturaleza provenzal, de plantas aromáticas y perfumes embriagadores: sus pensamientos han sido animados por una sola motivación, la que recientemente Noah Gordon, en los

«Médicos››, pone en la boca del padre escribiendo a su hijo: «Esfuérzate siempre en hacer el menor daño posible, intenta crear o realizar algo que, sin ti, no habría podido existir». Y es lo que él ha querido hacer, ayudado por su esposa: lo mejor posible en el bien, la creación de una cosa nueva. Y se verá, a través de este texto recogido por su testigo de cada día y su colaboradora de todos los instantes, incluso en el «reportaje››, cuando acertó en ello. Su camino no ha sido el más clásico, pero el aula para él ha sido la garriga, el bosque, el huerto y el prado. Primero ha observado, reflexionado, experimentado, leído el gran libro de la Naturaleza, bajo el ejemplo, inconscientemente, de los Templarios y de los Cistercienses y, después, pero sólo después, ha buscado las explicaciones en la ciencia, sea europea, sea del nuevo mundo o de los sabios de la India.

De la práctica, de la experimentación y de los resultados registrados, ha remontado a las causas; de la práctica ha pasado a la teoría, en un movimiento ascensional, de la tierra y del bosque hacia el cielo y la luz, la de la fotosíntesis. Si no es su camino el de todos los días y de todos los hombres, ¿quien se quejará de eso?

En «LA HORA DE LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD», la que nos es dada para no empujar la juventud hacia la droga o gestos sangrientos, para no dejar que los incendios y la erosión arrasen bosques y suelos, animales y hombres, en nuestra Provenza-Costa Azul, para, al fin, no permitir la urbanización anárquica de la selva, después del levantamiento de un muro de hormigón en la orilla del Mare Nostrum, acogeremos con satisfacción y agradecimiento este libro de imágenes, consejos, experiencias y de técnica, comentado con palabras de todos los días, expresiones de amor a la atención del prójimo.

Se trata aquí, en efecto, de «OTRO HUERTO», no el huerto, el vergel, el jardín de flores que nos rodea o el de antaño, sino de un huerto de ensueño, sin polución de ninguna clase, sin enfermedades, sin parásitos, sin depredadores, con alto rendimiento aun sin cuidados de entretenimiento, de riego, de bina, de escarda, a los cuales uno está un general constreñido en agricultura y sin agua, en país seco, lo que nos parece una paradoja. Sin embargo, la realidad es innegable. Las características organolépticas de las verduras y frutos aquí obtenidos demuestran, por otra parte de una calidad superior.

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Damos las gracias a la autora Ida, y a su realizador, héroe de esta epopeya rural: Jean Pain.

H. STEHLE.

(1) «Hort de Dieu»: Huerto de Dios (N.D.T.)

(2) «Mesnage des champs»: Arreglo del campo (N.D.T.)

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

LOS MÉTODOS DE JEAN PAIN

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¡ O T R O H U E R T O !

o el Arte de utilizar las malezas de los bosques en agricultura dentro del marco de la prevención contra incendios y para enriquecer el suelo en HUMUS

Para todos aquellos que desean sinceramente la salvación de los bosques.

Igualmente para aquellos que están en busca de una buena alimentación con productos sanos y perfectamente equilibrados.

Por último, para todo agricultor que dormita en cada hombre y para cada hombre interesado en los problemas de energía de nuestro tiempo.

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INTRODUCCIÓN

Para Jean Pain todo comenzó un día hace catorce años, cuando un hombre llegó a casa y dijo «¿Por qué no cultiva la tierra? Dedíquese al cultivo, plante árboles, cultive la viña, produzca su proprio trigo con el fin de hacer pan».

El hombre se llamaba Marcel Bretineau y murió algún tiempo más tarde sin haber podido decirle más, sino que era preciso respetar las leyes de la naturaleza.

Pasaron varios años, estudiosos, laboriosos, concentrándose en los textos, leyendo con avidez toda la ciencia forestal y agrícola, desde experiencias hasta realizaciones diversas, múltiples, diferentes, Jean Pain investigó sobre el terreno.

Solicitado desde entonces, por numerosas personas, para explicar por escrito su manera de valorar al suelo, creo que nadie mejor que su compañera de todos los días le podía suplir en esta tarea: Jean Pain no es hombre de letras.

Puesto que no tengo la erudición de mi marido en disciplinas agrícolas intentaré

explicarme con claridad, simplemente, con la esperanza de ser comprendida por todos.

Evitaré pues el empleo de los términos científicos de la agronomía.

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

¡OTRO HUERTO! (no he encontrado nada más elocuente como título) será cultivar el suelo y las plantas cualesquiera que sean, rehusando administrarles tratamiento preventivo o curativo, considerando que un suelo o una planta tratados no serán aptos para producir una descendencia robusta.

Si una planta enferma, dice Jean Pain, sea por carencia o ataque de hongos, el único responsable: el agricultor, quien deberá esforzarse en encontrar el alimento del suelo perfectamente equilibrado de modo que esto no vuelva a producirse.

Paliar la enfermedad con aplicación de cualquier producto es susceptible de producir la debilitación de la descendencia y ocasionar por esto un desequilibrio creciente y persistente.

No creo, dice aún, que exista algún método global o procedimiento uniforme referente a las cosas de la tierra.

El agricultor se adaptará, debe adaptarse a la tierra de la cual está encargado, que le ha sido prestada y que debe valorar para el bien de todos, y sobre todo el suyo, teniendo en cuenta su carácter, su personalidad y su comportamiento según el clima, la pedología y la geología.

Una sola cosa será general, polivalente, indispensable: darle o devolverle el HUMUS, bajo la forma que sea, y añadir: Es la HORA DE LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD; económicamente el hombre debe reaccionar, nadie tiene el derecho de incinerar sea lo que sea en materia orgánica (basura doméstica, residuos urbanos, desechos de aserraderos, de fábricas de embalajes, de remanentes procedentes de desbroces). Cada año, pues, millones, digo bien millones de toneladas de malezas, subproductos de los bosques, están disponibles para la agricultura; a precio muy barato y sin embargo de una riqueza incomparable; el único abono que, al mismo tiempo que será el alimento inmediato y perfectamente equilibrado del suelo sobre el cual cultivamos las plantas para nuestra subsistencia, se convertirá en el HUMUS nutritivo de mañana. Ideal para todos los cultivos; para los cereales, los prados, el cultivo de árboles frutales, la viña en fin, el cultivo de hortalizas y flores.

