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De La Transferencia al Deseo Del Analista

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LA DIRECCIÓN DE LA CURA

“De la transferencia al deseo del analista”

Por Alberti T., Silvina I. S.

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2

ÍNDICE

INTRODUCCION

P. 3

DESARROLLO

P. 4

1. LA TRANSFERENCIA Y LA DIRECCIÓN DE LA CURA P. 4

2. LA DIRECCIÓN DE LA CURA Y EL DESEO DEL ANALISTA

P. 12

3. DE LA TRANSFERENCIA AL DESEO DEL ANALISTA

P. 15

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3

INTRODUCCIÓN

¿Cuál es el lugar que ocupa el analista en el espacio analítico?

Para responder a esta pregunta fundamental, es necesario retomar la obra de Freud, desde un momento fundamental en la misma, el momento en que introduce el concepto de transferencia para definir la relación especial que se establece entre el analista y el analizando.

En esta relación especial entra en juego el deseo, ¿Qué deseo? Para responder a esta pregunta nos acercaremos, con la guía de Fink, a las nuevas aportaciones a la teoría freudiana, brindadas por Lacan, a fin de enriquecer el campo metapsicológico respecto al estudio de la transferencia, con la introducción del “deseo del analista” como articulador en la dirección de la cura.

De esta forma, con la intención de responder a estas preguntas, se brindará un acercamiento a la dirección de la cura analítica, el papel que representa la transferencia y el deseo en el análisis, entendido en sus direcciones; desde el analizando pero también sin negar la vital importancia que representa como motor del análisis, el deseo del analista. Tomando como fundamentos teóricos, las elaboraciones de Freud así como también, las interpretaciones respecto a los aportes lacanianos a la teoría psicoanalítica, a partir de los estudios sobre la obra de dicho autor, encarados por Fink.

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4

DESARROLLO

1. LA TRANSFERENCIA Y LA DIRECCIÓN DE LA CURA

Si ya desde los estudios que realizara junto a J. Breuer en el período comprendido entre 1983 - 18951 con pacientes histéricas, Freud pudo haber vislumbrado la importancia de la transferencia en el espacio analítico, podemos decir que es recién a partir de su autoanálisis, del intercambio epistolar con Fliess, del descubrimiento del inconsciente, así como también, de la invención del dispositivo analítico, cuando Freud realmente emprende el pasaje que significó, dejar atrás la sugestión hipnótica para introducir el análisis de la transferencia, dejando caer el método catártico para abocarse de lleno en la vía de la interpretación.

Antes que nada, resulta importante mencionar que para Freud, la transferencia no era plausible de ser emprendida en todas las nosologías patológicas: “Freud construye

una categoría nosológica con las neurosis que pueden establecer un vínculo transferencial y ser curadas vía la interpretación: las "neurosis de transferencia". Pero también encuentra que para algunas "psiconeurosis narcisistas", como la paranoia, la interpretación puede ocasionar la enfermedad tanto como una transferencia negativa

que hace imposible la cura.” 2

A tales fines, la vía regia para entender dicho concepto será la “dirección de la cura”. Para esto es importante recapitular la obra de Freud para así ver el desarrollo de dicho concepto

1

Freud, S. (1992) Estudios sobre la histeria, en Obras completas, Vol. IV, Buenos Aires: Amorrotu Editores.

2

Mazzuca, M. (2004) Transferencia e interpretación en el psicoanálisis, consultado el día 3 de agosto de 2009, de

(5)

5

Es recién en el Caso Dora3 (1905 [1901]) dónde Freud empieza a esbozar el

concepto de transferencia en relación a la cura psicoanalítica.

Aquí la dirección de la cura residiría “volver consciente lo inconsciente”, que le brindaría el material onírico comentado por la paciente.

