• Mardocheo Palma • Alejandro Velázquez
• Francisco J. Romero • Gerardo Bocco
orificación de áreas prioritarias para la conservación de la
biodiversidad: el caso
de la región de montaña del sur
de la Cuenca de México
RESUMEN
En el presente capítulo se ilustran los pasos metodológicos para delimitar unidades ambientales en la región de montaña del sur de la Cuenca de México, utilizando un enfoque geoecológi- co. A partir de los resultados, se realizó una zonificación de áreas prioritarias para conservación de la biodiversidad. Se in- cluye en la tipología polígonos con centros urbanos, corología de áreas protegidas, corredores biológicos potenciales y áreas prioritarias para restauración ecológica. Este trabajo integra in- formación de aspectos del medio físico (geología, geomorfolo- gía y suelos) y del medio biótico (vegetación, diversidad de vertebrados e invertebrados). A partir del uso de una imagen multiespectral (Landsat TM) de octubre de 1991, y de un siste- ma de información geográfica, se da un contexto espacial a esta información. La definición de unidades ambientales se realizó a través de una clasificación supervisada, utilizando la infor- mación descrita en los capítulos anteriores de este libro. Final- mente, se realizó una verificación in situ y como resultado se presenta la base para elaborar un plan de ordenamiento territo- rial de la región, y se discuten algunas de las alternativas facti- bles para incrementar la eficiencia operativa de las acciones de aprovechamiento y conservación.
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EL MOSAICO AMBIENTAL DE LA REGIÓN
1 área de estudio se circunscribe dentro del Eje Neovolcá- nico Transversal cubriendo una superficie de ca. 1 000 km' (para una descripción detallada de la región ver el capítulo dos de este libro). Un análisis del cambio de uso del suelo de 1950 a 1990 en la región, reveló que el crecimiento urbano aumentó casi 315 por ciento (SIGSA, 1993). A partir de esto se observa que durante mucho tiempo ha existido un proceso de utiliza- ción inadecuado del territorio, caracterizado por la expansión urbana hacia los suelos con vocación agrícola y ocasionalmen- te forestal, desplazando la agricultura hacia las partes más altas.
Este desplazamiento favorece la deforestación y el crecimiento de los pastizales como consecuencia de la ganadería extensiva mal planeada, lo cual conlleva al detrimento de la calidad y cantidad de hábitat para la vida silvestre.
Debido a las diversas características de paisaje que se expre- san en una alta diversidad biológica, en la región de estudio se han decretado diversas áreas protegidas desde hace más de 80 años. La primer área natural protegida del país corresponde al Parque Cultural y Recreativo Desierto de los Leones (antigua- mente Parque Nacional Desierto de los Leones) decretado en 1917, que desde entonces sugería la importancia biológica, re- creativa y cultural. En años subsecuentes, antes de los ochenta, se decretan en la zona cuatro áreas protegidas más, el Parque Nacional Miguel Hidalgo (La Marquesa), Parque Nacional Ajusco, Parque Nacional Lagunas de Zempoala y el Parque Nacional El Tepozteco. A partir de los ochenta se creó el Co- rredor Biológico Ajusco-Chichinautzin y se incluyeron a los volcanes Tláloc y Pelado dentro de la categoría de Reserva Fo- restal. Desde el establecimiento de las áreas protegidas a la fe- cha, no se ha evaluado el efecto de éstas para resguardar adecua- damente todos los recursos paisajísticos, florísticos y faunísticos, así como otros múltiples servicios que ofrece la región.
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290 • Biodiversidad de la Cuenca de México
La información contenida en los capítulos previos del pre- sente libro, documentan que una parte importante de especies de plantas y animales no están incluidas dentro de ninguna de las áreas protegidas. La ineficacia administrativa y operativa de éstas ha favorecido que las actividades humanas deterioren progresi- vamente toda la región, por lo que se consideran áreas protegi- das sólo en el decreto, sin operar como tales en la realidad.
Un ejemplo de lo anterior se muestra con la situación actual de alto deterioro de los recursos naturales donde algunas po- blaciones de animales y plantas se encuentran restringidas a bosques relictos de áreas naturales más extensas, ofreciendo un panorama desalentador para la sobrevivencia de cientos de es- pecies (Figura 13.1).