1. - ENTORNO: EL BOSQUE

Se debe salvaguardar el bosque, preservarlo del fuego siempre gran destructor, a veces mortal, desbrozándolo juiciosamente, siendo esta la única y radical solución al problema de los incendios forestales.

Entiendo por desbroce juicioso, la conservación de lugares muy tupidos, densos en fronda y bosquecillos espesos permitiendo: nidificaciones, albergues y refugios naturales para los animales salvajes, lejos de toda carretera principal, se entiende.

Ahora bien, este desbroce cuesta dinero, energía, hasta ahora sin compensación: es un abismo para los créditos regionales y nacionales.

Por primera vez, mediante el compostaje de malezas, se puede planear salvar del fuego los bosques de la cuenca mediterránea francesa, desde Menton a Biarritz, sin ningún gasto a escala nacional, gracias a la rentabilidad de la estercoladura orgánica así obtenida. Al mismo tiempo, fertilizar y reestructurar las tierras pobres o desastrosamente empobrecidas y desprovistas de HUMUS.

Así, cada uno hallará en ello su beneficio. Por otra parte, me quedé muy sorprendida

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considerando el número de visitantes competentes en materia forestal y agronómica que he recibido en el curso de estos últimos años, al no oír ningún reparo, más bien al contrario, la aprobación general. Pues todo es posible y realizable.

El empleo del compost de malezas permitirá, en el marco de la repoblación forestal, un empuje y un crecimiento acelerado de toda plantación de árboles forestales.

Así pueden ganarse años en la reconstrucción de un bosque, destruido por el fuego, donde al mismo tiempo se ha quemado el HUMUS original, poniendo al desnudo la roca madre. Pienso en los macizos del «Estérel», de los «Maures»› y de Córcega entre otros, así como a las Coast Ranges de California y a las estribaciones de la Sierra Nevada que visité recientemente en el transcurso de un viaje a los Estados Unidos.

Hace tiempo que el material de trituración y compostaje industrial ha sido creado y funciona para los compuestos de residuos urbanos. ¿Con qué razón el medio rural, que tiene tanta necesidad de ello, no lo podría utilizar para esta regeneración indispensable?

(N.D.A.) Respaldados por la fuerte demanda actual hemos creado nuestro propio material para trituración y refinado para las aplicaciones forestales y agrícolas de nuestros métodos. Este material, perfectamente adaptado a estas prácticas es presentado, así como sus características técnicas, en las páginas 57, 58 y 59.

ALIMENTO DEL SUELO

Hay que esforzarse, dice, en aplicar lo más cuidadosamente posible lo que el bosque nos enseña. El alimento del suelo es en primer lugar, la materia vegetal que él califica, cuando es verde, de materia vegetal viva. Se tendrá gran cuidado en utilizarla tal cual para la elaboración de los «compost››, siempre que sea posible. Restituyendo al suelo una materia semejante, después del compostaje, se transformará una tierra, por pobre que sea, en una fructuosa tierra de hortalizas. Del más minúsculo tallo de hierba hasta la gigantesca Secoya, todo vegetal es HUMUS en potencia. El compost de malezas será, para el suelo, al mismo tiempo alimento y estructurante, «EL HUMUS VIVO».

HUMUS VIVO, alimento original del suelo: veremos, en las últimas páginas de esta obra, cómo utilizar, de varias maneras, el compost de malezas en la fertilización general de todos los suelos.

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

MATERIA PRIMA

En este primer término, es fácil reconocer los vegetales recogidos para el compost: encina, pino, brezo, tomillo, romero, Iavanda, ajedrea, genista hiniesta, enebro, Ientisco, hiniesta espinosa, filaria, algunas variedades de cítiso, enebro de Fenicia, helecho, euforbio, dafne, ruda, zarzaparrilIa, etc.... en fin todos los vegetales sean cuales sean sin excepción, sin selección, sin preferencia, y sin dosificación.

Lo esencial, será la variedad. Es por medio de eso que se obtendrá el equilibrio en la masa del compost.

Una restricción: el diámetro de las ramas mas gruesas no deberá sobrepasar los 8 mm en caso de hacer un compostaje manual.

Esto implica que la extracción clorofílica no estará efectuada en forma total, destruyéndose el vegetal, sino sobre ramos y ramas por otra parte más tiernos, los cuales, al estar menos lignificados, son más fácilmente descomponibles. No se trata de destruir «la franja verde» sino de hacerla menos brozosa.

De esta manera la función de protección del medio ambiente está salvaguardada.

En caso de compostaje a mayor escala, justificado por reciclado del producto procedente de grandes superficies desbrozadas (bordes de carreteras, pistas forestales, cortafuegos, etc...), este diámetro de 8 mm. puede ser ampliamente sobrepasado.

Las técnicas de trituración y compostaje serán entonces diferentes. Desarrollaremos este tema en la página 48, en el capítulo: Industrialización del compostaje de malezas.

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ÁREA DE COMPOSTAJE

Aquí vemos a Jean Pain aprovechando un día lluvioso para humedecer la maleza recién recogida, con la intención de preparar un compost. Siempre es preferible disponer de una gran área de compostaje que permitirá una holgura de movimientos en las diversas fases del trabajo. Aquí, por ejemplo, el lindero de un bosque, donde la vegetación es escasa y la superficie llana. Habrá ahí gran facilidad para recuperar agua de lluvia, extendiéndose en el suelo lonas con bordes levantados. Esto en caso de no disponer de otras fuentes de agua.