Pero nos dirá Mario Mazzuca: “…por la insistencia misma en la interpretación (del

deseo de Dora por el Sr. K), emerge la dimensión del amor en la cura (que luego Freud va a conceptualizar con mayor precisión a partir de sus “Tres Ensayos”), y con ella la transferencia como dificultad. Falso enlace, de los afectos reprimidos con la persona del analista. El análisis se interrumpe. Dice Freud: "no logré dominar a tiempo la transferencia". Y además reflexiona: se vio sorprendido por la transferencias y explica que debió habérsela interpretado a su paciente del siguiente modo: "ahora

usted ha hecho una transferencia desde el señor K hacia mi persona"…”4

Más adelante, en su obra "Sobre la dinámica de la transferencia" (1912)5, dirá al

respecto de esta última que: “se pone en juego necesariamente en la cura y desde el

comienzo. Pasa de motor a obstáculo, y luego a ser el instrumento esencial del tratamiento. Respecto de la dirección de la cura, entonces: sigue apuntando al campo del recordar por medio de la asociación y la interpretación, pero condicionado por el análisis y el vencimiento de las resistencias a través del manejo de la transferencia. Se accede a la satisfacción sexual reprimida por la vía de la interpretación y la

construcción con la ayuda de la transferencia.”6

Freud en 1914 en el texto "Recordar, repetir, reelaborar"7, introduce el término “neurosis de transferencia”8

.

3 Freud, S. (1992) Fragmento de análisis de un caso de histeria (Dora), en Obras completas, Vol. VII, Buenos Aires:

Amorrotu Editores, página 18.

4

Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004)

5

Freud, S. (1992) Sobre la dinámica de la transferencia en Obras completas, Vol. XII, Buenos Aires: Amorrotu Editores.

6

Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004)

7

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6

En cuanto a esta neurosis particular, Freud advierte a los psicoanalistas, que tienen que estar preparados para la compulsión de repetición de los analizantes; repetición que incluso se producirá fuera del dispositivo, o sea no sólo en la relación personal con el analista, sino en todas las otras actividades y vínculos simultáneos de su vida12.

Freud precisa que en la cura, se trata de convocar "un fragmento de la vida real", con el fin de que pueda ser elaborado por el paciente. No obstante insiste reiteradas veces, que al convocar lo que, posteriormente Lacan llame la modalidad de goce del

paciente, pueden obtenerse resultados peligrosos9. En este mismo sentido,

encontramos unos párrafos más adelante que las acciones del paciente, entendidas como estas repeticiones o puestas en acto fuera de la transferencia (pasajes al acto): "pueden conllevar pasajeros prejuicios para su vida, o aún ser escogidas de modo

que desvaloricen duraderamente las perspectivas de salud"10

Tras destacar estas salvedades podemos ver que Freud aporta en este texto, la idea que de hecho, retomará a lo largo de su construcción teórica, respecto a que: cuando mayor sea la resistencia opuesta por el Yo del sujeto, menor posibilidad tendrá éste de recordar y, en consecuencia, mayor será su compulsión de repetir. Expresado de otra forma, “el que recuerda no repite, y el que repite no recuerda.”

Ahora bien, tras estas contribuciones teórico – metodológicas, ¿Cuál será según Freud, la dirección de la cura en este texto de 1914?, proponemos las siguientes respuestas:

Tratar la enfermedad como un poder actual

Arrancar pieza por pieza las armas con las cuales el paciente se defiende de la

continuación de la cura

8 Correspondería a la reproducción de la neurosis original en la relación con el analista de un modo artificial. Lo

que favorecería del pasaje al acto, al pasaje a recordar para reelaborar, posteriormente, el recuerdo traumático. De esta forma, el espacio analítico, sería una especia de escenario, donde actuaría la neurosis, bajo la dirección de la cura.

9

Freud, S. (1995), Ob. Cit. P. 154

10

(7)

7

Reconducir al pasado estas repeticiones11

Ahora bien, el manejo de la transferencia es para Freud, el principal recurso para

“domeñar la compulsión de repetición, y transformarla en un motivo para recordar"12

. Por lo tanto, podemos pensar que Freud propone a la repetición, mecanismo básico de la neurosis de transferencia, como motor de la cura, a partir de una

transformación.