Plantas Anfibios Reptiles Aves Mamíferos Totales vasculares
Especies diagnósticas n Especies totales
Figura 13.1
Total de especies registradas en la zona de estudio que sirvieron como base para la regionalización.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap), el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Comisión Nacional para la Conservación y Uso de la Biodiversidad (Conabio), los bosques de pino-encino (típicos de la región) son los más diversos de la tierra con 55 especies de pinos, 85 por ciento de las cuales son endémicas de México; los bosques de encinos son los segundos más diversos con 138 es- pecies de las cuales el 70 por ciento son endémicas y se encuen- tran severamente amenazadas (Semarnap-INE-Conabio, 1995).
La alta riqueza biológica albergada en la región sugiere que las condiciones ambientales generales aún se mantienen por abajo de niveles drásticos de deterioro. Esta situación no podrá mantenerse como tal si persisten las diversas tendencias de cam- bio de uso del suelo y la inoperatividad de las áreas protegidas.
Zonificación de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad • 291
Bajo esta problemática resulta necesario llevar a cabo tareas de ordenamiento territorial que ayuden a normar el uso del suelo en cuestión. En este capítulo se presenta un panorama de regionalización en el cual se destacan unidades y usos por uni- dad. La delimitación de las unidades tomó en cuenta criterios descritos en los capítulos previos de este libro, y la cartografía que se presenta pretende servir como base para fines de orde- namiento territorial de la región de estudio.
LA REGIONALIZACIÓN COMO BASE PARA EL ORDENAMIENTO
En general, aspectos como la geología, geomorfología, edafolo- gía y ecología son abordados independientemente. Para efectos de manejo de recursos naturales y conservación es indispensable utilizar un enfoque unitario, como el sugerido por la escuela de geoecología o ecología del paisaje (Troll, 1968; Zonneveld, 1979). Este enfoque permite elaborar un análisis holístico para sustentar propuestas de ordenamiento ecológico a partir de la información actual disponible.
En este capítulo se realizó una zonificación bajo un enfoque geoecológico con información de tipo puntual (observaciones de diverisdad y abundancia) y espacial (delimitaciones de co- bertura) a través del análisis de una imagen Landsat TM y un sistema de información geográfica (SIG): Integrated Land and Water Information System (ILWIS). La imagen Landsat (coor- denadas WGS 026/047 con fecha de 15 de octubre de 1991) se corrigió con respecto al mapa de Milpa Alta E 14-A49 del Institu- to Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI,1978) con la proyección Universal Transversa de Mercator (UTM), co- rrespondiente a la zona 14 y el Esferoide de Clarke de 1866;
con un tamaño de pixel de 25 x 25 m. Esta imagen fue facilita- da por el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México.
PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS
DE LA IMAGEN LANDSAT TM DE LA REGIÓN
El tratamiento de la imagen se realizó con el programa de pro- cesamiento de imágenes ERDAS IMAGINE v. 8.1 (Smith et al., 1994), en una estación de trabajo de Silicon Graphics. Se creó
292 • Biodiversidad de la Cuenca de México
Figura 13 .2 (página opuesta)
Mapa de la clasificación supervisada con base en la información contenida en el capítulo 3 de este libro.
una imagen compuesta de color utilizando bandas transformadas:
el primer componente principal, el índice de vegetación norma- lizada y la banda 5 (infrarrojo medio) original. Para su interpre- tación se utilizó la banda 5 en el canal rojo, el índice de vegeta- ción en el verde y el componente principal en el canal azul.
Dentro de los pasos sugeridos por Kalensky (1986), las acti- vidades metodológicas se resumen de la siguiente manera:
1. Los datos seleccionados para analizar la imagen fueron tomados de la base de datos de la clasificación de Veláz- quez (1993) con verificación de campo.
2. Se realizó una clasificación no supervisada, una clasifica- ción supervisada con los datos de Velázquez (1993) y fi- nalmente una reclasificación y recodificación de la ima- gen para que con ella se definieran los límites de las unidades ambientales presentes en el área de estudio.
3. La imagen con la que se trabajó estaba corregida de origen por lo que no se le hizo ninguna corrección radiométrica ni geométrica; no obstante, para tener seguridad de que la ima- gen se encontrara bien corregida, se verificó con la carta topográfica de INEGI (1978) de Milpa Alta (E14-A49) esca- la 1:50 000.