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

SITUACIÓN DEL LUGAR DE DEMOSTRACIÓN

He aquí el lugar escogido por Jean Pain para demostrar a unos amigos el valor del compost de malezas y su utilización. Prácticamente, no hay tierra arable. La localización y las características de este suelo y del microclima son en pocas palabras las siguientes: a 10 metros de la cima de un picacho de 420 metros de altura máxima. Grandes rocas calcáreas, un fondo arenoso, primera capa de agua a 95 metros de profundidad; capacidad de retención de la humedad: nula. Orientación: pleno sur. Situación geográfica: en el centro de Provenza.

Veranos secos y abrasadores (temperatura media de más de 35 °C a la sombra). Se verá en el primer término una vegetación pobre, que subsistía al emplazamiento del huerto hecho dos años antes de que fuera tomada esta foto.

Estamos al final de junio. Aquel verano, la ligera umbría había sido obtenida con ramas de pinos cortadas en los alrededores, umbría que no subsiste mas allá de mayo y junio, permitiendo a las pequeñas matas replantadas arraigarse sólidamente para pasar el verano tórrido, que aquí reina. En los primeros días de-julio estas ramas serán quitadas y podrán usarse de nuevo, por ejemplo en la cobertura terminal de un compost.

Esta umbría es, según Jean Pain, indispensable en caso de un cultivo sin riego. No sucede lo mismo, claro está, si damos agua a las plantas recién replantadas y durante los días siguientes.

Aquí, todos los cultivos se realizan sin la aportación de una sola gota de agua, sin embargo, como se demostrará más adelante para los puerros, en caso de un gran sequía anterior a la plantación, se tendrá que recurrir por fuerza al embadurnamiento de las raíces, sumergiéndolas en una mezcla de compost, agua y arcilla, lo que necesita el empleo de pequeñas cantidades de agua.

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IMPREGNACIÓN

Hay varias maneras de impregnar la materia vegetal destinada al compostaje.

La primera que aparece en la página 14, bajo una intensa lluvia, removiéndola muchas veces y después amontonándola rápidamente si no se dispone de otros medios.

La segunda por riego del montón constituido, sea con regadera, sea con aspersiones cortas y repetidas, permitiendo al montón la retención de esta agua.

Y, por último, la tercera y la más racional para Jean Pain, es la inmersión de la maleza, en un tonel, cuba o estanque o cualquier otro recipiente no metálico. Aquí vemos precisamente esta operación.

A medida que se va trayendo maleza sobre el área de compostaje, se la colocará en el tonel vacío comprimiéndola fuertemente; se la mantendrá comprimida con una piedra, luego se llenará de agua hasta el borde.

Así se dejará uno o varios días según el diámetro de las ramas mas gruesas.

Seguidamente, con una horca, se la sacará del recipiente, y escurriéndola bien, se la colocará en un montón. Esta operación se repetirá tantas veces como sea necesario para obtener un volumen mínimo de 4 metros cúbicos de malezas humedecidas, bien comprimidas, añadiendo al tonel el agua absorbida.

Este es en efecto el volumen mínimo que permitirá una fermentación adecuada; por supuesto, no hay ningún máximo, sino las posibilidades del horticultor; sin embargo, Jean Pain cree más conveniente confeccionar varios montones sucesivos de 4 m³, mejor que uno solo, mucho más grande, por razones de disponibilidad.

Son necesarios tres días de trabajo a un hombre afanador para acumular e impregnar este volumen de malezas que dará dos toneladas de compost listo para el empleo.

Este es el punto de partida de transformaciones sucesivas que desembocarán en la obtención, 111 días más tarde, de un compost de malezas de cualidades óptimas, a condición, sin embargo, de que todas las operaciones siguientes sean realizadas con precaución, delicadeza y precisión.

De todo esto depende el éxito.

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

Han pasado tres semanas después del último día de impregnación. El montón se ha aplastado, ablandado; entonces se decide compostarlo. Mediante la horca girada hacia abajo (puntas hacia la tierra) se procederá a una especie de cardado golpeando vigorosamente sobre el borde con golpes repetidos; la materia será así deshilada, despedazada. Luego se colocará a un lado, o detrás de sí. Hora y media de trabajo continuo basta para cardar todo el montón; entonces uno se da cuenta de que la materia ha cambiado de aspecto; se ha vuelto negruzca y se desprende de ella un olor acre. Una suave tibieza indica un principio de fermentación.

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Esta es la más precisa de todas las operaciones de compostaje.

Las medidas serán escrupulosamente respetadas. Anchura en la base 2,20 metros. Altura en el centro 1,60 metros, forma triangular. Longitud en la base determinada por la cantidad de materia a compostar. Se amontonará con horconadas muy ligeras, esta vez sin apretar.

Si se tiene cuidado en echar siempre la materia en el eje medio prefigurado, uno se dará cuenta de que a medida que el montón se eleva toma la forma deseada. Duración: media hora.

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Nota: versión recreada en marzo de 2016 a partir de fotocopias en blanco y negro de la edición en español y fotos digitalizadas de la versión inglesa

Siempre sin apretar, se esparcirá con una pala una capa de 2 cm de espesor, hecha de tierra o de arena, o de mantillo o aún de antiguo compost. Un cuarto de hora para esta operación.

Aquí ya estamos en el punto final. Ramas gordas colocadas en forma de techo de cabaña servirán para proteger el conjunto de la lluvia, de la nieve y del sol. Duración de esta última mano, teniendo en cuenta el tiempo necesario para recoger las ramas gordas en el bosque:

una hora. En los días siguientes una viva fermentación se desencadenará, culminando a

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veces a 75 °C. Objetivo logrado. Las distintas fermentaciones «aerobias» o «anaerobias»

(con o sin aire) son muy conocidas y dice, Jean Pain los científicos como Bretignières, Demolon, Burgevin, Howard y Gasperi las han estudiado tan bien en relación con la fabricación de estiércol artificial. No es mi propósito describir aquí el proceso en su complejidad. Nos limitaremos, lo cual me parece esencial, a anotar los excelentes resultados, si los gestos prácticos observados durante el curso del trabajo se han aplicado siguiendo la técnica y los tiempos indicados.

2. - AGRICULTURA: LA TIERRA

CONDICIONES DE UTILIZACIÓN Han pasado tres meses...

