Bonus 2 Disfrutar de Muchas Mujeres

Con el aprendizaje incorporado a través de la guía "Bio Seducción Animal", unos cuantos hombres se encontrarán ante una disyuntiva poderosa: elegir conquistar a una mujer en particular o elegir conquistar a muchas mujeres. La autovaloración de sí mismo estará tan reforzada que el hombre se sentirá un ganador con sus sentimientos, así como en otros órdenes de la vida.

Hay quienes quieren sentirse ganadores con una sola mujer, mientras que otros prefieren ser ganadores con varias mujeres. Esa variedad de mujeres se

puede llegar a experimentar al mismo tiempo o como en una función de cine continuado, donde termina una película y de inmediato comienza la próxima. Vale decir, se termina una relación con una mujer y enseguida viene a suplantarla otra mujer. Por supuesto, alguien que juega con varias puntas a la vez puede ser aceptado de ese modo o emplear su astucia para poder ser aceptado. Muchos hombres son abiertos a involucrarse con varias mujeres a la vez que son consentidos por las propias mujeres, que los aceptan de esa manera si por ello sentirse engañadas.

Soy partidario de elegir una sola mujer y comprometerse en la relación con

ella cuando realmente la situación lo amerita. Si usted está convencido de que

quien está a su lado es la mujer que eligió y seguiría eligiendo todos los días de su vida, ¿qué sentido tiene buscar otra mujer u otras mujeres diferentes? Casi seguro que no estará interesado en ello. Ahora, el problema es cuando el hombre no se siente lo suficientemente a gusto con la mujer quien se encuentra en pareja.

También hay quienes eligen a una mujer y en un principio creen que ella va a ser única e irrepetible, pero muy pronto se decepcionan. Cortan la relación con esa mujer y entonces eligen otra, con quien vuelven a creer que es única e irrepetible.

Y así van de mujer en mujer en busca de un ideal que no logran realizar, aunque cuando comienzan la relación les parece que esta vez sí ha encontrado lo que realmente buscan. Esta actitud también la tienen algunas mujeres con respecto a los hombres.

Una relación amorosa suele ser como una especie de maratón con varios obstáculos, donde hay que superar uno a uno esos obstáculos para al fin poder llegar a la meta. Si se fija la atención solo en el punto final del recorrido

(la meta) y se distrae la atención que se le debe prestar a los obstáculos que hay en el camino, va a resultar difícil o hasta imposible obtener un buen resultado final. Hay que ir superando obstáculo por obstáculo, topándose con cada uno y venciéndolo lo mejor que se pueda. El ganador es aquél que disfruta del empeño puesto en vencer todos los obstáculos. El ganador es aquél que no solo aspira llegar a la meta.

Para responderse a la pregunta “¿quiero ser un hombre involucrado con una mujer o quiero ser un hombre involucrado con muchas mujeres para disfrutar?”, hay que ser honesto consigo mismo.

Cada uno debe saber lo que quiere para sí mismo y buscar de acuerdo a sus deseos. Con una mano en el corazón a la vez que con la mente lúcida, un

hombre debe preguntarse si la mujer con la que tiene una relación amorosa es la que verdaderamente elegiría para pasar el resto de su vida.

No tiene que pensar que luego puedan surgir imprevistos, tiene que pensar en lo que elegiría para su vida si es que tiene la posibilidad de hacerlo. Entrarán a jugar sus gustos y preferencias, y también el hecho de que la mujer que tiene ante sí sea la apropiada para su temperamento.

Siempre el hombre debe ser realista en un punto: no existen mujeres

irreprochables en todo. Una mujer se debe acercar a su modelo de preferencia,

pero va a ser difícil que encaje a la perfección en un modelo que pueda tener, quizás un poco fantasioso. Tampoco es bueno que la mujer quiera aparecer como si fuese perfecta para conformar al hombre, porque el velo se descorrerá en cualquier momento y con ello aparecerá la desilusión.

Hay hombres en cuyo estado de ánimo predomina la opulencia, mientras que en otros hombres predomina la mezquindad. ¿Cómo es esto de la mezquindad y la opulencia varonil? Veámoslo porque es muy interesante para conocerse un poco más.