4. Se efectuó un realce de la imagen (componentes principa- les e índice de vegetación normalizado) y se efectuó una clasificación no supervisada con 30 clases utilizando el algoritmo de agrupación del vecino más cercano.
5. En octubre de 1995 se realizaron dos salidas al campo para la comprobación de datos. En estas salidas se verificaron los puntos de confusión, principalmente entre cultivos con pastizales y bosque mixto con bosque de pino.
6. El patrón básico para reconocer un problema aplicado al análisis digital fue la definición de las clases espectrales de interés dentro de una área cubierta por la escena de la imagen de satélite (v. gr. tipos de bosques, cultivos, urba- nización), con las cuales es posible construir una regla de decisión para que cada pixel de la escena sea puesto en una clase previamente identificada, y se defina el tipo de ca- racterística u objeto terrestre que representa ese pixel. Se escogió el grupo vectorial más idóneo para describir los objetos de interés, lo que representa el mayor problema del analista (Howard, 1991). Con esta base se selecciona- ron las áreas de interés para efectuar la clasificación super-
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SIMBOLOGIA
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ección:
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Datum horizontal NAD27 (México) Fuente original: imagen Landsat TM Cortesía: Instituto de Geografía, UNAM
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Cultivo (Avena sativa- Zea mays)
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Nubes Sombra de nubes Cuerpos de agua
460 000 470 000 480 000 490000 500000 Urbano
Autopista
Limites administrativos O.R. © 1999 Mardocheo Palma
Zonificación de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad • 293
visada, a partir de la clasificación de Velázquez (1993) y los datos de campo (Figura 13.2). Los puntos para la selec- ción de estas áreas se registraron con un geoposicionador (GPS) al centro de las parcelas para su posterior ubicación en la imagen.
7. Posteriormente se realizó una reclasificación y recodifica- ción de la imagen para obtener el número de clases desea- das (Figura 13.3), que en este caso fue de 11 clases espec- trales. A los pixeles no clasificados se les asignó un valor dentro de las clases de mayor probabilidad estadística (ur- bano y cultivos), y evaluándolos dentro de un modelo pesimista.
8. Se evaluó la precisión de la clasificación utilizando una matriz de confusión aleatoria (50 puntos) aplicando el coeficiente Kappa (Smith et al., 1994), comparando los datos de Velázquez (1993) y los obtenidos en los recorri- dos de las salidas al campo.
9. Los criterios para la delimitación del área de estudio sobre la imagen de satélite (Landsat TM), incluyeron: a) áreas protegidas, b) áreas con cobertura boscosa original que co- nectan las áreas protegidas, c) hábitat principales para espe- cies en vías de extinción y endémicas, d) áreas con demanda de acciones de conservación con alta probabilidad de una restauración exitosa, e) zonas que albergan condiciones poco deterioradas por actividades humanas, y f) sitios con alto valor histórico. Por otro lado, se establecieron sitios que deberían ser explícitamente excluidos, hasta donde fuera po- sible, tales como las áreas de cultivo permanente y zonas conurbadas o suburbios meramente dependientes de las actividades urbanas. El resultado del análisis de esta imagen fue la base para la delimitación de las unidades ambientales consideradas en el presente trabajo. Se realizó una vectoriza- ción de las zonas de interés, una poligonización y evaluación de dichas áreas. La información se restituyó al mapa base en forma de capas, se analizó y se elaboraron mapas de cada categoría asignada a los polígonos. Finalmente se eva- luó toda la información vertida e integrada sobre el mapa base obteniéndose un mapa temático integral.
294 • Biodiversidad de la Cuenca de México
Cuadro 13.1
Clases y áreas obtenidas de la imagen de satélite después de haber aplicado la
clasificación supervisada y la recodificación.
Bosque Bosque denso Bosque mixto Cultivos Pastizal denso
Pastizal y bosque mixto
Selva Baja Caducifolia Cuerpos de agua Nubes
Sombras de nubes
Figura 13 .3 (página opuesta)
Mapa de la reclasifcación y recodificación de la información contenida en la Figura 13.2.