He aquí el compost de malezas listo para el empleo después de 90 días de fermentación aireada. Se notará durante el corte, la tosquedad del conjunto de la materia, que a pesar de las apariencias, ha sufrido un ataque bacteriano satisfactorio y suficiente para ser utilizado en superficie. Se tendrá cuidado en exponerlo lo menos posible a la luz del día, y en cubrirlo con ramas o pajotes si uno debe ausentarse o suspender el trabajo durante varias horas.

Es natural, explica Jean Pain, que su empleo no esté limitado en el tiempo. Si no se tiene

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que usar inmediatamente, se recubrirá cuidadosamente el montón. Algunos meses más tarde se estará en presencia de un mantillo que permitirá las siembras finas, el cultivo hortícola y floral de especies raras y delicadas, a condición siempre de dar la vuelta al montón un mes antes de su empleo y de reconstruirlo con las dimensiones originales. Hay que recordar que el compost de 90 días no puede ser utilizado y aplicado más que en superficie sobre el suelo, sin incorporación, ni entierro o hundimiento. En el caso de una aplicación diferente, se procederá según la condición expuesta más arriba, es decir removiendo el montón. Esto es indispensable. Seria una grave contraindicación hundir en el suelo un producto, tan basto que se volvería un cuerpo extraño para este último más bien que un alimento.

En efecto, un tal error conduciría inevitablemente al «bloqueo»; término que explica a su manera como sigue: «Introducir en la tierra tal materia, exigiría del suelo la mayor parte de su energía con objeto de «digerirla» de «absorberla», de descomponerla en detrimento de los vegetales que se desearía ver crecer.

Peor aún, la «digestión» del compost, no haciéndose de la misma manera dentro del suelo que en superficie, se podría esperar un estado depresivo de dicho suelo al año siguiente e, incluso, en algunos casos, dos años más tarde, la materia leñosa, constituyente del compost de malezas, siendo en fin suficientemente descompuesta y volviéndose entonces, pero solo entonces, enriquecedora para la tierra».

Si se considera, por razones prácticas, aprovechar el compost de malezas como abono o enriquecimiento humífero enterrable como es el caso en cultivo clásico (cereales, frutales, hortalizas, viñas etc...) existe un test fácil que determina esta posibilidad: se saca del compost un trozo de madera de los más gruesos, luego se intenta chafarlo entre el pulgar y, el índice: si resiste esta presión, indica que el compost, no es aún listo para enterarse; si por, lo contrario, se aplasta, entonces determina el estado de descomposición suficientemente avanzado.

Se puede considerar, generalmente, que un compost de malezas está listo para ser enterrado a partir del noveno mes, si la materia prima que ha servido para su preparación procede de ramos poco lignificados, es decir de un diámetro de un centímetro como máximo.

En el caso de utilizar compost de malezas procedente del compostaje de vegetales de diámetro más grueso, previamente triturados, (arbustos enteros o resalvos) que constituyen la mayor parte del desbroce efectuado por las empresas especializadas, esta posibilidad de ser enterrado será extenderá a 18 meses, e incluso hasta dos años y más, según la fineza del triturado o del afinado.

(Ver página 44 para las dosis y condiciones de utilización).

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APLICACIÓN

Vista sobre una plantación de berenjenas antes de la aplicación del compost de malezas sobre el suelo; se notará la presencia de tablas que permitirán las idas y venidas sin

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apisonar la tierra. Estas tablas, por supuesto, se irán quitando a medida que los trabajos avancen.

Trasplantadas entre el 5 y el 10 de mayo, estas jóvenes plantas han sucedido a un cultivo primaveral de guisantes comunes enanos que habían sido a su vez sembrados después de un cultivo invernal de lechugas.

Aquí, pequeña retrospectiva: el año precedente, en noviembre, tan pronto como llegaron las primeras heladas importantes, el suelo estaba limpio del cultivo de sandías; se recogían los últimos frutos y hojarasca, y se enterraba por ligera bina (unos 5 cm) lo que subsistía de compost y cobertura del cultivo de verano; luego inmediatamente, se sembraban las lechugas de invierno.

La materia orgánica nutritiva que constituye el compost de malezas, en efecto se administrará una sola vez al año con un espesor de unos 7 cm al principio del cultivo de verano, sea la tercera en el orden, siendo la primera la de invierno, al principio de la rotación de los cultivos.

La importancia de esta rotación está aquí aún más clara que en cultivo normal y responde a un doble deseo: el de no derrochar nada de los elementos naturales empleados y la utilización de productos nutritivos que derivan de ello de manera óptima: las verduras son, se sabe, voraces de nitrógeno, las raíces de potasa y las hortalizas-fruta de ácidos fosfóricos. No olvidemos que sólo los vegetales del bosque son la única fuente utilizada aquí, incluso para la síntesis o la utilización de agua necesaria, este agente general de las solubilizaciones, sin el cual no se puede nada... ¡Y nosotros no regamos!

Vista parcial sobre la plantación de verano en mayo en el momento de colocar el compost de malezas. Se notará aquí los tutores empleados. Aquel año se trataba de ramas de brezo arborescente.

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Jean Pain, desde entonces, desaconseja el empleo de tales arbustos para este fin, explicando que existe el peligro de que, en el momento de clavarlos en el suelo, repentinas roturas pueden ocasionar heridas al horticultor.

Hay que destacar, igualmente, la atadura muy suelta que retiene la tomatera a su tutor. No conviene que el tierno tallo esté estrangulado, dice. Una semana antes de esta vista, se procedía a una ligera poda de formación y al levantamiento de chupones que agotarían el plantón, excepto uno, el quinto partiendo del suelo, que por otra parte se volverá rápidamente una rama paralela al pie-madre y tan importante como este último, en forma de bejuco; luego se continuará quitando los chupones y dejando sólo uno, en cada tallo, cada diez intersecciones, hasta septiembre; más tarde se dejará el plantel desarrollarse a su antojo. El único mantenimiento sera la atadura según las necesidades, y la recolección.

Entre otros casos es a causa de esta manera de podar bastante particular que se obtiene, además de plantas sobrecargadas de 2,50 m, una fructificación importante que alcanza a veces 20 kg y más.