El hombre que se siente opulento cree que en cuestión de mujeres puede elegir. Por el contrario, el hombre que se siente mezquino cree que debe aprovechar a la mujer que se le presenta porque podría no haber otra, mejor dicho, podría no tener otra oportunidad.

Un hombre en cuyo estado de ánimo predomina la mezquindad tiene un sistema de creencias negativas, que terminan dándole la imagen de alguien que está necesitado, que en su relación de pareja puede llegar a convertirse en un celoso insoportable. El mezquino es un hombre miedoso por excelencia, con las mujeres y en todos sus actos. La mezquindad es enemiga de las buenas relaciones y no es para nada una característica que atraiga a las mujeres, sino que ellas rechazan o evitan este tipo de hombres.

Aunque un hombre esté con una sola mujer, no es necesario que tenga varias a la vez, tiene que tener su estado de ánimo orientado hacia la opulencia. Un

hombre debe tener la convicción de que está con una sola mujer porque la elige, entre muchas otras opciones que tiene o que si quisiera podría tener.

El estado de ánimo donde predomina la opulencia contribuye a que un hombre pierda sus temores y refuerce aún más su confianza en sí mismo. Sin dudas, es un hombre que aprovecha la fortaleza que reside en su opulencia para caminar con paso seguro hacia el éxito con las mujeres.

¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar? Un hombre puede considerar si desea estar con una mujer, única y elegida, o si quiere rodearse de varias mujeres con las cuales pueda involucrarse. En psicología se ha estudiado mucho el tema y hay una teoría muy interesante que puede servir para esclarecer. Robert Jeffrey Sternberg (1949), es un psicólogo de nacionalidad estadounidense que hizo investigaciones relacionadas al amor y a la creatividad. Diseñó la teoría triárquica de la inteligencia de acuerdo a tres tipos: la inteligencia analítica, la inteligencia creativa y la inteligencia práctica.

En base a ello, para construir una relación sana entre un hombre y una mujer,

ambos deben propender a tres tipos de atracciones: atracción sexual, atracción lógica y atracción emocional. No hace falta aclarar en qué consiste la

atracción sexual.

La atracción lógica tiene que ver con las cosas prácticas, como por ejemplo hacerse este tipo de preguntas:

 ¿Me conviene esta persona que vive a setecientos kilómetros de distancia de mi casa?

 ¿Me conviene iniciar una relación amorosa cuando estoy decidido a trasladarme al exterior a hacer un Master?

 ¿Me conviene esta persona de cuyo modo de pensar me siento tan ajeno?

Y preguntas por el estilo, porque hay que ser realistas y considerar que este tipo de cuestiones prácticas pueden hacer que luego la relación no funcione como debería funcionar.

En cuanto a la atracción emocional, se refiere al tipo de conexión más o menos empática que establece el hombre con una mujer.

¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar? Cada relación que entabla un hombre con una mujer es una experiencia diferente, que puede o no parecerse a otras relaciones anteriores.

La atracción sexual, la atracción lógica y la atracción emocional, deben estar presentes en cualquier relación que aspire a ser seria y beneficiosa.

Si una relación tiene atracción sexual pero carece de atracción lógica o de atracción analítica, existirá carencia de una parte muy importante de los componentes: la atracción emocional. Asimismo, habrá un desbalance notable si sucede a la inversa. O no será beneficioso si hay poca o escasa la atracción sexual. El amor sólido debe tener los tres componentes, en un equilibrio adecuado y constante.

Un hombre que juega su papel de masculinidad tiene el control de los componentes de la tríada a la que se refiere Sternberg. Vale decir, busca una

mujer con la que los componentes estén equilibrados.

No se puede tener atracción sexual y atracción analítica aunque carecer de la atracción emocional, porque el desbalance provocará que se construya una relación que sea poco profunda o que directamente no se construya nada de nada.

Quizás pueda haber una especie de amistad con derecho a rose, como comúnmente se le dice, que son las relaciones que muchos eligen porque no quieren adquirir un compromiso.