DEFINICIÓN DE CLASES ESPECTRALES
De la clasificación supervisada se obtuvieron 11 clases infor- mativas (Cuadro 13.1). Se evaluó la clasificación con una ma- triz de error para cada una de las clases, donde de manera glo- bal se obtuvo un total del 88 por ciento de acierto, es decir que del total de la imagen, solamente el 12 por ciento no fue correc- tamente clasificado dentro de alguna de las 11 clases. En este tipo de procesos, arriba del 85 por ciento de certidumbre se considera significativamente satisfactorio (Howard, 1991).
A esta matriz de error se le aplicó el coeficiente Kappa para dar una validez estadística al proceso de clasificación, donde el coeficiente obtenido (0.85) expresa la reducción proporcional en el error generado por el proceso de clasificación, compara- do con el error de la clasificación.
Para este caso el valor global de 0.85 implica que el proceso de clasificación eliminó cerca del 85 por ciento de los errores inherentes a la clasificación (Smith et al., 1994). En el Cuadro 13.1 se presentan las clases obtenidas después de la clasifica- ción, la superficie correspondiente, sus porcentajes y las espe- cies dominantes para cada cobertura vegetal.
460000 470000 480000 490000
HUID.
5r [5G'CL
500000
LOS RE\ , LA'F'
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SIMBOLOGÍA
Sistema de Proyección:
Esferoide de Clarke 1866 Proyección U.T.M. Zona 14 Datum horizontal NAD27 (México) Fuente original: imagen Landsat TM Cortesía: Instituto de Geografía, UNAM Fecha de toma: octubre de 1991
10 000 m
Leyenda
Bosque Bosque denso
^^*^ Bosque mixto fr-' Cultivos
Pastizal denso Pastizal y bosque mixto Selva baja caducifolia r^- Cuerpos de agua
Nubes
Sombras de nubes Urbano
r-*- Autopista
/'- Limites administrativos
DR © 1999 Mardocheo Palma
Zonificación de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad • 295
MAPA TEMÁTICO Y PROPUESTA
DE REGIONALIZACIÓNLa elaboración de la propuesta se fundamentó en la integra- ción de cada uno de los resultados parciales obtenidos y descri- tos en los capítulos previos en este libro. Esta regionalización se muestra en la Figura 13.4 e incluye los siguientes cinco tipos de unidades:
• Urbano y poblados: esta unidad representa a la Ciudad de México, Cuernavaca y alrededor de 20 poblados inmer- sos en la zona, y cubre una superficie aproximada de 61 621 ha agrupando 22 polígonos.
• Áreas Protegidas: aquí se delimitan los cinco parques na- cionales, las dos reservas forestales y el corredor biológico mencionados anteriormente, los cuales cubren una super- ficie de 111 922 ha en ocho polígonos, aunque tres de ellos se sobreponen parcialmente.
• Corredores potenciales: esta unidad incluye zonas conec- tivas entre las áreas protegidas, caracterizadas por presen- tar vegetación natural, un mínimo grado de perturbación, una alta incidencia de registros de especies diagnósticas y por conectar áreas protegidas. En total estos corredores cubren una superficie de 42 889 ha en dos polígonos.
• Áreas potenciales de restauración ecológica: se consideran aquí algunas zonas con suelo de vocación forestal, sin apa- rente erosión y circunscritos a una área protegida o un corre- dor potencial; esta unidad cubre 22 027 ha en 30 polígonos.
• Áreas de amortiguamiento: aquí se consideran las zonas que actualmente están cultivadas, principalmente de cul- tivos estacionales, que preferentemente no deben de mo- dificar su superficie y el uso de suelo actual, las cuales cubren una superficie de 97 998 ha repartidas en cinco polígonos.
La simulación de la propuesta de regionalización se funda- mentó por una parte en la integración de cada uno de los resul- tados parciales, y por otra, considerando una posición pesimis- ta, ya que actualmente la presión ejercida por la mancha urbana sobre la zona natural del área de estudio, es totalmente incon- trolada. Finalmente fue muy difícil realizar un escenario legal sobre tenencia de la tierra debido a la falta de información y su
296 • Biodiversidad de la Cuenca de México
Figura 13.4 (página opuesta) Mapa del modelo adaptativo de la
regionalización de la zona de estudio donde se presenta la propuesta de uso de suelo.
disponibilidad, ya que existen muchos intereses, tanto priva- dos como comunales, que oscurecen dicho panorama.