Un cultivo primaveral de espinacas había precedido la plantación de tomates. En invierno, la misma superficie estaba ocupada por zanahorias, que habían tomado a su vez el sitio de una plantación de verano de berenjenas.

Generalmente, el huerto ve tres cultivos durante el año, en rotación, excepción hecha cuando se trata de hortalizas cuyo cultivo invernal o primaveral necesita la ocupación del terreno durante dos estaciones.

SEMILLA

Para las siembras de semillas pequeñas, en cultivo de verano sin riego, p. ej.:

zanahorias, nabos, lechugas, etc... se aplicará al suelo, el mismo procedimiento que para el cultivo de los plantones: colocación del compost de malezas, 7 cm de espesor + cobertura 10 cm, pero en el momento de sembrar, se apartará compost y cobertura, se sembrará la semilla en el suelo, luego a medida que los jóvenes plantones se desarrollaron, se abatirá el compost y la cobertura. Nunca sembrar o plantar directamente en el compost, siendo éste exclusivamente el alimento del suelo y no de las plantas.

Suplemento de información relativo a la impregnación, página 16:

Ocurre a veces, por falta de tiempo que el horticultor no pueda acumular el volumen deseado en un trascurso de tiempo corto. A fin de evitar perder el beneficio de la impregnación por desecamiento, se protegerá la materia humedecida almacenada por medio de ramajes o pajotes.

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Colocación del compost de malezas; aplicación sobre la superficie del suelo sin incorporación.

A continuación, Jean Pain lo extenderá en una capa uniforme de 7 cm de espesor.

No hay ninguna contraindicación, dice, en aumentar este espesor si la altura de los jóvenes plantones lo permite.

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No hay que olvidar, así como lo ha establecido tan bien Demolon en «La Dinámica del suelo» que el suelo es un medio vivo.

Entre muchos otros, el interés en utilizar este compost y la vida que porta a través de su microflora y su microfauna intensa es de un valor de lo más apreciable e irremplazable.

Inmediatamente después de esta operación, se irá al bosque vecino a recoger agujas de pino, de manera que el compost aplicado sea expuesto lo menos posible a la luz del día;

es incluso preferible tener la cobertura vegetal al alcance de la mano.

Noten los cañizos utilizados este año para producir umbría hasta julio.

Explicaré aquí la razón de la robustez de la construcción del huerto: muy alejado de todo lugar construido o habitado; paso de jabalíes; alrededores con vida nocturna animal importante: zorros, tejones, conejos y otros roedores, todas las especies aladas; de día, nuestras propias cabras, etc.

Ninguna demostración hubiera sido posible, sin una protección semejante.

Es evidente que tal armazón no sería justificado en condiciones normales, cerca de una casa, por ejemplo.

Aquí lo vemos de regreso; en el pinar, ha tenido cuidado de no recoger más que en los lugares muy densos, espesos, bien provistos, dejando siempre una capa de protección suficiente en el suelo.

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Este año, y por vez primera, ha decidido utilizar la aguja de pino como cobertura de verano, para demostrar bien la utilidad de este material, siempre en el marco de la lucha contra la propagación de los incendios, por una parte, y para demostrar por otra parte, que no es imposible hacer de este material considerado como un «azote y residuos inútiles que esterilizan el suelo» un material con cierto valor de utilización en su técnica.

Desde entonces, numerosos han sido los usuarios que nos han comunicado su satisfacción por haber empleado la aguja de pino como cobertura de protección.

La materia es, en efecto, copiosa, fácil de recoger, voluminosa por su abundancia y además ligera para el transporte. Otra ventaja, el aire circula muy bien en la masa. Para concluir, parece, en la práctica, que los devastadores del género de los roedores (ej. ratas y ratones campesinos) no se instalan en él de buena gana para hacer sus nidos o albergues, como sucede a veces con las coberturas de protección constituidas de hierbas salvajes, malezas finas, así como de pajas o viejos henos.

Se realizaron pruebas igualmente con corteza de pino residuos de explotación forestales. Es una interesante solución al problema de la evaporación.

Convendrá quitarlas al final del cultivo de verano, sin riego, pero cuidadosamente, como la cubierta con agujas de pino o cualquier otra cubierta de material difícilmente degradable. Esta operación es de gran importancia y tiene que ser siempre respetada para evitar a las cortezas de ser introducidas en el suelo.

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COBERTURA

Aquí, vemos la colocación de la cobertura final para la plantación de verano; (una capa más importante esta vez, de unos diez centímetros) indispensable para la horticultura sin riego artificial.

En efecto, además del hecho, explica, que esta cobertura impedirá la evaporación del suelo y del compost, provocará, en el momento más cálido del día, una condensación apreciable en el nivel superior del compost, y permitirá bajo ella una vida intensa en la oscuridad.

Es evidente, dice aún, que hojas, paja, heno o hierbas verdes sin semillas, helechos, juncos o hierbas de pantanos provocarán el mismo fenómeno. Mejor aún, cuando la cobertura hecha de agujas de pino deberá ser quitada inevitablemente para el siguiente cultivo de invierno, las coberturas obtenidas por los vegetales antes citados podrán ser incorporadas al suelo al final de la estación, por bina muy ligera habiendo disminuido considerablemente en aquella época.

Por lo que respecta a las agujas de pino, tendrán, por supuesto, que mandarse al compostaje y no serán jamás, en ningún caso incorporadas tal cual al suelo.

Sea cual sea el vegetal escogido para cumplir la función de cobertura a fin de proteger tierra y compost contra la evaporación, será importante averiguar en el momento de la colocación, la perfecta uniformidad del espesor y vigilar que no quede ningún agujero o espacio mal preservado; sobre todo en este caso, alrededor de los pies y tallos de los jóvenes plantones.

En efecto, una cobertura de protección, mal o imperfectamente aplicada, por ejemplo dejando los caminos y calles descubiertos, pensando que es suficiente recubrir sólo los espacios cultivados propiamente dichos, permitiría a la humedad del suelo y del subsuelo escaparse por los espacios dejados al descubierto.