Así entendida, esta repetición será acogida siempre y cuando, no ponga en peligro las condiciones de existencia del tratamiento, como necesaria, ya que aclarará Freud, "no

se puede matar a un enemigo ausente o que no esté lo bastante cerca"13. Por lo

tanto, la repetición tiene que ser aprovechada por el psicoanalista, quién así deberá:

"… dar a todos los síntomas de la enfermedad un nuevo significado transferencial,

sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis de transferencia"14

Será hasta Los escritos técnicos y las conferencias de introducción al psicoanálisis

(1911-1917)15, que Freud retome la problemática, dando origen a las distintas

versiones sobre la transferencia: “Bajo el efecto del amor de transferencia (amor

erótico, o su contrapartida, el odio) aparecen como obstáculo: la resistencia transferencial, la repetición en acto y la presencia del analista. Y como motor de la

cura, en cambio: la sugestión, como versión tierna de la transferencia positiva.” 16

Y es precisamente en estas resistencias, en estos síntomas, donde Freud encontrará el elemento fundamental de la transferencia, remarcando al importancia de su manejo a los fines de la cura analítica. Y dirá Freud: "nuestra convicción acerca del significado

11 Ídem, p. 153. 12 Ídem, p. 156. 13 Ídem, p. 154. 14 Ídem, p. 156. 15

Freud, S. (1992) Conferencia de Introducción al Psicoanálisis: La Transferencia en Obras completas, Vol. XVI, Buenos Aires: Amorrotu Editores.

16

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8

de los síntomas como satisfacciones libidinosas sustitutivas sólo se afianzó

definitivamente cuando incluimos en la cuenta a la transferencia". 17

Pero ¿a qué se refiere Freud cuando habla del “manejo de la transferencia”?. En el mismo texto dirá el autor, que el punto central radica en “la abstinencia”, lo que se refiere a nunca ceder a las demandas del paciente, pero tampoco rechazarlas en forma agresiva.

Continuando con el recorrido marcado por la dirección de la cura y la transferencia en Freud, encontramos que la Obra de 1920, "Más allá del principio de placer"18 constituye un viraje respecto a la neurosis de transferencia. Si bien su carácter inevitable e incluso necesario es mantenido, Freud parece más temeroso en cuanto a sus inconvenientes: "El médico se ha empeñado por restringir en todo lo posible el

campo de esta neurosis de transferencia, por esforzar el máximo recuerdo, y admitir

la mínima repetición"19.

Y agrega que, si bien es cierto que: "…no puede ahorrar al analizante esta fase de la

cura, ya que tiene que dejarle revivenciar cierto fragmento de su vida olvidada, sin embargo tiene que cuidar a la par que lo hace, que conserve cierto grado de reflexión en virtud del cual esa realidad aparente pueda individualizarse cada vez como reflejo

de un pasado olvidado"20.

El éxito de la cura sería, por lo tanto, casi garantizado en la medida en que el paciente tome conciencia de que esta realidad aparente no existe, sino como retorno de un pasado olvidado. Freud pone aquí el acento sobre lo delicado que resulta poner la frontera entre repetir y recordar. Tanto más cuanto que no olvidemos que "la

proporción que se establece entre recuerdo y repetición es diferente en cada caso"21.

Por lo tanto, en este momento de la teoría freudiana, el éxito terapéutico dependería

17 Ob. Cit. Freud, S. (1992), p. 404. 18

Freud, S. (1995). Más allá del principio de place, en Obras completas, Vol. XVIII, Buenos Aires: Amorrotu, Editores. 19 Freud, S. (1995). Ob.cit. p.19 20 Ídem. 21 Ídem.

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9

de la habilidad del analista para manejar esta frágil frontera entre el repetir y el recordar.