PERSPECTIVAS DE USO Y CONSERVACIÓN PARA LA REGIÓN
La región de montaña del sur de la Cuenca de México ha teni- do un uso irracional de acuerdo con los estudios hechos hasta ahora y con los cálculos previsibles del proceso de deforesta- ción que sufre. Es de temerse que para el año 2010 se reduzca a la mitad el área boscosa que existía en 1990, ya que en la actua- lidad sólo quedan arboladas las partes altas de los volcanes así como las zonas más inaccesibles. En 1950 la zona boscosa tenía una extensión total de 200 000 ha y hoy día se ha reducido a tan sólo 100 000 ha. Es decir que el proceso que llevó 40 años para deforestar la mitad de la superficie forestal presente en 1950, en la actualidad llevará 20 años para reducir a la mitad el pobre remanente aún en existencia.
Las zonas boscosas permiten que alrededor del 85 por ciento de la precipitación se infiltre, de tal suerte que en la medida que la vegetación disminuye también lo hace el volumen del agua que penetra a las capas inferiores del suelo. Se advierte entonces, que el bosque de esta zona no sólo es importante para quienes poseen sus tierras y para quienes lo explotan di- rectamente, sino también para los habitantes de las zonas ale- dañas, que aprovechan el agua de sus acuíferos y manantiales, indispensables para la fauna y flora silvestres, la agricultura para la vida urbana y para la industria, todo lo cual sufriría serias consecuencias con la desaparición de estos bosques. Es muy probable que si en esta región continúa el proceso de deterioro que ahora se está manifestando y las consecuencias que ello conlleva, se tenga que restaurar en un futuro no muy lejano bajo condiciones ecológicas todavía más severas, ya que los problemas se habrán incrementado drásticamente.
La información organizada en bases de datos relacionadas y ligadas a polígonos de una representación espacial, permite a través de un SIG predecir los requerimientos ambientales para ciertas especies, por la intersección de un grupo de localidades con variables tales como el tipo de cobertura, suelo, elevación o humedad. Los patrones del paisaje, como la heterogeneidad, conectividad, la forma de las veredas y la densidad, han sido
460000
0
470000 480000
^IZOQ 70 ^Lí 0
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SIMBOLOGÍA Parques Nacionales:
A. M. Hidalgo "La Marquesa"
B. Desierto de los Leones C. Ajusco
D. Lagunas de Zempoala E. El Tepozteco
Reservas Forestales:
F. Volcán Pelado G. Volcán Tláloc
Corredor Biológico Ajusco- Chichinautzin ( área sombreada) Zonas núcleo del Corredor:
H. Chalchihuites
1. Chichinautzin-Quiahustepec J. Las Mariposas
Sistema de Proyección:
Esferoide de Clarke 1866 Proyección U.T.M. Zona 14 Datum horizontal NAD27 (México) Fuente original: imagen Landsat TM Cortesía: Instituto de Geografía, UNAM Fecha de toma: octubre de 1991
0 10 000 m
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Leyenda Parques Nacionales Reservas Forestales Zonas núcleo
Corredores potenciales Restauración
Agricultura Urbano y poblados Autopista
Límites administrativos
D.R. © 1999 Mardocheo Palma
Zonificación de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad • 297 usadas más recientemente para describir o explicar los proce-
sos o mecanismos para la conformación de unidades de paisaje (Baker, 1992; Johnston y Naiman, 1990). El enfoque de ecolo- gía de paisaje permitió la delimitación de polígonos con carac- terísticas homogéneas y diferentes de su entorno.
Durante el proceso de la representación espacial de las áreas protegidas, se observó que ciertas zonas están protegidas por más de un decreto, como se nota en el Corredor Biológico Ajus- co-Chichinautzin y los Parques Nacionales El Tepozteco y Lagunas de Zempoala, además de las reservas forestales de los volcanes Tláloc y Pelado. Esto es tan sólo un ejemplo de las inconsistencias de los decretos de áreas protegidas, que traen como consecuencia la nula operatividad en las mismas.