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Esto es importante; muy particularmente si el huerto, como en este caso, es de superficie reducida, alrededor de 100 metros cuadrados.

Vista parcial del huerto de verano sin riego después de la colocación del compost de malezas y de la cobertura terminal de agujas de pino.

Siempre para evitar el apisonamiento ,del conjunto por pasadas frecuentes y prolongadas, Jean Pain ha vuelto a colocar las tablas para proceder a la atadura de las tomateras; se quitarán de nuevo, hasta la próxima atadura.

Es de notar el color verde uniforme de las hojas de tomate y de las jóvenes plantas cuya clorofila está repartida regularmente en la superficie del limbo, sin manchas amarillas o pardas, estrías o máculas, sintomáticas de las diversas enfermedades bacterianas u hongos microscópicos de los cuales son generalmente víctimas, en este grado, las plantaciones efectuadas en condiciones normales y con abonos clásicos.

Aquí volveremos sobre la última frase de la página precedente para dar curso a la evocación de la superficie del huerto.

Numerosas personas, a menudo gente del oficio, hortelanos, horticultores, preguntan si sería posible y rentable aplicar este método a mayor escala; si estas distintas medidas de protección no llevarían consigo enormes gastos en cuanto a la mano de obra requerida. Jean Pain reconoce ante todo que no tiene, en efecto, la experiencia personal del cultivo de hortalizas practicado en grandes extensiones de terreno. Sin embargo, preocupado por la economía, evitar despilfarro, se ha dedicado, por necesidad a una contabilidad muy precisa;

ha resultado que, a pesar del tiempo, ciertamente suplementario, necesitado al principio de la plantación de verano, por la colocación del compost y de la cobertura, el hortelano se encuentra, y de lejos, beneficiado por el hecho de no tener que regar ni cuidar el suelo durante los numerosos meses siguientes. Además de estas ventajas, estrictamente materiales, la calidad de los productos obtenidos que no es apreciable se debe igualmente considerar.

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Para terminar con este tema, se debe añadir, que con bastante lógica, los resultados cuantitativos no podrán ser menos que superiores o iguales en vastas superficies, un microclima con tendencia húmeda siendo creado por dimensiones más importantes, en país seco, como aquí ocurre.

RESULTADOS

La autora, en las plantaciones de su marido, recogiendo una muestra de sandía de 6 kg.

Fíjense en el vigor de las plantas de berenjenas cuyos frutos enormes se distinguen difícilmente escondidos por la importancia del follaje; en el fondo, pegadas a la alambrada, unas plantas de chayote: especie tropical de la familia de las calabazas, cultivadas en África bajo este nombre y en las Antillas bajo la denominación de

«christophine». Su nombre científico, nos indica H. Stehle, en la flora ecológica de las Antillas es «séchium édule», lo que significa: chayote comestible. Es un buen fruto hortaliza azucarado y que puede comerse o bien sea en ensalada o bien sea en gratén.

Más cerca, un reducido cultivo de trigo de fuerza terminando (en fecha del 25 de septiembre). Se trataba de una observación sobre la capacidad de serpolamiento de una variedad (Talismán, fijada por Raoul Lemaire, trigo tierno, de alto valor panadero, adaptándose bien en país seco y cálido), por una parte, y por otra, de un estudio sobre la propredad de la espiga en retener bien el grano bajo fuerte viento (Mistral) a pesar de la madurez muy avanzada. Añadiré que la harina sin cerner sacada de esta variedad y panificada con agua de manantial (experiencia hecha) da un pan delicioso, nutritivo, y dinámico. Fíjense también en la ausencia total de enfermedades en las plantas, hojas y frutos (siempre sin tratamiento de ninguna clase).

El amarilleo que se nota es debido a la vejez natural.

La última lluvia era del 27 de junio, o sea 87 días sin agua.

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La demostración era evidente. Aquel año, la cobertura estaba hecha de los helechos águila segadas verdes en el fondo de los vallecitos.

Además del hecho, explica Jean Pain, de suprimir el riego mediante este método de cultivo, se tiene el placer de comprobar la abolición de una tarea de las más penosas: el desherbado;

otra: la bina y cualquier otra escarda. Esto durante más de cinco meses: de mayo a noviembre, lo que permitirá al hortelano dedicarse a otras ocupaciones, incluso ausentarse durante varias semanas sin peligro de encontrar sus plantaciones aniquiladas por desecamiento o invadidas por las plantas adventicias.

Jean Pain presentando el interior de una sandía que, en comparación con el mismo fruto en cultivo clásico, nos ha parecido más azucarada, más densa, más firme y sobre todo mucho más sabrosa.

Esto es, por otra parte, una de las principales particularidades del cultivo de las hortalizas sin riego con compost de malezas: en todos los casos los frutos y las hortalizas obtenidos son más densos y generalmente más sabrosos estando al mismo tiempo menos expuestos a los ataques parasitarios. Todo lleva a creer que la Naturaleza se ha concentrado para dar lo mejor de sí misma. Otra seña: muchas veces pasa que las características fisiológicas de plantas así cultivadas se parecen mucho a las de las plantas salvajes. Ejemplo: los plantones de las patatas (o papas) tienen frutos (después de florecer) y los puerros tienen un bulbo muy formado, igual que las cebollas.

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Vista sobre una plantación de tomates el 30 de junio, los primeros frutos madurando incluso antes de quitarles la umbría; la variedad cultivada y adoptada es la de «San Pedro».

EMBADURNAMIENTO

Aproximadamente tres kilos de compost de malezas, tres kilos de arcilla roja, tres litros de agua. Se mezcla todo.

En pleno verano provenzal, con 38 °C a la sombra, trasplante de cien puerros jóvenes siempre sin riego. Es para garantizar el arraigamiento que Jean Pain ha preparado esta

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solución espesa en la cual sumergirá las plantas jóvenes a fin de embadurnarlas, después de haber cortado sus raíces a 1 cm y las hojas a 10 cm. Después en el huerto, quitará la cobertura y rápidamente plantará los puerros en el suelo, a través del compost sobre una superficie de 4 metros cuadrados, luego colocará inmediatamente de nuevo la cobertura en su sitio.