Ahora bien, ¿Cómo entiende Freud en este momento la neurosis de transferencia?: "Todas estas dolorosas situaciones afectivas y todos estos sucesos indeseados son

resucitados con gran habilidad y repetidos por los neuróticos en la transferencia. El enfermo tiende entonces a la interrupción de la cura, aún no terminada, y sabe crearse de nuevo la impresión de desprecio, obligando al médico a dirigirle duras palabras y a tratarle con frialdad. Halla los objetos apropiados para sus celos y sustituye el ansiado niño de la época primitiva por el propósito o promesa de un gran

regalo, que en la mayoría de los casos llega a ser tan real como aquel. "22

El psicoanalista tendría que dar a todos los síntomas una nueva significación transferencial. En el texto que nos ocupa, Freud enuncia a propósito de la repetición en la cura: "El enfermo no puede recordar todo lo que hay en él de reprimido, acaso

justamente lo esencial...se ve forzado a repetir lo reprimido. Esta reproducción tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual infantil, y por tanto del complejo de Edipo y sus ramificaciones; y regularmente se juega (se escenifica) en el terreno de la transferencia, esto es, en relación con el médico. Cuando en el tratamiento las cosas se han llevado hasta este punto, puede decirse que la anterior neurosis ha sido

sustituida por una nueva, una neurosis de transferencia." 23

Podemos apreciar que este concepto de neurosis de transferencia está íntimamente articulado con la noción de repetición. De hecho, no tiene eso nada de sorprendente si recordamos que para Freud, la transferencia es repetición: “La transferencia misma

es sólo una pieza de repetición, y la repetición es la transferencia del pasado

olvidado”24

En el texto de 1926: “¿Pueden los legos ejercer el análisis?”25 Freud, refiriéndose a la neurosis de transferencia, la equipara a lo que da en llamar “el enamoramiento

patológico del paciente hacía el analista” que por otra parte, resulta inconciliable con

22 Freud, S. (1995). Ob.cit. p. 21 23 Ídem, p. 18 24 Freud, S. (1995). Ob.cit. p. 152. 25

Freud, S. (1995): ¿Pueden los legos ejercer el análisis? , en Obras completas, Vol. XX, Buenos Aires: Amorrotu, Editores.

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10

la cura: “El amor del paciente no se conforma con obedecer; se vuelve exigente, pide

satisfacciones tiernas y sensuales; reclama exclusividad, desarrolla celos y muestra de manera cada vez más nítida su otra cara, la prontitud para la hostilidad y la venganza cuando no se puede alcanzar sus propósitos. Al mismo tiempo, como todo enamoramiento, esfuerza hacía atrás los demás contenidos anímicos, extingue el interés por la cura y por el restablecimiento; en suma: no podemos dudar de que ha reemplazado a la neurosis y nuestro trabajo ha tenido por resultado suplantar una

forma de enfermedad por otra”26.

Según Freud el paciente repite, en la forma de su enamoramiento hacia el analista, vivencias anímicas pasadas, íntimamente relacionadas con la génesis de su neurosis infantil. Por lo tanto: “… lo que nos muestra, es el núcleo de su historia vital íntima; lo

reproduce de manera palpable, como algo presente, en vez de recordarlo”27.

En este texto, Freud vuelve a insistir sobre el hecho de que el desenlace de esta repetición tiene exclusivamente que ver con: “… la destreza del analista en el manejo

de la transferencia… Es en este lugar donde llegan al máximo los requerimientos que

se plantea a la técnica analítica. Aquí es posible cometer los más graves errores o

asegurarse los mayores éxitos” 28

No se puede huir de lo que se ha convocado, insiste Freud refiriéndose a esta compulsión de repetición articulada al analista.

Freud concluye esta referencia al concepto aquí estudiado insistiendo en que la repetición sólo puede ser fructífera en la medida en que se aprende, a través de ella, sobre la neurosis del paciente. Además, tiene que ser una repetición controlada por el analista, quien debe ser muy estricto para no dejarla instalarse, reconduciéndola al recuerdo y a la consecuente elaboración.