ESTRATEGIAS ACTUALES Y RETOS
Conservar la biodiversidad significa tomar medidas para la pro- tección del germoplasma en sus diferentes niveles de organiza- ción: genes, individuos, especies, comunidades, gremios, hábi- tat, ecosistemas y biomas. En la actualidad la forma más adecuada de preservar las especies es manteniendo sus ambien- tes naturales. Es a nivel local en donde la conservación real es factible (Hermann, 1995); por ende los manejadores de la misma son los que se encuentran en la mejor posición para lograrlo, ya sean organizaciones civiles (comunidades indígenas o campesi- nas en general), las diversas instancias gubernamentales (v. gr.
Corena y las delegaciones o municipios) o las organizaciones no gubernamentales. Aunado a esto se adhieren las institucio- nes académicas cada vez más comprometidas con las proble- máticas locales (Bocco et al., 1998).
En México, decretar áreas protegidas y asignar un porcentaje del presupuesto nacional para su manejo es una decisión gu- bernamental que no ha garantizado ningún tipo de resguardo para las diversas modalidades de la diversidad biótica y su en- torno. Hoy día, las regiones bajo algún régimen de protección legal no podrán asegurar su permanencia si dependen única- mente de la voluntad gubernamental, ya que es poco probable que se puedan resolver las limitaciones de personal y de presu- puesto en un futuro cercano (Barzetti, 1993). Es entonces cuan- do se hacen necesarios nuevos modelos de conservación que vinculen los diversos intereses de las instituciones, de tal forma
298 • Biodiversidad de la Cuenca de México
que las iniciativas de manejo y conservación de las regiones sean de iniciativas múltiples (v. gr. Unidades de Manejo y Apro- vechamiento Sustentable, UMAS). Las comunidades rurales, las organizaciones no gubernamentales, las instituciones académicas y las agencias de gobierno, deberán formar nuevas sociedades para la definición, planificación, financiamiento y manejo de estas áreas naturales. Por lo tanto, es necesario no solamente un político o funcionario bien informado, sino un público educado en este tema, capaz de abogar por la conservación y producir así el apoyo necesario para crear y mantener zonas naturales de extraordinario valor como lo representa la región de montaña del sur de la Cuenca de México.
HACIA UN MODELO ALTERNATIVO DE PLANEACIÓN
El conocimiento de las áreas naturales a nivel local es una de las vías más importantes para asegurar que los recursos natura- les sean conservados , con el propósito de cubrir directa e indi- rectamente las necesidades materiales y culturales de las comu- nidades humanas presentes y futuras . Para cubrir estas necesidades de una manera objetiva , deben establecerse estrate- gias bajo un concepto de manejo racional que no es más que la combinación de dos antiguos principios : la necesidad de pla- near el manejo de recursos con base en un inventario exacto, y la necesidad de planificar medidas de uso y protección para asegurar que los recursos no se agoten (MacKinnon et al., 1990).
La conservación de las especies en sus ambientes naturales es esencial para el bienestar de las comunidades humanas. Es por eso que las prácticas de aprovechamiento de los recursos, auna- das al desarrollo socioeconómico y cultural de las comunida- des humanas , deben mantener y cuidar a perpetuidad regiones naturales , y englobar y mantener la diversidad física y biológi- ca para conservar el germoplasma silvestre (IUCN, 1980). En este sentido, la definición del manejo integral , en teoría, debe considerarse a partir de los resultados de un análisis detallado de la diversidad de los recursos bióticos y abióticos de la re- gión, así como de la revisión de datos relativos a la legislación, características físicas, recursos culturales y datos socioeconó- micos (Miller, 1980). Sin embargo, en la práctica real esto se ha visto limitado debido al conocimiento parcial y disciplinario
Zonificación de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad • 299 de los recursos naturales, además de que este tipo de informa-
ción generalmente es incompleta y en raras ocasiones se en- cuentra actualizada. En adición, la información de aspectos socioeconómicos es poco accesible, lo cual ha traído como con- secuencia un gasto superlativo para integrar la información mínima necesaria para la elaboración de un adecuado plan de manejo, capaz de ser verdaderamente integral a nivel regional y con la visión temporal de la escala de vida de los ecosistemas que se desean conservar.