Para citar una vez más a Sternberg, el psicólogo afirma:

“El amor surge de la intimidad, el odio surge de la negación de esa intimidad. La persona puede decidir entre la intimidad y la negación de la intimidad”.

Cuando un hombre logra con una mujer el balance entre la atracción sexual, la atracción lógica o analítica y la atracción emocional o creativa, tiene muchas chances de construir una relación que resulte sólida a la vez que estable. De esa manera se obtiene con una sola mujer los tres componentes de la atracción, lo que no es fácil pero sucede.

Si no es así, si no se obtiene de una relación con una mujer los tres componentes de la atracción, se tenderá a tener muchas mujeres, porque con ninguna de ellas se alcanzará el equilibrio. Como cuando se necesitan muchas partes para conformar un todo.

¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar? Cada uno elige entre el amor que siente hacia una mujer o el sentirse verdaderamente enamorado de ella. Son dos sentimientos diferentes, aunque pueda parecer que son idénticos. Cuando un hombre ama a una mujer está presente la atracción emocional o creativa. Hay construida una afinidad de ida y vuelta, reina una sintonía emocional entre ambos, existe un vínculo de confianza y cooperación.

Cuando un hombre se siente enamorado de una mujer ha construido la triada en sus partes justas y necesarias. En la práctica, siente atracción sexual. En lo analítico, las cosas funcionan dentro de la lógica. Y en lo creativo o emocional, se tiene la sintonía necesaria con la mujer porque se ha construido afinidad. Los tres componentes creativos en su justa medida son necesarios para enamorarse. ¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar? Insisto, hay que saber lo que se quiere para poder actuar en consecuencia. Si se quiere disfrutar con una mujer del sexo, lo emocional y lo lógico por partes iguales, hay que estar con la mujer apropiada con la que se sienta que se alcanza ese equilibrio.

Si las cosas no funcionan como se quiere, se puede interrumpir la relación un tiempo para ver qué pasa más adelante. Puede ser que más adelante se esté en condiciones de reanudar una relación fructífera, o puede ser que el corte sea definitivo. Lo que se haya experimentado en cuanto a atracción sexual, la atracción lógica y la atracción emocional, va a influir en el hecho de querer reanudar una relación o no querer reanudarla. También ella puede querer tomar distancia y en ese caso es mejor dejarla ir.

No tiene sentido actuar en forma infantil y empeñarse en querer retener a la mujer cuando no están dadas las condiciones para estar juntos. Ni tiene sentido mostrarse desesperado, queriendo retener a la mujer a cualquier precio.

Si se logra el equilibrio entre la atracción sexual, la atracción lógica y la atracción emocional, hay que disfrutar la relación presente. El hombre y la

mujer pueden disfrutar de una relación equilibrada, aprendiendo del intercambio mutuo.

Si los componentes están desequilibrados, como puede ser que prime la atracción sexual pero no haya suficiente atracción lógica o emocional, la relación no será demasiado profunda aunque quizás sirva para un momento determinado de la vida. Cada uno tiene responsabilidad en lo que elige para sí, en permitir que prospere un tipo de relación en detrimento de otro tipo de relación.

¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar? Hay que empezar por analizar si con la mujer que se está existe un equilibrio en la

triada: atracción sexual, atracción lógica y atracción emocional.

Y si alguno de los vértices del triángulo no está bien claro se estará en busca de otra relación. No es fácil conseguir este equilibrio. Muchos son los hombres que acumulan relaciones amorosas en busca de completar el triángulo del equilibrio. Usted puede preguntarse a sí mismo cómo es su triada creativa en el amor y responderse con sinceridad.

 ¿Me atrae el sexo con ella? ¿La amo o estoy enamorado de ella?

 ¿Me siento complementado por ella?

 ¿Siento que ella me es afín?

Ninguna de las tres patas de la creatividad en el amor debe ser más corta o más larga que las otras, si es que se quiere encontrar el balance más adecuado. Si no es el momento de querer encontrar el equilibrio, que una pata esté más baja o más alta puede no ser una preocupación. Nada es bueno o es malo en sí mismo sino en relación a lo que se quiere alcanzar. Tampoco estoy hablando con el objeto de disertar acerca de lo que está bien o lo que está mal, de ninguna

Tal vez un hombre decide que es el momento al que se aspira a la atracción sexual, aunque no es el momento donde interesa tanto la atracción lógica o la atracción emocional.

¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar?

quiere tener varias mujeres para disfrutar debe tener en cuenta algunos principios básicos, que lo ayudarán al éxito en la conquista. A saber:

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Principio Nº 1.

involucre con una mujer que sea celosa en extremo. Los celos tienen que ser controlados por ambos. Si la mujer se cruza con otro hombre y lo elige porque la hace feliz, el hombre desplazado tiene que pensar que no era lo mejor para él y dejarla ir. Aunque las situaciones de abandono por otro no son fáciles de sobrellevar, hay que pensar en que esa mujer que se aleja no era la indicada y habrá otras que sí lo serán. Un hombre que aspira a varias mujeres para disfrutar, al mismo tiempo o una tras otra, no debe tener celos exagerados y debe permitir que ella busque lo mejor que cree para sí, así como él se empeña en buscar lo que está seguro que es mejor para sí mismo.

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Principio Nº 2.

Ella puede llegar a pensar que gracias a él (que ya no es su pareja) conseguirá encontrar al hombre que mejor responda a la perfección a que ella aspira.

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Principio Nº 3.

Hoy, mañana y siempre, el hombre es feliz si ella lo es, y el hombre no goza de felicidad si ella no goza de felicidad. Y sucede lo mismo a la inversa.

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Principio Nº 4.

terminar la relación con una mujer cuando no está funcionando y no dejar que se desgaste por sí sola. No hay que convencerse de que se está en una relación perfecta cuando en realidad dista mucho de serlo. Puede ser que la mujer haya contribuido a estancar la relación o puede ser que el hombre haya contribuido a estancar la relación. Lo importante es reconocerlo y romper de una vez por todas con el vínculo. Una relación termina y otra comienza, es el camino hacia encontrar lo que realmente se busca.

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Principio Nº 5.

Antes de que haya una sintonía emocional entre ambos y antes de ir a la cama, ella ya debe saber de la preferencia de él por muchas mujeres para disfrutar. Si ella se entera más tarde o por boca de otra persona ajena a la relación, podría perder la confianza en él. ¿Recuerda cuando hablábamos del hombre en cuyo estado de ánimo predomina la opulencia?

Si es un hombre de mentalidad con predominio de la opulencia sabrá decirle su verdad a la mujer y no se vendrá el mundo abajo por ello. Al contrario, la verdad puede ayudar a entablar una relación próspera donde no haya engaños.

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Principio Nº 6.

una relación para disfrutar el momento pero no con vistas a construir un futuro, alguno de los dos puede querer irse de la relación antes que el otro. Si ella decide que es tiempo de terminar con la relación, el hombre debe aceptar que tal vez sea lo mejor. Caben los deseos de él hacia ella para que las cosas le vayan bien y sea feliz. No el enojo del hombre, que podrá aspirar a otra relación más promisoria.

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Principio Nº 7.

¿Un hombre con una mujer o con muchas mujeres para disfrutar? Si usted elige varias mujeres para disfrutar es porque está cómodo en esta situación, a la vez que permite que ellas también estén cómodas en esa situación.

También usted puede conducirse con el estado de ánimo de la opulencia, para cuando llegue la mujer deseada saber que se la elige entre muchas otras opciones. No es bueno tener ansiedad por encontrar a la mujer que se desea y entonces tener preocupación excesiva por ello, porque en vez de lograr atraer a las mujeres podría llegar a ahuyentarlas.

Por último, como se podrá observar he hablado de una mujer o de varias mujeres para disfrutar, en ningún momento he dicho un hombre monógamo o un hombre polígamo. Si hubiese dicho un hombre monógamo o un hombre polígamo, me hubiese sentido más restringido para expresarme como lo he hecho.

Recuérdese que se define a alguien como monógamo cuando está casado con una sola mujer a la vez, mientras que se define a alguien como polígamo cuando está casado en forma simultánea con varias mujeres.

Experto en Programación Neurolingüística y Motivacional, Coaching y autor de "Bio Seducción Animal™".