En mayor o menor medida, todos los analizantes pasarían por esta fase, pero el analista tiene que intentar que este fenómeno de la repetición no ponga la cura en peligro. Para lo cual únicamente cuenta con: el manejo de la transferencia y la interpretación. 26 Ídem, p. 211. 27 Freud, S. (1995). Ob.cit. p. 212 28 Ídem, p. 212

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11

En 1937, en "Construcciones en análisis"29 se pregunta por la repetición de los afectos en la transferencia. Usa el material de la transferencia para hacer una interpretación.

Ahora bien, los efectos principales con los que se encuentra son:

1. Reacción terapéutica negativa: empeoramiento de los síntomas, en donde la pulsión insiste en el síntoma más allá del principio del placer.

2. Emergencia de la pulsión: en una forma cuasi alucinatoria, en los sueños (sueños de angustia y de despertar) e incluso en las fantasías diurnas.

Y así llegamos al final de éste recorrido por la construcción de la transferencia en Freud, en el mismo año, en “Análisis terminable e interminable”30 donde dirá, que la transferencia "debe ser desmontada" refiriéndose, a la neurosis de transferencia, como su última versión en el análisis; como creación artificial, en relación a la pregunta por el final del análisis.

Donde Freud llega a la conclusión de que no hay final en el análisis: "preparamos el

camino a este hacer consciente mediante interpretaciones y construcciones, pero habremos interpretado sólo para nosotros, no para el analizado, mientras el yo no

resigne las resistencias inconscientes"31.

Y esto se debe además, a que “No hay, según Freud, representación de la muerte ni

de la sexualidad más que a través de la castración. Sólo queda al final del análisis "reexaminar" la posición frente a la castración. Pero el resultado en esos casos era el tope de la roca viva de la transferencia: envidia, depresión grave y reclamo en las pacientes femeninas, competencia y desafío hacia el analista en el caso de los

varones.” 32

29

Freud, S. (1992) Construcciones en Análisis en Obras completas, Vol. XXIII, Buenos Aires: Amorrotu Editores.

30

Freud, S. (1992) Análisis terminable e interminable en Obras completas, Vol. XXIII, Buenos Aires: Amorrotu Editores.

31

Ídem. Pág. 240.

32

(12)

12

2.

LA DIRECCIÓN DE LA CURA Y EL DESEO DEL ANALISTA

Ahora bien, ¿cuál es la propuesta de Lacan en cuanto a la dirección de la cura? Para responder a este interrogante será necesario situarnos en el período de la obra de dicho autor, comprendido entre 1953-1960, y de esta forma encontraremos que sus enseñanzas al respecto están dirigidas fundamentalmente a centrar “la práctica del

análisis en su conjunto, en relación a la función de la palabra y el campo del lenguaje:

es decir, a la relación simbólica entre el sujeto y el Otro como lugar de la palabra.”33

(Esquema Lamda)

En este lugar de la palabra, la transferencia logra librarse del reduccionismo a la mera sugestión, al redireccionarse hacia el deseo del analizando y no hacia su demanda (Grafo del deseo).

Ahora bien, ¿a partir de que mecanismo se fundará la dimensión simbólica de la transferencia? “…en la diacronía de la cura, es una intervención de tipo interpretativa

la que funda esta dimensión simbólica de la transferencia. Lacan le da en este momento el nombre de "rectificación subjetiva". Y de este modo acentúa por ejemplo: el silencio del analista y la virtud alusiva de su interpretación como recurso a la

palabra, y el soportar con su presencia los efectos de la transferencia.”34

A partir del seminario XI Los cuatro conceptos fundamentales35 (1963-1970), Lacan retomará esta relación simbólica de la transferencia en relación a su noción de Sujeto

supuesto Saber refiriéndose a él, como “el "pivote" transfenoménico alrededor del

cual giran y se ordenan la variedad de fenómenos imaginarios de la transferencia. Distinguimos entonces: la dimensión imaginaria de la transferencia como amor (como amor al saber incluso), diría yo como "atribución" de saber al analista; de la vertiente

33

Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004)

34

Ídem

35

Lacan, J. (1987) Seminario 11 (los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis) en El Seminario de J. Lacan, Barcelona: Editorial Paidós.