Hay que considerar que en la década de los noventa aún persiste la idea de conservar la diversidad biológica y las funciones de los ecosistemas en la forma de "protección absoluta", la cual parte del supuesto de que los seres humanos son intrusos (Barzetti, 1993). En consecuencia, se siguen decretando bajo este enfo- que áreas protegidas en nombre del interés público, las cuales limitan la participación productiva de las comunidades huma- nas locales, aun cuando la economía local es la causa principal de la presión hacia las áreas naturales, y por lo que las áreas protegidas ya existentes presentan muchas carencias y deficien- cias para cubrir lo mínimo de sus objetivos por lo que fueron creadas. Se necesitan, por lo tanto, nuevos modelos que permi- tan verdaderamente cerrar la brecha entre la "conservación de decreto" y el manejo adecuado: conversación vs. conservación.
Ante estas perspectivas se hace cada vez más inminente la in- clusión de las comunidades humanas locales en todas las etapas de planificación, desde la definición de las metas hasta el ma- nejo cotidiano de los programas de manejo, ya que las medidas voluntarias son de autoaplicación y no son conflictivas y se basan principalmente en la cooperación para un bienestar co- mún. En general estas medidas toman la forma de compromi- sos de cuidado adquiridos por los mismos dueños de las tie- rras, vinculados con los sectores gubernamentales y académicos así como con organizaciones no gubernamentales (v. gr. Carabias et al., 1994; Bocco et al., 1998).
En este sentido, es necesario contar con las evaluaciones inte- grales de inventarios regionales específicos que conlleven al conocimiento de la biodiversidad y de los aspectos ecológicos sobre la estructura, composición y dinámica de las comunida- des naturales (oferta ambiental). Además, incorporar los aspec- tos socioeconómicos y culturales de los habitantes de la región (demanda social). De esta manera, es posible que la planifica- ción de estrategias de uso y conservación sean elaboradas y adoptadas por los mismos integrantes de las comunidades in-
300 • Biodiversidad de la Cuenca de México
volucradas, acordes con su cultura y necesidades y permitien- do de esta forma su continuidad por futuras generaciones en beneficio de todos.
RECOMENDACIONES GENERALES
• La revolución actual provocada por la tecnología del SIG influye en el cambio de nuestra percepción de la cartogra- fía y su uso. No es sólo elaborar mapas y manejar bases de datos, sino que es un campo enteramente nuevo de análi- sis, con conceptos originales en la estructura de los ma- pas, en su contenido y en su uso. Por medio del SIG se detectó que aproximadamente el 80 por ciento de las áreas protegidas aquí analizadas no coinciden con las de mayor diversidad en la región de montaña del sur de la Cuenca de México. Es por esto que se recomienda llevar a cabo un análisis automatizado del paisaje que asista en la toma de decisiones del uso de los recursos naturales propios del área.
• Los corredores potenciales deberían incluirse en alguna categoría de conservación, ya que son áreas mejor conser- vadas que las mismas áreas protegidas. Estos son muy im- portantes por varias razones como la cobertura de la vege- tación natural que presentan, la gran cantidad de especies que albergan, sobre todo la continuidad y conectividad de una gran zona natural de conservación para esta rique- za de especies y recursos naturales en general.
• Es necesario y factible realizar un análisis que permita definir las unidades ambientales óptimamente con base en un intenso trabajo de campo planificado. El escenario que aquí se presenta debe ser considerado como un mode- lo adaptativo de uso del suelo realizado con base en los datos existentes, mismo que se podría mejorar substan- cialmente si se tuvieran datos actualizados.
• Este trabajo concluye en una regionalización con bases bióticas y abióticas exclusivamente, sin embargo, con un estudio socioeconómico-geográfico que lo complemente se podrá llegar a un ordenamiento territorial que apunte hacia un plan de manejo sustentable. Para ello, es impor- tante considerar la transferencia de la información a los
Zonificación de áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad • 301
pobladores rurales para lograr su participación en el desa- rrollo de sus propios planes de manejo, ya que su conoci- miento se circunscribe a los usos y costumbres sobre su terri- torio. Para la validación de estos aspectos tanto en la teoría como en la práctica, se ha retomado y transferido durante tres años la información de este volumen a la representa- ción de bienes comunales de Milpa Alta y los ejidatarios de San Nicolás Totolapan de la Delegación Magdalena Contreras. Indudablemente, el éxito de programas de ma- nejo directamente implementados por los pobladores lo- cales, tiene mayor efectividad que aquellos desarrollados únicamente por instituciones gubernamentales o acadé- micas (los que generalmente son archivados).