El baño de arcilla aquí recomendado está experimentado desde hace mucho tiempo por Jean

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Pain. Piensa que esto impide la intrusión del famoso gusano en la planta en el momento en que esta es más vulnerable. Este envolvimiento no constituye ningún estorbo para su crecimiento; por otra parte; por resquebrajaduras, se liberará de él muy rápidamente en los días siguientes.

Una parte de la plantación de verano a final de agosto, unas semanas después del trasplante de los puerros; se notará su arraigamiento vigoroso, así como el rebrote muy acentuado de las hojas. Se notará igualmente, en la extremidad de estas últimas lo que subsiste del embadurnamiento que pronto habrá desaparecido totalmente.

Este arraigamiento y este estado son debidos muy particularmente al valor y a la calidad del incomparable compost de malezas; se insistirá sobre el hecho de que ninguna lluvia ha sobrevenido después del trasplante.

El aspecto Iacio de las hojas de berenjena es normal en esta época y en este momento del día; cada noche sin embargo, sea cual sea la intensidad del calor del día, se enderezarán tales pétalos de tulipanes como para abrevarse en el aire nocturno.

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Noten el vigor de las tomateras atrás a la izquierda, que alcanzan ya la altura de 1,80 m; su sistema foliar está desarrollado hasta tal punto que apenas se pueden distinguir los frutos bajo el ramaje; su producción media en esta fecha sobrepasa los 6 kg. La amplitud de la superficie de fotosíntesis es aquí extraordinaria y supera en mucho las normas conocidas, cualesquiera que sean los métodos de cultivo aplicados; esto se comprobará por otra parte más todavía en las páginas siguientes. Sobre el pilar de la derecha, se distinguen los rodrigones de judías enredaderas (variedad «contendaire») en plena producción. Se los verá de más cerca en otras fotos. Siempre en esta fecha, altura media: 2 metros. Con este tamaño, gasto y necesidad en agua enormes; como para todos los vegetales aquí cultivados, la importancia de la superficie del follaje implica una evapotranspiración muy importante; y sin embargo no se aporta agua, excepto el agua de lluvia procedente del cielo, cosa muy rara en el verano provenzal.

Vista sobre una magnífica plantación de berenjenas con fecha del 21 de septiembre. Se notará la calidad del follaje, la potencia de los tallos, siempre, la ausencia del menor desequilibrio.

Altura media de estas plantas en esta fecha: 1,20 m.

Producción: 5 frutos por planta.

El crecimiento, la floración y la fructificación se prolongarán aún hasta las primeras heladas de noviembre.

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28 de SEPTIEMBRE

JEAN PAIN encaramado sobre el techo del huerto enseñando a escala la altura de las tomateras: 2,50 m.

En primer término, las judías enredaderas invadiendo la alambrada de protección.

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28 de SEPTIEMBRE Tomateras variedad SAN PEDRO, al tercer mes de producción.

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28 de SEPTIEMBRE

CULTIVO DE BERENJENAS en el segundo mes de producción; al fondo las judías enredaderas.

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El profesor Henri Stehle, científico francés conocido en particular en los Estados Unidos y en Francia por sus trabajos sobre Ecología y Botánica, en colaboración con su esposa.

No recordaré sus títulos y distinciones, demasiado numerosas para ser citados aquí.

Dedicado a numerosas actividades filantrópicas, tanto en el ámbito social como cultural y científico, el Profesor Henri Stehle ocupa, entre otras, las funciones de Presidente del Comité Científico de la Unión Regional Provenza-Costa Azul Mediterránea para la Salvaguardia de la Vida, de la Naturaleza y del Medio Ambiente (U.R.V.N.).

Dada su vocación de ecologista renombrado, las investigaciones de Jean Pain le interesan tanto sobre el plano rural de acondicionamiento forestal como sobre los de agricultura y protección del medio.

Aquí le vemos, rodeado de algunos amigos, dándonos una brillante explicación sobre el papel de las bacterias y la micorriza (hongos microscópicos) y sus acciones en el proceso de descomposición de la lignina y de la celulosa, contribuyentes principales del compost de malezas. Más tarde nos explicará los fenómenos de suberización (o lignificación) de los cuales se sirven las plantas aquí cultivadas, para defenderse mejor contra la evapotranspiración en estas condiciones particularmente difíciles.

Asimismo, más tarde nos hablará de los efectos simbióticos engendrados por la asociación de ciertas plantas con otras, de especies diferentes.

Formulamos el deseo, mi marido y yo, que hombres de este valor y de esta sabiduría tengan gran audiencia en esta época, y muy particularmente acerca de las jóvenes generaciones para quienes estos mayores son los verdaderos guías.

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A la izquierda, tomateras en producción; a la derecha, cultivo de berenjenas.

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(Ver página siguiente)

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Victor Lebrun, que fue secretario de León Tolstoi durante los últimos quince años de éste, es al mismo tiempo un agricultor experto y competente. Hoy con 96 años, cultivó durante más de sesenta años tierras y plantas para dedicarse durante los cuatro últimos decenios, mas particularmente a la apicultura. En 1921, a la edad de 40 años, conoció y sufrió la gran hambruna que causó veinte millones de muertos. Con el éxodo tuvo que abandonar la tierra caucasiana donde estaba establecido con su familia, en busca de cielos más clementes en aquella época.

Además de una simpatía recíproca, es la experiencia vivida de la carestía lo que hace que Victor Lebrun se interese de muy cerca por los trabajos de mi marido, ¡trabajos que considera tan importantes como el descubrimiento del fuego!

En la página precedente se le ve, de visita en casa, acompañado de un grupo de amigos.

Jean Pain descubriendo el compost de malezas explica aquí las diversas fases de evolución de este último hacia el HUMUS.

Y de oírlo repetir en cada una de estas visitas colectivas: «EL HUMUS, idéntico a LA VIDA no es más que ELLA, definido y definible».

El género humano, hay que recordarlo, no es capaz de fabricar la más minúscula brizna de hierba. Contentémonos pues con humildad de participar en su elaboración, tomando bien conciencia de aquello a que tenemos derecho. Y agradezcamos al gran sabio que fue WAKSMAN (Premio Nobel de Medicina 1952) por su admirable monografía sobre el HUMUS, publicada en 1938 en segunda edición, haciendo la síntesis de los resultados de 1311 comunicaciones originales.