(13)

13

simbólica, como la suposición de un saber inconsciente y la suposición de un sujeto a

ese saber inconsciente.”36

En 1969, respecto al fundamento de la transferencia dirá que es “una interpretación

por la cual un significante del síntoma del paciente, se articula con un significante cualquiera subrayado por el analista, produciendo un efecto de sentido, un efecto de

sujeto y la producción de un saber inconsciente.” 37

¿Cuál sería la contraparte de Freud al respecto? En la Conferencia 1838 dedicará un

acápite a diferenciar el saber del médico del saber del enfermo, enfatizando que la transmisión de los conocimientos médicos, no causa la cura, pero sí pone en marcha el análisis. Es decir cuando el analizando toma consciencia de la relevancia de sus síntomas, aunque no entienda aún su sentido. De esta forma, el síntoma adquiere un nuevo significado, positivo, en relación al encubrimiento que plantea la medicina. Volviendo a Lacan y el Seminario que venimos analizando, podemos agregar que la importancia del mismo no está centrada únicamente en la posibilidad de favorecer e inicio del análisis sino también, en el camino hacia un posible final. A este facilitador Lacan lo llamará, el "resorte" de la transferencia. El cual se corresponde con la vertiente sexual y pulsional, la cual inscribirá a partir de la definición de un nuevo matema, el del “objeto a”, entendido como la "puesta en acto de la realidad sexual

del inconsciente…

Ese objeto, causa de deseo y condición de goce, no sólo se muestra en el acting o en el acto de la transferencia, sino también por ejemplo en el sueño. En el sueño del que uno despierta con angustia (como el del hombre de los lobos). La presencia de un

real, dice Lacan, que no alcanza a ser velado ni por la imagen ni por el significante".39

Y finalmente en cuanto a esta “puesta en acto de la transferencia” a la que invita Lacan, podemos encontrar en La producción de los cuatro discursos (1970)40, que lo

36 Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004) 37

Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004)

38

Ob. Cit. Freud, S. (1992)

39

Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004)

40

Lacan, J. (S/F) Producción de los cuatro discursos. Consultado el día 4 de agosto de 2009, de Scribd. Sitio WEB

(14)

14

que realmente importa es lo que se escapa, el equívoco (en cualquiera de sus tres formas: gramatical, homofónico o lógico). “Y es el analista mismo como objeto el que

tiene que dejarse caer de la transferencia hacia el final del análisis.”41

De esta forma detengámonos un momento en el análisis emprendido por Fink, B.42 respecto a la obra de Lacan, particularmente al punto que nos interesa profundizar aún más, el deseo del analista. Para lo cual expondremos un cuadro a fin de sintetizar el abordaje teórico que plantea el autor al respecto:

41

Ob. Cit. Mazzuca, M. (2004)

42

(15)

15

"El paciente no quiere CAMBIAR realmente"

por SÍNTOMAS, que atrapan parte de su energía brindándole una SATISFACCIÓN SUSTITUTIVA, según Freud por lo tanto no es tan fácil convencerlo de que lo abandone (aunque diga lo

contrario)

Freud/ Lacan

no confiar en el DESEO DE MEJORAR del analizando,

porque no existe.

por lo tanto el deseo que impulsa la terapia es el DESEO DEL

ANALISTA

En la mayoría de los casos el paciente esta buscando una excusa

para abandonar la terapia

manifestaciones sutiles del deseo del analista pueden mantener el paciente en terapia

por lo tanto analista = actor interpreta

un papel que puede no expresar sus verdaderos sentimientos "deseo de que el paciente hable, sueñe, fantasee, asocie e interprete" independientemente de lo que el paciente le haga sentir CONTRATRANSFERENCIA originalidad de Lacan no expresar estos sentimientos al paciente, solo utilizarlos como material de sus propios análisis es un deseo centrado en el análisis y sólo en el análisis deseo puro que no recae sobre ningún OBJETO no muestra al analizante lo que el analista pretende de él

transita por una delgada línea, al enfatizar todas

las MANIFESTACIONES DEL INCONSCIENTE

de esta forma

indica al paciente el tipo de trabajo que se espera de él en la

terapia por lo tanto para Lacan "es la fuerza impulsora del análisis" tampoco quiere AUTOCONOCERSE

según Lacan, hay un deseo más fuerte de "no saber nada", un

rechazo al saber

por lo tanto

solo deseo del analista permite salir al analizando de esta postura

por lo tanto

si el analista no pone a operar su deseo, el analizando no conseguirá un nuevo saber

por lo tanto p/ Lacan

la única RESISTENCIA en el análisis es la del analista. por que la del analizando es

superada si el analista interviene

si éstas fallan la persona va a terapia pero ¿qué mantuvo a la persona en esta "satisfacción en su dolor"? EL GO CE por lo tanto la gente acude a terapia

por una CRISIS DE GOCE demandando al analista que lo lleve a su satisfacción anterior el terapeuta ofrece: una satisfacción sustitutiva diferente "relación transferencial y desciframiento del inconsciente"

por lo tanto el terapeuta elude la demanda del paciente, dirigiéndolo hacia algo jamás pedido

por este motivo no hay CONTRATO , ni "CLIENTE" Lacan propone: ANALIZANTE ante: participio activo

"...implica que en la terapia es la persona la que realiza el trabajo de análisis, y no el analista"

(16)

16

3.

DE LA TRANSFERENCIA AL DESEO DEL ANALISTA

De esta forma Karothy, R. se pregunta si es posible definir al deseo del analista como un deseo puro, a lo que lógicamente se dará una respuesta negativa, pues este deseo consiste, como hemos visto, en obtener la diferencia absoluta “…en la

medida que separa el Ideal del objeto. La ética del análisis consiste en que "allá

donde eso era, el sujeto deba advenir" ("Wo es war, soll Ich werden") o, mejor: Wo es

war, muss a werden, imperativo propio del analista.”43

En cuanto a su posicionamiento, coincide en que “…remite a la sustracción de la

suposición de existencia del sujeto supuesto saber…” 44

Respecto a no responder a la demanda del analizante dirá: "Para el analizante, el

deseo del analista, que viene al sitio del deseo del Otro, no deja de ser un enigma, una x, en la medida en que el analista no responde a la demanda… por una cuestión

de estructura del deseo…”45

Volviendo sobre la importancia de la caída de la transferencia en el fin del análisis añadirá la importancia de la pulsión: "Si la transferencia es aquello que de la pulsión la

demanda aparta, el deseo del analista es aquello que lo trae de nuevo".46

¿Por qué enfatiza Karothy en la importancia del papel del deseo del analista en la dirección de la cura Vs la demanda de amor, entendida como deseo de colmar la falta del Otro?

Porque dirá respecto a la demanda de amor, que ésta: “… procura que la propia falta

sea colmada ofreciéndose el sujeto al Otro como objeto que puede llenar la falta de

43

Karothy, Rolando (2000) El deseo del analista. Consultado el día 3 de agosto de 2009. De Freud-Lacan.com. Sitio WEB: http://www.freud-lacan.com/articles/article.php?id_article=00254&p=y

44 Ídem. 45 Ídem. 46 Ídem.

(17)

17

éste. La perspectiva del amor es así el borramiento de la diferencia, la anulación de la

singularidad, la fusión del Uno con el Otro en el linde de la locura.”47

Lo que implicaría la no emergencia del deseo en el análisis, ¿del deseo de quién?, del analizado, quien quedaría sujeto de la demanda de permanecer atado al Otro, a la posición de objeto de su deseo, lo que desde Freud sería el permanecer preso a la compulsión a la repetición, como pulsión mortífera.