EL HUMUS: «Un conglomerado complejo de color marrón oscuro, comprendiendo sustancias amorfas que sacan su origen en la descomposición de desperdicios vegetales y animales por microorganismos, en condiciones aerobias y anaerobias, habitualmente encontradas en las turberas, los suelos, los compost y en las hondonadas húmedas.

Químicamente, el humus está constituido de elementos diversos de la planta de origen que han resistido a una descomposición más avanzada; de sustancias producidas por la descomposición de complejos ellos mismos resultando de la descomposición, sea por hidrólisis, sea por oxidación, sea por reducción; y de compuestos diversos de síntesis procedentes de microorganismos. EL HUMUS es un cuerpo natural; es una entidad compleja comparable a las plantas, animales y sustancias microbianas; es mucho más complejo químicamente dado que todas estas sustancias han contribuido a su formación.

EL HUMUS posee propriedades específicas, físicas, químicas y biológicas que lo diferencian de todos los otros cuerpos orgánicos naturales. Por sí mismo o por interacción con ciertos constituyentes minerales del suelo, el HUMUS forma un complejo coloidal cuyos diversos constituyentes están ligados unos a otros por fuerzas de contacto; este sistema puede adaptarse a cambios de condiciones, de reacción, de humedad. Las numerosas actividades de los microorganismos del suelo ocupan un lugar importante en este sistema».

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Las propriedades del HUMUS han sido resumidas así por Waksman:

«1° EL HUMUS tiene un color oscuro, de pardo a negro.

«2° EL HUMUS es prácticamente insoluble en el agua aunque una parte puede pasar en solución coloidal en agua pura; EL HUMUS se disuelve en las soluciones diluidas alcalinas, en gran parte, especialmente en la ebullición, dando un extracto de color sombrío; una buena parte de este extracto precipita cuando se neutraliza la solución alcalina con ácidos minerales.

«3° EL HUMUS contiene una proporción de carbono más importante que la planta y que el cuerpo de los animales o de los microbios; el porcentaje de carbono se sitúa hacia unos 55 a 56%, y alcanza a menudo el 58%.

«4° EL HUMUS encierra mucho nitrógeno, a menudo del 3 al 6%. El porcentaje de nitrógeno puede a menudo ser inferior a estas cifras; en el caso de turbas de marjal en altitud, puede bajar en un 0,5 a 0,8%. Este porcentaje puede igualmente ser más elevado, sobre todo en las capas subyacentes del suelo, donde alcanza a menudo del 10 al 12%.

«5° EL HUMUS contiene el carbono y el nitrógeno en proporciones relativas vecinas del 10 por 1; es así particularmente para los terrenos próximos al mar; la relación varía mucho con la naturaleza del humus, el grado de descomposición, la naturaleza y la profundidad del suelo subyacente, las condiciones climáticas y diversas condición de formación.

«6° EL HUMUS no estático, se transforma, dado que se forma sin parar a partir de los desperdicios vegetales y animales y que está en perpetua transformación bajo la acción de los microorganismos.

«7° EL HUMUS constituye la fuente de energía para el desarrollo de grupos variados de microorganismos y durante la descomposición se desprende una corriente continua de gas carbónico y de amoniaco.

«8° EL HUMUS está caracterizado por una capacidad de intercambios y de combinación con los otros constituyentes del suelo, de absorción de agua y de hinchamiento, así como otras propiedades físicas y físico-químicas que hacen de él uno de los más preciosos constituyentes del sustrato que lleva consigo la vida de la planta y del animal».

En cuanto a lo que toca al uso de humus joven en forma de «compost» de malezas, sería, interesante señalar aquí los experimentos con aplicación de dosis moderadas de compost y riego que se han llevado a cabo; después de esta verdadera «nutrición», podía observarse que el suelo básico veía su capacidad para retener el agua aumentar considerablamente y permitir el riego sea por aspersión o sea por irrigación de modo mucho mas espaciado.

Por otra parte, después de experimentos de cultivos sin riego en invernadero, se puede afirmar que, por causa del ambiente atmosférico distinto y de los intercambios suelo-aire, aire-suelo distintos de los implantados al aire libre, esa forma de cultivos no se puede realizar.

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Han pasado años desde la publicación el 1 de mayo de 1973 de la primera edición de esta obra; años de experiencias adicionales, de aplicaciones, de conferencias, de difusión y de adopción del método un poco en todas partes del mundo por millares de adeptos hortelanos y agricultores. Escasos han sido los fracasos debidos, en la mayoría de los casos, a la falta de atención en el curso de la preparación del compost de malezas generalmente insuficientemente o irregularmente humedecido.

Para paliar esta carencia, ha nacido la industria del compost de malezas; titubeante, sin verdaderas referencias en que apoyarse en aquel tiempo, pone hoy en día a disposición del usuario un solo producto bajo tres formas diferentes:

1° - triturado de malezas,

2° - compost de malezas recientemente elaborado o utilizable en cobertura,

3° - compost de malezas que puede enterrarse (cuidado: ver página 21). Vamos a hablar a continuación del empleo bajo esta última forma:

Las dosis de empleo aconsejadas por Jean PAlN son las siguientes:

1) VIDES Y ÁRBOLES FRUTALES:

Dosis en el momento de la plantación: por 100 m² (1 área) 100 kg, o sea 10 toneladas por hectárea, hundidos en los 10 primeros centímetros del suelo por rasguño, gradeo, o bina ligera, a razón de 50 kg al pie de cada árbol después de la colocación y del relleno del hoyo. Densidad de plantación: 200 árboles por hectárea. En dosis de conservación otoñal anual: por 100 m² (1 área) 10 kg o sea una tonelada por hectárea, a condición de que el suelo ya no se trabaje más sino que se cubra, a partir de la primavera que sigue la plantación, por un prado permanente cuya hierba será girotriturada dos veces al año, a finales de junio y finales de octubre.

Referencias

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