Finalmente, en cuanto al deseo del analista y su importancia para la dirección de la cura dirá el autor: “La reintroducción de la pulsión por efecto del deseo del analista no

excluye el amor; trata sólo de hacerlo soportable por medio de la obtención de la diferencia absoluta, diferencia que es la "que interviene cuando, confrontado al

significante primordial, el sujeto viene en posición de sujetarse a él".”48

Diferencia absoluta, en relación al deseo del Otro, al posicionarse en el lugar del objeto a, permitiendo la emergencia del sujeto y de su deseo; a esto se refiere la caída de la transferencia.

47

Ídem.

48

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18

CONCLUSIÓN

Y es así como llegamos al final de este ensayo, desde la relectura a la que incitara Jaques Lacan mediante el retorno a la obra del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud 1856-1939), como lo planteara después del párrafo introductorio de la

Conferencia SIR de 1953; según nos recuerda Mauricio Fernández Arcila49: “Creo que

el retorno a los textos freudianos que son el objeto de mi enseñanza desde hace dos años… nos ha dado una idea cada vez más certera de que no hay dimensión más total de la realidad humana que la realizada por la experiencia freudiana y que no podemos dejar de retornar a las fuentes y estudiar estos textos en todos los sentidos de la palabra. No podemos dejar de pensar que la teoría… y la técnica psicoanalítica no haya sufrido una especie de retroceso y, la verdad sea dicha, de degradación.

De esta forma podemos destacar que el objetivo de la cura en análisis, consiste en que el analista no adopte “… una noción preestablecida de lo que es bueno o malo

para el analizante, sino simplemente alentar la dialectización del deseo del analizante

y propiciar la separación del analizante del deseo del Otro.”50

A través de la caída de la transferencia y del sujeto supuesto saber.

El Psicoanálisis plantea al sujeto como un “agente activo”, por eso no utiliza el término paciente o cliente, sino analizante; donde el sufijo ante se corresponde con el papel activo que debe asumir el sujeto durante el análisis, ya que como dice Lacan,

“…en la terapia es la persona la que realiza el trabajo de análisis, y no el analista”51

. Se trata de un sujeto activo en búsqueda de su propio deseo (de ahí la finalidad de lograr en el análisis la separación del deseo del Otro) en búsqueda de su subjetividad, del reconocimiento de la falta constitutiva que nos posiciona como sujetos del deseo.

49

Fernández Arcila, M. (2001): Del inconsciente freudiano al significante lacaniano. Antioquia: Ed. Universidad de Antioquia. P. 160

50

Fink, B. (2007). Ob. Cit. P. 164

51

(19)

19

MAS..MAS….MI DESEO POR LEER MAS CONCLUSIONES TUYAS AUMENTO MUCHO…HAY MAS….DESEO SABER…DESEO CONOCER….RECUERDA QUE LACAN, EN SU CONFERENCIA NO. 56, PARRAFO 4, LINEA 3, DICE: “…EN LOS TRABAJOS, ES LA PERSONA DEL FORMANDO EL QUE REALIZA EL TRABAJO DE LAS CONCLUSIONES….Y NO EL MAESTRO-a”.

MUY BIEN, ADELANTE, A SEGUIR CON ESE ESTILO DE LECTURA Y PRESENTACIÓN-TEMATIZACIÓN. Y A SEGUIR CON EL DESEO DE SABER DEL PSICOANALISIS..

(20)

20

BIBLIOGRAFÍA

1. Fernández Arcila, M., (2001) Del inconsciente freudiano al significante

lacaniano. Antioquia: Ed. Universidad de Antioquia.

2. Fink, B., (2007) Introducción clínica al psicoanálisis lacaniano: Teoría y técnica. Barcelona: Ed. Gedisa.

3. Freud, S.:

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Referencias

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